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LAS FUNDACIONES AFE MIRAN HACIA EL CAMPO

© Asociación de Fundaciones Familiares y Empresariales - AFE Colombia Junio de 2018

ISBN: Falta

DIRECTORA EJECUTIVAMaría Carolina Suárez Visbal

COORDINACIÓN EDITORIAL Erika Marcucci Núñez

TEXTOSBernardo González Erika Marcucci Núñez

FOTOGRAFÍA DE PORTADA:xcxcxcxcxcxc

EDICIÓNBernardo González

DISEÑO Y ARMADA ELECTRÓNICA Azoma Criterio Editorial Ltda.

Asociación de Fundaciones Empresariales - AFECarrera 7 No. 73- 55 Of. 1202-2Tel: (1) 805 0277 – 805 0285Bogotá D.C., Colombia@[email protected]

Capítulo I | 5

CONTENIDO

Introducción

¿Qué propone la Misión Rural?

La labor de las Fundaciones AFE en

la ruralidad

Un diagnóstico de la ruralidad en Colombia

¿Qué propone el punto 1 del Acuerdo de Paz del Teatro Colón?

Una perspectiva de trabajo en la ruralidad para las fundaciones AFE

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6 LAS FUNDACIONES AFE MIRAN HACIA EL CAMPO

Capítulo I | 7

Transformar a Colombia para lograr equidad e inclusión social y productiva pasa necesariamente por cerrar la brecha entre el campo y la ciudad.

Transformar a Colombia para lograr equi-dad, inclusión social y productiva y ga-rantizar los derechos fundamentales a todos los colombianos, así como lograr una verdadera paz, estable y duradera, pasa necesariamente por cerrar la brecha entre el campo y la ciudad e integrar am-bos polos en un todo económico y social articulado.

Reducir la pobreza en la ruralidad, donde es más crítica y extendida, generar opor-tunidades productivas, fortalecer organi-zaciones campesinas, mejorar servicios básicos de salud, educación, transporte, electrificación, formar a los jóvenes rura-les e impulsar el desarrollo de los territo-rios es fundamental para avanzar de una población campesina jornalera y empo-brecida a propietarios y empresarios del campo organizados y pujantes.

Colombia tiene una inmensa deuda social con el campo y desarrollarlo no solo favo-recerá la búsqueda del bienestar de bue-na parte de la población, sino asegurará la seguridad alimentaria y creará además no pocas posibilidades de comercio exterior.

En esa tarea el tercer sector, el sector so-cial, tiene una co-responsabilidad impor-tante y es sin duda el momento de asu-mirla. Para ello es preciso repensarse, desarrollar una nueva forma de relacio-

narse con los territorios y las poblaciones rurales, e integrarse para apoyar los es-fuerzos de la política pública en lo local, lo regional y lo nacional junto con los de-más actores públicos y privados.

Este documento refleja una primera eta-pa en la reflexión acerca del trabajo de las fundaciones empresariales y familiares en el campo. Reflexión que comenzó con el apoyo del experto Santiago Perry, Direc-tor Ejecutivo de la Corporación PBA, para levantar información inicial acerca del trabajo de las Fundaciones AFE y sensibi-lizar sobre los temas del sector rural. Se hicieron cuatro mesas regionales en las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y Ba-rranquilla, las cuales concluyeron en una mesa nacional en la que se presentaron conclusiones preliminares con el objetivo de avanzar en el desarrollo de recomen-daciones específicas para las Fundaciones AFE con interés en avanzar en el desarro-llo territorial rural.

INTRODUCCIÓN

8 LAS FUNDACIONES AFE MIRAN HACIA EL CAMPO

Presentación

Fruto de ese proceso, fue el documento “Lineamientos de política para el traba-jo de la AFE en la ruralidad” (2017), que sirve de base a esta publicación, la cual se concentra en los siguientes tres objeti-vos: i) Ofrecer un resumen calificado del diagnóstico y las propuestas que la Mi-sión para la Transformación del Campo (DNP, 2015) presentó al país, y de lo relati-vo al punto 1 del Acuerdo de Paz del Tea-tro Colón (Gobierno de Colombia, FARC, 2016), ii) Hacer un recuento sucinto de los programas más emblemáticos que ade-lantan hoy las fundaciones en el campo

para identificar puntos de encuentro y iii) plantear unas recomendaciones básicas de trabajo en la ruralidad, con elementos concretos que ayuden a las Fundaciones AFE a desarrollar apuestas más integrales y más articuladas con los diversos actores del campo.

Este es un aporte, una semilla que la Aso-ciación de Fundaciones Familiares y Em-presariales de Colombia - AFE Colombia planta para dar continuidad a nuevos procesos de reflexión sobre la ruralidad en Colombia.

Según lo muestra el informe de la Misión para la Transformación del Campo, más conocida como Misión Rural, la ruralidad colombiana es muy heterogénea y mues-tra profundas desigualdades. Determi-nantes históricas, económicas y geográ-ficas han producido grandes contrastes que muestran desde “zonas relativamen-te desarrolladas y con una fuerte articu-lación con ciudades grandes e interme-dias, hasta otras extremadamente pobres, generalmente en las regiones más aparta-das del país” (DNP, 2015, p. 11).

La desigualdad se manifiesta también en la propiedad. En algunas zonas predomi-na el latifundio y la gran propiedad y en otras se reduce al minifundio o el micro-fundio, y hasta el despojo total, en el que

los campesinos deben vender su fuerza de trabajo para sobrevivir.

La brecha de pobreza

El diagnóstico de la Misión Rural deja ver que “los niveles de pobreza son mayores en las zonas rurales del país, tanto si se miden por ingresos como por el indicador de pobreza multidimensional, que esti-ma el acceso a bienes de interés social y otras dimensiones de calidad de vida. La pobreza es, además, siempre mayor en la población dispersa que entre la que habi-ta en las cabeceras municipales en todas las categorías de municipios” (DNP, 2015, p. 11).

Categorías de Municipios

UN DIAGNÓSTICO DE LA RURALIDAD EN COLOMBIA

Un diagnóstico de la ruralidad en Colombia | 9

Tabla 1. Resultados de la clasificación de ruralidad, 2014

CATEGORÍA NÚMERO DE MUNICIPIOS Y ANM

POBLACIÓN CABECERA

POBLACIÓN RESTO

POBLACIÓN RURAL

POBLACIÓN TOTAL

Ciudades y aglomeraciones 117 28.529.930 2.088.360 2.088.360 30.618.290

Intermedios 314 4.644.221 3.337.839 3.337.839 7.982.060

Rural 373 2.291.912 5.402.735 5.402.735 5.402.735

Rural disperso 318 893.205 2.765.497 3.658.702 3.658.702

Total general 1.122 36.359.268 11.302.519 14.487.636 47.661.787

Porcentaje de la población 76.3 % 23.7 % 30.4 %

Fuente: DDRS – DNP en el marco de la MTC. (Tomado del texto: El campo colombiano: un camino hacia el bienestar y la paz. Misión para la Transformación del Campo. Departamento Nacional de Planeación. Bogotá, 2015, pag 41.).

1 0 LAS FUNDACIONES AFE MIRAN HACIA EL CAMPO

En términos de inclusión productiva e in-clusión social, la brecha “no es solo entre la población de las cabeceras y el área disper-sa de cada municipio, que existe incluso en los municipios más rurales y dispersos, sino también entre las grandes ciudades y el resto del país (DNP, 2015, p. 12).

La pobreza monetaria extrema era más del triple en las zonas rurales que en las urbanas en 2014 y la pobreza multidi-mensional 2,8 veces más alta.

Además, el nivel promedio de ingresos por trabajador de la población dispersa es de cerca de un tercio del salario mínimo legal.

La relación entre las formas de trabajo y la pobreza, muestra que la pobreza por ingresos es mayor dentro de las activi-

dades agropecuarias en comparación con el resto de sectores y es mayor para los productores cuenta propia (que en su mayoría pertenecen a la agricultura familiar) que para los asalariados del campo.

La falta de oportunidades económicas es constante en los municipios rurales y ru-rales dispersos, independientemente de si su población vive concentrada en la cabe-cera o dispersa.

Concentración de la tierra

En materia de concentración de la tierra, asunto que no solo ha sido fuente cons-tante de conflictos, sino una efectiva mu-ralla para la movilidad social y económica de la población del campo.

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POBREZA EXTREMAPOBREZA MONETARIA

Nacional Cabeceras Centros poblados y rural disperso

Fuente: DANE. Encuesta Continua de Hogares (2002 - 2005). Gran Encuesta Integrada de Hogares (2008 - 2014)

Gráfico 1. Pobreza monetaria y pobreza extrema monetaria

De acuerdo con datos del Censo Nacional Agropecuario, citado en el informe de la Misión Rural, mientras que 69,9 % de las Unidades Productivas Agropecuarias (UPA) tiene menos de 5 hectáreas y ocupa 4,8 % del área total censada, 0,4 % de las UPA tiene 500 hectáreas o más y representa el 40,1% del total del área. Más aún, como lo muestra el censo, la concentración de la tierra ha aumentado en el tiempo, pese a los sucesivos esfuerzos de reforma agraria (1936, 1961, 1968 y 1994), incluyendo la Ley 160 de 1994, todavía vigente.

Según la Encuesta de Calidad de Vida (ECV) del 2011, de cuatro posibles activos para la producción agropecuaria (acceso a tierras, asistencia técnica, crédito y rie-go intrapredial), el 63 % de los pobladores rurales no tenía acceso a ninguno de ellos, 20,8 % tenía acceso a uno, 9,3 % a dos, 3,9 % a tres y menos del 2 % a todos.” (DNP, 2015, p. 19). Sin embargo, generalmente la tenencia es en cantidades insuficien-tes para alcanzar un nivel de producción sostenible y de vida adecuado. Esto a su vez se explica por la alta concentración de la propiedad: de acuerdo con datos del Censo Nacional Agropecuario, mientras que el 69,9 % de las Unidades Producti-vas Agropecuarias (UPA) tiene menos de 5 hectáreas y ocupa el 4,8% del área to-tal censada, el 0,4% de las UPA tiene 500 hectáreas o más y representa el 40,1% del total del área. El acceso a crédito es, también, una barrera generalizada en el campo, pues según la ECV de 2011, el cré-

dito solamente llega a 5,2 % de los hoga-res rurales.

Las mujeres rurales

Dentro del conjunto de la población rural, las mujeres enfrentan desventajas adi-cionales. Se caracterizan por contribuir en gran medida a la producción agrícola, pero sin mucho reconocimiento. Han teni-do que vivir décadas de inseguridad, acoso sexual y trabajos indignos, entre otras di-mensiones de violencia. Aunque su situa-ción en términos de ingreso ha mejorado en las últimas décadas, continúan en gran desventaja. Tienen una mayor probabili-dad de ser pobres, están peor remunera-das y en su gran mayoría, tiene un empleo informal, con bajos mecanismos de pro-tección en temas de maternidad.

Según datos de la CEPAL citados por el estudio Condiciones para el empodera-miento de la mujer rural en Colombia (Botello – Guerrero, 2017), el porcentaje de mujeres en pobreza monetaria para 2013 era de 27,6 en áreas urbanas y de 44,5 en áreas rurales.

Dentro del conjunto de la población rural,las mujeres enfrentan desventajas adicionales.Se caracterizan por contribuir en gran medida a la producción agrícola pero sin mucho reconocimiento.

Un diagnóstico de la ruralidad en Colombia | 1 1


Inclusión social

En cuanto a la inclusión social, las ma-yores carencias se dan en materia edu-cativa (analfabetismo, baja permanencia, bajo logro educativo y mala calidad de la educación), acceso a agua y saneamiento y menor protección laboral por una muy alta informalidad.

El analfabetismo en las zonas rurales es notorio. Las cifras arrojadas por el Cen-so Nacional Agropecuario de 2014 en la población de 15 años o más, son preocu-pantes: 11,5 % y un alarmante 17,4 % de la población residente en las unidades productivas.

Por su parte, mientras que la población urbana de 15 años y más tiene al menos los 9 años de educación obligatoria, la po-blación en zona rural tiene tan solo pri-maria completa (5,1 años). Si bien la bre-cha se ha cerrado gracias a los esfuerzos por la universalización de la primaria, el reto es grande en educación secundaria y media y, sobre todo, en acceso a educa-ción técnica y superior. La tasa de perma-nencia en el sistema educativo es de 82 % en las zonas urbanas, en las rurales es de 48 %; y los resultados de las Pruebas Saber 5, 9 y 11 en las zonas rurales son sistemáticamente inferiores a los de las zonas urbanas (Delgado, 2014).

Los problemas del sistema educativo en el sector rural no son sólo de cobertura,

sino también de pertinencia y calidad, dos elementos que son esenciales para que la educación se traduzca en ma-yores ingresos, productividad y compe-titividad. Esa falta de pertinencia de la educación, unida a aspectos económicos son las razones que más influyen en la inasistencia escolar de los niños y los jó-venes en zonas rurales. Por ello “mejorar la cobertura y la calidad de la educación, sobre todo en las zonas rurales, y con un énfasis en las capacidades técnicas de la fuerza laboral, es una tarea pendien-te fundamental para garantizar la ade-cuada preparación de los trabajadores de hoy, con miras a una futura vejez en dignas y mejores condiciones” (F. Salda-rriaga Concha, 2015, p. 46).

El limitado acceso a servicios de acue-ducto y alcantarillado de las zonas ru-rales es igualmente notorio. Según la Encuesta de Calidad de Vida de 2012, mientras que la cobertura en acueducto en la zona rural es de 53 % y en alcan-tarillado es de 16 %, la de la zona urba-na es de 97 % y 92 % respectivamente. A la red vial terciaria se han dedicado también recursos insuficientes. El país invierte menos del 0,4 % del PIB en vías terciarias, lo cual es poco si se compara con Perú, que invierte el 0,9 %.

Además, el conflicto armado ha generado grandes desplazamientos y ha contribui-do sin duda a conculcar las posibilidades de desarrollo rural.

Un diagnóstico de la ruralidad en Colombia | 1 3

Reducción y envejecimiento de la población rural

A tales dificultades debe sumarse la re-ducción y envejecimiento de la población rural, en buena parte debido al éxodo de los jóvenes hacia las ciudades en busca de trabajo y oportunidades. En el campo co-lombiano viven, según datos del reciente Censo Nacional Agropecuario, 50 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años. En 2005, la cifra era de solo 26 adultos por 100 menores.

Según la Misión Colombia Envejece “des-pués de los 70 años, el 58 % de los hom-bres en las zonas rurales aún trabaja, lo que contrasta con el 30 % en las zonas ur-banas. Para las mujeres de 60 años y más, las tasas de ocupación son prácticamente

iguales, alrededor del 21 %, tanto en las zonas urbanas como en las rurales” (F. Sal-darriaga Concha, 2015, p. 44).

Igualmente las zonas rurales acusan défi-cit habitacional, debilidades en el acceso real y efectivo a servicios de salud y alta prevalencia de inseguridad alimentaria y nutricional en sus hogares, así como debi-lidades en la atención integral a la prime-ra infancia.

Este panorama exige una ambiciosa, inno-vadora y persistente propuesta de desarro-llo rural, que tiene dos derroteros claros en materia de política pública al día de hoy: la propuesta de la Misión Rural y el punto 1 de los Acuerdos del Teatro Colón, que a continuación se revisan de manera resumida.

La Misión Rural propuso a finales de 2015 un conjunto de políticas orientadas a promover un desarrollo integral para el campo en lo económico, lo social y lo am-biental, en la perspectiva de restituir los derechos de quienes habitan los sectores rurales y cerrar la brecha entre el campo y la ciudad. Tales políticas se agruparon en seis grandes estrategias:

1. Inclusión social 2. Inclusión productiva y agricultura

familiar3. Desarrollo de una ruralidad competitiva 4. Sostenibilidad ambiental para el de-

sarrollo rural5. Ordenamiento y desarrollo territorial6. Arreglo institucional integral y multi-

sectorial

La estrategia de inclusión social “bus-ca eliminar, en un plazo de quince años, las principales brechas rural-urbanas en materia de acceso a servicios sociales de calidad” (DNP, 2015, p. 46), a través de la provisión de bienes de interés social con un enfoque de derechos.

Para ello, plantea la Misión, “se debe buscar mejorar la nutrición y seguridad alimenta-ria; la cobertura y calidad de los servicios de educación y salud; el acceso a vivienda, agua y saneamiento; la mayor cobertura de los mecanismos de protección social y

¿QUÉ PROPONE LA MISIÓN RURAL?

la plena aplicación de las normas labora-les al campo” (DNP, 2015, p. 49).

En materia de educación, la Misión propo-ne que “el objetivo debe ser no solo cerrar la brecha rural-urbana y garantizar que todos los jóvenes rurales tengan como mínimo 9 años de escolaridad obligatoria en 2020 y 11 en 2030, sino también garan-tizar una educación pertinente y de cali-dad que facilite la inclusión productiva e incentive la creatividad y la innovación, para que sea en sí misma una formación técnica y tecnológica y asegure la compe-titividad en las actividades productivas rurales” (DNP, 2015, p. 50 - 51).

Lo anterior apunta a convertir la edu-cación en un verdadero instrumento de movilidad social, tanto para los jóvenes que deciden quedarse en el campo, como para los que migran hacia las ciudades. Y como una característica de la educación rural actual es la proliferación de progra-mas de educación flexible, con diferentes estándares de calidad y sin lineamientos

Convertir la educación en un verdadero instrumento de movilidad social, tanto para los jóvenes que deciden quedarse en el campo, como para los que migran hacia las ciudades.

¿Qué propone la Misión Rural? | 1 5


directos desde el MEN, será fundamental homogenizar y definir estándares míni-mos de calidad en los modelos flexibles, limitando el portafolio de modelos regu-lados. Además, será fundamental estable-cer una política de formación situada de docentes en los colegios rurales.

La estrategia de inclusión productiva y agri-cultura familiar, se orienta a abrirle caminos a los pequeños productores y los trabajado-res del campo, tanto agropecuarios como no agropecuarios, “para que accedan a recursos productivos, se integren a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización y perciban ingresos remunerativos” (DNP, 2015, p. 47). Para ello propone dos nuevas instituciones: un Fondo de Desarrollo Rural y una Agencia Nacional de Tierras.

Se apunta a favorecer el mejoramiento de la calidad de vida a través de una mejor inserción en el sistema productivo basado en el desarrollo de capacidades y su mayor acceso a activos productivos y a mercados (local, nacional o internacional).

Acá la palabra clave es acceso: a la tierra, principal activo productivo, suficiente en calidad y cantidad, a tecnologías, a bue-nas prácticas agrícolas y empresariales, al agua, a mecanismos eficaces de co-mercialización, a servicios financieros. El estímulo de la asociatividad también jue-ga un papel muy importante, así como la gestión integral de riesgos.

En cuanto a la inclusión productiva en actividades no agropecuarias, la Misión Rural propone como prioridad la pro-moción de emprendimientos sociales y la conformación de empresas privadas y organizaciones de economía solida-ria en: turismo, artesanías, maquinaria, provisión de insumos, construcción, ser-vicios a la producción (como transporte, logística, metalmecánica, contabilidad, etc.), minería artesanal y servicios am-bientales.

La estrategia de desarrollo de una rura-lidad competitiva, plantea la “provisión adecuada de servicios y bienes públicos sectoriales: ciencia, tecnología, innova-ción, asistencia técnica y acompañamien-to integral; infraestructura de transporte, energía y TIC; adecuación de tierras; sani-dad agropecuaria; protección de los dere-chos de propiedad; información y seguri-dad y justicia” (DNP, 2015, p. 47).

La Misión propone principalmente que se fomente un cambio en la manera de generar y transferir conocimiento para

Acá la palabra clave es acceso: a la tierra, principal activo productivo, suficiente

en calidad y cantidad, a tecnologías, a buenas prácticas agrícolas y empresariales,

al agua, a mecanismos eficaces de comercialización, a servicios financieros.

¿Qué propone la Misión Rural? | 1 7

Un primer objetivo que propone la Misión es garantizar la seguridad jurídica, la formalización de la propiedad y el mapeo de la situación jurídica de los predios rurales.

ir hacia un modelo basado en la coope-ración horizontal entre múltiples actores. Así mismo propone que se establezcan políticas de fomento específico para pro-ductos con gran potencial.

La estrategia de sostenibilidad am-biental para el desarrollo rural apunta a “mantener e incluso mejorar el pa-trimonio del país en materia de aguas, suelos, biodiversidad y riqueza forestal, al tiempo que valora de manera adecua-da la provisión de servicios ecosistémi-cos, gestiona los efectos sobre el sector agropecuario del cambio climático y promueve actividades que hagan un uso productivo y ambientalmente sostenible de la riqueza ecológica. Esta estrategia propone, además, frenar la expansión de la frontera agraria y la deforestación que la acompaña para el año 2030” (DNP, 2015, p. 47).

La propuesta está estructurada, a su vez, alrededor de tres estrategias: la recupe-ración y protección de los servicios eco-sistémicos del agua y el suelo, la promo-ción de un desarrollo rural compatible con el clima para aumentar la capacidad adaptativa frente al cambio climático y el aprovechamiento sostenible del patrimo-nio natural para el desarrollo rural.

La estrategia de ordenamiento y desa-rrollo territorial se orienta a garantizar un apropiado ordenamiento ambiental, social y productivo de los territorios ru-

rales, que busque el desarrollo integral de dichos territorios y su articulación con el sistema de ciudades. Esta estrategia exige el diseño de Planes de Ordenamiento Te-rritorial - POT apropiados, herramientas que induzcan un aprovechamiento orde-nado, adecuado, sostenible y equitativo de la tierra y un fortalecimiento de la aso-ciatividad territorial.

Un primer objetivo que propone la Misión es garantizar la seguridad jurídica, la for-malización de la propiedad y el mapeo de la situación jurídica de los predios rura-les, complementado con una estrategia efectiva y ambiciosa de acceso a la tierra.

La Misión propone, como luego lo hizo el punto 1 del Acuerdo del Teatro Colón, im-pulsar los Programas de Desarrollo Rural Integral con Enfoque Territorial (PDRIET – en el Acuerdo PDET), que buscan articular y llevar de manera conjunta toda la oferta del Estado a un mismo territorio, a través de una acción integral que genere una pronta recuperación social y económica. Los PDRIET pretenden ser construidos de


manera participativa, partiendo de las potencialidades del territorio y las necesi-dades y aspiraciones de sus habitantes, y asegurando su coherencia con los POT de las entidades territoriales.

Por último, la Misión propone la estrate-gia orientada a promover un arreglo ins-titucional integral y multisectorial, con políticas claras de largo plazo articuladas por un CONPES Rural con un horizonte de largo plazo (diez años) y la garantía de disponibilidad de recursos públicos ade-

cuados y estables para instrumentar di-chas políticas.

Para la Misión estas estrategias deben te-ner un elemento transversal esencial: la equidad de género, pues las mujeres re-presentan un grupo mayoritario de la po-blación. Además deben tener la capacidad de ofrecer oportunidades a la población joven en el campo y considera indispen-sable dar prioridad a los grupos histórica-mente más marginados: los indígenas y los afrocolombianos.

El punto 1 del Acuerdo Final para la Termi-nación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, firmado el 24 de noviembre de 2016 en el Teatro Colón de Bogotá, denominado Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral – RRI, tiene indiscutibles similitudes con la Misión Rural en cuanto a los conceptos y las estrategias que propone para lograr el desarrollo del campo colombiano.

Primero en su vocación de lograr transfor-maciones que contribuyan por supuesto a la paz y a la restitución de las condiciones que han sumido en el atraso y la pobreza a los campesinos colombianos.

En su Preámbulo dice:

“(…) las transformaciones que habrá de alcanzarse al implementar el presente Acuerdo deben contribuir a reversar los efectos del conflicto y a cambiar las con-diciones que han facilitado la persistencia de la violencia en el territorio; y que a juicio de las FARC-EP dichas transformaciones deben contribuir a solucionar las causas históricas del conflicto, como la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tie-rra y particularmente su concentración, la exclusión del campesinado y el atraso de las comunidades rurales, que afecta es-pecialmente a las mujeres, niñas y niños”

(Gobierno de Colombia – FARC, 2016, p. 3).

Enfoque territorial y participación de las comunidades

El Acuerdo asume de manera integral un enfoque territorial con la participación activa de la ciudadanía, como lo mencio-na en su Introducción: “(…) supone reco-nocer y tener en cuenta las necesidades, características y particularidades econó-micas, culturales y sociales de los terri-torios y las comunidades, garantizando la sostenibilidad socio-ambiental; y pro-curar implementar las diferentes medi-das de manera integral y coordinada, con la participación activa de la ciudadanía. La implementación se hará desde las re-giones y territorios y con la participación de las autoridades territoriales y los dife-rentes sectores de la sociedad” (Gobierno de Colombia – FARC, 2016, p. 6).

También se afirma que “la RRI reconoce el papel fundamental de la economía cam-pesina, familiar y comunitaria en el de-sarrollo del campo” y que “la efectividad, transparencia y el buen desarrollo de la

¿QUÉ PROPONE EL PUNTO 1 DEL ACUERDO DE PAZ?

¿Qué propone el punto 1 del Acuerdo de Paz del Teatro Colón? | 1 9

El Acuerdo asume de manera integral un enfoque territorial con la participación activa de la ciudadanía.


RRI dependen en gran medida de la pro-moción de una amplia participación de las comunidades, mediante la generación de espacios institucionales participativos y democráticos donde éstas tengan capa-cidad de transformación e incidencia en la planeación, implementación y segui-miento de los diferentes planes y progra-mas acordados” (Gobierno de Colombia – FARC, 2016, p. 11).

Además precisa, al igual que la Misión, que “los planes y programas acordados como parte de la RRI deben tener un en-foque territorial, diferencial y de género” para atender las particularidades y carac-terísticas de las mujeres en todo su ciclo vital. Así mismo plantea en sus principios que el desarrollo debe ser ambiental y so-cialmente sostenible y requiere de la pro-tección y promoción del acceso al agua.

El Fondo de Tierras

El Acuerdo plantea un Fondo de Tierras para la Reforma Rural Integral con el pro-pósito de lograr la democratización del ac-ceso a la tierra, complementado con “planes

de acompañamiento en vivienda, asistencia técnica, capacitación, adecuación de tierras y recuperación de suelos donde sea nece-sario, proyectos productivos, comercializa-ción y acceso a medios de producción que permitan agregar valor” a la tierra, para las y los beneficiarios del Fondo (Gobierno de Colombia – FARC, 2016, p. 15).

Propone también la formalización masi-va de la pequeña y mediana propiedad rural y la formación y actualización del catastro e impuesto predial rural entre otras medidas relacionadas con el acceso a la tierra y su formalización, así como el cierre de la frontera agrícola y la protec-ción de zonas de reserva.

Los PDET

Para “lograr la transformación estructural del campo y el ámbito rural, y un relacio-namiento equitativo entre el campo y la ciudad” (Gobierno de Colombia – FARC, 2016, p. 21), el Acuerdo propone los Pro-gramas de Desarrollo con Enfoque Terri-torial (PDET).

Los PDET pretenden priorizar aquellas zo-nas donde sean más altos los niveles de pobreza, en particular de pobreza extre-ma y de necesidades insatisfechas; el alto grado de afectación derivado del conflic-to; la debilidad de la institucionalidad ad-ministrativa y de la capacidad de gestión y la presencia de cultivos de uso ilícito y de otras economías ilegítimas.

El Acuerdo plantea la formalización masiva de la pequeña y mediana propiedad rural y la formación y actualización del catastro e

impuesto predial rural.


El Acuerdo establece que “para cumplir con los objetivos de los PDET, en cada zona priorizada es necesario elaborar de manera participativa un plan de acción para la transformación regional, que in-cluya todos los niveles del ordenamiento territorial, concertado con las autorida-des locales y las comunidades.

Ese plan debe tener en cuenta “las carac-terísticas socio-históricas, culturales, am-bientales y productivas de los territorios y sus habitantes, así como sus necesidades diferenciadas en razón de su pertenencia a grupos en condiciones de vulnerabilidad y la vocación de los suelos…” (Gobierno de Colombia – FARC, 2016, p. 22). Además, debe incluir un diagnóstico objetivo, ela-borado con la participación de las comu-nidades con metas claras y precisas que posibiliten la transformación estructural de las condiciones de vida y de producción.

Planes Nacionales para la Reforma Rural Integral

El Acuerdo propone un conjunto de pla-nes nacionales para la superación de la pobreza y la desigualdad, para alcanzar el bienestar de la población rural y para lo-grar el cierre de la brecha entre el campo y la ciudad.

• Plan Nacional de Vías Terciarias• Plan Nacional de Riego y Drenaje

para la economía campesina• Plan Nacional de Electrificación Rural

• Plan Nacional de Conectividad Rural• Plan Nacional de Salud Rural• Plan Especial de Educación Rural• Plan Nacional de construcción y me-

joramiento de la vivienda social rural• Plan Nacional para la promoción de

la comercialización de la producción de la economía campesina, familiar y comunitaria.

La legislación para desarrollar los acuerdos del Teatro Colón

Hasta marzo de 2018, cuando se cerró la edición de este documento, se habían aprobado las siguientes normas:

Decreto 691 de 2017 Por el cual se sustituye el Fondo para la Sostenibilidad Ambiental y Desarrollo Ru-ral Sostenible en Zonas Afectadas por el Conflicto por el ‘Fondo Colombia en Paz (FCP)’ y se reglamenta su funcionamiento.

Decreto 902 de 2017 Por el cual se adoptan medidas para fa-cilitar la implementación de la Reforma Rural Integral contemplada en el Acuer-do Final en materia de tierras, específica-mente el procedimiento para el acceso y formalización y el Fondo de Tierras.

Resolución 740 de 2017Expedida por la Agencia Nacional de Tierras, que reglamenta los Planes de Ordenamiento Social de la Propiedad y el Proceso Único de Ordenamiento Social de la Propiedad.


Alto Patía y norte del Cauca Arauca Bajo Cauca y Nordeste Antioqueño Catatumbo Cuenca del Caguán y Piedemonte

Caqueteño Macarena Guaviare Montes de María Pacífico Medio Pacífico y Frontera Nariñense Putumayo Sierra Nevada – Perijá – Zona

Bananera Sur de Bolívar Sur de Córdoba Sur del Tolima Urabá Antioqueño Chocó

16Subregiones

170Municipios

NORTE DE SANTANDER

LA GUAJIRA

CESAR

MAGDALENA

CÓRDOBA

CHOCÓ BOYACÁ

CUNDINAMRACA

CALDASRISARALDA

TOLIMAVALLE DEL CÁUCA

ANTIQUIA SANTANDERARAUCA

CASANARE

SUCRE

BOLÍVAR

CAQUETÁ VAUPES

AMAZONAS

PUTUMAYO

NARIÑO

CÁUCA

ATLÁNTICO

VICHADA

GUAINÍA

GUAVIARE

META

HUILA

QUINDÍO

PROGRAMAS DE DESARROLLO CON ENFOQUE TERRITORIAL, PDET

Decreto 893 de 2017 sobre PDETPor el cual se crean los Programas de Desa-rrollo con Enfoque Territorial, PDET, como un instrumento de planificación y gestión para implementar de manera prioritaria los

planes sectoriales y programas en el marco de la Reforma Rural Integral (RRI).

De acuerdo con el Decreto 893 se desarro-llarán 16 PDET, en 170 municipios.

Cada PDET se instrumentalizará en un Plan de Acción para la Transformación Regional (PATR) Los PATR deberán articularse y ar-monizarse con el Plan Nacional de Desarro-llo, los planes de desarrollo de las entidades territoriales y demás instrumentos de pla-neación y ordenamiento del territorio.

La Agencia de Renovación del Territorio (ART) dirigirá la construcción participati-va y la respectiva revisión y seguimiento de los PATR de los PDET, y coordinará la estructuración y ejecución de los proyec-tos de dichos planes.

Decreto 892 de 2017 Por el cual se crea un régimen transitorio para la acreditación en alta calidad de los progra-mas académicos de licenciaturas a nivel de pregrado que son ofrecidos en departamen-tos donde se localizan municipios priorizados para la implementación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).

Decreto 890 de 2017 Por el cual se dictan disposiciones para la for-mulación del Plan Nacional de Construcción

y Mejoramiento de Vivienda Social Rural

Decreto 884 de 2017Por el cual se expiden normas tendientes a la implementación del Plan Nacional de Electri-

ficación Rural”

Decreto 883 de 2017 Por el cual se modifica la Ley 1819 de 2016 para incluir a las empresas de,dicadas a la minería ya la explotación de hidrocar-buros en la forma de pago de obras por

impuestos.

Decreto 882 de 2017 Por el cual se adoptan normas sobre la or-ganización y prestación del servicio edu-cativo estatal y el ejercicio de la profesión docente en zonas afectadas por el conflic-to armado.


La labor de las Fundaciones AFE en la ruralidad | 2 5

LA LABOR DE LAS FUNDACIONES AFE EN LA RURALIDAD

El trabajo que llevan a cabo las funda-ciones asociadas a la AFE en la ruralidad es variado y cuenta con aspectos que pueden ser útiles para la política públi-ca y de los cuales vale la pena rescatar varios elementos. Intervenciones de lar-go plazo, búsqueda de modelos exitosos, creciente participación de los actores lo-cales y las comunidades, son algunos de los factores que han permitido resulta-dos positivos en no pocos de los procesos adelantados.

Por ello se quiso hacer un ejercicio des-criptivo del trabajo de algunas Funda-ciones AFE, que según los criterios de pertinencia y lugar de implementación aportaban al análisis de este documento. En los párrafos siguientes se mencionan unos cuantos ejemplos agrupados en cua-tro grandes categorías: inclusión social, hábitat y construcción de comunidades, inclusión productiva e integralidad.

Como se menciona en la introducción, para entender el quehacer de las Funda-ciones AFE se realizaron cuatro grupos de discusión en las ciudades de Bogotá, Me-dellín, Cali y Barranquilla- con el apoyo de Santiago Perry, Director Ejecutivo de la Corporación PBA y la Fundación Ideas para la Paz, quienes introdujeron varios elementos de contexto del desarrollo ru-ral desde la perspectiva de la Misión para

la Transformación del Campo y el punto 1 del Acuerdo de la Habana.

En ese ejercicio se pudo establecer que, de las 74 Fundaciones que forman parte de la Asociación, el 68,9 % realiza actividades en áreas rurales. Según el Mapa AFE, estas Fundaciones tienen presencia en 29 de los 32 departamentos (ver grafico1.)

Inclusión social

Del total de fundaciones que adelantan labo-res en la ruralidad, el 86 % trabaja en temas de inclusión social, entre los que se destacan educación, salud, habitabilidad y seguridad alimentaria como focos temáticos, y juven-tud y protección a la primera infancia y a la vejez como focos poblacionales.

La educación es prioridad para la mayor par-te de las fundaciones que tienen proyectos en la ruralidad, debido a la preocupación por la ausencia, la mala calidad y la poca pertinencia de la educación rural, así como el trabajo que se debe hacer y/o se está ha-ciendo en este ámbito. Con frecuencia las

Del total de fundaciones que adelantan labores en la ruralidad, el 86 % trabaja en temas de inclusión social.


COBERTURA RURAL DE LAS FUNDACIONES AFE

NORTE DE SANTANDER

LA GUAJIRA

CESAR

MAGDALENA

CÓRDOBA

CHOCÓ BOYACÁ

CUNDINAMRACA

CALDASRISARALDA

TOLIMAVALLE DEL CÁUCA

ANTIQUIASANTANDER ARAUCA

CASANARE

SUCRE

BOLÍVAR

CAQUETÁ

VAUPES

AMAZONAS

PUTUMAYO

NARIÑO

CÁUCA

ATLÁNTICO

VICHADA

GUAINÍA

GUAVIARE

META

HUILA

AcescoGases del Caribe

EPM

Antonio Restrepo BarcoCemex

Mario Santo DomingoSaldarriaga Concha

AcescoCarvajal

Dividendo por ColombiaManuel Mejía

AlpinaAntonio Restrepo Barco

Caicedo GonzálezCarvajal

CompartirÉxito

Gases de OccidenteIC

Ideas para la PazManuel Mejía

MayagüezFDI

Smurfit Kappa ColombiaColombina

ÉxitoGénesis

Ideas para la PazSaldarriaga Concha

Antonio Restrepo BarcoCarvajal

Dividendo por ColombiaGénesis

ICIdeas para la Paz

Manuel MejíaSaldarriaga Concha

Antonio Restrepo BarcoÉxito

ICSurtigás

CemexCompartir

EPM

QUINDÍO

Ideas para la Paz

GénesisICIdeas para la Paz

Antonio Restrepo Barco

BelcorpCavelier LozanoCemexCompartirDividendo por ColombiaOrbis

Ideas para la PazHUILAÉxitoIdeas para la Paz

AlpinaEPMÉxitoGénesisCerrejón

CorbanacolÉxitoGénesisFundauniban

Antonio Restrepo BarcoIdeas para la Paz

Cemex Éxito Ideas para la Paz

Antonio Restrepo BarcoIdeas para la Paz

Fundaciones AFE asocian estos temas con otras preocupaciones como la migración de los jóvenes a las ciudades y la necesidad de establecer un relevo —o un empalme— ge-neracional en las zonas rurales.

Específicamente, las fundaciones traba-jan en diferentes temas como atención a primera infancia, educación básica gene-ral, básica primaria, educación superior, técnica y tecnológica, así como en proce-sos de mejoramiento (que pueden agru-par distintas fases, sin enfocarse espe-cíficamente en ninguna de ellas, sino en mejorar la calidad de la educación que se está brindando en los diferentes ámbitos).

Institutos Técnicos Agropecuarios y Forestales - ITAFFUNDACIÓN SMURFIT KAPPA COLOMBIA

El Tambo y Cajibío, Cauca; Calima, Valle del Cauca.

Una de las iniciativas interesantes en este campo es la que está llevando a cabo la Fundación Smurfit Kappa Colombia, con los Institutos Técnicos Agropecuarios y Forestales (ITAF). Los ITAF son estableci-mientos de educación básica secundaria (6º a 9º) y media técnica (10º a 11º), para jóvenes del sector rural. Se basan en una educación impartida en dos espacios: en las aulas y en su entorno social, en los municipios de El Tambo, Cajibío y Cali-ma en donde se presentan desafíos para alcanzar los estándares de educación en calidad, cobertura y pertinencia.

A través de la formación, los ITAF brindan a los estudiantes conocimientos teóricos y competencias en los campos agropec-uario, forestal y empresarial. Con el de-sarrollo de estas competencias se busca generar en los estudiantes aptitudes que les permitan emprender ideas de negocio y materializarlas en proyectos productivos sostenibles que, en consecuencia, generen arraigo a la tierra. Además, se pretende lograr que esos jóvenes transfieran tec-nología a los productores de la vecindad y dinamicen la economía de la zona con actividades lícitas, rentables y sostenibles que contribuyan al mejoramiento de su calidad de vida, la de su familia y la de la comunidad.Según el estudio de caso realizado por la Universidad Externado de Colombia en el marco de su alianza con la AFE, los ITAF han logrado “aumentar la oferta educativa para los niños, las niñas y los adolescentes con un alto nivel de disciplina y responsa-bilidad, y visión clara con miras a un pro-yecto de vida definido” (Romero, 2017). Así mismo, los ITAF generan impactos en los ámbitos familiar y comunitario. El sistema pedagógico de la alternancia (utilizado en el ITAF de El Tambo) y los proyectos pro-ductivos sostenibles que se implementan en el hogar favorecen la participación de los padres en la formación de sus hijos, lo que fortalece los lazos de los estudiantes, sus familias y la comunidad.

En el modelo, los docentes juegan un pa-pel fundamental, pues no solo se encar-



gan de impartir clase en las aulas, sino que también deben realizar un segui-miento personal a cada uno de los estu-diantes fuera de ellas. Realizan visitas fa-miliares para complementar o aclarar las dudas de la guía de estudios, verificar y hacer seguimiento al proyecto productivo que realiza el estudiante e intercambiar opiniones sobre su comportamiento con los respectivos padres de familia.

Dentro de los logros específicos de los ITAF, se destacan los siguientes:

1. Disminución de la deserción escolar. Para 2014 se logró una retención esco-lar superior al 95 %, disminuyendo las posibilidades de reclutamiento forzoso por parte de grupos armados ilegales.

2. En el año 2014 se graduaron de los ITAF 58 nuevos jóvenes como bachilleres técnicos agropecuarios y forestales.

3. “Financiación y fortalecimiento de las actividades económicas licitas garan-tizando la no utilización de los predios para la siembra de cultivos ilícitos y ge-nerando resistencia pacífica a los grupos armados al margen de la ley” (Empren-der Paz La Apuesta Empresarial, 2012).

3. Proyectos productivos y sostenibles en fincas. En 2013, un 70 % de los estu-diantes de los ITAF tenían proyectos productivos familiares en sus fincas.

Mejoramiento de Ambientes de Aprendizaje FUNDACIÓN FRATERNIDAD MEDELLÍN

Rionegro, La Ceja del Tambo, El Retiro, Marinilla, Carmen de Viboral, Santuario, San Vicente Ferrer, El Peñol, San Rafael, San Carlos, Granada, San Luis, Támesis, Jericó, Tarso, Titiribí, Jardín, Andes, Ciudad Bolívar, Venecia, Vigía Del Fuerte, San Juan de Urabá, Carepa, en el departamento Antioquia.

La Fundación Fraternidad Medellín cons-truye y adecua instalaciones escolares que responden a las necesidades de los niños y que ofrecen entornos de apren-dizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos. Además de la parte académica, trabaja aspectos familiares de cada uno de los estudiantes. Estas la-bores incluyen escuelas de formación de padres, proyectos productivos con las familias y/o en el entorno del colegio —huertas escolares, por ejemplo—, jorna-das de salud y mejoramiento de vivienda. Según la Fundación, desde 2010 se han reconstruido 52 infraestructuras educati-vas, principalmente rurales, en las subre-giones de Oriente, Suroeste y Urabá.

Estas intervenciones incluyen recons-trucción y/o mejoramiento de la infraes-

Los ITAF han logrado aumentar la oferta educativa para los niños, las niñas y los

adolescentes con un alto nivel de disciplina y responsabilidad.

tructura física, dotación de mobiliario, sistema de agua potable y saneamiento básico. Además, se llega con procesos de mejoramiento de la calidad de la educa-ción. Un 44 % de las instituciones están en curva ascendente de mejoramiento en sus resultados académicos (Índice Sinté-tico de la Calidad de la Educación - MEN).

Agua para la educación, educación para el aguaFUNDACIÓN EPM

El Retiro, La Ceja, Santuario, Cocorná, Abejorral y Marinilla, en el departamento de Antioquia.

La Fundación EPM adelanta este proyecto con especial énfasis en el saneamiento. Construye soluciones potabilizadoras de agua en escuelas rurales. En las escue-las se ofrecen capacitaciones técnicas en operación y mantenimiento de las solu-ciones de potabilización que reciben, así como charlas sobre la calidad del agua y educación ambiental. Este programa con-trarresta los problemas de salubridad que aún persisten en muchas zonas rurales del departamento de Antioquia, que es-tán asociados a la ingesta de agua no po-table, sobre todo en la población infantil.

Con una inversión de más de $ 15 mil mi-llones, entre 2011 y 2015 la Fundación EPM entregó 422 soluciones de potabilización, que han beneficiado a por lo menos 57.000 personas en comunidades educativas rura-les, logrando así una cobertura de 90 % en

los municipios de Antioquia. De este total de soluciones de potabilización, 20 fueron instaladas en Norte de Santander en conve-nio con la filial CENS y 2 en Cundinamarca.

UtopíaFUNDACIONES BANCOLOMBIA, AURELIO

LLANO, FRATERNIDAD MEDELLÍN,

SALDARRIAGA CONCHA Y BOLÍVAR

DAVIVIENDA.

Yopal, en el departamento de Casanare.

Con el propósito de generar oportuni-dades educativas y productivas para jó-venes de sectores rurales, este grupo de Fundaciones decidieron apoyar el progra-ma académico de Ingeniería Agronómica de la Universidad de la Salle, totalmente subsidiado en sus diferentes facetas.

Este programa, para jóvenes de sectores rurales de escasos recursos económicos, y que han sido afectados por la violencia, apunta a tres objetivos: convertir a jóve-nes bachilleres en Ingenieros Agrónomos con la mejor formación posible y con la metodología “aprender haciendo y ense-ñar demostrando”; hacerlos líderes para la transformación social y política del país; y contribuir a la empresarización productiva del campo a través de la implementación de los proyectos productivos de los jóvenes en sus lugares de origen.

En el marco de sus proyectos de becas las Fundaciones Aurelio Llano, Bancolombia, Fraternidad Medellín y Bolívar Davivienda



decidieron aportar para la consolidación del programa especialmente en la fase de crecimiento; las Fundaciones Bancolom-bia y Saldarriaga Concha apoyan técnica y financieramente proyectos productivos agrícolas que incluyen y ofrecen oportu-nidades productivas a personas en condi-ción de discapacidad y personas mayores o sus cuidadores como parte del piloto de lo que pretende ser la Incubadora Empre-sarial Social.

Por el derecho a la educación de calidadFUNDACIÓN CAICEDO GONZÁLEZ RIOPAILA

CASTILLA

Florida, Zarzal y Pradera, en el Valle del Cauca.

El proyecto “Por el derecho a una educa-ción de calidad”, se desarrolla en el marco de la apuesta estratégica de la Fundación denominada Programa Comunidades Sos-tenibles, el cual busca una gestión social-mente responsable con las poblaciones de los municipios de influencia de las opera-ciones de Riopaila Castilla S.A.

Este modelo se enfoca en el desarrollo de las capacidades de la población, la creación y fortalecimiento de instancias de diálogo para incidir en las decisiones concernientes al territorio y en procesos de inversión social a nivel local. La Fun-dación entiende a los pobladores como sujetos de derechos y busca fortalecer el capital humano, promover la gestión so-cial y el desarrollo y fortalecer el capital institucional y social.

El proyecto hace acompañamiento téc-nico a las administraciones públicas de Florida, Zarzal y Pradera con el fin de cualificarlas para ejercer su liderazgo en el proceso participativo de planificación territorial de la educación con la partici-pación de la comunidad educativa, el sec-tor empresarial e instituciones educativas del ámbito local, entre otros actores, para superar la baja gestión y capacidad de las entidades para garantizar el goce efectivo del derecho a la educación.

Logros alcanzados:

Tres municipios colombianos no certifica-dos en educación —Florida, Pradera y Zar-zal—, con documentos de políticas públi-cas educativas con enfoque de derechos y criterios de equidad, alineados a los pla-nes de desarrollo municipal, departamen-tal y nacional en proceso de aprobación en sus respectivos concejos municipales.

Incremento del control social sobre el sec-tor educativo en el ámbito local por parte de las comunidades educativas, las orga-nizaciones sociales y de base “ (Romero, 2017

Reconocimiento por parte de los partici-pantes de la importancia del diálogo, la incidencia en el sector educativo y el esta-blecimiento de relaciones de colaboración y trabajo en equipo, para generar propues-tas tendientes a mejorar la calidad en la prestación del servicio público educativo,

asumiendo compromisos y una dinámica de trabajo orientada a resultados.

Hábitat y construcción de comunidades

Las Fundaciones AFE han entendido la importancia de diseñar programas in-tegrales que desarrollen el territorio en todas sus dimensiones y promuevan la equidad y la sostenibilidad económica, social y ambiental, así como incidan en las políticas públicas que aseguren estos propósitos.

Según la publicación Las Fundaciones AFE y la Nueva Agenda Urbana, Hábitat III (AFE, 2017) “la respuesta del conjunto de fun-daciones en el territorio es emprender ac-ciones para disminuir factores de riesgo y procurar la transformación de las condi-ciones que perpetúan la exclusión de las personas y los hogares de oportunidades para la convivencia, el trabajo, y la vivien-da en territorios incluyentes. El concepto de inclusión orienta las acciones de las fundaciones en procura de la cohesión so-cial y la solidaridad”.

Vivienda más allá de las paredes FUNDACIÓN SOCIAL – BANACOL

Carepa, Apartadó, Chigorodó y Turbo, Antioquia

Vivienda más allá de las paredes preten-de mejorar las condiciones de vida de las familias Banacol con el programa de

vivienda más allá de las paredes. Corba-nacol concibe la vivienda como el espacio más importante para fortalecer los lazos familiares, consolidar las sanas relacio-nes y formar en valores y hábitos de vida saludables. Por esta razón, para Corbana-col la vivienda trasciende las paredes de la construcción en busca de una vivienda digna, que aporte a la calidad de vida y que brinde a las familias.

Además de la protección del techo, espa-cios de recreación, formación deportiva y cultural, y capacitación en entornos salu-dables. Corbanacol hace acompañamien-to social a través de programas como Vi-vienda Saludable, Centros de Iniciación y Formación Deportiva (CIFD), Centros de Iniciación y Formación en Arte y Cultura (CIFAC) y Centros de Integración Comuni-taria (CIC), en los que se realiza un trabajo de formación, transversal a las dimensio-nes humanas. Corbanacol acompaña a los empleados que tienen casa propia y desean hacer alguna reforma locativa o legalizarla. Para esto, Corbanacol gestiona subsidios y créditos con entidades nacio-nales y departamentales.

Este programa, brinda un proceso de se-guridad alimentaria mediante la imple-mentación de huertas familiares para au-toconsumo, dando las herramientas para el sostenimiento en el tiempo. Se han be-neficiado 6.900 familias se han beneficia-do de los programas de vivienda de Cor-banacol: Vivienda nueva, mejoramientos



y legalizaciones. Actualmente Corbanacol cuenta con 7 urbanizaciones en Urabá.

Inclusión productiva

La inclusión productiva es fundamental en las áreas rurales, pues es el compo-nente que les permite a los pobladores generar y mejorar sus ingresos, aspecto en que la Colombia rural presenta un re-zago especialmente notable. En este ám-bito están trabajando, asimismo, varias Fundaciones (61 % de las que trabajan en la ruralidad). Lo hacen, especialmente, en fortalecimiento empresarial —que inclu-ye todos los aspectos relacionados con el desarrollo de emprendimientos, como la capacitación, el financiamiento, la co-mercialización y el acompañamiento—, fomento de la asociatividad y acompaña-miento integral –es decir, en temas tec-nológicos y productivos, empresariales y comerciales, organizativos y de desarrollo de capacidades.

Jóvenes con Valores ProductivosFUNDACIÓN SURTIGAS

Valencia, San Bernardo del Viento, Puerto Libertador, Pueblo Nuevo, Montería, Momil, Los Córdobas, Lorica, Buenavista, Puerto Escondido, Canalete, en el departamento de Córdoba.

La Fundación Surtigas trabaja a través del programa Jóvenes con Valores Producti-vos- JVP en la creación de oportunidades para los jóvenes rurales, especialmente

en lo productivo y en la participación po-lítica. La Fundación genera procesos de desarrollo de habilidades y competencias que les permite a jóvenes ser parte del mercado laboral con algunos casos con estrategias de unidades productivas.

El programa se implementa bajo las es-trategias de empleabilidad y generación de ingresos y de la estrategia de desarro-llo humano y participación juvenil tras-nversalizadas por el enfoque psicosocial.

Los lineamientos de JVP orientan la acción conjunta de la trilogía Estado, Sociedad Ci-vil y Sector Privado. El establecimiento de sinergias ha permitido el flujo de informa-ción y capacidades de las diferentes insti-tuciones participantes para el diagnóstico y desarrollo del proyecto para apostarle a las necesidades sociales reales.

Los procesos operativos de JVP en lo gene-ral dan cuenta de las siguientes practicas:

• Caracterización de la población• Diagnóstico y planificación con técni-

cas participativas• Capacitación y asistencia técnica a ni-

vel de habilidades y destrezas para el autoempleo

• La inserción laboral y la participación social

• Certificación de las competencias la-borales

• Acompañamiento, monitoreo y eva-luación

• Apoyar con recursos tangibles e intan-gibles las iniciativas juveniles de em-pleabilidad e ingreso.

Han sido 2.095 jóvenes con formación empresarial, 2.009 jóvenes con forma-ción humana y 2.005 unidades de nego-cio emprendidas/ fortalecidas.

Fortalecimiento Empresarial de la Alianza Exportadora Tumaco FUNDACIÓN IC Tumaco, departamento de Nariño.

El proyecto Fortalecimiento Empresarial para la Alianza Exportadora Tumaco (Cor-poteva, Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera, Cortepaz) busca contribuir al me-joramiento de los ingresos de los producto-res de cacao de Tumaco a través de la ex-portación de cacao fino de aroma a Europa.

El proceso de fortalecimiento empresarial tiene varias fases: i) diagnóstico del nivel de desarrollo empresarial de las empresas aso-ciativas comunitarias; ii) implementación de un proceso de fortalecimiento en aspectos administrativos/contables, organizativos y empresariales de acuerdo con el diagnósti-co realizado; iii) estructuración y formaliza-ción de crédito a la medida, y finalmente iv) acompañamiento y seguimiento al negocio que fue financiado. En el marco de este pro-yecto, IC Fundación desembolsó más de 280 millones de pesos en créditos de capital de trabajo para apoyar dos exportaciones de 25 toneladas de cacao fino de aroma.

En noviembre de 2015, la Alianza Exporta-dora de Tumaco recibió el Premio Mundial de la Excelencia en el Salón de Chocolate de París, Francia, como distinción y reco-nocimiento al cacao fino y de aroma que exportan, “por su alta calidad, los sabores sobresalientes que obtienen hoy los tu-maqueños a través de calidad genética, recuperación de árboles tradicionales y sistemas de poscosecha comunitarios, en una competencia que evaluó otras 146 muestras de cacao fino y de aroma del mundo” (RCN radio, 2015).

Según la Fundación IC, el hecho de que las asociaciones de productores de ca-cao tengan la capacidad empresarial y el capital para buscar nuevos mercados y exportar directamente su cacao, ha per-mitido mejorar los precios que se pagan al productor en Tumaco. La Alianza Ex-portadora Tumaco continúa en el proceso de desarrollar y consolidar nuevos merca-dos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Ganadería sostenible en CasanareFUNDACIÓN AMANECER

Yopal, Casanare

La Fundación Amanecer apoya el de-sarrollo de la ganadería bovina con prácticas sostenibles, que permiten si-multáneamente obtener una mayor producción de carne y preservar el me-dio ambiente. El proyecto productivo Ganadería Sostenible en Casanare tiene



como objetivo mejorar las condiciones socioambientales y productivas de la región, brindando alternativas de ocu-pación que beneficien las condiciones de vida de los ganaderos ubicados en las áreas de operación de Ecopetrol, me-diante el fortalecimiento y ajuste de los sistemas de producción bovina.

El programa utiliza la energía en forma eficiente, promoviendo el no uso de ali-mentos concentrados o procesados, la eliminación de fertilizantes industriales, reduciendo los desechos y aumentando la cobertura arbórea, entre otros. Las úl-timas estadísticas publicadas, arrojan en 2013 un total de 360 productores atendi-dos en este último aspecto. El programa también está trabajando en la conser-vación de los recursos genéticos nativos, como es el caso del ganado criollo casa-nareño.

Granja Agroecológica de Versalles: tierra de oportunidadesFUNDACIÓN SALDARRIAGA CONCHA

Versalles, Valle del Cauca.

45 personas mayores o con discapaci-dad y sus familias superaron la línea de pobreza monetaria gracias a su partici-pación en el proyecto productivo de la Granja Agroecológica de Versalles, en la cual se siembra y cultiva la mora y se tienen de manera paralela sembrados al-gunos cultivos de pancoger. De acuerdo con el ICA este es el único proyecto de

personas mayores que cuenta con certi-ficación de Buenas Prácticas Agrícolas - BPA en el país. La producción la compran empresas como Postobón S.A y otras de-dicadas a la exportación de pulpa de fru-ta. El proyecto es el fruto de la alianza entre la Fundación Saldarriaga Concha y la Corporación Diocesana Pro Comuni-dad Cristiana de Cartago.

En 2017 se logró la comercialización de más de $ 260 millones en mora, lo que representa un incremento del 59 % con respecto al año anterior, en el cual las ventas fueron de $ 163 millones. Descon-tando los costos y gastos asociados, en 2017 estas 45 familias recibieron más de $ 400.000 mensuales en promedio, cifra bastante superior a la línea de pobreza que estableció el DANE para 2016, de $241.673 a nivel nacional. Las personas mayores y personas con discapacidad que cultivan en la granja también cuen-tan con capacitación sobre el cumpli-miento de las Buenas Prácticas Agrícolas - BPA, asistencia técnica y apoyo en la co-mercialización de sus productos.

Adicionalmente, sus familias han sido vinculadas al proceso, restableciendo así los vínculos de confianza y dándoles a los participantes un reconocimiento dentro de la sociedad. Este proyecto garantiza y promueve la seguridad alimentaria de los participantes, además de educarlos en temas como ahorro y finanzas perso-nales. Además, cuentan con un fondo ro-

tatorio para invertir en el mantenimien-to de los cultivos, así como con varios grupos de ahorro.

Integralidad

Un aspecto fundamental a trabajar en las zonas rurales es la integralidad. Los pro-gramas e iniciativas deben contemplar tanto la inclusión social como la produc-tiva —la doble inclusión—, para buscar un desarrollo del territorio y de las co-munidades más completo y enriquecedor. Hay varias Fundaciones AFE que han co-menzado a trabajar de esta manera.

Conglomerado Lácteo del CaucaFUNDACIÓN ALPINA Almaguer, Cajibío, El Tambo, La Sierra, La Vega, Patía, Popayán, Puracé, Rosas, San Se-bastián, Silvia, Sotará, Timbío y Totoró, en el departamento del Cauca.

Una de ellas es la Fundación Alpina, que ha dado un paso importante al materia-lizar y avanzar en proyectos integrales, o de doble inclusión. Con el enfoque de la seguridad alimentaria y nutricional busca llegar a las familias con un paquete coor-dinado de apoyos productivos y sociales.

En alianza con la Gobernación del Cauca, la Fundación Alpina desarrolló el proyecto Con-glomerado Lácteo del Cauca, cuyo objetivo general fue incrementar la competitividad de la cadena productiva láctea en catorce muni-cipios del departamento del Cauca.

El proyecto ofreció insumos y asistencia técnica periódica y de calidad a 1.600 fa-milias para aumentar la productividad, la calidad higiénica y composicional de la leche, formalizar la propiedad de los predios, registrar y certificar las fincas ante el ICA, mejorar genéticamente el inventario ganadero, fortalecer adminis-trativa y financieramente 17 organiza-ciones de productores, asociar los acto-res de la cadena láctea, elevar los niveles de participación y liderazgo de mujeres y jóvenes, mejorar los procesos artesana-les de producción de derivados lácteos y la nutrición de las familias.

De acuerdo con la evaluación desarrollada por Econometría Consultores, sus resulta-dos no tienen precedentes cuando se com-paran con las tendencias de los indicado-res lecheros en el departamento del Cauca y en el entorno nacional, así como cuando se compara con otros proyectos de apoyo a productores rurales. Dentro de los más des-tacados se encuentran:

• La liberación de tierras como producto de los aumentos en eficiencia y produc-tividad, pasando de 31.719 ha a 3.023 ha por animal.

• La racionalización del hato ganadero en función de mejores condiciones de edad y genética para tener un aumento de peso o de producción de leche, pa-sando de 9,33 reses a 7,98 reses -15 %-, y una reducción de las vacas de ordeño (de 3,7 a 2,27 -12 %-).



• El incremento promedio de la produc-ción de leche, que pasó en promedio de 15,13 a 26,63 litros/día/productor, lo cual equivale a un 76 %. Esto a su vez implica un aumento muy significativo de productividad (104 %) al pasar de 3,88 a 7,92 Lt./vaca.

• La propagación de las prácticas en otras parcelaciones por parte del 15,6 % de los beneficiarios.

• El efecto espejo o copia del modelo por otros campesinos reportado por el 10,2 % de los beneficiarios.

Además, en la práctica, la Fundación Alpina promovió procesos de desarrollo social que contribuyeran a la lucha contra la pobreza, la inseguridad alimentaria y al fortaleci-miento del tejido social. Estas estrategias se orientaron a la generación de capacidades productivas y empresariales en las familias participantes, y la promoción de la seguri-dad alimentaria involucrando a todos los miembros de la familia, con especial partici-pación de las mujeres.

Desarrollo Rural Integrado con Enfoque Territorial, DRIETFUNDACIÓN AURELIO LLANO POSADA

Pueblorrico, Támesis, Fredonia, Jericó, de-partamento de Antioquia.

El DRIET es un proceso de desarrollo y planeación participativa (desde y con la comunidad), centrado en las personas y basado en el territorio como unidad espa-cial de análisis. Es un proceso inclusivo,

donde se tiene en cuenta el territorio in-tegrado por sus dimensiones productiva, ambiental y social.

Con el acompañamiento a procesos par-ticipativos, la Fundación Aurelio Llano Posada busca propiciar espacios de orga-nización y estimula el trabajo en pro de un objetivo común, que beneficie a la co-munidad en general, partiendo siempre de las visiones e intereses propios de las zonas rurales.

Durante el año 2017, la Fundación trabajo de la mano con las comunidades de los mu-nicipios de Pueblorrico, Fredonia, Támesis, Jericó y Jardín del suroeste de Antioquia.

El trabajo participativo se realizó en tres dimensiones del desarrollo: la social, la ambiental y la productiva y su implemen-tación tiene cinco etapas: focalización del territorio, establecimiento de las relacio-nes con la comunidad, conocimiento mu-tuo, caracterización territorial y formula-ción participativa de un Plan Integral.

Resultados:

Dimensión productiva:• 365 familias con huertas, especies me-

nores y cultivos de pan coger• 240 unidades productivas familiares

apoyadas• Más de $130 millones en los Fondos de

Crédito Rotatorio• 118 familias en proyecto de Cafés

Especiales- expectativas de exporta-ción

Dimensión ambiental • 513 filtros de potabilización de agua en-

tregados • 1203 personas capacitadas en Manejo

Integrado Residuos Sólidos• 185 nacimientos de agua protegidos y le-

galizados • Más de 45.000 árboles sembrados para refo-

restación

Dimensión social • 4 asociaciones campesinas legalizadas,

1 asociación en proceso de legalización • 21 veredas atendidas• 559 familias asociadas (75% mujeres)• 15 aliados estratégicos • 300 unidades sanitarias reformadas• 25 pozos sépticos instalados

• 194 personas en situación de discapa-cidad atendidas

• 64 giras de intercambio entre comunida-des rurales

Como se destaca en el capítulo anterior, el trabajo que realizan las Fundaciones AFE en el entorno rural muestra diversos intereses, coberturas, planteamientos metodológicos y enfoques poblacionales o sectoriales en los programas.

De otro lado, las dos grandes propuestas de política para el campo, la Misión Rural y el Acuerdo del Teatro Colón, coinciden en parámetros comunes para la acción: enfoque territorial, participación de to-dos los actores, construcción de una vi-sión común, de una planeación estraté-gica compartida y búsqueda de la doble inclusión.


Una perspectiva de trabajo en la ruralidad para las fundaciones AFE | 3 9

De acuerdo con lo anterior, en este capí-tulo se hace una breve exposición de los elementos claves que se proponen para la intervención de las Fundaciones AFE en el ámbito de la ruralidad, fruto del análisis tanto de las propuestas de la Misión Ru-ral como del Acuerdo del Teatro Colón, del análisis de las experiencias y proyectos de las Fundaciones AFE y de las reflexiones adelantadas en las mesas de trabajo sobre el tema, mencionadas en la introducción.

Ellos son:

1. Estudiar el campo para repensarse2. Articularse con aliados que tienen inte-

reses confluyentes3. Trabajar con el territorio como unidad

de desarrollo4. Buscar la participación de todos los ac-

tores5. Construir una visión común6. Apuntar a la doble inclusión7. Fortalecer capacidades 8. Incidir en las políticas públicas9. El papel de las fundaciones

1 Estudiar el campo para repensarse

En las últimas décadas y en todo el mun-do, el campo ha sufrido transformaciones profundas debido a múltiples factores:

la globalización de la economía, las mi-graciones, la alta demanda de alimen-tos, el desarrollo tecnológico, la creciente exigencia de sostenibilidad ambiental o la diversificación de la vida rural en ac-tividades diferentes a las agropecuarias, como el turismo ecológico y los servicios ambientales.

Todos estos factores han comenzado a in-cidir en el campo colombiano, que sin em-bargo se debate entre impulsar la agroin-dustria de grandes capitales o rescatar la agricultura familiar para favorecer a un amplio sector de campesinos que no han logrado salir de la pobreza y la exclusión debido a la falta de tierra, de oportuni-dades y de conexión con los mercados El diagnóstico presentado más atrás lo com-prueba.

Pero además las propuestas de la Misión Rural y el punto 1 del Acuerdo del Tea-tro Colón seguramente transformarán la perspectiva de trabajo de muchos actores fundamentales para la vida rural.

Ese marco de acción, que confluye en el posconflicto, generará significativas opor-tunidades y enormes desafíos para la transformación positiva de la ruralidad, la cual será preciso enfrentar con un co-nocimiento profundo de la situación del campo en todas las dimensiones.

UNA PERSPECTIVA DE TRABAJO EN LA RURALIDAD PARA LAS FUNDACIONES AFE


Por eso es crucial estudiar a fondo el cam-po, continuar con este proceso de consul-ta y reflexión que se abrió con las Mesas Rurales de la AFE y que continuará en una segunda etapa.

2 Articularse con aliados que tienen intereses confluyentes

Las fundaciones colombianas tienen ya una amplia tradición de trabajo en alian-za y en los últimos años estos arreglos han arrojado resultados muy positivos. Pero para lograr resultados más integrales y sostenibles es preciso articularse con otros actores, especialmente con las empresas y con el Estado, para llegar al territorio y em-prender iniciativas transformadoras.

Las empresas enfrentan hoy el reto de generar valor social y sostenibilidad am-biental acordes con el valor económico, sobre todo aquellas que operan en en-tornos rurales, en donde resultan vitales las relaciones con la comunidad para la sostenibilidad del negocio. Eso y su peso como actores en el territorio las hace so-cios importantes para las fundaciones a la hora de enfrentar la transformación del campo.

El Estado es otro actor fundamental,por su capacidad de movilización de recursos y por su papel de generador y árbitro de las políticas públicas. Puede ser un socio importante a la hora de articular inicia-tivas en el territorio. Por cada peso que

pueda poner una fundación, el Estado podrá poner 80 o 100, además su capa-cidad institucional para proveer asisten-cia técnica y servicios sociales puede ser fundamental para el éxito de muchos programas.

Existen ya muchas iniciativas de las cua-les echar mano para ganar conocimiento y experiencia y buscar una integración efectiva que aporte sinergias al trabajo de las fundaciones. Además, las fundaciones tienen experiencia haciendo pilotos, gran capacidad de riesgo y tiempos diferentes a los del Gobierno.

3 Trabajar con el territorio como unidad

Las intervenciones sociales del tercer sector (fundaciones, corporaciones, aso-ciaciones) se enfocaron en atender po-blaciones (niños, mujeres, etnias, tercera edad) o sectores (educación, salud, mi-croempresas, arte y cultura) Dinámicas sociales y políticas como la descentra-lización administrativa o la creación de movimientos sociales territoriales, mo-tivaron una mirada más integrada e in-cluyente, que en principio se denominó como desarrollo local y que en una mira-da más holística se propone como enfo-que territorial.

Como su nombre lo sugiere, este enfo-que, explorado ya por varias organiza-ciones sociales, asume el territorio como

foco específico de análisis e intervención y su desarrollo como objetivo principal del esfuerzo. De entrada, esa perspectiva implica la consideración de todos los ac-tores que habitan en su entorno, con sus características culturales, étnicas, políti-cas, económicas. Incluye al Estado en to-dos sus niveles y a las poblaciones y los sectores que actúan en el territorio por lo que, además, no es incompatible con un enfoque sectorial o poblacional.

La perspectiva territorial favorece una mi-rada integral, diversa, una visión históri-ca y cultural de las problemáticas y una perspectiva de sostenibilidad e integra-ción de esfuerzos. Al coincidir con la es-tructuración del Estado facilita la articu-lación con sus instituciones y el acceso a recursos de esta fuente y otras que actúan en el territorio, con lo que se pueden ob-tener importantes sinergias y por lo tanto mayores impactos, muchas veces más fá-ciles de medir.

El enfoque territorial constituye también una poderosa herramienta para organi-zar la acción, establecer y articular alian-zas y hacer seguimiento a los programas y actuaciones. Permite consultar, tener como referentes o integrarse a los planes de desarrollo municipal, los planes de or-denamiento territorial y en general a los planes estratégicos de mediano y largo plazos formulados en el territorio, lo que de entrada ofrece un marco de acción le-gítimo, integrado y sinérgico.

De hecho y como se menciona atrás, todo el desarrollo del punto 1 del Acuerdo del Teatro Colón, que ya está en curso en 170 municipios de 16 departamentos se plan-tea a partir de los Programas de Desarro-llo con Enfoque Territorial, PDET definidos en el Decreto 893 de 2017.

4 Buscar la participación de todos los actores

La perspectiva territorial exige, para ser exitosa, la participación de todos los acto-res del territorio: las organizaciones socia-les, políticas, empresariales, sus empre-sas, sus poblaciones organizadas: étnias, mujeres, jóvenes, LGBTI, en condición de discapacidad, el Estado, etc.

La mirada de la diversidad, de la inclusión y de la integración de los actores asegura una visión compartida de los problemas del presente y de las expectativas de futu-ro, reduce las tensiones, favorece la inclu-sión y asegura una estrategia gana-gana para el territorio.

Por eso es fundamental tomarse el tiem-po para el conocimiento suficiente del te-rritorio, sus posibilidades y limitaciones, para el mapeo de sus actores y la revisión de sus historias en el territorio, para el diálogo con cada uno de ellos y la iden-tificación del momento en el que está el proceso de integración, así como del papel que juega cada uno y el que puede jugar la fundación en su transformación.



Conocer sus expectativas, sus necesida-des, los recursos que pueden aportar o movilizar será clave para ubicarse en el territorio.

5 Construir una visión común

La construcción de una visión común en-tre los diferentes actores es quizá el eje fundamental para lograr sostenibilidad y resultados en toda acción en el territorio.

A la hora de acercarse a un territorio so-bre el cual se quiere incidir es necesa-rio establecer en qué momento está esa construcción colectiva. Si ya existe un diálogo entre sus múltiples actores, si está en proceso o si hay que comenzar por construirla. Y en este último caso de-cidir si ese propósito cabe en la misión de la fundación.

Habrá que revisar los planes impulsados desde el Estado, como el plan de desarro-llo municipal, el plan de ordenamiento territorial, los planes sectoriales, su legi-

timidad y su alineación con las expecta-tivas y necesidades de las diversas pobla-ciones.

No sobrará revisar los acuerdos políticos alrededor de los cuales gira el desarro-llo local, las fuerzas económicas que lo jalonan, la participación de los diversos grupos sociales en las decisiones, para hacerse un mapa de las necesidades de incidencia, organización, formación de recursos, etc.

De plantearse construir esa visión colec-tiva quizá la decisión sea hacerlo para el sector o la población en la cual se preten-de intervenir (educación, salud, empren-dimiento, jóvenes, indígenas) de manera que se pueda establecer un marco de ac-ción suficientemente amplio y específico para asegurar la sostenibilidad de la ini-ciativa.

6 Trabajar por la doble inclusión

Cualquier intervención exitosa en el cam-po debe plantearse la integralidad y la sostenibilidad a largo plazo. O sea, hay que trabajar en dos caminos: la inclusión social (educación, salud, nutrición, orga-nización, respeto por la etnia, el género, la cultura local) y la inclusión producti-va (recursos, capacidades, habilidades y acompañamiento para mejorar la pro-ductividad), lo que la Misión Rural llama la “doble inclusión”.

La construcción de una visión común entre los diferentes actores es quizá el eje fundamental para lograr sostenibilidad y

resultados

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“Se define “inclusión social” con base en un indicador multidimensional, similar al IPM oficial nacional pero reducido a cuatro dimensiones: educación; condiciones de la niñez y juventud; salud; vivienda y servicios públicos. El hogar es pobre si tiene 33 % o más de las posibles privaciones; si no lo es, se dice que está en inclusión social. Por su parte, la capacidad de generar de ingresos se usa para determinar si hay inclusión productiva. De esta manera, si el ingreso per cápita del hogar está por encima de la línea de pobreza oficial, se dice que está en “inclusión productiva”. Un hogar está en “exclusión” cuando no cumple ninguno de los dos criterios de inclusión. Está en “inclusión social no productiva” cuando cumple con unas condiciones mínimas de calidad de vida, pero genera ingresos inferiores a la línea de pobreza, y en “inclusión productiva no social” cuando ocurre lo contrario. Finalmente, está en “doble inclusión” si cumple los dos criterios de inclusión de manera simultánea.” (DNP, 2015, Tomo 1).

Y es que, la sostenibilidad de los procesos de superación de la pobreza requiere tanto de

la inclusión productiva como de la social, y la segunda es generalmente efímera si no va acompañada de la primera1.

7 Fortalecer capacidades

Otro aspecto en el cual las fundaciones han avanzado decididamente es en la perspectiva del fortalecimiento de capa-cidades como un camino para superar el asistencialismo, empoderar a las comuni-dades y sus organizaciones, acompañar-las para que asuman y lideren la trans-formación de sus condiciones de vida y apuntalen su sostenibilidad.

Ese fortalecimiento debe ser también in-tegral: en lo productivo, lo organizativo, lo político, en las capacidades de gestión y las de mejoramiento de las condiciones de vida de la familia, por ejemplo. La Mi-sión Rural insistió en la importancia del desarrollo de capacidades en las comuni-dades rurales y en la institucionalidad a lo largo de todo su informe. En particular, basó la estrategia de inclusión productiva y agricultura familiar en el desarrollo de capacidades y el acceso a activos, y seña-ló la necesidad de que las comunidades rurales cuenten con un acompañamiento integral “orientado al desarrollo de capa-

2. Como lo señala la CEPAL (2016): “cualquier esfuerzo aislado en el tema social, sería insuficiente sin las inversiones requeridas para el fortalecimiento productivo, no solamente de la actividad agropecuaria sino de todas aquellas que se desarrollan también en las zonas rurales” (p. 22). Véanse, también, el informe detallado de la Misión (Depar-tamento Nacional de Planeación (2015)) y Perry (2017)



cidades en aspectos tecnológicos y pro-ductivos, empresariales y comerciales, or-ganizativos y de participación” (DNP, 2015, págs. 58 y 59).

8 Incidir en la política pública

Todos estos esfuerzos deben estar, nece-sariamente, acompañados por un cons-tante ejercicio de incidencia en políticas públicas que favorezcan el desarrollo del campo y mejoren de manera consistente las estrategias para lograrlo.

Sin duda las fundaciones tienen bastante que aportar en muchas de las dimensio-nes de la política pública para el campo, tanto en estrategias metodológicas, orien-tación y manejo de recursos, estableci-miento de prioridades y apoyo a pobla-ciones y sectores específicos, como en el logro de la sostenibilidad de las mismas, ya que su permanencia en el tiempo es mucho mayor a la de los gobiernos en to-dos sus niveles y por ello pueden aportar mucho a la sostenibilidad de las políticas.

El papel de las fundaciones

Finalmente, hay que decir que el papel de las fundaciones no tiene que verse úni-camente como el de operadoras directas de proyectos. El abanico puede ser muy amplio: desde donantes, desarrolladoras de modelos de intervención, estructura-doras y gestoras de proyectos, pasando por promotoras de incidencia en políticas públicas y movilización alrededor de pro-blemáticas específicas, hasta investigado-ras y constructoras de herramientas de planeación y acopio de información para alcanzar objetivos específicos.

Pero más importante que todo lo anterior será la decisión de voltear la mirada ha-cia lo rural y considerar el campo como parte indivisible y fundamental del desa-rrollo nacional, como el camino para la verdadera inclusión, como el territorio de la diversidad y dimensión estratégica de la sostenibilidad en todos los aspectos. Y, en consecuencia, asumirlo como un pro-pósito para trabajar de manera integral, sostenida y con ánimo de aprendizaje.

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Referencias | 4 5

REFERENCIAS

Asociación de Fundaciones Familiares y Empresariales - AFE@[email protected]

las fundaciones afe miran hacia el campo - afe colombia€¦ · (dnp, 2015) presentó al país, y...

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