lección 24 - conversación con los griegos

8/13/2019 Leccin 24 - Conversacin con los griegos

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Deseado de Todas las Gentes, pg. , 601

Leccin, Sbado 14 de Diciembre del 2013


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Juan 12:20-22, Deseado de Todas Gentes, pg. 575.

www.iglesiadetrujillo.blogspot.comHaba ciertos griegos entre los que habansubido a adorar en la fiesta. Estos, se acercarona Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y lerogaron, diciendo: Seor, quisiramos ver aJess. Felipe fue y se lo dijo a Andrs; entonces

Andrs y Felipe se lo dijeron a Jess.Cristo estaba acercndose a la consumacin desu obra. El gran suceso que concerna no slo ala nacin juda, sino al mundo entero, estabapor acontecer. Cuando Cristo oy la fervientepeticin: Querramos ver a Jess, repercuti

para l como un eco del clamor del mundohambriento, su rostro se ilumin y dijo: Lahora viene en que el Hijo del hombre ha de serglorificado. En la peticin de los griegos viouna prenda de los resultados de su gransacrificio.Estos griegos, representando a las naciones, alas tribus y a los pueblos del mundo, vinieron aver a Jess. As tambin la gente de todas lastierras y de todas las edades iba a ser atradapor la cruz del Salvador.


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Juan 12:23; El Deseado de Todas las Gentes, pg. 576.

Jess les respondi: Ha llegado la hora paraque el Hijo del Hombre sea glorificado.Haba llegado la hora de la glorificacin deCristo. Estaba en la sombra de la cruz, y lapregunta de los griegos le mostr que el

sacrificio que estaba por hacer traera muchoshijos e hijas a Dios. l saba que los griegos leveran pronto en una situacin que no podansoar Cristo saba que su reino seraperfeccionado al hacer l esta propiciacin porlos pecados de los hombres, y que se

extendera por todo el mundo. l iba a obrarcomo Restaurador y su espritu prevaleceraEn estos extranjeros, vio la garanta de unagran siega, para cuando el muro de separacinentre judos y gentiles fuese derribado.La reunin de los gentiles haba de seguir a su

muerte que se acercaba. nicamente por sumuerte poda salvarse el mundo. Como elgrano de trigo, el Hijo de Dios deba serarrojado en tierra y morir y ser sepultado;pero volvera a vivir.



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7/15Juan 12:24; Deseado de Todas las Gentes, pg. 576, 577.

De cierto, os digo, que si el grano de trigono cae en la tierra y muere, queda solo;pero si muere, lleva mucho fruto.Cristo present lo que le esperaba y loilustr por las cosas de la naturaleza, a fin

de que los discpulos pudiesencomprenderlo. El verdadero resultado de sumisin iba a ser alcanzado por su muerte.Cuando el grano de trigo cae en el suelo ymuere, brota y lleva fruto. As tambin lamuerte de Cristo iba a resultar en frutos

para el reino de Dios. De acuerdo con la leydel reino vegetal, la vida iba a ser elresultado de su muerte. El grano de trigoque conserva su propia vida no puedeproducir fruto. Permanece solo.nicamente por la entrega de su vida podaimpartir vida a la humanidad. Cayendo alsuelo para morir, poda llegar a ser lasimiente de una vasta mies: la granmultitud que de toda nacin, tribu, lengua ypueblo ser redimida para Dios.



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9/15Juan 12:25; El Deseado de Todas las Gentes, pgs. 577, 578.

El que ama su vida, la perder; y el queaborrece su vida en este mundo, para vidaeterna la guardar.Con esta verdad, Cristo relaciona la leccin desacrificio propio que todos deben aprender.

Todos los que quieran producir frutos comocolaboradores de Cristo deben caer primeroen el suelo y morir. La vida debe ser echadaen el surco de la necesidad del mundo. Elamor y el inters propios deben perecer. Laley del sacrificio propio es la ley de la

conservacin. El labrador conserva su granoarrojndolo lejos. As sucede en la vidahumana. Dar es vivir. La vida que serpreservada es la que se haya dado librementeen servicio a Dios y al hombre. Los que poramor a Cristo sacrifican su vida en este

mundo, la conservarn para la eternidad. Unhombre puede juntar para s todo lo posible;puede vivir, pensar y hacer planes para s;pero su vida pasa y no le queda nada. La leydel servicio propio = ley destruccin propia.



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11/15Juan 12:26; Deseado Todas las Gentes, pg. 578.

Si alguno me sirve dijo Jess,sgame: y donde yo estuviere, alltambin estar mi servidor. Sialguno me sirviere, mi Padre le

honrar. Todos los que han llevadocon Jess la cruz del sacrificio,compartirn con l su gloria. El gozode Cristo, en su humillacin y dolor,consista en saber que sus discpulosseran glorificados con l. Son el

fruto de su sacrificio propio. Eldesarrollo de su propio carcter yespritu en ellos es su recompensa,y ser su gozo por toda la eternidad.Este gozo lo comparten ellos con la medida que el fruto de su trabajo

y sacrificio se ve en otros corazonesy vidas. Son colaboradores conCristo, y el Padre los honrar comohonra a su Hijo.



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13/15Juan 12:27; Deseado de Todas las Gentes, pgs. 578.

El mensaje dirigido a los griegos, al predecir lareunin de los gentiles, hizo recordar a Jesstoda su misin. La obra de la redencin pasdelante de l, abarcando desde el tiempo enque el plan fue trazado en el cielo hasta su

muerte, ahora tan cercana. Una nubemisteriosa pareci rodear al Hijo de Dios. Sulobreguez fue sentida por los que estabancerca de l. Por fin, rompi el silencio su vozentristecida que deca: Ahora est turbada mialma; y qu dir? Padre, slvame de esta

hora.Cristo estaba bebiendo anticipadamentela copa de amargura. Su humanidad rehua lahora del desamparo cuando, segn todas lasapariencias, sera abandonado por Dios mismo,cuando todos le veran azotado, herido de Diosy abatido. Un presentimiento de su conflicto

con las potestades de las tinieblas, el peso dela espantosa carga de la transgresin humana yde la ira del Padre a causa del pecado, hicierondesmayar a Jess, y la palidez de la muertecubri su rostro.



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i l i d t jill bl t


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Mateo 23:38-39; 2 Tesalonicenses 2:10, ltima parte, 12; D.T.G. pg. 574.

Ms para esto he llegado a estahora.

Luego vino la sumisin divina ala voluntad de su Padre. Poresto dijo, he venido enesta hora. Padre, glorifica tunombre. nicamente por la

muerte de Cristo poda serderribado el reino de Satans.nicamente as poda serredimido el hombre y Diosglorificado. Jess consinti enla agona, acept el sacrificio. ElRey del cielo consinti en sufrircomo portador del pecado.


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