las palabras acogidas por: andres laguna

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LAS PALABRAS ACOGIDAS Andrés Laguna (texto Andrés Laguna) Tal vez lo apropiado hubiese sido que gente como Rodrigo Rada o Ramiro Garabito comente esta muestra de arte contemporáneo, pero, la “Explosición” de Anuar Elías complica un poco las cosas, pues está constituida por un conjunto de palabras que dejan sin palabras. Es difícil, sino imposible, decir desde el terreno del arte contemporáneo porque todo lo que tiene que decir la obra ya está dicho, está ahí. La explicación con la que Anuar abre la muestra es clara: “No hizo falta que alguien escribiera sobre dicho trabajo, porque no soy "yo" el que lo hace, él se construye solo. Si usted tiene alguna duda, pregúntele a él, tal vez le responda. Si no, haga de cuenta que esta explicación nunca existió”. Pero, para alguien como yo, que hace, piensa y dice desde el lenguaje escrito, esas palabras que dejan sin palabras me obligan, me llaman a escribir y sólo puedo hacerlo a partir de la filosofía, de reflexiones filosóficas. Debo reconocer que “Explosición”, en un primer instante, me dejó aturdido, me deslumbró. No porque la muestra sea espectacular e imponente, todo lo contrario, es muy austera, muy sutil y ahí está su poder. Todo parece ser bastante simple, Anuar dispuso un cierto número de palabras en un espacio, en una sala, en Cochabamba, en la nave principal del Martadero. Lo interesante está en la disposición de las palabras y en que éstas son compuestas. Mejor, más que compuestas, cada palabra contiene a otra, lo más interesante es que cada palabra compuesta por Anuar se impone como una especie de metatexto, es una palabra que está entretejida con un cierto número de ideas, referentes y conceptos. Además, son palabras que dialogan directamente con nuestra individualidad, la interpelan, a veces la arrullan, otras la sacuden. Las palabras que hacen parte de la muestra en Cochabamba (en Santa Cruz y La Paz, por cuestiones de espacio, se dispusieron más), son las siguientes: “culpadre”, “graverdad”, “mariprosa”, “pelibro”, “olviudo”, “dihablo", “silienzo”, “respuerta”, “palarva”, “textículos” y “enciclopiedra”. Son palabras que a primera vista pueden ser inofensivas, pero, rápidamente se ponen a dialogar con nuestra estructura, con nuestra memoria y adquieren vida propia. Están frente nuestro, nos miran y nos reflejan. Anuar me confesó que las obras de como poetas Vicente Huidobro fueron fundamentales para “Explosición” y eso es incuestionable. A mí todo me remitió a algunas de mis lecturas de Jacques Derrida y de Roland Barthes. Pues esta muestra parece hacer el intento de demoler el logocentrismo occidental, proponiendo a la escritura no como una representación de lo oral, de lo que se dice, sino como un lenguaje independiente y singular. En “Explosición” la escritura no es una simple representación, es una “cosa” particular. Las palabras de Anuar Elías sufren un proceso de “cosificación”, en el sentido que adquieren independencia de lo que supuestamente representan. Aunque estas palabras están conectadas con otras, con todas, tienen vida propia. Lo más sorprendente es que el artista, en este caso Anuar, se pone al servicio del arte, más bien, se convierte en una herramienta de dicho arte, que propone a través del lenguaje, del texto, del tejido. El artista propicia el decir, devela lo que está, propicia que la obra se haga sola. Ante la palabra oral y arbitraria que pretende clasificar, calificar, decir/hacer, imponer, la palabra escrita se muestra independiente y como una alternativa ética. El día de la inauguración de la muestra se proyectó un video arte que me aclaró más la figura, no me animo a describirlo pues creo que lo único que haría es debilitarlo, pero, creo que en “Explosición” constantemente se nos recuerda que toda obra de arte es dinámica, todo el tiempo está en movimiento, que jamás deja de dialogar con nosotros y que, si es verdadera, siempre adquiere vida propia. Espero que el lector no crea que basta con leer las palabras que más arriba transcribí, es fundamental ver cómo están dispuestas, estar en medio de ellas, sólo así la experiencia está completa, sólo así uno puede entrar en contacto con la obra, justamente, de eso se trata.

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Texto de Andrés Laguna

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LAS PALABRAS ACOGIDAS

Andrés Laguna

(texto Andrés Laguna)

Tal vez lo apropiado hubiese sido que gente como Rodrigo Rada o Ramiro Garabito comente esta

muestra de arte contemporáneo, pero, la “Explosición” de Anuar Elías complica un poco las cosas,

pues está constituida por un conjunto de palabras que dejan sin palabras. Es difícil, sino imposible,

decir desde el terreno del arte contemporáneo porque todo lo que tiene que decir la obra ya está dicho,

está ahí. La explicación con la que Anuar abre la muestra es clara: “No hizo falta que alguien

escribiera sobre dicho trabajo, porque no soy "yo" el que lo hace, él se construye solo. Si usted tiene

alguna duda, pregúntele a él, tal vez le responda. Si no, haga de cuenta que esta explicación nunca

existió”. Pero, para alguien como yo, que hace, piensa y dice desde el lenguaje escrito, esas palabras

que dejan sin palabras me obligan, me llaman a escribir y sólo puedo hacerlo a partir de la filosofía, de

reflexiones filosóficas.

Debo reconocer que “Explosición”, en un primer instante, me dejó aturdido, me deslumbró. No porque

la muestra sea espectacular e imponente, todo lo contrario, es muy austera, muy sutil y ahí está su

poder. Todo parece ser bastante simple, Anuar dispuso un cierto número de palabras en un espacio, en

una sala, en Cochabamba, en la nave principal del Martadero. Lo interesante está en la disposición de

las palabras y en que éstas son compuestas. Mejor, más que compuestas, cada palabra contiene a otra,

lo más interesante es que cada palabra compuesta por Anuar se impone como una especie de

metatexto, es una palabra que está entretejida con un cierto número de ideas, referentes y conceptos.

Además, son palabras que dialogan directamente con nuestra individualidad, la interpelan, a veces la

arrullan, otras la sacuden. Las palabras que hacen parte de la muestra en Cochabamba (en Santa Cruz y

La Paz, por cuestiones de espacio, se dispusieron más), son las siguientes: “culpadre”, “graverdad”,

“mariprosa”, “pelibro”, “olviudo”, “dihablo", “silienzo”, “respuerta”, “palarva”, “textículos” y

“enciclopiedra”. Son palabras que a primera vista pueden ser inofensivas, pero, rápidamente se ponen

a dialogar con nuestra estructura, con nuestra memoria y adquieren vida propia. Están frente nuestro,

nos miran y nos reflejan.

Anuar me confesó que las obras de como poetas Vicente Huidobro fueron fundamentales para

“Explosición” y eso es incuestionable. A mí todo me remitió a algunas de mis lecturas de Jacques

Derrida y de Roland Barthes. Pues esta muestra parece hacer el intento de demoler el logocentrismo

occidental, proponiendo a la escritura no como una representación de lo oral, de lo que se dice, sino

como un lenguaje independiente y singular. En “Explosición” la escritura no es una simple

representación, es una “cosa” particular. Las palabras de Anuar Elías sufren un proceso de

“cosificación”, en el sentido que adquieren independencia de lo que supuestamente representan.

Aunque estas palabras están conectadas con otras, con todas, tienen vida propia. Lo más sorprendente

es que el artista, en este caso Anuar, se pone al servicio del arte, más bien, se convierte en una

herramienta de dicho arte, que propone a través del lenguaje, del texto, del tejido. El artista propicia el

decir, devela lo que está, propicia que la obra se haga sola. Ante la palabra oral y arbitraria que

pretende clasificar, calificar, decir/hacer, imponer, la palabra escrita se muestra independiente y como

una alternativa ética. El día de la inauguración de la muestra se proyectó un video arte que me aclaró

más la figura, no me animo a describirlo pues creo que lo único que haría es debilitarlo, pero, creo que

en “Explosición” constantemente se nos recuerda que toda obra de arte es dinámica, todo el tiempo

está en movimiento, que jamás deja de dialogar con nosotros y que, si es verdadera, siempre adquiere

vida propia.

Espero que el lector no crea que basta con leer las palabras que más arriba transcribí, es fundamental

ver cómo están dispuestas, estar en medio de ellas, sólo así la experiencia está completa, sólo así uno

puede entrar en contacto con la obra, justamente, de eso se trata.

En el mARTadero me comentaron que no desmontarán la obra, se quedará indefinidamente ya que no

violenta a la sala, además, ese no es un espacio que se usa para exposiciones de arte sino para las obras

de teatro, la noticia no pudo parecerme más grata. De todas formas, “Explosición” estará abierta de

9:00 a 19:00, hasta el 26 de marzo, y creo que nadie debería perdérsela.

“Explosición” no sólo es un trabajo artístico y poético cuidadoso, responsable y sincero, es un trabajo

que contiene una propuesta ética y estética, en la que el lenguaje busca perder su violencia y la obra se

hace hospitalaria, en la que lo esencial se impone sobre lo irrelevante y lo inconsistente. “Explosición”

es un gesto de generosidad, es una expresión de sensibilidad e inteligencia, es una explosión de lucidez

y reflexión.