las cofradías al serivicio de la evangelización desde la piedad popular

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LAS COFRADÍAS AL SERIVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN DESDE LA PIEDAD POPULAR SEMINARIO 2015 INTRODUCCIÓN Antes de entrar en materia quisiera hacer una precisión sobre el significado de religiosidad popular y el de piedad popular. El Directorio de piedad popular publicado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos define la religiosidad popular como aquella realidad que “se refiere a una experiencia universal: en el corazón de toda persona, como en la cultura de todo pueblo y en sus manifestaciones colectivas, está siempre presente una dimensión religiosa. Todo pueblo, de hecho, tiende a expresar su visión total de la trascendencia y su concepción de la naturaleza, de la sociedad y de la historia, a través de mediaciones cultuales, en una síntesis característica, de gran significado humano y espiritual. La religiosidad popular no tiene relación, necesariamente, con la revelación cristiana”. Mientras que por piedad popular “se designa a las diversas manifestaciones cultuales, de carácter privado o comunitario, que en el ámbito de la fe cristiana se expresan principalmente, no con los modos de la sagrada Liturgia, sino con las formas peculiares derivadas del genio de un pueblo o de una etnia y de su cultura. La piedad popular, considerada justamente como un "verdadero tesoro del pueblo de Dios", "manifiesta una sed de Dios que sólo los sencillos y los pobres pueden conocer; vuelve capaces de generosidad y de sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe; comporta un sentimiento vivo de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante; genera actitudes interiores, raramente observadas en otros lugares, en el mismo grado: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desprendimiento, apretura a los demás, devoción". Hecha esta distinción, se entiende mejor cómo cada una de las Cofradías puede aportar su grano de arena a la evangelización desde la piedad popular. Para poder evangelizar adecuadamente es necesario que los cofrades profundicen en la espiritualidad de la propia devoción y desde esa experiencia de cultual a Cristo, a la Santísima Virgen o a los santos renueven su propia vida cristiana y den testimonio de la fe ante los hombres. Signos de la autenticidad evangelizadora de las Cofradías son, sin duda, las vocaciones al matrimonio cristiano, a la vida consagrada y a la vida sacerdotal que surgen del mundo cofrade asctualmente. Mi intervención tendrá dos partes. En la primera parte haré una reflexión sobre la importancia que concede el Papa Francisco a la piedad popular en la Exhortación Evengelii gaudium y en la segunda parte

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Charla formativa del Obispo auxiliar de Oviedo a los participantes en el Encuentro Anual de Hermandades penitenciales de Asturias.

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LAS COFRADÍAS AL SERIVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN DESDE LA PIEDAD POPULAR

SEMINARIO 2015

INTRODUCCIÓN Antes de entrar en materia quisiera hacer una precisión sobre el

significado de religiosidad popular y el de piedad popular. El Directorio de piedad popular publicado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos define la religiosidad popular como aquella realidad que “se refiere a una experiencia universal: en el corazón de toda persona, como en la cultura de todo pueblo y en sus manifestaciones colectivas, está siempre presente una dimensión religiosa. Todo pueblo, de hecho, tiende a expresar su visión total de la trascendencia y su concepción de la naturaleza, de la sociedad y de la historia, a través de mediaciones cultuales, en una síntesis característica, de gran significado humano y espiritual. La religiosidad popular no tiene relación, necesariamente, con la revelación cristiana”. Mientras que por piedad popular “se designa a las diversas manifestaciones cultuales, de carácter privado o comunitario, que en el ámbito de la fe cristiana se expresan principalmente, no con los modos de la sagrada Liturgia, sino con las formas peculiares derivadas del genio de un pueblo o de una etnia y de su cultura. La piedad popular, considerada justamente como un "verdadero tesoro del pueblo de Dios", "manifiesta una sed de Dios que sólo los sencillos y los pobres pueden conocer; vuelve capaces de generosidad y de sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe; comporta un sentimiento vivo de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante; genera actitudes interiores, raramente observadas en otros lugares, en el mismo grado: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desprendimiento, apretura a los demás, devoción".

Hecha esta distinción, se entiende mejor cómo cada una de las Cofradías puede aportar su grano de arena a la evangelización desde la piedad popular. Para poder evangelizar adecuadamente es necesario que los cofrades profundicen en la espiritualidad de la propia devoción y desde esa experiencia de cultual a Cristo, a la Santísima Virgen o a los santos renueven su propia vida cristiana y den testimonio de la fe ante los hombres. Signos de la autenticidad evangelizadora de las Cofradías son, sin duda, las vocaciones al matrimonio cristiano, a la vida consagrada y a la vida sacerdotal que surgen del mundo cofrade asctualmente.

Mi intervención tendrá dos partes. En la primera parte haré una reflexión sobre la importancia que concede el Papa Francisco a la piedad popular en la Exhortación Evengelii gaudium y en la segunda parte

propondré cómo, a mi juicio, las cofradías, en cuanto asociaciones de fieles pueden y deben evangelizar hoy.

1. LA PIEDAD POPULAR EN EL MAGISTERIO DEL PAPA FRANCAISCO

Los documentos y homilías del Papa Francisco como sucesor de Pedro aún son muy escasos; pero este tema que nos ocupa ha sido mencionado y propuesto varias veces. En la Exhortación Pastoral Evangelii Gaudium dedica varios números a la cuestión de la piedad popular en el marco de la evangelización y de la inculturación de la fe (nº 68, 69, 70, 122-126). A 1

esto debemos añadir también la homilía pronunciada en la Plaza de San Pedro con motivo del Encuentro internacional de Hermandades y Cofradías el 5 de mayo de 2013 en la que habló de la piedad popular insistiendo en la identidad cristiana, la eclesialidad y la misionariedad.

Según los documentos citados ¿Qué elementos definen la piedad popular en el pensamiento del Papa?

a) La piedad popular es fruto de la acción del Espíritu Santo. En el capítulo dedicado a la inculturación de la fe, el santo Padre afirma que “Cuando una comunidad acoge el anuncio de la salvación, el Espíritu Santo fecunda su cultura con la fuerza transformadora del Evangelio… En las manifestaciones cristianas de un pueblo evangelizado, el Espíritu Santo embellece a la Iglesia, mostrándole nuevos aspectos de la Revelación y regalándole un nuevo rostro. En la inculturación, la Iglesia «introduce a los pueblos con sus culturas en su misma comunidad», porque «toda cultura propone valores y formas positivas que pueden enriquecer la manera de anunciar, concebir y vivir el Evangelio» 2

Entre esas manifestaciones de la fe suscitadas por el Espíritu Santo en la acción evangelizadora de la Iglesia se encuentran las manifestaciones de la piedad popular. Citando el documento de los Obispos Latinoamericanos en Aparecida, el Santo Padre reconoce las riquezas que el Espíritu Santo despliega en la piedad popular de forma gratuita que cristalizan en la

Cf. Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium nº 68, 69, 70, 122-126.1

EG nº 116.2

“espiritualidad popular” o “mística popular”. Por tanto, no se puede minusvalorar el significado pastoral de la piedad popular porque es fruto de evangelio inculturado en cada pueblo. Desconocer esta realidad sería tanto como desconocer la obra del Espíritu Santo. Por eso alienta a que se profundice en las expresiones de piedad popular para inculturar la fe, teniendo presente que este proceso siempre está inacabado.

b) La piedad popular debe estar orientada hacia Cristo. En la homilía dirigida a los miembros de las Hermandades y Cofradías el Santo Padre insistió en que el amor a Cristo debe ser el centro de la vida de quien acoge el evangelio. Todo se debe iniciar y concluir en el amor a Dios y en ser discípulo de Cristo viviendo el evangelio. Propuso a los hermanos cofrades que acudieran siempre a Cristo, “fuente inagotable”, que reforzaran la fe “cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia”. Y les invitaba a caminar con decisión hacia la santidad: “No os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra pertenencia sea un estímulo, ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo.” También les advirtió que “Cuando, por ejemplo, lleváis en procesión el crucifijo con tanta veneración y tanto amor al Señor, no hacéis únicamente un gesto externo; indicáis la centralidad del Misterio Pascual del Señor, de su Pasión, Muerte y Resurrección, que nos ha redimido; e indicáis, primero a vosotros mismos y también a la comunidad, que es necesario seguir a Cristo en el camino concreto de la vida para que nos transforme.” 3

c) La piedad popular es expresión del pueblo como sujeto evangelizador. Este es otro de los elementos importantes que el Papa considera fundamental para valorar y entender correctamente la piedad popular. Partiendo de la constatación de que “Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios” y que “este pueblo se encarna en todos los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene su propia cultura” “podemos pensar también que todos los distintos pueblos en los que ha sido inculturado el evangelio son sujetos colectivos activos, agentes de la evangelización. Esto es así porque cada pueblo es el creador de su cultura y el protagonista de su historia” “Cada porción del Pueblo de Dios, al traducir en su vida el don de Dios según su genio propio, da testimonio de la fe recibida y la enriquece con

Cf. Francisco, Homilía con motivo de la Jornada de las cofradías y piedad popular, 5 de mayo de 3

2013. Edietrice vaticana.

nuevas expresiones que son elocuentes” de este modo el Papa señala que 4

cada pueblo transmite la cultura de generación en generación como algo dinámico y cuando en un pueblo se ha inculturado la fe ésta se transmite siempre de forma nueva. La piedad popular es una verdadera manifestación evangelizadora espontánea del Pueblo de Dios impulsada por el Espíritu Santo.

Este reconocimiento de la piedad popular como una de las manifestaciones más elocuentes del pueblo de Dios como sujeto evangelizador está condicionado por la comunión profunda con los pastores de la Iglesia. Así lo expresaba el Santo Padre en la homilía pronunciada con motivo del encuentro internacional de Hermandades y Cofradías en el Año de la fe “La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con vuestros Pastores. Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia os quiere. Sed una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas. Los obispos latinoamericanos han dicho que la piedad popular, de la que sois una expresión es «una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia» ¡Esto es hermoso! Una manera legítima de vivir la 5

fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia. Amad a la Iglesia. Dejaos guiar por ella. En las parroquias, en las diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana, aire fresco.” 6

d) La piedad popular es manifestación de la fe de los pobres y sencillos. En el capítulo IV de la Exhortación Evengelii gaudium, el Santo Padre expone la “dimensión social de la evangelización” en el que hace referencia al lugar preferencial de los pobres en el Pueblo de Dios (nº 197-201) como “categoría teológica antes que cultural, sociológica política o filosófica” 7

pues está implícita en la fe cristológica. “La nueva evangelización, afirma, es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus

Cf. EG, nº 122.4

Cf. CELAM Documento de Aparecida, nº 264.5

Cf. Francisco, Homilía con motivo de la Jornada de las cofradías y piedad popular, 5 de mayo de 6

2013. Editrice vaticana.

Cf. EG nº 198.7

amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.” Esto implica valorar su 8

modo de vivir la fe que exige una atención religiosa privilegiada y prioritaria.

En este contexto la piedad popular aparece como la fe de los sencillos y de los pobres que el Papa reivindica siguiendo su idea expresada ya cuando era cardenal de Buenos Aires. Hay una íntima relación que existe entre la fe del pueblo sencillo y la piedad popular. Por eso para comprender y valorar la piedad popular es necesario hacerse sencillo con el corazón del Buen Pastor: “Para entender esta realidad hace falta acercarse a ella con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar. Sólo desde la connaturalidad afectiva que da el amor podemos apreciar la vida teologal presente en la piedad de los pueblos cristianos, especialmente en sus pobres. Pienso en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María, o en esas miradas de amor entrañable al Cristo crucificado.” 9

e) En la piedad popular subyace una fuerza evangelizadora que no se puede menospreciar. La propuesta del Sínodo de los obispos sobre la Nueva Evangelización y la transmisión de la fe reconoce esta fuerza evangelizadora de la piedad popular con estas palabras: “La Nueva Evangelización reconoce el valor de estas experiencias de fe y las alienta como caminos para crecer en la virtud cristiana.” Y propone que “se desarrolle un plan pastoral que acoja adecuadamente a los peregrinos y que, en respuesta a su deseo profundo, se les brinde la posibilidad de que el tiempo de la peregrinación pueda ser visto como un momento de gracia” 10

En esta misma línea sugerida por el Sínodo, el Papa Francisco titula el apartado dedicado a este tema como “La fuerza evangelizadora de la piedad popular” concluyendo que “En la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería desconocer la obra del Espíritu

Cf. EG nº 198.8

Cf. EG nº 1259

Cf. Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización y la transmisión de la fe. Propuesta nº 39.10

Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada.” . En la citada homilía a los miembros de las Hermandades y 11

Cofradías insistía en la importancia que tiene la piedad popular en la tarea de la evangelización y, sobre todo de la transmisión de la fe. “Quisiera añadir una tercera palabra que os debe caracterizar: «misionariedad». Tenéis una misión específica e importante, que es mantener viva la relación entre la fe y las culturas de los pueblos a los que pertenecéis, y lo hacéis a través de la piedad popular… Esta fe, que nace de la escucha de la Palabra de Dios, vosotros la manifestáis en formas que incluyen los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas... Y, haciéndolo así, ayudáis a transmitirla a la gente, y especialmente a los sencillos, a los que Jesús llama en el Evangelio «los pequeños”….Cuando vais a los santuarios, cuando lleváis a la familia, a vuestros hijos, hacéis una verdadera obra evangelizadora. Es necesario seguir por este camino. Sed también vosotros auténticos evangelizadores…Sed misioneros del amor y de la ternura de Dios. Sed misioneros de la misericordia de Dios, que siempre nos perdona, nos espera siempre y nos ama tanto.” 12

f) La piedad popular es un lugar teológico. El Santo Padre concluye los números de la Exhortación dedicados a la piedad popular con una afirmación rotunda y novedosa por cuanto considera la piedad popular un lugar teológico como posteriormente también lo aplicará a la opción preferencial por los pobres. Dice el Papa: “Las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización.”

2. L A S C O F R A D Í A S A L S E R V I C I O D E L A EVENAGELIZACIÓN DESDE LA PIEDAD POPULAR

En este segundo apartado me propongo ofrecer líneas de acción pastoral para aplicar en nuestro contexto cultural y eclesial los principios del Papa Francisco a los que acabo de referirme. Nuestra Diócesis, es decir, el presbiterio, los consagrados y fieles laicos, ha evolucionado en cuanto a la valoración más positiva de la piedad popular. Después del Concilio y

Cf. EG nº 125.11

Cf. EG nº 8.12

debido a una recepción deficiente, se suprimieron o cayeron en el olvido algunas de las manifestaciones de piedad popular como las novenas y las procesiones; sólo se han mantenido las fiestas patronales en los pueblos rurales. A mediados de de los años noventa del siglo pasado se puso en marcha, protagonizado fundamentalmente por laicos, un movimiento para refundar y recuperar las procesiones de la Semana Santa y formar nuevas cofradías volviendo a valorar positivamente la piedad popular . Actualmente, la religiosidad popular, es una realidad pastoral aceptada y acogida en la Diócesis hasta tal punto que el Arzobispo creyó oportuno nombrar un Delegado para acompañar esta realidad pastoral. Existen en la Diócesis 44 cofradías, 22 reconocidas como asociaciones privadas de fieles y 22 como asociaciones públicas de fieles. Representan el colectivo más importante de files asociados.

Las motivaciones para la restauración de las Cofradías y Hermandades fueron variadas; pero en Asturias, gracias da Dios, podemos decir que han surgido vinculadas a las parroquias y con una clara identidad eclesial y apostólica lo cual es necesario seguir cultivando y acompañando para que no queden atrapadas por cuestiones espúreas.

Esta valoración positiva la religiosidad popular impulsada por las Cofradías se pone de manifiesto también en el marco jurídico con el que la Diócesis las ha reconocido. Todas tienen sus estatutos aprobados por el Obispo bien como asociaciones públicas si tienen como fin la promoción del culto público bien como asociaciones privadas si sólo tiene como fin promocionar la devoción a una imagen o a un misterio de Cristo.

Quiero referirme ahora a las Cofradías y Hermandades constituidas en asociaciones públicas porque como tales están estrechamente vinculadas a la jerarquía eclesiástica. Aunque la iniciativa de la fundación o refundación de una Hermandad o Cofradía fuera en su momento una iniciativa privada por parte de un grupo de fieles laicos, por el fin que pretenden –el culto público- necesariamente tienen que ser reconocidas como asociaciones públicas pues el fin que persiguen está vinculado al bien común de la Iglesia.

Las asociaciones públicas de fieles, dice La Instrucción sobre las Asociaciones canónicas de la Conferencia Episcopal Española que están estrechamente vinculadas al ministerio jerárquico y a través suyo a toda la comunidad cristiana, tienen como nota peculiar la necesaria constitución en

persona jurídica pública y el cumplir en nombre de la Iglesia, a tenro de las prescripciones del dercho, la misión que se les confía, mirando al bien públicos (c. 313 y c. 226 § 1) Y continúa diciendo: “ Adviértase que obrar en nombre de la Iglesia no significa obrar en nombre de la Autoridad de la Iglesia, pero sí una cierta vinculación con la Jerarquía mayor de la que puede darse en las asociaciones privadas. Recibir misión en la medida en que la asociación la necesite ( c. 313) ni priva a los fieles de su necesaria facultad de obrar por propia iniciativa (AA 24c) ni les autoriza a cualquier tipo de actuaciones, sino a las congruentes con sus fines dentro del derecho común y estatutario” Conviene estudiar en el seno de las propias 13

Hermandades y Cofradías esta Instrucción con la ayuda de algún perito porque si se entiende bien el sentido y el fin que tienen las Cofradías y su buen gobierno se seguirán grandes beneficios para la Iglesia y para las propias Cofradías y Hermandades.

a) El fin evangelizador de las cofradías desde la piedad popular

Las Cofradías, como asociaciones de fieles contribuyen a fortalecer el fin propio de la Iglesia que es la evangelización, es decir, llevar el amor misericordioso de Dios al corazón de los hombres y de los pueblos y desde dentro transformar las cosas según los planes de Dios . Este refuerzo 14

evangelizador, en el caso de las Hermandades y Cofradías se hace desde la promoción de la piedad popular y la participación en el culto público de la Iglesia. Se trata, pues, de evangelizar desde la participación en la vida cultual expresado en la profesión de fe pública mediante la organización de las procesiones por las calles del pueblo; aunque esta acción no agota la riqueza cultual de las Cofradías.

La fuerza evangelizadora de las Cofradías no sólo viene de la piedad popular, también conviene subrayar la condición laical de las cofradías, pues los fieles que participan en ellas son mayoritariamente laicos quienes, desde su condición de bautizados, se sienten llamados a dar testimonio de Cristo y manifestar su fe públicamente a través de la devoción y el culto a una imagen de Cristo, de la Virgen María o de los santos. Esta condición

Conferencia Episcopal Española, Instrucción sobre Asociaciones canónicas de ámbito 13

nacional. BOCEE 3(1986) 79-84.

Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi nº 18.14

laical de las Cofradías se explicita en el gobierno de las mismas que ha de ser llevado por seglares y por la peculiar participación de la jerarquía en el gobierno de la Cofradía donde el consiliario tiene voz; pero no tiene voto.

Otra nota importante en la acción evangelizadora de las Cofradías está en la condición de muchos de los cofrades que forman parte de las Cofradías pues se trata de cristianos alejados de la práctica de la fe y de la vida eclesial que encuentran en el culto y devoción a una imagen un cordón umbilical que les vincula con la Iglesia. Esto tiene un significado muy importante en el contexto cultural y social de secularización y abandono de la práctica religiosa que estamos viviendo. En muchos casos la relación con las actividades de la Cofradía es la única vinculación que les mantiene relacionados con la Iglesia. De ahí que la Cofradía puede ser un buen instrumento para llevar el evangelio a estos hermanos y ayudarles a renovar su vida de fe.

b)Las cofradías al servicio de la comunión eclesial

Las Cofradías formáis parte de la Iglesia y, por tanto, la primera obligación que toda Cofradía y cada uno de los cofrades en particular debe tener es la de mantener la comunión de fe con la Iglesia. Este principio se recoge siempre en alguno de los artículos de vuestros estatutos.(p.e. todos los cofrades han de estar bautizados y mantenerse en comunión con la Iglesia) La comunión no significa pensar todos lo mismo ni hacer todos las mismas cosas sino vivir en unidad de fe y comunión fraterna donde sea el amor mutuo el que nos une más allá de la simpatía o antipatía. Un amor que tiene su fundamente en el Amor de Dios, uno y trino.

La comunión eclesial significa confesar la fe de la Iglesia, celebrar los sacramentos de la fe y respetar la autoridad jerárquica. Por eso es muy importante que los responsables de las cofradías (Hermano Mayor y Junta Directiva) tengan estas cosas muy claras y estén determinados a cumplirlas y hacerlas cumplir con la ayuda del consiliario y del propio obispo o su delegado si es necesario.

La comunión con la Iglesia se hace visible en la comunión con el obispo y con la diócesis y más concretamente con el párroco y la parroquia. Esta comunión se extiende también a la relación con las demás Cofradías y con otras entidades de la Iglesia (p. e. los Institutos religiosos).

La falta de respeto que es signo del amor fraterno por parte de un cofrade o un grupo de ellos o de las cofradías entre sí daña gravemente la comunión eclesial suscitando el morbo mediático y es motivo de mofa y desprestigio, no sólo de las Cofradías sino también de la propia Iglesia. Por eso, se debe prevenir y en la medida de lo posible y, si es posible, evitar los desencuentros y si los hay se han de corregir con el espíritu cristiano: con el amor fraterno, el perdón, la justicia y la verdad; buscando siempre la ayuda de algún intermediario como nos dice Jesús en el evangelio de San Mateo (Mt 18, 15-20)

La vivencia de la comunión dentro de la propia cofradía se manifiesta de muchas formas: celebraciones, momentos de oración, participación en el consejo pastoral de la parroquia, colaboración con otras instituciones… Una forma muy concreta de vivir la comunión con la diócesis es precisamente este encuentro anual de Cofradías y Hermandades de la diócesis de Oviedo. También se manifiesta participando en otros encuentros diocesanos como los retiros y conferencias promovidos por el apostolado seglar a los que os invito a participar porque la mera presencia de las personas anima la acción en común, fortalece la unión, disuelve las dudas y hace más elocuente el testimonio cristiano del amor fraterno. Acudid e invitad a acudir a las convocatorias que se hagan desde la Diócesis como un gesto de comunión.

c) Las Cofradías son una forma de ejercer la corresponsabilidad laical

Por el bautismo todos somos constituidos hijos adoptivos de Dios en su Hijo Jesucristo y del mismo Señor recibimos la condición de cristianos que comporta ser profetas, sacerdotes y reyes. En esta condición de hijos de Dios y, por tanto, hermanos se basa la corresponsabilidad de todos los bautizados en la acción evangelizadora de la Iglesia y en su fin último que es la santidad de los fieles, su propia salvación.

Como laicos no necesitáis un mandato especial de los pastores para evangelizar y para asociaros. El derecho de asociación para fines pastorales, cultuales o caritativos es un derecho de todo fiel cristiano que la Iglesia reconoce y protege por medio de estatutos aprobados y avalados por la autoridad competente, como ya hemos dicho más antes.

Los cofrades al participar en la vida apostólica de la Cofradía y en la consecución de sus fines están ejerciendo la corresponsabilidad eclesial, unidos a la jerarquía. Las procesiones, las novenas, las fiestas y los demás actos de culto que programan las Cofradías son acciones litúrgicas a través de las cuales los seglares se hacen corresponsables de la misión de evangelizadora de la Iglesia.

Esta corresponsabilidad exige por sí misma una grave responsabilidad en todo lo que apostólicamente programan las Cofradías. A la hora de programar estas acciones pastorales se deben tener en cuenta los objetivos pastorales del Plan Pastoral diocesano para no correr en vano y aunar esfuerzos de modo que sea también más eficaz la acción evangelizadora. Además es necesario que lo poco o mucho que lleven a cabo las Cofradías y Hermandades esté bien hecho y en comunión corresponsable con la Diócesis porque no se pueden hacer las cosas de cualquier manera sino de forma evangélica para que como dice el evangelio “viendo vuestras buenas obras, crean”.

d)La dimensión sociocaritativa de las Cofradías

La dimensión sociocaritativa de las Cofradías nace de su propia esencia. Ser cofrade es ser hermano y una Cofradía es ante todo una hermandad donde ha de brillar en todas las cosas el amor fraterno. El ejemplo a seguir tiene que ser el de la primera comunidad cristiana: “todo lo tenían en común y nadie llamaba nada propio” ( Hch 2, 4) La Cofradía tiene que ocuparse en primer lugar de ayudar a aquellos hermanos que lo están pasando mal por cualquier circunstancia material o espiritual (paro, enfermedad, aflicción por la muerte de un ser querido, dudas respecto de la fe...) Todos los cofrades han de ser educados en esta sensibilidad y en el ejercicio constante de la solidaridad. Esta dimensión caritativa también se manifiesta en el respeto entre los cofrades y de éstos con el resto de los fieles y por la generosidad y solidaridad de unos con otros.

Dicho esto, es muy de alabar que algunas Cofradías os hayáis obligado por estatutos a realizar acciones solidarias y caritativas con los más necesitados y como consecuencia de vuestra devoción. Estas acciones solidarias como otras acciones pastorales deben estar coordinadas con la pastoral general de la diócesis formulada en los Planes Pastorales y de manera especial con Cáritas que, como sabéis, es el organismo eclesial para la atención de los necesitados.

e) Aspectos que se deben cuidar especialmente:

Finalmente quiero llamar la atención sobre algunos aspectos que los cofrades y, especialmente, los Hermanos Mayores y las Juntas Directivas debéis tener en cuenta en la organización de la actividad de la cofradía.

• -El respeto a los Estatutos aprobados: Toda Cofradía erigida en nuestra diócesis tiene estatutos aprobados que son su ley particular. Es necesario respetarlos todos. Respetar los estatutos quiere decir en primer lugar conocerlos y en segundo lugar cumplirlos. Los Estatutos son una ayuda para el buen funcionamiento de la cofradía y por eso es necesario que se tenga en cuenta: el cumplimiento de los fines para mantener la identidad propia de la cofradía; la convocatoria de elecciones a cargos y la remisión a la Junta general de las cuestiones más importantes; la claridad de las cuentas y el respeto debido a las funciones del consiliario y de la autoridad eclesiástica competente.

• -La Formación: Es una acción pastoral clave para el buen funcionamiento de la Cofradía y para cumplir sus fines evangelizadores. Los cofrades tienen derecho a recibir formación para adquirir un mayor conocimiento del evangelio y de los misterios de la fe cristiana. Es bueno que la formación se haga desde la perspectiva cofrade porque es la vivencia real y más motivadora. Por eso es bueno que programéis charlas, conferencias y cursos de formación para todos los cofrades y que os empeñéis en que asistan muchos sin desanimaros por la falta de respuesta. Sé que algunas Cofradías así lo hacéis y me agrada. Os invito a que lo hagáis todas las Cofradías.

• -La liturgia: El fin primordial de las cofradías es un fin cultual, por tanto, la acción litúrgica tiene que tener un relieve especial para vosotros. Es muy importante preparar bien las procesiones o los actos litúrgicos de culto y devoción. A través de ellos evangelizáis: llamáis o alejáis a la gente de Dios y del evangelio. Esta preparación tiene que estar siempre de acuerdo con las normas litúrgicas de la Iglesia y por eso conviene que, además del consiliario, debéis tener un buen asesor litúrgico que indique lo que conviene hacer según la normativa litúrgica

de la Iglesia. No perdáis de vista que la liturgia acerca a Dios por la belleza. Esforzaros por hacer las cosas bellas que no tienen por qué costar mucho dinero sino poner en ellas mucho amor a Dios y a los hermanos. La sencillez tiene su belleza y su bondad.

• -La Caridad: En el apartado anterior sobre la dimensión sociocaritativa de las Cofradías he subrayado la importancia que tiene la solidaridad entre los cofrades y de toda la propia Cofradía en su conjunto con las necesidades los más pobres. Sería muy bueno que cada año apartarais un porcentaje para obras de caridad que bien podéis ejecutarlo vosotros o bien entregarlo a Cáritas o Manos Unidas.

• -La fraternidad: Es una contradicción pertenecer a una Cofradía y provocar la desunión, el enfrentamiento y el escándalo. Cada hermano tiene que sentirse querido, aceptado y acompañado por los demás hermanos y esto se logra si reina en vuestros encuentros y reuniones el amor fraterno. Muchas Cofradías organizáis actos y celebraciones encaminadas a fomentar la unidad y la fraternidad entre todos los cofrades (café cofrade, tertulias, cenas, etc) Esto es muy interesante siempre que no se discrimine a nadie por falta de recursos o por otras circunstancias. La fraternidad también se extiende a los cofrades de otras cofradías y a los feligreses de la parroquia. Evitad con todos vuestros esfuerzos las querellas públicas, la división, la envidia o la rivalidad. Estad atentos porque las cofradías aglutináis mucha gente a vuestro alrededor y de esto son conscientes los que tienen otros intereses por eso tratarán de aprovecharse de vosotros en todos los órdenes y también de dividiros buscando su propio interés. En este sentido os recomiendo que estéis siempre unidos a la Iglesia y en comunión con la jerarquía con el consiliario con el párroco y con el obispo y su delegado.

• -Trasparencia económica: Las Cofradías como tales asociaciones de fieles, con personalidad jurídica propia, tienen una gestión económica independiente de la de las parroquias o de la diócesis; pero sus bienes son bienes eclesiásticos, es decir,

bienes de la Iglesia y como tales bienes tienen unos fines concretos de modo que la responsabilidad última de su cumplimiento es de la Diócesis. Por eso, el obispo tiene la obligación de pedir el rendimiento de cuentas para examinarlas y corregirlas si es el caso. Por tanto, es necesario que las cuentas de las cofradías se lleven correctamente con los apuntes contables correspondientes y que las decisiones más importantes sobre compras y ventas sean siempre aprobadas por la Junta General. Los Hermanos mayores, los tesoreros y las Juntas directivas son ejecutores de las decisiones aprobadas en la Junta General. La Cofradía no es su propiedad o cortijo particular sino a quien deben servir administrando sus bienes y ejecutando sus decisiones como buenos padres de familia. De ahí deriva la la necesidad de que todos los años se celebre, al menos una vez, Junta General para aprobar los programas de actividades y las cuentas y después enviarlas al Arzobispado para su aprobación definitiva.

• -La presencia en los medios de comunicación: Esta cuestión es delicada por la repercusión social que tiene y que puede favorecer o degradar la imagen pública de la Cofradía y de la misma Iglesia. Debéis tener en cuenta que siempre que algún cofrade, sobre todo si tiene responsabilidades de gobierno en la Cofradía, hace un comunicado a la prensa lo hace como iglesia. Por esta razón es conveniente que antes de emitir un comunicado oficial sobre algún asunto lo conozca el obispo o su delegado de piedad popular o el de medios de comunicación y dé el visto bueno. Las redes sociales son también medios de comunicación. Muchas Cofradías, casi todas, usáis estos medios que son un valioso instrumento para la unión cofrade y la evangelización. Vigilad para que se utilice con responsabilidad y no dañe la acción apostólica de la propia Cofradía o la comunión y fraternidad eclesial cuando se vierten en este tipo de medios descalificaciones personales.

• -Independencia: Las Cofradías sois la Iglesia y la Iglesia debe ser independiente de los partidos políticos y de las asociaciones culturales. Ser independientes no significa estar enfrentados sino valorar en su justa medida el bien que hacen a la sociedad.

Las Cofradías deben buscar siempre la autofinanciación de sus proyectos porque esto les hace más libres. Esto no quiere decir que como tales asociaciones con reconocimiento civil puedan acceder en igualdad de oportunidades con otras asociaciones a subvenciones públicas. No caigáis en la tentación del intercambio de cromos: “Tú me das, yo te doy o yo me callo”. Si mantenéis siempre la identidad eclesial aseguraréis la independencia de cualquier manipulación cultural, comercial, turística o política.

• Ayuda de la autoridad eclesiástica: Anteriormente me he referido a la identidad seglar de las Cofradías en las que la autoridad eclesiástica tiene una función de consejo y de vigilancia. No se pueden entender estas funciones como una intromisión en el gobierno de la Cofradía sino como ayuda para garantizar la identidad católica, la dimensión apostólica y la comunión eclesial. Tanto la autoridad eclesiástica como los cofrades tienen que tener siempre muy claro cuáles son sus competencias respectivas. El acompañamiento del consiliario es fundamental para la buena marcha de la Cofradía por eso debe ser convocado siempre a las reuniones de la Junta directiva o al menos de la Junta general. El consiliario por su parte debe saber estar sin entrometerse en lo que son cuestiones de gobierno interno y comunicar a tiempo a la autoridad competente las irregularidades que observe para prevenir males mayores.

3. Conclusión

A lo largo de la exposición he tratado de mostrar la importancia que tiene la piedad popular en la acción evangelizadora y pastoral de la Iglesia en el momento actual y cómo las Cofradías pueden y deben ser instrumento y cauce de evangelización desde la piedad popular. Todos tenemos que profundizar en el nuevo camino que hemos comenzado de renovación y nueva mentalidad. Urge, pues, hacer un gran esfuerzo para reconocer el lugar que le corresponde a la piedad popular en la pastoral general de la Iglesia: su fuerza como llamada del Señor y del Espíritu Santo para llevar el evangelio y la renovación de la vida cristiana hasta las capas sociales

más alejadas y desde su interior inculturar. Al mismo tiempo hemos de estar atentos para que la piedad popular no lleve a los creyentes a caer la superstición o en la idolatría, en el negocio o en el ritualismo, en una acción cultural o sociocaritativa sin ninguna referencia a la fe. Las Cofradías de la Diócesis de Oviedo, unas con muchos años de existencia otras renovadas o fundadas recientemente estáis en un momento muy bueno para contribuir con vuestro esfuerzo y tesón apostólico a la extensión del Evangelio y a llevar la salvación de Cristo a todos los hombres.

+ Juan Antonio, obispo auxiliar de Oviedo

LAS COFRADÍAS AL SERIVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN DESDE LA PIEDAD POPULAR

SEMINARIO 2015

Introducción: Religiosidad popular y piedad popular

1.La piedad popular en el pensamiento del Papa Francisco

a) La piedad popular es fruto de la acción del Espíritu Santo.

b) La piedad popular debe estar orientada hacia Cristo

c) La piedad popular es expresión del pueblo como sujeto evangelizador.

d) La piedad popular es manifestación de la fe de los pobres y sencillos.

e) En la piedad popular subyace una fuerza evangelizadora que no se puede menospreciar.

f) La piedad popular es un lugar teológico

2. Las Cofradías al servicio de la evangelización desde la piedad popular

a) El fin evangelizador de las cofradías desde la piedad popular

b) Al servicio de la comunión eclesial

c) Las Cofradías son una forma de ejercer la corresponsabilidad laical

d) La dimensión sociocaritativa de las Cofradías

e) Aspectos que se deben cuidar especialmente:

- Respeto a los Estatutos aprobados

- Formación

- Liturgia

- Caridad

- Fraternidad

- Trasparencia económica

- Presencia en los medios de comunicación

- Independencia

- Ayuda de la autoridad eclesiástica

3.Conclusión

+ Juan Antonio, obispo auxiliar de Oviedo