las familias moderan la cantidad y calidad de sus compras...

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afondo ENCUESTADAS 2.000 PERSONAS DE 25 A 69 AÑOS DE 9 COMUNIDADES AUTÓNOMAS SOBRE LA INFLUENCIA DE LA CRISIS EN LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS FAMILIARES El poder adquisitivo de las familias españolas se hunde. Según el INE, los ingresos de los hogares durante 2012 ascendieron a 26.775 euros de media, un 11% menos que en 2008. Cada trabajador ganó también en 2012 una media de 22.726 euros brutos, un 0,8% menos que en 2011. Las cifras no engañan y el aumento del paro (superior al 24%) y la reducción de los sueldos de aquellos que logran mantener su trabajo han hecho mella en la economía familiar. Los gastos se multiplican y a las familias no les queda más remedio que tomar medidas e imponer recortes. Y la alimentación, como segunda partida más importante del presupuesto doméstico, no escapa a este ajuste. Tal y como muestra la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, las familias españolas le dedicaron 4.098 euros en 2013, un 10,5% menos que cinco años atrás. Los expertos nutricionistas temen que con un presupuesto limitado no se realicen las mejores elecciones y se produzca un desequilibrio nu- tricional en el afán por ajustarse el cinturón. EROSKI CONSUMER ha querido indagar en este asunto y saber si la crisis económica ha mo- dificado de alguna manera los hábitos nutricionales y de compra de productos alimenticios de la población. Para ello, realizó entre agosto y septiembre una encuesta online a 2.000 personas de entre 25 y 69 años que procedían de 9 comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco. El estudio confirma que las familias españolas han tomado medidas para contener el gasto en alimentación: por ejemplo, durante la compra, el 92% compara más los precios y en torno al 85% evita gastos superfluos y presta más atención a las ofertas. UN 24% DE LOS RESPONSABLES DE ESTAS COMPRAS ENCUESTADOS CREE QUE, DESDE QUE SE INICIó LA CRISIS, SU DIETA ES MENOS SALUDABLE Hogares en crisis: las familias moderan la cantidad y calidad de sus compras en alimentación 22 23

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afondoEncuEstadas 2.000 pErsonas dE 25 a 69 años dE 9 comunidadEs autónomas sobrE la influEncia dE la crisis En los hábitos alimEntarios familiarEs

El poder adquisitivo de las familias españolas se hunde. Según el INE, los ingresos de los hogares durante 2012 ascendieron a 26.775 euros de media, un 11% menos que en 2008. Cada trabajador ganó también en 2012 una media de 22.726 euros brutos, un 0,8% menos que en 2011. Las cifras no engañan y el aumento del paro (superior al 24%) y la reducción de los sueldos de aquellos que logran mantener su trabajo han hecho mella en la economía familiar. Los gastos se multiplican y a las familias no les queda más remedio que tomar medidas e imponer recortes. Y la alimentación, como segunda partida más importante del presupuesto doméstico, no escapa a este ajuste. Tal y como muestra la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, las familias españolas le dedicaron 4.098 euros en 2013, un 10,5% menos que cinco años atrás.Los expertos nutricionistas temen que con un presupuesto limitado no se realicen las mejores elecciones y se produzca un desequilibrio nu-tricional en el afán por ajustarse el cinturón. EROSKI CONSUMER ha querido indagar en este asunto y saber si la crisis económica ha mo-dificado de alguna manera los hábitos nutricionales y de compra de productos alimenticios de la población. Para ello, realizó entre agosto y septiembre una encuesta online a 2.000 personas de entre 25 y 69 años que procedían de 9 comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco.El estudio confirma que las familias españolas han tomado medidas para contener el gasto en alimentación: por ejemplo, durante la compra, el 92% compara más los precios y en torno al 85% evita gastos superfluos y presta más atención a las ofertas.

Un 24% de los responsables de estas compras encUestados cree qUe, desde qUe se inició la crisis, sU dieta es menos salUdable

Hogares en crisis: las familias moderan

la cantidad y calidadde sus compras

en alimentación

22 23

EncuEstadas 2.000 pErsonas dE 25 a 69 años dE 9 comunidadEs autónomas sobrE la influEncia dE la crisis En los hábitos alimEntarios familiarEs afondo

Estos cálculos aproximados de los encuesta-dos no difieren mucho de los obtenidos en la Encuesta de Presupuestos Familiares. Según el INE, las familias españolas hicieron en 2013 un desembolso de cerca de 4.100 euros de media por hogar, un presupuesto que ha disminuido un 10,5% desde que se inició la crisis en 2008. Sin embargo, algunos encuestados por EROSKI CONSUMER lo perciben de otra manera. Un 64% considera que ha aumentado la partida que dedica a la alimentación familiar. Lo creen así especialmente los jóvenes de entre 30 y 39 años, los entrevistados catalanes y vascos, y las fami-lias monoparentales o compuestas por una pa-reja con hijos y otro familiar a su cargo. Incluso concretan que ese presupuesto familiar ha creci-do 100 euros de media.Por el contrario, otro 20% de los encuestados sí piensa que el presupuesto doméstico que destina a la alimentación ha disminuido (especialmente en la Comunidad Valenciana y en Andalucía, y por tipos de familia, en las monoparentales). Si embargo, manejan un decrecimiento de 154 eu-ros de media al mes, cuando el INE lo cifra en alrededor de 40 euros mensuales de media.

la compra en crisisLa compra de productos alimenticios se hace con frecuencia. El 71% de los consumidores consul-tados asegura hacerla cada semana, un 22% a diario y un 7% con una frecuencia mayor. Quienes tienen más tiempo, las personas de entre 60 y 69 años, realizan la compra a diario en mayor pro-porción, el 31% de ellos así lo asegura.Con todo, la crisis ha influenciado la forma de hacer la compra. Por un lado, el 54% de los en-

Además, el 83% de los entrevistados sustituye un alimento por otro similar por considerarlo más económico y uno de cada dos modera tanto la cantidad como la calidad del producto que com-pra. Principalmente, adquieren menos bollería y galletas, chocolate, embutidos, carne de bovino (vaca o ternera); y más carne de ave. Incluso un 22% ya no compra marisco, moluscos ni crustáceos.Estos cambios en la dieta no pasan desapercibi-dos para los consumidores, que son quienes, en primer lugar, juzgan los efectos de sus eleccio-nes nutricionales. Uno de cada cuatro entrevista-dos considera que, desde que se inició la crisis, su dieta es menos saludable (en mayor medi-da en Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana) y lo achacan a que tienen un menor poder adquisitivo y a que los productos son cada vez más caros.

gasto mensUal en comidaCada mes, las familias encuestadas por EROSKI CONSUMER dicen gastar en comi-da una media de 343 euros. En Galicia, ese montante alcanza los 368 euros mientras en Navarra lo cifran en 295 euros. Cuando el res-ponsable de la compra de los productos ali-mentarios es una persona de entre 60 y 69 años, el desembolso supone 441 euros (un 29% más que la media). Sin embargo, si se trata de un joven de entre 25 y 29 años, el presupuesto medio es de 273 euros. Por tipo de familia, a mayor número de integrantes, mayor inver-sión: desde los 208 euros mensuales de las personas que viven solas hasta los 425 euros de las parejas o familias monoparentales con hijos y otro familiar a su cargo.

trevistados asegura haber cambiado el tipo de establecimiento de compra habitual con el fin de encontrar productos alimenticios más económi-cos. Ahora, el 63% lo hace en el supermercado y el 29% en el hipermercado.Además, en los últimos 5 o 6 años, el 92% de los encuestados suele comparar más los precios de los productos alimenticios que desea adquirir y el 83% asegura que presta más atención a las ofertas. Dos hábitos que se repiten en mayor medida entre los responsables de la compra más jóvenes (de entre 25 y 29 años) y en las familias monoparentales o compuestas por una pareja con hijos y otro familiar a su cargo. Asimismo, el 84% evita gastos superfluos o capri-chos con el fin de ahorrar y el 77% reconoce que adquiere más productos de marca blanca, sobre todo, en Andalucía, la Comunidad Valenciana y en Castilla-La Mancha.

cambios en la cesta de la compraPero los consumidores encuestados no solo mi-ran y comparan más, la costumbre más habi-tual en esta recesión es la de sustituir un tipo de alimento considerado más caro por otro más económico. Lo hace el 83% de los responsables de compra entrevistados, especialmente los jóve-nes de entre 25 y 39 años y quienes forman una familia monoparental o una pareja con hijos y otro familiar a su cargo. La carne de bovino, el marisco, el molusco y el crustáceo; el pescado blanco y la carne de ovino y caprino se consideran los alimentos más caros, mientras que los más económicos son las pastas, la carne de ave y el arroz.

COMUNIDAD AUTÓNOMA

Compara más los precios

Evita gastos superfluos y

caprichos

Presta más atención a las

ofertas

Sustituye un alimento por

otro similar por considerarlo

más económico

Reduce la calidad de

los productos alimenticios que compra

Modera la cantidad de

producto que compra

Andalucía 94,8% 89,5% 85,7% 86,3% 56,7% 57,1%

Baleares 86,8% 81,0% 79,6% 83,2% 60,6% 49,4%

Castilla La Mancha 93,2% 84,1% 84,6% 89,3% 57,9% 57,8%

Cataluña 90,9% 80,0% 80,9% 81,5% 45,4% 48,2%

Valencia 92,1% 89,8% 89,3% 86,0% 59,5% 59,9%

Galicia 90,4% 86,8% 79,1% 77,0% 47,1% 46,7%

Madrid 92,4% 82,1% 83,2% 81,8% 47,1% 44,0%

Navarra 88,8% 76,1% 77,3% 71,9% 40,5% 40,9%

País Vasco 86,4% 71,3% 80,3% 77,4% 41,0% 37,9%

TOTAL 91,9% 84,1% 83,5% 83,0% 51,2% 50,8%

cambios en la forma de hacer la compra desde qUe comenzó la crisis*

*FUENTE: Encuesta online realizada por EROSKI CONSUMER entre agosto y septiembre a 2.000 personas de entre 25 y 69 años y originarias de 9 comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Catalunya, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco.

la cesta de la compra

FUENTE: Encuesta online realizada por EROSKI CONSUMER entre agosto y septiembre a 2.000 personas de entre 25 y 69 años y originarias de 9 comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Catalunya, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco.

Alimentos que yA no comprA:

22,4% - Marisco, moluscos y crustáceos

21,6% - Otras bebidas alcohólicas (licores, etc.)

Alimentos que comprA menos:

49,6% - Galletas, bollería, pastelería, repostería

42,5% - Embutidos

43,1% - Carne de bovino (vaca, ternera, toro...)

41,5% - Chocolate

Alimentos que comprA más:

34,6% - Carne de ave (pollo, gallina, codorniz...)

20,8% - Verduras y hortalizas

18,4% - Fruta fresca

17,6% - Pasta

15,1% - Patata

El perfil de los encuestadosDe las 2.000 personas encuestadas, uno de cada dos es hombre y la edad media del conjunto de la muestra es de 43 años. De hecho, el grueso de los entrevistados se sitúa entre los 30 y los 49 años. Todos los consumidores consultados son responsables de las decisiones de compra de productos de alimentación en su casa. El 56% se encarga solo de esta tarea y otro 44% la comparte con otra persona.

El tipo de familia más habitual en esta encuesta es la compuesta por una pareja con hijos (el 46% del total de entrevista-dos). También lo son las parejas sin hijos y con un familiar a su cargo (el 29%) y

aquellas personas que viven solas (un 12%). En uno de cada tres de esos hogares, residen menores de edad.

En el 46% de los casos, la principal fuente de ingresos en la familia es el propio entrevistado y en la mayoría de los casos (un 67%) ese dinero procede de un trabajo por cuenta ajena. Desde que estalló la crisis económica en 2008, un 24% de los hogares se quedaron en algún momento sin esa fuente principal de ingresos (un 33% en los formados por familias monoparentales) una media de 15 meses. Un 19% continúa en esta situación.

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EncuEstadas 2.000 pErsonas dE 25 a 69 años dE 9 comunidadEs autónomas sobrE la influEncia dE la crisis En los hábitos alimEntarios familiarEs afondo

lidad nutricional. Además, el 16% admite haber incrementado el consumo de precocinados (cro-quetas, salchichas, pizzas, etc.) repletos de hari-nas, grasas saturadas, sal y calorías. Una cena rápida que llena, pero poco sana.Por otra parte, en torno al 20% ha disminuido el consumo de frutas y verduras y hortalizas frescas, que son ricas en nutrientes reguladores (vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes, etc.).Aunque con un presupuesto limitado, no siempre se puede acertar a la hora de hacer la compra. Según los criterios de alimentación sana, estas malas elecciones pueden acarrear consecuencias para la salud y para el físico, ya que se pueden desajustar los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico, a la vez que se gana peso. En este sentido, un 21% asegura que los miembros de su hogar han ganado peso.

por necesidadEs más, el 79% de los encuestados controla siem-pre o a veces las cantidades de alimentos que destina a un plato. En concreto, los alimentos que suelen estar en el punto de mira son la car-ne, el chocolate y otros dulces, los aceites y las grasas, el pescado, el marisco y los embutidos.Asimismo, un 45% de los encuestados reduce las raciones que sirve e incluso el 55% nunca cocina (o muy pocas veces lo hace) algunos platos porque resulta poco económico hacerlo. Normalmente el ingrediente principal de esa re-ceta es el marisco.Por suerte, no son muchas las familias en las que algún miembro ha tenido que privarse de alguna comida del día por tener necesidades económicas: un 13% la merienda, un 10% el al-muerzo, un 6% el desayuno, un 5% la cena y un 3% la comida.

www.consumer.es

Además, uno de cada dos consumidores consul-tados admite que modera la cantidad de produc-to que adquiere. En mayor medida, lo hacen los responsables de la compra en su hogar de entre 50 y 59 años, las personas que viven solas y las parejas o familias monoparentales con hijos y otro familiar a su cargo.Así, más del 40% de los consumidores consul-tados adquiere menos carne de bovino (vaca o ternera), embutidos, y galletas, bollería, paste-lería, repostería y chocolates. Entre el 31% y el 38%, también ha reducido la cantidad de pesca-do (blanco y azul) y marisco, queso, productos lácteos como batidos y postres lácteos; frutos secos, patatas fritas de bolsa, gominolas y otras chucherías; azúcar, confituras y miel; salsas, y bebidas refrescantes y zumos; y vino y cerveza. Por el contrario, el 35% adquiere más carne de ave (pollo, gallina o codorniz) y en torno al 20% más verduras y hortalizas, fruta fresca y pasta.Por su parte, otros consumidores han decidido ir más allá y sacar de su cesta de la compra al-gunos alimentos que consideran un lujo. El 22% de los entrevistados ha eliminado el marisco, los moluscos y los crustáceos, así como algunas be-bidas alcohólicas, como los licores.Alrededor del 15% tampoco incluye la carne de ovino y caprino (cordero, oveja o cabra), produc-tos precocinados o preparados, las salsas, las patatas fritas de bolsa, las gominolas ni chuche-rías parecidas. En similar proporción, también han abandonado el chocolate y los frutos secos.Con todo, no solo varían la cantidad de produc-tos que adquieren, también la calidad. El 51% de los entrevistados reconoce que la crisis eco-nómica le ha obligado a reducir la calidad de los productos alimenticios que compra, especial-mente las familias monoparentales o en pareja con hijos y otro familiar a su cuidado.

Recortar sin desajustar

La alimentación también hay que cuidarla en tiempos de crisis. A pesar de que la sombra de los recortes se cierna sobre el presupuesto doméstico, existe la posibilidad de abaratar costes sin descui-dar la dieta y empeorar la salud. Estos son algunos consejos para conseguirlo:

¿todo es más caro?Y es que el 86% de los entrevistados está con-vencido de que el precio de los productos ali-menticios, por regla general, ha aumentado des-de que estalló la crisis económica. Lo creen así especialmente las mujeres, los jóvenes de entre 25 y 39 años, los castellano manchegos y las familias monoparentales.Y esta percepción no es del todo errónea. Según los datos del INE, entre 2008 y 2014, la varia-ción del IPC en materia de alimentación ha sido del 5,7%. Sin embargo, dentro de ese periodo de tiempo, a partir de 2013, los precios de los productos alimentarios han entrado en terreno negativo y han disminuido un 2,2% en un año (desde agosto de 2013 hasta el mismo mes de 2014, último dato disponible).

la dietaUn 70% de los encuestados reconoce que ha va-riado su dieta de alguna forma desde que se inició la crisis hace 6 años (en su mayoría, los jóvenes y las familias monoparentales). Un ejem-plo de ello es que el 36% asegura haber aumen-tado el consumo de patatas, un producto muy recurrente en época de dificultades económicas.Sin embargo, de cada cuatro entrevistados, uno admite que su dieta actual es menos saludable. Lo confiesan en mayor medida las mujeres, los jóvenes de 30 a 39 años, las familias monopa-rentales y quienes viven en Castilla La Mancha. Todos ellos argumentan principalmente dos mo-tivos: la disminución del poder adquisitivo y el aumento de los precios.Y ¿cuáles son esas tendencias insanas? Por una parte, un 19% de las personas consultadas reco-noce haber aumentado el consumo de bollería y repostería industrial barata, pero de baja ca-

Antes de comprar: Llevar una contabilidad con los gastos semanales. Realizar un plan de menús semanal. Planificar las compras y no adquirir alimentos de forma improvisada, ya que puede que no se aprovechen al máximo. No acudir a la compra en ayunas o en aquellos momentos del día en los que se tiene más hambre.

En casa: Recuperar la comida casera. Así, se reducen costes y se puede cuidar mejor la calidad y los nutrientes de los ingre-dientes de los platos. Recurrir al arroz, la pasta y las legumbres como plato principal, que son alimentos básicos con precios asequibles. Elaborar un buen potaje o “comida de rancho”. Las carnes y los pescados siempre son productos más caros que el kilo de arroz, de pasta o de legumbres secas. Además, si se conjugan ambos tipos de alimentos, se logra un plato contunden-te y nutritivo. Cambiar los refrescos por el agua, mucho más económica y sin calorías ni azúcares que puedan desequilibrar la dieta. Llevar unos hábitos de comida racionales y no compulsivos: masticando bien y más lentamente se digiere mejor y se come menos. También es recomendable evitar las golosinas y una ingestión de azúcares excesiva fuera de las horas de comida. Aprovechar las sobras para hacer nuevos platos. Buscar recetas para las sobras de comidas, como croquetas, lasañas, canelones, migas, etc. Conservar los alimentos apropiadamente. Congelar aquellos que puedan pasarse de fecha.

Durante la compra:

Ajustarse a una lista de la compra elaborada con antelación y que contem-ple las necesidades alimentarias. Escoger los alimentos de temporada y de origen local. Comparar los precios de los alimentos e identificar las buenas ofertas. Prescindir de caprichos caros e innecesarios.

COMUNIDAD AUTÓNOMA

Ha aumentado el consumo de bo-llería y repostería industrial barata

Ha aumentado el consumo

de alimentos precocinados como

croquetas, salchi-chas o pizzas

Ha disminuido el consumo de

frutas frescas

Ha disminuido el consumo de

verduras frescas

Cree que su dieta es menos saluda-ble desde que se

inició la crisis

Andalucía 19,2% 16,8% 27,3% 18,9% 25,9%

Baleares 27,0% 16,4% 22,9% 14,1% 28,9%

Castilla La Mancha 36,2% 29,5% 30,9% 34,2% 35,0%

Cataluña 15,4% 12,2% 20,2% 17,4% 20,9%

Valencia 17,8% 14,9% 17,6% 18,1% 30,4%

Galicia 10,6% 10,5% 19,3% 15,7% 15,8%

Madrid 20,6% 19,2% 15,3% 11,5% 23,7%

Navarra 23,5% 3,5% 9,6% 4,4% 12,9%

País Vasco 13,2% 16,5% 15,6% 11,4% 21,2%

TOTAL 18,8% 16,0% 20,7% 16,9% 24,4%

tendencias insanas en la dieta desde qUe comenzó la crisis*

*FUENTE: Encuesta online realizada por EROSKI CONSUMER entre agosto y septiembre a 2.000 personas de entre 25 y 69 años y originarias de 9 comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Catalunya, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco.

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