lecturas celebración matrimonios

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Basílica del Santísimo Sacramento San Martín 1039, Buenos Aires Tel. 4311-0391 4312-2314 Curso Pre-matrimonial. Lectura del Libro del Génesis: (1, 26- 28. 31ª) Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra y todos los animales que se arrastran por el suelo". Y Dios creó al hombre a su imagen; los creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo diciéndoles: "Sean fecundos y multiplíquense llenen la tierra y sométanla, dominen los peces del mar las aves del cielo y todos los vivientes que se mueven sobre la tierra”. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Lectura del Libro del Génesis (2, 18- 24). Dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo' Voy a hacerle una ayuda adecuada". Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre par ver que nombre le pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre. El hombre dio un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada. Entonces el Señor hizo caer al hombre en un profundo sueño y, cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y rellenó con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: "¡Ésta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará mujer, porque ha sido sacada del hombre". Por eso, el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne. Lectura del Libro de Tobías (8. 4b-7) La noche de la boda, Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: "Levántate hermana, y oremos para pedir al Señor que nos manifieste su misericordia y su salvación. Ella se levantó, y los dos se pusieron a orar para alcanzar la salvación. Él comenzó así: "¡Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu nombre por todos los siglos de los siglos! ¡Que te bendigan los cielos y todas tus criaturas por todos los siglos! creaste a Adán e hiciste a Eva, su mujer, para que le sirviera de ayuda y de apoyo, y de ellos dos nació el género humano. Tú mismo dijiste: "No conviene que el hombre esté solo. Hagámosle una ayuda semejante”. Yo ahora, tomo por esposa a esta hermana mía no para satisfacer una pasión desordenada, sino para constituir un verdadero matrimonio. ¡Ten misericordia de ella y de mí, y concédenos llegar juntos a la vejez!". Lectura del Libro del Eclesiástico: (26, 1-4. 13 -14. 16) ¡Feliz el marido de una buena esposa: se duplicará el número de sus días! La mujer hacendosa es la alegría de su marido y él vivirá en paz hasta el último de sus días. Una buena esposa es una gran fortuna, reservada en suerte a los que temen al Señor: sea rico o pobre, su corazón será dichoso y su rostro estará radiante en todo momento. La gracia de una mujer deleita a su marido y su buen juicio lo llena de vigor. Una mujer discreta es un don del Señor y no tiene precio la esposa bien educada. Como el sol que se eleva por las alturas del Señor, así es el encanto de la buena esposa en una casa ordenada. Lectura del Libro del Cantar de los cantares. (2,8. 9b- 14. 16'; 8, 6-7) ¡La voz de mi amado! Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas. Ahí está: se detiene detrás de nuestro muro; mira por la ventana, espía por el enrejado. Habla mi amado, y me dice: "¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola. La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Paloma mía, que anidas en las grietas de las rocas, en lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante". ¡Mi amado es para mí, y yo para mi amado! Grábame como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo, porque el amor es fuerte como la muerte, inflexibles como el abismo son los celos. Sus flechas son flechas de fuego, sus llamas, llamas del Señor. Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos: (8,31b-35.37-39). Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Él que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores? ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el

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Lectura del Libro del Gnesis: (1, 26-28

Baslica del Santsimo Sacramento

San Martn 1039, Buenos Aires

Tel. 4311-0391 4312-2314

Curso Pre-matrimonial.

Lectura del Libro del Gnesis: (1, 26-28. 31)

Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y que le estn sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra y todos los animales que se arrastran por el suelo".

Y Dios cre al hombre a su imagen; los cre a imagen de Dios, los cre varn y mujer. Y los bendijo dicindoles: "Sean fecundos y multiplquense llenen la tierra y somtanla, dominen los peces del mar las aves del cielo y todos los vivientes que se mueven sobre la tierra.

Dios mir todo lo que haba hecho, y vio que era muy bueno.

Lectura del Libro del Gnesis (2, 18-24).

Dijo el Seor Dios: "No conviene que el hombre est solo' Voy a hacerle una ayuda adecuada". Entonces el Seor Dios model con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pjaros del cielo, y los present al hombre par ver que nombre le pondra. Porque cada ser viviente deba tener el nombre que le pusiera el hombre. El hombre dio un nombre a todos los animales domsticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontr la ayuda adecuada. Entonces el Seor hizo caer al hombre en un profundo sueo y, cuando este se durmi, tom una de sus costillas y rellen con carne el lugar vaco. Luego, con la costilla que haba sacado del hombre, el Seor Dios form una mujer y se la present al hombre. El hombre exclam: "sta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamar mujer, porque ha sido sacada del hombre". Por eso, el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

Lectura del Libro de Tobas (8. 4b-7)

La noche de la boda, Tobas se levant de la cama y dijo a Sara: "Levntate hermana, y oremos para pedir al Seor que nos manifieste su misericordia y su salvacin.

Ella se levant, y los dos se pusieron a orar para alcanzar la salvacin. l comenz as: "Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu nombre por todos los siglos de los siglos! Que te bendigan los cielos y todas tus criaturas por todos los siglos! T creaste a Adn e hiciste a Eva, su mujer, para que le sirviera de ayuda y de apoyo, y de ellos dos naci el gnero humano. T mismo dijiste: "No conviene que el hombre est solo. Hagmosle una ayuda semejante.

Yo ahora, tomo por esposa a esta hermana ma no para satisfacer una pasin desordenada, sino para constituir un verdadero matrimonio. Ten misericordia de ella y de m, y concdenos llegar juntos a la vejez!".

Lectura del Libro del Eclesistico: (26, 1-4. 13 -14. 16)

Feliz el marido de una buena esposa: se duplicar el nmero de sus das! La mujer hacendosa es la alegra de su marido y l vivir en paz hasta el ltimo de sus das. Una buena esposa es una gran fortuna, reservada en suerte a los que temen al Seor: sea rico o pobre, su corazn ser dichoso y su rostro estar radiante en todo momento.

La gracia de una mujer deleita a su marido y su buen juicio lo llena de vigor. Una mujer discreta es un don del Seor y no tiene precio la esposa bien educada. Como el sol que se eleva por las alturas del Seor, as es el encanto de la buena esposa en una casa ordenada.

Lectura del Libro del Cantar de los cantares. (2,8. 9b- 14. 16'; 8, 6-7)

La voz de mi amado! Ah viene, saltando por las montaas, brincando por las colinas. Ah est: se detiene detrs de nuestro muro; mira por la ventana, espa por el enrejado. Habla mi amado, y me dice: "Levntate, amada ma, y ven, hermosa ma! Porque ya pas el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, lleg el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la trtola. La higuera dio sus primeros frutos y las vias en flor exhalan su perfume. Levntate, amada ma, y ven, hermosa ma! Paloma ma, que anidas en las grietas de las rocas, en lugares escarpados, mustrame tu rostro, djame or tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante".

Mi amado es para m, y yo para mi amado! Grbame como un sello sobre tu corazn, como un sello sobre tu brazo, porque el amor es fuerte como la muerte, inflexibles como el abismo son los celos. Sus flechas son flechas de fuego, sus llamas, llamas del Seor. Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor, ni los ros anegarlo.

Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos: (8,31b-35.37-39).

Hermanos: Si Dios est con nosotros, quin estar contra nosotros? l que no perdon a su propio Hijo, sino que lo entreg por todos nosotros, no nos conceder con l toda clase de favores? Quin podr acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. Quin se atrever a condenarlos? Ser acaso Jesucristo, el que muri, ms an, el que resucit, y est a la derecha de Dios e intercede por nosotros? Quin podr entonces separamos de Cristo? Las tribulaciones, las angustias la persecucin, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos am. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ngeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura, podr separamos jams del amor de Dios, manifestado en Cristo Jess, nuestro Seor.

Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos: (12, 1-2. 9-13).

Hermanos: Yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una vctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer. No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfrmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cul es la voluntad de Dios: lo que bueno, lo que agrada, lo perfecto.

Amen con sinceridad. Tengan horror al mal y pasin por el bien. mense cordialmente con amor fraterno estimando a los otros como ms dignos. Con solicitud incansable y fervor de espritu sirvan al Seor. Algrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulacin y perseverantes en la oracin. Consideren como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad.

Lectura de la 1 Carta del Apstol san Pablo a los Corintios. (12, 31-13, 8).Hermanos: Ustedes aspiren a los dones ms preciosos. Y todava les voy a mostrar un camino mejor.

Si yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ngeles, y me faltara el amor, no sera ms que un bronce que suena y campana que toca. Si yo tuviera el don de profecas, conociendo las cosas secretas con toda clase de conocimientos, y tuviera tanta fe como para trasladar los montes, pero me falta el amor, nada soy. Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si entrego hasta mi propio cuerpo para ser quemado, pero sin tener amor, de nada me sirve. El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace importante. No acta con bajeza, ni busca su propio inters. El amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona. No se alegra con la injusticia y siempre agrada la verdad. El amor disculpa todo, todo lo cree, todo lo espera y todo los soporta. El amor nunca pasar.

Lectura de la Carta del apstol san Pablo a los Colosenses (3, 12-17)

Hermanos, como elegidos de Dios, sus santos y amados, revstanse de sentimientos de profunda compasin. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Soprtense los unos a los otros, y perdnense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Seor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revstanse del amor, que es el vnculo de la perfeccin. Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la accin de gracias. Que la palabra de Cristo resida en ustedes con toda su riqueza, instryanse en la verdadera sabidura, corrigindose los unos a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazn salmos, himnos y cantos inspirados. Todo lo que puedan decir o realizar, hganlo siempre en nombre del Seor Jess, dando gracias por l a Dios Padre.

Lectura de la 1 Carta del Apstol San Juan; (3, 18-24)

Hijitos mos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es ms grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas. Queridos mos, si nuestro corazn no nos hace ningn reproche, podemos acercamos a Dios con plena confianza, y l nos conceder todo lo que le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su hijo, Jesucristo y nos amemos los unos a los otros como l nos orden. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en l; y sabemos que l permanece en nosotros, por el Espritu que nos ha dado.

Lectura de la 1 Carta del Apstol san Juan (4, 7-12)

Queridos mos: Ammonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. As Dios manifest su amor: envi a su Hijo nico al mundo, para que tuviramos Vida por medio de l. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que l nos am primero y envi su Hijo como vctima propiciatorio por nuestros pecados. Queridos mos: Si dios nos am tanto, tambin nosotros debemos amamos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos unos a otros, dios permanece en nosotros y el amor de dios ha Regado a su plenitud en nosotros.

Lectura de la carta del Apstol San Pablo a los Efesios. (5, 2. 21-33).

Hermanos. Vivan en el amor, igual que Cristo nos ha amado y se ha entregado por nosotros. Sean sumisos unos a otros con respeto cristiano.

Las esposas que se sometan a sus maridos como al Seor, porque el marido es cabeza de la esposa, as como Cristo es cabeza de la Iglesia; l que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, as tambin las esposas a sus maridos en todo.

Maridos, amen a sus esposas como Cristo am a su Iglesia. l se entreg a s mismo por ella, para consagrarla, purificndola con el bao del agua y la palabra, y par colocarla ante s gloriosa, la Iglesia sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. As deben tambin los maridos amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. Amar a su esposa es amarse a s mismo. Pues nadie jams, ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

"Por eso abandonar el hombre a su padre y a su madre, y se unir a su esposa, y sern los dos una sola carne". Es este un gran misterio; y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. Resptense mutuamente y perdnense, cuando alguno tenga quejas contra otro. En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a s mismo, y que la esposa respete al marido.

EVANGELIOS:

Evangelio segn san Mateo: (5,13-16)

Jess dijo a sus discpulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, con qu se la volver a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaa. Y no se enciende una lmpara para meterla debajo de un cajn sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que estn en la casa. As debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que est en el cielo.

Evangelio segn san Mateo: (7, 21. 24-25).

Dijo Jess a sus discpulos: "No son los que me dicen: "Seor, Seor", los que entrarn en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que est en el cielo. As, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en prctica, puede compararse a un hombre sensato que edific su casa sobre roca. Cayeron la lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumb porque estaba construida sobre roca".

Evangelio segn san Mateo: (19, 3 -6).

Se acercaron a Jess algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "Es lcito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?" l respondi: "No han ledo que el Creador, desde el principio, los hizo varn y mujer, y que dijo: Por eso el hombre dejar a su padre y a su madre para unirse a su mujer; y los dos ya no ser sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".

Evangelio segn san Mateo: (22, 35-40).

Un fariseo, que era doctor de la Ley, le pregunto a Jess para ponerlo a prueba: "Maestro, cul es el mandamiento ms grande de la Ley?". Jess le respondi: "Amars al Seor, tu Dios, con todo tu corazn, con toda tu alma y con todo tu espritu. ste es el ms grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amars a tu prjimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.

Evangelio segn san Juan: (15, 9-17).

Jess dijo a sus discpulos: Como el Padre me ha amado, as lo he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecern en mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Les he hablado de esto para que m alegra est en ustedes, y esta alegra llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo lo he amado. Nadie tiene amor ms grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo hace su seor: los llamo amigos, porque todo lo que he odo de mi padre se los he dado a conocer.

No son ustedes los que me ha elegido, soy yo quien lo ha elegido, y los ha destinado para que vayan y den fruto, y ese fruto sea abundante. De modo que todo lo que pidan al Padre en mi nombre l se los d.

Evangelio segn san Juan: (2, 1-11).

Se celebraron unas bodas en Can de Galilea, y la madre de Jess estaba all. Jess tambin fue invitado con sus discpulos. Y cuando se acab el vino, la madre de Jess le dijo: "No tienen vino". Jess le respondi: Mujer, qu tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todava". Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que l les diga. Haba all seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificacin de los judos, que contenan unos cien litros cada una. Jess dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas. Y las llenaron hasta el borde. "Saquen ahora, agreg Jess, y llvenla al encargado del banquete". As lo hicieron. ste prob el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen; aunque los saban los sirvientes que haba sacado el agua, llam al esposo y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. T, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". Este fue el primero de los signos de Jess, y lo hizo en Can de Galilea. As manifest su gloria y sus discpulos creyeron en l.

Evangelio segn san Juan: (17, 20-23).

Jess levant los ojos al cielo, diciendo: "No ruego solamente por ellos, sino tambin por los que, gracias a su Palabra, creern en m. Que todos sean uno: como t, Padre, ests en m y yo en ti, que tambin ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que t me enviaste. Yo les he dado la gloria que t me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y t en m- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que t me has enviado, y que yo los am como t me amaste"