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Programa de Capacitación Continua “Cumple tu ministerio”

© 2003 Iglesia Evangélica de Hermanos Congregados en el Nombre del Señor Jesús, A.R. Lección 1. Página 1/6

Fecha de impresión 24/04/2007 18:50:00

Lección 1:

La Biblia: El Libro de Dios

“Toda la escritura es inspirada por Dios...” (2 Ti. 3:16:17)

Objetivo

Que el siervo de Dios reafirme su posición en cuanto a que la Biblia es

inspirada por Dios en su totalidad y por lo tanto no contiene errores..

Introducción

La Biblia es la Palabra de Dios y siempre debe tener el primer lugar en

nuestra vida. Debe morar en abundancia en el corazón y la mente de

los santos, obispos y diáconos, para que al enseñarla lo hagan con el

poder y la autoridad que da el Espíritu Santo.

El tema es amplio por lo que analizaremos solo cuatro aspectos de él:

I. Inspiración

II. Revelación

III. Preservación

IV. Interpretación.

I. Inspiración

La inspiración divina es más que ingenio humano; es más que

iluminación, es más que redacción. Inspiración divina viene de una

palabra griega, “theopneustos” que se traduce “alentada” o “respirada

por Dios”. Así como Dios con un soplo le dio vida al hombre cuando

lo creó (Gn. 2:7), ha soplado su aliento de vida en las Sagradas

Escrituras y ese soplo lo ha convertido en un libro viviente (Heb.4:12).

Creemos en la inspiración plenaria (total) de la Biblia; algunos dicen

que la Biblia contiene la Palabra de Dios nosotros afirmamos que la

Biblia ES la Palabra de Dios.

Entendemos por “inspiración” que el Espíritu Santo poseyó de tal

forma a los autores que les dio poder, aunque sin privarles de su

propia personalidad, para que escribiesen bajo el control divino las

palabras de Dios mismo (2 S. 23:2; 1 Co. 2:13; Heb. 3:7; 2 P. 1:21).




Leemos muchas veces en el Antiguo Testamento: “Y dijo Dios”,

“Dios hablo”, “Así habló Jehová”, y frases similares. Los dieciséis

profetas que escribieron el Antiguo Testamento desde Isaías a

Malaquías aseguran que Dios hablo con ellos.

Cristo enseñó que el Antiguo Testamento fue inspirado por Dios (Mt.

5:18; Mr. 7:8; Lc. 16:29-31; Jn. 6:45).

Los apóstoles creyeron que el Espíritu Santo había inspirado el

Antiguo Testamento (Hch. 1:16; 2 P. 1:21; 2 Ti. 3:16).

Cristo prometió a sus discípulos que el Espíritu Santo vendría y los

capacitaría para escribir el Nuevo Testamento (Jn. 14:26; 16:13).

Los que escribieron el Nuevo Testamento se dieron cuenta de que eran

guiados por el Espíritu divino. Pablo (1 Co. 2:10; 14:37; Ef. 3:3,5);

Juan (Ap. 1:1; 19:9).

En cuanto a las aparentes contradicciones en la Biblia podemos decir

que la Biblia no tiene errores desde el punto de vista de Dios (Sal.

12:6; 18:30; 19:7; Pr. 30:5); por lo tanto los supuestos errores de la

Biblia son simples apariencias productos de las limitaciones humanas.

II. Revelación

La revelación es la influencia divina directa que comunica la verdad

de Dios al hombre. Es el acto divino que comunica al hombre lo que

de otro modo éste no podría saber.

La revelación divina es variada en sus temas; es parcial (Dt. 29:29); en

cuanto a las verdades reveladas es completa; es progresiva.

Algunas pruebas de la inspiración de la Biblia:

Se compone de sesenta y seis libros diferentes escritos por un mínimo

de cuarenta autores distintos que no vivieron en la misma época ni en

el mismo lugar. Se empezó a escribir en el año 1500 a. C. y se terminó

en el año 96 d. C.

Las excavaciones que se han hecho a ruinas antiguas y los datos que se

han encontrado de algunos reinos de la antigüedad concuerdan con lo

que esta dicho en la Biblia.

Otra prueba son muchas profecías del Antiguo Testamento que se ven

cumplidas en el Nuevo Testamento.

La Biblia es un libro que hace ver y sentir la culpabilidad del pecado.

1. La Unidad de

la Biblia

2. La Historia

Universal

3. Las Profecías

4. La

Culpabilidad del

Pecado




Ricos y pobres, religiosos y mundanos, paganos y agnósticos han

encontrado en la Biblia una paz que transforma sus vidas.

III. Preservación

La Palabra de Dios permanece para siempre (Sal. 119:89,152; Mt.

24:35; 1 P. 1:23). La forma en que la Biblia se ha conservado a través

de los siglos y las persecuciones es en sí misma un verdadero milagro.

La historia ha anotado muchos intentos de destruir las Sagradas

Escrituras y de prohibir su lectura, pero esto no se ha logrado.

Los libros originales desaparecieron hace años. En esto vemos la

sabiduría de Dios tratando de evitar la veneración de esos manuscritos

(2 R.18: 4). Sin embargo poseemos copias fieles en las que se puede

garantizar exactitud, es cosa segura la autenticidad de los libros que

componen la Biblia.

La palabra “canon” significa “caña de medir” o “regla” y se refiere a

la colección cerrada de escrituras aceptadas como autoritarias debido a

su inspiración divina. La canonicidad de la Biblia es la cualidad o

carácter de las Escrituras por el cual son nuestra regla de fe y vida,

porque son la palabra infalible de Dios. Canonicidad es equivalente a

autoridad; la divina autoridad de las Escrituras. Dios determinó el

canon; los hombres la descubrieron.

Por varios motivos es imposible que haya una traducción perfecta; sin

embargo las traducciones que tenemos son plenamente adecuadas y

nos pueden servir de guía tanto para nuestra vida en este mundo como

en el venidero.

Grupos religiosos fuertes han hecho su propia versión de la Biblia y la

defienden aun con más celo y vehemencia que los auténticos hijos de

Dios quienes con mucha frecuencia y debilidad decimos que todas las

versiones son buenas aceptando con esto versiones que por estar

alteradas restan gloria al Señor Jesucristo. ¡Gracias a Dios que la

versión Reina Valera es una traducción preservada con pureza por

Dios hasta nuestros días¡.

IV. Interpretación

No hay interpretación privada (2 P. 1:20); es decir no es lo que yo

piense o lo que tu pienses es lo que Dios dice.

La Biblia se interpreta con la Biblia misma, algunos creen que

necesitan otros libros para poder interpretar la Biblia. El problema de

5. La

Transformación

de Vidas




no poder interpretar la Biblia es que no se lee completa y por lo tanto

no podemos acomodar lo espiritual con lo espiritual (1 Co.2:13).

Comparando la escritura con la escritura tenemos la interpretación que

da Dios mismo. La Hermenéutica Bíblica (reglas para el estudio de la

Palabra de Dios) es una herramienta que ayuda a trazar bien la palabra

de verdad (2 Ti. 2:15).

Mencionaremos algunos de los principios de interpretación. Por no

aplicarlos podemos caer en errores de interpretación.

Las grandes herejías surgen por sacar la verdad fuera del contexto.

Existen tres círculos del contexto:

a. El contexto inmediato. Los versículos antes y después del

texto invariablemente nos dan luz sobre su significado.

b. El contexto del libro. Se debe tener claro en qué libro se

encuentra el pasaje, cuáles son sus objetivos y a quién va

dirigido.

c. El contexto de toda la Biblia. Dado que la Biblia revela la

verdad progresivamente, no se puede considerar un pasaje

aislado de otros que hablan del mismo tema.

La Biblia está dirigida a tres grupos des personas: judíos, gentiles y la

iglesia de Dios. Desconocer a quién fue escrita alguna porción nos

lleva a tomar promesas hechas a un grupo y aplicarlas a otro.

Debemos hacer distinción cuando Dios hace distinción. Se debe

distinguir la iglesia del reino; el pueblo judío de la iglesia; la posición

y el estado del creyente; las dos resurrecciones; los distintos juicios;

etc. No aplicar esto ha hecho que algunos que dicen ser cristianos

vivan como si estuvieran bajo la ley.

Es importante definir y usar correctamente cada palabra que

encontramos en la Biblia, cada un de ellas es inspirada por Dios.

Palabras como GRACIA, ADORAR, SANGRE, PECADO, etc. , son a

veces cambiadas y el resultado es otro evangelio (Gá.1:6-8).

Si el sentido obvio hace sentido, no busques otros sentidos hasta que

hayas entendido ese sentido. La Biblia es la Palabra de Dios y por lo

tanto es inagotable. Es importante acercarnos a ella con la idea de que

en ella Dios dice exactamente lo que quiere decir. No está escrita para

engañar al hombre espiritual. Al hombre natural le es incomprensible.

Debemos leer la Biblia sin tratar de imponer un significado alegórico,

místico o figurativo. Este principio significa que:

La Biblia se debe interpretar literalmente, culturalmente y

gramaticalmente.

1. El principio

del contexto

2. El principio

étnico

3. El principio de

las diferencias

4. El principio de

cada palabra

5. El principio de

oro




La llave para abrir todas las Escrituras es Cristo mismo (Lc. 24:27).

Cristo es el tema de toda la Biblia.

Toda la Escritura tiene tres aplicaciones básicas (hay otras):

• Histórica: La Biblia es un libro histórico, su historia es

verdad.

• Doctrinal: Dios quiere enseñarnos algo a través de esa

historia.

• Personal: Dios quiere tomar la enseñanza y aplicarla a

nuestras vidas.

Ejercicios

1. Menciona pasajes que dicen que la Escritura es inspirada por Dios

2. Anota citas que comprueben que Cristo enseñó que el Antiguo

Testamento fue inspirado por Dios.

3. ¿Cuál es la diferencia entre inspiración y revelación?

4. ¿Dónde quedó el original de la ley?

5. ¿Dónde mandó Dios que se hicieran copias del original? Anota la

cita.

6. Menciona algunas evidencias que se encuentran en la Biblia misma

que comprueban su autenticidad.

7. Menciona algunas de las supuestas contradicciones que se

encuentran en la Biblia, ¿modifican de alguna manera la doctrina

básica?

8. En cuanto a las diferentes versiones que existen:

a) ¿Cuál debe ser la labor de los ancianos en cuanto a la evaluación

de las diferentes versiones con el fin de orientar a la grey en

cuanto a su uso?

b) ¿Cuántas versiones conoces y cuál es tu opinión acerca de las

mismas?

c) En cuanto a la Reina Valera 95, ¿en qué momento debe sustituir a

la 60? (recordar la transición entre la 09 y la 60)

d) ¿Cuál creen que sea la mejor versión el día de hoy para niños

entre 8 y 10 años?

6. El principio

clave




Conclusión

La misma duda sembrada en Eva: “¿Con que Dios os ha dicho?” (Gn.

3:2) es la misma que se siembra hoy por medio de comentarios como:

“Estos versículos no se encuentran en los manuscritos antiguos

originales”. En la historia del rey Asuero aprendemos que: “un edicto

que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no

puede ser revocado” (Est. 8:8). Si la palabra de un rey humano llegó

íntegra a sus destinatarios la palabra del Rey de Reyes con más razón.

.

La Biblia es la Palabra de Dios amémosla leyéndola completamente y

meditando en ella de día y de noche. (Jos. 1:8).




Lección 2:

El Dios Vivo y Verdadero

“...os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero” (1 Ts. 1:9)

Objetivo

Conocer y entender el carácter y atributos del Dios de la Biblia, para comprender su mensaje..

Introducción

Muchas personas tienen conceptos erróneos acerca de cómo es Dios. Creer algo erróneo acerca de Dios es algo muy serio, porque equivale a practicar la idolatría. El mismo Dios señaló el engaño de la idolatría, diciendo al hombre: “Pensabas que de cierto sería yo como tú” (Sal. 50:21). Debemos tener cuidado y no pensar en Dios en nuestros propios términos, o tener pensamientos que son indignos de Él.

Es absolutamente esencial que nuestras ideas sobre Dios sean lo más exactas posibles con lo que Él es en realidad. En lugar de ello, a menudo ponemos a Dios en una especie de caja (¡y la nuestra es increíblemente pequeña!). Tenemos la tendencia de dejar que nuestra cultura, en lugar de nuestro Dios, determine nuestros valores. Estos valores influencian nuestros pensamientos acerca de Dios, y dan forma a la manera en que nos relacionamos con Él en nuestra experiencia diaria.

La única manera de saber cómo es Dios, es descubrir lo que Él ha revelado acerca de Sí mismo en las Escrituras. Como creyentes, reconocemos que Dios existe, aceptamos la existencia de Dios por la fe. El comienzo de la fe es éste: “... es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay” (He. 11: 6). Pero ¿conocemos a ese Dios que sabemos que existe? ¿Sabemos cómo es? Si hemos de aprender algo acerca de Él, debemos volvernos a la Escritura, pues allí es donde Él se nos ha revelado.




Conocer a Dios

¿Qué dice la Escritura acerca de Dios? Para empezar, en el sentido más amplio de la palabra, Él es incomprensible. Zofar expresó este hecho verdadero en su réplica errónea dirigida a Job: “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra, y más ancha que el mar. Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio, ¿Quién podrá contrarrestarle?” (Job 11:7-10). David lo dijo de esta manera: “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, y su grandeza es inescrutable” (Sal. 145:3).

Conocer a Dios es la esencia de la vida cristiana. El apóstol Juan escribió: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn. 17:3).

Dios mismo nos dice: “No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová” (Jer. 9:23-24).

Aunque este curso no es un estudio exhaustivo sobre el carácter de Dios, creemos que nos ayudará a saber cómo es Dios, y nos servirá como incentivo para conocerle mejor.

Los Atributos de Dios

La revelación de la naturaleza de Dios tiene distintas categorías de atributos, los cuales son definiciones de Su carácter.

Los atributos de Dios se pueden entender mejor si los clasificamos de la siguiente manera: lo que Dios es en sí mismo, lo que Dios es en relación con el universo y lo que Dios es en relación con sus criaturas morales.

I. LO QUE DIOS ES EN SÍ MISMO

A Dios se le puede llegar a conocer, puesto que Él mismo dijo, “... y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jer. 29:13). El apóstol Pedro les dijo a los creyentes: “... creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 P. 3:18). Él no habría dicho tal cosa, si su logro fuese imposible para nosotros.

A Dios se le puede llegar a conocer porque es un Ser personal. La Biblia usa títulos personales para describir Su Persona, tales como

a. Dios es un ser personal




Padre, Pastor, Amigo y Consejero. También usa pronombres personales para referirse a Dios. Los textos hebreo y griego se refieren a Dios como a “Él”, y nunca como a una fuerza impersonal. También sabemos que Dios es un Ser personal porque piensa, actúa, siente y habla, o sea, que se comunica.

La naturaleza esencial de Dios es espiritual. Este hecho está involucrado en la declaración de Números 23: 19, que dice que “Dios no es hombre”. El Señor Jesús declaró: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn. 4:24).

Dios es inmaterial. No pueden atribuirse a Su Persona ninguna de las propiedades de la materia. Él no es divisible, compuesto, visible, ni tangible. Tampoco tiene volumen ni forma. Por tanto, al revelar que Dios es Espíritu, la Biblia nos muestra que a la esencia divina no puede asignársela ningún atributo de la materia.

Aunque Dios no es material, la Biblia le describe de una forma material: “Esto siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra” (Zac. 4:10). “¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir?” (Is. 50:2). “Tuyo es el brazo potente; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra” (Sal. 89:13).

A este tipo de descripciones les llamamos antropomorfismos. La palabra se deriva de dos términos griegos: anthropos (hombre), y morphe (forma). Dios se refiere a Sí mismo en forma humana, no porque Él sea material, sino para acomodarse a nuestro entendimiento finito.

La declaración que dice que Dios es un ser espiritual, da a entender que Su esencia es invisible. El apóstol Pablo escribió: “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén” (1 Ti. 1:17). Ahora bien, en el Antiguo Testamento Dios se representaba a Sí mismo por el Shekinah -la luz divina, el fuego y la nube-. En el Nuevo Testamento Él se representa a Sí mismo en la forma humana de Jesucristo (Jn. 1:14,18). Sin embargo, estas revelaciones visibles no muestran la totalidad de lo completa que es la naturaleza esencial de Dios.

En el Antiguo Testamento encontramos esta impactante declaración: “Vosotros sois dioses” (Sal. 82:6). ¿Acaso significa esto que realmente hay muchos dioses? No. Dios estaba hablando a los jueces humanos de la nación de Israel. Como representantes de Dios, se les había dado el alto honor de juzgar al pueblo a Su favor. La referencia es a su oficio, y no a su esencia. Esto se desprende del versículo 7, que dice que ellos, como los demás hombres, estaban sujetos a la muerte.

b. Dios es un ser espiritual

c. Dios es uno




Sólo hay un Dios verdadero. Moisés lo dejó bien claro cuando dijo, “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Dt. 6:4). Esta verdad era importantísima para las convicciones religiosas de Israel. Puesto que vivían en medio de sociedades politeístas, era vital que pudieran creer en un solo Dios verdadero. Dios dijo, “Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (ls. 44:6). Dios es un Dios celoso (Ex. 20:5), lo cual significa que sólo Él puede ser adorado.

En el Nuevo Testamento Cristo se identifica correctamente a Sí mismo como Dios. Sin embargo, Él no estaba declarando que era otro dios, pues se hizo eco de las enseñanzas de Moisés: “Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente y con toda tus fuerzas” (Mr. 12:29-30).

La unidad del Trino Dios es una doctrina muy importante Dios es uno, pero a la vez tres Personas distintas.

Este es un misterio sin paralelos en nuestra experiencia. Algunas personas tratan de explicarlo usando ilustraciones terrenales. Señalan por ejemplo, que el huevo es uno, pero consiste de tres partes: la cáscara, la clara y la yema. 0 bien ponen como ejemplo el agua, diciendo que es una sustancia que existe en tres estados: sólido, líquido y gaseoso. Estas comparaciones ayudan un poco, pero ninguna ilustración puede hacer verdadera justicia a la Trinidad. Nuestro majestuoso, Dios Trino, ¡va mucho más allá de cualquier elemento de la naturaleza! Su grandeza es infinita, y nunca podremos comprenderla totalmente. Simplemente debemos aceptar la clara enseñanza de las Escrituras. ¿Qué es lo que dicen exactamente las Escrituras sobre la Trinidad?

El Antiguo Testamento expresa la pluralidad de la Deidad en sus primeras palabras : “En el principio creó Dios... “ (Gn. 1:1). La palabra hebrea que se traduce por “Dios” es Elohim. El sufijo im en el idioma hebreo, indica pluralidad, pero se nos presenta a un Dios singular, acerca de quien el lenguaje se expresa en pluralidad.

La pluralidad de la Deidad también es evidente en la creación, pues Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gn. 1:26). Cuando el Señor iba a destruir la Torre de Babel, dijo, “Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero” (Gn. 11:7).

Las distinciones entre los miembros de la Trinidad, aparecen en varios pasajes del Antiguo Testamento. Se hace una constante mención de una persona a quien, aunque distinta de Jehová como tal, le son atribuidos los títulos, atributos, y obras de Jehová. A esta persona se

d. Dios es trino




le llama el Ángel de Dios, el Ángel de Jehová, Adonai, Jehová y Elohim. Él reclama para Sí una autoridad divina, ejercita las prerrogativas divinas, y recibe el divino homenaje.

Además los escritores inspirados del Nuevo Testamento señalan que el Ángel del Señor, el Jehová manifiesto que guió a los israelitas a través del desierto, y quien moraba en el templo, era Cristo; o sea, el Ángel era la Palabra... quien se volvió carne y llevó a cabo la obra que fue predicha que el Mesías debía realizar.

Hay muchos pasajes del Antiguo Testamento donde se habla de Cristo, y otros que mencionan al Espíritu Santo. Por ejemplo, en el libro de Isaías dice así: “Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu” (48:16).

En el Nuevo Testamento, en el evangelio de Lucas se revela que todos los miembros de la Trinidad estuvieron involucrados en la encarnación de Cristo, pues un ángel se le apareció a María y le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (1:35).

La Trinidad también estuvo presente en el bautismo de Cristo, pues el Espíritu Santo descendió sobre Él como una paloma, y el Padre dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 3:17). Vemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo juntos en la misma escena.

En la expiación llevada a cabo por Cristo, también se ve una completa intervención de la Trinidad. El autor de Hebreos dice así: “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (He. 9:14). Al igual que en la resurrección. Cristo fue resucitado por el poder del Padre (Ro. 6:4; Gá. 1:1); el Hijo (Jn. 10: 18), y el Espíritu Santo (Ro. 8:11).

A menudo Pablo hace alusión a la Trinidad en sus Epístolas del Nuevo Testamento (Ro. 8:9; 1 Co. 12:4-6; 2 Co. 13:14; 2 Ts. 2:13). Pedro también (1 P. 1:2, 10-12, 21,22; 4:14).

Muchas veces la obra conjunta de la Trinidad va más allá de nuestra comprensión. Por ejemplo, Cristo dijo, “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Jn. 14:16-17). Este versículo indica que el Padre envió al Espíritu. Más tarde, Cristo dijo: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Jn. 15:26).




Este versículo indica que el Hijo envió al Espíritu. Podemos concluir que ambos, el Padre y el Hijo, fueron responsables de enviar al Espíritu Santo, pero la exacta naturaleza de la relación entre los miembros de la Trinidad sigue siendo un misterio.

No podemos comprender a este Trino Dios, pero sabemos que Él es un Padre que nos ama, un Hijo que murió por nosotros, y un Espíritu que nos conforta.

Significa que no esta sujeto a limitaciones humanas y naturales. La infinidad de Dios se relación con:

• El espacio. Dios se caracteriza por la inmensidad (1 R. 8:27).

• El tiempo. Dios es eterno (Ex 15:18; Dt 33:27; Neh. 9:5; Sal. 90:2; Jer. 10:10; Ap. 4:8-10. Ha existido desde la eternidad y existirá hasta la eternidad.

II. LO QUE DIOS ES EN RELACIÓN CON EL UNIVERSO

Significa 2 cosas:

• Su libertad y poder para hacer todo lo que es consecuente con su naturaleza.

• Su control y soberanía sobre todo lo hecho o que puede ser hecho.

(Gn. 1:1, 17:1, 18:14; Ex. 15:7; Dt. 3:24, 32:39; 1Cr. 16:25; Job 42:2; Is. 40:12-15; Jer. 32:17; Ez. 10:5; Mt. 19:26; Ap. 15:3).

Significa que no está limitado por la distancia o el espacio. La diferencia entre la omnipresencia y la inmensidad esta en que la inmensidad es la presencia de Dios en relación con el espacio, mientras que la omnipresencia es su presencia vista en relación con sus criaturas (Gn. 28:15,16; Dt. 4:39; Jos. 2:11; Sal. 139:7-10; Pr. 15:3,11; Is. 66:1; Hch. 7:48,49; Ef. 1:23).

Significa que lo sabe todo. Su conocimiento es perfecto, no tiene que reflexionar, o descubrir cosas o aprender gradualmente (Gn. 18:18,19; 2 R. 8:10, 13; 1 Cr. 28:9; Sal. 94:9, 139:1-16; Pr. 15:3; Is. 29:15,16; Jer. 1:4,5; Lc. 16:15; Hch. 15:8; He. 4:13).

Significa que tiene absoluto derecho de gobernar, y disponer de sus criaturas según su voluntad (Dn. 4:35; Mt. 20:15; Ro. 9:21).

e. Dios es infinito

a. Omnipotente

b. Omnipresente

c. Omnisciente

d. Soberano




III. LO QUE DIOS ES EN RELACIÓN CON SUS CRIATURAS MORALES

Indica su absoluta pureza moral, no puede pecar ni tolerar el pecado (Ex. 15:11; Lv. 11:44,45; 1 S. 2:2; Sal. 5:4,145:17; Is. 6:3; Lc. 1:49; Stg. 1:13 Ap. 4:8).

Este atributo corresponde a su relación con los demás, y se manifiesta cuando declara inocente al que lo es, y condena al malvado velando porque se haga justicia (Gn. 18:25; Sal. 51:14; Is. 8:17; 46: 13; 60:21; He. 6:10; 1Jn. 1:19).

Digno de toda confianza, sus palabras siempre se cumplirán (Ex. 34:6: Nm. 23:19; Dn. 9:4; Lc. 18:7,8; 1 Co. 1:9; 1 P. 4:19; Ap. 15:3).

Es la bondad ejercida para aliviar las desgracias y aflicciones de sus criaturas (Lm. 3:22; Dn. 9:9; Tit. 3:5).

Es la razón por la cual Dios desea mantener una relación personal con aquellos que llevan su imagen y especialmente con aquellos que han sido hechos santos (Dt. 7:8; Ro. 5:8; Ef. 2:4; 1Jn. 3:1, 4:8).

Es el atributo en razón del cual imparte vida y otras bendiciones a sus criaturas (Sal. 25:8; 145:9; Nah. 1:7; Mt. 5:45).

a. Santo

b. Justo

c. Fiel

d. Misericordioso

e. Amor

f. Bueno




Ejercicios

1. ¿Cómo se puede demostrar la existencia de Dios?

2. ¿Cómo se ha revelado Dios al hombre?

3. ¿Cómo se puede demostrar la doctrina de la trinidad?

4. Dios nos muestra algo de su persona y carácter a través de los muchos títulos y nombres que se revelan en la Escritura. Escribe una palabra que sea un título o una descripción del carácter de Dios por cada letra del alfabeto.

Conclusión

Moisés hizo una petición a Dios “¡te ruego que me muestre tu gloria!” (Ex. 33:18). Nosotros como hijos de Dios somos realmente bienaventurados, ya que se nos ha depositado la misma gloria de Dios para manifestarla al mundo (2 Co 4:6-7). Nuestro propósito en la vida no es el de vivir para nosotros mismos, sino el de irradiar la gloria de Dios (1 Co. 10:31).

También podemos concluir que una mente y corazón renovados por la verdad de Dios, hacen que surja y fluya la adoración. Cuando descubrimos una gran verdad acerca de Dios, entonces comenzamos a meditar sobre ella, hasta que cautiva todo nuestro ser, y esto a su vez nos lleva a la adoración.



Lección 3:

Jesucristo Nuestro Señor

“Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” (Jn. 13:13)

Objetivo

Con este estudio sobre la bendita persona de nuestro Señor Jesucristo queremos despertar por medio del Espíritu Santo el deseo de conocerlo cada día más por medio de las Sagradas Escrituras, pero también por medio del vivir diario en una comunión íntima con Él.

Introducción

Nuestro Señor Jesucristo, que es ADMIRABLE, fue escupido por los hombres. El que es CONSEJERO, fue rechazado por los hombres. El que es EL DIOS TODO PODEROSO, fue crucificado en la más humillante debilidad. El que es EL PADRE ETERNO, llega a ser el Hijo que aprende obediencia por medio de los sufrimientos que experimentó. El que es PRÍNCIPE DE PAZ, tuvo que pasar por el lagar de la fiereza y de la ira del Dios Todopoderoso. El que es el AMANTE del Cantar de los Cantares, es el mismo Rey de gloria, poderoso en batalla. El que es EL HACEDOR DE TODAS LAS COSAS, ocupó un pesebre como cuna cuando fue niño. El que es SANTO, INOCENTE, SIN MANCHA, APARTADO DE LOS PECADORES, fue hecho pecado a favor de otros. El que es el DADOR del agua sobrenatural de la vida, estuvo sediento. El que es el DON de vida que Dios le ofrece al mundo perdido, tuvo que morir. El que estuvo MUERTO, vive para siempre jamás.

Queda de manifiesto que al intentar comprender algo sobre esta maravillosa persona, sale a flote nuestra incapacidad como mente finita y nuestra percepción espiritual debilitada por el pecado. Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria”. (1 Ti. 3:16).




I. Cristo es Dios

Jesucristo es Dios porque se le atribuyen los mismos atributos que a Dios Padre, es decir:

Eterno (Jn. 1:1) Justo (2 Ti. 4:8)

Inmutable (He. 13:8) Santo (Lc. 1:35)

Omnipotente (Ap. 1:8) Amor Jn. 13:1)

Omnipresente (Ef. 1:23) Verdad (Jn. 14:6)

Omnisciente (Jn. 16:30) Vida (Jn. 5:26)

Ya mencionamos que uno de los atributos de Cristo es que es eterno (ver Jn. 1:1,30; 8:58; 17:5). Antes de su encarnación lo vemos:

• Interviniendo en la creación (Col. 1:16; He. 1:2,3)

• Manifestando al Padre (Jn. 1:18). El Ángel de Jehová mencionado en el Antiguo Testamento es el Señor Jesucristo.

II. Cristo se hizo hombre

Para poder salvar a la humanidad había un solo camino: Dios se tenía que hacer hombre. La verdad sobre la encarnación se encuentra claramente en el Antiguo Testamento (Gn. 3:15; 22:18; 2 S. 7:16). Un ser humano, descendiente de Adán, Abraham y David, vendría a traer bendición y salvación al hombre.

Para poder salvar a la humanidad, Cristo tenía que nacer de una virgen (Is. 7:14; Mt. 1:23).

Cristo tuvo todas las características de un hombre con excepción de una naturaleza pecaminosa.

1. Su nacimiento (salvo por su concepción) fue normal (Lc. 1:31; 2:5-7).

2. Su infancia fue normal (Lc. 2:40-52).

3. Se sujetó a limitaciones humanas. Tuvo hambre (Mt. 4:2), cansancio (Jn. 4:6), sed (Jn. 19:28).

4. Sus emociones fueron humanas: amor (Mt. 10:21), enojo (Mr. 3:5), tristeza (Lc. 13:34). Aunque nunca tuvo temor, siempre confió en Dios.

a. Sus atributos

b. Su

preexistencia

a. Su

encarnación

b. Su humanidad




5. Tuvo espíritu (Lc. 23:46), alma (Mt. 26:38) y cuerpo (Jn. 19:40).

• Su predicación: La proclamación del evangelio. (Mt. 9:35; Mr. 6:12; Lc. 8:1).

• Su enseñanza: La exposición del evangelio.

� Parábolas: uno de los métodos de enseñanza más usados por nuestro Señor fue 3l de las parábolas en las que ilustró grandes verdades por medio de ilustraciones sencillas. En los evangelios encontramos alrededor de 70 ilustraciones y parábolas.

� Discursos: otro método que usó el Señor para enseñar fueron los discursos. Encontramos en los evangelios alrededor de 45, algunos bastante extensos y otros muy breves.

• Sus milagros: La ilustración del evangelio. Se encuentran registrados alrededor de 35 milagros en forma específica.

Lo más importante en la vida de Cristo no fueron sus enseñanzas ni sus milagros sino su muerte y resurrección. Esta es la obra a la que se refirió el Señor Jesús cuando en la cruz dijo: “Consumado es.”

Su propósito al venir al mundo fue “dar su vida en rescate por muchos” y “salvar lo que se había perdido” (Mt. 20:28; Lc. 19:10).

El evangelio consiste en lo siguiente: “Cristo murió por nuestros pecados, ...fue sepultado, y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Co. 15:3,4).

III. Cristo y su obra presente

Nuestro Señor Jesucristo tiene cinco títulos que nos describen su obra el día de hoy, y son:

Cristo es el Mediador del nuevo y mejor pacto (He. 8:6; 9:15; 12:24). Por gracia, nosotros somos los beneficiarios de este pacto. Cristo es el mejor Mediador ya que conoce perfectamente el corazón de Dios y también el corazón del hombre.

Solo Cristo recibe el título de gran sumo sacerdote (He. 4:14). Es sacerdote perpetuamente según el orden de Melquisedec. Como sacerdote nos ayuda en nuestra adoración e intercede por nosotros.

c. Su ministerio

d. Su propósito

al venir al

mundo

1. MEDIADOR

(1 Ti. 2:5)

2. SUMO

SACEDORE




(He. 5:1,2; 7:25; 10:19-22).

El propósito de Dios es que yo no peque, pero cuando peco, Cristo procura restaurar mi comunión con Dios.

Como Buen Pastor dio su vida por nosotros (Jn. 10:11). Esto ya pasó, pero el día de hoy como Gran Pastor nos hace aptos para toda buena obra para hacer la voluntad de Dios (He. 13:20,21).

Como Obispo, Cristo protege a individuos y a iglesias. Tiene derecho a exigir nuestro servicio y devoción. Reprende a los que viven descuidadamente. Conoce la condición de cada iglesia (Ap. 2 y 3). Ofrece recompensa para el servicio fiel, la cual da en el presente y también en su Tribunal.

Ejercicios

1. Nuestro Señor Jesucristo en los días de su carne, ¿poseyó los siguientes atributos: Espíritu, invisible, omnipresente (Jn. 3:13), omnisciente (Mr. 13:32)? ¿Posee estos atributos hoy?

2. Explicar por qué unas frases son correctas y las otras no.

INCORRECTO CORRECTO

Cristo fue igual a los hombres Fue semejante a los hombres.

Cristo se hizo idéntico a mí. Se identificó conmigo.

Cuando Cristo fue hombre. En los días de su carne.

Cuando Cristo dejó de ser Dios. Se despojó a sí mismo.

3. Explicar por qué nuestro Señor Jesucristo, para ser nuestro Salvador tuvo que ser 100% Dios y 100% hombre.

4. Explicar por qué nuestro Señor Jesucristo, para ser nuestro Salvador tuvo que nacer de una virgen.

5. En Filipenses 2:7 dice: “se despojó a sí mismo”, ¿de qué se despojó?

6. Considerando que Jesucristo fue 100% hombre, existió en algún momento la posibilidad de que pudiera haber pecado (Jn. 14:30; 2 Co. 5:21; He. 4:15; 7:26; 1 P. 2:22; 1 Jn. 3:5).

Conclusión

3. ABOGADO

(1 Jn. 2:1)

4. PASTOR

5. OBISPO

(1 P. 2:25)




El título de la lección es “Jesucristo nuestro Señor”. Debemos estar convencidos de que Jesucristo fue el perfecto Dios-hombre. El tercer título es que es Señor. “Cristo para esto murió y resucitó y volvió a vivir, para ser Señor” (Ro. 14:9).

Cada uno de nosotros debemos hacer nuestra la pregunta que el Señor Jesucristo hizo a sus discípulos: ¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lc. 6:46)



Lección 4: El Espíritu Santo, El Otro

Consolador “Y yo rogare al Padre, y os dará otro Consolador, para que este con vosotros para siempre...” (Jn 14:16)

Objetivo Este es un breve estudio sobre uno de los temas bíblicos más sobresalientes que, dentro de la diversidad de la revelación divina, es básico para la fe de los creyentes en Cristo Jesús. Se resaltarán algunos puntos importantes, con el fin de aclarar más el sentido de lo que enseñan las Santas Escrituras acerca de la persona del Espíritu Santo.

Introducción En nuestros días existe gran interés por la persona y obra del Espíritu Santo, lo que significa motivo de gratitud a nuestro Dios.

Estamos ciertos que Él siempre ha estado obrando a favor de la Iglesia a través de los siglos, pero cuanto más le conozcamos, estaremos más dispuestos a su dirección.

A muchos creyentes les hemos escuchado decir: “¡Cómo me hubiera gustado vivir en los días cuando el Señor Jesucristo estuvo en la tierra!”, “¡Que dicha de quienes pudieron verle y oírle!”. Nosotros pensamos que esto realmente hubiera sido algo maravilloso. Sin embargo, la Iglesia tiene una gran bendición: La presencia del Espíritu Santo. Por medio de Él, gozamos de la compañía del Padre y del Hijo. La Santa Trinidad se hace una realidad en lo más íntimo de nuestro ser. Por tanto, debemos comprender que teniendo al Espíritu Santo en y con nosotros, nuestro gozo está cumplido, anhelamos el retorno de nuestro Señor en forma corporal y visible, pero no estamos huérfanos, El Espíritu Santo ha venido a nosotros.

¿Quién es el Espíritu Santo? Estando nuestro Señor Jesucristo en la tierra fue: Emanuel, que significa “Dios con nosotros” (Mt 1:23). La persona de nuestro Señor Jesucristo



hizo que Dios fuese visible a los hombres. Él habito por algunos años en el mundo y vieron su gloria. Antes de regresar el Señor al cielo, al final de su tiempo en la tierra, habló de “otro Consolador” que vendría para morar en los suyos (Jn 14:16). Este Consolador, el Espíritu Santo, sería enviado del Padre Dios en nombre de Cristo (Jn 14:26); es decir, como representante del Señor, para hacer Su obra, para cuidar de Sus intereses, y para actuar a favor de Él. Sería el divino plenipotenciario (agente diplomático enviado por un Gobierno a otro con plenos poderes) que no hablaría de sí mismo, sino que recibiría las cosas de Cristo y se las mostraría a aquellos que fuesen llamados por su nombre (Jn 16:14). El Espíritu Santo no ha venido para testificar de sí mismo. En gracia maravillosa ha venido como el Siervo divino de la deidad. Su ministerio es atraer a los hombres a Cristo. No es de menor importancia que en nuestros días también hay una persona divina en la tierra, morando aquí en y con los hijos de Dios. Para Él no ha sido preparado un cuerpo, como lo fue para Cristo (He 10:5), el Espíritu Santo no ha venido en carne, mora en los cuerpos de los creyentes; estos cuerpos nuestros son los templos en los cuales Él habita y se manifiesta. (1 Co 6:19). Es necesario que se entienda bien que Él es una persona, como lo es también Cristo. No le podemos ver, pero su presencia y su personalidad son una realidad. Mencionamos esto porque algunos parecen pensar de Él como una mera influencia que emana de Dios. Y estos hablan de El cómo de un objeto y no de una persona; ¡claro! Causa una influencia grande y bendita, pero Él mismo es mucho más que una influencia, ejerce un poder maravilloso pero Él mismo es más que un poder. Esto se ve claramente en Juan 16:13,14. En estos dos versículos se hace mención de siete cosas que prueban, sin duda, que es en realidad una persona. Veámoslas: (1) Él viene; (2) Él guía; (3) Él oye; (4) Él habla; (5) Él glorifica; (6) Él recibe; (7) Él muestra. De un poder o de una influencia podrían decirse algunas de estas cosas, pero no todas. ¿Puede un poder oír? ¿Puede una influencia recibir algo? Por supuesto que no. Estas siete cosas prueban que Aquel que las hace, es en verdad una persona. En estos dos versículos, se usa el pronombre “Él” ocho veces. No se habla de una influencia como “Él”, pero de una persona, sí. Otra Escritura nos dice que puede ser contristado (Ef 4:30). ¿Puede una influencia, ser contristado? Las pruebas de la personalidad y deidad del Espíritu Santo se encuentran solo en el testimonio divino de la Palabra de Dios. No existe



en ninguna otra fuente información escrita con respecto al carácter y personalidad del Espíritu Santo.

I. La Personalidad del Espíritu Santo La personalidad consiste de inteligencia, emociones y voluntad. Con la inteligencia sabemos, con las emociones sentimos y con la voluntad hacemos.

1. Posee cualidades personales: a. Inteligencia Escudriña. “Pero Dios nos las revelo a nosotros por el Espíritu;

porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Co 2:10).

b. Sentimientos Tristeza. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios…” (Ef 4:30). Enojo. “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo

Espíritu.” (Is 63:10). Puede amar. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Ro 5:5). Reprende y Amonesta. “Les fue prohibido por el Espíritu.”, “el Espíritu no se lo permitió” (Hch 16:6,7)

c. Voluntad “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como Él quiere” (1 Co 12:11).

d. Se le puede mentir “ ¿Por qué lleno Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?...” (Hch 5:3,4).

e. Se le puede tentar “ ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?...” (Hch 5:9). 2. Habla en primera persona:

“Le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan…” (Hch 10:19). “No dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.” (Hch 10:20). “Dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo…” (Hch 13:2).

3. Se le atribuyen actos personales:

a. Contiende “Y dijo Jehová: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre” (Gn 6:3).

b. Guía, habla, oye y ensena

“Él os guiara a toda la verdad, hablara todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Jn 16:13; Ro 8:14).

c. Llama y envía “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo,…” (Hch 13:4).



d. Lava, santifica y justifica

“Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sidojustificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro “Dios”. (1 Co 6:11)

e. Da testimonio “Pero cuando venga el Consolador,… Él dará testimonio acerca de Mi” (Jn15:26). “Él Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu…” (Ro 8:16).

f. Intercede “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad… porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” (Ro 8:26,27).

g. Inspira “Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P 1:21; 2 S 23:2).

II. La Deidad del Espíritu Santo En la gran comisión (Mt 28:20), se dan instrucciones para bautizar en el Nombre – dicho nombre es Padre, Hijo y Espíritu Santo. – no en tres nombres pertenecientes a tres personas vagamente relacionadas, sino en el único nombre que pertenece a Dios. El pronunciamiento de la gran comisión es uno de los más sublimes y el punto que hay que observar y enfatizar es que el Espíritu Santo está incluido en este Nombre.

1. Sus atributos divinos:

a. Omnipresencia (esta en todo lugar)

“A donde me iré de tu Espíritu? Y a donde huiré de tu presencia?” (Sal 139:7-12).

b. Omnipotencia (Todopoderoso)

Mateo 12:28 y Salmo 104:30 “El Espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida” (Job 33:4)

c. Omnisciencia (todo lo conoce)

“Quien enseño al Espíritu de Jehová, o le aconsejo enseñándole?” (Is 11:2; 40:13; 1 Co 2:11).

d. Eternidad “…Cristo, quien por el Espíritu Eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios” (He 9:14)

e. Amor “El fruto del Espíritu es amor” (Ga 5:22) f. Veracidad “Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la

verdad” (1 Jn 5:6) g. Santo “El Espíritu Santo” (Ro 1:4)



2. Obras divinas del Espíritu Santo:

a. En la creación “…y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Gn 1:2). “Su Espíritu adorno los cielos;…” (Job 26:13).

b. En la encarnación del Verbo

“…lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es” (Mt 1:20; Lc 1:35).

c. En la regeneración de los creyentes

“Lo que es nacido de la carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn 3:5,6; Tit 3:5).

d. Redarguye en el trato con los incrédulos

“… convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (Jn 16:7-11).

Ejercicios

1. ¿Que características muestran que el Espíritu Santo es una persona según los siguientes versículos? Hechos 16:6,7: ________________________________________________ Romanos 8:26,27: _____________________________________________ Romanos 15:30: _______________________________________________ 1 Corintios 12:11: _____________________________________________ Efesios 4:30: __________________________________________________ ¿Cuál característica te impresiona más y por qué? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2. ¿Qué evidencias hay de la deidad del Espíritu Santo? Salmo 139:7: ____________________________________________ Juan 14:26: _____________________________________________ Hechos 5:3,4: ___________________________________________ 1 Corintios 2:10,11: _______________________________________ Hebreos 9:14: ________________________________________________



3. ¿Cuáles son los símbolos del Espíritu Santo y cuál es el significado de cada uno?

Símbolo Significado Lucas 4:18 Juan 1:32 Juan 3:8 Juan 7:37-39 Hechos 2:3 2 Corintios 1:22 Efesios 1:13-14

4. Anota los siguientes nombres del Espíritu Santo:

Juan 14:16: ___________________________________________________ Juan 14:17: ___________________________________________________ Romanos 1:4: _________________________________________________ Romanos 8:2: _________________________________________________ Romanos 8:15: ________________________________________________ Hebreos 10:29: _______________________________________________

5. ¿De qué manera nos consuela el Espíritu Santo? (Jn 16:13-15; 1 Co 2:10-16).

6. ¿De qué manera se manifiesta el Espíritu Santo como persona, como influencia y como poder?

7. ¿Es bíblicamente correcto decir que el Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad?

Conclusión

De todas las doctrinas cristianas, una de las más grandes, más fundamentales, más significativas y de mayor influencia, es el hecho que el Espíritu Santo, la tercera persona de la Santa Trinidad, resida sobre este mundo que llamamos tierra. Sin embargo, antes de que viniera a habitar aquí debía suceder lo que se afirma en Juan 7:39. “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” Debía ser exaltado el Cristo despreciado antes de ser enviado el Espíritu Santo, en la nueva y maravillosa manera que prometió el Señor.



Mando al Espíritu Santo para que morase en su pueblo, para estar con ellos para siempre (Jn 14:16,17; 16:7).

Recordando la necesidad de someternos todos al único criterio infalible: Las Sagradas Escrituras; y al imprescindible interprete divino: El Espíritu Santo, estudiemos a fondo lo que dice la Biblia acerca del Espíritu Santo. Esto nos dará libertad y gozo. El mismo Señor dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn 8:3)



Lección 5:

El Ministerio del Espíritu

Santo en la Iglesia

“Mas el consolador, el Espíritu Santo,...él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn. 14:26.)

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;... os hará saber todas las cosas que habrán de venir. Él me glorificará...” (Jn. 16:13)

Objetivo

Que la iglesia tenga una comprensión más completa de la obra del Espíritu Santo en la iglesia el día de hoy.

Introducción

Al tratar el tema que tenemos por delante, sublime y sagrado, profundo y precioso como es, tenemos que confesar que ningún santo puede explicar completamente, ni para sí ni para otros, las operaciones de gracia del Espíritu. Personalmente podemos experimentar su poder y podemos ser testigos de su obra en otras vidas y a través de ellas, pero lo que nos propongamos llegar a conocer será siempre superior a nuestra capacidad de comprensión. Por eso cualquier exposición de la obra y personalidad del Espíritu Santo es más o menos imperfecta debido a nuestra incapacidad de describir la forma correcta de nuestra experiencia.

Es imposible que en una cuántas páginas podamos ver las múltiples operaciones del Espíritu por lo tanto en esta lección veremos solo el ministerio del Espíritu Santo en la iglesia.

¿Qué hace el Espíritu Santo en la Iglesia?

Las principales funciones del Espíritu Santo en la iglesia son las siguientes:

1. Inicia y constituye la Iglesia

La iglesia se inició el día de Pentecostés (Hch. 2), esta fecha representa el nacimiento de la iglesia, y ese día es irrepetible. La




iglesia no fue instituida por una organización, gobierno o esfuerzo humano. Está unida a Cristo por la obra del Espíritu Santo. En la actualidad, el Espíritu regenera a los que creen y los introduce en la iglesia mediante el bautismo del Espíritu Santo (Jn. 3:5; Ro. 8:9; 1 Co. 12:13).

2. Convierte la Iglesia en Templo de Dios

No es solo cada creyente individual un templo del Espíritu Santo (1 Co. 6:19), sino todos los redimidos, como piedras vivas, formamos parte de una “casa espiritual” (1 P. 2:5); “morada de Dios en el Espíritu” (Ef. 2:22); y “templo del Dios viviente” (2 Co. 6:16). Esto nos debe hacer reflexionar sobre los privilegios y la santidad de la iglesia, pero a la vez, la tremenda responsabilidad que eso implica para todos los que la componemos ¡Qué dignidad la nuestra!

3. Asegura la Unidad de la Iglesia

Esto ya lo vimos en 1 Corintios 12:13. Así como en el día de Pentecostés, un grupo de individuos fue convertido en un cuerpo, hoy, el Espíritu en la iglesia y en cada miembro, une a Dios (Ef. 4:3). El fundamento de esa unidad se ve en Efesios 4:4-6 (ver los siete elementos). Este es el único “ecumenismo” que Dios reconoce, ya que existe y no necesita de ninguna organización humana, pues es un organismo espiritual vivo. No se trata de uniformidad, sino de unidad en la diversidad.

4. Rige la Acción de la Iglesia

La iglesia debe reconocer siempre la soberanía de Espíritu en todo. El libro de los Hechos nos señala el establecimiento y la extensión de la iglesia, revelando así no solo la presencia del Espíritu Santo, sino también su dirección y gobierno. Así le vemos llamando a los siervos para servir a Dios (Hch. 13:2); guiándoles y sosteniéndoles en su ministerio (Hch. 13:4,9; 16:6,7); inspirando sus decisiones (Hch. 15:28); y asegurándose de que las iglesias locales tuvieran ancianos (Hch. 20:28).

5. Impulsa la Comunión

En dos lugares del Nuevo Testamento leemos acerca de la “comunión del Espíritu Santo” (2 Co. 13:14; Fil. 2:1). Es la comunión que el Espíritu Santo crea en todos aquellos que han aceptado a Cristo como su Salvador personal. No es meramente el resultado de juntarse unos cuantos que sienten lo mismo, atraídos por un interés común. Es el resultado de la acción del mismo Espíritu de Dios. No es producto del esfuerzo del hombre sino de la actividad sobrenatural del Espíritu.

6. Otorga dones a la Iglesia




Como los miembros del cuerpo humano están colocados de tal modo que puedan ejercer su función propia, así en el cuerpo de Cristo cada miembro ha recibido dones determinados por el Espíritu para que pueda cumplir adecuadamente con su misión específica en el mismo (1 Co. 12:11).

7. Enseña y Dirige

El Espíritu Santo por un lado nos proporciona instrucción y enseñanza y por el otro guía y orientación. Debemos notar:

a. Que debido a nuestra ignorancia es indispensable la docencia y dirección del Espíritu Santo en la vida de la iglesia.

b. La docencia del Espíritu Santo es:

� Según las Escrituras, el recurso que emplea es eminentemente la Palabra de Dios.

� Una realidad patente por el compromiso del Señor con los suyos (Jn. 14:26).

� Responsabilidad nuestra ya que no debemos apoyarnos en nuestra propia sabiduría (Pr. 3:5,6).

c. La dirección del Espíritu. El Espíritu quiere tomar el timón del individuo y de la congregación.

� Las circunstancias de su dirección. Nos guía en cada esfera de la vida y el servicio (Hch. 8:26,29; 10:19,20).

� La claridad de su dirección. Normalmente es a través de su Palabra, pero también por las circunstancias (Hch. 16:6-10) y el sentido común santificado (Hch. 15:28).

� Las condiciones para su dirección. Estas son una actitud dispuesta y un abandono de la voluntad propia (Ro. 8:14).

8. Extiende la Iglesia mediante la Evangelización

Para poder cumplir la gran comisión, la presencia del Espíritu Santo es esencial (Jn.15:26,27; Lc. 24:49; Hch. 1:4,8). Es el agente indispensable o insustituible de todo verdadero evangelismo. En todo momento los apóstoles desempeñaron su misión en el poder del Espíritu Santo. Además de guiar a sus siervos en cuanto a cuándo, dónde y cómo evangelizar, la intervención del Espíritu Santo es necesaria para:

a. Iluminar la mente y el entendimiento de los incrédulos para que puedan ver la verdad y creer en ella (2 Co. 4:4,6).




b. Convencer de pecado. Nosotros trabajamos desde fuera, pero Él desde adentro (Jn.16:8,9). Habla tanto a la conciencia como al corazón.

c. Regenerar el alma (Jn. 6:63; Ez. 37:9; Tit. 3:5). Nosotros no podemos lograr ese milagro.

d. Introducir el alma a la iglesia mediante su bautismo (Hch. 2:47; 1 Co. 12:13).

9. Contribuye al Crecimiento de la Iglesia

El Espíritu comunica a aquellos que testifican del Señor su poder y sabiduría. Obra en las almas, según lo visto en el punto anterior, y luego hace que esos creyentes crezcan en fe y santificación. Es por la intervención suya y no por el esfuerzo humano que la iglesia crece. Por más recursos con que se cuente de personal, medios, organización, etc., esto no obtendrá progreso en la obra si no opera el Espíritu (Hch. 9:31).

10. Revela la Verdad

Solo el Espíritu sabe traducir y aplicar las cosas y verdades de Dios a la vida y experiencia de los creyentes (Jn. 16:13; 1 Co. 2:10-12). Y eso es precisamente lo que permite a la iglesia, y en especial a los ancianos de la misma, tomar decisiones acertadas (Hch. 15:14-28). Siete veces en Apocalipsis 2 y 3 dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Aun hoy sigue hablando a las iglesias, ¡que tengamos oídos dispuestos para recibir ese mensaje!

11. Inspira la Adoración y la Dirige

La adoración se debe ofrecer “en espíritu y en verdad”, por eso no puede ser efecto de la actividad humana sino de la acción de Espíritu. En Filipenses 3:3 en el original dice: “Los que por medio del Espíritu de Dios adoramos.” (vea Ro. 8:26,27; 1 Co. 12:3; Ef. 2:18; 6:18).

Escuchemos la descripción de la iglesia hecha por J. Denney: “En la primera epístola a los Corintios Pablo describe a una de las primeras congregaciones cristianas. Ninguno guardaba silencio. Las manifestaciones del Espíritu dadas a cada uno eran para la edificación colectiva, y por doquier el fuego espiritual estaba pronto a flamear. La conversión a la fe cristiana y la aceptación del evangelio no hacían poca diferencia en los hermanos, al contrario, convulsionaban lo más profundo de su ser, nunca volvían a ser los mismos de antes, eran nuevas criaturas, con nueva vida interior, todo era fervor y llama”. Esto debe de manifestarse en especial en la Cena del Señor. Como en la iglesia apostólica, no debe haber un frío formalismo, ni tampoco un programa estereotipado o ritual que haya de seguirse. Pero tampoco




debe haber excesos como los que se manifestaban en la iglesia en Corinto.

12. Trabaja para la Cabeza que es Cristo

El papel o rol del Espíritu Santo no es hablar de sí mismo sino de glorificar a Cristo (Jn. 16:14), quien con su propia sangre compró la iglesia, y es su cabeza (Ef. 1:22,23; 5:23). Su misión se parece a la de Eliézer, el siervo de Abraham (Gn. 24) de preparar a la iglesia como la novia o esposa para encontrarse con el esposo. Eliézer no habló de sí mismo, sino del hijo de su amo. El Espíritu cautiva el corazón de la iglesia no hablándole de sí mismo sino del Esposo, y la llena de dones que anticipan su gloria y gozo celestial (Ef. 1:13,14). Además el Espíritu Santo despierta y aviva en la iglesia el anhelo por la segunda venida del Señor (Ap. 22:17,20).

¿De que forma es obstaculizado el Ministerio del Espíritu Santo por nosotros?

Lamentablemente la acción y el ministerio del Espíritu Santo pueden ser estorbados y obstaculizados por nuestra ignorancia (Hch. 19:2); nuestra incredulidad (He. 3:7-14); nuestro pecado que lo contrista (Ef. 4:30); la falta de combustible espiritual (como la oración, la lectura de la Palabra, la comunión, etc.) que la apagan (1 Ts. 5:19). Cabe destacar que el contexto aquí se refiere a las reuniones de la iglesia, no a las vidas individuales, aunque no hacemos mal en aplicar esto también así (Pr. 26:20ª). Que no suceda esto en nuestra propia iglesia local.

Preguntas

1. ¿Cómo fue la manifestación del Espíritu Santo el día de Pentecostés y qué hizo en cada creyente?

2. Explica la frase “unidad en la diversidad” pensando en la unidad de la iglesia y el gran número de denominaciones que existen el día de hoy.

3. Se oye decir que hagamos esto o aquello para lograr la unidad. ¿Es correcto? ¿Qué debemos hacer para lograr y mantener la unidad de la iglesia?

4. ¿Qué es blasfemar contra el Espíritu Santo (Mt. 12:31,32)?

5. ¿Cómo resistimos al Espíritu Santo (Hch. 7:51)?




6. De acuerdo con Juan 15:26 y 16:13,14, ¿creen que sea correcto entonar himnos cuyo tema central sea el Espíritu Santo y le den la gloria a Él?

Conclusión

La presencia del Espíritu Santo en la iglesia es activa y soberana, su poder es dinámico y es directriz. Que al haber estudiado el ministerio del Espíritu Santo en la iglesia y comprendido su vital importancia, su ministerio llegue a ser real y práctico en cada una de las iglesias locales en las que nos reunimos.



Lección 6:

El Hombre

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Gn. 1:26)

“¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?” (Sal. 8:4)

Objetivo

El alumno comprenderá la importancia de que Dios, en su infinita grandeza y soberanía, quiso darnos vida, forma y nombre en medio de su gran creación, y concedernos así el privilegio de señorear sobre todas las criaturas en este maravillosos mundo (Sal. 24:1,2).

Introducción

La Biblia, el libro por excelencia, nos enseña sobre la creación, caída y restauración del hombre. El conocimiento verdadero sobre nosotros mismo se adquiere a través de la Palabra de Dios para que sepamos cuál es el propósito del supremo Autor de la vida (Hch. 3:15), que pone al hombre cual corona sobre todo lo creado para poner nombre a todas las criaturas (Gn. 2:19,20). El hombre recibe privilegios pero también grandes responsabilidades como labrar la tierra, guardar la creación de Dios y responder delante de Aquel que le ha conferido autoridad (Gn. 2:15; 3:9). Es por esto mis amados hermanos que con gran reverencia y con mucho temor debemos acercarnos a este tema, para que Aquel que nos creó nos dé hoy la sabiduría para corresponder a tan grande encargo y sobre todo hoy más que nunca como ancianos encomendados de la iglesia que Él compró al precio de su sangre (Hch. 20:28).

Introduzcámonos con ánimo pronto a las infinitas páginas de las Escrituras no solo para saber sino para que como hombres humildes y sumisos podamos cada día preguntarle a Dios: “¿Qué quieres que haga hoy para que tu nombre sea glorificado en mí? (Gá. 1:24).




¿Qué es el Hombre?

Citamos las palabras del Salmo 8 y utilizaremos esta pregunta para dar respuestas extraídas de la incomparable Palabra de Dios. Deseamos que cada hermano abunde mucho más investigando más pasajes que los citados en este manual de estudio.

La Biblia dice que Dios, el trino Dios, dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gn. 1:26). El Salmo 100:3 dice: “Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos.” El Señor Jesús mismo dijo que Dios hizo al varón y la hembra (Mr. 10:6).

Entendemos que el ser humano, hombre y mujer, fue creado originalmente con un cuerpo recto, en perfecto estado, como solo Dios puede hacer las cosas (Gn. 1:26; 9:6). Además, Dios puso eternidad en el hombre a diferencia de cualquier otro ser creado (Ec. 3:11). Pero ciertamente es aquí el momento de aclarar que el pecado alcanzó al hombre y a la mujer y por esto la imperfección, la enfermedad, la malformación y la misma muerte (Gn. 3:17-19). Sin embargo, Jesucristo vino a resucitar y recuperar la imagen de Dios (Ro. 8:29) y su semejanza (1 Jn. 3:2). El primer hombre, Adán las perdió, pero el postrer Adán, el VERDADERO HOMBRE las recuperó (Jn. 19:5; 1 Co. 15:45).

La Biblia, en 1 Tesalonicenses 5:23 dice que el hombre es un ser tripartito, analicemos esta división:

a. Espíritu. Génesis 2:7 dice: “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. El espíritu lo recibimos de Dios (Mal. 2:15), está dentro de nosotros (Is. 26:9), nos hace entender (Job 32:8), nos hace sabios y entendidos (1 Re. 3:12). El espíritu nos hace conscientes (1 Co. 2:11), nos comunica con Dios que es Espíritu (1 Co. 2:13,14); Jn. 4:24), nos conduce al quebrantamiento contrito y humillación delante de Dios (Sal. 51:17), y recibe testimonio de Dios en cuanto a la salvación y la posición al ser hechos hijos de Dios (Ro. 8:16).

b. Alma. Aliento, corazón y vida son las palabras más comunes para señalar la fuerza, ánimo y forma que Dios nos da para desear, buscar y experimentar su presencia y poder. Algunos pasajes señalan esta verdad. El alma tiene sed de Dios (Sal. 42:2). El alma desea comunión con Dios (Is. 26:8,9). Debemos amar a Dios con toda nuestro corazón, alma y mente (Dt. 6:4,5; Mr. 12:29,30). Es con el alma (corazón) que creemos la Palabra

1. El hombre es

creado por Dios

2. Dios hizo al

hombre a su

imagen,

conforme a su

semejanza

3. El hombre es

un ser tripartito




de Dios (Ro. 10:8-10). Dios redime las almas (Job 33:28), las reclama (Ez. 18:4), las amonesta (Ez. 3:18-21), y les advierte (Ez. 18:4,20). Y todo esto porque son creadas por Él (Is. 57:16). Después de leer lo anterior vemos que el alma es la voluntad activa en nosotros. Es el asiento de los afectos, deseos y emociones (Mt. 26:38). El Señor en los días de su carne gozó y sintió tristeza, de igual manera recibió y expresó afectos (Jn. 11:36; 12:2,3). Se alegró y alabó al Padre (Mt. 11:25-27). Se entristeció y enojó por la dureza del corazón (Mr. 3:5).

c. Cuerpo. El cuerpo es la materia física, lo visible, lo mortal. En este punto debemos tener cuidado de no caer en la tentación de dar lugar a la carne que por inercia busca estar por encima de todo. La Palabra de Dios nos muestra al cuerpo humano como el vaso frágil, corto de días, como una sombra (Sal. 39:4-6). Todo por causa del pecado, pero recordemos que el cuerpo original no fue así. Al ver nuestro cuerpo vemos que tiene ojos, olfato, oídos, habla y tacto (1 Co. 12:14-18). Estamos formados por cabeza, tronco y extremidades superiores e inferiores. Aparatos y sistemas que funcionan con una perfección increíble (Sal. 139:13-17). Todo esto es muy maravilloso, pero el hombre caído usó mal su cuerpo (Gn. 6:12,13; 9:21; 19:4,5; 38:24,25; Dt. 18:10-14). En la antigüedad llenaban sus cuerpos con todos sus antojos agasajando su carne (Sal. 73:7; Ec. 2:3). En el presente algunos engordan y otros mantienen la buena línea, con mucha elegancia, vestidos costosos, muchas joyas, peinados ostentosos y abundancia de cosméticos (2 Re. 9:30; 1 Ti. 2:9). Con esto argumentan: “Yo valgo”, lo cual solo es vanidad a tal grado que el hombre está deificando (endiosando) a su cuerpo mortal y caído.

Aplicación

Retomemos el Salmo 8:6-9 y preguntémonos: “¿Para qué nos creó Dios? Podemos pensar en lo siguiente (busca adicionalmente Is. 43:7):

� Para tener comunión con Él (Pr. 8:31; Sal. 16:1-3).

� Para adorarle reconociéndole como Jehová Dios (Gn. 3:8,9).




� Para señorear después de Él (Gn. 2:19,20) poniendo su hermosa creación a los pies de los hombres (Sal. 8:6-8; Gn. 1:26-28). Pero no olvidemos que un día el hombre se presentará ante Dios para responder por sus actos (Gn. 3:8-13; He. 4:13; 9:27).

Como hijos de Dios debemos ser responsables y corresponder a aquello para lo cual fuimos creados, manteniendo la comunión con el Padre, por medio de su Hijo nuestro Señor Jesucristo, a través del reconocimiento y confesión de los pecados diarios (1 Jn. 1:9). Andando en las buenas obras que Dios ya preparó para nosotros (Ef. 2:10). Reconociendo que cada día estamos sujetos a pasiones como hombres débiles e imperfectos (Stg. 5:17; Gá. 6:1).

El hombre creado tenía responsabilidad ante Dios de cuidar, guardar y labrar el huerto. Hoy, ¿cuál es nuestro deber respecto a nuestro ser como hombres delante de Dios? “Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Co. 7:1). Guardando mucho nuestras almas (Dt. 4:15). Y todo esto no solo como nuestro deber sino por amor (Jn. 14:15).

Preguntas

1. ¿Por qué el hombre prefiere pensar que es producto de la evolución y no la creación de Dios (Sal. 14:1-3)?

2. ¿Por qué el hombre prefiere dar mucho para su cuerpo y poco o nada para su espíritu y alma (Ec. 2:1-10; 11:9,10)?

3. Cuando Dios creó al hombre, le encomendó las siguientes responsabilidades: Sojuzgar la tierra, señorear de ella, labrar y guardarla. ¿Siguen estando vigentes estas responsabilidades el día de hoy? Nosotros como hijos de Dios, ¿somos responsables de cuidar el medio ambiente (separar la basura, verificar el carro, etc.)? ¿Lo hacemos?

4. ¿Es correcto que en nuestra forma de hablar y actuar separemos la vida espiritual de la secular?

5. ¿Por qué es importante insistir en que la salvación es holística (abarca el espíritu, alma y cuerpo)?

6. Los griegos le daban mayor importancia a la mente, en la edad media al espíritu, en el renacimiento al cuerpo. ¿A qué se le da mayor importancia hoy? ¿Qué podemos hacer en nuestras iglesias




locales para lograr un mayor equilibrio en la importancia que se le da a cada una de las tres partes que componen al hombre?

Conclusión

El hombre creado tiene la gran responsabilidad de buscar y andar en los caminos de Dios. Como ejemplos están Enoc (Gn. 5:22-24); Noé (Gn. 6:8,9); y Abraham (Gn. 17:1).

Ojalá que nuestros oídos puedan oír la voz de Dios y no escondernos como Adán (Gn. 3:10), sino responder como Samuel: “Habla Jehová Dios que tu siervo oye” (1 S. 3:10). Preparemos nuestro corazón como Esdras para inquirir, cumplir y enseñar la Palabra de Dios (Es. 7:10). Para poder llegar a ser hombres de Dios sabios para la salvación, enseñados, redargüidos, corregidos e instruidos en justicia para que seamos el hombre perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Ti. 3:15-17).

Hermanos, postrados a los pies de nuestro Dios reconozcamos: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!” (Sal. 8:1).



Lección 7:

Satanás y sus ángeles

“Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues

no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11)

Objetivo

Deseamos que al leer y estudiar esta materia, cada alumno se sienta motivado a seguir profundizando para hacer patente y unirse a las palabras de Pablo “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11).

Introducción

Una verdad que se incluye en el cuerpo didáctico de las Sagradas Escrituras es la que declara que existe el mal, personificado principalmente en Satanás y sus ángeles. En la Palabra de Dios, este personaje entra en escena en el mismo Génesis y sus planes malignos y perversos se ven a través de toda la Biblia. El estudiante tiene que tomar en cuenta esta vasta revelación, pues es una doctrina de gran importancia en la Biblia porque se trata de aquel que es el originador del pecado y quien lo promueve tanto en las esferas angélicas, como en las humanas. Además es el enemigo más encarnizado de las cosas divinas y muy pocos pueden decir honestamente “no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11).

Este espíritu es el que engaña a todo el mundo y se ve claramente que el mundo no cree que existe. Esta incredulidad es una gran ventaja que tiene Satanás pues la mayoría de las gentes está ignorante o mal informada acerca del diablo. Él ha hecho creer a la gente que es como la caricatura que circula en el mundo con cuernos, cola, y pata de gallo; los ha engañado haciéndoles pensar que es el rey del infierno y que en ese lugar existe toda clase de placer sensual, siendo todo lo contrario ya que es el principal reo y es un lugar sumamente tormentoso. Los “saduceos modernos” buscan cómo hacer que el diablo llegue a ser solo un lenguaje figurado, o una ilusión de mentes inestables. La Biblia afirma que no es una metáfora, pues una metáfora no entraría en un hato de cerdos para causar su destrucción inmediatamente y el enojo de sus dueños, ni tampoco ofrecería una metáfora los reinos de este mundo al mismo Señor Jesucristo. ¡SATANÁS Y SUS ÁNGELES SON REALES! El que quiera ser hallado fiel y útil como digno expositor de las Escrituras y guía para




otros después de conocer al trino Dios y los valores positivos de su gracia redentora deberá comprender la verdad acerca del enemigo de Dios el cual como “león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).

Su origen

Cuando pensamos en el origen de Satanás y sus demonios tenemos que:

a. Reconocer que los seres del mundo de los espíritus, sean santos o no, se llaman ángeles (Apocalipsis 12:7).

b. Saber que existe un orden de seres celestiales muy distintos de los seres humanos y de la deidad que ocupan un estado superior al actual hombre caído (Salmos 8:5; 103:20).

c. Generalmente se refiere a los ángeles impíos como demonios. Hay un solo diablo, este es jefe de los ángeles caídos (Mateo 12:24). Aparece en las Escrituras bajo cuarenta títulos a lo menos, algunos son descriptivos, mientras otros son nombres propios.

d. Estos seres celestiales se mencionan por lo menos ciento ocho veces en el Antiguo Testamento bajo el vocablo mal-ák (en hebreo) y ciento sesenta y cinco veces en el Nuevo Testamento bajo el vocablo angelós (en griego), en ambos casos significa lo mismo, MENSAJERO.

e. Como un principio bíblico de este estudio, a pesar de que hay un campo suficiente para el uso de la razón, esta materia no descansa sobre el razonamiento (por ser un reino inmaterial), ni sobre la suposición; sino sobre la revelación divina (fe).

Finalmente tenemos que reconocer que la creación de estos seres angelicales fue en un pasado sin fecha, la Biblia no lo revela pues no ha sido la voluntad de Dios. Con todo, la Biblia declara que los ángeles no sólo observan los acontecimientos humanos (Efesios 3:10), sino que también los ángeles buenos son ministros de los herederos de la salvación (Hebreos 1:14). Los malos hacen la guerra contra lo que hay de Dios en el hombre (Efesios 6:12). Otra verdad contundente es que los ángeles han estado presentes desde la creación y continuarán estando hasta la eternidad.

Los pecados de Satanás

A Satanás le corresponde el titulo: “el primero de los pecadores”, él es el pecador original y ha hecho el mayor daño, ha practicado el pecado por un tiempo más largo que cualquier otro y ha pecado a pesar de sus




tantos privilegios. Sólo Dios es capaz de computar la extensión de su iniquidad y evaluar el carácter espantoso de la pecaminosidad de Satanás, sin embargo, es notable que éste pecado satánico es de tal naturaleza que el hombre del mundo lo elogiaría ¡es increíble! Pero es precisamente lo que los hombres impíos reclaman como su derecho a vivir, tratan de vivir independientemente de Dios.

La siguiente es una lista parcial de las declaraciones acusaciones de Dios en su palabra contra Satanás (y mucho se refleja en el hombre caído):

1. Repudió a Dios en el principio (Isaías 14:12-14)

2. Hizo que una tercera parte de seres celestiales le siguieran (Apocalipsis 12:4)

3. Ha pecado desde el principio (1 Juan 3:8)

4. Es mentiroso desde el principio (Juan 8:44)

5. En el huerto de Edén menospreció a Dios y aconsejó a nuestros primeros padres a repudiar a Dios (Génesis 3:1-5)

6. Insinuó a Jehová que Job lo amaba y le servía sólo a causa de los beneficios que recibía (Job 1:9). No hay mayor insulto para Dios que este: no ser amado en base a su dignidad, sino por ser rico; que Dios pueda sobornar a un hombre como Job para que lo que le ame.

7. Se levantó contra Israel (1 Crónicas 21:1;Salmos 109:6; Zacarías 3:1,2)

8. Debilitó a las naciones (Isaías 14:12).

9. Hizo temblar la tierra (Isaías 14:16)

10. Trastornó los reinos (Isaías 14:16)

11. Puso el mundo como un desierto (Isaías 14:17)

12. Asoló las ciudades del mundo (Isaías 14:17)

13. Nunca abrió la cárcel a sus presos (Isaías 14:17)

14. Es el causante principal de las guerras en la tierra pues al ser atado por mil años las guerras cesan (Apocalipsis 20:2,7,8) como un ejemplo

15. Tentó al Hijo de Dios por cuarenta días y lo dejó por un poco de tiempo. Propuso a Cristo que abandonara su misión, que desconfiara de la bondad de su Padre y que adorara al diablo mismo (Lucas 4:1-13).

16. Ató a una hija de Abraham por 18 años (Lucas 13:16; Hechos 10:38)

17. Entró en Judas y lo impulsó a traicionar al Hijo de Dios (Juan 13:2).




18. Ciega el entendimiento de los perdidos (2 Corintios 4:3,4).

19. Quita la palabra del corazón de los perdidos a fin de que no crean para ser salvos (Lucas 8:12).

20. Con los santos usa asechanzas y lazos (Efesios 6:11; 2 Timoteo 2:26).

21. Ha abusado del imperio de la muerte (Hebreos 2:14; Apocalipsis 1:18).

22. Cual adversario anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8), persigue a los santos, tortura a los seres humanos y los guía a la idolatría y a superstición.

Su nombre ‘Apolion’ significa: destructor, porque se goza en destruir las almas de los hombres, no sólo es destructor sino homicida, tanto de cuerpos como de almas. Todo el pecado y miseria de nuestro mundo durante seis mil años de historia y todo lo que sucederá en el futuro y toda la miseria que existe en el infierno son resultados de su influencia y lo llenan de gran satisfacción. Sus nombres manifiestan su carácter verdadero que lo convirtió de Lucero, hijo de la mañana (Isaías 14:12), en diablo (acusador) y Satanás (resistidor, adversario).

Cuando el alma tiene que depender de sí misma es motivada por sus propios instintos egoístas que lo llevan a toda impiedad y pecado. ¡Cuidado!, el pecado separa el alma de Dios.

La caída de Satanás

Tu eras: Creación y Estado Original

Hasta que: La caída

1. El sello de la perfección (v.12) 1. Se halló en ti maldad (v.15)

2. Lleno de sabiduría (v.12) 2. Multitud de contrataciones (negociaciones) (v.16)

3. Acabado de hermosura (v.12) 3. Lleno de iniquidad (v.16)

4. En el huerto de Dios estuviste (v.13)

4. ¡Pecaste! (v.16)

5. De toda piedra preciosa era tu vestidura (v.13)

5. Se enalteció tu corazón (v.17)

6. Tamboriles y flautas estaban preparados en el día de tu creación (v.13)

6. Corrompiste tu sabiduría (v.17)

7. Querubín grande y protector 7. Profanaste tu santuario (v.18)

Breve análisis de Ezequiel 28:11-

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