libro. dios se confiesa

5/7/2018 Libro. Dios Se Confiesa - slidepdf.com

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't

ALEJAnO RO G ARC IA DURAnP. CHINCHACHOMA



© l ibrerfa Parroquial de Claverfa

Av. Claverfa 122, Delegaclon AzcapotzalcoMexico 02080, D. F.

Pr imera edicion 1986

ISBN 968-442-100-1

Impreso en Mexico

PRESENTACION

"Dlos se confiesa": La novela mas bella que

yo he leido.

Es /a cumbre del pensamiento del P. Alejan-

dro Duran, bien 0 mal /lamado Ghinchachoma,

edemss es el autorregalo de sus 25 eiios de

sacerdote.

Greo que todo Mexico Ie debe algo por el

extraordinario trabajo que hace con el nino ca-

lIejero.

EI 28 del presente mes se me oresento en la

oficina con su manuscrito y yo aunque no habia

leido su libro, me dieron ganas de pedirle me ben-

dijera porque venia enfermo, coio, apestoso como

siempre, pero son olores a santidad que muchos

de Iglesia ya quisieran un poco; mal hablado pero

con otor a incienso en sus palabras. jque hombre

tan enamorado de Dios! Se pide por las vocacio-

nes, pero yo pienso: pedir a Dios nos mande gen-

te como este gachupin: que trabajador, que en-

trega y que frutos.

Alejandro: Dios te de otros 25 eitos mas de

trabajo tan intenso como hasta ahora y ttettci-

dades!

Basilio Nunez

5



Capitulo I

ERNESTO Y EL ENCUENTRO



Oscuridad.

Penetrante, fuerte, nauseabundo olor. AI fon-do, donde muere la vision, unos bultos denotan la

presencia humana. l,Humana? Si, humans, deunos seres apenas entrevistos.

Una figura se yergue desperezandose, se ele-va. No mucho, por cierto. Es un nino pequefio,

Ojos negros profundos, vivos, alertas. EI afilado

rostro es a la vez suave y duro. Dureza de peder-nal batido por mil golpes y crudezas. Suave de

una ternura no muerta, refugiada, sabe Dios d6n-

de. Contraste. Contradlcclon. EI pelo largo, oscuro

como la noche, negro cual los ojos. Ojos en con-traste profundo, del odio a la ternura, de la fuerza

a la mansedumbre.

Se llama Ernesto. Pero eso, l,quien 10 sabe?Fue, desde el origen de su vivir en el baldio, el

"Negro".Las manos, tambien en contraste, son a la vezafiladas y musculosas, fuertes. Es fuerte. Es vida.

Es vida en contraste total, profundo.Visto de lejos, da miedo. Visto de cerca el mie-

do se matiza de ternura y se Ie admira la bellezadel porte, de la actitud. La dignidad nunca hundi-da. Resumiendo la impresi6n: nobleza apaleada,mas no vencida.

9



La figura traza un breve camino, se va hacia

otro cercano rincon y alii, como respondiendo su

entrafia al llamado de los olores del lugar, elimina

el "Negro" los estorbosos restos de la cena ante-

rior mal digerida.

Oulen sabe por que, esta vez nuestro pequefio

amigo (al menos 1 0 es ya para ml), que cifra enunos nueve afios, no regresa a su lecho sino que,

sentandose, mira.

Mira el contorno oscuro de sus comparieros.

Mira las figuras impenetrables para otras mi-radas. Mira. .. Del mirar pasa inconsciente al me-

ditar profundo de sus nueve afios,

Una vida en flor, que se abre al meditar.

Pensamiento. Silencio.

EI porque que martillea a cada ser humano.Los porques. Las razones de tantas sinrazones.

EI nino adulterado en su infancia. }Adulto ya enbalbuceo de ser. Muerta su infancia. "iExistio aca-

so la lejana infancia?

Pensamiento.

Mirar de nuevo desde 1 0 profundo del pensar:

huida, 0 meditar la vida. La realidad presente y unnuevo sumergirse en el pensar, el meditar, el vivir.

EI nino insensible al frio, al miedo a la soledad.

Piensa.Deporte magno del ser humano.

EI cuerpo quieto, firme; la mirada huida de la

realidad circundante. Su vida toda como en sus-

penso expectante.

iMi nino!La dura faz, el rostro tieso, duro, se ennoblece

con una sutil sonrisa; todo el ser se relaja, la mi-

10

rada se hace profunda en gozo, admiraclon. asom-

bro. "" Dentro, muy dentro del ser del alma, com,oalgo

que viene de muy lejos, a la vez suave, bnsa ar-

moniosa y sin contradiccion. Fuerte. Potente.

iMi nino! ,Se Ie enchina el cuerpo. La plel se estre~ece.

Siente una ternura inexplicable. Jamas s~nad~,

[amas sentida. Algo imposible en la expenencla

ya vivida. ,La paz que emerge del ser, cual suave ole~Je

de un mar sereno, en calma, que sucede y sosie-

ga las tormentas que 1 0 tuvieron otrora embra-

vecido.Paz. Dulzura.Todo el ser es ya dulzura, ternura e uuslon .de

vida nueva.Un balbuceo gozoso, lIeno de paz y de armo-

nia, del nacido ser a la ternura y a la paz, pregunta:

l,QUlEN ERES?Una respuesta no podria sofiarse mas dulce y

mas potente:SOY DIOS.

Silencio.La luz despierta a la vida con rayos 'potente~

el sombrio baldio, donde mueren dia a dta los ru-nos callejeros. .'

Estan todos. En un rincon aparte, sonnente

-parece iluminado- se despierta el "Negro".

11



Capitulo II

DIALOGO

Dejame que te anime, lector

amigo, a seguir estas tiernas, amo-

rosas y sinceras comunicaciones

de Ernesto, perd6n, del "Negro",

con EI.

Te animo a seguirlas. Por ello,

por 10bello, humane y sustancial

de las mismas,voy a dejar de lado

el anecdotario circunstancial, el

modo de vivir del "Negro".

Este segundo capitulo que sigue

nos abre al directo coloquio en

que Ie pregunta nuestro nino a

Dios:

-Tu, i,.c6mo eres?



-Oye, Tu, {,como eres?

Han pasado pocos dlas desde el encuentro. La

vida sigue igual. Igual para todos, sl, Para los del

baldio, para los comerciantes, para... para ti.

Pero, {,y el "Negro"?

Oh,el "Negro" es capitulo aparte. Algo Iepasa

al "Negro". Sigue "sin dejarse". Sigue igual de

"macho" y tierno. Es el mismo. Algo Ie pasa al"Negro".

Si se Ie pregunta: -{,Que te pasa "Negro"?

Invariablemente contesta: -No se, Nada.

Un nada que surge fuerte, matando la dulzura

de una mirada luminosa, a la que acompaiia una

no menos misteriosa sonrisa. Comosi el nada tra-

tara de esconder este no se, que encierra en'si

tanto misterio. No se,

Sin embargo, el "Negro" es sincero. No sabe.

Siente, de repente, como rayos de luces, in-

tensos, lnstantaneos, lurnlnosos. Rayos que apa-

recen sin trueno alguno, sin nube en la lontanan-

za, sin presencia de tormenta alguna.

iQue va, tormenta!

Es un rayo luminoso que engendra paz y en-

cierra siempre un misterioso interrogante. {,Por

que? {,Que son? {,Que pasa?

15



iPero que rico la siente!

Cornunion de sonrisas.

Cercania amorosa.

-Que l,como soy?

-Si, l,c6mo eres?

-Es dificil de explicar, mi nino.

-Andale.Ante la peticion del "Negro", el que nada po-

see, de ignoto origen, se acentua la sonrisa de EI

y anade:

-C6mo no. Ahi te va.

Ahora sl vio.

Vio sintiendo.

Interrogante que siempre lIeva de la mano, sl-

lenciosa, tierna y pacificamente, al recuerdo del

encuentro aquel y, a la vez, abre el callado deseo

de un l, volvera? tan intimo y profundo que no 10

percibe la conciencia.

Todo sigue igual, mas algo paso y pasa en el

"Negro".

Feliz tu y yo, que podemos asistir a la confi-

dencia.

Deiame olvidarme de la circunstancia. Recor-

demos tan s610 el ambiente del baldio aquel, y tu

y yo haqamonos presentes, un instante, en el tier-

no y profundo coloquio.

----

No vayas a prequntarle al "Negro:' como fue

que vio. Con cuerpo 0 sin cuerpo, con Imagen 0 ....

sabe Dios. Lo que sabe el "Negro" es 10 que sm-

tlo. Lo que vio.EI "Negro" esta de nuevo transfigurado, en paz

que descontarnlna el ser del que se acerca. (Las-

tima que nadle es testigo en el silencio del rinc6n

oscuro de la oscura noche).

-Oye, l, Tu como eres?

Sonrisa. ioh, la sonrisa de Dios!

EI "Negro" la siente. No la ve. La siente. Algo

asi como una concrecion de todo 10que es ilusi6n,

placer, gozo. Algo que es plano y, a la vez, no

aturde ni engendra tension alguna. Intensisima y

suave. Tierna y plena. Es una sonrisa sin labios.

Pura sonrisa eterea, que la balbuciente lengua del

"Negro" no sabe expresar.

----

Tres nubes luminosas, gaseosas, atereas, po-

tentes se entremezclan Y confunden entre sl: giran

intens~mente sin perder su color y su figura, de

tal modo que es dificil distinguir la una de las

otras. Se hacen una, mas son tres siempre. Parece

como si secontuocteran Y fusionaran, pero cuando

el pensamiento tal concibe, al instant~ las tres

identifican su realidad propia, inconfundlble; como

que se separan sin dejar de estar profundamente

unidas.

17

16



Luego, como un baile de figuras, hechos los

tres colores uno solo. Como si de un anqulo salie-

ran. Angulo abierto. La luz potente, briosa, saliendo

en voraqine impetuosa del anqulo mismo, se dirige

a otro cercano en ei que el rayo todo, que sigue

surgiendo potente del anqulo primero, entra y salecomo quien rebota, para descansar en otro cerca-

no anqulo, el tercero, y rebotar de nuevo hacia el

primero, que 10 recoge potente en su seno y 10 re-

gresa al segundo de nuevo. Voraqine, fmpetu, po-

tencia de anqulo a anqulo, sin cesar en luminoso

rayo, que es ir ... y a la vez, Paz, dulce e intensa

paz que se vive y no se siente. Que todo 10 domina

y no se nota (aire que se respira). EI movimiento

10 transforma todo, cual en rueda pirotecnica de

fiesta que gira y gira.

+Oue a gusto duerme.

-Como sonrfe.

=Esta feliz el "Negro".

=Debe sonar con viejas.

+Despiertalo ya, que hay que chambear.

-Andale, "Negro", no seas huevon,-Voy.

Se despierta el "Negro" diciendo:

-Otro dla Ie pregunto.

-"Que dices?

-No, nada.

-iQue bonito soriabasl, "eh, "Negro"?

-SI.

Surqio de la entrana del "Negro" un sf tan pre-

18

nado de gozo y de ternura, de paz y de sosiego, q~e

por sf mismo mate la risa socarr,ona y el turbio

pensamiento que trataba de expllcar el gozo _de

aquel suefio, "sueno?, por parte de sus compane-

ros, tan ajenos a 10 que sucedfa.

19



I

Capitulo III

EL SENT/DO DE O IOS

Asistimos ahora, lector amigo, a

las explicaciones que EI nos da a

traves de Ernesto, de aquellas sua-

ves, tiernas y consoladoras visio-

nes de Ernesto.

Dios se comunica a Ernesto y

esta abriendo a la infantil alma del

callejero, la perspectiva de Su rea-

lidad.



l,QUE SIGNIFICA EL POTENTE REMOLlNO?

-Soy Trinidad.

-Y eso l,que significa?

- Te 10voy a explicar.

-l,Lo antendere?

-A tu modo, sf.

-Luego no del todo.-Del todo, s610Yo.

-Eres grande y dulce. Eres bueno.

-iGracias, mi nino! ,

Ernesto sonri6. Fue tan bello. Sentfa aDios in-

menso, tierno, y cuando EI Ie dio las gracias pot

expresarle 10que Su presencia Ie hacla sentir, se

sinti6 amado. iQue bello sentirse amado por EI!

Y afiadio Ernesto:

=LTu me quieres?-A poco no 10sabes.-Silo se, [Muchol (iQue "mucho" mas pleno!).

Oye, y l,por que?

- Te 10explico otro dia, mi nino, ahora te iba a

explicar por que soy Trinidad.

-SI, dime.

- Tu, l,cuantos yos tienes?

-Chale. Pos tengo uno solo. Yo soy uno.

-Yo soy uno y tengo tres yos.

23



Un [uiihul de sorpresa, entre silbido y excla-

macron, nacio de Ernesto, y ariadlo:

-Y eso "por que?

-Porque soy AMOR. Imaginate un hombre que

es un solo yo, IIeno de poder, de mando, de fuer-

za, que fuese el mas grande posible de los seres,

"que harfa?-Serfa egofsta.

-Yo soy Trinidad porque soy amor -y ariadio

la voz-: Yo Padre, al conocerme, me conozco per-

fectamente, del todo, y mi conocimiento es exacto ,perfecto como Yo, es otro Yo. Yo, el Hijo, recibo

desde siempre el ser del Padre, y todo 5e 10 entrego

a EI. Yo, Espiritu, comunico el Amor al ser de unoal otro.

-Una sola vida, con tres yos que se aman.

-"Has visto la electricidad?-Hace luz.

-Positivo, negativo, corriente.

-Y una sola cosa.

-"Sabes algo de 10 atornlco ?

Ernesto, entre medio avergonzado, afiadlo:

+Pos ya veras, yo he ido poco a la escuela,pero sl S8 leer.

- Ya S8 -Ie son rio tiernamente Dios-. Puesmira: proton, electron, neutron.

-Asi todo 10 has hecho un poco como Tu, Todoes Amor.

-~oy Trinidad. En Mi, TODO ES AMOR.

Ernesto, que en todo su ser sintio la realidad de10 anunciado, exptlco:

-Ahora entiendo 10 que vi el otro dia.

+Si, la corriente entre los anqulos,

=;Eso eres Tll?

24

-iOh, mi nino! Eso es sombra de sombra de

10 que soy Yo. Yo soy Amor.

Ernesto, sumergido en tal presencia y en tal

gozo, solo pudo afiadir:

-GRACIAS.

Y, sosegada la Presencia, se fue desaceleran-

do el corazon y las mejillas, que estaban sonrosa-das, fueron, poco a poco, volviendo a su color nor-

mal. Le quedo en su ser, resonancia de plenitu-

des, aquella explicacion: YO SOY AMOR. SOY TRI-

NIDAD PORQUE SOY AMOR.

25



,

I

I

Capitulo IV

SOLEDAD

Nuestro "Negro", curioso el caso,

sigue su rutina diaria, con prisas

del vivir, con problemas para co-

mer. Sin embargo, tu y yo sabemos

que hay algo nuevo en su vida.

Asistamos ahora a 10que llama-

remos el capitulo de la soledad.



EI "Negro", en la negrura sobrecargada de ne-

gros sinsabores de la noche esta, se yergue. Titu-

bea, mira a las negras sombras de sus comparie-

ros. Estan mas escondidos que nunca, pues ayer

hubo razzia. Pas6 la pollcla.

Carreras, gritos, insultos, mentadas de unos y

otros. Ellos, los del grupo, se pudieron zafar. Pero

esta noche buscaron nuevo refugio. Refugio del

refugio viejo ya choteado, demasiado visto.

Eso sl, rolando siempre en la misma colonia, el

mismo barrio. Uno, en la calle, es de alia donde la

rota, donde vive.EI "Negro" se siente mal.

Mal del alma.

Solo.

Solo ayer.

Solo antes de ayer.

Solo desde qulzas el seno mismo de la madre.Solo.

Los recuerdos de las amarguras se agolpan

unos tras otros.

La persecuci6n de ayer fue un cumulo de sole-

dades antaiio revividas.

Recuerda las discusiones familiares, las golpi-

zas, la huida de la casa con la ilusi6n quirnerlca

de una paz, nunca encontrada.

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Ansia de huida de la vida toda.Siempre, al sentirse asl, el sutil perfume em-

briagante, adormecedor y hasta voluptuoso, de ladroga (Ia que fuera), desde el alcohol al chemo, Ie

servia de expansion.Pero desde aquello ... el encuentro con Dios...

A veces, hasta duda de que Ie haya pasado.Pero [como se revive la dulzura!

Ahora no desea huir de la noctarnbula 0 ena-

jenante droga.

Ahora desea la Paz.A una distancia cercana, el limite prudente del

baldlo, se postra y Ilora.Grita, clama.

EI lIanto sigue al Ilanto ido, y no Ilega la paz.

No halla sosiego. Clama a EI, y no Ie responde.

La angustia, prima hermana de la oscura muerte,la del alma, se yergue poderosa en la entrafia del

"Negro" .

Grito, oracion, silencio, lIanto.

Olas de un mar potente que todo arrasa.Melancol fa en momentos, siempre angustia.

Como sin ganas, sin querer apenas, se levantael "Negro".

Como pesan los pies cuando pesa el alma.

Camina.LJega junto a los suyos.Esta noche son siete, y solo con dos cobijas.

Cuando la razzia, desaparecen tantas cosas...Rebusca, todavla queda algo de aroma en una

de las bolsas de plastico aventadas.Huele dos 0 tres veces (sin hacerlo).Un par de toquecitos, y, muy cerca de sus dos

cornparieros, se aprieta con ellos. AI menos no esta

30

"

i

solo su cuerpo. Y duerme el cuerpo mientras sigueentre suefios la turbulenta agonfa del alma.

EI sol ya esta en 10 alto.

Los del baldfo duermen.Alia en la noche se acostaron muy tarde por

los temores, las zozobras, y el frfo se les rnetlo en

los huesos. EI calor del sol entibia el suefio y 10

profundiza en sosiego. Insensiblemente se des-

arruga el cuerpo, y las manos dejan de acurru-carse en 10 mas sagrado del mismo, de donde

nace la corriente de calor a la columna.Que bello el soleado suefio de las diez de la

manana.

Se oye un "pinches cementeros", de alguienque pasa, y rompe la rnagia del calor del suerio y

los amanece con un tenue "chinga a tu madre"

temeroso, que los despierta a las sombras de lavida.

Asl, con ese especial intercambio de "buenosdlas", empieza un dla nuevo para el "Negro" y losotros.

31



Capitulo V

GRITO

Nuestro "Negro" se siente solo.

En su nuevo encuentro manifesta-

ra 10 profundo de esa soledad. Y,

con harta rabia, se 10dira a EI.



ANSIA

-iDONDE ESTABAS?

AI sentir, al percibir de nuevo a EI, cerca, a su

lado, desde la entraria -el origen del propio ser,

10profundo y desconocldo del propio seras! Ie

grit6 el "Negro":-iDonde estabas?

-Contigo.

-NO ESTABAS, no estabas -Ie grito el "Ne-

gro", mientras la revivida soledad, acentuada por

la ausencia de la paz de EI, Ie hacla sentlrse, as!

10 slntlo, hasta traicionado por EI. - Tu tamblen

me has dejado.

-Estaba contigo -suave, serena la voz dulce

de EI, resonaba en la entrafia del "Negro".

-Estoy solo.-iMi nino! iNo recuerdas que no Ie entraste

al chemo? iNo recuerdas que tan s61010probas-

te, un poco? iNo es cierto que ya no te sirve?

-Me dejaste. Te t larne.

-iMi nino!

-Es peor que antes -dijo el "Negro"-. Va nl

el chemo sirve. Te deseo. C6mome,gustarra,des-

de siempre. tener alguien que fuera conmigo, que

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me amara, para poder sentirme yo. Para estar se-

guro. Para descansar.

-iMi nino! l,Puede una madre olvidarse del

hijo de sus entrafias? Pues aunque ella se olvide,

yo no me olvldare ...

-jNo estabas! -Serena ya la protesta, el IIan-

to y la agonia, la incornprenslon del "Negro" se

manifesto suave ya, con la interior duda de la men-

te. l,Como podia estar si no 10 sentia?

-iMi nino!

-iPapa! -Ie dijo el "Negro". Ya renacida la

sonrisa del alma, se dispuso a escuchar a su pa-

dre.

Oijo Oios:-Oile a tu mano que se levante.

Asi 10 hizo el "Negro" y levanto su mano.

-Ahora dile que se mueva hacia la derecha.

ASi, de nuevo repitiolo el "Negro".

-Ahora hacia la izquierda.

Como quien juega sonrela el "Negro", con ese

ir y venir de su mano.

-Ahora, mlrala y mandate desaparecer.

-No se puede.

-l,Por que no?-La puedo hacer mover, pero no desaparecer.

-Porque el ser de tu mano no depende de tl,

Oepende de Mf. ,I

-Ahora la estas haciendo.

-Algo asl. I

-Y tu mismo me estas haciendo. I

- Te estoy amando. Si supieses como y cuan-

to.

36

-Es bello. Asl, siempre estas conmigo. l,Oen-

tro?-Intimo, a 10 I n ti rn o de la entrafia tuya.

Nacio la dulce paz como un sol dentro del al-

ma del "Negro".-Yo, mi nino,' los amo a todos, y se muy bien

10 que a cada uno Ie pasa. Hay seres como tu, que

hacen cosas malas.EI "Negro" como que baio la cabeza, y mira-

ba de sosl ayo a EI.-No te estoy reganando, mi nino -dijo Oios

(se sonrieron ambos). -Hacen cosas malas y no

son malos. Ya dijo mi Hijo Jesus que no se pue-

de juzgar a nadie.

-l,Siempre me acorn panas?

-Si.-l,Aunque no te sienta?

-Sf.=Habia una nina que tloraba mientras la ven-

dian y yo estaba con ella. Le dijeron puta -dijo el

"Negro".-Sf, as! Ie dicen. Yo Ie digo hija, y ella solo me

sentira dentro de poco, cuando muera Y Yo ...

-l,Que Ie haras?-Le dire hija y Ie dare un beso. Yo se muy

bien que nunca pudo hacer nada para evitar 10 queIe paso.

-Pero hay otras.

-No juzgues tu, .-Asf que Tu ostaras siempre conmigo. Te qure-

roo Ahora sf estoy contento.-iMi nino! Pasaras moment~s de mucha ~mar-

gura, sufrimientos, pero ... Yo slempr? ~stare con-

tigo. Oentro de ti. Soy. Quiero ser tu inttrno.

37



-Mi Intlmo amigo, mi papa. La amargura, el

sufrimiento, siempre estaran por fuera. La paz, tu

carifio, siempre por dentro. Lindo Dios.

-Gracias, hijo.

38

I

f

i

Capitulo VI

LlBERACION

EI "Negro" vive una au~entica

Paz Llena de luz y de ateqrta. Su-. b pero tienefre, pasa ham res ...

una nueva actitud.Se siente seguro de EI, y espera

con llusion el dlaloqo.

Sigamoslo.



f.\\_e_~~o\'fG \.)'f \be.\.

" ' l-.sO::O \S5

-Oye, Tu, l,cuando empezaste?

-Yo todavia no empiezo.

-l,C6mo?-Si, s610 empieza 10que no es. Yo soy.

-A ver, baraiamelo mejor.- Te explico: Yo no estoy sometido al tiempo.

EI tiempo nace cuando empieza un ser que antesno era. Es un valven de la existencia del ser Iimi-

tado.-Pero Tu existes ahora en el tiempo.

-jOh, no! EI tiempo me es ajeno a mi. Es algo

engendrado.-Ah, sl, algo como mi mano. Lo del otro dla,

-Mas 0 menos.-En Ti no pasa.-Estoy fuera de el, Soy.

-Es diffcil de entender.-Muy ditlcil para ti, mi hijo. No es a base de

poner mas y mas tiempo, algo que nunca se aca-ba, como se IIega a la idea de la eternidad, quees mi tiempo en cierto sentido. Hay que pensar en

otra realidad distinta.-l,Hay algo que se parezca?-Un instante es 10mas parecido.-Un instante es algo sin sucesi6n.

41



-Un instante que siempre es.

Algo cansados los dos de este dialoqo, Ernes-

to expreso: -Oye, dejemos eso "no?

-Como tu quieras.

EI invisible brazo de Dios. Una ternura envol-

vente, suave, se acerco a Ernesto. Se slntlo algo

aSI como abrazado, acunado, mecido. Los ojos se

Ie fueron cerrando suavemente. Se Ie encoqlc to-

do el cuerpo y su ser interno, Intlmo, revlvlo en

salud su contenido de la vida de feto, lejana en el

tlempo pero presente en 10 profundo de su ser.

E~,con la ternura de plenitud de Su ser, sigui6

acunando a su hijo.

(Asistamos con respeto al dialogo mudo, sin pa-

labras. Intimo a la entrafia del "Negro").

-Bien dijo Juan Pablo I que soy mas madre,que padre. En toda gestacion estoy presente, mi

nino. Ah], en el seno de tu madre, que mal te sen-

tiste. Como, cuando ella slntio que su hombre la

dejaba, te rechazo a ti. Como temblaste, temien-

do tu 10 peor. Como sintlo ella tu angustia y te

acepto, Como estaba esta herida en tu ser. Mi ni-

no, ahora renace. Nace de nuevo desde mi ser.

Un suspiro surqlo desde 10 mas profundo del

sueno del "Negro".

Un suspiro de tlberaclon amorosa, I

EI rostro del "Negro" expresaba la paz interna

que 10 lIenaba. Que reales eran ahora en su inte-

rior aquellas palabras: "Intimo a 10 lntlmo de la

entraria" .

Capitulo VII

FIDEL/DAD

Nuestro buen amigo tiene, en

este capitulo que sigue, un serio

problema. Resulta que una situa-

ci6n problernatica Ie lIeva, en cier-

to modo, a contrastar su realidad

-sus compaiieros- con esa rea-

lidad mas intima, profunda, a la

que tu y yo estamos asistiendo.

,

\42



Amaneci6 un dla Ileno de luz, sorprendente-

mente claro, contrastante con el habitualmente as-

fixiante respirar del brumoso aire de Mexico. Era

un oasis temporal.

Nuestros amigos del baldlo, desde la zozobra

de la ultima razzia, desde los tristes aconteceres,

sentlan ansia de huida.

Nueva ansia de la casi permanente huida.

Tal vez el inconsciente gozo del aire puro, 10

claro del ambiente, les lIev6, en un momenta dado,

a dialogar sobre Acapulco, l.Quien empez6? Tal

vez el ser cornun de todos ellos.

De repente se ilumin6 el rostro del "Sapo",

nino chaparro, regordete y saltarfn, que dijo: -Va-

yamonos a Acapulco.

UnSI colectivo, dernocratico, ilusionado, corro-

bor6 el pensamiento, remarcando el ansia cornun

que los unla y hacla hermanos en ese huir de la

agonfa del vivir.

S610un rostro, el habitualmente sonriente, se

ensombreci6, en duda, en agonfa, y afirm6: -Yo

no se si ire.

-l.Por que no, "Negro"? -pregunt0 uno, des-

pues otro, finalmente todos a coro.

La seguridad cornun, nacida de la amplitud de

45



'. I "Negro" ante la ayuda del "Sapo"Se sonno e

y susplro tranquilo. t' Se quedaba conSe nabia acabado la an~us ia. habitual mente,

el "pulgas", perro pequeno que bacuando no tenia otra cosa que hacer, se rasca

tenazmenteb instante Una mirada entre angus-Fue un reve , . de muchachos mirandotiosa Y tierna. EI eoruunto . de mundo su hastasu seno de la tierra, su nncon .,

ayer, seg~ro refugio. I momento con el mismo,Romplendo por e , , t la

, de nuevo: cuantos partos a la VIS a,. ~emerglan cuantas huidas a la incomprenslon yesperanza, 0 ,

al absurdo., irada al futuro, alFue un breve mstante. La m A VIDA QUE

. te a la vida QUE POTENTE Lvial , . .

EMERGE.

las debilidades de todos ellos. EI ansia comun de

la forzosa huida se entenebreclo entre todos, ante

la perspectiva de la ausencia del "Negro"; como

si la carnaraderla, tundada en tantas soledades,

se resquebrajara con la ausencia del "Negro".

Fue un ataque persistente, que solo obtuvo del"Negro" un "cuando se vayan 1 0 vere", que dej6

abierta la posibilidad ...

Contraste.

Era un ir y venir de aqul a alia. Un rebuscar y

actuar con todas las rnarias conocidas para obte-

ner 1 0 mas posible.

La Huston que se reflejaba en la mirada se ex-

presaba en un ansia que hacla a nuestros perso-

najes apetecedores de la sirnpatla y asl, entrado el

_mediodfa, habla ya un gozoso ambiente de lluslon,

Mientras se malcom fa" s.e hablaba de la inmediata

salida.

EI "Negro", contrastando con la algarabfa ge-

neral, comla en silencio, serio. Lleqo el memento

ansiado.

Se repartieron los dineros de un modo justo y

original. Cada uno decla 1 0 que tenia y asl, entre

todos, calculaban el capital cornun, que era pose-

sian individual y cornun en la emergencia.

Luego discutieron el modo y la manera para

poderse lIevar a los perros.

EI "Negro" segufa indeciso.

EI "Sapo" Ie dijo:

-Quedate a cuidarnos el baldlo. Te dejo al

"Pulgas" para que te acompafie.

- - -. edaba el "Negro". En un

Mirandolos, atras ,~u" pidiendolesrincon, abrazado al Pulqas", como

perdon por no ir con etlo~. tc 1"pulgas"En cuanto ya no estuvleron, aven 0 a

, t" 'I'Ibre Entre las dos fidelidades, a suy se sm 10· , z

d habra escogido la de EI. Sentla pa .rno 0,

47I

46



I

Capitulo VIII

EL VIAJE

Vimos c6mo rompi6 el "Negro"

con los suyos para quedarse con

EI.Veamos ahora la actitud de EI

ante el hecho.



-iPor que no te fuiste con ellos?

EI "Negro" se extrafio profundamente. Por pri-

mera vez desde que 1 0 conociera frunci6 el cefio

ante EI. Se extrafio mucho, el asombro Ie ocup6 el

alma toda y ante la incomprensi6n de EI, al que

nabla escogido, Ie naci6 la respuesta.

-Para quedarme contigo.

Sonri6 EI (jah, la sonrisa de Dios!). Amplia,

profunda, veraz, plena, comunicativa, sutil, fntima.

Sonrisa que se da.

-Gracias -Ie dijo.

Tranquilo, gozoso, Ie dijo el "Negro":

-iPor que no te alegras, por que no estas con-

tento de que me haya quedado? Me cost6, no

creas.

-Lo se. Pero te ayud6 el "Sapo", ino?

-Sf, y el "Pulgas" -Ia mano del "Negro", in-

conscientemente, acarici6 el aire como quien aca-

ricia un perro.

-Tierno el "Pulgas" -dijo EI.

-Sf, pero Tu 1 0 eres mas.

-Gracias -Ie contest6 Dios.

-Bueno, pero iPor que me reganas?

-No te reqafio, te prequnte nada mas. Mira,

&111arnblen estoy Yo. Te dije el otro dla que Yo

soy. No hay tiempo para Mf. EI tiempo es para el

51



-Asi es -dijo Dios-. La alegria es fruto de la

generosidad, del amor -dijo EI-: Esto es 1 0 que

quiero que hagas. Cuando los quieres a ellos, me

quieres a mi.-Claro -dijo el "Negro"-, tu los quieres a

todos.-Asi es.

-Oye, es bonito.

-Muy bonito.EI "Negro" rniro aDios y Ie dijo:

_ Tengo mucho suefio. Nos vemos en Aca-

pulco.-Hasta Acapulco, hijo.

-Papa. .'Y esta palabra lIena de conten.do cerro, ahora

st, los ojos del "Negro".

que empieza. Yo soy. Igualmente no hay espacio '

en Mi 0 para Mi. Soy libre del espaclo y del tiempo.

En 1 0 estatlco de la figura, el "Negro" sinti6 el

deseo de irse al instante con ellos, y esto se tras-

lucie en un brevisimo movimiento de su cuerpo

todo, un ligero parpadeo, mientras todo el ser se- '.'

guia estatlco junto a EI.

- Tu, l,quieres que me vaya?

-Yo si -Ie sonrio Dios- porque Yo los quiero

y me gustarfa que tu les dieras el carlfio y la ter- I,

nura que Yo te doy.

-jUh! -dijo el "Negro", mientras movia (l,la

movia?) negativamente su cabeza-. Yo no sa.

-Si sabes. l,No recuerdas aquella noche que Ie

diste tu torta al Lucas?

EI "Negro", que nunca dio, como cualquier ca-

Ilejero, valor a sus actos generosos, que nunca

quiso exteriorizar la ternura de su ser, 1 0 record6

como un gesto sin importancia. Dios, que no deja

perder detalle, se 10 revivlo con gozo.

-Lucas. Acababa de lIegar, el pobre. No sabia

ni robar un pan.

Dios no dijo nada.

-Es que el pobre tenia mucha hambre. Era ya

media tarde y yo tenia mi torta.

- T u tam poco hablas comido.=Desayune por la marianlta. Le dije: "toma".

Me miro con cierto temor, como pensando que me

burlaba. Me dio mas pena y se la di. Y va y me

dice: "a michas". Querfa decir la mitad.

-Sigue, sigue -Ie urqio Dios.

-Y Ie dije: "tornatela toda tu, yo ya desayune

por la manana". Oye, Dios, l,sabes que goce vlen-

dole comer?

53

52:.~



I

I

"

"

\

•

Capitulo IX

DE CAMINO

EI "Negro" se siente feliz. Va a

ir can los,suyos y sabe que Ella

acompaiia.

Acompaiiemos al "Negro" en

este viaje.



Cansancio. Esa es la clara imagen que da el

"Negro".

Alia en la carretera, destino a Acapulco.'

Todo el sucio, con un "quiero y no puedo" de

limpio.

Como si 10 sucio fuera, en cierto modo, su piel

y 10 limpio 10 aparente.

A sus pies, dormitando, el "Pulgas".

l,Cuantos carras han pasado? l,Cuantas ilusio-

nes muertas? Caminando hacia "un poco mas alia"

me recoqeran, l,Cuanto ha caminado ya? l,Cuanto

lIeva alia esperando?

Un sentimiento Ie lIena y Ie rodea: desaliento y

trustraclon. Quedaban lejos, atras, el Colegio Mi-

litar, la Caseta.

Del agotamiento desesperante Ie naclo un OIOS

MIO, que por eneslma vez resono desde su en-

trafia. .

Ya el desaliento era todo su horizonte psiquico

cuando, l,de donde vin~?, paro un carro.

Una voz fuerte:

-l,Oonde vas, chavo?

57



-l,Es a mf? -dijo el "Negro", como dudandotodavfa.

-Sf, a ti.

-A Acapulco.

-Sube. Voy hasta alia. Hasta alll mero.

Era un hombre solo. Con la desconfianza per-

manente, nacida de la dura experiencia, 1 0 cata-logo bueno y, sin muchosmiramientos, se sublo en

la parte trasera. AI punto dormfa profundamente.

Se Ie hizo el viaje que no fue. Lo desperto el

brazo fuerte del chofer, que 1 0 jalaba mientras Ie

decfa:

-"Negro", se te acabo el veinte. Ya IIegamos.

Un saludo, un dar las gracias y, con iluslon, a

encontrar la bola, a los amigos, a los cuates, se

despldlo de su amigo.

I

"

~

Capftulo X

REENCUENTRO

Acompafiemos al "Negro", que

lIeno de ilusi6n se dirige at reen-

cuentro con sus amigos, su fami-

lia, su mundo.

I,

58



lluslon es la palabra que enmarca la actitud del

"Negro", despues de la dormida en el carro. IIu-

slon por hallar pronto a los suyos. l,Donde?

Enmedio de 10 inmenso de la ciudad de Mexico

o en Acapulco, todo callejero sabe donde rolan los

suyos. Las zonas, los lugares son tan especifica-

mente conocidos por cada uno de los grupos, que

a poco de IIegar sabe uno, a ciencia cierta, por el

dla que hace, por la hora y el lugar, donde deben

estar sus companeros, y casi casi 10 que estaran

haciendo.

Alrededor de las diez de la manana, con un lu-

minoso y claro dla, el "Negro" se dirigio a cierto

mercado, no demasiado conocido qulzas, pero Sl

frecuentado por ellos en otras ocasiones.

Desde 10 lejos vlslumbro el tumulto. AI parecer

habra habido un choque muy reciente. La masa se

movia y algo paso, pues a 10 poco via carreras deaquIpara alia.

Se sonrlo, Hacia un lade 0 hacia otro via correr

a sus compafieros, Sin duda alguna se habrlanaprovechado del suceso. A no revuelto, ganancia

de pescadores, afirma el pueblo. Pensandolo bien,

cambio de ruta y se fue a donde, sin duda, por va-

riados caminos se dirigian todos. Sin que consigna

alguna 10 dictara.

61



A aquella hora, sin duda, se reunirian un poco

mas alia, en "su puesto" del rnalecon, Sin prisa,

pues algo tardarfan los otros, se diriqio hacia alia

con ganas del encuentro y de saciar el hanibre que

ya rugia en su interior.

iQue extrafiol Seencontro a -sfmismo enel ca-

mino pensando, no en el gozo y la iluslon de ver 10que habian ganado los suyos, sino en un pensa-

miento ajeno a su ser mismo, el de siempre. Se

puso a pensar en aquella mujer que desde su an-

gulo lejano y amplio habia contemplado, gritando,

expresando su angustia por 10 perdido (bien sabla

el "Negro" que era sustraido). Sintlo pena de su

modo de vivir, de su afirmarse personalmente

como ser humane por el unico canal que conocia.

Sin comprender su propio pensar, llberose in-

conscientemente del mismo, apresurando el paso

con la ilusion de lIegar pronto con los suyos.

Fue el primero. Laprudencia desviabael cami-

node los otros por recovecos que alejaban el tiem-

po, alargando distancias y liberando miedos.

No paso mucho tiempo, no, y a 10 poco el la-

drar del "Pulgas" ellrnino 1 3 abstracclon medita-

tiva del "Negro" y saluda al primero de los suyos,

que 10 saluda con gozo y Ie dijo:

-Hola, "Negro". Mira -y ensefiandole 10 va-

lioso de 10 raplfiado, Ie invito a compartir Iaalegria.

La forzada sonrisa del "Negro", que ni el mis-

mo entendia del todo, Ie hizo preguntarle al otro:

-l,Que te ha pasado "Negro"?

Este contesto mas para sl mismo que para el

otro:

-Nada, cuate, el cansancio del camino.

Breve el tiempo y vemos a todos ya reunidos,

62

I

II

I

participando de un esplendido desayuno, entre ri-

sas, bromas, camaraderias e ilusiones. Habia sido

una manana rica. Rica en el fruto del trabajo. Rica

en la alegria del encuentro.

-Oye, "Negro", te regresastemuy pronto, l,no?

-La soledad =atirmo el "Negro", mientras (de

nuevo) una ligera abstraccion, unos segundos lasonrisa misteriosa, la paz, el gozo sereno que Ie

lleno el ser. Los dernas se miraron unos a otros,

como interroqandose y cornunicandose todos la

imposibilidad de una respuesta ante el nuevo ser

del "Negro".

Hacia el final del desayuno, cuando 10 ocurrido

en la manana era cosa olvidada, de otro tiempo,

10 rapido del vivir suyo les llevo a planear el dia y

se declare, como unasola almay sin decirlo nadie,

dla festivo. Uno irla por ahl al cine, otro ala Que-

brada, etcetera. AI cine cada quien con quien qui-

siera, y asl un "hasta la noche", fue la serial para

que ahora dos, Iuego otros tres y a 10 poco ya

todos, estuvieran gozando del no proclamado, pero

real, dla de asueto.

63



,

Capitulo XI

LA NOCHE

En este capitulo vamos aver

como se enfrenta el "Negro" a

una nueva y sorpresiva sltuaclon,

Ese "Negro" pasara ahora una

dura prueba entre su nuevo modo

de ser, casi inconsciente, y su vida

de siempre.



EI "Negro" con el "Sapo" y el "Grefias", otro

del arupo, regresaban ya de su dla de ilusi6n. Ellos-\-r';i :rubo." .

dormlal1 en cierto lugar de la playa, rec09S?..gtr~0-nal del grupo, mientras otros no les zafaran ellugar.

Iban los tres lIenos de la ilusi6n de la fiesta. EI

dlaloqo animado fue suspendido porque cerca dedonde ellos iban, un grupo de cham-aco~de sus

mismos afios y pareja envergadura, estaban arre-

molinados en misterioso cerco oscuro y silencio-

so. Estaba oscuro; era de noche, sin luna, como si

esta, pudorosa,. se negase a ser testigo de 10que

al parecer iba a ocurrir.No tan pudorosos, nuestros amigos, al olr un

gemido y lIanto infantil agudo y estridente, se acer-caron al pequefio grupo. Eran cuatro 0 cinco C h a - o .< ~

vitos, capitaneados por otro mas grande, de unos14 0 15 aries. En medio de ellos una nina de unos

diez arios, ennegrecida por la noche de su propiovivir, lIena de soledades y de penas, sin compren-

der bien 10 que pasaba, miraba a los reclen en-contrados cornpaneros, que con sirnpatla y pala-bras amables y un par de tcFcbs~todo hay que

decirlo-, la habian invitado a lr con ellos.EI lIanto y el gemido, reclen nacidos en ella,

67



esperando una lnsinuaclon 0 un apoyo, para con-

sumar la "conquista" iniciada, Estos, sorprendidos

y temerosos, tal vez por la mirada de la nina, tal

vez por las palabras del "Negro", tal vez por su

actitud, tal vez ... , dejaron a su jefe con un vaclo

de silencio. Este, solo en 10 oscuro de la noche ,

deja la escena, con un "quedate con tu hermana",

y se fu~ron. berr=c

Alejados los anteriores, un jQue huevos, "Ne-

gro"! del "Grefias", a 10 que siquio:

-Ahora nos toea a nosotros -hizo reqresar la

noche a la nina.

EI "Negro", indiferente a 10 dicho, se acerco a

la nina y Ie dijo:

-No tengas miedo, yo sere tu hermano. Te voy

a defender.

-l,Por que? =balbuceo la nina, mirando con

sus ojos Ilorosos y Iimpios al nuevo ser que se.in-

troducia en su existencia, y sonriendo con ellos y

con sus lablos, con su todavia muerta llusion de

esperanza.

-Porque te quiero bien -afirmo el "Negro",

que volteandose tulrnlno con su mirada al "Sapo"

y al "Grerias", Este lamento las palabras que ante-

riormente dijo .y el "Sapo" salvo la situacion di-

ciendo:- Todos la vamos a defender, varnonos con los

nuestros.

-Sf, vamos -fue la rapida respuesta del "Gre-

rias", que querfa huir de 10 dicho.

EI "Negro" torno a la nina de la mane y la tlevo

tras los dos.

Iba ella sin apartar los ojos de el, sablendolo

su salvador, sin entender de que.

correspond ian al instintivo temor pues, inexplica-

blemente, los otrora amigos, la habian rodeado y

el mas grande, junto a ella, la invitaba a acostarse.

Los dernas, con caras nuevas, inexplicables para

la nina, la miraban con una avidez mal cohtenida.

-No temas -Ie decia el mayor- te vas .a diver-

tir, l, verdad, muchachos? .

Uno de ellos Ie contesto riendo:

-Nos vamos a d'ivert ir. i.todos.').(.o:!> ,0.,,-

-Se la van a chingar =afirrno el "Grefias",

mientras su ser ya estaba gozando con el nuevo

grupo,.y se sentia identificado con ellos.

EI "Sapo", prudente siempre, afirrno:

-Mejor nosotros nos vamos.

EI "Negro" -pero que curioso el "Negro"-,

surqio de las sombras que los socorrian y hac iandiscretos, y como que se hizo luz enmedio de la

noche. Grito~_,"es.~<=

-YO =on ELLA +acercandose al grupo.

Se voltearon todos, como sintiendo que alguien

venia a arrebatarles la presa capturada en ese

culto y civilizado mundo de selva en el que es-

tamos.

Resonaba en la entraria del "Negro" el men-

saje de Amor que recibiera, y su fuerza afectiva,

nacida quien sabe de donde, Ie dominaba. Le do-minaba una ira otrora desconocida, y con fiereza

se entrento a todos:<e,e~o

-Yo por ella.

-l,Acaso eres su hermano? -Ie contesto, en-

tre miedoso y retante, el' erguido macho del otro

grupo.

-Sf, soy su hermano -dijo el "Negro", 'rnlran-,

do desafiante al otro, que mira a sus adlateres,"1.10~

\

6968



Estaban ya todos cobijados en el calor de la

tierra cuando apareci6 el grupo C:eamigos.

Se asombraron ante la Ilegada de la nina y uno

de ellos pregunt6:

-iYesta?-Es la hermana del "Negro" -afirm6 el "Gre-

rias".=Esta linda la escuincla -afirm6 el otro.

-Cunado, vamos a d 8 " r ' m i r.

Hleron todos la broma. Todos menos el "Ne-

gro" que, serio, les dij a todos:(e,.fCl'l <:>0. •

-Yo soy su valedor. iAy de quien la moleste!

EI "Sapo" les dt]o:"nch:>..-..

-Durmamonos a.

Y, lentamente, poco a poco, el silencio fue apa-gando el ruido de las conversaciones.

La nina, cansada, se durmi6 muy pronto junto

al "Negro" que, a su lado, fue el ultimo en dS~o~~

mirse. '

Fue aquella noche cuando se ilumin6 la noche

del vivir con una frase n~va' "Que bello que es

Amar, que triste que es chlngar".

Esta fue la frase con la que el "Negro" sinteti-

zaba, al dla siguiente, 1 0 que pas6 en la noche. Fue

primero con el "Sapo". Le dijo asl:-Mira "Sapo", cuando ayer vi a la nina as!

entendi, senti 1 0 que sentla la nina, y entonces tuv~

pena por ella, la quise ayudar, la arne.

-Entiendo -dijo el "Sapo"- al amarla no pen-

saste en gozar, sino en ella.

-Eso, eso -contest6 el "Negro"- es mejor, r<)ol..\-~o.v

amar que chmgar.

70

"

,

,

,)

('I\"~~

-Pero si uno quiere a una chava, pues ...

-Si -dijo el "Negro"-, pero no asl, Eso sera

por amor, porque la chava sienta 1 0 mismo que

uno, digo yo.

-Oye "Negro" l.por que nunca 1 0 pensamos

antes?

-No se -respondi6 el "Negro"-. Pero es cier-t Q

' b II I"o.\..'t'~.vo. ue e 0 que es amar, que triste que es chin-

gar.

Uno, dos, varios fueron los chavos que dialoga-

ron sobre el tema con el "Negro". EI "Sapo", los

demas y poco a poco todos, empezaron aver al

"Negro" con admiraci6n, asombro, incomprensi6n.

La nina Ilevaba ya un par de dlas con ellos cuando

al tercer dla ... Bueno, eso es capitulo aparte.

71



,

I

I

li

Capitulo XII

EL VACIO

Vamos a seguir, lector amigo,

las peripecias del "Negro".

Enamorado, asiste ahora a la

perdlda de la "Nina".

Nueva soledad, nuevo vaclo.



Entibiado el cuerpo por el claro sol de aquella

manana, con un perezoso bostezo, el "Negro" se

abri6 al amanecer del nuevodla cuando ya casi la

manana se convertfa en tarde.

EI horario del callejero es profundamente con-

tradictorio con el vivir del sol.

Casi diria uno que, enmarcado en oscuridades

personales desde la infancia, la noche es dia y eldia es noche.

Cosa curiosa en el "Negro", su primer pensa-

miento, su primera idea, fue para EI.

Despues,como si el amor desde EI Ie lIevara en

sucesi6n amorosa a los seres amados, pens6 en

ella, su "nina". Con ternura lanz6 una profunda

mirada carlriosa a la inocente criatura acostada a

su lado.

La contempl6.

"Cuanto rato?

Ciertamente, cuando uno mira con amor, el

tiempo se diluye como algo que sevolatiliza 0eva-

pora y se convierte en humo. Desaparece. Siempre

el amor es anuncio de eternidad. AI poco rato, la

muchachada y la "nina" estan en el mercado dis-

puestos a desafanar er hambre. Quien por aqul,

quien por alia.

75



EI uno tras victoriosa carrera, el otro tras sola-

pado y silencioso hurto, el "Negro", inutilizado en

parte para las ante rio res gestas, con un modesto

Ilevar paquetes de aqul para alia, van reuniendo la

base del vivir del nuevo dla,

Ouien sabe por que, al reencontrarse de nuevo

hay una ausencia.Falta la "Nina".

Todos miran al "Negro", que con esa sonrisa

enlqrnatica que es su nueva caractertstica, Ilega

junto a ellos contento y feliz con su nueva dimen-

si6n de la riqueza "bien habida".

Nadie dice nada.

Se contabilizan las ganancias.

Se planea el lugar de la comida y, como un

rayo prematuro que anuncia una tormenta, grita el

"Negro":-iY la "Nina"?

Silencio.

Se entrecruzan las miradas en un ir de aqul

p'alla, del uno al otro, en un aumentar angustias y

zozobras, hasta que al fin todas convergen en los

ojos, mas oscuros que. nunca, del "Negro", que

profundamente irritado, vehemente y airado, les

pregunta d6nde esta .

. EI "Sapo" se comi6 en la garganta una pre-

gunta: "iNo estaba contigo?", que iba dirigida a!

"Negro" y que se comi6 el miedo. .

Unos matizados y claros insultos del "Negro",

desde un "cabrones" y "chinguen a su madre"

constituy6 el anuncio de la tormenta.

Poco a poco se fue aclarando la situaci6n. Un

"se qued6 a la puerta del mercado, sentada",

Un "yo la vi con una abuelita de la rnano",

76

,

I

,

Un "con ella estara mejor que con nosotros",

fue apaciguando 10 tormentoso de la situaci6n.

Luego, la alegria de la com ida y la conviven:

cia fue calmando la tormenta en el grupo, no aSI

en el alma del "Negro" que, taciturno, silencioso,

termin6 su comida como quien no come, anun-

ciando en su rostro que la tormenta seguia dentro

de el.L1eg6 la noche.

Soledad.

Silencio.Se hizo dia en el alma del "Negro". Es decir,

IIeg6 a la plenitud su soledad. La oscurida~ en~ol-

vente era la plenitud de oscuridad en su tnterlor.

Estaba solo.EI grito se volvi6 mudo.

Era tal la angustia que no podia ni pronunciar.La ilusi6n de ayer, el encuentro con EI, pare-

cia una mentira.Ansias de muerte, de asesinar, de odio, cual

oleadas de un mar encrespado y tumultuoso, sur-

gian en su interior con tal tuerza y potencia, que

ni el grito, casi ni el Ilanto, surgfan de dentro ..

Las inconscientes laqrtrnas flufan de sus ojos

intermitentes, suaves cual una fuente.

EI no sentia nada de todo esto.

Estaba sumido en la angustia.

No senna. Era angustia.

Algo as! como una plenitud acumulativa.

Como si la angustia de su ser, alia en el seno

de su madre, en el primer rechazo, se hubi~se

acumulado al sinffn de recuerdos, de desprectos,

de golpes. .'Como si todo 10 negativo de su vida se hublese

77



sumado en un instante, al multiplicarse con un

vacio nuevo, la ausencla de la nueva temura ya

conocida y ahora, en su ausencia, fuese su vivir

comer la angustia.

Lo limitado del vivir del hombre. EI limite del

ser Ie hizo surgir de aquel abismo. Se levant6.

Ya de pie, mir6 las sombras, como buscandoentre las oscuridades un atisbo de luz. Mir6 a sus

compafieros de tantos dias 0 de tantas noches...

el "Sapo" ... los dernas, Not6 la ausencia de ella.

Su primer, puro amor.

Ahora sl: Ilor6.

Cada lagrima, sabrosarnente salada, contenia

una real y autentlca liberaci6n; hasta IIeg6 a en-

gullirlas.

Luego, hecho conciencia de su situaci6n, cris-

padas las manos con un deseo de desquitarse enel mundo y en el vivir suyo, entre tanto dolor, una

mirada de odio bestial, de tan humano inhumano,

se dirigi6 hacia el otrora luminoso cielo, y un grito

de l,POR QUE ME HAS ABANDONADO?,explot6

hacia el cielo.

jI

i

;

!Capitulo XIII

EL ESCUPIDO.

1

.~,,

Aqui, ahora, vamos a asistir al

inicio de la confesi6n de Dios.

La respuesta de EI a este POR

QUE del "Negro".

I

78



EI "Negro", sin saber bien a bien por que, ha

vuelto en parte a las andadas.Con una especie de nuevo y refinado rencor ha

cometido violentos robos, ofensas, con un valven

de momentos de serenidad y paz, que 1 0 Ilevan de

nuevo a hacer de misero cargador (todo es sequn

el color del cristal con que se mira).

Esta lnestable,De repente es el de siempre. EI de antafio, De

repente, su sonrisa eniqmatica renace abriendose

de nuevo a la esperanza, en cierto modo nunca

muerta.Siempre, cada manana, piensa en EI con un

suspiro, con un ansia, con una lluslon que nunca

muere.De noche.(No se si te has fijado, lector amigo, que nues-

tro acontecer siempre transcurre en el vivir noc-turno),

Duerme.EI "Negro", agitado por la tormenta interna,

deambula. Ora mira a sus cornpafietos, ora eleva

su mirada a las sombras del cielo, ora se para con-templando 1 0 interno de su noche. De repente, un

poco alejado pero cerca, muy cerca, vislumbra

una figura tenebrosa. Se acerca.

81



No tiene miedo.

Es una figura sangrante.

l,Un hombre, 0 los restosde unhombre?

Le impresiona al "Negro" el rostro. La barba,

las mejillas, la frente, cubiertas de salivazos.

Siente ternura 0 compasi6n.

-l,Que te pasa? -Ie pregunta.Una respuesta inesperada:

-Elodio.

-l, Y ese qulen es?

-EI mal.

EI "Negro" se acerca mas, saca su mugroso

paiiuelo para limpiarle el rostro, mientras piensa

entre asombrado y meditativo... el odio, el mal, y

empieza a enjugar el rostro de aquel cuerpo ago-

tado, traqil, apaleado, irresistente.

EI "Negro" afirma:-Yo tengo odio.

EI Escupido Ie contesta:

-l,Por que?

Antes de que la respuesta surja de los labios

del "Negro", convulsa la mana que aliviaba el

rostro, convierte la caricia en afrenta e incons-

cientemente aprieta el rostro con el paiiuelo. EI

sordo gemido del sufriente, hace reaccionar al

"Negro" y, con un "perd6n", renace la caricia y

el alivio.Exclama el "Negro":

-Odio porque nadie me quiso. Odio porque

todos meatacan. Odio porque nadie meama. Odio

porque cuando quiero hacer bien, cuando amo,

me dejan solo. Odio...

EI balsamo del lIanto empieza a apaciguar al

"Negro", que siente nacer una paz nueva 0 un

82

brote de la antigua paz. Mira el rostro enjuto y

demacrado del nuevo amigo y Ie asombra 10dulce

del mirar.-Oye -pregunta el "Negro"-, l,tu, qulen eres?

La dulzura de la palabra se hace eco de la dul-

ce mirada del yaciente.

-Cristo Jesus.EI "Negro'" retrocede, mira con asombro la

sangrante espalda. Mira sus manos Y ve los hue-

cos.

Sorpresa.Lo incomprensible de la situaci6n, el asombro,

Ie Ileva a preguntarle:

-l, Tan chingado?

Por primera vez, sonrie el Cristo:

-Asi me ha puesto el odio.

-l,Por que? -pregunta el "Negro".-Porque Yo soy Amor -responde el Cristo.

EI "Negro", que sigue separado contemplan-

do, se apena de su odio, 10mira y dice:

"-l,Mi odio tarnbien?Una nueva sonrisa del Cristo.

EI "Negro" se voltea para llorar su odio y al

tratar de mirar de nuevoal Cristo ya no 10encuen-

tra. S610sabe ver las puras sombras de la noche.

Sin comprender nada, el "Negro" vuelve a su r,in-

c6n de mundo a dormitar de nuevo con su sonnsa

floreciente.

83



,

!

Capitulo XIV

PRISION

;I

1

I

\

i

,

"

De la mana del "Negro" vaya··

mas ahara a un nuevo modo de

vivir.

Acornpariernos at "Negro" en

su prisi6n.

,

I



Un grito.Una carrera.EI "Grenas" y el "Sapo" escapan.Sin duda han calculado mal al escoger su vic-

tima.La senora, irritada, alzando en parte sus faldas,

ha respondido a la aqreslon del robo de su bolso

con un grito y una inesperada carrera.No deja de gritar y perseguir a nuestros dos

"amigos". Con una picara sonrisa los dos chavos

tuercen por una esquina, convencidos de que "ya

la hicieron".No fue asl,Dos hombrones los estaban esperando. Los to-

maron fuertemente al torcer su esquina.Y la sonrisa se transtorrno en mueca.Un poco a 1 0 lejos el "Negro" habia presen-

ciado todo, mientras depositaba unos bultos en el

carro de una senora.Los de]o, tomo raudo e inconsciente el dinero

que Ie dieron y corrlo,Corrie presuroso, dirigiEmdose a donde estaban

sus cornpaneros.Quiso ayudarlos, zafarlos, y al momento estaba

preso con ellos.

87



Es tan irreal la disciplina, el orden, los concep-tos, los nuevos valores que son la antitesis de lavida vivida, que el muchacho solo siente presion.

Presion y angustia.Su razon Ie afirma la razcn de 10 que se enseria,Su experiencia vital, su contenido psiquico, la

definicion de sl mismo con que 10 engendraron sus

padres, toda la concepcion de vivir no sanada,esta afirmando la sinrazon de la razon,

EI patio es el poder no ser.Alii al cabo de un rato nace el dlaloqo, el juego.

EI "Grefias" Ie dijo:-Fuiste bien pendejo. l,Por que te dejaste apre-

sar con nosotros?-No se. Me pareclo gacho dejarlos solos.-Eres cuate -afirmo el "Sapo".La noche.En aquel tiempo, por ventura, en el Centro, por

la noche se podia dormir (no siempre es asl).Crear un hablto nuevo.

Madrugar.Uno se pregunta: l,Por que el sistema educati-

vo para el callejero es total mente contradictorio,

y por 10 tanto presionante, con relacion a su an-tiguo vivir? Los principios, los horarios; todo es

'totalrnente distinto.[Oue bello seria un coloquio largo, profundo,

sincero, alrededor de una fogata en la noche.EI "Negro" dormia placldamente.l,En que sonaba?Un gemido, un cambio del rostro de la agonia

al gozo, todo ello indica a un fino observador que

el sueno del "Negro" esta Ileno de vida.De la mana de el vamos a seguir tratando de

que nos explique su suefio 0 su vivencia.

Preguntas, interrogatorios, que tu fuiste, queno fuiste.

-l,Como te llamas?Silencio.

La pregunta resuena de nuevo mas potente,con un leve matiz de airada impaciencia.

EI "Negro" dijo:

-"EI Negro".- Tu nombre, tu nombre.A punto estuvo de afirmarse, como otras ve-

ces, como Juan Perez; pero no, esta vez, 10 pensomejor y dijo su nombre, ya casi olvidado por elvacio de su contenido.

-Me llama Ernesto.Lo dijo alzando la barbilla con aplomo, con

entereza, con satistaccion de ser quien era.

-l,Que mas? Tu apellido.-Ese, quien sabe. Ya 10 perdi.Era sincero.-l,Que te parece Perez, 0 N. N.?-Ponga N. N. Luego Ie vemos.Despues de completar el expediente, un "Er-

nesto N. N., para adentro" 10 introdujo en "Ia pri-

sian".Asi 10 sentia el. Asi 10 sienten ellos, los calle-

jeros, a pesar de tantos intentos y tantos nombres

para ennoblecer el trato y el trabajo de "Ia reedu-caclon",

EI patio.

Lo mejor. Lo mas sabroso del lugar era el patio.Alii uno se siente libre.Nada mas alii, uno se acuesta, se tumba, se

hace tierra; y alii, en el reposo absoluto, piensaen sl, se siente vivo.

,

t,

1

8988



Capitulo XV

CONFESION

En este capitulo vamos a asls-

tir a una confesi6n.

Vamos a encontrar el origen

del problema del "Negro".

Vamos a encontrar

LA VERDAD.



De nuevo EJ.

Lo sinti6 presente.

La apertura.

La sonrisa se convierte en aleteo del alma, el

coraz6n se calienta, la mirada s'esuaviza, todo el

ser se convierte en viento.

Siente.

Amor.EI "Negro" ,extasiado, feliz, en la paz mas pro-

funda, en silencioso coloquio de amor, slntlendole

a EI como la presencia mas intima de todo su ser.

Sabiendose engendrado amorosamente por EJ.

Slntlendole a EI mas intima que su propia sus-

tancia.

Con un vitalizador relajarse total de su cuerpo.

EI "Negro" no esta,

No esta aqui.

Esta con EI.

Permanece su cuerpo.

l,SU espiritu?

Sabe EJ.

Coloquio.

-Oye Papa, l,por que?

-l,Por que, de que? -pregunta Dios.

-l,Por que, de todo? -dice el "Negro"-. l,Por

93



que del sufrimiento, por que de esta prlslon? iPor

que de tanta violencia?

-iQuieres la causa? =prequnto Dios.

-Sf -afirmo el "Negro"-, quiero saber qulen

tiene la culpa.

Sonrlo EI -te voy a confesar una cosa -Ie dijo

entre misterioso y divertido (el humor de Dios)-el culpable, la causa, soy Yo.

La lncornprenslon ante 10 absurdo se manifes-

to en el rostro del "Negro".

-iTu? iPor que?-Porque soy amor.

-No entiendo.-Yo soy amor Y en mi pertecclon infinita, e~

ese vivir mlo de eternidad, oomunlcacton de plenl-

tudes en nuestro ser Trinitario, no conozco elegofsmo. Decidimos crear. Crear por amor. Crear

para darnos. Crear para engendrar s~r~s ~apaces

de amor, imagen de nuestro ser Tnmtano. Para

crear seres capaces de poder lIegar a ser parte

con nosotros, a ser parte del Hijo eterno. pudimo~

crear mil humanidades, mil mundos, te vimos a t t,

capaz de amar enmedio de angustias y soledades.

Vimos al hombre tal como es, con todos sus pro-

blemas, sus incapacidades Y sus genero.sidades,

en medio de sus sombras.Te amamos a tl -comoI "N 0"penetro la dulzura de ese amor en e egr-.

Amamos al hombre. Lo aceptamos asi. La causa

de que el mundo este como esta es que Yo soy

amor. Arneal hombre como es. iNo entiendes?

EI "Negro" respondlo:

-No muy bien.

Del Ser divino se desqa]o, en cierto modo, par-

te de luz y, al poco, el "Negro" conternplo de nue-

vo el rostro del Escupido.

Le hablo Jesus:

-Yo soy el ultimo. Descend!, tome el .eer tuyo,

tu carne, la tuya, la de todo ser humano. Y mi

cuerpo, mi alma humana, sufrlo 10 que tu has su-

frido. Coml el hambre. Comi la soledad. Com! tuangustia y di mi mensaje: Amar hasta morir por el

que a uno Ie ofende, y asl en un mundo de som-

bras hay luz. Una luz tan grande que, en cierto

modo, hay mas amor aqul que en un mundo mas

perfecto, porque tu y Yo podemos amar al ene-

migo.

-Es bello -dijo el "Negro"-- y yo ique tengo

que hacer? .

-Amar -Ie dijo Dios-. Amar a todos, los bue-

nos y los malos; amar, porque yo, tu papa, soyamor. Amar el viento, el fuego, la tierra, cuanto

hay, todo. Todo 10 hice por amor. Amar 10 que

ocurra, amar a quien sea.

Ernesto aflrrno:

-Decir amen.

-Sf: amen =atlrmo Dios-. Y asi el amor triun-

fa. Por encima del odio y la maidad, el sufrir.

Y prequnto Ernesto:

-iY este mundo, que?-Este mundo -afirmo Dios-, no es mi mundo,

esta engendrado como camino, por eso Jesus 10

dijo bien claro, su Padre esta en los cielos. Este

mundo es para engendrarme a Mi. Paraengendrar

la vida en cada uno de ustedesy poder parir, amar

el mundo eterno, junto a Mi. Por eso, Ernesto,

cuando mueras, meveras, te abrazarey para siem-

I

':

I

,

I

9594



pre tu, carne de Jesus, seras parte de Mi, de mi

Trinidad, de mi vivir. ~

+Arnen -dijo Ernesto y, naciendo de 10 interior

del gozo de ese Amen, se reconcili6 Ernesto con

todo su existir. Naci6 un Aleluya. Gozo exquisito,

cruel, que 10 volvi6 a la Vida 0 10 despert6 del

sueno y del extasls, y 10 hizo nacer de nuevo a lanoche del camino.

96

Capitulo XVI

EL PADRE ANSELMO

En este capitulo vamos aver

el nuevo caminar del "Negro".

Un nuevo ser en contacto con

la Iglesia.



Se abri6 la puerta.EI "Negro", el "Grenas", el "Sapo". Y alguno

que otro chavo mas, salen gozosos.

Poco antes de salir han mal oldo la 16gica re-

comendaci6n de despedida.AI contemplar la calle, un grito al unlsono rele-

ga al olvido las uttimas palabras rssenadas.

jAI fin libres!AI poco rato estan todos ya inmersos en su

mundo de siempre.

Sin embargo, algo ha cambiado.

EI "Negro", cosa rara en el, se dirige a un

templo.

iPara que?Asistimos ahora a un coloquio.

Despues de varios dlas el Padre Anselmo esta

asombrado de sus coloquios con el "Negro" 0, por

que no decirlo, con Ernesto.En ciertos momentos se siente un poco como

se debieron sentir los doctores de la ley ante Je-

sus nino.Hoy, raro privilegio, podemos asistir tu y yo al

coloquio entre el padre Anselmo y Ernesto.

-iAsf que la culpa es de Dios?

-Asf dicho suena muy feo. iC6mo Ie dirfa yo?

99



Mire, Dios sabla muy bien 10 que hacia. EI mundo

no se Ie escap6. EI no ha hecho el mal a nadie;

pero ha creado seres capaces de mal, sabiendo

Dios que harian el mal, y arnandolos Dios a ellos.

Por eso Dios se siente responsable del mal que

hacen esos seres que EI ama..

Sonri6 el padre, mirando con ternura aquel ninoque parecia saber tanto....

-Asi, Dios tuvo que hacer algo para reparar

ese dano, ino?

Le contest6 Ernesto al padre:

-Asi es. Lo entiende usted muy bien, padre.

Dios, que ama al culpable, ama a la victima; por

eso Jesus es la victima. Manifiesta el amor a toda

victima, a todo ser que sufre, sufriendo con EI, 0

mejor aun, sufriendo por EI. Eso es la salvaci6n.

Pregunt6 el padre entre asombrado y perplejo:

-Entonces, el que sufre ique tiene que hacer?

Le dijo Ernesto:

-Amar. Amar como ama Dios. Perdonar, lu-

char por liberar al que sufre amando con Dios al

que hace sufrir.

~Muy hermoso, eso es el puro Evangelio; pero

es muy dificil.

-Es muy bello. Para Dios no es dificil. Para ml

tampoco. EI amaen mi.

-Oye -dijo el padre- ic6mo sabes tantas

cosas?

Ernesto, bajando la cabeza y la mirada, elev6

luego los ojos, entre timido y temeroso y, elevando

los hombres, COITIO hace un nino, Ie dijo al padre:

-Me 10dijo Dios.

AI padre Anselmo Ie lagrimearon los ojos. Le

impact6 la verdad que veia en aquel nino.

100

;

j

Se arrodil16y Ie dijo a Ernesto:

-Dame tu bendici6n.

Ernesto sonri6:

-Yo no puedo bendecir.

-Si puedes -afirm6 el, arrodillado-. Tienes la

bendici6n de Cristo escupido.

-iPero no se c6mo! -contest6 Ernesto.-Es muy sencillo. Se dice: "Que Dios te ben-

diga. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espi-

ritu Santo".

Las dos miradas se juntaron en el amoroso lazo

del vivir divino y aquel sacerdote recibi6 la bendi-

ci6n de Ernesto. Fue bello.

Ambos sintieron un fuego en el alma, un arre-

bol en las mejillas, un deseo de bien.

EI, EI estaba presente.

Sentados ambos en el despacho aquel, sigui6

el coloquio hasta que se concret6 el dia venturoso

en que Ernesto iba a recibir al Cristo Eucaristia.

Estaba radiante de gozo.

EI padre Anselmo, trat6 de convencer a Ernesto

para que se fuera a vivir a un adecuado internado

donde podria desarrollarse.

Ernesto contest6:

-Hoy no. Mi sitio esta en la calle. Cuando pue-

da jalar a mis companeros, entonces, con ellos,

iremos alii. No se preocupe, padre Anselmo, yo

estoy con EI y EI esta conmigo.

101



EPILOGO

Querido lector, si vas por la calle y te encuen-

tras al "Negro", 0 a ... aunque 10 veas sucio y tal

vez chemoso, arnalo y pidele su bendici6n.

Te aseguro que la tiene.

Si 10 sabre yo.

EI Autor.

103

·1



DEDICATORIA FINAL

Con agradecimiento profundo aDios y a los

nifios y nlnas, mis "Negros": EI Pichurri, Juan, Lu-

cio, Leonardo, Nacho, Pablo, el otro Pablo Los

de Bellas Artes, que fueron los iniciadores Los

de mi baldio de Pino Suarez, Mario, los de Tulan-

cingo ... EI Galtlnaceo ... Los que corrl del hogar

de Puebla, que ahora son personas nobles (l,re-

cuerdan?). Los que Jose Marra Cordero me pre-sent6 como nuevas ... EI de la "A" grabada en el

pecho (banda del Aguila) ... Mis compafieros de la

"AMARILLA", Escuela Hogar para Varones.

Despues de mi regreso ... los de la Villa de

Guadalupe, los charales, el Mosco, el Tobas. .. el

Sarnitas, etcetera ... Los de la Candelaria de los

Patos ... Los de la banda, que fueron poco a poco

cambiando su vida... EI Jitomate y tantos y tantos

centenares de hijos. .

A ellos, a sus esposas y a mis, ya, veinticinconietos .:

A las que formaron el hogar de madres solte-

ras, y hoy viven felices con sus esposos e hijos:

Berta Z., Berta A., Amparo, Teresa, Oliva, Maria

Eugenia, Margarita ... A las nifias que pasaron por

el Hogar de Nifias y a las que ahora estan en el:Alondra, Asunci6n, Estrella, Margarita, Angelica,

105



Lupita, Dinorah, Veronica, Roclo, Laura, Yolanda,

Griselda, Elena, Carmen, t.upe.. Laura 1, Laura 2,

Silvia, Lolita, Alejandra, Georgina, Perla...

A los que ahora constituyen mis hijos en los

Hogares: Alfredo, Raul, Rafael, Salvador, Efren,

Mauricio, Juan, Marco Antonio, Jose Manuel, VIC-

tor, Angel, Alfredo, Jorge, Donaciano, Felipe, Leo-

nardo, Martin, Julio, Jose, Juan, Arturo, Ricardo,Jose, Guillermo, Tomas, Marcelo, Juan Manuel,

Vicente, Jose Juan Ramon, Alejandro, Luis, Pablo,

Jesus, Moises, Rafael Manuel, Alejandro, Miguel

Angel, Carlos Alberto, Juan Manuel, Marcelino,

Martin, Raul, Joel, Roberto, Israel, Jesus, Ernesto,

Gabriel, Salvador, Amalio, Carlos, Hector, Eduar-

do, Rodrigo, Cosme, Bernardo, Javier, Omar, Ro-

gelio, Ricardo, Juan Carlos, Oscar, Eleazar, Ar-

mando, Manuel Oscar, Rafael Manuel, Rigoberto,

Regino, Pedro, Jose Luis, Joel, Sergio, Jesus, Pe-

dro, Salvador, Miguel, Anselmo, Benito, Alejo, Vic-

toriano, Rodrigo, Manuel, Alfonso, Bruno, Javier,

Bartolo, Isaias, Norberto, Jaime Nicolas, Tomas,

Jose Luis, Lucio, Faustino, Mauro, Mateo, Isaias,

Osbaldo, Juan, Abraham, Jesus, Juan, Inocente,

Francisco, Eduardo, Mauricio, Abel, Luciano, Eli-

gio, Ignacio, Polo, Antonio, Romualdo, Paulino,

Francisco, Jose Luis, Francisco, Feliciano, Efren,

Carlos, Mario, Andres, Jose Luis, Marino, Jose Jor-ge, Jorge Luis, David, Sergio, Martin, Guillermo,

Carlos Marcos, Eversain, Jose Antonio, Margarito,

Miguel, Miguel, Rafael, Adolfo, Victor, Carlos, Jose

Carlos, Carlos, Ismael, Enrique, Rene, Pipo, y todo

el resto hasta mis 275 hljos actuales.

24 de junio - 25 eiios de sacerdote

106

,

INDICE



"

Presentaci6n 5

C apitu lo I

E RNES TO Y E L ENCUENTRO 7

C apitu lo II

D IALOGO 13

C apitu lo II I

E L S ENT ID O DE D IO S 21

C apitu lo IV

SOLEDAD 27

C apitu lo V

GR ITO . 33

C apitu lo V I

L lBERACION 39

C apitu lo V II

F ID ELID AD . 43

Ca pitu lo V III

E L V IA JE 49

C apitu lo IX

D E CAM IN O 55

C apitu lo X

REENCUENTRO . 59

109



,Capiulo XI

LA NOCHE . 65

Capitulo XII

EL VACIO 73

Capitulo XIII

EL ESCUPIDO 79

Capitulo XIV

PRISION 85

Capitulo XV

CONFESION 91

Capitulo XVI

EL PADRE ANSELMO 97

Epilogo 103

Dedicatoria final 105

110



Se terrn ino la irnpresion de este lib ro

en junio de 1986. Tipografias Edito-

riales, Busti llos 12, Mex. 06880, D. F.

libro. dios se confiesa

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