las empresas pequeñas, medianas y empresas de producción social
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Con los nuevos modelos de desarrollo están surgiendo nuevos actores (instituciones locales, administración local, actores privados, colectivos) que permiten influenciar el proceso de transformación económica y social, y que los modelos económicos anteriores han olvidado.TRANSCRIPT
Universidad Nacional Experimental
“Francisco de Miranda”
Programa de Ciencias Ambientales
Complejo Académico Los Perozos
U.C.: Gestión Empresarial
ENSAYO
Las empresas como motor del desarrollo económico y social del país. Las
empresas pequeñas, medianas y empresas de producción social.
Gabriel Tovar V.-21.243.158
Con los nuevos modelos de desarrollo están surgiendo nuevos actores (instituciones locales,
administración local, actores privados, colectivos) que permiten influenciar el proceso de
transformación económica y social, y que los modelos económicos anteriores han olvidado. El
fracaso de la idea de que existen leyes deterministas del desarrollo, explicaría el surgimiento
de nuevas alternativas. Las comunidades locales tienen ciertas posibilidades (y
responsabilidades) para promover el desarrollo dado que las oportunidades son mayores o
menores en los distintos territorios [1], naturalmente, serán diferentes las pautas a seguir y las
políticas a introducir, de acuerdo con los diferentes modelos y metas a cumplir.
Algunas empresas, en la búsqueda de beneficios, tienden a desinvertir en muchas formas de
productos y desarrollo de procesos; además, en muchos sectores críticos, los inputs de
investigación básica provienen de sectores no lucrativos o están subvencionados mediante
incentivos públicos. Las innovaciones tecnológicas se producen, frecuentemente, en lugares
limitados: el stock de conocimiento y capital humano en el que se basan los cambios
tecnológicos, tienden a concentrarse en la mano de obra especializada que se localiza en un
pequeño número de lugares.
Los fallos de mercado pueden limitar la capacidad de la industria para realizar actividad
innovadora. Es suficiente recordar el miedo de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYME), a
invertir en proyectos a largo plazo o el nivel insuficiente de recursos financieros de las
empresas líderes técnicamente, pero pequeñas en tamaño. Instituciones locales específicas
(como universidades y centros de ayuda empresarial del estado) son, a veces, necesarias para
superar alguno de estos fallos del mercado.
En el caso particular de las PYME, se han de tener en cuenta las dificultades inherentes a su
pequeño tamaño, como pueda ser la de acceder a las mismas fuentes de financiación externa
que las grandes empresas, e incluso más importante todavía, el acceso a las fuentes adecuadas
de información para tomar las decisiones idóneas.
Para estas empresas categorizadas como PYME, la cooperación con otras de su mismo tamaño
o superior se constituye como una alternativa estratégica, que les permite aprovechar las
ventajas competitivas de las empresas con las que se asocian, tanto si esos acuerdos son de
tipo horizontal como vertical. Si estos acuerdos se realizan entre un gran número de empresas,
se va tejiendo un entramado de relaciones que se enlazan hasta crear redes compactas. Estas
redes interorganizativas se desarrollan normalmente en un ámbito geográfico concreto
limitado, formando clusters o conglomerados empresariales [2].
En Venezuela, en marco a estimular la producción en la población y lograr construir un nuevo
concepto de economía al servicio del ser humano, le dieron carácter sublegal mediante el
Decreto Presidencial número 3.895 [3] al concepto de Empresas de Producción Social, EPS.
Las EPS son definidas por el Gobierno [4] como unidades productivas comunitarias que tienen
como objetivo esencial la generación de bienes y servicios que satisfagan las necesidades
básicas de las comunidades, es decir alimentación, vivienda, educación, salud y vestimenta. Las
ventajas que caracterizan a esta forma asociativa son fomentar las inversiones a través de la
diversificación de la economía, impulsar la creación de una amplia gama de bienes y servicios
fundamentales para la población y finalmente incrementar la participación de las comunidades
organizadas ejerciendo la contraloría social.
Desde el año 2006 las unidades de producción fueron clasificadas por los primeros
economistas que se dedicaron a su estudio [5], correspondiendo a tres grandes aspectos:
según la naturaleza de su actividad; según su tamaño y según la naturaleza del capital. En
general, esta es una modalidad económica donde el ánimo de lucro no es su objetivo
fundamental, sino la generación de empleos y la satisfacción de las necesidades básicas y
esenciales de la población. Además, el excedente no se distribuye como ganancia capitalista,
sino que se destina a la inversión productiva y al desarrollo social.
Ya que las EPS como empresas nacientes con una nueva filosofía de trabajo e inversión,
requieren del apoyo local y territorial, de lo contrario se verían expuestas a competir con
grandes empresas establecidas y de mayor experiencia en la contratación de servicios.
En este sentido, frente a los modelos tradicionales de las teorías del comercio internacional y
del crecimiento, que trataban a países y regiones como puntos carentes de dimensión
geográfica, en los cuales se consideraba que los factores de producción disfrutaban de una
movilidad perfecta con costes de ajuste nulos, las nuevas aportaciones del desarrollo local que
brindan las PYMEs y las EPS ponen su acento en la importancia del territorio como marco
generador de economías externas, las cuales inciden en el comportamiento estratégico de las
empresas industriales instaladas, y en el crecimiento económico del propio territorio
Venezolano.
BIBLIOGRAFIA
3 Decreto Presidencial número 3.895 mediante el cual se garantiza el suministro de materias
primas y productos semielaborados. G.O. N° 38.271 del 13 de septiembre de 2005
4 Empresas de Producción Social: Nuevas Oportunidades para el desarrollo. Colección Temas
de Hoy. Abril 2006. Ministerio de Comunicación e Información. Caracas, Venezuela.
5 ALVAREZ Víctor y RODRIGUEZ Davgla. Guía Teórico Práctica para la creación de Empresas de
Producción Social. Editorial Horizonte. 4ta Edición. Mayo 2008. Caracas-Venezuela.
1 Garofoli, G. (1995). Desarrollo económico, organización de la producción y territorio.
Desarrollo económico local en Europa, 113123.
2 Capó-Vicedo, J., Expósito-Langa, M., & Masiá-Buades, E. (2007). La importancia de los
clusters para la competitividad de las PYME en una economía global. EURE
(Santiago), 33(98), 119-133.