las categorías gramaticales y el parrafo
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LAS CATEGORIAS GRAMATICALES
Las categorías gramaticales son una forma de clasificar las palabras en función de su tipología
semántica. Es, en concreto, una diferenciación muy antigua, que fue ya introducida en la lengua
española por Antonio de Nebrija. En una lingüística más moderna, las categorías gramaticales se
definen de una manera más técnica, como variables lingüísticas que
son susceptibles de tomar diferentes valores; valores que condicionan
sus formas morfológicas.
En la forma tradicional, así, la clasificación gramatical no tiene en
cuenta la función de las palabras sino su valor semántico. Y, si bien
esta forma de división de las palabras en categorías gramaticales
puede considerarse anticuado en un ámbito académico o de
investigación, es aún utilizado y común en la enseñanza escolar.
En cualquier caso, las categorías gramaticales tradicionales son las que
siguen: determinante, sustantivo (también llamado nombre),
pronombre, verbo, adjetivo, adverbio, preposición, conjunción e
interjección.
Dentro de estas nueve categorías existen a su vez diferencias internas. Por ejemplo, los
determinantes, sustantivos, pronombres, verbos y adjetivos (esto es, las cinco primeras) se
consideran las partes variables de la oración, pues pueden variar en género y número sin cambiar
su significado (excepto el verbo, que si bien no varía en género sí lo hace en tiempo, persona, voz,
aspecto, modo y número).
Sin embargo, como decíamos, esta clasificación tradicional ya ha sido superado por las
investigaciones más modernas. Siguiendo estas nuevas tendencias, las categorías gramaticales
incluyen muchas más variedades que los términos tradicionales, que clasificaba únicamente, como
hemos visto, las categorías semánticas de las palabras.
La categoría gramatical, ahora, es una variable morfológica que puede adoptar distintos valores
según sea el tipo de palabra al que va a aplicarse. Por ejemplo, un verbo puede presentar
diferentes valores en función del tiempo que adopte, y estos valores serán “pasado”, “pasado
perfecto”, etcétera. De esta guisa, los verbos variarán en función de su aspecto gramatical, de su
modo gramatical, de su tiempo gramatical, de su voz gramatical, de su valencia, de su animacidad
o de su evidencialidad; y los sustantivos variarán en función de su caso gramatical, de su género
gramatical, de su número gramatical, de su definición gramatical, etcétera.
Así, las modernas categorías gramaticales no suponen una revolución ni un cambio drástico con
respecto a las antiguas. En realidad, lo que hacen es aportar una mayor precisión y más clara
conceptualización, que permite, a su vez, ahondar más y mejor en el estudio de la gramática.
En análisis sintáctico es una actividad propia de la lingüística, cuya
ocupación podría resumirse, grosso modo, como la de “establecer las
funciones sintácticas y las relaciones de jerarquía y concordancia que
se encuentran en el interior de cualquier oración”.
Estrictamente, el análisis sintáctico es “sólo” eso: lo circunscrito a la construcción de la oración y a
las relaciones entre sus partes. Sin embargo, en la práctica de un análisis de este tipo es difícil
sustraer la variante morfológica, o el estudio de cómo cambian las palabras, qué aspecto adoptan,
en relación con su posición y función en la oración. Si bien en la teoría puede hacerse un análisis
sintáctico y otro morfológica, en la práctica suelen ir unidos -aunque desempeñe la morfología un
rol secundario- y de esta forma el análisis viene a llamarse, muchas veces, morfosintáctico.
La importancia de este análisis -sea sólo sintáctico, sea morfosintáctico- es enorme, pues de él
depende la correcta comprensión del mensaje escrito, que es la base de cualquier eventual
interpretación del mismo. En textos literarios ya lo es; y más aún en textos legislativos, políticos,
tecnológicos, jurídicos o computacionales; por lo que no es de extrañar el empeño que han puesto
los lingüistas, a lo largo de la historia, en perfeccionar y ampliar las miras de los análisis sintácticos,
rama en constante evolución.
Así, la gramática tradicional estableció un modo de análisis basado en los principios
delestructuralismo, separando claramente la oración en partes, y atribuyéndole a cada parte su
función en el todo oracional. Este es un tipo de análisis sencillo, superado en el ámbito académico
en pos de otros más complejos, pero mantenido en la enseñanza escolar por su utilidad
introductoria al mundo de la gramática. Su método intenta separar, clasificar y delimitar, con
precisión, los constituyentes principales de la oración, que son el sintagma nominal sujeto y el
sintagma verbal predicado, en el caso de las oraciones simples. Posteriormente el analista se
introduce por separado en cada uno de ellos y dirime quién desempeña la función nuclear de cada
sintagma, a la que después añade complementos de todo tipo,
sintagmáticos o no, que a su vez, en caso de serlo, contarán con sus
propios núcleos y complementos internos, etc.
De otro lado, son más usados los modelos de análisis sintáctico basados
en la gramática generativa y transformacional, un modelo basado en el
funcionalismo, y los análisis distribucionales que se basan en la adjunción
de árboles. Últimamente han surgido, en realidad, muchos más, útiles en
función del tipo de estudio que se desee realizar.
El análisis sintáctico de oraciones, cuando se basa en los preceptos de la gramática tradicional,
nos enseña que en toda oración simple ocurren dos accidentes gramaticales con valor sintáctico:
por un lado, un sintagma nominal ejerce la función de sujeto; por el otro, un sintagma verbal hace
de predicado; y cada uno tiene un núcleo sintagmático susceptible de ser complementado de
diversas formas. En este caso tan común, el atributo como función sintáctico no existe.
¿Cuando aparece, entonces, el atributo? Lo hace únicamente en un tipo de oración muy particular,
que es la oración copulativa. Las oraciones copulativa, que son, por otra parte, bastante comunes,
son aquellas cuyo verbo principal es copulativo, esto es, no hace, realmente, función de verbo, al
menos no semánticamente.
¿Qué ocurre, pues, cuando el verbo carece de contenido semántico? Que en la oración no hay
acción, y es, por tanto, el sustantivo, el sintagma nominal sujeto, quien domina, con su atributo. Así
dicho, no debe sorprender que al predicado de estas oraciones se le llame predicado nominal,
pues en verdad lo es.
Veamos algún ejemplo. Cuando decimos que “Pedro es simpático” estamos hablando de cómo es
Pedro, pero no estamos diciendo que Pedro haga nada. En efecto, Pedro no hace nada; Pedro es;
se nos informa de una cualidad de Pedro, nada más. No hay acción, sino atribución. De ahí que a
esta partícula que acompaña a este predicado tan especial sea realmente su núcleo, pues el verbo
no puede ser núcleo de nada. El verbo, de hecho, podría hasta desaparecer si la oración fuera
mayor. Imagínese un “Pedro es simpático, cae bien a todos”, y un “Pedro, simpático, cae bien a
todos”. Las dos dicen lo mismo; casi no se nota que la segunda no lleve verbo antes del
“simpático”.
El atributo, por lo tanto, ya podemos definirlo, es el complemento obligatorio que llevan los sujetos
(subrayemos esto, los sujetos) de las oraciones copulativas. El atributo complementa al sujeto,
pues un verbo que no tiene contenido no se puede complementar. Es con el sujeto, entonces, con
quien el atributo guarda relación de concordancia. Si cambiamos “Pedro” por “Pedro y Pablo” ya no
podremos decir “es”, pero tampoco “simpático”, pues no concordaría en número. Esto separa al
atributo de los demás complementos del predicado, que no guardan relación alguna con el núcleo
del sujeto, sintagma ajeno a ellos.
No hay que olvidar, no obstante, que los verbos “ser”, “estar” y “parecer” no son siempre
copulativos. Cuando ser significa “suceder” (es que no me encuentro bien) o cuando estar significa
permanecer en un lugar (estoy en mi casa) no hay función copulativa, y no hay, por tanto, tampoco
atributo.
La categoría gramatical hace referencia al tipo de palabra, es decir, es
la forma de dividir y clasificar las palabras en función de lo que dicen,
del significado que transmiten, o lo que es lo mismo, de su contenido
semántico. En el estudio lingüístico de la lengua española, la costumbre
de establecer categorías gramaticales viene de muy antiguo: en
concreto, de Antonio de Nebrija, a la sazón uno de nuestros más
antiguos lingüistas. El concepto de categoría gramatical sigue siendo,
no obstante, empleado hoy, si bien su definición se ha ido perfilando
hacia una enunciación más académica: hoy día, la categoría gramatical
es una variable lingüística más, que en función del valor que adopte
condiciona o determina la forma morfológica de la palabra.morfológicas.
El número de categorías gramaticales del idioma español sigue siendo, en todo caso, el mismo o
casi el mismo. Son las siguientes:
Determinante
sustantivo (también llamado nombre)
Pronombre
verbo
adjetivo
adverbio
preposición
conjunción
interjección
Lógicamente, la división es más compleja, ya que dentro de cada grupo existen subdivisiones que
complejizan todo el conjunto. La más importante de todas ellas es que separa entre las partes
variables de la oración, y las partes invariables. Así, los determinantes, los sustantivos, los
pronombres, los verbos y los adjetivos son las partes variables de la oración, porque una variación
en cualquiera de sus características morfológicas, tales como el género y el número, no hace
cambiar su significado.
Si bien esta forma de clasificar las palabras tiene antigüedad y utilidad a
la hora de introducir a los estudiantes en el estudio del lenguaje, en los
ámbitos más avanzados de la lingüística adolece de cierta simpleza. Los
lingüistas utilizan en la actualidad decenas de variables y separan cada
una de las demás con la intención de comprender el funcionamiento
morfológico de las palabras en toda su complejidad. De esta manera,
cuando el lingüista se acerca al estudio de, por ejemplo, un verbo,
establece primero una serie de variables, tales como su modo
gramatical, su número gramatical, su definición gramatical, su voz
gramatical, su valencia, su evidencialidad, su animacidad, y así un largo
etcétera de características morfológicas.
En el fondo, la definición de categoría gramatical no ha variado sustancialmente desde los tiempos
de Nebrija. Los modernos estudiosos de la lengua han mantenido el uso del término, pero le han
añadido numerosas aportaciones que permiten que conozcamos mejor los mecanismos del
lenguaje, y desde ellos podamos establecer conceptualizaciones más claras, sencillas y certeras.
La concordancia gramatical es un recurso presente en la mayoría de las lenguas, que se ocupa de
gestionar las relaciones entre los distintos constituyentes gramaticales de un texto mediante un
sistema de relaciones cruzadas. De esta manera, las reglas de la concordancia requieren a una
palabra que ocupa una determinada posición sintáctica que tome un determinado rasgo gramatical
de otra palabra, con la que, se dice, ha de “concordar”.
Generalmente, la concordancia se manifiesta en diversos niveles, como el género gramatical, el
número gramatical, el caso gramatical y la persona gramatical; y puede ser, a su vez, de dos tipos:
concordancia nominal y concordancia verbal.
La primera, la concordancia nominal, se define como la coincidencia del género y del número de un
sustantivo con el artículo o los adjetivos que lo acompañan (1), entre el pronombre y su
antecedente o consecuente (2), o bien entre el sujeto y su atributo, complemento predicativo o
participio del verbo en una oración pasiva perifrástica (3).
Veamos algunos ejemplos de los tipos citados:
Los árboles verdes. La niña alta.
o
(2) Le di tus datos al inspector. A tu hijo le hace falta.
o
(3) Ellos estaban cansados. Tu hijo sabe jugar.
La segunda tipología que hemos citado, la concordancia verbal, se define como la coincidencia de
número gramatical y de persona gramatical entre un verbo y su sujeto. Por ejemplo, ocurre cuando
decimos:
Nosotros iremos mañana. Ellos saben cómo se hace.
Todos estos tipos de concordancias son absolutamente obligatorias, y cualquier error en su
aplicación se considera una falta gramatical grave. Sin embargo, existen algunas excepciones a la
norma, cuando cuando usamos verbos impersonales o sujetos inclusivos. Por ejemplo, si decimos
“los españoles son…”, cuando no nos incluimos en ese grupo, la concordancia es obligatorio, pues
estamos hablando de “los españoles” como “ellos”, tercera persona del plural. Pero si decimos “los
españoles somos…”, la aparente falta gramatical no es tal, ya que estamos haciendo uso de un
sujeto inclusivo: al estar nosotros dentro del grupo “los españoles”, decimos la frase desde la
primera personal del plural, y su concordancia lógica, en este caso,
es “somos”, y no “son”.
No hay que olvidar, no obstante, una regla de especial importancia
para la formación de la concordancia gramatical. Cuando hacemos
referencia a dos sustantivos, aunque cada uno sea singular,
concuerdan como plural si los acompaña un adjetivo. Por ejemplo
“El agua y la leche son líquidos”, y no “es líquido”.
Difrasismo es un término lingüístico propio de la lengua española
únicamente, que se utiliza para estudiar ciertas lenguas
mesoamericanas y, en particular, un fenómeno propio de éstas que
resulta, si bien no único, si tremendamente particular, además de
particularmente fértil al estudio de la lingüística.
Consiste el difrasismo en un tipo particular de construcción gramatical, semántica y estilística, en la
que dos palabras o expresiones, cuando aparecen juntas en una frase, construyen un nuevo
significado del todo independiente de los los suyos anteriores, cargado de elementos metafóricos.
Se trata, como decimos, de una construcción muy utilizada de las lenguas mesoamericanas, y
particularmente del maya clásico y del nahuatl clásico.
No obstante, en la propia lengua española hay ejemplos de este fenómenos, si bien en una forma
menos elaborada. Ocurre cuando dos vocablos, ya sea porque son sinónimos o porque son
adyacentes, se juntan para expresar una idea diferente a sus dos significados. Por ejemplo, ocurre
cuando decimos “a tontas y a locas”, o “a sangre y fuego”, o “a pan y agua”, o “contra viento y
marea”. Como se puede ver, en español hay ejemplos suficientes, si bien constituye un fenómeno
cuasi literario para cuya ejecución hay que forzar el lenguaje de forma consciente.En nahuatl,
como en otras lenguas americanas, esto no es así, sino que el fenómeno del difrasismo ocurre con
relativa naturalidad. De hecho, es tan natural en estas lenguas que para el hablante extraño a ellas
resulta imposible entender el sentido si no es iniciado, pues estos significados nuevos van
cargados de un fuerte sentido metafórico, y forman parte del acervo de sus hablantes. Existen
tantos, de hecho, que se podría hacer un inventario bastante largo.
Por ejemplo, son particularmente comunes los que enfrentan el ámbito del agua con el ámbito del
fuego para crear nuevos significados. De este modo, “in atl” (“el agua”) y “in tlachinolli” (la
hoguera”), cuando se juntan en “in atl in tlachinolli” no significan “al agua y la hoguera”, sino “la
guerra”.
De la misma manera, “in ehecatl” (“el viento”), y “in temoxtli” (“el descenso”), significan “la
enfermedad” cuando aparecen uno junto al otro.
Otro ejemplo lo constituirían “in matlalac”, que significa “en el agua cian”, junto con “in tozpalac”,
que significa “en el agua amarilla”. Pues bien, cuando ambas expresiones aparecen juntas el
significado que portan es “el principio” o “el centro”.
Por último, ponemos el ejemplo de “in tochtli” (“el conejo”) y de “in mazatl” (“el venado”) que cuando
van juntos significan “el vago”.
OTRA FUENTE DE INFORMACION (WICKIPEDIA)
En gramática tradicional la clasificación según categorías es de tipo semántico y no-funcional. El
concepto tal como se introdujo la gramática tradicional se considera superado y ha sido substituido
por un análisis más moderno, no obstante su uso sigue siendo común en la gramática escolar y
tradicional.
Las categorías que reconoce y la clasificación que propone la gramática tradicional
son morfológicas y no deben confundirse con la función sintáctica que desempeña la palabra o
grupo de palabras (locuciones).
La gramática tradicional distingue nueve partes de la oración (las ocho de Nebrija más el artículo):
Artículo (gramática)
Sustantivo
Pronombre
Verbo
Adjetivo
Adverbio
Preposición
Conjunción
Interjección
Las cinco primeras (artículo, nombre, pronombre, verbo y adjetivo) son las llamadas partes
variables de la oración, pues las palabras que pertenecen a estos tipos pueden variar en
género y número, sin dejar de ser la misma palabra. Una excepción la constituye el verbo, que no
varía en género, pero sí en número, persona, tiempo, modo, voz y aspecto.
Obviamente esta clasificación de la gramática tradicional no es aplicable a lenguas como el chino,
el turco o muchas lenguas amerindias, bien por carecer de flexión o bien por carecer de
preposiciones, o bien porque verbos y adjetivos forman una clase única.
Categorías en la gramática moderna
En teoría lingüística moderna, el término categoría gramatical incluye muchos más aspectos que el
término tradicional, que en general sólo se refiere a clases semánticas de palabras. En términos
generales una categoría gramatical es una variable morfológica que puede tomar diversos valores
para una clase de palabras a la que se aplica, por ejemplo, la clase de los verbos presentan
variaciones o realizaciones diferentes según su tiempo, modo, persona, etc. y cada una de estas
variables puede tomar diferentes valores, por ejemplo en español la variable "tiempo" puede tomar
los valores de pasado, presente o futuro. Normalmente las categorías gramaticales están sujetas a
restricciones de concordancia gramatical. Algunas de las categorías gramaticales más frecuentes
entre las lenguas de mundo son:
En los elementos predicativos (verbos):
Aspecto gramatical
Modo gramatical
Tiempo gramatical
Voz gramatical
Valencia (intrasitividad, transitividad, ditransitividad).
Animacidad
Evidencialidad
En la designativos (nombre, adjetivo):
Caso gramatical
Género gramatical
Número gramatical
Definición gramatical
En elementos designativos y predicativos:
Género gramatical (en las lenguas semíticas).
Número gramatical
Animacidad
Distintas clasificaciones para las categorías gramaticales
En gramática generativa, las categorías gramaticales se dividen en dos grandes clases:
Categorías léxicas. Forman parte de ella las clases de palabras que pueden ser seguidas por un
complemento con significado nocional y que pueden ser precedidas de otro elemento que las
especifique o las modifique gramaticalmente:
Verbo. Posee los rasgos [+V] (predicativo) y [-N] (no-denominativo). Selecciona complementos
verbales y es especificado gramaticalmente por elementos como la negación y los verbos
auxiliares. Forma Sintagmas Verbales.
Sustantivo. Posee los rasgos [-V] (no-predicativo) y [+N] (denominativo). Puede seleccionar
complementos del nombre y ser especificado gramaticalmente por determinantes y cuantificadores.
Forma Sintagmas Nominales
Adjetivo. Posee los rasgos [+V] y [+N]. Admite complementos del adjetivo y especificadores
gramaticales de 'grado'. Forma Sintagmas Adjetivos o Adjetivales
Preposición. Caracterizada como [-N] y [-V]. Selecciona obligatoriamente un complemento (el
elemento conocido por la tradición gramatical como 'término de la preposición'). Es raro que lleve
especificadores de carácter gramatical, pero sí se dan algunos casos: suelen ser especificadores
de grado o la negación, como en Juan es [muy de su pueblo]; no tan hacia abajo. Forma
Sintagmas Preposicionales
Adverbio. Categoría con problemas de adscripción de acuerdo con los parámetros [+/-N] y [+/-V].
Hay propuestas que lo asimilan a la preposición con la diferencia de que carecería de un
complemento obligado. Actualmente, no hay unanimidad. Admite complementos del adverbio y
especificadores gramaticales de 'grado'. Forma Sintagmas Adverbiales.
Categorías funcionales. Forman parte de ella las palabras que no pueden ser modificadas y que
hacen parte de una clase cerrada (o sea, que es imposible aumentar su número por creación
léxica):
Determinante
Cuantificador
Auxiliar
Conjunción
Complementador
Negación
Grado
Los estudios modernos de teoría lingüística han propuesto otras muchas categorías funcionales,
cuyo inventario y caracterización no es aceptado de manera unánime.
Las categorías léxicas poseen contenido o significado nocional, del mundo extralingüístico: en este
sentido, enlazan con las categorías mayores, de acuerdo a la clasificación de las clases de
palabras por la naturaleza de su significado. Las categorías funcionales poseen significado
gramatical, es por ello que se las llame categorías menores.
Por otro lado, las categorías léxicas mantienen importantes paralelismos con las clases abiertas de
palabras, en tanto que los nombres, adjetivos y verbos se ajustan a patrones de productividad
léxica. Como se ha dicho arriba, y aunque no puede postularse una total identificación, las
categorías funcionales enlazan con las clases cerradas de palabras.
Esto se podrá entender mejor con el siguiente ejemplo. Nótese que es posible crear nuevos verbos
o nombres (alguien puede inventar, si no se ha hecho ya, por ejemplo, wikipedizar owikiadicto, y
estas voces ser entendidas por los hablantes de español y, además, pueden acabarse extendiendo
en el idioma), pero nadie puede sacarse de la manga un "nuevo pronombre" o una "nueva
preposición".
EL PARRAFO
Estructura del párrafo
El lenguaje escrito, ya sea literario o no, está formado de unidades que se conocen con el nombre
de párrafos.
Estas unidades, a su vez, se componen de oraciones. Estas oraciones tienen un elemento común:
un párrafo es un grupo de oraciones que siguen un orden y que tratan la misma idea.
Características:
Redactar es escribir claro, integro, breve y original . Por ello, al redactar un párrafo se debe de
tomar en cuenta ciertas cualidades que ayudarán a la presentación clara y precisa del mensaje.
Tenemos la unidad de sentido y la coherencia.
Unidad: La unidad determina el criterio de redacción de un párrafo. Todas las oraciones de un
párrafo deben de estar relacionadas con la oración principal para que pueda decirse que hay
unidad. Es decir que, todas las ideas que lo integran deben tratar sobre un mismo tema o asunto.
La coherencia: La coherencia consiste en seguir el orden lógico de las ideas que conforman el
párrafo. Es decir, todas las oraciones se suceden en un orden lógico y natural; ayudando a
mantener a través de todo el párrafo, la idea principal.
Elementos de enlace: En la redacción de párrafos, la coherencia se pone de relieve utilizando
elementos de enlace y de transición. Estos elementos agilizan y facilitan la expresión de las ideas.
En la redacción de un párrafo se usan diferentes clases de nexos que ayudaran a presentar un
mensaje claro y coherente. Estos son: proposiciones, conjunciones, pronombres relativos y
adverbios.
Tipos de párrafos
Narrativos - es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a unos personajes.
Cuando contamos algo que nos ha sucedido o que hemos soñado o cuando contamos un cuento,
estamos haciendo una narración.
Descriptivos- explica de forma detallada y ordenada cómo son las personas, los lugares o los
objetos. La descripción sirve sobre todo para ambientar la acción y crear una atmósfera que haga
más creíbles los hechos que se narran. Muchas veces, las descripciones contribuyen a detener la
acción y preparar el escenario de los hechos que siguen.
Expositivos - es la explicación y desarrollo de un tema con el propósito de informar rigurosa y
objetivamente sobre él. En la exposición hay tres partes: la introducción, el desarrollo y la
conclusión.
Argumentativos - es un tipo de exposición que tiene como finalidad defender con razones o
argumentos una tesis, es decir, una idea que se quiere probar. Tiene las siguientes partes:
Exposición o introducción- debe ser breve y clara.
Cuerpo de la argumentación- contiene las razones que apoyan la tesis.
Conclusión- consiste en reafirmar la tesis, una vez razonada.
OTRA FUENTE DE INFORMACION (WICKIPEDIA)
EL PARRAFO
Un párrafo es una unidad de discurso en texto escrito que expresa una idea o un argumento, o
reproduce las palabras de un orador. Está integrado por un conjunto de oraciones que tienen cierta
unidad temática o que, sin tenerla, se enuncian juntas. Es un componente del texto que en su
aspecto externo inicia con una mayúscula y termina en un punto y aparte. Comprende varias
oraciones relacionadas sobre el mismo subtema; una de ellas expresa la idea principal.
Características
Un párrafo está formado por una o varias oraciones:
Oración principal: el párrafo está constituido por una oración principal que puede ser distinguida
fácilmente, ya que enuncia la parte esencial de la cual dependen los demás. Es posible decir
entonces que la oración principal posee un sentido esencial del párrafo. La oración principal puede
aparecer en el texto de forma implícita o explícita. Cuando la oración principal está implícita,ésta no
aparece por escrito en el párrafo y es necesario deducirla. En cambio, la explícita si la encontramos
escrita y podemos encontrarla al principio, en el medio o al final del párrafo.
Oraciones secundarias o modificadoras: Pueden ser de dos tipos: de coordinación y subordinación.
Son coordinadas aquellas que están unidas mediante conjunciones y posee en sí mismo un
sentido completo. Son subordinadas aquellas que solo adquieren sentido en función de otra.
Unidad y coherencia: consiste en la referencia común de cada una de sus partes, es decir, que la
oración principal como las secundarias se refieren a un solo hecho. Lacoherencia es la
organización apropiada de las oraciones de tal forma que el contenido del párrafo sea lógico y
claro.
En la literatura de ficción, el párrafo es algo más abstracto y depende su configuración de la
técnica del escritor y de las características de la acción en la narración. La ordenación de las
diferentes frases dentro del párrafo es más libre y lo más relevante, la frase con mayor peso
narrativo, puede aparecer al comienzo, en el medio o al final.
Un párrafo puede ser tan corto como una palabra o abarcar varias páginas.
Tipos de párrafos
Narrativos: llamado también cronológico, está formado por una secuencia de afirmaciones que no
requieren garantía o demostración de sus habilidades. Es típico de una noticia, una crónica o un
cuento en el que se expongan hechos en orden cronológico. Pueden aparecer conectores de tipo
temporal como: después, luego, hace un mes, para comenzar, a continuación, finalmente, pero la
exposición de la secuencia de hechos depende más a menudo de su posición en el texto.
Descriptivos: se presenta a través de las palabras la capacidad censo-motora de un ser humano.
Un párrafo descriptivo potencia el uso de la palabra y presenta una imagen sensorial ante los
lectores-receptores. A través de un párrafo descriptivo, un autor utiliza todos sus sentidos para
delinear los atributos de los objetos y sucesos percibidos. Mientras más detalle el autor los sentidos
utilizados en su delineamiento de lo percibido, mejor será la imagen del lector-receptor sobre lo
descrito.
Argumentativos: tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de persuadir a un
receptor. La finalidad del autor puede ser probando o demostrando una idea (otesis), refutar la
contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados comportamientos, hechos o
ideas.
Expositivos: sirve para explicar o desarrollar más ampliamente el tema que se está presentando.
Estos suelen ser más extensos y abundantes, dependiendo de la complejidad del tema o del
concepto que se esté explicando.
Párrafo de comparación o contraste: Consiste en comparar objetos ó ideas con el propósito de
diferenciar o decir sus semejanzas. Algunas expresiones de este párrafo son: "con respecto a" o "a
diferencia de".
Párrafos de enumeración: Se enumeran situaciones de manera que vamos de lo más importante a
lo menos importante.