lengua materna, gramÁtica y

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LENGUA MATERNA, GRAMÁTICA YENSEÑANZA

Nuevos aspectos de un antiguo problema

1. Introducción

La evolución de la lingüística y el creciente convencimientode su utilidad para la enseñanza de lenguas han introducidonuevos temas para el análisis de especialistas y profesores, a lavez que han renovado antiguas controversias. Por ejemplo, sonrecientes las discusiones motivadas por la aceptación, en la en-señanza, del carácter social del lenguaje.1 Derivadas de esta acep-tación son las cuestiones vinculadas con la múltiple variacióndel lenguaje y su incidencia en la programación de los curriculay en la graduación de la enseñanza, especialmente de la lenguamaterna;2 también lo es la tendencia a destacar, de entre todaslas funciones del lenguaje, la función comunicativa,3 que derivaen una valorización de la lengua discursiva frente a lengua ex-presiva o literaria.1 Por otro lado, el antiguo y renovado pleitode las 'nociones de norma y prestigio lingüísticos están recibien-

1 Cf. S. PIT CORDER, Introdiicing Applied Linguistics, Harmondsworth,1973; p. 29.

2 Gf. MARÍA B. F. DE WEINBERC, "Variación lingüística y enseñanza delespañol" (inédito)); NELIDA E. D. DE MIRANDE, "Lingüística y planificaciónde la enseñanza de la lengua", en HE, Revista del Instituto de Investiga-ciones Educativas, (Buenos Aires), año 1, n? 3 (1957), pp. 71-80; "Planifi-cación lingüística en la enseñanza del español como lengua materna" (iné-dito). Esta última y la contribución de F. de Weinberg fueron leídas en laJornada "¿Qué le puede ofrecer la lingüística a la enseñanza de lenguas?"celebrada en La Plata, con auspicio del Instituto Argentino de LingüísticaAplicada, el 24 de julio de 1976.

3 Cf. FRÉDÉRIC FRANCOIS, "Los caracteres generales del lenguaje. Conse-cuencias pedagógicas", en JEANNE MARTINET (ed.), De la teoría lingüísticaa la enseñanza de la lengua, Madrid, 1975; pp. 11-25-

* Cf. JORGE DÍAZ VÉLEZ, "Orientaciones generales para la enseñanza de lalengua materna". Documento didáctico n9 1 (edición mimeográfica), Minis-terio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, Dirección de Ense-ñanza Media, 1975.

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do nuevos enfoques y aportes.5 Dentro del marco de los nuevosasedios a viejos problemas, retomaré aquí la cuestión de la uti-lidad de la gramática para la enseñanza de la lengua maternaa nivel secundario.0

2. Estado del problema

En la tradición lingüística española, los hitos principales delproblema en lo que va del siglo son los siguientes:

a) En 1912 Rodolfo Lenz publica su conferencia "¿Para quéestudiamos gramática?"7 Aparecen en este folleto, salvo mati-ces originados por la orientación estético-historicista del autor,las ideas fundamentales sobre el tema, que volverán a manifes-tarse en autores posteriores y que le otorgan a éste y otros estu-dios de Lenz8 un valor paradigmático. En esencia, Lenz distin-gue el idioma como uso espontáneo, inconsciente, frente al idio-ma como objeto de conocimiento; diferencia hoy recubierta conla pareja 'lenguaje-metalenguaje'. Para adquirir el primero, nohace falta estudiar gramática; sí para el segundo y, también,para el manejo adecuado de ciertos aspectos de la lengua escrita(puntuación, ortografía); por último, el conocimiento gramati-cal es necesario para el aprendizaje de lenguas extranjeras. Elestudio gramatical, además, enseña a "pensar bien" y, por mo-mentos, "ahorra tiempo al aprendizaje por imitación".

£?) En 1922 se publica la versión española del libro de LauraBrackenbury La enseñanza de la gramática.® Está referido al in-glés como primera lengua y, dejando de lado algunos aspectos

6 Gf. JUAN M. LOI-E BLANCH-, "El concepto de prestigio y la norma lin-güística del español", Anuario de Letras^ X (1972) pp. 29-46; JORGE DÍAZVÉLEZ, "Los criterios de corrección lingüística". Románica I (1968), pp.9-18; ÁNGEL ROSENHLAT, "El criterio de corrección lingüística. Unidad opluralidad de normas en el español de España y América", Bogotá, Insti-tuto Caro y Cuervo, 1967, 36 pp.; JORGE SuAaEZ, "El problema de la correc-ción lingüística", en Cátedra y Vida (Buenos Aires), n<? 55 (1965), pp. 8-17.

0 Un primer asedio lo he realizado con la comunicación "Hacia una re-deCinición del rol cíe la gramática en la enseñanza de la lengua materna",leída en el IV Congreso de la ALFAL, Lima, enero de 1975.

7 Santiago de Chile, s.e., 40 pp.a La enseñanza del castellano y la reforma de la gramática, Santiago de

Chile, 1920, 53 pp.; "La reforma de la gramática", Anales de la Universidadde Chile, 1924, 38 pp.

9 Madrid, La Lectura, 185 pp.

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que no interesan ahora, su tesis central es que el valor de lagramática reside en su condición de instrumento para ejercitarel pensamiento de los alumnos.

c) También en 1922, publica Américo Castro su libro La en--senanza del español en España.™ Sostiene que el conocimientogramatical "no interviene para nada" en la obtención del do-minio práctico del idioma, y que es como la coronación de losestudios idiomáticos del joven.

d) En 1940, Amado Alonso replantea brevemente el tema ensu nota "Los nuevos programas de lengua y literatura".11 Su pre-ocupación principal es "el revoltijo" del programa de 1940; sinembargo, de algunos de sus pasajes se puede deducir su opiniónsobre el problema: la gramática coadyuva al dominio prácticodel idioma, y este dominio es el objetivo central de los cursosde "Castellano".

e) En 1956, Luis Juan Piccardo publica "Gramática y ense-ñanza",12 otro de los momentos paradigmáticos de la controver-sia. Apoyándose en orientaciones teóricas de Eugenio Coseríu,repasa la historia del problema, revisa algunas ideas de Lem, yconcreta así su pensamiento sobre lo esencial de la cuestión: lagramática ayuda a la adquisición práctica del idioma, ahorratiempo al aprendizaje meramezite imitativo, ocupa lugar centralen el conocimiento reflexivo de la lengua, y "desarrolla las ca-pacidades interpretativas y analíticas del joven".

/) En 1964, Ángel Rosenblat publica La educación en Vene-zuela: Voz de alertad Uno de los artículos es "La gramática yel idioma", en el cual enfatiza el valor de la constante ejerrita-ción idiomática, arremete contra el gramaticalismo, y concluye:"La lengua es la más humana de las condiciones del hombre ¿yno nos va a interesar el conocimiento de su estructura íntimay de su funcionamiento [es decir el conocimiento de su gramá-tica]?" Propone "un mínimo de nociones gramaticales, en dosishomeopáticas", inspiradas en las modernas corrientes lingüísticas.

El artículo, ejemplar por la pasión con que defiende el buengusto idiomático y la eficacia comunicativa, introduce un aspec-to nuevo en la cuestión: la necesaria consideración de la com-posición social del estudiantado en el momento de determinar

10 Madrid, Victoriano Suárez, 108 pp.11 Revista de Filología Hispánica, Buenos Aires, II, pp. 55-57.12 En Estudios gramaticales, Montevideo, 1962, pp. 89-109.33 Caracas, Colegio de Humanistas de Venezuela. (El artículo que cito

ocupa las pp. 51-64).

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los contenidos y orientaciones cíe la enseñanza: "Hoy llegan ala escuela niños de tocios los sectores sociales, que reflejan en supronunciación, en su morfología, en su léxico, las más diversas,y hasta catastróficas, tendencias de transformación lingüística.La escuela debe darles a todos un nivel de lengua decorosa.¿Podrá lograrlo con la larga definición del artículo o con la con-trovertida distinción de predicado y atributo?"

A través de esta reseña,14 puede advertirse: a) La coincidenciade los autores en el mantenimiento de la enseñanza sistemáti-ca de la gramática —a pesar de que algunos de ellos, corno Lenz,Castro, y Rosenblat, critican enfáticamente los riesgos ciertos deuna enseñanza centrada en lo gramatical— opinión fundada enalguna de estas razones: la gramática es indispensable para elconocimiento de la estructura y funcionamiento de la lengua;coadyuva al aprendizaje práctico del idioma; orienta en el usocorrecto; facilita la ejercitación de la inteligencia; es necesariapara el aprendizaje cíe lenguas extranjeras. £>) A pesar de estapersistencia, los mismos autores advierten que la gramática haido perdiendo importancia relativa para la enseñanza de la len-gua materna, tendencia que no se ha reflejado con la intensi-dad necesaria en la enseñanza oficial de la Argentina.15 Y esto,por una conjunción de razones: 1) La subsistencia en los pro-gramas de un alto porcentaje de contenidos gramaticales. Nosólo la composición, sino también la distribución, el estilo delos contenidos de los programas manifiesta claramente la im-portancia concedida a la gramática: mientras que los contenidosgramaticales están enumerados con prolijidad, los demás estánsólo enunciados. Esta desproporción se refleja también en losmanuales escolares, que influyen considerablemente en la orien-tación de la enseñanza. 2) La clesactualización y envejecimientode los planes de estudio para la formación de profesores secun-darios, tanto a nivel terciario como universitario, que en lo queconcierne a su capacitación lingüística, salvo excepciones, sóloatienden a la preparación gramatical e histórica de los futurosprofesores de español. 3) El desequilibrio en favor de un enfo-que marcadamente teórico y enciclopedista de la enseñanza, en

11 Cf-, para una reseña de la cuestión desde otro punto de vista, LuisJAIME CISNEROS, Lengua y enseñanza, Lima, 1969, en especial, pp. 20-25.

3C Hago la salvedad de que la situación real de la enseñanza secundaríadista de ser uniforme. En éste, como en otros pasajes del artículo, genera-lizo por razones de brevedad.

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particular de la idiomática, que predomina en los planes deestudio.

3. Propósitos de este trabajo

Para esta indagación, ha obrado como estímulo la comproba-ción de las dificultades con que tropieza la escuela secundariapara lograr un nivel aceptable en la conducta lingüística oraly escrita del estudiante.

¿Cuáles son las causas? Muchas y concurrentes, y sólo algunasde ellas remediables desde la escuela; por ejemplo, el problemade los contenidos y métodos de la enseñanza. En este doble mar-co del qué y el cómo inscribo rni búsqueda.

He mostrado en el apartado anterior el papel que se le haatribuido a la gramática en la enseñanza. ¿Es el único posible?¿No habrá otro más apropiado para hacer frente a la actualproblemática de la enseñanza de la lengua materna? Eso es loque intentaré analizar. Reconozco desde ahora la deuda con losautores comentados anteriormente. Mis ideas han surgido, enparte, como desarrollo o contraste de aquellos estímulos. El re-conocimiento a tan ilustres antecesores, además de mi propiaexperiencia docente, me confirman en la índole de la propuesta,de cuyas inevitables flaquezas e inconsistencias la aligerarán lasobservaciones de colegas y especialistas.

4. Objetivos de la enseñanza de la primera lengua

Preguntar por el papel de la gramática —o de cualquier otroaspecto de la enseñanza idiomática—, requiere acuerdo previoacerca de la finalidad de la enseñanza dé la primera lengua,pues los fines condicionan los contenidos y los métodos. Piensoque muchas disputas se generan en la ausencia de una confor-midad previa acerca del sentido que tienen los cursos de lenguamaterna en la enseñanza secundaria.

En lo que atañe a los fines, Piccardo los ha expresado con sin-gular precisión, por lo que me permitiré transcribir su pensa-miento in extenso:

En general, y dado que las finalidades no existen de por sí sinoque las establecemos nosotros, puede decirse que en la enseñanzasecundaría, a la cual se circunscribirá nuestro estudio, la asigna-

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tura conocida, por Idioma Nacional (Español aquí) persigue dosclases de fines: generales y particulares. ..

Los primeros se desprenden del objeto hacia el cual apuntatodo este segundo ciclo de enseñanza, cuyo carácter fundamentales el ser formativo y educador. A través de cada asignatura, yen la medida de las posibilidades que ella ofrezca, se buscarádesarrollar la inteligencia del alumno, adiestrar su raciocinio,educar su sensibilidad, formar en él una conciencia moral. Nose trata únicamente, pues, de proporcionar, sumar conocimien-tos, sino de preferencia desarrollar las potencias espirituales deljoven. Generar una posibilidad de reducción de los conocimien-tos a ideas claras, crear el hábito de un discernir y un valorar,precisos y veloces, de esa idea: gimnástica fecunda de objetivoproyectado en un futuro. No sólo retención de lo acumulado,sino también potencial de un acrecentamiento autónomo pos-terior.

Entre los fines particulares de la materia cabe una distinción:a) aprendizaje práctico del idioma; b) conocimiento reflexivode la lengua como elemento integrante de la cultura general.En otras palabras: perfeccionamiento en el dominio de la téc-nica (saber hacer) y conocimiento de su "tecnología" (sabercómo hacer) (op. cit.3 p. 95).

A esto quiero agregar algunas precisiones. De una manera sim-plificada se puede afirmar que el niño comienza a tener un com-portamiento lingüístico a partir de los dos años aproximada-mente,10 comportamiento que se va desarrollando en el grupofamiliar, en el de amigos y en la enseñanza preescolar. Llegaa la escuela primaria a los seis años con un aceptable manejodel idioma. Por cierto que, al decir esto, también se simplifica,pues quedan de lado los condicionamientos económicos, socia-les, geográficos y culturales que hacen variar considerablementela índole de ese manejo y la respuesta que debe darle la es-cuela.

¿Qué significa "aceptable" en este contexto? Significa que unniño normal tiene adquirida a los seis años la sustancia del sis-tema fonológico, morfológico, sintáctico y lexicológico de sudialecto. André Martinet precisa al respecto:

De lo que hay que tener conciencia ante todo es de que el niñoque llega a la escuela... conoce su lengua... Conocer su lenguaquiere decir, más o menos, saber analizar inconscientemente cual-

" Cf. GIUSEPPE FRANCESCATO, El lenguaje infantil, Barcelona, 1971, enespecial, pp. 7-51.

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quier enunciado en sus elementos constitutivos mínimos y hablarno utilizando pasivamente sintagmas ya oídos, sino combinandolibremente las menores unidades significativas, los monemas,según los modelos que xitiliza la lengua para obtener formas queno se habían oído necesariamente con anterioridad. Un niñoque conoce el verbo complicar pero que no ha oído jamás elfuturo complicará, podrá, si sabe su lengua, fabricar este futurosobre el modelo de dar-dam, jugar-jugará y de mil otros paresde este tipo que ha oído con bastante frecuencia para saber enla práctica que lo que los gramáticos llaman la 3' persona delsingular del futuro se forma añadiendo /-ra/ a la parte del ver-bo que no cambia.17

No interesa plantear aquí la aceptabilidad en relación conuna norma tomada como modelo; en cambio, interesa destacarque esa competencia lingüística el niño la ha ido obteniendo—y la enriquecerá— a través de la actividad lingüística, es decir,de manera inconsciente, no premeditada y como respuesta —ori-ginada en su creatividad lingüística y en los estímulos prove-nientes de quienes lo rodean— a sus necesidades de comunica-ción.

El saber lingüístico del hablante en cuanto tal —niño o adul-to— es normalmente un saber no explícito, en el sentido de queno es un saber teórico, reflexivo, sino un saber hacer que semanifiesta en el hablar mismo.18 Sería, entonces, pertinente pre-suponer que en el niño existe una condición innata que lo pre-dispone para adquirir el lenguaje o, por lo menos, para adqui-rir conocimientos, entre los cuales está naturalmente el conoci-miento del lenguaje, en los términos en que concibe este cono-cimiento Goseriu.

En lo que a la escuela se refiere, se trata de estructurar pro-gramas que le brinden al alumno oportunidad de una intensaejercitación del lenguaje en su fa*¿ oral y escrita. El modo deentrenamiento lingüístico del niño en la escuela no tendría queser, en esencia, distinto del que efectúa en la familia o en elseno de la sociedad: actividad antes que reflexió?ij producciónde -mensajes antes que su descripción. Pero ese entrenamientoescolar se diferencia en que es sistemático, en el sentido de pla-nificado, y en que persigue objetivos de adecuación e integra-

» "El habla y lo escrito", en J. MARTINET, op. cit. en la n. 3, p. 64.18 CE. EUGENIO COSERIU, Sincronía, diacronfa e historia, Madrid, 1973, en

especial, p. 58.

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ción del niño a las actividades propias de una sociedad en con-tante cambio.

La enseñanza de la lengua materna en la escuela se propone,entonces, perfeccionar la conducta lingüística del alumno^ enri-queciéndola en las múltiples direcciones derivadas de la variante"estándar" utilizada como marco de referencia, de acuerdo conel proceso de maduración ¿fe i niño. Ese enriquecimiento resultaindispensable como preparación del alumno para su inserciónpositiva en la compleja red de relaciones de la sociedad a quepertenece, "para integrarse socialmente en un medio de mayoramplitud que aquél en el que ha vivido".18 En esencia, y conadecuación a la maduración del nivel, lo mismo es válido parala escuela secundaria, sólo que aquí habría que hacer compati-ble todo esto con los (necesarios) conocimientos sobre la lengua,aquellos que contribuyen a una mejor comprensión de la natu-raleza del lenguaje, su estructura, su adecuación social y su valorcomo presupuesto de cultura.

La formulación de estos objetivos genéricos presupone con-cebir como función central de la lengua la de la comunicación;no digo "única", porque existen usos derivados que entran endistinto grado y oportunidad en la esfera de la lengua. Así loentiende F. Francois:

Finalmente señalaremos que definir la lengua como instrumentode comunicación es afirmar .que en lo esencial su organizaciónse explica por ese carácter, sin negar por lo demás que puedatener otros usos, de expresión, de juego, de estilo, etc. Pero ta-les usos son derivados. Así, la enseñanza del estilo no puede sersino secundaria con relación a la enseñanza de la lengua 'co-mún', ya que el esfuerzo de estilo no puede ser comprendidosino como esfuerzo de diferencia con relación al uso común omás bien, ya que toda diferencia no es por sí misma hecho deestilo, esfuerzo para utilizar para fines de comunicación las ca-racterísticas de la lengua no necesarias para la comunicación(estructura rítmica o valor evocador de tal fonema, por ejemplo)(op. cit.f p. 17).

5. Fundamentos para la enseñanza de la gramática

Recorriendo la bibliografía especializada,20 se comprueba que

10 A. MARTINET, op. cit., p. 79,50 A los ya mencionados en el § 2, agrego: MANUEL J. SÁNCHEZ MÁRQUEZ,

Gramática moderna del español- Teoría y norma, Buenos Aires, 1972, 476

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los autores utilizan diferentes argumentos para fundamentar laconveniencia de la enseñanza gramatical. Me interesa destacary detenerme en dos de ellos: uno —el de que la gramática es unconocimiento necesario para el manejo práctico del idioma—,porque hace a la esencia de mi búsqueda; otro —el de que lagramática enseña a pensar— porque necesita cíe algunas preci-siones.

Según Piccardo (pp. 89-90), "hasta bien entrado el siglo xvni,la enseñanza del idioma nacional se realizó de manera total-mente práctica", y a partir de entonces "empieza a prevalecerla idea de la necesidad de los estudios gramaticales para poderhablar con perfección... quizá como rebote de una concepciónracionalista del lenguaje". Además de esta razón, otras causas(criterios heredados de la enseñanza del latín, purismo lingüís-tico, relevancia atribuida a la lengua escrita, sobre todo a laliteraria, etc.) han contribuido seguramente a otorgar un lugarprivilegiado a los aspectos gramaticales en la enseñanza. No esraro, aún hoy, escuchar que se identifique la enseñanza de lalengua con la enseñanza de la gramática, o que se aluda a éstacuando se pregunta qué se estudia en "Castellano". Analizarépor separado cada una de las dos razones apuntadas antes.

5.1. La transferencia o la posibilidad de obtener destreza idio-mática a través del estudio teórico del idioma

En psicología se habla de transferencia para aludir a las aso-ciaciones de todo orden que se establecen entre nuevos y viejosrecuerdos, conocimientos, habilidades, conductas, etc. El concep-to es muy utilizado en psicología del aprendizaje, y en el domi-nio de las lenguas ha tenido abundante uso a propósito delaprendizaje de lenguas extranjeras. Es natural que así haya sido,porque las interferencias —es decir, una modalidad de la trans-ferencia— entre la lengua fuente y la lengua objeto constituyenuna de las preocupaciones predominantes de la lingüística con-

pp.; "Algoritmo del análisis sintáctico", Románica (La Plata), VIII (1975),pp. 119-133; AMELIA SÁNCHEZ GARRIDO y MARÍA L. G. DE LEGUizAMÓN1, Lalengua malerna en la escuela secundaria, Buenos Aires, 1962, 59 pp.; MARÍAJESÚS DELGADO, La enseñanza del castellano en los colegios nacionales de laArgentina, Tucumán, Universidad Nacional, 1947, 93 pp.; SAMUEL GILÍ GAYA,Estudios de lenguaje infantil; Barcelona, 1972, en especial Parte VI; AVE-LINO HERRERO MAYOR, Lengua y gramática en la enseñanza, Buenos Aires,1969, 119 pp.; PIERRE GUÍRAUD, La gramática, Buenos Aires, 1967, 119 pp.

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trastiva aplicada a la enseñanza de lenguas extranjeras. En estecampo, el estudio de la transferencia por ahora sólo ha sidoparcial, dado que se ha puesto de relieve, casi con exclusividad,la interferencia, es decir, la transferencia negativa entre la len-gua conocida y la lengua por conocer, mientras que el interéspor la transferencia positiva ha sido considerablemente menor.A mi modo de ver, la diferencia se explica a partir de las con-cepciones predominantes acerca de los objetivos del aprendizajede lenguas extranjeras, las cuales, en general, han consideradocomo meta que el alumno llegue a hablar como un nativo. Paraesta ambiciosa nieta, es claro que habría que remover hasta elmás pequeño vestigio de otras lenguas, y, en particular, de laprimera lengua, que es la que provoca con frecuencia el mayorcaudal de interferencias. Yo no niego que, en ciertos casos, aun-que inalcanzable, esta meta sea pertinente; dudo simplementede que ésta sea la única y, en particular, la que figure comoobjetivo final de los estudios de segundas lenguas en la enseñan-za secundaria.

En la enseñanza de la primera lengua, los problemas de trans-ferencia no han estado presentes ni aun con ese carácter parcialque mencionaba para las segundas lenguas. En rigor, no lo hanestado como tema, como preocupación explícita; sin embargo,lo han estado en forma indirecta, implícita, puesto que se hanmanifestado ideas, se han propuesto soluciones y se han recha-zado otras que implicaban, aunque no en la nomenclatura, ma-nejarse con hechos de transferencia. Por cierto, se trata de unaforma de transferencia distinta a la que se manifiesta en el apren-dizaje de lenguas extranjeras; el caso qu'e me ocupa es la posibi-lidad de transferencia interna, es decir, transferencia entre aspec-tos, magnitudes distintas de una misma lengua: la materna.

Un ejemplo típico de problemas de transferencia "avant lalettre" lo constituye, precisamente, el de si a través del estudiode la gramática se puede alcanzar el dominio práctico de la len-gua; en otros términos: sí el estudio teórico produce pericia,adiestramiento, desenvoltura expresiva. En general, quienes seplantearon este interrogante lo resolvieron acertadamente, puesentendieron que eran magnitudes de naturaleza diferente, entrelas cuales no se establecía conexión o se establecía en mínimogrado, desestimable para su utilización en la praxis pedagógica.Citaré pasajes de algunos autores. Según Lenz,

El estudio teórico de las reglas cíe la. gramática nada tiene quever con el aprendizaje práctico de una lengua. Querer aprender

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una lengua por el estudio de la gramática es como aprender atocar violín leyendo tratados de música y métodos de violín sintomar el instrumento, sin ejercitar los dedos... Creer que parahablar sea necesario tener nociones teóricas de gramática, es unabsurdo tan grande como si se dijera que el que no sabe lógica,es decir, la ciencia de la lógica con sus términos técnicos y defi-niciones, no es capaz de ordenar sus pensamientos y de hablarrazonadamente.21

El dominio de la lengua es un arte, que se adquiere con la prác-tica, que nada tiene que ver con su estudio teórico. Lenz con-cluía así su análisis de lo que hoy día se podría rotular con eltérmino de transferencia:

¿Cómo se explica entonces la ineficacia del estudio teórico dereglas gramaticales para dar al alumno el dominio sobre su len-gua patria en la forma literaria? Se explica del mismo modocomo podría explicarse el resultado por demás insuficiente delsistema deductivo gramatical para enseñar lenguas extranjeras:porque la idea que se tenía de la gramática era enteramentefalsa. La gramática no es, ni ha sido jamás, un arte en él sentidopropio de la palabra; la gramática es una ciencia. Hablar unalengua es un costumbre que se adquiere paulatina e inconscien-temente, hablar bien eso sí que es arte. ¿Desde cuándo se aprendeun arte estudiando una ciencia? (id., p. 17).

Para Piccardo, la alternativa planteada por Lenz se resuelve así:

A esta altura de lo que llevamos dicho, la respuesta parece ob-via: las dos definiciones [gramática como arte o como ciencia]apuntan hacia gramáticas distintas. "Arte para hablar y escribircorrectamente" es la gramática normativa, de finalidad didáctica,que quiere indicarnos cómo se debe decir según determinadomodelo que se ha escogido como patrón; "ciencia que estudia elsistema de la lengua" es la gramática descriptiva o científica, queregistra toda la variedad de aspectos de la lengua sin atender amodelo o criterio de corrección alguno, que nos informa de lasdistintas maneras cómo se dice (op. cit., pp. 94-95).

Ambos autores se distancian aún más cuando Piccardo afirmaque la gramática "puede coadyuvar" al aprendizaje práctico delidioma, defendiendo, por tanto, una posibilidad de transferen-cia.

a Art. cit.} pp. 22-23

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Para mi punto de vista, la oposición "gramática descriptiva-gramática normativa" no supera la oposición "gramática comociencia o como arte"; simplemente la formula en otros términosy, en parte, llega a complicarla, puesto que no saca la cuestióndel dominio teórico: sea descriptiva o normativa, lo importantees que continúa siendo gramática, una vía eminentemente teó-rica de acceso al lenguaje. Hay otra inconsistencia en la fórmulade Piccardo: lo normativo abarca al cuerpo entero de una len-gua y no sólo a su aspecto morfosin tac tico.

Aduciré otro testimonio más, referido esta vez al inglés comolengua materna. Dice William B. Carne:

No pensamos que sea totalmente imposible enseñar habilidadespor esta vía [mediante el estudio de la gramática]. Sin duda, al-gunas reglas se reflejan, hasta cierto punto, en la actuación lin-güística e incluso hay alumnos que aprenden rápidamente a tra-vés de las reglas. Sería necio sostener que no hay conexión entrenuestro conocimiento del lenguaje y nuestra actuación lingüís-tica. Nuestra opinión es que resulta improbable que estas rela-ciones consistan en una simple transferencia lineal entre reglasy actuación. Además, no sólo nuestra propia experiencia en elaula nos sugiere que la afirmación de tal transferencia no esconcluyente, sino también varios estudios en este campo han de-mostrado la inhibición de las habilidades creativas del lenguajecomo consecuencia del entrenamiento en las reglas.22

Currie repasa luego las opiniones de varios autores en lo queva del siglo, que ponen en duda la posibilidad de tal transfe-rencia, y concluye citando a R. J. Harris:

Hay tanta correlación entre conocimiento gramatical y habili-dades expresivas en inglés como la que hay entre dos tópicos sinconexión entre sí. De verdad, existe mayor correlación entre arit-mética y gramática que entre ésta y composición (p. 13) .

En principio, se puede concluir, pues, que estudio de la gramá-tica y adquisición de habilidades en el manejo del español oraly escrito son hechos que pertenecen a dominios de naturalezadistinta; que el primero comporta una aproximación teórica alidioma —que desarrolla, por tanto, otras facultades que no lasprácticas— y el segundo, una utilización instrumental del mismo;que es altamente improbable llegar a obtener el segundo por

" New directions In ¿eaching English language, London, 1973, p. 12.

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la vía del primero, pues las posibilidades de transferencia, deexistir, son mínimas; en efecto, la transferencia "depende mu-cho más de la semejanza del contenido mental que de la seme-janza del proceso que la mente realiza. El razonar sobre figurasgeométricas no ayudará a nadie a hacer inferencias a propósitode acontecimientos históricos o problemas políticos".23

No pretendo ignorar que la lengua está estructurada sobre labase de la gramática; que cada lengua tiene su gramática; quecuando se habla o escribe, se lo hace con arreglo inconsciente aesa gramática. Ese "conocimiento" no adecuado, no explícito,se adquiere conjuntamente con Ja lengua, y no es de ningúnmodo reflexivo, teórico, como lo es, sin duda, el estudio sistemá-tico de la morfosin taxis de una lengua.

Es interesante tener en cuenta cómo se plantea Pit Gorder elmismo problema de la utilidad de la gramática en el aprendi-zaje de lenguas extranjeras, confirmando que participa de lamisma incertidumbre con respecto a la posibilidad de afirmarla existencia de alguna clase de transferencia entre reglas grama-'ticales y actuación lingüística:

Pero todavía nos encontramos con una confusión entre este en-foque [el enfoque lingüístico] y el psicológico a propósito de lainterminable discusión sobre "la enseñanza de la gramática". Elproblema es que —como lo han señalado Quirk, Greenbaum,Leech y Svartvik— el término "gramática" es ambiguo. Se lo usatanto en sentido psicológico como lingüístico. Los profesorestratan de resolver esta ambigüedad diciendo que lo que debemoshacer es enseñar la lengua, no sobre la lengua, con lo que quie-ren significar que debemos obtener hablantes antes que lingüis-tas, personas que puedan "hablar la lengua" antes que "hablaracerca de la lengua". Es rigurosamente cierto que los lingüistaspueden hablar acerca de una lengua que no hablan. Una de lasmayores críticas a los métodos tradicionales fue la de que acer-taron más en lo último que en lo primero. La "enseñanza dela gramática", entonces, puede ser entendida psicológicamentecomo medio de capacitar al alumno para producir enunciadosque puedan ser considerados gramaticales por el lingüista, y lin-güísticamente como medio de informar al alumno acerca de lasreglas gramaticales de -la lengua. Si hacer ¡o último es una víaútil para obtener lo primero es una cuestión sometida a debate

23 CYRIL BURT, citado por M. I. FINLEY, "La 'crisis en las lenguas clásicas",en el volumen colectivo Crisis en las humanidades (J. H. PLUMEA ed.), Bar-celona, 1973, p. 25.

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en la psicología de la enseñanza de lenguas. [El subrayado esmío]. La respuesta a la pregunta "¿debemos enseñar gramática?"es, por lo tanto, psicológicamente "sí", lingüísticamente "talvez"

Gomo se ha mostrado hasta ahora, aun los más entusiastas seexpresan con cautela en el momento de definir la utilidad dela gramática para el dominio práctico de la lengua; prudenciaque revela Piccardo, por ejemplo, cuando afirma que "existe unaimportantísima y extensa zona de la lengua que, por lo menosen la concepción tradicional, escapa a su jurisdicción [la de lagramática]: el vocabulario" (op. cit,, p. 94); o cuando, en rela-ción con los escasos resultados obtenidos con el empleo de lagramática en el aprendizaje del idioma, transcribe el desalientocíe Andrés Bello por lo mismo:

El estado lastimoso de corrupción en que va cayendo entre nos-otros la lengua nativa, no podrá remediarse sino por la lecturade las buenas obras castellanas. Multipliqúense cuanto se quieralas clases de gramática; ellas darán, a lo sumo, un lenguaje gra-malicalmente correcto; y, en conciencia, debemos decir que nohan producido ni aun ese resultado hasta el día. Pero ¿darán la'posesión del idioma? ¿Podrán suministrarnos el acopio necesariode palabras y frases expresivas, pintorescas, de que tanto abunda?[El subrayado es mío].

Hay que aceptar, en conclusión, que la afirmación de que lagramática es necesaria para el dominio práctico del idioma estáfuertemente controvertida, y que parecería prudente tomar estaconclusión seriamente en cuenta a la hora de la reconsidera-ción del actual programa de "Lengua", tanto a nivel primariocomo secundario.

5,2. La gramática como ejerciiación de la inteligencia

Resta por analizar el otro de los argumentos en favor de laconveniencia de la enseñanza gramatical: el de que la gramáticaresulta un medio idóneo para enseñar a pensar. La afirmaciónnecesita, previamente, de precisiones.

En el análisis sintáctico, en especial, se ejecutan algunas ope-

w Op. dt,, en la n. I, pp. 29-30.

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raciones intelectuales tales como observación, análisis, compara-ción, relación, deducción y generalización, de importancia cen-tral para el desarrollo mental del adolescente. Ésto ha hechoafirmar, apresuradamente, que la gramática enseña a pensar,torna más inteligente al alumno. Es ésta una formulación erró-nea de un hecho cierto, pues los seres humanos normales nacencon inteligencia, con capacidad de raciocinio, y de lo que setrata es de exponerlos a situaciones que requieran de la aplica-ción de esa facultad.25 Y éste es el caso de la gramática, queofrece ocasiones para ejercitar la mente a través de los procesosintelectuales que pone en marcha, algunos de los cuales he men-cionado antes. En medio de una enseñanza repetitiva, en la quepredomina la acumulación inorgánica de información, el servi-cio que la gramática presta en este sentido es encomiable. Asílo han entendido unánimemente los autores, por lo que entien-do que no hay necesidad de citar ninguno en particular.

Para lograr los beneficios apuntados, la enseñanza gramaticaltiene que ser sistemática, constante y complementada con abun-dante ejercitación, pues en esta etapa opera la mayoría de losprocesos mentales señalados; la única limitación debería ser lagraduación de los contenidos según el proceso de maduraciónde los alumnos. De modo que enseñar lo esencial de la morfo-logía y sintaxis, o enseñarlas con cuentagotas, o en "dosis ho-meopáticas", o tantas otras fórmulas que se repiten es, a lo sumo,una manera de tranquilizar la conciencia y de eludir la cuestiónde base. Con estas fórmulas, lo que se consigue es invalidar enlos- hechos las virtudes de la enseñanza de la gramática a que hehecho mención. Ya Amado Alonso decía: "Quítese de una veztodo rastro de gramática: eso sería menos malo, íero si hay quesaber algo, en el terreno que fuere, que se sepa bien, del mismomodo que si hay que hacer algo, que se haga bien" (op. cit.,p. 57).

Una enseñanza gramatical bien realizada —la única que ase-gura frutos en la ejercitación intelectual— reclama prácticamen-te todo el tiempo que los programas preveen para el curso de"Castellano". ¿Qué queda para la lectura de prosa y poesía, lalectura comentada de textos, la ejercitación oral y escrita, losejercicios de vocabulario, la consideración de los necesarios as-pectos normativos en punto a léxico, pronunciación, puntua-ción, ortografía, gramática y temas teóiicos?

28 Cf. Luis A. MACHADO, La revolución de la inteligencia, Buenos Aires,1976; 144 pp.

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En vista del desequilibrio apuntado, cabría formularse estapregunta: ¿No sería posible llegar al fin altamente estimable deejercitación intelectual sin resentir, o resintiendo en mínimogrado, el enfoque operacional de la enseñanza, sin el cual todoslos esfuerzos para el mejoramiento expresivo de los alumnosestán condenados al fracaso? Creo que sí: la aplicación de lastécnicas de trabajo intelectual —subrayado, jerarquización delas ideas, organización de los contenidos, reconocimiento de ideasprincipales y secundarias, resumen, reelaboración, síntesis, etcé-tera-0— ofrece ocasiones para pensar, para relacionar, para rea-lizar más o menos las mismas operaciones implicadas en el aná-lisis morfosintáctico, sin abandonar el enfoque operacional dela enseñanza, el cual postula trabajar con la lengua antes quesobre la lengua, tan necesario para el adiestramiento lingüís-tico del alumno.

Pienso que, además del ya señalado, todos los aspectos de laenseñanza del idioma ofrecen posibilidades de un trabajo inte-lectual estimulante, formativo de la disciplina mental y, porende, vital de los estudiantes. En mayor o menor grado, tantola lectura, comprensión y comentario de textos, como el enri-quecimiento léxico, como los ejercicios de expresión escrita27 yhasta el aparentemente tedioso proceso de fijación ortográfica,permiten al profesor diligente y emprendedor hacer realizar asus alumnos una tarea intelectual estimulante y enloquecedora.

El análisis realizado en los §§ 5.1 y 5.2 ha permitido poneren duda la validez de los dos principales y más frecuentes argu-mentos en favor de la enseñanza gramatical. Se puede asegurar

M Todas estas son operaciones que se efectúan en el análisis de textos enlengua informativa o discursiva, variante intencional de lengua que seutiliza cuando se quiere transmitir contenidos de conciencia, objetivamente,sín la intervención, o con mínima intervención, de la subjetividad. Respec-to a su utilización en la enseñanza, se pueden consultar estos trabajos:ELENA M". E. DE JuAREZ, Estudio dirigido. Técnicas de trabajo intelectual,Buenos Aires, 1971; Louis R.ATHS, S. WASSERMAN y otros, Cómo enseñar apensar, Buenos Aires, 1971; BURTON, KIMBALL y WiNc, Hacia un pensamien-to eficaz, Buenos Aires, 19G9. Algunas de las operaciones mencionadas sonaplicables, también, al análisis de textos en lengua expresiva, aunque eneste caso entran en juego otros aspectos de la personalidad del adolescente:sensibilidad, fantasía, intuición, etc., igualmente dignas de cultivo.

27 Cf. MARTHA G. DE LENTINI, El diálogo basado en una secuencia de .si-luetas, Buenos Aires, 197G; 38 pp.

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que su papel es mínimo o nulo en la adquisición de habilida-des y destrezas idiomáticas; que no es el único recurso para laejercitación intelectual y que, incluso, existen otras vías de ac-ceso que hacen más fácilmente compatible la consecución de esteobjetivo —sin duda, fundamental— con el necesario enfoqueoperacional, sin el cual la enseñanza del idioma materno pierdesentido.

6. Reubicación de la gramática en la enseñanza de la primeralengua

Según los programas vigentes, los contenidos gramaticales cons-tituyen el núcleo de la enseñanza idiomática en mi país y, posi-blemente, en otros muchos.28 Es una situación que viene de lejosy que, vista desde la perspectiva de la lingüística, se puede ca-racterizar como de predominio de los aspectos intrasistemáticosen desmedro de los aspectos extrasistemáticos de la lengua; sonéstos, sin embargo, los que más interesan a la hora de la selec-ción de los contenidos teóricos de la enseñanza, pues resultande la presión que ejercen los factores psicológicos, sociales y cul-turales sobre la producción lingüística del hablante. Por lo de-más, hay que tener presente que la lingüística en sentido estrictosólo se ocupa de la descripción de lo que se va a enseñar; latarea de selección, de determinar qué conviene enseñar —nece-sariamente previa a su descripción— corresponde en parte a lalingüística en sentido amplio, al conjunto de disciplinas (o aparte de ellas) reunidas bajo la denominación genérica de ma-crolingüística o lingüística externa.

En el mejor de los casos, la escuela se ha preocupado pordesarrollar predominantemente una competencia gramatical' an-tes que una competencia comunicativa, que asegure la pro-ducción de enunciados apropiados, no sólo al contexto lingüís-tico sino, sobre todo, al contexto situacional, pues la lengua esuna suma de significados formales, ideales y de significados ensituación.

La sobreabundancia de contenidos gramaticales ha contribui-do al arraigo de una actitud teó'rica ante la lengua, originada enuna concepción global de la enseñanza todavía no enmendada.El estudiante aprende, si acaso, a conocer un aspecto de su len-

38 Téngase presente lo dicho en la nota 15.

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gua —el morfosintáctico— pero ignora cómo emplearla, cómovalerse de ella para dar expresión matizada a su pensamientoy fantasía, cómo convertirla en instrumento eficaz para la inter-acción con los miembros de su comunidad.

Para los propósitos de la escuela, la lengua debe ser, priori-tariamente, algo con lo cual se habla y, secundariamente, algode lo cual se habla. Esto supone la necesidad de revisar la con-cepción que sustenta a los programas actuales de "Castellano":el alumno, con sus carencias y expectativas, debe ser el centrode la enseñanza y no la lengua. Una cosa es lo que el alumnonecesita aprender y otra, lo que la escuela quiere enseñarle; unacosa, las necesidades del aprendizaje y otra, las de la enseñanza.

La preferencia dada a lo gramatical en nuestros me Lodos deenseñanza implicó destacar los aspectos lingüísticos sobre los co-municativos, en el sentido de que la escuela se detuvo tradicio-nalmente en la descripción de los enunciados lingüísticos o, porlo menos, en el aspecto morfosintáctico de tales enunciados, conolvido de todos o gran parte de los factores condicionantes delacto de habla. Hasta ahora se ha acentuado el estudio de laestructura interna de la lengua; debe acentuarse en el futuroel estudio de las relaciones entre individuo, lengua y sociedad: elestudio de la lengua con vista a su uso con fines comunicativos.

Tradicionalmente la escuela ha operado con la noción de lalengua como con algo inmóvil, definitivamente hecho, no some-tido a la influencia ineluctable del tiempo, la sociedad y losindividuos que hablan esa lengua. No es por causalidad que estapreferencia por lo gramatical se haya correspondido con la pre-eminencia dada a la lengua escrita, especialmente la lengua dela literatura de las épocas o autores considerados clásicos; am-bas, a la hora de la renovación de enfoques y contenidos, apa-recen como las más cuestionadas. Es sintomático, también, quela declinación de la preponderancia del eje " grama ti ca-lengualiteraria" sea acompañada de una ampliación de los criteriospara la selección de la lengua estándar, de una revalorizaciónde la lengua hablada en sus múltiples manifestaciones y de uncreciente interés por obras y autores más cercanos en el tiempo.

Producido el desplazamiento que acabo de mencionar; demos-trada en el § 5.1 la casi nula utilidad de lo gramatical en laadquisición práctica de la lengua, y sugerida la posibilidad (en§ 5.2) de hacer de todo el aprendizaje idiomático una ocasión deenriquecimiento y estímulo intelectual, es decir, cuestionados lospilares de la enseñanza gramatical, cabe inquirir por la misión

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que podrían cumplir los contenidos gramaticales en una ense-ñanza de la lengua materna cuyas directrices quedan así bos-quejadas.

Una advertencia previa: mi búsqueda no intenta acumularargumentos para eliminar 3a gramática de los programas de "Len-gua"; al contrario, estoy convencido de que si no se reaccionaa tiempo, la gramática cargará con culpas propias y ajenas. Elenvejecimiento no es de la gramática, sino de los fines que sepretende alcanzar con ella; su valor para la enseñanza de la len-gua sigue siendo insustituible, a condición cíe asignarle un pa-pel más acorde con las necesidades del aprendizaje y con losprogresos de las ciencias del lenguaje.

Adelanto, sintéticamente, la respuesta a la pregunta expresadamás arriba: en dos momentos distintos deben intervenir los con-tenidos gramaticales en la enseñanza de la primera lengua: 1)como parte del estudio teórico, reflexivo sobre la lengua} y 2)como recurso para resolver dificultades concretas del aprendi-zaje práctico de la lengua. Aquél, sistemático; éste, ocasional,correctivo, si se quiere.

Los analizaré más en detalle. Como lo señalé en el § 4, coin-ciden teñí en te con Piccardo, la escuela secundaria debe hacercompatible la obtención de dos objetivos: el saber hacer (domi-nio práctico) y el saber cómo hacer (conocimiento teórico); enotras palabras, la lengua como actividad y como reflexión. Na-turalmente, en el orden y la proporción convenientes. En cuan-to al orden, sin duda que la etapa de adiestramiento debe serprimera en el tiempo, pues, por la forma como el alumno ha idoadquiriendo y desarrollando su lengua materna (cf. § 4), la des-treza, el pleno dominio de la lengua necesariamente precede ala reflexión sobre ella; el estudiante habla, escribe, su lengua,luego la estudia y la analiza. Como afirma Henry Sweet: "Noestudiamos la gramática para obtener el dominio práctico sobrenuestra lengua propia porque, dentro de la naturaleza de las co-sas, debemos tener ese dominio antes de comenzar el estudio dela gramática".29 Por otra parte, la cantidad de tiempo dedicadaa ambos objetivos dependerá del ritmo del aprendizaje; algunosllegarán más rápido al dominio práctico; otros lo harán más len-tamente. La única condición para pasar a la etapa de reflexiónserá la plena posesión de la lengua oral y escrita, cuyo cultivono deberá interrumpirse hasta la conclusión de los estudios se-cundaiios.-

19 Citado por LENZ, "¿Para qué estudiamos?", p. 22.

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La necesidad de una consideración teórica del lenguaje es loque aún tiene de válido y permanente aquella vieja intuiciónde la gramática como "lanua omnium scientiarum"; sólo queahora, a la luz del progreso de las ciencias del lenguaje, se debecompletar, enriquecer, la etapa reflexiva con otros conocimien-tos teóricos, indispensables para una visión más armónica e in-tegral de la lengua.

Además de la morfosintaxis, en esta ampliación de los conte-nidos teóricos habría que pensar en los siguientes aspectos: con-sideraciones sobre qué es el lenguaje; qué es una lengua en par-ticular, cómo se estructura, cuáles son sus aspectos y unidadesprincipales; nociones sobre los principales problemas de la fono-logía y lexicología de la lengua española; consideraciones sobrela variación social de la lengua, su adaptabilidad a las circuns-tancias del mensaje y sobre las nociones de prestigio y normalingüísticos; reflexiones sobre la relación entre lengua oral ylengua escrita y el valor de ésta para la transmisión y conserva-ción de la cultura; estudio de la historia de la lengua españolay, en particular, de la contribución de América a la lengua co-mún. Naturalmente que esta enumeración no es exhaustiva; sólopretende poner de relieve por dónde podrían ir las cosas en elmomento de p'ensar en los nuevos contenidos teóricos.30

Por cierto que en este enfoque que estoy proponiendo habríaque revisar, también, los actuales contenidos gramaticales. Entreoti-os motivos, por razones de tiempo no podrían ser tantos ni losmismos, y habría que pensarlos en distribución concertada conlos otros temas teóricos. Cualesquiera que ellos sean, deben pro-curar exteriorizar el conocimiento interiorizado que el alumnoha ido adquiriendo, en forma inconsciente, con la práctica de lalengua.

En cuanto al segundo momento referido más arriba, la gramá-tica es uno de los diversos medios con que el profesor puedeayudar a que los alumnos alcancen soltura expresiva. A esto hellamado el uso "instrumental y ocasional" de la gramática, locual ocurriría a propósito de las dificultades concretas que levayan surgiendo al alumno en su experiencia directa con la len-gua; la gramática como recurso, como auxiliar del aprendizajepráctico del idioma. Concretaba así mi pensamiento en el ar-tículo citado en la nota 6:

30 CE. ALBERTO ESCOBAR, Lenguaje y discriminación social en A mélicaLatina, Lima, 1972, en especial el capítulo "¿Para qué sirve la lingüísticaal maestro de Lengua?*

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Habría que imaginar, más bien, una gramática con carácter ins-trumental y de condición ocasional; a ella recurriríamos como lohacemos a la preceptiva literaria, a la teoría literaria, a la his-toria de la literatura, al diccionario, a los gráficos, a las ayudasaudiovisuales, etc. Sería un instrumento con el cual advertiría-mos al alumno de la existencia de una errónea puntuación, deuna concordancia imperfecta, de xma 'consecutio temporum' in-adecuada; un recurso con el cual lo ayudaríamos a entender untexto literario hermético, con alteraciones bruscas del orden delas palabras y figuras literarias más o menos sorprendentes. Con-cebida así, el estudiante no necesita saber gramática; sí nosotros,los educadores, para quienes enseñar lengua implica previamenteno sólo amarla, sino también conocerla.

Considero que las ideas que dejo expuestas podrían contri-buir a darle una perspectiva distinta a los contenidos grama-dcales en los estudios de lengua materna. No se puede desaten-der, me parece, el moderno desarrollo de la lingüística en tantasdirecciones útiles para la enseñanza de lenguas. La incorporaciónde nuevos contenidos a los programas de estudio, lejos de ir endesmedro de la gramática, le da a su presencia una utilidad yconsistencia que por sí sola ya no estaría en condiciones de al-canzar.

JORGE DÍAZVÉLEZ

Universidad (le La Plata.

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