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    desconocido, a lo nuevo, a lo diferente, y se sentan ms seguros con quie-nes se les parecan. As que todos de alguna manera se reacomodaron aesta nueva situacin. Como siempre pasa, no todo el mundo lo hace igual,pero buscaban aprender a interesarse por ese otro, igual y diferente, y porsuerte desconocido, descubrir y descifrar... pero sin miedo.

    ...Y CONSTRUYENDOMAPAS ADOLESCENTESY aqu empieza otro captulo de esta historia, porque Carlos y Ana yaeran adolescentes...! Y ya sabemos que se abre un mundo nuevo cuan-do toca vivir todo el significado de esa palabra: el cuerpo crece y cambiay de pronto se parece al de los adultos, pero uno todava se siente unpoco peque; y cuntas emociones y sentimientos tan intensos y, a veces,tan contradictorios. La felicidad y el amor se cruzan con la tristeza y eldesamor, o el sentirse parte de un grupo de amigos y a veces tan solosy que nadie nos comprende... sobre todo los adultos!

    CONQUISTANDONUEVOS TERRITORIOS...La primera en llegar al nuevo territorio fue Amanda, la madre y lue-go lo hicieron los dems. Saban dnde estaban, claro, pero cada unose tuvo que hacer digamos su propio esquema mental. As, la mamcuando lleg tuvo que ir descubriendo cosas tan sencillas como el mapadel metro, las comidas que se vendan en el supermercado, los pre-cios de las cosas, las nuevas palabras (porque no todo lo que les de-can, lo entenda y viceversa); y cosas tan importantes como dnde ocmo encontrar un trabajo, una vivienda, cmo obtener la residencia, etc.Esto de integrarse a una nueva sociedad no es tarea fcil, y por supuestoque contar con la ayuda de otras personas o instituciones es fundamentalpara que pueda darse de buena forma; de lo contrario, todo se vuelve spe-ro, los sueos se alejan, y parece cada vez ms difcil salir de un crculo queamenaza con poner en jaque los lazos sociales a las personas. Para ella fuemuy importante contar con este apoyo, sobre todo al principio, cuando msvulnerable se encontraba.

    Ms tarde lleg Miguel, el padre, a quien le toc recorrer un camino pa-recido, aunque ya un poco allanado.

    Finalmente lo hicieron Carlos y Ana, que por momentos no entendan muybien qu estaban haciendo en este nuevo lugar, tan distinto a lo que habanimaginado, con tantos edificios y pisos pequeos, con tantas horas solos encasa, sin ver a sus padres -que ahora trabajaban mucho y llegaban tan can-sados- sin amigos en el barrio, sin poder salir mucho fuera... y, echando enfalta a todos los que parecan ahora tan lejos! Sus paps trataban de en-tenderlos y ayudarlos, llevarlos a pasear cuando podan, pero ellos mismosestaban muy estresados por tantas cosas nuevas que deban resolver. Se

    imaginan? Carlos y Ana se queran volver, claro! Hasta que empezaron elcole, y ah las cosas cambiaron, porque empezaron a conocer a otros chicosy chicas de su edad e hicieron nuevos amigos.

    Al principio encontraron ms fcil relacionarse con quienes haban vivi-do experiencias parecidas a la suya. Adems era ms fcil comunicarsey entenderse con ellos. Los que vivan aqu desde siempre parecan msdistantes y distintos, y puede que ellos pensaran lo mismo de Carlos, Anay otros viajeros. Aunque con el tiempo esto fue cambiando, tal vez en elfondo se tratase de que unos y otros tenan miedo, distintos temores, a lo

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    NUESTRO MUNDO HA CAMBIADO:A QU TEMEMOS?, CMO PODEMOSHACER FRENTE A LOS CONSUMOS DEALCOHOL Y OTRAS DROGAS?

    NUEVOS TEMORES, VIEJOS RECURSOSEscuchemos ahora lo que nos dice Amanda sobre algunas de estas cosas.

    Muchos padres, como nosotros, tenemos largas jornadas de trabajo y nospreocupa especialmente el tiempo que nuestros hijos pasan solos, sea encasa o en la calle, cmo lo gestionan, y los riesgos que esto pueda acarrear.Por eso nos gustara poder ofrecerles espacios alternativos y seguros deocio y tiempo libre, como actividades deportivas o aquellas que se reali-zan en los esplais. Tambin nos inquieta que se sientan discriminados,o que no puedan gestionar los cambios que supone la migracin; que sevinculen con otros jvenes que les inciten a comportamientos indeseadosy terminen desinteresndose por los estudios, o dejando de lado otrasresponsabilidades. Adems, sentimos que poco a poco tenemos que dar-les libertad para salir, ir a discotecas, bares y dems, pero a la vez estel temor de que all comiencen a explorar consumos no responsables dealcohol o drogas, o terminen en peleas.

    Pese a todo, creemos que la familia y el estar en familia puede ayu-darnos a enfrentar muchos temores y dificultades. En nuestro contextoms prximo, podemos regular y hacer ver la importancia del respeto alos adultos y su autoridad, fruto de la experiencia de vida. Pero no paratodas las familias esto significa lo mismo. Para algunas la importancia derespetar la casa tiene que ver con mantener fuera de ella los comporta-mientos inaceptables; mientras que otras prefieren decirse las cosas yhacer visibles los problemas para resolverlos en casa. Algunas se con-sideran ms abiertas, porque prefieren conocer e intentar resolver susproblemas, pero no temen confiar sus dificultades o pedir apoyo a perso-nas fuera de la familia si as lo creen conveniente.

    Muchas preguntas, bsquedas y descubrimientos surgen en esta po-ca. Qu me est pasando?, quin soy?, quin ser?, quin quieren quesea? Algunas bsquedas son quiz las de un estilo propio en la msica,la ropa, las actividades de tiempo libre o la forma de pensar las cosas... y,por supuesto, la de amigos que los compartan. Algunos descubrimien-tos tienen que ver con el cuerpo y la sexualidad, o con el empezar aconocer cada vez ms por uno mismo el mundo y las personas que nosrodean ms all de la familia. Y vaya que lo hacis rpido!

    Los padres de Carlos y Ana estaban sorprendidos de todas las cosas queaprendan sus hijos, y no digamos un idioma como el cataln en algunoscasos, sino expresiones, costumbres, modas, lo que se considera bue-no/malo en el cole, en la calle, en otras familias... y ni hablemos de los

    espacios o el tiempo de ocio. Los chicos conocan algunos de ellos, ibancon sus colegas y casi siempre se lo pasaban bien.

    Los padres tambin haban aprendido y cambiado mucho en su adapta-cin al nuevo pas, pero mantenan ciertas cosas como antes, por ejem-plo, su punto de vista sobre el respeto en la familia -que pensaban nocoincida exactamente con el de las familias autctonas que eran de-masiado permisivas con sus hijos. O su punto de vista sobre la mismasociedad, a la que vean como muy liberal, y donde los jvenes podan en-contrar mayores riesgos, sobre todo cuando se trataba del tiempo libre:los encuentros en el parque, la calle, las fiestas, el alcohol, las drogas...

    As que a veces no era fcil entenderse. Los paps ya haban pasado porla adolescencia, claro, y haciendo memoria, les haban sucedido algu-nas cosas parecidas a las de sus hijos. Pero lo nuevo para ellos era serpadres de adolescentes, en una sociedad diferente a la que se habancriado, y en la que deban luchar con mucho esfuerzo dadas las durascondiciones que presentaba, y la soledad que a veces sentan desde que

    estaban lejos de los amigos y la familia que les brindaba apoyo. Sushijos ya no eran los chiquitosde antes, ahora queran pasar ms tiempocon sus amigos, tener ms libertad, y dos por tres los criticaban o mos-traban su desacuerdo de distintas formas.

    Y en este escenario, se preguntaban cmo seguir cuidndolos, porquesaban que sus hijos lo necesitaban.

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    CAMINOS QUE SEGUIMOSPARA EL CUIDADO Y LA PREVENCINAnte los consumos de alcohol u otras drogas, o ante la posibilidad deque estos puedan darse, las familias contamos con distintas opcionespara enfrentar el tema. En cierta manera, no solo dejamos a los especia-listas la atencin de nuestros hijos e hijas, sino que tambin actuamosen el da a da, como lo hacen tambin los mismos chicos, en la atencin,prevencin y cuidado personal.

    > LMITES Y CERCANA

    Hablando con otros padres y madres, yo he visto que muchos creemos quees necesario poner lmites claros, con firmeza, como una forma de cuidarlosmientras van aprendiendo a ser independientes. Aunque en general nosapoyamos en la autoridad y el respeto que nos deben como padres, algunossomos ms flexibles que otros. En general a las madres, parece que se noshace ms fcil establecer proximidad y comunicarnos con nuestros hijos,lo que nos permite conocer mejor lo que les sucede, a la vez que podemosnegociar o utilizar estrategias ms flexibles y efectivas, mejor ajustadas ala realidad. Los padres tambin pueden hacerlo, pero a algunos les cuestasalir de su rol ms tradicional para buscar otras formas de acercamiento.Pero se va haciendo.

    Y esto de los lmites no slo tiene que ver con los cuidados en relacina los consumos, tiene que ver con las nuevas relaciones y espacios quefrecuentan, as como con todos los cambios que vienen con la migra-cin... Recuerdo que cuando estaba por reagrupar a mis hijos, Rosa, quehaca ocho aos que viva aqu, me deca que cuando llegaran no les

    diera tanta soltura y adems me recomend no darles todo gus-to tratando de llenar otras faltas con cosas materiales que supe-raran mis posibilidades. Adems, me dijo que encontr otrasformas de poner lmites cuando sus hijas recin llegaron: lasmantena ocupadas, con responsabilidades de la casa,pero tambin con actividades de ocio y tiempo li-bre con adultos a cargo, cursos gratuitos deentidades locales, voluntariado en aso-ciaciones de la zona... y claro, cuandopoda iba con ellas a pasear.

    EL PROBLEMA DE LOS CONSUMOSDE ALCOHOL Y OTRAS DROGASLas familias que conozco, como la ma, vemos el posible consumo denuestros hijos como un problema. Esto puede deberse a que as se vepblicamente. Pero luego, a la hora de actuar, pensamos el problema dediversa forma: para algunas tiene grandes dimensiones, para otras notanto. Para algunas se tiene que rechazar completamente ya que noaporta nada bueno, mientras para otras es ms importante regular,en base al respeto a la familia y los comportamientos que ella espera desus hijos dentro y fuera de casa.

    Por otra parte, algunas relativizan el problema y consideran que se puederesolver o prevenir en el mbito familiar con un buen acompaamiento, osi fuera necesario, con apoyo externo. En otras familias, me han contado, elproblema se ha convertido en algo ms grande, porque ha generado de-pendencia, afecciones a la salud, trastornos en las conductas y las relacio-nes, problemas econmicos e incluso sociales, como robar para consumir.

    En ocasiones, los consumos son vistos como parte de la experimentacino la curiosidad adolescente, la identificacin con el grupo de amigos, o latransgresin de normas (muy usual en estas edades). Es que tambinpara los chicos los cambios han sido duros, y su identidad en construc-cin busca espacios y personas con las que sentirse seguros, aceptados,integrados. A veces entienden que responder al reto de beber, fumar oconsumir otras drogas, es un camino frente al reto de ser parte de lonuevo. Pero lo que ms nos preocupa es cuando estos grupos se tornanviolentos, o cometen graves transgresiones.

    Por otro lado, he visto que la forma de ver ciertos consumos, con mayoro menor preocupacin, depende de la aceptacin que tuvieran en el pasde origen, sobre todo para quienes hace poco tiempo viven aqu. Porejemplo, a la madre de Soraya le sorprende que fumar tabaco o bebercaas sea algo tan normal o cotidiano en esta sociedad, all se bebalos fines de semana y no se vea tanta gente fumando. El punto de vistasobre los consumos y la mayor o menor permisividad con los propios hi-

    jos tambin depende de la experiencia de cada uno en su pas de origeny su historia familiar. Por ejemplo Mara detesta los consumos abusivosde cannabis o alcohol, en gran parte por las malas experiencias vividascon su ex pareja a consecuencia de stos. Manuel, el padre de Carmen,prob muchas cosas all, pero trataba de moderarse porque no deseabadefraudar a su madre, y ahora espera lo mismo de sus hijos.

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    charlar con toda libertad de los temas que ellas mismas elijan. Otrosbuscan momentos mientras cocinan, cuando van al ftbol, o simple-mente cuando lo necesitan o les apetece.

    No crean que para los padres es tan fcil hablar de todo esto, son temasque tambin a nosotros pueden resultarnos espinosos, o nos pareceque por hablarlos podemos promoverlos, y por eso nos viene bien cono-cer qu hacen otras familias.

    Ah, y tampoco piensen que porque se basen en la confianza estos pa-dres no les ponen lmites a sus hijos! Aunque se quejen, los adolescen-tes se sientes queridos y cuidados cuando los padres les ponen lmites oincluso cuando los castigan con razones y de modos no violentos.

    > REDUCCIN DE RIESGOS Y DAOS

    Muchas familias no prohben porque piensan que esto despierta ms eldeseo, as que prefieren acompaar en el aprendizaje de los nuevos es-pacios o consumos, y poner al tanto a sus hijos de los riesgos que tienenlas sustancias y los cuidados necesarios. Como deca Sandra cuando supoque su hijo haba bebido en un botelln: Si lo haces, hazlo bien, y le dijoque en casa, y estando ella poda beber pequeas cantidades de cervezao vino. Por su parte Rosa, frente a la insistencia de su hija de 15 aos deir a una discoteca, la acompa a una donde trabajaba un amigo suyo.

    Si, casi todos los padres con los que he hablado se muestran ms o menostolerantes con los consumos de alcohol o cannabis de sus hijos, siempre ycuando sea moderado. Quiz desearan que no lo hicieran, pero entiendenque es una posibilidad y prefieren estar cerca de ellos de distintas formas.

    > ABSTINENCIASin embargo no todos estn de acuerdo con esto. Algunos son firmes enla idea de que sus hijos no consuman ninguna de estas u otras sustan-cias, ya que no aportan nada bueno y piensan que la prohibicin es elmejor camino para evitar riesgos y posibles daos. As que algunos desdeuna actitud ms distante o autoritaria, y otros desde el dilogo, la confian-za y la educacin en valores (la familia y la religin son importantes aqu),apuestan por la abstinencia.

    > DAR EJEMPLO Y TRANSMITIR EXPERIENCIAS

    Charlando con algunas madres, me han dicho que es importante ha-blar con los hijos de los riesgos y daos que pueden ocasionar los con-sumos, pero dando el ejemplo, porque si no, las palabras quedan en elaire. Otros padres piensan que esto no es tan necesario, ya que los hijosdeben entender que la adultez permite ciertos comportamientos, y queellos deben guiarse por lo que sus padres les sealen.

    Ah! Y algo parecido a esto, es lo que hacen algunos padres cuandocuentan a sus hijos cmo han sido sus experiencias o las de otros fa-miliares, con el alcohol, los cigarrillos u otras drogas, para que entien-dan mejor los riesgos y los lmites necesarios. Mara por ejemplo, le ha

    contado a su hijo las consecuencias negativas del consumo abusivo decannabis de su pap, e intenta que su hijo conozca otros ejemplos ytenga nuevas perspectivas.

    > CONTROLAR SIN PROHIBIR

    Muchas familias que conozco piensan que la mejor forma de cuidar asus hijos es controlando sus horarios, salidas y amistades, pero sin tantaprohibicin. Contactan por telfono cuando salen o conversan directa-mente en casa, buscando una base de confianza y empata. A veces pue-den negociar, pero tambin les ponen lmites, les llaman la atencin o loscastigan si es necesario, aunque no con castigos fsicos. Claro que a ve-ces los controles chocan con el mundo adolescente que se cierra antelos adultos buscando independencia, intimidad, experiencias propias...

    > COMUNICACIN, CONFIANZA Y RESPONSABILIDAD

    Otras familias se basan sobre todo en la confianza y tratan de fomentaren sus hijos la capacidad de tomar decisiones responsables. Sandra porejemplo, le deca a su hijo: Tienes que ser responsable de ti y de laspersonas que van contigo. Si ves que no... que la cosa no es como te lohe enseado, tu te largas, para casa, porque tu ya sabes lo bueno y lomalo, no eres un nio pequeo y tienes que ser responsable de lo quetu haces. Para ello conversan de las cosas cotidianas y de temas quepueden traerles dudas o dificultades, como los consumos, la sexualidad,las relaciones con otros chicos y chicas, etc. Rosa por ejemplo, me decaque un da a la semana se rene con sus cuatro hijas adolescentes para

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    Mi mam fue la primera que me escuch llegar a casa. Estaba preocu-pada porque se haba hecho tarde y tema que me hubiera pasado algo.

    Tal vez exagerara (no se senta en terreno conocido o seguro), pero lacalle no le daba mucha confianza: le haban hablado de peleas entregrupos de chicos que a veces eran bastante violentas, de consumos dealcohol y drogas en la calle, en fiestas... Por eso siempre trataba de ha-blar con mi hermana y conmigo; saber dnde bamos, con quin, y nospona un horario de regreso.

    Yo haba avisado que estara en casa de unos amigos, pero se me pasla hora. Cuando llegu y me vio as tan mal, me pregunt qu haba be-bido y si haba consumido algo ms. Yo apenas poda hablar, as que mefui directo al dormitorio. Mi mam me acompa y mientras me ayuda-

    ba a cambiarme, me dijo que al da siguiente hablaramos.Y as fue. Hablamos los tres, mi pap ya saba del asunto. Yo les expliqums o menos lo que haba sucedido, ya que tena bastante confianza conellos. Mam me dijo que beber era riesgoso, especialmente a mi edad, ypap me cont alguna experiencia que l mismo haba tenido, y que era im-portante moderarse para que beber fuera placentero, porque de lo contrariosolo lo bamos a pasar mal mis amigos y yo. Adems, haba incumplido loshorarios para llegar a casa, sin siquiera avisar por telfono. As que deci-dieron castigarme retirndome por una semana el ordenador y sin salir elfin de semana. Por un tiempo estuve ms controlado, avisandocada vez que sala a dnde iba, con quin y dems, hasta quese restableciera la confianza de mis padres en mi.

    PERO ENTONCES,CMO ACTUAR ANTE EL CONSUMO?VEAMOS ALGUNOS CASOS

    PRIMEROS CONSUMOS DE ALCOHOLCUIDADO, COMUNICACIN Y CONTROLMi nombre es Carlos, tengo 15 aos, uno ms que mi hermana, y soybastante tmido aunque intento no parecerlo. Empezar a hacer amigosno fue fcil para m, pero fue muy importante: cuando estoy con ellos mesiento acompaado y fuerte, y me olvido de las cosas que me dan rabiao tristeza, o al menos las relativizo un poco y ya no parecen tan graves.Ellos tambin se visten de anchoy les gusta la msica latina como a mi;de vez en cuando jugamos basket, cuando podemos colarnos en algncampo, o nos juntamos en el parque y salimos a dar una vuelta por elbarrio. Nos gustan las fiestas, ms que nada las que organizamos ennuestras casas, aunque no siempre nuestros padres lo sepan. En ellasnos sentimos ms cmodos, con la gente y la msica que nos gusta; nossentimos con ms libertad, podemos bailar, charlar, ligar, beber o fumarsin que nadie nos diga nada.

    La primera vez que fui a una fiesta me sent muy cohibido. Uno de mis

    amigos lo not y me ofreci una cerveza que acept: era la primera vezque beba alcohol. Me sent ms relajado y animado, y decid probar algoms fuerte para sentirme an mejor, as que beb vodka con naranja. Alprincipio surti el efecto esperado: bailaba, haca chistes, y hasta pudeconversar con una chica que me gustaba mucho. Pero poco despusempec a sentirme mareado, no saba muy bien lo que deca, y apenasme daba cuenta de que algunos se rean de mi bailetan descoordinado.Beb un poco ms y aument el mareo, senta el estmago revuelto yganas de vomitar... y ah fue cuando mi mejor amigo me vio y me dijoque debamos marcharnos, y me acompa a mi casa porque era muypeligroso que fuera solo en ese estado, poda tener un accidente, mepodan robar o agredir, me poda perder...

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    Hay que decir tambin que otra cosa que me ayud a tomar esta de-cisin, fue que mis padres hablaran con mi hermano y conmigo sobredrogas y alcohol, a raz de lo que haba pasado con l. Yo ya tena ciertainformacin sobre los riesgos de los consumos y los cuidados necesa-rios a travs del cole, los medios, los amigos y mi propia experiencia,pero era distinto que ellos mismos nos hablaran; los senta implicados,interesados y preocupados por nuestro bienestar.

    CONSUMOS ABUSIVOS DE ALCOHOL Y CANNABIS

    LMITES, CONTROL, ACOMPAAMIENTO,COMUNICACIN Y SOPORTE INSTITUCIONALSoy Dani, amigo de Carlos, tengo 16 aos, y aunque hace mucho tiempoque emigr, me siento an muy latino y as lo demuestro en mi esti-lo, que tambin comparto con Carlos. Tengo un hermano un poco ma-yor que yo y una hermana pequea. Vivimos desde hace aos solo conmam, ya que nuestros padres se divorciaron hace tiempo por las dis-cusiones y el maltrato que suframos por los consumos de alcohol ydrogas de mi padre.

    Luisa, mi mam, es una mujer muy luchadora y ha tirado para adelan-te a pesar de tantas dificultades. Habla directamente con nosotros, sintapujos, especialmente sobre el alcohol y la marihuana, ya que sabe quemi hermano y yo consumimos. A veces nos habla en broma, y nos diceque se nos caern los dientes de fumar; nos pregunta por qu fuma-mos, qu es lo que nos gusta. Pero tambin nos habla en serio sobre

    los riesgos y las consecuencias negativas, que algunas ya conocemos.Intenta controlarnos y nos llama para saber dnde estamos, qu esta-mos haciendo y para decirnos que volvamos temprano a casa. Yo s queno se lo ponemos fcil. Hace poco supo que mi hermano se emborrachen el bar que va siempre y luego tuvo una actitud muy agresiva con sunovia. Mi mam en estos casos, cuando abusamos de los consumos,toma medidas drsticas. As que fue dura con l, le ech en cara lo malque haba estado, y el poco respeto y consideracin que estaba teniendocon su familia; y hasta le dio un bofetn.

    CONSUMO DE ALCOHOL, CANNABIS Y ESTUDIOSCONFIANZA, COMUNICACIN Y LEALTAD FAMILIARSoy Ana, la hermana de Carlos, me considero una adolescente bastantedesinhibida y despierta, y tengo facilidad para hacer amigos y amigas,por eso tengo unos cuantos, de distintos orgenes, pero la mayora soncatalanes y con ellos me siento una ms. En casa escucho a veces m-sica latina, pero me gusta ms la electrnica y me visto siguiendo eseestilo, como mis amigas. En ocasiones Carlos se burla de mi por algunosmodismos que he cogido de aqu, que chocan con la cultura de all, perono le hago mucho caso...

    Aunque solo tenemos un ao de diferencia, mis padres le dan muchoms libertad para salir a l que a m por qu? Porque soy chica!Siempre me ha parecido injusto, y contra eso me revelaba yendo a fies-tas en casa de amigos sin que nadie lo supiera (Carlos iba a otro Insti-tuto, eso ayudaba).

    En las fiestas, beba alcohol, pero no mucha cantidad, y en general slocerveza. Me he mareado algunas veces, pero nunca llegu a emborra-charme. Una vez me ofrecieron fumar marihuana y acept; tena muchacuriosidad, aparte que lo prohibido tiene otro gustillo Empec a hacer-lo ms seguido, y alguna vez falt a clase y luego me invent excusasque parecan funcionar. Pero mis notas iban de mal en peor, as que unda llamaron a mis padres del cole: estaba a punto de repetir el curso.

    Para mis padres esto fue un gran disgusto. En general trataban de ha-blar conmigo, pero la verdad es que yo me cerraba mucho y apenas con-taba nada, quera ser independiente, hacer mi vida. Pero cuando estosucedi yo tambin me sent muy mal, y me di cuenta que mi familia sepreocupaba, me quera y me cuidaban, aunque a mi me pareciera queeran un poco pesados e injustos. Se esforzaban mucho trabajando ytratando de estar con nosotros, y pens que lo que no era justo era micomportamiento, tan alejado de lo que ellos esperaban.

    As que decid empezar a invitar a mis amigas a casa entre semana paracharlar y escuchar msica, salir a dar una vuelta o jugar al volley cerca de all,y de esta forma dejar de ir a las fiestas. Bueno, alguna vez ms he ido, peroahora teniendo claro que no fumara y de beber muy poco. As que si meofrecan algo, responda cosas como ahora no, ms tarde

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    cin, y contextualizarlos socio-histricamente. El fenmeno de los con-sumos, especialmente aquellos abusivos o problemticos, puede enten-derse como un indicador del malestarentre los adolescentes. As queser necesario contextualizarlos en el momento vital que atraviesan, lastrayectorias migratorias o el mbito familiar, para comprender cmo sepromueven o condicionan y los riesgos que se asocian.

    REVISANDO ESTEREOTIPOSY PREJUICIOSAsimismo, es preciso tener en cuenta que en la sociedad de instalacin

    circulan estereotipos, prejuicios y distintas formas de discriminacinrespecto a los jvenes inmigrantes. Lo mismo puede suceder en los dis-positivos de atencin socio-sanitaria y educativos.

    Aunque a veces se utilizan como sinnimos, es conveniente distinguirlos conceptos de estereotipo y prejuicio. El estereotipoes la generaliza-cin, la simplificacin del pensamiento, supone un desconocimiento delos sujetos sobre los que se emite un juicio. Elprejuiciotiene que ver conactitudes o acciones discriminatorias o desfavorables hacia personasde diferentes categoras. En el mbito de la intervencin resulta funda-mental su reconocimiento, algo que a veces no resulta sencillo por suincorporacin inconsciente o su uso cotidiano.

    LA MIGRACIN COMO PROBLEMA

    * La configuracin problemtica de la inmigracin est relacionada con el

    establecimiento de fronterasque rigen las movilidades poblacionales.* Las movilidades humanas son atendidas en trminos de control, porlo que deben ser acotadas, regladas, contabilizadas, etc.

    * En tanto las migraciones son entendidas como un fenmeno exgenoa la propia sociedad (no se reconocen vnculos entre su procedencia yla sociedad de recepcin), cualquier falta de las personas inmigradas,aparece como una doble falta. La relacin inmigracin/consumo dedrogases un ejemplo de ello.

    Una herramienta clave contra los prejuicios es la contextualizacin,o elpensar relacionalmente. As por ejemplo, los consumos de los jvenes in-migrantes deben ser situados en relacin a sus experiencias migratorias,que pueden haber supuesto largas separaciones de uno o ambos padres,lo que dependiendo de cada caso, puede haberlos colocado en una situa-cin de vulnerabilidad en un perodo vital particular, clave en el desarrollo.

    Adems, las trayectorias migratorias nos ensean que luego de variosaos de separacin fsica, lareagrupacin pone a prueba los recursos fa-miliares para la adaptacin a la nueva situacin. Puede suceder que lasfamilias se encuentran en una situacin de vulnerabilidad,con frgiles yescasos lazos sociales o referentes donde acudir frente a las dificultades,as como con trabajos precarios, mal remunerados y de difcil concilia-

    cin con la vida familiar, o una situacin jurdica irregular; a lo que podrasumarse la valoracin negativa y los prejuicios de la sociedad receptorahacia el grupo tnico de origen.

    Estas u otras dificultades pueden superarse en la medida que existan con-diciones favorables (o neutrales) en el contexto de acogida, a nivel de go-bierno, poblacin nativa y comunidad de compatriotas, destacando la im-portancia de personas significativas, asociaciones o ayudas econmicas porsu inters, alternativas y apoyo hacia los jvenes y sus familias. En cuanto alas familias, resultan clave los capitales culturales de los padres, la conser-vacin de valores y los lazos de solidaridad comunitaria. As por ejemplo, laformacin y habilidades ocupacionales facilitan la insercin laboral y social;adems, el know howde las clases medias y altas permite situarse, recono-cer y optimizar recursos rpidamente, as como constituir una referenciaque dignifica y estimula a los hijos a retomar el estatus familiar perdido.Hay que tener en cuenta tambin que la condicin inmigrante suele en-lentecer este proceso, lo que puede llevar a reformular el proyecto migrato-rio y trasladar sus objetivos en el horizonte intergeneracional.

    En definitiva, podemos decir que la riqueza de recursos familiares y lasposibilidades de desarrollo que ofrece el contexto de instalacin darn lu-gar a un marco flexible y resistente a las tensiones que la adolescencia yla migracin ponen en juego en los espacios de socializacin, los consu-mos y la gestin de riesgos. En el caso contrario, la vulnerabilildad se tra-duce en mayores riesgos a distintos niveles, y ms dificultades a la horade prevenirlos o gestionarlos. Ejemplo de ello es el escaso tiempo que lospadres pueden dedicar a sus hijos y el esfuerzo que supone alimentar unarelacin cercana y comprensiva con ellos en las condiciones de estrs que lestoca vivir. Esto, sumado a las limitaciones econmicas, repercute en un tiempo

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    de ocio desregulado para los hijos, vivido en soledad o con amigos, que mu-chas veces da lugar al consumo de sustancias u otras situaciones de riesgo.

    Tambin repercute en las dificultades de los padres para detectar a tiempodichas situaciones o para facilitarles espacios regulados de ocio creativo. Sinembargo, a pesar de estas u otras limitaciones, las familias buscan y ponenen prctica distintas estrategias para prevenir los riesgos o reducir los daos.

    Debemos sealar que dichas estrategias tienden a estar ms basadasen la confianza que en el control en la medida que los sujetos disponende mayores recursos para la integracin, dado que esto les facilita unposicionamiento menos temeroso frente a los peligros, y por tanto seapunta ms hacia el empoderamiento y la libertad de los hijos comosujetos/ciudadanos.

    GENERALIZACIN Y NECESIDAD DE CONTEXTUALIZACIN

    * En la sociedad de instalacin circulan estereotipos, prejuiciosy distin-tas formas de discriminacin respecto a los jvenes inmigrantes.

    * Los prejuicios pueden constituir una dificultad aadida en la interven-cin socio sanitaria y educativa. Considerar a los inmigrantes comosujetos en falta, necesitados, sin recursos (econmicos, sociales,culturales, etc.), tiende a su inferiorizaciny subalternizacin.

    * Una herramienta fundamental contra ello es la contextualizacin. Aspor ejemplo, los consumos de los jvenes inmigrantes deben situarseen relacin a sus experiencias migratorias.

    * La separaciny posterior reagrupacin familiar constituyen un procesocomplejo donde las familias deben poner en juego todos sus recursospara preservarse y readaptarse.

    * La vulnerabilidadde las familias es mayor cuando las redes socialesson escasas y dbiles, los trabajos precarios, mal remunerados y dedifcil conciliacin familiar, la situacin jurdica irregular y existen pre-

    juicios hacia su grupo tnico.* En relacin a los consumos adolescentes y los nuevos mbitos de so-

    cializacin, la vulnerabilidad se traduce en mayores riesgos y dificulta-des para su prevencin y gestin.

    * Las estrategias de cuidado de los padres apuntan ms a la confianzaque al controlen la medida que disponen de ms recursos, y por tantode ms seguridad frente a los peligros de la sociedad de acogida.

    Por ltimo, hemos de puntualizar aqu nuevamente, que losprejuiciospueden constituir una dificultad aadida en la intervencin socioeduca-tiva y de salud con las personas inmigrantes. Muchas veces dentro deestos mbitos de atencin, se les considera sujetos en falta, o necesi-tados, sin recursos de ningn tipo, no solo econmicos sino educativos,sociales, etc. Una mirada de este tipo no solo desconoce lo que acaba-mos de exponer, sino que tiende a generar efectos perversos en rela-cin a la poblacin a la que se dirige, inferiorizando y subalternizandoaaquellos que pretende asistir.

    CUESTIONAR NUESTROETNOCENTRISMOAhora bien, en este punto resulta pertinente revisar la nocin de cultu-ra, ya que muchas veces se apela a ladiferencia culturalpara asignara las personas inmigrantes caractersticas que se asumen como sus-tanciales de la cultura de origen, en su conjunto valoradas como tra-dicionales, poco desarrolladas o atrasadas. Se olvida adems la propiapertenencia a una cultura que, por mayoritaria, se considera la norma, loque da lugar a que aquellos que provienen de culturas minoritarias eneste contexto, sean los considerados diferentes.

    Si por cultura entendemos la produccin y reproduccin de sentidos y prc-ticas sociales que encuentran en contextos socio-histricos y geogrficosconcretos especificidades o marcos comunes, no debemos pensar queestos ltimos se remiten a fronteras polticas o que son interpretados deigual modo por todos los sujetos que comparten referencias comunes. Un

    grupo de amigos puede generar con el tiempo su propia cultura expresadamediante cdigos propios de lenguaje por ejemplo. Lo mismo sucede enlas instituciones educativas o en centros sanitarios, donde puede habermarcos reguladores comunes, pero adquieren especificidades de acuerdoa las formas que se interpretan, se utilizan y recrean, dando lugar a unacierta cultura propia. Por eso a veces no es fcil entender cmo fun-cionan las cosas en torno a un determinado recurso, y ms difcil puedeserlo si los referentes culturales ms amplios son distintos. Por ejemplo,para quienes provienen de pases donde los servicios pblicos estn muydeteriorados o no ofrecen una buena calidad en la atencin, puede haberdesconfianza o resistencia en acudir a ellos.

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    Es notable cmo los procesos migratorios suponen cambios en los mar-cos referentes significativos, pero de por s esto no debera representarun problema. Los procesos culturales son mucho ms dinmicos y cam-biantes de lo que uno pueda suponer, y las personas incorporan, reela-boran y modifican sus referentes en las distintas situaciones. As pues,la cultura antes que ser algo que se posee, implica siempre un procesoplstico de mltiples intercambios y en constante transformacin.

    Lo que s puede representar un problema es la intensidad con que es-tos cambios se suceden, especialmente en los sujetos migrantes, dondese ponen a prueba las capacidades de soporte y la elasticidad propia ydel contexto. Esto puede complicarse an ms cuando dicho contextomuestrarigidecestales como prejuicios respecto a personas que ocu-

    pan un lugar social vulnerable. Si a esto se suman modalidades de in-tervencin social afectadas por lo mismo, pueden tener lugar procesosestigmatizadores y excluyentes.

    Debemos destacar entonces la importancia de cuestionar la homogenei-dad en la cultura. Ni todos los espaoles son iguales, ni todos los bolivia-nos lo son. Pensar esto sera desconocer que las formaciones socialesson estructuralmente heterogneas y agnicas por su constante trans-

    MOVINDOSE DEL ETNOCETRISMO

    * Cuando se atribuye la diferencia culturala los inmigrantes (comosi la cultura mayoritaria fuera la norma), y se entiende que sta essustancial a su origen, tradicional, atrasada o subdesarrollada, setrata de afirmaciones basadas en prejuicios y estereotipos.

    * Las producciones culturales no se limitan a fronteras polticas ni son

    interpretadas de igual modo por quienes comparten referentes co-munes. En ellas reina la heterogeneidad y el dinamismo.* As, el encuentro con un sujeto que representa la alteridad (especialmen-

    te un inmigrante), supone una relacin entre dos heterogeneidades.* La dinmicade reelaboracin e incorporacin de referentes cultura-

    les que las personas hacen en distintas situaciones e intercambios,es particularmente intensa para los inmigrantes. Las dificultadesque esto puede suponer se acentan cuando existen prejuicios , pu-diendo desencadenar procesos estigmatizadores y excluyentes enaquellos ms vulnerables.

    formacin. Pero adems, no es posible pensar la sociedad espaola o laboliviana como unidades en s mismas, con sus diferencias al interior, yaque por ellas circulan bienes y mensajes producidos en un sistema deste-rritorializado que se profundiza con la globalizacin. Por eso, cuando ha-blamos del encuentro con un otro, que representa la alteridad (y ms ansi es inmigrante), debemos entenderlo en los trminos de una relacinentre al menos dos heterogeneidades,y de este modo nos aseguramosno perder de vista a los sujetosque participan de dicho encuentro.

    En definitiva, lo que ms interesa en relacin a la cultura no es conocerlos rasgos generales que caracterizan a unas u otras, sino los significa-dos de lenguaje y atribuciones de sentido que otorgan los sujetos en susprcticas, y que tendr que ver con los contextos de socializacin (fami-

    lia, escuela, comunidad, situacin geogrfica, etc.), su ubicacin en dichasestructuras y las singularidades de la construccin de personalidad.

    En este marco podemos situar la multiplicidad de causas de las mi-graciones, y as entender que si bien los motivos econmicos son im-portantes, existen otros, que de distintas formas y en diversos mbitosbuscan mejorar la calidad de vida. Las situaciones de violencia en elpas de origen son un ejemplo; otro es la bsqueda de mayores oportu-nidades y justicia social en trminos de gnero.

    Tambin podemos situar los distintos significados que se atribuyen a lassustancias y a los consumos, y por tanto qu sustancias se consumeny en qu circunstancias. Adems, permite pensar cmo estos van cam-biando de acuerdo a la modalidad de integracin en el nuevo contexto.

    En los servicios de atencin, tener en cuenta qu es la cultura desde la es-tructura, permitir que esta dimensin impregne todas las actividades ynormalice un tema con frecuencia asociado al problema y la excepcionalidad.

    DE LAS ETIQUETAS A LAS ACTUACIONESCOTIDIANAS EN LOS SERVICIOSEntre las entidades que trabajan con jvenes inmigrados, se pueden vi-sualizar diversas formas de atencin basadas en ideas sustentadas porestereotipos. Cabe sealar que ninguna de ellas se da de forma pura, yque existen tambin buenas prcticas que se deslindan de estas posturas.

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    La atencin paternalista-victimistaconcibe a los jvenes inmigrantesconsumidores como totalmente vulnerables, sin capacidades para afron-tar su problemtica, lo que termina justificando una intervencin msdirecta e intensiva para superar dificultades y lograr una integracin co-rrecta al contexto social. Bajo esta visin, los jvenes inmigrados apare-cen como sujetos en falta (de recursos, y de normas) que requieren sercontrolados y asistidos ya sea en calidad de vctimas o de transgresores.

    El enfoque salvacionista-culturalista en la atencin, considera a es-tos jvenes como apresados por sus marcos culturales de origen, en-tendiendo por stos los estereotipos ms asiduos (ser latinoamericano,ecuatoriano, inmigrante en Espaa, etc.). En consecuencia, requieren sermodelados bajo otros prismas culturales que favorezcan una correcta

    adaptacin. En esta perspectiva, la dimensin cultural explica las pro-blemticas de consumo, las necesidades y demandas de los jvenes, perodeja de lado los factores estructurales que les conducen a ello. Podradecirse que se interviene desde los imaginarios (estereotipos, prejuicios yrumores) existentes sobre sus procedencias en el contexto de recepcin.

    De esta manera, los servicios o recursos que atienden a jvenes inmi-grados, en algunas de sus prcticas, podran contribuir a reforzar estosimaginarios y las relaciones jerrquicasde saber/poder que se derivan.Este tipo de relacin entre profesional y usuario/a terminara afectandola accesibilidad efectiva a los servicios.

    INTERVENCIN SOCIAL Y TPICOS SOBRE PERSONAS MIGRADAS

    * Atencin paternalista-victimista: ve a los sujetos como vulnera-bles, con falta de normas y recursos, y que por tanto requieren sercontrolados o asistidos, en calidad de vctimas o transgresores. Laintervencin es directa e intensa y busca una integracin correcta.

    * Atencin salvacionista-culturalista: los sujetos son vistos comoapresados dentro de sus culturas, por lo que requieren ser mode-lados bajo otros prismas culturales que favorezcan una correctaadaptacin. La dimensin cultural explica los problemas de consumo,olvidando los factores estructurales.

    PRCTICAS DE SERVICIOS:BARRERAS DE ACCESIBILIDADY FACILITADORES

    La accesibilidada los servicios socioeducativos y sanitarios est deli-mitada por condiciones sociales, econmicas y culturalesen el nuevocontexto de vida. As por ejemplo, la disponibilidad de tiempo y redesformales e informales para conocer derechos, obligaciones e informa-cin relativa a los servicios, es un factor importante. Tambin lo son elidioma o la situacin jurdica en que se encuentran los inmigrantes, lasdificultades econmicas para trasladarse, las condiciones laborales, lasdisparidades de criterio sobre los consumos de riesgo o drogodepen-dencias y el temor a la falta de confidencialidad.

    Asimismo, el significado que adquiere para una familia acudir a un deter-minado servicio juega un papel clave: si los consumos problemticos estnestigmatizados y entre los valores de la familia est el hacerse cargo desus miembros, entonces difcilmente se recurra a ellos. Esto parece ser fre-cuente en la comunidad latinoamericana en relacin a la atencin sanitaria,y por esta razn el fortalecimiento del autocuidadoy de los canales de co-

    municacin con los servicios especializadosparece central en esta gua1.

    1. El autocuidadoo autoatencin es aquella modalidad donde los grupos (familias,pares, etc.) ponen en juego sus saberes profanos en el cuidado, la atencin oprevencin en salud, dando continuidad a las modalidades especializadas fuerade los mbitos formales, o supliendo en alguna forma sus objetivos al llevarlosa cabo en mbitos informales. Reconocer los saberes y las prcticas de las fa-milias en la gestin de consumos y riesgos, aceptar y entender el valor que tieneesto para las propias familias, supone evitar posiciones paternalistas/victimis-tas o culturalistas y promover el agenciamiento de los sujetos.

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    A modo de orientacin, y con e l fin de facilitar el acceso, la comunicaciny el intercambio entre quienes brindan atencin especializada y las fa-milias, sugerimos tener presente:

    * Si bien es importante que los roles entre profesionales y usuarios sean cla-ros y definidos, esto no significa que se establezca una relacin jerrquica opaternalista. Se trata de una relacin asimtrica, y en la medida que se facilitelaproximidad, la confianza y el respeto, ser ms probable que los adolescen-tes o sus familiares recurran a ellos, colaboren o den continuidad a la atencin.

    As por ejemplo, la bsqueda de proximidad con los jvenes a travs deun estilo de relacin y adecuacin a las pautas juveniles, se considera unfacilitador para que puedan asumir acciones concretas de prevencin y

    tratamiento. La utilizacin de un lenguajeclaro y accesible (no por ellosimplificador), que recurra ms a ejemplos que a conceptos abstractos,es importante, como tambin lo es una escucha activaque reconozca lavalidez de la palabra del interlocutor, e intente comprender lo que ste quieredecir (sus significados, sus cdigos). Los esfuerzos por procurar un trato em-ptico, sin recurrir a paternalismos, o la disposicin de espacios donde se res-pete la privacidad de las problemticas, son muy valorados por los jvenes.

    * Reconocer los saberes y prcticas familiares:muchas veces se consi-dera que el trabajo de atencin o prevencin se inicia desde cero, comosi las familias no actuaran frente a estas problemticas, o bien sus prc-ticas fueran desvalorizadas respecto a las actuaciones profesionales.Cabe tomar en cuenta el rol importante que pueden jugar las familiasy valorar sus estrategias de cuidado. De all que una buena coordina-cin con la familia desde los servicios sociales, sanitarios o educativosformales y no formales, puedan servir para mejorar la efectividad de laprevencin o de los tratamientos.

    BARRERAS PARA LA ACCESIBILIDAD

    * Falta de tiempo y redes formales e informales para informarse sobrederechos, obligaciones y recursos.

    * Conocimiento de la lengua y formas de actuacin y uso local.

    * Situacin jurdica.

    * Dificultades econmicas para trasladarse.* Condiciones laborales.

    * Disparidades de criterio sobre los consumos de riesgo o drogode-pendencias.

    * Temor a la falta de confidencialidad.* Estigmatizacin social de los problemas de consumo e importancia queatribuye la familia a hacerse cargo de sus miembros y sus dificultades.

    * No reconocimiento de las actuaciones familiares.

    * Relacin jerrquica profesional-usuario/a y lejana en la actuacincon los jvenes.

    * Trabajo aislado de algunas entidades y no en red con otros servicios.

    FACILITADORES PARA LA ACCESIBILIDAD, LA COMUNICACIN Y EL INTERCAMBIO

    * Facilitar proximidad, confianza y respeto en una relacin asimtrica,no jerrquica o paternalista. Con jvenes evitar lejana ascptica ypromover relacin adecuada a pautas juveniles.

    * Lenguaje claro y concreto. Escucha activa y emptica, que validela palabra del interlocutor e intente comprender lo que quiere decir.

    * Disponer de espacios que respeten la privacidad de los sujetos y sus

    problemticas.* Reconocer el importante rol que juegan las familias y valorar sus ac-tuaciones.

    * Generar puentes de conexin, colaboracin y derivacin entre enti-dades sociales, pblicas y privadas.

    * Apertura y flexibilidad de equipos e instituciones para adaptarse alos cambios y necesidades de estos colectivos. Algunos ejemplos:atencin sin citas previas, presencia de dinamizadores o educadoresde calle, diversidad de vas de comunicacin (internet, espacios fsi-cos estratgicos, tipo de lenguaje y lengua utilizada, etc.).

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    * Facilitar puentes de conexin, colaboracin y derivacin entre entidadespor las que transitan los jvenes puede mejorar la accesibilidad y los buenosresultados en la atencin. El intercambio entre profesionales que trabajancon el mismo colectivo, puede volver ms pertinente e integral la atencinde los servicios. El aislamiento de algunas entidades, o el trabajo muy cen-trado en la atencin de emergencia o los consumos problemticos, puededificultar el acceso a quienes se encuentran en otros niveles de consumo.

    * Otra cuestin a considerar es la apertura y flexibilidadque los equipose instituciones deberan tener para adaptarse a los cambios, y redefiniro replanificar las prestaciones de acuerdo a las nuevas necesidades queeste colectivo tan diverso pueda ir presentando.

    En esta lnea, un ejemplo podra ser la atencin sin citas previas, la pre-sencia de un/a dinamizador/aque aclare dudas, o un/a educador/a decalle. Muchos jvenes desarrollan sus prcticas de consumo en espa-cios abiertos o de ocio, por lo que la presencia de estos dispositivos allfacilita un acceso directo.

    Otro ejemplo pueden ser las distintas vas de comunicacinutilizadas parabrindar informacin sobre recursos, realizar consultas o intercambios: eluso de internet (redes sociales, webs especficas, correo electrnico, etc.) oespacios fsicos estratgicos, el lenguaje y la lengua utilizada, etc.

    * Es claro que muchas de estas sugerencias son realidades en distintosservicios e instituciones. Consideramos que una de las buenas prcti-cas que actualmente se estn desarrollando es elprograma Salud yEscuela que desde la Generalitat de Catalunya se gestiona a travs deprofesionales de la salud en centros educativos. El objetivo es mejorarla salud de los adolescentes a travs de la prevencin de riesgos y laatencin precoz, siendo un aspecto central del programa facilitar la ac-cesibilidad a los jvenes. En este sentido, la prevencin en consumo de

    alcohol y drogas es parte activa del programa, y se realiza a travs de lapresencia directa de profesionales en los centros educativos, la realiza-cin de talleres, o el contacto a travs de internet.

    http://www.gencat.cat/educacio/bulleti/professors/noticies/salutiescola.htm

    LEGISLACINE INMIGRACIN

    Como decamos ms arriba, las personas inmigrantes cruzan fronterasy la situacin de regularidad o irregularidad marcar fuertemente susposibilidades en la sociedad de instalacin.

    Los jvenes inmigrantes residentes en Espaa heredan la condicinde regularidad o irregularidad de sus padres. Si los padres se encuen-tran en una situacin regular y han reagrupado a sus hijos, tendrn elmismo estatus legal que sus padres. Sin embargo, si sta no es la situa-cin ya sea porque los padres se encuentran en una situacin irregularo bien porque han utilizado vas informales para la llegada de sus hijos,estos nios y jvenes pueden sufrir algn tipo de desamparo jurdico,con la consiguiente limitacin para pedir y recibir ayudas. Adems, unavez superada la mayora de edad, los hijos no tienen garantizado el re-conocimiento jurdico.

    En este sentido, se pueden presentar situaciones en la que los jvenes noestn empadronados ni tengan DNI y esta situacin supone obstculospara la obtencin de la tarjeta sanitaria y el acceso a la salud. De msest decir que esta situacin incide negativamente en las para el futurode estos jvenes.

    Por otro lado, el uso partidista de la inmigracin ha provocado que algu-

    nos ayuntamientos de Catalunya dificulten excesivamente el empadro-namiento a personas indocumentadas, limitando el derecho a la asis-tencia sanitaria pblica, acceso a los servicios bsicos de atencin socialprimaria, a los servicios de centros abiertos para nios y adolescentes y arecibir ayudas de urgencia social.

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    Prevencin en el mbito familiar

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    Confederacin Espaola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos-CEAPA(2009). Adolescencia y familia. Cmo mejorar la relacin con los hijos ehijas adolescentes y prevenir el consumo de drogas.

    Cuaderno del alumno/a

    Cuaderno del monitor/a

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    Cuaderno del monitor

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    Prevencin en el mbito recreativo (ocio y tiempo libre)

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  • 7/25/2019 Las familias migrantes frente al alcohol y otras drogasLas familias migrantes frente al alcohol y otras drogas

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