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    VICTOR NEGRETE B

    LUIS A GARABITO

    PUERTO LIBERT DOR

    Pasado

    Presente

    Fundacin del Sin

    Apartado Areo 479

    Montera - Colombia

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    CONTENIDO

    Este trabajo fue elaborado y publicado

    gracias a la Universidad de Crdoba y

    la Inter-American Foundation.

    ,

    ,

    Presentacin .

    7

    Captulo 1

    El poblamiento _. . . . . . . . . . . . . . . 9

    Los indgenas. El pueblo de San Cipriano. Los ne-

    gros. Ur

    y

    los llamados terrenos d Ur . Los an-

    tioqueos. Los sinuanos y sabaneros. La raicilla. El

    balato. La madera. El caucho. Puerto Libertador.

    Captulo 2

    Las minas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    Fundacin del Sin

    Cerro Matoso. Buscadores de oro. De nuevo la mina

    Antigua. carbn.

    rimera edicin: 1985

    Captulo 3

    Las etapas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

    Fotografas: Luis A. Garabito

    Dibujos: Ulianov Chalarka

    Colonizacin

    y

    asentamiento. Agrcola. Ganadera

    Minera

    Capitulo 4

    La Violencia . . . . . . . . . . . . . . . .

    75

    Preparacin Editorial:

    Producciones Editoriales Te ': 282 25 50 A A 40500

    Impreso por:

    Editorial Carrera 7a. Ltda. Te .: 283 9205 Bogot- Colombia

    La violencia oficial. Las guerrillas liberales. Julio

    Guerra. La violencia importada . Las colonias

    5

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    campesinas. La guerrilla de izquierda. El proceso

    por

    la

    paz.

    Captulo 5

    Los pueblos

    .

    .

    . . . . .....

    .

    Villa Nueva. Juan Jos. La Rica Pica Pica (Viejo)

    Santa F de Las Claras. .

    Captulo 6

    presente

    .

    .

    .

    .

    .

    ,,

    .

    Tenencia ~e la ti~rr~. Economa. Poblacin y em-

    pleo. ServICIOSpubhcos. Educacin. Salud. Acti-

    tU? ante a.violencia.

    Plan

    de Rehabilitacin. Con-

    cejo MUnICIpal.Organizacin de la Comunidad. La

    Carta de Socorro.

    6

    5

    139

    I

    /

    f

    PRESENTACION

    Primero fue

    Montelbano, pasado

    y

    presente;

    ahora este

    de Puerto Libertador y aspiro seguir con Ayapel para ter-

    minar la serie que he pensado sobre la zona del San Jorge.

    Con alguna frecuencia me sorprendo de cunto ha cam-

    biado la zona desde que llegu en

    1979,

    en plena construc-

    cin del complejo de Cerro Matoso y la exploracin en

    firme de los yacimientos del carbn de Puerto Libertador.

    Ante tal cmulo de hechos la comunidad permaneca

    a

    la

    expectativa, tratando de encontrar una salida. Fue enton-

    ces cuando surgi la idea de la Junta Cvica y ms tarde ge-

    neralizamos la experiencia de las Corporaciones de Amigos,

    a tal punto que hoy existen las de Ayapel, Montelbano,

    Puerto Libertador

    y

    Ur, al lado de asociaciones de pesca-

    dores, de mujeres y de casas de la cultura.

    Desde el principio hemos colaborado con ellas

    y

    estamos

    completamente satisfechos: lo que han hecho en beneficio

    de la zona es inoaluable.

    Y

    ejemplar para el caso particular

    de Puerto Libertador.

    Desde el primer momento que comenz la explotacin

    del carbn

    y

    el proceso por lapaz, la Corporacin de Ami-

    gos particip de lleno en el desenvolvimiento de los sucesos

    ms importantes con propuestas, recomendaciones y alter-

    nativas. Al tiempo que solicitaba los estudios de impacto

    7

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    ambiental, indicaba cmo se puede conseguir la paz por

    medios no violentos.

    Sin duda una experiencia til por cuanto la poblacin

    del municipio est integrada por costeos (sinuanos y saba-

    neros especialmente), antioqueos, indgenas y negros que

    constituyen un conjunto interesante de sentimientos, com-

    portamientos, caracteres, aptitudes y habilidades que no

    han logrado vencer todas las resistencias culturales y socia-

    les que tienen cada uno de los grupos y, por lo mismo, no

    han podido fijar y conseguir metas comunes de desarrollo

    que favorezcan ala mayora de la poblacin.

    Mientras el costeo carece de visin futurista es alrgico

    a

    la violencia y le teme a las grandes empresas, el antioque-

    o es arriesgado pero no se desarraiga del todo y las ganan-

    cias las invierte en su tierra. Mientras los indgenas estn

    preocupados por sobrevivir, los negros mantienen vivo su

    complejo racial.

    Por todo esto y mucho ms llama la atencin lo que su-

    cede en Puerto Libertador: su pasado apasionante que aqu

    tratamos de colocar en sus reales dimensiones y el hecho

    de ser el municipio que ms ha padecido la violencia.

    En fin, de este pueblo resistente y abandonado podemos

    aprender bastante si queremos. La decisin est en las ma-

    nos de cada uno de nosotros.

    Victor Negrete

    B.

    Montera, septiembre de 1985

    8

    O

    Capitulo 1

    EL POBLAMIENTO

    El actual pueblo de Puerto Libertador, to?ava llamad?

    Bijao lo fundaron el 14 de mayo de 1941. SIendo corregi-

    miento de Montelbano, la Asamblea del dep~r~amento de

    Crdoba lo elev a categora de cabecera municipal por Or-

    denanza nmero 006 del 10. de noviembre de 1980.

    El nuevo municipio cuenta con una extensin de 2~4.000

    hectreas y una poblacin cercana a los 23.000 h.abItantes,

    de los cuales unos 4.500 viven en la cabecera. ~Iene 5 co-

    rregimientos y 17 caseros. La temperatura media es de 29

    grados centgrados y se encuentra a 154 kilmetros de

    Montera, la capital del departamento.

    El poblamiento del lugar no es tan reciente como se pue-

    de suponer por la fecha de fundaci~. yiene de mu~ho,s

    aos atrs y en su transcurso han participado grupos ind

    genas, negros, espaoles, antioqueos, sinuanos y sabane-

    ros.

    Los indgenas

    Cuando Alonso de Heredia lleg a principios de 1535 a

    la cuenca del ro San Jorge (Panzen ), existan dos asenta-

    mientos indgenas importantes bien diferenciados:. Jegua al

    norte y Yap (Ayapel) al sur. Siglos antes estos mismos ~u-

    gares y otros correspondientes a las cuencas de los nos

    9

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    Cauca y Magdalena, fueron ocupados por un grupo tnico

    que construy canales de control de aguas para drenar las

    llanuras inundables, plataformas artificiales de viviendas y

    montculos funerarios .

    El impacto de la conquista alter profundamente el rit-

    mo de vida, trabajo y creacin que llevaban estos grupos en

    Panzen, a tal punto que nunca lograron sobreponerse.

    Muchos huyeron a las montaas tupidas del nacedero del

    ro San Jorge pero de manera desorganizada.

    Hasta el momento no contamos con fuentes suficientes

    que nos indiquen el establecimiento de comunidades o

    pueblos de estos indgenas en el Alto San Jorge.

    El pueblo de San Cipriano

    Segn los datos que poseemos a mediados de los aos de

    mil setecientos lleg a la zona del San Jorge un alto nme-

    o de indigenaS;;hocoes provenientes de la provincia del

    Choc. Se calcula eran ms de doscientos, junto con caci-

    ques y capitanes, los que buscaban refugio, huyndole pro-

    bablemente a los espaoles o a grupos indgenas enemigos.

    Al final se establecieron en la orilla del ro San Jorge, en

    la boca de una quebrada que llamaron San Cipriano, un po-

    co ms arriba del corregimiento de Juan Jos hoy en da.

    Cerca de este sitio, a dos das subiendo por el ro, se en-

    contraba la mina Soledad del marqus de S-I t lC.oa.con

    ms de 100 negros esclavos.

    Y

    tambiencerca, pero bajan-

    cfo';senallaba otra mina que llamaban Ur con abundancia

    de negros ,

    1. Ver Orlando Fals Borda. Resistencia en el San Jorge. Carlos

    Valencia Editores, Bogot, 1984. Clemencia Plazas y Ana Mara

    Falchetti de Senz. Asentamientos prehispnicos en el Bajo Ro

    San Jorge. Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Naciona-

    les. Banco de la Repblica, Bogot, 1981.

    2. Declaracin de Faustino Lorenzo Gmez, vecino de la Villa de

    San Benito, sobre los indios del paraje nombrado San Cipriano.

    Noviembre 20 de 1782. Archivo Histrico Nacional de Bogot

    1 ;

    Estas minas as como las de Pen o El Penal y R en la

    quebrada de San Juan; las de San Pedro (llamadas de San

    Juan en la actualidad) en la quebrada de Sa~ Pedro

    Y

    las

    de las quebradas Las Claras, Man, San AntOnIO Y Ure, co-

    menzaron a explotarse antes de 1740

    3

    ,

    Faustino Lorenzo Gmez en la misma declaracin ase-

    gur que los indios eran muy dciles y tratables; ~nda-

    ban desnudos, trataban legalmente con los que alla s~-

    ban les compraban fiado por una o dos lunas y cumpli-

    da la fecha pagaban en oro; de este ~etal no sacaban

    ms que el necesario para pagar. Hacan barquetas, te-

    nan sus estancias y sus rozas. Entre ellos no haba muer-

    tes ni peleas, ni aun en sus grandes bebezonas, porque

    en tales das cuatro indios en buen estado se encargaban

    de recoger

    Y

    guardar todas las armas y evitar que suce-

    diera algn

    exceso .

    Tiempo despus de la fundacin de San Cipriano, .las

    autoridades de la Villa de Ayapel, al mando de. Fehpe

    Francisco de Njera, Capitn Aguerra de la locahdad, se

    enter de su existencia Y visit el lugar. Le 1l.am.~tanto la

    atencin la docilidad de los indios que conslgulO .co~ sus

    superiores el levantamiento de un rancho ~ue sirvi de

    iglesia

    Y

    algunas visitas de religiosos que bautizaban y casa-

    ban cada vez que iban .

    (AHNB).

    Caciques e Indios (Colonia).

    Tomo l. Folios 373a ..

    427r. Vctor Negrete B. Montelioano,

    pasado

    y

    presente.

    Fun-

    dacin del Caribe. Montera, 1981, pgs. 20 y 21.

    3. Negrete, ib pg. 21. Declaracin de Jos de la Calle Ar~nzolo,

    Regidor depositario general del Juzgll:do Civil de la V .l~ade

    Momps, sobre San Cipriano, donde afirma que la f,undaclOn de

    la mina Ur que se hallaba cerca del pueblo se llevo a cabo p.or

    estos aos. Mornps, agosto de 1792. AHNB. CacIques e IndIOS

    (Colonia). Tomo 44. Folios 939 a 947.

    4. Declaracin de Faustino Lorenzo Gmez, material citado.

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    ~ pesar del i~ters de las autoridades de Ayapel no fue

    posible _conseguir cura permanente para San Cipriano en

    van~s ~os. El rancho se vino abajo y el deseo de someter

    los mdlgen~ al control administrativo y eclesistico de la

    Corona espanola no se cumpli a satisfaccin, debido en-

    tre otr~s cosas, ~ problemas de jurisdiccin, falta de di~ero

    y ~a misma lentitud o corrupcin de los funcionarios e~

    panoles en Ayapel, Momps, Cartagena y Santa Fe.

    En 1781 Vicent~ G.o~lez Belandres, entonces Capitn

    Aguerra de Ayapel

    insisti

    en la necesidad de nombrar cura

    pe~anente para San Cipriano y poder efectuar como es

    debido el cobro de tributos para la Corona.

    Par:..alenarse de razones viaj en diciem bre de este mis-

    mo ano al poblado y levant un censo con el siguiente re-

    sultado:

    36 ~nd~ostiles entre los 18 y 50 aos de edad.

    51 indias de viente entre los 15 y 60 aos de edad

    13 chinos de 7 hasta 16 aos de edad. .

    8 chinas de 7 hasta 10 aos de edad.

    20 chinos al pecho entre 1 y 6 aos de edad.

    10 chinas al pecho entre 1 y 6 aos de edad.

    Total: 148 habitantes' .

    Con este informe y la posibilidad de recaudar ciertos in-

    g esosp?~ concepto de tributos a los indgenas, las auto-

    ndad~~ irnciaron las diligencias para nombrar, con alguna

    estabilidad, un religioso en el pueblo. Pero stas slo em-

    p~zaron. a copcretarse en abril de 1785 cuando el.Arzo-

    b~~

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    tizos que trabajaban por

    las

    quebradas cercanas? Los otros

    terminaron regados por Cceres, Ayapel, quebradas de Man

    y San Pedro, ro San Jorge, angosturas del ro Cauca, algu-

    nas familias se quedaron hasta su fallecimiento en la mina

    de Ur y otras en el pueblito de Caas Gordas cerca de la

    mina Soledad, que empez a fonnarse con gente libre que

    andaba por esos contornos y algunos indgenas chimilas de

    los recogidos por el padre Palacios de la Vega.

    En este mismo ao

    el

    Capitn Aguerra de Ayapel solici-

    t comisin para viajar a San Cipriano y llevar a cabo un

    nuevo intento para la reduccin de los indgenas pero sus

    superiores, enterados de la situacin por declaraciones con-

    sideradas veraces, negaron la peticin y le pidieron abando-

    na.r. el proyecto por considerar difcil la gestin, de poca

    utilidad lo que podra resultar y de gastos que nunca se

    recuperaran 8 _

    De esta manera las autoridades espaolas abandonaron a

    su propia suerte quizs el ms importante ncleo indgena

    que se estableci en el Alto San Jorge.

    El p.roce~o que sigui despus fue de acomodamiento y

    sobrevlvencla. Las mmas con sus rancheras colmadas de

    ne~ros y algunos i?dgenas y los pueblitos de San Cipriano,

    Canas Gordas, Ure y Plan de San Pedro continuaron exis-

    tiendo, pasando por buenas y malas pocas, muchas veces

    a punto de desaparecer por falta de pobladores o

    de

    recur-

    sos para vivir con tranquilidad. A los contrabandistas ban-

    didos y comerciantes se le sumaron verdaderas oleadas de

    colonos en busca de raicilla, balato, madera y caucho.

    ,Los indgenas por lo general levantaban casas

    Y

    mante-

    rnan rozas en los sitios donde residan con alguna estabili-

    dad, mientras otros continuaban vagando incansables de

    7. D~cIaracin de Jos Antonio Anaya, Mayor Administrador de la

    mina Soledad, sobre el pueblo de San Cipriano. Ayapel, junio de

    1792. AHNB, material citado. Tomo 44. Folios 939-947.

    8. Ver declaraciones, diligencias y resoluciones sobre esta peticin

    en el AHNB, material citado. Tomo 44. Folios 939-947.

    14

    .,

    un lugar para otro pero siempre tirando a lo profundo de la

    selva, a lo inhspito.

    A finales del siglo XIX Luis Striffler, qumico alsaciano

    que lleg a

    Cartagena

    en

    1841

    con el propsit? de bu~ar

    oro en el Alto Sin, recorri la zona y observo que los m-

    dgenas tienen el modo de vivir ms soez a que pueda lle-

    gar la especie humana ... Nada tienen, nada hacen, nada

    apetecen... Son seres que n? han adoptado de nuestra

    civilizacin ms que el aguardiente, que piden a todos los

    que pasan por esos parajes? , Tambin se dio cuenta que

    los indios oriundos de San Pedro no ocupaban ya el

    lugar en su mayor parte, pues haban sido reemplazados,

    id d Anti .

    10

    casi en su totalidad, por negros veru os e ioquia .

    Con el paso del tiempo la zona del

    Alto

    San Jorge. no

    perdi su encanto y peligrosidad. En 1900 ~sta?a conside-

    rada como reino de los negros rebeldes, los indgenas fero-

    ces los maleantes sanguinarios y los colonos mestizos ms

    aventureros, donde las leyes y autoridades de la repblica

    no cumplan ninguna funcin. La lejana de los centros po-

    blados lo intrincado de las trochas y lo difcil de los cau-

    ces de' ros y quebradas, alimentaba y exageraba la reali-

    dad.

    A pesar de todo la iglesia segu a pendiente de sus mora-

    dores y se mostraba interesada en llegar ha~ta la zor:a. Dos

    nuevos intentos se llevaron a cabo en los primeros anos del

    presente siglo: uno fue el de un grupo de religiosas an~io-

    queas de la congregacin de Mara Inmaculada, orgarnza-

    das por Laura Montoya Upegui, la Madre Laura, quien co-

    menz en

    1917

    a interesarse por la vida miserable y paga-

    na que llevaban los indgenas y negros de Ur y sus aire-

    9. Ver

    El ro San Jorge,

    Editorial Montera. Montera, 1958, pg.

    175. Esta obra la escribi en 1880 en San Marcos, donde paso

    la mayor parte de los aos como notari~ y. relato: de. la vida

    Y costumbres de esta zona de la costa atlntica. Seis anos des-

    pus regres a Europa donde muri al poco tiempo.

    10 lb

    pg. 177.

    5

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    9/82

    dedores. Y el otro fue el de los misioneros del Pontificio Y

    Real Seminario de Misiones Extranjeras establecido en

    Burgos (Espaa) en 1921, ms conocido como la Misin o

    los Misioneros de Burgos.

    La Madre Laura nos cuenta en su autobiograf ia ' las

    sorpresas que se llev en los diferentes caseros por donde

    le toc pasar de Ayapel hasta Ur. En todo el camino no

    vimos esposas sino vctimas desdichadas que ignoraban has-

    ta que lo eran. No haba matrimonio ... la unin natural era

    una serie de historias desgarradoras de crueldades. El pre-

    cio por el cual ordinariamente se compraba una mujer era

    el de cuatro cabezas de res o una mquina de coser . (pgs.

    649-650).

    El casero de las Bocas del ro Ur (punto donde de-

    semboca en el ro San Jorge) estaba lleno de gentes, los

    ms miserables por dentro y por fuera ... tanta mugre, tan-

    tas enfermedades, que aquello paree a una leprosera. Tan

    malos olores ... en fin, un calor, una nube de zancudos ...

    (pg. 652).

    Los misioneros de Burgos llegaron al pas en 1923, por

    invitacin que les hizo monseor Pedro Brioschi, obispo

    de Cartagena. Aquellos vinieron con el firme propsito de

    adelantar su labor en el Alto San Jorge. Apenas acordaron

    el rea de trabajo (la cuenca del ro San Jorge, desde la

    Boca Perico por la orilla izquierda del ro Magdalena hasta

    el nacimiento del primero en las montaas de Antioquia),

    nom braron los responsables: el padre Marcelino Lardizbal

    como Prefecto Apostlico de la Misin del San Jorge con

    Sede en Ayapel y el Padre Jos Gabald, encargado inicial-

    mente de San Benido Abad y San Marcos .

    11. Autobiografa de la Madre Laura (Fundadora de las Misioneras

    de

    Mar a

    Inmaculada y Santa Catalina de Sena). Editorial

    Bcdout, 1971.

    12. Orlando Fals.

    Obra citada,

    pgs. 183AB a 198AB. William

    Guzmn.

    Apuntes sobre Juan Jos,

    manuscrito, Juan Jos,

    Puerto Libertador, 1985.

    6

    f

    r

    -

    E n el centro el padre Antonio Prif ~o, de los

    misioneros de Burgos, en compan la de ~us

    . s los hennanos E varisto y Cetestino

    paisanos,

    Lombilla radicados en Montelbano.

    Fue el padre Lardizbal quien hizo una pri~era visit~ d~

    . ., 1b U ' Cuando llego a este lti-

    mspeccion a Monte

    1

    ano y re. .

    mo lugar encontr ya establecidas Y con trabajo ~delanta-

    d 1

    li . de Mara Inmaculada Postenormente

    o a as re igiosas

    trabajaran juntos en toda la zona.

    En diciembre de

    1929

    el padre Jos Gabal~ en ausencia

    de Lardizbal autoriz a los padres Francsco Santos y

    Claudio Murga adelantar una visita al Alto San Jorge. En la

    7

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    10/82

    carta les pide q 1

    , ue ~ v~slta sea lo ms completa posible, re-

    corriendo hasta los ultimas II'ml'tes de la i isd ., d I

    P f t e a juns rccion e a

    ,re ec ura, tomando nota del nmero de personas case-

    n,os, necesl~ades

    en fin, de todo aquello que sea ~onve-

    mente para mtenslflCar la labor misionera,., I3.

    La visit~ principi los primeros das del mes de enero de

    1,930.

    PartJ:ron de Ayapel y siguieron por

    PalotaI

    La Glo-

    na, Montehbano, Ure, Quebrada de Ro Verde (afluente

    d~l San ,Jorge), quebrada de San Juan, Salado, Juan Jos,

    R:IO,~UCIO[afluente

    de l

    San Jorge) en lmites con la juris-

    dlCclO~ de l prroco de Ituango, Soledad Pital, San Pablo

    ~a, Calda, ~l Tablado, San Cipriano y El Carmen; esto~

    ultimas habitados apenas por indgenas.

    Las jornadas son penossimas y requieren guas vetera-

    nos, El terreno es quebr~do, la s continuas subidas, bajadas

    y

    paso de ~~ebradas no impiden que nos deleitemos en la

    contemplacn del paisaje que es hermossimo .. , Hay rbo-

    les gIgantescos en tamao y altura . (pg.

    16).

    Los primeros indios que v en la quebrada de ro Verde

    me llamaron la a,ten~in por la carencia de vestidos, la po-

    br~za de sus habitaciones, la mirada triste de sus mujeras.

    el Imperfecto des~rrollo de, s~s nios .. , todo indica que es-

    tamos en presencia de los ltimos vestigios de una raza lla-

    mada a desapareCE? si se obstina en vivir en su aislamiento,

    Sus tambos o bohos son unas habitaciones de forma circu-

    lar, con un techo en forma de cono levantado sobre postes

    de madera, ~ la altura de tres metros tiene un piso de

    c,hontas o canas ~uertes rajadas por el medio y colocadas

    SImplemente una Junta a la otra, sin ms clavos ni armarres

    al cual se sube por un palo en que se han hecho unos cortes

    o n:ue~,as para colocar los pies. Sobre ese piso y en una

    habltac,l~n se dese,nvuelve toda la vida del indio y de toda

    su famIlIa: es cocina, comedor, dormitorio, todo, El agua

    13. 7a ~ citada en el informe Impresiones de una visita a los Altos

    (.e an Jorge,

    escrito por el padre Santos en la revista M ,

    1~~traJcras del Clero Secular Espallol (Seminario de B~s::onS)s

    , no

    Ir.

    Burgos, dicicm hro

    de 1930. Nmero 5. '

    18

    .

    ,

    ~

    ,

    de lavar los pocos tiles de cocina, junto con todos los res-

    tos de comida y todo lo que les sobra, lo derraman en el

    mismo piso y va a caer al piso bajo donde se encargan de

    aprovecharlo puercos y gallinas que se cran en abundancia

    en casi todos los tam bos ... (pg. 17).

    En la quebrada de San Juan conoc al indio Arcadio,

    era el cacique de todos, adems jaivan y curandero y re-

    presentante del seor Alcalde de Ayapel para ejercer la au-

    toridad entre los de su raza. Era .respetado y temido al

    mismo tiempo . (pgs.

    17

    y

    18).

    Juan Jos es un pueblecito de unas trescientas casas.

    Los hombres .visten desnudos, con una simple paruma que,

    amarrada a la cintura no les pasa del medio del muslo, las

    mujeres se distinguen porque su paruma es ms larga, pues

    casi les llega a las rodillas, y algunas, sobre todo las solte-

    ras, llevan un pauelo anudado al cuello que les cubre el

    pecho. Vienen provistas de frutas de achote y jagua, que

    dan agua de colores rojo y negro respectivamente, para pin-

    tarse la cara, adornos que emplean mucho, tanto ellos

    como ellas. Las mujeres solteras se pintan la cara, los bra-

    zos y hasta el pecho formando artsticos crculos, alternan-

    do los colores negro y colorado, sirvindoles como moldes

    los dibujos grabados de antemano en unas tablillas que em-

    plean a manera de sellos. Las que ya tienen marido se

    pintan menos . (pg.

    19).

    En su recorrido el padre Santos tambin observ que en

    Soledad se encontraban indgenas y por los alrededores va-

    rias fincas de antioqueos. Gloria, Palaustre y La Flecha,

    eran los nombres de algunas. En total, el can de ro

    Sucio alojaba unas ochenta familias antioqueas. Sembra-

    ban cacao y maz.

    Los misioneros de Burgos trabajaron en la zona durante

    46 aos. La labor proselitista que desarrollaron se limit a

    la evangelizacin y muy poco a mejorar las condiciones de

    vida lamentables de los indgenas y sus pueblos o asenta-

    mientas. Hasta cierto punto este proceder influy en la

    19

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    11/82

    desocupacin de algunos sitios. Por esta razn tal vez no

    nos extra demasiado que el investigador norteamericano

    B. Le Roy Gordon, en diferentes visitas que hizo a la zona

    durante los aos comprendidos entre 1950 y 1952, encon-

    tr que en el estrecho valle del ro Ur, que se extiende

    casi veinte millas hacia el sur sobre la poblacin de Ur, no

    hay familias indgenas a seis millas a la redonda. La prime-

    ra vivienda indgena se encuentra a dos millas selva aden-

    tro. Ms all hay media docena de familias que viven a lo

    largo del ro y una familia en cada uno de los tres o cuatro

    afluentes ms grandes. Los indgenas aqu han contrado

    matrimonio y estn en permanente contacto con la gente

    de los distritos vecinos ... 14

    Cuando termin la Misin de Burgos en 1969, su territo-

    rio fue repartido entre las dicesis de Sincelejo, Magangu

    y la Prelatura del Alto Sin y San Jorge con sede en Mon-

    telbano. Esta ltima comprende los municipios de Mon-

    telbano, Tierralta, Buenavista, Puerto Libertador y

    Ay

    apel

    con parroquias en Montelbano, Ur, Puerto Libertador,

    Juan Jos, Tierralta, Tierradentro, Ayapel y Buenavista.

    La Prelatura no cuenta con suficientes sacerdotes y la

    mayora de ellos miran con cierto desdn las acciones de

    pastoral social que beneficien a las comunidades necesi-

    tadas. Al tiempo el nmero de creyentes protestantes les

    est creciendo considerablemente.

    La excepcin a esta apata la constituyen los colegios

    Cooperativo de Puerto Libertador y El Rosario de Monte-

    lbano, la gran labor social de la Parroquia de Tierralta en

    los campos de la educacin, cultura, la salud, la organiza-

    cin campesina y el deporte y el empeo de las religiosas

    de la orden de la Madre Laura en Juan Jos que atienden

    la escuela, el puesto de salud y se preocupan por fomentar

    las organizaciones de base; al parecer siguiendo las ense-

    anzas que, en la misma zona, distingui a su inspiradora.

    11. Ver su obra El Sin geografia humana y eco log ia Carlos Valen-

    cia Editores. Bogot, 1983, pg. 45.

    20

    Iglesia de Puerto libertador. A la izquierda la entrada del

    Colegio Cooperativo.

    Ejemplos de sacerdotes como Jos Antonio Cano, pri-

    mer prroco de Puerto Libertador, no se encuentran con

    frecuencia. Todava lo recuerdan cuando animaba acciones

    comunales, grupos juveniles deportivos y cvicos y ayuda-

    ba en las construcciones de cementerios y carreteras.

    En la actualidad el mayor ncleo indgena se halla en

    Juan Jos, cerca de donde qued San Cipriano.

    y

    hay fa-

    milias desperdigadas por las montaas del sur.

    Los negros

    Se cree que un buen nmero de ellos lleg a finales del

    siglo XVII, fugados de las minas de Buritic, Cceres, Re-

    medios y Zaragosa

    y

    se establecieron en distintos puntos

    del rea comprendida hoy en da entre las quebradas de

    Ur y San Pedro.

    Durante mucho tiempo vivieron libres y autnomos. Ca-

    zaban, cultivaban y sacaban oro de las quebradas y minas.

    A veces les toc ~udar los pueblitos por razones de clima,

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    12/82

    desastres naturales, plagas o por simple conveniencia. El

    ms importante de ellos fue Ur, actual corregimiento de

    Montelbano.

    Ur y los llamados terrenos de Ur

    Antes se le conoci con los nombres de Or, Urute o

    Urar. Una mina cerca de San Cipriano se llam Ur antes

    de 1740. En varias oportunidades el pueblo cambi de

    nombre y de lugar hasta quedar donde se encuentra en el

    presente.

    Los negros vivan del cultivo del pltano y la pesca. Tra-

    bajaban poco las minas hasta cuando apareci el Capitn

    Alonso Gil de Arroyo como propietario de los llamados

    terrenos de Ur y los oblig hacerlo en condicin de es-

    clavos. Los negros pues, no eran tan temidos como hicie-

    ron creer los funcionarios espaoles. Los terrenos eran

    un inmenso globo de tierra que abarcaba todo lo compren-

    dido entre el ro San Jorge y la quebrada de Can hasta el

    nacimiento de la quebrada de San Pedro. Ms o menos

    unas 213.000 hectreas.

    El hecho que le hayan otorgado al Capitn Alonso Gil

    estos terrenos se debi en gran parte a las informaciones

    exageradas que rindieron los propietarios de minas y

    funcionarios espaoles acerca de las fugas de los negros y

    existencia de palenques invencibles en el Alto San Jorge.

    Tambin cont, claro est, el conocimiento que tenan

    de las muchas minas valiosas sin explotar que se encon-

    traban en el lugar.

    Las minas a explotar eran 13 de oro y 2 de cobre, loca-

    lizadas en distintos puntos de las quebradas San Pedro,

    San Juan, Can, Man, Ur y el propio ro San Jorge. En la

    misma regin se encontraban minerales como el nquel,

    hierro y carbn. En todas ellas se emple a esclavos ne-

    gros. Se sabe de dos, Soledad y Ur, la primera vendida

    por Gil al marqus de Santa Coa, donde trabajaban unos

    100 negros en cada una.

    Pero los negros no slo habitaban el pueblo de Ur y las

    rancheras de las minas se les encontraban regados en toda

    el rea, en Ayapel y otros parajes. El padre Joseph Palacios

    encontr a muchos de ellos en los sitios ms insospecha-

    dos. No hay indicios que se hayan degradado como s lo

    hicieron los 'ind genas .

    Una de las razones quizs es que la esclavitud a que es-

    tuvieron sometidos no fue tan intensa y prolongada como

    en otras partes. En efecto, en 1779 cuando muri el Ca-

    pitn, lo sucedi una seora momposina de nombre. Ana

    Mara de los Santos, quien al parecer no pudo contI~:lUar

    con la explotacin. Ni tampoco pudo hacerla la senara

    Mara de la O. Ceballos, su sucesora en 1840. Solo se re-

    gistr el intento de un espaol radicado en Magangu,

    de nombre Aldebo, quien se present como co-propieta-

    ro y empez a explotar las minas pero los negros se le

    insubordinaban a cada momento, hasta que en 1853 (dos

    aos despus de abolida oficialmente la esclav~tud) d?,

    jaron de hacerla de manera definitiva. Ese mlsm~ d a

    hubo una gran fiesta en el pueblo con presentaciones

    de tuna y baile cantao.

    Este tipo de fiestas no era nada extrao puesto que

    tenan organizado desde tiempo atrs grupos que inter-

    pretaban la tuna y el baile cantao. Todos los aos hacan

    giras que recorran a Cceres, Plan de San Pedro, Juan

    Jos y pueblitos similares.

    El misionero de Burgos, Francisco Santos, cuando los

    visit en 1930, consign en sus Impresiones: ... los

    uresanos son simpticos, hablan muy bien el castellano,

    tienen un tonillo en la terminacin de las frases muy

    agradable y su pericia en el arte musical es en verdad

    asombrosa (pgs. 14 y 15).

    Pocos aos antes la Madre Laura haba observado

    cuando lleg en canoa al pequeo puerto del pueblo que

    15. Para mayor informacin complementaria sobre el tema ver la

    obra citada

    de Vctor Negrote, pgs. 19 a 31.

    3

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    13/82

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    de la selva: ropa, drogas, herramientas, tabaco, ron, az-

    car, sal, caf

    y

    otros similares. Los vendan o cambiaban

    por raicilla, caucho, balata, oro. Fueron los comercian-

    tes.

    Con el paso del tiempo negociaron productos como el

    arroz y el cacao, despus la madera y el pescado; presta-

    ron dinero para adelantar cosechas, compraban mejoras

    y adquiran tierras. Al final resultaron siendo dueos

    de apreciables extensiones y controlando el comercio

    en toda la zona. Algunos montaron tiendas en las pro-

    pias haciendas o en los pueblos cercanos. La aparicin

    de fincas fue tal que en el solo can de Ro Sucio, segn

    nos lo relata el misionero Francisco Santos en sus

    Impre-

    siones,

    habitaban en 1930 as ochenta famIlias antio-

    queas, que demostraban, con vivir aqu, que eran verda-

    deros artistas, que saban disfrutar con la contemplacin

    de esta belleza austera y brava. Despus de grandes tra-

    bajos lograron convertir esta montaa inculta en terrenos

    de abundante produccin. Sembraban el cacao, y a los dos

    aos estaba cargado de frutos, mientras en otras partes

    tarda cuatro y cinco aos. El maz daba dos y hasta tres

    cosechas cada ao; con solo tumbar el monte y depositar

    en el suelo la semilla despus de quemar el ramaje ... As

    se explica el aumento progresivo de esta poblacin y se

    le puede presagiar, en un futuro muy prximo, una gran

    riqueza . (pg. 25).

    Por estos mismos aos aparecieron las primeras fincas

    marcadas por antioqueos cerca de la mina de San Pedro.

    Los hermanos Juan y Antonio Arroyabe marcaron El

    Reposo y Emilio Jaramillo Meza, propietario en un tiem-

    po de la mina, hizo lo mismo con una finca inmensa,

    Ro de Janeiro.

    As pues, los antioqueos llegaron a la zona por dis-

    tintas vas

    y

    variados intereses: trochas, caminos y cau-

    ces de ros y quebradas sintieron la presencia de sus mi-

    neros, ganaderos, agricultores y comerciantes. Pero las

    cosas no pararon aqu. El general antioqueo Pedro Nel

    26

    O~pina impuls dos proyectos de envergadura que te-

    man que ver con el Alto San Jorge: la construccin del

    Ferrocarril. Troncal de Occidente y el establecimiento

    d e

    laColoniaPenalde Antad ..-- --

    El general y su familia, como se sabe, eran dueos en

    1918 de unas 70.000 hectreas distribuidas en el Bajo

    Caii-a,s-i~Y- Sfhu.-' _' .-- _ o _ o

    .-._.._-_.-:=.--=---

    La idea del Ferrocarril vena desde finales del siglo

    pasado. Partira de Cartagena, seguira por territorio

    antioqueo, ro Cauca hasta Cartago y finalmente Po-

    payn. Siendo Presidente de la Repblica autoriz me-

    diante expedicin de la ley 102 de 1922 la consecucin

    de emprstitos para su construccin.

    Los trabajos comenzaron en 1925 y se intensificaron

    de 1926 a 1930 gracias a los fondos obtenidos de la

    indemnizacin americana por el despojo de Panam.

    Las obras se suspendieron en este ltimo ao a causa de

    la crisis mundial.

    La madre Laura cuando anduvo por la zona se encon-

    tr en la Boca de la quebrada de Ur con varios ingenie-

    ros antioqueos en busca de caminos para el ferrocarril

    (pg. 652). .

    En cuanto a la Colonia Penal de Antad, sta fue au-

    torizada por ordenanza del mes de marzo de 1920 sien-

    do gobernador el general Ospina. La Colonia, situada

    en las cabecer~s de los ros Sin y San Jorge, comenz

    con 2.000 hectareas, luego la nacin le cedi 6.000 ms.

    Por. la violencia salvaje que se origin en la zona la

    Col~~la desapareci en 1950 pero fueron muchas las

    f~~has de colonos que alcanzaron a establecerse en la

    reglO.

    n

    . En la actualidad buen nmero de ellos o sus des-

    cendIentes se encuentran en los pueblos del Alto San

    Jorge.

    18. Berrocal,

    obra citada

    pgs. 162 a 198.

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    15/82

    Con las religiosas de las rdenes de Mara Inmaculada

    y la Madre Laura, de los presidiarios de la Colonia Penal,

    de los mineros, agricultores, ganaderos y comerciantes,

    los antioqueos han sido el grupo que ms han influido

    en todo el municipio y buena parte de la zona del San

    Jorge. Se cree que un 35

    0

    ,0 de la poblacin total de Puerto

    Libertador es antioquea.

    Los sinuanos y sabaneros

    El sinuano es un colonizador nato. As lo demuestran

    sus acciones por el Darin, Choc, sur de Bolvar, Nech

    y San Jorge. En 1787 el padre Joseph Palacios de la Vega

    se encontr con varios de ellos en quebradas y bocas de

    cinagas, integrados ya a la geografa ruda y resistente de

    la selva. Estos fueron de los primeros en llegar.

    Sinuanos y gente sabanera, de las sabanas de los hoy

    departamentos de Crdoba y Sucre, comenzaron despus

    a interesarse por los llamados terrenos de Ur . Mar-

    charon en busca de raicilla, balata, caucho y madera.

    Ya en la zona observaron que era muy rica en pesca y

    caza. Bagre pintado, eque, guaguas, zanos, manaos,

    dantas, pavascongonas y el pafuil, esa especie de pavo

    o pisco silvestre que trasnochaba a la gente con su pujido

    caracterstico, se daban en grandes cantidades. Sobresa-

    la en el paisaje la exuberante produccin de bijao, plan-

    ta muscea de hojas grandes y suaves

    que

    en la mayor par-

    te del departamento se usa para envolver carnes o alimen-

    tos cocinados. Pero los colonos, adems, le dieron otro

    uso: la utilizaron para forrar techos y paredes de las en-

    ramadas que hacan para protegerse del sol y de la lluvia.

    Fue tal la abundancia de la planta y el empleo en la

    construccin de los ranchitos que al lugar se le empez

    a llamar

    Bijao,

    8

    La raicilla

    Es una plantita parecida al cafeto cuando est pequeo.

    Su raz era de enorme utilidad en la preparacin de me-

    dicamentos. Fue muy apetecida en los mercados de Mon-

    tera y Cartagena.

    Existan dos clases de raicilla: la de agua, de raz gruesa,

    soltaba un lquido de sabor un tanto dulce y la amarga,

    de raz delgada, resistente, amarga y seca. Esta era la va-

    liosa. La primera no era comercial. Los viejos raicilleros

    las distinguan porque la de agua tena la hoja redondeada.

    Para extraer la raz se escarbaba con la punta del ma-

    chete alrededor de la planta, procurando sacada lo ms

    entera posible. Ya extrada la partan en pedacitos y los

    echaban en la mochila, despus la secaban al sol para

    poder venderla a buen precio.

    Los raicilleros llegaban en cuadrillas con los atuendos y

    tiles indispensables: hamaca, cobija, dos mudas de ropa,

    lmpara de mano, machete y provisiones. Ya en la mon-

    taa improvisaban un rancho a manera de campamento

    donde llegaban a dormir o levantaban enramadas en los

    sitios donde los coga la noche.

    Se asegura entre los raicilleros que quien encontraba

    un gran lote de raicilla y no la sacaba de inmediato por

    continuar buscando otro mejor, cuando regresaba ya no

    daba con l. O si iba a raicillar de mala fe con los compa-

    eros no encontraba nada' .

    El balato

    Es un rbol que crece bastante, produce una sustancia

    blanca parecida a la leche, la que era extrada, procesada

    y

    vendida en los mercados de Magangu y Cartagena.

    19. Entrevistas con viejos raicilleros. Puerto Libertador, marzo de

    1985.

    9

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    16/82

    Para sacar la sustancia suban al rbol lo ms alto po-

    sible, ayudados por espolines y cinturones de seguridad

    con el propsito de hacerle surcos o canales a todo lo

    largo de la corteza, de ellos chorreaba el lquido que

    caa en bolsas plsticas colocadas al pie del rbol.

    Acumulada una buena cantidad la echaban en grandes

    pailas y sometan a la accin del fuego. Resultaba una

    pasta parecida a la panela de la caa de azcar. Este pro-

    ducto se despachaba a los centros de consumo.

    Cuando surgieron haciendas ganaderas la madera del

    balata se utiliz de poste en los corrales de bareta. Hoy

    se encuentra en proceso de extincin.

    La madera

    Por lo general fueron comerciantes de Magangu y

    Barranquilla los que contrataban cuadrillas de hombres

    para cortar madera en las montaas prximas a las orillas

    de los ros.

    Las cuadrillas llegaban al lugar indicado, alzaban ran-

    chos donde descansar y comer y durante un tiempo se de-

    dicaban a la tala de madera en vigas o trozos que luego

    conducan por los cauces hasta un lugar ancho del ro.

    All ataban varias vigas y formaban balsas inmensas que

    eran trasladadas hasta Barranquilla por hombres exper-

    tos, conocidos como

    balseros.

    La tarea de guiar estas balsas requera pericia, conocer a

    la perfeccin ros y quebradas y mucha paciencia. El viaje

    tardaba varios das. Una vez entregada la madera regresa-

    ban a llevar un nuevo viaje.

    El caucho

    La extraccin de caucho fue obra ms que todo de los

    negros. Los que se dedicaron a esta actividad vendan el

    producto a comerciantes de Cartagena que llegaban hasta

    la misma zona.

    30

    Muchos de los Que llegaron a buscar estos productos no

    regresaron a sus lugares de origen. Se quedaron realizando

    los mismos trabajos o se decidieron a abrir claros en la

    selva para hacer cultivos, construir casas y levantar familia.

    A todos estos se les sum una cantidad apreciable de

    mozos o peones (vaqueros, hacheros, corraleros, bogas y

    caseros entre otros) que haban sido enganchados

    mediante avances por un tiempo determinado durante

    el proceso de apertura y consolidacin. de las hac~endas

    en Montelbano. En fin, podemos decir que el numero

    exacto o aproximado de colonos que entraron a los te-

    rrenos de Ur en las primeras dcadas del presente siglo

    nunca se sabr. Se sabe s que fueron muchsimos los que

    ocuparon o marcaron pedazos en distintos puntos de

    ese globo extenso de tierra.

    Algunos tuvieron problemas con Jos Luis Pa~iza .y

    Ayos, quien en 1870 apareci como nuevo propietario

    de los terrenos de Ur . Como no contaba con los re-

    cursos necesarios y los negros se opusieron a la esclavi-

    tud las minas continuaron sin explotar. Entonces deci-

    di' considerar a los negros como colonos

    y

    cobrarles

    terraje (especie de impuesto por la ocupacin de las

    tierras) de acuerdo con la extensin del terreno ocupa-

    do. Adems, todos los colonos, negros y mestizos, te-

    nan el compromiso de venderle exclusivamente a l

    y su familia.

    Esta situacin persisti por varios aos hasta 1907,

    fecha en que los colonos se negaron a seguir pagando te-

    raje. Pero el golpe de gracia lo recibi en 1944 cuando

    el Ministerio de Agricultura declar baldios los terre-

    nos de Ur y principi a conceder ttulos de propie-

    dad a personas que solicitaron adjudicaciones.

    Puerto Libertador

    Tres aos antes de esta determinacin del Ministerio

    de Agricultura, un grupo de colonos provenientes de

    3

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    17/82

    Sahagn fundaron a Puerto Libertador. Uno de ellos,

    Francisco Calle Cali, explic su vida y cmo llevaron a

    cabo la fundacin: Yo nac un mes de octubre de 1900

    en Sahagn, sabanas de Crdoba. Siendo muy nio me

    trajeron a Los Zambos, una regin del actual municipio

    de Buenavista, pegado al de Montelbano. All me ter-

    min de criar y muri mi mam. Hecho un hombre me

    vine para El Anclar, donde me instal por un tiempo.

    En ese entonces apenas tena cuatro casas. Yo haba

    odo de lo bueno que eran estas tierras y tena que ser

    verdad por la cantidad de colonos que llegaban de todas

    partes.

    Estaba pues que me picaban los pies por venirme a co-

    nocer y, si era posible, quedarme por el resto de mis

    das.

    Cierto da, en mi afn de conocer ms estas tierras

    acept gustoso acompaar a Diego Arrieta a sem brar

    maz en la quebrada de San Antonio. Fue con nosotros

    Juan Mercado Villadiego. Una vez terminado lo que

    fuimos a hacer en ese clarito de la selva, anduvimos

    navegando en balsas por las quebradas de Lucas y San

    Pedro. Despus de mucho- andar llegamos por estos si-

    tios (Puerto Libertador). Nos gust mucho, pero el can-

    sancio y el hambre nos obligaron a recoger los pasos.

    Pudimos regresar al punto de partida gracias a una canoa

    que vena de las minas de oro de R y El Penal.

    Apenas regres a El Anclar vend mis cosas, habl con

    mis compaeros, compramos canoas, nos surtimos de

    todo lo necesario y vinimos con la intencin de quedar-

    nos. Me vine con mi hijo Pedro y con Diego Arrieta,

    Juan Mercado y Toms Cogollo. Mi mujer haba muer-

    to, por eso no la traje. A nosotros entonces nos toc fun-

    dar el pueblo. Esto sucedi el 14 de mayo de 1941. Cuan-

    do llegamos al punto de la barranca situado en la parte

    de atrs donde est hoy en da el Puesto de Salud, desem-

    barcamos y enseguida comenzamos a cortar rboles

    raspar la tierra y con palmas mil pesos hicimos la pri-

    ~ ~. ~' _~; ~::o

    - - - ,-

    Lugar donde desembarcaron los fundadores del pueblo.

    Actualmente queda detrs del puesto de salud. laman

    La Pea y es un sitio donde se baan nios y jvenes.

    mera choza. De aqu en adelante tumbamos monte bra-

    vo y sembramos yuca, ame, pltano. .. toda daba cose-

    cha. La comida era abundante: peces, tortuga, pava con-

    gona, zano, manao. Despus llevamos animalitos de co-

    rral. Haba un inconveniente: la plaga jejn.

    Pasado un tiempo cada uno cogi su pedazo. Luego

    sigui viniendo ms gente: Cristina Oyola y Jos Mara

    Andocilla, quienes se quedaron. Otros colonos pasaban

    en busca de raicilla, caucho y balata. Tambin vino gente

    a sacar madera en bruto, la conducan por las quebradas

    hasta Montelbano. Les decamos balseros .

    Me acuerdo de Manuel Mndez y Nicols Avendao.

    Duraban varios das tumbando rboles y para descansar

    construian pequeas chozas con techos y paredes de ho-

    jas de bijao, que aqu se daba en abundancia. Por esto le

    33

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    18/82

    pusieron el nombre de Bijao. Pero el oficial es Puerto

    Libertador. Se lo puse como al ao y medio de estar aqu.

    Me haba ido bien, pude salir de una serie de deudas que

    tena y una tarde exclam con alegra: Me libert en ese

    puerto De ah le vino el nombre.

    Sitio donde Rafael Calle levant la primera rancha.

    Slo Leonardo Sea nos molest en un comienzo.

    Lleg diciendo que l era apoderado de los Paniza, dizque

    los dueos de todas estas tierras y que tenamos la obli-

    gacin de venderle las mejoras o firmar un contrato de

    arrendamiento. Nadie firm ni vendi ? .

    En resumen: la mezcla entre indios y negros fue oca-

    sional y violenta al principio, en la actualidad no se re-

    gistra. El mayor nmero de uniones se d entre costeos

    (gente de Crdoba y Sucre, en su mayora) con los an-

    tioqueos. Costeos y paisas se mezclan un poco con

    los negros y nada con los indgenas. A pesar de la pre-

    sencia de antioqueos y costeos, Ur sigue siendo un

    pueblo de negros.

    20. Vctor Negrete B.

    Semanario Poder Costeo

    Montera, octu-

    bre 19 de 1979.

    Montelbano pasado y presente

    pgs. 41

    y

    42.

    34

    PO L MIENTO DE PUERTO L I ERT DOR

    I

    l

    ~Ro

    ~ El

    Peno

    ZONA EXPLOTACION CARBONIFERA

    ZONA EXPLOTACION AUR1FE RA

    o

    CORREGIMIENTO

    CABECERA MUNIC lPA. l

    PUEBLOS ANTIGUOS

    MiNAS ANTIGU/ .S

    o

    35

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    19/82

    Capi tulo

    LAS MINAS

    El poblamiento y desarrollo de Puerto Libertador ha

    dependido en buena parte de la existencia y explotacin

    de sus minas. Como dijimos, stas empezaron a explotarse

    en 1742.

    Aunque se habla de 13 de oro y 2 de cobre las ms im-

    portantes fueron R, Pen o El Penal, San Pedro (tambin

    le dicen la Antigua o El Alacrn, ms conocida en la ac-

    tualidad con el nombre de San Juan), Soledad y Ur.

    El primero que empez a explotarlas fue el capitn Alonso

    Gil de Arroyo. Despus lo hizo el marqus de Santa Coa

    en la mina Soledad, comprada por ste al capitn. Ambos

    utilizaron esclavos negros. Pero a raz de la muerte del

    capitn en 1779, las minas, que ya trabajaban a medias,

    entraron en receso durante muchos aos. Los sucesores

    del capitn no contaron con los recursos para moverlas.

    esto no fue extrao, pues desde 1755 hasta 1780 apro-

    ximadamente, se registr en Antioquia (tierra de minas

    y mineros) y zonas aledaas una baja notoria en la pro-

    duccin de oro, originada por la escasez de fuerza de

    trabajo y el alto costo de los esclavos'. Un esclavo vala

    entre 225 y 250 pesos oro y los mineros deban pagar

    1. Ann Twinam.

    Mineros comerciantes y labradores: las races del

    espri tu empresarial en Antioquia: 1763-1810.

    Fundacin Antio-

    quea para los estudios sociales FAES . Medell in, 1985, pgs. 78

    79.

    7

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    20/82

    al momento de la compra una parte de contado y la otra

    por cuotas en un perodo de uno a dos aos.

    Sin los recursos necesarios por parte de los propieta-

    rios, incluso sin su presencia fsica, los negros pudieron

    dedicarse con cierta tranquilidad a la agricultura y la

    pesca. Slo las mujeres se dedicaron a sacar oro de las

    playas y las quebradas. Actividad sta que combinaban

    con los quehaceres domsticos.

    Ya en el siglo XIX, con la llegada de Aldebo, algunas

    minas se reabrieron parcialmente pero duraron poco tiem-

    po en produccin: los negros no aceptaron la esclavitud.

    En este mismo siglo antioqueos y extranjeros dieron

    muestras de inters por las minas de los terrenos de Ur .

    Tales son los casos de la Sociedad de minas de Antioquia,

    constituida por los aos de 1826 a 1827, que cont con

    la asesora de James Tyrrel Moore Stwart, el de la colo-

    nia agrcola prxima a Ayapel. Este ingeniero ingls di-

    rigi la construccin del primer molino de pistones que

    hubo en la Provincia de Antioquia para pulverizar los

    minerales .

    En 1838, vecinos de los caseros Ituango y Ceniza, cer-

    canos al hoy municipio de Puerto Libertador, salieron en

    busca de mina por los alrededores. Aunque no encontra-

    ron las que comentamos, s dejaron trochas abiertas para

    futuras excursiones. (Restrepo, obra citada, pg. 44).

    Se tienen vagas noticias que el ingeniero sueco Carlos

    S. de Greiff anduvo por la zona y posiblemente registr

    las minas cuando traz el mapa de Antioquia en 1857. Es-

    te ingeniero dirigi varios establecimientos mineros.

    (Restrepo, pg. 43).

    A finales del siglo un norteamericano llamado James

    Murray, enterado de la existencia de las minas, se intere-

    s por ellas. Consigui fondos, maquinaria y algunos

    2. Vicente Restrepo.

    Estudio sobre las minas de oro y plata en

    Colombia

    FAES. Medelln, 1979, pg. 43.

    38

    socios. Pero nunca pudieron comenzar, la explotacin

    orque cuando las denunciaron declarando las abando-

    ~adas, Paniza se opuso y le reconocieron sus derechos.

    Paniza sin posibilidades de explotar las minas por in-

    suficiencia de recursos, se vio obligado a arrendarlas.

    Cuando comenz el presente siglo algunas d~ ellas y.a

    estaban en produccin nuevamente, en especial las SI-

    tuadas en las laderas de las quebradas San Pedro ~ San

    Juan, o sea, R, El Penal, la Antigua o San ~u,an, SIendo

    sta la ms importante, situada a unos 30 kilmetros de

    la cabecera municipal, cerca del casero de San Juan.

    Como era de esperarse la mayora de los grupos o con:

    sorcios que arrendaron fueron antioqueos. Se destaco

    el formado por el empresario Emilio ,Jaramillo ~eza y

    el ingeniero de minas colombo-alemas Carl~s Bimber,

    por su capacidad econmica como_ por, el tiempo que

    permaneci explotndolas, unos 40 anos mas o menos.

    Las mquinas y herramientas fueron tradas de Mede-

    lln. En carro las transportaron hasta Valdivia, lugar

    donde llegaba la carretera. El resto del viaje lo hicieron

    en recuas de mulas pasando por Ur y por las propias

    aguas de la quebrada San Pedro en canoas y balsas mo-

    vidas a punta de canaletes y puyas o palancas. C~an~o

    se instalaron en la mina Antigua no encontraron rungun

    pueblo. El que exista, Plan de San Pedro, haba desa-

    parecido aos antes.

    Los trabajadores procedan de Antioquia, Sin, saba-

    nas Ur y Juan Jos. Vivan en ranchos improvisados

    llamados vara en tierra o en canillas , es decir, una

    serie de enramadas cubiertas con hojas de bijao o de

    palmas de cualquier otra clase sostenidas con tallos o ramas

    de rboles.

    Estas viviendas se encontraban por las inmediaciones

    de los lugares de explotacin. Existe uno, un cerro de

    mediana altura que todava conserva en sus tneles una

    39

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    21/82

    buena cantidad de herramientas y restos de maquinaria

    en completo deterioro por el largo tiempo de abandono.

    Tambin existe el camino empedrado, de una longitud

    de dos kilmetros, que comunicaba el cerro con el lugar

    donde se trituraba la piedra que contena el material. Pa-

    ra ello empleaban un molino movido por accin del agua

    que tomaban de la quebrada y conducan por un canal de

    legua y media de largo por un metro de ancho. Serva

    para mover una rueda de varios metros de dimetro.

    El sostenimiento del personal de la mina se hac a con

    provisiones tradas desde Valdivia en 12 mulas que tar-

    daban en ir y regresar unos 13 das. Y la corresponden-

    cia entre la mina y los propietarios en Medelln se efec-

    tuaba a travs de un hombre que demoraba 15 das en

    hacer el recorrido a pie por el camino de Ur.

    Restos de la maquinaria utilizada en la explotacin de la

    mina Antigua en las primeras dcadas del presente siglo.

    En 1945 inspeccionaron la mina R y encontraron fac-

    tible reanudar la explotacin pero, cuando todo estuvo

    listo en 1948, la violencia lleg a la zona con vigor. Los

    propietarios salieron de las minas, licenciaron a los tra-

    bajadores pero dejaron cuidanderos en los diferentes si-

    tios de explotacin, confiados en un pronto restableci-

    miento de la paz ' . Pero la paz no se restableci.

    Cerro Matoso

    En 1956 fueron descubiertos los ricos yacimientos de

    nquel, hierro y otros minerales de Cerro Matoso, una co-

    lina aislada que entonces meda 260 metros de altura,

    situada a 22 kilmetros de Montelbano (municipio al que

    pertenece) y a 21 de Puerto Libertador.

    En el yacimiento existen reservas probadas de 21 millo-

    nes de toneladas con un tenor promedio de nquel de

    2.7%, las cuales sern explotadas en los primeros 25 aos

    de operaciones. Adicionalmente hay 41 millones de tone-

    ladas con tenor hasta 1.50/0.

    La construccin de las instalaciones comenz en sep-

    tiembre de 1979, con un costo total de 400 millones de

    dlares y en junio de 1982 se inaugur oficialmente este

    complejo minero metalrgico.

    Cerro Matoso S.A. es la sociedad annima y de econo-

    ma mixta que explota el yacimiento. Fue constituida en

    marzo de 1979 y hacen parte de ella las siguientes firmas

    con sus respectivos porcentajes de participacin: Econ-

    quel Ltda. con el

    45qb

    de las acciones; la Billiton Overseas

    Ltd a del Grupo Roya Dutch Shell con el 5

    k > y Conicol

    (Hanna Mining Corporation) con el 20cfu. Pero, de acuer-

    do con declaraciones de los directivos de la compaa, en

    la actualidad los porcentajes de participacin han sufrido

    algunos cambios, as: Econquel es propietaria del 47. 5

    o

    k >

    la BilIiton del 46.7CYoy Conicol del 5.8CYo.

    La compaa produce ferronquel en lingotes y en

    gr

    nulo con un contenido de nquel de un 45

    0

    10. La planta,

    en los momentos actuales, est produciendo 45 millones

    3. Entrevista con Juan Fuentes, extrabajador de la mina Antigua.

    Puerto Libertador, diciembre de 1

    Y84.

    4

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    22/82

    de libras por ao. A mediados del proximo alcanzar el

    tope de su capacidad, unos 50 millones de libras. Los

    principales consumidores son los Estados Unidos, Japn,

    India

    y

    Europa .

    Pasados los primeros tres aos de produccin del com-

    plejo de Cerro Matoso, se puede intentar un balance de-

    sapasionado de su repercusin en Montelbano y todo el

    San Jorge. Algunos crticos recuerdan que el contrato

    firmado entre el gobierno nacional y las firmas norteame-

    ricanas Standard Oil Company y la Hanna Minig Company

    fue perjudicial para el pas. Cuestionan que Cerro Matoso

    S.A no ha dado cumplimiento total de las obras conteni-

    das en el contrato. Siempre han criticado la poltica la-

    boral de la empresa de no preferir el personal de la zona

    y el departamento, calificado o no, para sus actividades

    administrativas y no administrativas. Juzgan que el monto

    de las regalas que propone pagar la empresa al departa-

    mento por conducto de la Corporacin Autnoma Regio-

    nal de los Valles del Sin y San Jorge (CVS) es demasiado

    bajo. Y en fin, que la compaa no cuenta con programas

    de servicio social y capacitacin para el grueso de la po-

    blacin. Otros reconocen que esta empresa minera, la

    ms importante del departamento de Crdoba y la tercera

    en el pas despus de Ecopetrol y El Cerrejn, produjo

    un gran impacto en el recurso humano. Antes de la fase

    de operacin contribuy con un alto porcentaje de mi-

    graciones hacia la cabecera municipal de Montelbano: un

    < de la poblacin actual que se aproxima a los 18.000

    habitantes urbanos.

    En la fase de construccin gener unos 2.500 empleos

    directos y en la operacin del complejo laboran unas 7 34

    personas, de las cuales ei

    3 < 0

    es de extranjeros y el

    9 7 < 0

    restante colombianos. Do stos, 4 39 son de la Costa

    Atlntica, incluidos 307 del departamento de Crdoba

    4. Cerro Matoso S.A.

    Proyecto de nquel de Cerro Matoso. Infor-

    macin general. 1983. Y Ferroniquel para el mundo Semanario

    Poder Costeo, Montera, julio 27 de 1985. Negrete,Montelbano,

    pgs. 81 a 88.

    42

    Concepcin artstica del complejo minero-metalrgico

    de

    Cerro Matoso.

    que en un principio no tenan ninguna experiencia en

    labores industriales.

    En materia de obras ha ejecutado las siguientes:

    Construccin de la carretera desde la Troncal de Occi-

    dente hasta Montelbano y la planta con una longitud

    de 29 kilmetros.

    Reconstruccin y pavimentacin del aeropuerto de

    Montelbano.

    Inversin por 19 millones de pesos en el hospital local

    y el Servicio de Erradicacin de la Malaria.

    Construccin de 365 soluciones de vivienda con todos

    los servicios, recreacin y deportes para el personal de la

    empresa y unas 67 viviendas en la Urbanizacin San

    43

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    23/82

    Isidro, destinadas a personas de escasos recursos y aje

    nos al proyecto.

    Constitucin de un fondo de vivienda orientado a prs-

    tamos para adquisicin slo en el municipio.

    Inversiones en estudios sobre salud y educacin y apor-

    tes a instituciones oficiales y organizaciones de base.

    Inversin para mejorar la educacin primaria, profesio-

    nalizacin del magisterio, construccin, dotacin y repa-

    raciones de escuelas.

    Mejoramiento del fluido elctrico en el centro urbano.

    Posibilit la presencia de 5 agencias bancarias y una

    corporacin de ahorro y vivienda.

    Con las regalas entregadas a la CVS se dot al munici-

    pio de acueductos.

    Estas mismas personas han hecho recomendaciones a la

    empresa en el sentido de:

    Propender por una mayor participacin de la zona y

    la regin en el suministro de insumos como la energa,

    gas, carbn, alimentos, guantes, uniformes, madera,

    cemento y dems que sean posibles.

    Promocionar las reas vecinas al proyecto y consoli-

    dar el centro urbano de Montelbano.

    Adelantar programas de capacitacin en microempre-

    sas del agro, calzado, confecciones y autoconstruccin de

    viviendas.

    Colaborar con instituciones como el mUnICIpIO en el

    rea de formulacin y evaluacin de proyectos de bene-

    ficio comunal.

    5. Proyecto de tesis Cerro Ma/oso: e nclaue o polo de desarrollo.

    Humberto Tejada de la Ossa. Montera, 19S5. Sin publicar.

    44

    Propiciar un esfuerzo nacional en la expansin del

    consumo y usos de nquel a travs de las sustituciones

    de importaciones en acero inoxidable, industria de ali-

    mentos, equipos agrcolas, mineros y construcciones .

    En fin, sea cual fuere la posicin, lo cierto es que los

    pobladores del municipio de Puerto Libertador, vecinos

    de Cerro Matoso, han sentido los perjuicios y/o benefi-

    cios de manera indirecta, por reflejo.

    Buscadores de oro

    Suspendidas las labores de explotacin en las minas

    de la quebrada San Pedro a causa de la violencia, slo

    quedaron las negras uresanas buscando oro en quebra-

    das y en el propio ro San Jorge. Eran verdaderas cua-

    drillas de mujeres que salan del pueblo en direccin a los

    lugares de extraccin. Marchaban con sus vestidos largos y

    las bateas sobre la cabeza; provistas por lo general de una

    pequea rueda hecha con trapos viejos que colocaban

    encima de la cabeza para evitar el maltrato de la batea

    cuando contena algo pesado.

    Ya en los lugares, permanecan semanas enteras dedica-

    das exclusivamente al mazamorreo del oro. Mientras, en

    el pueblo, los hombres cultivaban o pescaban y las hijas

    mayores se encargaban del cuidado de los menores y los

    oficios de la Casa.

    Lo que alcanzaban a sacar las mujeres lo llevaban a las

    casas para luego venderlo en Montelbano.

    No cabe duda que la accin permanente de la mujer en

    esta actividad y la difcil situacin que se les present a

    los campesinos sin tierra y jornaleros cuando el proceso

    de concentracin de la tierra dedicada a la ganadera ex-

    tensiva termin de ajustarse, hizo que aparecieran como

    por encanto cientos de buscadores de oro. Entonces

    6 Ibid

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    24/82

    no importaron los problemas de orden pblico ni la de-

    claratoria de zona roja o de guerrilla. La necesidad salt

    estas barreras. Con menos dificultad de la que se esperaba

    por la trayectoria y experiencia que haban alcanzado los

    hombres que laboraron la mina Antigua y aquellos que

    salieron de los lmites del municipio unos aos antes en

    busca de trabajo o huyndole a la violencia. Muchos de

    estos tuvieron la oportunidad de dedicarse a la bsqueda

    del oro en las laderas de los ros Cauca y Nech, apren-

    diendo los secretos de esta ocupacin dura, incierta y sor-

    presiva.

    Por estas razones cuando se declar una especie de fie-

    bre por el oro de la quebrada de San Pedro a finales de

    la dcada de los setenta, sus orillas se llenaron de gente

    venida de distintos puntos y con diferentes oficios. All

    se encontraron campesinos minifundistas o sin tierra

    jornaleros, artesanos, pescadores y desempleados e~

    general, realizando una actividad comn.

    en estas andan desde entonces hasta nuestros das.

    La bsqueda del oro en las playas de la quebrada San

    Pedro.

    6

    La mayora son mazamorreros con o sin experiencia.

    Les es suficiente una batea para lavar la tierra o simple-

    mente se dedican a registrar las playas de la quebrada.

    Por mal que tuviesen el da al final podan obtener entre

    300 y 500 pesos; mucho ms que el jornal de 150 pesos

    que pagaban las haciendas ganaderas al comenzar la fie-

    bre por el oro.

    Dentro del gremio de los mazamorreros existen algunos

    que trabajan por jornal, pero aun as, ganan ms de lo que

    pagan las haciendas. Muchos son nmadas, tanto en in-

    vierno como en verano recorren los ros, quebradas y

    vertientes del rea, mientras los estacionarios con algn

    pedazo de tierra se dedican a hacer alguna cosecha.

    Llama la atencin observar en las tardes, cuando los

    estudiantes finalizan sus clases en las escuelas de Puerto

    Libertador, cmo un grupo de ellos, nios

    y

    nias, se

    dirigen a la quebrada con pequeas bateas y al cabo de

    algunas horas salir a formar cola en los puestos de com-

    pra. En promedio obtienen de 200 a 300 pesos por joro

    nada.

    El otro gremio de mineros es el que extrae el oro de

    veta ayudado por motobombas que impulsan fuertes y

    gruesos chorros de agua a travs de mangueras de distin-

    to dimetro. Antecedentes de esta prctica la apunt

    Striff'ler en su obra cuando visit la zona: ...La arcilla

    aurfera se halla dispuesta en cerritos de mediana altura ...

    Para explotarla se dirige una corriente de agua al pie de la

    loma que uno se propone trabajar; el desmoronamiento

    se hace por medio de barras de hierro acerado; la masa

    es compacta y contiene muchos peascos sueltos; la tie-

    rra que cae en la corriente de agua se desle y las partes

    pesadas van al fondo. Es un trabajo de ciegos, pues las

    masas de tierra que as se trabajan muchas veces no tie-

    nen una partcula del metal que se busca ... (pg. 171).

    Los mineros de esta poca, nativos del municipio y

    forneos, que emplean estos medios hacen sus montajes

    7

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    25/82

    e~ los puntos donde se va descubriendo oro. Hace pocos

    anos hu bo una famosa concentracin de rnotobombas

    en las fincas La Teresita de Antonio Mercado y en la de

    Carlos Alzate, ambas muy cerca de la cabecera munici-

    pal y por los lados de Santa Fe de Las Claras se toma-

    r?,n La Macarena de Policarpo del Castillo y la de Hugo

    Gomez.

    Al principio se presentaron ciertas divergencias con los

    propietarios de las fincas por los daos a los potreros que

    ocasionaban los mineros, pero bien pronto establecieron

    acuerdos: los mineros o pagaban un impuesto a los fin-

    queros o se convertan en socios. Hubo dueos de fincas

    que hicieron montajes por su propia cuenta, pero no les

    fue muy ?i~n. El oro tiene su gente, es la explicacin que

    dan los VieJOScuando tratan de explicar el fracaso de los

    finqueros. Lo cierto es que los finqueros terminaron co-

    brando impuesto segn cantidad de oro extrado.

    La extraccin de oro con motobombas consiste en apli-

    car el chorro de agua contra el barranco que se va a tra-

    bajar. Los peascos desprendidos caen a un charco acon-

    dicionado previamente de donde sale un canal o conduc-

    to metlico cuyo fondo est hecho o acondicionado de

    tal man~ra que impide se deslice el material que se supo-

    ~e contiene oro ligado con resduos de pirita, llamado

    jagua.

    Terminado el bom beo comienza el lavado del material

    e~ bateas y luego la separacin de la jagua que siempre

    v~~ne_mezclada con el oro. Para hacerla se valen de la ac-

    cion del fuego.

    Hace ms de un siglo la separacin la obtenan los mi-

    neros antioqueos mediante lavados que hacan del mate-

    rial con lquidos viscosos que sacaban de cogollos y corte-

    zas de plantas musilaginosas.

    . La relacin entre los mazamorreros que laboran en alu-

    vienes y playas y los propietarios de motobombas que

    48

    persiguen las minas de vetas, es en ocasiones bastante con-

    flictiva pero siempre se resuelve favor de los primeros por

    ser mucho ms numerosos.

    Por lo regular donde se explota una mina con motobom-

    bas llegan los mazamorrenos con sus bateas y matracas a

    lavar la tierra que van desechando o la toman directamente

    de las barrancas que estn tumbando.

    Pero en trminos generales la vida del minero en el lugar

    de trabajo es parecida. Habitan los ranchos vara en tierra

    semejantes a los que fabrican los pescadores en tiempo de

    subienda. Improvisan una troj a o barbacoa con una estera

    de nea encima; a la hora de dormir o descansar ocupan el

    camastro o cuelgan la hamaca: en ambos casos usan los

    toldillos para protegerse de plagas y mosquitos.

    La indumentaria tambin es la misma: pantaloneta o

    pantaln corto y de vez en cuando camiseta. As la pasan

    casi todo el da.

    De nuevo la mina Antigua

    En 1980 se habl otra vez de la mina Antigua gracias a

    las inspecciones secretas que vena adelantando de tiempo

    atrs el yarumalero Antonio Arango Arboleda. En repeti-

    das ocasiones recorri los viejos socavones y tneles y tuvo

    la certeza que todava tena mucho oro. Habl entonces a

    Libardo Vasco y verificada la productividad entraron en

    contacto con la compaa Geotet de Antioquia. Al pare-

    cer las reservas probadas son cuantiosas. Pero el secreto

    no pudo mantenerse por mucho tiempo. De un momento

    a otro se reg la noticia y principiaron a llegar mazamo-

    rreros de todos los lugares. En la plaza de Puerto Liberta-

    dor, a la espera de vehculos para el traslado, se amonto-

    naban con bateas, matracas, palas, herramientas varias,

    maletas, maletines, bolsas y sacos. A medida que pasaban

    los das nueva gente segua llegando y los puestos de com-

    pra acumulaban buena cantidad de oro.

    49

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    26/82

    En diciembre del an-o d .. l l p.

    pasa o visitamos e ugar. UdI-

    mas constata~ que todo cuanto estaba sucediendo no era

    usual Lo primero di .

    . que IVlsamos fueron los dos cerros

    de poca altura .,9ue contienen el material. Estn separados

    por una pequena fuente de agua. A la derecha de los dos

    U?~ gran cantidad de ranchos vara en tierra, algunos acon-

    dlClOnad?s para servir de restaurantes y cantinas. Al otro

    lado, bajo la sombra de rboles viejos y fuertes casi un

    cen~enar de hombres, mujeres y nios lavando la tierra

    aurfera. En la explanada de la quebrada muchas bateas

    matracas en plena accin y solo una motobomba traba-

    jando.

    En total: unas mil personas procedentes de todo el S

    T r C . Clan

    -iorge, aucasia, o orao, Jardn, Blgica, Nech y Bijagual,

    Enseguida nos dimos a reparar con ms cuidado y vi-

    mos vallas he~h~s con madera rstica protegiendo lo que

    ellos llaman

    CUblCOS.

    Es decir, pozos con una boca o entra-

    d~ de un metro cuadrado aproximadamente y una profun-

    didad hasta de ,22 ~etros. En el fondo de estos pozos se

    halla la veta aunfera Incrustada en tierra dura.

    Vallas protegiendo los cbicos .

    5

    Llegar al fondo, salir a la superficie y volver al fondo es

    una accin que se repite incontables veces todos los das.

    Para hacerla disponen de lo que han denominado molino

    o sea, una barra de madera con una manivela o manubrio

    en uno de los extremos para hacerla girar, apoyada sobre

    dos soportes colocados a lado y lado del pozo. Amarrada

    a la barra una cuerda que termina sujetando un trozo de

    madera donde se acomoda la persona o el costal lleno de

    tierra. Los que permanecen en la superficie se encargan de

    recoger o soltar la cuerda cada vez que lo solicita el que

    est en el fondo. El hom bre que por turnos le toca bajar

    a escarbar la tierra en seguimiento de la veta se encarga

    de llenar costales con el material que saca. Ya afuera es

    amontonado para despus lavarlo en bateas o matracas.

    Cuando localizan la veta a una profundidadd determi-

    nada, lmite mximo del pozo, proceden a seguirle el

    rastro mediante la apertura de tneles en distintas direc-

    cciones y largos hasta de 50 metros. Como es obvio to-

    man las m nimas medidas de seguridad para evitar des-

    plomes. Aunque no suceden con frecuencia, cada vez

    que lo hacen son mortales. Las vctimas quedan sepul-

    tadas para siempre en el cbico o en cualquier punto de

    los tneles.

    En cada cbico trabaja una cuadrilla de 6 a 14 personas.

    En muchos casos integrada por miembros de la propia

    familia o parientes. El trabajo es intenso y permanente,

    da y noche, puesto que no pueden abandonar el frente

    de trabajo por temor a perderlo. Mientras unos descan-

    san los otros sacan tierra y lavan. Abajo, all en el fondo,

    uno vive en permanente oscuridad, por esta causa usamos

    siempre velas encendidas, me confes un muchacho de 18

    aos de edad.

    La produccin mensual en la poca de la visita era de

    60 libras, a un costo de 5.300 pesos por castellano. El prin-

    cipal mercado se localizaba en San Juan, donde existan

    cinco puestos de compra y en todos vendan licor. En

    uno de ellos nos informaron que vendan cada semana, en

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    27/82

    promedio, 100 cajas de cerveza y 100 de aguardiente. En

    este mismo establecimiento una libra de maz sin pilar

    vala 20 pesos, una de yuca 10 pesos, un pltano 12 pe-

    sos, una de arroz 30 pesos, un huevo 12 pesos y un quin-

    tal de ame un mil pesos: el doble de lo que va lan en

    sitios cercanos.

    limando el material sacado de los c

    bicos

    No es raro encontrar en ciertos puestos de compra el

    empleo de medidas con equivalencias un tanto capri-

    chosas. As: un grano equivale al peso de 4 palillos de

    fsforos sin cabeza, un real al de 6 palillos, un tomino al de

    8 reales, un castellano al de 16 reales y una libra al de 100

    castellanos.

    El amb iente de la mina es el caracterstico de estos luga-

    res. Los hombres visten con pantaloneta o pantaln corto

    sin camisa por lo regular. Las mujeres usan las prendas ms

    indispensables y prcticas. Hay un alto ndice de consumo

    de licor y la prostitucin se realiza con solvencia. Decenas

    de muchachas de los pueblos vecinos se desplazan hasta la

    mina con una tarifa en promedio de 3.000 pesos por rato.

    52

    El arribo de nuevo personal o el retorno de otros que ha-

    ban salido por alguna razn, siempre es saludado con gri-

    tos, rechiflos, silbidos, carcajadas y remedos. Y no falt~n

    los viejos que todava aseguran que si un minero es ego

    is

    ta con los dems se le pierde la veta que haba encontrado.

    A comienzos del presente ao llegaron a la zona empre-

    sas extranjeras con el propsito de instalarse pero guerri-

    lleros del Ejrcito Popular de Liberacin (EPL), pertene-

    ciente al Partido Comunista de Colombia Marxista Leni-

    nista (PCCML) rechazaron su presencia e incitaron a los

    mazamorreros a organizarse y defender la mina. En marzo

    de este ao intensific sus operaciones en el rea otro

    grupo guerrillero, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de

    Colombia (FARC), quien est tratando de armar un sin-

    dicato de mazamorreros.

    El carbn

    Desde hace ms de 100 aos se sabe que en esta zona del

    San Jorge exista un gran yacimiento de carbn. A Striffler

    le debemos esta observacin contenida en su obra: ...All

    tam bin se encuentra el depsito de carbn mineral, del

    cual las aguas arrastran hasta muy lejos los fragmentos que

    pueden arrancar. Es un cerro partido, atravesado por el

    ro y que parece nicamente formado de aquel producto

    de la poca carbonfera. Su explotacin exigir la cons-

    truccin de una va terrestre hasta la parte ms pacfica

    del ro que no est muy distante ... (pg. 178).

    En un documento del Ministerio de Minas y Energa 7 se

    recogen informaciones de otros documentos oficiales don-

    de corrobora la presencia de carbn no slo en esta rea,

    tam bin en Cinaga de Oro, Montera, San Carlos, Sahagn,

    Planeta Rica, Tierralta

    y

    Vijagual.

    Estas visitas las llevaron a cabo en 1943 y un ao des-

    pus se hizo la primera exploracin de superficie a cargo

    7. Carbn en Crdoba

    1984,

    pg.

    1.

    53

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    28/82

    de Royo y Gmez para el Servicio Geolgico Nacional.

    (material citado, pg. 3).

    En

    1975,

    cuando ya se tenan indicios ms claros de la

    zona, CharIton y Pontin, consultores de las Naciones Uni-

    das, hicier?n un corto viaje de inspeccin que confirm

    l~s anotaclC~es de Royo. Sealaron, adems, que exis-

    tla~ afloram?~ntos en las quebradas que no pudieron es-

    tudiar por dificultades en el acceso a ellas y dieron a cono-

    cer que la compa a petrolera Chevron adelant trabajos

    de perforacin aos atrs. (pg. 4).

    En 1976. gelogos de JICA (Japn) efectuaron un viaje

    de recOnOCIm ~nto durante dos das. El informe, breve y

    general, no dIO muchas esperanzas de resultar econmica-

    mente explotable este yacimiento. (pg. 4).

    Pero el inters no era solo de las entidades gubernamen-

    tales.

    u hos

    aos antes el campesino Juan Meza le co-

    ment al antioqueo GuilIermo Gonzlez la abundante

    cantidad de carbn que se encontraba por los lados de su

    casa. Despus de visitarlo acordaron consultar el asunto

    con Jorge Montoy a, un viejo experto en minas de carbn

    Cuando lleg ?e Bello (Antioquia), recorri la zona, tom6

    muestras, llev aIaboratorios de Medelln y confirm que

    la reserva carbomfera era promisoria.

    En ~963 por iniciativa de Jorge Montoya se constituy

    la SOCIedad Carbones Bijao S.A. Hicieron parte de ella

    Mon~oya, lafael Gaviria, Alfonso Hincapi, un seor de

    apelhdo Piedrahita y el abogado Fabio Meja Ochoa

    Todos antioqueos. .

    La soc.i~dad solici~ al. Ministerio de Minas y Energa

    la cO~c~s.IOn de 13 licencias de 1.000 hectreas cada una

    para irncrar la explot~cin. El Ministerio las concedi y

    Jorge .~ontoya, el mas asiduo visitante, comenz la ex-

    plotacin muy rudimentariamente en 1973.

    , Contrat personal y con picos y palas extraan el car-

    bn

    que luego transportaban en burros hasta los

    dep si

    54

    tos donde cargaban las volquetas que lo conducan a los

    consumidores, unas fbricas de adobe y planta procesa-

    dora de leche en Ceret, Ayapel y Lorica Esta explo-

    tacin no fue rentable y termin suspendiendo activi-

    dades. La sociedad entr en dificultades.

    Por estos mismos aos se agudiz la crisis energtica por

    el alto costo que adquirieron los hidrocarburos, Las em-

    presas cementeras de la costa atlntica se plantearon la po-

    sibilidad de utilizar el carbn como alternativa viable a la

    situacin complicada que se viva Fue entonces cuando

    Cementos Caribe S.A. decidi constituir una empresa filial

    con el objetivo de desarrollar geologa, minera y comercia-

    lizacin del carbn. As naci Carbones del Caribe Limi-

    tada.

    Excavaciones adelantadas por la sociedad Carbones Bijao

    S A

    La nueva empresa inici sus exploraciones por varios

    lugares del departamento de Crdoba, entre ellos Cinaga

    de Oro y San Andrs de Sotavento. Los estudios efectua-

    dos en estos y otros sitios del departamento de Sucre

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    29/82

    demostraron que los yacimientos no eran rentables por

    reservas insuficientes. Por un tiempo ms continu ex-

    plorando hasta que por fin decidi retomar los esbozos

    de estudios ejecutados en la dcada del 40 en la zona del

    San Jorge.

    El 2 de abril de 1976 lleg por primera vez a Puerto

    Libertador el gelogo Nicanor Fontalvo con el propsito

    de inspeccionar la zona y establecer contactos. Estas pri-

    meras pesquisas llevaron a la empresa a comprar 12 de las

    13 licencias que el Ministerio de Minas y Energa haba

    concedido a Carbones Bijao S.A. El nico que no accedi

    a vender fue el abogado Fabio Meja Ochoa, Y el 19 de

    diciembre de 1979 suscribi un contrato con Carbones de

    Colombia S.A., mediante el cual comenz labores de ex-

    ploracin en una extensin aproximada de 8.000 hectreas

    ubicadas en jurisdiccin del municipio.

    Con los estudios definidos la empresa resolvi disear

    una planta piloto en la parte conocida con el nombre La

    Esconda, tomado de la quebrada que recorre el lugar.

    Un sitio de extraccin de carbn en la mina piloto.

    56

    Segn c lculos las reservas probadas hasta una pro-

    fundidad de 150 metros en el rea de las 8.000 hect-

    reas se estima en 300 millones de toneladas, Y en la

    mina piloto se probaron hasta 150 metros de profundi-

    dad un total de cinco millones y media de toneladas de

    carbn. Segn el diseo establecido gran parte de esta

    cantidad ser extrada con minera a cielo abierto hasta

    una profundidad mxima de 110 metros.

    En 1982 comenz la explotacin de la mina con una

    produccin aproximada de 200.000 toneladas anuales.

    En 1984 la empresa vendi 280.000 toneladas: 250.000

    de las cuales se exportaron para los pases del Caribe y

    el resto en el mercado nacional. Para 1989 aspiran a pro-

    ducir un milln de toneladas anuales.

    Actualmente la empresa cuenta con un rea de 20.000

    hectreas y Carbones de Colombia S.A. adelanta explora-

    ciones en una vasta extensin del municipio.

    Cargando uolcos con el material para su traslado a los luga-

    res de almacenamiento en la misma mina

    y

    en Caucasia.

    8. Estudio de [act ibilidod tcnico-econmico para explotacin del

    carbn en milla piloto La Escond ia. Carbones del Caribe Ltda.

    Barranquilla, septiem hre de 1982.

    57

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

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    ap i tu lo

    L S T P S

    Terminada la esclavitud en 1853 el pago de terraje que

    debieron cancelar los negros y mestizos hasta 1907, la vida

    de Puerto Libertador, fundado en 1941, comenz a mar-

    char con ms fuerzas desde el momento que los terrenos

    de Ur fueron declarados baldos.

    El pueblo, desde su fundacin hasta el presente, ha pasa-

    do por las siguientes etapas:

    1) Colonizacin asentamiento (1941-1950)

    Durante estos aos se registr la llegada masiva de co-

    lonos con nimos de quedarse, motivados por la decla-

    ratoria de baldos de los terrenos de Ur . No slo fue

    un nmero aprecialbe de buscadores de raicilla, balata

    y

    madera, pues el caucho y la zarzaparrilla haban mermado

    considerablemente, tambin lo hicieron muchos de los

    mozos o peones enganchados mediante avances que se

    encontraban a la sazn en Montelbano.

    Llegaron solos o acompaados, con familia o sin ella,

    surtidos, muchas veces con una sola muda de ropa, un ma-

    chete y una mochila. Avidos de trabajo, dispuestos a ven-

    cer la soledad y el peligro de la espesura.

    59

  • 7/25/2019 Libro Pto Libertador Pasado y Presente

    31/82

    A todo lo largo de la quebrada San Pedro se fueron es-

    tableciendo grupos de colonos. El proceso, por lo general,

    era el siguiente: llegar, escoger y marcar el pedazo de

    acuerdo al gusto de cada quien, hacer un clarito , levan-

    tar rancho y proceder a tumbar montaas para adelan-

    tar cultivos.

    Como estas faenas no eran cosa fcil en medio de tan-

    tas dificultades, los colonos debieron valerse de la solida-

    ridad en todos los aspectos: alimentacin, enfermedades,

    entretenimientos y trabajo. El da ganao fue una muestra

    de esta solidaridad. Formaban cuadrillas de 6 hasta 12

    hom bres que desempeaban sucesivamente distintas acti-

    vidades en los pedazos de cada uno de los miembros. De

    esta manera sortearon las penalidades y derribaron la

    montaa.

    Comenzaban con lo que se denomina la

    pica de monta-

    a o sea, cortar toda la vegetacin que se poda con el

    ~achete o rula. Segua la

    hachera

    es decir, el tumbe de

    arboles con hachas. El oficio clave en esto de descuajar

    montaas. Hubo hacheros famosos y muchos fueron los

    que murieron en el cumplimiento de esta actividad.

    Los hacheros llegaban a los puestos (frente de trabajo) a

    las 7 de la maana. De inmediato un capataz les asignaba

    las tareas. Como haban rboles de dimensiones colosales

    con frecuencia tenan que montar al pie de ellos una

    especie de andamios llamados

    burros

    o

    barbacoas

    hasta

    una altura de cinco metros, buscando el mejor lugar para

    cortarlos. En ocasiones suban hasta cuatro hombres para

    poder hacerla. El peligro era evidente.

    Com an en los puestos. Entre ellos mismos se alterna-

    ban la preparacin de las comidas, generalmente animales

    de monte o pescado acompaado de pltano o arroz en

    los meses de recoleccin. Regresaban a los campamentos

    entrando la noche. Casi siempre tenan que dormir en zar-

    zas y con hogueras encendidas para evitar los peligros de

    las fieras.

    60

    Derribada la vegetacin, en poca de verano sobre to

    do, vigas de madera fina eran vendidas a los comerciantes

    o abandonadas en el mismo lugar. Todo se secaba en es-

    tos meses y entre febrero y marzo procedan a prenderle

    fuego,

    la quema

    como se conoce. Despus, a esperar las

    primeras lluvias de abril o mayo para sembrar maz o

    arroz.

    Entre los meses de septiembre y noviembre se recoga

    la cosecha. Siempre la esperaban con ansiedad y alegra.

    Toda la familia o grupo familiar participaba. Una parte de

    lo recogido se guardaba y otra se venda o cambiaba por

    productos que necesitaban. A pesar de ser cosechas pe-

    queas, del resultado dependa en buena parte que el

    colono se quedara o marchara a otros lugares.

    2) Agrcola (1951-1968)

    Toda esta etapa estuvo enmarcada por la violencia:

    la oficial (1949 a 1959), la importada (1960 a 1965)

    .y la aparicin de guerrilleras de izquierda (1967 hasta

    nuestros das).

    Se caracteriz por un acelerado proceso de tumba de

    montaas, multiplicacin de parcelas campesinas explo-

    tadas individual o familiarmente con ayuda del sistema

    de colaboracin denominado da ganao y una abun-

    dante produccin de maz y arroz. Al final, comenzaron

    a surgir los primeros potreros. Hay que aclarar que los

    colonos buscaban tierra apta para la agricultura, situa-

    das en lugares de no tan difcil acceso. Por esta razn,

    entre otras, muchos grupos se implantaron en la parte

    norte del ro San Jorge y en el curso medio y bajo de

    la quebrada San Pedro. Juan Jos continu aislado pero

    logr mantenerse como poblacin activa: primero fue

    por la cercana con las minas, luego por la alta pobla-

    cin que alcanz a tener y ms tarde, al comenzar la

    violencia y cerrarse la Colonia Penal de Antad, por el

    crecido nmero de reclusos que se quedaron en la zo-

    na. Los otros pueblos, situados ms al sur y con mayo-

    61

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