leopoldo marechal - pensar y amar la patria

62

Upload: juanjowally

Post on 29-Jun-2015

849 views

Category:

Documents


14 download

DESCRIPTION

En un libro anterior (Generación Argentina de 1940- Grandeza y frustración, Ed. Dunken), centré mi reflexión en esa brillante constelación de argentinos, a la cual perteneció Marechal. En el presente ensayo me propongo profundizar en lo emprendido en aquélla obra, especialmente en el nacionalismo y universalismo cultural de Marechal. Es propicia la oportunidad, en el Bicentenario de la Patria, para emprender este desafío de pensarla en su esencia y existencia, y en este camino el hilo conductor va a ser el pensar poetizante de don Lepoldo, así como su relación con los hombres de su generación-enfoque sincrónico- como también con quienes le precedieron y continuaron-enfoque diacrónico.Digo pensar poetizante; Marechal fué un pensador, no filósofo que connota una cierta profesionalidad y un reconocimiento de los especialistas en su carácter de tal. Pensador en el sentido reivindicado por Martín Heidegger, se trata de un pensar poetizante, en consonancia con los grandes filósofos griegos, la dramaturgia de Esquilo, Sófocles, Euripides y poetas clásicos como Homero, Virgilio y Dante.

TRANSCRIPT

Page 1: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria
Page 2: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria
Page 3: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Wally Juan Waldemar

Diseño e Ilustración de Tapa: Juan José Wally

Autoridades Municipales

Intendente Municipal Dr. José Eseverri

Secretario de Acción Social Eduardo Rodríguez

Subsecretario de Cultura Educación y Turismo Maestro Diego Lurbe

Page 4: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

A la memoria del filósofo y maestro Padre Héctor Mandrioni que me alentó para escribir

este libro.

A la ejemplar docente María Elena Massa de Larregle, con quien compartimos amistad y

la admiración por Leopoldo Marechal.

A mi esposa Lita y a mis hijos.

A mis compañeros del Centro de Estudios del Pensamiento Contemporáneo.

Domingo de Pascua - 23 de marzo de 2008

Page 5: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

INDICE

Prólogo

Introducción

El rescate de la Cautiva

Provincia de la Tierra y el Cielo

El Partido Europeo y el Partido Americano

Marechal y Scalabrini Ortiz

Marechal y el Cristianismo

El Restaurador, el Hombre del Silencio y el Lider

Peronismo y Nacionalismo

La música folclórica y el tango

Page 6: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Introducción

En un libro anterior (Generación Argentina de 1940- Grandeza y frustración, Ed. Dunken),

centré mi reflexión en esa brillante constelación de argentinos, a la cual perteneció

Marechal. En el presente ensayo me propongo profundizar en lo emprendido en aquélla

obra, especialmente en el nacionalismo y universalismo cultural de Marechal. Es propicia

la oportunidad, en el Bicentenario de la Patria, para emprender este desafío de pensarla

en su esencia y existencia, y en este camino el hilo conductor va a ser el pensar

poetizante de don Lepoldo, así como su relación con los hombres de su generación-

enfoque sincrónico- como también con quienes le precedieron y continuaron-enfoque

diacrónico.

Digo pensar poetizante; Marechal fué un pensador, no filósofo que connota una cierta

profesionalidad y un reconocimiento de los especialistas en su carácter de tal. Pensador

en el sentido reivindicado por Martín Heidegger, se trata de un pensar poetizante, en

consonancia con los grandes filósofosgriegos, la dramaturgia de Esquilo, Sófocles,

Euripides y poetas clásicos como Homero, Virgilio y Dante.

Al decir poesía, debe entenderse en el sentido aristotélico, tal como la concebía

Marechal:

Al escribir mi Adán Buenosayres no entendí

salirme de la poesía. Desde muy temprano, y

basándome en la Poética de Aristóteles, me

pareció que todos los géneros literarios eran

y deben ser géneros de la poesía, tanto en lo

épico, lo dramático y lo lírico.

(O. Completas cap. V, p.402)

En mi ensayo anterior decía que la generación de Marechal, la décima de la historia

argentina, no había completado su cometido y que ello significaba una frustración; quiero

aclarar que esto se da principalmente en lo político, ruptura institucional, y en lo

económico-social, reemplazo de un proyecto de liberación nacional por otro de

dependencia colonial; en cambio en lo cultural, más allá de los sacudimientos sísmicos,

en el alma del pueblo argentino hay una resistencia de "los que no tienen voz", en las

voces y acentos de quienes recogen la posta de los abanderados: José Hernández,

Manuel Gálvez, Julio y Rodolfo Irazusta, Ernesto Palacio, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo

Jauretche, Leopoldo Marechal, entre tantos otros, para reconstruir la identidad nacional,

Page 7: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

una vez más en el desierto, según la bella alegoría de Marechal inspirada en el drama de

Martín Fierro.

Le ocurre a las naciones, analógicamente, lo mismo que a las personas en su evolución

psico-somática: son ellas mismas más allá de los innegables cambios temporales y

espaciales, cambios que no excluyen la enfermedad y el riesgo de muerte. Pero así como

las personas pueden construirse y reconstruirse a sí mismas, así es la misión de los

pueblos en pos de su destino.

Page 8: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

1

El rescate de la Cautiva

"El país ha sido enajenado, y la raíz de su

penuria está en su misma enajenación; es

necesario recobrar el país, a todo trance, aquí y

ahora" (L. Marechal, 0.Completas, Tomo V,

p.131)

Leopoldo Marechal es polifacético: poeta, novelista, dramaturgo, ensayista y filósofo;

en este trabajo voy a enfocar el análisis de su obra en su aspecto filosófico, o mejor dicho

la tarea de Marechal como pensador, pues el vocablo "filósofo" connota una determinada

profesionalidad y un reconocimiento de los especialistas en carácter de tal. En cambio el

término "pensador", reivindicado por Martín Heidegger, se ajusta mejor al quehacer

marechaliano, se trata de un "pensar poetizante", en consonancia con los grandes

filósofos griegos, antes y después de Sócrates, con el teatro de Esquilo y Sófocles, poetas

clásicos como Omero, Virgilio y Dante.

Marechal es un pensador de la historia y fundamentalmente de la historia de

nuestra patria. Pensó y amó a la Argentina con intensidad, pasión consonante con el

dolor, así lo expresaba en carta a Eduardo Mallea, uno de sus grandes amigos, en 1938,

a propósito de la publicación de “Historia de una pasión argentina" de Mallea:

Una pasión argentina. Ese vocablo "pasión" usa en tu obra un

sentido literal de "padecimiento". Padecer la Argentina de hoy, llevarla

como una Herida en el costado, tal es tu historia y quizá la de muchos

argentinos (Marechal, O. Completas. Tomo V. pp 289/90).

Dice más adelante Marechal acerca de la Argentina:

Irá levantándose a medida que crezca el numero de los despiertos, entre

los dormidos y el de los sobrios entre los ebrios (Marechal O.

CompletasTomo V, p 290).

Sostiene que nuestro pueblo tiene una misión que cumplir y, proféticamente en 1938, nos habla de una vibración colectiva que desde el dolor ponga en acto todas sus virtualidades:

Page 9: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Solo cuando el país entero vibre y se enaltezca en la unidad

de un solo acorde que sea música de sí mismo y vibración de su alma,

solo entonces nuestro país será una gran provincia de la tierra (Marechal

O. Completas, Tomo V. p 291)

Al igual que otros grandes de su generación como Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo

Jauretche, Ernesto Palacio, los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, entre otros, don

Leopoldo fue un precursor del gran movimiento político-social iniciado el 4 de junio de

1943 y consolidado el 17 de octubre de 1945. Adhiere a este movimiento desde su inicio y

permanece fiel hasta su muerte; en el epígrafe de este capítulo, fragmento de un artículo

publicado en 1947, hace referencia a la enajenación del país y más adelante expresa que

es necesaria su recuperación.

En una conferencia de 1955 sobre los simbolismos del "Martín Fierro", (Marechal O. Completas Tomo V pp. 157/171) dice que esa enajenación se da en los aspectos materiales, morales y espirituales, se trata de una enajenación o extrañamiento que es simultánea al ejercicio de la libertad recién conquistada. Nos habla de "una tentativa de suicidio precoz", iniciado por el ser nacional en la segunda mitad del siglo XIX.

Marechal se adentra en el sentido simbólico de la obra de Hernández, más allá de su valores literarios. Afirma que está en la línea de las grandes epopeyas clásicas, con un mensaje lanzado a lo futuro, insinuando una "profecía" del destino nacional. Martín Fierro es un gaucho, y en él representa Hernández los valores de un pueblo, el gaucho es el gran protagonista de las guerras de la Independencia, luego, en un segundo acto, lo es en las luchas civiles donde se debate el futuro de la Patria; su sangre abona generosamente el suelo argentino. Finalmente, tercer acto del drama, en el momento histórico de la organización del país para la consolidación institucional, ese pueblo (simbolizado en el gaucho) que ha sido el protagonista de su destino, es desplazado por un invasor material y espiritual, que lo obliga a exiliarse en el desierto, que en el simbolismo hernandiano representa, según Marechal, tanto la privación de lo que le pertenece, como la penitencia en el sentido de penar y en el de purificarse con la pena. El extremo del dolor penitencial es la muerte de su amigo Cruz, con quien comparte el exilio. Estando un día tirado en el suelo al lado de la sepultura de Cruz, abrazarse al suelo es su único alivio, oye el llanto de la Cautiva, símbolo de la nación cautiva y martirizada. Fierro rescata a la mujer, con lo que empieza ya el rescate de la Patria.

En oposición a la "legenda negra" del gaucho, que lo representa como nómade, sin apego al trabajo y las leyes, Hernández lo rehabilita ubicándolo en un orden tradicional, integrado en una familia y dedicado al trabajo, propietario de su rancho y su hacienda:

Yo he conocido esta tierra

en que el paisano vivía

Page 10: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

y su ranchito tenía

y sus hijos y mujer...

era una delicia el ver

como pasaba sus días

...

Tuve en mi pago en un tiempo

hijos hacienda y mujer;

pero empecé a padecer,

me echaron a la frontera

Y qué iba a hallar al volver

tan solo hallé la tapera.

Sosegao vivía en mi rancho

como el pájaro en su nido.

Allí mis hijos queridos

iban creciendo a mi lao...

solo queda al desgraciao

lamentar el bien perdido.

...

Y apenas la madrugada

empezaba a coloriar

los pájaros a cantar

y las gallinas a apiarse

era cosa de largarse

cada cual a trabajar.

Este se ata las espuelas

se sale el otro cantando,

uno busca un pellón blando

Page 11: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

éste un lazo, otro un rebenque,

y los pingos, relinchando,

los llaman desde el palenque.

El que era pión domador

enderezaba al corral,

ande estaba el animal

bufidos que se las pela...

y más malo que su aguela

se hacía astilla el bagual…

Y mientras domaban unos,

otros al campo salían,

y la hacienda recogían,

las manadas apuntaban,

y ansí sin sentir pasaban

entretenidos el día.

(José Hernández, Martín Fierro, Biblioteca de la Nación, 2000)

Y agrega Marechal:

Y como el trabajo penitencial da su fruto de alearía, Cuando se lo cumple

frente a Dios con el ánimo limpio y la conciencia justa, Martín fierro

exclama por fin: “Aquello no era trabajo más bien era una junción”... o

"función", en el sentido de pasatiempo agradable. (Marechal. O.

Completas. Tomo V, p 165).

En la segunda parte del Martín Fierro (año 1879) Fierro se encuentra con sus dos hijos, y de sus relatos surge que la situación que obligó a nuestro héroe a exiliarse no ha cambiado, sino que se ha agravado. Al personaje del viejo Vizcacha, lo interpreta simbólicamente Marechal como aquellos que se adaptan al estilo invasor y es más, se hacen sus cómplices.

Hay quienes han interpretado "La vuelta" como una adaptación de José Hernández al nuevo orden de cosas. En la primera parte era un gaucho rebelde, provocador y

Page 12: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

pendenciero. En la segunda parte se trataría del gaucho que quiere "civilizarse" y acatar las leyes. Tal vez en parte es cierto, de hecho no acepta el reto del hijo del moreno asesinado para batirse a duelo (J. Hernández, op. Cit, p. 89). Pero en lo esencial es el mismo gaucho, el mismo pueblo, en otra circunstancia histórica.

He visto rodar la bola

y no se quiere parar;

al fin de tanto rodar

me he decidido a venir

a ver si puedo vivir

y me dejan trabajar

Sé dirigir la mansera

y también echar un pial

sé correr en un rodeo

trabajar en un corral;

me se sentar en un pértigo

lo mesmo que en un bagual.

Y le dice al hijo del moreno:

Mas cada uno ha de tirar

en el yugo en que se vea

yo ya no busco peleas,

las contiendas no me buscan;

pero ni sombras me asustan

ni bultos que se menean.

Fierro no quiere pelea, pero no tiene miedo al desafío, varios se interpusieron entre los eventuales duelistas y Fierro y sus hijos se retiraron del lugar.

Page 13: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Martin Fierro y los muchachos,

evitando la contienda,

montaron y paso a paso

como el que miedo no lleva,

a la costa de un arroyo

llegaron a echar pie a tierra.

(J. Hernández op.cit, p 215)

Atrás quedó el gaucho que se burla del moreno y su compañera, ahora no busca pelea y evita la contienda. Nuestro héroe quiere reinsertarse en la sociedad, pero no ha cambiado en lo fundamental: el rescate de su pueblo. El canto 32 contiene los consejos de Fierro a sus hijos, un rico compendio de moral y ejercicio de las virtudes de valor universal. En el canto 33 está contenido el sentido misional de la obra y el mensaje para su pueblo:

Debe el gaucho tener casa,

escuela, iglesia y derechos.

(J. Hernández op.cit, p 233)

Esto no se cumple, fines de la década del 70 y ya Hernández está comprometido con el Partido Autonomista y el gobierno de Avellaneda, pero advierte que el motivo fundamental de su literatura y de su acción política aun está pendiente. El pueblo argentino sigue enajenado de sus derechos, de los cuales destaca especialmente la propiedad del ámbito del hogar familiar, la educación y el ejercicio de la fe cristiana.

De acuerdo a la interpretación de Marechal, en el canto 33, en la despedida de fierro de sus hijos y de Picardía, hijo de Cruz, se encuentra la clave del Martin fierro; es el momento fundamental del poema.

después, a los cuatro vientos

los cuatro se dirigieron;

una promesa se hicieron

que todos debían cumplir:

más no la puedo decir,

Page 14: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

pues secreto prometieron.

(J. Hernández op.cit, p 222)

Se dirigen a los cuatro puntos cardinales de la patria, se trata de una distribución ordenada que Marechal califica de "misional". La promesa es secreta, sin duda se trata de la misión a cumplir, que para nuestro autor, en su interpretación simbólica, es el recate del ser nacional y su restitución como único protagonista de su destino. La metodología de la acción es el trabajo "por abajo", en el humus auténtico del pueblo.

Más Dios ha de permitir

que esto llegue a mejorar

pero se ha de recordar

para hacer bien el trabajo

que el fuego pa calentar

debe ir siempre por abajo.

(J. Hernández op.cit, p 224)

Page 15: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

2

Provincia de la Tierra y el Cielo

La Patria es un dolor que aun no

tiene bautismo

Yo venía del sur en caballos e

idilios:

La Patria es un dolor que aún no

sabe su nombre"

(L. Marechal, O. completas, Tomo

I, p.303)

Marechal nos habla de la Patria (con mayúscula) la Patria es la que descubre en su niñez y adolescencia en Maipú, en el sur, en el corazón de la pampa húmeda y la provincia de Buenos Aires, en la histórica región del Tuyú. La descubre en el calor familiar, en el paisaje de pampa, cielo y mar, en sabores, novillos y amaneceres, tristezas y atardeceres, en diestros domadores. La Patria no tiene límites precisos, se extiende hasta el horizonte, es hogar que contiene, raíz y savia nutricia, pero es niña aún, no tiene bautismo, no sabe su nombre. La mirada de Marechal se fija amorosamente en ese Martín Fierro que es símbolo del pueblo, en ese gaucho que fue desplazado de su protagonismo histórico y debió refugiarse en el desierto. Pero fundamentalmente su vista apunta hacia la Patria que hay que construir devolviendo al pueblo su protagonismo, no ya en la forma tradicional, en una sociedad pastoril, sino en la Argentina que recibió el fuerte impacto de la modernización y la inmigración en la segunda mitad del siglo XIX.

La Patria es "un temor que ha despertado", "un amor en el umbral", "un peligro que florece", debemos forjar su riñón, sus costillas de barro, su frente de hormigón:

Es urgente poblar su costado de arriba,

soplarle en la nariz el cidón de los dioses:

la Patria debe ser una provincia

de la tierra y del cielo"

(L. Marechal, Heptameron, p. 64)

Page 16: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Y en su Didáctica de la Patria expresa:

El nombre de tu Patria viene de argentum ¡Mira!

que al recibir un nombre se recibe un destino

hazte de plata y espejea el oro

que se da en las alturas

y verdaderamente serás un argentino.

(L. Marechal, Heptameron, p. 69)

La Patria provincia de la tierra y del cielo, más allá del horizonte, de los límites geográficos, se extiende a la tierra toda: universalismo de Marechal, inseparable de la raíz nacional, pero la provincia debe serlo además del cielo, el patriotismo marechaliano no se agota en la inmanencia, trasciende hacia lo alto.

Somos un pueblo de recién venidos

y has de saber que un pueblo se realiza tan sólo

cuando traza la Cruz en su esfera durable

La Cruz tiene dos líneas: cómo las traza un pueblo?

Con la marcha fogosa de sus héroes abajo

(tal es la horizontal)

y la levitación de sus santos arriba

(tal es la vertical de una cruz bien lograda)

(L. Marechal, Heptameron, p.70)

Pero en el mismo nombre de la Patria, Argentina, está la clave de su destino, "argentum" es plata, y como tal debe reflejar el oro de las alturas.

Está claro que el pensar poético de Marechal no reduce la identidad nacional a lo gauchesco, hay en su vasta obra varias referencias irónicas a quienes sí lo hacen, o deformen un sano y necesario tradicionalismo. Ya en 1926 decía:

Las letras rioplatenses, tras un discutible propósito de nacionalismo

literario, están a punto de adquirir dos enfermedades específicas: el

gaucho y el arrabal. Nada habría de objetable en ello si se tratará del

Page 17: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

campesino actual que monta un potro y maneja un Ford con la misma

indiferencia; pero se refiere a ese gaucho estatuable, exaltado por una

mala literatura; a ese superhombre de cartón que, abandonando su pobre

leyenda, quiere hoy erigirse en arquetipo nuestro.

(L. Marechal, O. Completas, T.V, p. 235)

Claro está que en la mala literatura gauchesca no incluye, por ejemplo a José Hernández, Lucio V. Mansilla y Ricardo Güiraldez, como queda claro en otros textos. En lo que respecta a su amigo Ricardo Güiraldes, en 1935, criticando interpretaciones pseudo-sociologicas expresa:

La belleza de don Segundo Sombra está en las cosas que pinta y

en las acciones que narra. Se ha dicho, y con acierto, que la

pampa figura en esa novela con el relieve de un protagonista (...)

Diríase que los paisanos de Güiraldes, al moverse, trabajar y

sufrir, solo persiguen la realización de "un gesto". Cuál? El

gesto antiguo y renovado, el gesto propio del hombre, el gesto

que a la vez confirma su nobleza originaria y su rebajamiento

presente.

(L. Marechal, O. Completas, T.V, p. 263)

De Lucio V. Mansilla, en 1949, decía:

No podría salirme del siglo XIX sin dedicar un recuerdo admirativo a Lucio

V. Mansilla, aquel hombre autóctono y ecuménico a la vez, aquel argentino

que con la misma naturalidad, almorzaba ostras en un café de París o

comía un asado de yegua en la toldería del cacique Mariano Rosas. Con la

misma naturalidad, y como sin darse cuenta, escribió una de las obras más

vivas de nuestra literatura: su Excursión a los indios ranqueles. Para ello le

bastó una sola cosa: la fidelidad. Fidelidad a lo nuestro, y fidelidad a sí

mismo.

(L. Marechal, O. Completas, T.V, p 154)

Con respecto a José Hernández, expresa en genial síntesis:

Page 18: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Hay pueblos que nacen para la grandeza del canto: esa vocación se anuncia

tempranamente, mediante algún hecho libre, dado en el orden de la música. Yo

les aseguro que, en ese orden, todo puede y debe esperarse

del pueblo argentino. Y saben ustedes porqué? Porque José Hernández escribió

el Martin Fierro.

(L. Marechal, O. Completas, T.V, p 153)

Estas citas hablan con claridad que nuestro autor no se cierra en un nacionalismo xenófobo, ni se pierde en ununiversalismo abstracto. No, es raigalmente nacional y vocacionalmente universal, tal como lo eran los escritores señalados. Tuvo una muy clara vocación docente alimentada en las escuelas primarias donde durante varios años desplegó su actividad como maestro, desarrollo en esa línea una intensa actividad para apoyar la investigación folclórica y su difusión; pero no cae en el "folclorismo", de acuerdo a lo analizado anteriormente en su crítica el "criollismo" o sería mejor decir al "gauchismo". En una conferencia de 1949 (-O. Completas, T.V, pp.143/156) hace referencia a una reunión donde participaba el músico Igor Stravinsky; alguien le preguntó por el folklore, y él respondió: "ya está hecho". Marechal abona esta breve y certera definición y agrega que así como lo folklórico ya está hecho, y solo tiene una vigencia local, el arte es un quehacer perpetuo que busca las vigencias universales. Lo ejemplifica con la misma obra de Stravinsky:

Pocos artistas han utilizado tan insistentemente como él las melodías folklóricas

de su pueblo y les han dado tanta universalidad, justamente por la virtud

ecuménica de su arte.

(L. Marechal, O.Completas T.V, p 148)

Respecto al folklore nos habla de tres operaciones a realizar:

1) Rescatar del olvido las tradiciones nacionales, y estudiarlas y

certificarlas en su autenticidad (Obra del investigador)

2) Devolver al pueblo esas tradiciones, si es que perdieron su vigencia

(obra del educador y del difusor)

3) Exaltarlas, por el arte, al plano universal de lo trascendente

(obra del creador)

(L. Marechal, O. Completas, T.V, p 148)

Page 19: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

El pensamiento y el decir poético de Marechal, así como su compromiso de educador, trasciende en forma permanente desde lo particular a lo universal, desde lo nacional, "provincia de la tierra" a la "provincia del cielo". Así lo testimonia Juan Oscar Ponferrada:

Así era Marechal. Un paciente impaciente de la patria. Un avizorador de

la tierra en el cielo y del cielo en la tierra. Por eso no tardó en reconocer

la patria en su pueblo: el de la ciudad que tanto amó y el de aquel campo

sur que tanto recordó con briosa nostalgia. No encandilado pon el

folklorismo sino impregnado a fondo de las esencias del saber popular y

el sentir nacional, supo dar en sus versos y en su prosa la riqueza

esencial del lenguaje argentino que en él se vuelve clásico.

(Graciela Maturo, Marechal, El Camino de la belleza, p 289)

En su "Megafón o la guerra", decribe la doble batalla terrestre y celeste que es necesario emprender para el rescate y realización de la Patria. En el introito de la novela menciona el tercer encuentro del autor con Megafón, quien le cuenta de sus andanzas a lo largo de trece años:

Había trabajado en las zafras de Tucumán, en los algodonales del

Chaco, en las vendimias de Cuyo, en los yacimientos petrolíferos de

Comodoro Rivadavia, en las cosechas de Santa Fe y en las ganaderías de

Buenos Aires.

(L. Marechal, Megafón o la guerra, pp 10/11 )

A través de esa experiencia había sintetizado una conciencia viva del país y sus hombres, también había frecuentado una "salamanca" de Santiago del Estero, a una legua de Atamisqui, Megafón se aprestaba ahora a cruzar el mar pues "necesitaba universalizar ahora lo qué ya sabía de su tierra y su pueblo" ( Megafón, p.11).

Page 20: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

3

El partido americano y el partido europeo

''Una lanza española y un cordaje francés

riman este poema de mi sangre"

("Heptameron"- p.60)

El tema de la identidad argentina vuelve recurrentemente en la literatura, el periodismo o en la conversación cotidiana. Un extremo es el socorrido "Los argentinos descendemos de los barcos", otro el "gauchismo" y hasta el indigenismo. Para Marechal el gaucho es el símbolo, especialmente en el "Martín Fierro", del ser nacional extrañado en su propia tierra, si bien en diversos textos nos previene contra los excesos en su apología. En pasajes de "Adán Buenos-Ayres" encontramos la clave de la posición del autor al respecto: en una muy amena reunión familiar en lo de los Amundsen, el grupo de amigos que integra Adán entabla entre ellos y con Mr.Chisholm un acalorado debate. Los "criollistas"(Bernini, del Solar, Pereda) exaltan la tradición nacional, criolla, y condenan la ola extranjera que nos ha invadido desvirtuando nuestra cultura. Samuel Tesler los contradice hablando de "pavadas criollistas". A su turno Adán Buenos Ayres (que refleja la posición de Marechal) dice textualmente: "No pudiendo solidarizarme con la realidad que hoy vive el país, estoy solo e inmóvil: soy un argentino en esperanza. Eso en lo que se refiere al país. En cuanto a mí mismo, la cosa varía: si al llegar a esta tierra mis abuelos cortaron el hilo de su tradición y destruyeron su tabla de valores, a mí me toca reanudar ese hilo y reconstruirme según los valores de mi raza. En eso ando. Y me parece que cuando todos hagan lo mismo, el país tendrá una forma espiritual" (Adán Buenos Ayres p. 144). Ante la afirmación de del Solar que el país es una factoría, tercia Mr.Chisholm para exaltar el papel de Inglaterra en nuestro progreso. Allí reacciona el grupo de amigos al unísono: Bernini retruca diciendo que Inglaterra es el enemigo y a su vez Adán afirma que “esos bárbaros envueltos en elegantes casimires pretenden civilizar a hombres que tienen cuarenta siglos de metafísica en la sangre!” (Adán Buenos Ayres p.145). Queda en claro entonces que Marechal en su "Adán Buenos Ayres" revaloriza la pertenencia a una tradición occidental, no sajona, encarnada en un "aquí y ahora". "Alighieri, Cervantes y Shakespeare son tan míos como podrían serlo de un italiano, un español y un inglés" (Marechal O. Completas, Tomo V, Carta a Dell' Oro p.321), agregando que esa heredad occidental legítima debe ser cultivada con nuestros cuerpos y almas de americanos. Domingo Faustino Sarmiento en su "Facundo", plantea el dilema argentino en un momento crucial de su historia, como la disyuntiva entre Civilización o Barbarie, donde la primera se identificaba con lo europeo, especialmente Inglaterra y Francia, y la segunda con lo nuestro original, especialmente laherencia española y católica, y concretamente el gaucho. En un significativo párrafo de la Introducción del "Facundo", Sarmiento cita a Guizot, el eminente historiador francés cuando manifiesta que en América hay dos partidos: el Europeo y el Americano, y que este último es el más fuerte, criticando

Page 21: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

también al gobierno francés por su intervención en el Río de la Plata en tiempos de Rosas. Más adelante dice el sanjuanino:

Y el tirano de la República Argentina se encarga oficiosamente de

completarles la frase, añadiendo: "Traidores a la causa americana!".

¡Cierto!, dicen todos, traidores, ésta es la palabra. ¡Cierto!, decimos

nosotros; ¡traidores a la causa americana española, absolutista,

bárbara! ¿No habéis oído la palabra salvaje, que anda revoloteando

sobre nuestras cabezas? De eso se trata; de ser o no ser salvaje. ¿Rosas,

según ésto, no es un hecho aislado, una aberración, una monstruosidad?

Es por el contrario, una manifestación social; es una fórmula de una

manera de ser de un pueblo.

(D. F. Sarmiento, Facundo, p.30).

Jorge Luis Borges, en el prólogo de la edición de "Facundo" consultada, escrito en 1974, afirma que la disyuntiva civilización o barbarie es aplicable para entender el proceso entero de nuestra Historia; “…el Facundo es aún la mejor historia argentina” (Sarmiento, Facundo, p. 11). Borges menciona a los gauchos como pastores ecuestres, que aquí, en el sur de Brasil y en las cuchillas del Uruguay, fueron llamados gauchos. Agrega que no eran un tipo étnico, por sus venas podía o no correr sangre india. Eran gente rudimentaria, a los que les faltaba el sentimiento de patria. Al final del prólogo dice:

"Diré que si lo hubiéramos canonizado como nuestro libro ejemplar, otra

sería nuestra historia y mejor" (Sarmiento, Facundo, p.17).

Queda muy claro en Borges, al igual que en otros textos suyos, la minimización del valor del "Martín Fierro" y la exaltación del "Facundo". Dos modos opuestos de valorar la Patria e interpretarla. Es oportuno aquí el sagaz análisis de Nimio de Anquín, eminente pensador cordobés, de la misma generación de Borges y Marechal. En un discurso del año 1966 ( Revista "Jauja" Enero 1967-p.l5.-), sostiene que el término "bárbaro", lo aplicaban los clásicos para denominar a los extranjeros no a los compatriotas. En Sarmiento y Borges, y en toda una corriente que recorre la historia argentina, el bárbaro es el nacido en esta tierra, especialmente el gaucho, el habitante rural, que abonó con su sangre el nacimiento de la Patria y todas las guerras de la Independencia. Dice Borges textualmente:

"El gaucho ha sido reemplazado por colonos y obreros; la barbarie no

solo está en el campo sino en la plebe de de las grandes ciudades y el

demagogo cumple la función del antiguo caudillo, que era también un

demagogo" (Sarmiento, Facundo, p. 11).

El pensamiento de Marechal está en las antípodas del de Borges, así como el de José Hernández lo estaba del de Sarmiento. Al mencionar a Borges, es oportuno señalar la íntima vinculación que mantuvo con

Page 22: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Marechal. Ambos compartieron la redacción de "Proa", revista literaria, donde también colaboraba Ricardo Güiraldes. Con posterioridad asumieron la responsabilidad de la revista "Martín Fierro" (1924), donde ambos se encontron con otros jóvenes, como el mismo Guiraldes, Macedonio Fernández, Oliverio Girondo, Jorge Luis Bernárdez, Xul Solar, entre otros. En 1925, en la época de la revista "Martín Fierro", Marechal comenta un libro de poemas de Borges, al que califica de "…magnífico regalo de belleza que nos hace"(Marechal, O. Completas, p ); analiza, saboreando, algunos pasajes de esos poemas:

"Quiero el tiempo allanado;

El tiempo con baldíos de ansias y no hacer nada.

Quiero el tiempo hecho plaza,

No el día picaneado por los relojes yanquis;

Sino el día que miden despacito los mates"

...

"He visto un arrabal infinito donde se cumple una

insaciable inmortalidad de ponientes"

Marechal hace referencia al aspecto más interesante y promisor del Borges poeta: un criollismo nuevo y personal, un modo de sentir que ya estaba en nosotros y que nadie había tratado.

Pampa: yo te oigo en las mañeras guitarras sentenciosas

y en los alto benteveos y el ruido cansado

de los carros de pasto que vienen del verano.

(Marechal O. Completas, T. V pp. 412 - 414)

¡Un Borges Criollista!, así lo representa también, simbólicamente, en "Adán Buenos Ayres". Pero la publicación de este último libro, como sus respectivas opciones políticas, los alejará. Pero sin duda, lo más profundo, los modos de pensar y sentir a la Patria. Borges opta por la "Civilización" como Sarmiento, sinónimo del Progreso (con mayúscula) vinculado al proceso de la modernidad, impulsada por las ideas que venían de Francia y la revolución científico-tecnológica del mundo anglosajón. Marechal opta por la Cultura, brevemente definida por Sarmiento en un párrafo anteriormente citado: "…manera de ser de un pueblo" (Sarmiento, Facundo, p. 130), que Rosas manifestaba. Cultura que según el filósofo Alemán Ernst Cassirer, consiste en un conjunto de símbolos, los principales son: lengua, religión, arte y mito.

Page 23: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Por su parte Paul Ricoeur distingue entre civilización universal y culturas nacionales. Los valores que integran la cultura constan de tres capas, de diverso nivel de profundidad: las costumbres, las instituciones y lo que él denomina núcleo central ético – mítico:

Las imágenes y los símblolos constituyen lo que podríamos denominar el

soñar despierto de un grupo histórico. En este sentido hablo del núcleo

ético-mítico que constituye el fondo cultural de un pueblo

(Paul Ricoeur. Historia y verdad, p 259)

Con respecto a la distinción entre civilización y cultura manifiesta:

Existen dos maneras para la humanidad de atravesar el tiempo: la

civilización desarrolla un cierto sentido de tiempo, hecho a base de

acumulación y progreso, mientras que la forma con que un pueblo

desarrolla su cultura se basa en la ley de la fidelidad y la creación: una

cultura muere cuando no se renueva ni se re-crea; es preciso que surja un

escritor, un pensador, un sabio, un espiritual, para que relance la cultura

y la meta de nuevo en una aventura y en un riesgo total…El problema

está en no repetir simplemente el pasado, sino en arraigarse en él para

inventar sin cesar.

(Paul Ricoeur. Historia y verdad, pp 260 – 261)

Marechal era nieto de francés por parte de padre y de vasco-español por parte de madre, de allí lo de "Una lanza española y un cordaje francés riman este postema de mi Sangre" del epígrafe. Pero allá en el Sur, en Maipú, en la pampa inmensa y los trabajos y los días de sus hombres, descubrirá a la Patria:

¿Qué harían en el Sur y en su empresa de toros

un cordaje perdido y una lanza en destierro?

Con la virtud erecta de la lanza

yo aprendí a gobernar los rebaños furiosos;

con el desvelo puro del cordaje

yo descubrí la Patria y su inocencia.

(Marechal, Heptameron- p.60).

En un lúcido ensayo sobre la Argentina, el historiador norteamericano Nicolás Shumway, analiza desde los orígenes, las dos corrientes culturales que la atraviesan y la dividen a menudo en bandos irreconciliables. Nos habla de "ficciones orientadoras", en el sentido

Page 24: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

de creencias o mitos, necesarias para la identidad de un pueblo, que se dan en cualquier ámbito geográfico (no solo en el nuestro). Esas ficciones son denominadas por Shumway, una como "liberal" y otra como "nacionalista". La primera ficción “…liberal, elitista , centrada en Buenos Aires y en las clases altas cultas que promueven el éxito mediante la imitación de Europa y los Estados Unidos al tiempo que denigran la herencia española, las tradiciones populares y las masas mestizas" (N. Shumway. La invención de la Argentina p. 233). Ubica en esa línea a Mariano Moreno, Bernardino Rivadavia, Domingo F. Sarmiento y Bartolomé Mitre. La otra ficción la nacionalista, la describe así:

"La otra corriente de pensamiento, que exponemos ahora, es una

tendencia (o más de una) ideológicamente confusa, mal definida, a

menudo contradictoria, que en ocasiones fue populista (en caudillos como

Artigas y Güemez), reaccionaria (en el clero conservador y Rosas),

nativista (en la gauchesca de Bartolomé Hidalgo) o genuinamente

federalista y progresista (en Urquiza y el último Alberdi)".

(N. Shumway. La invención de la Argentina P.233)

Ubica asimismo como "populistas" a Santiago de Liniers y Cornelio Saavedra (p.37) Cabe señalar que Shumway utiliza el término "populista" no en sentido peyorativo, como sinónimo de demagogia, sino como tendencia que ubica al pueblo, concretamente al pueblo criollo, como referente supremo de su pensar y accionar. Es interesante además señalar, que esa línea nacional, que pasa por José Hernández, con referencias a Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jaureteche y Leopoldo Marechal entre otros, llega hasta el Peronismo:

En el siglo XX, una élite cosmopolita centrada en Buenos Aires tomaría el

lugar de los morenistas; serían partidarios de palabra de la democracia,

y realizarían todos los gestos de la democracia pluralista, aunque por

debajo su vieja suspicacia ante las clases bajas los llevaría una y otra vez

a apoyar el autoritarismo, en ocasiones uno tan brutal como el que

recomendó Moreno en el Plan. Al otro lado de la falla, los obreros

industriales y los inmigrantes reemplazarían a los gauchos en los

movimientos populistas. Líderes mesiánicos como Juan Domingo Perón y

su esposa Eva Duarte reemplazarían a los caudillos personalistas

(N. Shumway. La invención de la Argentina P.63)

Juan Carlos Scannone S.J. cita a Marechal en su trabajo sobre el "Martín Fierro", donde hace referencia a que la obra es un grito de alerta, un acusar el golpe nacido espontáneamente del ser nacional, en su pulpa viva y lacerada, en el pueblo mismo, cuando este es traicionado (J. C. Scannone, Nuevo punto de partida de la filosofía latinoamericana, pp. l8l - l82). Afirma Scannone que la categoría "mestizaje cultural" es fecunda para interpretar nuestro "nosotros ético - histórico",es decir nuestra cultura, nuestra identidad nacional. Agrega que entiende cultura no como "cultura ilustrada", sino en el sencido del hetos cultural de un pueblo, es decir "su modo peculiar de habitar en el mundo, de relacionarse con la naturaleza, con los demás nombres y pueblos, y con Dios” (Scannone, p.172.). Un pueblo puede no tener un alto grado de civilización y técnica, pero

Page 25: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

no por ello deja de ser culto, en el sentido de poseer un estilo de vida qué implica un sentido de la vida y de la muerte. (Scannone, pp.172 - 173). Esta categoría de mestizaje cultural es fecunda, dice Scannone, para interpretar filosóficamente el origen, historia y proyecto de varios pueblos latinoamericanos, entre ellos el argentino. El mestizaje cultural es fruto del entrecruzamiento de dos dialécticas: la dialéctica hombre-mujer, de encuentro entre hombres, pueblos y culturas en relación de fraternidad, y la dialéctica señor- esclavo, de conflicto en relación de dominación. La prioridad ética y ontológica corresponde a la relación hombre-mujer, sin desconocer la de amo-esclavo, y así lo entiende el pueblo latinoamericano en un símbolo como el de la Virgen de Guadalupe, que extiende a todo el continente, o el Tinkunaco (que en lengua quechua significa "encuentro") fiesta popular de nuestra La Rioja. La fuerza de la cultura criolla argentina, despreciada como barbarie, acriolló, es decir mestizó, los valores emancipatorios de las élites ilustradas, luego asimismo lo hizo con otros valores ilustrados como "escuela", "constitución", "libertades públicas", que se había usado ideológicamente para hostigar el hetos cultural criollo. Así como asimiló con fecundidad los aportes culturales de los inmigrantes. Valoriza nuestro autor los aportes del Irigoyenismo y el Peronismo en ese quehacer histórico, a pesar de sus limitaciones y ambiguedades. (Ver cita Scannone).

Page 26: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

4

Marechal y Scalabrini Ortiz

Pero algo le faltaba a la calle: una metafísica; y

Raúl Scalabrini Ortiz se la dio, en la figura casi

mítica de aquel hombre de Esmeralda y

Corrientes que parado en la esquina famosa era

símbolo del ser “que está solo y espera"

(Marechal, Obras completas T. II, p.317.)

Marechal, al escribir la historia de la calle Corrientes (Tomo II - p.317), rememora la floración literaria en el sótano del Café "Royal Keller" a partir del año 1927, cuando se produce su encuentro con Raúl Scalabrini Ortiz. La amistad y las inquietudes comunes los une a lo largo de los años, ambos adhieren al peronismo naciente entre 1943 y 1945, y retoman las grandes banderas del Justicialismo en 1955; tienen alto valor simbólico las palabras dirigidas por Scalabrini a Marechal pocos días después de la caída de Perón: "Hay que empezar a hacer todo de nuevo. Todo otra vez" (Norberto Galasso, Raul Scalabrini Ortiz y la lucha contra la dominación inglesa; Ed. pp.98/99). En "Adán Buenosayres" Marechal representa simbólicamente a varios de sus amigos "martinfierristas, entre ellos a Scalabrini, el "petiso Bernini", a quien representa como un apasionado criollista, denunciador del imperialismo inglés. En un pasaje de la obra mencionada dice Bernini:

"El país no necesita buscar el alma en el extranjero -anunció al fin-

Hay alguien que se la dará, y sin pedírsela. ¿Quién?, le preguntó Adán:

¡El espíritu de la Tierra!

(L. Marechal, Adán Buenos Aires, p 144).

El espíritu de la tierra...con la fuerza de la síntesis poética, Scalabrini expresa una definición de "este hombre gigantesco" que "es inaccesible para nuestra inteligencia. No nos une a el mas cuerda vital que el sentimiento" (Raúl Scalabrini Ortiz, El hombre que está solo y espera, p.19). Manifiesta que este Espíritu de la Tierra:

Es un arquetipo enorme que se nutrio y creció con el aporte

inmigratorio, devorando y asimilando millones de españoles, de italianos;

de ingleses, de franceses, sin dejar nunca de ser idéntico a sí mismo, así

Page 27: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

como usted no cambia por mucho que ingiera, trozos de cerdo, costillas

de ternera o pechugas de pollo. (...) Solamente la muchedumbre innúmera

se le parece un poco. Cada vez más, cuanto más son.

(S, Ortiz, p.19)

Se trata, ni más ni menos, que la identidad nacional, el ser de la Patria, criollo, culturalmente mestizo. Para descubrirla el autor crea en su fecunda fantasía un prototipo: el hombre de Corrientes y Esmeralda, una partícula de Buenos Aires, pero en quien está presente la Argentina toda:

El hombre de Corrientes y Esmeralda es un ente ubicuo: es el hombre de

las muchedumbres (...) es el vértice en que el torbellino de la argentinidad

se precipita en su más sojuzgador frenesí espiritual (...) El hombre de

Corrientes y Esmeralda esta en el centro de la cuenca

hidrográfica,comercial, sentimental y espiritual que se llama Republica

Argentina.

(S, Ortis. pp.34 - 35).

El hijo de inmigrante no es descendiente de su progenitor, salvo en su fisiología, no, es hijo de la tierra. Nos habla Scalabrini de la maravillosa digestión de cuatro millones de italianos:

cuyos años postrimeros vivimos, no han dejado más remanente que sus

apellidos y unos veinte italianismos en el lenguaje popular, todos muy

desmonetizados.

(S. Ortiz, p.39).

Esto lo expresaba el autor alrededor de 1930. Nos dice que Buenos Aires estuvo a punto de europeizarse ante la avalancha inmigratoria, de quedar segregada de la pampa que la nutria, pero no fué asi:

La ciudad llamada versátil desenvolvía su voluntad implacable, y en

treinta años pasmosos y crueles enderezó el derrotero por la que la había

desviado la pujanza de la horda inmigratoria (S. Ortiz. p.48)

Scalabrini analiza a quienes desde fines del siglo XIX, con una férrea creencia en el progreso y la ciencia, se aliaron al capital extranjero, fomentaron la inmigración europea,

Page 28: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

tendieron ferrocarriles, construyeron puertos, colonizaron, pero: "En esas procuraciones se atarearon y desatendieron el espíritu del pais" (S. Ortiz. p.55).

José María Rosa en el prologo de "El nombre que está solo y espera" de junio de 1964 expresa que "Adán Buenos Aires es Raúl Scalabrini Ortiz"(p.15), el hombre de Corrientes y Esmeralda, hombre de la clase media argentina que ha despertado al sentimiento de nacionalidad; es un multígeno, producto del entrechoque de muchas razas, pero de ninguna manera un híbrido.

Adan Buenos Aires, hijo posiblemente de gringos traídos por Alberdi y

alumno seguramente de la escuela de Sarmiento, pero que pisa esta tierra

y se siente impregnado del espíritu que puede más que la sangre o la

educación"

(S. Ortiz. p.14).

Curiosamente José María Rosa no menciona a Marechal, pero sí a su Adán Buenos Aires, lo que nos da un hilo conductor para pasar al análisis comparativo entre ambos amigos, apasionados buscadores del alma de la Patria. En consonancia con la poética scalabriniana sobre la fuerza de la tierra y el descubrimiento su espíritu, descuidado todo ello por quienes solo atienden a los aspectos materiales del progreso, dice bellamente Marechal:

La Patria era una niña de voz y pies desnudos.

Yo la vi talonear los caballos frisones

en tiempo de labranza,

o dirigir los carros graciosos del estío,

con las piernas al sol y el idioma en el aire.

(Los hombres de mi estirpe no la vieron:

sus ojos de aritmética buscaban

el tamaño y el peso de la fruta.)

La Patria era un retozo de niñez

en el Sur aventado, en la llanura

tamborileante de ganaaerías.

Yo la vi junto al fuego de las hierras:

estampaba su risa en los novillos;

Page 29: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

o junto al universo de los esquiladores,

cosechando el vellón en las ovejas

y la copla en las dulces guitarras de setiembre,

(No la vieron los hombres de mi clan:

sus ojos verticales se perdían

en las cotizaciones del Mercado de Lanas.

(M. Marechal. Heptamerón. pp 60/61)

En "Megafón o la guerra", nos habla a partir del retrato de Gregoria Igarzábal (hija de un Coronel). Gregoria "estuvo en la frontera exacta de una posibilidad" (Megafón, p.l53). La posibilidad era desde el ejemplo de los mayores que habían ofrecido su vida en las luchas por la independencia y la soberanía de la Patria, llevar adelante el patriciado que se formó en las batallas. "Una línea de patricios que sabe conducir a un pueblo según el orden celeste y terrestre" (Megafón, P.156). Pero ese Patriciado degeneró en una Oligarquía.

El Patriciado entró en un complejo de inferioridad ante los estilos ajenos

que lo llevó a desertar el suyo y a entregarse a una parodia ridicula de

todo lo foráneo"

(Megafón. p.156).

Megafón habla de dos grandes batallas, una terretre y otra celeste, que hay que librar en Buenos Aires. Buenos Aires destruye pero también reconstruye, asegura que los porteños están en minoría y que:

"Buenos Aires es por ahora y no sé hasta cuando el único centro de

universalización que tiene la República".

(Megafón. P.89)

Se trata de la universalización de las esencias nacionales, Buenos Aires es el centro desde donde la nación se mira en unidad, se universaliza y trasciende.

Page 30: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

5

Marechal y el cristianismo

"Por aquéllos años, en los Cursos de Cultura

Católica y en las reuniones del Convivio que

gobernaba con alegres teologías el inolvidable

César Pico, fui conociendo a los jóvenes

nacionalistas qué orientaban a lo político sus

vocaciones"

(L. Marechal O. Completas, T.V, p. 385)

Cuenta Marechal que en su segundo viaje a París en 1929 abordó el estudio ordenado de las epopeyas clásicas, la lectura de platón y Aristóteles, en su relación con San Agustín y Santo Tomás de Aquino, lo que originó una crisis espiritual que dio a su existencia una orientación definitiva (O. Completas T.V p.335). Los versos de "Laberinto de amor" es el primer fruto de esa crisis espiritual; su inseparable amigo Francisco Luis Bernárdez sufre una crisis similar, que se manifiesta de su poema "Buque (O. Completas T.V p.335). Marechal se reencuentra con el Cristianismo, y a su regreso a la Argentina se integra en los Cursos de Cultura Católica. Marcelo Sánchez Sorondo testimonia la amistad de Marechal y Bernárdez y le pertenencia a los Cursos:

Nos habíamos conocido (con Bernárdez) en las postrimerías de la década

del 30 en las tertulias de la librería de Enrique Lagos en cuyos anaqueles

se apilaban en el subsuelo próximo a la entrada de la amplia casona de la

calle Reconquista donde tenían su sede los Cursos de Cultura Católica

(..) Francisco Luis Bernárdez y Leopoldo Marechal que reinaban con

idéntico esplendor en el Olimpo de las letras eran por entonces amigos

inseparables.

(G. Maturo, El camino de la belleza, p.291).

Tras la reunión en los Cursos solían dirigirse los tres -Sanchez Sorondo y los dos poetas- a un bodegón: "La corneta del cazador": allí en amable tertulia:

"Y mientras Marechal con su cabeza leonina, su pipa soñadora y su

mirada en lontananza, optaba por el mutismo complaciente, Paco

Bernárdez con su voz desnuda, casi metálica, que se prestaba al

sarcasmo, referia anécdotas chispeantes"

(G. Maturo, p.291).

Page 31: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

A su vez Máximo Etchecopar dice que comenzóa frecuentar a Marechal entre 1934 en los Cursos de Cultura Católica y que solía concurrir a las tertulias de "La corneta del cazador". (G. Maturo-p.290)

Los Cursos de Cultura Católica fueron iniciados por un grupo de jóvenes laicos en 1922 con el propósito de cultivar las principales disciplinas que integran la doctrina católica. El documento inicial fué formado por Rafael Ayerza, Juan Antonio Bourdieu, Tomás D.Casares, Atilio Dell’ Oro Maini, Faustino J.Legón, Samuel W.Medrano, Uriel O'Farr, Octavio Pico Estrada y Eduardo Saubidet Bilbao. Tomás Casares manifestaba en un texto que los Cursos habían nacido ante la conciencia de muchos católicos del divorcio existente entre fe e inteligencia. Los cursos se extendieron hasta 1947 y fueron el antecedente para la creación UCA/59. Al comienzo se desarrollaron cursos de Filosofía, Historia de ia iglesia y de Sagradas Escrituras. Recibieron a ilustrees visitantes; fundaron un departamento de folclore, Una escuela de filosofía, se organizó una biblioteca, una librería. También los ejercicios y retiros espirituales, como los predicados por Don Orione (hoy San Luis Orione). En el aspecto social fundaron la Conferencia Vicentina de los Cursos. La revista "Criterio" fue fundada en 1928 por la mayoría de los iniciadores de los Cursos y su primer Director fue Atilio Dell’ Oro Maini; la revista oficial fué la revista "Ortodoxia", en esta revista se publicaron colaboraciones de Marechal como "Recuerdo y meditación de Berceo" (O. Completas, Tomo V- p.117). Los grandes animadores de los Cursos fueron Tomás Casares, Atilio Dell’ Oro Maini y César Pico. Los dos primeros compartieron la dirección durante varios años y Pico ejerció su magisterio en el Convivio. Tomas Casares, al igual que Marechal, adhirió al Peronismo naciente, fue el único integrante de la Suprema Corte de Justicia que no fue removido de su cargó y ejerció sus funciones hasta 1955, ejerciendo la presidencia entre 1947 y 1949. Casares, en su carácter de Ministro de la Corte, fué quien elaboró la jurisprudencia que otorgaba prevalencia a la justicia del bien común de acuerdo a la reforma constitucional de 1949 (J.Wall, Generación de 1940, pp.36/37). El Padre Leonardo Castellani, su amigo, quizá el intelectual más destacado que haya dado la Iglesia Católica en la Argentina, según el testimonio de su discípulo Padre Héctor Mandrioni, le expresa en una carta:

"Me había hecho un deber de pagarle a Vd. y al Prof. Arizaga la vista de

Barcelona; y me había proyectado un placer de hablar con Vd. acerca de

su admirable libro "Adán Buenosayres" y mil otras cosas; pero los azares

de este tiempo, mala salud y una orden precipitada de marcha a Salta me

lo impiden...por ahora; puesto que espero bajar dentro de un mes y darme

ese gusto. Su

libro me ha confirmado con fuerza en que Vd. es un gran poeta. Tiene el

don de la fuerza, la más alta cualidad literaria, un empujé épico. Por eso

mismo provoca en algunos tan fuertes resistencias, negativo de la

admiración que suscita en otros. Su descenso a los infiernos bonaerenses

es muy superior al de Quevedo, y es profundamente original. En fin, le

aseguro que con él he gozado y he aprendido mucho"

(Carta de L.Castellani. a L.Marechal del 1/11/49- Gentileza de María de

los Angeles Marechal).

Page 32: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

La carta es de 1949; Castellani y Marechal compartieron su pertenencia a los Cursos de 1940). Como lo testimonia Graciela Maturo, los textos bíblicos fueron una de las grandes fuentes de nuestro autor. Hay varios que fueron permanentemente releídos: el Génesis, el Cantar de los cantares de Salomón, los evangelios y el Apocalipsis de San Juan. Adán es el primer hombre, pero también el primer poeta, el que pone nombre a las cosas; para Marechal es un arquetipo, la elección del nombre de Adan Buenos Ayres y el rol que le asigna en su obra así lo demuestra. Dice Maturo que las citas bíblicas no son puntuales, sino referencias a veces remitidas a su fuente y otras asimiladas en el propio discurso. El Apocalipsis tiene gran relevancia en el banquete de Severo Arcángelo", su segunda gran novela. Dante Aliguieri, el gran poeta florentino, es quien protagoniza la íntima relación entre el humanismo antiguo y la doctrina cristiana. Marechal fué un estudioso y admirador de Dante, y muchos de sus conceptos, figuras y situaciones simbólicas relacionan su obra con la del florentino.(ver, G.Maturo-pp.218/230). Es muy vasta y rica la presencia de la fé Cristiana de Marechal en su poética, pero bastará con algunas muestras. El cuarto día de su Heptameron, lo dedica a El Cristo (pp.105/118). Ubicándose en la Edad de Hierro, en la Argentina simbolizada por la plata de su nombre dice Cultura Católica. Es de destacar además que ambos, al igual que Casares, Dell Oro Maini y Pico, como también Bernárdez, Borges y Scalabrini Ortiz, pertenecieron a la brillante generación X (la de los nacídos entre 1888 y 1902) (Ver J.Wally. Generación Argentina de:

Habitante del hierro y en témporas de hierro,

yo busco el oro que vuelve

sobre llanuras de plata

fundida ya siete veces.

(Heptameron p. 105)

Llama a Cristo el Adan segundo y a María la Eva segunda. En el canto 18 Cristo comparece ante Pilatos:

Después bajo sus telas imperiales,

El Hombre que se Lava la Manos le pregunta:

“¿Qué cosa es la Verdad?”

Y la mira de frente y no la ve,

preguntador de hierro bajo sus ropas claras.

Al silbo amoroso del viento

se oponen orejas de hierro,

y el Cristo es el oro que vuelve

pisando llanuras de plata

Page 33: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Cristo resucita y su madre no lo encuentra en la tumba:

Su madre lo buscaba entre las tumbas:

no lo encontró aleluya!

¡Y adiós hermano en plata o en retorno

Llora, si quieres, por el Cristo roto:

besa la flor caliente de sus llagas ahora!

Yo, Leopoldo el redento, preví la gran astucia

y el teorema celeste que nos fue demostrado

por la obediencia de la Rosa,

por las dos fases del Cordero,

Y oye lo que te digo, hermano en plata:

no volveré a llorar junto a la Cruz.

Si Cristo es Oro en referencia a la Edad de Oro, en que el hombre:

"tenía una inteligencia sublime y no estaba sometido a necesidades

groseras, debió cumplir un solo trabajo: le contemplación de la Unidad

en las criaturas y de las criaturas en la Unidad. ¿Para qué demonios iba

él a construir monumentos, acueductos o water-closets?" (...) "La acción

vendría después, en etapas inferiores, hasta culminar en esta Edad de

Hierro que ahora vivimos y que tiende a oponer la "acción pura" del

hombre de hierro a la "contemplación pura" del hombre de oro." (Adán-

p.128)

Interpreto que la Rosa obediente es Santa Rosa de Lima a quien Marechal dedicó un bello ensayo: Vida de Santa Rosa de Lima" (Ed. Castañeda- 1977). En un poema de 1940, "Cantilena de Santa Rosa de Lima", recogemos los últimos versos:

Cuando murió llamaron todas

las campanas del aire a "bodas.

y ángeles dábanle cortejo

desde Lima, la suave, al cielo

Page 34: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Y a Rosa va nuestra

para que por su intercesión

Cristo nos dé su paz ahora,

y después de morir la Gloria

de sus moradas.

(O. Completas, Tomo I, p 233)

El sexto día del Heptameron lo dedica Marechal a La Erótica, y en el canto nro. 30 expresa bellamente, en pasajes donde late la Esperanza:

Laus Deo in excelsis canta la ultima estrofa.

Yo tuve dos encuentros con Amor: en Maipú y a la hora de atizar los caballos,

y en el Tuyú, junto a la mar desnuda.

Por el tercer encuentro

se desvela mi alma

(Heptameron p 184).

La Patria de Marechal es la terrestre, esta Argentina convocada desde su nombre a ser de plata y reflejar el Oro de las alturas, pero como camino a la Patria de Oro, la de la Verdad, el Bien y la Belleza. La Argentina debe ser una Provincia de la Tierra y el Cielo. El compromiso supremo debe ser con el Evangelio:

"Todo escritor, por el hecho de serlo, ya está comprometido: o

comprometido en una religión, o comprometido en una ideología político-

social, o comprometido en una traición a su pueblo, o comprometido en

una indiferencia o sonambulismo individual, culpable o no culpable. Yo

confieso que solo estoy comprometido en el Evangelio de Jesucristo, cuya

aplicación resolvería por otra parte, todos los problemas económicos y

sociales, físicos y metafísicos que hoy padecen los hombres."

(O. Completas Tomo V p.4O3)

Page 35: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

6

El Restaurador, el Hombre del Silencio y el Líder

"Y sostengo ahora que la gran virtud del

justicialismo fue la de convertir una "masa

numeral" en un "pueblo esencial" , hecho

asombroso que muchos no entienden aun, y

cuya intelección será indispensable a los que

deseen explicar el justicialismo en sus

ulterioridades inmediatas y mediatas, o a los

que se pregunten por qué, desde 1955, nuestro

país es ingobernable"

(Marechal, Obras Completas, T.V- p.386)

A Marechal, tras la adhesión juvenil al Socialismo, lo podemos identificar histórico - políticamente en la línea Rosas - Yrigoyen - Perón, al igual que otros grandes de su generación que adhirieron entre 1943 y 1945 a las ideas justicialistas y al liderazgo de Perón, entre otros podemos mencionar a Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Tomás Casares, Ernesto Palacio, Diego Luis Molinari, Ramón Doll, Armando Cascella, Leonardo Castellani, Nimio de Anquín y Carlos Astrada y José Luis Torres, auténtica constelación de Inteligencia Nacional que nutrieron con su pensamiento y acción el "humus" histórico de la Patria. Sobre Rosas, a cuyo gobierno califica de "Dictadura", destaca la fascinación que ejercía sobre los hombres del pueblo criollo, como así también sobre negros y pardos, también los inmigrantes extranjeros:

se debió, quizás, a la conciencia de algún orden o de cierta rectitud

rosista que luego se hizo proverbial y cuyo elogio se oía hasta no hace

mucho en boca de la gente del pueblo" (O. Completas Tomo.II- p.304).

Marechal no deja de reconocer la violencia de los mazorqueros y las delaciones que daban lugar a destierros y persecuciones y otros abusos de poder. Rosas era un auténtico gaucho, hecho desde su adolescencia en las rudas tareas del campo:

"Aprendió a degollar y a desollar, en un santiamén, a los animales; pudo

galopar gambeteando los cangrejales sin hundirse en ellos; supo

Page 36: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

defenderse instintivamente de los peligros del campo; penetró con

agudeza en el alma del gaucho y se identificó con ella"

(Carlos Ibarguren, Juan Manuel de Rosas.

Su vida, su drama, su tiempo p.21).

Leonardo Castellani expresa en bella poesía:

Don Juan Manuel de Rosas llevó la Pampa a una Nación

Cuyo nombre no se puede pronunciar

una cosa así como San Antón o Sud Sansón

Que se traduce Boloña sobre el mar

Plantó una tranquera de álamo y dos teros

Un caballo y quizás, un chajá

El madrugar y el tranco lento de los estancieros

en la línea del Salado, allá

(...)

Sintióse en una ventolera de la pampa infinita

Hollando en un potro la gramilla helada

Oyó como una voz de lejos: "¿Cómo anda tatita?"

Y se oyó a sí mismo muy lejos: NIÑA, NO ES NADA

(L. Castellani, Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, 1960, pp.261/62)

Rosas fue un gaucho, y como tal lo ha representado la estatua ecuestre obra de Ricardo Dalla Lasta, inaugurado el 8 de noviembre de 1999. Sobre Hipólito Yrigoyen, otro criollo cabal, Marechal reconoce luces y sombras:

"Por aquel entonces el radicalismo, a la sombra de don Hipólito

Yrigoyen, se constituía en otro polo atrayente de las masas. Es evidente

Page 37: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

que Yrigoyen era un conductor nato de los que suscitan casi mágicamente

la fe y la esperanza dé la multitud"

(O. Completas- T.V- p.384).

Agrega nuestro autor que Yrigoyen obtuvo el asentimiento de una gran mayoría, pero que fue solo de cuño sentimental: "Y como "en potencia" de los actos que debía cumplir el líder y que no se dieron jamás" (Marechal- T.V- p.385)

Don Hipólito, según Manuel Gálvez, tenía mucho del estoicismo y de la sabiduría de los viejos gauchos, en su vocabulario se refleja además esa idiosincrasia.

"La psicología de Yrigoyen no es la del porteño típico (...)

Tiene, en cambio, mucho del hombre de campo: la sabiduría del gaucho,

que

Se parece a la sabiduría natural del hombre de los viejos pueblos.

Recuerda

a los provincianos por su reposo, su lentitud, su modo de escuchar, su

vocabulario. La soledad del campo ha influido en su espíritu y en su vida.

Y si no es un porteño típico, no cabe duda de que es un argentino típico"

(Manuel Gálvez, vida de Hipólito Yrigoyen, p.224)

Marechal adhiere a la Revolución del 4 de junio de 1943 y ocupa diversos cargos públicos, siempre en el área cultural y educativa. En la segunda mitad de 1943 fue designado presidente del Consejo de Educación en la Provincia de Santa Fe. Como Director Nacional de Cultura entre 1944 y 1948. Director General de Enseñanza Superior y Artística desde 1948. Presidente de la Comisión Nacional de la Tradición y el Folclore desde 1947. Sobre el movimiento del 4 de junio dice nuestro autor que activa principios generales con respecto a la recuperación nacional, que ya venía germinando profundamente en la conciencia nacional. El 4 de junio abandona el campo de la teoría y pasa a la práctica:

El país ha sido enajenado y la raíz de su penuria está en su misma

enajenación; es necesario recobrar el país, a todo trance, aquí y ahora.

(O.Comp.- T.V- p.132).

Esto lo escribe en 1947, el concepto fundamental es el de la enajenación, y lo retoma con gran vigor poético en su disertación sobre el valor simbólico del Martín Fierro en 1955. Los principios generales del movimiento revolucionario deben particularizarse para encarnarse en una material real, que condiciona la acción; de allí el carácter de arte de la política. Afirma que entre los hombres de junio había uno, Juan Domingo Perón, que:

Page 38: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Trabajaba la materia real del país con un concomiento exacto de la

misma (...) Y se vio entonces que el país entero vivía una revolución

auténtica y no un mero simulacro (O.Comp. T.V-p.132).

Afirma Marechal que la Revolución liderada por Perón tiene dos caracteres propios que la diferencian de otras del siglo XX y que son: a) Si humanismo, no se basa en una doctrina del astado, sino en una doctrina del Hombre, tendiente a lograr una adecuación del Estado al Hombre. b) Búsqueda de la reivindicación integral del hombre argentino, basado ésto en un conepeto integral del hombre como un compuesto de cuerpo y alma; el hombre es individuo en cuanto a su naturaleza corporal y es persona por su naturaleza espiritual. La obra de la justicia social tiende a restituir al hombre la dignidad de su cuerpo, a través de nuevas y generosas condiciones de vida, y también su decoro de criatura espiritual, a ello tiende la implantación de la enseñanza religiosa en las escuelas:

El nuevo Estado argentino reconoce la naturaleza trascendente del

hombre y que destino sobrenatural, con lo que totaliza su noción de la

unidad humana y propende s su entera realización"

(O. Comp.-T.V.- p.133)

Dice que la revolución del 17 de octubre es la única verdaderamente popular de nuestra historia, donde las masas se reúnen no por sentimentalismo o resentimiento, sino por una conciencia doctrinaria.

"Y sostengo ahora que la gran obra del justicialismo fue la de convertir

una masa numeral en un pueblo esencial o esencia1izado"

(L. Marechal, Cuaderno de navegación, p.151).

Masa numeral y pueblo esencial, ricos conceptos que coinciden con los de Pío XII al caracterizar la democracia en 1944: la masa, afirma, es la enemiga de la verdadera democracia y de su ideal de libertad e igualdad, pues es inerte y no puede recibir movimiento sino de fuera. El pueblo en Camvio "vive de la plenitud de los hombres que la componen, cada uno de los cuales -en su propio puesto y a su manera- es persona consciente de sus propias responsabilidades y de sus convicciones propias" (Pío XII, La Democracia, p.10). El Estado debe ser la unidad orgánica y organizadora de un verdadero pueblo.

Afirma Marechal que el capitalismo y el comunismo son antagónicos entre sí, pero que tienen un común denominador materialista, ambos conciben al nombre como a un individuo económico y no como una persona intelectual. El Peronismo retoma los conceptos tradicionales del hombre y su destino y se ubica "lanzado entre dos corrientes, el capitalismo y el marxismo" (O. Comp. T.V.-p.l33) En su "Autopsia de Creso", nuestro autor desarrolla, con notable despliegue metafórico, una visión de la historia universal, un análisis del presente y una proyección al futuro. Nos habla de cuatro personajes que deben cumplir la funciones necesarias de la sociedad: Tiresias, el sacerdote, que es el puente hacia lo sobrenatural. Ayax, el soldado, que debe ocuparse del orden y la justicia temporales y su defensa. Creso, el rico, que ha de producir y distribuir la riqueza material. Gutiérrez, el siervo, es el ayudante de Creso. Respectivamente simbolizan a la Iglesia, al Estado secular, al burgués y al trabajador. Las riendas que controlan a Creso tienen que estar en manos de Tiresias, desde el punto

Page 39: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

de vista espiritual, y de Ayax, en lo temporal. En nuestros tiempos, la llamada modernidad, y muy en especial con el proceso de la Revolución Francesa, Creso accede al poder mundial, subordinando a Tiresias y Ayax. Hay varios antecedentes de esta mentalidad individualista burguesa ya en el Renacimiento, con sus banqueros internacionales.

Y, a mi juicio, Renato Descartes es el paradigma de la mentalidad

burguesa en tren de filosofar por su cuenta y riesgo. Este primer líder del

racionalismo burgués, cuyo representante último ha de ser Carlos Marx,

parte de la "duda" que según dije ya es una inclinación de Creso hija de

su natural desconfianza." (Cuaderno de navegación, p.51).

En párrafos de expresiva fuerza afirma:

Al acaparar la riqueza, el Hombrcito Económico da en una locura

criminal: es una "locura", pues más allá de sus necesidades individuales,

amontona en números abstractos y estériles en sí; y es "criminal" porque

la estéril "potencia" que acapara él significa, "en acto", el pan, el vestido

y el techo del pobre que no los tiene. Así mirada las cosas, yo no vacilaría

en sostener que la propiedad es un robo.

(Cuaderno de navegación, p.55).

Creso desde el punto de vista político se hizo liberal, y proclamó todas las libertades, que no le costaban un centavo, pero lo que más le interesaba era el liberalismo económico, la libertad de empresa y, "otras libertades útiles para enriquecerse a sí mismo (...) contra la salud del organismo social a que pertenece."(Cuaderno de Navegación p. 55). Con respecto a Tiresias y Ayax, intentó inclinarlos a su favor, lo que logró pues Tiresias se distrajo en las exterioridades del Templo, con menoscabo de la doctrina y Ayax llegó a derramar su sangre por defender los mercados exteriores del Hombrecito Económico. En nombre de Gutiérrez ("el pobre absoluto"), un burgués, Carlos Marx inventó "la dictadura del proletariado" para suceder al burgués "Lejos de abrir unamanecer, como aun lo creen muchos, la doctrina de Marx (...) fué como una victoria final del Hombrecito Económico." (Cuaderno de Navegación, P.71). Dice nuestro autor que el marxismo propone un sistema distributivo de la riqueza que no es original, ya que según los Hechos de los Apóstoles, los primeros cristianos poseían en común todas las cosas. Además instala un estatismo económico, que en principio es bueno para realizar lo que no hace el capitalismo. Pero también ocurre que el trabajador sigue explotado y sometido:

En cuanto a Gutiérrez, está, como de costumbre, al servicio de todos y,

como ayer, sin comerla ni beberla: su famosa "dictadura" (la del

proletariado) no salió de una mera enunciación "teórica", ya que según

era previsible, otras clases ejercen su "tutoría" y gobiernan por él.

(Cuaderno de Navegación, p.75)

Sin duda que Marechal pensaba en la Tercera Posición de Perón y en la Doctrina Social de la Iglesia como remedio para los males de esta "Edad de Hierro" (L. Marechal, El Banquete de Severo Arcangelo- p.118), en que Capitalismo y Comunismo se enfrentaban en la llamada guerra fría.

Page 40: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

A la misma hora, el Papa, en su Vaticano, escribe una encíclica donde

recuerda las terribles exhortaciones del Evangelio. Por su parte Nehrú,

De Garulle y Nasser piensan en un Tercer Mundo que veinte años antes

se atrevió a idear un argentino ahora en el destierro"

(El Banquete de Severo Arcangelo p.33)

En “Megafón”, de acuerdo a la interpretación de Graciela Maturo, están representados tanto Juan Domingo Perón como el mismo Marechal:

"Megafón es nuevamente un personaje compuesto, que apunta incisivamente en nuestra lectura, a

dos referentes históricos: Juan D.Perón, el líder ausente, cuyo regreso se insinúa, líder que

alecciona y convoca a los argentinos en esos años a través de mensajes, cartas y cintas grabadas,

y Leopoldo Marechal, cuyos rasgos filosóficos, poéticos y políticos asume visiblemente"

(Graciela Maturo, Marechal, El camino de la Belleza, p.l53).

Desde 1955 el pueblo ha sido derrotado y el líder ausente; además del Gobernante Depuesto, y junto a otros "depuestos" está el Poeta Depuesto, es decir Marechal, ignorado y marginado durante varios años. Tanto en “Megafón”, como en otros textos, nuestro autor le dedica un emocionado recuerdo al Gral.Juan José Valle que encabezara un frustrada rebelión cívico-militar en 1956 y que fuera fusilado en el Penal de avenida Las Heras:

En cuanto a la ejecución de mi General, no me subleva tanto en sí misma:

es un gaje posible de la acción y el que admite una acción debe admitir

sus consecuencias. Lo que me repugna es que se haya hecho en la

Penitenciaría Nacional y bajo el techo del crimen. Si hay que fusilar a un

soldado, ¡que sea en una casa de soldados!. ¡Lo exigen el estilo y el

honor! (Megafón- p.14)

Marechal asocia los derrocamientos de Rosas y Perón a reacciones oligarcas contra gobiernos populares:

¿Entiende usted que la dramática historia de Juan Manuel se debió a un

coletazo precoz del Gran Oligarca?- Parecía evidente - le dije: todo lo

popular le afectaba y le afecta al miocardio. Lo que aseguro es que a otro

coletazo del Gran Oligarca se debió la historia reciente de Juan

Domingo. Y aun se resistirá, ¡no lo dude!, mientras un aliado interior y

otro exterior lo sostengan por las agallas. (Megafón, p.161)

En su trabajo "El poeta depuesto" (Cuaderno de Navegación, p.165), nuestro autor analiza magistralmente la significación histórica de Perón y el movimiento que encabezó, sus virtudes y errores, la contrarrevolución que lo derrocó, sus efectos y algunas perspectivas del futuro nacional. Afirma que en 1946 triunfa en elecciones democráticas y accede al poder una revolución doctrinal que ni siquiera se había organizado aun en partido, revolución en paz, primera marca de benignidad al decir del poeta. Por ser multitudinaria, la revolución induce a los

Page 41: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

gobernantes a cierta unanimidad de pensamiento y acción, lo que le da al conjunto el carácter de una dictadura. Este proceso tiene que defenderse de sus agresores y junto a la propaganda de sus actos, suele dar en abusos tiránicos. Reconoce entonces Marechal que, desde cierto punto de vista, se puede calificar de dictadura con abusos tiránicos, a los dos primeros gobiernos peronistas. Pero hay que ver que desde sus inicios el gobierno peronista tuvo intentos contrarrevolucionarios, que lo llevó a restringir algunas libertades individuales. A pesar de los intentos golpistas- como por ejemplo el de 1951- el justicialismo tuvo una segunda marca de benignidad, no acudiendo al recurso de la pena de muerte como si lo hizo la contrarrevolución que lo derrocó. Nos habla Marechal de dos factores internos que debilitaron al gobierno revolucionario: el primero fue la legión de obsecuentes, que suelen envolver al gobernante con adulaciones mentirosas, que lo hacen desconectar de la realidad y a tender a una exaltación exagerada de su personalidad,

"y si te dejas arrastrar por esa corriente, vendrá la hora en que se

aburrirán los tuyos de tu sonrisa o tu oratoria de líder, olvidando lo

mucho bueno que ya hiciste y lo que de tí se aguarda todavía"

(Cuaderno de Navegación, p.154).

Pero más que este factor, más grave aún, un hecho esencial deterioró el prestigio del justicialismo. El Justicilismo es una doctrina nacional y popular, es decir que abarca el pueblo íntegro, abarcando todas las clases sociales; se debía integrar a esas clases en un nivel de conciliación y armonía.

Desgraciadamente, y tras las primeras euforias, el movimiento comenzó a

exteriorizar una tendencia no feliz a nivelarlo todo por abajo" (Marechal,

C.N. -p.155).

Se arriesgó al movimiento nacional en la limitación de un movimiento clasista. Se suele atribuir la caída del gobierno peronista a dos hechos desencadenantes: el contrato petrolero con la California y el conflicto con la Iglesia, dice Marechal que el primero no se concretó y que fue lanzado solo con fines de estrategia exterior. En cambio el segundo fue una lamentable realidad. Dice nuestro autor que el conflicto no fue en realidad contra la Iglesia Católica, sino con algunas jerarquías eclesiásticas:

Los jerarcas del clero a que me referí (los conozco a todos y llegué a

saber de algunos arrepentimientos) dormitaban la siesta de su mentalidad

liberal; y les pareció más útil buscar la paja en el ojo del justicialismo

que la viga en el propio (...) Jugaron a favor de las minorías nacionales e

internacionales que buscaban el fin del Justicialismo (...) Claro está que

todas esas circunstancias no libran al justicialismo de su culpa; y su

culpa radica sobre todo en haber contestado a esa provocación y en

haber mordido aquel anzuelo burdo.

(Marechal- C.N. pp.156-157).

Recuerda nuestro autor el juicio de algunos peronistas que si el Justicialismo cayó fué porque se hizo una revolución a medias; dice Marechal que no fue así, sino que se debió a una tercera marca de benignidad :

Page 42: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

"A mi entender sucedió así porque tanto en la naturaleza del pueblo

justicialista cuanto en la voluntad de su líder alentaba el designio de una

evolución armoniosa y no el de una revolución contundente"

(Marechal- C.N. p.164)

7

Peronismo y Nacionalismo

"Los conocí a todos, y no daré sus nombres en el temor de omitir alguno:

me limitaré a sintetizarlos en Marcelo Sánchez Sorondo, que hoy agita

todavía su bandera, ofreciendo la imagen de un combatiente solitario y

bello en la medida de su obstinación militante. Pero el nacionalismo

argentino, en razón de su intelectualidad, no llegó a construir más que un

"Parnaso teórico" de ideas y soluciones, que, sin embargo, contribuyo no

poco a la formación de una conciencia nacional que pasaría luego al

orden práctico de las realidades"

(Marechal- Cuaderno de navegación-p.150)

Al hablar de Nacionalismo, hay que distinguir una variada gama de matices, de las que me he ocupado en un ensayo anterior (Wally - Generacion argentina de 1940 - Grandeza y frustración), cabe distinguir entre el Nacionalismo Popular de F.O.R.J.A. con Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche a la cabeza. También el Nacionalismo Republicano de Julio y Rodolfo Irazusta, Ernesto Palacio y Ramón Doll. El Nacionalismo Católico de Tomás Casares, Leonardo Castellani, Julio Meinvielle, Marcelo Sánchez Sorondo, Máximo Etchecopar Ricardo Curutchet, Juan Carlos Goyeneche, Mario Amadeo, José María y Santiago de Estrada, entre muchos otros que eran partícipes con mayor o menor protagonismo de los Cursos de Cultura Católica. A Manuel Gálvez también lo podemos adscribir en esta linea. Hay otros más difíciles de calificar: Leopoldo Lugones tuvo una etapa de admiración por el fascismo, Manuel Ugarte provenía del Socialismo, Diego Luis Molinari del Yrigoyenismo, Nimio de Anquin fue filo-fascista en su juventud. Otros nacionalistas destacados fueron Arturo Enrique Sampay, Carlos Astrada, José Luis Torres, José María Rosa y Fermín Chávez. Al referirse Marechal al Nacionalismo, lo hace en referencia al Católico y especialmente a los que conoció en los Cursos de Cultura Católica:

Por aquellos años, en los Cursos de Cultura Católica y en las reuniones

del Convivio que gobernaba con alegre teología el inolvidable César E.

Pico, fui conociendo a los jóvenes nacionalistas que se agrupaban ya en

torno de flamantes banderas. Eran hombres puros, de inteligencia

desvelada, sin otros intereses que los de la Nación misma, y de una

honestidad insobornable

Page 43: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

(Marechal- C.N.- p.149-150)

Únicamente menciona a Marcelo Sánchez Sorondo, tal como referí el epígrafe de este capítulo. Dice Marechal:

No hace mucho, hablando con Marcelo Sánchez, le sugerí que nos

escribiese una Historia de las Ideas Políticas en nuestro país, donde,

merced a la rica documentación existente, se demostrase cómo y en qué

medida el acervo teórico del nacionalismo había preparado los

acontecimientos subsiguientes. A mi entender, si el nacionalismo no salió

de su órbita especulativa, fue porque le faltó el conocimiento de lo

popular.

(Marechal, C.N.

Agrega Marechal que la revolución justicialista se presentaba como una "sintesis en acto" de las viejas aspiraciones nacionales. La conversación de Marechal con Sánchez Sorondo fué a comienzos de la década del 60 y un cuarto ue siglo después cumplió adecuadamente con ese pedido (M. Sánchez Sorondo - La Argentina por dentro- 1987) Se trata de un ensayo de interpretación de la historia nacional de elevado nivel de excelencia, donde aparecen luces y sombras de la Patria, con abundantes frustraciones, pero donde brilla la Esperanza, tal como lo sostiene en los últimos párrafos del libro con acento marechaliano:

La autor de este ensayo apuesta firme y fervorosamente a la esperanza:

a la virtud telogal y a la idea romántica que custodian la hermosa

promesa y el sonoro encanto del nombre argentino, mensajero de

albricias, de leyendas y de fama. (Sánchez Sorondo- L.A.P.D. p 596)

Marechal nabia compartido con Ernesto Palacio la juvenil vocación literaria, en los comienzos de la decada del 20,con Raul Scalabrini Ortiz las jornadas del Royal Kéller. Ya hice referencia a las amistades de Marechal con los nacionalistas de los Cursos, donde también, a sus Convivios, concurrían, aunque no asiduamente, Ernesto Palacio y los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta. De modo que hay vasos comunicantes, ya sea de amistad o de compartir espacios comunes, entre quienes van consolidando en la década de 1930 un sólido "corpus" de "Inteligencia Nacional". Los nacionalistas, con sus diversas variantes comparten en general el revisionismo histórico, al cual impulsan vigorosamente; la denuncia del imperialismo inglés y de los connacionales del "Partido Europeo", al decir de Guizot; la actitud crítica hacia la ideología liberal tanto como a la marxista; la revalorización de la cultura hispano-criolla. En Sánchez Sorondo, encontramos un lúcido análisis de la historia patria hecho por quien la vivió intensamente en pensamiento y acción. Para centrarnos en los periodos de gobiernos nacionales y populares, terminología que en la actualidad ha perdido por uso y abuso su rica carga semántica, el autor destaca en Juan Manuel de Rosas el poder de centralizar y unificar, controlando el comercio ultramarino, la política exterior y la fuerza armada, restableciendo así la capitalidad porteña; pero al mismo tiempo la consolidación del Federalismo. “ Nunca como bajo la Confederación fueron las provincias más autónomas, más "soberanas" en su propio reino" (S. Sorondo- L.A.V.D.p.129). Dice que la lucha entre unitarios y federales no equivale a la de porteños y provincianos. Había

Page 44: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

porteños federales y unitarios, y lo mismo los provincianos. La confrontación era entre el espíritu progresista (y europeizante) de las ciudades (Buenos Aires y otras del interior) y el genio atávico de la campaña, o en términos del autor; "entre la Revolución y la Independencia, entre los próceres y los caudillos" (S.Sorondo, L.A.P.D, pp.90/91). En términos de Guizot, entre el Partido Europeo y el Americano; de Paul Ricoeur entre Civilización y Cultura. Afirma Sánchez Sorondo que los caudillos pertenecen, la mayoría de ellos, por su origen social a la clase decente de las ciudades, pero que su acción se desenvuelve en la campaña y que buscan el poder en la adhesión de la plebe hasta entonces irrepresentada. En José Hernánaez y su Martín Fierro, el autor verá, como Marechal, el prototipo del criollo:

Era ese mismo crisol de la raza criolla, esa misma patria que se desangraba

perseguida por los agentes y las consignas de la llamada civilización

(S.Sorondo-L.A.P.D. p.284).

En Hipólito Yrigoyen destaca el representar "la primera inundación mayoritaria", por vía electoral a través de la ley Saénz Peña, asimismo el carácter movimientista (sintetizado en la denominación de "causa" en oposición a "régimen") y tal vez su aporte social más significativo, la nacionalización de los hijos de inmigrantes:

"Y es curioso que esta efusión de patria criolla en que se bañaban sus

comienzos, lejos de impedir la incorporación de los hijos de inmigrantes,

los atrajo a sus filas por un proceso mimético propio de nuestra

idiosincrasia americana" (S.Sorondo- L.A.P.D. p.389)

Las debilidades del Radicalismo radicaron en la obsecuencia hacia el caudillo; se trató de gobiernos democráticos, con respeto por las libertades, pero se debilitaron las formas republicanas, el abuso de las intervenciones federales tal vez sea una muestra. De acuerdo al autor, a la inversa del llamado "Régimen" (conservador-liberal), que consistía en una República sin Democracia, los dos gobiernos de don Hipólito fueron Democracia sin República. En una primera aproximación a Perón y a su movimiento, en el epígrafe del capítulo XXV, Sánchez Sorondo reproduce una notable síntesis de Arturo Jauretche:

"Hubo primero un paréntesis grande en que el puerto dejó de parir

gringos. Y después empezó despacito primero, rápido y violento después,

el otro aluvión, el que venía del fondo de nuestra historia. Fue ese aluvión

con los Hernández, los Benítez, los Rojas y Garcías, Enríquez, Gaticas,

Cabreras, con apellidos de conquistadores y caras y pelos mestizos, no se

sabe si por la filiación materna o por el bravo sol del norte o la áspera

vida de los pobres" (S. Sorondo, LAPD- p.395)

Page 45: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

El peronismo es la superficie sobresaliente –asegura Sánchez Sorondo- de transformaciones sociológicas profundas. Distingue entre las personalidades de Yrigoyen y de Perón; entre otras diferencias, aunque comparten la gran popularidad, destaca el retraimiento publico del primero y el silencioso y misterioso ascendiente que ejercía, mientras que brillaban en el secundo el eficaz uso de la palabra. Don Hipólito fue tolerante con sus adversarios, Perón, en sus dos primeros gobiernos, se fue deslizando por la pendiente autoritaria. Pero es fundamentalmente el 17 de octubre de 1945 el que da la medida del abismo que separa a ambos. En el levantamiento radical de 1893, dirigido por Yrigoyen en la provincia de Buenos Aires, predominan los sectores de clase media rural y urbana, que se proponen derrocar violentamente al gobierno provincial, y lo logran aunque por pocos días. El 17 de octubre está impregnado por la presencia de los trabajadores y por un contenido de reivindicación, pacífica, de las conquistas laborales.

Mediante su palabra, pletórica de imágenes sencillas y felices, el

conductor inyectó a esas huestes de "cabecitas negras" una enérgica

dosis de sentimiento nacional que encontraba fácil eco en las nostalgias

patrióticas depositadas en su memoria colectiva (...) tuvo un sentido de

reivindicación de nuestra desheredada estirpe criolla.

(S. Sorondo, LAPD- p.448).

Fracasó Perón en la estructuración de una élite de poder político, en la elección de los mejores. Considero que hubo personalidades muy destacadas, desde varios de los valores más destacados de la Inteligencia Nacional antes citados hasta prestigiosos militares como José Humberto Sosa Molina, Juan Pistarini, Domingo A. Mercante y Juan Ignacio San Martín en cargos políticos; Juan Atilo Bramuglia, Ramón Carrillo, Italo Luder, Alfredo Gómez Morales, Antonio Cafiero, entre otros. Pero la mayoría fue quedando en el camino o tomaron distancia. Y fueron reemplazados por adulones y obsecuentes, cuyos nombres está en la memoria colectiva.

Sobre Evita dice Sánchez Sorondo:

La soberbia modestia de esta mujer ilumina desde el comienzo la saga

peronista y deslumbra la imaginación popular. Nunca la escena política

argentina cuyo estiramiento engolado y desvaído, era proverbial, conoció

un persona así por su condición de mujer joven, expresiva y hermosa que

desafiaba el temor al ridículo con intrépida alevosía y actuaba con un

desenfado lleno de sencilla humanidad (...) Pero no se olvide que por

sobre todas las cosas Evita era la abanderada de una justicia social cuya

teoría y práctica, Perón ya había puesto en marcha desde la Secretaría de

Trabajo (S. Sorondo-LAPD- p.417)

Con respecto al aporte del nacionalismo dice:

Su breviario político que pone el acento en la solidaridad de lo social

abreva en la fuente del nacionalismo cuyas connotaciones dogmáticas, a

veces de trocha angosta, elude y cuya cartografía de la patria grande le

facilita iniciar su navegación de altura. Todo el país políticamente

mensurable, se reconoce desde entonces en ese espejo que algunos

pretenden fragmentar. Por la ancha convicción del pueblo nuestro país

Page 46: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

descubre que es nacionalista con San Martín, Rosas y Perón (S. Sorondo-

LAPD- p.417)

El Perón del regreso, afirma Sánchez Sorondo, vuelve "descarnado", admira la vida paralela de De Gaulle, y proclama y practica la unidad nacional, superando la dialéctica "amigo-enemigo" de sus primeros gobiernos. Según nuestro autor hay quienes le recriminan el apoyo a las llamadas "formaciones especiales", pero ignorando esos mismos los fusilamientos de junio de 1956. Perón privilegia el interés del Estado y ya en el gobierno, inicia la pacificación:

El rechazo, primero cauteloso y después crispado del líder, los devolvió a

la clandestinidad regida por el hábito de la gimnasia terrorista saturada

por el ambiguo marxismo con que cohonestaron su resentida calentura

revolucionaria (S. Sorondo, LAPD, p.421).

En la víspera de la muerte Perón se transforma en portavoz de la unidad nacional. Dice Sánchez Sorondo:

"Perón muere a la hora exacta del triunfo que lo alzó en brazos

innumerables para llevarlo a la cima: es el primer caudillo argentino

vindicado en vida que recibe las primicias del juicio de la historia. Esta

hazaña anuncia que su memoria crecerá en lo venidero salvo que los

imponderables y las consecuencias de tantas desaprensiones cometidas

destrocen su herencia política y así se destruya la más caudalosa

corriente de fervor popular" (S. Sorondo, LAPD, p42l).

Page 47: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

8

La música folclórica y el tango

Recuerdo que yo mismo, en esa época, renunciando a

Beethoven, a Debussy y a Brahms llegué a no tolerar

otra música que no fuese la de las chacareras,

zambas y gatos que, en versiones fonográficas, oía yo

en la soledad de mi estudio; ni lograba otra lectura

que la de los cancioneros de Carrizo, o la de los

polvorientos legajos folklóricos del Instituto de

Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y

Letras (Marechal- O.C. T.V- p.147.-)

-Oigan alma de música Si el tango ha muerto, lo

lloran con razón. Y si no ha muerto, ¿por qué lo

lloran? ¡Inefables malevos, arriba los corazones! El

tango es una posibilidad infinita. ¡Discepolín! -

lloraron a una los jinetes. (Marechal- Megafón-p.80.)

Recordaba en un capítulo anterior una frase de Igor Stravinski, que cita Marechal; que el folklore "ya está hecho “Agrega nuestro autor que debe ser investigado, para rescatar del olvido las tradiciones nacionales; además, devolver al pueblo esas tradiciones, que es obra del educador y el difusor y además deben ser exaltadas hacia el plano universal, y esto es tarea del arte, de creatividad:

El arte se logra íntegramente cuando, al mismo tiempo, y sin incurrir

por ello en contradicción alguna, se ahonda en lo autóctono y trasciende

a lo universal. (Marechal -O.CT.V- p.145).

El Consejo Nacional de Educación, por iniciativa del vocal Dr. Juan P.Ramos en 1921, dictó una resolución ordenando una recopilación de la literatura popular, con la contribución de docentes de las escuelas y particulares de todo el país. Fue abundante el material enviado por directores y maestros de escuelas, voluminosa colección, la que al no poderse publicar fue entregada por el Consejo como donación, a la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. El Instituto de Literatura de la Facultad, dirigida por Ricardo Rojas inició la publicación de un catálogo descriptivo del material, cuyo total de piezas suman varios miles. El 12 de junio la Comisión de Didáctica del Consejo Nacional

Page 48: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

de Educación, presentó un proyecto sobre la publicación de una Antología Folklórica Argentina, abarcando prosa, verso, juegos y entretenimientos, música y danza. El Consejo nombró una Comisión para que procediera a seleccionar, adaptar y ordenar el material, que debía ser editado en un primer volumen para niños y un primer volumen para adultos, entre los docentes designados estaban Juan Alfonso Carrizo, notable investigador de nuestro folklore, y Leopoldo Marechal (Cfr. Antología Folklórica Argentina- Para las Escuelas de Adultos - Consejo Nacional de Educación -1940 pp.7/18). Dice Marechal, comentando esta iniciativa en 1941:

Por eso es que la iniciativa del Consejo Nacional de Educación

aparece ahora como algo novedoso y decididamente audaz: no se

propone la obra del investigador, que recoge la pieza folklórica y la

estudia como un objeto de ciencia; trata, en cambio, de lograr que esas

"monedas tradicional les vuelvan a la circulación", que lo folklórico

adquiera nuevas vigencias populares y que otros labios recojan,

vivifiquen y prolonguen una tradición amenazada por la indiferencia y el

olvido. (Marechal- O.Completas, T.V p.303)

Afirma nuestro autor que con tal resolución se dota a las escuelas primarias de un acervo del cual carecían. Recuerda los fundamentos del proyecto, donde se destaca que la Argentina es un país de inmigración y que necesita neutralizar su cosmopolitismo:

Reafirmando su personalidad en lo que viene de lo hondo de su historia y de su

suelo, necesita valorizar las instituciones y caldear el corazón con un patriotismo

capaz de impedir que la diversidad de corrientes espirituales pueda llegar a

desvirtuar la fisonomía de la nacionalidad argentina.

(Marechal- O.Completas T.V. p.304.)

Todavía hay otro beneficio sumamente valioso, que es el enriquecimiento del lenguaje. Señala que el habla popular viene sufriendo un intenso empobrecimiento, tal vez por la influencia de lenguajes técnicos como el del periodismo, abstractos y muy ceñidos de color.

Las expresiones coloridas, las comparaciones pintorescas, los

refranes de añeja y oportuna sabiduría bien pueden cobrar nueva

vigencia en los labios infantiles, si la enseñanza del folclore da todo lo

que se espera de ella. (Marechal- O.Completas, T.V. p 305)

Nada mejor para ejemplificar el valor de estas narraciones, que la leyenda de San Francisco Solano, entre otras, enviada por docentes de Santiago del Estero:

Rio Hondo

Volvía San Francisco Solano de la Provincia de Tucumán con una tropa

de carretas cargadas de madera para la iglesia que se levantaba en

Santiago. La tropa se detuvo en el paso del Río Dulce, que estaba

Page 49: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

crecido. El río bramaba como un torrente y arrastraba árboles y

peñascos.

(... )

San Francisco montó en su mulita y encabezó la marcha.

Al entrar en el río, levantó su cordón, y la ensecreapada masa

de aguas turbias se abrió, dejándolos pasar.

Como el Santo dijera bromeando: "ahí tienen el río hondo", Río

Hondo se llamó desde entonces a esa parte del Dulce y a la población que

en su márgenes está situada, en la provincia de Santiago del Estero.

(Antología Folclórica Argentina- p.41.)

En el ámbito de la cultura, dice Marechal, el pueblo debe actuar como creador y como asimilador. Como creador se manifiesta a través de las vocaciones individuales, y esto a través de todos los estratos de la sociedad: de un pueblo. Todo creador manifiesta no solo sus propias virtualidades, sino también las de su pueblo. La mayoría de los hombres entran en el panorama de su cultura solo como asimiladores.

Dentro del conjunto social los creadores forman, empero, una

minoría, una élite, que puede ser fecunda si con su actividad trasciende a

los otros, o puede malograrse en el estéril aislamiento de una "torre de

marfil". La mayoría de los hombres que integran un pueblo entran en el

panorama de su cultura sólo como “asimiladores", cada uno en la

medida de su receptividad. (Marechal- "O.Completas T.V. p 136.-)

En este texto de Marechal, publicado en 1947, cuando era funcionario del

primer gobierno de Perón, resalta el plan 1946/51, donde se establece la enseñanza y

difusión del Folklore al que Juan Alfonso Carrizo llamaba "Ciencia de amor". Cita

también a Rafael Jijena Sánchez, quien afirmaba que "Es misión del gobierno

devolver al pueblo, revitalizadas, las tradiciones del país" (Marechal- O.Completas

T.V. p.141).

Según nos manifestó María de los Ángeles, hija de Marechal, éste fue el creador, junto a Antonio Barceló, de la Escuela Nacional de Danzas Folklóricas. También testimonia que don Leopoldo fue un buen bailarín de tango. Respecto a este ritmo, música y poesía, hay una muy completa visión de nuestro autor en "Megafón". En la Rapsodia II refiere le experiencia o ensueño que titula "La Calesita del Tango", donde al compás del tango Nueve de Julio giraba una calesita tirada por un "bichoco alazán". Junto al palo de la sortija había dos demonios, uno llamado Ben y el otro Nelson, que inequívocamente responden a Ben Molar y Julio Jorge Nelson. Detenida la calesita, Ben se dirigió a los jinetes que llevaban bandoneones en sus muslos diciéndoles:

-Señores- les dijo en son de triunfo, es inútil darle más vueltas a la

calesita. El tango ha muerto.

Page 50: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

(...)

Oigan tristes malevos El ritmo de Buenos Aires ya no está en el

dos por cuatro.

A lo cual reaccionó Nelson diciendo:

Miente -gritó- El que acaba de hablar es un tránsfuga de la música El

tango no ha muerto; porque como decía el gran Contursi, todo se pierde

y nada se transforma. (Marechal- Megafón- p.71)

Aquí hacen oír sus voces los bandoneonistas a caballo, que son el Bandoneonista Enclenque, el Bandoneonista Gordo y el Bandoneonista Sanguíneo, a quienes podemos identificar respectivamente como Pedro Laurenz, Anibal Troilo y Astor Piazzola. El Bandoneonista Enclenque dice que el tango no ha muerto, que está en estado de coma, y esto es fruto de la civilización mecánica, que el tango siempre tuvo un ritmo de sangre popular en su raíz. A su vez el Bandoneonista Gordo dice:

-Lo que ha jodido al tango -refunfuñó- son las clases de armonía

y contrapunto. El tango murió técnicamente en el aula B del

Conservatorio Nacional de Música.

(...)

-El tango no es Nicolás Paganini- asintió el Bandoneonista

Gordo. (Marechal- Megafón- p.72)

El Bandoneonista Sanguíneo reacciona con vehemencia:

-Si estamos en en el Juicio Final-amenazó-, me van a oír hasta los

muertos ¿Qué podía yo hacer con mi fuelle? ¿Seguir drenando el moco

sentimental de un anacronismo con sinusitis?

(...)

Si un Buenos Aires abstracto ha sucedido al Buenos Aires de

caracú sentimental yo le pondré música de tango al teorema de

Pitágoras, a la ecuación de Einstein, al preámbulo de la Constitución

Nacional y al bigote sin humanismo de los generales

(...)

Pero el Bandoneonista Sanguíneo produjo aquí en su

instrumento un huracán de notas estridentes que dejó a todos paralizados

y confusos.

Esta música-dijo- pertenece a mi último tango y es un mea culpa de los

viejos errores. (Marechal- Megafón - pp.72/74)

Page 51: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Se inicia luego una acalorada polémica sobre las letra de tango, cuando interviene Enrique Santos Discepolo, "el filosofo de Uno" según Marechal, con palabras que ya fueron recogidas parcialmente en el epígrafe.

Ahora bien, cuando parecía hundirse todo en la zozobra de aquel juicio final, irrumpió un ente de cara huesuda y ojos febriles que, dirigiéndose a los bandoneonistas les dijo:

¡Oigan, almas de música! Si el tango ha muerto, lo lloran con

razón. Y si no ha muerto ¿por qué lo lloran?¡Inefables malevos, arriba

los corazones! El tango es una posibilidad infinita.

¡Discepolín! - lloraron a una los jinetes. Pero el bardo ya remontaba la

noche del sur, entre una doble fuga de bandoneones angélicos. Y los

jinetes, como redimidos, acicatearon al matungo alazán de la calesita.

(Marechal- Megafón- p.80)

La presencia de Discepolín, y su definición del tango, reconcilia a los bandoneonistas, y la calesita vuelve a girar. En Megafón, obra póstuma de 1970, Marechal recoge la gran conmoción producida por la crisis del tango y la irrupción revolucionaria de Piazzola. Pero también la posibilidad de una necesaria renovación, sin renunciar a su historia. De hecho Troilo y Piazzola fueron grandes amigos, más allá de ocasionales diferencias. Piazzola fue bandoneonista de Troilo entre 1939 y 1944, hasta que formó su orquesta; "Pichuco" incorporó a su repertorio composiciones de Astor y fue evolucionando de un tango más bailable de comienzos de la década del 40 a otro "más para escuchar" como le reclamaba el genial marplatense. Ambos grabaron con sus bandoneones, en forma conjunta, una versión magistral de "Volver" de Gardel y Le Pera, precisamente en 1970. Piazzola con letra de Horacio Ferrer le dedicó "El gordo triste", bellamente cantado por Amelita Baltar Tanto Osvaldo Pugliese como Horacio Salgan, entre los más destacados, supieron asimismo conciliar la esencia raigal del tango con la renovación. Pedro Laurenz integró el Quinteto Real junto a Salgán y otros virtuosos, produciendo entre otras auténticas joyas “Mal de amores”, precisamente de la autoría de Laurenz.

En el epígrafe de este capítulo Marechal hace referencia a que en una época de su vida no toleraba otra música que no fuese “chacareras, zambas, y gatos”, como reacción a la admiración desmedida por lo foráneo de sus contemporáneos. Si bien no tengo fecha precisa, ubico esta etapa de “folklorista” de Marechal en la segunda mitad de la década del 30, coincidente con su compromiso de selección del material recogido por el Consejo Nacional de Educación, que fuera donado a la Facultad de Filosofía y Letras. Si bien a lo largo de su vida adhirió fervientemente a lo nacional, no por eso dejó de reconocer que “lo nuestro” adquiere pleno sentido en la Universalización. Así lo sintetiza Marechal:

Resumiendo estas ideas, yo diría que el arte se logra íntegramente

cuando, al mismo tiempo y sin incurrir por ello en contradicción alguna,

se ahonda en lo autóctono y trasciende a lo universal (Marechal O.

Completas, T.V, p 145)

Page 52: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Sus Múltiples referencia al Sur, Maipú, el paisaje pampeano y sus hombres, su admiración por la obra de José Hernández, Lucio V. Mansilla y Ricardo Güiraldez, testimonian su firme adhesión a la realidad histórica de la Patria palpitante. Además , en su Poética se destacan con caracteres nítidos la temática y el sabor criollos; sus Poemas Australes son una clara demostración, tomaré como muestra “A un domador de caballos”, que según nuestro autor era el más conocido y gustado en España.

Inspirado en la figura del domador pampeano, y construido con

elementos puramente autóctonos, ese poema trasciende, sin embargo, a lo

universal, mediante la identificación de ese tipo humano con todos

aquellos otros que en distintas latitudes y pertenecientes a distintas razas,

exaltan el gesto penitencial del trabajo y reafirman a la vez el imperio

que dios concedió al hombre sobre toda criatura inferior, y sobre la cual

el hombre debe imprimir constantemente su sello (Marechal O.

Completas Tomo V, pp 145/146).

Con los pies muy firmes en la tierra patria, con trascendencia a lo universal; es sin duda una de las grandes enseñanzas de Marechal.

A un domador de caballos

Cuatro elementos en guerra

Forman el caballo salvaje.

Domar un potro es ordenar la fuerza

Y el peso y la medida:

Es abatir la vertical del fuego

Y enaltecer la horizontal del agua;

Poner un freno al aire, dos alas a la tierra

(…)

Así lo vimos en el Sur. Y cuando,

Vencedor y sin gloria,

Hubo estampado en el metal caliente

Page 53: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

De la bestia su sello y nuestras armas,

¡amigo sin riberas! Lo hemos visto

Regresar al silencio

oscuro y humillado

pero visible todavía el oro

de una realeza antigua que no sabe

morir sobre su frente.

Su nombre: Domador de Caballos, al Sur.

Domador de Caballos,

no es otra su alabanza.

Fermín Chávez, antes de conocer a Marechal, conoció estos Poemas Australes, durante su paso por los estudios de seminarista en Córdoba, con los Dominicos. Allí en las vacaciones, junto con sus compañeros Pironio, Blanco y Gonzalez, se deleitaban leyéndolos:

Desde entonces guardo en la memoria versos de “Cortejo”. Me siguen

conmoviendo: “Mi hermano va en un potro del color de la noche / yo en

una yegua blanca / sin errar todavía” (Graciela Maturo. Marechal, El

Camino de la Belleza).

La obra teatral “Antígona Velez” (1951), la Seguna Elegía del Sur (1953, Canción de tres aparceros (1953), Epitafios Australes (1954), Canción libre a Santiago del Estero (1954), sin agotar la lista, son muestra cabal de una imaginación poética donde quedaron grabados el suelo patrio y sus hombres.

Decía que Marechal tuvo una etapa en que solo oía “chacareras, zambas y gatos”, sin duda coincidió con la aparición de la música del interior del país en la ciudad cosmopolita, con nombres como Buenaventura Luna o Hilario Cuadros. En 1935 debuta en radio El Mundo Atahualpa Yupanqui (Héctor Chavero), que había nacido en Pergamino, al que sin duda disfrutó Marechal; su guitarra y su voz (en canto y poesía), lo convierten en el equivalente de Carlos Gardel en el tango. En cierta ocasión, comienzos de la década del 70, en una animada reunión de folkloristas y periodistas se planteó una discusión sobre quién era el más grande artista popular y representante cabal en lo artístico de América Latina: ¿Atahualpa Yupanqui o Violeta Parra?, las opiniones mayoritarias parecían favorecer a la Chilena, entonces Mercedes Sosa, hasta entonces en silencio, dijo: “Pero déjense de pavadas, Yupanqui es único!” (Sergio Pujol, En nombre del folclore, p 15).

Page 54: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Atahualpa era activo militante del Partido Comunista, anti-peronista, y como tal perseguido, tuvo que soportar prisión y torturas. Sin embargo, en 1949, elogió la creación de la Escuela Nacional de danzas Nativas, impulsada por Leopoldo Marechal y Eduardo Barceló, que fue su primer director. Escribió Atahualpa en el periódico “Orientación” del Partido Comunista: “Es el hombre al que debemos salvar, no al rancho pintoresco. Saludo con simpatía a Eduardo Barceló, director de la flamante Escuela de Danzas Nativas” (Pujol, En Nombre del folclore, p 189). Atahualpa era mestizo, por genealogía y por su arte, en el cual lucen con brillo las voces y sonidos aborígenes junto a los criollos. Su padre, José Demetrio Chavero Aramburu, le había transmitido a sus hijos su orgullo por llevar en su sangre mezcla de Quechua y español:

Me galopaban en la sangre trescientos años de América, desde que Don

Diego Abad Martín Chavero llegó para abatir quebrachos y algarrobos y

hacer puertas y columnas para iglesias y capillas (Pujol, En Nombre del

Folclore, p 26).

En “El payador perseguido” – un Martín Fierro del siglo XX – enfatiza su mestizaje.

Eso lo llevo en mi sangre

dende mi tatarabuelo

gente de pata en el suelo

fueron mis antepasaos;

criollos de cuatro provincias

y con indios misturaos.

Destaca su identidad gaucha en armónicos versos:

Si alguien me dice señor, agradezco el homenaje

mas, soy gaucho entre el gauchaje

Y soy nada entre los sabios.

Y son pa’mi los agravios

que le hacen al paisanaje.

“El tango es una posibilidad infinita”, la sentencia de Discepolín que Marechal imagina en su Megafón, nos sugiere una reflexión con el tango, su riqueza y fundamentalmente

Page 55: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

sobre su esencia criolla. Vale como aclaración previa, el decir que entiendo por tango un género musical que abarca el tango propiamente dicho, el tango la milonga y el vals.

Hay lugares comunes, que se repiten en varios textos sobre el tango y que se han incorporado al lenguaje coloquial. Uno es nada menos que del propio discépolo:

“El tango es un sentimiento triste que se baila”.

Otro, ligado al anterior es que el tango debe su esencia a sus inmigrantes y sus hijos, así por ejemplo lo expresa Víctor Sasson, que fuera presidente de la Asociación Gardeliana, amigo de Troilo, Salgan, Julián Centella y otros tangueros:

Todos los hijos de inmigrantes son los porteños de hoy. Son los que

hamacaron el tango. Hicieron la cultura popular. Hicieron el tango (…)

Por eso el tango es tan llorón, porque la gente vivía añorando el terruño

(Susana Azzi, Antropología del Tango, p 228).

Voy a disentir con ambos lugares comunes. Es cierto que la música de tango tiene, en etapas y en ocasiones, una cierta lentitud y “arrastre” quejumbroso y nostálgico. Pero en sus orígenes no era así, el tango era alegre y festivo, la incorporación del bandoneón, tal vez, le fue marcando un ritmo más pausado. También la incorporación de letras a partir de “mi noche triste” de Pascual Contursi, el mismo nombre es un símbolo. Dice José Gobello que la fractura se da entre 1910 y 1915: “se olvida lo que tiene de canyengue, alegre, juguetón y fachendoso” (S. Azzi, Antropología del Tango, p 199).

Sin embargo en la década del treinta, y más precisamente a partir de la irrupción de A. D’Arienzo (“El rey del compás”), cuya primera grabación se realiza en 1935, el tango se renueva y adquiere un compás que revoluciona la danza popular; el primer Aníbal Troilo (1938 – 1943), participa de la corriente, al igual que Francisco Canaro y su Quinteto Pirincho y especialmente Roberto Firpo con su vibrante cuarteto. Pero estamos hablando del tango en sentido específico, si hablamos de la milonga, tan popular como el anterior, es alegre y rítmica, son prototipos “El esquinazo” por Roberto Firpo y “La puñalada” por D’Arienzo.

En cuantos a las letras plañideras de tango, las hay y en abundancia, y Marechal ironiza acerca de ellas, así por ejemplo en “Adán Buenos Ayres”, con relación a la letra de “Aragán”.

Te pasaste la vida queriendo ser un motivo de tango

Mientras tu pobre vieja lavaba ropa sucia, de sol a sol, para mantenerte,

vos, ¡oh haragán infinito! No salías de la catrera ilustre, como no fuese

para matear en el patio y cargosear las insultadas teclas de tu bandoneón

virgen y mártir de cuyo seno dicho sea de paso, nunca lograste arrancar

tres compases del vals “El aeroplano”. (Marechal, Adán Buenos Aires, p

526).

Seguramente Marechal intercala en tema del haragán el de la “pobre viejita” de otras letras. Pero Marechal gustaba del tango y era un buen bailarín, además, a través de Discepolín define al tango como una “posibilidad infinita”, es decir que no está “cerrado” en una estructura fija, ni en sus letras ni en su música. Los mejores tangos, en sus letras, son excelente poesía, como tal vez cueste encontrar en otras manifestaciones populares a nivel universal:

Page 56: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Sur (Homero Manzi)

San Juan y Boedo antiguo, y todo el cielo…

Pompeya y más allá la inundación

Tu melena de novia en el recuerdo

Y tu nombre flotando en el adiós

(Benedetti, Letras de Tango, p 45)

Tres Esquinas (Enrique Cadícamo)

Yo soy del barrio de Tres Esquinas

viejo baluarte del arrabal

donde florecen como glicinas

las lindas pibas de delantal;

donde en la noche tibia y serena

su antiguo aroma vuelca el malvón

y bajo el cielo de luna llena

duermen las chatas del corralón.

(Benedetti, Letras de tango, pp 46/47)

Silvando (José González Castillo)

Una calle en Barracas al Sur

una noche de verano,

cuando el cielo es más azul

y más dulzón el canto del barco italiano…

(Benedetti, Letras de tango, p)

Page 57: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

¿Y qué decir de “Mano blanca”, “Viejo ciego”, “El pescante” y tantas otras letras de Homero Manzi?; “Nieblas del Riachuelo” de Enrique Cadícamo; “Cacerón de tejas” de Cátulo Castillo; “Tormenta” de Enrique Santos Discépolo, y para no abundar mas la poética de Homero Expósito, Francisco García Jiménez, Horacio Ferrer, Eladia Blázquez…

El otro lugar común a que hacía referencia con anterioridad a que el tango debe su esencia en la inmigración, a la nostalgia de la lejanía, especialmente en la colectividad italiana que fue la mayoría en el aluvión inmigratorio de 1880 a 1914. Es cierto que gran número de cultores del tango han sido de ese origen, incluso algunos, como Ignacio Corsini y Alberto Marino eran nacidos en Italia, pero se acriollaron. También es verdad que varias letras de tango aluden a la nostalgia del inmigrante, pero la mayoría de esos tangos no trascendieron ni fueron populares, entre las excepciones: “La cantina” (Cátulo Castillo); “Canzoneta” (Enrique Lary); “La violeta” (Nicolás Olivari).

La “orilla” y el “orillero” de las letras tangueras, aluden no al río y al mar sino al suburbio de la ciudad; así lo expresa Natalio Etchegaray: “Lo otro es de orilla. No sale de esa síntesis entre el campo y la ciudad que es la orilla” (S. Azzi, Antropología del tango, p 192).

El compadrito orillero, era hombre que rendía culto al coraje:

A mitad de camino entre el hombre de la ciudad y el campesino,

El compadre, como su antecesor, el gaucho, siguió rindiendo culto al coraje (Horacio Salas, Homero Manzi en su Tiempo, p 281).

El barrio de Pompeya es un lugar clave de esta geografía de transición, tal como lo reflejara Manzi en “Sur” y “Barrio de tango”.

Los tres primeros grandes cantores de tango: Carlos Gardel, Ignacio Corsini y Agustín Magaldi fueron ”Cantores Nacionales”, abarcando en su repertorio tangos y canciones criollas; de igual modo Hugo del Carril y Nelly Omar. Los más destacados del tango - canción como solistas desde 1950 en adelante: Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche y Julio Sosa, incorporaban canciones con temática campera. Aníbal Troilo gustaba de las milongas criollas y las incorporaba en su repertorio, especialmente con sus cantores Aldo Calderón, Ángel Cardenas y las hermanas Elba y Rosa Berón.

Se pueden multiplicar los ejemplos, pero tal vez el más significativo sea el de Agustín Bardi, el más grande compositor tanguero según Ignacio Salgán, quien le dedicó “Don Agustín Bardi”, así como “Aquellos tangos camperos”. A su vez Osvaldo Pugliese compuso “Adiós Bardi” como testimonio de admiración. Las más grandes orquestas incorporaron tangos de Bardi en su repertorio: Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Carlos di Sarli, Horacio Salgán. Estos “tangos camperos” por su estilo de composición, tenían sugestivos títulos: “El cuatrero”; “Pico blanco”; “El buey solo”; “La racha”; “El baqueano”; “El pial”; “El rodeo”; “Chuzas”; “Se han sentado las carretas”, entre otros.

Para finalizar el testimonio de Osvaldo Pugliese:

Page 58: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Lo criollo es hermano de lo porteño.

Cuando el tango pierde de vista lo criollo,

Se lo devoran lo europeo y lo norteamericano (Clarín, colección de

tangos, p 66)

Carlos Mina, en un premiado ensayo, afirma que Buenos Aires es la ciudad argentina por excelencia y que en ella se ha procesado gran parte de la identidad nacional; dice que es falsa la dicotomía capital-interior:

El tango goza de aprecio y respeto en las provincias porque,

contrariamente a lo que se cree, no representa una oposición entre lo

porteño y lo provinciano. El tango elabora oposiciones y diferencias, ésta

es una más donde intercede. En efecto, el tango tiene en sí la doble

influencia poética y musical del gauchesco y al mismo tiempo procesa esa

temática en una infinidad de tangos camperos en los que elabora su

relación de nostalgia con el campo o con las provincias, representadas en

muchos casos como un paraíso perdido. (Mina, Carlos; Tango. La mezcla

milagrosa; La Nación-Sudamericana; 2007, pp.260/261)

Concretamente, en lo que respecta a los poetas de letras de tango, dice Mina que contribuyeron a fundar la base de la cultura nacional post-inmigratoria:

El tango no fue solo un mero conjunto de "piezas" bien logradas o "poéticas",

sino que construyo la milagrosa arquitectura que permitió el mestizaje de

infinitas contribuciones culturales, étnicas e idiomáticas; en otras palabras, y

como ya lo señalamos, fué resultado de la mezcla e instrumento de la

integración. (Mina; p.347.-)

Page 59: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Conclusiones

Leopoldo Marechal, entre otras facetas de su personalidad, fue un pensador que poéticamente penetró con profundidad en la historia universal y en la de su Patria. En cuanto a la historia universal la sintetiza magistralmente en su Autopsia de Creso (Cuaderno de navegación) cuando describe la parábola del mundo moderno como la "subversión" primero del poder temporal contra el espiritual con las monarquías absolutas, luego de la burguesía contra la monarquía y por último, a través de la lucha de clases, de "Gutiérrez contra Creso", el trabajador contra el burgués. Todo este proceso lleva a la decadencia y crisis que, en la segunda mitad del siglo XX desembocó en la guerra fría entre el liberal-capitalismo y el colectivismo marxista y las más grandes desigualdades e injusticias sociales. Nuestro autor ve el camino para superar esta situación en el Evangelio, cuya aplicación resolvería todos los problemas, en la Doctrina Social de la Iglesia y en la Tercera Posición que proclamara Juan Domingo Perón en la Argentina. En lo que respecta concretamente a la Argentina, advierte que tras los tiempos heroicos de las luchas por la Independencia y las posteriores luchas civiles, donde el pueblo criollo fue el gran protagonista, éste ha quedado marginado, extranjero en su Patria, desplazado por un proceso civilizatorio que subordina el interés nacional al de potencias extrañas. La aristocracia que estaba en la línea de sucesión de los grandes próceres, deserta de su misión para transmutarse en una oligarquía. El pueblo se siente auténticamente representado por conductores como Juan Manuel de Rosas e Hipólito Yrigoyen, pero sus intentos resultan, por diversas razones, frustrados. Es con el liderazgo de Juan Domingo Perón que por primera vez se unen el sentimiento y la conciencia doctrinaria, y una masa numeral se transforma en un pueblo esencial, que es la obra fundamental del Justicialismo y la que se proyecta hacia el futuro; se trata de una revolución auténtica. Argentina es un pueblo criollo, culturalmente mestizo. Marechal no reduce esta concepción a un valor estático: lo tradicional, lo gauchesco, condenado a la inmovilidad del pasado. Significa, sí, arraigo al suelo, a la historia patria, pero transcendiendo a lo universal, incorporandoa las grandes masas migatorias. No un nacionalismo cerrado, sino abierto como "provincia de la tierra", a las demás provincias del mundo. En consonancia con Scalabrini Ortiz y su "hombre de Corrientes y Esmeralda", nos dice don Leopoldo que Buenos Aires es el gran centro de universalización de la Argentina, que acriolló a los hijos de inmigrantes y se nacionalizó con el otro "aluvión", el de la migración interna. Enfatiza en la necesidad de la unidad nacional, ya lo había dicho Fierro: "Los hermanos sean unidos"; nos dice Marechal que la Tercera Posición de Perón, en el orden interno, se debía lograr con la conciliación y armonía de todas las clases sociales. Alta valoración de nuestro pueblo, nada, mejor que transcribir textualmente como final de estas conclusiones, las propias palabras de Leopoldo Marechal:

(...) todo lo cual forma hoy ese "pueblo excepcional"

Page 60: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

que reconocen en nosotros hasta nuestros enemigos

exteriores. Claro está, que todo ese trabajo de

adaptación y cruce de familias europeas tuvo un soporte

generoso en la criolledad anónima, la cual ofreció

puentes naturales, imprimió sus caracteres y adoptó

muchos de los foráneos, con la sencilla espontaneidad

de quien integra una renovación biológica, y sin más

incidentes que los ofrecidos, en modo cómico, por aquel

encuentro de razas que documentó en su hora el sainete

nacional (¡yo fui testigo!)

Referencias citadas

Antología folklórica argentina para las escuelas de adultos. Consejo Nacional de Educación. 1940.

Azzi, Susana. Antropología del tango. Los protagonistas, Ediciones Olavarría. 1991.

Benedetti, Héctor A. Las mejores letras de tango, Booket diversos, 2007.

Castellani, Leonardo. La muerte de Rosas, revista del instituto de investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, nro 22, 1960.

Clarín, Colección de tangos, nro 2, 2005, p.66

De Anquin, Nimio. Revista Jauja, nro 1, 1966

Galasso, Norberto. Raúl Scalabrini Ortiz y la lucha contra la dominación inglesa.

Gálvez, Manuel. Vida de Hipólito Irigoyen, Club de Lectores, 1983

Hernández, José; Martin fierro, Biblioteca La Nación; 2000.-

Ibarguren, Carlos. Juan Manuel de Rosas. Su vida, su drama, su tiempo. Roldán Editor 1933.

Marechal, Leopoldo. Obras Completas, Tomos I, II y V. Perfil Libros, 1998

Heptámeron. Sudamericana, 1966.

Adán Buenosayres. sudamericana, 1966.

Page 61: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

El banquete de Severo Arcangelo. Sudamericana, 1973.

Megafón o la guerra. Sudamericana, 1970.

Cuaderno de navegación. Seix Barral, 2008.

Maturo, Graciela. Marechal, El camino de la belleza. Biblos. 1999.

Mina Carlos, Tango. La mezcla milagrosa. La Nación Sudamericana, 2007.

Pió XII. Alocución radial sobre la democracia, 24/12/1944.

Pujol, Sergio. En nombre del folclore. Biografía de Atahualpa Yupanqui. Emecé 2008.

Ricoeur, Paul. Historia y verdad, Encuentro Ediciones, 1990.

Sánchez Sorondo, Marcelo. La Argentina por dentro. Sudamericana, 1988.

Sarmiento, Domingo F. Facundo. Booket Clásicos Argentinos, 2007.

Scalabrini Ortiz, Raul. El hombre que está solo y espera. Plus ultra 1973.

Scanonne, Juan Carlos. Nuevo punto de partida de la filosofía latinoamericana,Guadalupe, 1990.

Shumway, Nicolás. La invención de la Argentina, Emecé, 2005

Bibliografia General

Astrada, Carlos, El mito gaucho. Bs.As. Secretaría de Cultura de La Nación, 1994.

Cassirer, Ernst. Antropología filosófica. Fondo de Cultura Económica.

De Anquin. Mito y política. Arkhé, Córdoba, 1957 Farrell, Gerardo. Iglesia y pueblo en la Argentina. Patria Grande, 1986.

Hernández, Pablo. Conversando con el P. Castellani. Hachette, 1977.

Marechal, Lepoldo. Obras Completas, 5 tomos. Perfil libros, 1998

Vida de Santa Rosa de Lima. Castañeda, 1977

Martín Fierro o el arte de ser argentino.

La Opinión(sección cultural), 25/6/72.

Page 62: Leopoldo Marechal - Pensar y Amar La Patria

Marías Julián. Generaciones y constelaciones. Madrid, Alianza, 1989.

Medrano, José María. Los iniciales Cursos de Cultura Católica de Buenos Aires, Sin editar. Att.Carlos Sanz.

Ortega y Gasset, José. Obras Completas, tomo II. Madrid, Alianza, 1993

En torno a Galileo. Madrid, nevista de Occidente, 1984.

Palacio, Ernesto. Historia de la Argentina. Dos tomos. Huemul, 1965.

Perriaux, Jaime. Las generaciones argentinas. Eudeba, 1970.

Pujol, Sergio. Discépolo. Emecé, 1997.

Salas, Horacio. Homero Manzi y su tiempo, Vergara, 200l.

Sancnez Sorondo, Marcelo. Memorias. Sudamericana, 2001.

Viñas, David. Literatura argentina y política, De Lugones a Walsh. Sudamericana, 1996

Wally, Juan Waldemar. Generación argentina de 1940, Grandeza y frustración. Dunken, 2007.

Zuleta Alvarez, Enrique. El nacionalismo argentino. La Bastilla, 1970.