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'^¡¡¡¡00? NiL./ SEMANARIO LIBERAL. AÑO 1. LOS ANGELEH, CAL., SEPTIEMBRE 21 DE 1907. NtTM. 15. LAS INTRIGAS DE PORFIRIO Ampliando la información que tan incompletamente dimos á nuestros lectores y amigos, en nuostro número panado, la con- tinuamos ahora: El Sr. Lio. Job Harriman, abo- gado ' socialista, ha emprendido con noble empeño la defensa de nuestros amigos. Al Sr. Harri- man ayuda también el Sr. Hol- stón, también abogado socialista, nombrado por el Club Socialista de Los Angeles, tanto para la la defensa como para la acusa- ción de los polizontes que vio- lando las leyes procedieron con- tra los presos sin orden nin- guna. El Gobernador de Missouri pidió la extradición de los presos debido á la acusación que por difamación tenía presentada el testaferro y famoso GRAN GE- NERAL DE SONORA Y DE IZABAL, el famoso Don Green. T.n extradición fué pedida al Go- bernador de California y este Gobernador se negó á otorgarla. Por este lado la Vieja Bestia ha reoibido una bofetada en el ho- cico, porque tenía por seguro que los presos serían mandados á Missouri, de donde serían fá- cilmente extraditados á México. El Viejo Idiota ha pagado millo- nee de pesoB á los esbirros perse- guidoree y todo le ha salido en contra. Cuando fueron reducidos á prisión nuestros amigos, ee en «entraba aquí el espía Creel. Los repórters de los periódicos fue- fon ft entrevistarlo y dijo que había venido a este lugar para •oomprar nopales sin espinas, y que loe presos Flor Magón, Vülarreal y Ri' t» no le impor- taban á él < -*ra nada. Ahora ¡resolta » después que fué ne la extradición por el Go- bernador de California, el Con- «aullo de aquí, el roüosilio Lo «ano y Castro, presentó una acu- sación contra los presos, jurando que D. Enrique Creel le había dicho que los presos se habían tobado veinticinco pesos y ha- bían matado a un desconocido «n Jiménez, Coahuila, en Sep- tiembre del año pasado. El affi- darit en que el Cónsul hace cons- tar su acusación, está hecho en loa días en que Creel estuvo aquí [ .e hecho para presentarlo el día en que les fué concedida 4 loa presos la audiencia de am- paro, es decir el affidavit estaba listo para presentarle» e& caso de que fueran amparados los pre- sos. Por lo qué se vé, á esto precisamente vino Creel y si él afirmó á los repórters que vino á buscar nopales, lo qué hizo faé añadir una mentira más á las que tiene por costumbre decir todos los días. Creel da la prueba que ©a mentiroso. La acusación fué presentada por el Cónsul el día en que de- bían salir libres loa presos, por- que se negaba la extradición, así que despuóa de esto, se hizo car- go de ellos el Marshal, es decir la autoridad Federal. Como consecuencia de esto, fueron trasladados á la cárcel del Con- dado, donde son tratados con alguna humanidad. En la cár- cel Munioipal fueron tratados los presos con toda la crueldad posible. D. Librado Rivera es- tuvo enfermo de disenteria y sólo podía comer un poco de pan y beber agua. Se enfermó del estómago y pedía tres ó cuatro veces diarias al Médico, pero nunca le concedieron que lo viera. Los policías insultaban á los presos. Porfirio debe estar muy oontento por este lado de- bido al celo con que lo han ser- vido aquí. Como saben nuestros lectores y amigos, los cargos de Jiménez fueron hechos ante la Corte de San Antonio, Texas, contra al- gunos correligionarios nuestros y fueron absueltos, porque la Corte de Texas declaró que los revolucionarios que habían en- trado a Jiménez lo habían hecho oon carácter enteramente polí- tico y que por consiguiente no había delito que perseguir en ellos. De cualquier manera, ya Por- firio se ha descarado y si antes se ocultaba detrás de la acusa- ción de Green, ahora pide oíni- camente que los presos sean mandados á México. La con- ducta de Porfirio ha causado in- dignación y burla. Un perió- dico (Los Angeles "Record") dice que Porfirio es un títere- farsante de opera-bufa; también los periódicos de Missouri le han llamado Payaso. Dice el "Rec- ord" que Porfirio hace tres car- gos contra los preses : uno que se robaron veinticinco pesos, otro que mataron á un descono- cido y el otro que escupieron en las banquetas de la ciudad de México; que los dos primeros cargos es fácil que vuelen, por estúpidos; pero que el tercero' deHABEU ESCUPIDO EN L \$ BANQUETAS, ese sí es terrible. Como decíamos, también, en nuestro número pasado, los abo- gados de Porfirio (que le cuestan miles de pesos al pueblo mexi- cano sin que ese pueblo haya consentido nunca en que ese di- nero se gaste en estas hiatriona- daa) estuvieron en el Tucsón, donde el fantoche Elias y el Dis- trict Attorney les dieron largas conferencias. En estas entre- vistas se ha de haber arreglado ya el pastel para un nuevo cargo, en el seguro caso de que salgan absueltos de los cargos de que ahora están acusados. * Porfirio está bailando sobre brasas y no es difícil que resulte que se le quemen los huaraches y luego se le tuesben las patas. Cada bribonada más que intente sólo servirá para aumentar su desprestigio que ya llega á las últimas. Aquí, en los Estados Unidos, sólo protegen á Porfirio las san- guijuelas de Wall Street, de Nueva York, es decir todos los capitalistas de manejo" sucio que tienen factorías de esclavitud en México y que esto les produce buenos dividendos; pero también estas sanguijuelas están ahora en derrota, pues hasta Roosevel^ que es amigo de ellos, ee ha visto obligado á perseguirlos, así que ahora sólo Porfirio les da alber- gue y protección á todo lo que sea bandidaje y picardía. Bam- boleándose los de Wall Street, también tiene que bambolearse su lacayo Porfirio. El pueblo americano se ha dado cuenta del insulto que se le quiere hacer por un histrión san- guinario y ha conseguido el pri- mer triunfo en la denegación de la extradición; no tardarán en venir otros, y luego el castigo que se tiene bien merecido la canalla. V En Los Angeles se publica un' periódico, "The Los Angeles Times"; este periódico es el más imbécil' enemigo que tiene la oíase trabajadora; está dirigido por un viejo que le dicen "Gene- ral" y dice él que ee llama Otis, pero su verdadero nombre es otro. Este es, según la prensa americana, el valiente "General" que se escondió detrás de una muía muerta en la sangrienta batalla de Coloacán en las Fili- pinas. Tiene la monomanía el "General" de.no gustarle los automóbiles y los conductores de automóbiles de esta ciudad se b irían de él, pasando por su casa y soplándole loe pitos y bu- lándole con laa sirenas, hasta LA LIBERTAD DE LA PRENSA Y EL L1C. EMILIO VELASCO. "Sólo me permito hacer una observación s La Constitución, en sus artículos 6. ° y 7. ° , al garantizar la libre manifestación de las ideas, sea por medio de la palabra, sea por medio de la Prensa, ha garantizado el dere- cho de censurar á los funciona- rios públicos; ese derecho es uno de los grandes baluartes de lae libertades públicas, y uno de los medios más eficaces para conte- ner los extravíos y los excesos de aquellos funcionarios. Querer sofocar el derecho de censura, quererlo ahogar en las cárceles, es destruir la Constitución en una de sus bases fundamentales, porque no es posible libertad alguna, cuando ha muerto el de- recho de censura. "El título del Código Penal, ar^r© i^ A "i^a ' < f « ' " r . b Icos, i>a rauíoaimento contrario A la Constitución porque en él se fiende á convertir en ultraje y en delito, lo que no es sino el de- recho de censurar á los funcio- narios públicos. Lo único que no es permitido, es calumniar á éstos, la calumnia es un ataque á derechos de tercero, que debe ser reprimida; pero lo que es cierto, lo que es la verdad, se tiene el derecho de decirlo, por duro y amargo que sea para el funcionario público. Esta cen- sura es el correctivo que opone la opinión pública contra lo» abusos y los delitos de los que ejercen la autoridad. "El Código, en lo que se rela- ciona con las manifestaciones del pensamiento, es una ley de ue lo hacen ohar espuma de ^coraje como 1«>» sapos. Este otro viejo idiota también ha in- sultado á nuest-os amigos, lla- mándoles ba-nd tos, ladrones, asesinos, etc., etc. No hay que extrañarlo : es su oficio. En otro tiempo también decía que Porfi- rio sólo sabía usar calzonsillos y que el Cónsul de aquí, Lozano y Castro, nomás sabía comer f-'jo- les. Ahora dice que Porfir'o no es tan malejo. Hay también aquí otro periódico cu obtubo grandes conce terrenos en México y d do se callan los hocic pesar de todo, hay aq\'í prensa honrada y es la qué se »i v encar- gado de pintar & Porfirio como és. reacción, tomada de países mo- nárquicos, en los que se ha pre- tendido rodear á los que ejoroen funciones públicas, de fuerza que les permita sofocar las liber- tades en beneficio del monarca y de su dinastía; eso Código es proteooión y amparo de tiranía, pero no es ley para una demo- cracia, en las que se tiene el de- recho de examinar todos y cada uno de los actos de los que ejer- cen autoridad, de criticarlos y censurarlos, sin más límites que el de no caer en la calumnia. "Este Código es una ley que en varios de sus preceptos vul- nera la Constitución : es misión y obligación de loa Tribunales examinar cuáleB de esos precep- tos deben ser eliminados de las prácticas judioiales por ser anti- constitucionales. Desgraciada- mente ese estudio no se ha hecho ni se hace y ese Código es apli- cado no sólo en toda su dureza, en todo su espíritu reaccionario y opresivo, en todas sus tenden- i » l d"K< » r q flu I 1 ÜboHft des públicas, sino exagerando todavía aquella dureza y esas tendencias opresivas; y debo de- cir que aún en los países monár- quicos, de cuyas loyes penales ae han tomado las que nuestro Có- digo Penal contiene para repri» mi? las expansiones del pensa- miento, no se llega á los límites á que se llega en nuestro país." * * * A los marranos de aquí y á los de todas partes, recomenda- mos quo lean esta opinión del Lie. Emilio Velasco, publicada en una carta que él escribió y relativa á un negocio en que in- tervinieron el "jato" de canallas quo integran el Gobierno de Mé- xico, contándose desdo el viejo miserable á quien los marranos adoran con todo el hocico abior- 4o en espera de una ración y que, en su enlodada y puerca existencia, no podrán compren- der nunca lo que significa la libertad ni tampoco son capaces de apreciar lo que es honor ni dignidad humanas. o dueño ones de este mo- t; pero á LECTOR. Si acaso llega uno de nuostro* ejemplares á sus manos, es para in- vitarle á que se suscriba. Si Vd. sim- patiza con nue&tras ideas y perió- dico, se lo agradeceremos infinito ed nos toma una suscripción. Pero en caso de que no fuere de su agrado, tendrá la bondad de devolvérnoslo) y así nos evitará grandes perjnioioB. Procúrese el próximo núme- ro; contendrá buena informa- ción.

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Page 1: LAS INTRIGAS DE PORFIRIOarchivomagon.net/wp-content/uploads/rev_n15.pdf · guna. El Gobernador de Missouri pidió la extradición de los presos ... mente ese estudio no se ha hecho

'^¡¡¡¡00?

NiL./ SEMANARIO LIBERAL.

AÑO 1. LOS ANGELEH, CAL., SEPTIEMBRE 21 DE 1907. NtTM. 15.

LAS INTRIGAS DE PORFIRIO Ampliando la información que

tan incompletamente dimos á nuestros lectores y amigos, en nuostro número panado, la con­tinuamos ahora:

El Sr. Lio. Job Harriman, abo­gado ' socialista, ha emprendido con noble empeño la defensa de nuestros amigos. Al Sr. Harri­man ayuda también el Sr. Hol-stón, también abogado socialista, nombrado por el Club Socialista de Los Angeles, tanto para la la defensa como para la acusa­ción de los polizontes que vio­lando las leyes procedieron con­tra los presos sin orden nin­guna.

El Gobernador de Missouri pidió la extradición de los presos debido á la acusación que por difamación tenía presentada el testaferro y famoso GRAN GE­NERAL DE SONORA Y DE IZABAL, el famoso Don Green. T.n extradición fué pedida al Go­bernador de California y este Gobernador se negó á otorgarla. Por este lado la Vieja Bestia ha reoibido una bofetada en el ho­cico, porque tenía por seguro que los presos serían mandados á Missouri, de donde serían fá­cilmente extraditados á México. El Viejo Idiota ha pagado millo­nee de pesoB á los esbirros perse-guidoree y todo le ha salido en contra.

Cuando fueron reducidos á prisión nuestros amigos, ee en «entraba aquí el espía Creel. Los repórters de los periódicos fue-fon ft entrevistarlo y dijo que había venido a este lugar para •oomprar nopales sin espinas, y que loe presos Flor Magón, Vülarreal y Ri ' t» no le impor­taban á él < -*ra nada. Ahora ¡resolta » después que fué ne

la extradición por el Go­bernador de California, el Con-«aullo de aquí, el roüosilio Lo «ano y Castro, presentó una acu­sación contra los presos, jurando que D. Enrique Creel le había dicho que los presos se habían tobado veinticinco pesos y ha­bían matado a un desconocido «n Jiménez, Coahuila, en Sep­tiembre del año pasado. El affi-darit en que el Cónsul hace cons­tar su acusación, está hecho en loa días en que Creel estuvo aquí

[ .e hecho para presentarlo el día en que les fué concedida 4 loa presos la audiencia de am­paro, es decir el affidavit estaba listo para presentarle» e& caso de que fueran amparados los pre­

sos. Por lo qué se vé, á esto precisamente vino Creel y si él afirmó á los repórters que vino á buscar nopales, lo qué hizo faé añadir una mentira más á las que tiene por costumbre decir todos los días. Creel da la prueba que ©a mentiroso.

La acusación fué presentada por el Cónsul el día en que de­bían salir libres loa presos, por­que se negaba la extradición, así que despuóa de esto, se hizo car­go de ellos el Marshal, es decir la autoridad Federal. Como consecuencia de esto, fueron trasladados á la cárcel del Con­dado, donde son tratados con alguna humanidad. En la cár­cel Munioipal fueron tratados los presos con toda la crueldad posible. D. Librado Rivera es­tuvo enfermo de disenteria y sólo podía comer un poco de pan y beber agua. Se enfermó del estómago y pedía tres ó cuatro veces diarias al Médico, pero nunca le concedieron que lo viera. Los policías insultaban á los presos. Porfirio debe estar muy oontento por este lado de­bido al celo con que lo han ser­vido aquí.

Como saben nuestros lectores y amigos, los cargos de Jiménez fueron hechos ante la Corte de San Antonio, Texas, contra al­gunos correligionarios nuestros y fueron absueltos, porque la Corte de Texas declaró que los revolucionarios que habían en­trado a Jiménez lo habían hecho oon carácter enteramente polí­tico y que por consiguiente no había delito que perseguir en ellos.

De cualquier manera, ya Por­firio se ha descarado y si antes se ocultaba detrás de la acusa­ción de Green, ahora pide oíni-camente que los presos sean mandados á México. La con­ducta de Porfirio ha causado in­dignación y burla. Un perió-dico (Los Angeles "Record") dice que Porfirio es un títere-farsante de opera-bufa; también los periódicos de Missouri le han llamado Payaso. Dice el "Rec­ord" que Porfirio hace tres car­gos contra los preses : uno que se robaron veinticinco pesos, otro que mataron á un descono­cido y el otro que escupieron en las banquetas de la ciudad de México; que los dos primeros cargos es fácil que vuelen, por estúpidos; pero que el tercero' deHABEU ESCUPIDO EN L \$

BANQUETAS, ese sí es terrible. Como decíamos, también, en

nuestro número pasado, los abo­gados de Porfirio (que le cuestan miles de pesos al pueblo mexi­cano sin que ese pueblo haya consentido nunca en que ese di­nero se gaste en estas hiatriona-daa) estuvieron en el Tucsón, donde el fantoche Elias y el Dis-trict Attorney les dieron largas conferencias. En estas entre­vistas se ha de haber arreglado ya el pastel para un nuevo cargo, en el seguro caso de que salgan absueltos de los cargos de que ahora están acusados. *

Porfirio está bailando sobre brasas y no es difícil que resulte que se le quemen los huaraches y luego se le tuesben las patas. Cada bribonada más que intente sólo servirá para aumentar su desprestigio que ya llega á las últimas.

Aquí, en los Estados Unidos, sólo protegen á Porfirio las san­guijuelas de Wall Street, de Nueva York, es decir todos los capitalistas de manejo" sucio que tienen factorías de esclavitud en México y que esto les produce buenos dividendos; pero también estas sanguijuelas están ahora en derrota, pues hasta Roosevel^ que es amigo de ellos, ee ha visto obligado á perseguirlos, así que ahora sólo Porfirio les da alber­gue y protección á todo lo que sea bandidaje y picardía. Bam­boleándose los de Wall Street, también tiene que bambolearse su lacayo Porfirio.

El pueblo americano se ha dado cuenta del insulto que se le quiere hacer por un histrión san­guinario y ha conseguido el pri­mer triunfo en la denegación de la extradición; no tardarán en venir otros, y luego el castigo que se tiene bien merecido la canalla.

V En Los Angeles se publica un' periódico, "The Los Angeles Times"; este periódico es el más imbécil' enemigo que tiene la oíase trabajadora; está dirigido por un viejo que le dicen "Gene­ral" y dice él que ee llama Otis, pero su verdadero nombre es otro. Este es, según la prensa americana, el valiente "General" que se escondió detrás de una muía muerta en la sangrienta batalla de Coloacán en las Fili­pinas. Tiene la monomanía el "General" d e . n o gustarle los automóbiles y los conductores de automóbiles de esta ciudad se b irían de él, pasando por su casa y soplándole loe pitos y bu­lándole con laa sirenas, hasta

LA LIBERTAD DE LA PRENSA

Y EL L1C. EMILIO VELASCO.

"Sólo me permito hacer una observación s La Constitución, en sus artículos 6. ° y 7. ° , al garantizar la libre manifestación de las ideas, sea por medio de la palabra, sea por medio de la Prensa, ha garantizado el dere­cho de censurar á los funciona­rios públicos; ese derecho es uno de los grandes baluartes de lae libertades públicas, y uno de los medios más eficaces para conte­ner los extravíos y los excesos de aquellos funcionarios. Querer sofocar el derecho de censura, quererlo ahogar en las cárceles, es destruir la Constitución en una de sus bases fundamentales, porque no es posible libertad alguna, cuando ha muerto el de­recho de censura.

"El título del Código Penal, ar^r© i^A "i^a •'< f « '" r . b Icos, i>a rauíoaimento contrario A la Constitución porque en él se fiende á convertir en ultraje y en delito, lo que no es sino el de­recho de censurar á los funcio­narios públicos. Lo único que no es permitido, es calumniar á éstos, la calumnia es un ataque á derechos de tercero, que debe ser reprimida; pero lo que es cierto, lo que es la verdad, se tiene el derecho de decirlo, por duro y amargo que sea para el funcionario público. Esta cen­sura es el correctivo que opone la opinión pública contra lo» abusos y los delitos de los que ejercen la autoridad.

"El Código, en lo que se rela­ciona con las manifestaciones del pensamiento, es una ley de

ue lo hacen ohar espuma de ^coraje como 1«>» sapos. Este otro viejo idiota también ha in­sultado á nuest-os amigos, lla­mándoles ba-nd tos, ladrones, asesinos, etc., etc. No hay que extrañarlo : es su oficio. En otro tiempo también decía que Porfi­rio sólo sabía usar calzonsillos y que el Cónsul de aquí, Lozano y Castro, nomás sabía comer f-'jo­les. Ahora dice que Porfir'o no es tan malejo. Hay también aquí otro periódico cu obtubo grandes conce terrenos en México y d do se callan los hocic pesar de todo, hay aq\'í prensa honrada y es la qué se »i v encar­gado de pintar & Porfirio como és.

reacción, tomada de países mo­nárquicos, en los que se ha pre­tendido rodear á los que ejoroen funciones públicas, de fuerza que les permita sofocar las liber­tades en beneficio del monarca y de su dinastía; eso Código es proteooión y amparo de tiranía, pero no es ley para una demo­cracia, en las que se tiene el de­recho de examinar todos y cada uno de los actos de los que ejer­cen autoridad, de criticarlos y censurarlos, sin más límites que el de no caer en la calumnia.

"Este Código es una ley que en varios de sus preceptos vul­nera la Constitución : es misión y obligación de loa Tribunales examinar cuáleB de esos precep­tos deben ser eliminados de las prácticas judioiales por ser anti­constitucionales. Desgraciada­mente ese estudio no se ha hecho ni se hace y ese Código es apli­cado no sólo en toda su dureza, en todo su espíritu reaccionario y opresivo, en todas sus tenden-

i » l d"K< » r q flu I 1 ÜboHft

des públicas, sino exagerando todavía aquella dureza y esas tendencias opresivas; y debo de­cir que aún en los países monár­quicos, de cuyas loyes penales ae han tomado las que nuestro Có­digo Penal contiene para repri» mi? las expansiones del pensa­miento, no se llega á los límites á que se llega en nuestro país."

* * *

A los marranos de aquí y á los de todas partes, recomenda­mos quo lean esta opinión del Lie. Emilio Velasco, publicada en una carta que él escribió y relativa á un negocio en que in­tervinieron el "jato" de canallas quo integran el Gobierno de Mé­xico, contándose desdo el viejo miserable á quien los marranos adoran con todo el hocico abior-

4o en espera de una ración y que, en su enlodada y puerca existencia, no podrán compren­der nunca lo que significa la libertad ni tampoco son capaces de apreciar lo que es honor ni dignidad humanas.

o dueño ones de este mo-t; pero á

LECTOR. Si acaso llega uno de nuostro*

ejemplares á sus manos, es para in­vitarle á que se suscriba. Si Vd. sim­patiza con nue&tras ideas y perió­dico, se lo agradeceremos infinito ed nos toma una suscripción. Pero en caso de que no fuere de su agrado, tendrá la bondad de devolvérnoslo) y así nos evitará grandes perjnioioB.

Procúrese el próximo núme­ro; contendrá buena informa­ción.

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Editor y Propietario: MODESTO DÍAZ.

EN MÉXICO.

LA OPRESIÓN POLÍTICA Y SOCIAL

(Traducido de " L ' U u m a n i t ó " de París.

l lar ie t t Beecber Sfcmer, ha, ya tiempo, sublevado el buen criterio de innumerables lectores europeos, trazado en la novela, la "Cabana del Tío Tomas," los sufrimientos de los í i enoj en territorios de In "República Med«lo.» Este libro c< ¡h ' M Í - M ) I

. V Í , s i n awa 4U0) w a t el Norte ¡.bohcionista y el Sur es­clavista, envuelve la causa del primero. Si los negree han llega­do ¡IB T hombros, teóricamente, y tun libres eoino los otros ciudada­nos do la "Unión," y expuestos, tan solo, á sor ahorcad, s de vez eft ouundo por la raz 1 superior, lo deben bastante á la novelista in-fllesa.

SITUACIÓN Dls. I,OS 1'KoNlíS.

Pero, ¿Qué se dirá de los sufrí-ínimloj de los peones de la Ame­rica 1¡ lina, en par licuar de los mexicanos''

Ifll pcon, coiHiiderado como un trabajad( J dé la 'más baja catego­ría, n m uuobra industrial ó aerí­cola, coiitta e^uien todofi t=e- aLri-bu\en el derecho de imposición y humillación, es d veidadeio siervo moderno, n.altiatado y doblegado á voíuntad, sil t ítuncióñ es mas la­mentable que la de los moujiks ru sos

l 'l peón 1 íexicano empicado sea en las haciendas, sea en las fábri­cas que on multiplicadas ya ha mas de un cual lo de siglo en Méxi-•00 bajo la induoncia del capilalis mo norte americ mo es el mas miserable de los explotados. No Ho­la ir culi no cff pagad > con un mi­serabilísimo jornal, no bastai te para un misen ablo sustento y ex­puesto, por lo tanto, á la mas ho­rrible «arene ia, 10 solamente se le hace trabajar indefinidamente, mo solamente no tiene el derecho de unirse para conseguir condiciones de vida soportables, sino que no tiene derecho ni de leer los perió rJUeoB ni de apartarse de su infier­no. Como loe siervos de la Euro­pa medioeval, están prisioneros en

el señorío ó cárcel patronal. Para mejor tenerlos en sus uñas, los empleadores, les pagan la mayoría de veces, no en especie sino en pa­peles, valedores únicamente en los dominios de sus amos.

Es inútil hablar de las multas, pues estas son impuestas según la voluntad d© los patrones; de las bestialidades de Jos capataces y del derecho (?) de maltratar de los verdugos adinerados. Con un po^ co más de brutadidad aquí, un po­co más de hipocresía allá, estas co­sas hacen del país un reino, más todavía: una feudalidad reinante.

En los Estados Unidos del Nor­te como en Europa,—hasCa en esa R u s i a que el zarismo aplasta y sangra—los obreros han consegui­do ciertos derechos primordiales; ellos han podido crear federación nes, constituyéndose on poderosas orgonizaeiones para luchar contra los royes del oro, con huelgas gi­gantescas. (

En México, la posibilidad de una acción combinada del proleta­rio, no existo ni en idea. El Esta­do, en todo y por todo, está al ser­vicio del capital y bajo la Dicta­dura de Porfirio Píaz3 dictadura que ha durado 28 años. Diaa es un señor feudal intransigiblo cjue e m p a ñ a toda manifestación de vida.-

La tentativa de huelga de los obreros de las fábricas de tejidos del Estado de Veracruz, quienes habían osado soñar con la jornada de ocho h o r a s y el derecho de leer los peiiódicos, ofrece un ejem­plo de los -procederes gubernam «1-lalcfi. Las tropas enviadas ' tv Porfirio Diaz para sofocar ]a h 1-

1 1 r*»« v o-smó pitu. y «impío.' ,, áe de 200 proletario* de las fábricas de Santa Rosa, Nogales y Río Blanco. Esta he< atombe horroro­sa tuvo lugar á principios de Ene­ro y ele osa parte acá ha hubido o-tras muchat-).

Los presidios y t a m b i é n los cuarteles transformados on gale­ras, rebosan de obreros, detenidos por actos de la huelga Yucatán y el Vallo Nacional, transforme. dos en Siboria mexicana, ven ago­nizar bajo las torturas á los ora­dores que han osado revnidicar los deicchos del proh tario á una vida humana.

1 OllFTICiO DÍAZ WC"l.'ADOft.

Entro tanto, la opinitín pública exlranjora, conocedora ya de los abusos de los ¡losas y loe López, se ha mostrado llena do indulgen­cia, y hasta entusiasme», por Porfi­rio Díaz.

¿ P o r q u é t a n t a parcialidad'? ¿Está basada, acaso, en el papel que repiesentó hace:cuarenta añoí en la lucha contra los invasores fnnccseq y el usuip^idoi Maximi­liano?

Es dudoao: aquellos que acla­man al Dictador de hoy día no son hombres á dejarse influenciar por tales consideraciones.

Porfirio D í a ? , volviéndose de guerrillero patiiola general ambi­cioso, intriga, conspira contra Juá­rez, el mas liberal que ha conocido México y conquista dofi«idivamen­te el poder pronunciándose contra Lerdo de Tejada.

Plegido, gracias á las boyeme-tas, on 1877 y en 1884, reina díclatoriftlment'0 desde esta úl t i ­ma época

Peed» entonces «e volvió »3 !

3HES

mismo t iempo que t i r ano polít i­co, uno de los pr incipales explo­tadores del pueblo mexicano , ac­cionista de var ías compañ ías y mul t imi l lonar io .

Así,es que está pe rsona lmente interesado á man tene r aquello que sarcáet ieamente so le puede l lamar "paz . "

Esta paz, hecha del silencio de los opr imidos , es la paz del sepulcro.

Las adminis t rac iones públ i ­cas y los t r ibuna les están desem­peñados por agentes del Dicta­dor; la pronsa está amordazada , la t r i buna muda ; México entero se ha conver t ido en señorío don­de nadie , excepto el amo, puede alzar la voz.

BL MOVIMIENTO JMBEKTADOR.

Hace un año, a lgunos revolu­cionarios se esforzaron en iniciar un p ronunc iamien to des t inado ó. apor tar , si no el bienestar ideal, al menos, un poco de aire respi-rable. F u e r o n por fin denun­ciados, t ra ic ionados y ¿al movi­miento sofocado.

\Hoy día, loa mexicanos que sueñan y persiguen la caída de la Dic tadura y la llegada de un régimen soportable, han tenido qu© refugiarse en los Estados Unidos y pr inc ipa lmente en Ca­lifornia.

Eri San Francisco, con el apo­yo de los e lementos obreros nor­te fcinenuanos, socialistas y libé­ralos, 'han cons t i tu ido un grupo l lamado "The í ímanc ipa to r , " cl

dioan el amor de la Pat r ia á los explotados, para mantener los di­vididos y sumisos, no conocen fronteras . El capital ismo yan-kee, en su gigantesco desarollo, ha invadido á México, del eiml quiere hacer la conquis ta econó­mica, l is por esto que el Gene ral Díaz es poderosamente soste­nido por el Pres idente .tloosevelt en la guerra que le hacen los oprimidos mexicanos.

A despecho de la popular idad fácil que este úl t imo se ha cap­tado desayunando con el negro Booker Washington y dirigiendo á los " T r u s t s " a lgunas a iverten-cias desagradables, os ahora, (?podría eei d« otra manera? ) el hombre de la gente del oro, el ejecutor d® la voluntad de la plutocracia yankee.

Es por esto que los revolucio­nario» mexicanos, refugiados on terr i torio de los Es tados Unidos , han sido vendidos y muchos de entre ellos, tales como el Doctor Ignacio Mart ínez, asesinados por emisarios de Porfirio P i a r , con complicidad de las autor idades iioite, amer icanas .

El plagio de Manuel Sarabia prueba osta complicidad do tina manera patente,

Sarabia era un joven mexi­cano que había osado crear, en San Luis, uu órgano revolucio­nario. Obligado á escapar, se refugió en Dooglas, Aruona , creyendo estar en un pueblo seguro.

Sin pretexto alguno, las auto-que t iene por órgano á ' 'REVO- t](U(hs l p a p r J 8 Í O I i a P O n (ú 8 1 f )o

L U C I O S , " impreso en Los An- J u t l i o último, los guanüanes ha-

goles, Oal. , biéndose ausentado, (¡coinciden-E«ta agrupación es el nudo de c k l b i { m o l o c u c n t c ! ) u a u n k ) m o .

fina coalición do todos los ele­mentos avanzados cont ra la Dic-t adu ia do Porfirio Díaz, coali­ción que no ve otro nor te que un movimien to revolucionario. Una vea conseguido BU objete,

bilo, montado por dos olioinlea mexicanos, paró en frente de ln prisión. Sarabia, arrancado de su celda, fué t rasportado á la prisión mexicana de Agua Prieta .

Por lo visto, esto es pimplo y puede muy bien e n t i a r la d o w - . ^ ^ ^ fie p 0 ( , r í f t n J n u U i j j c a r

venencia; (es la ley do la Insto- ,0 R c a s o B . p u o 0 H t o p a i m í s q n o

ria) poro de su acción témpora ria combinada , saldrá siompro un progreso: se habrá franqueado una otapa impor tan te .

E n t r e los números caracterís­ticos de su P r o g r a m a leemos :

suficiente para mostrar aquí lo que México es bajo la tan benig­na (•') presidencia de Porfirio Díaz. Esto b o t a r á para captar á 1 s opr imidos , indio», blancos ó mestizos, las s impatías de l i

"Protección acordada á la raza I Europa, ol día (próximo .sin du ind ígena ." dn) en que pagarán do La pioleeta

Es osta raza indígena, deopo- I á la revolución, sóida y pasada á cuchillo por los

M0VIMIEN10 POLÍTICO Y NO BANDOLERISMO.

Es importantífrimo catar 1.ocu­la rmente informado do lo quo dicen loa periódicos de 1 Gobierno

feroces conquis tadores del -óglo X V I , después enbrutccida por el clericalismo, t i ranizada por los funcionarios y explotada por los capitalistas que abastecen á los hacendados y a los giaudos in A l ó f a n o sobro los compañeros dustrialoB con una 1 nrticU nota o n P ™ i » n . P £ m i P 0 ( l < ^ J robar ble de ganado h u m a n o . Es d» llw ; s o a d e l i t o S n o ñon b.«ulol«-esta clase dn la que se recluían 1 r Í 8 , 0 ( > ó cr imon común , sino u 1

1 mo '¿miento del pueblo mexi-los peones.

Es ta raza india, por tanto ha dado individualidades muy nota­bles, talos como Benito Juárez , que fué no sólo el aelversarlo estoico, infatigable de las fuorzas francesas ó íruporialea, sino ol campeón de las ideas mas avan­zadas de «su época.

coMrjutuDAü r>js J.OS JUSTADOS

UNIDOS.

Mae, loa cApitaliotas que pr®»

cano. Si los periódicos e icnbon de movimiento-) políticos, eso es en favor do nues t ros amigos.

Soria bueno do procurar , aai mismo, u n a his tor ia exacta del inc idente de J iménez Castro y Rayes, por el cual fué procesado ol 0 . J u a n Sarabia, en Chihua­hua, pura procurar pruebas qne e»o inc idente fué de caxácter po-Jático y no delito común .

A L F R E D O O. SAMFTLKBFN.

36DESEPTSEHIEDEI8IO.

La irnperosedera fecha con que encabezamos estas l incas nos obligan a p regunta r A loa d ignos mexicanos. El pueblo que soparla el vergonzoso yugo do la Dictadura , ¿fué aquel puo-blo que conoció las glorias on Granadi tas y en Cuautía?

No; una vez más, no*. Aquol supo con heroísmo despedazar las cadenas que le opr imían

Este , debi l i tado por la mise r ía y más humi l lado *[ 01 la in­just icia, soporta m e r m e loa be tuperio» que Porfirio Día/- y su» adictos arrojan sebre los mirto res do la independenc ia . El pueblo est/i p rofundamente de­cepcionado al ver que sus viejos caudillos t rocaroa sus amoro» á la Liber tad por el amor al oro.

E n las ar ter ias de < ada eiuda daño corro la sangre heroica de sus mayores y detrás do los rostros flagelados por la infamia, hioive la indignación contra el h ipócr i ta t i rano.

Sin embargo, hay una g ran maca de repti les, que olvidando so de la historia manifiestan en plena tr ibu ia l,i máu abnegada humillación y servihsmo ante el mons t ruo quo no» osc lavka

¿(Jomo p o d r á oolobrar e-a masa indofeiente el día do la l ibortad si vo luntar iamente t j esclava?

¿Cómo podran mu e-spíriti.. manchados por la cobardía !'.»• «iu loi t i ranos , entornar el hit no Á los héroes-que FO S ter . ron por haoomos libie-,/

¿No ea u n a mons l i londad e roñar á los luuoes do la libe \ l a i rodi l lados ante los t u nos

La patria no ugradooo lo au­tos de los indife lentes po iq t e no los juzga sineerets,

No podremos c }le bi.tr los glo-rías de nues t ra l u t r i a , mionl. aa no sacudamos ol "dojjrad inte 3 1 go que posa wbro nuostras fre 1 tos, nuionlniH iiotm tnc/eaiuoa i 11 difei intoei a nuestros lero< 1 o mien t i a s no noa voh unos 'ol •-rx 'os oou el puno con ido w\ 9 el capataz quo n/ola nuest carnos.

Mientras p o inano/onnn s j o triiieados por el r u ' i l o ante lo» que nos euvil e <^n.

Mioot as no M«] t\)uo < ú t o m a r el fuhil y <"Ma le" nues t ra sangre rodini r 1 f>lo niorme, no * oremos eiígnos ni do p ronunc ia r los nombro de aquollos hóioe1- que tío fue ron indiierontos u fueron coba des .

Si nquíllos be'roes hub sen nabido que .iu» hijos habí i n d a someterse a l i más t l t i i i t i í a , habr an renunciado a sus s.i n -íicios,

Pero todavía OH tien po si que*, roía hoi rar 4 nuestro 1 lie 10 .

Tomad el fusil y saou lire «1 «1 yo^o que nos o i\ linee'

La "Po lensa do J u a n c ' a ibia " 1 léala ust«d. Vals 10 oenla-

vos ©n eekk redacción.

va/

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R e \\o \ , }

EL SEPULCRO DE LOS TIRANOS LO ABRE LA TIRANÍA

(Continúa.)

tenebroso del gobierno de México, no sorprendió ni á él, ni á sus a-gentes: se había pensado en ello, por eso sonrió- Creel al saberlo, y para su coleto repetiría, tal vez, las palabras de Maza "tanto por el honor de las autoridades america­nas." Pero, en todos los edificios que levanta la maldad hay siem­pre un punto falso que se escapa á la vista de sus arquitectos y por ese punto empieza la ruina algu­nas veces, antes de terminar la obra. ' E l género humano consi­derado en masa, ee un hombre henrado," dice Vicior Hugo, y esta gran verdad ha sido desconocida por tQ<Í0$ los tiranos: para ellos, la opinión pública que acusa la conciencia universal que purga, y el brazo de los pueblos ó la pluma de la historia, que ejecutan, no han existido sino hasta el terrible mo­mento en que ven trocados sus do­radas sangrientas en los fúnebres paños de una capilla y sus cóleras soberanas, en la explosión de una bomba; ó bien hasta que son lleva­dos de la cadena de sus infamias, de pueblo en pueblo como bestias repugnantes, recogiendo puntapiés y maldiciones. Kn esta vez como en otras muchas, la política de Porfirio Díaz dio un traspié y sus burdos y cochinos manejos salie­ron á recibir la rechifla y la ropro-vaoión: envió la diplomacia en a-ynjda de los esbirros para obtener

t derrota más ruidosa; en vano su prer, Ua derrochadora la solíci­ta ó interesada cortesana; se cree hábil, se considera as t t A porque se desliza por pasadizos obscuros, y como la abaricia y la "grasa" la han dejado sorda, no percive el ruido do los cascabeles que lleva atados al rabo denunciando su marcha. Lo hemos dicho ya, Ja grasa ha enbotado el tacto do esa gata y todo le parece blando y fá­cil de comer, como una bola de manteca.

Lo quo en un principio pareció á los rufianes, el simple movimien­to de la curiosidad, les tiene ahora desengauados plenamente do dos cosas: do (pío Porfirio Díaz no ins­pira miedo, y sí asco y desprecio en donde qu'era que sus hechos son oonoc'dt >, y de que la justicia brilla irr' jella, más grande y su­blime n medio de los verdugos y 1» i) las rejas do los calabozos, que las oropeladas figuras de los tiranos en el recinto de sus ricos palacios. Todos los déspotas, aún los más despreciables, han tenido su corte de aduladores y cortesa­nas'quo les inciensen y les sirven do alfombra, mientras dura su po­der, mientras tienen oro conque enriquecerles; los proceres reciben ovaciones del interés, de la bajeza, del miedo y de la conveniencia, pero nunca del honor, de la digni­dad y el cariño: los liberales mexi­canos presos aquí por los corchetes del Dictador, han recibido el ex-pontáneo abrazo del cariño frater­nal del pueblo, «1 aplauso ruidoso de la admiración y las tiernas flo­res dio la gratitud; todo, en el mo­mento en que BUS enemigos pare­cían vencer. El beso de la gloria

acariciando sus frentes altivas é indómitas, compensa sus afanes y les lleva á la prisión lo que no compra el oro de todos los magna­tes: lo que no conquistan las ar­mas malditas de todos los liberti­cidas, ni a t rapan los lazos astutos de los traidores y los hipócritas: la tranquilidad inmutable de la ver­dadera grandeza. La verdad gus­ta siempre de aparecer cuando más terriblemente se la niega y se la ultraja: cuando la n o c h e d é l a mentira se extiende sobre la tierra y hace tropezar á los hombres u-nos con otros sin distinguirse; cuando reina la sombra de tal mo­do que se marcha á tientas, tor­nando á veces un ratero por Juez, un salvador por un asesino y vice versa; cuando no se sabe cual es la s e n d a de la prevaricación y cual el camino de la justicia, en­tonces, aparece radiante como un sol y confunde á los protervos y dá á los objetos su real aparencia: por eso es que unos descamisados cargados de crímenes, de despres­tigio y de burlas, según el decir de los turiferarios del poder, perse­guidos furiosamente por un ejérci­to de dogos mercenarios; odiados por todos, locos por añadidura y con las cabezas puestas á precio por un "gobierno justiciero, ama­do hasta la veneración, y temido de ppopios y extranjeros," reciben del pueblo honrado, del pueblo li­bre, del pueblo justo, demonstra-eión más s i n c e r a de simpatía y adhesión hacia su causa calumnia­da. La verdad cuando se muestra, hundo á los mendaces y levanta á los que le rinden culto á pesar de las ¡ acechanzas: solo ella y la justicial son capaces de senbrar de llores el | camino de un reo-apóstol, cuando (

marcha á la obsouridad del presi­dio con las manos encadenadas; j solo una profunda convicción en ¡ la conciencia del pueblo, puede i llevar á su boca el ¡ viva ! atrona-1 dor para los luchadores caídos y el ¡ muera ! formidable para los tira­nos arrogantes con su poder.

No desesperamos de ver salir de los tribunales americanos, á los re­presentantes de Porfirio Díaz, con el rostro cruzado por el fuete de la ley; no renunciamos al triunfo de la inocencia. La ruina do la Dic­tadura es cierta y próxima, aun­que la diosa Thémis se convierta cu Danao; aunque nuestros her­manos perezcan, el Partido Libe­ral vencerá: los miembros de la .Junta Central, libres ó condenados por los jueces, están absueltos por la Historia; son amados por milla-ros do compatriotas que ejecuta­rían lo que ellos no puedan termi­nar . La revolución no ha perdi­do sus jefee: un partido que lucha por ideales redentores, y no por personalidades determinadas, no se domina ni se aniquila segando una cabeza, ó mil: mañana surgirá más potente, habrá cobrado bríos á la vista de la Bastilla; el pueblo que quiere quebrar sus cadenas, •tiene jefes, intangibles para los opresores; en todos los tiempos y en todos los suelos, los tiranos han buscado inútilmente los cuellos de esos jefes de las multitudes, cuya voz vibrante 6e escucha implaca­ble en todas partes sin encontrar­se en ninguna; son los jefes que no Be inmutan ante las cuatro cabe­zas enjauladas de Granaditaa, ni retroceden al tocar la llama que abrazó la mano de Soevc i», ni en-

SIGUEN LOS MARRANOS INSUL-TANDO.

¡ABAJO LOS TIRANOS!

U n periódico que se publica en San Diego, Texas, y que se l lama " L a L iber tad , " copia un te legrama que publicó 1̂ "Mon­terrey News" de Monter rey . Mé­xico. " L a L i b e r t a d " se regocija con la t i rada de es túpidas majá-derías que publ ica el "Monte r rey News." El te legrama no es otra cosa que una porción de califica­tivas en contra de Flores Magón, Vil larreal y Rivera .

E l "Monte r r ey News" es un periódico que per tenece á un amer icano a v e n t u r e r o , que en Monterrey ha hecho for tuna po­niéndose de acuerdo con el ase­sino Be rna rdo Reyes, de qu ien recibe una subvención que se le paga de los d ineros del pueblo. Na tu ra lmen te , como buen per ro , t iene que l amer la mano del amo y ladrar á loe que cree son enemigos de que se m a n t e n g a n esa clase de picaros á costa del pueblo mexicano . E l gr ingo dueño del per iódico ha ganado también dinero en concesiones y privilegios que no han sido más que fraudes cont ra el tesoro del pueblo nuevoleonés.

¡Canallas! H a y m u c h a dife­rencia en t re los br ibones ladro­nes y man ten idos con los d ineros del pueblo y los que han llevado una vida de sacrificios y de cruentas luchas , por las l iber ta­des de ese pueblo. La cfnal la insulta á los que cree ca íd r s y proclama triunfos que la hace, creerse asegurada en sus rap iñas ; pero el día no está lejano; la ba­talla que se l ibra en estos mo­mentos es el preludio do la deci­siva victoria del honor y de la justicia. Tú, canal la , p roc lamas y defiendes asesinos como Ber­nardo; nosotros luchamos eou hombros puros , l ibres, niveos en su honor y heroicos en sus ideales.

LIBROS DE VENTA. Un simpatizador de nuestra cau­

sa, ha donado un gran surtido de libros de todas clases, que están de venta en nuestra oficina, y cuyos productos se destinarán al fomen­to de REVOLUCIÓN,

Novelas de Dumas, Ibsen, Car­lota M. Bracme y libros sociológi­cos do Tolstoi, Demonio, B l a s c o Ibañes y otros autores celebres, los ofrecemos á precios muy reducidos.

Para más informaciones, diríjan­se á Modesto Díaz, 660 San Fer­nando St.—Los Angeles; Cal.

Los t i ranos t ienen que caer a u n q u e estén senta­dos en pedestal de oro y grani to , porque son impo­tentes para sostener el empuje del pueblo.

T re in ta años hace que nues t ra infort'infidn Pafrin, México, se encuen t r a presa de la más cínica de las t i ranías , t i r an ía que ha venido matando el espír i tu del pueblo.

Pero á desengañas hoy por doquiera se escucha de los pe­chos de los hombres libres los ana temas y maldiciones hacia el filibustero de Tuxtepec, maldi ­ciones que h a n venido á her i r en lo más í n t i m o del a lma re­probada del fantástico his t r ión j Presidencia

Vanas fueron las protestas; las señales masónicas fueron desa­tendidas ; á la voz de "¡Fuogot" lanzada por uno de los esbirro», se manchó el suelo voraoruzatt» con sangre ; en ella se revolcaban las víct imas, ent re ellas los vir i ­les ciudadanos I ruar te , Ituhal» cava, Cueto y Alberbe. Y el maldi to Mier y Terán temblaba.. ante aquel cuadro orripilarite;. pero la orden era t e rminan t e : "¡Mátalos en oaliento!"

La heca tombe del 2 de Abril en Monterey ejecutada por la pantera de Neuvo León, Bernar ­do Reyes; la oxcremación en S a n Jacinto , C h i h u a h u a ; el ex te rmi­nio de yaquis en Sonora; el en-carselamiento de dignos per io ­distas, han sido las bases <iel¡ ave negra para perpetuarse en la

Porfirio Díaz. Los hechos justifican ia jus ta

indignación del pueblo hacia sus opresores.

Porfirio Díaz escaló la Presi­dencia por un camino do sangro he rmana , l levaudo por bandera la colosal ambición de enr ique­cerse, sosteniéndose por t re in ta años en la P r i m e r a Magis t ra tura

¡Histrión Maldito! no c o n t e n t a con los a tentados sangrientos . con que has manchado la d ign i ­dad nacional , hoy ppotondes p i ­sotear el es tandar te de las es t re-'.iab por medio do las cobarde» persecuciones do liberales ot» suelo extranjero!

¡Pero estás equivoco, Histrión' Maldito! El pueblo amer icano o»

asesinados c ín icamente po los ' e sb i r ros de la Dic tadura , íueron

mudecer ante la copa do Sócrates! Porfirio Díaz abre su tumba con impaciencia febril, le parece que no tiene tiempo de hacerla lo bas­tante profunda; causa risa ver co­mo el "jeremiaco" Dictador en­ciende los cirios de la belfa en tor­no de su ataúd; no quiere morir en la obsouridad; como Enobarbo, es un trágico grotesco, como él, nece­sita el verbo, quiere cantar su pro­pio panegírico! Que gran bando­lero va á perder la tierra!

Cuando la t i ranía acabe de a-brir su fosa, el pueblo no hará más que empujarlo á la sima.

de la Repúbl ica por medio de la digno, es noble y, por lo t a n t o , fuerza a rmada y atentados salva- ' h n ( n .,. r „,,<, el Jreclxos h i ñ e r o n -jes á los que él l lama "polí t icos." ¡ t e s ( l e H h r ( , i F , n ] ) n v l g i a S i A TÍ •

El f ntástico Plan de Tuxte-1 zona, tu rcproscnt¡ int , \ el 15a-peo coi •<> sangre á la Nación; r r aeho de la Maza, no ha hecho» nuiles die ciudadanos so «pres ta- <¡iuo desnudar te para exhibir tu ron solio tos á poner sus pechos, llagoso espectro por medio d<& para quo fuesen dest ruidos por sus babas políl ieas. La de\ o k • las balas en aras del progreso. c ión del plagio porpotrado en la

Los iHgnos Generales Goreía personw d<>! abnegado defensor d e l a C a ena, Corona yMarfeiuoz ( ' ' ^ k , | u , M l l t l " l | ( l '*«¡Lu.t,n

sido uno do tus míí» grandos ira» oaeos.

Y hoy para mayor desvet güenza, ol Montepilloro E. ( ' Crcul, el nombrt do mexicano, lux venido á exhibir lo auto ol d igno pueblo americano de Loa Ango les como el más torpe de IOB t iranos.

La aprehensión do los abne ­gados defensores do la causa del pueblo, los Sres, Ricardo Floro» Magón, Librado Rivera y Auto nio I. Villarreal, no ha sido «ino para propagar Ia« ideas l iberales y precipi tar la indispensable ro volueión.

Los mil lones do posos que de­rrocha da Dictadura, jamás con trarostarán los ompujes del puo blo.

1\ AZOTE.

los que no mid iendo sacrificios lograron alcanzar el t r iunfo, co­locando en la c ima de la Repú­blica al l lorón de la Noria .

¿Cuál fué la recom] ensa que obtuvieron estos ínsírt res Gene­rales? El haber sido villana­mente asesinados por aquél que ayer le admi raban , no siendo á la sazón sino el más cobarde do los cobardes.

Aún la sangre de los már t i res de Veraeruz no se seca.

No hay fantasía ni la 'habrá jamás en los cuadros horr ibles quo brotan de nues t ras p lumas al del inear las hecatombes sem­bradas por el Nerón de Móxioo.

(¡25 de J u n i o de 1879! ¡Fecha inmor ta l !

Fue" un cuadro de sangre ; fue" cuadro de sucesos. Veracruz, la ciudad sagrada, refugio de cons­t i tuyentes ; so ladores agitados por la nobleza del ideal lucha­ron y muchos de ellos sucumbie­ron por conservar inal terables los Derechos del H o m b r e

Con esta fecha las hilas tole-gráficas sirviendo d< vehículo al c r imen, t r a spor t aban la funesta no t i c i a : "¡Mata os en caliente!" frase que el General L ima reco­gió de los labios de Porfirio Díaz quien , t rémula y pálido, orde­naba que fuest* ejecutada la or­den sin pé rd ida de t iempo.

El General Mier y Te rán pre-sidería la sa turna l s angr i en ta . |

GIROS MARRANOS. Varios mamar rachos han pu-

blicado regoci jadamente la no ti. cia do haberse supr imido míos tro periódico debido á las g<\« tiones do Porfirio. lOn con I osla-ción diremos : Todo loospi ramo» de la corrupción quo ol t i rano do México extiendo sobro oslo país ; pero todavía, hasta ahora, oíifcu mo9 firmes en la lucha; seguire­mos cayendo, poro olios so Jo-vuntarán y la lucha quo cada d/ti se buce más heroica y g a n a avances contra Porfirio, «oríti nuará sin in ter rupción hasta quo lleguemos á la victoria. Mi .RE­VOLUCIÓN, desaparece queda en cambio toda la prensa aineri. cana honrada y nacerán otros periódicos que perseguirán nues­tros mismos idoales. La Vieja Bestia no tendrá ya desde ahora, un momento de descanso bas to su caída y el caatigo de sus or í -menee.

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MÉXICO Y LOS l-STADOS UNIDOS,

En la m a s a n t e c o l u c t ó n de « n a sosiodad organiy.ídx en la lucha per n v «ante y generosa por la oont uista de un régimen social mejor, todo hombro se en­t rega í;i m ú m o , por un senti­mien to de justicia v h< noi y eu

do t iempo, «1 combato en una wción común y con t r i un ene jugo comúu.

De esta, manera el mundo en-i no 8G h a u i ido cont ia ese morís t ruo, i isaciable de sangre , cono­

c i d o con el nombro el© Nicolás ó <Je (.zar, ó mejor dicho, de ase-«nio del pueblo ruso.

Aquí, on los Estados l ' n idos , wr> la nación que ha dado tu» g n nd is homl res como Tomás Joíferson y Abrahum Lincoln, en «ata t ierra donde la Constitución piotoje el i espeto ¡í tod > persona, «o agita, ac tualmente un-x pro tosta general contra, l<i vil luna y <oi tinnal conspiración ard ida «ontra tre*» l iorna los y leales «tur piones del prole ta i iado, por pa r te de u n a banda de br ibones «conocida con el nombra de MTNE OWNE'RS' ASbOCÍATÍON su­cursa l del "Trftat" americano'— q u e forma en los Ebtados Unidos algo somo|flnt( <í 1.x Mafia

No tomar parte, sin distinción <1CÍ «íioeuoia ó ue escuela política, * n esta gran lucha contra el ban­didaje que pederose bajo la pio-«hccnm do loa 15->t ub b Uni Jos,

í i i j , ' ndo hasta la <• uní 11» H ( I ,».I-«lucvi de lau/ar n! pueblo ol ul­trajo íup rcu o do insulta r¡< ah i j rando : AL 1NKIHKN0 CON L A CONSTITUCIÓN, ci-t i > tato \xn delito contra la Humanidad y l a Justicia.

Si es un hombro que ha per-wnunecido indiferente 6 se ha opuesto , ó ha rolnibado á tomar pa i t e en este gran movimionto «Jo defensa de las tres víctimas de Sos piratas del capital, tenemos •«el derecho y el deber de echarle 4 la cara el ignominioso califica­t ivo do br ibón.

E n este momento, precisa­mente , hemos descubierto y no muy distante de aquí , en México, o t ro Gobierno más despótico, bru ta l y bárbaro que el Gobierno ruso, y creemos que es nuestro »acro deber denuiu'i.ir los cr íme­nes dol Dictador Porfino Díaz, ol OVar de M«xi.,r>, \ luchar solida­rían, cutí1 con 11* revoluciona rio» mexicano» en eu altruista esfuer­zo por abatir ol despotismo del 'Salvaje quo hoy representa, en «1 más alto sentido de la palabra , la ley (?) y el orden (?) en Mé­xico.

Aprobamos la enérgica y va-íktnfco • act i tud de los liberales mexicano! , que se h a n propuesto eatab «cor en su país un sistema político concordante con el p ro­greso moderno.

l is iar en favor de la ins t ruc­ción, del l iberalismo y de la « tonda E S UN DELITO EN

MÉXICO. Patrocinar la libertad de im-

p 'Cinta y osar el derecho de leo* la pientsa honrada ES U N DE­L I T O KN MÉXICO.

Podn la suprosióu de la escla­vitud y do los tormentos carcela­rios y los que son famil iares á los capitalista» mexicanos, pro­pios de IOB t iempos inquis i tor ia-Ics de la vieja Etiparia, ES UN D E L H O E N M EX TOO.

E m p r e n d e r l a organización de las clases t rabajadoras en unio­nes ó asosiaciones de trabajado­res, como en los Estados Unidos de América y oponer»© á la es c k v i t u d , E S U N D E L I T O EN MÉXICO.

Declararse celoso defensor de la ley y de la Const i tución mexi­cana, KS UN D E L I T O E N MÉ­XICO.

E«tar casado con una mujer hermosa quo rehusa prost i tuirse por el capricho de los hombres de gobierno mexicanos, (esto lo cae al Vice-Presidento de Mé­xico, Ramón Corral, pues ' todo el m u n d o sabe en aquel país lo co­r rompido que es este hombre y lo encenagado que . está en el vicio), E S UN D E L I T O EN MÉXICO.

Por xiltimo :/ger honrado, E S UN D E L I T O E N MÉXICO.

Todas estas manifestaciones do honradez y de independencia moral , propias de los hombres buenos, causan á los que son acuxadob de tener las y corno si fueran crímenes, la pi «ion, la tortura y la muerte como conse­cuencia de su fidelidad i la loy y á h\ Constitución 'íisV) un

guaus Victimas d> Czar de Mé.\ no h a n tenido la raíl for­tuna do poder alejarse e la, tira­nía y e r mortal podor dol Dicta­dor Pon1 n o Díaz y han venido á los Es tados Unidos . Los hom­bres honrados que, huyendo de México y q u e ' h a n llegado aquí , confiados en el amparo de la Constitución y de los pr incipios americanos , esa clase de hom­bres, refugiados políticos, esta­blecieron su residencia en St. Louis, Mo., donde publ ica ron un periódico l lamado "Regenera ­ción," escrito en lengua espa­ñola. En ese peri&díco se han denunciado las crueldades, la barbar ie y las infamias del Go­bierno mexicano; su p rograma político era de lo más humilde y modesto so rec lamaba la liber­tad de los " p e o n e s " y eldorecho, para el proletar io mexi ?ano, de organizarse en uniones como «iu he rmano , el t rabajador ameri­cano.

H a n luchado poi un credo po­lítico de progreso para sus com­patr iotas , por el t r iunfo de la ley y de la Consti tución pisotea­das y o* vrneoidas bajo la t i ranía del Dictada Porfirio Díaz.

Estos hon> wa buenos so en­cuentran ahora ' íntimas de per­secuciones debido á la complici­dad del Gobierno te los Estados Unidos con el de A léxico.

El Gobiorno <L. los Estados Unidos , como ei le México, no respeta ni la lev n i la Constitu­ción, porque ar< boa s irven ciega­mente al cap* ilismo. Las ofici­

nas de "Reg tmeraa ión" fueron asal tadas por los pol izontes a m e rica nos y sus jedactores apresa­dos; adt-'maw, jy i 'obaion las listas de los abonados dol periódico y las en t regaron á la policía mexi­cana, causaudo do esta mane ra las persecuciones de esos suscri tores res identes en México, que han sido t amb ién reducidos á prisión y sujetos á salvajes mar-lirios y to r tu ras .

Nosotros, en n o m b r e de la Human idad , levantamos nuestra protesta en cont ra do estas vio­laciones á la ley cons t i tuc ional , que son un atentado á loa Dere­chos dol H o m b r e , y dec laramos :

Basándonos en la C O N S T I T U ­CIÓN A M E R I C A N A , los refu­giados mexicanos t ienen el dere­cho de vivir en esta nación.

E n México, Porfirio Díaz ES UN U S U R P A D O R , U N T R A I ­DOR, UN C O N S P I R A D O R con­tra la Consti tución mexicana y por consiguiente no t iene el de­recho de sor Pres idente .

E n México no existe un Go­bierno leal y const i tucional . El ánico Gobiorno legít imo será ei que E S T A B L E S C A N LOS R E ­V O L U C I O N A R I O S MEXICA NOS.

La causa de las víctimas! de el Dictador de México es causa nuestra.

Trabajadores, unionis tas y vo­so 'ros todos los hombres y muje-re' honradas , levantad desde vu -jtro corazón y proclamad : 4 'El derecho de residencia para los efugiados . mexicanos , la lí­ber! -d de los peones y el t r iunfo d e 1 A C O N S T I T U C I Ó N M E X I -CAJ A Y LA D E LOS E S T A ­DOS ¡NIDOS D E A M É R I C A . "

[Traducido de "Te r r a , " perió­dico socialista i ta l iano publicado en Stockton, Cal.]

MARRANOS ÁMERICÁHOS*

:LA F A U D t PiRFIRIO POI? ¡El "ORBE

T a m b i é n aqu í h a y u n perió­dico, "Tlxo Los Asigeles T i m e s , " que se h a vuelto compinche del Coneulillo y de Porfirio y desd« ®n pr incipio se h a dedicado á» insul tar y á c a l u m n i a r á loa pre- j sos polít icos. La ta rea do este periódico sería c r imina l si no insp i ra ra el más profundo des­precio ni público sensato amer i ­cano y si no fuora conocida de todo el m u n d o la inania rabiosa que t iene de i n s u l t a r á las clases t rabajadoras y á todo lo que t iene a lgún asomo de l ibertad. El " T i m e s " aquí es u n buen compañero del " I m p a r c i a l " de México, y en los chanchul los y majader ías de aristocracia es lo mismo q u e su congenere " E l T i e m p o " de México.

Ú l t i m a m e n t e h a publ icado u n a porción de men t i r a s res­pecto de una dama, mexicana y ha llegado su aí'4» de a y u d a r á Porfirio, que hasta ha falsiíicádo la letra de Rica rdo Flores Ma-gón para da r un desayuno de ment i ras á sus inocentes lectores.

" T h e Los Angeles T i m e s " es un mentiroso.

Mientras que un grupi to de cochini tos que los man t i ene el Üomjul eu eutado de semi futura insul tan con ronquidos) á los re­volucionarios m e x i c a n o s , la prensa de todo el m u n d o se ocu­pa de esta cuestión en t é rminos que no han de per mucho del agrado de la víbora de Chapul-tepec.

"L 'Aot ion , " periódico que se publica en la capital do F ianc ia , dio» lo s iguiente -

" U n grupo de refugiados me­xicanos s» h a const i tu ido, en Los Angolés, Cal., bajo el nom­bre de J u n t a Liberal Mexicana, para con t inua r un movimiento revolucionario liberal en Méxi­co. Numerosos elementos obre­ros y l iber tar ios se han hecho par t idar ios do esta organización que ha adoptado un p rograma amplio y práct ico, comprend ién­dolo no como ideal lejano, sino como de resul tados inmedia tos , en espera de a lcanzar otros pro greaos: la jo rnada de ocho horas, el es tablecimiento de un mini-m u tu de salario, la concesión de t ierras á cualquiera qua las pid'i, la reglamentac ión del servicio doméstico y del t rabajo á dorai cilio, reemplazar las cárceles y peni tenciar ías 'en colonias peni-t m c i a i i a s de regeneración, la supresión de escuelas religiosas, la supresión de t r ibunales mil i­tares en t iempo de paz, la supre­sión del servicio mi l i t a r obliga­torio y el es tablecimiento de la guard ia nacional , la supresión de la pona de muer te , excepto para los traidores á la pati la.

Los revolucionarios, quo tie­nen un órgano hebdomadar io "Revolución" que se impr ime en Los Angeles (California) ha encargado a varios amigos y s impat izadores en F ranc ia de ser los in té rpre tes en Europa y de hacer conocer la s i tuación exacta de México, situación bien miserable oculta engañosamen­te bajo una paz sostenida por una Dic tadura rnilitar-capitalis ta.

Los revolucionarios l laman la atención sobre la deplorable si­tuación de los peones y de los o-breros agrícolas para ios cuales de hecho la esclavitud j amás ha sido abol ida ."

(Traducc ión . ) '

LA FAMA DE. PORFIRIO PERJU­DICA A ROOSEVELT.

Toda la prensa amer icana lux publ icado el s iguiente telegrama-

New York , Sep t i embre 20.— U n congresista de California se opone á la torcera reelección. Cita como ejemplo á México, di­c iendo que la prolongación del período pres idencia l de Díaz es lo qué lo ha hecho déspota.

" E l m i e m b r o del Congreso, Mr. E. A. Hayes , de San José, ha escri to u n a carta a un amigo de la lot íüidad en la «fué enér-g icament • se opone á la tercera reelección t iresidencial de Roose-

velfc Díte- El íond > <» h m ' y/m ros iccto á la Suelto jposimon de la población d d Oeste á h torcí \i rooh'cf íó», < , (¡(» qi ¡ P , n

podor peisouttl del l ' iesideii to debo creoe . 'La laigx p o i m i -ñonchi en utr empleo por lar<;>s años híioo á" loa empleados y í los hombres pensar quo todos están obligados A obe U eerlos.

"Nosotros, aquí en Cahfor m,, estamos fronteros íí México y te n e m o j una lección objetiva di­rec tamente sobro esto punto eu las presentes condiciones ¡ or qué pasa México A posar do que ¡as formas populare» d ' Go bienio en México están escritas en las leyes, ese Gobierno ao tual monte no os otra cosa «¿no despofwmo, y esto es muy sen­cillo de e n t e u d t i s j y de expli­carse por la sonoilia razón dn la prolongada permanencia do Días? en ei poder. Por estdo mo­tivos yo m e opongo y me < pon dré siempre con tod IB mis fuer­zas á la te rcera reelecció i do Roosevelt."

Como se vé, los hombres do Gobierno on oete país empiezan á darse cuenta del pel igjo que corren con la imitación de loa s is temas de Díaz. Y nefanda mente esta influencia se ext iende en los modos t i ránicos y las vio laciones legi les que ya son cosa, común en loa Estado^ Unidos .

LISTA DE DONA O VOS Para la defensa de los Bros. Ri­cardo F lores Magón, Anton io I Villarreal y Prof. Librado Ri­vera.

P O K CONDUCTO DKI, HK. MOOIÍSTO

D Í A Z :

Eleutorio Salas , . ,.$ 27 0© Un Coahuilense, J5 00

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Fi l iber tó Yanos. Félix Rojas ,, Blas. Vásquoz 1 R. 1.1 r edado C. Castillo Daniel F . Cantó Gregorio R. Rodr íguez . . Eugenio A. Carrieri . . . Pi lar Muñía Eduardo S. Contreras Francisco Mesías . . . . . . J u a n Orosco Indalecio Bar r ien tes . . , . Cenobio Estrada Antonio Péroz Manuel O. Váequea , . . . G-. C Navar ro J . l í . García Máximo Ortega Silveslra, Vda de Nnjera Beatriz,- Vda. do *' i ta . . Varios Amigos, J u a n Segobia y Oía. , . Lúa Mendoza Narciso Román Francisco í i e rnándoz . Carlos Gun /ú le / Macedonío Arena . , . . M. López. P. Delgado. . . Carlos Ortuí Patr icio Guerra Ati lano Barroso Jul ián Rodríguez Jesús li. Hernández . . , José A. Villarreal . . Marcial Trevíno Jus to Guerra Zacarías Guerra Genaro Domínguez. . . . Frailan Guerra Un Liberal de Douglaa..

" El Paso... íí ií (( t i ((

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