las comunidades eclesiales en las diócesis

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    SEMINARIO DIOCESANO DE SALTILLO

    INSTITUTO DE TEOLOGA

    COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE PARA LA DICESIS DE SALTILLO: UNA PROPUESTA

    DE IGLESIA PARA LOS ALEJADOS DESDE EL DISCURSO ECLESIAL LATINOAMERICANO

    TESIS

    QUE PARA OBTENER EL TTULO DE LICENCIADO EN TEOLOGARECONOCIMIENTO OFICIAL DE LA SEP

    REVOE 0528112241, 20/06/11

    PRESENTA:

    TOMAS GUILLERMO RAMOS PRE!

    ASESOR: PBRO" LIC" #OSU MARCOS GARCA AGUSTINCE

    SALTILLO COA$UILA ABRIL DE 2015

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    Dedicatoria

    Con dedicatoria especial a mi Padre Dios, a quien he descubierto siempre paciente con

    mis desventuras. Gracias por poner en mi camino a aquellos que le han dedicado tanto a este

    proyecto inacabado, de manera especial a mis padres, sabios consejeros en las decisiones

    simples de la vida, pero que son a la vez las importantes; gracias a mis hermanas, junto a

    quienes construimos un hogar y a mis amigos, colaboradores de todos mis proyectos.

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    ndice

    ABREVIATURAS ............................................................................................................. 6INTRODUCCIN ........................................................................................................... 7CAPTULO I: ................................................................................................................... 14HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS EN LA IGLESIA 141. Caractr!"ac!#$ % &a' (r!)ra' c*)+$!%a%' cr!'t!a$a' ................................... 16

    1.1. La c*)+$!%a% $ &*' Hc,*' % &*' A(#'t*&'..................................... 161.-. E(r!$c!a E+car/'t!ca % &a' (r!)ra' c*)+$!%a%' cr!'t!a$a'. ...... --

    -. L*' (r!)r*' Pa%r' 0 &a (r!$c!a E+car/'t!ca ............................................... -7-.1. Sa$ I$ac!* % A$t!*2+/a ........................................................................... -7-.-. Sa$ 3+'t!$* 0 &a E+car!'t/a .......................................................................... -

    5. C*$c&+'!*$' ............................................................................................................. 5CAPTULO II: .................................................................................................................. 55EL DISCURSO DE LAS COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE EN EL MAGISTERIODE LA IGLESIA ............................................................................................................. 551. Ma!'tr!* P*$t!!c!* ................................................................................................ 54

    1.1. E8a$&!! N+$t!a$%! .................................................................................... 54-. Ma!'tr!* Lat!$*a)r!ca$* ................................................................................... 5

    -.1 D*c+)$t* % P+9&a .................................................................................... 5-.- Sa$t* D*)!$* ................................................................................................ 4--.5 A(arc!%a .......................................................................................................... 46

    5. C*$c&+'!*$' ............................................................................................................. 4Ca(/t+&* 5: .......................................................................................................................... ;1D!'

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    INTRODUCCIN 5

    ;. C*$c&+'!*$' ............................................................................................................. 66CONCLUSIONES .......................................................................................................... 6BIBLIOGRA?A ............................................................................................................. 7-

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    ABREVIATURAS

    CEBS= Comunidades Eclesiales de Base

    CELAM = Conferencia del Episcopado Latinoamericano.

    ChL= Christi Fideles Laici

    DA = Documento de Aparecida

    DCE = Deus Caritas est

    DIM = Divinum illud munus

    DP = Documento de Puebla Puebla

    DoV = Dominum et Vivificantem

    EAm = Ecclesia in America

    EE = Ecclesia de Eucharistia

    EG = Evangelii Gaudium

    EN = Evangelii Nuntiandi

    ES = Ecclesiam suamLG = Lumen Gentium

    MCC = Mystici Corporis Christi

    NMI = Novo Millennio Ineunte,

    RH = Redemptor Hominis

    RMi = Redemptoris Missio

    SCa = Sacramentum Caritatis

    SD = Documento Santo Domingo.

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    INTRODUCCIN

    La sntesis de la fe en Cristo Jess se encuentra en el sacrificio de la Pascua. En las

    celebraciones litrgicas de la denominada Semana Santa se expresa de forma kerigmtica el

    anuncio de la fe cristiana: el acontecimiento salvfico de la pasin, muerte y Resurreccin de

    Jess. Es precisamente el momento Pascual, el instante del cual nace la Iglesia. A partir de

    all, la Iglesia comparte con Cristo la misin de anunciar el Evangelio a todas las naciones

    (Cfr. Mt 28, 19). De alguna forma, se puede decir, que la Iglesia no ha de descansar hasta

    que vea su misin cumplida. Es decir, llevar a todos los pueblos el mensaje del Evangelio, a

    fin de que Jess sea proclamado rey del Universo, y todas las cosas alcancen la plenitud de

    la era mesinica.

    Si bien es cierto que en Abraham Dios se forma un pueblo, y desde aquel mismo instante,

    l es su Dios, (Cfr. Gn 12, 1ss), tambin es cierto que el pueblo de Dios no alcanza su plenitud

    hasta la alianza definitiva que es firmada en el cordero inmolado para el perdn de los

    pecados. Esta es entonces la esencia de la Iglesia, conformar el nuevo pueblo de Dios en la

    Sangre de Jesucristo. Tal como lo indica el Documento de Aparecida (de aqu en adelante

    DA), el sacrificio voluntario de Cristo, cordero de Dios puesto en las manos del Padre, se

    convierte en sacrificio de salvacin para todos los hombres, sellando as una nueva alianza ygenerando as un nuevo pueblo, fundamentado en el amor gratuito del Padre, ofrecido como

    don celeste que salva a la humanidad1.

    Por lo tanto, la Iglesia tiene la difcil misin de dar respuesta a la exigencia de ser sal y

    luz en el mundo (Cfr. Mt 5,13-16), creando el Reino de paz y de justicia tan anhelado por

    11 DA 143.

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    INTRODUCCIN 8

    toda la humanidad. Para ser fiel testigo del amor del maestro y de su legado en el mundo la

    Iglesia se ha planteado diversos prototipos, incluyendo el modelo de las comunidades

    primitivas, que ha sido paradigma del Magisterio, inclusive el Latinoamericano:

    Encontramos el modelo paradigmtico de esta renovacin comunitaria en las primitivas comunidadescristianas (cf. Hch 2, 42- 47), que supieron ir buscando nuevas formas para evangelizar de acuerdo conlas culturas y las circunstancias. Asimismo, nos motiva la eclesiologa de comunin del ConcilioVaticano II, el camino sinodal en el postconcilio y las anteriores Conferencias Generales del EpiscopadoLatinoamericano y de El Caribe. No olvidamos que, como nos asegura Jess, donde estn dos o tresreunidos en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos (Mt 18, 20)2.

    La actualidad presenta grandes retos para las comunidades parroquiales, se enfrentan en

    primer lugar al imperialismo del relativismo religioso, en donde el cristianismo es tan slo

    una opcin entre tantas; un atesmo prctico, en donde Dios no es parte del proyecto delhombre, prefiriendo ignorarle antes de seguir una norma moral; y por supuesto, la opcin

    del individualismo en todas sus dimensiones, que asla al hombre y le hace ocuparse

    solamente de sus propios proyectos. Ante cada uno de los retos de la actualidad que pone en

    duda el dogma de la Iglesia y su opcin como medio para llevar a la sociedad a su verdadero

    desarrollo, es necesario ampliar el panorama de la pastoral y ofrecer los medios que

    garanticen el trabajo de la evangelizacin bajo los parmetros de la poca actual. Es por eso

    que el DAvuelve la mirada al paradigma de las comunidades primitivas, sealando que su

    originalidad radica en saber que ellas fueron una respuesta creativa para la cultura de la poca.

    De igual forma, las comunidades actuales deben encontrar los propios medios que permitan

    seguir trasmitiendo el Evangelio de manera eficaz y con la consciencia de que se transmite

    la experiencia del encuentro con el resucitado y no un conocimiento meramente doctrinal3.

    Todo esfuerzo pastoral tiene que redundar en la consecucin de la ansiada comunin del

    pueblo de Dios, en la conformacin de la Iglesia Universal como un nico cuerpo de Cristo.

    El Magisterio de la Iglesia motiva a sus miembros para conseguir la meta de la Iglesia. La

    mirada hacia el pasado tendr que ser una fuente de motivacin para revalorar aquelloselementos que le permitieron crecer a la Iglesia y que el da de hoy, por diversos factores han

    sido olvidados. Toda mirada al pasado sirve para contemplar las races de lo que hoy es la

    Iglesia, pero tambin una oportunidad para mantener vivos todos los elementos que sostienen

    la vida cristiana; es por tanto una mirada que contempla con esperanza la instauracin de una

    2DA 369.

    3EG 47.

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    INTRODUCCIN 9

    verdadera comunidad cristiana, incluyente en sus orgenes, permitiendo a todo hombre y

    mujer hacerse responsable de su historia, como parte del pueblo de Dios caminando hacia la

    morada celeste.

    El modelo presentado por Lucas en el libro de losHechos de los Apstoles, aparentemente

    ideal, ha servido para presentar las caractersticas aoradas por toda comunidad cristiana.Es

    por eso que tanto el Magisterio pontificio del ltimo siglo, como las Conferencias

    Episcopales Latinoamericanas, relatan el surgimiento de pequeas comunidades para la vida

    de la Iglesia y que vienen a solidificarse como clulas de lo que es el cuerpo de Cristo. Estas

    comunidades son conocidas con el nombre de Comunidades Eclesiales de Base (de aqu en

    adelante CEBS). Erigidas sobre los diversos modelos lucanos, son un reflejo y testimonio dela respuesta actual de la Iglesia que quiere llevar a cabo el mandamiento dejado por Jess a

    sus discpulos: mense los unos a los otros (Jn 13, 34).

    Con las problemticas que enfrenta la Iglesia y un mundo cada vez ms secularizado, es

    necesario tener claro un proyecto de pastoral que permita a las parroquias evangelizar a los

    ms alejados y entrar en comunin con los que no han tenido la experiencia de Cristo, un

    modelo que en principio pueda establecer un canal de dilogo con la perspectiva clara de la

    comunin de todos los hombres. Para tales fines, el modelo de las CEBS ofrece alternativas

    interesantes. En principio de cuentas es un modelo que permite experimentar el encuentro

    con el hermano en los lugares ordinarios, la casa, la calle, la oficina, lo que hace que la Iglesia

    se le encuentre en la vida ordinaria. En segundo trmino brinda la oportunidad de crear signos

    de fraternidad con todos aquellos que forman parte de la misma sociedad. Pero, sobre todo,

    son la clara opcin de entrar en un dilogo con la cultura actual y mostrar al mundo que la

    Iglesia no est fuera de la realidad, sino que est en ella para impregnarla del amor de Dios.

    Esta tesis por tanto, pretende ofrecer a la Dicesis de Saltillo una visin general de lo que

    son las CEBS, las caractersticas que deben tener en la sociedad contempornea, y laestructura a travs de la cual podran ser incluidas en un programa de renovacin pastoral.

    En sintona con el Plan Diocesano de Pastoral que promueve la dignidad de las personas, con

    el convencimiento de acudir y evangelizar a los ms alejados, el proyecto de las CEBS es tan

    slo un paso ms en un sistema orgnico de pastoral. En una Iglesia que experimenta la

    dignidad de los Hijos de Dios, no puede sino buscar consolidar proyectos de vida

    comunitaria. Ante la constatacin de que en la Iglesia sigue involucrando de manera vital a

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    INTRODUCCIN 10

    un nmero reducido de agentes, es necesario consolidar un proyecto que no se limite a incluir

    a los que ya participan de la vida eclesial, sino que sea solidario con los excluidos, y con

    aquellos que engrosan las cifras de la cultura del descarte. El proyecto de las CEBS para la

    Dicesis de Saltillo es por tanto una propuesta que busca llegar a los ms alejados, y tiene su

    origen en el discurso Eclesial latinoamericano.

    Este trabajo tiene sus antecedentes en las aplicaciones pastorales de Dicesis

    latinoamericanas, que han visto en las CEBS una oportunidad para transmitir el Evangelio.

    Pero sobre todo, el antecedente es el trabajo universitario que pretende analizar la forma en

    que estas comunidades han tenido un influjo en la sociedad. Dichos proyectos de

    investigacin han visto como las CEBS irrumpieron en la Eclesiologa del Catolicismo,impactando preferentemente las Dicesis de Amrica del Sur, sobre todo en las comunidades

    de Brasil y Argentina, Per, Ecuador, Bolivia4.

    Entre estos estudios se encuentra el realizado en las Dicesis de Nicaragua5, determinando

    la posibilidad de instaurar las comunidades de base en medio de un contexto post -

    revolucionario como el Sandinista. En este sentido, las orientaciones magisteriales pretenden

    guiar a las comunidades para que los movimientos permanezcan en el orden eclesial y no se

    conviertan en grupos polticos con otras intenciones diferentes a la evangelizacin y el

    ejercicio de la caridad. En un ambiente revolucionario, la instauracin de las Ceb's se

    convirti en un proyecto difcil de afrontar. Hay otro tipo de antecedentes que abordan un

    aspecto especfico de las CEBS, como es el caso de los agentes pastorales encargados de

    promover la comunidad. Uno de estos proyectos, originado en Bolivia, pretenda describir

    las caractersticas necesarias para el pastor que asumiera la direccin de las comunidades

    eclesiales dentro de una parroquia boliviana. Aunque se limita a un solo aspecto de las

    comunidades, es interesante ver como el pastor no es sino una respuesta a las cualidades

    propias de las CEBS6.

    4Cfr. Sara del Pilar GUERREROMARCHN, La espiritualidad del Buen Pastor para las comunidadesEclesiales de Base en la Parroquia Santo Cura de Ars, en Universidad Politcnica Salesiana- Ecuador,Repostorio Digiital, (18.11.2014) http://dspace.ups.edu.ec/handle/123456789/2337.

    5 Cfr. Ignacio Dueas GARCA DE POLAVIEJA, La Iglesia en Nicaragua entre el Sandismo y elNeoliberalismo a travs de la oralidad: desafos y resistencias, en Entelequia, Revista interdisciplinar,(18.11.2014) http://www.eumed.net/entelequia/en.lob.php?a=b015.

    6Cfr. Sara del Pilar GUERREROMARCHN,op. cit.

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    INTRODUCCIN 11

    Los antecedentes sealados son importantes porque dan la pauta para contar con los

    documentos a los que se debe acudir para caracterizar a las comunidades primitivas y como

    estas deben estar en la raz de cualquier proyecto pastoral que intente promover la activacin

    de la sociedad. Adems, estos trabajos ofrecen una valiosa sntesis magisterial de lo que son

    las CEBS, siendo la labor de la presente tesis profundizar en su conocimiento y en su

    descripcin. Todos los antecedentes adems, presentan como viable el proyecto de las

    comunidades de base, para una comunidad latinoamericana, , por lo que es un signo

    importante para intentar plasmar este proyecto en la Dicesis de Saltillo, pero sobre todo,

    trazar los lineamientos que le permitan a esta iniciativa conservar su eclesialidad.

    Quedan algunas reas de oportunidad en donde profundizar, lo que dar a la presentedisertacin su propia originalidad. Aunque el discurso Magisterial ha insistido en diversos

    momentos en la ntima relacin que existe entre Iglesia y Eucarista, el presente proyecto

    quiere poner de relieve el vnculo de las CEBS con el sacramento. Estas comunidades deben

    convertirse en la unidad ms pequea de fraternidad, desde la cual se puede experimentar la

    unidad de toda la Iglesia y por su puesto el sentido de pertenencia al Pueblo de Dios y a su

    cuerpo mstico. No hay actividad pastoral que no tenga su origen en la Eucarista y no existe

    actividad pastoral que no tienda a ella: La fe de la Iglesia es esencialmente fe Eucarstica y

    se alimenta de modo particular en la mesa de la Eucarista7. En esta expresin el papa

    Benedicto ha querido manifestar como en el centro de la profesin de fe cristiana se encuentra

    la Eucarista. Es este momento sacramental en donde la Iglesia descubre la presencia real de

    Cristo en medio de la comunidad, y es esta presencia la que llena de alegra el corazn de los

    discpulos. Es precisamente el pasaje de Emas (Cfr. Lc 24, 13-35), donde la relacin entre

    fe y Eucarista queda de manifiesto. Con la fraccin del pan, los ojos de los discpulos

    pueden experimentar la presencia del Resucitado y es en ese momento en donde se tiene una

    experiencia de Iglesia. Pero adems, este momento Eucarstico va a alimentar y sostener todaactividad ejercida por la Iglesia. Si el pueblo vive de la Eucarista, insistir Benedicto XIV,

    su participacin en la misin de Cristo ser ms consciente y eficaz. De hecho, la eficacia de

    la presencia salvfica de Jess en la Eucarista, es motivo de alegra y esperanza para todos

    los creyentes:

    7SCa 6

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    INTRODUCCIN 12

    sta experimenta con alegra cmo se realiza continuamente, en mltiples formas, la promesa del Seor:He aqu que yo estoy con vosotros todos los das hasta el fin del mundo (Mt 28, 20); en la sagradaEucarista, por la transformacin del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Seor, se alegra de

    esta presencia con una intensidad nica. Desde que, en Pentecosts, la Iglesia, Pueblo de la NuevaAlianza, ha empezado su peregrinacin hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado susdas, llenndolos de confiada esperanza8.

    La Iglesia, ms que una institucin humana, es el Pueblo de Dios nacido de la sangre de

    Cristo y pactando as una alianza definitiva. Es esta conviccin lo que mantiene las

    esperanzas del pueblo desde sus mismos inicios. Es por eso que en la presente tesis se sostiene

    la importancia de destacar eta relacin entre las CEBS y la Eucarista como vnculo con la

    accin pastoral de la Parroquia, pero sobretodo como signo de la pertenencia al cuerpo

    universal de la Iglesia. Sin la participacin Eucarstica las comunidades corren el riesgo de

    ser desprovista de su eclesialidad; la vinculacin eucarstica es la que permitir considerar

    como viable el proyecto de las CEBS dentro de la realidad diocesana de Saltillo. Con la

    conciencia de que cada bautizado conforma el cuerpo de Cristo y participa de igual forma en

    la vida eucarstica, se crea una visin eclesial distinta, que tiene que repercutir en la prctica

    pastoral concreta, no slo porque todo atentado contra la integridad de un miembro de la

    Iglesia es atentar contra el cuerpo mstico, sino porque toda omisin en el ejercicio de la

    caridad es permitir el dolor, sufrimiento y aislamiento de alguien que es amado por Diosmismo.

    Se propone entonces asumir en conciencia que toda comunidad eclesial es una

    comunidad Eucarstica, que vive los valores de las comunidades presentadas en el libro de

    los Hechos de los Apstoles. Para llegar al punto de reconocer las comunidades

    Eucarsticas y su caracterizacin, es necesario en primer lugar realizar un recorrido

    histrico, iniciando en las comunidades primitivas, para seguir luego con la descripcin de

    las CEBS a travs de la profundizacin de los textos magisteriales que abordan el tema,

    haciendo hincapi en el magisterio latinoamericano, y por ltimo, se concluir con la

    conformacin de un proyecto diocesano en donde las comunidades eclesiales sean

    presentadas como comunidades Eucarsticas, sealando los medios a travs de los cuales

    se puede llegar a crear comunidades slidas en medio de la sociedad.

    8EE 1.

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    INTRODUCCIN 13

    La va de acceso a las CEBS ser la misma Tradicin de la Iglesia. Se pretende realizar

    una lectura crtica que manifieste de manera contundente la relacin que existe entre Iglesia

    y Eucarista. Desde luego, la solo lectura de los textos no arrojar resultados conclusivos, ni

    siquiera parciales, sino que requiere una elaboracin terico prctica, a partir del anlisis

    de los contenidos y la sntesis oportuna que elabore un esquema de las caractersticas

    necesarias para crear Ceb's que respondan a las necesidades particulares de la Iglesia

    Diocesana.

    Si como en diversas ocasiones ha declarado la Iglesia: La sagrada Eucarista, en efecto,

    contiene todo el bien espiritual de la Iglesia9, es necesario acudir incesantemente a este bien.

    Un proyecto de CEBS no puede dejar a un lado este misterio, sobre todo cuando se pretendeser incluyente. Es cierto, las comunidades pretenden aliviar todos los males de la sociedad,

    creando grupos ms justos que respondan al llamado del maestro. Pero la tarea nunca estar

    completa si se les niega a los excluidos el acceso al bien espiritual por excelencia, privar al

    hombre de la Eucarista es privarle de la gracia ms excelente y sobre este aspecto insiste el

    Papa Francisco: la peor discriminacin que sufren los pobres es la falta de atencin

    espiritual la opcin preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en atencin

    religiosa privilegiada y prioritaria10. Es por este motivo que las comunidades Eucarsticas

    son hoy un bien tan querido por la Iglesia. La posibilidad de una parroquia como comunidad

    de comunidades que viven de la Eucarista y de la experiencia de la caridad es un sueo al

    que conviene aspirar.

    9EE 1.

    10EG 200.

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    CAPTULO I:

    HISTORIA DE LAS COMUNIDADES

    EUCARSTICAS EN LA IGLESIA

    Las CEBS, como respuesta a la singularidad del tiempo presente, tienen que estar ancladas

    en el acontecer histrico, es decir, encontrar un modelo de comunidad cristiana original y apartir de all trazar un programa de acciones concretas que testifiquen la experiencia de Cristo

    resucitado en medio del pueblo de Dios. Por lo tanto, es necesario rastrear el gnesis de estas

    comunidades en los testimonios bblicos del libro de los Hechos de los Apstoles, cuyo

    paradigma principal se encuentra en el acontecimiento de Emas (Cfr. Lc 24,13-35), all se

    descubren las cualidades propuestas desde el inicio del cristianismo, y se hace presente el

    signo de la fraccin del pan como parte central de la vida en comunidad. Los elementos

    del pasaje de Emas son: la explicacin de las Escrituras, hecho que revela a Jess como el

    Mesas; la proclamacin de Jess como el Cristo, que se convierte en una profesin de fe; la

    reunin en torno a la mesa y la fraccin del pan que esclarece la vista a los discpulos y a

    travs de su fe permite el surgimiento de la Iglesia. Este momento viene a reproducir la

    importancia del tema de la comensalidad y la hospitalidad en el camino discipular. Ambos

    elementos son necesarios si se quiere ser verdadero discpulo. El signo eucarstico, en

    continuidad con la voluntad del maestro, hace que lo que permaneca en tinieblas se ilumine.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 15

    Las CEBS deben ser entendidas como comunidades tanto eclesiales como Eucarsticas,

    pero aunque el concepto surge de la reflexin magisterial del ltimo siglo, estas comunidades

    son el testimonio de los primeros brotes de Iglesia en donde la Eucarista jugaba un papel

    central. La vida Eucarstica es una expresin no slo de la liturgia de la Iglesia durante dos

    mil aos, sino el signo ms claro de la permanencia de Cristo en medio de sus discpulos.

    En principio, el trabajo realizado en este primer captulo es en s mismo histrico, porque

    pretende recoger los testimonios de las comunidades apostlicas y el rastro de los primeros

    siglos de la Iglesia. Pero adems el ejercicio es hermenutico, porque a partir de los textos se

    describirn las caractersticas de las comunidades primitivas y como stas pueden ser modelo

    de la Iglesia en la poca contempornea. En el centro de estas caractersticas se encuentranlos testimonios de la fraccin del pancomo elemento primordial que permite la unidad de

    los cristianos. De la vida solidaria a la consolidacin de una liturgia, la Eucarista le da unidad

    y sentido a los trabajos pastorales y de evangelizacin. En la medida que crece y se desarrolla

    el cuerpo mstico de Cristo por medio de la accin de sus miembros, al mismo tiempo la

    accin del cuerpo real de Cristo transforma la intimidad de los miembros de la Iglesia.

    Por qu insistir ahora sobre volver al concepto de las comunidades Eucarsticas cuando

    estas pertenecen a la gnesis de la Iglesia? Precisamente porque esto es lo que le permitir a

    la Iglesia ser ella misma. Es posible afirmar que la Iglesia nace en la accin de gracias de

    quienes se renen en torno a la mesa, ya que es en este momento en donde se produce el acto

    de fe en Cristo Jess. Si Cristo no hubiera resucitado, vana sera nuestra fe (Cfr. 1 Cor 15,14)

    la comunidad recibe como don de Dios el cuerpo resucitado de Cristo, y la misma comunidad

    es la encargada de compartir este cuerpo con todos los hombres. La Eucarista es la Iglesia y

    la Iglesia es la Eucarista.

    La vida cristiana misma se produce, como seala el Papa Francisco siguiendo las palabras

    de su predecesor, no a travs de un acontecimiento, sino con el encuentro con una Persona,que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientacin decisiva.11Pues bien, no

    puede haber otro lugar ms grande donde se produzca dicho encuentro que la Eucarista, que

    contiene en s misma la presencia real de Cristo. La Eucarista es por tanto fundamental para

    el surgimiento de cualquier comunidad y, desde luego, de las CEBS. Slo cuando el cristiano

    11EG 7.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 16

    asimila que en la Eucarista existe realmente el cuerpo de Cristo, puede reconocer que en la

    Iglesia no hay lugar para la exclusin, quien excluye incluso al ms pequeo deja fuera de la

    comunin al mismo Cristo, excluyndose a s mismo en el Reino (Cfr. Mt 25,31-46).

    El proceso dentro de este primer captulo ser en primer lugar el recorrido histrico de las

    comunidades Eucarsticas, pasando por el modelo de la comunidad de los Hechos de los

    Apstoles, la comunidad de Corinto y los testimonios que transmite laDidajo enseanza de

    los Apstoles. Por ltimo, se pondr un especial inters en la accin del Espritu Santo para

    guiar y conservar su Iglesia.

    1.

    Caracterizacin de las primeras comunidadescristianas

    Cuatro son los testimonios que se analizarn en este primer apartado. En primer lugar, una

    recopilacin de los datos ofrecidos por el primer relato de la Iglesia en el libro de losHechos

    de los Apstoles. En segundo lugar la reconstruccin de la relacin entre Eucarista y

    comunidades primitivas, a partir de las dificultades que enfrent la comunidad de Corinto

    para poder realizar dignamente la Eucarista,. En un tercer momento se recoge el testimonio

    de laDidajy la realizacin de la fraccin del pan dentro de la celebracin y por ltimo eltestimonio de Ignacio de Antioqua y San Justino sobre la importancia de la Eucarista en la

    conformacin de la Iglesia.

    1.1. La comunidad en los Hechos de los Apstoles

    La Eucarista es causa original de la Iglesia, as lo testimonia la encclica Eclessia de

    Eucharistia (de aqu en adelante EE) manifestando la importancia de la comunidad apostlica

    para la instauracin de la naciente Iglesia: Anlogamente a la alianza del Sina, sellada con

    el sacrificio y la aspersin con la sangre los gestos y las palabras de Jess en la ltima Cena

    fundaron la nueva comunidad mesinica, el Pueblo de la nueva Alianza 12 . Tras la

    resurreccin, los apstoles asumen la misin de Cristo porque han puesto su confianza en la

    fuerza que emana de su presencia sacramental: Desde aquel momento, y hasta al final de

    12EE 21.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 17

    los siglos, la Iglesia se edifica a travs de la comunin sacramental con el Hijo de Dios

    inmolado por nosotros: Haced esto en recuerdo mo... Cuantas veces la bebiereis, hacedlo

    en recuerdo mo (1 Cor 11, 24-25; cfr. Lc22, 19)13.

    Con esta consciencia sacramental se conforma tambin la Iglesia en el libro de los Hechos

    de los Apstoles. El origen de esta comunidad es el bautismo en el nombre de Jess, con el

    que se pretende diferenciar al bautismo cristiano de otros ritos bautismales entonces

    existentes entre los judos, incluido el bautismo administrado por Juan Bautista y sus

    discpulos. El bautismo de Jess reposa sobre la fe en Jess como nico Salvador, aunque la

    frmula de administracin fuera trinitaria14.

    Aunque todo el libro de los Hechos de los Apstoles contiene relatos de la experienciacomunitaria, las referencias ms especficas son los sumarios que describen las caractersticas

    de la Iglesia naciente. Los sumarios mayores se encuentran en el captulo dos, cuatro y cinco

    respectivamente, siendo el ms conocido el primero de ellos. Los tres sumarios ofrecen una

    visin idlica del desarrollo de la Iglesia en su etapa inicial; existen ciertas probabilidades de

    que fueran estructurados con materiales de diversas procedencias 15 . Los sumarios son

    utilizados por Lucas para llenar los huecos entre episodios independientes, con ellos se

    generalizan los incidentes y circunstancias de los episodios narrados, para presentarlos como

    rasgos habituales y tpicos de la primera comunidad. No son meros recursos para tapar los

    agujeros sino que son parte de la estrategia del autor; a travs de ellos se idealiza el ministerio

    de los Apstoles y se confirma que el movimiento cristiano va creciendo segn la voluntad

    de Dios16.Esta primera comunidad est caracterizada por cuatro notas primordiales: fidelidad

    a la enseanza de los apstoles, fidelidad a la comunin, la fraccin del pan y las oraciones17.

    Es importante sealar como estos cuatro elementos han sido identificados con los

    elementos que fueron conformando el posterior desarrollo de la liturgia cristiana,

    13Jos A. DE SOBRINO,As fue la Iglesia primitiva, archivo digital, p. 17

    14Ibdem.

    15RaymondBROWN-Joseph FITZMYER- Roland MURPHY, Comentario bblico San Jernimo Tomo III.Madrid, Espaa. Editorial Cristiandad, 1972, p. 423.

    16 Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY, Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento. Navarra, Espaa. Editorial Verbo Divino, 2004, p. 207.

    17 Jos A. de Sobrino, op. cit.p. 17.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 18

    especficamente en la celebracin de la misa. La enseanza de los apstoles se le identifica

    con la liturgia de la palabra, mientras que la Koinonapuede equivaler a la colecta de las

    ofrendas durante el ofertorio, la fraccin del pan est representado por la liturgia eucarsticas

    y la oracin se encuentra en cada momento de la celebracin, desde los ritos iniciales hasta

    la oracin despus de la comunin18.

    1.1.1. Fidelidad a la enseanza de los apstolesLa primera nota caracterstica hace referencia a la continuidad que existe entre los

    primeros cristianos y la enseanza transmitida directamente por Cristo a los Apstoles. Estas

    enseanzas fueron recopiladas y conocidas como laDidaj, palabra con la que se designa a

    la catequesis primitiva que constitua el anuncio o kerigma de la nueva fe19.

    El contenido de este anuncio kerygmtico se encuentra en el pasaje del libro de los Hechos

    de los Apstoles (2,22s). El ncleo de estos pasajes es en primer lugar el testimonio de la

    muerte y la resurreccin de Cristo, adems de su exaltacin gloriosa20. Se ofrecen all mismo

    detalles de la misin de Jess: El anuncio por el Bautista, los milagros, las apariciones del

    resucitado y por ltimo alguna perspectiva ms amplia de los acontecimientos que hunden

    races en el pasado y lanzan una mirada hacia el futuro. El posterior desarrollo de los

    Evangelios seguir el esquema de esta predicacin primitiva de orientacin Kerygmtica.En el caso del primer discurso kerygmtico de Pedro (Cfr. Hch 2,22s), el elemento central

    del discurso es la misin. El clmax se encuentra en el llamado al arrepentimiento, a travs

    de la proposicin acusatoria; vosotros lo matasteis (Hch 2,23). La pretensin de esta

    sentencia es crear una anttesis entre la accin criminal y la confirmacin de la divinidad de

    Jess. La declaracin de la culpabilidad juda es un elemento bsico de estos discursos de

    misin, porque testimonian la colisin que se produce entre la accin humana con la divina,

    produciendo una invitacin a la penitencia y al perdn. La funcin de estos pasajes en la obra

    18Cfr. Jos A. DE SOBRINO, op. cit.,p. 18-19.

    19 Cfr.Ibid., 18.

    20 En el comentario de la Biblia de Jerusaln a Hechos de los Apstoles 2,22. Se encuentra unaexplicacin sobre el contenido de la predicacin kerygmtica y pone como modelo los discursos dePedro que tienen como finalidad mostrar a los oyentes a Jess como el Mesas esperado.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 19

    Lucana es hacer notar como la predicacin de los apstoles tuvo un factor decisivo en la

    marcha histrica de la Iglesia21.

    1.1.2. Fidelidad a la comuninVida en comn es la traduccin del trmino griego koinona, este trmino slo aparece

    en este lugar en todos los escritos lucanos, pero es ms comn en la tradicin paulina. El

    trmino pretende expresar el vnculo de responsabilidad recproca entre los creyentes que

    asumen el Evangelio22; Es decir, todo aquel que asuma la enseanza de los apstoles y por

    tanto el anuncio kerigmtico, se vea obligado a asumir sus exigencias, entre las que se

    encontraban las de la vida en comunidad. Conviene sealar que esta comunin es distinta a

    la eucarstica, y su referencia principal es el llamado a la fraternidad entre los creyentes. Esta

    koinona o unin de nimos se manifiesta de mltiples modos, y en concreto por la

    participacin comunitaria de los bienes. El centro de esta comunin es la unidad de todos los

    cristianos en el cuerpo y la sangre de Cristo:

    La koinona como comunidad es un concepto que tambin se encuentra en San Pablo, cuando enseaque los cristianos han sido llamados a la comunin con Cristo y con la Sangre de Cristo (1 Cor 10,16),y con el Espritu Santo (2 Cor 13,13), y tambin a la comunin fraterna con los pobres (Rom 15,25). Yasimismo San Juan, en su primera carta insiste en esta koinona que debe realizarse entre los cristianosy que tambin se extiende al Padre y a su Hijo Jess (1 Jn 1, 3; 6:7)23.

    San Pablo ensea que todos somos llamados a la comunin en Cristo y que esta comuninse produce a travs del Espritu Santo y pone a todo fiel cristiano en relacin con el Padre,

    de esta forma se produce la comunin con toda la Trinidad. La unidad en la trinidad no acepta

    ningn tipo de divisin, por eso la unin a Cristo implica la experiencia de vida comunitaria

    tambin con los que conforman el cuerpo de Cristo, porque no se puede amar a Dios a quien

    no se ve, mientras se vive en divisin con el hermano a quien si se ve (Cfr.1 Jn 4, 20)

    Esta es la forma en que se da la unidad dentro de la Iglesia: alimentados por la accin del

    Espritu Santo, los miembros de las comunidades primitivas ponan todas las cosas en comn,no simplemente por abolir el derecho de la propiedad privada, sino como un medio de velar

    por las necesidades de cada uno de los miembros de la comunidad.

    21 Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY, Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento, op. cit., p. 219.

    22Cfr. Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY,Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento, op. cit.,p. 219.

    23Cfr. Jos A. DE SOBRINOop. cit.,p. 18.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 20

    1.1.3.

    La fraccin del panLa klasis es el trmino griego con el cual se conoce a la fraccin del pan. Desde

    comienzos del siglo II, este es el concepto con el que en el lenguaje eclesistico se designaal banquete eucarstico en el que se parta o se rompa el pan. Parece ser que ya en este

    momento no se trata de una comida ordinaria sino que ya se refiere al Banquete Eucarstico

    instituido por Jess y que constitua desde los comienzos uno de los lazos litrgicos y

    fraternales de la primera comunidad24.

    En este sumario la fraccin del pan tiene resonancias eucarsticas, se trata de la comida

    comunitaria, que como ya se ha sealado, se asemeja a la comida del pasaje de Emas en el

    Evangelio de Lucas. Se puede afirmar que la Eucarista, en la obra lucana, no se separa de la

    comida comn, la primitiva comunidad ideal comparte una misma mesa con los Apstoles;

    de igual forma se celebra estas comidas en las comunidades Paulinas 25 .En el Nuevo

    Comentario Bblico San Jernimose especifica que esta fraccin del pantuvo su origen

    con el ritual judo a travs del cual se iniciaba una comida juda en sus fiestas. Posteriormente

    este gesto fue utilizado en las comidas de la comunidad apostlica para recordar el mandato

    del Seor sobre la conmemoracin de este signo tal y como est contenido en el evangelio

    de Lucas, este parece ser el trmino tcnico con el que Lucas se refiere a la Eucarista 26.

    Hay un signo que parece importante sealar con respecto a las comidas eucarsticas, estas

    celebraciones no pertenecan a las acciones que normalmente la primera comunidad realizaba

    en el Templo. El mismo relato lo aclara: Acudan diariamente al Templo con perseverancia

    y con un mismo espritu, partan el pan en las casas y tomaban el alimento con alegra y

    sencillez de corazn (Hch 2,46). El comentario a la Biblia de Jerusaln aclara que en estas

    comidas se pronunciaba una bendicin antes de partir el pan por parte del que presida, de la

    misma forma que se haca en el rito judo, pero el lenguaje utilizado era el propio del

    cristianismo, como lo atestiguan las cartas paulinas: La copa de bendicin que bendecimos,no es acaso comunin con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, no es comunin con

    24Jos A. DE SOBRINO, op. cit.,p. 18.

    25RaymondBROWN-Joseph FITZMYER- Roland MURPHY, Comentario bblico San Jernimo,Tomo III.op. cit.,p.449.26 Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY, Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento, op. cit., p. 222

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 21

    el cuerpo de Cristo? (1Cor 10,16)27. El hecho de que esta celebracin se produzca en alguna

    de las casas y no en el Templo es muy significativo, porque representa ya un signo propio de

    la comunidad cristiana. Adems, el texto paulino en la carta a los corintios hace referencia

    de que este rito de bendicin sobre el pan y el vino hace de esta comida un signo de la

    presencia de Cristo en la comunidad.

    1.1.4. Las oracionesYa no se trata de las oraciones que realizan los cristianos dentro del templo de Jerusaln,

    como herederos de una piedad juda; la referencia es a aquellas oraciones o himnos y salmos

    que acompaaban la fraccin del pan. Son las oraciones de las reuniones litrgicas

    celebradas en las casas de los cristianos, que comenzaban a ser los primeros templos del

    nuevo culto28.

    Estas oraciones se volvieron tan importantes en la liturgia cristiana, que fueron

    encomendadas a los Apstoles, como lo atestigua la eleccin de los diconos en el captulo

    seis del libro de Hechos, en donde se manifiesta como voluntad apostlica dedicarse a las

    tareas ms importantes como lo eran la oracin y el ministerio de la palabra. Tanto la oracin

    como la catequesis se convirtieron en funciones apostlicas, mientras el servicio de las mesas

    era encomendado a los diconos. Esta centralidad de estas tareas est contenida en laexpresin: No est bien que nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las

    mesas (Hch 6,2).

    Un ejemplo de la oracin realizada por los Apstoles se encuentra en Hch 4,24s cuando

    despus de que Pedro y Juan comparecieron frente al Sanedrn, comentan a los suyos la

    experiencia vivida con los sumos sacerdotes y los ancianos. Una vez terminado el dilogo,

    todos realizan un acto de oracin. En la oracin hay una contemplacin de la obra realizada

    por Jess y la accin del Espritu en su vida, peticin de que la accin de Jess se manifieste

    en ellos, y la realizacin de signos y prodigios para seguir testimoniando la accin

    misericordiosa de Dios. Como se puede contemplar, esta oracin es otro signo ms de la

    unidad vivida en las primeras comunidades cristianas.

    27Biblia de Jerusaln, Comentari Hechos 2,42

    28Jos A. DE SOBRINO, op. cit.,p. 18-19.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 22

    1.2. Experiencia Eucarst ica de las pr imeras comunidades

    crist ianas.

    Si bien el libro de los Hechos de los Apstoles relata el acontecer de las primerascomunidades apostlicas. Esta accin de la Iglesia no se reduce a esta experiencia primigenia,

    sino que el Espritu suscita en el corazn de los cristianos la fidelidad a la misin de Cristo y

    la continuidad de la obra salvfica:

    La divina misin confiada por Cristo a los apstoles ha de durar hasta el fin de los siglos. Por lo cual,los apstoles tuvieron cuidado de establecer sucesores que continuasen despus de su muerte la misina ellos confiada. Y as lo hicieron, transmitiendo a sus cooperadores inmediatos el encargo de acabar yconsolidar la obra por ellos comenzada.29.

    Por lo tanto, en la palabra de Dios como en la Tradicin de la Iglesia se pueden localizar

    distintos testimonios de esta continuidad de la misin de Cristo. Si bien es cierto que los

    apstoles son los primeros testigos del anuncio evanglico, hay una transmisin de esta

    responsabilidad a otros que tambin han de ser llamados apstoles. Es tarea de esta

    investigacin localizar dichos testimonios y sealar su continuidad con la vida de la Iglesia

    hoy.

    Hay que sealar que en estos pasajes est clara la importancia de la Eucarista para

    mantener la unidad a Cristo y sobre todo mantener la unidad con los hermanos. La presencia

    de Cristo en la Eucarista es la afirmacin de que Jess sigue presente en la accin de laIglesia y que a travs de la sucesin apostlica y el testimonio de los fieles, sigue actuando

    permanentemente en la sociedad.

    1.2.1. La comunidad de Corinto y la Eucarist a

    Corinto, durante el primer siglo del cristianismo, contaba con una comunidad pujante de

    judos, aunque no existen muchos datos histricos de su presencia en la ciudad. Adems de

    los judos existen testimonios de otros grupos de carcter religioso, incluyendo rastros de

    templos dedicados tanto al emperador como a diversas deidades griegas y egipcias. Estas

    circunstancias ponen de relieve tanto la diversidad religiosa como la complejidad tnica de

    la ciudad30.

    29LG 56.30 Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY, Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento, op. cit., p. 315.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 23

    Es posible formular una construccin de la comunidad en Corinto a partir de los diversos

    pasajes bblicos que hablan de ella. As, el libro de los Hechos de los Apstoles relata la

    llegada de Pablo a la ciudad y como ste se hospeda en la casa de quila y Priscila, por

    compartir con ellos el oficio de fabricantes de tiendas: Se encontr con un judo llamado

    quila originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia, y con su mujer Priscila (Hch

    18,2a). Estos dos personajes son tambin reconocidos en otra de las cartas de Pablo: Saludad

    a Prisca y quila, colaboradores mos en Cristo Jess (Rm 16,3).

    Con la informacin brindada de estos pasajes se insina una comunidad con un ncleo

    fuerte de judos, pero con igual presencia de paganos. En cuanto a la clase social, se puede

    decir que hay mucha ambigedad31

    , ya que hay personajes ricos, pero de poca importanciasocial, como el caso de Febe, que no tiene una funcin importante por ser mujer; hay entre

    ellos un funcionario de la ciudad que anteriormente fue esclavo, Erasto; un artesano judo,

    quila, con una mujer de rango social superior como Priscila. Dada la variedad de su origen,

    esta comunidad signific para Pablo un nmero variado de problemas, suscitados tambin

    por las diversas visiones del cristianismo presentes en la Iglesia, y la competencia que se dio

    entre sus miembros por el prestigio espiritual.

    Hay diversas controversias que se presentaron dentro de la comunidad, pero la ms

    importante es la suscitada en torno a la Eucarista; dicha controversia tiene fuertes

    repercusiones en el orden social y la convivencia entre los miembros de la Iglesia.

    Hay algunas indicaciones litrgicas que Pablo da a la comunidad, en donde se explica el

    orden que se debe tener en estas asambleas, as como la forma de comportarse en ellas por

    parte de los miembros de la comunidad. Estas indicaciones son argumentos slidos del

    significado que tenan dichos actos para los miembros de la Iglesia y de las repercusiones

    para el orden social de la misma. La razn por la cual Pablo desea aclarar algunos aspectos

    con respecto a la Eucarista es que dentro de la comunidad se haban presentado vicios queperjudicaban la relacin entre los participantes y despertado divisiones, sin lograr el fin de la

    fraccin del pan, que no era otro que el de la unidad entre los que participaban de ella. La

    31Cfr Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY,Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento, op. cit. p.325.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 24

    primera conclusin es en principio evidente: no es posible la eucarista en una comunidad

    en la que sus miembros no se aman32.

    La comida se celebraba en una casa particular, cuyas habitaciones eran demasiado

    pequeas para albergar a la comunidad entera en una sola sala. Segn los estudios, el tamao

    de las habitaciones provoc que, segn una costumbre romana, se dividieran a los huspedes

    clasificndoles de acuerdo a su posicin social. Debido a esta divisin, los considerados de

    clases inferiores reciban slo las sobras de la comida, cada uno coma su propia cena antes

    que el resto. La preocupacin del apstol era por la despreocupacin por que los miembros

    menos favorecidos tambin comieran33. El problema de fondo es que la comida en comn

    llegaba a convertirse en una farsa, ya que el inters por los menos favorecidos no era tal tal,sino que se produca una especie de humillacin por la dependencia y la desatencin

    desdeosa de los ms pobres34.

    La experiencia de Corinto es tan significativa para la Iglesia actual porque refleja la

    centralidad de la Eucarista en los proyectos pastorales. No basta la experiencia litrgica de

    la Eucarstica, cuando el signo litrgico se vaca de significado, la experiencia cristiana

    tambin se hace vaca y la palabra hermano carece de sentido. Pero cuando el acto eucarstico

    recupera su sentido, todo aquel que comparte la mesa eucarstica es un hermano, y sus

    necesidades son evidentemente las necesidades de la comunidad.

    El texto de los Corintio contina con la explicacin de la cena del Seor y la invitacin

    paulina a realizar la celebracin en memoria de Jess (Cfr. 1Cor 11, 23-25). Esta memoria

    slo puede ser entendida en el contexto del versculo 26 en donde Pablo especifica que la

    Eucarista es el acto a travs del cual se anuncia la muerte del Seor35. La memoria de la

    muerte de Jess se realiza en la comida eucarstica, como memoria de la entrega plena de

    Cristo a travs de la cruz. A travs del signo de la fraccin del pan, cada discpulo se

    adhiere en comunin con el cuerpo oferente de Cristo: La copa de bendicin que

    32Ibd.,p.331.

    33Ibdem.

    Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY,Nuevo Comentario Bblico San Jernimo Nuevotestamento, op., cit., p.331.

    35Ibdem.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 25

    bendecimos, no es acaso comunin con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, no es

    comunin con el cuerpo de Cristo? (1Cor 10,16).

    Scott Hahn, telogo y ex pastor evanglico, en el programa El regreso a casa36, aclara

    como la Eucarista se convirti en el pilar de la Iglesia desde el ao 35 d.C. y como la

    devocin litrgica a Jess en la Eucarista fue lo que hizo que san Atanasio enfrentara a Arrio

    para explicar que Cristo es uno con el Padre y por lo tanto no se comete idolatra al adorar a

    Jess en el Santsimo Sacramento. Por lo tanto, estos testimonios de compartir el pan como

    cuerpo de Cristo no significan dicha presencia en un sentido figurado, sino una presencia real

    para los cristianos de las primeras comunidades. Ms an, para entender la doctrina del

    admirable intercambiode Ireneo37

    , en donde Dios se hace hombre para que el hombre puedahacerse Dios, es necesario poner esta doctrina en el contexto de la celebracin litrgica de la

    Eucarista, es all donde verdaderamente ocurre este intercambio, la comunin del cuerpo de

    Cristo significan la participacin de nuestra humanidad en su divinidad.

    El texto de Corinto tiene mucho sentido para toda experiencia comunitaria porque en s

    mismo aclara cuales son los requisitos para formar parte de la Iglesia, adems de mostrar que

    la accin en contra del hermano es una accin que atenta contra el cuerpo de Cristo. La

    cuestin no es de ninguna simpleza porque segn el cristiano se relaciona con su hermano es

    como se relaciona con las especies eucarsticas: o las trata con toda sacralidad o profana el

    cuerpo del Seor. Por una parte se puede afirmar que Jess el Seor est presente en el pan

    eucarstico y tratarle como lo ms sagrado, pero al mismo tiempo se comete el delito de

    ofender al Seor en el hermano que se descarta: No todo el que me diga: Seor, Seor,

    entrar en el Reino de los cielos (Mt 7,21). La adoracin eucarstica se debe traducir en

    amor al hermano. Es por eso que se convierte tan importante el examen de conciencia anterior

    a la eucarista, lo cual permite no formar parte de aquellos que mataron a Jess38.

    En conclusin, el texto de Corintios invita a toda comunidad cristiana a reconsiderar lasrelaciones interpersonales. Se puede afirmar que deben existir entre los miembros de una

    comunidad no slo relaciones fraternas, sino relaciones eucarsticas: Porque uno solo es

    36 Cfr. El regreso a casa, entrevista a Scott Hahn en:https://www.youtube.com/watch?v=oK9x05L5HAE.

    37Juan Luis LORDA,Antropologa Teolgica, EUNSA, Pamplona, 2009, p.385.38Cfr. Raymond BROWN-Joseph FITZMYER-Roland MURPHY,Nuevo Comentario Bblico San JernimoNuevo testamento, op., cit, p.331.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 26

    el pan, aun siendo muchos, un solo cuerpo somos, pues todos participamos del mismo pan

    (1Cor 10,17). Una relacin eucarstica es aquella que hace consciente que todos los cristianos

    forman parte de un mismo cuerpo, por lo cual, para acercarse fielmente a este misterio, lo

    primero es reconsiderar las relaciones ntimas con cada miembro de la comunidad. Slo as

    cada pequea comunidad puede expresar el amor de Cristo en medio de una sociedad que

    necesita mucho ms de esta expresin.

    1.2.2. La Didaj o doctrina de los Doce Apstoles

    El nombre completo de laDidaj, desprendido del ndice del cdigo en que fue hallado,

    es: la instruccin del Seor a los gentiles por medio de los doce Apstoles. El texto

    contiene una definicin de lo que es la vida cristiana conocida como el camino de la vida.

    La intencin del autor de la obra fue dar un breve resumen de la doctrina de Cristo tal como

    la ensearon los apstoles a todos los gentiles, lo cual explicara su ttulo39. LaDidajes un

    compendio de preceptos de moral, de instrucciones sobre la organizacin de las comunidades

    y de ordenanzas relativas a las funciones litrgicas; son un conjunto de normas que ofrecen

    un cuadro del vida cristiana durante el siglo II.

    Entre los aspectos de las comunidades que se pueden ir conociendo, son en primer lugar

    la forma de realizar el bautismo y la importancia de la oracin del Padre Nuestro, que desdeentonces era considerada como la oracin que Jess ense a toda la Iglesia para comunicarse

    con el Padre. En la seccin que corresponde a las oraciones litrgicas, hay un espacio especial

    para las que pertenecen a la Eucarista. El pan eucarstico es un elemento importante para

    ensear la unidad existente entre los miembros de la Iglesia: Como este pan que partimos

    estaba antes disperso sobre los montes y se ha recogido y hecho uno, as tambin la Iglesia

    tuya se recoja desde los extremos del mundo en tu Reino. Sin embargo, nadie coma ni beba

    vuestra Eucarista, sino los que han sido bautizados en el nombre del Seor

    40

    .Este texto en laDidajes presentado como la norma a seguir para eucaristizar. La Iglesia

    es una como el Pan es Uno. Al igual que el pan ha sido recogido de diferentes lugares, la

    Iglesia de Cristo se congrega de diferentes pueblos para formar una nica eucarista y un

    39 Johannes QUASTEN, Patrologa I. Hasta el concilio de Nicea. Madrid, Biblioteca de AutoresCristianos, 1995. p.38.

    40Jos A. DE SOBRINO, op., cit.,p.213.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 27

    nico cuerpo de Cristo. Quien desea participar del pueblo de Dios debe tener esta capacidad

    de comprender que se est uniendo al pan de la Eucarista, no para disolver su individualidad,

    sino para configurarse con Jess y transformar as toda la realidad.

    2.Los primeros Padres y la experiencia EucarsticaEn la historia de la Iglesia catlica son frecuentes los testimonios sobre la interaccin entre

    la Eucarista y el surgimiento de la Iglesia, sobre todo de aquellos que fueron considerados

    padres de la Iglesia. Para la presente investigacin, se presenta el testimonio de dos de los

    padres ms importantes, Ignacio de Antioqua y San Justino, ambos pertenecientes a dos

    grupos distintos, los padres Apostlicos y los Apologistas Griegos.

    Los padres Apostlicos, grupo al cual pertenece San Ignacio, fueron los escritores

    cristianos del siglo I o principios del II, cuyas enseanzas pueden considerarse como eco de

    la predicacin de los Apstoles, a quienes conocieron personalmente o a travs de las

    instrucciones de los discpulos. Se les puede considerar como eslabones entre la poca de la

    revelacin y la de la tradicin y como testigos de mxima importancia para la fe cristiana. En

    cambio, los apologistas Griegos, se dirigen tanto a la Iglesia como al mundo exterior, para

    combatir la actitud agresiva del paganismo se transforma la palabra misionera en

    predominantemente apologtica, lo cual se convierte en la principal caracterstica del siglo

    II.

    Ignacio fue el segundo obispo de Antioqua, fue condenado a las fieras en el reinado de

    Trajano. Los escritos de Ignacio son una luz sobre las condiciones internas de las

    comunidades cristianas primitivas. Justino, por su parte, es considerado el apologista griego

    ms importante del Siglo II. Es de notar que ambas figuras, con una idea clara de la Eucarista

    como participacin de la carne de Cristo, hayan aceptado con tanto arrojo el martirio.

    2.1.

    San Ignacio de Antioqua

    De Ignacio de Antioqua se cuenta con siete cartas que fueron redactadas durante su

    trayecto a Roma para su martirio. Los destinatarios de sus cartas son seis comunidades de

    Asia: la iglesia de feso, Tralla, Esmirna, Filadelfia y Magnesia y al Obispo Policarpo; la

    ltima carta est dirigida a la comunidad de Roma. La doctrina de las cartas constituye una

    de las pruebas ms brillante del desarrollo y madurez que la Iglesia haba alcanzado a finales

    del siglo I.

  • 7/24/2019 Las comunidades eclesiales en las Dicesis

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 28

    Respecto a los incipientes cismas, Ignacio insiste en sus cartas en que la Iglesia se debe

    conservar como una. La estructura eclesial tiene ya un componente vertical y otro horizontal.

    El vertical es su constitucin monrquica, y el horizontal es la caridad que deben practicar

    todos como miembros del mismo cuerpo. Todas estas iglesias se presentan instituidas hasta

    los ltimos confines de la tierra y forman conjuntamente la Iglesia catlica que es un trmino

    que aparece por vez primera usado en la literatura cristiana con el significado de universal.

    La Iglesia catlica se caracteriza por la unidad y se constituye as en asamblea de Dios

    armonizada mediante la fe y la caridad. La Iglesia local contempornea de Ignacio de

    Antioquia est jerrquicamente organizada, y en ella no solamente se menciona a los obispos,

    a muchos de los cuales conoce personalmente Ignacio, sino que tambin se nombra el colegiosacerdotal, presbiterio y los diconos.

    En la carta a Policarpo la Iglesia de feso es alabada porque su venerable colegio

    sacerdotal, digno de Dios, participa en la nica Eucarista, porque es una sola la carne de

    Nuestro Seor Jesucristo y uno es el cliz que nos une en su Sangre. Su conciencia de la

    Eucarista es tal que usa este argumento para combatir la hereja del docetismo41:

    Aprtanse tambin de la Eucarista y de la oracin porque no confiesan que la Eucarista es la carne denuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeci por nuestros pecados, la misma que, por su bondad,

    resucit el Padre. As, pues, los que contradicen al don de Dios, mueren y perecen entre susdisquisiciones42.

    Para los docetas, la divinidad de Cristo no poda coexistir junto a la carne humana, al negar

    esta presencia de Dios en la materia se niega tambin la presencia de Dios en las especies

    eucarsticas. Cristo estara solamente de forma aparente en el pan y el vino. El docetismo ha

    encontrado en la actualidad una forma de expresarse a travs de aquellos que niegan la

    divinidad de Cristo en la Eucarista, cuando se niega que el pan es el cuerpo de Cristo, se

    niega tambin la posibilidad de que cada uno de los cristianos conformen desde el bautizo el

    cuerpo de Dios. De hecho san Ignacio concluye afirmando que la presencia de Jess y sudivinidad se da tanto en la Iglesia como en la Eucarista. Ignacio llama a la Iglesia el lugar

    41El docetismo es la hereja que surge en los primeros siglos de la Iglesia, la cual negaba la naturalezahumana de Cristo y la posibilidad de su padecimiento. El docetismo afirmaba que Cristo era hombreslo en apariencia por lo que cualquier sufrimiento en Jess no era posible. Cfr. Johannes QUASTEN, op.cit, p.74.

    42Johannes QUASTEN, op. cit, p.75.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 29

    del sacrificio, en sintona con el concepto de la Eucarista como sacrificio de Cristo. La

    Eucarista es para Ignacio el alimento a travs del cual se alcanza la vida eterna:

    Poned pues, todo ahnco en usar de una sola Eucarista; porque una sola es la carne de nuestro SeorJesucristo y un solo cliz para unirnos con su sangre; un solo altar, as como no hay ms que un soloobispo, juntamente con el colegio de ancianos y con los diconos, consiervos mos La Eucarista es lacarne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeci por nuestros pecados, la misma que, por subondad, resucitla el Padre43.

    Es muy interesante descubrir como san Ignacio identifica con el pan Eucarstico tanto la

    carne de Cristo crucificado cmo la carne de Cristo resucitado. La carne que recibimos en la

    fraccin del pan se trata del cuerpo de Cristo que es uno, el que muri crucificado y que ha

    sido resucitado por el Padre. En esta declaracin de unidad se seala uno de los principios

    fundamentales de la doctrina cristiana, todos los bautizados estamos llamados a formar un

    solo pan en Cristo. Los cristianos no slo participamos de la carne sufriente de Cristo en la

    cruz, sino que estamos llamados a unirnos a su carne glorificada. La bsqueda de la unidad

    es por tanto una de las necesidades urgentes de quien se compromete con el proyecto del

    Reino.

    2.2. San Justino y la Eucarista

    En laApologaIde san Justino se describe dos veces la liturgia eucarstica. La liturgia

    dominical se iniciaba con una lectura tomada de los evangelios cannicos, seguido de un

    sermn con una aplicacin moral de las lecturas, acto seguido se hacan plegarias por todos

    los cristianos y por el mundo entero, adems de compartir el saludo de la paz. Una vez

    realizados estos ritos se presentaban el pan y el vino, sobre los cuales el presidente realizaba

    las oraciones consecratorias. Los diconos distribuan los dones a los presentes y los llevaban

    a los ausentes. Justino expresa que estos dones dejaban de ser pan y bebida comunes, para

    convertirse en la carne y la sangre de Jess44. Cabe hacer notar, que segn la descripcin de

    Justino, se cuenta en este momento de la Iglesia, una celebracin litrgica muy clara y conmuchas semejanzas a la celebracin actual de la Eucarista, por lo que se puede afirmar que

    la prctica de la misa, a travs de la fraccin del pan, es una prctica que ha estado presente

    desde los mismos orgenes de la Iglesia, slo que lo que ahora contemplamos como un rbol

    43Johannes QUASTEN, op. cit, p.75.

    44Ibid., op. cit., p.214.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 30

    frondoso, en los primeros siglos se trata de los primeros testimonios de prcticas celebrativas

    en las comunidades. Justino aclara en su Apologa cual es el sentido de la Eucarista:

    Y este alimento se llama entre nosotros Eucarista, de la que a nadie es lcito participar, sino al quecree ser verdaderas nuestras enseanzas y se ha lavado en el bao que da la remisin de los pecados y laregeneracin, y vive conforme a lo que Cristo nos ense. Porque no tomamos estas cosas como pancomn ni bebida ordinaria, sino que, a la manera que Jesucristo, nuestro Salvador, hecho carne por virtuddel Verbo de Dios, tuvo carne y sangre por nuestra salvacin, as se nos ha enseado que por virtud dela oracin al Verbo que de Dios procede, el alimento sobre el cual fue dicha la accin de gracias alimento de que, por transformacin, se nutren nuestra sangre y nuestras carnes es la carne y la sangrede aquel mismo Jess encarnado45.

    En la liturgia de Justino queda claro que el pan y vino son ya la sangre y carne de Jess,

    alimento para la conversin de los cristianos. La experiencia eucarstica logra congregar a la

    comunidad, y aunque existan divisiones y conflictos propios de todo grupo, es evidente quehay una consciencia al inicio del cristianismo de colaborar en las necesidades espirituales y

    materiales de cada miembro de su comunidad:

    Los que poseen bienes de fortuna, y quieren, cada uno da lo que bien le parece, y lo que se recoge sedeposita ante el que preside, que es quien se ocupa de repartirlo entre los hurfanos y viudas, los que porenfermedad u otra causa cualquiera pasan necesidad, as como los presos y los que se hallan de pasocomo huspedes. En una palabra, l es quien se encarga de todos los necesitados46

    Pero an el ejercicio de la caridad tiene un orden lgico. Todos los miembros de la Iglesia,

    como partes de un cuerpo, se encargan de nutrir a la parte menos saludable. As que cada uno

    debe poner sus bienes al servicio de la comunidad. Porque los bienes de una parte del cuerpo

    son bienes que le pertenecen a los ms vulnerables del cuerpo del Seor. Pero en esta labor

    de caridad, el que preside la celebracin eucarstica tiene la responsabilidad de repartir los

    bienes y construir de dicha forma un cuerpo saludable.

    3.ConclusionesDurante todo el captulo se han recogido testimonios de lo que signific la experiencia de

    la primera comunidad cristiana. Durante esta realidad fundante, juega un papel importante el

    Espritu Santo entregado a los discpulos (Cfr. Jn 20, 19-23), y la experiencia que stos tenan

    del maestro, y que se volvi en el ncleo del mensaje evanglico. Al momento de querer

    45Johannes QUASTEN, op. cit, p.215.

    46Jos A. DE SOBRINO, op. cit.,p.20-21.

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 31

    tener una experiencia de comunidad, dos eran sus principales objetivos: No apartarse de las

    enseanzas del maestro, y mantenerle presente en medio de la comunidad.

    El signo por excelencia de la presencia de Cristo en medio de la comunidad apostlica

    durante estos primeros aos fue la Eucarista. Mucho se puede argumentar sobre la

    posibilidad de afirmar que ya en aquellos aos exista una absoluta claridad sobre la presencia

    real de Cristo en las especies eucarsticas del pan y del vino, sin embargo, los testimonios de

    las primeras comunidades y los relatos del martirio de algunos de los primeros padres, son

    un signo de que en la Iglesia primitiva si tenan consciencia al menos de que al participar de

    la accin de gracias implicaba participar de la carne de Cristo, comprometindose entonces

    con la comunin de bienes.El estudio de las primeras comunidades revela, la presencia del Dios trinitario en la

    conformacin de la Iglesia. Es el Padre el que convoca al Pueblo, es Cristo el que realiza la

    misin del Padre y es el Espritu Santo el que mantiene la cohesin en un mismo cuerpo. La

    carta a los Hebreos especifica que el Espritu Santo purifica nuestras obras para rendir culto

    a Dios (cfr. Heb 9,14). Lo que permite que en la Eucarista se manifieste la presencia de

    Cristo y se posibilite la experiencia de fe de los discpulos, no es otra cosa que la accin del

    Espritu Santo sobre los fieles. El Espritu es la fuerza inspiradora de la primera comunidad,

    para ofrecer el nico sacrificio agradable al Padre, el sacrificio de su Hijo amado.

    El Magisterio de la Iglesia afirma que el Espritu Santo es capaz de transformar el

    sufrimiento en amor redentor47. El Espritu Santo est comparado con el fuego del cielo que

    en el Antiguo Testamento quemaba los sacrificios. En el momento de la cruz, el Espritu

    Santo est presente para quemar el sacrificio de Cristo. Es en este signo donde nace la Iglesia

    de Cristo, en la donacin completa de su cuerpo para que ahora todos formen parte de l, y

    en la donacin de su Espritu para que todos los sacrificios sean agradables a Dios en memoria

    de este nico sacrificio de Cristo. El acto de la cruz es un acto de amor, y en este acto secelebra la perfecta comunin trinitaria de la cual participan todos los creyentes por medio del

    Espritu que acta en la Iglesia.

    Pues bien, la presencia del Espritu es la que permite que existan testimonios martiriales

    en la Iglesia primitiva, y es esta presencia del Espritu la que ha conducido siempre a la

    47Cfr. DoV 42

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    CAP. 1: HISTORIA DE LAS COMUNIDADES EUCARSTICAS 32

    Iglesia. Las comunidades primitivas han experimentado el martirio a travs de la accin del

    Espritu Santo que llama a todos sus miembros a permanecer en la unidad y seguir fieles a la

    enseanza de los Apstoles, a la palabra de Jess a ellos confiada y al ejercicio de la caridad

    a travs de una experiencia eucarstica. Las diferentes expresiones litrgicas son una

    referencia de la lex orandidel pueblo de Dios, pero al mismo tiempo es una forma de acceder

    a la lex credendi, a lo que la Iglesia confesaba con su testimonio, incluso en una entrega

    martirial, como la de Ignacio o Justino. El martirio de la Iglesia est en ntima relacin con

    sus celebraciones eucarsticas, los mrtires pueden dar su vida en nombre de Cristo porque

    reconocen que Jess se encuentra no slo en apariencia, sino de manera real en el pan y el

    vino, la Iglesia est representada en los discpulos de Emas que en el momento de lafraccin del pan reciben la luz de la fe, para contemplar a Jess que durante el camino ya

    estaba realmente presente, aunque ellos no le reconocan.

    Toda la experiencia eucarstica de las primeras comunidades ayuda a concluir que la

    Iglesia primitiva fue adquiriendo la consciencia de la presencia real de Jess en la Eucarista

    y aprendiendo a enunciarlo en definiciones dogmticas que expresaran con claridad lo que la

    Iglesia crea y celebraba desde el principio. Ya en la Iglesia naciente las comunidades

    particulares, como porcin del pueblo de Dios, celebran la unidad con la Iglesia Universal,

    a travs de la unin al cuerpo de Cristo, uno e indivisible: La variedad de los dones y

    servicios tiene que converger en la unidad del cuerpo de Dios, lo mismo que la variedad de

    Iglesias locales [] est llamada a vivir y a expresarse en su comunin recproca48. As,

    puede decirse que la caracterstica principal de las primeras comunidades es la experiencia

    de la comunin y la bsqueda incesante por unirse ms ntimamente al cuerpo de Cristo a

    travs del amor y la aceptacin de cada uno de sus miembros.

    48Bruno FORTE,Iglesia, cono de la Trinidad. Salamanca, Sgueme, 1997. p.29.

  • 7/24/2019 Las comunidades eclesiales en las Dicesis

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    CAPTULO II:

    EL DISCURSO DE LAS COMUNIDADES ECLESIALES

    DE BASE EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

    Este captulo es una recopilacin de los contenidos doctrinales en el Magisterio Eclesial que

    permite conocer los antecedentes de las CEBS y como estas fueron concebidas desde elprincipio. La visin detallada del Magisterio de la Iglesia permite ubicar la presente

    investigacin dentro de un determinado contexto, al final de cuentas es la visin ad intrade

    la Iglesia, la expresin del mismo pueblo de Dios sobre un aspecto particular de su vida

    comunitaria y desde esta visin presentar los pros y contras a travs de los cuales se pueden

    identificar las caractersticas necesarias para hablar de las verdaderas CEBS y lo que han

    representado para la Iglesia Latinoamericana particularmente.

    El captulo se divide en dos secciones, en la primera de ellas se aborda el Magisterio

    pontificio, concretamente los documentos de Evangelii Nuntiandi(de aqu en adelante EN)

    de Pablo VI, y Redemptoris Missio (de aqu en adelante RMi) de Juan Pablo II. Con los

    aportes de estos dos documentos se analizar lo que han significado las CEBS para la

    evangelizacin contempornea y los riesgos que se suscitan cuando las pequeas

    comunidades se desvinculan de un ncleo visible como puede ser la parroquia; adems se

    profundiza en cul es el sentido de la comunin orgnica y la importancia de las CEBS para

    crear grupos de formacin cristiana e irradiacin misionera. Otro de los aspectos que se

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    CAP. II: LAS CEBS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 34

    consideran desde la perspectiva Magisterial es reconocer en qu medida las CEBS son una

    experiencia tanto de la unidad, pero tambin una oportunidad para experimentar la

    descentralizacin, con una visin de parroquia ms orgnica, donde la Iglesia vive donde

    viven sus miembros. Todo esto permite ver las caractersticas de este modo de

    evangelizacin.

    El segundo apartado se enfoca en los contenidos de las conferencias episcopales,

    comenzando en Puebla(de aqu en adelante DP) y culminando con los datos ofrecidos por

    el DA. La razn de no incluir el Documento de Medellnen la reflexin es dar un espacio

    temporal durante el cual se fueron consolidando las CEBS, hasta el punto en que ya eran

    parte de la vida eclesial en Amrica Latina, y con una reflexin ms profunda en DP. En laactualidad las CEBS se pueden considerar un fruto maduro de la experiencia de la misin y

    la evangelizacin en el continente Americano, y aunque estas comunidades tienen ya un

    camino recorrido, junto a sus antecedentes remotos en las comunidades primitivas;

    pastoralmente hablando las CEBS no pertenecen a un esquema de pastoral tradicional, por lo

    que es necesario reconocerles como vinos nuevos para odres nuevos (Cfr. Mt 9,17) evitando

    el riesgo de derramar su riqueza.

    1.

    Magisterio PontificioEl quehacer de las CEBS no ha pasado desapercibidas para el Magisterio de la Iglesia en

    general. Este movimiento que ha influido de manera especial en las Iglesias

    Latinoamericanas, no ha dejado indiferente a la Iglesia Universal, que se ha manifestado a

    travs de diferentes pronunciamientos de los Papas. Es preciso tener una visin general de

    tales opiniones.

    1.1. Evangel ii Nuntiandi

    Para 1976, ao en que se publica la EN, han pasado ya ocho aos de la Conferencia del

    Episcopado Latinoamericano en Medelln. Por lo tanto, se puede ver que ya hay una

    concepcin muy clara de lo que son las CEBS. Esta exhortacin apostlica tiene la finalidad

    de descubrir la capacidad que tiene la Iglesia de anunciar el Evangelio de forma efectiva

    dentro de la sociedad contempornea. Se pretende descubrir si el Evangelio est llegando al

    mundo y al hombre que hoy por hoy sigue necesitado de salvacin. El esquema de la encclica

    pone en el centro de la misin la vida y el actuar de Cristo. Es Cristo el que ha venido a

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    CAP. II: LAS CEBS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 35

    anunciar el Reino, y la labor de la Iglesia est en funcin de continuar con la obra comenzada

    por Jess, todo est travs de la gua del Espritu Santo.

    Es dentro de este esquema en que la Iglesia se pregunta si puede llevar el Evangelio a

    individuos cada da ms aislados entre s, con las dificultades que significan actualmente

    crear los espacios de comunin. En una sociedad urbana donde es sencillo desenvolverse en

    el anonimato y perder al individuo entre la masa, es necesario crear espacios de vida

    comunitaria, con un esquema distinto al que vena proponiendo la pastoral tradicional, en

    donde la parroquia era el centro y periferia de toda accin pastoral. Dicho de otra forma, el

    ncleo parroquial era el nico sitio para desarrollar la pastoral. La EN supo descubrir en las

    Ceb's un medio para crear lazos comunitarios:En ciertas regiones surgen y se desarrollan, salvo alguna excepcin, en el interior de la Iglesia,permaneciendo solidarias con su vida, alimentadas con sus enseanzas, unidas a sus Pastores. En estoscasos, nacen de la necesidad de vivir todava con ms intensidad la vida de la Iglesia; o del deseo y dela bsqueda de una dimensin ms humana que difcilmente pueden ofrecer las comunidades eclesialesms grandes49.

    En este fragmento se vislumbran las cualidades de la evangelizacin en la Iglesia

    contempornea, que ya no busca las masas en las celebraciones sino que pretende llegar al

    corazn mismo del hombre, a sabiendas de que la Iglesia est donde est el hombre, el

    Evangelio se vive ahora en los hogares y se vuelve a valorar las reuniones comunitarias enlos espacios ntimos de la vecindad, all donde cobraba sentido la fraccin del pan. En estas

    comunidades se vive la enseanza de la Palabra, pero se vive unida a los pastores. En la

    posterior reflexin magisterial se comprender que estas comunidades estn vivas como los

    sarmientos que permanecen unidas a la vid. Mientras las comunidades estn unidas a su

    pastor y a su ncleo parroquial, pueden seguir unidas a la Eucarista. Las CEBS no nacen

    para desvincularse de la Iglesia, sino de la necesidad de vivir ms intensamente su

    experiencia; no para evitar los compromisos y el trabajo pastoral dentro de la parroquia, sino

    para iniciar un camino de responsabilidad con toda la comunidad.

    Pero tambin Pablo VI no quiere dejar a un lado los riesgos de las comunidades que no se

    adhieren a su pastor; cuando esto sucede, las CEBS pierden su sentido eclesial y se convierten

    en instituciones de carcter poltico, cuya finalidad es la crtica a la institucin de la que han

    surgido. El Magisterio, custodiando la experiencia apostlica, ha insistido en tres elementos

    49EN 58.

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    CAP. II: LAS CEBS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 36

    fundamentales para permanecer en comunin con la Iglesia: las Sagradas Escrituras, la vida

    sacramental y la sana doctrina que es mantenida por la Tradicin y el magisterio. Las

    comunidades que no cuidan estos lazos relativizan el Evangelio y viven segn los parmetros

    que se crean desde su seno. Poco a poco etas comunidades rechazan la jerarqua obedeciendo

    a otros intereses partidistas donde encuentran respuestas a sus necesidades temporales50. Se

    concluye entonces que las CEBS deben cuidar que sus miembros antepongan los bienes del

    cielo a los bienes temporales (cfr. Mt 6,19). Cuando no se cuida cualquier proyecto pastoral,

    las comunidades podran correr el riesgo de caer en la tentacin de los discpulos, que an en

    la barca del maestro perdieron el sentido de la evangelizacin. A ellos advierte el maestro:

    Cmo es que no entienden? Si les dije que se cuidaran de la levadura de los fariseos ysaduceos no fue por el pan (Mt 6,11). El riesgo de todo discpulo de Jess es perderse en las

    cosas de esta tierra y olvidar que Jess no slo tiene los medios para satisfacer nuestras

    necesidades temporales, sino que le buscamos para alcanzar de l el pan que da la vida eterna.

    Este modo de organizar la vida parroquial a travs de las pequeas comunidades, coincidi

    con el florecimiento de la Teologa Latinoamericana, por lo tanto, esto signific a su vez una

    promocin de las CEBS como una forma de conformar comunidades solidarias que

    reprodujeran la enseanza de sus pastores e hicieron de la palabra de Dios un elemento

    central, a travs de su meditacin; adems, dichas comunidades permanecieron en comunin

    con la Iglesia Universal, por medio de una experiencia ms viva y rica de los sacramentos y

    la manifestacin de la caridad en su expresin del gape cristiano. Desde este punto de vista

    el xito de las CEBS se encuentra en que supieron vincular a individuos antes aislados,

    conformando grupos homogneos por la edad, la cultura, el estado civil o la situacin social;

    de esta forma, jvenes que encontraban puntos de convergencia en algn aspecto de su vida

    como es el profesional, fueron descubriendo all una motivacin para emprender juntos el

    camino de la fe, y solidificar as proyectos de lucha por la justicia, ayuda fraterna a los pobresy promocin humana51.

    Es importante decir que las CEBS no slo fueron una solucin para una Iglesia

    desarticulada o con una experiencia sacramental fra, en donde cobraba mayor importancia

    el trmite burocrtico que la experiencia de evangelizacin, el proceso de estas comunidades

    50Cfr. EN 58.

    51Ibdem.

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    CAP. II: LAS CEBS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 37

    eclesiales tambin signific el surgimiento de ciertas dificultades an por resolver. La

    primera dificultad en surgir fue asumir la tarea laical hacia afuera como una tarea tambin de

    evangelizacin. An existe una visin que entiende que se es Iglesia cuando se acta hacia

    dentro, a travs de la catequesis, preparacin sacramental, ritos, cultos, etc., mientras que

    toda accin ad extrano es valorada tambin como respuesta de la Iglesia en el mundo de

    hoy. Todava falta concientizacin para que cada laico viva de tal forma su cristianismo que

    comprenda que en cada miembro de la Iglesia se hace visible la accin de todo el cuerpo de

    Cristo; an no se alcanza a comprender cmo en todo momento el comportamiento del laico

    repercute en la visin que el mundo tiene de Cristo, porque sus acciones son en nombre de

    su mismo cuerpo: Ya no soy yo el que vivo, es Cristo el que vive en m (Gal 2,20).Otra de las dificultades por resolver es la desarticulacin que existe entre distintas

    comunidades, dando la apariencia que cada comunidad trabaja por su cuenta, produciendo

    respuestas aisladas que no son asumidas por todo el conjunto. Producto de esta

    desarticulacin han surgido rivalidades con tintes de capillismo, las CEBS no se han visto

    ajenas a este comportamiento, con reacciones de indiferencias hacia proyectos que llaman a

    la unidad. Es necesario que estas pequeas comunidades se preocupen por vincular

    proyectos, siendo ms solidarios con una experiencia de Iglesia ms orgnica.

    Por ltimo, es conveniente poner de relieve algunas de las caractersticas que Pablo VI

    seal como las ms importantes para la consolidacin de las CEBS como un medio

    importante de evangelizacin. En primer lugar, estas comunidades deben alimentarse de la

    palabra de Dios, lo que les permitir alejarse de toda polarizacin poltica o ideolgica. En

    segundo trmino Pablo VI seala la importancia de reconocer un ncleo parroquial para

    trabajar dentro de una realidad orgnica de pastoral, evitando la crtica desmedida a la

    estructura jerrquica, separndose as del verdadero espritu eclesial.

    En tercer lugar se seala que las CEBSson, entre otros, un proyecto ms de evangelizaciny no el custodio del Evangelio, logrando as valorar de forma positiva otras formas de

    evangelizacin y evitando un espritu separatista. Por ltimo, Pablo VI pretende promover

    las CEBS como un proyecto parroquial de misin, que responde, a travs de otros medios, a

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    CAP. II: LAS CEBS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 38

    necesidades especficas de la comunidad, logrando evangelizar donde los mtodos

    tradicionales no han tenido xito52.

    1.2. Redemptoris Missio

    Ahora un documento de Juan Pablo II, la RMi aborda nuevamente la situacin de las

    CEBS y su influencia hacia finales del siglo XX. El fenmeno ya es ampliamente conocido

    y promovido de manera especial por Obispos y Conferencias Episcopales, como una opcin

    prioritaria de la pastoral. En esta ocasin se destaca su importancia para la misin ya que en

    estas comunidades se vive de manera especial la formacin cristiana53. Es importante sealar

    este aspecto, porque este ha sido uno de los principales problemas de la Evangelizacin en

    Amrica Latina que tras un primer acercamiento a la fe, no existe la suficiente profundizacin

    en la misma por parte de los laicos, provocando que el cristianismo no se viva de manera

    eficaz.

    Algunas de las caractersticas importantes de las Ceb's es que conforman relaciones

    familiares entre sus miembros. Las Sagradas Escrituras, se presentan como uno de los

    elementos fundamentales para cualquier proyecto que se quiera implementar. Adems se

    establece la labor catequtica que se desarrolla en el seno de estas comunidades abordando

    problemas tanto humanos como eclesiales. Este ltimo aspecto es de gran relevancia porquedemuestra que la experiencia del Reino se comienza a vivir en la tierra, pero como

    manifestacin del Reino que se alcanza en la vida eterna. El papa Juan Pablo II no ha dudado

    relacionar las CEBS con la fundacin de una nueva sociedad en la que se vive de manera

    especial la civilizacin del Amor. Esta civilizacin descentraliza las tareas parroquiales,

    conformando nuevos espacios de encuentro y creando la oportunidad de llegar a los alejados:

    Estas comunidades descentralizan y articulan la comunidad parroquial a la que pertenecen siempreunidas, se enrazan en ambientes populares y rurales, convirtindose en fermento de vida cristiana, de

    atencin a los ltimos, de compromiso en pos de la transformacin de la sociedad. En ellas cada cristianohace una experiencia comunitaria, gracias a la cual tambin l se siente un elemento activo, estimuladoa ofrecer su colaboracin en las tareas de todos. De este modo, las mismas comunidades son instrumentosde evangelizacin y de primer anuncio as como fuente de nuevos ministerios, a la vez que animadospor la caridad de Cristo, ofrecen tambin una orientacin sobre el modo de superar divisiones,tribalismos y racismos54.

    52Cfr. EN 58.

    53Juan Pablo II, Carta encclicaRedemptor Hominis, 51: AAS 71 (1979)

    54Juan Pablo II, Carta encclicaRedemptor Hominis, 51: AAS 71 (1979)

  • 7/24/2019 Las comunidades eclesiales en las Dicesis

    39/75

    CAP. II: LAS CEBS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 39

    La RMi complementa lo ya dicho por Pablo VI en la EN, por ejemplo, el trabajo realizado

    para descentralizar los trabajos pastorales, de esta manera el laico puede hacer conciencia

    que la Iglesia se encuentra sobre todo en donde vive cada uno de sus miembros y que se

    enriquece de los ambientes populares y rurales donde se encarnan las CEBS. El Evangelio

    ahora es vivido en su expresin ms natural, porque la Palabra de Dios es la Palabra que se

    anuncia, pero tambin la Palabra que se encarna. Esta experiencia comunitaria lleva la

    liberacin a los hogares de los fieles e invita a una profesin de fe ms vivencial. Como frutos

    de esta visin se alcanza un desarrollo ministerial que de otra forma no se podra tener y por

    ltimo se llega a comprender el servicio que se ejerce en la Iglesia, a travs de la colaboracin

    m