ley+expl+peÑa ruana+casaÑo
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ASCENSIÓN A PEÑA RUANA Y DESCENSO DEL RÍO CASAÑO
* Fecha: 13 de marzo de 2.012 (martes)
* Quienes realizaron la ruta: Juan Carlos (Nuberu), Marcelo, Pancho (Daniel), Javi
Cienfuegos, Alberto De Miguel, Alex, Jonatan y Santos.
* Distancia total: 20,2 km.
* Tiempo total empleado (incluidas las paradas): 10 horas y 25 minutos
* Tipo de ruta: Circular
* Mapa: Hoja/s 54-IV del I.G.N.
* Cota mínima: 315 m. (Puente Pompedro).
* Cota máxima: 1.510 m. (Peña Ruana).
* Desnivel total de subida acumulado: 1.306 m.
* Lugar de inicio y finalizació de la ruta: La Molina (Cabrales)
* Condiciones atmosféricas: Al amanecer y a primera hora de la mañana había bastante
niebla en la zona de valle, que según fuimos ganando altura fue desapareciendo por
completo, quedando un mar de nubes. El resto del día totalmente despejado y con sol,
aunque con bruma y calima hacia el horizonte costero.
Temperaturas muy altas para la época invernal en la que aún estamos, con mucho
calor, y pudiendo ir todo el día en manga corta.
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Para esta ruta nos habíamos juntado
un nutrido grupo de amigos, nada más y
nada menos que ocho, cuando antes a duras
penas llegábamos a ser 4 ó 5 como mucho,
todo un record sobre todo si se tiene en
cuenta que se trataba de un día entre
semana, aunque esto últimamente ya se está
convirtiendo en algo habitual, y al paso que
vamos como sigamos en esta progresión
tendremos que alquilar un autobús.
Para el inicio de la ruta partimos de la
cabraliega aldea de La Molina La Molina La Molina La Molina [C[C[C[Cota ota ota ota 360360360360 m. m. m. m. ––––
08080808::::15 15 15 15 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 0000]]]], dejando los coches
aparcados en la última pronunciada curva de
la carretera que da acceso a la misma. A la
entrada de las primeras casas hay una
pequeña plazuela hormigonada, pero no se
puede aparcar ya que es el único lugar
donde poder dar la vuelta.
Nos introducimos por entre las casas,
pasando junto a la pequeña y restaurada
ermita del pueblo, iniciando un descenso
por sus estrechas calles, pero la zona alta
del mismo. Apenas una veintena de
vecinos viven todavía aquí (según el
último censo del año 2.006)
TTRRAAMMOO II:: DDEE LLAA MMOOLLIINNAA AA PPEEÑÑAA RRUUAANNAA SSAALLIIDDAA DDEE:: LLaa MMoolliinnaa ((CCaabbrraalleess)) HHOORRAA:: 08:15 LLLLEEGGAADDAA AA:: PPeeññaa RRuuaannaa HHOORRAA:: 12:00 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 33 hhoorraass yy 4455 mmiinnuuttooss KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 6,5
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Dejando atrás las últimas casas
comenzamos a bajar por un empedrado
camino, mientras que al fondo y medio
difuminada por la niebla comenzamos a
adivinar la impresionante foz que forma en
ese lugar el río Casaño.
El camino nos lleva hasta el
pequeño y rústico puente puente puente puente
PompePompePompePompeddddro ro ro ro [C[C[C[Cota ota ota ota 313131315555 m. m. m. m. –––– 08080808::::30303030 h. h. h. h. ----
Km. 0Km. 0Km. 0Km. 0,8,8,8,8]]]], donde el increíble tajo
que forma la hoz crea un
profundo estrechamiento entre
los paredones de piedra, por
donde discurre a vertiginosa
velocidad las aguas del río al
tiempo que originan un ruido
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estruendoso. Justo a la
entrada del puente sale hacia
la derecha el camino-sendero
que prosigue aguas arriba por
el cauce del río Casaño, y que
será por donde regresaremos
en el trayecto de vuelta.
Cruzamos el puente
Pompedro, y …….
… unos pocos metros más allá
atravesamos otro pequeño
puente de hormigón, bajo el
que deberían correr las aguas
del arroyo, encontrándose en la
actualidad prácticamente seco,
e introduciéndonos hacia el
valle de dicho arroyo.
Inicialmente el sendero
discurre pegado al cauce del
arroyo, y en ocasiones sobre el mismo, pero poste-
riormente se va desviando hacia la margen izquierda.
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Comenzamos una
prolongada subida que
nos lleva a meternos
directamente en la
espesa capa de niebla
que cubre todo el valle.
En las cercanías del
collado Pando,
ubicado al pie del
crestón del Cueto
Pando, salimos de la
capa de niebla que
nos envolvía, lo que
nos permite disfrutar
del maravilloso
espectáculo de un mar
de nubes que oculta
todo el fondo del
valle.
Proseguimos la subida por la
Cuesta Pando, bordeando
ligeramente hacia la izquierda el
hombro de la loma del Coterón, por
cuya ladera orientada al Este
continuamos la ascensión. Según
ganamos altura ese extenso mar de
nubes blancas se va haciendo más
grande y vistoso.
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El final de la loma
del Coterón da paso a
un despejado collado
de verdes y lustrosas
praderías, que nos
sirve de perfecta
excusa para detener-
nos unos minutos a
contemplar el vasto
paisaje que nos rodea,
mientras esperamos la
llegada de los que han
quedado algo reza-
gados en esta larga
subida.
Atravesando las camperas
del collado encontramos
un poco más arriba la
solitaria cabaña de la
majada El Coterón majada El Coterón majada El Coterón majada El Coterón [C[C[C[Cota ota ota ota
760760760760 m. m. m. m. –––– 09090909::::28282828 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 2222,6,6,6,6]]]].... A
nuestra derecha, y tras la
crestería de una pequeña
serranía, se oculta el
profundo valle del río
Casaño, por el fondo del
cual regresaremos hasta
La Molina en el trayecto
de vuelta; mientras que más
al fondo podemos distinguir
la característica silueta de la
cumbre de la Cabeza de
Pandescura.
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A escasos metros de la cabaña
pasamos junto a una oscura
oquedad por la que se abra una
profunda sima, ………
……….. siendo aquí
donde se inicia otra
dura y prolongada
ascensión: la subida
por el empedrado
camino de Les
Retraites, con
continuas vueltas y
revueltas.
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El trazado del camino
nos lleva hasta la pequeña
vega del Colláu CampiñónColláu CampiñónColláu CampiñónColláu Campiñón
[C[C[C[Cota ota ota ota 950950950950 m. m. m. m. –––– 09090909::::50505050 h. h. h. h. ---- Km. 3 Km. 3 Km. 3 Km. 3,4,4,4,4]]]],
de donde parten dos posibles
opciones del camino a seguir.
Hacia la izquierda se dirige el
camino más habitual a seguir,
que enfila hacia las vegas de
Brañas y Brañarredonda.
Pero sin embargo,
nosotros tomamos otro
un poco menos evidente
y también menos visible
que sale hacia la dere-
cha, y que va atrave-
sando por una ladera de
terreno mixto de piedra
caliza y vegetación de
monte bajo.
Ciertamente las vistas
que vamos dejando a
nuestras espaldas son
espectaculares.
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Salimos a otra vega con
abiertos pastizales, desde
donde debemos proseguir la
marcha con ligera tendencia
a la derecha, cogiendo algo
más arriba una especie de
estrecho y alargado pasillo
flanqueado de crestones
calizos, distinguiendo al
fondo la puntiaguda silueta
del Cueto de Las Colladas.
Así salimos directa-
mente a la braña de La La La La
Redondiella Redondiella Redondiella Redondiella [C[C[C[Cota ota ota ota 1.1.1.1.100100100100
m. m. m. m. –––– 10101010::::20202020 h. h. h. h. //// 10:40 h. 10:40 h. 10:40 h. 10:40 h. ----
Km. Km. Km. Km. 4444,3,3,3,3]]]], que se asienta
sobre una alargada y
empozada vega, al pie
del Cuetu de Las
Colladas.
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Algunas de las
construcciones, a pesar
de su paupérrimo estado
de abandono y ruina,
muestran detalles de un
antiguo porte como
auténticas viviendas
estacionales.
Aprovechamos el
cobijo que nos brinda-
ban sus sólidos muros
para sentarnos y
descansar un rato, al
tiempo que reponí-
amos fuerzas metien-
do algo para el estó-
mago.
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Tras el descanso nos
disponemos a atravesar
longitudinalmente la
vega, pero desviándonos
hacia la izquierda de
nuestra marcha, para
comenzar a remontar en
diagonal por la ladera
septentrional del Cueto
de Las Colladas, para
encontrarnos al inicio de
la remontada con la
fuente de La Redondie-
lla. Atrás, y en la lejanía
del horizonte, vemos
cómo se yergue la alar-
gada crestería de la
Sierra del Cuera.
Proseguimos la
marcha en travesera por
esta ladera de laberín-
tica roca caliza, que nos
obliga en determinados
momentos a emplearnos
a fondo para salvar
algún que otro obstá-
culo.
Alcanzando, tras culminar la
ladera, un collado que da paso
a la cuenca de la Vega Prada, ya en las mismas
estribaciones de Peña Ruana,
cuya cumbre aún no
alcanzamos a distinguir, al
estar oculta por la Cabeza
Pellicu, que se interpone por
delante.
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Bajamos a continua-
ción hacia la Vega
Prada, atravesando
sus verdes pastizales,
algo agostados este
año debido a la sequía
y falta de lluvia y
nieve que este
invierno tan atípico
nos esta dejando este
año; para encarar de
manera inmediata la
ladera norteña de la
propia Peña Ruana.
Al objeto de librar el tramo
de paredón más pindio y de
mayor inclinación, vamos
progresivamente escorándo-
nos hacia la margen iz-
quierda, bordeando esos
escabrosos peñones calizos,
……..
…….. para salir hacia
la cara oriental de la
peña, de mayor acce-
sibilidad y menor
pendiente; aunque el
terreno que pisamos
no nos deja olvidar ni
por un momento su
carácter eminente-
mente calizo.
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La dura subida por esa
ladera culmina en los
promontorios de Cabe-za Pellicu, una zona
más llana y asentada,
con menos roca caliza y
más vegetación de
pradería y arbustos
rastreros, ……..
……. desde donde ya
podemos distinguir al
fondo la cumbre de
Peña Ruana, que
alcanzamos tras una
última y corta subida
por terreno pedregoso.
Tras 3 horas y 45
minutos de dura
caminata y continua
ascensión, alcanzamos
la cumbre de Peña Peña Peña Peña
RuanaRuanaRuanaRuana [C[C[C[Cota ota ota ota 1.1.1.1.510510510510 m. m. m. m. ––––
12121212::::00000000 h. h. h. h. /12:25 h./12:25 h./12:25 h./12:25 h. ---- Km. Km. Km. Km.
6666,5,5,5,5]]]].
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Coronada únicamente
por un montículo de
piedras que esconde en
su interior el bote de
plástico a modo de
buzón de cumbres, y de
donde recogimos la
tarjeta que los miem-
bros del "G. M. El
Alba", de Pola de
Laviana, J. Ramón,
Laudino, Julio y Flo-
rentino, habían dejando
el pasado 11 de enero
de 2.012. Esta cumbre
no tiene ningún elemen-
to que la identifique,
como podría ser un
vértice geodésico, una
cruz metálica, un buzón
de cumbres colocado al
efecto por algún grupo
de montaña. Sin embargo, el amigo caleyeru Cienfuegos quiso en ese aspecto aportar su peculiar
granito de arena, colocando sobre el montón de piedras un buen ejemplar de "cencerro" que había
encontrado por el camino.
Como no podía ser de otra manera , las vistas
panorámicas que ésta, un tanto desconocida,
cumbre nos brinda son espectaculares y
sensacionales, ayudando a ello también en gran
medida el precioso día que estamos tendiendo, con
un reluciente sol y una envidiable temperatura
primaveral.
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Hacia el Este podemos vislumbrar las cercanas cumbres del Jascal y Cabezo Lleroso.
Y por supuesto toda la indescriptible panorámica de Picos de Europa, cargados aún de abundante
nieve, y en los que también se pueden apreciar las azuladas irisaciones de hielo reflejándose bajo los
rayos del sol. ¡Una auténtica maravilla, y un gran placer poder contemplar este indescriptible paisaje!
Mientras que hacia el Norte se levanta la barrera montañosa que forma la Sierra del Cuera, y
que nos impide ver el mar Cantábrico.
Las caras de satis-
facción indicaban cla-
ramente que la ruta
del día de hoy esta
siendo apoteósica; y
sin embargo, la
segunda parte que aún
queda por recorrer,
fue casi igual o mejor
que lo que ya llevá-
bamos hecho.
TTRRAAMMOO IIII:: DDEE PPEEÑÑAA RRUUAANNAA AALL CCOOLLLLAADDOO LLIINNCCÓÓSS SSAALLIIDDAA DDEE:: PPeeññaa RRuuaannaa HHOORRAA:: 12:25 LLLLEEGGAADDAA AA:: CCoollllaaddoo LLiinnccóóss HHOORRAA:: 15:46 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 33 hhoorraass yy 2211 mmiinnuuttooss KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 7,4
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El descenso de la cumbre lo afrontamos por la ladera Sur, bajando al inicio por una corta y fácil canal que nos abrió paso a los terrenos de menor pendiente.
Saliendo a la vega de la braña de braña de braña de braña de
La Veyuga La Veyuga La Veyuga La Veyuga [C[C[C[Cota ota ota ota 1.1.1.1.395395395395 m. m. m. m. –––– 12121212::::45454545 h. h. h. h. ----
Km. Km. Km. Km. 7777,0,0,0,0]]]], asentada a los pies de la misma Peña Ruana por un lado, y el Jascal por el otro, y a lo largo de la cual se reparten varias cuadras, algunas en ruinas, y dos o tres cabañas mejor conservadas y preparadas. Curiosamente, casi al final de la ruta, en la majada del Escobiu, nos encontramos con el dueño de una de estas cabañas, vecino de La Molina, y que nos comentó que
desde hacía varios años, cuando le arregló el tejado, ya no había vuelto a subir por allí. Atravesamos la vega de la braña con dirección Sur, para al final de la misma desviarnos a la derecha y trasponer el colladín de La
Muesca La Veyuga, por donde salimos a la zona alta de La Cuesta
Coriscada. Abajo ya podemos ver las praderías de la braña de Camplengo Viejo, hacia donde tenemos que dirigirnos ahora.
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Comenzamos la bajada por la ladera, bordeando por la margen izquierda la cabe-cera del valle del Texu, ……..
…….. alcanzando la en-trada a la majada de Camplengo Viejo, donde está situada una fuente con abrevadero, aprove-chando para detenernos unos minutos a descansar. El caño del abrevadero apenas echa unas gotas, y tenemos que coger el agua del mismo pozo del manantial situado unos metros por encima, tapado por una losa de piedra.
Cruzamos por los pas-tizales de la vega de vega de vega de vega de
Camplengo Camplengo Camplengo Camplengo ViejoViejoViejoViejo [C[C[C[Cota ota ota ota
1.1.1.1.280280280280 m. m. m. m. –––– 13131313::::25252525 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 8888,2,2,2,2]]]], donde aún se pueden ver varias cabañas de piedra en estado ruinoso, y proseguimos la marcha girando nuestro rumbo hacia la derecha, ……….
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…… cresteando por una pequeña loma, dejando a nuestra izquierda la vega de la majada de
Camplengo La Cueva, rodeada y escondida por las montañas que la circundan. A la derecha está el jou en cuyo fondo se localiza una cueva, que da el nombre a la vega y majada ubicadas a este otro lado, y en la cual parece ser que todavía los pastores meten los quesos a curar.
Y poco después llegamos al collado La Muda, desde donde contemplamos a lo lejos el porrón rocoso del Cantón de Texéu, al lado del cual tenemos que pasar.
Desde el collado descendemos directamente hacia las praderías de la Vega de EspinesVega de EspinesVega de EspinesVega de Espines [C[C[C[Cota ota ota ota 1.1.1.1.072072072072
m. m. m. m. –––– 14141414::::05050505 h. h. h. h. //// 14:35 h. 14:35 h. 14:35 h. 14:35 h. ---- Km. Km. Km. Km. 9999,9,9,9,9]]]], que atravesamos pasando por delante del par de cabañas que úni-camente quedan en la misma. Echamos la vista atrás y podemos contemplar la majes-tuosidad del entorno, con la blanca caliza de la Peña Ruana y
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el Jascal recortándose contra el limpio azul del cielo. Parece mentida que vengamos de allá arriba. Junto a un pequeño roquedal en mitad de la vega, aprovechamos para comer el bocadillo, pues el cuerpo empieza a notar el cansancio y hay que reponer energías. El lugar es ideal, si no fuera por que no tiene ni un ápice de sombra donde poder resguardarse, aunque solo fuera unos breves minutos, del sol e intenso calor que estamos teniendo hoy; tal se diría que estamos ya en pleno verano, y no a mediados del mes de marzo.
Con el estómago lleno y renovadas energías reanudamos la marcha, atravesando ahora la vega
de Brañarredonda. El nombre ya lo dice todo. Varias pequeñas cabañas de piedra bastante bien conservadas aún se mantienen en pie.
Por un marcado sendero vamos bordeando las peñas de Cabeza Redonda, saliendo a la vega de La
Güelga, en el valle por donde corre el arroyo de Los Reguerones, con
escasa cantidad de agua para la época del año en que nos encontramos. El sendero prosigue por la ladera de la margen izquierda, ascendiendo unos metros para alcanzar un pequeño collado que nos abre el paso hacia ………
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……el collado de collado de collado de collado de
Vega Las Mantegas Vega Las Mantegas Vega Las Mantegas Vega Las Mantegas [C[C[C[Cota ota ota ota 1.1.1.1.045045045045 m. m. m. m. –––– 15151515::::00000000
h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 11111,1,1,1,4444]]]]. Hacia la izquierda sale el camino que conduce hacia la majada de Belbín, que desde aquí se puede al-canzar en apenas cinco minutos. Atravesamos la Vega de Las Mantegas enlazando con el empedrado camino que va bor-deando el Cantón de
Texéu, y trasponiendo el el el el
colláu de La Colladina colláu de La Colladina colláu de La Colladina colláu de La Colladina [C[C[C[Cota ota ota ota 1.1.1.1.063063063063 m. m. m. m. –––– 15151515::::11111111 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km.
11112,2,2,2,1111]]]] al pie del mismo. Óptimo lugar para contemplar una buena panorámica de la Vega de Comeya. Por aquí ya enlazamos directamente con el ancho camino-pista que sube desde Demúes. Un buen lugar para volver a contemplar las ahora ya lejanas cumbres del Jascal
y Peña Ruana, con las vertiginosas e increíbles canales que se abren bajo esta última, como la del Pincho. El cómodo caminar por la pista nos permite ir dejando atrás rápidamente la mole rocosa del Cantón de Texéu, que por este lado ofrece su cara más vertical.
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Pasamos por el colláu Camba, en cuyas inmediaciones hay un mirador, aunque realmente las
vistas que ofrece no son nada del otro mundo. Desde este lugar la pista afronta una inclinada bajada
hasta llegar al collado Lincós.
En el collado Lincócollado Lincócollado Lincócollado Lincóssss [C[C[C[Cota ota ota ota 901901901901 m. m. m. m. –––– 15151515::::46464646 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 11113,3,3,3,9999]]]] nos surgió un poco la duda y controversia
si desde aquí podríamos afrontar sin problemas la bajada directa hacia el fondo del cauce del río
Casaño, pues la ruta de bajada más habitual y conocida es la que discurre a través del monte situado
al pie del collado Reguero.
TTRRAAMMOO IIIIII:: DDEELL CCOOLLLLAADDOO LLIINNCCÓÓSS AA LLAA MMOOLLIINNAA
SSAALLIIDDAA DDEE:: CCoollllaaddoo LLiinnccóóss HHOORRAA:: 15:46 LLLLEEGGAADDAA AA:: LLaa MMoolliinnaa ((CCaabbrraalleess)) HHOORRAA:: 18:40 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 22 hhoorraass yy 5544 mmiinnuuttooss KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 6,3
Algo recelosos al
principio, desde el
mismo collado Lincós
nos lanzamos ladera
abajo, los primeros
metros por unas
despejadas praderías
que luego dieron paso
a un precioso y
fantástico bosque de
robles.
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Según íbamos des-
cendiendo comproba-
mos que el terreno
estaba muy limpio y
despejado de monte
bajo, matorral y coto-
yas; únicamente para-
dería y escasa vege-
tación arbustiva, que
nos indicaba que la
bajada por aquí era
perfectamente viable y
nada problemática.
Así que nos dedicamos de
manera relajada a
disfrutar de este
paradisiaco y virginal
bosque, que cubre toda
esta ladera del valle Tombano Llamero.
Los alrededor de 400 metros de
desnivel a salvar dan tiempo
para extasiarse en la contem-
plación de este increíble
bosque, así como de los
verticales paredones que caen al
otro lado desde Peña Ruana.
¡Una auténtica gozada y un
deleite para los sentidos!
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Al final de la bajada
salimos justamente al
punto donde está situa-
do el nuevo puente puente puente puente
LlameroLlameroLlameroLlamero [C[C[C[Cota ota ota ota 480480480480 m. m. m. m. ––––
16161616::::32323232 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 11115,5,5,5,1111]]]], hecho
que no estaba en abso-
luto planificado , por lo
que hay que reconocer
que tuvimos mucha
suerte. Por eso a veces,
las cosas improvisadas
son las que mejor salen.
Sólido puente que fue
reconstruido con grue-
sas vigas de hierro y
tablas de madera, en
junio de 2.011, después
deque al viejo se lo
llevara una riada, y por el
que pasamos a la otra
orilla del río Casaño.
Desde aquí parte
el sendero más conocido,
y que corre valle abajo
junto al cauce del río, con
dirección hacia La
Molina. Pero nosotros
habíamos oído hablar de
otro camino alternativo,
que discurre unos metros
arriba, y del que
habíamos visto algunas
fotos. Así que fuimos en
busca del mismo.
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Tras cruzar el puente,
remontamos monte arri-
ba unas decenas de
metros, sin prácticamen-
te encontrar rastro algu-
no de sendero; atrave-
sando una zona de
frondosa vegetación,
hasta que alcanzamos la
caja de un ancho cami-
no que durante un buen
tramo va bordeado de
abundantes avellanos,
que en alguna que otra
ocasión llegan a hacer
dificultoso el paso por
el mismo.
Salimos de la zona de
frondosa vegetación y
podemos contemplar
por delante el trazado
que lleva el camino,
en llano y bordeando
toda esta pendiente
ladera, sobre la que se
levanta alguna que
otra puntiaguda aguja
rocosa, como ésta de
la foto.
Según avanzamos, la
ladera se torna más
inclinada y vertical, al
tiempo que el ancho
camino se convierte en
estrecho sendero, y se
arrima a las blancas
paredes calizas. A nues-
tra izquierda va quedan-
do el río Casaño, cada
vez más encajonado en
el fondo del valle, sin
casi poder llegar a verlo
en ocasiones.
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Seguimos avanzando
y el recorrido se vuel-
ve más espectacular, y
al mismo tiempo más
bonito.
Como se suele decir en
estos casos, las fotos no
hacen en absoluto jus-
ticia a la belleza del
paraje.
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Y encima , la bruma de la
tarde, debida al día solea-
do y caluroso que hizo,
desluce aún más ese
increíble paisaje que se
pueden contemplar en las
fotos.
Llegamos al tramo
final, totalmente aé-
reo, impresionante y
espectacular. Aquí el
sendero va literalmen-
te excavado en la
roca, formando una
media galería, estre-
cha y baja, de apenas un
centenar de metros de
longitud, y por donde hay
que pasar un poco
agachados para no pegar
con la cabeza, sobre todo
los altos; hay que pasar
con mucha precaución y
cuidado, sobre todo
controlando que la mochi-
la no se nos enganche o
tropecemos con ella en
algún saliente de la roca.
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Parece ser que este camino se corresponde a los trabajos de construcción de una antigua tubería para
aprovechamiento hidroeléctrico, que cogía el agua en la cabecera del río Casaño, llevándola por todo
este recorrido hasta cerca de la majada El Escobiu, desde donde se precipitaba en fuerte caída hasta
la central allí ubicada.
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Unos metros más allá de donde finaliza este tramo aéreo de la media galería, es donde
supuestamente irían uno o varios túneles excavados en la propia roca, y por donde atravesaría la
montaña la tubería de canalización de agua para salir al otro lado de la misma. Por lo visto se acabó
el dinero destinado a la obra y el proyecto quedó a medio finalizar y olvidado para siempre, no se
perforaron los túneles y ni se llegó a instalar un solo tramo de tubería, quedando como única huella
visible la caja de este camino y sendero por donde hemos transitado hoy.
Nada más salir de la media galería excavada en la roca, tenemos que abandonar el camino de abandonar el camino de abandonar el camino de abandonar el camino de
la canal la canal la canal la canal [C[C[C[Cota ota ota ota 528528528528 m. m. m. m. –––– 17171717::::15151515 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 11116,6,6,6,4444]]]] y tomar un claro sendero que sale hacia la izquierda en fuerte
bajada, que nos lleva a atravesar una zona de mucha vegetación y un pequeño bosque.
El sendero se acaba perdiendo, o confundiendo con otros senderos ganaderos que nos pueden
despistar, por lo que tenemos que tirar directamente hacia abajo por donde más factible veamos, con
intención de buscar el cauce del río.
De esta manera
saldremos a las
camperas de la vega
La Batuda, bañada
por el río, y donde
enlazamos con el
claro y marcado
camino que corre
valle abajo, al que
habíamos hecho
referencia al cruzar el
puente Llamero
El camino, que
ahora es ancho
y sin pérdida
posible, nos
lleva hasta el el el el
puente Los puente Los puente Los puente Los
MiMiMiMinerosnerosnerosneros [C[C[C[Cota ota ota ota
385385385385 m. m. m. m. –––– 17171717::::45454545 h. h. h. h.
---- Km. Km. Km. Km. 11117,7,7,7,5555]]]],
formado por
dos precarios
troncos de ma-
dera forrados
con tapines y
por donde cru-
zamos a la
orilla opuesta.
© Santos J. Álvarez Página - 29
Proseguimos ahora
por la margen iz-
quierda del río,
……..
…….. hasta alcanzar la
majada El Escobiu, donde al
otro lado del río podemos ver
el abandonado y ruinoso
edificio que formaba parte de
las instalaciones de una
central hidroeléctrica.
Parece ser que en los
años 20 del pasado siglo, una
empresa navarra acometió las
obras para instalar una central
hidroeléctrica que inicialmen-
te aprovechara las abundantes
aguas del manantial de Las
Pálvoras, de hecho en
la laderona situada por
detrás aún se pueden
apreciar los restos de
"los machones" de
piedra a los que iba
anclado el tramo final
de tubería por la que
debía caer el agua para
mover la turbina
generadora de electrici-
dad; apreciándose in-
cluso algo más arriba el
referido manantial.
Como ya hemos
comentando con ante-
rioridad, también se
pretendió aprovechar
con la misma finalidad
© Santos J. Álvarez Página - 30
las aguas del Casaño, emprendiéndose las obras que dieron lugar al camino y senda que discurre por
la ladera y tallado en la roca por el que hemos llegado hasta aquí.
No se sabe muy bien si debido a que se terminó el dinero, o al estallido de la Guerra Civil, la
cuestión es que las obras no llegaron a finalizarse quedando a medio terminar, por lo que la central
nunca llegó a funcionar.
Con el paso de los años toda la infraestructura de hierros, tuberías y demás material que llegó
a instalarse, fue poco a poco desmantelándose, concluyéndose al inicio de la década de los años
setenta.
Pasamos junto a las
cabañas de la majada para
poco más allá cruzar
nuevamente el río por el
puente Escobín puente Escobín puente Escobín puente Escobín [C[C[C[Cota ota ota ota 370370370370
m. m. m. m. –––– 18181818::::07070707 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 11118,8,8,8,2222]]]], que
nos devuelve otra vez a la
orilla derecha del río.
Atravesamos por la pradería
de una vega sobre la que se
asienta un pequeño bosque
de castaños, con bonitos y
vetustos ejemplares;
observando también unas
diminutas construcciones de
piedra a modo de "corros",
y que por lo visto se trata de
"cuerrias" cerradas, con
techumbre, con la finalidad
propia y específica de este
tipo de construcciones para
guardar las castañas (con oricios
incluidos). Nunca había visto este tipo de
"cuerrias", y la verdad que me
sorprendieron.
© Santos J. Álvarez Página - 31
Proseguimos la marcha por el sendero que discurre junto al cauce del río, en un cómodo y plácido
caminar que nos lleva nuevamente hasta el cruce de caminos en el PuentPuentPuentPuente Pompedroe Pompedroe Pompedroe Pompedro [C[C[C[Cota ota ota ota 315315315315 m. m. m. m. ––––
18181818::::30303030 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 11119,9,9,9,5555]]]], desde donde solo resta ascender el tramo de camino empedrado para finalizar en la
aldea de La MolinaLa MolinaLa MolinaLa Molina [C[C[C[Cota ota ota ota 360360360360 m. m. m. m. –––– 18181818::::40404040 h. h. h. h. ---- Km. Km. Km. Km. 22220,0,0,0,2222]]]]....
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MAPA GENERAL DEL TRAZADO DEL ITINERARIO DE LA RUTA