libro de historia naval mundial tomo i

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PRIMERA PARTE PREHISTORIA Y ANTIGÜEDAD CAPITULO I - LOS PRECURSORES NÁUTICOS Algunos juicios sobre la época antigua Desde tiempos ignotos transcurrieron larguísimos siglos sin que el hombre pudiera expresarse por escrito. Apenas dejó rastros de su existencia en dibujos rupestres, fósiles y restos de sus utensilios, por lo que sobre esta etapa sólo caben conjeturas. La época antigua engloba las vicisitudes por las que pasó la humanidad desde que se inició la escritura con los jeroglifos egipcios unos 4500 años antes de Jesucristo, hasta el siglo y después del mismo, en que la cultura griega, finalmente representada por el Imperio Romano y cristianizada, amenazó sucumbir ante la irrupción de bárbaros venidos del nororiente. Bajo un enfoque náutico, la época comprende desde las primeras canoas y balsas hasta las escuadras de galeras que atravesaban el ‘mare nostrum’ romano. En el hemisferio occidental del globo terráqueo, las culturas antiguas más admirables se desarrollaron alrededor del Mediterráneo.

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muy buen libro sobre la historia de las diferentes marinas del mundo

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PRIMERA PARTEPREHISTORIA Y ANTIGEDAD

CAPITULO I - LOS PRECURSORES NUTICOS

Algunos juicios sobre la poca antigua

Desde tiempos ignotos transcurrieron largusimos siglos sin que el hombre pudiera expresarse por escrito. Apenas dej rastros de su existencia en dibujos rupestres, fsiles y restos de sus utensilios, por lo que sobre esta etapa slo caben conjeturas.La poca antigua engloba las vicisitudes por las que pas la humanidad desde que se inici la escritura con los jeroglifos egipcios unos 4500 aos antes de Jesucristo, hasta el siglo y despus del mismo, en que la cultura griega, finalmente representada por el Imperio Romano y cristianizada, amenaz sucumbir ante la irrupcin de brbaros venidos del nororiente. Bajo un enfoque nutico, la poca comprende desde las primeras canoas y balsas hasta las escuadras de galeras que atravesaban el mare nostrum romano.En el hemisferio occidental del globo terrqueo, las culturas antiguas ms admirables se desarrollaron alrededor del Mediterrneo.Se conoce bastante de ellas, porque sus restos materiales y literarios se han completado con excavaciones en los sitios arqueolgicos correspondientes, todo ello meticulosamente catalogado a fin de establecer identidades y diferencias culturales entre sus diversos pueblos y los sucesivos subperodos.En general, los pueblos progresaron a parejas con la metalurgia: primero, del cobre; luego, del bronce; y finalmente, del hierro, dada a conocer en el Oriente Medio.Al parecer, los pueblos, semitas errantes en la regin de Siria y Arabia conquistaron las ciudades-estados smeras, estableciendo sobre ellas el primer imperio acdico y luego el primero babilnico, a los que siguieron el de Asiria y otros hasta el advenimiento de los persas, todo a la vera de los ros Tigris y ufrates entre los aos 3500 y 600 a.C. Para entonces ya exista desde 4200 a. (1 la civilizacin egipcia, asentada en las mrgenes del rio Nilo.Egipto, dividido en dos reinos antes de unirse bajo la gida de los faraones, fue el primer Estado organizado, el inventor de la escritura, el poseedor de los ms avanzados sistemas agrcolas de entonces y el autor de un arte notable. Hacia el 1200 a. C se le produjo una revolucin social que alter por decenios el desarrollo del pas, destruyendo obras de arte e instalaciones, y trastornando las labores. Pacificado por una nueva dinasta, se le introdujeron reformas sociales.Los egeos, pueblo de mar anterior a los fenicios, crearon la navegacin de largas distancias -llamada entonces de punta a punta- y el comercio martimo internacional; al mismo tiempo fueron maestros de los helenos. Estos ltimos asimilaron la cultura egea de la isla de Creta, se dispersaron por las costas e islas del Mediterrneo y formaron la primera alta cultura europea.En religin, el pueblo israelita logr antes que ningn otro atenerse a conceptos monotestas junto con una doctrina moral elevada. En l haba de brotar despus el cristianismo.El auge del mundo antiguo tuvo lugar entre los siglos V antes y V despus de Jesucristo.Entre los siglos V y II a.C. acaecieron las dos guerras llamadas mdicas y las tres guerras pnicas. En ambos conflictos se batieron escuadras completas, a remo y vela. En la segunda guerra mdica, numerosas ciudades griegas autnomas, diseminadas por el Mediterrneo, se aliaron para atajar a Jerjes, cabeza del Imperio Persa, que pretenda conquistar Europa. Fue el primer enfrentamiento de la historia entre Oriente y Occidente. Derrotado el gran persa, la cultura griega pudo salvarse e incluso expandirse hacia el Lejano Oriente. Cierto es que despus de las guerras mdicas las repblicas helnicas fueron dominadas por los reyes de Macedonia; pero de mayor monta que tal traspi fue la hazaa del macedonio Alejandro, llamado el Grande, quien se propuso conquistar el Oriente con el objeto expreso de difundir la cultura ateniense que l haba aprendido de su maestro Aristteles. Si bien Alejandro consigui en once aos formar por la fuerza un imperio que llegaba hasta la India, ese territorio tan heterogneo se disgreg a su muerte (323 a.C.) en cinco reinos.A fines del siglo VI a. C. apareci en el escenario mediterrneo un pueblo que por su espritu tradicional y militar podramos comparar con el espartano. Saliendo de Roma, lleg a conquistar toda la pennsula itlica y luego, para combatir a Cartago, ciudad-Estado del norte de frica fundada por colonos fenicios, cre una escuadra a partir de cero y arras el territorio de su enemigo, hacindolo desaparecer el ao 260 a.C, A continuacin Roma domin todo el Mediterrneo, apoderndose de los reinos del Cercano Oriente que todava regan os sucesores de los generales de Alejandro el Grande; luego ampli fronteras terrestres por el septentrin, alcanzando hasta Inglaterra y Rumania (Romana). En medio de convulsiones internas y manteniendo difcilmente sus lmites, amenazados por los brbaros y los reyes neopersas, el imperio fue incapaz de oponerse a la arremetida final de los germanos en 476 d.C., carcomido, como haba llegado a estar, por la corrupcin de las costumbres a todo nivel (pan y circo...). Los monjes latinos conservaran durante la alta edad media el legado artstico y cultural del fenecido Imperio, hasta que pudiese renacer en los laicos su cultivo en la poca del Renacimiento; y paralelamente, fue desarrollado a su modo en el Cercano Oriente por los csares bizantinos, herederos directos de los antiguos griegos, los creadores de la civilizacin occidental.

Los antiguos y el mar

El ocano inmenso constitua para los antiguos la imagen ms cabal del infinito, pues crean que al alcanzar sus lejanos bordes, los barcos caeran al precipicio insondable de la nada. Sintiendo as honor a lo que significaba alta mar, slo se atrevieron a chapotear en el litoral, practicando la pesca. Dignos son, pues, de rememoracin aquellos que fueron ms audaces e inteligentes.El primer artefacto precursor del buque fije sin duda el tronco flotante. Tal vez un ave en una rama a la deriva ro abajo o mecindose en el mar al vaivn de las olas dieron al hombre la idea de navegar sobre troncos ligados, apareciendo la primera balsa. Este proceso debe haberse efectuado en varios lugares independiente y simultneamente. Con certidumbre, en el mar Mediterrneo, reiteradamente mencionado por los cronistas antiguos como un escenario martimo cautivante.Luego advino seguramente el tronco de rbol vaciado con hacha de piedra o ahuecado a friego, que alcanzamos a conocer como canoa. A ella habra seguido la barquilla de cuero o de mimbre impermeabilizado, en viajes de prueba sobre las aguas quietas de algn Lago o ro. Tal vez, y es lo ms probable, la navegacin se inici en los ros; a continuacin, las primeras empresas arriesgadas en las orillas tranquilas del mar; finalmente, algn arquitecto naval -lase carpintero de ribera- habra colocado listones alrededor del borde y puesto asientos atravesados, afirmando todo con maderas curvas elaboradas con ganchos de rboles, y as tendramos las primitivas cuadernas menores, elementos bsicos en la construccin de cascos en toda poca, sean de madera o de acero. En este orden habra ido desarrollndose lo que podramos llamar arquitectura naval.Los investigadores sealan que las primeras toscas piraguas aparecieron hace unos veinticinco milenios y que eran manejadas por payayas, especie de antecesores de los remos; pero no se puede hablar todava de navegacin.A su llegada a Amrica, los espaoles encontraron navegantes primitivos como, por ejemplo, los changos que se paseaban frente al litoral del desierto costero chileno-peruano sobre flotadores de cuero de lobo marino; y vieron grandes balsas de junco y totora surcar el lago Titicaca. Justamente navegaban en aguas mansas y ribereas.Pero quines hicieron las primeras travesas por mar en construcciones flotantes serias y no en balsas o canoas, burda manera de deslizarse por ros?No ha sido posible establecerlo en forma precisa. La mayora de los autores seala de un modo general a los fenicios, cretenses o griegos; mas tambin navegaron los etruscos. Llegar a determinar quines Rieron los primeros nos parece una curiosidad irrelevante. Los egipcios surcaban su Nilo desde mucho antes de aventurarse en los tres mares a que tenan acceso. Ni podemos omitir a los smeros, caldeos y elamitas que habitaban la Mesopotamia cinco milenios atrs.Pensemos por otro lado que el Asia contiene pueblos y culturas de tal vez mayor antigedad, que, sin mayor contacto con Occidente, han podido y debido recorrer ros y mares para llegar a poblar una cantidad de islas, proyectndose quiz cundo a Tahit o Pascua, que estn en pleno ocano Pacfico.Sea lo que Riere, los pueblos mencionados de la poca antigua irrumpieron en el mar Mediterrneo. Este pilago, semejando un enorme golfo casi cerrado al poniente por el estrecho de Gibraltar, al baar por el este las costas asiticas y por el sur las africanas, se presentaba ventajosamente dispuesto entre los tres continentes para que los europeos de entonces, o los fenicios, lo atravesaran a fin de instalarse en las costas africanas, creando colonias o factoras, o poblando islas con el objeto de convertirlas en verdaderas fortalezas. Por eso lleg a llamrsele, con mucho fundamento, mar de la historia y cuna de la navegacin. Un vistazo al mapa del mundo antiguo nos muestra al Mediterrneo como su centro gravitacional No es raro entonces, que el mar ejerciera influencia directa en la cultura y modo de ser de sus habitantes. Con grandes islas en su parte occidental y otras ms pequeas pero numerosas en su parte oriental, este gran lago, que se comunicaba con el mar Negro a travs del estrecho de Dardanelos, facilit y estimul la navegacin. Y la navegacin, a su vez, impuls fuertemente el comercio, la imaginacin geogrfica, modos de vida amplios y universales, la difusin de las culturas, puesto que el buque es un vehculo de intercambio de cultura-, la multiplicacin de las ciudades: en una palabra, la civilizacin.

En efecto, los pueblos costeros tuvieron que valerse del mar para comunicarse con otros en busca de los recursos que ellos no tenan, lo que hubo de hacerse navegando, como la forma entonces ms expedita de comunicacin.Merced al mar, el mundo de entonces fue mejor conocido y pudo expandirse, al salir los fenicios a travs de las Columnas de Hrcules -actual estrecho de Gibraltar- a reconocer las costas atlnticas del frica y de Europa, llegando exitosamente a las islas Casitrides (Gran Bretaa), donde explotaron el estao.Gracias a los navegantes egeos, fenicios, helenos y romanos se fundaron sucesivamente ciudades como Troya y Bizancio, Cdiz, Sagunto y Palermo, Tiro, Sidn y Cartago, Marsella, Npoles, Sbaris y Tarento, y Alejandra con su faro, el primero del mundo.Como reflejo del cielo, repleto de estrellas, el Mediterrneo termin bullente de naves de todos los tipos: pesqueras, mercantes, pirticas y de guerra; de stas ltimas, perfeccionadas con ocasin de cada conflicto blico, la galera a remo y vela se impuso a partir del siglo VI a. C. por los dos milenios siguientes.Las principales culturas martimas del Mediterrneo fueron, en orden cronolgico: la) la egea, que, formada en tomo a la isla de Creta hacia el 2000 a.C., lleg a constituirse en una talasocracia entre 1600 y 1400 a.C.; 29 la fenicia, nacida por la misma poca en el actual Lbano; y 39 la helnica, la ms brillante, formada en las costas occidentales del Asia Menor, en Grecia continental y en las islas que el mar Egeo tiene sembradas entre ambas orillas. SIGLOS Actividades martimas durante la antigedad

XXV a.C. Navegaciones asirias en busca de estao.XX Relaciones de Creta con otras islas.Aparicin de los fenicios en escena.XVIExpedicin de la faraona Hatsepsut al Punt (1501).XIVIncremento de la marina de guerra egipcia bajo Tutmosis III y Ramss II.XIII-XIIFenicios al servicio de Egipto en viajes cortos, especficos. XII 1196: Primer combate naval conocido.Guerra de Troya: versos de la Ilada al transporte de ciento veinte mil guerreros en mil cien naves, segn exagerado relato de Homero.Fundacin de Tiro y Sidn por los fenicios.XIFundacin de Gades (Cdiz) y salida fenicia al Atlntico.IXFundacin de Cartago por los fenicios.VIIIEscuadra del asirio Senaquerib a remo, vela y espoln.VIICanal del faran Necao entre el Nilo y el Mar Rojo. Kolaios de Samos en Espaa.Suplantacin de los fenicios declinantes por colonizadores griegos.611: Periplo egipcio-fenicio alrededor del frica.Toma de Chipre y Tiro por Nabucodonosor (605-603). VITravesa de Gibraltar por Siles de Cariendo.535: batalla naval de Alalia entre etruscos y cartagineses contra focios que, huyendo de Daro, se establecieron en Crcega.VCartago ya destaca en viajes y comercio.Guerras mdicas: batalla naval de Salamina (480).Intento circunmavegatorio de Africa por el persa Sataspes.Viaje del cartagins Hannon al Golfo de Guinea.Viaje del cartagins Himilkon a las Casitrides por estao.Relato del periplo del Ocano Indico por Eutimenes.IVLlegada de Piteas a Islandia y al pas del mbar (Bltico).III-IIGuerras pnicas. Roma arrebata a Cartago el dominio del mar.IIRepeticin del viaje de Hannon por Polibio.Osado intento de Eudesco en torno al frica.I a.C.Guerras civiles en Roma: batalla naval de Accio (31). Naves romanas en el mar Rojo.Presumibles intercomunicaciones martimas en Polinesia.

La marina antigua

Cmo habrn sido las naves que ejecutaron proezas tan notables?Los relieves prehistricos presentan embarcaciones esculpidas, con proa y popa formada, y guerreros que nada tienen que ver con rumbo, velocidad o maniobra.Ya dijimos que el mar impone una especializacin prctica. Homero se refiri a ello en la Odisea: viejo egipcio que el fondo de todo mar conoce.Con el tiempo, los marineros se dividieron en dos clases: los propiamente tales y los bogadores Una montona meloda o el sonido de una flauta regulaban la boga. A popa se ubicaba el piloto, responsable del timn, que era un remo con pala grande en la borda, a popa. Ya se hablaba de vela y anda., atendida sta por el segundo oficial. Y tambin se aluda al bogador- galeote, papel de esclavo.Las embarcaciones del siglo XIl a.C. eran de varias formas, algunas con castillos a proa y popa. Las naves que excursionaron al Punt yemenita desplazaban unas veinticinco toneladas; median unos veintids metros de eslora, y metro y medio de manga. Contemporneamente aparecieron en el Egeo naves de madera ms grandes, impulsadas por remos. Entonces empezaron a notarse diferencias entre naves de carga y de guerra, aquellas a veces sin remos, con una sola vela, seguramente ms lentas, pero con mayor capacidad de carga y menos personal. La nave de guerra surgi como una consecuencia natural de la necesidad de defender el trfico, las costas o los puertos; tenan que resultar ms veloces para amparar los convoyes que ya se formaban. Muy usada fue la pentecntora, primer tipo de nave de guerra, de veinticinco remos por banda en un solo orden. Los fenicios inventaron el birreme y poco despus los griegos la triera o trirreme. Estas naves llevaban el rostro, llamado siglos ms tarde espoln, fuerte percha de madera sobresaliente de la proa, con su extremo en punta, de bronce o fierro, cuya invencin es antiqusima, puesto que figura en el bajorrelieve de Medinet Habu.Es un hecho que desde el siglo X a.C. los fenicios tuvieron buques de carga acordes con su trfico comercial y colonizador, Ellos implantaron la quilla, cuya patente mantuvieron buen tiempo en secreto, al igual que sus rutas.Las naves mercantes tenan forma redondeada aunque fondo plano; las de guerra eran largas y aguzadas, con quilla, roda y codaste -que era otra roda- sobresalientes y arqueadas segn costumbre inveterada. Se las calafateaba al principio con una pasta de polvo de conchuela y semillas aceitosas; ms tarde, con estopa, cera y pez. Pintadas de colores vivos, aunque los fenicios preferan el negro. Carecan de cubierta, salvo un pequeo refugio y el tablado a proa y popa para los combatientes. El piso de la sentina era de tablones. Uno o dos remos de grandes palas hacan de timn en posicin lateral.Tanto las naves de guerra como las mercantes posean un solo mstil fijo, con una vela generalmente de lino y cuadrada -ms tarde triangular o latina, nombre equivocado que se le habra dado en honor a sus inventores, los etruscos. Algunas posean una especie de bauprs inclinado, con una pequea vela cuadra en la proa La arboladura era sencilla; los cabos, casi siempre de camo; el ancla de fierro, con dos uas, perfeccionamiento ste atribuido a los etruscos. En cuanto a a ciencia nutica, nada ms que la prctica, y como guas, la costa, el sol y la estrella polar. Tal fue la marina en sus principios, mejorada ms tarde al costo de sacrificios innmeros de vidas humana&

CAPTULO II - PRIMERAS ACTIVIDADES OPERATIVAS Los faraones y el mar

El Egipto, cuya existencia histrica empalma con la prehistoria, aparece tambin como precursor de actividades nuticas. Pero no fue un pas propiamente marinero, pese a que el ro Nilo remataba en el Mediterrneo y a que tuvo costas en el Mar Rojo. Sus actividades martimas operativas las efectu ocasionalmente, con la cooperacin de marinos extranjeros, especialmente fenicios.El centro de su vida interior dependa del gran ro, que llegaron a navegar gentes de arriba y de abajo, pues, hasta que el faran Menes inici la primera dinasta unificando el territorio hacia el ao 3300 a.C., estuvo dividido en varios principados. Disciplinados por las alternativas cclicas del ro, los niltidas crearon la primera sociedad sedentaria, el primer estado de derecho, la agricultura, la escritura, el calendario y un arte prodigioso.Cbele tambin a Egipto el crdito de haber realizado la expedicin naval ms antigua de que haya constancia histrica, mrito suficiente para que hagamos una breve narracin de ella. Teatro bsico de operaciones fue el mar Rojo. Su protagonista, la regente Hatsepsut -hija de Tutmosis 1, hermana de Tutmosis fi y cnyuge de Tutmosis III, tambin hermano suyo y, todos ellos, de la XVITP dinasta- haba conquistado Siria y Etiopa.A orillas del Mar Rojo hizo construir cinco grandes naves de treinta remeros, con mstil y vela, las que tripul con doce hombres, un capitn y una compaa de soldados, al mando de ella misma. La expedicin se dirigi a la tierra del Pum, como llamaban los egipcios a las costas del Mar Rojo. La reina saque esos pases sin ningn contraste y volvi a su patria con naves cargadas de rico botn. El no haber hallado resistencia indica que la flota se impuso por presencia en esta operacin anfibia, presumiblemente la primera conocida de la historia.En memoria de dicha accin se esculpi en el templo de Deir-el-Bahari un bajorrelieve con inscripciones jerogliflcas. Lo ms interesante del relieve es que el timn de las naves aparece a babor y muy cerca de la popa, pasando por una gran fogonadura por dos ligaduras de cuerda. Las embarcaciones presentan altos castillos a proa y popa, tal como en la edad media, lo que indica que esta novedad no ha sido tal.Terminada la regencia de Hatsepsut, subi al trono Tutmosis III (e. 1500- 1447), uno de los mayores faraones. Este hijo de Tutmosis I y una concubina se dedic a comerciar con los fenicios, a quienes alent y otorg franquicias de toda clase para sus expediciones, quedando ellos al servicio del monarca. Con las naves fenicias, Tutmosis lleg a ser dueo del Egeo y del Golfo Arbigo, operando respectivamente con dos escuadras simultneas.Los caracteres del templo de Amn, en Medinet Abre, cuentan que el hijo del Sol Ramss fi (e. 1300-1244), cuarto faran de la XVIII dinasta, tuvo que afrontar una gran coalicin formada contra l por Qitisar, rey de los ketitas -hititas-, contra el cual combati victoriosamente con un ejrcito de setecientos mil hombres y una flota de cuatrocientos barcos, fuerza que, desbaratados los enemigos, le sirvi para pacificar los pases del Golfo Arbigo.Ramss 111, nieto del anterior y tan ilustre como l (c. 1205-1172), debi enfrentar una coalicin de gentes del norte que lo atac por mar y tierra, alcanzando en sus bajeles hasta las costas mismas de Egipto. Componanla los pelasgos -antiguos habitantes del Peloponeso-, los teucros -antiguos troyanos-, los filisteos y los sirios, junto a otros audaces aventureros que, con naves similares a las fenicias, buscaban un lugar en el cual establecer una base para operar contra el rico Egipto, mientras el ejrcito atacara las defensas del istmo de Sina.Era el ao 1196, cuando la flota fenicia al servicio del faran sorprendi a los aliados en Sheprelah, antiqusima ciudad al sur de la Palestina, entre Rafia y Pelusa -hoy Refah y Tineh respectivamente-, en donde se haba construido la torre de Ramss para defensa del litoral. La flota aliada fue combatida por la fenicia, mientras el ejrcito faranico enfrentaba a los enemigos pedestres, siendo la coalicin completamente derrotada. Esta batalla naval, la primera histricamente comprobable, nos muestra cmo, ya en aquella poca, la distribucin apropiada de las fuerzas para apoyarse mutuamente logr la victoria. La misma maniobra haba de repetirse ms tarde, cuando la sublevacin de la Armrica contra Csar.Despus de sta y otras victorias, Ramss Iii consigui rehacer el imperio de su abuelo Ramss II, pasando ambos a la historia, confundidos en tiempo y lugar por ms de uno de los antiguos historiadores.Seis centurias ms tarde, en 652 a.C., el faran Psamtico abri a los milesios la boca del Nilo llamada Canobo, pese a que Egipto estaba cerrado a los extranjeros, a cambio de que le ayudaran a deshacerse de los etopes. Lo pactado se cumpli, y el Egipto, libre de amenazas por el sur, pas en 627 a ser gobernado por su hijo Necao II, faran que para su poca fue sin lugar a dudas un estadista.Este monarca hizo abrir un canal que uniese el Nilo con el Mar Rojo y organiz una marina de guerra, la primera institucin naval conocida, llamando en 611 a constructores griegos a edificar los astilleros necesarios para fabricar las naves. Sin embargo, puso stas a cargo de pilotos y marineros fenicios. Tan pronto estuvo terminado el canal estratgico, despach algunas naves hacia el Mar Rojo, con el objeto de buscar una senda martima que permitiera regresar por las Columnas de Hrcules. La expedicin naveg primavera y verano, pero se var durante el otoo e invierno para sembrar el campo y cosecharlo, hecho lo cual continuaron viaje. Demoraron as dos aos en el periplo. En todo esto se ve un plan especfico. Se parte con el canal, se levanta el astillero y arsenal --es decir, la base naval-, se construye la flota, luego se realiza la expedicin. Pero Necao no termin lo que tal vez se haba propuesto, pues falleci poco despus.

Los fenicios colonizadores Aparecieron estos semitas en el Mediterrneo hacia 2700 a.C. en numerosas naves hechas de cedro del Lbano, su patria. A partir de la batalla que pelearon junto a Ramss III comenzaron a florecer las ciudades fenicias, cuya navegacin y comercio se extenda hacia el Ponto Euxno, hoy mar Negro, en donde fundaron varias colonias, de las que obtenan el estao y otros metales para sus industrias. Pronto los helenos y pelasgos, celosos del progreso de los fenicios, construyeron barcos con los cuales conquistaron las colonias de stos y capturaron las naves que cruzaban el Egeo. En vista de ello los fenicios optaron por expandirse hacia el fondo del Mediterrneo, llegando hasta las Columnas de Hrcules, a cuya costa norte llamaron Calpe, y Abila a la del sur. Despus de establecer colonias en Sicilia y en las costas ligricas, provenzales e ibricas, fundaron Agadir o Gades -ms tarde denominada Tarsis y finalmente Cdiz- y pasaron al ocano Atlntico. Siguieron al sur explorando la costa africana, en donde dejaron algunas estaciones, y descubrieron las islas Canarias. Hacia el noroeste se toparon con el Mar de los Sargazos, ubicado entre las Azores y las Antillas, entre los 20 y 40 grados de latitud norte. Hacia el noreste, costeando Iberia, Galia y la costa de Albin (Inglaterra), descubrieron las islas Scilly y sus minas de estao, que mantuvieron en secreto bajo el apelativo de Casitrides.Siendo los marinos ms avezados, a ellos se les confiaba el trfico internacional. Navegaban a veces en convoy para capear a los piratas, que desde varios siglos antes de Cristo pululaban en el Mediterrneo. Los fenicios se haban iniciado en la astronoma del antiguo Egipto, por lo que conocan hacia muchas centurias la constelacin de la Osa Mayor, por la cual se guiaban; pero sus propias observaciones les fueron indicando que la Osa Menor y la estrella Polar constituan una gua perfecta para sus travesas hacia el norte, cuidndose muy bien de ocultar tal constatacin a los extraos. Las dems etnias slo hacan comercio de cabotaje orientados por la Osa Mayor; y tampoco se libraban de los piratas.Los fenicios rumbeaban no slo hacia el poniente, donde Cartago sobresali entre todas sus colonias, sino igualmente hacia las costas del Adritico Y tambin hacia el sur, pues, siendo el rey de Tiro aliado de los soberanos de Israel -poderosos en tiempos de David y sobre todo de su hijo Salomn-, fabricaron las joyas que deban adornar el templo de Jerusaln, de cuyos pilares de cedro se encargaron. Los israelitas permitieron que los artesanos tirios construyeran en las playas del mar Rojo algunas naves, con las cuales acarreasen desde el frica oriental, Arabia e India los metales para el templo. De esta poca data la expedicin a Ofir y Saba, de la que result una famosa visita de la reina de Saba a Salomn.Tiro estaba situada en un islote frente aun suburbio suyo en tierra firme. Lleg a ser el ms importante centro de atraccin industrial y comercial del mundo de entonces. Incluso fund por su cuenta colonias en Sicilia y frica: Cartago, por ejemplo, en 1059 a.C. Pero la gloria del mundo pasa. En su afn implacable de conquista, el rey de Babilonia Nabucodonosor II lleg al Levante a someter a los fenicios, que entonces vieron entorpecidas sus actividades martimas, en todo caso pacificas. El episodio es digno de mencionar, porque una pequea pero bien relacionada potencia martima fue capaz de retardar trece aos la victoria de un poderoso agresor terrestre carente de flota. Tiro y las dems ciudades- estados fenicias se aliaron con los hebreos, rabes y egipcios, que hicieron frente al invasor; mas ste tom Jerusaln y, retornando a Tiro, lo cerc desde tierra. Los sitiados, sin tener bases en que apoyarse, debieron finalmente rendirse.Contando ahora Nabucodonosor con las naves fenicias, se volvi contra Egipto, cuyo faran Apries haba creado una potente escuadra. Esta fue desplazada hacia las costas libanesas, esperando que ante su presencia se sublevaran los fenicios, lo que no ocurri. La batalla se libr en aguas chipriotas. Triunfantes, los niltidas pasaron a la ofensiva: atacaron Sidn, la capturaron y devastaron. Fenicia, ya en franca decadencia, no pudo reponerse, terminando por diluirse. Su prestigio lo hered Cartago, que ya expanda sus tentculos por medio continente africano.En resumen, los fenicios fueron precursores e instructores de otras marinas. Demostraron poseer una arquitectura naval adelantada y desarrollaron ms que nadie el arte de la navegacin. Crearon un gran imperio econmico, pero como no previeron su defensa, tampoco pudieron mantenerlo. Slo dejaron sus enseanzas, que fueron aprovechadas por otros pueblos. Ni Cartago iba a remediar tal omisin, habiendo de caer por eso ante el poder militar romano.

Los griegos, seores del Mediterrneo

Los griegos, herederos martimos de los fenicios, ejercieron en el Mediterrneo tanta o mayor influencia que stos.El territorio que llegara a ser Grecia haba sido invadido hacia el ao 2000 a.C. por tribus indoeuropeas, quedando sometidos a ellos los pelasgos, bastante primitivos en su modo de vivir. As fue como naci en Asia Menor el reino de Troya, y en el resto de Grecia varios principados aqueos. Justamente acerca de Troya, amenazada por los aqueos hacia 1184, versific Homero. Los griegos, embarcndose en mil cien naves, le pusieron sitio durante varios aos.El suelo pobre y accidentado de la Hlade haba lanzado a los griegos al mar, brindndoles la ventaja de recibir otras influencias culturales, como la egea y la lidia -sta, del Asia Menor. Cada ciudad-estado fue creando colonias, y stas a su vez otras. Hacia el ao 625 a.C. partieron de Las islas jnicas, situadas al poniente de la pennsula helnica, hacia el Adritico y el sur de Italia, la Magna Grecia. Alalia, por ejemplo, era una colonia focia instalada en Crcega. Los etruscos, aliados con los cartagineses, se dispusieron a expulsar a los focios de la isla, molestos por su piratera. El ao 525 los atacaron con sesenta naves, obligndolos a abandonar Crcega en otros tantos bajeles que los derrotados les haban opuesto.

Sin embargo, las ciudades ms notables -Atenas, Esparta, Tebas- siguieron siendo las metrpolis. Cargadas de rivalidades y envidias, haban de vivir despedazndose hasta sucumbir ante las falanges incontaminadas del reino de Macedonia. Su cultura, empero, no iba a desaparecer.

CAPTULO III - LAS GUERRAS MDICAS (490-449)

Los beligerantes

Mdicas llamaron los historiadores griegos a sus guerras contra el expansionismo armado del imperio medo-persa, primera conflagracin habida entre Oriente y Occidente, Arios como sus contrincantes helenos, los persas haban llegado a fines del primer milenio antes de Cristo desde el centro del Asia a ocupar la parte surponiente de la meseta irania, primero como vasallos y luego como seores de los medos, sus hermanos de raza asentados inmediatamente al norte de ellos. En idiosincracia y costumbres poltico-culturales, tan diferentes unos de otros, los beligerantes eran hasta intelectualmente como el agua y el aceite.Los griegos, en general, comprendieron claramente que su libertad, tan propia de ellos, estaba en peligro. Ya Daro de Persia se haba apoderado en 516 a. C. de las urbes griegas del Asia Menor, siguiendo los planes de su padre Ciro, el conquistador de Mesopotamia, y de su hermano Cambises, el conquistador de Egipto. Daro se propona enseguida castigar a las ciudades de Europa que haban simpatizado con sus congneres recientemente sometidos. En efecto, las ciudades greco-asiticas se le haban sublevado abiertamente en 499, solicitando al mismo tiempo auxilio a Atenas. Una vez reducidas por la fuerza, Daro decidi atacar a Atenas y Eretria, por haber ayudado, siquiera dbilmente, a. los levantiscos. Mas la expedicin persa, al mando de Mardonio, fue destruida casi completamente por una tempestad cuando daba vuelta al monte Athos, perdindose unas trescientas naves y veinte mil hombres (492).

Las primeras dos guerras mdicas

No mud su propsito el rey de reyes ante tamao desastre; antes bien, juntando en las costas de Cilicia otra armada de seiscientos trirremes y muchas barcas de carga, acomod en ella un ejrcito de cien mil infantes y diez mil caballos, con los cuales zarp en la primavera del 490. Despus de algunas excursiones, se dirigi a la isla de Eubea, frente a la cual acamp en la llanura de Maratn, que le presentaba un camino corto y fcil hacia Atenas. Derrotados all los imperiales, como es sabido, por Milcades, corrieron a reembarcarse, pero los griegos les capturaron siete naves.Diez aos despus Jerjes, sucesor de Daro, concentr en Sardes un ejrcito inmenso, superior a un milln de hombres, segn las crnicas de entonces; y una armada de mil doscientos trirremes, tripulada principalmente por marineros fenicios y sirios. Con las naves de carga y las auxiliares, esta flota llegaba a tres o cuatro mil unidades, Segn Herodoto, la armada y equipaje del emperador se compona de:1207galeras trirremes con doscientos hombres241.400 30hombres de servicio por cada galera 36.210 3000naves mercantes con ochenta hombres240.000 Tomados de Tracia y provincias martimas 24.000 Total hombres541.610Cada trirreme iba dotado de ciento cincuenta remeros, amn de un grupo de soldados persas que mantenan una disciplina seversima. Esta fuerza formidable se reuni en Abydos, desde donde Jerjes hizo tender dos puentes sobre el estrecho de Helesponto, hacia Sestos, en un punto en que la costa asitica distaba del litoral europeo siete estadios -unos mil metros (hoy el estrecho es ms ancho). Descalabrados los puentes por una tempestad, hubo necesidad de repararlos en forma eficaz. Tejieron las dos especies de cuerdas usuales en esa poca: la egipcia de hojas de papiro y la fenicia, ms firme, de lino, tensndolas de una a otra orilla con potentes rganas, especie de gras que en aquellos aos empleaban para levantar o trasladar grandes pesos. Bajo tal puente pusieron una doble hilera de naves, sujetas con pesadas anclas, obra admirable que desafi con xito las corrientes y la profundidad de las aguas.

Lmina 1 Acciones navales en la antigedad Batalla Naval de Salaniina, 480 a.C. Al mismo tiempo, Jerjes intent abrir un canal por el istmo que une la pennsula de Athos al continente, para que sus naves no se viesen forzadas a rodear el promontorio, exponindose a los malos tiempos. En seguida hizo pasar a sus tropas sobre el Helesponto e invadir Grecia.

Tres combates ante cabo Artemisio

A pesar de que no todas las ciudades griegas se aprontaron a combatir debido a sus enemistades recprocas, Esparta y Atenas se coligaron, resolviendo luchar con todo su poder. Ya desde tiempos de Dado haba comprendido el gran ateniense Temstocles que para defenderse de los persas era indispensable crear un poder naval propio, habilitando para ello el puerto del Pireo. Habiale cabido el honor de dirigir la construccin de setenta trirremes; ahora, ante la inminencia asitica, aument el ritmo de construcciones en tal forma que Atenas lleg a tener los dos tercios de toda la armada griega. Esta, con un total de 271 trirremes, fue a tomar posicin en un extremo de la isla de Eubea, cerca del cabo Artemisio; la mandaba Euribades, espartano tan valiente como ignorante de los asuntos nuticos. Afortunadamente para la Hlade, su suerte iba a depender de Temstocles, el navarca tico, que destac tres naves de la flota en exploracin.Mientras tanto la armada persa, que haba pasado lentamente el canal de Athos al mando de un hermano del gran rey, fue sorprendida por una tempestad que le ocasion severas prdidas materiales y humanas cuando navegaba a lo largo de la costa de Pelio. Abrigada su marina en la rada de Afeta, el persa envi desde all fuerzas en contra de la pequea flota griega, que ya haba visto capturadas dos de sus naves exploradoras; en una de ellas, aun cuando sus enemigos se haban adueado del barco, sigui peleando el capitn Piteas hasta caer cubierto de heridas, por lo cual los adversarios lo curaron y honraron como su valor mereca.El almirante persa se apresur a forzar el estrecho de Euripo, entre la Eubea y el continente, ya cerrado por los griegos. Confiando en la preponderancia de su fuerza, mand doscientos trirremes a la boca meridional de dicho estrecho a fin de tomar por la espalda al enemigo. Aprovechando los helenos, atacaron a la flota contraria, as diseminada. Es notable que en este primer encuentro los griegos adoptaran una formacin circular, juntando las popas y sacando las proas hacia afuera, por lo que, para enfrentarlas, los persas debieron extenderse en semicrculo, abriendo y, por consiguiente, desordenando su propia lnea, lo que aprovecharon los griegos, que con rpidos movimientos pudieron anotarse un xito, arrebatando treinta naves enemigas. Los doscientos barcos imperiales enviados a girar en tomo a Eubea fueron sorprendidos por la noche. Dotados de prcticos poco conocedores de esos lugares, se perdieron en el punto llamado de las cavernas de Eubea - Los griegos, que por su parte haban recibido un refuerzo de 53 trirremes atenienses, tendieron al da siguiente una escaramuza, Al tercer da los persas, avergonzados por los griegos, tan inferiores en fuerza, avanzaron ordenando sus naves en forma de medialuna con el propsito de envolverlos; pero esta maniobra, demasiado difcil para tan gran nmero de embarcaciones mal entrenadas, no result y la batalla se mantuvo indecisa desde el medio da hasta la noche, en que ambas flotas se retiraron con fuertes estragos a sus fondeaderos. Tales fueron los tres combates navales de Artemisio.Sobrepasados por los persas los dos desfiladeros de las Termpilas, que dan acceso a la pennsula tica, los capitanes de la flota tica se vieron urgidos a acudir en defensa de su patria. Reunieron las naves en la rada de Salamina, en cuya boca hay una isla de igual nombre donde se haba refugiado el gobierno, el tesoro y parte de la poblacin ateniense, ya que el resto se haba trasladado a Egina y a Trezene, abandonando Atenas, que pronto fue ocupada por los persas. Entretanto, otras galeras griegas reunidas en la rada de Trezene llegaron a juntarse con las que haban combatido en Artemisio, haciendo un total de 378 trirremes. Sin embargo, descorazonados y en desacuerdo, los capitanes de la armada griega deseaban retirarse de Salaniina, a lo que se opuso Temstocles, quien, cuando el navarca de Corinto, Adimanto, le dijo que l no tena voz ni voto entre los aliados, puesto que su patria ya no exista, contest enrgicamente mostrando los doscientos trirremes atenienses: Atenas est aqu, ms potente que todos vosotros juntos.La armada persa, compuesta ahora de mil unidades, fondeaba entretanto en la rada de Fajero. El mismo Jeijes, desde la playa, dispuso que durante la noche saliesen doscientas naves a cerrar la boca septentrional de la rada de Salamina, entre la isla homnima y el continente Se ha dicho que esto fue obra del propio Temstocles, que se lo aconsej subrepticiamente, consiguiendo con ello un doble objeto: impedir la retirada a los griegos que aun se negaban a combatir, y dividir las fuerzas enemigas.

Batalla naval de Salamina

Amaneca el 20 de septiembre del ao 480 a.C, cuando apareci desde Egina una nave con la imagen de los Eucidas. El sentimiento religioso vino a reconfortar el amor a la patria, de modo que, cuando los persas avanzaron, vieron con asombro a La armada griega en perfecto orden y oyeron sus trompetas y fieros himnos de guerra.Los persas, que combatan bajo la mirada de su gran rey, sentado en trono de plata sobre el morro de Egaleo, se dirigieron con mpetu contra sus enemigos. Los griegos se apoyaban en Salamina, bogando derecho, en buen orden y con la proa vuelta hacia los persas. Avanzaron primero los atenienses y despus los de Egina, siendo los ms audaces capitanes griegos los que provocaron La lucha, avanzando y atrayendo despus al enemigo hacia los suyos, con Lo que la batalla se generaliz. Pronto la superioridad de los helenos se hizo patente, pues los asiticos, confiados en el nmero, no posean un concepto tctico definido. Estaban errneamente dispuestos en tres filas, lo que era una condicin embarazosa y psima en un espacio reducido. Por su parte, los griegos tenan las fuerzas agrupadas en pequeas escuadras que se apoyaban mutuamente. Adems, muchas naves persas eran ms grandes y llevaban mucha ms tropa a bordo que las griegas, las cuales, giles y rpidas, se preocupaban especialmente de embestir con su rostro -espoln- a las naves enemigas, echndolas a pique, o bien, de despedazar sus remos, dejndolas al garete.Hacia el medioda, mientras el viento arreciaba y la mar iba ponindose gruesa, la armada imperial, batida y desordenada, comenz a replegarse. En vano resistieron con valor sus ms bravos capitanes; el mismo almirante supremo, Ariabigne, acosado por tres trirremes atenienses, cay muerto al saltar al abordaje de uno de ellos.Artemisia, reina de Halicarnaso que mandaba cinco naves de la armada de Jerjes, haba considerado intil el ataque a Salamina. Desestimado su consejo, combati con valor durante la batalla, mas vindose perdida, se puso en fuga, seguida de cerca por el trirreme del valeroso ateniense Ameinia. Atravesada en su derrotero por otra nave persa, la reina, sin amedrentarse, la embisti por el medio hundindola, por Lo cual Aineinia, creyendo que iba persiguiendo a una desertora, la dej continuar viaje.Al caer la tarde toda la armada persa se puso en fuga. Favorecida por un viento del norte, enfil a la rada de Falero. Pero una escuadra eginia que habla logrado perseguirla desde Salamina le sali al encuentro, ocasionndole graves daos, ayudada por una clara luz de luna.Tal fue la batalla de Salamina. No mas de la quinta parte de la flota imperial fue destruida, ni las prdidas griegas resultaron pequeas; pero el inesperado desenlace de la batalla descorazon tanto a Jerjes, que regres al Asia, dejando en Beocia un ejrcito de ocupacin.Temstocles pretendi asestar un golpe audaz al enemigo: dirigirse aceleradamente al Helesponto y destruir el puente de maras a fin de cortar la retirada de Jerjes; pero no se llev a efecto, porque los capitanes aliados estimaron temeraria la empresa.En Salamina, gracias a su poder naval, Atenas salv por segunda vez al mundo helnico y por ende a la cultura occidental, pues a ella perteneca la mayor parte de la escuadra griega.Las circunstancias previas, determinantes del xito de esta refriega, se debieron a Temstocles, quien, sin detentar el mando supremo, indujo a los helenos a seguir su voluntad.Pero la guerra no haba concluido Era preciso expulsar al ejrcito persa de Mardonio, que amenazaba invadir nuevamente la Pennsula tica. Atenas, convencida de ello, no trepid en amenazar a los aliados con retirar su flota, para despertar en las ciudades del Peloponeso el sentimiento de solidaridad de antes, lo que permiti poner sobre las armas cien mil hombres al mando del espartano Pausanias, que siempre apoy el plan ateniense. Tal fue el contingente aportado por todas las ciudades que luchaban por la libertad de sus patrias; el otro jefe era el ateniense Arstides, que debi ser llamado del destierro ante la emergencia. Griegos y persas se encontraron en la llanura de Platea, en Beocia. Despus de un encarnizado cuerpo a cuerpo, la victoria premi a los libertarios.Restaba organizar nuevas campaas contra los persas que aun ocupaban el Mar Egeo y las polis griegas del Asia Menor.

La liga de Delos

Despus de Salamina no ocurrieron hechos navales dignos de mencin hiera de la batalla de Micala. El ao 479 a.C.la flota griega, compuesta esta vez de ciento diez trieras, tom la ofensiva y se dirigi hacia Samos, en donde hall una flota persa bastante numerosa que, todava desmoralizada por su derrota en Salamina, opt por retirarse a Micala, cerca de Mileto, en donde, varando los barcos, los circundaron de defensas. Hasta all la sigui Leotiquidas, el navarca griego, quien desembarc a su gente, conquist el campo enemigo e incendi todas sus naves.No obstante xitos como stos, los espartanos renunciaron a expediciones lejanas. La retirada de Esparta dej libre el campo a Atenas, que recibi de todas las ciudades liberadas la misin de dirigirlas en la prosecucin de las hostilidades. En efecto, Aristides convenci a los dems estados martimos griegos de la conveniencia de formar una alianza federal encabezada por Atenas, conocida con el nombre de Liga de Delos (477 a.C.).La mayor empresa de la armada dlica aconteci el ao 464, en que, bajo el mando de Cimn, hijo de Milciades, desbarat los preparativos blicos que los persas efectuaban a lo largo de la costa meridional del Asia Menor. Al frente de doscientas treinta naves, Cimn busc a La flota enemiga, hasta dar con ella en aguas de Panfllia Inferiores en fuerza, los persas se replegaron hacia la boca del ro Eurimedonte, donde Cimn destruy casi todas sus unidades; pero como parte del equipaje de stas haba logrado desembarcar, unindose a un cuerpo de ejrcito persa, Cimn hizo lo propio y tambin los bati por tierra. Despus, con prontitud admirable, sali al encuentro de una flota fenicia que, ignorante de lo sucedido, avanzaba en sentido contrario, derrotndola y dispersndola.Por los aos 458-456 se levantaron en armas contra Atenas los estados de Corinto, Epidauro y Egina, temerosos del poder de aquella. La flota dlica obtuvo cerca de la isla Cecrifalea una gran victoria sobre la de los confabulados, capturndoles setenta naves y conquistando la misma Egina algunos meses despus.Entretanto Egipto, ayudado por Atenas, se mantena sublevado contra el emperador persa. En la primavera del 449 Atenas destac una flota de doscientas unidades al mando de Cimn con la misin de reconquistar Chipre y socorrer a los egipcios. Cimn encomend esto ltimo a sesenta de sus naves y con las restantes puso sitio al puerto chipriota de Kition. En la accin fue herido mortalmente. Cuando estaba por expirar, orden ocultar su muerte e ir al encuentro de las naves persas una vez capturado ese puerto fatal. Obedecironle sus capitanes, siendo poco despus derrotada la flota imperial frente a Salamina de Chipre. Artajerjes prefiri hacer las paces en 448.La marina ateniense

Ahora ms que nunca eran los griegos pujantes en el mar. Y no slo en el Oriente; tambin en aguas de Occidente, pues mientras tales hechos ocurran, las colonias griegas emplazadas en las costas de Italia y Sicilia haban prosperado considerablemente, en especial Siracusa, que haba llegado a ser una potencia militar y martima. Sin embargo, la Magna Grecia y sus vecinos cartagineses y etruscos tenan intereses encontrados.La asamblea popular de Atenas elega a los estrategas o comandantes de las fuerzas terrestres y martimas; ellos designaban a los capitanes de los trirremes, los cuales estaban a cargo de sus naves aun en los arsenales mismos. Las trieras que deban fungir siempre listas para zarpar eran trescientas. Haban de estar en condiciones de transportar a un ejrcito de sesenta mil guerreros. Cuando el estratega era Pendes, se declar que Atenas posea soberana sobre el archipilago egeo, negndose la libre navegacin a los extranjeros; desde entonces hubo estaciones navales en varios puntos claves, entre los cuales una escuadra de sesenta trirremes permaneca cruzando por muchos meses del ao con el doble objeto de entrenar al equipaje y asegurar el mar insular De tiempo en tiempo eran relevadas tanto las naves como los hombres, a fin de que, teniendo a unos listos y a otros en preparacin, se contase con el mayor nmero capaz de entrar en accin. A la milicia naval pertenecan los ciudadanos, sus clientes y los libertos; de remeros hacan los esclavos o mercenarios, pero a veces hasta los hombres libres.El comercio martimo, al cual era siempre y por naturaleza inclinada la raza jnica, floreci en Atenas especialmente bajo Pendes, quien haba comprendido que, para conveniencia de la democracia, era necesario inducirla al trfico martimo, que adems de acrecentar la riqueza del pueblo y su independencia, mantena la potencia naval y debilitaba el poder de la aristocracia, poseedora de las tierras.Para dar una idea de la doctrina econmica de aquel tiempo, diremos que Los artculos de mayor necesidad para la nacin, tales como granos, madera de construccin, resma y lino, no se podan exportar; otros, como el aceite, slo en temporadas de produccin excedente. En cuanto al grano, quienes lo traan del Ponto Euxino no podan escoger las escalas en las cuales hubiesen esperado obtener el mejor precio, sino que deban llevarlo todo a Atenas para su distribucin, la que se transform as en el emporio de Grecia. Con este fin se prohibi a los atenienses invertir dinero en bienes extranjeros, a no ser en barcos destinados a volver con nueva carga a Atenas. El estado protega y ayudaba al comercio. Como todos los estados martimos posean flotas navales permanentes, la profesin de pirata se haba hecho poco lucrativa y muy peligrosa. Atenas haba dispuesto sus trirremes en forma que los navos de carga surcasen tan seguros en las costas del Ponto o de Licia como en las ticas. Por otra parte, los armadores no pagaban impuesto de guerra sobre el dinero invertido en las empresas de su rubro; principalmente por esto habanse instituido tribunales de comercio que sesionaban en invierno y deban fallar raudamente a fin de que los comerciantes no perdieran tiempo. Aun en pagos forneos tenan los atenienses proteccin y ayuda de los prossenos, especie de cnsules, igualmente creados ms tarde por otros estados griegos.

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CAPTULO IV - GRECIA, DE LAS GUERRAS CIVILES A ALEJANDRO MAGNO

Comienzo de las guerras civiles

Haba terminado el estado de guerra entre griegos y persas; pero la armona entre los helenos, que no formaban un pas unitario, sino un sistema de ciudades autnomas, no dur mucho, Ya hemos aludido a rivalidades entre ellos durante las campaas contra el imperio. Pues bien: recrudecieron a tal punto que desembocaron en veintisiete aos de conflagracin. Formronse dos bandos: de un lado, Esparta, Samos, Corinto, Sicilia y otros; del otro, Atenas, Corcyra y algunos estados isleo& El primero no aceptaba la supremaca ateniense, lograda, rio sin un dejo de soberbia, con el prestigio bien ganado de su marina victoriosa, Durante el conflicto alternaron campaas organizadas e interludios de pasividad o de preparacin. Tratndose de gente que conoca el oficio en virtud de su experiencia en la compulsa greco-persa, los encuentros haban de ser feroces. Slo destacaremos el primero y el ltimo de ellos, para damos cuenta del modo como ventilaron sus asuntos en el escenario martimo, pasando por alto toda consideracin sobre lo poltico, ya que fuera de ambiciones egostas, envidias, sospechas e incluso traiciones, ningn ideal tico o cultural estuvo en juego.AOSACONTECIMIENTOS440 Desaveniencias en la Liga de Delos: divisin de los coaligados en dos bandos. 432Batalla de las islas Sybotas: derrota de Corinto por Atenas y Corcyra.431Estallido de la guerra del Peloponeso. 429 Batallas de Rion y Nauparte: xitos atenienses.415-413 Expedicin ateniense a Siracusa: xitos navales, pero objetivo frustrado.411Reanudacin de las hostilidades, con desventajas atenienses.Triunfos atenienses de Helespont y Cizigio.410-408xitos atenienses.406 Victoria ateniense de Arginusas.404 Desorganizacin en Atenas: sanciones injustas, desmantelamiento del mando.

Hacia el ao 440 comenzaron las desaveniencias dentro de la Liga de Delos. Entre las islas coaligadas, era Samos la que con ms mpetu deseaba liberarse de la tutela de Atenas; habiendo sido ella la mayor potencia martima del Egeo, con un magnfico puerto militar, una marina expectante y colonias propias, opt por aliarse a Bizancio y aun a los persas, arm una escuadra de sesenta trirremes que puso al mando del filsofo MeLissos, y declar la guerra a Atenas.En contra de esta Iberza acudi el propio Pendes, bajo cuyas rdenes comandaba una divisin el dramaturgo Sfocles. Bati Pendes a la flota de Samos y bloque su puerto, que abandon por un corto tiempo para rebuscar una escuadra persa, mas no encontrndola, volvi a Samos, donde bati por segunda vez a su escuadra. Despus de recibir un refuerzo de noventa trieras, conquist toda la isla en algunos meses.El incesante podero de Atenas era mirado con ojo alerta y sospechoso por los dems estados dricos de Grecia, entre ellos, Corinto, que, aspirando a restablecer su hegemona en el Mar Jnico, entr en contienda con Corcyra, (Krkyra), tambin llamada Korfi.. Una flota de setenta y cinco naves se present en el golfo de Ambraccio -hoy Ana-, que Corcyra estimaba de su pertenencia, siendo los corintios denotados y expulsados de Ambraccio por los corcyrios. Estos hechos llegaron a conocimiento de Atenas, que formara con Corcyra una liga defensiva.

Batalla de las islas Sybota (ao 432 a C)

Ante esta situacin, los corintios se armaron con furia, y el ao 432 a.C. atacaron a los corcynios en sus propias aguas con ciento cincuenta trieras. Posean stos ciento diez unidades que se hallaban cerca de las islas Sybota, en el extremo norte de Corcyra, en cuyo estrecho se produjo la batalla, la mayor de las ocurridas hasta entonces entre naves griegas. Diez trirremes ticos presenciaron la lucha como simples espectadores, con orden estricta de intervenir slo en el caso de que los corintios atacaran la propia Corcyra; as fue como les toc ver un torneo inesperado: ambos contendientes se lanzaron uno contra otro a boga cargada, proa contra proa, atracndose con arpones y combatiendo cuerpo a cuerpo en las cubiertas.Era la antigua tctica griega que estos pueblos conservaban sin variacin, quiz ignorando que los atenienses la haban reformado, al conceder a la nave, los remos y el timonel tanta o ms importancia que a los soldados de cubierta. Con la fuerza y la regularidad de la boga, con imprevistos y rpidos cambios de rumbo, con fintas bien conducidas, un capitn ateniense no hubiera tratado de aplicar el rostro de la nave sobre la proa del enemigo, sino sobre el costado o la popa de aquel, procurando al menos romperle los remos; slo despus que el barco enemigo hubiese quedado inmovilizado o gravemente daado, habra lanzado sus soldados a la refriega.En el ala derecha vencieron los corcyrios, que persiguieron al enemigo hasta la playa, donde desembarcaron para saquear sus tiendas: grave error de su parte, pues as dejaron de acudir en auxilio del ala izquierda, deshecha por los corintios. Habran tenido una derrota aun ms grave si los trirremes atenienses, no pudiendo soportar seguir a la expectativa, no les hubiesen cubierto la retirada. Los corcyrios haban perdido setenta naves y los corintios treinta. Estos, cantando victoria, volvieron al lugar del combate a recoger a sus heridos y asesinar, conforme a la brbara costumbre de aquella poca, a los enemigos, estuvieran o no heridos.

Batalla de las Argimisas (agosto de 406 a C)

Cuando la flota espartana al mando de Calicrtides era la duea del mar y pareca que la rival ateniense no podra recuperarse, despert el patriotismo tico. Haciendo maravillas de generosidad, incluso echando manos a las estatuas de oro de las diosas protectoras de la ciudad, los habitantes de Atenas armaron en poco tiempo una flota considerable de ciento cincuenticinco naves, en su mayora conquistadas por Alcibades. Embarcaron en ella hasta soldados de caballera y esclavos manumitidos, al mando de los ms bravos capitanes, entre los cuales Trasilo y Pendes -hijo del gran e3tratega-, quienes, resueltos a vencer o morir, se hicieron a la mar en julio del 406.Ante esta noticia imprevista, Calicrtides dej cincuenta navos bloqueando a Conn en Mytilene y se fue a fondear al sur de la isla de Lesbos a fin de afrontar en mar abierta y derrotar, como no dudaba de poder lograrlo, a esta ltima armada tica. Los atenienses, si bien se saban superiores en nmero, conciencia tenan de su entrenamiento inferior al de los peloponesios, quienes, tras haber aprendido las destrezas de los atenienses, les haban quitado la esperanza de sorprenderlos. Por esto resolvieron retirarse hacia el continente asitico, concretamente a los islotes de las Arginusas, que podan ofrecer una esplndida defensa a sus naves. All dispusieron los navarcas la armada, extendiendo en doble orden las dos alas, cada una con sesenta trirremes, a derecha e izquierda de uno de los islotes, al que cubrieron muy cerca de tierra con las restantes treinta unidades, para impedir desembarcos.La posicin apareca muy fuerte. Calicrtides escuch a su piloto Hermn de Megara aconsejarle no atacarla Adems le haban predicho que los navarcas atenienses estaban dispuestos a morir. Sin embargo, estimando que su propia defuncin no significara la cada de Esparta, y que, en cambio, la retirada sera vergonzosa, dividi su flota en dos escuadras para poder trabar una lid simultnea con las dos alas atenienses. El mismo, a cargo de la escuadra diestra, embisti furiosamente al enemigo y, dirigindose a la nave capitana de Pendes, la golpe con el rostro en forma tan violenta, que, apostado en el castillo de proa presto a saltar al abordaje, Calicrtides cay al mar y se ahog.Su bito descorazon a los lacedemonios. Clearco, designado para sucederlo, tampoco subsisti. Mientras, la escuadra siniestra, incapaz de romper la lnea enemiga, se retiraba. Los atenienses pasaron entonces a la ofensiva, obteniendo una victoria completa al cabo de un prolongado y sanguinario combate. De Las ciento veinte naves confederadas, cuarentitrs escaparon a Jios; las dems fueron hundidas o capturadas- Un fuerte viento que se levant despus paraliz todas las operaciones, impidiendo a los atenienses salvar a sus nufragos y cosechar mejores frutos de su suerte. La batalla naval de las Arginusas, acaecida en agosto del 406, fue la mayor de toda la guerra del Peloponeso y, por circunstancias singulares, de grandes efectos: el poder naval de Esparta y sus aliados, poco antes dominador del mar, qued destruido. La escuadra de Conn, liberada del bloqueo, se reuni ilesa a La flota victoriosa.Sin embargo, Atenas no supo corresponder al esfuerzo de sus navarcas; quienes de ellos no se expatriaron, fueron sometidos a juicio y condenados a beber cicuta por no haber salvado las tripulaciones nufragas, cuyos deudos no quisieron excusados en el arepago por lo que el mal tiempo posterior a [a batalla haba impedido. La patria se mostraba una vez ms ingrata con sus servidores. Cara haba de pagar Atenas tamaa injusticia.

Cada de Atenas (404 a C)

En efecto, Ciro el Joven, pretendiente al trono de Perspolis, y Esparta llegaron a un entendimiento para luchar conjuntamente -algo increble contra el emperador Daro II y contra Atenas. Lisandro de Esparta, recogiendo las naves que escaparon del desastre de Arginusas, se dirigi a feso, en donde, con ayuda monetaria del strapa Tisafernes, reclut personal y arm muchas otras naves con las cuales excursion desafiante y captur en 405 Lmpsaro, rica colonia de Atenas, Esta, debilitada por las discordias internas y dependiendo para el abastecimiento de su flota de desembarcos en costas desiertas, no poda esperar buenos resultados. Mientras una parte del personal ateniense andaba en tierra, Lisandro, vigilante, sorprendi a la escuadra ateniense y prcticamente la aniquil en Egos Ptamos (agosto del 405). Meses despus, en abril, Atenas, sitiada por tierra, capitulaba.

Dura fue para esa urbe la paz dictada por Esparta. Debi desmantelar las fortificaciones del Pireo y el muro que comunicaba a ese puerto con la ciudad, ceder todas sus naves de guerra, y destruir los arsenales y barcos a medio construir. As cay la que fiera grande, la que durante siete decenios haba mantenido, salvo breve intervalo, el dominio del mar oriental. Sus resurgimientos posteriores jams le permitiran remontar al pinculo de su gloria. Muchos aos despus iba a aparecer rehecha gracias al comercio martimo, pues la situacin de su puerto la favoreca, pero ya no como potencia naval.Por lo dems, las luchas intestinas siguieron afectando por igual a todas las ciudades helnicas, que haban de terminar deseando el arbitraje obligatorio impuesto por Alejandro de Macedonia, forjador de un vasto imperio, que, como todo lo que los griegos hacian en materias polticas, durara la mitad de una generacin.

ltimas contiendas en el Mediterrneo oriental

Transcurridos once aos desde su entendimiento contra Atenas, tras la muerte del rebelde Ciro en Cunaxa se desat la guerra entre los amigos de ayer. Esparta y Persia chocaron durante siete aos (394 a 387 a.C.) en encuentros indecisos. En uno sucedido en Cnido, pese al resultado parejo, Esparta sali harto maltrecha. Poseedora de la ventaja de tener una linda flota mercante, Atenas volvi a atraerse la malquerencia lacedemonia. A partir de aquella haba ido armando naves de guerra y habase aliado a su vecina Tebas. En un encuentro sangriento, fruto del frenes por un desquite, Atenas triunf sin poder perseguir a su eterno adversario, por tener que rehacerse y recoger a nufragos y heridos; esto ltimo, ante el temor de sus capitanes de verse encausados como en 406.Transcurridas cinco dcadas, un nuevo actor devendra rbitro del mundo helnico e impondra luego su hegemona en todo el Oriente civilizado: Alejandro, rey de Macedonia. Discpulo de Aristteles e hijo de Filipo, creador de las famosas falanges, Alejandro perfeccion su ejrcito con vistas a formar un vasto imperio hacia el oriente, con mentalidad terrestre En lucha con los persas, pas de Sestos a Abydos en ciento cincuenta trirremes y gran nmero de lanchones de carga, suministradas por Atenas y otras ciudades griegas.Para la captura de Mileto se hizo ayudar por la flota, que se apoder del islote Lade, llave del puerto. La escuadra persa que acudi en auxilio de la plaza no pudo operar y se fonde en Micale, por lo cual Alejandro, de nuevo con criterio terrestre, consider que la flota estaba dems y la dispers despus que su ejrcito tomara a Mileto por asalto. En 333 la victoria de lsso le abri las puertas de Siria. Cuando meses despus puso sitio a Tiro, se hall con que la parte moderna de la ciudad, situada en un islote, quedaba fuera de su alcance. Quiso llegar a ella edificando un puente de ochocientos metros, pero los defensores se lo incendiaron con una especie de brulote. Recin entonces comprendi la necesidad de una escuadra, la que hubo de improvisar con ayuda de fenicios y chipriotas sublevados contra el Imperio Persa. Con esta fuerza captur la fortaleza islea de Tiro enjulio del 332. En seguida se dirigi contra Egipto. Como poco despus desapareci todo vestigio naval persa, el decurso de las operaciones posteriores es historia nicamente militar, la que termin con el desmembramiento del imperio alejandrino a la muerte de su fundador el ao 323aC.La intervencin de Alejandro en la misma Grecia haba sido aparentemente positiva, al unificarla como protagonista de un vasto imperio griego. Pero en la realidad no hubo tal unin, pues las antiguas polis, acostumbradas a vivir libres, escasamente soportaron aun gobernante que se postulaba divino, igual que los monarcas orientales; por otra parte, las rivalidades y resquemores ancestrales resultaron un caldo de cultivo propicio para la implantacin del yugo romano tras la liquidacin de Cartago en 146 a.C.

CAPTULO V - LAS GUERRAS PNICAS

La marina, trescientos aos antes de Cristo

Antes de entrar en materia sobre las guerras romano-cartaginesas daremos algunas informaciones sobre construccin, organizacin y servicios navales, y sobre el progreso de la ciencia nutica hacia el ao 300.El trirreme era entonces para todos los estados la nave de combate. Su velocidad, fcil maniobra, escaso calado, desplazamiento modesto y bajo costo lo recomendaron para la guerra por largo tiempo sobre otras naves, nuevas o antiguas. Haba experimentado algunos cambios, como su alargamiento y el ensanche del entablado, que de cubrir sus extremidades pas a extenderse sobre toda la nave, formando una cubierta (catastroma) sobre la cual iban los soldados, y por debajo, al reparo, los bogadores. Tuvo siempre un solo mstil, aunque tambin un bauprs (bastn) a proa. Las velas eran las mismas: acatos (mayor) y doln (foque); la maniobra de tales velas, incluso hasta sus nombres, era similar ala imperante en los tiempos modernos. Entre las anclas de a bordo se contaban la de leva (jera), la de respeto y la de esperanza El rostro, que antes estaba a la altura de la cubierta, fue puesto a flor de agua, para averiar en la obra viva al enemigo, acortado pero reforzado, con poca punta. A ambos lados de la proa, dejando en medio al espoln, haba dos gruesas vigas sobresalientes, ms cortas que aqul, para amortiguar el golpe e impedir que el espoln se quedara incrustado en el buque enemigo, permitiendo el abordaje del propio. Estas naves eran construidas enteramente de abeto, con algunos trozos de fierro y cobre a fin de vararlas y arrastradas por tierra distancias considerables, hacindolas deslizar por roletes llamados falanche, que cada nave traa a bordo. Segn Jurien de [a Gravire, los tri-tetra- y penta-remes deban su nombre al nmero de bogadores que actuaban en cada remo Aunque haya sido posible construir naves de cuatro o ms rdenes de remos por lado, su altura y consiguiente peso las hubiera inhabilitado para el combate, por lo cual es ms probable lo que dice el almirante francs.Los trirremes tenan una dotacin de doscientos hombres, ciento cincuenta bogadores, unos pocos marineros, y el resto, hoplites y epivates. Los epivates eran arqueros; los hoplitas, infantes de armadura pesada, pica y espada.En la nave capitana iba el navarca (navarjs) y el jefe de los pilotos o archigobernador (arjikubernitis), avezado hombre de mar que sola aconsejar al navarca las evoluciones, maniobras y nimbo de la flota.En cada triera iba un trierarca o comandante, pero slo para la parte militar. Para la maniobra, equipaje y boga estaba el piloto o gobernador (kubernitis); l tenia que dominar el arte de navegar: manejo del timn, maniobra de velas y remos, y conocimiento de los vientos, las constelaciones, las rutas y los puertos; corresponda, pues, al oficial de marina actual. Vena despus el contramaestre (prorens o proratis), encargado de La inspeccin del aparejo y ejecucin de la maniobra. Le seguan el jefe de los remeros (kelevsis), los marineros vigas y sondadores (diopi), los cocineros (tijarji) y el despensero (loguisis ojammateus).La tctica naval ateniense, obra de Cimn y Forniin, prevaleci largo tiempo en el mar, pudiendo decirse que aun se conserva, pues los remos vienen a ser las hlices, y el timn sigue siendo el que da la direccin a la nave. Los dos movimientos de ataque usados por los griegos consistan en atravesar la lnea enemiga (diekplus) y circundarla (periplus). Formbase la escuadra para la batalla en lnea circular, en Lnea semicircular o en ngulo agudo, con el vrtice a la cabeza; esta ltima era la formacin preferida para el ataque. Se acordaba primero entre Los comandantes de divisin, que por lo general iban en las alas, y tambin al centro cuando haba varias escuadras. Para hacer seales, la nave capitana mantena su mstil; las dems, en cambio, lo acostaban antes de cada combate. Una bandera roja izada significaba ataque; arriada, retirada; izada a derecha o a izquierda, algn movimiento convenido. Tambin se sealizaba con un escudo izado al tope del mstil.La vida era asaz dura en los trirremes. A veces hacan viajes cortos, pero en otras ocasiones deban efectuar largas y arriesgadas travesas en pleno invierno. Los bogadores no tenan otro lugar para dormir que sus propios bancos; los marineros y soldados apenas contaban con espacio para caer tendidos; slo el almirante y algn otro oficial usaban una frazada. La severa disciplina dependa ms del espritu que de las sanciones. Era deshonroso sustraerse al servicio militar, e infame desertar. No faltaban, por supuesto, los castigos: el azote y el ahogamiento, que consista en echar al mar al condenado, remolcndolo hasta que muriera; ambas penas fueron conservadas hasta hace poco, tal vez por tradicin: aun se practicaba a principios del siglo pasado el castigo de hacer pasar por la quilla. La marina mercante era numerossima. Los viajes por tierra, amn de su longitud, eran peligrosos y, en muchas partes, imposibles; slo por mar la ruta era libre, y sus amenazas, sorteables. Fuera de las embarcaciones dedicadas a la pesca, en cada paraje haba barcos de cabotaje, tomando diversas formas segn transportasen pasajeros, animales o mercaderas: aquellos iban en faluchos aremolque, en tanto que stas, a remo y vela. La arboladura de estos barcos era la misma que la de guerra, pero en el mstil izaban tres velas: sobre la mayor (acato), la antimonie, y sobre sta, la suppara, especies de gavias y juanetes de forma triangular.Cada nave mercante o de guerra izaba a proa una bandera que le serva de distintivo: el parasimon. Todas llevaban imgenes de los dioses estelares con gran veneracin. Las mercantes eran mandadas casi siempre por sus propios dueos, los patrones (naucliro), nombre que, como es sabido, todava se conserva. En cuanto a teora de la navegacin no se haba adelantado mucho. Matemtica, astronoma y geografa haban progresado lentamente; slo los muy duchos saban determinar la latitud de un punto, y eso, aproximadamente. Si bien existan cartas geogrficas -muy informales-, no tenan la menor aplicacin en la navegacin; lo que vala era la prctica. Situarse estando cerca de la costa, reconocerla por su configuracin: he ah la habilidad del piloto. Conocanse reglas para los vientos, que distinguan en ordinarios y extraordinarios, segn la poca y lugar. Llamaban borkas al viento del norte, notos al del sur, apeliotes al del este y nefros al del oeste La rosa de los vientos que empleaban estaba dividida en ocho sectores principales; parece que era dibujada en una tabla redonda, como una especie de brjula, la que orientaban con el orto del sol, de la luna o de otros astros segn la declinacin que tuvieran, tambin con la sombra del meridiano, y ms que nada con la Polar, llamada por antonomasia la estrella.

Comercio, puertos y descubrimientos geogrficos

Contados eran los objetos comerciables en la antigedad, pues se desconocan productos tales como azcar, t, caf, espritus y destilados, para no hablar de los entonces exclusivos de Amrica, como cacao, papas, maz, etc. Se traficaba especialmente con cereales, vino, aceite, animales, lana. Los griegos trocaban el trigo del Ponto por vino y aceite del Nilo. Atenas y Corinto eran los grandes centros de distribucin. De los puertos, poqusimos eran los artificiales, construidos todos para resguardo y proteccin de las naves de guerra, antes que para las mercantes. Era clebre el molo de Samos, de dos estadios de longitud, lo mismo que la drsena y arsenal del Pireo, capaz de contener a cuatrocientos barcos; ac las naves se echaban atierra bajo techo, costumbre que perdurara muchos siglos.No haba en aquel tiempo derechos de aduana ni portazgos para los buques. Fue en el oriente que se comenz a dar ciertas normas para el comercio, las que Atenas adopt y fueron posteriormente incorporadas al derecho romano.Los griegos tambin aportaron a la geografa. Nearco de Creta descubri por orden de Alejandro la isla de Ceyln, a la que llam Taprobana (324 a.C.). Por otra parte, el ilustre Piteas, ciudadano de Massalia -Marsella- que haba calculado con pocos segundos de error la latitud de su ciudad natal, efectu un viaje exploratorio hacia el Atlntico; pasando por el canal de Brstol, dio con Jerje, hoy da Irlanda, y deriv hasta la Ultima Thule (Islandia). Lo ms interesante es que, maravillado ante las grandes mareas de la costa de Albin en aquel canal, atribuy dicho fenmeno a la atraccin de la luna veinte siglos antes de Newton.

Guerras pnicas: los beligerantes y sus mviles Deben su nombre al gentilicio que los romanos daban a los fenicios. Fueron tres y cubrieron ms de cien aos, con intervalos de paz entre una y otra: la primera comenz en 264 a.C. y dur veintitrs aos; la segunda se inici veintitrs aos despus y termin en 201; la tercera, provocada ex professo por Roma medio siglo despus, dur cuatro aos y borr a Cartago del mapa en 146 a.C. En resumen, fue una lucha por el dominio del Mediterrneo occidental, impuesto por la intransigencia de dos imperialismos en expansin. Cartago haba sido fundada en 1059 por un puado de fenicios. Ubicada estratgicamente en la costa de Tnez, frente a Sicilia, se constituy en un estado martimo-comercial que, a semejanza de sus antepasados4iind colonias. Y efectu conquistas entre los siglos VI y III a.C.Tuvo dos grandes navegantes y exploradores: Hannon, que lleg al sur del frica con sesenta galeras, llevando treinta mil emigrantes a Sierra Leona; y Himilkon, que expedicion al norte de Europa entre los aos 509 y 503. Tras ste llegaron luego a Inglaterra y el Bltico sus compatriotas en busca de materias primas. Despus de Los fenicios, slo los cartagineses salieron al Atlntico y visitaron las Canarias, pues daban muerte a los extranjeros que osaban seguirlos. Navegaban de noche guindose por las estrellas, con cuyas constelaciones alcanzaron a familiarizarse notablemente.El pueblo cartagins no fue guerrero, pero para proteger sus factoras en el interior del frica y dentro del Mediterrneo, tales como Malta, Cerdea y las Baleares, mantena un ejrcito mercenario bien pagado. Como posean buenos buques, lograron conservar sus dominios durante tres centurias a despecho de la mayor parte de los otros pueblos, ejerciendo un autntico monopolio comercial en el mundo conocido, al punto de imponer a Roma la prohibicin de comerciar por mar, Por eso cuando sta lleg a tener marina, vio en Cartago a su peor enemigo.Roma, fundada a orillas del ro Tber en 754 a.C., llegara a dominar toda la Pennsula Apenina, organizada como una potencia militar, Es probable que aprendiera de los etruscos el arte de construir navos, lo que ocurri cuando tico Marco cre un puerto en Ostia el ao 640. Desde entonces comenz a desarrollar un comercio de cabotaje local, que atrajo el inters de los cartagineses, con quienes Roma celebr dos tratados, uno en 509 y otro en 348, segn los cuales ambas potencias se comprometan a respetar las zonas de influencia martima que en ellos se definan: un avance para Roma, por cuanto antes le haba estado vedado el trfico por mar.Agricultores y soldados, los romanos no sentan inclinacin hacia el mar. Cuando en 337 conquistaron Arizio, capturaron todas sus naves, incendiando algunas y conduciendo otras a Ostia, con cuyos rostros adornaron la tribuna del Foro. Slo en 311, cuando tenan bajo su rbita varias ciudades martimas, instituyeron los diumviri navales como superintendentes de la marina, y, dependientes de ellos, los quaestomii residentes en otros puertos del litoral. Naves de guerra se mencionan por primera vez en un frustrado desembarco en la boca del Arno, en e1308; y en282, cuando cerca de Tarentum fueron los romanos atacados y derrotados. En todo caso, el pueblo romano desconoci la importancia de una flota y hasta 260 su poder naval fue nulo, Cuando logr tenerlo, fue cuando pudo definir a su favor la puja con Cartago. Al expandirse, Roma ambicion anexar a Sicilia, en circunstancias que Cartago ya tena un pie en ella, Cuando Pirro, el rey de Epiro, la invadi adelantndoseles, Roma y Cartago pactaron no tratar separadamente con l. Ya en 406 haban debido los siracusanos defenderse de los romanos, y con xito, pues, contando con unos doscientos trirremes, les haban hundido numerosos transportes navales con soldados.Las causas de las guerras pnicas se podran reducir a tres: a) la verdadera subordinacin que haban establecido los mentados tratados de delimitacin de zonas comerciales; b) el choque de codicias en Sicilia; y c) el encierro a que Cartago tena condenada a Roma dentro del mar Tirreno, pues dominaba las islas de Cerdea, Crcega y Lipari, razn por la cual Roma habra buscado una salida por el sur de Italia, conquistando la atrayente Magna Grecia.El motivo inmediato, el que desencaden la guerra, fue una peticin de apoyo. El ao 264 los mamertinos se haban apoderado de su vecina Messana, hoy Messina. Atacados por cartagineses y siracusanos, pidieron socorro a Roma. El cnsul Apio Claudio se dirigi aReggio, donde embarc tropas en naves de las ciudades aledaas. Los cartagineses, mayores en nmero, los obligaron a retornar a Reggio, reprochndoles la ruptura del pacto, aunque les devolvieron las naves y prisioneros capturados. Apio simul retirarse, observado por las naves pnicas, pero cuando se distanci de ellas, atraves el estrecho de Messina y ayud a los mamertinos, faltando as a un acuerdo tcito, benvolamente otorgado por Cartago.Las relaciones frieron empeorndose. Los cartagineses cerraron el estrecho de Messina y devastaron el litoral de la pennsula, por lo cual el senado romano acord en 259 combatir a Cartago en el mar: una decisin admirable, de verdad, pues esos optimates no conocan los trirremes ni de vista, y jams haban presenciado un combate naval. Roma careca de astilleros, arsenales y constructores. Para modelo hubo que tomar una nave pnica varada y entrenar a los remeros en seco, como en un gimnasio.

Primera guerra pnica (264 al 241 a C)

Derrotados en tierra siciliana, los cartagineses reembarcaron en 260, quedando Sicilia en poder de los romanos. Pero los cartagineses, seores del mar, siguieron saqueando las costas italianas.Roma equip ese ao una escuadra que los cartagineses batieron cerca de las islas Eolias. Al tomar Duilio el mando de la armada despus de este revs, sopes en primer trmino la inferioridad del romano como marino e hizo confeccionar en cada triera algo as como un puente levadizo con un gancho hacia afuera, denominado corvio, el que, aferrando la nave enemiga, permitiera el paso de la tropa de modo que el combate naval se convirtiera en uno terrestre. En estas condiciones los romanos pudieron vencer en Mylea, en el mismo escenario y ao de su anterior fracaso. Tres aos despus se dio la indecisa batalla de Tindaris, y luego la de Ecnomo, en que la armada cartaginesa fue completamente desbaratada.Los romanos desembarcaron en frica, hicieron veinte mil prisioneros y dejaron all a Atilio para que sitiara a Cartago; pero los cartagineses, en terreno propio y asesorados por el estratega griego Jantipo, vencieron a los invasores, insuficientemente auxiliados por Roma.Impuestos los romanos de su derrota, surcaron nuevamente hacia frica, obteniendo dos victorias: una naval y otra terrestre; mas al regresar sufrieron tal tempestad que apenas salvaron treinta de sus trescientos buques. Un nuevo naufragio les hizo perder el ao 253 varios transportes y ciento cincuenta buques de guerra.Creyendo llegado el momento oportuno, Cartago propuso [a paz, pero Roma se neg. En alguno de los diez aos que sta bloque y siti a Lilibeo se libr la batalla naval de Drepano, ganada por los cartagineses; el resto de la escuadra tiberina fue deshecha cerca de Sicilia por una tempestad (249).En 244 los romanos alistaron una gran armada, con la que se apoderaron de Drepano y consiguieron un triunfo decisivo junto a las islas Egates. A raz de ella se firm una paz obviamente desfavorable a Cartago, por cuanto renunciaba a la isla de Sicilia. Luego tuvo que afrontar la sublevacin de sus mercenarios, impagos. Para colmo, Roma se aprovech de esas tribulaciones, quitndole las islas Crcega y Cerdea. Roma dominaba ahora el mar Tirreno.

Segunda guerra pnica (218 al 201 a C)

En los veinte aos que siguieron a la primera guerra, el pas africano se rehizo por obra de la dinasta Barca, de cuyo seno surgi el famoso general Anbal, verdadera bendicin divina para Cartago. Roma se sinti alarmada y luego amenazada cuando ese general siti y destruy Sagunto, aliada de Roma en Espaa. El mvil de Anbal era la conquista de Iberia, que resarcira a su patria de la prdida de Sicilia; de aquella pennsula sacada los hombres y elementos necesarios para invadir Italia a travs de los Alpes y vencer a Roma en tierra: en resumen, una campaa terrestre. No hubo batallas navales propiamente tales. Varias veces los romanos, siempre vigilantes, entraron en contacto victorioso con reducidas escuadras pnicas. En verdad, los cartagineses no actuaron felizmente en apoyo del plan de Anbal.Este general, de veintinueve aos entonces, demostr ser un habilsimo militar y un brillante estadista. Hoy se le considera uno de los genios de la guerra ms conspicuos que la humanidad haya producido. Para alcanzar los Alpes debi combatir con sucesivas tribus que le presentaron resistencia. Llegado que hubo ante las moles cordilleranas, emprendi su cruce en pleno invierno al frente de cincuenta mil hombres y, arma nueva en Europa, unos cuarenta elefantes. En las nevadas cumbres perdi hombres y paquidermos, pero consigui su propsito. Venci a los romanos entres sucesivas batallas campales, especialmente en Cannas, una batalla aniquilante, citada como modelo por los crticos modernos. Roma tembl: Hannibal ad podas!, gritaban despavoridos en los campos. Pero para aqul el apoyo de su patria, que no poda llegar mas que por va martima, ni se divisaba. Entonces los pueblos meridionales sacudieron el yugo de Roma, ofreciendo a Anbal una oportunidad favorable.Varios aos enter Anbal tratando en vano de organizar una coalicin eficaz contra su enemigo. Al fin debi embarcarse en la costa ligrica rumbo al frica, abandonando el teatro peninsular en naves que, si antes no lo auxiliaron, al menos ahora lo rescataban, y con escaso riesgo, pues hacia el ao 206 Roma se hallaba sin barcos de guerra debido a que, construidos de madera verde, haban durado poco tiempo.Roma alist entonces otra expedicin al frica. En mes y medio reuni cuarenta naves de guerra y muchas ms de carga, cuyas tripulaciones, todas voluntarias, deseaban servir a su patria a las rdenes del muy querido Publio Escipin. Bajo su direccin se ultimaron los preparativos, quedando los soldados a las rdenes de los marinos para los servicios de abastecimiento. Las naves se distinguan durante la noche por una, dos y tres luces, que correspondan a las de guerra, mercantes y capitana. En febrero del 204 zarp Escipin al continente africano frente a un convoy de cuatrocientos barcos cargados con treinta mil soldados, escoltado por cuarenta trieras.Los cartagineses, que nuevamente posean bastantes naves de guerra, nada hicieron por hostilizar a esta expedicin, ni siquiera durante el desembarco en Utica; recin vinieron a actuar cuando Escipin estaba por capturarles la capital, y aun as, no con la rapidez que hubieran debido, considerando la oportunidad que les brindaba el hecho de que los romanos tuvieran muchas embarcaciones varadas en tierra y embarazadas con mquinas de sitio. Avisado Escipin de la aproximacin de la flota pnica y no disponiendo de tiempo para ordenarla suya en batalla, resolvi tomar una posicin defensiva, dejando los trirremes ms cerca de la playa y, frente al enemigo, las embarcaciones de carga formadas en cuatro filas unidas por puentes hechos con sus propias vergas y mstiles Cuando llegaron formados en orden de batalla, los cartagineses vieron que los romanos no se movan. Entonces acometieron. El combate lleg a tener las caractersticas de un asalto a fortalezas. Como las naves de carga superaban en altura a los trirremes, stos debieron lanzar sus dardos desventajosamente desde abajo. Al fin los cartagineses arrojaron a las barcas invasoras unos arpones de hierro que los romanos no pudieron cortar, con lo que cada triera acarre tras de s a una nave de carga, rompindose los puentes y alcanzando a pasar a duras penas los combatientes a la siguiente fila de naves; seis unidades de carga romanas fueron llevadas a remolque a Cartago, con gran alegra de sus pobladores, que tantas derrotas haban sufrido a manos de sus rsticos enemigos.Es bien sabido cmo Escipin venci a Anbal despus, en Zama, dejndole a Cartago autorizacin para conservar slo diez trieras e incendiando el resto, a cambio de la paz (201 a.C.).

Arqumedes y las actividades navalesDurante la segunda guerra pnica, las actividades navales ms importantes se desarrollaron ante Siracusa, sitiada por el cnsul Marcelo a causa de que la ciudad haba mudado su alianza con Roma por la de Cartago. Fundada en 734 a.C. por una colonia de corintios y otros dorios en una islita llamada Ortigia, haba crecido poco despus territorial y demogrficamente con la anexin de la isla grande que la enfrentaba. Hallbase fortificada desde 395 por obra de su tirano Dionisio I. Fue bajo el gobierno de Hiern TI que Siracusa se abanderiz con Cartago. Entonces Marcelo hubo de lidiar contra una plaza bastante fuerte por naturaleza y moral ciudadana, ayudada adems por los cartagineses y el ingenio del viejo Arqumedes, fsico y matemtico vastamente conocido, entre cuyos inventos cabe mencionar la bomba aspirante y los aparejos mltiples para las maniobras pesadas.Desde un comienzo Marcelo trat de atacar la ciudad por mar, uniendo de a dos en dos ocho grandes barcos; en cada par coloc una torre de madera provista de una alta escala protegida con un parapeto, a fin de poder batir los muros de la fortaleza. Obedeciendo a Arqumedes, los defensores se valieron de palancas para lanzar peascos a las naves ms lejanas, mientras agarraban las ms cercanas con largas prtigas terminadas en manos de hierro y las hundan con potentes arietes premunidos de rostros a guisa de pico de gralla. El prolfico genio trat adems de incendiar las naves con espejos parablicos adonde convergiesen los rayos solares, los que por lo menos hicieron imposible a los tripulantes actuar, todo lo cual forz a los romanos a alejarse de los muros de Siracusa, contentndose con bloquear el puerto. Ms tarde, aunque una flota cartaginesa trat de socorrer la plaza en 212, al compararse con la romana, ms fuerte, opt por retirarse. Siracusa cay en poder de Marcelo, que la abandon al saqueo, en el cual muri Arqumedes: sensible duelo para la humanidad, que perdi un sabio, precursor de los autores del clculo infinitesimal, a quien recordamos por su exclamacin eureka! al descubrir su famoso principio.La segunda guerra continu con energa por parte del Senado, versus la genialidad personal de Anbal. Roma arm algunas escuadras para excursionar en Grecia, a la vez que su ejrcito combata en Iberia. En su contra, Cartago no enviaba sino escuadras inferiores tanto en cantidad como en calidad, las cuales frieron denotadas dos veces: el 208 cerca de Clupea y el 207 entre Sicilia y frica. Al fin intent socorrer a Anbal, que con grandes esfuerzos se mantena en la Italia meridional; en 206 le remiti un convoy de ochenta embarcaciones de carga, pero con tan dbil escolta que el pretor Cneo Octavio con una escuadrilla las apres a todas sin dificultad ni prdidas de su lado.

Tercera guerra pnica (150 al 146 a C)Fue provocada por Roma, que vea con malos ojos cmo al amparo de la paz iba Cartago recuperando algo de su pretrita importancia. Roma se vali arteramente de un aliado suyo, Masinisa, rey de los nmidas orientales, para que las emprendiera contra Cartago. Esta, naturalmente, tuvo que defenderse. Al guerrear sin el consentimiento de Roma, viol las condiciones de paz con que haba terminado la segunda guerra. Inmediatamente aprovech Roma el pretexto para mandar un ejrcito. Cartago envi entonces al Senado embajadores que aceptaron cuanto les exigieron. Pero el cnsul encargado de hacer cumplir las disposiciones, extralimitndose, orden evacuar Cartago con el objeto de arrasada. Ante tal abuso, los cartagineses se levantaron en armas, preparando en pocos das su defensa. Todava tres aos dur esta guerra de exterminio. Era otro el Escipin que encabezaba a los sitiadores, cincuenta y ocho aos despus del anterior. Cartago resisti heroicamente. Sin que mediaran encuentros navales, Asdrbal incendi la escuadra de los romanos, y cuando stos ya desesperaban del triunfo, vencieron, demoliendo la ciudad hasta sus cimientos. Roma prohibi su reedificacin y ved hasta recordar su nombre. Corra el ao 146.Las guerras pnicas dan que pensar. Desde luego se advierte que en todo momento el triunfo decisivo correspondi al beligerante que posea la mejor escuadra y que supo emplearla coordinadamente. Roma le prodig especial atencin despus de sus primeros fracasos, Prueba palpable de la importancia que los romanos llegaron a atribuir a la flota de guerra es el hecho de que se la hubieran quitado a Cartago como condiciones para la paz. De todas las victorias navales romanas en estas tres contiendas, merece citarse como la ms descollante la de Milea, primera victoria de los tiberinos Influy en el triunfo el uso del corvio, nueva arma complementaria, de autor ignoto. Damos a continuacin un relato de dicho combate y, luego, de los de Monte Ecnomo y de las Egates, tambin ganados por los romanos durante la primera de las guerras pnicas.

Batalla de Milea (260 a C)

Hemos ya dado a conocer cmo era la marina hacia el 300 a. C.; vamos ahora a narrar con algunos detalles las dos primeras batallas del conflicto puno-romano, mostrando un encuentro entre escuadras completas, a fin de captar las valiosas lecciones que nos han legado. El ao 260, informado el cnsul Cayo Duilio, jefe de la armada, de que el cartagins Anbal Barca devastaba Milea -hoy Melazzo-, se dirigi con todas sus naves a esas aguas. Los romanos ya haban inventado el corvio, especie de puente levadizo, terminado en fuertes ganas metlicas con el objeto de trincar las naves enemigas y as transformar el combate naval en una accin terrestre.Cuando los cartagineses avistaron a los romanos, los dejaron acercarse sin mayor preocupacin, pues estimaban seguro poder derrotarlos, ya que los consideraban unos ignorantes y ridculos marinos, novicios en las artes nuticas.Por esta razn Anbal, sobre su nave capitana, era seguido sin ningn orden; pero cuando los romanos estuvieron ms cerca, pudo observar el corvio, maravillndose de esta novedad, de la que luego se mof por tosca y despreciable. Las naves suyas que se encontraban en primera lnea atacaron a las romanas. Estas, arriando el corvio, lograron asir muchas naves cartaginesas y comenz la batalla en los puentes y cubiertas, en donde los legionarios romanos, bien armados y aguerridos, obtuvieron una fcil victoria sobre los marinos cartagineses armados slo muy ligeramente, capturando treinta naves, incluso la de Anbal, quien Logr salvarse en un esquife. Los dems bajeles cartagineses, aun en nmero considerabe, permanecieron indecisos por algn tiempo; cuando avanzaron contra los romanos, stos se cerraron en crculo, presentando al enemigo sus rostros y corvios, porto que los cartagineses, habiendo hecho en vano varias tentativas de ataque, se alejaron. Las prdidas pnicas sumaron catorce naves a pique, treinta y una apresadas, tres mil muertos y siete mil prisioneros; de las romanas no ha quedado informacin.Esta victoria fue obtenida tanto por el valor y disciplina de los soldados, como por la negligencia y exceso de confianza de sus enemigos, cuya responsabilidad cae sobre Anbal, a quien corresponda, segn las leyes de su repblica, la pena de muerte, de la que se salv merced a una treta de la cual nos habla la historia general.Sin embargo, al dilapidar tiempo celebrando a los vencedores en vez de buscar la decisin y obtener el dominio del mar, como lo aconsejaba constantemente Catn, Roma no aprovech esta victoria.Valgan acerca de ella