las plantas mágicas y la conciencia visionaria

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LAS PLANTAS MÁGICAS Y LA CONCIENCIA VISIONARIA JOSÉ LUIS DÍAZ

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Arqueología mexicana. Las plantas mágicas y la conciencia visionaria De: José Luis Díaz

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Page 1: Las plantas mágicas y la conciencia visionaria

LAS PLANTAS MÁGICASY LA CONCIENCIA

VISIONARIAJOSÉ LUIS DÍAZ

Page 2: Las plantas mágicas y la conciencia visionaria

18 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

ALUCINÓGENOS PREHISPÁNICOS

En esta representación del siglo XVI, los hongos o nanácatl, nombre genérico que les daban los nahuas, aparecen acompañados por un ser fantástico. La imagen alude a las cualidades alucinógenas de esas plantas. Códice Florentino, lib. XI, f. 142v.

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La tradición mexicana en plantas psicotrópicas sagradas es tanantigua y prolífica como ilustrada. A partir de los setenta del siglo xx,

bajo una visión global –científica, literaria y costumbrista–, se hahecho el esfuerzo por entender, desde una perspectiva integral, suestructura química, sus efectos mentales y sus usos tradicionales.

LAS PLANTAS MÁGICASY LA CONCIENCIA VISIONARIA

JOSÉ LUIS DÍAZ

Page 3: Las plantas mágicas y la conciencia visionaria

LA POTESTAD BIOQUÍMICA

DE LA PLANTA SAGRADA

“Tienes que cantar la voz de la hoji-ta”, me decía un joven chamán maza-teco hace años cuando estudiaba laplanta llamada “ska” pastora u hojade la pastora (Salvia divinorum) enla remota localidad oaxaqueña deAyautla. Esta instrucción expresa grá-ficamente el mundo secreto y pode-roso de las plantas sagradas para losindios mesoamericanos. La planta psi-coactiva es parte de una divinidad, tie-ne una voz que el chamán debe per-cibir y expresar al ingerirla; de ahí larecolección ritual y el canto adivina-torio, el largo entrenamiento y el do-minio del éxtasis, de ahí el diagnósti-co mágico y la cura.

Pero, además, la planta sagrada hasido fuente inagotable de investiga-ción y reflexión para científicos y hu-manistas. La botánica, la etnología, la

química, la farmacología, la fisiología,la psicología, la literatura y la teologíala han abordado. A fines del siglo XIX,en el Instituto Médico Nacional de Mé-xico, cada ciencia lo hacía por su la-do, aunque con un enfoque multidis-ciplinario. Era una época de búsquedade los “alcaloides” y los “principios ac-tivos” responsables de los intensosefectos de las plantas tradicionales.Los alemanes eran los protagonistasde ése y muchos otros esfuerzos cien-tíficos. Habían aislado el primer prin-cipio bioquímico vegetal, la morfinadel opio (goma de Papaver somnife-rum), en 1817, y la cocaína de la co-ca de los Andes (Erythroxylon coca),en 1859, planta divina como pocas.

Una planta mexicana había captu-rado la imaginación de los estudio-sos: el cacto del peyote (Anhaloniumlewinii, después llamado Lophopho-ra williamsii), cuyo uso como visio-nario por grupos indígenas del Norte

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Esta representación de una planta alucinógena asociada a una diosa en una pintura mural de Teotihuacan, es un ejemplo del uso de alucinógenos en el México prehispánico desde épocas remotas. Clásico (200-900 d.C.).

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Figura de cerámica, procedente de Colima, de una mujer con un hongo. Clásico (200-900 d.C.).

LAS PLANTAS MÁGICAS / 19

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20 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

PLANTAS PSICOTRÓPICAS DE MÉXICO DEL MUNDO

Peyote o péyotl (Lophophora williamsii).

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Hoja de la pastora o pipiltzintzintli (Salvia divinorum).

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Yopo (Anadenanthera peregrina). REPROGRAFÍA: M.A. PACHECO / RAÍCES.

TOMADA DE SCHULTES, 1982, P.34

Marihuana (Cannabis sativa).REPROGRAFÍA: M.A. PACHECO / RAÍCES.

TOMADA DE SCHULTES, 1982, P.38

Mandrágora (Mandragora officinarum).

REPROGRAFÍA: M.A. PACHECO / RAÍCES.

TOMADA DE SCHULTES, 1982, P.49

Cornezuelo del centeno

(Claviceps purpurea), de donde se extrae el LSD.

REP: M.A.P. / RAÍCES.

TOMADA DE SCHULTES, 1982, P. 39

Hongo o teonanácatl(Psilocybe mexicana). R

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Alucinógenos. Sustancias que pro-ducen alucinaciones. La mezcalinadel peyote y psilocibina de los hon-gos son los ejemplos más caracte-rísticos de la familia en México, yse relacionan con las plantas sagra-das por excelencia. Su recoleccióny consumo se llevan a cabo en elmarco de elaborados rituales.

Inductores de trance. Aunque di-fícilmente llegan a producir aluci-naciones, se encuentran en plantasutilizadas desde tiempos remotos.Producen un estado de letargo ylanguidez, en el cual los sujetos tie-nen una percepción incrementadahasta el punto de la irritación y unaestimulación de la imaginación quese usa, de manera adivinatoria, encontextos rituales.

Cognodislépticos. Aunque sin du-da estimulan la imaginación, difícil-mente llegan a producir alucinacio-nes; más bien alteran mecanismosde la memoria, de tal manera quees difícil recuperar la informaciónreciente, y avivan todas las sensa-ciones y la fantasía. Algunos usospeculiares de estas plantas incluyenla oniromancia, es decir, la adivina-ción durante el sueño.

Delirógenos. Se trata de plantas deefectos potentes que nublan y dis-minuyen la conciencia. En dosis al-tas producen un delirio parecido alde la fiebre, con desorientación eintensas alucinaciones que el suje-to puede confundir con la realidadexterna. Son plantas de tradiciónoscura y secreta, usadas en ritos dehechicería, en ocasiones para ha-cer daño a los enemigos o para ata-rantar al cónyuge infiel.

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de México popularizó en Europa, en1902, el explorador sueco Carl vonLumholtz. La carrera para aislar el prin-cipio responsable de los efectos se es-tableció poco antes entre el InstitutoMédico Nacional de México y los ale-manes, quienes, mejor equipados, sele adelantaron. En efecto, en 1898 Art-hur Heffter aisló la mezcalina del pe-yote y sus efectos psicológicos fuerondetalladamente descritos en dos sen-das monografías de los años veintedel siglo pasado, características de lapsiquiatría descriptiva, una obra deKurt Beringer y la otra de Heirich Klu-ver. Los efectos eran insólitos pues in-cluían vívidas alucinaciones visuales,intensos cambios del afecto, modifi-caciones del pensamiento e inclusoestados de éxtasis. Sin embargo, elasunto se quedó en la esfera acadé-mica hasta la siguiente e inusitada ge-neración de estudios, cuando el pe-yote y su mezcalina habían sacudidoya la puerta de Occidente mediantepersonalidades literarias de la talla deAntonin Artaud, Aldous Huxley oHenri Michaux.

EL ALUCINÓGENO DESARRAIGADO

A mediados de los años cincuenta llegó a Oaxaca el erudito norteame-ricano R. Gordon Wasson, un micó-logo aficionado pero profundamenteversado en el tema. Allí seguiría lospasos de Blas Pablo Reko, médico vie-nés autor de una Mitobotánica zapo-teca, y del estudiante Richard Schul-tes, quienes habían revelado enpublicaciones de escasa circulaciónel supuesto uso ritual en la sierra deciertos honguillos del género Paneo-lus. En junio de 1955, Wasson presen-ció en Huautla una velada adivinato-ria con la excepcional curandera MaríaSabina, y desde este extraordinariohallazgo abrió una nueva fase en lainvestigación de las plantas sagradas,una fase plenamente interdisciplina-ria. Con una astucia y un alcance quepocos científicos podrían haber logra-do, Wasson congregó a grandes es-pecialistas europeos para estudiar enconjunto los hongos visionarios. Elmicólogo francés Roger Heim clasifi-có varias especies nuevas de ellos, to-

das del género Psilocybe. El químicoAlbert Hofmann, de Basilea, se usó así mismo como conejillo de Indias pa-ra rastrear la fracción activa y aislarcon gran celeridad a la psilocibina co-mo principio activo. El profesor Hu-go Cerletti, de Italia, realizó experi-mentos farmacológicos y el eminentepsiquiatra parisino Jean Delay descri-bió los efectos psicológicos con el re-finado método fenomenológico. Contodas estas contribuciones y su pro-pia investigación, de gran acuciosi-dad etnomicológica y en la que iden-tifica a estos hongos como el antiguoteonanácatl (“la carne del dios”) delos nahuas, Wasson editó, en 1958,con Roger Heim, un maravilloso libro:Les Chamignones Hallucinogènes duMexique.

Esta investigación y otras contem-poráneas a ella, que fueron sistema-tizadas por Richard Schultes, del Mu-seo Botánico de Harvard, tuvieron porvías diversas un profundo impactocultural. Unos años antes, Hofmannhabía sintetizado el LSD a partir de er-gotaminas encontradas en el corne-zuelo del centeno y posteriormenteen otra planta sagrada de Oaxaca: elololiuhqui o manto de la Virgen (Ipo-moea violacea y Rivea corymbosa).Estas tres moléculas, la mezcalina, lapsilocibina y el LSD, sus plantas de ori-gen y sus usuarios tradicionales deMéxico fueron, sin proponérselo, pro-motores de la extendida revolucióncultural de los años sesenta del siglopasado, una revolución que de ma-nera cardinal pregonaba la amplifica-ción de la conciencia como motor detransformación personal y social. Sinembargo, al revés de los indios, queregulan cuidadosamente el aventu-rado ritual alucinante amparados enuna recia raigambre cultural, la ge-neración del rock pretendió generaruna nueva cultura a través de una experiencia psicodélica silvestre y en apariencia recreativa. Intoxicadospor la imponente figura zen de DonJuan, chamán yaqui narrado por Car-los Castaneda, muchos otros tampo-co asimilaron el estricto requerimien-to de una enseñanza pautada por latradición y así se extravió la exaltadameta.

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El dios G representado fumandomientras atestigua una ceremonia.

Relieve del Templo de la Cruz, Palenque, Chiapas.

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Cerámica de Casas Grandes,Chihuahua, decorada con espirales

similares a las que usan los huicholespara representar el peyote.

REPROGRAFÍA: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES.

TOMADO DE DI PESO, 1974

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22 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

En esta escultura de Xochipilli –dios de las flores, la danza, los juegos y el amor–, procedente de Tlalmanalco, se ven, según R.G. Wasson, diferentes tipos de plantas y flores psicotrópicas. a) Hongo de la especie Psilocybe aztecorum.

b) Ololiuhqui (Turbina corymbosa). c) Flor del tabaco (Nicotiana tabacum). d) Ololiuhqui (Turbina corymbosa). e) Cacahuaxóchitl o poyomatli (Quararibea funebris). f) Sinicuichi (Heimia salicifolia).

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UNA ETNOFARMACOLOGÍA FANTÁSTICA

Una nueva fase de la investigación segeneró poco después. Fue una etapaverdaderamente transdisciplinaria, enla cual las diversas especialidades sevieron en la necesidad de coordinarsus esfuerzos para generar un méto-do de aproximación más integral alproblema, un método en el que el en-tendimiento de las plantas de uso tra-dicional se diera desde la informaciónde cada disciplina de cara a las de-más. Schultes habló de etnobotánicay otros de etnofarmacología como pla-taformas de tal coordinación. Con es-te último enfoque realizamos un es-fuerzo durante la década de los setentapara comprender a las plantas sagra-das de México, no sólo desde el pun-to de vista de sus principios activos,sino de sus usos y sus múltiples efec-tos. Propusimos que debería haber unpunto de vista regulador, no de la in-

vestigación empírica cuyos funda-mentos están dados por cada discipli-na, pero sí del entendimiento de lasplantas, que permitiera una perspec-tiva relativamente integral. Tal eje esel discernimiento de los efectos men-tales de las plantas y sus moléculas,pues son precisamente los que hansuscitado tanto los ritos y creenciastradicionales como el interés acadé-mico, literario y popular.

Con este enfoque es posible haceruna taxonomía de las plantas psicoac-tivas de uso tradicional no sólo en Me-somérica sino en general. Tal taxono-mía permite el análisis comparativode aspectos tan diversos como los usostradicionales, los efectos cerebrales ola estructura química de las plantas encuestión. Fue precisamente este abor-daje el que puso en práctica quienpuede considerarse uno de los fun-dadores de la psicofarmacología co-mo interdisciplina, el toxicólogo ale-

mán Lewis Lewin, quien advirtiera aSigmund Freud sobre los peligros dela cocaína. En su libro clásico de 1924,felizmente intitulado Phantastica, Le-win hace una interesante clasificaciónde las drogas psicoactivas en cincogrupos, cada uno con título latino: Ex-citantia (plantas estimulantes comoel café, el té negro o el mate), Eupho-rica (plantas euforizantes como elopio y la coca), Inebriantia (drogasembriagantes como los fermentadosy destilados), Hypnotica (somníferoscomo el cloral) y Phantastica (plan-tas alucinógenas como el peyote).Destaca no sólo el hecho de que Le-win distinguiera entre familias de fár-macos dando así origen a esa inter-disciplina entre la psicología y lafarmacología, sino el propio nombrede Phantastica, adjudicado a los alu-cinógenos. La fineza del profesor ale-mán se hace patente en este nombre,que enfatiza el incremento de la ima-

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ginación visual, un efecto caracterís-tico de prácticamente todas las plan-tas sagradas.

La intensificación de la imagina-ción y la fantasía es ciertamente elefecto más llamativo de estas plan-tas y de sus simples aunque poten-tes moléculas neurotrópicas. Tan esasí, que las figuras geométricas e in-tensamente coloreadas que son ca-racterísticas de su acción sobre la per-cepción visual se han tomado comolos motivos de manifestaciones artís-ticas tan distantes como los petrogli-fos, las tablas huicholas o el arte popo psicodélico de los años sesenta delsiglo XX. Sin embargo, a pesar de te-ner efectos comunes, que permitenconsiderarlas como una gran familiade drogas psicodislépticas (para usarla interesante nomenclatura de JeanDelay), los efectos particulares justi-fican que consideremos dentro deella a subfamilias particulares. Pode-mos distinguir claramente a seis deellas, cuatro de las cuales son preci-samente las de nuestro interés en es-te momento: los alucinógenos pro-piamente dichos, loscognodislépticos, los inductores detrance y los delirógenos. Vale la pe-na adentrarse brevemente en esta dis-tinción que tiene no sólo una basepsicológica, sino interesantes corre-laciones tanto etnológicas como quí-micas y cerebrales.

LAS ESPECIES PSICODISLÉPTICAS

Y LA FUSIÓN DE MENTE Y CUERPO

Escuetamente, los alucinógenos sonlas drogas que producen alucinacio-nes, es decir, percepciones sin un ob-jeto convalidado. El peyote y su mez-calina, los hongos y su psilocibina yel LSD, derivado del ergot, son los tresejemplos más característicos de la fa-milia. Existe otro caso de una plan-ta que se usa como inhalante entre tribus del Amazonas, el yopo (Ana-denanthera peregrina), que contie-ne N-dimetiltriptamina. Todas éstasson las plantas sagradas por excelen-cia. En efecto, su recolección ritualllega a constituir una ceremonia tancompleja como la peregrinación delos huicholes a Wiricuta, bellamente

LAS PLANTAS MÁGICAS / 23

Códice Florentino, lib XI, f. 130v. “...y otra yerba que se llama míxitl. Quiere decir que están locos, como si comiesen estas yerbas… Es pequeña y es parrada. Es verde y tiene semilla… y si se come o bebe no dan

mal sabor ni mal gusto; pero luego quita todas las fuerzas del cuerpo…” (Sahagún, 1989, vol. 2, pp. 747-748).

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Códice Florentino, lib XI, f. 131r. “...Hay unos honguillos en esta tierra que se llaman teonanácatl. Críanse debaxo del heno, en los campos... Comidos son de mal sabor. Daña la garganta, y emborracha. Son medicinales...

los que los comen ven visiones y sienten bascas del corazón, y ven visiones a las veces espantables y a las veces de risa. A los que comen muchos dellos provocan a luxuria…” (Sahagún, 1989, vol. 2, p. 748).

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Códice Florentino, lib. XI, f. 129v. “… [el ololiuhqui]emborracha y aloquece. Danla por bebedizospara hacer daño a los que quiere mal, y los que la comen parécenles que ven visiones y cosasespantables...” (Sahagún, 1989, vol. 2, p. 747).

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Códice Florentino, lib XI, f. 130r. “Hay otra yerba que se llama tlápatl... tiene la semilla negra y hedionda, y quita la gana del comer a los que las comen. Y emborrachan, y enloquecen perpetuamente. Esta semilla es buena

contra la gota... el olor también della es dañoso como la misma semilla...” (Sahagún, 1989, vol. 2, p. 747).

La tradición indígena mexicana en plantas psicotrópicas sagradas es muy antigua. Fray Bernardino de Sahagún identificó, en su Historia de las

cosas de Nueva España, diversas plantas psicotrópicas.

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descrita por Fernando Benítez, o suconsumo en una velada ceremonialde cánticos tan remotos y exaltadoscomo los de María Sabina. Son plan-tas adivinatorias y sacramentales. Apesar de sus sutiles diferencias de es-tructura, sus moléculas alucinógenasactúan sobre las mismas neuronas ce-rebrales, aquellas que producen elmediador químico llamado serotoni-na o 5-hidroxi-triptamina, que tieneuna similitud química con ellas y queestá involucrado en mecanismos ner-viosos de la percepción y la emoción.Además, el peyote y el cerebro sin-tetizan de la misma manera a otrotransmisor llamado dopamina, que elcacto, pero no el cerebro, convierteen mezcalina. El sistema nervioso seintegra, de esta curiosa manera, conlos sistemas ecológico y social paraque pueda ocurrir la alucinación, unfenómeno propio de la conciencia.

Los inductores de trance son plan-tas y sustancias de efectos menos es-pectaculares, pues difícilmente llegana producir alucinaciones. Sin embar-go son plantas rituales de antigua es-tirpe, entre las que destaca el ololiuh-qui, es decir las semillas de la Virgen(Ipomoea violacea y Rivea corymbo-sa), de uso tradicional en Oaxaca. Pro-ducen un estado de letargo y langui-dez, en el cual los sujetos tienen unapercepción incrementada hasta elpunto de la irritación y una estimula-

ción de la imaginación que se usa encontextos rituales, precisamente co-mo adivinatoria. Las moléculas res-ponsables de estos efectos son alca-loides de ergotamina, a los cuales unamínima modificación química les con-fiere los efectos verdaderamente alu-cinatorios del LSD. Hofmann descu-brió el intenso efecto al ingerir unadosis enorme del LSD por equivoca-ción...

Los cognodislépticos son drogasdel tipo de la marihuana (Cannabissativa) que no contienen alcaloidessino terpenos, es decir, moléculas sinnitrógeno de efectos muy distintos alos anteriores. Así, aunque estimulansin duda la imaginación, difícilmen-te llegan a producir alucinaciones.Más bien destaca el hecho de que al-teren mecanismos de la memoria, detal manera que sea difícil recuperarla información reciente, o bien queaviven todas las sensaciones y la fan-tasía. Es curioso notar que la mari-huana no es una planta de origenamericano sino asiático y que hayasido introducida durante la Coloniacomo fuente de fibra de cáñamo. Sinembargo, poco después empezó a serusada ritualmente por grupos indíge-nas. Alzate, famoso científico mexi-cano, describió su uso ritual con unhermoso nombre náhuatl: pipiltzint-zintli, pero existen otras plantas me-nas conocidas de la farmacopea sa-

24 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

Las esculturas ceremoniales de hongos, comúnmente acompañados de algún animal, se encuentran con frecuencia en Guatemala. Aunque son pocas las que proceden de contextos arqueológicos, se sabe que fueron fabricadas durante

el Preclásico y el Clásico, y es posible que estuvieran relacionadas con rituales en que se utilizaban hongos alucinógenos. Esculturas procedentes de Kaminaljuyú y Chimaltenango, Guatemala.

FOTOS. IZQUIERDA: © ANDREA BAGUZZI / PROYECTO MÉXICO / COORDINACIÓN NACIONAL DE DIFUSIÓN / INAH, 2002. AL CENTRO Y DERECHA: © MICHEL ZABÉ / PROYECTO MÉXICO / COORDINACIÓN NACIONAL DE DIFUSIÓN / INAH, 2002.

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Representaciones de personajesrecostados de cuyo vientre sale una

planta con la morfología del toloache.Relieves localizados en las alfardas

de un edificio del sitio Zapata 2, cercano a Tula, Hidalgo.

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grada mexicana que comparten efec-tos similares. Me refiero a la hoja dela pastora de los mazatecos (Salviadivinorum) y a la hoja madre de loschontales (Calea zacatechichi). Al-gunos usos peculiares de estas plan-tas incluyen la oniromancia, es decir,la adivinación durante el sueño.

Y, en efecto, son capaces de mo-dificar las fases del sueño y el infor-me de los ensueños. Es interesanteagregar que recientemente se ha en-contrado que el cerebro produce unamarihuana endógena, es decir, mo-léculas parecidas al principio activo(el tetrahidrocanabinol) y que permi-ten que éste actúe sobre sus recep-tores naturales.

El cuarto grupo constituye un mun-do mental muy diferente. Son los de-lirógenos como el toloache o tlápatl(Datura stramonium) y el tabaco sal-vaje o yetl (Nicotiana rustica), plan-tas de efectos potentes pero de algu-na manera opuesta a los tres gruposanteriores, porque si aquellos ampli-fican la conciencia, éstos la nublan yla disminuyen: son con toda propie-dad los verdaderos “estupefacientes”.En dosis altas producen un delirio pa-recido al de la fiebre, con desorienta-ción e intensas alucinaciones que elsujeto puede confundir con la reali-dad externa. Son plantas de tradiciónoscura y secreta, usadas en ritos dehechicería, en ocasiones para hacerdaño a los enemigos o para atarantaral cónyuge infiel. Estas plantas con-tienen alcaloides del tropano, comola escopolamina usada por los naziscomo “droga de la verdad” y que sehalla tanto en el toloache mexicano y la mandrágora como en el beleñode Europa, todas de la familia de lassolanáceas. Actúan en el cerebro blo-queando receptores específicos a laaceticolina, sea el receptor muscarí-nico (la escopolamina) o el nicotíni-co (la nicotina del tabaco).

UNA ARQUEOLOGÍA DEL ÉXTASIS

Como es patente por lo dicho hastaaquí, la tradición indígena mexicanaen plantas psicotrópicas sagradas estan antigua y prolífica como ilustra-da. No sólo la moderna investigación

de la etnofarmacología ha aclaradomuchos misterios de sus usos, sinoque en el tenor de este número de Ar-queología Mexicana, la centenariacostumbre se puede rastrear una y otravez desde y hasta el pasado arcaicode Mesoamérica. Vale la pena enu-merar algunos ejemplos. La semilla demezcal (Sophora secundiflora), deli-rógeno y neurotóxico que sería even-tualmente sustituido por el peyote,aparece en tumbas del sur de Texasfechadas hace 10 000 años. La anti-gua cerámica de Casas Grandes estádecorada con espirales similares a lasque usan los huicholes para represen-tar al peyote. Dos relieves de Tulamuestran a un personaje recostado de cuyo vientre sale una planta conla morfología del toloache. Varios có-dices contienen representaciones dehongos asociados a deidades y en laszonas mayas se encuentran con granfrecuencia esculturas ceremoniales de hongos. No es en vano que el pa-dre de la etnología, fray Bernardinode Sahagún, haya identificado ya ensu Códice Florentino del siglo XVI, ycon su nombre propio en náhuatl, aseis plantas psicotrópicas que hemossomeramente mencionado aquí: olo-liuhqui, péyotl, tlápatl, tzintzintlá-patl, míxitl y nanácatl.

Evidentemente se trata de una tra-dición cuya sensibilidad y conoci-miento sobre los estados y efectosmentales son tan extensos como su-tiles. El chamán indígena es con todaprecisión un experto en posibles es-tados de conciencia, ese saber que sa-be de sí, ese epicentro de la persona-lidad humana. Desgraciadamente, eldescubrimiento de este mundo y sudifusión en la cultura occidental nohan sido muy afortunados. Es hora deque el conocimiento de este espaciosagrado, delicado y lúcido, resulte nosólo en una mayor iluminación de lacultura indígena para el resto del paísy el mundo, sino al menos en una ac-titud de aprendizaje, respeto y admi-ración hacia ella.

________________________José Luis Díaz. Médico cirujano. Investigadoren el Instituto de Neurobiología y en la Facul-tad de Medicina de la UNAM.

LAS PLANTAS MÁGICAS / 25

Además del acercamiento propiamenteacadémico a las características de lospsicotrópicos y sus efectos, escritorescomo Antonin Artaud, Aldous Huxley

o Henri Michaux los ingirieron yrealizaron descripciones de sus

experiencias. Ilustración de HenriMichaux realizada bajo los efectos

de la mezcalina del peyote.

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Algunos psicotrópicos aún sonutilizados con fines rituales por algunos

grupos étnicos, los cuales siguenelaborando objetos en los que plasman

sus plantas sagradas. Para los huicholesel peyote es un motivo recurrente,

en virtud del papel preponderante quetiene en su cosmogonía y vida ritual.

Representación de un peyote en un bordado huichol.

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