lectura 1 -el diablo de los numeros

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  • 8/17/2019 Lectura 1 -El Diablo de Los Numeros

    1/1

    EL DIABLO DE LOS NÚMEROS Autor: Hans Magnus Enzensberger 

    Capítulo 1 “La primera noche”

     Hacía mucho que Robert estaba harto de soñar. Se decía: Siempre me toca hacer el papel de tonto. Por

    eemplo! en sueños le ocurría a menudo ser tragado por un pez gigantesco " desagradable! " cuando estaba

    a punto de ocurrir llegaba a su nariz un olor terrible. # se deslizaba cada $ez m%s hondo por un interminable

    tobog%n. &a podía gritar cuanto quisiera 'Alto( o 'Socorro(! baaba m%s " m%s r%pido! hasta despertar bañado

    en sudor. A Robert le ugaban otra mala pasada cuando ansiaba mucho algo! por eemplo una bici de carrerascon por lo menos $eintiocho marchas. Entonces soñaba que la bici! pintada en color lila met%lico! estaba

    esper%ndolo en el s)tano. Era un sueño de increíble e*actitud. Ahí estaba la bici! a la izquierda del botellero! "

    +l sabía incluso la combinaci)n del candado: ,-/0. 'Recordarla era un uego de niños( En mitad de la noche

    Robert se despertaba! cogía medio dormido la lla$e de su estante! baaba! en piama " tambale%ndose! los

    cuatro escalones "... 1qu+ encontraba a la izquierda del botellero2 3n rat)n muerto. 'Era una esta4a( 3n truco

    de lo m%s miserable. 5on el tiempo! Robert descubri) c)mo de4enderse de tales maldades. En cuanto le $enía

    un mal sueño pensaba a toda prisa! sin despertar: Ahí est% otra $ez este $ieo " nauseabundo pescado. S+

    mu" bien qu+ $a a pasar ahora. 6uiere engullirme.

    Pero est% clarísimo que se trata de un pez soñado que! naturalmente! s)lo puede tragarme en sueños! nada

    m%s.

    # pensaba: &a $uel$o a escurrirme por el tobog%n! no ha" nada que hacer! no puedo parar de ning7n modo

    pero no esto" baando de $erdad. & en cuanto aparecía de nue$o la mara$illosa bici de carreras! o un uego

    para ordenador que quería tener a toda costa 8ahí estaba! bien $isible! a su alcance! al lado del tel+4ono8 !

    Robert sabía que otra $ez era puro engaño. 9o $ol$i) a prestar atenci)n a la bici. Simplemente la deaba allí

    Pero! por mucha astucia que le echara! todo aquello seguía siendo bastante molesto! " por eso no había

    quien le hablara de sus sueños. Hasta que un día apareci) el diablo de los n7meros.

    Robert $io a un señor bastante ma"or! m%s o menos del tamaño de un saltamontes! que se columpiaba en

    una hoa de acedera " le miraba con oos relucientes.

    Robert se alegr) de no soñar esta $ez con un pez hambriento! " de no deslizarse por un interminable tobog%ndesde una torre mu" alta " mu" $acilante. En su lugar! soñ) con una pradera. o curioso es que la hierba era

    altísima! tan alta que a Robert le llegaba al hombro " a $eces hasta la cabeza. Mir) a su alrededor " $io! usto

    delante de +l! a un señor bastante $ieo! bastante baito! m%s o menos como un saltamontes! que se mecía

    sobre una hoa de acedera " le miraba con oos brillantes. 816ui+n eres t72 8pregunt) Robert. El hombre le

    grit)! sorprendentemente alto: 8'So" el diablo de los n7meros( Pero Robert no estaba de humor para

    aguantarle nada a semeante enano. 8En primer lugar 8dio8! no ha" ning7n diablo de los n7meros. 81Ah! no2

    1Entonces por qu+ est%s hablando conmigo! si ni siquiera e*isto2 8& en segundo lugar! odio todo lo que tiene

    que $er con las Matem%ticas. 81Por qu+2 8;Si dos panaderos hacen /// trenzas en seis horas! 1cu%nto

    tiempo necesitar%n cinco panaderos para hacer