I ^ I ^II'^

D1ADRID

ENERO 1966

N.^ 1 - 66-H.

LAS ORUGASDE LOS FRUTALES

José del CoñizoIngeniero Agrónomo.

MINISTERIO DE AGRICIILTURA

LAS ORUGAS DE LOS FRUTALES

Los árboles frutales son, entre las plantas que el hom-bre cultiva, de las más castigadas por plagas y enfermeda-des de toda índole.

Para obtener fruta sana y selecta, sin bichos, costras,agujeros y otros defectos es indispensable dedicar la nece-saria atención a los tratamientos fitosanitarios, sin perjui-cio de atender también a la poda racional, riegos, abonos yclemás cuidados indispensables en la Fruticultura moderna.

La técnica agronómica dispone actualmente de medios, eficaces para evitar, o al menos reducir considerablemente,las pérdidas ocasionadas por las plagas, pérdidas que nosólo afectan a la cuantía y calidad cíe la cosecha, sino a lamisma vida de los árboles.

Una de las plagas más f recuentes en los huertos f ruta-les son las orugas devoradoras del f ollaj e que, al privar alos árboles de órganos tan importantes como son las hojas,originan daños de gran importancia : desnutrición y f altade reservas, deficiente o nula frttctificación, mal desarrolloy acortamiento de la vicía de las plantaciones descuidadaso mal atendidas en este aspecto.

Son varios los géneros y especies cíe orugas defoliado-ras que atacan al follaje de los frutales. Ln esta publica-ción nos ocuparemos solamente cle las más f recuentes y da-ñinas, mencionancío brevemente las particularidades másimportantes de su biografía y los medios de luchar contraellas más aconsejables actualmente.

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Oruga de zurrón.

Mu}^ común es la oruga pelucía cle la pequeña mariposablanca, denominacla l^or los entoinólugos E^i^,^roctis clar^^co-rrltioea o Nyy^^rzia. ^laa^eorrizne^r. Nl i<le esta oruga hasta tres^^ cuatro centímetros ^• es cle color negruzco, con una cloblelínea dorsal roja oscura. Su cuerho está cttbierto en el clor-so _v los costados de abundantes pelos urticantes, largos, clecolor leonado o canosos, insertos en verruguitas alineadasa lo largo del cuerpo, una en cada segmento ; en la parteposterior (anillos noveno y décimo) se advierten dos invagi-naciones del tegumento, de vivo color rojo cinabrio, muy vi-sibles desde las í^rimeras edades.

Fig. 1.-«Oruga de zurrón» (Euproctis chrysorrhoea).

El insecto herfecto es una mariposa blanca, due micle30 ó 40 milímetros cle enverg-acíura, alas de un blanco denieve brillante }- antenas en forma cle peine, más desarro-lladas en los machos. El abdomen de las hembras lleva enstt eatremo abttndantes pelos cle color leonado-clorado, delos clue se sirven para proteger la puesta.

Aparecen las mariposas ha^^ia el mes de jttnio, vuelande noche ^-, ^leslniés ^lel apareamiento, cacla hembra ponehasta un total de 3(^ a 400 huevecillos, rehartidos en plas-tones recubiertos de l^elos, en el envés cle las hojas o en lasramillas de un^^ o clos años. l^clemás cle atacar a los fru-

Fig. 2.-Mariposa de la «oruga de zurrón».

tales de toda especie, causa daños a otros árboles y arbus-tos : castaños, avellanos, etc. Dichos grupos o plastones dehuevecillos presentan un color leonado, o amarillo dorado,como es el de los pelos que los protegen.

Una o dos semanas después nacen las oruguitas, quei-oen las hojas por el envés hasta dejarlas reducidas a un

Fíg. 3.-Refugios de primave-ra de la «oruga de zurrón».

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encaje, respetando las nervaduras y la epidermis del haz.Viven juntas, comiendo durante el día en pequeños nidosque forman uniendo dos o tres hojas por los bordes conhilos de seda; en estos refugios pasan la noche, así comolos días de mucho calor o de lluvia. A1 llegar el otoño cons-truyen con hojas unidas y envueltas por una densa tela se-

Fig. 4.-Nidos o^zurrones» en donde invernan las orugas de la especieEuproctis chrysorrhoea.

dosa sus nidos de invierno, en donde pasan reunidas losmeses fríos. A estos nidos, que destacan sobre las ramasdesnudas de hojas, aluden los nombres vulgares de «orugacle zurrón» y«oruga de rebujo» con qtte las conocen losfruticultores.

A1 llegar la primavera salen de su letargo invel-nal, aban-donan el nido y se dispersan por los árboles invadidos, cu-_^-as hojas devoran íntegramente.

Crisalidan en el mismo árbol, o en el suelo entre lashierbas.

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Los insectos perfectos aparecen, cómv yá se ha dicho,en junio y julio. Sólo hay, pues, una generación anual.

Un medio sencillo de combatir a esta plaga, en invier-no, es cortar y quémar, al hacer la poda, los nidos o zurro-nes, de color blanco grisáceo y^nu}r visibles en esa épocadel año. Para ello se emplean «orugueras», especie de tije-ras montadas en una pértiga para alcanzar las ramas altas.

En primavera se recurrírá a la lucha química, emplean-cío los insecticidas que luego diremos. Para ésta, como paratodas las especies de orugas en general, es muy importan-te aplicar el insecticida cuancío son todavía pequeñas, por-que cuando pasan de la mitad del tamaño definitivo son másresistentes. Cuando pequeñas mueren con facilidad y ade-más se evitan los daños en su comienzo.

Oruga de librea.

Conocida también con los nombres de «oruga galonea-da» y«lagarta rayada», es la larva de la mariposa Mala-cn.cozna neu.ctYia. Esta oruga, que llega a medir unos cua-tro o cinco centímetros de longitucl, es poco pelosa y de color

Fig. 5. - Mariposas (macho yhembra) de la Malacosoma

neu.stria.

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aztil grisáceo; presenta, a lo largo del dorso, una raya blan-ca, limitada a uno y otro lado por una fina raya négra, ala que siguen, paralelamente y alternando, seis rayas a cadalado, de color amarillo rojizo, negra, roja anaranjada, azul,naranja y azulado.

La mariposa tiene las alas de color amarillo ocráceo, conuna banda transversa más oscura en las anteriores. La en-vergacíura es de cuatro centímetros en la hembra y trescentímetros en el macho. Además de los árboles frutales, en

Fig. 6.-«Oruga galoneada» o de «librea», Malacosoma neustria.

los que causa daños importantes al despojarlos de su fo-llaje, esta oruga ataca también a chopos, encinas y robles.

Las mariposas, de costumbres crepusculares y nocturnas,aparecen hacia el mes de junio. Las hembras, después delapareamiento, hacen la puesta, depositando cada una de 100a 300 huevecillos, dispuestos en forma original. Cada gru-po de ellos, que contiene alrecledor de un centenar, formauna especie cle sortija o manguito rodeanclo a una ramitaen disposición helicoidal.

Los huevos permanecen sin avivar durante el inviernosobre las ramitas de los árboles ; las oruguitas nacen en pri-mavera, en los meses de marzo y abril. Al principio viven

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reunidas las nacidas de cada puesta o anillo y se alimentande las hojas del árbol en que viven. Para protegerse tejenuna ligera tela sedosa, con la que cubren unas cuantas hojas.

En la segunda mitad de mayd y principio de junio cri-salidan sobre el mismo árbol, dentro de un capullo de sedablanco-amarillento. Los capullos se encuentran entre las ra-

Fig. 7.-Ramillas con los caracterfsticos anillos de huevos de la «oruga.de librea».

millas y las hojas, reunidas con hilos de seda. A los quinceo veinte días salen las mariposas, iniciándose un nuevo ci-clo anual.

Estas orugas son, a veces, muy numerosas y destruyenpor completo el follaje de los árboles invadidos. Los ene-mig^s naturales no Ilegan a contener su multiplicación en

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cuantía suficiente, por lo que es preciso r.ecurrir a la luchaquímica para evitar sus estragos.

Sin perjuicio de los tratamientos primaverales y comocomplemento de los mismos, es importante durante el in-vierno cortar y quemar, al hacer la poda, todas las rami-tas en las que se adviertan anillos de huevos.

Oruga de piñón.

La llamada orug^a de piñón, «royega» y también orugue-ta del almendro, ataca no solamente a éste, sino a muy di-versos frutales. Es la larva del lepidóptero Aglaope tin-f a2zst,a. Esta oruga mide hasta 1,5 centímetros de longitudpor tres o cuatro milímetros de grueso. Es una plaga pecu-

Fig. 8.-R.ama con orugas y capullos, en forma de piñón, de la Aglaopeinfausta.

liar de la Yenínsula Ibérica. Fuera de I?spaña solamente seha señalado algttna invasión en el sur de Francia.

IĴsta pequel^^a oruga tiene por el dorso un color negrovioláceo, con una raya central amarilla, interrumpida encada seg^mento por trazos amarillos que le dan la aparien-ria de una cadena. A uno v otro lado hay una doble franja

morada, longitudinal, con series de verruguitas de este co-lor portadoras de mechones de pelitos rígidos; los costadosson amarillos y en ellos destacan los orificios respiratorios(estigmas ) como otros tantos puntos negros.

Estas orugas crisalidan dentro de un capullo que por laforma, color y tamaño se parece a un piñón (sin cáscara),

Fig. 9. - Mariposa de Aglaope inja^csta, eu posición de reposo.

y a ello se debe el nombre vulgar con que se les conoce enalgunas zonas fruteras. La envoltura protectora de la cri-sálida es una fina membrana apergaminada, de un colorblanco rosado, y miden aproximadamente un centímetro delongitud.

La mariposa es pequeña, pues mide con las alas exten-didas 20-22 milímetros ; las del primer par son de un colorg-ris negruzco, como el cuerpo, que es también negro, salvoun collar torácico de un rojo vivo; alas posteriores con lamitad interna de color rojo bermellón.

Esta especie, como las anteriores, tiene solamente unageneración en el año. Durante parte del verano, todo el oto-ño y los meses fríos del invierno, el insecto se encuentrabajo forma de larvas de primera edad, aletargadas en pe-queños nidos algodonosos, de 2,5 por 2 milímetros, situa-dos en las resquebrajaduras de las cortezas del tronco y de

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las ramas gruesas, o sin otra protección que dichos nidosen los árboles jóvenes.

A1 final del invierno o comienzo de primavera-seg^únlas comarcas-, las oruguitas abandonan sus refugios y co-mienzan a roer las hojas por el envés, respetando las ner-vaduras y la epidermis del haz en los manzanos, cerezos, ci-ruelos y almendros ; en los perales lo hacen por el haz. Eneste período miden dos milímetros, aproximadamente, y sonde color negruzco. Comen con gran voracidacl, de modo quecrecen rápidamente, duplicando su longitud siete u ocho días

Fig. 10. - Oruguitas de la especieAglaoge injavsta en sus refugios deinvierno bajo la corteza vieja y res-

quebrajada.

después de salir de su letargo; entonces su color es pardoamarillento, con una triple línea negra a lo largo del dorso.A los quince o dieciséis días miden 5-7 milímetros, y cuan-do alcanzan una longitud de unos 10 milímetros presentanya los caracteres indicados al describir la oruga madura.

A medida que crecen, su voracidad aumenta, llegandoa destruir las hojas por colnpleto, con excepción del nerviocentral.

La crisalidación tiene lugar en las bifurcaciones de lasramas o en las rugosidades de la corteza y, a veces, en la

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parte baja del tronco o incluso en el suelo, bajo tierra, enlugares fríos.

La fase de crisálida dura quince o veinte días y las ma-riposas aparecen desde mediados de mayo a últimos de ju-nio. Durante algún tiempo ti- por el día permanecen quietas,con sus alas plegadas ; por la noche revolotean, con vuelapesado, sobre todo las hembras, cuyo abdomen es más grue-so que el de los machos. Efectuada la unión sexual, cadahembra pone, como promedio, 300 huevos, repartidos engrupos, sobre las ramillas.

Los huevecillos avivan pronto, a los ocho o diez días, vlas oruguitas, que miden al nacer un milímetro, se alimen-tan durante algunos días y pasan luego a la vida inactiva,en que permanecen aletargadas hasta la primavera del añc>siguiente.

Esta oruga es una de las defoliadoras más comunes entoda especie de frutales. Sus daños son de importancia; alquedar los árboles sin hojas, no ptteden elaborar las reser-vas necesarias para el agostamiento de la madera y buenabrotación de las yemas en la primavera, con la natural pér-dida de vigor y de fructificación.

Como complemento de los tratamientos primaverales,cíurante el invierno, en árboles viejos, puede reducirse laplaga mediante el descortezado de los troncos y ramasgruesas, seguido de pulverizaciones con mixtura sulfocál-cica a 4°-5° Baumé. Esta operación es eficaz a condición detener cuidado de recoger y quemar los restos del descorte-zado, o al menos hay que rociarlos abttndantemente con eImismo caldo sulfocálcico.

Contra el Aglaope puede sustituirse el descortezado ven-tajosamente aplicando a los troncos, con brochas, una mez-cla de alquitrán y cal ; pero estos tratamientos de inviernohan perdicío interés, en cuanto se refiere a la «orugueta»o«royega» , a causa de la facilidad de combatir la plagaen primavera con los insecticidas que más adelante se re-comiendan.

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Orugas hilanderas.

Sobre manzanos y ciruelos son muy comunes las peque-ñas orugas de la especie Hipono^neuta pa^d^ellus wnalinellztis,antes consideradas como especies distintas y conocidas tam-

Fig, 11.-Manzano intensamente invadido por las «orugas hilanderas» o«arañuelo» de los manzanos y ciruelos.

bién con el nombre de «arañuelo» , debido a las telarañas.con que recubren el follaje del árbol.

Estas orugas, que llegan a medir 1,5 centímetros, sonde color blanco crelna o amarillo verdoso, con la cabeza de:

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un negro brillante y dos filas laterales de verruguitas ne-gruzcas con una fina cerda en el centro.

La mariposilla, que mide dos centímetros de enverga-dura, tiene sus alas anteriores de color blanco níveo, salpi-cadas de puntitos negros o bronceados ; las del segundo parson grises, con una franja de pelitos a lo largo del bordeposterior.

Comparecen las mariposas hacia mediaclos de junio 0primeros de julio y vtielan especialmente en las horas cre-pusculares y durante la noche. Se alimentan lamiendo aguay exucíados o jugos azucarados. Después del apareamiento(julio-agosto), las hembras hacen la puesta sobre las rami-llas de uno y dos años, en los manzanos o ciruelos, así comoen el espino albar. Los huevecillos, de color crema, elípti-

Fig. 12.-Larvas de «arañuelov del manzano de diversas edades.Capullos y maripasas del mismo y un insecto perfecto con las

alas extendidas.

cos, miden un milímetro, están adosados y parcialmentesobrepuestos unos a otros, como las tejas de un tejado. Cadapuesta consta de un número variable de 20 a 70 huevecillos.

Hacia el mes de agosto, pocos días después de la puesta,avivan los huevos por la parte que toca a la ramita, cuya

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corteza roen ligeramente, y permanecen protegidos hor lasenvolturas o cascarillas de los huevos, revestidas interior-mente por un fieltro tejido con hilos de seda. Bajo esta cu-bierta protectora pasan el resto del verano, así como el oto-ño y el invierno, en estado de larva de primera edad.

En primavera, hacia fin de marzo o en abril o principiode mavo, salen de su letargo y, después de haber hecho en

Fig. 1^.-Rama de manzano y oruguitas de Karañuelo» en su re-fugio invernal. Uno de ellos está levantado y visto con aumento.

el nido su primera mucía, abandonan su refugio y se diri-gen a las yemas, en vías de expansión. Juntas las orugui-tas de cada puesta, se introducen en una hoj a, cuyo parén-quima devoran, respetando ambas epidermis ; minan así, su-cesivamente, cuatro o cinco hojas, las cuales presentan uncolor amarillo herrumbroso que denuncia la presencia delinsecto.

En el ciruelo y el espino albar, el comportamiento de lasorugttitas en esta primera edad es diverso que en el man-zano. En aquéllos se introducen en los brotes tiernos, cuyashojitas roen y envuelven con un denso tejido de hilos se-dosos.

Este período de larva minadora dura quince o veintedías, v luego de cumplir la segunda muda, comen ya las ho-

jas por fuera y comienzan a construir los primeros nidosaparentes, reuniendo y envolviendo con hilos de seda lashojas, que primero acribillan con sus mordeduras y acabanpor ser devoradas completamente, dejándolas reducidas asu nervadura central.

Continúan así, en vida gregaria, agrandando el nidu amedida que crecen, y van destruyendo el follaje hasta elpunto de que en años f:avorables a su desarrollo llegan a en-volver todo el ramaje de los árboles invadidos, erosionandoincluso las 1-amitas florales, con pérdida total de la cosecha,a veces durante varios años, si no se combate la plaga.

Hacia fines de mayo o comienzo de junio llegan a sucompleto desarrollo y, sin abandonar el nido, se construyecada cual un capullito de seda blanca, de forma alargaday adosados paralelamente unos a otros, para crisalidar. Lasmariposillas aparecen, como antes se dijo, a mediados dejunio. Este insecto tiene, pues, una sola generación al año.

En esta especie es importante iniciar los tratamientosinsecticidas en cuanto se adviertan las hojas minadas y lasprimeras telarañas, pues su voracidad es tal, que en diezdías o poco más pueden llegar a despojar a los árboles desu follaje. Los huertos frutales no se deben cercar con se-tos de espino albar, por ser este arbusto atacado tambiénpor las orugas hilanderas. ^ ^

Orugas arrolladoras o cigarreras.

Las orugas cig-arreras, conocidas en algunas zonas f ru-tales de Aragón con el nombre de «arrollador» , atacan prin-

Fig. 14.- Puestas,larva, crisálida einsecto perfecto dela Archips cratae-gana, una de las«o r u g a s cigarre-ras» más frecuen-tes en manzanos y

perales.(De ALFARO).

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cipalmente a manzanos y perales, aunque tanlbién causandaños, a veces importantes, en esta y ^tras zonas, a los ce-rezos, membrilleros, ciruelos y melocotoneros. Las especiesmás írecuentes son Archips crataeqana y Archifi.c x_ylostea-na. Los nombres vulgares cíe «arrollador» , orugas de ciga-rro o cigarreras obedecen a la particular manera de arrollarlas hojas en cuyo interior se cobija la oruga, de color grisá-ceo o rojo vinoŝo. Estos lepidópteros tienen una sola gene-ración anual.

Fig. 15.-Aspecto de un á.rb^ol, a fines de mayo, a consecuenciadel ataque de las «orugas cigarreras». A la derecha, hojas demanzano arrolladas y manzanas jóvenes rofdas por las mismas

orugas. (De A^nxo).

Lo^ huevos avivan, generalmente, hacia la segunda quin-cena de marzo, coincidiendo con el despertar de la vegeta-ción ; la^ orugas crisalidan desde mediados a fin de abrilo primera quincena de mayo, según los años, y diez o quin-ce clía^ más tarde aparecen las mariposas, que realizan lapuesta sobre los troncos, en cu}'a corteza destacan como sal-picaduras cle cal.

F_l claño que causan estas orugas no se limita a las ho-

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jas comidas, sino que destruyen también las yemas de florque, en los manzanos y perales, todavía no han brotado enla mencionada fecha de nacimiento de las oruguitas. Lasoruguitas prosiguen luego sus destrozos, envolviendo hojasy flores con hilos de seda, hasta el momento de crisalidar,.en que miden 25 milímeti-os de largo. Su color varía, segúnlas edades, del gris verdoso hasta el negro mate.

Las mariposas miden 20 a 25 milímetros de envergadu-ra ; sus alas son de color pardo g^risáceo, con f ranj as másoscuras.

Las orugas geómetras.

En el norte de España atacan también a los f rutales lasorugas de los lepidópteros geométridos Hybernia de f oliariay Operophthera o. Cheimatobia brz^cmata.

Fig. 16.-Larva de Che^matoóia brumata. (De CECCOrti).

Estas orugas, de cuerpo alargado, sólo tienen un par def alsas patas en el sexto segmento y otro en el extremo delcuerpo, por lo cual andan como si fueran midiendo su ca-mino. La mariposa hembra carece de alas, mientras que elmacho las tiene grandes, de color gris amarillento o rojizo.Estos insectos pasan el invierno en estado de huevo, loscuales avivan hacia el mes de abril, y en este mes y enmayo devoran el follaje de los frutales, para crisalidar amediados de junio, Las mariposas salen cuando ya estáavanzado el otoño (mediados de octubre, primeros de no-viembre), y las hembras trepan por los troncos, en tantoque los machos revolotean al anochecer los días sin viento.

Aparte de los tratamientos con insecticidas en primave-ra, contra estas especies pueden emplearse en otoño las ban-

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Fig. 17.-Mariposas macho y hembra, ésta sin alas funcionales,de Cheimatobia brumata. (De BONNEMAISON ).

cias o cinturas pegajosas colocadas en los troncos. Lstasbandas de papel apergaminado y de 10 a 15 centímetros deanchura se recubren con una pasta pegaj osa, tipo «Tan-glefoot» o análogas, al objeto de impedir la subida de lashembras para hacer la puesta.

I.agarta peluda.

La oruga de los encinares (I _y^nantria dispar) atacaeventualmente a diversos fi-utales. Esta voraz oruga llegaa medir de cinco a siete centímetros y^resenta en el dorsoseis filas de tubérculos (azules en los cinco primeros ani-llos o segmentos del cuerpo, rojos en los restantes), todosellos con numer^sos y largos pelos urticantes. Cuando nacemide solamente tres milímetros y es de color negruzco.

Este insecto pasa en estado clc huevo clesde los mesesde julio a agosto hasta abril o mayo, en que avivan. Lasoruguitas crecen rápidamente, a causa de su gran voraci-dad, desde que nacen hasta que alcanzan la madurez, y cri-salicían hacia fines de junio o principios de julio. Fn estemes y en agosto aparecen las mariposas, que son muy di-ferentes en ambos sexos : las hembras, de color blanco conmanchas y rayas negras, son mayores (5-6 cm. de enver-gacíura) y más robustas, con abcíomen mtry abultado ,y pro-visto de abundantes y largos pelos rubios leonados; son demovimientos trn-pes y apenas pueden volar. Los machos, máspequeños y esbeltos, tienen una coloración más osctu-a, vue-lan fácilmente en su busca l^ara aparearse. Cada hembra

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pone un total de 350 a 450 huevos, repartidos sobre la cor-teza de los troncos y ramas en plastones o grupos de 15-20milímetros de longitud y color de yesca o isabelino por es-

Fig. 18.-Oruga de «lagarta peluda» (Limantria dispar).

tar recubiertos y protegidos por los pelos que recubren elabdomen de la madre. Los huevos permanecen el resto delverano, el otoño y el invierno sin avivar hasta la primave-ra siguiente.

Medios de lucha contra las orugas del follaje.

LUCHA QUÍMICA.

En primavera, en cuanto se advierte la presencia decualquier especie de orugas defoliadoras, debe acudirse alempleo de insecticidas, pues interesa, como ya se ha dicho,

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combatir a estos insectos en sus primeras edades, cuanclutodavía no han llegado a alcanzar la mitací de su tamañ^,clefinitivo. En estas primeras edacles, las oruguitas muerenCácilmente, además de haber causa^ío pocos daños.

Irasecticidas a ezn^lear.

Como insecticida clásico puede emplearse el Arseniat^de j^lo^no a la cíosis de 750 a 1.000 gramos por 100 litros deagua; clebe aplicarse con aparatos de buena presión y pul-verizando bien las hojas por el envés, o sea, dirigiendo laboquilla pttlverizaclora hacia arriba.

De los insecticidas modernos se puecíe emplear el Dip-terex, sea en emulsión o en polvo mojable del 50 por 100de riqueza en producto activo. La dosis a aplicar es del0,3 por 100 en agua, o sea, aproximadamente un tercio delitro de la emulsión concentrada o 300 gramos de polvo mo-jable para 100 litros de agua.

ntro insecticida menos tó^ico clue el anterior y muy efi-caz es el Sevín (Carbamato de metilo y naftilo), eficaz con-tra las orugas defoliadoras, a la vez clue contra el «gusano»de las manzanas. Del polvo mojable con 50 por 100 de ri-clueza en producto activo bastan 200-250 gramos por 100 li-tros cíe agua.

La cantidad cíel líquiclo gastacla cíepende, naturalmente,de la edad y cíesarroílo de los árboles, pucliendo establecerselos siguientes datos a títuío de orientación :

Arboles de pequeño porte o con escaso follaje, tres a cinco litrospor pie.

Arboles frutales de porte normal, cinco a quince litros por pie.Arboles de gran porte, 15 a 25 litros por pie.

l^1 D. D. T. es también muy eficaz, tanto contra la oru-ga de piñón (Aglao f^e) como contra las orugas cig^arreras,las cuales se clescuelgan <lel árbol y mueren al poco tiempocuando se pulverizan los f.rtttales, sea con polvo mojable cíe25 por 100 de riqueza a la dosis cle 250 gramos en 100 litr^^sde agua, o bien emulsión cíe D. I). T. 20 por 100 a la dosisde medio litro en 100 cle agua. Sin embargo, el D. D. T. tie-

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ne el inconveniente <le clar lugar, si se emplea solo, a posi-ble desari-ollo de plagas de ácaros (ai-añuela t-oja o ainarilla)por extermini^^ cle sus enemigos naturales. Para evitarlo esconveniente agi-egar ttn azutre mojable. Por ejemplo, deun azutre niicrc^nizacl^^ ^^^^n 80 I>or 100 cle i-iqueza en aztt-fi-e, se aiiadirán ^00 ^-ramc^s al calcl^ insecticid^ (100 litros).

Fig. 19.-He aquí un grupo de manzanas sin daño, perfectamente prote-gidas con productos fitosanitarios.

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11:^^1^1^n>zlt^ 1^ ►., l^t^^.^^r ►zlz^aci^í^.

Segtin el número cle árb^^les a tratar, ^^ue^len emi^learse^lescle los aparatos cle espal^ía o cle mochila, sean cle palanca^^ de presión previa, hasta máquinas pulverizadoras de granrendimiento, teniencl^> en ctienta que los tl-atan^ientos de-ben hacerse cc^n opol-tunidad en toda la plantación. C^m unaparatu de espalda cle presión previa se puecle tratar de SOa 60 frutales de tamalio lnedio en jornada de siete horasíttiles }^ 45 a 50 árb<^les si el a^^arat^I es de halanca.

Con ^ulveriza^lc^I- de carl-etilla c^ de bal-i-il, con <lel^ósitc^^le 50 0 lnás litros, se pueden tratar pol- jol-nada ltnc^s 125a 150 árb^les, se^ítn clesarrc^llo.

MEDIi)AS COMPLEMF.NTARIAti.

Como complemento de la lucha química ^^rimaveral esimportante, en el caso ^le la oruga cle zurrón, el cortar e^ninvierno, al hacer la p^^da, 1cls nidos o zurrones, para que-lnarl^s segui^lalnente.

Contra la ^^ruga de librea también 1>ue^le lucharse eninviel-no cortando y quemalido las 1-amitas <<ue tienen a^^i-llos de huevos, cada tino cle 1^^^ cuales c^^ntielie de 70 a 13Ohuevecillos v clarían lugar en hrimavera a otras tantas^^rugas.

I.a fotografia de la portada representa una rama de manzano invadidapor la oruga de piñón. (SIF.GFRIF.n, E. F. A., Madrád).

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