Medios de transportes

Cuento:

Run-run, EL AUTITO DE CARRERA

Run-run era un pequeño auto. Su madre y su padre pertenecían a la familia de los taxis. Diariamente salían a trabajar transportando pasajeros de un lugar a otro, y a veces a lejanas distancias.

Run-run crecía compartiendo las aventuras habituales de sus padres, hasta que un día. Muy serio les dijo:

-yo cuando sea grande, quiero ser auto de carrera, rápido y veloz.

Su padre preocupado respondió:

-lo creo difícil hijo, pues tu eres un taxi y no estás creado para correr a gran velocidad. -eso es lo que tú crees –le dijo Run-run-. Yo practicare todos los días y veras que podre competir y, por supuesto, ganar.

-bueno –le dijo su padre –eso lo veremos más adelante.

Run-run, obsesionado con su idea, practicaba diariamente. Daba vueltas y más vueltas por una gran avenida y luego, alrededor de una plaza. Ya lo conocía mucha gente por su afán de correr y por el gran ruido que producía: Rummm, rummm rummm……

Un día Run-run llamo a su padre diciéndole:

-voy a inscribirme para competir en una carrera de autos el próximo domingo.

-Por favor, Run-run dijo su padre –tú no estás preparado. No eres auto de carrera.

-pero lo seré –dijo Run-run, con gran seguridad-. Hoy me pintan de nuevo con colores vistosos, me cambian las puertas, los neumáticos, las luces. ¡Ya verás! Continúo Run-run.

-está bien –dijo su padre ante el entusiasmo de Run-run-. Yo te apoyare e iré a esa carrera. Llego el día de la gran competencia. Run-run lucia radiante, pero muy nervioso. Su padre, instalado como espectador en una gran galería, observaba atentamente.

De pronto el animador anuncio:

-un, dos, tres ¡partieron!

Comenzó la carrera y Run-run encabezada la competencia. Al cabo de un rato se fue quedando atrás y…. Llego en último lugar. Tremendamente apenado Run-run se lamentaba. Papá tenía razón, ¡snif! ¡Snif!. Yo no soy auto de carrera, soy un taxi. En estas reflexiones estaba cuando escucho la voz de su padre que le dijo:

-Run-run, no llores. Ser taxi es algo muy hermoso. Te sientes útil porque sirves diariamente a todo aquel que te necesite. Conoces amigos y puedes correr tanto como quieras. - convertirte en auto de carrera significaría cambiar tu motor, que es tu corazón, y ya no serias el mismo. Yo te quiero como eres ahora.

- yo también papá –dijo Run-run-. Hoy me he dado cuenta que este es mi destino y tengo unos maravillosos padres que me hacen muy feliz.

Luego de esta conversación, Run-run y su padre se fueron a pasear durante toda la tarde.