La exposición está

organizada por FUNDACiÓN MAPFRE

con la colaboración cientifica y los

préstamos excepcionales del Musée d'Orsay

La exposición Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte mo­

derno presenta, a través de setenta yocho obras maestras del Musée d'Orsay,

el final del impresionismo y la eclosión del postimpresionismo.

Alo largo de las ocho míticas exposiciones que presenta el grupo impre­

sionista entre 1874 y 1886, la concepción tradicional de la pintura salta por

los aires. En 1886, se celebra la octava y última en la galería del marchante

Paul Durand-Ruel. Los críticos y el público empiezan entonces a asimilar

las novedades estilísticas propuestas por los impresion.istas, y estos comien­

zan a gozar de cierto renombre. Pero entre ese año y 1900, asistimos al desa­

rrollo de una modernidad más profunda y radical. El impresionismo evolu­

ciona hacia diferentes actitudes pictóricas, tradicionalmente definidas como

postimpresionistas, que amplifican el talante provocador de sus predeceso­

res y delimitan los principios estilisticos que abrirán la puerta a los lengua­

jes de las vanguardias del siglo xx.

MONET

Los impresionistas muestran signos de agotamiento hacia la representación

de temas relativos a la ciudad moderna y sus alrededores. Más preocupados

por la pintura como lenguaje, limitan sus asuntos y se concentran en temas

que les permiten expresar mejor sus preocupaciones plásticas. Así, a partir

de 1890 Monet pinta sus primeras series: las dedicadas a los almiares (1890),

los álamos (1891) y la catedral de Ruan (1892-93).

De forma paralela, instalado ya en Giverny, Monet comienza la serie sobre

su estanque de nenúfares, donde anula todo resto de perspectiva tradicional

para llegar a un grado de refinamiento pictórico que alcanza sus más altas

cotas de excelencia. Sus motivos se disuelven en una atmósfera cada vez

más abstracta y lírica, como sucede también en sus vistas del Parlamento de

Londres (1904).

RENOlR

Al contrario que Monet, Auguste Renoir, otra de las grandes figu ras domi­

nantes del grupo impresionista, vuelve a participar en el Salón académico a

partir de 1880, donde obtiene un gran éxito gracias a sus retratos. A la vez,

sus viajes a Argelia e Italia ponen de manifiesto la necesidad que siente de

renovar su pintura. El último Renoir encuentra en los desnudos al aire li­

bre el asunto en el que plasmar sus ambiciones estéticas: así, Las bañistas

(h. 1918-19), enlazan para él con la tradición de la pintura de los siglos XVI y

XV1I. Definidas como «un Tiziano pintado por Rubens», sus cuerpos exube­

rantes se despliegan en una atmósfera de fecundidad y eterna primavera,

que se traslada a toda la superficie pictórica.

Claude Monet Efecro de víento. Sene de los JI mas, 1891 Musée d'Orsay, París

Paul Cézanne Bodegón con cebollas, entre 1896 y 1898 Musée j'Orsay, Paris

CÉZANNE y SU INFLUENCIA

Se dedica en esta exposición un lugar especial a la importancia de Paul

Cézanne como nexo de unión entre el impresionismo y el postimpresio­

nismo, Cézanne siente desde sus inicios la necesidad de romper con las

reglas y de sobrepasar los límites que impone la técnica impresionista,

Siempre se interesó por el sentido constructivo manifiesto en la propia na­

turaleza y que se tradujo en esa mirada de carácter constructivo que ver­

tió sobre los objetos que trasladaba al lienzo,

En las obras presentadas en esta muestra, Cézanne insiste en el papel

desempeñado por los diferentes aspectos de la composición, abriendo el

camino que conduciría al cubismo, y convirtiéndose en el padre de las pri­

meras vanguardias,

TOULOUSE-LAUTREC y MONTMARTRE

Toulouse-Lautrec conoce, en 1886, a Van Gogh, Bernard y Anquetin, y los

cuatro amigos empiezan a exponer bajo el nombre de «impresionistas del

petit boulevard», El artista de Albi experimentará con perspectivas muy

forzadas, tomadas de los grabados japoneses, con un dibujo nítido y con

temas de los bajos fondos, Pero a diferencia de Théophile Alexandre Stein­

len, nunca fue acusador de los vicios de la ciudad: su pintura y sus dibujos

retratan lasfiores del mal de lVrontmartre con una mirada tierna y solida­

ria, sin cinismo y sin arrogancia, A través del retrato de las grandes divas

del Moulin Rouge inaugurará una nueva manera de pintar, de una gran

simplificación y austeridad de recursos, opuesta a su enorme capacidad

expresiva, nacida bajo la sombra de Montmartre,

Henri de Toulouse-Lautrec

La payasa Cha-U-Kao, 1895

Musée d'Orsay, París

Paul Signac

La entrada del puerto

de Marsella, 1911

Musée d'Orsay, en deposito

en el Musée CantJní,

Marsella

EL NEOIMPRESIONISlVIO

Camille Pissarro había insistido en que sus amigos Georges Seurat y Paul

Signac participaran en la octava y última exposición impresionista, Lo ha­

rán con obras «puntil1istas», generando una fuerte controversia, El cl"Ítico

de arte Félix Fénéon inventa el término «neoimpresionismo» para definir

este nuevo estilo pictórico en el que los colores puros, aplicados mediante

pequeños puntos, se yuxtaponen, favoreciendo la mezcla óptica de los colo­

res en el ojo y no en la paleta, El neoimpresionismo marca una dialéctica de

ruptura y continuidad respecto del impresionismo, con una fuerte concien­

cia de «progreso», La importancia de la ciencia se hace evidente, al tiempo

que esconde un ataque al efecto «improvisado» del impresionismo,

Seurat perfecciona su método de mezcla óptica de los colores, Su prema­

tura muerte en 1891 podl"Ía haber supuesto el final del puntillismo, pero

Signac, muy cercano, en sus inicios, a los principios sociales del anarquismo,

se convierte en líder eficaz y gran teórico de este movimiento, Su descubri­

miento del Mediterráneo le permite simbolizar, a través de la luz y del aire

puro, su confianza en un mundo mejor, como muestra en su gran obra En­

trada del puerto de Marsella (1911), Hemi-Edmond Cross se convertirá en el

mejor heredero de estos sueños arcádicos, a través de obras fundamentales

como El aire de la tarde (1893) o La cabellera (h, 1892),

Vincent van Gogh

Coronas impenales en n jarrón de cobre, '1887 Musée d'Orsay, Paris

Vincent van Gogh

El salón de baile en Arlés, 1888 Musée d'Orsay, Paris

VAN GOGH

En 1886, Vincent van Gogh, junto a sus amigos Henri de Toulouse-Lautrec,

Louis Anquetin y Émile Bernard, pinta los barrios de París, haciendo un uso

muy expresivo e intenso del color, como muestra en El merendero de Mont­

martre (1886) o en El restaurante de la 5irene en Asnieres (1887).

En febrero de 1888, Van Gogh viaja a Arlés, donde trabaja en el poder de

sugestión de los colores, y en el significado simbólico que estos permiten. Por

esa fecha escribe a su hermano Theo: «en lugar de reproducir exactamente

lo que tengo ante mis ojos, empleo el color de una manera más arbitraria, a

fin de expresarme con vigor».

Van Gogh convence a Gauguin para que trabaje con él en Arlés. Durante

nueve intensas semanas conviven y pintan en los Alyscamps, la necrópolis

romana de Arlés. En contacto con Gauguin, Van Gogh acrecienta su familia­

ridad con un sincretismo radical, de planos de color bordeados con trazos

gruesos y oscuros, tal y como se aprecia en El salón de baile en Arlés (1888),

Pero tras el famoso incidente en el que Van Gogh se corta una oreja yse la da

a una prostituta, Gauguin regresa a París, y Van Gogh se interna voluntaria­

mente en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence. Sus autorretratos no

permiten dudar de su sufrimiento, ni de confianza en el poder terapéutico

de la pintura.

I

Paul Gauguin

Marina co~ vaca, 1888 MusÉla d·Orsay. Par,s

Paul Gauguin

CampeSinas (J'elonas, 1894

usée d·O,say, Parls

GAUGUlNYPONT-AVEN

Gauguin se instala en la localidad de Pont-Aven en 1886, donde dice encon­

trar <do salvaje, lo primitivo». Dcsde 1860 este lugar acogia una colonia cos­

mopolita de artistas, que conseguían vivir con casi nada. El carácter austero,

el fenror místico y la natura leza violen ta de Bretaña consti tuyeron una reve­

lación para Gauguin y sus amigos.

En ese ambiente, Gauguin conoce a Émile Bernard, con el que elabora

una nueva manera de pintar, sintética y esencial, que elimina los detalles y

contornea las formas planas mediante un trazo negro que recuerda al plomo

de las viclrieras. Al rechazar el pintoresquismo del lugar, estos artistas renie­

gan de la expresión natural del paisaje: «No copie a la naturaleza -decía

Gauguin- el arte es una abstracción. Extráigala de la naturaleza soñando

ante ella».

Paul Sérusier

Fllahsmdn, 1888

usée d'Orsay, Paris

Maurice Denis

Las musas. 1893 Musée d'Orsay, Paris

NABIS

En octubre de 1888, Paul Sérusier enSCl1a a sus colegas de la Académie Ju1ian,

la pequeíia tabla que acababa de pintar en Pont-Aven bajo el dictado de Paul

Gauguin. Dcnominada El talismán, esta obra plantea por primer<t vez abier­

tamente lo que será la pintura en el siglo XX (<<una superficie plana con for­

mas y colores»), abriendo la puert<t <t la abstracción y l<t concepción objetual

del cuadro.

Alrededor de la emoción que suscita El talismán, este grupo de artistas, que

se autodenominó «nabi», concibe la pintura «como un grupo de acordes, ale­

jados definitivamente de la idea naturalista». A esto se suma su interés por la

materialidad de la pintura, para la que los ejemplos de Van Gogh y Cézanne

resul tal"On esenciales.

Pese a concebirse como grupo, los nabis son muy diferentes entre sí: mien­

tras Pierre Bonnard y Émile Vuillard exploran notas in timistas y sensibles,

Ker-Xavier Roussel se concentra en temas bucólicos, y Maurice Denis, Paul

Sérusier y Paul Ranson se decantan por una mística de corte católico. Pero en

todos ellos, cualquier asunto banal trasciende hacia la representación de una

existencia silenciosa cargada de enigmas. Sus personajes aparecen aislados,

incomunicados, haciendo gala de una vida interior que se desarrolla en los lu­

gares más inescrutables del alma humana.

En paralelo, los nabis, dentro de una corriente general en la que se inscribe

el ArtNOllveall, van desarrollando Llll arte en el que, independien temen te de

los personajes y las historias, lo decorativo (en el ritmo de la pincelada veían

la repetición armóníca de los motivos) va adquiriendo una importancia cada

vez mayor que les lleva a trabajar en grandes decoraciones.