las verdaderas necesidades

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  • 8/8/2019 LAS VERDADERAS NECESIDADES

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    LAS VERDADERAS NECESIDADES

    Educar no es lo mismo que ensear. Ensear es mostrar con la conducta propia,con el ejemplo, aquello que tratatamos de inculcar. El nio y el adolescente, sonesponjas que se empapan de la realidad cotidiana y de cuantos estimulos reciben

    de una sociedad cada vez ms compleja y sofisticada en el arte de la seduccin y laestimulacin de las pseudonecesidades. Hace tiempo que los profesionales de laeducacin, los padres, gente preocupada por una vida consciente y responsable,vienen detectando la complejidad de su propia labor frente a los estimulos quereciben nios y adolescentes y el entorno en el que les toca vivir y crecer. Toda lasociedad actual gira en torno a la sociedad de consumo. Un consumo cuyo mensajenada tiene que ver con la positiva gratificacin del esfuerzo, el trabajo y laobtencin de aquellas necesidades bsicas que nos ayudan a desarrollarnos comoseres humanos ntegros y completos.

    El panorama que se nos presenta es complejo y muy paradjico, por cierto.

    Nios que nadan en la sobreabundancia de cosas y objetos. Esta sociedad haconvertido a los nios en un experimento de Ivan Pavlov. Los nios son perros (conperdn de la expresin) a los que se les procura un estimulo y se espera a conocersu respuesta. Conocidas las respuestas y estudiada la psicologa adulta duranteaos, el nio es doblemente infuenciable y manipulable, creando en ellospseudonecesidades con mucha mayor facilidad, puesto que como por todos essabido, los nios carecen de experiencia y no tienen un criterio formado, unacapacidad de discriminacin, hasta que no se desarrollen.

    Esta estimulacin del consumo compulsivo y de la promocin de laspseudonecesidades se ve reforzada, por padres acomplejados, que en su infancia novieron cubiertas sus necesidades ms bsicas, y se prometieron as mismos que asus hijos no les faltara de nada. El nio recibe una sobrestimulacinpreparndolo para el consumo compulsivo. l, que sabe que su padre no establecelimites, que conoce los mecanismos del chantaje emocional y la debilidadpsicolgica hacia la privacin de sus padres, har todo lo posible para obteneraquello que en los anuncios, irradia felicidad. Los gabinetes publicitarios, quecuentan con antroplogos, psiclogos, socilogos y expertos en el conocimiento delestado actual de la sociedad y de sus puntos dbiles, han sabido durante dcadascrear y buscar la necesidad. El giro de tuerca lo hicieron en el mundo delmarketing, cuando se dieron cuenta que crear pseudonecesidades como valoressustitutivos de carencias emocionales, aumentara extraordinariamente el

    consumo. El mecanismo es simple. Se dota al producto de cualidades humanas, devalores, se programa el inconsciente de las personas hacindoles creer que unperfume les da el poder de seduccin y conquista, que un coche les dar la libertadque tanto ansan, que un detergente liberar a las mujeres, que una cremaantiacn, solucionar los problemas de relacin a los adolescentes. Especialmenteperversa fue una campaa que una marca de ropa infantil lanzar hace unos aos,expresando textualmente, que vistiendo esa marca, se hacen amigos. Pero es

    justamente en esta perversidad, en la gravedad de esta manipulacin dondeencontramos el verdadero antidoto, la verdadera medicina para curar al nio, desu conducta compulsiva, para despertar en l al ser integro que es en potencia. Laspseudonecesidades parecen imprescindibles, pero son eso, pseudonecesidades.

    Estan sustituyendo lo que realmente necesita el nio. Son un producto adulterado.

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    El consumo es el mejor bioindicador humano, sobre los niveles de ansiedade insatisfaccin que existen. Insatisfaccin? Los nios y adolescentes de hoy en

    dia lo tienen todo. Tienen abundancia material y adems es ilimitada. Es por haypor donde hay que empezar. Estableciendo limites, pero cuando son todava muynios. Reparar los daos causados por ignorancia durante la infancia a un nio, escomplejo. El nio tiene formada su personalidad y los patrones de conducta hacialos siete aos de edad. Pero esa sobreabundancia material es inversamenteproporcional a las carencias psicoemocionales del nio y el adolescente. Esto creanios desequilibrados, nios enfermos de ansiedad y stress.

    Esa ansiedad e insatisfaccin proviene justamente de la desorientacin deun alma ansiosa por desarrollarse. Si desarrollamos nicamente el mundomaterial, el mundo emocional de estrato ms bajo, el de los deseos y las pasiones

    compulsivas, existe un gran vaco interior, que trata de llenarse. Es desde eseestado de confusin e incapacidad de discriminacin existente, desde la sobre-estimulacin, desde el que se acta. Las verdaderas necesidades de amor, cario,sentido del esfuerzo, aprendizaje de los lmites, autovaloracin y respeto propio ymutuo, no son fciles de llenar. El hueco y el vaco emocional y cognitivo generanesa ansiedad, es desde hay que aparece el sucedaneo. Y los nios y adolescentes,buscan calmar su dolor, su incomprensin, su estado de confusin, sedar lasheridas abiertas que significan la falta de afecto, amor y presencia de padresdemasiado ocupados a su vez, en llegar a fin de mes, en atender sus trabajos yresponsabilidades, en generar el capital necesario para dar la talla en cuanto statussocial, y ni tan siquiera eso, quizs tan solo en hacer frente a las sangrantes letrasdel banco, para poder pagar la casa en la que viven. Los que manejan los hilos delmercado lo saben. Venden la solucin rapida y sencilla. Consuma y regaleproductos materiales que tienen cualidades humanas y valores. Es como unaaspirina emocional, para quitar el dolor de corazn. El dolor de cabeza puededesaparecer momentneamente con la aspirina. Y la necesidad de afecto y atencinde un nio puede ser sustituida y el nio distraido y narcotizado por un tiempo.Pero al igual que el dolor de cabeza volver a aparecer por que es tan solo elsntoma de una causa ms profunda, las cosas como pseudonecesidades nuncapodrn sustituir las necesidades verdaderas ni solucionar como aspirinasemocionales mgicas, el verdadero origen del problema.

    Si damos a probar al nio la verdadera medicina, su consumismo compulsivoquizs no desaparezca, pero su estado de ansiedad, su desesperacin,probablemente se reduzca. Cuando uno prueba un chocolate 100% cacao,probablemente comience a diferenciar el chocolate del sucedaneo. Y en lacapacidad de discriminacin y conocimiento, en la diferenciacin se puededesarrollar la voluntad. Y tambien la libertad. Y el nio puede elegir, si prefiereunas manos amorosas y una mirada complice, a un nuevo juguete frio, con el que

    jugar nuevamente solo, en un rincn, sin el calor y el abrigo que solo los sereshumanos pueden darle.

    Victor Nez Rodrguez .-