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LapidemFUNDIJORGEPEÑAMEDRANO

1. RECIÉNLLEGADA

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La forma en la que Andrea despertó del viaje fue de lo másmolesta.

Reposaba su mejilla en los nudillos. El brazo había logradoequilibrio sobre el escaso apoyo que ofrecía la ventana del vagón, losuficiente comoparaque el sopor lehubiera alcanzadounpardehorasantes,trasuneternoviajeenavióndesdelaorillaopuestadelAtlántico,unvagabundeo desorientado por el metro de Madrid, que no habíacomenzadosuactividadhastalas6:00delamañana,yunahoradeesperaenlaestacióndetrendeChamartín.

Cuandoelsueñodelamuchachaeramásconfortable,elpasajeroque había estado sentado todo el viaje a su lado, se incorporó comounresorte, recogió sus pertenencias de los estantes superiores y, con lainercia que le ayudó a sacar la maleta al pasillo, arruinó el decorosotocado que sometía al cabello de Andrea y el sosiego que la mecía.Además,leindujounligerovaivény,traqueteoatraqueteo,elcodosefuedeslizando,tic...tac...hastacaeralvacío.

¡Bum! Su cabeza se estrelló contra el cristal. Un sonido huecorecorrió el vagón persiguiendo al agresor fortuito, que no se habíapercatadode sudescuido.Andrea, desorientada, retorció su cuellohaciatodas las latitudes que pudo y, entre brazos y maletas desplegados adiscreción, descubrió varios rostros jocosos que la buscaban con unamirada interesada para regocijarse con la desazón de quien se hubiesepropinadotaltestarazo.Ylahallaronaella,conlasmejillasprendidas,ynocedieronensuinconscienteburla,sonriendosinreparo.

Con el gesto torcido, obviando la insolencia de la gente que laobservaba,revisóelcoche,confusa.Consussentidosadormecidos,tardóen darse cuenta del ajetreo de viajeros que invadían el corredor condesorden y nerviosismo preparando sus pertenencias y ataviándoseconcienzudamente conabrigosybufandas con la intención, sinduda,deabandonar el tren. Lo que quería decir que estaban llegando al últimodestino,queeraelsuyo.

Ilusionada,alsentir tancercasullegadaaaquellapequeñaciudaddevastahistoria,quehabíaidealizadodesdeniñaestandoalotroladodelmundo, encendió sus ojos con el brillo del amanecer y acomodó surostro,demediolado,almismocristalempañadoquehabíasoportadoelsonoroenvitedesufrente.

Los ojos buscaban con inquietud y, poco a poco, su boca se

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descolgó,víctimadelfraudequeasolóasusexpectativas.Laimagenquesumenteteníaconstruidasobrelaciudaddelaquetantasmaravillashabíaescuchado,diferíaradicalmentedeloquesemostrabaanteella.

Unamuchachaacostumbradaavercordillerastropicales,comolaSierraMadreOriental,repletasderesquiciosdepiedrasmísticasmayasyaztecas, sólo pudo hallar decepción cuando, lo primero que se lepresentabaalviajeroqueseacercarahastalacapitaldeloquefuera,cincosiglosatrás,elreinomáspoderosodelmundo,enlaactualidadfueraunazona despoblada, rasa e inerte, rodeada de talleres herrumbrosos yoscuros.Loscamposverdesyplácidos,quehabíarecorridoeltrenenloskilómetros previos, tras su fortuito despertar, se tradujeron entonces ensuciedad y caos. La joven se revolvió con gesto de hastío y, entre elentramadodegentesyvoces,asiósumaleta.Sincuidadoalguno,ladejócaer por su propio peso contra el suelo y, en su descenso, se accidentócontralasespaldasdeloshombresqueseagolpabanenelpasillo.Unodeloscaballerossegiró.

-Disculpe-susurróapurada-,nopudeagarrarla.Elhombrelevolvióadarlaespaldasindifuminareldisgustoque

mostrabasugesto,niofrecerle respuesta.Laúnicaquecabíapasabaporquitarlegravedadalincidentey,parauncastellano,undescuidoasí teníauna importancia concreta que las disculpas no restan, pero, un señor deaquellastierras,tampocoserecreasalpimentandoheridas.

El rostrode lamuchacha,másporpudorquepor rabia, sehabíaencarnadonotablemente. Pero siempre haygente que se engrandece conlasmiserias ajenasy abre subocaparaproducir desagradables sonidos,quedenominanopinión,aunquesonbasuraensudefiniciónmásprecisa,quesedejaronolerenaquelcoche.

-Hayqueverquépococuidadoyrespetotienelagentejovenesta...quesólopiensanenellos-comentóunaseñora.

Andrea, avergonzada, sorteó las miradas por segunda vez.Aquellas eran inquisidoras, pero procedían de lasmismas personas queantescurioseabanimpertinentes.Ella,conlamaletaensupoder,acomodósucuerpoenelasientoy,enlospómulosencendidos,reposólosnudillosy,enelescasoapoyoqueofrecíalaventana,asentóelcodo,otravez.Sesintióvacíaysola,sediocuentadelolejosqueestabadecasa.Máslejosdecasadeloquesehubieraimaginadonunca.

Lavíadirigióeltrenaunemparedadogris,alrededordelcualse

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erigían decenas de edificios impersonales de ladrillo, residencialesuniversitariosmás propios de poblacionesmodernas y sin personalidadquedeunamilenariaciudadeladecargadopesopolíticohasta laentradaenelSigloXX.

Alaccederalaestación,laimagennolareconfortó.Anteellatansólohabíaunaestaciónmás,áridayfría.Comenzabaapreguntarsesilaspersonasquealababanaaquellaciudad,lahabíanvisitadoenpersonao,enrealidad, eran meros corre-voces de un supuesto mérito asumido portodos a lo largode lahistoria, comoel de lienzosde esosque sedejansecar en el Museo de arte contemporáneo de New York; mitos sobrevirtudesque,luego,dejanabsortasyfrustradasalaspersonasquesedejanguiarporesasafirmacionesignaras.

En cuanto salió al aire libre, frío como ese tajo imprevisto querecorre el cuerpo y desordena tu entereza, acentuó su incomodidad alobservarquelaestaciónparecíaperdidatrasunacallerepletadeárbolesque,artificialmenteordenados,hacíanguardiaaamboslados.

-¡Unacallesintránsito!-Seextrañó.Tansólohabíaunhistéricoyruidosomovimientodevehículosque

le iba arrebatando la compañía peatonal que esperaba tener, al menos,hastallegaraalgúnlugarmásanimado.Loqueibaocupandoelcamino,fueunaligerabrumadehielo,tanserenacomolúgubre.Retrocedióunospasosalacarreraparavolveralresguardoqueofrecíalaestación.Ojeóalosciudadanosquesalíanyentraban,alosfamiliaresyamigosqueveníana recoger a los viajeros... Arrastró su maleta a los excusados, se quitóabrigoyjerseyycomenzóacubrirseconhastaseisprendas;laséptimanodaba de sí. Tampoco cedían a la flexión de los brazos, que sólo lepermitíandefinirángulosrectos.

–Menosmalquemi celularno funciona–bisbiseodemalaganamientrastratabadesubirlacremalleraporencimadelombligo,sinéxito.

Bufó enfadada, cesó en su esfuerzo dejando caer las manos condesganay, frenteasí,encontróunespejodondesevioconvertidaenunmonigote de feria, gordo, marcando las cuatro y treintaisiete con losbrazos.Bufódenuevoy,sinmásopción,seentregóalpaseoconrapidez.Contodalaquepudo,tanteandoaquelsueloescarchado.

Frenteaella, laacera, larguísima,quenoparecía llegaraningúnsitio, se desenredaba como una alfombra a medida que adelantaba suspasos.

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El silencio se hacía evidente, como si sus oídos ensordecieran,salvo por el exasperado murmullo que se desenvolvía dentro de laestación donde los viajeros se arremolinaban y desplazaban con susmaletasdeladoalado.Pero,comoeradeesperar,elrumordesusvocesse fue apagando en la lejanía. A cambio, un soplo de aire atenazó lossentidosdeAndreaylasorderapareciódefinitiva.

Estabasolaenunacallequenodejabavernadamásalládelvahosuspendido; caricia glacial inamovible que comenzaba a ser un estorbopara el arrojo emprendedor de la joven. Pero no se dejó llevar por eldesánimoque ledaba toquecitos enelhombroparadetenerlay contarlecosasaloídoque justificaransurendición.No.Porelcontrario,caminóaprisa para librar cuanto antes el corredor de boscaje inquisitivo, dealineado férreo, que no mostraba atisbos de tener fin. El tiempotranscurría al son de sus tacones. Corrían los segundos con el alientoagitado y opaco que expelía, fatigada de arrastrar la maleta quetraqueteaba pesadamente en los adoquines de las aceras. Los árbolesparecíanmultiplicarseamedidaque los libraba: segúnseacercabaasustroncos, una decena de ellos se desplegaba detrás, como cartas de unabarajaenmanosdeuncroupier...y,Andrea,volvióabufar.

Pasarondosminutosquesehicieroneternospero,parasualivio,seabrióunespaciosuculentoparaelpaseoalolargodeunacallequeseextendíahacialaderecha,perpendicularmentealaanterior.Depronto,unrumordevidaseprecipitósobresussentidosyunabandadadepalomas,formadaporunaveintenadeellas,sealzódesdeelsuelosúbitamenteconun gran estruendo de aleteos en medio de una neblina deslumbrante acausadelprimerdestellodesol.Sobrecogida,searrugóenungritomudo.Tardó un instante en asumir la realidad de lo que habían visto sus ojosque,enunprimermomento,seleasemejóaunfantasmahostil.Detrásdetan formidable despliegue, aparecieron tres niños desbocados que lagolpearon accidentalmente, haciéndola caer sobre sus posaderas, y queregresaronhacia el amplioparque sin reparar en supresenciay,muchomenos,sinpercatarsedesuenfado.

-¡Gasatum...!–voceóofendida.Tomóairebuscandolamiradadelospadresdeloscríos.Esperaba

que, como protectores de los pequeños, hubieran visto todo lo que susvástagos hacían. Sin embargo, los adultos se agrupaban en torno a unabancadadondehablabandistendidamentesinprestaratenciónaloquelos

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rodeaba, ni siquiera al frío. Andrea, se quedó perpleja y huérfana dedisculpaspordosvecesensuprimerdía.

-¡Quépedoconesto!Nopuedocreerloquemeestépasandoestoamí–masculló.

Con el gesto furibundo, hizo un gran esfuerzo por doblar susbrazoslosuficientecomopararetirarlamangaizquierdaypoderverelreloj, las prendas apretaban y la obligaban a enderezarlos…pero logróavistar la esfera y comprobar que aún le sobraban casi cinco horas delibertad.Cincohorasdurante lasqueno teníamuchoquehacerenaquellugarque,oficialmente,yaleeraantipático.

Unadesganaincómodasecomenzóaapoderardeella.Depronto,elviaje,que tanta ilusión lehabíahechocuando ledieron lanoticia tresmeses atrás, se le atragantó. Quieta, sentada fortuitamente en el suelogélido,conlosbrazosestiradosehinchadosdelana,aqueldesánimoquelehabíadadotoquecitosenelhombro,parecíahaberlaalcanzadoyyasehabíasentadoenélparadictarleelcúmulodesensacionesqueseempezóa arraigar en su pecho: vacío, soledad, inseguridad, aflicción, miedo...todojunto,mientrasseresignabasuánimoanteunsinfíndeconvulsionesdesualma.

Volvióasuniñezsindarsecuenta.Seconvirtióenunacríaperdidaentregentesdesconocidasysin laposibilidadderecibirunabrazodesumadre.

Niunsoloabrazo.Sola.Lejos.Aquellaspalabrasvestíansupensamientoyeltemorseleacentuó.

Por un momento, lo único que se le ocurrió fue volver. Darse mediavueltayregresarasutierranatal.Estabaatiempo,antesdeenfrentarseaaquellaestérilexperienciaqueseleofrecía...volveralcalordelossuyos...El viaje estaba pagado y los billetes de regreso abiertos. Podía hacerlo,llegaríaenunpardedíasenelpeordeloscasos,podríadesconectarsedelmundountiempoyreconducirsussueños.

Allí,tiradaenelsuelojuntoasumaleta,parecíaformarpartedelmobiliario urbano.Nadie reparaba en ella y ella dejó de sentir, con losojosestáticosensupensamiento,viajandolejos,muylejos,afianzandosudecisión.Jamáshabíasidomásconscientedeladistanciaquehabíahastasucasayhastasusseresqueridos.Unocéanoinmensolosseparaba.Miles

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dekilómetros.Sedesfondósucorajecayendoendesconsuelo.Aprecióunagudo desamparo y le vino a lamente su hermana, que siempre estabapendientedeellaylahabíaalentadodesdeniñacadavezquelascosasseletorcían.Entoncesfuecuandorecordósuspalabras:

- Si cada nuevo año lo iniciamos con un sinfín de propósitos,“mijita”, porque es una nueva oportunidad para que todo vayamejor apesarde la“chingadera”delanterior,cadadía tenemosque levantarnoscomosieldíadeayernohubieraexistidoydebemospensarquevaaserpadrísimo…Y,ahoritamismo,cadaminutoquepase,vengaloquevenga,debemos ser arrojados, sin anclarnosa situacionesquenospuedahaberpasado instantes antes, hay que comenzarlo con fuerza, mirando haciaadelanteporquedeesodependenuestrafelicidad.Quiennosabesonreírleal futuro inmediato estará abocado a la infelicidad y a la frustraciónconstante.

Rememorandoaquelloquesuhermanamayorleexplicara,Andrease reincorporó pesadamente. Marcó, inevitablemente, las cuatro ytreintaisieteconlosbrazos.Miróasualrededorintentandoencontrarunanueva ciudad. Hizo un esfuerzo por sonreír, y suspiró al tiempo. Elsuspiroseleretorcióenelpecho,quepalpitótristeysalióatrompicones,condesaliento.Observólacantidaddegentequeserepartíaportodosloslugares, tranquilos y distendidos a pesar de las bajas temperaturas, ypensó:

-Siestagentebabosapuede,yomejor–escupiórabiosa.Recobrando fuerza y coraje, decidió olvidar sus flaquezas y

procuródisfrutardesurecorridohastahallarelcentrodelaciudad.Desdeallí,preguntaríaelcaminohaciaelalberguejuvenildondeteníaaseguradala estancia durante las tres semanas estimadas para cumplir con elcompromiso de la “Beca para Jóvenes Arquitectos”, durante lasvacaciones de invierno, incluido:NocheBuena,Navidad,NocheVieja yAñoNuevo.

Alolargodelfrondosoparque,curiosa,descubrióalgunaqueotraparejitadepúberosescondiendosusbesosenlaintimidaddelosmatojoscristalizadosmientras que, en los asientos sobre los que el sol lograbaposarsusrayos,ancianosaburridosdejabancaermigasdepandondelaspalomas,deveinteenveinte,volvíanaposarselejosdelostorpespasosdelosinfantesquelasacosabansincesar.

Al fondo, más allá del concurrido vergel, se vislumbraba un

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recorrido amplio plagado de arbustos que, recortados con precisión,dibujaban la linde del río que permitía intuir su discurrir cruzando laciudaddeesteaoeste.

Por fin se empezaba a traslucir la imagen de aquella ciudad declase noble y burguesa en las fachadas que se insinuaban entre elabundante follaje. A un lado y a otro del río, imponentes, se elevabanedificios del siglo pasado, de nomás de cuatro plantas, con balconadascerradas por resueltas cristaleras y con finosmotivos ornamentales. Lapiedraeralimpia,lasmaderasestabannutridasybienconservadas.

-Una auténtica ciudad señorial, porDios, esto es otra cosa -dijoparasíAndrea.

Las copas de los árboles comenzaron a ceder protagonismo alurbanismo estrecho y enraizado de las ciudades vetustas.Una iglesia demuros gruesos, propios del románico, tenía sendos añadidos a suscostados, con ventanales amplios y coloristas, terminados por grácilesadornosgóticos,loqueayudabaasaberqueaquellaciudadproveníadeunmundoricoenconstantecambio.

Andrea comenzó a comprender, paseando los empedradosdesgastadosyviendo lasorillas casi amuralladasdel río, que enverdadaquello era algo único. –Hablan de París, Viena y Florencia... pero elesplendor no es sólo magnitud... estas piedras cuentan Historia- pensóAndrea sin esconder una sonrisa nerviosa, ansiosa por encontrar,impresosenlosrinconesdelaurbe,recuerdosdesuleyendaacadapaso.

Para más exaltación, de pronto, sus ojos se extraviaron ante elmaravillosoplacerqueselesmostró.Agujasdepiedradespuntabanentrelosedificios.Agujasenormesquesebañabanenaquellamágicaneblina,deslumbrante al sol, que definía los rayos que las atravesaban por susornatoshoradados.Espléndidospináculosgóticos,ambiciosos, ligerosyexquisitos que se alzaban ceremoniosos sobre los tejados. Erangrandiosos. Tanto que, en el afán de Andrea por llegar a los pies deaquellamajestuosaobra,dejandoatrásunedificio,yotro,yotromás,laimpresionante Catedral parecía alejarse tanto como los pasos que elladabaparaallegarsehastasusmuros.

Inquieta, descubrió, cien metros más adelante, un puente que,seguramente, le permitiría cruzar directamente hacia allá. La jovenarquitecta, como llevada por una fuerza extraña, comenzó a acelerar elpaso. Una sonrisa boba se apoderó de su rostro adueñándose de su

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persona y haciéndole perder toda rectitud y carisma. Al avanzar, ya nocaminaba,nidabapasosrápidos,aquelloeraun trotedemedio ladoqueejecutaba, como hechizada, a saltos ligeros y armoniosos. Perdió lapresencia de símisma.Ya sólo existía aquel prodigio de la humanidad.Pero,antes,teníaquesuperarelarcodeentradaalaciudadmedievalquefueaquellaurbe.

Repentinamente,parasufastidio,unasucursalbancariamodernistayllamativaseentrometió…

- ¡Apartate!–legritóunhombreenbicicleta-. ¡Estáshaciendoelpayasoporelcarrilbici!

Andreadiounbrincoinstintivamenteenelmismocaminorojoquepisaba,yelciclistalaesquivóinextremis.

-¡Payasa!–leinsistió-.¡Aparta!Andrea,ruborizada,saliódelcaminorojo,apuntósumiradahacia

elpuentequelellevabahaciaelarcodeentrada,ysepusoacaminarcomosi no estuviera dentro de su cuerpo, hasta que reparó otra vez en laCatedral…soberbia.Entróensí, sonriódenuevoy…denuevo,parasufastidio,elfascinantepaisajedearteynaturalezafueperturbadolaoficinacrediticia.SeimaginóaquellojuntoalaPirámideTotocanadeLosNichosyseindignóprofundamente.

Cerrólosojos,tomóaire,retomófuerzas,obviólosdetallesquelamodernidad,sinpudor,aportabaalmundoyseacercóalmilenarioaccesosurdel“Burgo”antiguo.Caminóbajolabóvedaumbrosaconprudencia,revisandocada rincón.La luz era intensa al otro lado.Asomó la cabezalentamente a una plaza sosegada, austera y libre, que ofrecía todo eldisfrute para la observación. Y… ahí estaba. En frente. Impresionante.Solemne.Eraúnica.YloeraapesardelaHistoria,apesardeloscambiosquehabíasufridoporyparaeldeleiteypropagandadenoblesdeantaño;apesardelasguerrasquesehabíancernidosobrelaciudadyapesardeesainsólitainscripciónanacrónicaconelnombredeundictadordelSigloXXauntamañodeletra“tresmil”.

QuédesastreseríaqueBerlusconihubieraescritoincisosunombresobre el coliseo de Roma, o Hugo Chávez lo hubiera hecho sobre eledificiomásemblemáticodelaCiudadUniversitariadeCaracas,tambiénPatrimoniodelaHumanidad.

Pasómásdeunahorarevisandocadarincóndelaobragóticaporexcelencia.Lasescalerasdepiedraque la rodeaban,ascendíanhaciauna

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calle empedrada repleta de iglesias que, aún siendo de menor entidad,ostentaban una espléndida belleza. Las esculturas eran sublimes, laornamentación fascinante y equilibrada -no desde el punto de vista delneoclasicismo, desde luego, pero sí dentro de un mundo gótico quemoriríaenunbarrocoexcesivamenterecargado.

UnavezqueAndrea,conlapielsonrojadaporelplaceremocionalmáshondo,habíacomprobadoquelosrumoressobrelaciudadnohabíanalcanzado lamagnitud realde tantagrandeza,comenzóapasearpor suscalles, impresionaday,sobretodo,cautivada.Ningúnedificioexcedíadecinco plantas procurando, aunque con autonomía de época y gusto,manteneruncriteriodeunidadurbanísticaentreloañejoylosofisticado,logradoentodopunto.

La calle de La Paloma se iba alejando del recinto catedralicio,convirtiéndoseenlacalleLaínCalvo,yacercándosealpuntodeinflexiónquedabapasoa la calledeSan Juan,que llevabahasta la antigua salidaEstedelaciudad.

Estabanplagadasdecasasnotablesy,justoenmedio,comovérticedel ángulo que formaban las dos calles, se elevaba el Edificio deCapitanía.Másjovenymássobrio,peroquedenotabalarelevanciadelacapital en el panorama nacional a lo largo de los siglos con unneoclasicismoqueaúncoleabacondetallesbarrocos.Yunpocomásallá,aladerechadelacalledeSanJuan,hallóeledificiomásilustredelcentroactualdelaciudad.Unaobravanidosaquecontabaconunarepresentaciónde una gran cuerda franciscana que envolvía los escudos de Velasco yMendoza sobre una de las portadas. Una fachada ostentosa por susespectaculares balconadas y los detalles finales del gótico tardío. Pero,Andrea,pudoreconocerquesehabíaadornadoconlasutilezaconlaquese engalanaría la mujer más refinada de una sociedad regia: sobria ydeslumbrantealmismotiempo.InmueblequeseapresuróaprocurarseelgranpadrinodelaCatedraldefinalesdelsigloXIVyprimeramitaddelsigloXV,elCondestabledeCastillaDonPedroFernándezdeVelasco.

-Yalodijeramimadre:“jalanmásunpardenalgasqueunpardebueyes”.¡Ja!Unamujercaprichosaqueimponesusexigencias¿Porquésino-pensóAndrea-…unhombreibaanecesitarunaresidenciamayorquelaqueelpropioreyteníaporlazona?Comotodoenestemundo,desdeelpecadooriginal.

Andreasepeleóconsupropiopensamientoporuninstante.¿Cómo

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ibaahacerellamismauncomentarioconesemarcadotoquemisógino?-Perono,ellasquieren loquecreenquevalen -prosiguióensus

pensamientos-.Sonloshombreslosquecometentorpezasporseguirasuinstintoantesqueasucabeza.

Untorbellinodeemocioneslavapuleódepronto.Alrecordarquelaexistenciadeuncordónenunedificioeraseñal inequívocadequeunRey había dormido en sus aposentos, le vino al pensamiento la imagenidílicadeldíaenelquelosReyesdeCastillarecibieronenaquelpalacioaDon Cristóbal Colón a su vuelta de su segundo viaje a las Indias. Elnavegante más conocido de todos los tiempos, en algún momento delpasado,caminóporelmismositioqueellaocupabay la jovensintióuntactoinexplicable,unacariciaeléctricayenvolvente,comosidosépocasydosmundoslejanoseneltiempoyenelespaciosehubieransuperpuestogracias a la magia de la memoria y los entes de antaño atravesaran sucuerpo. Pero, cierto rencor afloró desde su foro interno hasta su bocaamargándoladepronto.Aquelhecho,alavez...cercenólainciertahistoriade su tierra... incierta, tal vez, a causa de aquella invasión. Tal vez no,tambiéneraconscientedeesaopción,ylereconcomíanotenerlacertezadelounoodelootro.

Giró sobre sus talones, tomó aire, un aire que sintió tan limpiocomosólohabíaconocidoenCoscomatepec...y,el tragose leendulzó...flotandoenHistoriaconmayúsculas.Inconscientemente,sonrióolvidandoporcompletolosmaloscomienzosdesullegadaala“CabezadeCastilla”hastaolvidar,también,lahoraqueera.Habíallegadocontiempodesobrapara acomodarse en el albergue, comer, e ir a la cita con los demásbecados.Sinembargo,sehabíadedicadoaver todo loquenosesalieradel límite demarcado por los resquicios de la casi inexistente muralla.Muralla que, en realidad, eraun tabiquedesastradodurante la guerradeindependencia por los ejércitos de Inglaterra y Francia y prácticamenteeliminadoporelurbanismodelsigloXIXyXX.Delasoncepuertasqueostentó en sus años de prosperidad, en la actualidad aún exhibía nueve,pero eran lugares de paso de vehículos y no se encontraban bienconservadas. Además, no quedaba gran cosa de los tramos de murallaentre puerta y puerta. Solamente piedras que bien podían haber sidocolocadasenlossiglosmásrecientes.

Tanto afán puso en repasar los contados sillares que seconservaban alrededor del conjunto histórico que, cuando se quiso dar

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cuenta,yanohabíatiendasnirestaurantesabiertosenlaciudad.Con urgencia, pues sólo tenía una hora y media para llegar al

albergue, buscó algún local abierto. Caminó por la calle de Santander,dirección norte, porque en ella se aglutinaba todo tipo de comercios yparecía un lugar seguro donde poder encontrar algo. Preguntó a unostranseúntes, que caminaban por dicha calle accediendo a laAvenida delCid,juntoalaPlazadeEspaña:

-Disculpen¿Sabenalgúnlugar…Sinterminardehacerlapregunta,unodeellosleinterrumpió.-SorryIdon´tspeakspanish.-Quésuerte-comentóasqueada-.But...doyouknow...-I'msorry,wejustgot–intervinodenuevosindejarlaterminar.Almomento,segiróhaciaunhombretrajeado.-Disculpe,¿sabedealgúnlugarparacomeralgoporaquí?Elhombre,conunasonrisaafable,esperóaqueAndreaterminara,

porpuracortesía,yadoptóungestodedisculpa.-Nosoydeaquí,losiento.Andrea no se lo podía creer, siempre ocurría lomismo.Cuando

unonecesitaquele indiquenunlugar,nohaynadiemáspor lacallequeextranjerosyforáneos.

-¡Taxis!-pensóenaltoalverunletreroqueindicabalapresenciadeunaparcamientodeaqueltipodetransportejuntoalcolegioLaSalle.

Seacercócorriendoconlamaleta,quedabatumbosdeladoalado,yasomólacabezaporlaventanilladelcochesinelmenorrecato:

- Disculpe… ¿Hay algún sitio donde poder comer algo a estashoras,unahamburguesa…oalgoasí?

Eltaxistalevantólamiradaconpesadezy,cuandoparecíaqueibaaignoraralamuchacharegresandolosojoshaciaelperiódicoqueojeaba,dijo:

-AlfinaldeestaAvenidateencontrarásconlaAvenidaCantabria,subiendoporellahaciaelnorteverásuncentrocomercial.Allíhayalgúnrestaurantedecomidabasura.

Aunque ladistanciaerademásdedoskilómetroshastael centrocomercial, y a pesar de que Andrea llevaba una pesada maleta, unvoluminoso bolso y una carpeta de dibujo enorme, el taxista no hizomencióndeabrirsupuerta.Dehecho,ellanorequeríadesusserviciosnidisponíadedemasiadodinerocomoparamalgastarloenviajesurbanos,

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pues tenía planeado algún viaje por el resto del país. Aquel hombreparecióhaberlointuido.

La joven llegó con comodidad hasta el cruce que formaban laAvenidasdelCidyladeCantabria,justodespuésdedejaratráselhospitalporunladoylafaldadelamontañaqueascendíahastaelcastilloporelotro.Apartirdeesemomento,lacallesecomplicóelevándoseconmayorintensidadacadapasoy,enloalto,elcentrocomercialparecióreírsedeella. La retaba con sus ventanales pícaros. Caminar por allí, también lerecordóaCoscomatepec,asusrutasdesenderismoporlafaldadelPicoOrizaba. Aquello pesó sobre manera en las piernas y la respiración deAndrea.Entonces,sepercatódelescasointerésmostradoporeltaxista.Encualquierotraciudad,habríaintentadoarrancarlamaletadelamanodelamuchachaparaponerlaenelmaleteroantesdequeseatrevieseadecirqueno.

Elhambreseatrincheróenelestómagodelajovenysehizofuerteen él. Parapetado, comenzó a exigir comida sin miramientos ninegociación. Parecía no entender que para llegar hasta la comida, lahostilidad no era el camino y que, la chica, amenazada, en vez de susexigencias, necesitaba su ayuda.Pero, como todo tirano, se convirtió enunmartirioqueleimpedíacaminarcondiligenciaensuascensohastaelpreciado tesoro. A pesar de todo, Andrea llegó derrochando fuerza ydenuedo,comotambiénsuelesercostumbredelsubyugado.Sesentóparaentregarelrescateasuestómagoyserlibredepensarporsísola de nuevo. No era lo que había imaginado comer en España, ni enBurgos,sobretododespuésdehaberindagadosobresuricagastronomía,pero aquel hambre no era exquisito, sino, más bien, agresivo, torpe ygroseroyestabadispuestoaengullirtodoloquefueracapaz.

La ropa empezó a pesar y, libre de condicionantes, despojada demiedosalosrumoresdelagente,sefuequitandoprendasenmediodelasaladelCentroComercialentrebocadoybocado.

Mientras tanto, el tiempo pareció agazaparse en un rincón a laespera de que Andrea se despistara, momento que aprovecharon losminutos para escaparse corriendo. Cuando la joven volvió a mirar elreloj, ya eran inalcanzables. La muchacha saltó de la silla, metió lasprendas en la maleta de nuevo, enredadas, la cerró como pudo y,manteniéndola en vilo, bajó por las escaleras mecánicas a rápidaszancadas.CorriócuantopudoAvenidaabajo,adelantóaalgúnminutopor

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elcamino,aunquenoa todos losnecesarios, torcióhacia laAvenidadelCid y continuó sin aliento hacia la zona donde sabía que encontraría unnudodeparadasdeautobusesurbanosdeloscuales,algunolallevaríaalalbergue.

Cuandoestabaplenamentesuperadaporelesfuerzoyconelflatohaciendodelassuyasensuinterior,llegóhastalazonasurdelaAvenidadelCid.AlacercarsealaPlazadeEspaña,unamiradalaaniquiló.Andreasintióunhazfríoqueleatravesabaelpecho,segiróyvioaltaxistaquelediera indicaciones. Estaba mirándola con un ceño fruncido cargado deextrañeza.

-¿ElalbergueGildeSiloé?-preguntóalargandosumaletahaciaelhombre.

Aquél, salió catapultado de la silla de su vehículo, le abrió lapuerta,introdujolamaletaenelmaleteroyacelerócomosifueraélquienllegara tarde. Terminó de bajar por la Avenida del Cid y giró hacia laPlaza deEspaña a pesar de que el semáforo se había puesto en rojo unsegundo antes de rebasarlo. Giró en torno a una rotonda enorme, queconteníaunafuenteformadaporvariosdelfinesdebronceque,aojosdeAndrea, poco o nada tenían que ver con la capital castellana -Con la deresiduos de historias, anécdotas y símbolos que soporta la ciudad ¿QuésignificanunosdelfinesenmediodeunagranrotondaalapuertaEstedelantiguoburgofortificado?-,sedijoestupefacta.

El taxi rodeo la fuente con extremada inercia lanzando aAndreacontra la ventana derecha del vehículo. Dio tres cuartos de vuelta a larotondayseadentróporuna largaAvenidaquedisponía suscarrilesdecirculación a los lados de un cauce estrecho, cuyas aguas fluían por uncanal artificial y pasaban por debajo de la propia plaza. Todos lossemáforosparecíanquererimpedirelavancedelcoche,peroeltaxistasecegóypisóelpedalaceleradorhastallegaralfinaldelaAvenidadonde,denuevo,laAvenidaCantabriasecruzaba.Viróbruscamenteenunángulode noventa grados tan perfecto que los brazos de Andrea terminarondefiniendo un ángulo semejante con sus manos agarradas dondebuenamentepudieron.Parasucongoja,sinterminardeacomodarseaesanuevainercia,apocosmetros,eltaxistagiródeimprovisoyseintrodujoenunrecintoangosto,dondeaminorólamarchacontodalasuavidadquepudo hasta parar el vehículo por completo frente a la entrada de laResidencia. A Andrea no le había dado tiempo a sobresaltarse, pues

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apremiabasullegadaalalbergue.Enotromomento,lasnáuseaslehabríanllevadoaevacuarforzosamentetodocuandohabíaensuinteriorpero,talvezpor lanecesidadoporqueelhambreno ibaaprescindirdesubotínbajo ningún concepto, la muchacha no se resintió por el ajetreo.Sencillamente,serecompusolaropayelcabelloehizoeldesembolsoquehabíaevitadohaceral iracomer.Enaquelmomentoelgasto lepareciójusto,pornodecirquehastaleresultóbarato,y,agradecida,seatrevióasonreírdenuevo.

Yaestabaenelalbergue,peroeratarde.-Buenastardes–exhalófatigada-.MinombreesAndreaMartínez.-Bienvenida–salióensuayudaunbedeldeedadavanzada,presto

y serio-. Le ayudo a subir sus cosas rápido porque Don Manuel y losdemásbecadoshanmarchadohaceunbuenrato.

-Gracias. –Cedió sumaleta al conserje-.Habrán ido al edificio...tardarédemasiadoenllegar.

Elconserjeasiósumaletay,dirigiéndosehacialosascensores,ledijo:

-Talvezeltaxinosehayaidoylopuedasaprovechar.Andrea,meditabundayazorada,miróhaciaelexteriorsintiendoun

angustiosovacíoenel fondodesubolsillo... seesforzóen recuperarensus oídos la voz dulce y fraterna que la aconsejaba desde que teníamemoria.Laspalabrasdesuhermanasepronunciaronconclaridadensumente:

-¡Chingo,chinga,chingadera!Aquello siempre le hacía reír... y aquella vez también sonrió. Se

giróhacialasescaleras,cerrólosojosrepasandomentalmentetodoloquehabíadescubiertoenaquellaciudadysubiósinperder lasonrisa.EstabaenBurgosyhabíatocadopiedrastalladasenmomentosirrepetiblesdelahistoria perfectamente documentados. Llegó a su habitación donde elbedel laesperabamaletaenmanohaciéndoleentregade la llaveydeunpanfleto de normas y horarios. Inmediatamente, el hombre se alejódejándolaasolas.Andreaentró,cerrólapuertayflotóporlahabitación,girandoatolondrada.

No había esperado que su alojamiento fuera tan agradable yacogedor.Enrealidad,sólohacíafuncionesdealberguedurantelosmesesvacacionales ya que su función habitual, durante los periodos docentes,era de residencia universitaria y, además, una de las más caras que

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subvencionaba la Junta Regional para los estudiantes de alto valorcualitativo. En aquellas semanas de diciembre, la mayoría de lashabitacionesteníandueñoaunqueestuvieranvacíasporlasvacacionesdeNavidad.A pesar de ello, los becados tenían las suyas reservadas desdeprincipiodecurso.

Andrealeyósatisfechaelnombredelalberguecuandorecibiótodala documentación en su Veracruz natal, allá por septiembre. Leyó:Albergue-ResidenciaGildeSiloé.

-¡GildeSiloé!-gritójubilosa.GildeSiloéfueelarquitectoqueresolvióelmayorproblemaque

huboenlacatedral:cómoponerunaescaleraenunodesusaccesosque,hastaelsuelofirmedelcrucero,contabaconexcesodealturaynopodíadescenderdemaneralinealporqueinterrumpiríaelpaso.Elproblemafuesolucionado por el Maestro Siloé con “La Escalera Dorada”, cuyodescensoamododezigzag,aunquepuedasorprenderpor resultarde lomáscotidiano,fueunarevoluciónarquitectónicaasombrosaensutiempo.Y,conscientedeello,Andreavolvióasonreíralleerelpanfleto.

Dejó la maleta dentro del armario, asió la carpeta con fuerza y

miró por la ventana antes de salir. Sus ojos se destellaron de rabia alinstantedeobservarelexterior.

Loqueeslacasualidado,mejordicho,lafatalidad.Frenteaella,en lo alto, se encontraba el centro comercial donde había comido y, aescasostrescientosmetros,sehallabaelaccesoalaAvenidadelCiddondeseencontrabaelhospitalylamontañaporlaqueseaccedíaalcastillo.Sitan sólo hubiera recordado que la residencia estaba en la AvenidaCantabria,talveznohabríatenidoqueprescindirdesieteeurosytalveznohabríallegadotantardealaresidencia.

Dioporperdidoeldíadepresentación.Sabíaquenoeraunabuenaforma de comenzar, pero, asimismo, también era consciente de que, sullegada a donde quiera que estuvieran los demás junto con el tutor delproyecto, no iba a solucionar nada, así que, sinmás tiempo que perder,salióalacalleenbuscadeinspiraciónparasusdiseños.

2. PROYECTO

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ElMuseode laEvolución,sobreelque tantoAndreacomootros

once becados tenían que hacer su proyecto de redistribución, se habíaideadoparaservirdeexpositordelmayorhallazgoarqueológicoreferidoalaespeciehumanaqueexistíaentodaEuropa.

Elyacimientoseencontrabaenelnortedelaprovinciaburgalesa,aescasoskilómetrosdelacapital.Andreateníaqueencontrarlafórmulapara que un edificio, que tenía que mostrar los restos de un nuevo, omejor dicho, los novedosos restos de un viejo homínido que podríasuponer el eslabón perdido del hombre, a su vez fuera un ejemplo desostenibilidadmedioambiental,modernidad y adaptabilidad.Y todo ello,en el seno de una sociedad recia y orgullosa que apreciaba el paisajerayado por la historia de su añosa ciudad, donde el paso de losacontecimientos fue dejando su impronta como se queda grabado elsonidoenunplatodeviniloenrevolución.Unasociedadquesóloqueríael vidrio en sus ventanaspara que entrase la luz, o en sus bodegasparaconservar la pureza de sus caldos, pero que no deseaba un palacio decristalcarentedecarácterydearraigo.

Estaba segura de que no tendría que inventar nada para hacer eltrabajo más perfecto que podía desear cualquiera. Con paciencia yanalíticaobservación,lasoluciónleseríareveladaporlapropiaciudad.

Desde la Avenida Cantabria, pocos metros más abajo de la

residencia,encontrólaAvenidadelosReyesCatólicos,queeralamismaquehabíarecorridoeltaxisinatenderalosdiscosrojosdelossemáforos.LoslateralesdelcanaldelríoVenaestabancustodiadosporunaarboledadespejadaquepermitía divisar la fuente de laPlazadeEspaña al fondo,aquellade losdelfinesdebronceennegrecido.Andreacaminóhastaallí.Cruzó el canal, que se escondía bajo la gran rotonda para aparecer denuevoalotrolado,yseencontróconunaplazasobria.

Siglos atrás, aquella plaza había sido uno de los arrabales queaparecían en torno a la ciudadela del mismo modo que empresariosalrededor de un político, y viceversa. Sin embargo, con los años, sepropagó la riqueza fuera de lasmurallas y, con ella, algunas iglesias yMonasterios se desplazaron desde sus ubicaciones iniciales, desde elBarrio de Gamonal, y se elevaron allí ofreciendo, a un espectador del

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sigloXXI, una estampa que se antojaba placentera y hermosa. En plenocentrodelaplazaenlosadaeíntegramentepeatonal,unaesculturaecuestreseerigíaconseñorío.Unabanderado,jovenydegestoaltivo,sealzabaenpiesobrelosestribosenactitudtriunfal,mientrassucaballoreposabalascuatro patas en la base. Andrea leyó con facilidad, gracias a susconocimientosenArte,loquerepresentabaaquellaescena:queelhombrevivió con salud y murió por causas naturales. Aquel hombre era elfundador de la ciudad, Don Diego Porcelos, el primer burgalés de lahistoria,alláporelsigloIX.

Rodeandoalafiguraacaballo,AndreadescubriólosrestosdeunMonasterioque,ensutiempo,tuvoquehabersidofascinanteysoberbio.Sólohabíaqueverlasdimensionesdelasarcadasqueseresistíanacaer.

Paseóalrededordelasedificaciones,delacapillapreciosaydeloque fue un hospital para peregrinos. Descubrió elementos tributos queidentificabanaloshermanosdelTemplo,comolacruzenelpendónqueenarbolabaelfundador.Locualpodíatenersentido,yaquesesabeelafánconstructory fundadorde aquellaordenproscritayprotegida almismotiempo.

Desdeaquellaplaza,volvióaatravesarelcanalsobreunpuentecitodepiedraquelallevóhastalaPuertaEstedelaantiguaciudadela.Unarcodemedio punto sobre el que aún reposaba parte de lamuralla original.Accedióporélaunapequeñaplazatriangular,quenoeraotracosaquelaconjuncióndedoscalles: laprimera, lacalledeSanJuan, laquellevabahastaeledificiodeCapitaníayconfluíaconladeLaínCalvo;lasegundaera la calle de La Puebla, que llevaba hasta la plaza de La Libertad(antiguamenteMercadoMayor),lacualestabapresididaporelPalaciodelCondestable.

Andreaquedótanabsortaporlosedificiosylascallesdelaciudadcomo por sus tiendas. Los locales estaban cuidados. Eran elegantes yordenadosyresplandecíanencadarincón.Losrestaurantesreclamabanlaatención de clientes pudientes y de buen gusto. Las pastelerías eran tanapeteciblescomounallamadadeluzvioletaparalosinsectosvoladoresy,como tales, atrajeron a Andrea hacia sus cristaleras hasta que, dospasteleríasmásallá,nopudoresistirlatentación.

Salió de la pastelería sin perder de vista su pastel. Se relamíamientrasterminabadeguardarlacarteraenelbolsoy,comoundestelloinesperado,alterminardecaminarporelsoportalquelaresguardaba,una

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tromba de agua hizo aparición. La gente se movió con tranquilidad,acelerandosupasoyrefugiándosebajolasgalerías.Lamayoríaextendióparaguas y la ciudad siguió como si nada extraño sucediera. Andreatemblóal sentirelaguacaercon tantaprofusiónenundía tan frío,ysequedó quieta viendo pasar los coches y a la gente en perfecta armonía,cruzandounaestrechacallequesubíahacia laAvenidadelCid,comosilosvehículosnofueranamásdesesentaporhorasalpicandohaciatodosloslados.

No llegó a pasar media hora cuando la lluvia amainó y Andreapudo salir de su resguardo. Cruzó la calle hacia una plaza en obras y,desdeella,accedióalaPlazaMayor,quetambiénsoportabacicatrices,pornodecirheridas,porlaacciónurbanística.

Noeraunaplazafueradelocomún.Seveíaelayuntamiento,bajoelcualsepodíaaccederalpaseodelríoArlanzón(quecruzabadeesteaoeste y llevaba hacia la estación de tren). Y frente al Ayuntamiento, seencontrabanlascallesmásestrechasyretorcidasquehabíaentodalaurbe.Eran lascallesdondeen tiempospasados sedesarrollaban lasdiferenteslaboresgremialesde los comerciantes cristianosmás adineradosy, a suvez,lasprimerasqueseproyectaronenaquellaciudad.

Llegando al lado opuesto por el que había accedidoAndrea a laPlaza Mayor, se adentró por una calle de complicado trazado que losburgaleses denominaban “La senda de los elefantes”, al igual que enLogroñoyotrasciudades,porserun lugarapisonadoporcentenaresdeciudadanosqueseacercabanhastasustabernasparadegustarsuschatosdevino y, entre vaso y vaso, disfrutar de la variedad que ofrece la cocinaautóctonaabasederacionesasequiblestantoparaelbolsillocomoparaelestómago.Desdeallí,siguiendoelenrevesadofirmedelacalle, lajovense encontró de nuevo con la calle de la Paloma y, así, regresó hasta laCatedral.

Volvió a erizársele el vello al ver sumagnitud y su belleza y sequedóunbuenratoabsortahastaqueunasnuevasgotasdelluviatocaronsufrente.

Pormiedoasufrirunnuevodiluvio,lamuchachacorrióhaciaelarco de Santa María y, bajo su protección, siguió disfrutando de lasformasgrácilesquesehabíantalladocongranpericiaenlapiedracalizadel templo gótico. Se asombró cuando localizó elementos que nocorrespondían con la pureza que le suponía a la obra del siglo XII. El

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cimborrio octogonal, con aquellos balaustres de piedra, se revelabaclaramentebarroco.Sinembargo,Andreasaliógratamentedesusorpresaal advertir cómo, los arquitectos de aquél añadido, lo habían integradoperfectamente mediante la ornamentación de hojas de vid y hiedra,culminadoporlospináculosesbeltosycaladosaimagenysemejanzadelasdosagujasquecoronabanlastorresdelaentradaprincipal.

Elaguanodejódecaerenformadepequeñasydistanciadasgotas,peroelcieloparecíaquererdespejarseyelfríoseacentuópormomentos.Andreaseabrazóasímismaydecidiócomenzarel regresoalalbergueporelparquequeseguíaa laorilladel río.Eraotroparquearbolado,yespacioso al tiempo. El mismo que se dejaba ver al otro lado delAyuntamiento.Esculturasdepiedraserepartíanenfrentadasenunrellanoelevado presidido por un gran templete de piedra y forja. Paseando porallí se llegaba hasta el TeatroReal y, frente a aquél, se alzaba algo queansiabaverlajovenyqueseencontróporsorpresa.

- ¡Ahí está! -se admiróAndrea adentrándose enpensamientos-.Ytodograciasalosfranceses.Sisupieraelmundoqueesaescultura,mejordicho… que ese personaje, adorado hoy por hoy, fue perdido en elrecuerdo de los hombres de esta tierra… posiblemente lo volverían aenterrar.

AndreamirabaconrenovadaalegríalaesculturaquerepresentabaaDonRodrigoDíazdeVivar,acaballo,conlaespadallamandoalataquea un ejército ficticio y con una pata del animal levantada revelando queaquelhombrefueheridodemuerteenplenabatalla,yexpiróenunjergóndeguerra.

Hacíadoscientosañosnadie recordabaquehubieraexistido.Sóloalgunasobras,hechasporestudiososde los siglos sucesivos,hacíanverquenohabíadesaparecidosufiguradefinitivamente,peroelpópulomásllanodelsigloXVIII,osealainmensamayoría,noaccedíaadocumentosde tanto valor histórico y documental. Cuando esos españoles, y enconcretolosburgaleses,conocieronsuexistencia-ladescritaenelCantardel Mio Cid, no la documentada por historiadores serios-, todos loconsideraronunhéroe irrepetible.Muypocos sabíanpor aquel entoncesque,dehéroe,teníalojusto-almenos,conrespectoalasheroicidadesquese le reconocen-, tanto como cualquier soldado de dilatada experienciaquehubieraganadocienbatallas.Hoyporhoy,cadavezmásgente sabeque,porcircunstanciasyobligacionesqueleimponelavidaauno,eraun

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mercenarioqueluchabaalladodelmejorpostor,incluidosreinosmoros.Pero,loquecasinadieseimaginaesquesubravurahabíasidoencarecidaapropósitoporloseducadosfranceses.

Allá donde iban, los galos, ilustrados y grandes entendidos enhistoria,conocíanlosentresijosmásrecónditosdelostiempospasadosdetodoelviejocontinentey losabíanaprovecharalmáximo.Recuperabanhechos olvidados, aplaudían las tradiciones más arraigadas, aunque lasaborrecieran, y se hacían con la simpatía de la gente. En Burgos, sólopodían encontrar una figura sobre la que sacar provecho, un personajedesconocidoquehabíatenidosusmásysusmenosconlospoderesregiosde la antiguaCastilla. Se llamabaRodrigo y los árabes lo denominabanÇid(Sidi,señor).

Elgeneralfrancésqueseasentóenlacapitalburgalesa,sededicóaelogiaralguerrerodelquehablabanlos,yamentados,cantaresdegesta.Cantaresquedenotabanlaficciónenelversoqueloexpresabayquesóloera accesible a nobles y a los escasos letrados que existían en aquellaEspañaquearrastrabaelMedievoensuculturaenretroceso.

Elejércitofrancésrindióhomenajealaudazsoldadoanteelpuebloburgalés y fingió tener en su poder su osamenta. Los textos historiadoshablaban de que sus restos estaban en el Monasterio de San Pedro deCardeña, aunque hay quien defiende que siguen en alguna capilla deValencia, donde fue inhumado. Además, fundieron un buen acero yterminarondeconstruirlahistoria,forjandolaespadaquedescribíanlosescritos.

Depronto,Burgos teníaensusmemoriasaunode losseresmásvalerososyhonorablesquejamáshabíaexistidoenlapenínsuladesdelostiemposdeViriato.

-¡Oh!Andreanopudoahogarsusorpresa, reclamandoconsugrito las

miradasalarmadasdelagentequelarodeaba.- Dudo que mucha gente se haya dado cuenta de ese pequeño

detalle. -Pensó para sí, sin quitar la vista delmármol del pedestal de laimagen.

Sobreaquellapiedralisa,conletrasgrabadasydefinidasennegro,sepodíaleerlasiguienteleyenda:

“EL CAMPEADOR LLEVANDO CONSIGO SIEMPRE LAVICTORIAFUEPORSUNUNCAFALLIDACLARIVIDENCIA,PORLA

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PRUDENTE FIRMEZA DE SU CARÁCTER Y POR SU HEROICABRAVURA, UN MILAGRO DE LOS GRANDES MILAGROS DELCREADOR”.

Lamuchacha sacóuna libreta del bolso y lo anotó.Lo llamativoquedescubriólamiradacuriosadeAndrea,fuelaexistenciadetresletrasdemenortamaño.Estabaclaroqueeraunrecursoprácticoqueayudabaaaprovecharelespacio,detalmaneraquedichasletrasocupabanelhuecoquequedabalibredentrodelángulodelaletra“L”.Yseríanormalsiesohubiesesucedidoentodaslasgrafías“L”:despuésdelaprimera“L”delapalabra“LLEVANDO”,despuésdeladelartículo“LA”,despuésdeladelapalabra“FALLIDA”,delapalabra“CLARIVIDENCIA”,enelsegundoartículo femeninoy,delmismomodo,en lapalabra“MILAGRO”,en lapalabra“LOS”yenlapalabra“MILAGROS”.

Dehabersidoasí,y las letrasconsecutivasa todasellashubieransido también demenor tamaño y se hubieran ubicado en dicho espaciovano que deja la “L” sobre el trazo horizontal, la suma de las letras demenor tamaño se habrían leído “LALAAAOA”, lo cual no habríaimportado mucho ante la mirada suspicaz de Andrea. Sin embargo,sorprendentemente,eseformatotansólosehabíaempleadoenelprimerartículofemenino,enlapalabra“FALLIDA”yenlapalabra“MILAGRO”.Elresultadoera¡ALA!

-¡Alá!Seguroqueestonoescasual-sedijo.Tan impresionadasehabíaquedadocon taldescubrimiento, inútil

en realidad,queno sepreocupóen revisar la escultura épicaynerviosaque se elevaba sobre el podio de mármol aparentando querer salir algalopehaciaelsurdeBurgos.

El viento volvió a azotarle la piel con total crudeza, vientos querecorrieronlascallescomounsabuesodehielodejandosualientoinerteencadarincóndelaciudad.Parasusorpresa,losburgalesessemanteníanerguidos,casiestoicos.Caminabanlasacerasyrevisabanlosescaparatescon lamismanormalidadcon laque lohabíanhechoamediodíaconelsol elevado en lomás alto. Aturdida por la sensación que le acudió deindefensiónydebilidad,aceleróelpasoporlacalleLaPuebla,cruzándoseconjóvenesquepasabandeunacafeteríaaotraconactitudfestera.LlegóalArcoEstedelaciudad.Desdeallísiguióelcaminoinversoalquehabíallevadodesdeelalbergue.

La iluminación navideña se había hecho protagonista al

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oscurecerseelcieloconrapidez.Eloloracastañasasadas,queenzonascálidas resulta empalagoso y asfixiante, allí resultaba necesario yentrañable.Casitodalagentetransportabauncucuruchodepapelrepletodeesosfrutoschamuscadosyhablabanconvaporosaalegría.

Andrea compró su propio cucurucho de castañas que empleó encalentarsusmanoshastasullegadaalalbergue.

Quince minutos después, se encontraba en la cafetería de laresidenciacaldeandosucuerpoconuntémientraslascastañasesperabanparaservirledecena.

-¿AndreaMartínez?Unavozserenayvaronilresonóasuespaldayporpoconohizo

que la infusión terminara derramada por el suelo entre pedazos deporcelanaindustrial.Cuandohubodejadolatazaasalvosobreelplato,segirósobrelasillaconelcuerpoaterido.

-Sí-respondióconprecaución.-SoyManuel-dijoescuetamenteelhombrealavezqueleofreció

lamanoconrespeto.-¿Perdón?-balbuceó.Porunmomento,lamuchachaestabadesorientadapero,desúbito,

recobrótodassusfacultadesyelevólavozenlevechillido:-¡DonManuel!¿DonManuelVelasco?-Loreconoció.El hombre asintió sin demasiado énfasis, igual que un padre

defraudadoporalgúnactodesuhijo.- Lo siento…me perdí porBurgos y lleguémuy,muy tarde -se

intentójustificardibujandounacurvalastimeraconlascejas.-Yamehandichoquellegótardeaquí…peroalMuseonisiquiera

llegó-aseguróelhombrecongestorecio,afinandolamirada.- No. No fui porque… bueno, pues, ya había dado la peor

impresión,asíquenoquiseperdertiempoymedediquéaempaparmedelaciudad.

- Desde luego… empapada sí que está -dijoManuel sin cambiarmatiz alguno en su voz ni en su expresión-. Pero el proyecto debereferirse al edificio que se está construyendo. Toda la estructura estádefinida. Es el momento más oportuno para ir a tomar medidas, hacerbocetos…nosé,parahacerloquequieraqueustedsepahacer.Perosehadedicadoapasearporlaciudad.

Andrea no se atrevió a abrir la boca. En otra situación le habría

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respondidocomomerecíaaquel“hombreobtuso”,segúnellaentendía.Lehabríadichoalgoasícomo:

-Unespaciosepuededecorardemil formas,ysusdimensiones,para loúnicoquemepuedencondicionar, espara lasproporcionesy ladistribución de los elementos que construyan el alma que estoybuscando…peroelalma,desdeluego,noseencuentraenunesqueletodehormigónestrictoyfrío.

Todoeso, yunpocomás, se leocurriódecirle junto conalgunareferencia a la ineptitud que había demostrado pero, dado que era elartífice de aquella espléndida oportunidad que se le presentaba, cerró labocacomounchiquilloatemorizadoporelposiblecastigoquelepodríacaer y mantuvo la vista en los ojos del hombre a la espera de nuevasindicaciones.

- Mañana la espero en la puerta del Museo a primera hora. -Semantuvieronlasmiradasuninstante-.¿Deacuerdo?

-Sí.Aprimerahora.Manuel sediomediavueltay sealejóconpasodecidido.Andrea

observó los andares torpes deManuel que tenía las rodillas demasiadojuntas y el pantalón se plegaba de manera extraña. Por suerte, pensóAndrea,esehombresabevestiryaciertaconlostonosylashechuras.Almenos,dediseñoentiende.

Antes de queManuel se alejara demasiado, una duda alcanzó lacabezadeAndreay, talycomole llegó, lasoltópor labocadejandoenevidencia su actitud natural,muchomás cercana a la irreverencia y a laindisciplinadeloquehabíadejadoentrever:

-¿Quésignificaprimerahoraparausted?Al momento se dio cuenta del error que había cometido al no

medirsutononisuspalabrasy,alrecibirlarespuesta,lequedóclaroquelotendríabastantedifícilparamedrarentreloscompañerosquesehabíanreunidoenaquellaciudadparaalcanzarlagloria.

Manuel se giró lentamente y con la mirada más fría que unburgalésescapazdeemitir,lerespondió:

- Eso lo tendrá que averiguar usted. Pero, le advierto, no voy aesperarunsolominuto.

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3. PIEZASSUELTAS

Sedespejóelcieloporlanoche,nohabíanubesquecontuvieranel

calor de la actividad humana y el frío se acentuó hasta un punto queAndreajamáshabríaimaginadoposibleenunpaíshabitado.Alsalirporla puerta de la residencia al aparcamiento, la nariz se le condensó deinmediato.Laropaconlaquesoportabalosinviernosdesutierranatalyqueeldíaanteriorlearroparon,noservíanparaenfrentarseaaquello.

-Nohaycabrónqueaguanteesto.¡Chingasu!–castañeteo.Girólavistaalacalle-.Salvo...todosesos–pronuncióconloslabiosestáticos,sindar crédito a la acción que tenía la gente, como si fueran ajenos a lacongelacióndelasangre.

Lapuertaseabrióasuespalda.-Señorita.Andrea se dio la vuelta con un gesto de pánico vistiendo su tez

morena. Quien la reclamaba era el conserje, de aspecto adusto peromiradanoble.

-Entre–leindicó.Andreadudó,estabaperplejayseguíasinsabercómoreaccionar.-Entre.Rápido–insistióenconserje-.Tenemosquebuscarlealgo

paraabrigarla...Lamuchacha,alfin,hizocasoalhombreyregresóalinteriordel

albergue.-NohabíaestadoantesenBurgos,porloqueveo.-No,noseñor.EsmiprimeravisitaaEspaña.-Puesyaconocesusdosestaciones–rió.-No,ledigoquesóloheestadoestavezenBurgos,ynovuelvoen

estaestación-afirmóella,desorientada.-EsunmalchistequecorreporEspañahacemuchosaños.Laotra

estaciónesladetren–sonrió.-Oh...–Frotósusmanos-.Noesmuybuenchiste...peroempiezoa

creerqueescierto.El conserje rió de nuevo y se introdujo por una puerta donde se

podía leer lapalabra“privado”.Almomento, salióconunanorakyunabufandainacabable.

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-Tome–ledijoigualquelehabríadichosupadre-.Soncosasdeesasquesequedanaquíolvidadascuandoununiversitarioselicencia.Nopuedoasegurarqueseandetutalla,perosíquevaaestaragustodentro.

Andrea sonrió gratificada recogiendo las prendas de las manosásperasdelconserje.

-Seloagradezcodecorazón...Don...-Antonio...llámemeAntonio.-Antonio–sonrióAndrea-.Muchasgracias.Seenrollóenlabufandayseintrodujodentrodelanorakdelque

lasmanosnopudieronsalirparaabrocharselacremallerapormásquelointentó.

-Simelopermite,señorita.-Andrea...Antonio,llámemeAndrea.Antonio le remangó el anorak para que la muchacha pudiera

valerse por sí misma, cosa que sorprendió a la joven arquitecto... puesesperaba que, sencillamente, le cerrara la cremallera y le diera unapalmaditaenlaespalda...perono,hizomuchomás.

-¡Gracias!–Sonrióespléndida.-Nohaydequé–Correspondióconunasonrisafraternayamable

queseperdióporlospasillosdelaresidenciajuntoaél.Andrea salió a la calle, sin miedo ya a aquellas temperaturas

extremas. Se lanzó a la carrera por Reyes Católicos, junto al canal quellevabaalrioArlanza.Aotrolado,seencontrabaellugardondeManuellahabíacitado.

Encontró una enorme superficie arrasada donde se elevabanpilares de hormigón. Miró alrededor, todo estaba levantado, en obras,comosihubieraprisaelectoralmásqueintencióndefacilitarlavidadelagente.Conlospiespivotando,rastreabalaaparicióndeunasiluetaqueleindicara que había llegado a tiempo. ¿Y si estaba siendo víctima de uncastigo?Lollegóacreerconcerteza,oscureciósumiradasuspicazdentrodeaquellaenormecapuchaquelalibrabadelazotegélidodeaquellugaryoteó desconfiada entre las gentes que caminaban las aceras grises. Allíplantada, parecía formar parte de la estructura hierática junto a la queaguantabaestoica.

Aceptóquenoibaairsututor,salvoquehubieraidoalassietedelamañanaaecharunvistazoy,alnoverla,cumplieraconsuamenazadenoesperar.Decualquierforma,nolequedómásremedioquecentrarseen

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su trabajo, y volvió a revisar el espacio que la contemplaba. Habíainvestigado sobre aquel punto preciso donde se estaba construyendo amarchas forzadas. Llevaba décadas dando servicio como aparcamiento,conocido comoel deCaballería por haber sido asfaltadodondehubierauna base militar. No obstante, Andrea sabía que durante los siglosprecedentes,allí sehabía levantadounMonasterio rico,eldeSanPablo,quedabanombrealpuentequeaccedíaaBurgosjuntoalTeatroRealyalaimagenecuestredelCid.

LabrisaparecíasólidayraspabacomounapiedragélidalapieldeAndrea. Con los ojos entornados, rebosantes de lágrimas sobre laspestañas, pudo ver, al otro lado de aquella explanada, una figura pocoagraciada, pero señorial en sus ademanes, que se fue acercando condiligenciayposturarecia.Teníaelcuellodelabrigoabiertodejandoverla notable nuez sobre un nudo perfecto, hecho en una corbata de tonogranayornamentosdorados.

-¿Cuántotiempollevasahí?-preguntóManuelcuandollegójuntoaAndrea.

-Oh…-lamuchachaintentóhablarperolamandíbulanocumplíaórdenesporelfríoy,dehaberlohecho,loslabiosselehabríanagrietadoporcadaunodelosplieguescomoaungajodenaranja-.Acabodellegar-balbuceóaduraspenas.

- Hace veinte minutos he pasado para dejar a mis hijas en laescuela…yyaestabasaquí-aseguróManuelconpesar.

Andrea le lanzó una mirada grave, tanto que Manuel enseguidareplicó.

-Nomemiresasí.Hevistoaalguienen lapuertaconunabrigomarrónvoluminoso,peronoimaginéquefuerasasertú.

Manuelmiró hacia los edificios de la derecha, donde había unascafeteríascálidasqueyaestabanabiertasparaofrecerdesayunoscalientesalburgalésmadrugador.

-Vamosa tomaruncaféparaqueentresencalor-leofrecióconcordialidad.

Ella se dejó llevar del brazo pues, por símisma, era incapaz decaminarconligereza.

Una vez hubieron entrado en aquella aromática pastelería de lacalleSanPablo, frente a la calledeTrinas,Andrea sequitó el anorakyadmiró tan generoso local y tanmaravilloso escaparate de dulces, algo

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quenopodíahallarseenotraciudadmásqueenaquélla.Pidióuncaféconleche y un chevalier de nata. Jamás había probado cosa igual. Ni en lamismísimaFranciaerancapacesdehaceralgosemejante.

-Dime.¿Tienesalgunaideaya?-seinteresóManuel.Andrealomirósorprendida.Latardeanteriorlehabíadichoqueel

trabajodebíatratardeledificioquehabíaalotroladodelacafeteríay…¿en aquel momento ya esperaba que tuviera alguna idea? La muchachaobservó el rostro bien cuidado de Manuel, a pesar de que no podíaesconder los años que tenía. Revisó los pliegues que se extendían a losladosdesusojos.Eraunhombremásbienfeo,pensó.Sinembargosuvozeraagradableeimponenteysumiradaerafirmeyserena.

-¿Eh?-insistióManueltrasdarunsorbodesucafé.Andrea dejó la taza sobre el plato y buscó una respuesta

satisfactoria,paraellamásqueparasututor.-Pues,laverdadesquesí.EsperoqueseaBurgosquienmedigalo

quenecesita.Nocreoqueseanecesariosorprendera lagentequevengaaquí. Considero que, quien venga aquí y aproveche para entrar en elMuseo,noquerrásentirquehaviajadodeprontoalazonamásmodernadeTokyoodeNuevaYork.Comomucho,querrán sentir cómovivía elHomoAntecesorporestastierrasy,alavez,saberquesiguenenBurgos.

ManuelmiróconatenciónalosojosdeAndrea.Eraunamuchachaque hablaba con lamirada dirigida a su interlocutor en todomomento,salvo para buscar algo en sumente pero, al instante de localizar lo quequeríadecir,volvíaadirigirsusojososcurosyrasgadosalosdelaotrapersona.

- Bueno, espero que la visita al lugar te haga comprender laslimitacionesquepuedestenerantesdequepretendasvolardemasiadoalto.-Alfinsonrió.

EstabaclaroqueaManueldelproyectoleagradólamentalidaddeAndrea,pero,apartirdeaquel instante,volvióacolocarsea ladistanciaquedebíaestardetodoslosbecados.

- ¿Cómo te encuentras? -se interesó haciendo uso de un tono devozgentilyserio.

-Yaestoycompletamenterestaurada–comentóconlasensacióndesaber que Manuel comprendería el difícil juego de palabras que habíausado, sabiendo que “restaurante” significa lugar de restauración, yproviene de la lengua francesa, y que “chevalier” era una palabra de la

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mismanaturaleza.- Je n´attendais pas moins -pronunció Manuel con una ligera

sonrisarevelándolequehabíacomprendidoalaperfecciónlaintencióndesucomentario-.¿Vamosaledificio?

-Vamos–aceptóella.- ¿Sabes? En Francia no saben que en Burgos se hace un pastel

llamado“chevalier”.-¿Seríailegal?–preguntóocurrente.Manuelsonrió,leabriólapuertaalamuchachayrespondió.- No... ni siquiera saben que un “chevalier” es un delicioso

productodepastelería.- ¿No? Creí que era un producto francés exportado –se sinceró

Andrea.-Ya... como lamayoríade lagente. –Rió-.Unamigono lo supo

hastaquepreguntóporun“Chevalier”enunapasteleríadeBurdeos.Al aire libre, con la capuchadel anorak colgando a las espaldas,

Andrea se carcajeó abiertamente sin sufrir las caricias glaciales delambiente,abrigadaporelestómagoronroneandosatisfecho.

- Y... ¿A qué se debe que en Burgos haya un pastel bautizado enfrancés?

-No estámuy claro –explicóManuel-. Según dicen, en la épocaqueunpasteleroburgaléshizoestostremendospasteles,lorelacionaron...imaginoqueporeltamaño,conelsombreroqueusabauncantantefrancésmuyfamosoporentonces:MauriceChevalier.

-¿Quésombreroera?-Unsombrerodepajaconalas...-¿Uncanotier?–curioseóellaacertadamente.-Hastaahínollego–admitióAntonio-.Peropodemosaveriguarlo

sivaaserimportanteparalaresolucióndetuproyecto.-Lodudo.–Rieron-.Lodudomucho,perogracias.Conlasonrisaenloslabios, llegarondenuevoal lugardondese

habíanencontrado.A Andrea le había resultado espantoso lo que había visto. Le

parecía el esqueleto de cualquier edificio de oficinas de cualquierpolígonoindustrial.Porlotanto,habíadesestimadoelcristalyelladrillopara sus muros. Jugaría con el diseño en el exterior antes de entrar avalorar el interior. Ya estaba pensando en utilizar placas de hormigón

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emulandounafortalezamedievalyalgúnarcodemediopuntoconalgunasalaadicionalenlaquehacerventanasornamentadasconmotivosgóticossintetizadosenpurageometría.Aunquenopodíaolvidarpensarenqueelentorno debería parecer ser un trozo de Atapuerca llevado hasta allí.Entonces se le apareció en lamente la imagen que querría trasladar: eledificioibaatenerensufachada,plasmadascomoestratosheterogéneos,reminiscenciasdelasculturasquehabíanpasadoalolargodelossiglosporBurgos.El conjunto teníaqueparecer salirde la tierrayde la rocaqueemularaa laSimadelosHuesosdeAtapuerca.Dentro,por lo tanto,paraseparar losespacios,utilizaríamurosque imitaríana la rocacalizanaturalyalaarcilla.Utilizaríaefectosquehicieranparecerque,amedidaque esos muros se alzaban, se modelaran con características dearquitecturas pasadas, desde los elementos clásicos de la era romana,pasando por la era medieval con las tendencias románicas poderosas yconsistentes,continuandoconfiligranasyestructurasgóticasmásligeras,terminando al fin, con alguna inclusión barroquizante. -Estaría bien-,pensó para sí mientras paseaba entre los pilares que sostenía aquellamaraña de vigas y hierros. Así, pensaba que sería más fácil hablar deevolución y generar un efecto calculado y desapercibido hacia loselementosdealtatecnologíaquesedispondríanenelMuseoalserviciodelosvisitantes.Entonces,aceptóelusodelcristalenlaentrada,perocomoelementoconexoaledificio,nocomoelementovehiculardesuestructura.

-MiqueridoManuel-pronuncióunavozceremoniosayarmónicaquereverberóentrelosmurosamedioconstruir.

-PadreÁngel.Quésorpresa-Manuelsonrió.-Noparamí.Osvidesdeelpuentecómoentrabaisaquí.ElclérigosonrióafectuosoyapretóelhombrodeManuelconla

manomientras,conlaotra,ledabapalmaditasenelotrobrazo.-¿Cómovalabecaqueorganizaste?-seinteresó.-Puesesta señoritaesunade lasbecadas.Ayer tuvoun incidente

conlascallesdeBurgos,queporlovistonoledejaronllegaratiempo.-RieronjuntosloshombresmientrasAndreahacíaoídossordosyrecorríaellaberintodecemento-.Yesperoquenosemepierdaaquítambién.

-Alguienlaencontrará,noteapures.–SonrióÁngely,sindejardeapoyar sumano izquierda sobreelhombrodeManuel,prosiguió-:Perobueno, quería comentarte que por nuestra parte, todo lo referente ainvestigación ya está definido y los presupuestos aprobados. Pero

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necesitamos los planos y lasmemorias del proyecto del arquitecto paraevaluaralgunaqueotraopciónmás.

- Descuide Padre Ángel. El lunes o el martes de la semana quevienelotendrétododispuestoenmidespacho.

-Oh.Perfecto.TengoquepasarmeporelAyuntamientoaresolverunos asuntos del Obispado. Así que me acercaré cualquier día. No esnecesario que sea ni el lunes ni el martes, su Excelencia MonseñorFranciscotienevisitadelObispode…-dudósifacilitarlaprocedencia-…deMonseñorGregorio…relacionesinter-diocesanas,digamos,yandaréocupadounosdías.Noteapresuresdemasiadoni tesientasacuciadopormissolicitudes.-Iluminósurostrocongestofraternal-.Talveznopuedaacercarmehasta el jueves o hasta la semana siguiente pero ya que te hevistoqueríarecordártelo.

- Perfecto, no hay ningún problema. El lunes o el martes estaráhechosíosí.Lodejarépreparadoparaqueseloentreguenenelmomentoquepuedaustedacercarse–sereiteróManuel.

-Enmomentosasí,Manuel, tutéame.TodossomoshijosdeDios.¿Sí?

-Asídebeser,entiendo-asintióManuelconunasonrisacordialenrespuestaalgestoafabledelPadreÁngel.

- Pues no te molesto más. Da un saludo a tu señora y que elproyectoseaunéxito.

Se estrecharon la mano y el Padre Ángel salió con la mismarapidezconlaqueaccediódemanerasorpresiva.

-¿QuéondaconlaIglesiaaquí?-secarcajeóAndrea.-Resultachocante,¿Verdad?-RióManuel-.Sihubiesenhechouna

plataforma de inversión para la investigación en los yacimientos deAtapuercaaprincipiosdelsigloXXloshabríanexcomulgadoatodos…yalosarqueólogosyantropólogosloshabríantachadodeherejes.

Andrea y Manuel rieron distendidos como iguales frente a unaIglesia que comenzaba a aceptar verdades que confrontaban con las fes“abrahamistas”.

-NoentiendocómopuedenhablardeAdányEva,quedentrodelagenealogía deben ser los primeros de la especie humana, y a la vezrespaldar algo como esto -mantuvo la sonrisa Andreamientras lanzabaesedardoenvenenado.

-Talvez-adoptóuntonodivertido,Manuel,paraquitarlepesoala

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conversación-…elHomoAntecesoreraelhijodeCaín.-Talvez-admitióAndreariendoconsoltura.- En realidad, oficialmente, quien hace la inversión para la

investigación en los yacimientos es una entidad bancaria que está enmanos del Obispado. A todos los efectos es esa caja de ahorros quieninvierte,peroeselPadreÁngelquienrevisatodoslostrámitesycontratos-explicóamododejustificación.

Al cabo de un momento, tras continuar el reconocimiento dellugar, Andrea se giró hacia Manuel, desplegó los brazos cual cisne, yhabló.

-Pormiparte,yaestá.------Asombroso-ledecíaManuelasuesposa,Sara-.Medijoquepor

suparteyaestaba.ManuelregresóasucasafascinadoconAndrea.-Eslaprimeradetodosque,alllegaraledificio,nosehacentrado

ensusrincones-aseguróapasionado.-Nomeextraña-comentóSara-.Essólounaestructuragris.-Puesteníasquehabervistoalosdemás.Midiendocadapequeño

recoveco,haciendofotografíasatodaslasvigas,alosposibleslugaresdepaso…Pero esta chica, allá donde fuéramos,mirabahacia el exterior ypunto.Estoyconvencidodequeestababuscandolaluz.

-¿Buscandolaluz?-seinterrogóSara.-Sí.Descubriendoloquerodeaaledificioparasaberdóndepuede

aprovechar la luz, dónde puede cerrar muros, dónde puede hacercristaleras transparentes y dónde poder potenciar los colores. Estoytotalmente convencido de que es así -comentó sosteniendo una sonrisaorgullosaysatisfecha.

Saralomiródetenidamente,uninstante.-Sinofueraporqueteconozco,pensaríaqueyatehasdecantado

porellaparadarleelpremio.-No -aseguróManuel, que sabía que sumujer era consciente de

quenoeracapazdealgoasí-.Porsupuestoquesidependieradelohechohastahoy,yomequedabaconella.Pero,enrealidad,nomedebofiardelacualidad sino del resultado. Y eso es lo que valoraremos al final. Y,

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además,quenosoyyoquiendecidirá,yosólopongounvotodesiete.-Losé.-SonrióSarasabiendoque,loqueenrealidadibaahacer

Manueleraayudarlaparaqueesacualidadnosediluyeraporelcamino-.Pero,talvez,síquedeberíasauxiliarlaparaquenopierdaelobjetivo.

-Sí,esoloharéseguro…peroloharécontodos-aseveróManuelcomosilohubieraacusadodeinfidelidad.

-Esoestáclaro,pero losdos sabemosqueconelmismoapoyo,unapersonaconlacualidaddeesachica,seguirádespuntando.-Saradiounsorboasusopaycontinuó-.Ydebesaprovecharalamejordetodaslaspersonasbecadasparaquetuproyectoseaunéxito.Así,talvez,loscurasfinancienesaideatuyadehaceresaobraenelG3.

- Ah… Por cierto. Saludos de parte del Padre Ángel -recordóManuel.

- ¿De qué me conoce ese hombre para enviarme saludos? -seextrañóSara.

-¡Hombre!,Sara…-Mujer, cariño, mujer -rectificó Sara aManuel con una sonrisa

burlona.- Mujer, Sara… -sonrió Manuel-. Trabaja estrechamente con el

Ayuntamiento y con la Diputación en diversas cosas, me conoce desdehaceañosyteconocióundíaenelAyuntamiento.Desdeentoncessiempremepreguntaporlafamiliaymedasaludos.

- Ya. Bueno -dudó Sara que, desde muy pequeña, sentía ciertorecelohacialospresbíteros.Sobretododesdequesuhermanomenor,contresaños,salióalalcancedelpárrocodelbarriocontodasupasiónyelrostroradiantedefascinaciónparaindicarlequeenelcielohabíaunaviónvolando.ElhombredeDios,miróalpequeñocongestocansinoyleinstóaquemarcharaacasaparaquesumadrelelimpiaralosmocos-.Ningúnhombrequeseponesotanayrenunciaalosviciosmedaconfianza.

Manuelexplotóencarcajadas.-¿Ydeloshombresquesedejanllevarporellossíquetefías?-

preguntóentonodivertido.-Sí.Mefiodelagentemalamásquedelagentequeaparentaser

buena -aseguró Sara entre carcajadas de ambos-. Cuando veo a unapersonamala,comotuhermana…

Las risas de los dos se acentuaron, porque él reconocía que suhermanahabíasidomuypocohonestaconellosdesdeelprincipiodesu

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relación,ymuchomenosconéldesdequeeraninfantes.-Cuandolaveo,yaséquebuscaalgo-insistióSara-.Nomecabe

dudayestoymuytranquilafrenteaella.Mientrasqueconlagentequesemuestra siemprebuenaymodosita, comoaquella amigamía -mencionócondesagrado-,delaquenoquierorecordarelnombre,quedespuésvaclavandopuñalesporlaespalda.

Manuelnodejabadereír.-Asíquedebodesconfiardelagentequeesbuena-entonóManuel

queriendoaportaruntonoirónicoalafrase.-No.Delagentebuenano.Desconfíadelagentequesevistecon

unhábito…- Por hábito me visto yo, que si no fuera por hábito, en bolas

saldríaa lacalle -le interrumpióManuelaSaray,ambos, rompieronencarcajadas.

-Sabesaloquemerefiero-dijoaduraspenas-.Idiota.-Logolpeoconsuavidadenlaespaldamientrasreíanyélseevadíaaparatosamentedelasmanosdeella-.Me refieroa esosque sedisfrazanconunantifazdebondad y buenas intenciones, de esos políticamente correctos que no seatreveríanaacusaraun ladrónextranjeropormiedoaque lo tachendexenófobo.

-Siteheentendidocariño-reíaManuel.-Pueseso-fingióenfadoSara.-“Pos”yaestá-semofóManuelabrazandoasuesposaconfuerza

mientrasdepositababesotrasbesosobresurostro.Yentrebromaybroma,abrazoybeso, la tarde transcurrióen la

placentera compañíade la familia, abrigadadel fríoy acomodada en suenormesofámientrasveíanlaemisióntelevisivaylasniñasjugabanenlamesadelcomedor.

EnalgúnlugardeBurgos,Andreacaminabaconlosojosabiertos

acualquierdetallequelepudieraofreceralgunanuevaidea.Lamuchachahabíadecidido,antesinclusodellegaraBurgos,querecorreríalaciudadenbuscadeinspiraciónyparaqueelcentrohistórico,conocidoportodoshastalasaciedad,noinfluyerademaneradeterminante,sefuearecorrerlas zonas nuevas con las que poder interpretar la evolución que habíasufridoaquellagentequeveríacadadíaeseMuseojuntoasuríoArlanzónen uno de sus puntosmás transitados.Después iría dando un rodeo por

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todoelcontorno,debarrioenbarrio.Luego,aprovechandounplanodelaciudad,fielacómoeraenlaEdadMedia,recorreríaloquequedabadeloque fueran los arrabales. Y, al final, visitaría los diferentes barrios: laJudería; laAljama; el de laBurguesía cristiana; el de laNobleza;yporúltimolosbarriosbajos.

Yaconocíamásomenosbienlaszonaseclesialesdedentrodelaciudady losbarriosdestinadosa losgremiosya loscomercios,por lotanto,después,seguiríasucaminarporlosdiferentesrecintosmonásticos,deloscualeshabíaoídohablarentérminosdeelevadovalorestéticoperoquenohabíatenidoelplacerdevisitarjamás.

Burgosesunaciudadqueseextiendeyexpandelongitudinalmente

deesteaoestesiguiendolasriberasdesusríos:VenayArlanzón,de talformaque, para hacer el rodeoquepretendía para conocer primero losextrarradios, más bien, tendría que ir de lado a lado haciendo uso deautobusesurbanos.Sinembargo,cuando llegóa lazonamásalejadadeleste de la ciudad, se dio cuenta de que no había nada peculiar en elcrecimientodelaurbe.Eraigualquetodaslasciudadesqueconocía,salvopor un detalle, no tenía zonas eminentemente residenciales pues, alládonde se elevaba un edificio, en sus bajos, se abrían comercios de todaíndolecargadosdelmismocarácterquehabíadescubiertoporelcentro.Enotrasciudades,losbarriosnuevossemultiplicaban,comolasequíaenlas tierras del Sur, sin generar economía nueva en sus calles. Barriosdesiertos que sólo se iluminaban por las noches durante media horacuandolasgentesllegabanadormirasuscasasdeváyaseasaberdónde.Burgos,porelcontrario,disfrutabadevidaplenaysanahastaelúltimoedificioquepudoencontrar.

Andrea dejó de lado su intención inicial de recorrer las callesdesdefuerahaciadentroyterminóporhacerlodesdeelestehastaeloeste.

Obviólasiglesias,aunquefueanotandoenelplanotodasaquellasque era capaz de localizar a pie de calle. Sólo marcaba las que lesuscitaban cierto interés. Como La Iglesia de Santa María la Real,denominada la Antigua de Gamonal, tal vez, para que no generaraconfusióncon laotraSantaMaría laReal,queeraelMonasteriodeLasHuelgas,conocidoenelmundoentero,oSantaMaría,sinmás,queeralaCatedral,conelmismonombrequeelarcoqueabríapasohaciaelladesdeelSur.

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Burgosestabaplagadadeiglesiaspero,enlossiglosanteriores,la

cantidadderecintoseclesialessemultiplicabaportres.DespuésdepasearelbarriodeGamonal,bajóporlacalleVitoria-

que en realidad era una avenida de cuatro carriles y contaba con cuatrokilómetrosymediodelongitud-,amitaddecamino,llegóalazonadondese encontraba laplazade torosy el estadiode fútbol “ElPlantío”. Igualque había hecho en todos los rincones en los que había centrado suatención,cuando llegó juntoa laplazade toros,buscóaunapersonadeavanzadaedadybuenapresencia:

- Perdone, señora. ¿En la zona hay algún lugar importante ointeresantequepodervisitar?

Lamujer,seriayentregada,lesonriócongestopomposo.-Veráusted.Sicruzaelríoporesepuenteestrecho,ypaseahacia

allá –señalando el este-... entre la arboleda.No tema... los caminos estánmuybiendefinidosyhaygentehaciendoejercicioatodashoras–matizóantealgúngestoquepercibiódeAndrea-.Apocosminutosseencontraríaconunaplayita junto al rio.Pocomás allá, estáFuentesBlancasy, si leinteresan losmonumentos, podría llegar hasta la Cartuja deMiraflores.Pero,paraeso,preguntedesdeallímismo.

- Muchas gracias –le respondió Andrea-. Ha sido usted muyamable.

-Nohaydequé.Buenastardes.Andreanohabíaprevistosalirsede laciudadpara irenbuscade

Monasterios perdidos en medio de la naturaleza, pero recibió aquellainformación como una señal del destino que hubiera que seguir y, sinperderunminuto,seadentróporelcaminoindicadoporlaanciana.

Nadamáspasarelpuentecitopeatonal,elbulliciode laciudadseapagó por completo. Una paz extraña se apoderó de ella. Era inusual yenvolvente y, Andrea, comenzó a caminar con calma por los senderosclausuradosportodaspartesporhermososycrecidoschopos.Elfríoeratancrudocomoenelrestodelaciudad,peroparecíaestarestático,suave,silencioso.Fueentoncescuandosepercatódealgoquesiempre lehabíapasadoinadvertido.Alencontrarseentredosdelosárboles, lasensacióndereposoeraplenapero,cuandoseibaacercandoalainfluenciadeunodeellos,lapazsetransformabaenunasensaciónincreíble.Losvellossele erizaban cálidamente como atraídos por el árbol y la piel sentía una

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cariciaeléctricaquelareconfortaba.TalfuelasensacióndeAndreaque,sinpensarloysinsaberporqué,seabrazóaunodelostroncosapoyandosumejillasobrelacortezagélidacomosifuerasupropiopadrequienseencontrarafrenteaella.

Nosesabeeltiempoquepudopasarabrazadaalchopoaquel,peroa ella no pareció importarle. Cuando se despegó, su rostro rebosabafelicidadysucuerpocaminabagrácilcomosihubierasidorecargadodeuna energía original, universal y vigorosa. De pronto, el mundoresplandecía de vida alrededor de ella. El frío se convirtió en frescurareconfortantey lascariciasqueseprestaban lashojasentresí,al sondelasbrisasligerasquelasondeaban,seconvirtieronenrelatosancestrales,susurrosvagabundosqueconocieranlossecretosdetodoloacontecidoenelmundodesdeelcomienzodelostiempos.

Como si su vida hubiera dado un vuelco fastuoso, paseó sindescanso, pero con total tranquilidad, por aquel paraje arrullado por elpasardelasaguasdelríoylasvocesdelbosque.Enunclaroqueseabríajunto a una de las orillas, descubrió, sorprendida, la playa que lecomentaralaanciana,eraartificial,repletadearenablancayfina.Sinsalirde su estadode felicidad inducida, rodeóaquel arenaly continuópor elcamino que se abría paso entre la arboleda hasta que llegó a una zonaurbanizada destinada al descanso y a la reunión de familias en actituddeleitosa.

Había decenas de merenderos desplegados por los prados, ycontrariamente a lo que la temperatura invitaba, había un centenar depersonascorriendoporlahierbaentregadaatodotipodejuegos.

Andreaobservóatónitaaaquellasfamiliasdispersadasporallí,enpleno invierno de una de las ciudadesmás frías de la Península Ibérica.Pero,aligualqueella,pensó,todosestabansiendovíctimaso,pormejordecir,estabansiendoseducidosporelmismoencantoqueaella lehabíatrascendidolasemocionesporencimadelarazón.

Al observar con tanta dedicación, a pesar de la multitud que seinterponíaportodolugar,descubrióunagranrepresentacióndelMisteriode laNatividadquepresidía laextensasuperficie.Teníauna iluminacióndeliciosa de lucecillas pequeñas que brillaban con tonos pastel. Cadafigura estaba elaborada con mimbre y era de tamaño natural. Por elcamino, al fondo, más alejados de la ciudad, tres enormes camellosparecíanestaracercándoseconsendospersonajessobresusjorobas.

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La joven se embelesó por unos instantes. Era un lugar que, sinduda, habría sido mágico y especial en su infancia. Hasta tal punto locreyó,quesualmaqueríaqueAndreasedesprendieradeélparadejarloallíapasarlashoras,paraseguirabrazándosealosárbolesancianos,paramezclarseconaquelairequietoyfresco,paracrecerensuesenciaynoenconsciencia…PeroapremiaballegarhastaelMonasteriodelosCartujosy,contodalaresponsabilidadyfuerzadevoluntadtirandodelachica,elalmalasiguióatrapadaensucuerpo,mientrassiguieralatiendodevida.

Talvez,sillegaasaberqueestabaatansólodoscientosmetrosdeledificio gótico, habría aprovechado un poco más su visita a aquelespléndido paraje satisfaciendo los deseos de su yo profundo. Pero allíestaba.Despuésdetodoelpaseoalaorilladelrío,desuperarlatentacióndemorir enFuentesBlancas para vivir por siempre en aquel paraje, decaminarbosqueatravés,depasearunaestrechacarreteraqueseaparecióante ella, y todo ello bajo un frío creciente, pues el día se estaba yendolentamente,laCartujasemostróinánimeenellugardondeseubicócincosiglosatráspormandatodeJuanIIdeCastilla.

Todo el recinto estaba amurallado pero la fachada de la iglesiaquedaba en el exterior.Eradeungótico sobrio.Prácticamente, lo únicoque definía aquel estilo era el uso de arcos ojivales, aunque tambiénexistían,comogalasenloalto,pequeñospináculoscondelicadostalladosmientrasquelosmuroseranlisosycarentesdeornato.

Andreaentróeneltemplo,silenciosoymístico.Unavezdentro,lariquezaornamentaldelgóticotardíoparecíaofrecersecomofloresqueseabrieran súbitamente entre las sombras al caminar por sus naves.Delicados y complejos calados en las piedras con motivos preciosistascumplieronconcrecesconlasexpectativasdelamuchacha.

Allí estaban los sepulcros,maravillosamente labradosporGil deSiloé,deJuanII juntoconlasegundadesusesposas,IsabeldePortugal.Cuerposreunidosasumuerteen1496porlahijadeambos,lareinaIsabelIdecastilla,enaquelsacrosepulcro.

Desde el centro de la nave, Andrea percibió algo extraño en elretablocentralycuandoestuvoanteél,seadmiródelainnovaciónqueleparecióaquellacomposición,apesardecontarconmásdecincosiglosdeantigüedad.El retablo teníaunaestructuracircularque jamáshabíavistoen otro lugar del mundo. Obra de Gil de Siloé -¿Cómo no?- pensóAndrea.Lajovenseapresuróarevisarladatacióndelencargoyconfirmó

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sussospechas.Elretabloseproyectóen1496,añoenelqueelPapaAlejandroVI,

otorgó el título de Reyes Católicos a la reina Isabel I y a su esposoFernandoIIdeAragón.Todoelmundosabequeaqueltítulo,queostentanlosherederosde lacoronadeCastillahasta laerapresente, respondíaalhechodemostradodeque,aquéllos, llevaron la fecristianaaultramary,desde allí, alrededor del mundo. Sin duda, aquel retablo circularrepresentabaalgoque jamáshabía sido tanveraz, la comuniónde todoslos pueblos. Un común sentir en todo el mundo del cristianismo. Unmundo,confirmadoalfin,aunqueyaestabasiendoaceptadoentodosloscírculosdelsaber,comoungigantescogloboesférico.

En la representación, Cristo Crucificado como centro de todo,divide el espacio en cuatro secciones y, en cada una, hay unarepresentacióndesuCalvario.AlospiesdelaCruz,aunlado,estáMaríay,alotro,Juan.Alfin,enmarcandoatodosesoselementos,hayunagrancorona formada por innumerables cuerpos de hombres, aquellos cuyasalmassalvaríaJesúsconsusacrificio,lahumanidadalcompleto.

Enseguida supo que, aquel elemento circular, que definía unmomento histórico determinante en la cultura castellana, y burgalesa enparticular,debíaformarpartedeldiseñodealgúnespaciodelMuseo.Unnuevopensamientosacudiósucabezaporquenodebíatomardemasiadoselementos de cada sitio y tampoco debía parecer un collage confuso ydesordenado.Detalmaneraquedecidióvolveracambiarsuestrategiay,al fin, simplificó.Por lamañanadeldía siguiente, iría alMonasteriodeLasHuelgasenbuscadealgúnotroelementodeigualcalado.DespuésloconfrontaríaconelelementocirculardelaCartujaenlasalamásampliadeledificioenconstrucción.

Sabía,desdemuyniña,quelaAbadesadeaquelformidablerecinto

religiosoquevisitaríaaldíasiguiente,SantaMaría laReal(llamadoLasHuelgasporestarubicadoenunlugardondelosmonarcasgustabandeiraconsumirsusdíasdeociovacacionalparaholgarporsusprados),habíatenidomáspoderque lospropios reyesy lo igualaba,enalgunoscasos,conelmismísimoPapa.TalfuelaautoridaddelaAbadesaque,enépocasenlasquesepropusoquelosclérigoscontrajeranmatrimonioparapoderpredicar con el ejemplo, el sumo pontífice sólo tendría la opción detomarlacomoesposaaella.Sinembargo,aquellogeneraríaunaruptura

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en la tradición Vaticana. Un matrimonio sólo se podía romper por lamuerteysilamuertelellegabaantesalPapa,lapersonamáspoderosadelmundoseríamujer.EnplenaEdadMediaaquelloresultabagrotescopero,además, en toda Europa se generó otro recelo. La nacionalidad de laabadesadeLasHuelgassiemprehabíasidocastellana,porloqueelpoderestaríasiemprecayendodeaquelladodelmundocristiano.

Enlamañanadelmiércoles,Andreallegóalrecintomonásticocon

la sensación de encontrarse en un lugar tocado por algún extrañosortilegio.Habíaalgoenvolventeenelambientequeserespirabaentodalabarriadaqueprotegíaalrecinto.

Al verlo frente a sí, se sorprendió al descubrir en la torreelementos defensivos, y es que todo el Monasterio exhibía un carácterbélicoen suestructura.LoquenosabíaAndreaeraqueel ríoArlanzónhabíasido testigode luchascruentascontraejércitosárabes.Árabesque,enotrasregionesde lapenínsulasólohabíansidosanguinariosenplenabatallaynocontraloscivilesyclérigosdelasciudadesyMonasteriosqueocupaban. Sin embargo, por alguna razón, en la comarca burgalesa semostraronimplacables.

Una vez dentro, siguiendo la visita guiada por un circuitocalculado, lamuchacha descubrió unmundo opulento bajo la estructuracisterciense.Eraostentosa,aveces,hastaextremosinquietantesenalgunosdesusrincones,conriquezasmáspropiasdeexpoliadores,aglutinadassinestética, sin criterio. El rostro de Andrea expresó su sentimiento dedecepción al descubrir lo opuesto a lo que esperaba encontrar en untemploregidoporlaordendelCíster,pero,alparecer,laausteridadnuncafueunanormaenaquelmonasterio.Además,observóque la riquezanoerasóloamontonada,sinoempleadaenmostrarsuconstanterelevanciaalolargodelahistoria,adaptandoostentosamentesuestructuraalosestilosarquitectónicos que se sucedían con los acontecimientos: desde elrománico en las “Claustrillas”, pasando por un gótico temprano de laiglesia y terminando en el gótico del Claustro de San Fernando, cuyasbóvedasseadornaban,yaúnseadornan,conyeseríamudéjar.Allí,enunadelasestanciasdedichoClaustro,seencontrabaelMuseodeRicasTelasMedievalesquemaravillóalamuchacha.Portodossusmurosserepartíanalfombras, estandartes y vitrinas con vestiduras añejas y llenas delamparones. Sin embargo, algo le llamó la atención. En el muro más

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cercano a la puerta de entrada, la piedra estaba extrañamente vacía. ElGuía, como en cada estancia, guardó silencio para invitar a lacontemplación tras su explicación y, Andrea, sin reparo, preguntó concuriosidad:

-¿Quéestabaallícolocado?ElhombresegirósinsabermuybienaquésereferíaAndrea.-Eso…-dudóuninstanteconinsulsogesto-.Ahíjamáshahabido

nadacolgado-comentóextrañadoporlapregunta,queleresultófueradelugar.

-No-sejustificóAndrea-…creíhabervistoalgoallíyahorasevemuyvacío,comosialgofaltara.

-¿Talvezseaalgunacosaqueseestárestaurando?-preguntóunamuchachaqueseencontrabaentreelgrupovisitante.

-No-aseveróelhombrecongestorecio-.Jamáshahabidoalgoen ese espacio. Llevo veintitrés años trabajando aquí y siempre se haencontradoenelmismoestado.

Lavisitasiguiósinmásinterrupcionesdesvelandocadaresguardodondelasmujereseclesiásticashabíanhechosuvidadurantemásdesietesiglos.Erafascinantecomprobarcómoseibansuperponiendolasépocasysusestilossobrelaspiedrasmásantiguasy,alavez,cómofuncionabanestéticamente como un todo. A Andrea le sirvió sobre manera parareforzar su idea de hacer lo propio en las paredes del Museo de laEvolución.

Una vez que terminaron la visita, todas las personas queacompañaron a Andrea, terminaron en una habitación puramentecomercial. Se vendía desde rosarios hasta libros ilustrados y bibliasminiadas. Andrea echó un vistazo a un libro de gran envergadura, “ElMonasterio en Imágenes”. Le interesó al instante porque seguramentehabría representaciones y fotografías de cada ornamento, de cadasepulcro,decadaescondrijo…yleayudaríaadiseñarsusmotivosparaelMuseo,mássintéticosquelosoriginales.Seacercóalacajasinvalorarelcostequelesuponíaylocompró.Sinmás,loguardóensubolso,grandecomounamaletaymaleablecomountrapo.Parecíaquepodíasacardeélunaescaleraencualquiermomento,almáspuroestiloMaryPoppins.

- ¡Eh! -exclamó la chica que había interrogado anteriormente alguía-.ElmundodeHerodoto.

Andrea se giró hacia ella justo cuando otras dos muchachas la

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rodearon.-Aver…-seinteresóuna.-EstopareceelMuseodelasTelas-dijolatercera.-¿Túcrees?-preguntólaprimera.-Hombre.Miralapuertaaeselado.Al momento, una mujer ataviada con el hábito monacal, se

precipitósobrelasmuchachasy,conunasonrisaapacibleycordial,habló:-¿SoisdeBurgos,majas?-Sí-respondió laprimera, rubia,conelpeloquebradizo, lapiel

pálida y las mejillas sonrojadas de manera cómica-. Bueno, yo soy deLogroño,peroestudiamosaquí.

-Ah…¿Yquéestudiáis?-preguntólaancianacontonomeloso.- Restauración de Arte -respondió la segunda, corpulenta y

femeninaalmismotiempo,conelpelorizadoydoradoylosojosdeunazulclaro.

-¿Vaisacomprarellibro?-seinteresólamujer.La tercerade laschicas locogióy ledio lavuelta.Eraelmismo

queAndreaguardabayaensubolso.- ¡Veintitrés euros! -gritó- ¡Me cago en la puta! -blasfemó por

inercia,tapándoselabocaalmomento.Eramásesbeltaquelasotrasdos,depelonegroteñidoylosojos

grandesdecolormiel.-¡Huy,perdón!-sedisculpó.-Puesentonces-dijolareligiosasinretirardesurostroelgesto

afablealtiempoquerecogíaelvolumendelamanodelatercerachica-…devolvedellibroasusitio.

Lastreschicassequedaronextrañadasporlaactituddelamujerysemiraronal tiempoque labocade la terceravolvióa soltar loque sucabezapensaba:

-Andayquetejodan.-CallaCarolina-dijolasegunda,acalorada,mientrasbuscabaun

caminoparaescapardelMonasterio.-Puesclaroquesí-dijolaprimera-.Quelajodan.-Laviejademierda-dijolatalCarolina.Después, ante lamirada atónitadeAndrea, las tresmarcharonen

procesión mientras la chica rotunda se tapaba con ambas manos lasmejillasruborizadasporlairreverenciadesusamigas.

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Andrea siguió rondando por la sala de los suvenires y, para suasombro, vio cómo dos novicias, o al menos eso parecían por sujuventud, recogían los tres grupos de ejemplares de aquelmismo libro,pocomás de diez unidades. Se alejaron en silencio hacia el fondomásoscurodelpasilloydesaparecierondetrásdeunapuertaquesecerróenabsolutosilencio.

La joven diseñadora, sin perdermucho tiempo, salió del recintomonacal para poder revisar su ejemplar con detenimiento.Aunque teníaciertaprisa,puesqueríacogerunautobúsquelallevaríaaAtapuercaantesdelmediodía.Pormásqueojeóellibrodearribahaciaabajoydeabajohacia arriba, no halló la imagen que esperaba encontrar. Tampoco eracómodo,aplastadaporbolsosdelosdemásviajerosdeltransportepúblicoysuparada, juntoa laestacióndeautobuses, llegócon rapidez.Decidiócentrarse en su plan y dejar la revisión de libros a su regreso a laresidencia.Corrióacogerelautobúsy,enpocomásdecuarentaminutos,ya se encontraba a los pies de la Sima donde se había hecho el granhallazgodelahumanidad.

En un primer momento, se arrepintió de haber ido hasta aquellugar. Sintió haber perdido un tiempo muy valioso en el viaje, más eltiempo que perdería de regreso. Aunque, después, dio por buena lainversiónporque,denohaberido,siemprelehabríaquedadolanecesidaddehaberlohecho.LoqueencontróenAtapuercafueunazonavulgar,conuna superficie delimitada por cuerdas y varas donde algunas personasbarríanpequeñostrozosdetierra,haciendousodebrochas,enbuscadelmásmínimo rastro óseo.Fue en aquel instante cuando apartó la ideadehacerusodecualquierinfluenciadeaquellugarpuestoquetodoloqueseexpondríaenelMuseoseríaelpropiocorazóndelyacimiento.

Regresó a Burgos en el siguiente autobús y, desde la estación,cruzóelpuentedeSantaMaríaparadegustaralfin,comoperfectopostredeunacenajugosaysápida,lasmaravillasquelaesperabandesdeellunesalamanecerdentrode“LaCatedral”porexcelencia.

Entró bajo su arco ojival nervado y paseó por sus navesdescubriendocadacapillamenordonde,lossepulcros,lasesculturasylosretablos,producíangozoenelmásnecioyenelmássensitivo,enelpíoyenelpagano.

El gótico se elevaba como una carpa ligera soportada por unbosquedepiedraverticalysutilqueligabasusramasenarcosapuntados

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de líneas perfectas. Los muros sobre los arcos, estaban decorados porvanosciegosque,aunasí,disponíandeornadoshoradadosconsinuosasformasgeométricas.Sobreesaseccióndemuro,seelevabaotradondeseabrían ventanales imposibles y, entre unos y otros, se extendíannervadurashaciaelcentrode lanavequeseuníana laparedpor loqueparecían membranas anfibias. Era un efecto orgánico perfectamenteordenadoyarmónico,comosisehubiesentomadoprestadaspartesdelanaturalezay,después,sehubiesehechounasumaperfectaysimétricacontodoellocreandouncascarónllenodeclaroscuros,undinamismoqueeraúnicoenelmundo,almenosenlaépocadesuproyección.

-¡Háyase!-susurrócuandosupielsetersóemocionada.Arriba, enelprimer tramode lanavecentraly sobreel triforio,

unafiguraseasomabaaunaventanaysujetabaelbadajodeunacampana.Sehabíancumplidolastresdelatardeyel“Papamoscas”salióadarlastrescampanadascorrespondientes.Realmente,observadoconfrialdad,noeramásqueunmuñecogrotescosindemasiadovalor,perosuhistoria,sutradiciónyeldeseoquedesdeniñahabíatenidoporadmirarlo,lehicieronsentir lo mismo que si, frente a ella, se apareciera un pequeño gnomodanzarín.

Cuandohubieronsonado los tres tañidosyAndrea se recompusode su emoción, continuó su paseo por una de las naves lateralesdeleitándose con los relieves que rodeaban al altar mayor y formabanpartede losmurosexterioresdelpresbiterio.Llegóasía loquedeberíaserunábsidedeplantasemicircular,comoenlamayoríadelascatedralesdelmundo.Sinembargo, loqueseencontrófueunagranpuertaderejaqueaccedíaaunnuevoespacioenormeytanesbeltocomolapropianaveCentral del templo. El añadido, aquel que había descubierto desde elresguardodelArcodeSantaMaría,queeracoronadoporun tambordeformaoctogonalyconbalaustradasdepiedraenlasventanas,resultóserlacámarafúnebrequesehabíanprocuradolosCondestables.LosmismosqueteníanelpalacioenlaPlazadelMercado,“LaCasadelCordón”.Siyale había parecido excesivo dicho palacio a Andrea, aquel recintomortuorio le resultó insultantemente suntuoso y pretencioso por estarcolocadoenel lugarquelecorresponderíaa ladeidad,queencualquierotrotemplopresidiríaalconjuntocatedralicio.

Aun así, Andrea, olvidando por un momento la soberbia de losCondestables,sesumergióenaquelespaciodoradoporelefectodelaluz

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sobre la piedra de los muros. La riqueza ornamental era inusual porcalidad y abundancia y parecía brotar entre los sillares de todos losrinconescomofontanasexuberantes.

Lajovensediocuentadequenopodríaabusardemotivosgóticosen su diseño para elMuseo porque todo visitante que hubiera llegado aentrarenaquellacámara,sedefraudaríaconloqueellaintentaraemular.En todocaso, simplificaríaa lamínimaexpresión todos losdetallesquehabíaplagiadodeaquelestilo.

AdmiródespuéslaEscaleraDorada.Susescalonesllevabanaunapuertacolocadaatresmetrosdealtura.Laforjaqueformabaelbalaustreeracasitanmágicacomotodoloquelorodeaba.Parecíaimposiblequeelaceropudieraalcanzartantabellezaygracilidad.

Elpaseopor laCatedralfuecasi lenitivo.SeguramenteDelacroixnoalcanzójamásunestadotanleveybalsámicocuandohumeabaconsuscánulasdepapelillorellenasdehierbaspsicótropas.

AndreaseasomóalaplazaporlaquehabíaaccedidoalaCatedraly miró a lo alto. A su derecha, unas escaleras subían hacia una calleestrechapresididaporunacapillamodestaypreciosa,comocasitodoslosedificiosqueseencontrabanporelcascoantiguo.Sedijo,conacierto,quelaescaleradoradaseguramenteaccedíaaaquellazonadelaciudad.Subiócomosisucuerpoflotaraypaseolaempedradacalleencontrándoseconmásiglesiasjuntasdelasquehabríaimaginadoquepodríanexistir,ymásaúncuandounaenormeCatedraldominabaenlazona.Satéliteseclesiales,que se habían regalado los nobles y los burgueses pudientes. PequeñascapillasypárrocosambiciososquebebíandelprestigiodeSantaMaría.

Cuando bajó desde aquellas alturas hasta la siguiente puerta

amuralladaqueofrecíasalidahaciaelNorte, ladeSanGil,algo lehizopensarquesólohabíaunalíneadeinterésenBurgosenposdeencontrarinspiraciónnovedosaperototalmenteintrínsecaalaciudad:

-No puede ser el gótico el alma de esta ciudad -intuyóAndrea-.Burgos se planificó en plenoRománico y ahí debe estar el corazón -seterminóporconvencer.

SentíaquelaverdaderaBurgos,laquesefundóporalgúncriterioemocional,políticoopráctico,habíasidoeclipsadaporlaconsecucióndelossiglos.Loquehabíacobradotodoelprotagonismodelaurbeestabafuera del núcleo más antiguo, que ya no tenía mayor relevancia. Sólo

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había tabernasy localesde tapeopordondepaseaban losciudadanossinreparar en los once siglos de historia que yacían bajo sus pies. PeroAndreasíerasensibleaunaradiaciónemotiva,subconsciente,quetrepabaporsucuerpoelectrizándolelapiel.

Decidida a tomar aquella nueva base sobre la que cimentar suproyecto,desdeelArcodeSanGil,rodeóloquequedabademuralla.AsuizquierdadescubrióotrasruinasdealgúnMonasterio,eldeSanFranciscoseguramente,yaqueseencontrabaen lacallebautizadacondichosanto.Pero Andrea no se recreó en ello y siguió la calle abajo descendiendohasta laAvenida del Cid. Desde allí, caminó por la calle Santander quellevabahastalaesculturadeDonRodrigoDíazpasandojuntoalaCasadelCordónporenésimavez.Comoporinstinto,mirólaespadadelcaballeroyadvirtióalgoquelainquietó.Asimplevista,lafiguraecuestreseñalabafrente a sí pero, su espada, ante la detenida observación de Andrea,curiosamente, apuntaba hacia el mismo lugar donde se encontraba elMuseo.

- Si alguienme lo hubiera preguntado, aseguraría que la espadaapuntabahaciaelpuente-susurróparasí-.¿Seráunacasualidad?

Yaeralasegundavezqueaquelmonumentolasorprendíaconunacuriosidad que no parecía entrañar demasiada importancia. Aquellaapariencia casual y sin valor, para ella, era más relevante todavía. Sindejarpasarun segundoendivagar, cruzóel puenteque llevabadesde laestatuaecuestrehastaelMuseo.

Flanqueando dicho puente, se encuentran ocho figurasacompañandoalguerreroensuexilio.Todasellas,estánrelacionadasconel mercenario o con el cantar que lo nombra. Son personajes, tanto deBurgos, de donde fue desterrado, como de Valencia, donde llegó yterminósusdías.

Las ocho esculturas habían sido elaboradas por JoaquínLucarinien1953trassaliraconcurso:unafigurarepresentaaDoñaJimena,esposadelCid,yllevadosavessobresuhombro,signodepoder;frenteaella,suhijoDiegoRodríguez,quellevaalcuellounacruzlatinay,adornandosuescudo,unagrancruzgriega;aladerechadeDoñaJimena,sepresentaaSanSisebuto,abaddeSanPedrodeCardeña,quetambiénexhibeunacruzlatinaensucuelloyunacruzgriegaenloaltodesucayado.Ademásportaun cáliz en su mano izquierda; acompañando a San Sisebuto y a DoñaJimenaaeseladodelpuente,unárabeamigodelCid,BenGalbón,alcalde

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deMolinadeAragónquecomotributosostieneunallave;yelObispodeValencia,DonJerónimodePeribot,cuyafiguraserepresentaasiendoconla mano izquierda un cayado, adornado por un pequeño relieve de uncordero,alzandoconladiestraunacruzlatinaycuyoatuendoseadornaconochocrucesgriegasque,alineadas,formanunagrancruzlatina;enelotro costado, acompañando aDiegoRodríguezy apoyando su pie en elafamadocofredelCid,MartinAntolínez;asulado,MartínMuñoz,CondedeCoímbra,conelextrañodibujoensuescudodeun leónyungrifoaambosladosdeuntrofeo;ycerrandoelcaminoAlvarFáñez,sobrinodelCid,queapoyasudiestraensuespadadesenvainaday,cuyafunda,tieneunrelievedeunacenefaenformadeochosconsecutivosconcírculosenelinteriordelasformas.

Andreatomóunosbocetosdelasesculturasyregresóalalberguedonde volcó las fotografías en el ordenador de todo cuanto había visto.Después,salióacenaralgunacosaenlosbaresdelotroladodelaAvenidaolvidandoquehabíaotrosoncebecadosenlaresidenciaquesereuníanenelcomedoralamismahora.

Se sentó en una banqueta junto a las vitrinas de la barra. Estabarepleta de apetitosos bocados, desde pimientos rellenos de morcilla dearroz (típicadeliciade laprovincia),hasta sepiaconmayonesa.Aparte,era posible comer frituras variadas y bocadillos con embutidos de latierra.

Lacafetería,atestadadeestudiantes,derramabafestividad.Estabanen plenos días navideños, los cristales estaban empañados y las vocesexaltadasdelosjóvenesenardecíanlosánimosdeAndrea.

Enlasmesas,gruposdepersonasdetodaslasedades,jugabanalascartas. El juego más practicado era el “MUS”, con sus amarracos, enforma de garbanzos de plata unos y con pequeñas monedasresplandecientesotros.Algunos jugabanconunabarajaoficialdondenohabíatresesnidosesy,acambio,habíaochoreyesyochoases,cosaqueextrañóaAndreaqueignorabalanaturalezadeaqueljuego.

El pacharán, licor habitual en los bares del Norte de España, seconsumíaalmismoritmoqueloscigarrosquehumeabandesdecadamesacomo fumatas blancas. Parecía un lugar donde era más aconsejable noentrarsiqueríasgozardeunasaludplena,peroAndreatuvounasensaciónentrañable y familiar. Se fue a un rincón, arrullada por el murmulloatronadordelamultitudysonrióporinerciadurantelahoraqueocupóen

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comersuspatatasbravas,subocadillodelomoconpimientoysucervezadetrigoprocedentedeAlemania.

Después,agotada,mientrassuscompañeroscompartíansinmesuranipudorretalesdesusvidasenelcomedordelaresidencia,Andreasubióasuhabitaciónyseechóadormirsinquehubierallegadoacumplirselamedianoche.

Las voces de los otros jóvenes, trascendían como un ronroneotranquilizadorquearroparon lossueñosde lachica.Aquellos, siguieronsuparticular fiestanavideñahastaqueelbedel los invitóaabandonar laresidenciaoamarcharasusrespectivascamas.

Optaron por salir a conocer el ambiente burgalés, cuyo aire sehabía vestido de microscópicos cristales que flotaban inánimes ydestellabanamillaresamerceddelaluzdoradaquesederramabaporlascalles.

4. ATANDOCABOS

Andreasedespertóconlasfuerzasrenovadas.Sinbajar adesayunar, se sentó frentealordenador, extrajo todos

losdibujosyanotacionesquehabíaidohaciendodurantesuinvestigaciónycomenzóaelaborarunesquemadelMuseo.Queríacrearunprotocoloydiseñar un recorrido que fuera permitiendo asumir la evolución de lasestructurasconvivientesentodalacapitalcastellana,delmismomodoquedebíaserasumidalaevolucióndelaespeciehumana.

Sobre varias hojas,Andrea distribuyódecenas de bocetos en unatormenta de ideas. Hacía trazos de diferentes colores e iba marcandoseccionesdelplanodelMuseo,queteníacopiadouncentenardeveces.

Lamañanafuepasandosinqueelhambrelepidieraunatreguay,así,lahoradelatutoríaseibaacercando.

Cuando terminó de lanzar su instinto sobre el papel, se dio unaduchacáliday,allí,bajoelmasajedelagua,recordóqueaúnlefaltabaporrevisarellibrodeLasHuelgas.AquelquetantaimportanciacobrógraciasalastreschicasconlasquecompartiólavisitaalMonasterio.

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Rápidamente,secósupiel,enrollóunatoallaensucuerpoyotraensucabezay,sinvestir,accedióalahabitación.Sacóellibrodesubolsoycomenzó a buscar con dedicación, hoja por hoja. El tiempo transcurría,perolaintrigateníaaAndreasuspensa.Norecordabaloqueaquellachicahabíadichoalrespectodelafotoqueandababuscando.Sabíaqueeraalgosobre“elmundodenoséquién”yqueerasumamenteimportanteporlaexageradareaccióndelasreligiosas.

El libro tenía un tamaño similar al de un folio y cada imagenocupabadoshojasabiertasporcompleto.Eranfotografíasexcelentes,deuna calidad única, ymostraban desde los pórticos y los atrios hasta loselementos decorativos más insignificantes. Una de las imágenes, depronto, se desplegó clarificadora. Era la peor conservada de todas. Eraantigua, en blanco y negro y se notaba que había tenido algún tipo demanipulación. Desde luego, podía ser por culpa de una labor derestauracióndelafotografíapero,esesimplehecho,lerestabaveracidad.Almenos,Andreanolequeríadardemasiadocrédito.

ParecíaciertoquelapuertaqueseveíaaunladoeraladelMuseode Tejidos delMonasterio de LasHuelgas, pero la piel que se sosteníasobre losmurosnocontabacon lasproteccionesdevitrinasqueAndreahabíavistoeldíaanterior.Parecíacolgadadealgúncordelsobreclavosode algún modo igualmente misérrimo. Había dos monjas colocadas demaneraartificial.Lacomposicióneratensaynohabíacomunicaciónentrelasfiguras,ademásdeestarcompletamenteestáticas.

Andrea se planteó que podía ser una farsa sin malicia, unacomposiciónartísticaparaalgúnacto,algunaobradeteatro.¿Quiénsabe?Talveznisiquieraerauna imagenreal.Andreaeraconscientedeque lafotografíadeprincipiosdelsigloXXrequeríadetécnicaspictóricasparaofrecerunaimagenfinal.

Lostiemposdeexposiciónalaluzerantanlargosquelaspersonasnoerancapacesdeaguantarsinparpadearylosojosaparecíanpálidosysinpupilas,lascualesteníanqueserinventadasporelfotógrafodespuésabasedelupa,pincelytinta.

Pero,porotraparte,real,retocadaoficticia,esaimagenexistíayhabíageneradounaactitudpenosaenunamujerdeDios,encontradelaidea que a priori se tiene de ellas: serenidad, equilibrio, gentileza,afabilidad…

- ¿Qué interés podía tener aquella piel con un mapa del mundo

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dibujado en él? -Pensaba Andera mientras observaba el conjunto condetenimiento.

La iluminación era tan intensa en algún punto que parecía haberestadoexpuestadurantemástiempodelnecesariopararescatardetallesdelassombrasdeloshábitos.Talvezporesoestabatanborrosay,quizá,eralarazóndelaactitudtanestáticadelasmujeres.

La alarma del reloj de Andrea sonó turbando súbitamente suconcentración.Ya teníaqueestarvestida,pues sehabíapuesto la alarmapara salir por lapuerta almomento.Pero ahí estaba, envuelta en toallashúmedas revisando un libro que, al parecer, tenía que ser secreto poralgunarazón.

Rápidamente, tomó su cámara de fotos digital de últimageneración,quecontabaconsietemegapíxelesderesolución,ysacóunafotografíadelmapadelmundo.Escondióellibroenelfondodelarmario,detrásde lasmantasqueseguardabanen lomásalto,ysevistió lomásrápido que pudo. Ya se le había hecho tarde y no podía retrasarsenuevamente porque Manuel era un hombre muy serio y un auténticoprofesional, además de haber expuesto todo su prestigio en aquelproyecto.

Alllegaralauladetutoría,realmentenoteníamuchoqueofrecerleparaquepudieraevaluarla,niparaquelapudieraayudaraportandoalgúnpuntodevistaoconsejoútil.

- Buenos días, Don Manuel -pronunció fatigada, asomando la

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cabezaporlapuertaque,entreabierta,parecíaesperarla.-Casi buenas tardes -comentó él conun tono relajado-.No tehe

vistoeneldesayuno-ledijoconextrañeza.- Eh… -se incomodó Andrea, pues no imaginaba que fuera

obligatoriobajaralacafeteríaporlamañana-.No,teníacosaspendientesenmihabitación-seexcusó.

-Nonecesitoquemetraigasinformesdetalladosdetodoloqueseteocurra.Dehecho,meessuficienteconquemecomentestusintenciones,tus inquietudes y te pueda ayudar en alguna cosa. Hasta la semana quevienenoosexigiréalgotangible.

Andreasesintióaliviadaalescucharesoysonrióingenuamente.- Pero sí que creo necesario que te relaciones con el resto de

becados.Todoscharlanporlamañana,paseanporBurgos,comenjuntos-Manuel guardó silencio un instante mientras organizaba sus papeles y,volviendo a mirar a Andrea a los ojos, continuó-. Creo que no estássiendocortésy,deesamanera,meponesenuncompromiso.

- ¡¿Yo?! -se exaltó lamuchacha, que no imaginaba enqué formapodíaestarcomprometiendoaManuel.

-Sí.Verás.Todossabenquetefuiasaludaralabarraelotrodíamientras que tú no te habías dignado a aparecer por ningún lugar, ytampocoseteocurriópreguntarpormícuandoregresastedetupaseo.AldíasiguienteestuvesólocontigoenelMuseoynosetevioaparecercercade tus compañeros. Si fueras la elegida comenzaría a generar muchasdudas entre los demás y no puedo permitir que por una tontería semepuedallegaracuestionar.

-Discúlpeme.-Andreasemanifestóofendidaconeltonoagresivodesuvoz-Amínomeimportaloquepiensenadie,“pa”sermásclara,meimportauncarajo.Nosécómosealagentedeaquí,apartedeestiradayrancia,peroyonovoyahacerloquemediganoesperen.¡Yohareloquesemedemiregaladagana!

Según terminó de hablar, se lanzó por el corredor con pasourgente.Subióasuhabitacióny,cuandoestabaapuntodecerrarlapuerta,Manuellaabriódeunenvitenervioso.Ellasegirósobrecogiday,parasuasombro,elrostroserenoyadultodeManuelsehabíatornadoenungestograve.

- En primer lugar -pronunció en tono bajo pero con los dientesnotablemente juntos-... en esta ciudad, lo que tenemos es respeto. No

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somosariscosnirancios, loquehacemosesrespetarlaintimidaddelosdemás y cuidar la nuestra. Pero… intenta conocer a alguien de aquí,intenta alcanzar su amistad… no la alcanzarás si no la ofreces con elcorazóny,cuandoalfinlogresunamigoaquí,lotendrásparasiempre.-Andrea se quedó descompuesta-. En segundo lugar, tu obligación esformar parte del grupo. Esto es un aula de becados y tus gastos estánpagadosporunproyectoque,paraserreal,debereportaresasensacióndegrupo.Sinoestásdispuestaaconoceralosdemás,quenosondeBurgos,salvo uno, y por lo tanto no son rancios, puedes comenzar a hacer lasmaletasyregresaraMéjico.

ManuelsequedódepiefrenteaAndrea,lacuallomirabaaturdida.Alospocossegundos,elhombretomóelpomodelapuertaylacerrótrasdesí.

Andreasequedóparalizadaunosinstantes,duranteloscualesoyócómo se alejaban los pasos de Manuel. Después, se dejó caer sobre lacama, defraudada. Jamás había consentido que dirigieran su vida y, depronto,lequeríanorganizarhastaloquedebíahacerenlosmomentosqueentendíaqueeranpropios,deusoestrictamentepersonal.

Sereincorporóalcabodeunosminutosybajóalacafeteríaaverdónde se encontraban sus compañeros, pero ya habían regresado altrabajo.

- Bueno, ya mañana será otro día y veremos -susurró conpreocupación para sus adentros-. Aunque, tal vez a la hora de la cenatambiénmetengaqueacercarhastaaquí.

Suspirando a causa del hastío, se dirigió a la conserjería parapreguntarlahoraalaqueestabaestipuladocenarenelalbergue.

-Alasochodelatardeyasepuedecenar-ledijoAntonio.-Perfecto-dijoAndreacondesidia,puesellasiemprecenabaantes

deirsealacama,paraqueelestómagollenonoralentizarasucapacidaddeestudio.

-PeroloschicosdeDonManuelbajanacenaraesodelasdiezymedia,mediahoraantesdecerrarelcomedor.

Andrea sonrió inconscientemente al escuchar aquello y, dándolelasgraciasalhombre,subiólasescalerasconrapidez.

Una vez estuvo en su habitación, extrajo la fotografía que habíahechodelmapaquehabíaenellibrodelMonasteriodeLasHuelgasylovolcóensuordenador.

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La cartografía de aquel mapa era radicalmente desacertada,aunque, para aquellos tiempos, seguramente era una labor encomiable yfiable para los viajeros. Sin embargo, no podía contrastarse con larealidad y la fotografía estaba ciertamente dañada y borrosa. Abrió laimagenconunprogramadeedición, laajustóy,parasatisfacerelgustopor lassorpresasdeAndrea,unasmanchasmásoscurasque lospropioscontornosde los continentes se revelaron ante su atenta observación.Sedifuminabantodavía,perodefiníanuncuriosocircuito.Conrapidez,tantocomo su propio pensamiento se lo dictaba, comenzó a tratar la imagencon diversos filtros, tonos, saturación, brillo... enfocó los contornosvarias veces.No logró que se afinaran las formas, pero se producía uncontrastemásdefinidoentrelosdiferentesmaticesgrises.

Después, difuminó los píxeles que no formaban parte de esetrayecto, volvió a ajustar el contraste y todo parecía un poco máscomprensibleo,almenos,losrasgosestabanmejordefinidoscomoparapodersacaralgoenclaro.

Amplió la imagen. Con la herramienta “pincel” y con un colorrojoestridente,recorriólasmarcasqueresaltabansobreelmapa.Fueuntrabajodepárvuloaniveldoctorado,uniendopuntos.Unasveceselordenelegido descomponía la figura pero, volviendo atrás, con dedicación ytiento,aquellofuetomandoforma.

Hubodoselementosquehicierondespertarenellaunaseguridad;lerecordaronalgomuyrelacionadoconelBurgosquehabíavisitadoesosdías. En uno de los puntos del dibujo, había repasado unas figuras queparecíanunospájarosesquemáticos.Y,pordosocasiones,retocósendoscírculos en cuyo interior parecía insinuarse un animal, más que nadaporqueteníacuatrorayashaciaabajodesdeunnúcleogrueso.Entoncesse

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le hizo visible en su pensamiento el bastón que portaba el Obispo deValencia entre las esculturas del puente de San Pablo, que se culminabaporuncorderoencerradoenunaro.Ylasaveslerecordaronalasqueseencontraban esculpidas sobre la representación de Doña Jimena en elmismopuente.

Sacó todos los bocetos de las esculturas que ella misma habíadibujadoinsitu.

Para su sorpresa, comenzó a encontrar todos los elementos quefiguraban en las esculturas: dos espadas; cruces griegas y una de ellasrodeada por un círculo, como en el bastón que portaba San Sisebuto;cuatro“X”consecutivascomolavainadelaespadadeMartínAntolínez;uncálizconunaserpienteyunleón;unojodecerraduradondeencajaríala llave que portaba Ben Galbón; dos serpientes enzarzadas, como eladornodelavainadeespadadeAlvarFáñez.

Claroestáque tuvoquevolcarsu imaginaciónpara llegara talesconclusiones. Aunque, posiblemente, cualquier persona dirigida por unansiadealcanzaralgoextraordinarioentreaquellasanotaciones,conosinimaginación,seríacapazde inventar todasesascoincidenciasdespuésdehallarunasola.

Necesitaba contrastar aquello con otros mapas del mundo deaquellaépoca.Norecordabaelautordelmapaperonohabíacosaquenopudiera encontrar por internet. Urgía localizar un ciber-café o algoparecido.

Levantóeltelefonilloysepusoencontactoconlaconserjería.Alsegundotono,Antoniorespondióservicial:

-Andrea,dígame.-Aver,Antonio...¿Sabedóndepuedoencontrarunciber-cafépor

aquí?- ¿Quiere usted un café o conectarse a internet? –se interesó

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Antonio.-Conectarme–respondióAndrea.-¿Porquénobajaalasalaquetenemosdispuestaenlaresidencia?-¡Ah!Nosabíaqueteníanuna...¿Dóndeestá?-Laesperojuntoalaescalera.BajócomounaexhalaciónalencuentrodeAntonio.Abajo,Antonioaguardabaconelbrazoextendidoseñalandofrente

alaescalera.Justoalladodelaconserjeríasepodíaverunapuertadonderezaba“SaladeInternet”.

-¿Quiereuncafétambién?-No,Antonio, gracias –sonrió-.Quemi presupuesto no da “pa”

tantogasto.-Yono levoya cobrar–ajustó la formade suexiguabocaa su

amabilidad,conunasonrisapaternal.Andrealomiróconundestelloensumiradaindia.-Gracias,Antonio.-Notieneustedquedarlas,Andrea.Estáustedensucasa.Hizounabúsqueda simple: “mapa antiguo”.Ajustó la búsqueda a

imágenesyaparecierondecenasdeellas,peronohallóunaigualalaqueaparecía en su libro. Reformuló la búsqueda: “mapa antiguo Europa”.Pero el resultado no mejoró. Intentó recordar el comentario de lamuchachaenelMonasteriodelasHuelgas...

-¡Mundo!–gritóenlasalavacía-.Elmundode...dealguien,vamosaver...

Volvióaformularsubúsqueda:“mapaantiguomundode”A primera vista, los resultados fueron similares a los anteriores.

Un tintineo leve anunció la llegada deAntonio portando un café en susmanos.Andreasegiróconsuespléndidasonrisa.

-Muyagradecida,Antonio.- Es un placer –correspondió acercándole el plato en la mesita

contigua.Levantó la vista y leyó-:mapa antiguomundode... –revisó lasimágenes-...Herodoto.

Andrea dirigió su mirada atentamente al rostro de Antonio,plegado por el tiempo, que destellaba ilusión juvenil en sus ojos sinembargo.Instantáneamentemiróalapantalla.

-¿Dónde?–interrogó.-No,digoyoquesibuscaelmundoantiguodealguien...seráelde

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Herodoto.Andreaabriólosojosyarrugólafrente,comosiunconserjeno

pudiera saber nombres referidos a aquellas épocas donde el hombredesconocíasupropiatierra.

-Herodoto–repitióellaescribiéndoloensubúsquedasumadoaloanterior.

Ahíestaba.Habíavariasversionesperotambiénseencontrabaunoexactoaldesufotografía.

-¡Gracias,Antonio!Esustedunamor.- Para servirle... –respondió Antonio-. Me voy a recluir en mi

garita–sonrió-.Simenecesita,yasabedóndeencontrarme¿Eh?-Esperonodarlemáslata.-¿Más...?–sedesconcertóconelacentoexóticodeAndrea-. ¡Ah!

Nomolesta,Andrea...aunoleencantaserútilparavariar.Yconaquellafrase,dejóaAndreatrabajarencalma.Ellasiguió labúsqueda,porsinoera taldescubrimientoelmapa

quehabíaensupoder.Sesucedieronlasbúsquedasenlasquepusotodoloque se le ocurrió: “Mundo de Herodoto ruta egipto grecia hispania”;“MundodeHerodotorutamenphystartessus”...

Pero no halló nada que se pareciera a aquello que habíadescubiertoenel librode lasHuelgas.Describió los iconosydescubrióvarias interpretaciones que variaban según la tradición: hebrea, griega,celta...peronopudosumarunsignificado,nisiquieraintuirlo.

Sabedoradequenoibaasercapazdeavanzarensuinvestigaciónpor sí misma, por falta de conocimientos precisos, de posibleseconómicosydecontactos,decidiócompartir,aunquedemaneraparcial,sudescubrimientoconManuel.Él, talvez,podíadar respuestasaalgunadeaquellascosasomarcarlealgúncaminoveraz.

Tenía la cabeza llena de pensamientos ambiguos mezclados portodoloquehabíaestadorevisando.Sabíaquetodoloqueleibaamostrara su tutor se alejaba sustancialmente del cometido para el que habíallegado a Burgos y por el que eramantenida por la Junta deCastilla yLeón,peroconfiabaenManuelyenqueélcomprendiera la importanciadeaqueldescubrimiento,siesqueloera.

Primero,seacercóaconserjeríadenuevo,enbuscadeunmododeimprimirunascuantasimágenes.CuandoAntonioselohuboresuelto,sedirigió a la tutoría y llamóa la puerta condelicadeza.Nadie respondió.

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AndreaInsistióconunpocomásdefuerza.-Noestoyahí-dijolavozdeManuelalaespaldadeAndrea,que

saltósobresaltada.-Disculpe.-Hasbajadotardeatutoría-Andrealomiróincómoda-.Perohas

bajado.Asíquevamosdentroymedicescuálessontusintenciones.Andrea pasó dentro del despacho.Manuel la invitó a sentarse en

unasillayélsesentóallado.Parecíacomosielsucesodeunahoraatrásnohubieraexistido.

La muchacha comenzó a sacar los planos del Museo de laEvoluciónllenosdetrazosdecolores.

- Bueno… -comenzó a decir sin saber muy bien por dóndeempezar-.Laverdadesquetengomuchasideaspararemodelar.

-Poralgoseempieza.Notepreocupes,alfinallascosaslleganaasentarseporsísolas-latranquilizóconuntonodevozamistoso-.Dimequéseteocurreyveremoscómopodemosdarleforma.

-Realmente, loquesemehaocurridoesalgoextravagante.Perosé que cuando comience a definirlo, todo ira agarrando forma. Se meocurrió decorar los muros exteriores por alturas. -Andrea comenzó adibujar, con trazos rápidos y seguros, el alzado de un edificio y loseccionó en cinco zonas horizontales-. La de abajo tiene que parecertierra,arcilla.Laimagenquesemepresentaescasiinfantil,comoenundecoradodelaWarner.Rocarojizacomosisehubieraabiertolatierraysalieraeledificiodesdelomásprofundo.Después,unmurodepiedracongrecas romanas y algún bajorrelieve. Después, una parte de paredrománica,conventanalespequeñosymurosprofundos.Elsiguientetramoaligeraría la estructura con esbeltos pilares y ventanas amplias de arcosapuntados. Sobre todo ello, una sección decorada con barroco. Y porencima, como cielo artificial, cristal, ofreciendo iluminación a todo elMuseodesdeloalto.

- Así que el techo, según creo, sería de cristal también -advirtióManuel.

-Sí-asintióAndrea.- En principio se me presenta como si fuera un edificio

desplegable,comolasantenasderadio-serióManuelalponerelejemplo.-Sí,asíescomomeloimaginé-respondióAndrea.- La verdad es que puede quedar curioso. Pero, yo no haría las

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seccioneshorizontales.Lasharíairregulareso…conalgúnotrocriterio.Andreaobservósubocetoconlosojosentornados.-Tengolaintuición,corrígemesimeequivoco,dequetuintención

eselaborarunasimilituddelaevolucióndelhombreconlaevolucióndesuarquitectura-ledijoél.

Ella asintió en silencio. Le resultaba sorprendente que llegara aaquella conclusión como si sus mentes estuvieran en una mismafrecuencia.Pero,alavez,lehizosentirseguradecontinuarexplicándoletodo lo demásy abrirse a él con todas sus inquietudes. Incluido todo loreferenteasuparticularinvestigación.

-Megustalaidea…perocreoquetienesquebuscareso,queseauna evolución.Así parece quehubiera ruptura radical de unmomento aotro.

- Tiene razón pero, por otro lado… creo que es así comodefienden los evolucionistas que se ha dado el fenómeno. Con saltosradicales en la evolución. Mutaciones graves que definieron nuevasespecies.

-Vistoasí,tienesentido,aunquesigopensandoqueparecenpiezasinconexasy,pormuchoquecadapiezarepresenteaunestilo,entretodastienenqueformarunúnicoedificio.-Semiraronfijamenteelunoalotro-.Sóloesunaapreciacióndelaque,tú,seguroqueextraesunconsejomejordelqueyotepuedadar.

-Megustansuspuntosdevista.Eslaprimeravezqueuntutornomeimponesucriterio.

-Bueno…tampocovoyaseryoquienteevalúe.Ysesuponequelos becados ya sois profesionales. Tal vez, si esto fuera un trabajo delmódulodediseñoode aparejadoresode arquitectura, podría influir deunamaneradeterminante.-Sonrióconairedistendido.

-Puesmegustaríaquemeayudaraenunacosamás.Andrea separó las cuartillas que tenía acomodadas junto a los

bocetosdelMuseo.Manuelseinclinóhaciaellosconinterés.- No tiene relación con el proyecto. Pero me ha parecido

interesante.Dehecho, por una fotografía, lasmonjas han retirado todoslosejemplaresdeunlibro.Digoyoqueseráporalgo.

ManuelretorciólabocayelevólascejasdesconocedordetodoloqueAndreateníaentresusmanos.

-Verá.ToménotassobrelasesculturasdelpuentedeSanPabloy

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sobre la escultura del Cid. Que por cierto, tiene algo curioso en supedestalyensuespada.

- ¿El qué? -se interesó Manuel con una sonrisa abiertamenteconcernida.

-LaespadaapuntaalMuseooaloquefueraquehubiesecuandosepusoallí,quecreoqueeraunMonasterio.

-Sí,exacto.ElMonasteriodeSanPablo-leconfirmóManuel.-Yenelpedestalhaytresletrasdiferentesalasdemásqueforman

lapalabraALA.-Nopuedeser-seextrañóManuel.Andrea extrajo una hoja donde estaba impresa la imagen del

pedestal y, de aquel modo,Manuel pudo comprobarlo sin necesidad deacudiraloslibrosnideirantelamismísimaestatua.

- Pues sí que resulta curioso -admitió él-. Pero creo que es unacasualidadyqueelhechodequeesastresletrasseandiferentesatiendealanecesidaddeadministrarmejorelespacio.

-Sí.Yotambiénlocreo,peromeextrañaquehayacoincididoasíhabiendootrasseisletras“L”eneltexto.

Manuel miró detenidamente la foto a la espera de que Andreacontinuaraporquenoqueríavolverarestarleimportanciayaélseseguíapareciendoirrelevante.

-El caso, es que, en elMuseo deTejidos delMonasterio deLasHuelgas…

-TehasrecorridoBurgosaconcienciaporloqueveo.-Sonrió.- No lo sabe usted bien -aseguró Andrea soltando un par de

carcajadas-.Yapesardeestefríoquehacesiempre.-Sí,Andrea,esqueaquíenBurgoshaynubescientocincuentadías

alaño…ycuandohacesolhaceaúnmásfrío.Andreariócontodaslasganasquesucuerpoledictó.- Es cierto. -insistió Manuel acompañándola en las carcajadas-.

Cuando hay nubes hace frío, pero siempre hacemejor temperatura quecuando el cielo está despejado. Además por Burgos corre el aire a susanchasyencadacalleenunsentido.

- ¡Es verdad! -afirmó Andrea con los ojos desorbitados-. Laprimera tarde yo le huía al viento y me metí entre las calles, pero elventarrónveniadetodosladosymecalababiencañón.

Manuelsiguióconsusrisas,acentuadasporlasexpresionestraídas

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por la joven, inmerso en una conversación que siempre tenía con losforáneosy,másamenudodeloquepodíaparecer,conlosnaturales.

-Bueno,elcasoesqueenelMuseodelastelas,viunespacioenuna pared que me resultó demasiado desnudo y pregunté por si estabaalgún tejido en restauración o algo así, pero me dijeron que no. Sinembargo, una vez que llegamos a la tienda del Monasterio, una chicadescubrió una foto en blanco y negro de ese rincón.Y sobre esemuro,habíaunmapadelmundoantiguo.

Andreabuscó la fotografíadelmapasobrepieldeanimalyse laentregóaManuel.

-¿Vetodos losrasgososcurosquevandesdeel ríoNilohasta lapenínsulaibérica?

Manuelasintió.-Puesloshetratadoconel“pc”ymehadadoesto.Lamuchachaenseñolahojadondeunalíneadiscontinuauníados

puntosseñaladoscondoscrucesgriegas.Entremedias,habíaotrossietesímbolos.

-¿Veestasdosespadas?-Manuelasintiódenuevo-¿Veaquícuatroequis?

-Sí-dijoél.-¿Parausted,quéesesto?-preguntólamuchacha.-Parecendosaves-respondió.- ¿Yesto? -siguió interrogandoAndreamientras se comenzaba a

exaltaralgoensuforointerno.-Pues…nosé.Parece…unanimaldentrodeuncírculo.Entonces,comollevadaporelímpetudeuntahúrquemostrarasu

mejorbaza,comenzóadesplegarvariashojassobrelamesa.-Mire.Enestaesculturaestáesecorderoenuncírculo.Yenesta

vainadeespadaestánlascuatroequis.ManuelrevisólavainadelaespadadeMartínAntolínezcontando

las“X”quefigurabanenella,perotansóloeraundibujo.Coincidíaquehabíacuatrosignosigualesenunodelospuntosdelmapa.Sinembargo,pensóqueesoeraquererveraguaenmitaddeundesiertoporelsimplehechodetenersedy,contodo,nodijonadaquepudieraofenderaAndrea.

EllacolocóotrosdosdibujosdelantedelacaradeManuel,peroéllasapartócondelicadezaparacontarlascrucesgriegasqueseextendíanenelropajedeDonJerónimo.Eranexactamentetantascomopuntoshabía

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enelmapay,porprimeravez,secomenzóainteresarenserio.Disimulóconsintiendoquelamuchachalemostraralosotrosbocetosquelequeríaexponer.Andrealosplantósobrelasanteriores.

-En esta otra, están estas serpientes enredadas -dijo señalando lavaina de la espada deAlvar Fáñez-.Y aquí están las dos aves -informóponiendo el dedo junto al hombro deDoña Jimena-. ¡Ah!Aquí está unaespadayaquílaotra-finalizódiciendoAndreaseñalandoalasimágenesdeAlbarFáñezydeMartínAntolínez.

Manuel lo observó detenidamente mientras fruncía el ceño yapretabaloslabios.

-¿Ynoesposiblequeviendolasmanchasborrosaseinfluenciada

por todo lo que has visto por Burgos, construyeras tú estas formasinconscientemente?

A punto estuvoAndrea de dejarse llevar por un arrebato airado,perosesupocontener.

-Esposible.Aunqueleaseguroquesiustedcogierael“pc”ydieralospasosqueyohedado,seencontraríaconalgoparecido.Loúnicoquehe hecho ha sido aplicar un filtro de enfoque para aislar los diferentestonos. Después, sólo he unido los píxelesoscuros.

- Estoy seguro de que así ha sido. No te enfades, solamente hehechoigualquehaceunhombredelserviciotécnicoque,cuandoledicesquetuordenadornofunciona,loprimeroquetepreguntaessielaparatoestáenchufadoylosegundoquesihasapretadoelbotóndeencendido…puesyometengoqueplanteartodaslasposibilidades.

AndreamirabaaManuelalaesperadequealcanzaraalgunapauta

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sobre la que seguir indagando. Él, mientras, mantenía los ojos en losdiferentesmotivos.Alfin,tomandoaireenunprofundosuspiro,hablo:

-Muy bien. Supongamos que tiene relación lo uno con lo otro.¿Quécreesquesignifica?

-Creoque…algo,loquesea,sehaidorepartiendoporestossietepuntosdeaquí.

-¿Creesqueeselmapadeuntesoro?–preguntóManueldenotandodesacuerdo.

-Aunque,talvez-continuóhablandoAndreasindejardemiraraldibujo-…lomás lógicoseríaelegirel lugarmás importante.Alejandríapuedeseresesitio.

- En el caso de ser lo que crees que es, Alejandría ha sidodesfalcada tantas veces que, si quedara algo, no sería demasiadoimportante -adujo Manuel-. O, fíjate en esta ciudad. El mismo recintodonde el Museo se está levantando, se ha removido cuatro veces endoscientos años, ha sufrido una desamortización, invasiones…La PlazaMayor, por otro lado, seha levantado incontablesveces.Yqué te voy adecirdeloscauces,siBurgosenlaantigüedadteníacincocaucesqueloatravesabanyhoyporhoysólodosestánalavista.Quénosehabráhechoallá donde había edificios que ya no existen. Así que si lo que hasdescubiertoatiendeaalgocierto…estoyconvencidodequeestardeparadesenterrarlo.

-Puedeser,pero…yoquierointentaraveriguaralgomás.- Eres libre de hacer lo que creas -aseguró Manuel-. Pero no

quieroquepierdasdevistaelproyectodelMuseoporque, además, creoque lo estás enfocando de una manera muy interesante, no pierdas elobjetivoyafinaelúltimodisparo.

Andreasaliódelaulade tutoríasinnadanuevoconrespectoa lo

que ya tenía, pero algo le hizo pensar que, tal vez, en Burgos se habíaquedado alguna parte de ese “tesoro” que se había repartido entre lasciudadesindicadasenelplano.Eso,sieraBurgosellugardefinidoporlacruzsituadasobrelaPenínsulaIbérica.

Decidió que, si el mapa había sido custodiado por el clero y elclero era el que dominaba el mundo en el momento en el que se pudoelaborar aquel plano, tal vez encontraría respuestas en las iglesias de laciudad.

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Se cubrió con varias prendas, doble calcetín y finalizó con elanorak marrón de capucha descomunal. Determinó recorrer todos lostemplos que quedaban en pie. Para ello, comenzó por “LaAntigua” delbarriodeGamonal.Máshermosaporel romanticismoque la rodeaqueporsuesplendorreal.

Alcuriosearcosassobreella,descubrió,nosóloqueerauntemplonormal, sinoquede antigua teníamenosque lamayoríade iglesiasquequedabanenpie,puesfueerigidaenelsigloXIV.Aunquesíqueesciertoquehubouna iglesiaanteriorenaquelmismositio, lugardondecuentanqueseapareciólaVirgen.Ensuhonor,selevantóunedificiodelquetansóloquedaunapiedra.Yesoerapocoparaindagar.

Averiguó, amedidaque fuevisitando lasdiferentes edificacionescristianas,quepocoquedabadeoriginalynadadeloreferenteatesorosocultos. Todos los elementos que veía eran mucho más recientes yuniversales. Andrea buscaba aquellos símbolos de los comienzos delcristianismo,dondeencontraruna imagendeuncorderoodeunasavestenía relevancia. Pero a su alrededor sólo había imágenes barrocas ypinturasrenacentistas.Pocodondeesconderclavesconspiratorias.

Apesardetodo,segúnbajabaporlacalleVitoriahaciaelcentrodela ciudad, un pensamiento impreciso hizo que se fraguara dentro de sucabeza la seguridad de que estaba cerca de algo. Y todo, gracias,precisamente,alaextrañacircunstanciadequeyanoquedaranindiciosdemateriales del siglo IX. Se convenció de que si no quedaban en pie losedificios relevantes era porque alguien se había esforzado en que asífuera.Aunque,esealguien, teníaquehabervivido tantossiglosquesólopodíaserunainstitucióntanpoderosacomolapropiaIglesia.

Seleenervaronlosvellosdelapiely,almomento,sedefraudóasí misma. Tanto había leído sobre los soldados de Cristo y losTemplarios, y tanta literatura se había generado en torno a ello, queAndreahabíaperdidotodoelinteréssobreesostemas.Nodabacréditoacosaalgunadondeintervinieradichaorganizacióny,ellamisma,apuntohabíaestadodefabricarseunahistoriarelacionadaconellos.

Cuando llegóa la calledeSanPablo, alotro ladodelpuentedelmismo nombre, junto al museo en construcción, encontró unos panelesplantados juntoa lasvallasde lasobrasquedescribíancon todo lujodedetalles cómo debía haber sido el Monasterio que se había mantenidodurantesiglosenaquelmismolugar.

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Entonces, vio los dibujos que se diseñaban en lo que fueron lossuelosdeaquellugar.FormasgeométricasqueparecíanfloresperoquealosojosanalíticosdeAndrea,resultaronsercrucesgriegassuperpuestascondiferentes inclinaciones.Recordóque,enelmapa,unade lascrucesgriegasestabaenlaPenínsulayotraenAlejandría,aunquehabíaotramásporahí.Algoselepresentónítidoderepente.Habíapasadoporaltoalgúnpequeñodetalle,habíaelementossinrelevanciaqueserepetíanenvariaslocalizaciones. Primero pensó que podían tener significado jeroglíficopero, sin saber por qué extraña razón, su mente decidió plantearse unaposibilidadincongruente,almenos,enrelaciónconlosargumentosdelosque disponía. ¿Y si esos grafismos que se repiten en puntos diferentes,definenunmismolugarendiferentesescalas?

Recordabaque,enunlugardelmapasituadoentreItaliayEspaña,habíaun icono triangular similaralquehabíaenAlejandría,perono lopodía asegurar. Se le ocurrió que, tal vez, podía utilizar el trazado delmapa cambiando su escala,mantener el punto de salida enAlejandría ycolocarelpuntodellegadaenellugardondeseencontrabaelsegundodelos triángulos, de tal forma que los demás puntos se reubicaran por elespacio.O,quizá,sustituirelpuntodeinicioporesesegundotriánguloyBurgossiguierasiendoelpuntodellegada.

Lanochedeaquelmiércolessecomenzóacernirtanfríacomoerade esperar. Andrea se apresuró para ir a su habitación a hacer lascomprobacionesqueliberaransucabezadetantaselucubraciones.

Pero,alllegaralalbergue,unrumorcálido,tantocomoelairequese respirabaalentrareneledificio, salióensubuscadesdeelcomedor.Eran comentarios y risas de unos jóvenes que contaban anécdotas y serevelaban intrigas personales mientras alguno tarareaba alguna tonadanavideña.

Andrea se dejó arrastrar por las voces y descubrió a suscompañerosdebeca,sentadosalrededordeunamesa,a laesperadequeles sirvieran la cena, conociéndose unos a otros con plena confianza ycordialidad.

Se acercó hasta ellos con calma y recelo, pero unamuchacha segiró,lasonríoefusivamenteysepusoenpie.

-¡Hola!VosdebesdeserAndrea-leestrechólamanoylediodosbesos.-YosoySonia.

Andrea recorrió la mesa con gesto afectuoso y se entregó al

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comprobarque,suscompañeros,lejosdemarcarledistancias,laacogíancomosiseconocierandetodalavida.

Fueunaciertohacercasodelosconsejoso,másbien,cumplirconlas exigencias de Manuel. Durante las cuatro horas que estuvieroncharlando y riendo, en el comedor primero, en la cafetería Siglo XXdespués y por los pasillos del albergue a últimas horas de la noche, norecordónadadeloqueloshabíareunidoenaquellagélidaciudad.Habíadisfrutado de una noche formidable y entrañable como sólo habíaconocidoenel senodesu familiao juntoa susdosamigasmás íntimaspero,aquellavez,conpersonasdesietenacionalidadesdiferentes,tresdeellas,americanas.

Aquellanoche…porprimeravez en tresdías, durmió relajadaysatisfechadeestarallí.

Eljueves,Manuelselevantóconlaserenidadquelocaracterizaba,

peropretendíasertajanteconlosbecados.Dabaporterminadalasemanaporque sabía que el viernes un par de jóvenes se irían a sus respectivascasas, por cercanía, para regresar el lunes.Había analizado todo lo quehabía visto durante las tutorías y, como no le gustaba criticar cosasparticulares de la gente, sino encontrar un defecto común sobre el quehacerhincapié,esperóatenerlosatodosreunidosaquellamañana.

Durantesusañosdedocentehabíacomprobadoquedabaresultadosacar a la luz los defectos o las deficiencias que todos sus alumnosadolecían.Ayudabaaqueseunieranyseapoyaraninclusoenlascarenciasindividualesdecadauno.RazónporlaquenecesitabaqueAndreaformaraparte del grupo. Para que no se hundiera o para que no pensara queaquellonoibaconella.

-Losconocimientos-lesdijoenlacafeteríadelalbergueantesdequeterminarandedesperezarse-,sonlabasesobrelaquevosotrostenéisque crecer y elevar todo el potencial que tenéis. Debéis utilizar lasherramientasquetodoelmundotieneasudisposiciónperoquevosotrosdebéisdominarporencimadel resto.Y tenéisquegeneraralgonuevoyespectacular.Sinembargo,loquehevistoaquíenvosotros,sencillamente,es que creéis que sois un grupo de aprendices -guardó silencio paraapreciar las miradas desconsoladas de algunos, ofendidas de otros ysorprendidas de todos-.Vosotros os colocáis como base y, usando lasherramientas,aplicáisvuestrosconocimientoscomoquienhaceunasuma.

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Cualquiera que disponga de los libros de diseño, de arquitectura o devuestras respectivas carreras, cualquiera que disponga de los libros conlos que habéis estudiado podría ofrecer los mismos resultados quevosotrosmehabéisentregado.Elmiércolesdelasemanaquevieneseráelecuador del proyecto. Entonces tendréis que tener las cosas muy clarasporque os quedarán cuatro días laborables para entregar el trabajoterminado.El lunes, a primera hora, quiero ver la evolución de vuestroproyecto porque a partir delmiércoles ya no contaréis conmi ayuda. -Volvióaguardarunsilencioquesesolemnizóconlahieráticaactituddetodos y, al momento, se despidió-. Hasta el lunes. Disfrutad del fin desemanaperointentadentregarlealgodetiempoaltemaquenosocupa.Yasabéisdondeencontrarme.

Manuel selló sus labios definitivamente, se puso el abrigo concalma a la espera de que los jóvenes intervinieran de algún modo ycuandocomprobóqueellosestabanaguardandoaqueélsefuera,actuóenconsecuencia.

Los compañerosdeAndrea semiraron entre sí con cierto rubor.Cada uno de ellos pensaba que el discurso estaba dirigido a su propiapersona y temía que el resto se percatara.Almomento, abandonaron lasaladereunionesofendidosygravementemolestoshaciendocomentariosgroserossobreManuel.Mientrastanto,Andreasesentíahumillada.Habíabuscado en el fondo de aquella ciudad, había paseado con sus gentes yhabía comenzado su trabajo sin elaborarun sólobocetode los espaciosquequeríaconstruir.Nohabíahechonadadeaquellode loquesehabíaquejadoManuelysesentíasumergidaenelmismosaco.

- ¡Aguanten! -dijo con la voz enfurecida. Todos los chicos segiraronhaciaella-.Alomejorsoloquieraherirnuestroorgulloparaquenosesforcemosmás.Hayquetenerencuentaqueestabecaesobrasuya-aseveró-.Ysuéxitodependerádenuestracapacidad.

LoschicoscomenzaronaacercarseaAndreaparaprestaratenciónasuspalabrasalentenderqueteníaciertosentidoloquedecía.

-Alosqueyatengamosunalíneaqueseguir,lespropongoquenosreunamos, que respetemos las ideas de los demás sin plagios y que nosayudemosmutuamenteaencontrarlospuntosdébilesdelosdemás.

Aquellos jóvenes, que habían compartido mesa y todo tipo detemas de conversación, semiraron con desconfianza unos a otros. Erancapacesdecontarseintimidadesdesuvidadiariaynoestabandispuestosa

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dejarverelmásmínimodetalledesusproyectosasuscompañeros.-Increíble-sealarmóAndrea-.Yosíséloquequierohacer.Ylo

diréenpúblicoparaque,sialgunomelopiratea,elrestoseaconscientedesusfregaderas.Voyatransformarlosmurosenuncompendiodetodoslos estilos arquitectónicos. Desde lo más tosco, la tierra y la roca deAtapuerca,pasandoporelrománicoyelgótico,hastalomásmodernista.De abajo hasta arriba y en progresión difusa para que el edificio noparezcaunbatiburrilloabsurdo.Talvez,paraalcanzaresenoséquéqueimpida que sea ese batiburrillo necesite la ayuda de todos ustedesEstoydispuesta a aceptar todos los consejos y a ayudar a quien crea que lonecesita.

Todos miraron a Andrea en silencio. Ninguno reaccionó nipronunció palabra alguna. Ella, decepcionada, se giró y marchó. Losdemás, siguieron en la misma posición unos segundos, incluso cuandoAndreayahabíadesaparecidodedelantedeellos.

Lajovensubióasuhabitaciónyretomósusbocetos.Queríaseguirsuinvestigaciónpero,antesdetodoeso,queríadejaralgodefinitivoparaofrecérseloaManuelel lunesaprimerahora.Se sentía frustradapor loquehabíadichosututor,ymásaúnporlaactituddesuscompañeros.Loque no sabía Andrea era que Manuel estaba muy satisfecho con elplanteamientoquelehabíaofrecidoeldíaanterior.Sinembargo,ellaselotomócomoalgopersonalycomenzóaponerremedio.

SobreunplanodeBurgos,AndreasituóalCidcomopresentadordeledificio,puesparecíaqueestuvieraindicandolaubicacióndelMuseoatoda la ciudad. Después planeó limpiar de árboles el espacio quepermitiría ver dicha escultura desde el edificio. Entonces, se le ocurrióhacerlapuertaprincipalenelpuntomáscercanoalpuenteyhaciaelqueapuntaba la espada. Esa fachada sería redondeada para que no hubieraningunaesquinaquedelimitaralavisióndesdedentro.Tendríaqueserunaestructuraquesesuperpusieralejosdeledificioqueseestabalevantando.Comosilepusieranungranmonóculo.Ibaaserdecristal,peroelpórticoemularía al de la Catedral y, todo ello, parecería una gran vidrieracolorista.Después, losmuros restantes, siguiendo la arquitectura que seestabaerigiendo,comenzaríanaestratificarsetalycomohabíaimaginadoyavariasveces.

- Creo que esas diferentes franjas de estilos no deberían serhorizontales.

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Andreasegiróydescubrióalamismachicaquelahabíarecibidoconunaexpresivasonrisalanocheanterior.

-MuchasgraciasSonia.AlgoasímedijoDonManuel.- ¿Don Manuel? -se extrañó-. Va a resultar que no sos amigos

íntimos.Anoserquetehayaspropuestohacermecreerlocontrario.-¿Qué?-sesobresaltóAndrea-.¿Amigosíntimos?Yonoconocíaa

esefulanohastaellunesporlanoche.-Bueno,nomeculpesamí.Osvimoshablandodosvecesasolasy

vosno te reuníasconnosotrosenningúnmomento.Todoscreemosqueesto es unamascarada para llevar a cabo el proyecto queManuel tieneconcertadoconvos-aseguróllanamentelamuchacha.

-¿Enseriocreeneso?-sealarmóAndrea-.¡PorDios,noinventen!Québoladependejos.

- Te aseguro que si estuvieras entre nosotros y vieras lo quenosotroshemosvisto,creeríasalgosimilar.

-¡Puesnoesasí!-gritóofendida.-Bueno…enprimerlugar…todoslollamamosporsunombrede

pila.Manuel.Hazvoslomismo,porqueparecequequisierasmarcarunadistancia que no existiera en realidad. En segundo lugar… no intentesayudarnos.Parecequequisierashacermásequilibradalalucha.Entercerlugar… espero que no ganes, porque no ibas a disfrutar mucho de tutriunfoy se podría ensuciar la reputacióndeManuel.En cuarto lugar…megustatuproyectoymeencantaríaquemeayudarasahacerelmío.

LacabezadeAndrea se llenódepreguntas sobre loqueSonia leacababadedecir.¿Quénoganara?¿Quénolosayude?

-Por lo visto, haga lo que haga, siempre van a pensar lo peor -advirtióAndrea.

-Porlovisto-aseveróSonia.-Pues…¿Sabes loqué?Teregalomiproyecto.Vamosaverqué

hashechotúyfusionamoslotuyoconlomíoyteloquedas.-Mehabríaencantadohaceunahora,peroahorayahasaireadotu

proyecto y la siguiente en figurar en el punto de la sospecha sería yo -recordóSonia.

-¿Ysiteayudono?-Bueno…dependedecómolohagasydecuántagenteseentere-

dijoSoniaentonoconfidente.-Puestúdirás-aceptóAndreacomosiestuvieradispuestaatirarla

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toalla.- Esta noche dejaré una copia de mi informe por debajo de la

puerta y vos me harás anotaciones en él. Después, en un momento quecreasoportuno,medejaslascorreccionesquehayashechopordebajodemi puerta. -Sonia sonrió-. Si no se necesita más industria para pasardesapercibidos-aseguróconpicardía.

Andrealamiróconciertadesconfianza.-Bueno,Andrea.Mevoy,novayaaserquealguienmedescubra

aquí.-Y,diciendoaquello,Soniasalióatodaprisaporlapuerta.Algo le extrañaba a Andrea. No le parecía hábil, por parte de

Sonia, aconsejar de unmodo tan tajante que cediera en la pugna por elpremiode labecay, al tiempo, solicitar ayuda.Pero, tan fugaz como laaparicióndeaquellachicaensuhabitación,seesfumósupreocupaciónaeserespectocuandosumentevolórápidamenteasuproyecto.LaideadeSonia le podía ayudar al fin y al cabo, y esbozó la imagen que se lepresentóalrecibiraquellasugerencia.Aunque,enrealidad,eralamismaqueyalehabíadadoManuel.

Dibujóunaimagenexterior,enperspectivacónica.El edificio resultaba ambiguo, con detalles modernistas en una

portada en esquina, acristalada y con un pórtico apuntado pero con untoque sofisticado. Alrededor, unos muros parcheados con retales dediversasíndolesartísticas,leaportabanunaire…diferente.

Las grandes vidrieras y los ventanales, estarían cubiertos concristalesdeseccionesromboides.

Cuando lo terminó, lo ordenó todo en la carpeta del proyecto y,después,sepusoarevisarloreferentealmapadeHerodoto.

La noche anterior, antes de reunirse con sus compañeros en elcomedor,habíatenidounaideaenrelaciónalossímbolosrepetidos.TeníaqueutilizarelmismodibujosobreEuropadetalformaquelacruzdelaPenínsula se colocara enBurgos y la cruz deAlejandría se colocara enalgúnlugardelSurdeFrancia,entreEspañaeItalia.Todoesoporque,enelmapa,habíauntriángulorepetido.UnoestabaenAlejandríayelotroenelpuntoindicado.

Bajóalasaladeinternetdelaresidencia,descargóunaimagenvíasatélite de Europa y regresó a su ordenador. Adaptó el dibujo a eseespacio colocando la cruz de la Península sobre Burgos pero, paradecepción de Andrea, la cruz de Alejandría reposaba en el Mar

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Mediterráneo. Entonces, giró el grafismo hasta hacerlo coincidir conAviñón.Elresultadonoaportónadamejorqueloanteriorporquedosdelospuntossecolocaron,aquellavez,sobreelMarCantábrico.

Revisó concienzudamente todos los iconos y, como una ráfagafugaz, la imagen del suelo del antiguo Monasterio de San Pablo se lepresentó significativa.Aquel sueloque se decoraba conuna cruzgriegadentrodeuncírculo,aunqueenrealidadhabíavariascrucesendiferentessentidoscomponiendolospétalosdeunaflor.TalveznoeracasualquelaespadadelCid sedirigierahacia allí despuésde todo.Andreamiró a lanadadurante unos instantes dejando lamente en blancoy, como llevadaporunafuerzaexterior,sedecidióahacerunanuevaprueba.

Volvióa lasalaciber.Descargóuna imagendeBurgosavistadepájaro,quecomprendíadesdeunpocomásalládelaplazadelaCatedralhasta un pocomás acá de donde se estaba construyendo elMuseo de laEvolución…

AbrióelitinerariodefinidoenelmapadeHerodoto…Colocódichoitinerariosobrelaimagendelaciudadcastellanay,

situando la cruz de Alejandría sobre el lugar en el que se ubicó elMonasterio de San Pablo, lo escaló hasta hacer coincidir el punto de laPenínsulaIbéricasobrelacruzlatinaquedaformaalaCatedral.Apesardetodosuesfuerzo,ypormásquemiró,noencontrónadallamativo.

De pronto, los ojos curiosos de Andrea, se abrieroninstintivamente. La muchacha se tapó la boca para sostener un grito deincredulidad.NopodíacreerloqueestabaviendoapesardequeparecíaquelohabíaestadobuscandoinsistentementedesdequeabrióaquellibrodelMonasteriodeLasHuelgasyanalizólafotografíadedosmonjasquecustodiabanunapieldevacadondesehabíadiseñadoelMapadelMundo,seguramente,enlaeraMedieval.

Aquel itinerario definido desde Alejandría hasta la Península,resultóserloqueDiegoRodríguezPorcelosutilizócomoguía…

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El trazado definía perfectamente el urbanismo primigenio deBurgos. Iba desde “La senda de los elefantes”, dibujaba la PlazaMayor,recorría la Plaza del Mercado Menor, dibujaba la Plaza del MercadoMayor, hasta llegar al mismísimo centro del lugar donde se estabaconstruyendoelMuseo.JustodondeestuvoelMonasteriodeSanPablo.

Completamente abrumada, Andrea tomó nota de los puntosdefinidosenaquelplanoysaliódelaResidenciaconurgencia.

Veinte minutos después, la joven se encontraba en el punto departida.EnuncallejónqueuníalacalledelaPalomacon“LasendadelosElefantes”. Todo lo que encontró, eran edificios relativamente recientesrepletos de bares. Lo que no sabía Andrea era que, bajo esa calle queestaba pisando, un caudal de agua recorría las entrañas de la ciudad denorte a sur hasta alcanzar el Arlanzón. Por lo tanto, tampoco se podíapreguntar si bajo ese riachuelo podía haber algo esperando desde hacíadiezsiglos.

Al continuar por la Plaza Mayor, comprobó que en el puntosuperior,habíaungrupodeárboles.

-¿Noseránsusraíceslasguardianasdealgúntesoro?-Seimaginóaquellavez.

Tras mirar con suspicacia las obras que la rodeaban, quelevantabanelsueloportodoslosrincones,seacercóhastaelladoopuesto,donde se encontraba el otro punto. Confundió el punto en un primermomento. El que eligió coincidía con un Club de varones con muchosañosde tradición,pero,no los suficientes.Aunque -pensóAndrea-… talvez en sus sótanos se guarde algo que ni siquiera ellos conozcan. Sinembargo, al momento se dio cuenta de que el punto identificaba alAyuntamiento.Y,lógicamente,aquelloteníamássentido.

Prosiguiósucaminataporlaesteladibujadaensuhoja,ynohallónadamásque suelo empedrado, losvérticesde laCasadelCordón,unapasteleríayunafarmacia.

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Por supuesto que debajo de aquellos sitios podía encontrarse untesoro entero, y los residuos de una antigua civilización desconocida,incluso la Atlántida. Pero… ¿Qué podía hacer Andrea con aquellasuposición?

Sesintiócomounpersonajedecuento,deaquellosquedesvelanlaverdad dormida de algún mundo marchito, levantando las riquezasnaturalesqueseasientanenlastierras.Ungatoconbotas,recorriendoloscampos,hablandodelMarquésdeCarabásyterminandoconlatiraníadeun Ogro. Pero nadie, jamás, conocería lo que Andrea estaba segura dehaberencontradoque,demomento,erasaberqueeltrazadodelascallesdeBurgosestabanprediseñadasmuchosañosantesdequeDiegoPorcelosllegarahastaallíconunmapaprovenientedelantiguoEgipto.

Andrea cruzó el puente, vigilada por las ocho esculturas, y seacercó hasta el edificio en construcción con la mente liberada de todaintriga y elucubración. Al fin, sin fantasear sobre reliquias antiguas, nitesoros escondidos, volvió a mirar el objeto de su viaje a aquellaextraordinariaciudad.Extraordinariayfría.

Allí,enaquelmomento,vislumbrócómoibaaserdefinitivamentesu estructura exterior y, antes de cambiar de idea o de que ésta se lenublara,laesbozóligeramente.Lediounaseriedesombrasylucesparaque cobrara mayor fuerza. Desarrolló la superficie superior como unarampaqueascendíadeunánguloalopuesto,ensudiagonal,hastaelevarunmiradordesdeelquesepudieradivisarlaCatedralytodoelPaseodelEspolón.A su vez, aquel techo inclinado, recogería la luz del día hastabienentradalatarde.

Así,deunplumazo,retirótodoelpesoquesoportabaensucabeza:primeroalconvencersedesudescubrimiento;y,después,al liberarsedesusdilemasprofesionales.Sinembargo,aquelvacíoqueselegeneró,sininquietudes,sinnadaenloquepensar,yapesardecreerhaberresueltoelenigma que la desvió de su proyecto por demasiado tiempo,Andrea noestabacómodaalsentirseajenadetodadistracción.Ycomosumentenose había adormecido, ni sumirada analítica había perdido capacidad, alguardarsubocetojuntoalrestodeanotaciones,lossímbolosdeltrazadodelmapadeHerodotovolvieronacobrarimportanciacomoelreflejodeunrayodeluzenundiamanteperdidoenelfondodeunoscurorincón.

- ¿Usted recuerda si existe alguna descripción de los suelos del

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MonasteriodeSanPablo?-Hija.ElMonasteriodesaparecióhacetanto…Yonisiquierahabía

nacidoporaquelentonces.Andreahabíavueltoarecorrerlasparroquiasdelaciudadenbusca

de los párrocos más longevos y, a cada uno de ellos, les hizo aquellamismapregunta.

-Verá.Enlossueloshabíaunacruzgriegadentrodeuncírculoyme preguntaba si es posible que también hubiera un triánguloacompañándolo.

Pero no encontró otra respuesta a aquellas dudas. Todas las que

recibió, alládonde fuera, eranexactas a laprimera.Yesoque recorrió,unaauna,todaslasiglesiasqueexistíanenlaactualidad.

Sin embargo, a una de aquellas respuestas, se sumó unainformación.Unoctogenariopárroco,sordoycasiciego,ledijo:

-¿Sabesdóndepuedesencontraralgunarespuestaalrespecto?EnelColegiodeArquitectosdeMadrid.

-¿PorquéeldeMadrid?-seextrañóAndrea.- Bueno, aquí no hay escuela de arquitectura… Y de varios

responsablesdelaCOAMhandependidomuchasdelasobrasquesehanhechoporelcentrodeBurgos,incluidoelMonasteriodeSanPablo.

5. PLANESDEFUTURO

Manuelestabamuysatisfechoconeltrabajodetresdelosbecados

pero,conociendoladespiertacondicióndeAndrea,estabacasisegurodeque,sieracapazdeplasmarsusideasconacierto,estiloyorden…teníaelproyectoasualcance.

Pocasveceshabíaconocidoaunapersonacontantafuerzaensuspercepciones,vivacidadensusanálisisysolidezensusconclusiones.Sinduda, jamás nadie había reparado en el texto bajo la imagen de DonRodrigoDíazdeVivar,que revela lapalabra“ALA”,apesardehaberlaleído decenas de veces. Esa chica, en tan sólo cuatro días se había

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impregnado tantodel aguade lluvia, habitual de la ciudad, comode losrastros más antiguos e intrínsecos de aquélla. Qué no alcanzaría si sequedaraunosañosadesentrañarcadaresquicio.

Manuel tenía proyectos más altos que el simple hecho de haberpromovidoaquellabecaparaelMuseodelaEvolución.Políticamente,loestabilizaríaenelAyuntamientoo,incluso,simovíabienlasfichas,enlaDiputaciónProvincial.Sinembargo,eraunpequeñopasoparaembaucaralaIglesia.

Tenía un gran proyecto que no podía airear con demasiadaligereza.Debía conseguir que, el asunto que estabamanejando en aquelmomento, fuera un éxito. Necesitaba que Andrea, u otra persona, dabaigual,quequienseaalcanzaselabrillantezensuscapacidadesymostraseal mundo un regalo celestial para los ojos de los obispos que habíanapoyadolaempresadeinvestigarafondoloreferenteaAtapuerca.Teníaque deslumbrarlos para que fueran ellos quienes se interesaran en susnuevaspropuestasenvezdeirélmismomendigándolessuapoyo.

Manuel,burgalésdenacimiento,habíavividocasitodasuvidaen

Madrid,desdelosdiecisieteaños.Yhacíatresaños,sehabíapresentadoaunasoposicionesdelaJuntadeCastillayLeón.Lassuperócomonúmerodosysereencontróconsuciudadnatal.

TalycomohizoAndrea,dedicódíasenterosarecorrerlascalles“encantadas” de Burgos. A él le gustaba decir que estaban “encantadas”porqueestabanhechasdecantos,bromaheredadadePaco,unaamistaddelajuventud.

EncontrótantasmaravillascomolasquehabíaestadodescubriendoAndrea, sólo que, aquél, desde un punto de vistamuchomás humano ysentimental.

Desde entonces, desde su regreso, comenzó a fraguar su granobsesión: levantar un enorme complejo, en una zona de recienteurbanizacióndenominadaG3,quellevaratodoslosprodigiosdelaciudadasusrincones.Tendríaunasuperficiedeltamañodetresestadiosdefútbolcomoelde“ElPlantío”ycontaríacondosplantas; laplantabajaestaríallenadetiendastematizadasycontaríaconalgúnrincóndeocioyunpardecafeterías; laplantaaltay laszonasposterioresdel recinto,serían lasencargadasdecobijarcopiasexactasdelosobjetos,delasesculturasydelos motivos de mayor valor de toda la ciudad, desde la fachada de la

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Catedral y una de sus agujas a ras de suelo, hasta los vanos repletos deesculturasdelArcodeSantaMaría,sinolvidarlosrostrosdelasfigurasde lamujer, elhijoy las amistadesdelCidCampeador.Tambiénestaríauna réplica de la puerta de San Lesmes, de la Escalera Dorada y delretablodelaCartujadeMiraflores.Unaminiaturadedosmetrosdealta,de lacámaramortuoriade losCondestables,quesedesplegaríacomosicontara con bisagras en sus rincones para poder disfrutar de cadaelementodesdeunaperspectivainusitada.

Manuel estaba seguro de que, en poco tiempo, aquel complejo,

comenzaría a disponer de grandes superficies adheridas, en las que secomenzaríanahacerecodeotrosmilagrosdelarteydelaarquitecturadelaprovincia,de laregióne, incluso,delpaísentero.Enunosaños,seríaunreferentemuseísticoanivelmundial.YquiénsinolaIglesia,ibaasercapaz de tal derroche. Además… aquella poderosa institución nonecesitabahacerpromociónnipublicidad.Conquesehicieraysefiltraraentre los fieles, ya se convertiría en un lugar de peregrinajeinsultantementelucrativo.

Porsupuesto,Manuelnopretendíaconformarseconvenderlaidea.Ni siquiera con venderla y, además, diseñar todo lo requerido. Suambición era gestionar todo el lugar y asegurarse de sumantenimientoparaquesiempreseencontraraenperfectascondiciones.

HablabadeelloconSaracadadía,yaqueaprovechabasupuesto

funcionarial para tantear los terrenos, revisar los cambios en lalegislación, estudiar las concesiones a la Iglesiay seguirde cerca todoslosparámetrosquenecesitabaconocerparapoderenfocarcorrectamentesuestrategia.

Aquel viernes, Manuel tenía en la cabeza los datos que había

extraído Andrea de aquella ciudad. No dejaba de pensar en que,perfectamente,lostestimoniosdejadossobreelmapadeHerodotopodíanhabersidoincluidosdespuésdelaelaboracióndelasesculturas,alláporladécadadelos60.Inclusopodíahabersidomanipuladalafotografía.Sinembargo,nopodíaretirarlodesupensamiento.

A mediodía, reunió todos los documentos relacionados con elMuseodelaEvolución,ylosordenóminuciosamenteparaquelospudiera

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recoger Don Ángel cuando se acercara por allí, tal y como habíanacordado.Había asegurado que lo prepararía el lunes o elmartes de lasemana siguiente pero, tal y como se presentaban las dos semanaspróximas, se vio obligado a esforzarse para adelantar trabajo. Los díassucesivos los hipotecaría en los muchachos becados porque no podíaconsentirquesediluyeralaimportanciadeaquelproyectoporculpadelamediocridad.

Tanto se obcecó por adelantar el trabajo de las oficinas deurbanismodelAyuntamiento,quenosiguiósucostumbredeiraalmorzaralacafeteríadelCasino.

Apurólosminutoshastaúltimahoraenque,puntual,sumujerpasóa recogerlo para ir a comer. Después, a las cinco de la tarde, teníanplaneadoirjuntosarecogeralasniñasalcolegio.

SalierondelAyuntamientodadosdelamanoysegúnseacercabanalTeatro,decaminoalrestaurante,ManuelrecordóloqueAndreahabíadescubierto.

-Mira cariño.Ven a ver algo curioso en la estatua delCid -dijotomándoladelamano.

-¿Quélehapasado?-preguntóintrigada.-Nada -aseguróManuel conuna sonrisapícara-.Es lamismade

siemprepero…aversiencuentrasalgomuycuriosoenlainscripción–lecomentócontonodivertido.

-Lahabrévistomilveces–decía,intentándosezafardelostironesdesumarido.

-Túleecondetenimientoloquepone.Sara, con la intención de terminar con aquello de una vez,

comenzóa leer agolpede sílaba.Elhambreapretabayno sabíaqué setraíaentremanosManuel,conocedordelaurbeporpasiónyprofesión.

-¿Quétengoqueencontrar?-seinteresócuandohuboterminado-.¿Algúnjuegodepalabras?

Manuel,intranquilotrasdescubrirentreaquelloscaracteresloquele había mostrado Andrea en fotografía, miró a su mujer con los ojoscargadosdeunbrillointriganteyledijo:

-Vale…puesmiralasletrassinatenderasusignificado.Sara, resoplandoconciertoairedehartura,comenzóa revisarel

textooahacercomoquelorevisabay,depronto,sepercató.-¿Lasletraspequeñas?-preguntó.

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-Qué,lasletraspequeñasqué-siguióconlaintriga.- Que hay tres letras en la placa que son más pequeñas que las

demás-insistióSaraconuncansanciodenotadoensupronunciación.-Tresletrasquesiseleenenorden…-¡ALA!-alzólavozSararecobrandociertonervioyacompañando

a sumarido en la sorpresa por primera vez-. Pero…¿Eso está hecho apropósitoporalgooserácasualidad?Serácasualidad.¿No?

-No lo sé.Me vino ayer la chica del otro día con ello… y conalgunaqueotracuriosidadque,desercierta-Manueldesorbitólosojos-…¡Guauuu!Seríaeldescubrimientomásimportantedetodalahistoria…nilaSimadelosHuesossepodríacomparar.

-¿Dequése trata? -se interesóSara,conunmatizde inquietudysuspicacia.

Parecía no interesarle el tema del que habían hablado Andrea yManueltantocomoeltiempoyeltonoquehabríanempleadoenhacerlo.

- Pues… al parecer…ha descubierto la existencia de unmapa…que,segúnpiensaella…oesocreo,esdelaépocadeDiegoPorcelos.

-Ya-pronuncióSaracomosiestuvieraatendiendoconcuriosidad.- Y, en ese mapa de Europa, por casualidad o no, aparecen

distribuidos los atributos que adornan a las figuras de ese puente -lecomentó señalandohacia el puentedeSanPablo-.Lospájarosque llevaDoñaJimenaalhombro;elcorderodelbastónde…noséquién;unacruzdentro de un círculo en el bastón de otro… En fin, que hasta ochoelementoscoinciden.

-¿Decuándosonesasesculturas?-inquirióSaraconseriedad.-Dehaceunoscincuentaaños-respondióManuel.- Entonces… no veo la importancia de ese descubrimiento, ni

siquieraqueseaundescubrimiento-aseguróconlavozserenaysatisfechadesímisma-.Igualqueella,muchaotragenteconoceráesemapa.Sobretodoesosamigostuyos…eltalDonÁngelysuscolegasdejuerga.

-¿Colegasdejuerga?-SerióManuel.- Sí, esos que todos los días se inventan esas parábolas para

justificarponersefinosavinazoyahostias.Manuel rompió a reír a carcajadas absolutamente desatadas e

incontroladas.- Así que -continuó diciendo Sara, con elocuencia-…

perfectamentepodíanhaberencargadoqueintrodujeranesoselementosen

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las figuras. Por lo tanto… sería suficiente con encontrar el mapa paradarles importanciaa lossímbolossinnecesidaddequeseencuentrenenlasesculturas.

Manuelfuecediendoensusrisotadascomprendiendolasolidezdelargumentodesuesposa.

-Eso–incidióSara-,silafotografíanoesposterioralaejecucióndelasesculturas,conloquedejaríandetenerimportanciainmediatamente-sentenció.

-Desdeluego…enesosegundoyahabíapensado…pero, loquedeverdadmehaparecidocontundentedeloquehasdicho,eslodeque,elhecho de que coincidan los signos en esos dos sitios no tiene mayorimportancia,porque,enrealidadtienesrazón-Manuelsequedópensandoconungestoderubor-.Yfíjatequeyo,cuandovilafoto,noledimayorimportanciahastaqueesachicamemostrólascoincidencias…pero,vistotalycomomelohaspuesto…mesientoestúpido.

-Bueno -Sara intentó aligerarle el peso de la torpeza aManuel-.Realmente,resultamásimpactantedeesamanera.Quepareceunmapadeltesoroconpistasrepartidasporunaciudad.

- Claro… seguramente me he dejado llevar por mi parte másinfantil. -Sonrió Manuel-. Y te confieso que tuve una sensaciónmaravillosa…comosifueraPeterPano,almenos,algunodeloschicosquevivíanenelPaísdeNuncaJamás.

-Entonces.-Saralosonrióyacariciósurostroconunbesosuave-.QuédateconesasensaciónynointentesirmásalláparaquenotellevesladecepciónquetellevasteconlavidadelCid.

-Tienesrazón.-SonriósatisfechoManuel-.Pero,apesardequeElCid no fuera exactamente el que todos creímos que era, para mí siguesiendounode lospersonajesmásgrandesde estanación.Porque, habíaque ser muy hábil e inteligente para moverse con tanta soltura en unaépoca tan hostil.Y tuvo que ser un guerrero excepcional.Tanto que, talvez,nohayahabidootroigualentodoelmundo-comentabaconpasión,mientras le daba paso a Sara hacia el salón de uno de los mejoresrestaurantesdelaciudad,enplenacalleVitoriaaescasoscincuentametrosdelaesculturadelCid-…niAtila,niCarloMagno,niYodaOrigami.

-¿Quién?-seextrañóSara.- El bicho pequeñito y verde de la Guerra de las Galaxias -dijo

Manuelcomosifueraevidentey,además,veraz.

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Sara no paró de reír hasta que se encontró con el rostroprofesionalyseriodelMaîtredelrestaurante.

La tarde, tras recoger a las niñas del colegio, la pasaron en la

calidezdelhogar.Mientras la temperaturaen lacalleera inferioracerogradosyelcieloseoscurecía,lafamiliaseacurrucabaenlosrinconesdelsalón.Lasniñasjugabanalparchísylospadresveíanunapelícula.

Manuel, en un momento dado, miró hacia los ventanalesempañados. Vio unos resplandores dorados dispersarse en el vaho delcristal. Eran las farolas que iluminaban el camino por aquellas callessolitariasdelazonadeLaCastellana.

-Iluminandoelcaminoaseguir…-susurróManuel.-¿Quédices?-preguntóSara,quehabíaescuchadoaManuelhablar

enunindescifrablemurmullo.-Nada…que,almirarporlaventanayverlasfarolas…-Esbonito¿Verdad?Amí,meayudaavivirmásintensamente la

Navidadesaluztancuriosaqueentra–pronuncióSaradejandofloreceruntonodenostalgia.

-Sí,síloes-asintióManuelcontagiadoporlamagiaquemantuvoa Sara con una sonrisa leve en el rostro. Al poco, continuó-. Pues, almirarlas,hepensadoque,conlooscurasyvacíasqueestánestascalles…cobranmásimportanciaqueenotroslugares…paramarcarelcaminoaseguir.Y,comoquiennoquierelacosa-prosiguiógirándosehaciaSaraydandolaespaldaalosventanales-…meheacordadodelasesculturas…yesa frase enmimente, se ha adaptado como un guante a la imagen quetengodeellas.

Sara,bajandoelvolumendelsonidodeltelevisor,prestóatenciónasumaridosinesconderensusojosciertoescepticismo.

-Esque-comenzóManuelsuexplicaciónconlapasiónalaqueyaestabaacostumbradaSaradespuésdemuchosañosderelación-…meheimaginadoestaralagrupadelaescultura,comosiyofueraElCid.Conlaespada señalandohacia elotro ladodel río.Entonces, las figurasde susamigos, de su esposa y de su hijo, se me han presentado como entesluminiscentes,comoesosrecuerdosqueledanfuerzasaunocuandosevemorir.Comosiesasfiguras lemarcaranelcaminoquedeberíaseguir. -Sara lo observaba sin cambiar en modo alguno el gesto de su rostro.Manuel proseguía-: Como si sumaran todos los símbolos escoltando al

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caminanteparaquealcanceelpuntoclave.-Asíque-dijoSaraconlavozpausadayuntantomonótona-…un

mapa con ocho símbolos que recorren Europa, dicen que el final deltrayecto está en un lugar. Y no sólo dice que está en Burgos, sino que,además,estáenelaparcamientodeCaballería.Ytodoeso:lafotografía,elaparcamiento…tododatadelsigloXX.-guardósilencio,apretóloslabiosy, negando con la cabeza, continuó-. Cariño… si es que, al final, lointeresantequemepodíapareceralprincipio,mevaaacabarpareciendodemasiadovacíodeargumento.Noledesvueltas.¿Acasotevalavidaenello?

- No -respondió Manuel un tanto avergonzado y un poco másmolesto por la actitud de sumujer, sabiendo que, además, no le faltabarazón.

Semiraronduranteunossegundos.Manuelacercósuslabiosalosdeellay,alinstante,giróelrostrohaciaelmonitordetelevisión,asióelmandoadistanciaylevolvióacolocarelsonidohastaelpuntoaudibleenel que había estado. Sara se mantuvo observando a Manuel un tantopreocupada por si lo habría ofendido y molestado demasiado con susobservaciones tan punzantes, aguzadas por un leve ataque de celos quejamás admitiría. Además, evitaría siempre la acusación obviando laexistencia de la otra persona. Y para no darle demasiado valor a losucedido… pues todo se lo va llevando el viento, según creía ella, seacurrucó sobre el hombro de él y, juntos, terminaron de ver ellargometraje.

El sábado, cuando hubo pasado el tiempo que Manuel entendiósuficiente para que Sara no se sintiera perturbada, se metió en unahabitación pequeña que usaba de despacho. Allí, se encontraba unamaquetadeungranedificioqueseextendíademanerahorizontal.Teníaunos senderos a modo de tela de araña que unía a cinco pabellonesdiferentes.Habíacochesenminiaturaqueseordenabanenaparcamientosencerrados entre los caminos concéntricos. También había zonasarboladas que ofrecerían sombras y una estética apacible. Todo unidodabaunaideadelamagnituddeaquelconjuntoarquitectónico.Pero,parapasmodesuesposa,quelohabíaseguidoporinercia,sinimaginarloquepodía suceder, Manuel comenzó a desmontarlo y a guardarlocuidadosamenteenunacaja.

-¿Quésucede?-preguntóSaracondelicadeza.

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-Nada,cariño-dijoofreciéndoleunasonrisaserena.-¿Porquédesmontaselproyecto?- Porque…me he dado cuenta de que, a mi edad… no necesito

sueños de juventud que van a terminar por obsesionarme -comentó conmelancólica voz-. Ha estado bien paramantenerme ocupado. Pero… talvezesmejortenerlospiesenlatierraparaofrecertodomitiempoamifamiliaymenostiempoafantasear.

- Pero, a mí me gustaba ese proyecto -aseguró Sara con laintencióndealimentarelánimodeManuel.

-Ya,yaséquemehasapoyadoen todoesteasunto…yeneldelMuseo…pero¿Sabes?Mehesentidocomounniñoen tusmanos. -Yelgesto de su rostro se torció en un matiz indescriptible. Detrás de él,escondía rabia, autocompasión, enfado y al niño que aún conservabadentrodeél…todoello,contenidoporelcariñoquesentíaporSaraparaquenosedesbocarayllegaraaexpresarsecondevastadorefectoentrelapareja.

Sara no hizo mención de decir una sola palabra. Sus ojos seabrieroncomosiacabarandeclavarleunpuñalheladoenelpechoysurostro se estiró incrédulo. No sabía si Manuel se había equivocado alexpresarseosiestabacomenzandoasacaralaluzalgúnantiguoconflicto.Sequedóquietajuntoalapuerta,conunamanoenelpomoylaotrasobreelmarco.

Manuelsuspirógravemente.-Túdirás-atinóadecirSara.Manuelsegiróhaciaellaylamiróintensamente.- Pues… que… soy un tipo apasionado. –Le tembló la voz-. De

hecho…muchas veces recuperomuchos planteamientos de los que creécon quince años y que, aún hoy, siguen intactos dentro de mí. Sigoteniendo esepuntopueril quemepermite soñar con cosas fantásticas.Aveces,porejemplo,meimaginojugandoenmitaddeFuentesBlancasconunbalóny,depronto,meencuentroconFigo,conZidan,conGuardiola,con Stoichkov, con Buyo, con Butragueño… y comenzamos a jugar unpartidoespectacular.-Saranosabíamuybiensisonreírofruncirelceño,así que eligió seguir con el mismo tono neutro en su rostro. Manuelcontinuaba-.Yme doy cuenta de que… tengomuchas de esas fantasías,sólo que algunas parecenmaduras y sensatas…aunque no es así. Ésta -dijoseñalandoalamaqueta-…esunadeesascosas.

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-Yocreoqueesunagranideayquedeberíasseguirentuempeñode alcanzarlo -habló firme y seria para hacerle ver, sin ningún tipo deduda,quenoeraningunaestupidez.

-Claro-dijoconuntonocontenido.Manuel volvió a mirar a Sara con sus ojos melancólicos y los

labiosapretadoscomosiquisieraguardarselaspalabras.Alinstante,conunavozsostenidaparaintentarhablarenuntononatural,prosiguió:

-Sialgunademislocurasinfantilesteparecebien,resultaseralgointeresanteyoportuno.Perosinolocompartes…soyunestúpido.

- Yo jamás te he insultado -se defendió Sara con la vozcongestionada.

-No.Nuncalohashecho…perometratascomosifueraunniñoque no discerniera entre lo lógico y lo absurdo. Utilizas argumentoslocuaces yme desarmas el pensamiento que seme cruza por la cabeza.¿Porqué,cuandocomencéaplanearesto,nomedijistecosascomo:esunproyecto descomunal; nadie va a querer secundar eso; no veo larentabilidad en una ciudad como Burgos; ocupas demasiado tiempo enelloydespués,talvez,tellevesunmaltrago?¿Eh?¿Porquéno?

Saraledirigíaunamiradaofendidayllorosa,peronorespondía.- Pues, sí, creo en la posibilidad de que, lo que esa chica ha

encontrado, tenga sentido.Más incluso que este proyecto pretencioso yegoísta.Talvez…poresomeacompañasteenesesueño…porque,apesardeserunafantasíaigualdeinfantil,tútambiénlacompartes,ycomparteselsueñodepoderalardeardel logro.Pues, lanoticiaes: ¡Novaahaberproyecto!Ese sueño se acabóporquenoquierovolverme locopor él yquieroseguirconmividallana,talycomolatengo.¿Comprendes?Y,meinteresainvestigarloreferenteaesasesculturas…sinnecesidaddesacarlemásprovechoquelasatisfacciónpersonal.Ysinodescubronada…habrédisfrutadocomoelquehaceuncrucigrama…ysialcanzoalgo…lohabrédisfrutadoigual.

Al terminar de pronunciar la última palabra, se giró y continuódeshaciendo la maqueta hasta dejar limpia la tabla sobre la que habíaestado montada. Sara aguantó unos cuantos minutos, quieta, triste yabrumada, sin saber quédecir y esperandoqueManuel se volviera paradarleunbeso,comosolíasucedercuandohabíansoportadounmomentode tensión. Pero, aquella vez, no llegó el beso reconciliador, ni losabrazossiguientes,nilasdisculpasmutuas,nilaconversaciónserenapara

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asumir culpas por ambas partes y coincidir en formas de actuar si sedierancasossemejantessobrelossueñosdelunoydelotro.

Despuésdediezminutos,conlasmanosreposandoenlosmismospuntos donde las había colocado al llegar junto a la habitación, Saramarchójuntoa lasniñas.Terminódedesayunarconellasy,después, lastressalieronapasearporelparqueParral.

Manuel, cuando terminó de limpiar el despacho de todo aquelloque no correspondiera con lo estrictamente laboral, se asomó por cadaestanciadelacasa,puesnohabíaoídomarcharasumujerconsushijas.Sarasehabíacuidadomuchodenohacerruidoalmarcharpara intentargenerarmásfrustraciónyvacíoenlossentimientosdesumaridocuandosesupierasoloenlacasa.Estrategiaquepretendíadebilitarloparaqueseentregaraconmásfuerzaasusbrazoscuandoregresaran.PeroManuel,envezdedesalentado,sesintióprofundamenteofendidoporqueaquellafuelaprimeravezqueSarasemovióconlasniñassinhacérselosabery,sinesperar su regreso ni pararse a pensar en el resultado de aquellasdecisiones tomadas en caliente, se cubrió de pies a cabeza con ropasuficientecomoparasoportaruntemporaly,conunasmudasenlamaletadesuordenadorportátil,marchó.

No eran conscientes, ninguno de los dos, de lo destructor que

puede ser el uso del orgullo en un aprieto como aquel en el que seencontraban.Loqueunsimplebesodeunodelosdoshabríasolucionado,quehabríaevitadoqueellasefueray,deesemodo,habríafavorecidoqueélregresarajuntoaellaenbuscadeunabrazoofreciendoelsuyo,seibaaconvertirenunproblemaprofundoygrave.

Saravolvióconlasniñaspasadoelmediodía,perolacasaestaba

ensilencio,fríaygris…Manuelnoregresóadormir…Sara lo llamó por teléfono… pero no respondió ninguna de las

numerosas veces en las que lo intentó durante toda la noche y hasta elamanecer…puesnopudoentregarsealsueño.

Eldomingo,unmensajeenelmóvildespertóalamujer,quehabía

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caídorendidacercade lasdiezde lamañana,cuandosucuerpocedióalcansancio. Sara se desperezó con un hipo triste y leyó lo que le habíaenviadoManuel:

-Noséloquepasóayer…peronohapasadoporquesí.Seguroquehayalgodetrásy,antesderegresar,tendremosqueaveriguarelporqué.

Sara rompió a llorar. Claro que habían tenido discusiones a lo

largodelosaños,perojamáshabíanllegadoaunacrisisquelosllevaraasepararseniunasolahora.Yningunadelasvecesllegaronadormirsinhaber conversado hasta dar solución al conflicto. Aquella situación eranuevaydifícildeasumir.Sobretodoporque,porprimeravezentodasuvida,unmensajeterminabasinunbesoysinmuestraalgunadecariño.

Inmediatamente,conlas lágrimasdistorsionándole lavisión,Saralerespondió:

- Lo mejor será hablar sobre todo ello. La distancia puede queayude a que se creen fantasmas que, en realidad, no existen. Vuelve porfavor.Tequiero.

Peronohuborespuesta…Lasniñaspreguntaronporsupadrecuandosedespertaron.Saralas

mintió.¿Quépodíahacersino?¿Quépodríadecirlessinisiquierasabíaexactamenteloquehabíapasado?

- Papá se fue ayer porque se ha complicado su trabajo sobre elMuseo.Perovendráellunesjustoatiempoparairarecogerosalcolegio.

- ¿Podemos ir aFuentesBlancas? –solicitaron sin dar demasiadaimportanciaalafaltadeManuel,puesaceptaronsindudalaexplicacióndesumadre.

La idea de ir a pasear por Fuentes Blancas resultó de lo más

relajante para Sara. Hacía mucho frío pero sabía que habría gente porcausa de aquel “Misterio” hecho en mimbre que nunca antes se habíahecho.Unavezallí,pudoolvidarsedelaangustiamientrascorríaaporlasniñasentrelosárboles.

La temperatura era extrema, pero el aire estaba quieto y el solalegrabaeldía.Familiasenteraspaseabanporaquellaplaniciearboladayse escuchaba un murmullo acogedor de las voces agudas de los más

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pequeñosque seperseguíanen juegos inciertos, inventados seguramenteenaquelmismomomento.

Depronto,unnuevomensajevibróenelbolsodeSara.Impaciente,extrajoelteléfonomientraslasniñascorríansumadasalosjuegosdelosdemásmuchachosquehabíaporallí.Elmensajedecía:

-Cariño-Sarasonríoaltiempoquesusojosseempañabanalleeraquella palabra después del gran desasosiego que había soportado en elpecho… “mañana, después de reunirme con los becados, iré alAyuntamiento a recoger unos documentos y, a las doce y media delmediodía,teiréarecoger.Unbeso”.

-Unbeso-susurróSararecobrando laserenidadyelcalorensuinterior.Conuna sonrisaampliayalguna lágrimadescolgándosede suspárpadosycayendoalvacío,persiguióconlavistaasushijas.Unsuspiroprofundo…unacarcajadanerviosaalverlasperseguirasuscompañerosdejuegosy,alfin,unllantosilenciosoypurificador.

6. CITA

Manuel, haciendomemoria, utilizó el sábado y el domingo paravisitarloslugaresqueAndreateníamarcadossobreunplanodeBurgos.Norecordabatodosycadaunodeellosconclaridadyaqueaquelplanorepresentaba a la ciudad en pleno Renacimiento, pero sí los máscaracterísticos.

Revisó los muros, pórticos, iconos, textos y esculturas conanalítica percepción, imaginándose ser ella. Sugestionado, allá dondemiraba encontraba algún elemento que perfectamente podría ser elsímbolo clave de algún código oculto. Mensajes antiguos que parecíanquererserdesvelados.Peronohabíaningúnpatrónquepermitieradarlesunainterpretacióncorrecta.

Enunmomentodado, fueconscientedesu faltadeobjetividadalrespecto. Había salido a la caza de un mapa dibujado sobre la urbe yqueríautilizarcadacosaqueveía,casándolaconelementosincompatibles,rebuscando en su interior argumentos que le convencieran de su

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autenticidad.Porsuerte,elhambrey laañoranzadesumujerydesushijas le

devolvieronlacordura.QuisohablarconSaraentonces,comosihubieratenidounavenda

cegandosuraciocinioqueselecayeraenaquelinstante.Queríadecirleloquesentíaporellayexpresarletodoelpesoquesoportabaensuinterior.Pero no encontró fuerzas para llamarla, escuchar su voz y hablarle consuficientecalmaylocuacidad.Optóporenviarleunmensaje,elsegundo.Elprimerohabíasidograveydistante.Aquélqueescribiódespués,seríael que devolvió la sonrisa a Sara mientras veía como jugaban las dosniñasporFuentesBlancas.RecibiólarespuestacasialmomentomedianteotromensajeenelqueSara leconfirmabaqueestaríaesperándoloa lasdoceymediadondehabíanquedado.

Después,Manuelregresóalhotelenelquesehabíainscritoeldíaanterior, se dio una ducha, pidió comida al servicio de habitaciones yencendiósuordenador.

Pasó las horas buscando información en los archivos de la

DiputacióndeBurgosyenlosarchivosdelAyuntamiento.Talvezalgunacosa podría arrojar luz sobre aquellos símbolos. Intentó localizar lasmemorias de las esculturas del puente de San Pablo para ver si esosmotivos decorativos estaban preconcebidos antes de dar la concesión alartistaqueganaraenelconcursoosifuecosadelpropioartista.Peronoencontrónada.Tendríaqueirasudespachoellunes,despuésdevisitarelalbergue,ylocalizartodoloreferenteaesaobrayaladelAparcamientodeCaballeríaenlosarchivos.

El lunesamaneciógélido.Loscochesseencontrabanveladospor

un espesor de hielo de un milímetro. Cada burgalés que accedía a suvehículosacabaunarasquetaconlaqueretirabaconeficaciatodaaquellacapa.Mientras que los forasteros, sin costumbre de encontrar semejantecontratiempo,proyectabanelaguadel limpiaparabrisasesperandoqueelhielosediluyerapero,parasusorpresa,elgrosordelaplacaseampliabacreando irregularidades con la forma de los chorros de agua quedescendían por la pendiente del cristal. Por suerte, algún vecino lesmostraba lamejor solucióny, unos con tarjetas de crédito, otros con laplaca de conductor novel, otros con algún elemento similar, todos,

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terminaronporlibrarsedelatrampadehielo.Manuel, con el maletín de su ordenador a cuestas y vestido con

toda laropaquehabíasacadodecasa,puestacapasobrecapa,seacercóhastaelalbergue.

Eramás pronto de lo habitual pero tenía otras intenciones.Nadamásentrarsinsaludaralconserje,cosaextrañaenél,subiólasescalerasyse dirigió hacia la habitación de Andrea. Al conserje le extrañó sobremaneralaactituddeManuelysurostrodemacrado.

Manuel llamó a la puerta de la habitación de la muchacha concuidadodenoseroídoporlosjóvenesdelashabitacionescontiguas,peroAndrea no le respondió. El hombre, impaciente, insistió repetidas veceshastaqueelconserjeaparecióporelpasilloparainteresarseporél.

-DonManuel.¿Seencuentrabien?- ¡¿Eh?! Buenos días, Antonio -dijo sobresaltado-. Sí, sí, estoy

bien…cansado,perobien.Muchasgracias.-¿Buscaaalguien?-seinteresóelconserjelanzandounvistazoa

lapuertadelahabitacióndeAndrea.Se percató de queManuel se sintió incómodo y, antes de que el

tiemposehicieramásespeso,dijo:-Todos losbecadosestánabajodesayunando…salvo lachicade

esahabitación.Manuelcambióelgesto.Alparecer,Andreanolehabíahechocaso

en cuanto a lo de relacionarse con sus compañeros. El conserje,observandoelgestodeManuel,continuódiciendo:

-Marchóelviernesynoharegresadoaún.-¿Qué?-seexasperóManuel.-Quelamuchachasalióelviernesporlatardeynoselahavuelto

aver-respondióelhombrehaciendounmovimientosignificativoconloshombros.

-Vaya.Vaaserquenolegustóquelapresionara.Siescapaasídelapresiónquevaatenerquesoportarsiempre,novaallegarnuncaaseralguien-aseveróciertamentemolesto.

-Nocreoquepretendieraabandonar -le informóelconserjecontonohumilde-.Semarchóconunbolso,nadamás.

- ¿Nada más? -se extrañó Manuel-. ¿Puede abrir la puerta, porfavor?-solicitóseñalandohacialahabitacióndeAndrea.

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Elconserjedudónotablemente si seguirono las indicacionesdeManuely,éste,conunasonrisaavergonzada,leinsistió:

- Por favor. De hecho, necesito que entre conmigo. Sólo quierosaber si realmente seha idodejandoaquí todo.Para asegurarmedequeregresará.

-Nosésidebohacereso-selamentóelconserje.- Está bien, espere -le dijo Manuel mientras sacaba su teléfono

móvil del bolsillo. Antonio lo observaba, inquieto. Manuel buscó elnúmerodeAndreaenlaagendaehizounallamada.

ElteléfonodeAndreaestabaapagado.- Lo tiene desconectado -informóManuel al conserje-. Vamos a

hacer una cosa… voy a hablar con los demás becados. Si llega, hágalepasaralacafetería.Sinollega,localícemelosdatosderegistro,queentreellosdebeestarel teléfonodesucasaodealgúnfamiliar.Talvezsepanalgodeella.

-Sinosabennadadeellalespuedepreocupar.¿Nocree?-razonóAntonio.

- Bueno -pensó un instante Manuel-… no se preocupe, me harépasarporalguiendeMéjico…

- ¿Con ese acento? -le interrumpió el conserje-. ¿Va a imitar unacentomejicano?

-Pues...haréunacentoambiguo.QuelachicaestudióenVenezuela-seobcecóManuel.

El conserje asintió, sobrecogido y marchó hacia su cabina, a laentradadelaresidencia,sinofrecermásresistencia,yaencontraríaalgunaexcusaparanopermitiraquellaexcentricidadtanimpropiaenManuel.

Manuel se dirigió hacia el comedor para reunir a todos losmuchachosyllevarlosalacafetería.

Los becados habían avanzado mucho en las memorias de susproyectos.Habíanelaboradoescritoscasifilosóficospara justificarcadaelementoquehabían incluido en susdiseños.Además,habíanhechounareubicación de los conceptos y de los colores buscando un significadoantropológico, religioso o heráldico. Parecía que había sido eficaz lacharlarecibidaeljuevesanterior,aunque,talvez,enalgunoscasoshabíasido desastroso. Precisamente, los que habían hecho los proyectos másaceptables, habían hecho el cambio más drástico y habían terminadoperdiendolafrescurainicial.Eselriesgoquesecorrecuandoseaplicala

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mismacríticaalgrupo,pero,alavez,cribaperfectamentealagentesinautocríticaniauto-convicción.Sialguienquehacealgoquevale lapenanoesconscientedeello…talvezsemerezcasufriresecastigo.Sólounapersonahabíadejadosuproyectotalycomolohabíaplanificadodesdeelprincipio. Había aprovechado el tiempo para darle peso y formaalcanzando algo muy aceptable. Esa persona fue Sonia, la chica que sepresentóenlahabitacióndeAndreaeljuevesdespuésdelacharla.

A los pocos minutos, el conserje se acercó hasta la cafetería y

llamó la atencióndeManuel indicándoleque saliera al recibidor conél.Losbecados,sesintieronpreocupadosporelgestotanextrañoquehabíaadoptadoelbuenodeAntonio,queeracomoelgrupollamabaalconserje.Pero,más aún, lespreocupóel rostropalidecido instantáneamentede sututor.

UnavezqueManuelseencontróconAntoniojuntoalarecepción,ésteúltimolevantóelteléfonoydijo:

-LamadredeAndrea.-¿LamadredeAndrea?-susurróManueldistorsionandotodoslos

músculosdesurostro-.¿Porquélahasllamado?-Ha llamado ella -respondióAntonio, adoptando elmismo tono

quehabíausadoManuel.SeincendiaronlosojosdeManuel.TalvezlamadredeAndreaiba

aquejarseporeltratorecibidoporsuhija…pensabamientrassecolocabaelauricularenlaoreja.

-Dígame.ManuelVelascoalhabla-sepresentó.Después,escuchandoatentamente,fruncióelceñocongravedady

respondió:- No, Andrea no está aquí -guardó silencio un instante para

continuaralmomento-.Sí,claroquevino.Llegóellunespero,segúnmecomenta el conserjede la residencia,Andreamarchóel viernesynoharegresado.

ElrostrodeManuelsefuedislocandopaulatinamente.- ¿La policía la ha llamado? –silencio-. Que... que... –balbució-...

¿quiere... ustedquierequemeacerque aMadrid a...?–silencio-.Señora...iríaahoramismosiustedmelopide–entonóconcortesíaclemente-.Sí,deacuerdo,confiemos...Recibauncordialsaludo.

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Cuandocolgóelteléfono,elrostrodeManuelexpresabaunsinfínde pensamientos y sentimientos extraños. Pero, además, una preguntaacudióasucabeza¿QuéhacíaAndreaenMadrid?

Seabriólapuertadelaresidenciay,delacalle,entróunanciano

vestido con sotana. Tenía un caminar lento y cansado pero rítmico. Seacercó a la ventanilla de la recepción y pronunció una voz melosa ygastada:

-Disculpe.Veníapreguntandoporunajoven.Andrea,sellama.Eltutordelproyecto,quehabíallevadohastaBurgosalosjóvenes

conmejores calificacionesdeuncertamen internacional, tenía losoídossordos al exterior y se centraban en escuchar tan sólo dentro de supensamiento.Denuevo,en lacabezadeManuel,se reproducía lavozdeaquellamujer, de lamadre de lamuchacha, sollozando al otro lado delhilotelefónico,ahogadaporlaincertidumbreydebilitadaporeldolor…Manuelbajósumiradaempañada.ConocíaaAndreadeescasosminutosrepartidos a lo largo de cuatro días y, sin embargo, sentía un vacíoinexplicable. Sentía que dos inteligencias paralelas, dos inquietudescompetentesycompatiblesydossensibilidadesprofundas,comoeran lade ella y la suya propia, habían coincidido y se habían reconocidomutuamente.Delmismomodo,sintióquealgoseledesprendíadelfondode su alma. Algo que no se puede reducir a una relación de hombre ymujer,sinoqueeraunaconexiónfueradelonormalentresereshumanos.Dehabersido,Manuelyella,delmismogénero,lafaltaquesentíaManuelhabríasidodelamismaintensidad.

El clérigo, asomado a la cristalera, aguardaba una respuesta

mientrasAntoniomirabaaManuelalaesperadequetomaralainiciativaél, que tenía información más veraz. Aquellos segundos parecieronminutosenlosqueningunosupooquisoreaccionar.Pero,alfin,Antoniorompióelsilencio.

-¿Quélehandicho?-preguntó-.¿DóndeestáAndrea?Manuel levantó la vista,mostró sus ojos brillantes y apenados y,

dirigiéndosealanciano,preguntó:-¿ConocíaustedaAndrea?El hombre, atisbando la desolación en las pupilas dilatadas de

Manuel, asintió con la cabeza con movimientos cortos y repetitivos.

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Manuel salió entonces de la recepción y se acercó hasta él con caminarpesado. El sacerdote se giró con torpeza, como si sus pies fueranmarcandolashorasdeunrelojdesde lasdocehasta las tresy, llegadoaesepunto,torcióelcuellodirigiendounamiradaacuosahaciaManuel.

-¿Lehapasadoalgograve?-preguntóconunavozapagada.-Ha sufridoun accidente -Manuel tragó saliva amargamente tras

deciraquellafrase.- Y… ¿Qué ha sido de ella? -siguió preguntando el hombre

evitandosugerirloqueyaseimaginaba:queestabamuerta.- Ha fallecido -confirmó-. Aunque… está aún por corroborarse.

Por lo visto, segúnme ha contado lamadre, fue atropellada el viernes,pero no encontraron su documentación entre sus pertenencias hasta estamañana.

-Esunagranpérdidaparausted,porloqueveo-dijoelanciano.-Soyeltutordesuproyecto-respondióconseriedad-.Apenasla

conozco…peroerabrillantey,noséporqué,peromedalasensacióndequesuviajeaMadridhatenidoquevercontodoesto.

Elanciano lomirócon losojosperfiladosy lehablóenun tonoreconfortanteytranquilizador:

- Fuera cual fuere la razón de su visita aMadrid, nadie tiene laculpa.SóloDiossabeporquésucedenesascosas…ynosotros,debemosagradecercadadíalobuenoquesenospresenta.

-Ya…y,sinoesindiscreción-seinteresóManuel-.¿Quérelaciónteníaustedconlamuchacha?

-Andreamepidióuna información…-dudóporunmomento.Elanciano no sabía hasta qué punto el tutor era conocedor de todos losaspectosdeltrabajodeAndrea-.Pero,bueno,nohavenidoarecogerlo-continuó-. Se me había ocurrido acercarme a traérselo y... ya hecomprobadoquenovaapoderser.

Manuel,instintivamente,miróalacarpetaqueportabaelhombreynopudoocultarciertointerésporconocerloqueseguardabaenella.Elancianosepercatóalinstanteyasiólacarpetaconsensiblefirmeza,conlaintencióndehacerlonotar,puesnoacostumbrabaaactuarconligereza.

-Verá,padre…-tanteóManuelconinseguridad,yaquenoconocíamuybienlosritos,losprotocolos,nilasfórmulasdetratoenrelaciónalclero pues, pormuchoque tratara habitualmente conDonÁngel, con élhablaba con la misma fórmula que empleaba para tratar a cualquier

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persona de su ámbito profesional-. Andrea había estado haciendo unainvestigación muy profunda e interesante por todo Burgos -continuóexplicando-.Contodoello,estabaelaborandounproyectoespectacular…ysituvieraustedalgúnelementodelosquesóloellasabíaencontrarparatal fin, yo le estaríamuy agradecido a usted, y le aseguro que llevaré acabo la obra tal y como ella la tiene planteada. -El sacerdote se pusonervioso por un momento y el labio inferior le tembló a la vez quefruncióelceñoconpreocupación-.Comosóloconozcoloreferenteamiespecialidad, y ella indagó en todos los templos de Burgos… -Manuelsintió una clara desconfianza en la mirada del veterano sacerdote-. Mepreguntabaquéhabríaestadobuscandoestavez.Además-intentóaguzarlapunteríaparasonsacarlealgoalhombre-…talveztengarelaciónconsuviaje…ynospuedaaportaralgunainformación.

Elancianodesviólamiradatrasteandoensucabeza.Nocreía,enmodoalguno,queloquehabíaidoabuscarasuparroquiatuvieramucharelaciónconnada importante,pero tampocoera investigadorcomoparasaberquépodíahacerunamuchachajovencontodaaquellainformaciónconfusa.

-¿LeparecebienquecompartaconmigolaconversaciónquetuvoconustedAndrea?-dijosinrodeosManuel.

-Noséquévalorpuedetenerparaustedtodoesto.-Ybalanceólacarpetalevemente-.Perotampococreoqueseaunsecretoquenadiepuedasaber-sopesóelanciano,hablandoenaltoconsigomismo.

-¿LeparecequesubamosalahabitacióndeAndrea?Talvez,vertodoloquehayarribaleayudeaatarcabos.Eso,siesquehubieraalgúncaboqueatar -adujoManuel,utilizandoaquellacircunstanciaparapodercumplirtambiénconsuprimeraintención,aquéllaquetambiénlenegaraAntonio,ladeojearloqueseencontrabaenlahabitacióndelamuchacha.

Elsacerdotemiróturbadohacialasescalerasdelaresidencia.Nole parecía correcto invadir una habitación ajena y menos siendo losaposentosdeunamuchacha.

- Mi nombre es Manuel. Soy el subsecretario de urbanismo delAyuntamiento-sepresentóManuelconretraso.

Extendiólamanoconlaintencióndeofrecerlemayorcredibilidad.- Encantado -dijo el anciano aceptando el saludo-. Soy el padre

Alfredo,titulardelaAntiguadeGamonal.Eneseinstante,sonóelteléfonodeManuel.

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-Disculpeunmomentopor favor -seexcusóseparándosedeélysaliendoalacalle.

El número desde el que lo llamaban no estaba identificado en suagendaperoteníaelprefijodeBurgos.

-Dígame.Unavozseriayvaronillepreguntósuidentidad:-¿ElseñorManuelVelasco?-¿Quiénllama?-semostrósuspicazManuel.-LlamodelacomisaríadelaPolicíaNacional.Esenrelaciónala

desaparición deAndreaMartínez, becada por usted para un proyecto enBurgos.

Manuelyaseimaginabaporquéseponíanencontactoconél,perosabedor de cómo se hacían las investigaciones, no quería mostrar quesabíaalgosobrelosucedidoy,almismotiempo,noqueríaresultarajenoatodo,nofueraaserquesupieranlodelaconversaciónconlamadredeAndrea.Yesque…todoelmundoesinocentemientrasnosedemuestrelocontrariopero,a lavez,sospechosomientrasnoseaverigüequiéneselculpable.

-AndreaviajóelviernesporlamañanaaMadrid.Fueatropelladaalmediodíay,porlovisto,murióalinstante-hablóeloficialconenterezay calma. Guardó silencio, por si Manuel quisiera preguntar algo y, almomento,continuó-.Enapariencia,estabaindocumentadapero,alfin,enunbolsilloocultode subolso, seencontraba sudocumentode identidadjuntoconsustarjetas.

-Entiendo-dijoManuelaprovechandounnuevosilencio.- A lo largo del día, recogerán todas las pertenencias de la

fallecida. Contamos con su colaboración para facilitar el trabajo a loscompañerosyalafamilia.

-Porsupuesto.Estoyasudisposición-dijocontodalaserenidadde la que fue capaz, teniendo la garganta enredada en una maraña desensacionesincómodas.

CerróelteléfonoconlosojosperdidosenelcristaldelapuertadelaResidencia,queseestabaterminandodecerrarenaquellosmomentos.Manuelvio,atravésdelreflejo,cómounodelosbecadosregresabadelacalle.Almomento,sepercatódequeelpárroconoseencontrabadondelohabíavistohacíauninstante.Manuelmiróentodaslasdireccionesy,alnoverlo,entróaledificioensubusca.

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-¿Dóndeestáelcuraquehabíaaquí?-Acabademarchar.Lohatenidoqueverusted,hapasadodelante

suyo-leexplicóAntonioaspaventoso.-¿Delantedemí?-seextrañó.Manuelmiróhacialacallerecapacitando.Estabatanensimismado

por la conversación, que no se había percatado de que nadie saliera nientraray,sinembargo,unodesuschicoshabíasalidoenalgúnmomentoyhabíavueltoaentrarenaquelinstantesinquesehubierapercatado.

Alcabodeunossegundos,desconcertado,regresólavistaAntonioylepreguntó:

-¿Haciadóndehaido?- Pues -respondióAntonio intentando recrear la imagen que aún

conservabaensuretina-…creoquehasalidohacialaizquierda.Hayunaverja que permite acceder al colegio y, desde el colegio, se accedefácilmentealPaseodelRíoVena.

-Creíqueesaverjaestabacerrada.-SeextrañóManuel.-Sí,segúndías-afirmóelconserjecondesgana,comosiquisiera

deshacersedeManueldeunavez.Manuelsaliódelalbergueatodaprisa,cruzólaverjayselanzóa

lacarreraatravésdelpatiodelcolegio.Salióalacalleylaoteótodololargaque era, peronoviomásqueamuchachasque salíandel institutofemeninodelfinaldelpaseo.Lanzósumiradaalotroladodelrío,dondeelfollajedelosárbolesimpedíaverlosedificiosperonoalagentequesedesplazabadeunladoaotro,sinembargoelancianonoestabaentreellos.Manuel corrió a asomarse por la calle trasera de la Politécnica, dondeestabalaEscueladeArtes;porallínohabíamásqueunadecenadecochesaparcadosyniunalmacaminabaporsusaceras.Manuel,sinquerercederuninstante,fueenbuscadesucochey,conél,sedirigióaGamonal.

Aparcó en laAvenidaEladioPerladoy, desde el coche, avistó laportadadepiedraenformadepaliode“LaAntigua”.Caminóconfirmeza.Seguramente el anciano aún no había llegado. Sin embargo, no iba aesperarloenlaCalle,preferíaconseguirentrarenlaiglesiayobligar,enciertomodo,aaquelhombreacompartirconéltodoaquellorelacionadoconAndreasobreloquetuvieraconocimiento.

Llamóalapuertadelasacristíaporlapartederechadeledificio,yunossegundosdespués,unhombredemedianaedadymedianaestatura,congafasdepastanegra,seasomóconunasonrisaensayada.

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- Buenas tardes.Mi nombre esManuel. Soy el vicesecretario deurbanismo de Burgos y he tenido el gusto de conocer al titular de estaiglesia -el gesto del hombre, que sostenía la puerta abierta casi porcompleto, hizo dudar a Manuel sobre la autenticidad de lo que estabadiciendo-.Bueno, titularo…loquequieraquesea.Elcasoesquenohepodidoterminarunaconversaciónporculpadeunallamadaimportanteypretendíaterminarlaahora,siesposible.

- Pero… ¿Por quién pregunta usted? -se interesó con pasmo elhombre.

-Porelpadre…-dudó.Hizo memoria. Manuel se había presentado para generarle

confianza al anciano, pero no había puesto demasiada atención en sunombre.¿Quiénpodía imaginarque fueraaescaparse?Al finyalcabo,con saber dónde localizarlo le había parecido suficiente. Sin embargo,hizounúltimoesfuerzo.

-Alfredo-acertóarecordar.-Mevaadisculparusted-comentóelreligiosocontonoazorado-,

peroenestaparroquianohayningúnPadreAlfredo.Sientolaconfusión.Manuelnopodíaimaginarqueaquelancianoquehabíaencontrado

en el albergue le hubieramentido en algo tan insignificante.Aunque, elhechodeque lohubieradespistado,comenzabaadarle importanciaa loquequieraquellevaraensucarpetay,sobretodo,alaconversaciónquepudierahabertenidoconAndrea.Pero,detodaslasiglesiasquehabíaenla ciudad ¿A cuál de ellas habría idoAndrea para informarse sobre lascosas que había ido encontrando? Y eso mismo se planteaba Manuel,mientras el párroco de “La Antigua” conservaba la puerta abierta porcortesía,alaesperadequeelvisitantesedespidiera.Peronolohizo.Porelcontrario,sevolvióhaciaélylepreguntó:

- Discúlpeme. ¿Conoce a algún padre, de avanzada edad, pelocano…másomenos,demetrosesentadealturayquesellameAlfredo?EsosisellamaAlfredo.-pensóenvozalta.

-Así, talycomo lodescribe…conozcoaunoscuantos…conelnombre de Alfredo… hay tres personas que yo recuerde -respondió elhombrecondedicación.

- Verá, es que -entonces, dentro deManuel, una luz se encendióiluminando sus pensamientos-… Tal vez… sea posible -se acercó a lapuerta con expresión de esperanza en sus ojos, abiertos hasta no poder

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más-.Verá,lasituacióneslasiguiente.Yo,comoresponsabledeunaramade urbanismo del Ayuntamiento, organicé una beca-concurso en la que,varios jóvenes de ámbito internacional, tendrían que proponer unproyectodediseñodeledificiodelMuseodelaEvolución.Elcasoesque,unadelasbecadasrecorriólasiglesiasdetodoBurgosyhoyhamuerto-elpárrocoparpadeolentamentecongestolastimeroyManuelcontinuó-.Yhaceunosminutos,uncuraancianosehaacercadohastalaResidenciaGilde Siloé en busca de esa chica para darle respuesta a una pregunta -elpárroco,desdelapuerta,mirócomosisesorprendieradealgo,cosaqueaManuel no le pasó desapercibida-. ¿Sabe usted algo de esto? -interrogócontonopausadoysereno.

- A decir verdad -el hombre miraba directamente a los ojos deManuel-… a lo largo de la semana, una joven se ha acercado en dosocasiones, que yo sepa. La segunda vez, me vino a preguntar por eldesaparecidoMonasteriodeSanPablo.Elqueestabadondeahoraseestáedificando ese Museo de la Evolución -le informó a Manuel, el cualasintióinquieto-.Peronosupedarlerespuesta.

-¿Quépreguntalehizo?Sinoesnadadeloqueyonopuedaestaraltanto-solicitóManuelconteniendosuansiadesaber.

-MepreguntósienelsuelodelantiguoMonasteriohabíaungrantriángulo-respondióelpárrococomosicreyeraqueAndreanoestuvieraensuscabales.

-¿Nolepreguntónadamás?-seextrañóManuel.- No, nada más. Insistió varias veces… pero yo no conozco el

aspectoquetuvoaquelMonasterio-explicóelhombrecontotalhumildad.Manuel,dandolasgraciasalcastovaróndeLaAntigua,semarchó

deregresoalaResidencia.Al llegar a ella, se acercó con premura hasta la conserjería para

solicitarlaayudadeAntonio.- Disculpe… Tengo que recoger las cosas de Andrea y

organizarlasparaqueselasllevelapolicía.El gesto de Antonio fue transparente. La policía ya había estado

allí.Manuelleyóelrostrodelconserjecontodafacilidad.-Nomedigasquehanvenidoynomehanesperado.Nomehan

dado tiempo a regresar. ¿Para qué me llaman entonces? -disimuló suintentodeengaño.

Antonio,apesardetodo,lomiróconsospecha.Manuel,nervioso

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eintrigadoportodoloquesehabíasucedidoentornoalamuchacha,sedespidió con un escueto “adiós” y marchó con rapidez hasta elAyuntamiento. Dejó el coche en el recién estrenado aparcamientosubterráneodelaPlazaMayoryfueenbuscadelconcejaldeurbanismo,conelqueteníaamistadytotalconfianza.

-Discúlpame.TengoquepedirteunfavorporquetienesconocidosdentrodelaPolicíaNacional…

Manuel estuvo casi una hora explicándole a su superior, electoaquél,loacontecidoalolargodelasemana,incluidalabúsquedadealgúnmensajeextrañoenundocumentoantiguo.Tambiénlecontóloreferentealadiscusiónconsumujer,así,talvez,suamigoseablandarauntanto.Nodejódecontarnada,salvolosdetallesquepodríanrevelarsusinquietudesreales.Loqueleintentómostrar,eralanecesidaddeconocerlosbocetosy diseños que Andrea había planteado porque pretendía hacerle unhomenajeincluyendounrincónbasadoensuproyecto.Nomintióeneso,porqueteníalafirmeintencióndehacerlo,perosímintióenloúltimoqueleibaacontar:

-Lapolicíaseha llevado librosdeBurgosque lehabíaprestadoyo.ComounodeLasHuelgasllenodefotografías.

-Veréloquepuedohacer-lerespondióelconcejalconsumejorsonrisa-.Haré la llamadaenunosminutos…si quieres…Aver, son lasdiez ymedia…ven a las once ymedia o doce y veré si tengo aquí tuslibrosyfotocopiasdelosdibujosdelachica.

-Muchasgracias.Ynoolvidesdecirlesquehastaelmásmínimorasgoenunahojapuedesuponerunodelosdetallesmásimportantesparael diseño. Ya que ella no lo puede explicar… esos bocetos pueden serdefinitivosparacomprendereltodo.

-Notepreocupes.Enunahoratepuedespasarporaquí.-Perfecto.Tedebouna-sonríoManuel.Después del fin de semana tan desagradable, el madrugón y la

tensiónacumulada,ManueldecidióiratomarseundescansoalacafeteríadelCasino.

Como de costumbre, abrió el periódico a la espera de que lesirvieranelcafécortadoy,curiosamente,entresuspáginas,enunaescuetacolumna,hablabandeAndrea:

“La joven atropellada el pasado viernes en Madrid, ya ha sidoidentificadaaprimerashorasdelamadrugada.

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Unmal registro inicial o, cuantomenos, poco intenso, pasó poralto que, en un bolsillo del bolso de la joven, se encontraba sudocumentaciónyotraspertenencias.Aprimerahoradehoy,seavisaráasufamiliayselesolicitaráqueidentifiqueelcuerpo.

Eraunamujerdeveintidósañosque,alparecer,sehabíaacercadohastalacalledelBarquillo-ManuelsealteróalleerelnombredelaCalle,pues le era familiar, y siguió leyendo-… para visitar el Colegio deArquitectosdeMadrid.

Porotraparte…”Manuel levantó lamirada del periódico pensando en algo que le

comenzaba a azotar los nervios con fuerza. Recordó, con los velloserizados,que todas lasobrasdelpuentedeSanPablo,delAparcamientodeCaballeríayalgunadetodaslasquehabíanlevantadolossuelosdelaPlazaMayor, estabanestrechamente relacionadascon figurasdestacadas,endécadaspasadas,deeseColegiodeArquitectos.

Conmilyunpensamientosflirteandodentrodesuconvulsionadacabeza,buscandoqueexistieraalgunarelaciónentreellos,algúnguiñooel más mínimo acercamiento, Manuel regresó hasta el Ayuntamiento alencuentrodesuamigo.

Sobre lamesa del despachodel concejal una carpeta lo esperabarepletadefotocopias,peronohabíalibroalgunoenningúnlugar.

-¿Dóndeestánmislibros?-preguntóimpaciente.Elconcejal,miróasuamigocon la frenteplegadayunasonrisa

incómoda.- ¿De verdad eran tus libros? -preguntó a la espera de una

confesiónamistosa.- Por supuesto que sí. ¿Cómo, si no, iba a pedirte que me los

recuperaras?SemostróofendidocontalconvicciónqueelpropioManuelllegó

acreérseloporunmomento.Señaldequeteníaunanecesidadfueradelonormalporaquelasunto.

- Entonces -el amigo de Manuel levantó un papel-… dime lostítulos.Aquellosqueaciertes,teloslocalizaréparamañana.

Manuellomiróconlosojosperdidos.Estabaclaroqueelconcejalsabíacontotalseguridadqueningunodeaquelloslibroseransuyos.¿Porqué?Sepreguntómientrasmanteníalamiradaconfusapuestaenelpapel

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en el que, presuntamente, se encontraba la lista de títulos de los libroshalladosenlahabitacióndeAndrea.

Lo que había sucedido fue que, en todos los casos, los tiques decompraeranusadosporAndreacomomarcadoresdelaspáginasporlasque llevaba su lectura. La mayoría de los libros estaban comprados enVeracruz, Méjico, y sólo uno en Burgos y, éste último, había sidocomprado la semana anterior.De haber sido alguno de la propiedad deManuel¿Porquérazónibaaencontrarseeltiquedecompradentrodeél?Cuantomenos,resultabadifícildecreer.

-¿LahistoriadeLasHuelgas?-intentóacertarManueldelatándosedefinitivamentecomoharíaunniñotorpeeignorante.

- ¿Me puedes contar lo que sucede? -le preguntó-. Si tanto teinteresaaquello,seguroquehayalgunaexplicación.

- La verdad -se sonrojó, apocado-… es que, esa chica, aparte deestarelaborandounproyectomuyinteresante, tantoenelalmadeloqueplaneabacomoensuforma…habíadescubiertoalgunacontradicciónenla historia antigua de Burgos que me intriga sobre manera -Manuel seacercóhastalacarpetay,abriéndola,sepusoabuscarentrelospapeles-.Memostróuna imagen extraídade ese dichoso libro -siguióbuscando-.Peronomerevelóeltítulo…yasíyonopodríalocalizarlonunca.

- ¿No te habría sido más fácil pedirme esa información conconfianza?-sequejóconlevedadsuamigo.

-Bueno…¿Quémásda?-dijoManuelcondesenfado.- No. Qué más da, no, Manuel. ¿Te imaginas a un concejal

diciéndole al comisario de la policía que le devuelva los libros de suamigoyquelodescubranentrampa?

El hombre lemantuvo lamirada aManuel. Seguía con la frentearrugada, las cejas levantadas y una mueca en los labios que podíanconfundirseconunasonrisaperoque,enrealidad,eramuestradeenfadoypreocupación.

-Sientositehecomplicado…- No -lo interrumpió-. Lo preocupante es… que, ahora, lo que

habíasidounaccidente,comootrostantosquesuceden,sehaconvertidoenuna investigación.Y,por loqueveo, túmismo tehas colocadoenelpuntodemiradelapolicía.

-¿Yo?-seextrañóManuel.-Tengoentendido,que lamuchacha fueatropelladacuando salió

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corriendodelColegiodeArquitectos.Debía estar escapandodespuésderobaralgúndocumento.Tuextrañointerés,haalertadoalasautoridades-leexplicóelconcejal.

-Peroesabsurdo-alzólavozManuel,consumidoporelcansancioy la tensión-.Siella lo robóelviernes, justocuando laatropellaron,nopodríaestaresedocumentorobadoentrelosquehabíaensuhabitación-razonó Manuel ante su amigo como si eso pudiera suponer suexculpación.

-Elcaso,Manuel,esquesospechanquetúhasinducidoalrobodealgo…yesoesloquequierenaveriguar.

Manuel pareció relajarse al escuchar aquello. Al fin y al cabo,comonoeracierto,alinvestigarloaél,alproyectoyaloslibros,noibanaencontrarnada.

-Entonces,notengodequépreocuparme.¿Mepermitesrecogerlacarpeta?-lepreguntóconserenidad.

-Claro-dijo,sincambiarunápicesuexpresión-.¿Estarásbien?-seintranquilizó.

-Por supuestoquesí.No tepreocupes -respondió reorganizandolashojasycerrandolacarpeta-.Porcierto…unodeloslibrosteníaqueverconelMonasteriodeLasHuelgas.¿Mepuedesleersunombre?

Elconcejalmiróelpapel,quesosteníaaúnensumano,yleyó:-“ElMonasterioenImágenes”.- Muchas gracias… Cuando sume todos los elementos que

barajo…teinformaré.Lo primero que hizo fue ir a la librería de la PlazaMayor.Allí

preguntóporellibro,peronolesconstaba.-TalvezseadepublicaciónpropiadelMonasterio.-dijoladueña

delalibrería-.Lomásfácilesquelovendanallímismo.Resultasorprendentelafacilidadconlaqueunopuedeserdirigido

por el buen camino cuando se asesora por auténticos profesionales queconocenelmercadoafondo.Manuel,quenoteníanadaqueperder,sóloteníaque intentarlo.Aprovechandosupuestoenelconcejode laciudad,entróenLasHuelgassinseguirlarutaturísticaoficialquetodovisitanteestá obligado a seguir. Accedió directamente a la tienda de recuerdos ybuscó con paciencia y recato entre todos los libros. Allí, una Hermanaayudaba a ordenar unos rosarios mientras la muchacha del mostrador

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limpiabalasestanterías.Al cabo de un par de minutos buscando por los escaparates,

Manuelseacercóhastalatendera.-Disculpe.Vengobuscandounlibroquecomprólasemanapasada

unaalumnaaquí.- ¿Conoce usted el título? -se ofreció sonriente y diligente la

muchacha.-“ElMonasterioenImágenes”,creorecordar.Lachicaseturbócuandoescuchóeltítulodellibro,peronotanto

por eso. Lo que de verdad la atemorizó fue lamirada que le dirigió lamonja que la acompañaba. La joven había negado la venta de ejemplaralgunodespuésdelconflictoapesardequelascuentasnosalían.

Eraunaediciónrecientísimaladeaquellibro.Dehecho,llevabaundíaenventaylaprimerapersonaquehabíaabiertosuspáginas(lachicarubiadepeloquebradizo)habíapreguntadoporun secretoque sehabíafiltradoenaquellapublicaciónsinquenadiesepercatara.Almomentodemarchar Andrea, los libros fueron destruidos, pero ella lo habíacomprado.¿Cómoibaapensarlatenderaquepodíasertanimportanteelhechodequealguientuvieraunúnicolibroenalgúnlugardelmundo?

Manuel salió descompuesto delMonasterio. Por supuesto que sehabía percatado del gesto de la chica de la tienda y de la mirada de laHermana.Por lovisto,Andrea tenía razones fundadasparacreerqueenaquelmapahabíaalgoimportante.Ysinoeraelmapa,algodeeselibrotenía alta relevancia y se había deslizado por error en él, si no jamáshabríavistolaluz.

Depronto,unmotorsilenciososeacercóatodavelocidadcuandoManuelintentabacruzarporlacalledeCompasesdeHuelgasenbuscadesu propio coche. El ruido de las ruedas sobre los adoquines alertó aManuel.Miró instintivamente hacia él: era un vehículo de alta gama, decolor negroyde lunasoscuras.Se le echaba encima.Manuel aceleró lacarrera y saltó sobre el capot de un coche aparcado. El vehículo,descontrolado en apariencia, dioungirode cientoochentagrados en laestrechacalzadajustosobreellugarporelquehabíacruzadoManueluninstante antes. Él se dejó caer de cuclillas sobre la acera y se asomó lojusto para observar el coche. No pudo ver los rostros de quienesestuvieran dentro, por la opacidad de sus cristales. Hizo un frustradointento por leer lamatrícula, pues el nervio le flaqueó.No se atrevió a

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sacar la cabeza más temiendo por su vida. ¿Y si tenían algún arma ycomenzaban a dispararlo? Emprendió la huida, agachado, en el sentidocontrario al que apuntaba el coche agresor. Al tiempo, el vehículo seaceleró impetuosamente alejándose de Manuel y perdiéndose por lazigzagueanteCalle.

Manuel, sin terminar de salir de su pavor, con cautela, regresóhastaencontrarsucoche.Secerciorómuchodequenadielovieraantesdemontar en él y, cuando pudomontar, arrancó y salió del barrio de LasHuelgas por el lugar más inverosímil: por un puente alto, endeble yestrechoquecruzabalavíadeltren.Asíseasegurabadenoserperseguidoysiloeranolecabríadudadeello.

Desdeallí,circulórodeandolacapitalporlacalledelPolvoríndeSantaAnaypudocontemplarelBurgosdestartaladoysucioquevieraunaAndreaadormiladaunasemanaantes:unterrenoarrasadopormaquinariapesada donde, hasta hacía un par de años, se había levantado una granchimeneadeloquefueraunaindustriadepapelesplásticos.

Al fin, apareció al otro lado de la estación de ferrocarril, en elbarriodeSanAgustín.Elmiedo loatenazó.Conducía tensoy sudoroso.CuandollegóalacalleMadrid,noteníamuyclarodóndeteníaqueiry,por instinto,comosienel fondodesusersupieraquealgo loesperabaallí, se dirigió hacia la Avenida Cantabria hasta llegar de nuevo a laresidenciaGildeSiloé.

Aparcóenelexterior,juntoauncolegiopúblico,ycaminóhastalaresidencia con el paso acelerado y la mirada atenta a cualquier cosaextraña.Accedióalrecintoy,cuandoestabaapuntodeabrirlapuerta,secruzó sumirada con la del conserje que sostenía el teléfono junto a suorejayrepresentóelpasmoensusojos.Manuel,entonces,abriólapuertacon suspense. Dejó de confiar en todo lo que le rodeaba y el miedorecorrió todo su cuerpo. Antonio no le quitaba los ojos de encima ydiciendo:-unmomento,nocuelgue-;depositóelteléfonosobrelamesaysaliódelarecepciónensubusca.

-Disculpe,DonManuel,pero…tengounallamadaparausted.-¿Paramí?-seextrañó.-Sí-sostuvoconfuso-.Leheindicadoqueustednoseencontraba

aquí.¿Sabe?Peroelhombrequellamamehaaseguradoqueestabaustedapuntodeentrarporesapuerta.

AManuel le dio una sacudida el pecho y el pulso se le aceleró

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frenético. Desde que había estado a punto de ser atropellado en LasHuelgasnosehabíaparadoapensarenque, talvez,estaba investigandoalgomuchomásimportantedeloquecreía.EntoncesfuecuandocobróunextremadovalorlamuertedeAndreaatropelladaenlacalledondeestabalasededelColegiodeArquitectosdeMadrid.

-Señor-dijoAntoniosacandodesusobrecogimientoaManuel.-Sí.Dígalequeenseguidavoy.Manuel subió a la primera planta a mirar desde las ventanas.

Alguien tenía que estar cercamirando hacia allí y tenía que localizarlo.Pero las pocas personas a las que podía ver a través del arbolado seencontraban caminando con prisa y nadie aparentaba estar pendiente denadie.Volvióabajar,seacercóaAntonio,queparecíaimpaciente,ycogióelauricular.

- Dígame -entonó Manuel con energía, pero tremoló su voz,víctimadelaincertidumbre.

-DonManuel -pronuncióunavozdisipadapor los años-.Soy elpadreAlfredo.

-Sí-seimpacientóalmomentoManuel.-Mepreocupécuandomenotificóquelamuchachahabíamuerto

y…-Noseexcuse…notieneporquéhacerlo.Noséquiénesustednia

quéparroquiapertenece.Puedeusteddecirme loquequiera…Notendrédemasiadasrazonesparacreerlo-aseguróManuelrecobrandofirmeza.

- Andrea -continuó hablando el anciano sin prestar demasiadaatenciónalcomentarioquehabíahechoManuel-…mepreguntósienelsuelodelextintoMonasteriodeSanPablohabíahabidoungrantriángulodibujado.

- ¿En el suelo de dónde? -disimuló Manuel como si no fueraconocedoryadelapreguntaqueAndreahabíapromulgadoportodaslasiglesiasdeBurgos.

- En el suelo del Monasterio que hubo donde hoy se estáconstruyendoelMuseodelaEvolución.

-¿Paraquéqueríasabereso?-Nomelodijo-aseguróelhombre-.Mepreguntóporelmapadel

mundodeHeródoto.-¿Quélepreguntó?-Quesisabíaalgosobreelmapaquehabíaenlosañostreintaen

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elMonasteriodeLasHuelgas.-¿Leexplicóaquéveníaese interés?-continuósu interrogatorio

Manuel.-Nohizomásquepreguntas.Tampococreíquetuvierademasiada

importancia…pero… ¿Qué le parece si nos encontramos en el arco deSanGil?

-¿Esaessuparroquia?¿SanGilAbad?-inquirióManuelconmássuspicaciaqueinterés.

-Alasdosycuarto-dijoantesdequesecortaralacomunicación.Manuel colgó el teléfono y, tras despedirse del conserje con un

gestocongestionadoporlasdudas,hizomencióndesalir...peroAntoniolosostuvoligeramentedelbrazo.

- Don Manuel... la muchacha accedió a internet desde la sala.¿Sabe?Parabuscarinformaciónsobre"ElmundodeHeródoto".

- Lo sé -le respondió con una sonrisa agradecida-. Es decir, nosabíaquelohabíahechodesdeaquí,perosíquehabíahechoesabúsqueda.Muchasgracias,Antonio.Nosvemosluego.

- Además... -Antonio ciño el brazo de Manuel de nuevo-... elviernes, antes de marchar... ¿Eh? Dejó el ordenador encendido con unapágina con el sello del ayuntamiento de Burgos y donde resaltaba enamarillolapalabra“COAM“.¿Sabe?

-¿Sí?-Seinquietó-.¿Pudoleeralgomás?- En realidad, no lo leí intencionadamente. ¿Sabe? –se justificó,

temeroro-.Fueunactoreflejoalapagarelordenador¿Comprendeusted?Peroloqueleífue:"proyectoelaboradoporelarquitectodelaCOAM..."

Manueldejóquesumiradasealejaraenlaprofundidadborrosadesupensamiento.Élmismo,duranteelfindesemanaenelhotel,yasehabíaplanteado regresar al ayuntamiento para buscar algo preciso querelacionara a la COAM con la labor urbanística de Burgos, que leconstaba.

-Muchasgracias-insistió-.Esperoqueesedatomesirvadeayudaparallegaraalgunaconclusión.

-¿Debodecírseloalapolicía?-dudó.-Creoquesí-leinstó-.Teveoluego.-Hastaluego,DonManuel.Manuel salió con urgencia para acercarse de nuevo al

ayuntamiento.

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Antonio,sequedópensativoy,almomento, fuealordenadorquehabíausadoAndrea,loencendióy,parasudesconcierto,unancianoconalzacuellosysotananegraterminabadebajarlasescalerasprecipitándosehacialasalida.

-Disculpe-loreclamóAntonio.-Buenosdías-sedespidióelpárroco,conunasonrisatensa.Era el mismo que había preguntado por Andrea y que había

llamado por teléfono preguntando porManuel justo antes de que aquélllegara.

Manuel,regresóalaparcamientodelaPlazaMayor.Depronto,su

teléfono comenzó a sonar, pero la falta de cobertura en el subterráneoanulólacomunicaciónyterminódeagotarlabateríadelaparato.Nopudosaberquiénlehabíaintentadollamary,paramayordesasosiego,sesintiódesprotegidoconelteléfonoinoperativo.Presuroso,sedirigióalarchivode Obras Públicas del Ayuntamiento. Buscó todos los documentos quetrataran sobre la lista de los lugares que había anotado Andrea en sushojas,desde“Lasendadeloselefantes”hasta“LaCasadelCordón”.

Cuando rescató las carpetas necesarias, se las llevó a su mesa.Encendióelteléfonoconlaesperanzadequesemantuvieraunosminutosencendido y, almomento, unmensaje en elmóvil agitó sus nervios. Elmensaje le decía que había recibido una llamada de Sara mientras elteléfono había estado apagado y, al instante, volvió a oscurecerse supantalla.Pormásqueintentóvolveraencenderloyanoquedabaenergíaenlabateríadespuésdetresdíasfueradecasa.

EranlasdoceymediadelmediodíayManuelnosehabíaacordadoenningúnmomentodesucitaconsumujerysiguiósinrecordarlo.

Despreocupadoysindardemasiadaimportanciaalhechodequesumujerlohubieraintentadolocalizar,siguióconsuinvestigaciónajenoalainquietuddesuesposa.Élteníademasiadomiedo,demasiadodesconciertoycasinolequedabaespaciopararazonarnihacerusodelsentidocomún.

Desperdigando hojas por todo el despacho, revisó conminuciosidaddecenasdememorias,comprobóconsorpresaquetodosloscasos, losochopuntosdelmapa,a lo largode lossigloshabíansufridoprofundasremodelacionesyrepetidasveces.

Depronto,unrompecabezascomenzabaaunirsuspiezasapesardesermonocromo.Peroeranecesarialaserenidadylasangrefríapara

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poder valorar el sendero que comenzaba a abrirse y, además, eranecesario conocer datos que, con total seguridad, darían respuesta a laspreguntas que Andrea le había hecho a Alfredo y, en consecuencia,cerraríanelpuzle.

Era urgente visitar a ese talAlfredo, clérigo o no. Sin embargo,quedaba mucho tiempo hasta la cita con él, de tal manera que Manuelintentó estudiar los casos con escrupulosidad. Se sentó, respiró hondo,peronoteníalossentidoscentradosenlosdocumentosporqueleacosabala idea de que lo estaban buscando, sobre todo tras el incidente de lasHuelgas.

A pesar de todo, y de que no era capaz de leer entre líneas lainformaciónimplícitaquedabalasrespuestasqueesperabatener(yaquehabía acertado de pleno en el escenario en el que se desarrollaba lamayoría del enigma), sí que percibió un detalle que le hizo sufrir unainvasión de terror psicológico: en casi todas las intervencionesurbanísticas, había habido inversión privada; y las personas que ibanfigurando a lo largo de los siglos estaban relacionadas de algúnmodo:bien por apellidos, o bien por comparecer juntos como firmantes endiversos contratos como un relevo generacional. Y, de entre aquelloshombres,dosterciospertenecíanalColegiodeArquitectosdeMadrid.

La autoría del crimen y la figura a temer parecían estar claros,pero era necesario saber qué era aquello que tanto buscaban unos yprotegíanotros.

ContinuóleyendolosdocumentosycomprobóqueelproyectodelaparcamientodeCaballeríafueunodelosdefinitivosenlosquefigurabadirectamente alguno de esos eslabones. A partir de entonces, tanto lasobrasde laPlazaMayor(tresen losúltimosdiezaños),comolade“LaCasa del Cordón” o las del Ayuntamiento, habían sido gestionadasmediante complejos organigramas. Pero, tirando del hilo idóneo,terminabaporaparecerelCOAMdealgúnmodo.

-Nohanencontradonadaenningunode lossitios -pensóenvozalta-.Poralgunarazónsabenqueestáahí...Loestánprobandounayotravez porque saben que no ha habido éxito en ninguna de las tentativasanteriores. Así que no están protegiendo nada, lo están buscando. ¿Quéserátanimportante?-balbucía.

Manuel comenzó a extraer los papeles de Andrea. Entre ellos

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encontrólasesculturasdelpuentedeSanPabloabocetadasconacierto.Alparecereraunadibujanteexcepcional.

Bajo los bocetos, la muchacha había extraído los detalles queanotaraensubloc:enunafigura,unacruzlatina;enotra,unacruzgriega;enotra,unallaveconunmangoenformadeocho;enotra,unacopa;enotra,untrofeoconundragónyunleón;motivosgeométricosenotras;enotrasunpocodetodo.

Recordó súbitamente un papel en el que había unos símboloscolocadosaleatoriamente.Buscóconordenperoconprisasyallíestaban.Losmismossímbolosseencontrabandispersosportodalahojajuntoconun trazo que parecía unir los símbolos como se unen las estrellas dealguna constelación. ¿Pero qué significaban aquellos símbolos? Siguióbuscandoy,parasuregocijo,encontrólosmismosdibujosrepresentadosenunacolumnay,juntoaellos,unaspalabras:

-Alejandría-CruzLatinaenuncírculo-Cáliz-triángulo.-Kilkis-CruzlatinayAgua-CruzandoelaguaReliquiademujer

poderosa¿LaVirgen?-Bachkovo-granCruzGriega-¿?-Sibiu-dosespadas-(Tantascomohayempuñadas)-Debrecen-¿Cordero,AveySol?(Comunión,libertad,Dios)-Zagreb-Cuatro“X”consecutivas-CofredelCid.-Aviñón-Vasijamilagrosa-triángulo.-Cluny-Lallave-ReliquiaMusulmana¿?-Burgos-CruzlatinayCorderoenuncírculo-Findetrayectoy

Comunión.Manuel miraba con curiosidad aquellos dibujos y, bajo aquella

hoja, encontró escudos de armas de más de un centenar de pueblos deEuropa,desdeGreciahastaEspaña,pasandoportodoslospaísesaorillasdelosgrandesríoscontinentales.

Andrea había elegido más de doscientos lugares que seencontrabanalolargodelatraza.Eraunnúmeroexageradopero,dadalainexactitud del mapa, era comprensible. Después los fue agrupando enocho conjuntos por cercanía teórica a los puntos indicados y, al final,seleccionó las poblaciones que contenían rasgos similares entre losatributosdesuheráldicaylosquefigurabaneneldocumento.

Manuel revisó su teléfono para ver la hora que era en aquel

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momento, no recordaba que ya no lo tenía operativo. Instintivamente,guiadoporunpavor inconscientey sintiéndosedesvinculadodelmundocomosiestuvierasoloantetodoysintiendoquesufamiliacomenzabaaencontrarseenpeligro,hizounallamadaasucasadesdeel teléfonofijodelaoficina.Habíaolvidado,nosóloquenohabíaidoalacitaconSara,sinotambién,quehabía tenidounafuertediscusiónelfindesemanaconella y no era consciente de que, seguramente, ella lo estaba intentandolocalizarportodoslosmedios.

Nodescolgónadie.A continuación, hizo una nueva llamada, aquella vez al teléfono

móvil de su mujer. Pero estaba comunicando. Lo volvió a intentar, yseguía comunicando. Entre intento e intento infructuoso, sus ojosrevisabanlashojasquecomenzabanadispersarsepor lamesa.Encontrólafotodellibroporlaquehabíaexpuestosucredibilidadyprestigio.Bajoella,losdiferentescroquisdelplanodibujadoporAndrea.-¡Untriángulorepetido!-. Pensó de pronto. Había un triángulo junto al icono de unaserpiente y un león, en el punto queAndrea reconocía comoAviñón, yotro triángulo junto a la cruz que definía el lugar de Alejandría. Perotambiénhabíadoscrucesseñalandoelcomienzoyelfindelcaminoydoscorderos.Poralgunarazón,Andreahabíadesestimadodarleimportanciaaaquellossímbolosysehabíacentradoendarsentidoaltriángulo.

Lo que no imaginaba es que, todos los documentos que habíabarajado en los minutos previos iban a perder su importancia deinmediato, en cuantovio la fotodeBurgos avistade satélitedondeunalíneaa lápiz recorría lascallesmásantiguasde laciudadelaborandoundiseño exacto al que figuraba en un mapa con más de mil años deantigüedad.

Manuel observó que el punto de Aviñón coincidía con elAyuntamiento,mientrasque:lasdoscrucescaíansobre“LaSendadelosElefantes” y elMuseo de la Evolución”; y los dos corderos sobre “LaSendadelosElefantes”ylacalleSantander.

-¿Quérelaciónpodía tener laubicacióndelAyuntamientoconelMonasteriodeSanPablo?-sepreguntabaunayotravezenunsusurrocasiimperceptible.

-Nada.LavozresonócomountruenoenlossentidosabsortosdeManuel.

Nopudo contener un grito, que ahogó al levantar la vista fugazmente y

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encontrarseconunconocido.-PadreÁngel.Quésustomehadadousted-resoplócondesahogo.- Disculpa, Manuel, no era mi intención -sonrió con contagioso

sosiego-.¿Tienesmuchaprisa?- En realidad -Manuelmiró a la pantalla apagada de su teléfono

móvil-… he quedado con un colega tuyo para ver juntos unosdocumentos.

- Ah. Pues muéstramelos a mí y así contrastamos opiniones -seofreciógentilmenteelesbeltoclérigo,conelrostroplegadográcilmenteporlasonrisacálidaqueofrecíansusrelajadascomisuras.

- Pues… sí. De hecho tengo muchas preguntas que hacerte…pero… voy a llegar tarde ahora -se reincorporó, organizó las hojas y,mientras, leofreciócita-.¿Quéteparecesiquedamosmañanaaprimerahoraenlaoficina?

ElpadreÁngelasintiócongestosereno.- Ve, ve… pero ve con calma, que seguro que es paciente y

comprendequeandesasídeajetreado-lealivióelPadreÁngelcediéndolepasoenlapuertaydándolegolpecitosenlaespalda.

-Esoespero-sonrióManuelconsosiego.Llegó al aparcamiento, abrió la puerta del copiloto de su coche,

lanzólamaletadentro,sequitólachaquetayladoblócolocándolaencima.Fuearodearelvehículocuandounasombraseacercópordetrás.Manuelreaccionóasustadoy,creyendoconaciertoquealguienpretendíaabrirlapuertapara sustraer elmaletín, apretó la llave electrónicapara cerrar elcocheherméticamente.Alafinarlavista,encontróaunjovenqueescapócon rapidez. Manuel observó cómo se alejaba entre las columnas delaparcamientoy,juntoauna,eljovensegirósorprendidoygritó:

-¡Nohepodido!Manuel caminó hacia el pasillo central del aparcamiento

acercándose en silencio hacia aquella columna y, para su sorpresa,parapetado de espaldas contra el hormigón, se encontró al PadreÁngelconelrostrodesencajadoyelpelodespeinadoquemostrabaunatisbodedesesperaciónenlamirada.

-Qué…¿Quéhaces?-preguntóextrañadoManuel.- Mira, Manuel -dijo intentando serenar su aspecto y su voz el

clérigo-.Aúnnoestásmetidoenningúnlío.Lomejorparatuseguridad,

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pues te aprecio hasta un punto que no puedes imaginar, es que meentregues el maletín y te vayas a casa… continúa con el proyecto dediseño.

-Pero…-Manuelestabacompletamentesuperadoporaquello.Noentendía la actitud del Padre Ángel, que se había comportado como suamigoy,aveces,comoconfidentea lo largode tresaños-.¿Mequieresexplicarquéestápasando?

- Nada. Simplemente, que hay cosas que es mejor dejarlas tal ycomo están -aseguró Ángel con un gesto tajante de sus manos peroesbozandounasonrisadifusa.

- ¿Como están? No me puedo creer que la Iglesia pueda estardetrás de la muerte de una muchacha -comentó con el gesto asqueadoconjeturandoamarchasforzadasentrelosacontecimientosmásrecientes.

-No,Manuel.Noesasí.Fuesumuertelaquenospusoenaviso-comentaba el hombre mientras se acercaba hacia Manuel con solemnepasoygestosgrácilesdelasmanos-.Sobretodocuandodescubrimosloquellevabaensubolso.Yteaseguroquesumuertefueaccidental.

- ¿Descubristeis en su bolso? -se exasperóManuelmientras dabapasoshaciaatrásacercándoseasucoche-.¿Quédescubristeisensubolso?¿Eh?

-Aver,Manuel.Bajaeltono.Sipuedoexplicártelotodo.Dejaqueempiece -Manuel se protegió del clérigo colocándose al otro lado delvehículo yÁngel se acercó hasta apoyar susmanos sobre el techo-. Lamuchacha se presentó en la COAM, solicitó hablar con el director ycomenzóahacerpreguntasmuy inquietantes.Preguntascuyas respuestasnoconocíaeldirector,peroahoralasestáintentandohallarporculpadelachica.Porsuerte,loscaminossepierdenenunlaberintodeinformacióncasiindescifrable.Elcasoesque,lamuchachasesintióindignadaporlaactitud del director y salió del despacho acusando al Colegio deArquitectos de manipuladores, conspiradores y alguna otra cosa másgruesa.UnodenuestroshombresinfiltradosenlaCOAM,intentóllevarlaaunladoparasaciarsucuriosidad,pues,alolargodelossiglos,hemosencontrado respuestas satisfactorias. Falsas, por supuesto, perosatisfactorias. -Manuel seguía sin saber muy bien de lo que estabanhablando, pues no conocía las preguntas de Andrea, ni las respuestas aellas,nilasmentirasdelPadreÁngel,yéstecontinuó-.Lamuchacha,pordesgracia,sesoltódenuestrocompañeroy,enunalevepersecución,que

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duró lo que ella tardó en arrojarse a la carretera nadamás salir por lapuerta,uncocheselallevópordelante.

-¡¿Yquémedicesdelcocheconlunastintadasquemehaintentadoatropellarestamañana?!-gritóManuelcomenzandoasentirunfríomiedosurcandosushuesosdesdelospieshastalacabeza.

- No sé de qué me estás hablando -dijo Ángel con aspecto desorpresa-. Manuel. Confía en mí. Por los años que hace que nosconocemos.

Ángel extendió los brazos hacia él mientras iba caminandoalrededor del coche, pero Manuel no sabía qué pensar. Era incapaz dediscernirentreloquéeraciertoyloqueeramentira.Enpocosdíashabíanpasadodemasiadascosasysucabezaseestaba llenandodedatosquenoera capaz de hacer casar en ninguna dirección. Miró la maleta por uninstantey,almomento,alosojosdelquehabíasidosuamigohastaaquelmismodía.

- ¿Por qué no has venido a mí de frente en vez de intentararrebatarmelamaletapormediodeunchiquillo?-sequejóconsuspicaciaManuel.

-Tienes razón.Ha sidounagran torpeza.Pero -Ángel semostródesesperado-…antealgotanfrágilcomoeltemaqueestamostratando,noera capaz de actuar como crees que debería haberlo hecho. Si hubieracomenzado a decirte lo que te estoy diciendo, habrías hecho muchaspreguntas inútiles aprovechando nuestra confianza -guardó silencio uninstante en el que se miraron fijamente como intentando leerse elpensamiento el uno al otro-. Fíjate, Manuel. Como ahora desconfías,tampocomehaceslasmilpreguntasquemehabríashecho.Preguntasquenotedebesplantearporquenolasvoyaresponder.

- Entonces, Ángel, si me estás pidiendo que me olvide de algocomo esto, que está ocupandomi cabeza como unmal sueño, y nomeofrecesalgoacambioparaserenarla…meestás tratandoporestúpidoyestás atolondrándomemás -ledecíaManuelmientras intentabaacercarsehasta lapuertadelantera izquierda-.¿No loves?¿Cómocreesquevoyadarte esa maleta y me voy a ir a mi casa con mis hijas y mi mujer yolvidarlotodo?

-Porque, sino lohaces…-Ángel lomirócomosiya lehubieradadolarespuesta.

- ¿Meestás amenazando? -preguntó convirtiendo suvoz asustada

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enunsonidoestridente.Las manos le comenzaron a temblar y las rodillas le daban

calambreslevesquelehacíanflaquear.-Manuel,porfavor.Abreelcocheydéjamehacer.Nonosqueda

tiempo-Ángelhablabaconimpacienciayconlosdientesapretadoscomosideverdadlossegundosestuvieranintentandollegarconurgenciahastaalgún final inminente-. ¡Manuel! ¡Abre la puerta! ¡Ahora! -estallóÁngelsinningúntipodemesura.

ManuellanzabamiradasinquietasdelmaletínalrostrodeÁngelydeÁngelalmaletín.Ángel,mientrastanto,desvióvariasveceslamiradasobre el hombro de Manuel de manera involuntaria, como si susubconsciente quisiera advertirle de algún peligro y, en ese instante, uncañónfríoycontundenteseapoyóensucabezadearribahaciaabajo.Fueuna décima de segundo. Afortunadamente, la psique de Manuel habíacomprendido lo que los ojos de Ángel le estaban diciendo y acertó amoverseenelmismoinstanteenelqueunabalasaliódelcañónenmudoimpacto,puesllevabaunsilenciador,ypenetrósobresuclavículaderechademaneravertical.Elhombrearmado,quenoesperabaelmovimientodeManuel,alperderelapoyodelcráneoparaejecutareldisparo,perdióeltacto del arma, que se resbaló de lasmanos cuandoManuel se revolvióinstantáneamente.

-¡Noooo!-gritóÁngelquecomenzóarodearelcochedeManuelparairensubuscaconelgestocargadodearrepentimiento.

Manuelsereincorporójustoenelinstanteenelqueelverdugoseagachó a recoger el arma. Con reflejos, volvió a apretar la llave de sucocheyseabrieronlossegurosdelaspuertas.Arropadoporelmiedo,selanzó contra el matón y lo pateó en la cara cuando intentabareincorporarse con pistola en mano. El hombre perdió la noción delequilibrioycayóenbrazosdelPadreÁngelque,trassoltaralverdugoydejar que cayera al suelo, nada pudo hacer para evitar que Manuel seintrodujeraenelcoche.

-¡Manuel!¡Notevayas!¡VamosalHospital!¡Podremosolvidarlotodo!-legritabamientrasgolpeabalaventanilla.

PeroManuel aceleró el coche, que retumbó con brusquedad porculpadealgúnobstáculo.Miróporelretrovisorycomprobóconespantoquesusruedashabíanpasadoporencimadelacabezadelmatón.Ángelsellevó lasmanosa labocay sealejócorriendoparavaciar sucuerpoen

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profundasydolorosasarcadas.Manuelcomenzóasentirsefrágil.Helado.Respirabacondificultad

y comprendió que iba a morir inmediatamente. Lo sabía porque habíapasadodelasensacióndevidamásincandescentealainertequietudensusvenas. Las piernas estaban empapadas en sangre y las fuerzas leflaqueaban. Su pulmón se estaba llenando y no podía respirar confacilidad. Salió a la calle Santander, que estaba atestada de gente, subióhacia el Norte y, con todo su esfuerzo, giró por la calle de la Concha,llegó hasta la plaza de Alonso Martínez y, cuando estaba a punto deestrellarsecontralapuertadel“HotelNorteyLondres”,puesnoeracapazyademoverelbrazoderechoparacambiardemarchaquesemanteníaenterceradesdequecirculabaporlacalleSantander,dioungirobruscoconla mano izquierda y se lanzó por la calle de Avellanos. La calle seestrechabay terminabacontraunbardecopas.Pero logródarunnuevogiro de noventa grados y circular con acierto por la calle San Gil.Subiendo por ella, justo en frente, se encontraba el arco donde habíaquedadoconeltalAntonioveinteminutosdespués.Elcocheseprecipitabacuestaarribaconexcesivavelocidad.AlllegaralaparroquiadeSanGilAbad, la calle se ensanchaba en una pequeña plaza triangular, en cuyocentro había un obelisco de piedra de apenas metro y medio de alto.Manuelsoltóelacelerador,pisóelfrenoafondoy,girandodentrodelaplaza, arrojó el coche contra el rincón derecho fuera del circuito decirculación de vehículos. Reventó los faros contra el muro y él no seinmutó.Nosentíanadaenmediocuerpoylefaltabaelaire,peroabriólapuerta con la mano izquierda, asió el maletín con la misma mano y,arrastrándose lastimosamente, subió las escaleras hasta alcanzar la verjadelaparroquia.Cayóalsuelojuntoaellaeintrodujoelmaletínentrelosbarrotes. Tomó aliento. La sangre le chorreaba por el pecho. El cuellohabíaperdidosustentodejandocaerlacabezahacialaderecha.Serehízoyse acercó a su vehículo. Pero fue puro pundonor. Se desplomó junto almontículodepiedracuando rodeaba sucochepordetrás.Suvida se fuedeslizandoporelempedradotiñéndolodeungranaquedesprendíavaporalcontrastedelfríoburgaléscomosifuerasualmalaqueseevaporaba.Así fue como recordó a sus hijas y a Sara… la cual le había estadoesperando todo el día y había estado llamando a compañeros de trabajoparaverquesabíandeél.

Uninstantedespués,yantesdequeelpárrocoalcanzaraaabrirla

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puerta de la iglesia para ver lo sucedido, un coche de cristales tintadosapareció casi al ralentí desde lamismacallepor laquehabía ascendidoManuel. Se paró en la plaza frenando con suavidad. Del vehículo, elmismo que había estado a punto de atropellar aManuel aquella mismamañana,sebajarondosmuchachosdenomásdeveinteaños.

-Tío,haperdidomuchasangre-dijouno.-Joder.Quéhostiasehatenidoquedarcontraelmuro.Seacercaronparaintentarlevantarlo.- ¡Suputamadre! -dijo el que lo estaba cogiendode los brazos-.

Estetíosehamuerto.-Nojodas-seasustóelotro,lívido-.Aver.Cuandofuea tomarleelpulsoenelcuello,elmuchachogritóde

pavor.-¿Quépasa?-gritóalmomentoelotro,sorprendido.-¡Vámonoscagandoleches!-¿Quépasa?-insistióelamigo.-Vamos.Los dos amigos se metieron en el coche y se perdieron por las

callesaltasdeBurgostraspasarpordebajodelArcodeSanGil.-¿Quéhapasado?- Que si ese tío ha podido leer nuestra matrícula y nos ha

denunciado…yahoranosencuentranjuntoaél…nosenchironanfijo.-Nomedigasqueesel“flipao”quehacruzadoporLasHuelgas

sinmirar.-No,quehapasadosinmirarno.Que,tú,notienesniputaideade

conducirytehasmetidoenelotrocarril,¡tontoloscojones!

7. VACÍO

-¿Dóndeestápapá?Dijo una voz que trepó por la angustia de Sara. La mujer, con

amargafalsedad,esbozóunasonrisaymiróhaciaaquelloscuatroojitosquelamirabancontristeza.

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- Sabéis que papá trabajamucho… -tragó saliva con delicadeza-.¿Verdad? -Esperó la respuesta de la niñas, que asintieron con unmovimiento de cabeza-. Uno de los muchachos, de ese trabajo tanimportante que lleva planeando tantos meses, ya sabéis cual -las niñasvolvieronaasentir-,sehapuestoenfermoycomonotieneanadiedesufamiliaaquíquelocuide…haidopapáconél.

-Quelotraigaaquí-resolvióunadeellas.-¡Sí!¡Eso!-secontagiólaotraquevio,ademásdeunasoluciónal

problema,unaposibilidadparajugarypasarmástiempoconsupadre.- Pero eso no puede ser -conservó la sonrisa con elegancia y

aplomo.-¡Sí!¡Sí!-gritabanlasdos,cadaunaauntiempo-.¡Llamaapapá!

¡Sí!¡Nosotraslocuidamos!-Niñas-sonreíaSaraconteniendosudesazón.-¡Porfa,mamá!¡Sí!¡Porfa!Las niñas insistían dando saltos y golpeándose mano con mano,

comosifueranlasalasdedosaguiluchosinexpertospeleandoporvolarenprimerlugar.

-Niñas-intentabasilenciarelalborotoconcalma.-¡Llámalo!¡Porfa!¡Sí!-gritaban.-¡Niñas!-sealteróSara.¡BLLLLLIIII!ElmóvildeSaracomenzóasonar.-¡Lollamamosnosotras!¡¿eh?!-gritabalauna.¡BLIIII!Volvióasonarelteléfono.-¡Sí!¡Eso!¡Lollamamosnosotras!-gritólaotra.-¡CALLAOS!-gritóSaracargadadeira.Las niñas se callaron al unísono, sorprendidas por la desmedida

actituddesumadre.¡BLLLIIIII!Alfinsepudohaceroírelteléfonocondeterminación.Saraselevantóconnerviosismoydescolgósincomprobarquién

llamaba.Habíasufridocasitodoelsábadoypartedeldomingoesperandoparapodersabercómoseencontrabasumarido.Solamenteunmensajeenelmóvilleindicabaqueseencontrababienyquequeríaquedarellunesalasdoceymediadelmediodía,peroelnoescucharsuvozlamanteníaalbordedeunprecipicio.

Por una discusión tonta, se lamentaba Sara desde que regresó elsábadodelparque.

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-¿Sí?-preguntó-.Madre-pronuncióexpirandoalavez-.No.Estoybien…

Sara, que sabía que no iba a poder guardar su preocupación por

muchotiempo,evadióconsutilezaasumadreysedespidiósinconcederinformaciónambiguaquereclamaramásatenciónporpartedelaancianaypromovieralasconsiguientespreguntas.

Sesentóenelsofádespuésyvolvióaesperar,quietayensilencio,aqueManuelseablandaraysepusieraencontactoconella.

PerolallamadadeManuelnollegaba.Aella,seleocurrióvariasveces llamarlo a lo largo del día pero tenía miedo a que le cortara lacomunicación sin llegar a descolgar y, si él tenía que esperar hasta ellunes,poralgosería.

Eldomingonoterminabadeirse,habíaanochecidoalasseisdelatarde y en aquel momento era noche cerrada. Desde el sofá, mientrasescuchaba lasnoticiasdeunacadenade televisión,observabaeldestellodelaslucesdelacallequeintentabaatravesarelhálitoqueimpregnabalasventanas.

Alotrolado…silencio.Los ojos de Sara se posaban, a cada minuto, sobre el teléfono

móvil con el deseo de que sonara y que el nombre de su maridoaparecieraenlapantalla.Peronovolvióasonar.

Lasniñassequedaronenunrincóndelsalón,jugando,sinvolveradecirpalabraalguna.

Alcabodedoslargashoras,llegóelmomentodeiradormir.Nonecesitó demasiado esfuerzopara que las niñas le hicieran caso, porquenoestabanpreparadasparaverasumadreenfadadadenuevo.

Sara,sinsoltarsuteléfono,sefueasuhabitaciónyseintrodujoenlacama.

¡Quésolasesintió!Su cuerpo se sumergió en el frío de unmar de sábanas que, en

otrasocasiones,contabaconcorrientescálidasprocedentesde lapieldeManuel.Calorentrañablequereptabaporcadapliegueyseibaenredandoenelcuerpodeellahastaalcanzarsuspies,heladoscomoelmármol.

Sinembargo,enaquelmomento,el fríoparecíaquereraccederaella.ElairecongeladoparecíaverenSaraunavíctimafácilylaacosóportodoslosflancos.Siunlevedoblezteníasalidaalexteriordelacama,la

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atmósfera gélida encontraba camino por él. Decenas de chorros fríosparecían acariciar a Sara desde el cuello hasta las plantas de los pies yterminaronpordesesperarla.

Lamujer,seenredóeneledredónyseencogiócomounneonato.Depronto,comenzóasentirelcalordelacalefacciónbesandosufrente.Nohacíafrioenaquellahabitación…loquesentía lapieldeSaraeralasoledad.

LacamaseagrandabapormomentosyelsilenciofuetandifícildesoportarqueSaracomenzóallorar.Hastaaquelmismoinstantenuncasehabía percatado de la tranquilidad que le aportaba sentir la respiraciónprofundadeManueljuntoaella.Unrespirarquerecordabaalasolasdelmar rompiendo en una playa inacabable. Olas que se recogían cuandoManuelaspirabayserompíansobre laarenacuandoexpiraba.Hastasusmanosinsaciables,quehabíarechazadocientosdevecesporagotamiento,enaquelmomentoerananheladasporsucuerpoapesardenorecordarundíademayorlasitud.

-Mañanaalasdocelovasaver-seconsolabaensusurros-.Sólotienesquedormirtey,cuandodespiertes,quedarámuypocoparaestarconél…

La mañana, no amanecida aún, recibió a Sara con el cielo

despejadoyuna cortinadepartículasbrillantes, cualpolvodediamante,depositándose sobre todas las superficies, incluidos los cristales de supropiocoche.

Teníatotalmenteplanificadalamañanaparanotenerquepensar,nidisponer de tiempo libre para hacerlo. Pero, sin haber comenzado suprimeratarea,setorciósuplan.Cuandollevóalasniñasalcolegioparaasistir aunas convivencias,puesno teníanclasedesdedías atráspor lasvacaciones de Navidad, se encontró con las obras del Museo de laEvoluciónynopudoevitardejarescaparunprofundosuspiro.

Denuevoseatormentóconpensamientosvagabundosquellevaban

deambulando por los alrededores de su cabeza maltrecha por lasmigrañas.

¿Cuándofueelhechodeinflexión?¿Dóndesetorcióelrumboquellevábamos juntos? Se preguntaba mientras esquivaba a conductoresnerviosos, que cambiaban de carril constantemente creyendo que así

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agilizaban la circulación. Sara, entre intermitente a la izquierda eintermitente a la derecha, buscaba en su recuerdo los elementos quehubieranidoerosionandosurelaciónconManuel.

Eratanfirmeensucompromiso,tanfielycariñosocomohombre,tan buen compañero y consejero, tan humilde para aceptar consejos yasumirsuserrores…

No la habría abandonado nunca de no ser por existir algúnproblema.Así que ese problema debe estar ahí, en la superficie o en elfondo,perocerca.Elmismoproblemaquelosarrastróaladiscusiónporuntemadeescasaimportancia,elmismoquehabíallevadoaSaraasalirdelacasaconlasniñasparadejaraManueltocado.

¿Dequiénhabíasidolaculpa?¿Acasofueeseelerrorprimigenio?No.Seguramente,eltimóndelbarcodesusvidasviróenalgúnmomentopor culpa de alguna corriente y perdieron el rumbo.Un pequeñomatizque,alargasdistancias,lejosdeesfumarseodedifuminarse,seconvierteenungrandetalle.Ungiromínimodelbarco,uncambiodedireccióndeescaso valor que,milla trasmilla, los alejó de su objetivo lo suficientecomoparaquealgunodecidierasaltaralmaryotropretendierarecuperarelcaminogirandoeltimónsinconocerelNortealquedirigirse.Porquela vidadedosno tieneunameta objetivay clara.Tan sóloun afány laconstruccióndeunpresentecomún.Ysisecambiadecompañía,lametacambia… y si se viaja solo, vuelve a cambiar… y si alguien se apea,cambiadenuevo…Unonopuedereconducirlahaciadondequierellegar,si no es con la misma persona con la que lo planeó, y tampoco si yaperdieronsucamino inicial.Enesecaso loquedebehaceresaceptarelrumboqueseledefine,aprovecharbienelvientoquesepresenteyasumircadatormentaqueloazote.

¿Dónde se comenzaron a separar los caminos de Manuel y deSara?En aquel lugar dondeuno fijóunobjetivoparticular, en el que laotrapersonanopodríaaportarnada.

¿Por qué una mujer, en plena discusión, le pone el abrigo a suprogenieyselallevadelladodesumarido?¿Porquéno,envezdehacerunusotanneciodesushijos,separaapensarqueesunconflictodedosysemarchaellaapaseardejandoa loshijosencasa?¿Desdehacecuántotiemposehabíaidoperfilandoaquelmododeactuación?Talvezcuandolas niñas sólo eran fetos recién nacidos. Tal vez cuando él las intentóanimarahaceralgoqueellanoentendíapropio.

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Aunque,talvezfueélquienprovocóqueellaactuaradeesemodo.Puedeserquelasrehuyera,oqueasísesintieraSara,cadavezqueseibaaencerrarconsusproyectoshastaenlasfechasmáspropiasdecompartirlavidahogareña.

Seguramente, el uno pensó que el otro… el otro pensó que eluno…ynadieintentóponerseenlaotrapiel.

Él, quizá se volcó en su trabajo en algúnmomento en el que no

debía.Ella,esposiblequeloaislaracomocastigo.Él,después,sevioobligadoaenredarsemásensus ideas,yaque

sumujerlemarcabadistancias.Ella,esunsuponer,sealejabamásdeélenlacamacadanochepor

uncansancioinventadoparaobligarloaentregarsemásymejorcadadía.Ambospedíancontodasualmaqueelotrolehablaraparadecirle:

“Nonossustituyasporeltrabajo”o“Notealejesmásdemí”.Peroenvezdedecirlo de viva voz, acentuaban su desacierto.Castigábanse el uno alotroy,alfinal,eranellosmismosquienesestabanmarcandolarupturaysupropiocastigo.

Él,sinsaberqueactuabaasí,seinmiscuíamásensusquehaceres,aversiellaleparabalospiesdeunavez.

Ella,leponíacadavezmásdificultadesparaacariciarselapiel.Ellajamáslecoartaríasuproyecciónprofesional.Él jamás le exigiría nada que ellamisma no le ofreciera por su

propiavoluntad.Y,así,ellaencontróelfríoyéllanada.Sara,conelcorazónlatiendoatrompiconestraspercatarsedelos

errores que los había ido separando, dejó a las niñas en el colegio ymarchóabuscarasumadre.

Cadamañana,desdehacíatresaños,Sararecogíaasumadreylallevaba a un centro de rehabilitación. Allí intentaba volver a poner enfuncionamiento todas sus articulaciones y sus huesos después de unaparatoso accidente.A las once de lamañana terminaban y a las once ymedialadejabaensucasadenuevo.

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Qué minutos tan largos. Dejó a su madre a la misma hora desiempre, como un reloj. Regresó a su propia casa en el barrio de laCastellanaynohabíanpasadonicincominutos.

Al parecer, cuando la vida te quiere enseñar alguna cosa, te lomuestra con saña para que nunca lo olvides. Se sumaron todas lascondicionesnecesarias para que la espera fuera un sufrimientomás: loscoches parecieron desaparecer de las calles ofreciéndole un caminodespejado en el que no poder emplear tiempo ni ocupar la cabeza; eltelevisornorecibíaseñalporalgúntipodeaveríayeltiemposedeslizócuestaarribaenuntictacincombustible.

A las doce menos diez ya le parecía que Manuel se estabaretrasando.Alasdocemenosnueveminutosapuntoestuvodellamarparasabersiestababien.Unminutodespuésllegóamarcarelnúmeroperonoseatrevióahacerlallamada.Y,antesdequefueranlasdocemenoscinco,buscabaunaexcusaparasaberpordóndeseencontrabaél.

Lo peor fue que la hora de la cita llegó, y con ella losminutossiguientes que se agolparon en el reloj como niños en un colegio alescucharlacampanadelrecreo.

Sara miraba la hora, no quería ser impaciente, pero era la unamenoscuarto.Alfinllamó.Enlaprimerallamada,sonarondostonosy,almomento, figuró como teléfono ocupado. Repitió llamada y, aquellavez…¡No!Elteléfonoapagado.¿Aquésepuededeberquehayaapagadoelteléfono?¿Noquerrávolver?¿Lehabrápasadoalgo?

Cinco llamadas hizo antes de hacerse la más lógica de lassuposiciones,que sehabía agotado labateríade su teléfonomóvil.Paraentonces,habíallamadoalaoficinapordosvecesy,enambosmomentos,Manuelacababademarchar.Llamóalaresidenciaytambiénhabíaestadoallí.Alfinalllamóalamigoíntimo,alconcejal,quesemostróinquietoalhablarconella.Ensutonodevoz,entredistanteycondescendiente,Sarainventó razones para creer que su matrimonio se estaba destruyendodefinitivamente,puesnoeraconscientedelproblemaenelquesumaridosehabíametidoyenlasituacióntantensaenlaquehabíacolocadoaledil.

Alcolgar,traslaúltimallamada,siendolasdosmenosveinticincode la tarde, un mensaje de texto le hizo recuperar la esperanza. Habíarecibido una llamada desde el despacho de Manuel mientras hablaba.Inmediatamentevolvióallamar.Alguiendescolgóalmomentoperosólohallóelsilencioporrespuestaydespuésescuchócómo,quienquieraque

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hubiera levantado el auricular, lo volvía a poner en su sitio cortando lacomunicación.

-¿Porquémehaceesto?-sollozabacreyendoqueManuellaestabahaciendosufrirsegúnunplanfríamentetrazado.

Pero, al momento, su mente comenzó a divagar con actitudesinmadurasdeautocastigo.Uncastigoque,enrealidad,estabaencaminadoa que, si de verdad existía alguien en el cielo, se hiciera cargo de susituación y, sintiendo tanta compasión por ella como ellamisma estabasintiendo en aquellos momentos, hiciera caso de sus palabras queexpresabacualplañideraenelcultodelamuerte:

- Por favor, por favor, por favor, cariñomío, por favor…dimequenomequieres,dimequenoquieresvolver,peronomehagasesto…llama…llama…Manuel.PorDios.Llámame.

Durantelahorasiguiente,Saranocesódelloraramargamentepor

lodesafortunadaquesesentía.Perolacorduraleregresódenuevoy,otravez, le hizo ver que a lo largo de tres días Manuel no había podidoconectarsuteléfonoalaredeléctrica.

Entonces, limpiándose las lágrimas del rostro y de los ojos, sereincorporó intentando pensar cómo poder saber dónde se encontrabaManuel. Pensó en volver a llamar a la Residencia o al Ayuntamiento y,cuando estaba recomponiendo su ánimo, una sacudida le recorrió elcuerpo dejándole los huesos helados. Los ojos se quedaron quietos,mirandohacialosárbolesdelacalleque,depronto,dejarondesufrirlasbatidasdelviento.

Algoibamal.En aquel momento, mucho más que por la noche en la cama,

infinitamentemayorqueelsentimientoquehabíaexperimentadominutosantessobreelsofá,sintióelverdaderosilencio…queproveníadelfondodesucabeza;aprecióunintensofrío…quesepropagabadesdesupropiocuerpo; y soportó una pesada carga que le cayó súbitamente y le dejódesnudaelalma…

Losupoalinstante.Manuelhabíamuerto.Nohabíaotraformadesentiraquello,taninmensocomodesierto.

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8. REVELACIÓN

Laluzdelsolsehabíaescondidoconrapidezdetrásdelosviejos

edificios que se encontraban en frente. Las sombras vistieron las callesestrechasdelcascoantiguoconautoridad,yesosinllegaradarlasdosdelatarde.

ElpadreAlfredohabíaestadoencendiendolascalefaccionesdela

casaparroquialporquesecomenzabaaresentirdelfríoenloshuesosdelasrodillas.Teníaquecomersussopasdeajoconhuevoparaatemperarsedespuésde su caminatapor la fría capital y antes de salir denuevo a lacallealaesperadeManuel.

Se sentó a la mesa, asió el cacillo y lo introdujo en el caldo.Parecíaestarfrío,puesnohabíaelmenorrastrodevaporsaliendodelacazuela. Sin embargo, cuando hizo girar el cucharón en el interior, unaespesacoberturadeaceitesazonadodepimentónchoricerose replegóydejó escapar el vapor a grandes bocanadas. El anciano se sirvió hastarebosar el plato y, justamente en el momento en el que fue a darle elprimer sorbo a la primera cucharada, un coche recorrió inusualmenterápidolacalle.

Erapocohabitual,perosiemprehabíaalgúnlocoquerompieralacalmadel barrio. Para su asombro, resonóun fuerte golpey, con él, sedejódeescucharcualquierruidodemotor.

- No podía ser de otro modo -se decía en voz baja-. Tarde otempranoalgunodeesoschicosterminaríanporestamparsecontraalgunaesquina.

Enunprimermomento,Alfredo,quenoeradadoacuriosearporla ventana, se quedó quieto a la espera de que el bullicio alarmara a lavecindad. Sin embargo, el silencio se hizo dueño del lugar hasta que laverja semoviódemanera extraña.Amenudo se escuchaban sushierrosrozando la piedra del suelo por el viento, pero en aquel momento elsonidofuedemaneradiferente:siempreseoíaunresbalóndeidayotrodevueltayaquélsólofuedeida.Alfredoseincorporóycaminócontodala diligencia que le permitieron sus gastadas piernas. Cuando se asomódesde el tragaluz, un hombre caía en el centro de la plaza. El anciano,

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preocupado,bajólasescalerastanaprisacomofuecapazy,antesdeabrirla puerta de la calle, otro coche aceleró bruscamente alejándose por lascallejuelas.

Alasomarsealpatiodesalida,unmaletínllamósuatención:estabaunescalónmásarribadelaverja.Contodo,noseparóanteél,sinoqueseinclinó sobre la cerradura para encaminarse en ayuda del hombre queyacíaenelsuelo.

Suspies separalizarondepronto.Otro coche se acercaba a todaprisa.Aquellavez,elmotorleresultófamiliar,unmercedesdelObispado.Podíasercualquiervehículodelamismaenseña,peroAlfredofuecautoyse guareció contra el murete que encauzaba el ascenso de las escalerashasta la iglesia. El coche llegó hasta allí con un fuerte chirrido de losfrenos. Sólo dejó ver los faros delanteros. Dos hombres de traje sebajaronconrapidez, levantaronelcuerposinviday lo llevaronhaciaelmaletero.Untercerhombrevertióunlíquidoácidoquequemólosrestosdesangrelanzandounaromaalairequerecordabaaamoniacoyalejíaalmismo tiempo. Mientras, un cuarto hombre, se subió al coche delasesinado, abrió el capot, la puerta trasera, revisó cada recoveco confugacidady, trasvolver lamiradahaciaelcocheaparcadoe indicarquenohallabanadaenél, se introdujodentroparaarrancarlo.Sólonecesitódosintentosyelmotorsepusoenfuncionamiento.Teníanlaintencióndenodejarelmásmínimorastrodelosucedido.

Alfredo, aprovechando lasmaniobras que efectuaba el hombre yque el otro vehículo desapareció de su vista por unos momentos parafacilitárselo, ascendió las escaleras recogiendoelmaletíndel suelo a supaso. Y lo hizo a tiempo. Cuando logró esconderse, reapareció elmercedesnegroy,deél,salióunhombreconsotanaquerecorriólaplazahastallegaralvalladodeSanGilAbad.

Elclérigocomprobóqueestabacerradoyquenohabíanadaalavista, pero sí que advirtió un reguerode sangre que llegabahasta allí yque tenía un recorrido de descenso. Levantó la vista hacia el edificio.Alfredo seguíaocultoynohabíavisto el rostrodel hombre, pero sabíaquesetratabadelPadreÁngel.Además,seleconfirmóalescucharcomohablabaparasí.

-Elviejonotehaabierto.Sitehubieravistotehabríaayudadoaentrar-después,elevólavozysedirigióalhombrequeportabalagarrafallenadeaquellíquidocorrosivo-¡Echaunpocoenestasmanchas!

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Diciendo aquello se diomedia vuelta, caminó con decisión a sucoche, esperó aque el lacayo regresaray, unavezque todos estuvierondentro,abandonaronlaplazaconnaturalidad.

De pronto, en aquel lugar, tan sólo unos pocos cristales y unapiedralastimadaenelmuroeranlahuelladeloquehabíasucedido.

Alfredoentróenelhogarsacro.Allínolomolestaríanadie.Nosalíadesuasombroyunnudodeterrorleahogólarespiración

mientras sus ojos se empañaron por la pena que lo embargó. AquellamismamañanahabíaconocidoaManuel,lohabíaengañadoy,después,lohabíacitadoallí.Talvez,silehubierainformadodetodoensumomento,aquello no habría pasado. Seguramente habría caminado conmás tientoporlossenderosfarragososqueseabríananteél.

Tomóuntragodeagua,seserenóunpoco,dejóelmaletínsobreunamesa y caminó con rapidez hasta ponerse de rodillas frente al altarmayordelaiglesiapararezarporelalmadeManuelydetodoscuantossevieronyveríaninvolucradosenaquello.

Una hora de silenciosa meditación apaciguaron los caldeados ydesalentadosánimosdelanciano.Después,regresóalasacristía,juntoalaqueestabasudespacho,ycomenzóaextraerlosdocumentosdelmaletín.

-Nopuedeser-sesobresaltó.ParaAlfredo,todoaquello,cadaunadelashojasqueveía,parecía

tenertantosentidocomosiestuvieraleyendoletrasexactasyprecisasensulenguamaterna.Nosepodíacreerloqueaquellachicahabíallegadoadesvelarenpocosdíasdespuésdesiglosen losquenadiehabía logradovermásallá.Moviólacabezaincrédulo.Pasabalashojasrápidamente.Apesardetenerlosojoscastigadosporlavejez,losiconosqueencontrabaleeranmuyfamiliares.Yaloshabíavistoalolargodesuvidayenciertoscírculossecomentabanconasombrosaregularidad.

De pronto, el miedo se enraizó en sus entrañas. Volvió a serconscientedequedospersonashabíanmuertoenescasosdíasporaquello.Lachicaquehabíadesveladoelmisterioysututorquesimplementehabíajuntadolaspiezassinhallarlessentido.

Apremiadopor elpánicoy la curiosidad, como si fuera élquienhubierareunidotodoaquelmaterial,hizounaselecciónrápidadetodoloqueencajabacomounpuzlesencillo,subióaldespachoy,almomento,loescaneó. Después, volvió a colocar hasta el más insignificante papeldentro delmaletín y, valiéndose de la oscuridad de la tarde invernal, lo

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dejóentrelahiedraquedecorabaelaccesoalrecintodelaiglesia,sobreel murete de la escalera. Sabía cómo actuaba el Padre Ángel y queregresaríaparacomprobarsiélestabaaltantodelaexistenciadelmaletín.

Alretornaraldespacho,creóunanuevacarpetaenelordenadorycolocótodalainformaciónenella.Silesucedieraalgoaél,intuíaqueeljovenFernando,unnuevohijodeDios,sabríaquéhacercontodoaquello.

Alasdocedelanoche,secumpliólaintuicióndeAlfredo:alguienllamó a la puerta. El anciano, se puso la bata y dejó apoyar las gafasmedio caídas sobre las aletas de la nariz. Antes de abrir preguntó porprecaución.

-¿Sí?¿Quiénes?-Nomedigasquenosabesquiénsoy.Noinsultesamiinteligencia

-dejódeslizarsuvozentrelasrendijasdelapuertaelPadreÁngel.-DonÁngel-pronuncióAlfredoconunperfectotonodesorpresa,

sutilyamable.Abrióelpestillocondiligencia-¿Qué le trae…-observóconrapidezquenoibasolo-.¿Quélestraeporaquí?

-¿Estarde?-preguntóÁngelconarrogancia.-Enmodoalguno.Jamásestardeparaabrirlaspuertasdelacasa

deDiosatodohombre.Alfredo dio la espalda a sus visitantes y caminó hacia el salón

dondepodríaacomodarlosparaconversarcontranquilidad.-¿Deseanalgocalienteque les reconfortedel frío?Yomevoya

tomarunvasodeleche-segiróhacialoshombresyconungestoseriolespreguntóconasombrosaveracidad,comosinosupieranadadeloqueibaaacontecer-¿Talvezrequierendeaposentosusacompañantes?

-Vayaustedaporesevasodeleche.Nonecesitamosnadadeeso.Dehecho,DonAlfredo,nos iremosantesdeque terminede tomárselo-comunicóconsorprendentedescortesía,inauditoenelPadreÁngel.

Los hombres se miraron con gesto adusto sin esconder sucomplicidad.

ManuelregresóconrapidezysupoponerelgestojustoalverqueÁngelysusacompañantesloesperabandepieenelmismositiodondeloshabía dejado. Torció las cejas y abrió los ojos con preocupación. SeacercóalamesaqueseencontrabaamitaddecaminoyapoyóelvasoconpulsotemblorososindejardemiraralosojostransparentesdeÁngel.

- ¿Qué ha sucedido? -gimió-. No me atormentes Ángel. Dímeloya…¿Esmihermana?

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Ángel se sorprendió y pareció desorientado. No podía ser queAlfredonosupieranada.Elcochequeseaccidentóteníaquehaberhechounruidoterribleysabíaqueeloídodelancianoestabaenforma.Porotraparte,Manuelnohabíaparadoenotrositioantesdellegarallíyelmaletínnoseencontrabadentrodelcoche.YahabíanregistradoelaparcamientodelAyuntamientoafondoysóloquedabavisitaralviejopárroco.

-Nometengasenascuas.LaslágrimasinundaronlosdilatadospárpadosdeAlfredoyÁngel

tartamudeóantesdeconseguirpronunciarsuprimerapregunta.-¿Nohasescuchadounfuertegolpeestatarde?- ¡No me atormentes! -gritó Alfredo rompiendo a llorar y

debilitandosuvozcontembloresentodoelcuerpo-.Dimequehapasadoporfavor.

- ¡Está aquí! -se oyó una voz que gritaba desde la calle-. ¡DonÁngel!¡Lotengo!

Ángel se turbó. No sabía cómo frenar los llantos de Alfredo niponerleexcusasparasucomportamiento.

-Alfredo.Nohapasadonadagrave.Permítemeunmomentoqueenseguidaregreso.

-Explíquemealgo…-suplicó.- No temas nada Alfredo. Enseguida regreso -insistió Ángel

desubicado.Ángelsalióalpatioyconfirmóloqueesperabayloquesalvabaa

Alfredodealgorealmenteincómodoypeligroso.Hizoquesussecuacesregresaranalcocheyentródenuevoen la iglesia.Teníaqueser francoconelanciano.Alfinyalcabo,enapariencia,Alfredoeraajenoatodoelproblema y, además, era consciente de lo que él representaba y a quiénrepresentabadentrodelaInstituciónEclesial,porloque,sisalíadeallísinmás,podríainducirloapensarenfalsasideas.Yesque,porterriblequepudiera ser la realidad, un hombre como Alfredo, con tanto mundoandado, podría imaginar aún cosasmás atroces. Por lo tanto,Ángel nopodía actuar con desidia, menos aún, existiendo una investigación quepisabalostalonesdeManuel.

-Verás,Alfredo.Notengoningunanoticiamalaqueentregarte.Hevenidoareclamarquemeentregarasalgoquenoestabaentusmanos.

Si enfocababienel caso, sabíaqueelviejopárrocopercibiría lasituaciónperfectamente

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- No comprendo cómo puedes haber venido a reclamarme algoque no tenía en mi poder -se presentó como un hombre extrañado yperdido-.Talvezsíquelotengo,asíquenodudesenpedírmelo.

-Loquequierodecir,miqueridoamigo,esquecreíaqueloteníasy ya lo han encontrado… Alfredo, alguien ha destapado la… “Caja dePandora”.

Ángel enarcó las cejas y guardó un silencio recurrente. Alfredodibujó un gesto de incomprensión y, súbitamente, como si una duda loasaltara,abriólosojosyseparóloslabiosintuyendoloquequeríadecir.

- Alguien ha estado a punto de dejar salir los demonios de lacodicia que habrían envenenado a toda la sociedad de haberse hechopúblicos.

-¿Hablamosde…delsecretodelasReliquias?-preguntóAlfredoenunsusurroturbado.

-Sssssssh-lehizocallarconelceñofruncido.- ¿Otra vez? -se quejóAlfredo tomando fuerza en la voz-. Es la

enésimavezqueoigohablardeesosdichosossecretosdesdequehicelosvotos. Tú aún no habías nacido por entonces. -se levantó como si sesintiera ofendido-. He visto a hombres perseguir fantasmas. Hombresbeatosincluso.

Segirómoviendoeldedoamododeadvertenciayvolvióadarlaespaldaasuinterlocutorparadejarelvasovacíoenlacocina.Ángelnosabíamuybiensi levantarseyseguiralancianooesperar,peroAlfredoregresóconímpetusindarletiempoareaccionar.

-Durantesiglos…-continuó-…loshombresdemediomundohanremovido todas las Tierras Santas y los Monasterios, han profanadocementerios…ytodoparalocalizarobjetosdedudosaexistencia.

-¿DudáisqueexistaelSagradoGrial?-sealarmóÁngel.-No.Jamásdudaríadeello,nidelArcadelaAlianza…perosíque

dudodequeseencuentreescondidoenalgúnlugardelmundo.Esposible,incluso, que ya lo haya encontrado alguien y creyendo que son meroselementosarqueológicos,lostengandentrodeunasvitrinasenmediodeun bosque de cristal de cualquier Museo. O peor, que en mitad de unaguerradetantascomonoshansacudido,hayanterminadodestruidas.

- Tal vez… mi querido amigo… tal vez tengas razón y notengamosquepreocuparnosporlosmensajesquenosdejónuestropadreDonDiego.Porque,estavez,unamuchachaencontrólaclave.

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-¿Estavezsí?Nilosfranceses,nilosdichososarquitectos…-Loshermanosarquitectos,Alfredo.Nolosdesprecies,son“Los

Hermanos Arquitectos”. Los constructores que nos dejaron todas lasseñales necesarias son sus antecesores directos. -puntualizó ÁngelhaciendoreferenciaaloshermanosdelTemple.

- ¿No creerás que los “Constructores” de ahora son herederosdirectosdeaquéllos?Si así fuera…noandarían levantando las ciudadessistemáticamenteunayotravez,sabríandóndeestánlascosas.

- Error de interpretación. Simplemente eso -adujo Ángel conserenidad-.Talvezsóloconocieranlossímbolosperonolaubicación.

-¿EsunerrordeinterpretaciónlevantartresveceslosterrenosdelMonasterio de San Pablo? ¿Dejaron el terreno llano para hacer elaparcamiento de Caballería o para poder abrir otro agujero cuandoaveriguaran dónde podía estar el supuesto tesoro? -se burló Alfredo-.¿Ahoraquéhanhecho?¿HandejadounsótanosecretoenelMuseoparaseguirhaciendo túnelespor toda la ciudad?Vaaquedar comounquesogruyer. La PlazaMayor se ha levantado otras tres veces en las últimascuatro legislaturas. Hasta los políticos mediocres van detrás de ello -Alfredohablabaacaloradamente-.Yahora…¿Unamuchachadices?

-Verás…conoceselmapa -aseguroÁngelguardandosilencioalmomento.Alfredoasintióconelceñoencendidodeenfado-.Nadiesabíasituar los Monasterios que guardan los secretos. Pero esa chica supointerpretar loqueeraBurgosenél.Quehabíaquedesandar loscaminosdelmapa.SeguramenteesoscaminosesténenrutasdelaantiguaRomay,además,hasabidorelacionarlossímbolosconciudadesyMonasterios.

ÁngelmirabaaAlfredoconpasiónmientras,esteotro,comenzabaa tener una gran esperanza. Según lo pocoque había podidover,Ángelestabaequivocado.Asíqueelveteranopárrocosecomenzóaimpacientarporlanecesidadquetuvoderevisarafondolosarchivosescaneadosensuordenador. Miró con atención al espigado hombre que lo hablaba ydecidió guardar silencio para que terminara su argumento y se fueracuantoantes.

-Seguramenteserácuestióndealgunoskilómetrosalaredondadeesas ciudades… -explicó con fascinación-. Encontró los símbolos delmapa en los escudos de armas de ciudades muy cercanas a las zonaspresumibles.

Alfredobajó lamiradapensativo,porqueestabasegurodequesi

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alguiensepreocupabaenencontrarlosochosímbolosenlosescudosdearmas de las poblaciones que rodean a cualquier ciudad del mundo,alcanzaría resultados positivos. Al momento, antes de que Ángel sepercatara de su extraña actitud, recuperó el pulso de su actuación y semostrócomounviejocascarrabiastemerosoeincrédulo.

-Nomecreonada.Quienquiereverfantasmaslosveenunanubedehumo.YonovendohumoPadreÁngel.Yoayudoalagenteaentenderyaceptarlosgolpesquedalavidayacontenerseyasentirseagradecidosante los dones. Soy un pastor de gente llana y no quiero oír másleyendas…Dejoven-serenóeltonoymiróasuconversadorcomosisetrataradeunmuchachoapesardeque,aunquemuchomásjovenqueél,yacontaba los cincuenta años-… de muchacho era maravilloso imaginarpodertocaresosobjetoscelestiales,cuandoestuveenlaIndiacreítenerloscerca muchas veces… pero a mi edad hay otras inquietudes menosterrenales.Espero, querido amigo, que logres lo que ansías o que no tefrustressinoloalcanzasyquesepasvolveraposartuspiesenelsuelo.Eresungranoradorysalvaríastantasalmascomoquisieras.

Ángelsedejóembaucarporlaspalabrasdeunancianoqueparecíaestarcontandosusúltimosdíasynolehizoperdermástiempo.Selevantócon señorío y besó la mano de su compañero por respeto a la edad.Después, tras entregarse mutuamente las bendiciones correspondientes,salió.

Alfredo, desde esemomento, caminó con cautela por la casa. Sehizoalaideadequepodíaestarsiendoespiado,asíqueactuócontodalanormalidadquepudo.Seacercóalacocinaparafregarelvasoenelquehabía tomado la leche, caminó por el corredor haciendo movimientoslastimososconlacabezacomosilehubieseafectadolaconversaciónconelPadreÁngel,llegóhastalospiesdelaescalerayencendiólaluzquelasalumbraba.Al tiempo, apagó las luces del recibidor y subió a la plantaalta. Volvió a hacer el mismo procedimiento hasta que accedió a suhabitaciónypudodejarenpenumbraelrestodelacasa.

Conpausa,comosilepesaraincómodamente,sequitólabata.Sesentósobrelacamaparadescalzarselaszapatillascondospatadasalaireysearropóhastaelcuello.

Aoscuras,tanteósuteléfonomóvilylointrodujobajolassábanasparaquenadiepudieraverlaluzdelapantallaenelcasodequeestuvieranmirando.Preparólaalarmaparadespertaralastreshorasdeaquello…y

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sedurmió.

9. ANDARLODESANDADO

Nada más sonar la alarma del teléfono, a las cuatro de la

madrugada,Alfredoselevantóconlamentedespierta.Siguióunritualpropiodeunancianodesuedad,sepusolabata,se

calzó las zapatillas y se acercó hasta el excusado para aliviar a sudeterioradapróstata,ytodoelloenfalsedad,tansóloparacomprobarquelasventanasquelorodeabannofuerandemasiadoindiscretas.

Hallódosventanasinsidiosas,unaconlapersianaamediobajarylaotraconelpostigogiradoimpúdicamente.Seaferrólabatafingiendosentirelfríomásintensoyseaseguródequenohubieraflujodeluzquepudieraburlarsuintimidad.

Descendiólasescalerasconpausa,accedióalacocinayechóaguaenuncazoquecolocóenelfuegohastaqueelvaporempañóloscristales.SeelaboróuntétalycomoaprendióahacerloenlaIndia,ensuépocademisionero,cuandoera jovenyostentabaelarrojoy lacertidumbreparacambiarelmundocontotalydevotafilantropía.

Habíasidounmuchachomordazycríticocontodoaquelloquelerodeaba.Pero,asuvez,amabaaDiossinplantearselanaturalezadeéste.Simplementeamabaelmundo,alagenteyenviabasusoracionesalcieloconsilenciosorespetoparaque,quienquieraquefuera“ElCreador”, loescucharaaunquenosatisficierasusnecesidades. Jamás lepedíanadaensusrezos,nunca.Alfredolecontabaloquehacíacadadíayloquequeríahacer. Se sinceraba sobre sus más oscuros pensamientos y sobre susnecesidades más libidinosas, recuperando con ello toda su rectitud y lafuerzaparaconservarseeneseestadopormuchotiempo.

Aveces,Alfredopensabaen“ElCreador”comounente,individualocolectivo,antiguoylongevoperoperecederocomocualquierservivo.Por lo tanto,concebía laposibilidaddequeyanoexistieraynopudieraarroparlos ni protegerlos. Sin embargo… ¿Por qué no? Podía quedarprogeniedeese“Creador”quealgúndíarecibierasuspensamientosysus

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inquietudesy comprobaraque, aunquepoca, había gente que amabaporamar,sincondición.Y,talvez,algúndíadecidiríaregresarparaimponerelEdénprometidosobrelatierra.

Enaquellaépocaen laquepasó susprimerosañosdemisioneropor las Indias, supo por primera vez algo referido al plano elaboradosobreelmundodeHeródoto.Conocióaunancianopropagadorde lafecristianaquesehabíadedicadoa talmenesterporpuraambición.Estabasiguiendo los pasos que él creía que habían dado quienes pudieronexpoliarAlejandría,Grecia,Macedonia,BulgariayRumania.Creíaque,así,podríaencontrarlamitaddelasReliquiasalmenos.

El jovenAlfredo, se sumó a aquella búsqueda con una intenciónmuchomás noble… la de ofrecérselo almundo de nuevo y alcanzar laconciliación y la unificación del hombre en una nueva realidad plena eidílica.

Jamásencontróindicioalgunoquejustificaraaqueldespilfarrodetiempo y haber perdido el camino de la edificación de las almas de loshombres. Todo lo contrario, lo que halló por aquellos caminos queregresaban hacia Oriente Medio, fue un sinfín de cruces de historia,guerras y devastación que obligaban a convencerse de que, si seguíanenterasaquellasReliquias,yanoestabanalalcancedenadieo,almenos,ya no estaban en un contexto que les permitiera ser reconocibles confacilidad.

De regreso a los tiempos actuales, Alfredo se encontraba en la

cocinadela“CasadelPárroco”enSanGilAbad.Escanciódetenidamenteeltéenunvaso,loolióylocató.Ceremonioso,lovolvióaverterenlatetera. Repitió el proceso varias veces consecutivas hasta encontrar elgustoperfectoasupaladar.

Salió de la cocina con el vaso en lasmanos, apagó la luz y, sinencendernuevasluces,sefiltróporelpasillohastaalcanzareldespacho.

Sus dedos cansados, temblaban por la emoción.Había visto esossímboloscientosdevecesdesdeaquellaajetreadajuventudy,otrastantas,habíahabladodeellosconcompañerosdeteologíaydeparroquia.Perojamás había visto el conjunto desde el punto de vista queAndrea habíapropuesto entre sus escritos. Ni había percibido que aquellos símbolosestuvieran en las esculturas de San Pablo. Y aún sabiendo que elurbanismo de Burgos estaba diseñado por Diego Porcelos, tampoco se

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había planteado que lo hiciera bajo las directrices de aquel plano quelegara tras su muerte. Sin embargo, tenía evidencias suficientes que lehicieron comprender que muchos otros a lo largo de los siglos sí sehabíanpercatadodeaquello.

Aquel estudio que había realizado Andrea precipitadamente sinsabermuybienloquehallaríaalfinaldelasseñales,nosólocambiabalapercepciónqueAlfredo teníade lahistoria,sinoque, inmediatamente, lemostróellugarexactodondedebíadescansaraqueltesoromilenario.

Claro está que solamente una mente experta y conocedora enprofundidad de todos aquellos detalles sería capaz de leer con tantatransparenciaelgalimatíasqueteníaanteél.-Talvez,elPadreÁngel,sinoestuviera tan cegado por su codicia, habría acertado a interpretar elmensajecomoestabapredestinadoaserleído-pensabaAlfredo.-O,quizá,el Padre Ángel, sobrado de astucia social para medrar, estaba falto deinteligencia natural para ver más allá de la simpleza o- siguiómascullandoacentuandosu incertidumbre -esposiblequeseamásastutoaúnyqueyahaya llegadoa lamismaconclusiónqueyoy simplementemeestuvieradespistando.Talvezsospechaqueheintervenidoelmaletínantesdedejárseloalalcance.

PensamientosquedemostrabanqueAlfredonoeraunhombrequeactuaraconligereza.Eraanalítico,suspicazyperspicazcomopocosyseplanteabaposibilidadesque,aunqueno fueranciertas, le ibandefiniendouncaminodeactuaciónmásseguro.Yeraconscientedequeentodosloscaminoshaycardos,charcosyaccesosabruptos.

Yaensudespacho,sentadofrentealordenador,entróenlacarpeta

en la que había adjuntado los archivos escaneados y, abriendo unprogramadeedicióndeimágenes,losfueobservandoconminuciosidad.

Cadaimagenqueabríaleprovocabaunasonrisayciertaexpresiónderabia.¿Cómopodíaserqueselehubieraescapadoundetalleasíamásde cuarenta generaciones de clérigos que contaban con toda lainformaciónensupoder?

Recordósúbitamente,comoundestellóquecegaraasusojosparadarmásvaloraloqueseguardabaensucabeza,unaimagenencolordeaquelmapainexistenteenlaactualidad.Lohabíavistomuchasveces…enalgún lugar cercano…ynopodía identificar connitidezdónde.Aunquesólohabíaunsitioeneledificiodondepodíaencontrarse.

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Selevantóconurgenciaycorrióporelcorredorconlaúnicaluzque le proporcionaba la pantalla de su teléfono móvil. Penetró en lasacristíaycruzólanavecentraldelaiglesiahastaalcanzarunapuertaquellevabaa laplantasuperior.Arriba,enunapequeñahabitacióndemuroscontundentes de piedras antiguas, se guardaban auténticas fortunas enpergaminos y papeles de seda con encuadernaciones gruesas de pielescurtidasydecoradascondoradosypigmentosluminosos.Aquelrecinto,posiblemente, era el más estable en temperatura y humedad de todo elmundo,pensabaAlfredoconunasonrisanerviosa.Erael lugarperfectoparaconservaraquellasriquezasdelaculturapasada.

EraenSilosyLiébana,lugaresmuycercanosaBurgos,dondesehabían encontrado los mejores traductores y transcriptores de toda lapenínsula y, allí donde hubiera riqueza en tales labores, también seencontraban iluminadores detallistas y fieles que buscaban explicar, delmodomásdidáctico, todoloquesereflejabaenlasgrafíasgóticasa lasqueacompañabacondibujosdelicadosyfácilesdeinterpretar.

Alfredoabrióuncajónde lamesita,queestabaallíexpresamenteparalamanipulaciónylecturadeaquellospreciadosdocumentos,sepusounos guantes de látex y extrajo una lupa y unas pinzas especiales paramaniobrarsobreelpapelypoderpasarpáginassindañarlostejidos.

Fuemoviendo láminas y libros hasta que alcanzó el rincónmásinaccesible.Apartóaunlado,conmuchocuidado,unajadoydesgastadomanuscritogriegoquepretendíaserunaréplicadeunaobradeAristótelesdedicadaalgocedelarisay,justodebajo,hallóelvolumenquebuscaba.

Recogió el libro con levedad, como si sus manos fueranincorpóreas y la encuadernación de ceniza compacta. Lo posó sobre latabla y comenzó a pasar hojas con sumo cuidado. Al cabo de unosminutos, tal y como recordaba, en la zona central del manuscrito,encontróundibujocopiadoenelsigloXIII.Enél,habíaunareproduccióndelmapaatodocolor.

-¡Eltriángulo!-alzólavozinstintivamente.CuandollamóaManuelparahablarconél, le ibaamostrarunos

grabados que representaban el suelo de un Monasterio cuyas losasdibujabanungran triánguloque circunscribía a una cruzgriega.Eraunsuelo que ya no se encontraba en su lugar pues, de aquellas piedras noquedabanadaenelpresente,almenosensuubicaciónoriginal.TalvezenlascasonasdelosquesecundaronlasdesamortizacionesdelsigloXIXo

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enlasmansionesdelosqueselevantaronenarmascontraelcleroalláporladécadadelos30.

Allí,juntoaAlejandría,estabaeltriánguloquetantointeréshabíadespertadoenAndreayporelcualsehabíadedicadoarecorrerparroquiapor parroquia con aquella pregunta. Ese triángulo era de un colorvioláceo,mientrasqueeldeAviñónylamayoríadelosgrafismoserandeun tono sangre indiscutible.Estabaclaroque, si esoeraunacopiade loque dejó Diego Porcelos cinco siglos antes de la ejecución de lailustración.El fundador deBurgos usó un pigmento diferente al inicial,conscientementeono,dejandoclaroqué iconoseranoriginalesycuálesestabanhechosporél.Posiblementeusóuncolorsimilarpero,alserdediferentenaturaleza,eltiempodeteriorósumatiz.Encualquiercaso,antelosojosdeManuel,tresgrafismoscontabanconesepigmentoazulado:eltriángulo en cuestión; una representación de una torre, que se colocabasobre los Pirineos; y un rasgo ilegible, que parecía el icono de unamontaña o la inicial de alguna palabra importante y se situaba sobreGrecia.Podíaserprecisamenteungrafismoengriego.Pero,fueracomofuere,carecíadeimportanciaparaAlfredo.

Conpremura,puesnosabíaeltiempoconelquecontaba,hizolasanotaciones que creyó necesarias y volvió a colocar losmanuscritos ensus respectivas ubicaciones.Bajó las escaleras y regresó a su despacho.Unavezallí,levantóelteléfonoyllamóaljovensacerdote,recientementeordenado,quecontabaconsutotalconfianza,Fernando,paraelquehabíadejado lacarpetapreparadaensuordenador.Lesoltódesopetónqueselevantaray fuera a su encuentro a la sacristíade la IglesiadeSanGil ycolgó sin saber siquiera si Fernando se había despertado lo suficientecomoparaatenderlo.

Treintaminutosdespués,el jovenseencontrabafrentea lapuertadelasacristíaesperandoaqueAlfredoledierapaso.

-Fernando-ledijosinpreámbulos,antes inclusodequeel joven

terminaradeentrar-.Tevoyarevelaralgoquehastaestanochenadieenelmundosabía,nitansóloyo.Voyairpasoapaso,paraquenometomespor loco… -Fernando se desperezó por completo al escuchar aquelcomentario y confirmó que estaba atento diciendo un impetuoso “Sí,PadreAlfredo,dígame”-.Ynoasumasdemasiadoprontoquesoyunviejochiflado-losdossonrierondeformanotableparaqueelotrosepercatara

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de ello-. Lo que quiero que hagas -prosiguió mientras arrastraba aFernandofrentealapantalladelordenador-,esqueteenvíesestacarpetaaunlugarquenadiepuedaidentificarcomotuyo.Nolaabrasdesdeningúnordenador que tenga la másmínima relación contigo y si, además, eseordenador no dispone de conexión a internet, mejor. -Fernando asintiócon total desconcierto-. Ahora, me tienes que prometer que no se locontarás,jamás,apersonaalguna.

ElancianoguardósilencioparaescudriñarelalmadeFernandoatravésdesusojos.Estabalimpiayerasincera,asíqueprosiguió:

-Simesucedieraalgoantesdecomprobarlaveracidaddeloquetevoyacontar,quieroquefinalicesportimismoestabúsqueda.Hedejadola conclusión en esa carpeta, dentro hay varias imágenes y un par dearchivos “word”, el que estámarcado conmi nombre es el último quevamosaver.

Fernando, con el rostro sereno, a pesar de estar profundamenteimpresionadopor la relevanciaqueparecía tener aquello, tomóconunamanoelcrucifijoquependíadesucuelloyloseparóendospiezas.Unade ellas era una clavijaUSBque insertó en el ordenador para, después,guardar la carpeta en ella. Volvió a unir la pequeña pieza de memoriaexternaalcrucifijoylopusoabuenrecaudo,bajosusotana.Después,sincambiarunápiceelgestodesurostro,atendióalancianocondedicación.

-Ahora… ya tienes toda la información por si, Dios proveerá -miróaloalto-…porsimepasaraalgunacosa.Ahora,Fernando,abrelacarpeta -el anciano señaló a la pantalla del ordenador-.He colocado losdocumentospororden.

Fernando apretó dos veces el botón izquierdo del ratón sobre lacarpeta,querezabaengriegolaleyenda“θησαυρός”.

-“Zesauros”-leyóFernando,parasí,contotalcuriosidad.Cuando se abrió y se desplegó una lista enorme de archivos,

Alfredo comenzó a disertar para ubicar a Fernando en un contextoapropiado:

-Verás…desdequeelJudaísmoyelIslamismosesepararondela“fe”verdaderapornoquerer reconocer laSantísimaTrinidad,RomaseesforzóenrecuperartodaslasReliquiascristianasparaquenocayeranenmanosdeinfieles.HayquedarsecuentadequelacreenciaCristianaestáconstruidasobredogmasque,aunqueincuestionables,resultandifícilesdesostenerpormediodelarazón.

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-¿Dudausted,PadreAntonio?- No,mi querido amigo. Hay gente que dice que sólo creerá en

Dioscuandolovea…yolesrespondoquedejarédecreercuandoalguienexpliquepormediodelarazón“Quéeselalma,dedóndesaleydóndevacuandoelcuerpomuere”.

Fernandopareciórecomponersedesudesasosiegoexistencialyleprestótodasuatenciónalanciano,queesperabaunaseñalparaseguirensucharlaylahallóenlosojosdeljoven.

- Primero -continuó-, se creó a los defensores del Templo, laorden de soldados que defendían nuestros santuarios en tierras deconflicto.Llegadoaaquelmomento,lasReliquias,quehabíansidopuestasenférreacustodiaenlospuntosmáspróximosasuslugaresdeorigen,serecogieron y se llevaron a la gran Biblioteca de Alejandría. Ya habíaquedado reducida a escombros, había sido saqueada hasta la saciedad ynadie pensaba que podía esconder los objetos más fascinantes de lahumanidad -explicaba enfatizando sus palabras con gestos animosos desus ojos y de sus manos-. Sin embargo, Alejandría dejó de ser segura.Todas las culturas querían hacerse con aquel enclave estratégico y lasReliquiascorríanseriopeligrodenuevo.

FernandomirabaalapantalladelordenadordevezencuandoparaqueAlfredo no pudiera descubrir en sumirada el hastío que le suponíaescucharunpreámbulocuyoargumentohabíasidorepetidotantasvecesyque,además,cadavezsecontabadeunamanerayseubicabaenmilsitiosdiferentes:quesi lasReliquiasestuvieronenJerusalény terminaronporllevarsealVaticano;quesisellevaronaCluny;quesisehabíanllevadoalasruinasdelMachupichu…

- Según se cuenta y se repite en los círculos seculares másherméticos -continuó diciendo el anciano-, se repartieron por una rutamuy bien definida, tal y como rezan los escritos. Se guardaron en sieteenclaves diferentes que podían ser bien protegidas por los soldados deCristo. Un siglo después, un mapa con aquellos enclaves fue traído aBurgos y ha pasado desapercibido entre los tapices del Monasterio deSantaMaríalaRealdeLasHuelgashastalaprimeradécadadelSigloXX.HabíaalgunacopiaenReimsyenTorino,perodesaparecieronalolargodelosaños.Ladeaquí,secreequeestáasalvoenlossubterfugiosdelaSantaSede.

-Disculpequele interrumpaPadre-seaventuróadecirFernando

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con cierto escepticismo-. ¿Me está poniendo en situaciónpara relatarmealgúnhechohistóricoo realmentemeestápreparandoparadecirmequelasSagradasReliquiasseencuentranenalgúnsitioconocido?

- Se encontraban en un lugar completamente desconocido hastahoy -aseguró Alfredo con una sonrisa febril-. Deja que te ponga ensituaciónypocoapocoiréquitandolosvelosqueocultanestesecreto.

Eljovensacerdote,trasnochadoycansado,sefrotóelrostroparaocultar suenfado.Nopodíacreerque lohubieradespertadounviejodemás de setenta años para contarle una historia increíble que bien podíahaber esperado a la mañana siguiente o, mejor, no haber sido relatadanunca. Sin embargo, estando allí, hizo un esfuerzo por no volver ainterrumpir aAlfredo para que aquello pasara todo lo rápido posible ypoderobviar lahistoriadespués.Elancianoquedaríasatisfechoy,él,novolveríaaresponderunallamadasuyapasadaslasdiezdelanoche.

-EstepeculiarmapadeltesorosehizoalláporelsigloIXdespuésde nuestro señor Jesucristo. El mundo por entonces era, a los ojos denuestrosantepasados, todoloquevemoshoysalvoAmérica,AustraliaymedioÁfrica.SebasabanenelmapaelaboradoporHeródoto.Lapieldeuna vaca fue el lienzo elegido para diseñar tan preciado plano decartografía tan imprecisa.Dentro de esemundo, alguien, que conocía afondolarealidadenlaquevivíacadaciudadcristiana,definióunaseriedesímbolosytrazasquedelimitabanunarutadenuevepuntos,deloscuales,tansólodoseranclaros:Alejandría,dedondesalíanlastrazas,yerafácildereconocerenladesembocaduradelríoNilo,ylaotraenBurgos,quenoestanclarasalvoporquefueaquídondeseencontrabaeldocumentoencuestión. Muchos, al ver el mapa… -Alfredo señaló a la pantalla delordenadorycontinuó-.Abreelnúmerouno.

Fernando cumplió la orden y, al momento, se abrió un mapaamorfoquedebería representar aEuropa,Asia yÁfrica. Sobre él, unospuntosdifusosdibujabanunavagarutasinnombresquellevabadesdeladesembocadura del Nilo hasta un vértice de Europa que, perfectamente,podía ser cualquier punto de la Península Ibérica desde Navarra hastaLisboa.

-Muchos,alverestemapa-prosiguióAlfredo-,decidieronquelaciudadindicadaeraotradiferenteaBurgos,derecienteconstrucción…labuscaronpor todoel tercionorte.A lo largodelmismosigloenelqueBurgossefundóporelsoldadoTemplarioDiegoPorcelos…

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- ¿Diego Porcelos? -interrumpió Fernando-. Los templarios noexistíanpor…-Alfredolevantólamanoylohizocallar.

-En aquella época -retomó-, tantos ejércitos, tantosperegrinosytantas delegaciones papales recorrieron aquellas tierras hasta llegar alfinal del Cantábrico, que Compostela se hizo famosa por toda Europa.DemasiadasvisitasparaunaparroquiaconReliquiasdeescasaentidadqueaparecieronmilagrosamente a principios del siglo IX. Por eso, queridomuchacho–informóamodode chismorreo-, enungiro sorprendente ycompletamenteindocumentado,aprincipiosdelSigloXsetransformaronenlosrestosdeSantiagoelMayor.

-Padre,noblasfemeusted.¿Cómose leocurrenegar lasantidadde Santiago de Compostela? -se quejó Fernando sintiéndose realmenteofendido.

-Olvidaesepasajemuchacho…al finyalcabono tienequeverconellugaralquequieroiraparar-continuóAlfredosorteandoelturbioasunto en el que se estaba metiendo-. Lo que sucedió desde aquelmomento, resultó devastador. Reinos de todo el mundo conocido,comenzaron a enfrentarse y a movilizarse en busca de las Reliquiasmilagrosasqueotorgaríanpoderabsolutoaquienlasposeyera,ademásdelavidaeterna.LosentendidosencartografíaasolaronregionesenterasdeBulgaria,Rumanía,Macedonia,Egipto…losquenosabíaninterpretarlosmapas, disponían de un punto de vista egocéntrico creyendo que elmarindicadoenelmapaeraelMarNegro,oelRojo,oelCaspio,oelLagomáscercanoasustierras.Deesemodo,sinnocionesdeNorte,Sur,EsteyOeste, ejércitos terribles se adentraron enAsia en busca de los templosmásostentosospara localizar los tesoroscristianos.Milesdeguerras sesucedieron y, con ello, miles de mitos se fueron construyendo queayudaronaperderlapistareal.-FernandonodabacréditoyAlfredoparóde hablar el tiempo justo que tardó en dar un sorbo de agua-. Pero losMaestros Constructores, compañeros inseparables de las Órdenes deSoldados de Cristo y herederos de aquéllas, una vez que fuerondenigradas, conocían los métodos utilizados de codificación. Ten encuenta que, para fundar una nueva ciudadela, levantar un castillo y unMonasterio,nosepodíahacerusodelosconstructoresqueseencontraranpor la zona, sinoque teníanque ser afines a las instituciones religiosas,más que nada para salvaguardar los secretos de la vida dentro de lascongregaciones.

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-¿Secretos?-SealarmóFernando.-¡Uh,hijo!Sitúsupieras…-Encorvóloslabiosenunasonrisacasi

perversa-. Los clérigos de antaño, los que se encerraban en losMonasterios, no los que predicaban en iglesias y se dirigían a la gentepara explicar la palabra deDios, sino losmonjes que se dedicaban a lacontemplación,erannoblessinherencia.Eranhombresmundanosconsusvicios y sus pretensiones. De entre ellos se elegía a los Cardenales,Obispos y de entre ellos ascendía un Papa. Mientras tanto, los queprofesaban la fe con el alma y la mente, se dedicaban humildemente acuidar de las almas de los demás en pequeñas parroquias de aldeasperdidas en gargantas profundas e inaccesibles de las sierras másinexpugnables.

-Pero padre…no siga por ahí -se quejóFernando-.En aquellosMonasterios se cuidó el conocimiento antiguo, se cultivó el saber y sesentaronlasbasesparaqueelmundoevolucionara.

- O al revés. Se nutrían ellos del conocimiento que ocultaban almundoparaquelagentellananocomenzaraatenerideaspropias.

FernandosealarmógravementeehizoademándelevantarseperoAlfredolosujetódelbrazoylosonrió.

-NoteenfadesFernando.Yolvidatambiénesto…sienrealidadnotienemayorrelevancia.

EljovensesentósinescondersudesganayAlfredohizomemoriapararecuperarelhilodesudiscurso.

- Me había quedado hablando de los hermanos constructores.¿Verdad?-Fernandoasintióconelenfadobrillandoensusojos-.Perfecto.Entonces-continuóAlfredo-,durantelossiglossucesivos,emperadoresymonarcasbuscaronconvehemencia los lugaresdefinidosenelmapadeTorino y de Reims. Napoleón, por ejemplo, asoló los territoriosdemarcadosporesarutadelmundodeHeródoto.Noseinteresóencruzarelmarhacia las ricasAméricas.Sequedóexpoliando todas lasciudadesdesdeelNilohastalasperiferiasdeRusia.Comoelmapanoerafielynohabía forma de hacer coincidir las montañas con la realidad, susintelectuales entendieron que el río dibujado en el mapa podía serperfectamente una mezcla entre el Ural y el Volga o incluso el Obi.Además,aunque lospuntos fueranmáscercanosaEuropaque todoeso,eran territorios dominados por el Zar, así que era más fácil que lostesorosfueranllevadosaunaciudadimportante.

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-¿Napoleóntambiénvaa teneralgoquevercontodoesto?-dijoFernandosumandoelcansancioaldisgusto.

-No,Fernando,esunsimpledatode lahistoria.Sóloqueríaquecomprobaraslacantidaddeinterpretacionesalasqueseprestóestemapa.Al final, alguien, un religioso conocedor de todo esto, seguramente unbibliotecario, le dio una interpretación nueva o,mejor dicho, vieja. Tanvieja como lo fue laoriginal.Segúnaquelhombre, el trazadodelmapahabía sido llevado al urbanismo de una ciudad y sería, esa ciudad, ladepositariadetodaslasriquezasquehabíansidorecogidasalolargodelarutadescritaporEuropadesdeAlejandría.

-Claro -entonó un incrédulo Fernando-.Y, ahora, ustedme va adecirqueesaciudadesBurgos.

-Abrelasegundaimagen-sonrióAlfredo-.Esoquevesahíeseltrazado-indicó.

Fernandopudoverlasmanchasquecubríanlapieldevacaunidaspor una línea discontinua pero, aquella vez, sobre fondo blanco, tal ycomo lohabíadejadoAndreaparapoderlamanipular sobre el planodeBurgos

-Ahoraabreeseprogramadeedicióndeimágenesyabrelafoto“tres”conél-lesolicitóAlfredoasujovencolega.

CuandoFernandolohizo,lafotoqueseabriófueunaimagenvíasatélite de la ciudad de Burgos. La misma que usara la muchacha díasatrás.

-Ahoraabrelafotografía“dos”ysuperponlasobrela“tres”.Fernando se quedó boquiabierto.Aquellos puntos, dibujaban a la

perfecciónelcentromásantiguodetodalaciudad.- Seguramente, ese fue el primer trazado urbanístico que definió

DonDiegoPorcelos,“Lasendadeloselefantes”enformadegancho,laPlaza Mayor en forma de ojo y las Plaza del Mercado para, después,descender por la estatua del Cid (que sería Grecia), cruzar elmar (queseríaelrío)yllegaraAlejandría(elMuseodelaEvolución).Dehecho,sepreocupómuchodelaubicacióndelrío,pues,comopuedesver,coincidenlasondasdelmarconlasondasenlasriberasdelArlanzón.

Eljovensacerdotemirabalasfotosatónito.-¿Ynopuedeserqueelmapasehicieraenfunciónalatrazadade

laciudad?-Cabelaposibilidad…desdeluego…y,estoyconvencidodeque

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si haces algo similar con cualquier ciudad, lograrías hacer encajar eltrazadodecincocallesdeun ladodelpuente,conelpropiopuenteyunpunto del otro lado, y que todo ello se acomodara perfectamente en elmapa de Heródoto -aseguró Alfredo mostrando un cabal sentido de lalógica, cosa que hizo que Fernando comenzara a tomar en serio todoaquello que pretendía explicarle el anciano-. Sin embargo, y sin quererquitarteesaideadelacabeza…tediréqueyohabíavistoesemismomapaenun librodel sigloXIIoXIII,no recuerdobienel siglo.Aqueldibujoestabaatodocolory,ciertamente,tambiénsepudohacerdespuésdequela ciudadmostrara ese trazado en sus calles. El caso, y continúo con elrelato como si todo fuera ciertamente así, si me lo permites -sonrió aFernando que guardó silencio un instante en actitud dubitativa para, unmomentodespués,consentirconunmovimientolevedecabeza-.Elcasoesque,porprimeravez, losfrancesesvenlanecesidaddepenetrarenlaPenínsula Ibérica en aquel momento. Sus expertos revisaron los cascosurbanos de las ciudades elaborando planos fieles porque sabían lo quebuscaban.Yalohabíanhechootrasveces.Además,sabíanalgoimportante.Laprimeraciudadjudía,aquellaquegobernaraSalomón,selevantósobreloquedenominaron“QodemEvenAvanim”,“LaPrimeraPiedra”, sobrela que oraba, juzgaba y rezaba. El altar mayor del templo. A aquelelemento,losconstructorescristianoslodenominaron“LapidemFundi”.

-¿Suelodepiedra?–Inquirió.-Sí,“lapidemfundi”erasencilloparalosmaestrosconstructores,

eraconfusopara losbárbarosquenoconocíanel latínprofundamenteyno tenía importanciapara aquellosque lodominaban.Los constructoresplantabanlaprimerapiedraconextremadaprecisión,porqueseríalaguíapara la correcta construcción de la obra, y ocultaban bajo ella susindicaciones o sus riquezas.Ynunca era una piedra importante para losoficios.LosexpertosdeNapoleónprocedíandelmundomasónyseguroquesabíanque,dentrodealgunaletradelapalabra“LAPIDEM”,dela“D”contodaseguridad,seencontrabaelsímbolodelaubicacióndecisiva.

- Entonces, aquella piedra sería fácil de localizar –argullóFernando.

- Pero hijo –sonrióAlfredo, incluso se dejó llevar por una sutilcarcajada.Le hizo gracia de verdad-. Fernando –rió un pocomás-. ¿Nocreerásqueibanacolocarunapiedraconunacruzencima?

Fernandosesonrojónotablemente.

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- Lo pone usted todo tan sencillo –se quejó desviando sus ojosvibrantesalapantalladelordenador.

-Enlafotografíadelplano–prosiguióAlfredoconextraordinariaindiferencia-, la novicia tapa la palabra “lapidem”, pero aquellos que seenfrentaronalmapaoriginallovieronclaramente.Elproblemaesqueesesímbolo se replicaba en el plano endos puntos: el primeroy el último;EgiptoyEspaña.

Fernandorevisóelmapaborrososobreunapieldevacarecortada.Alfredocontinuó:

- Después de muchas ciudades visitadas, expoliadas y medidas,Burgos resultó ser la elegida. En aquella época, Napoleón tenía tantosfrentes abiertos como enemigos había sumado en su obstinación poralcanzar la gloria eterna. Rusia, junto con Inglaterra y Suecia seenfrentaronaFrancia,yNapoleóndividiósusfuerzas.

-Pero... ¿SiNapoleón tenía tantosexpertos... porqueno secentróenEspaña?–seinteresóFernando,incrédulo.

-Porque...creohaberlocomentado...–dudó-...Olohabrépensado...Pues, porque había habido tantos expolios por manos de diversasnacionalidadesdurantelasGuerrasSantas,quetentóportodosloslugaresqueleparecieronoportunos.

-Puesnolepegatantatorpeza–adujo.-¿AprincipiosdelSigloXIX?Hitlercometiólasmismastorpezas

yconocíalahistoriabien.Algohabráahíparaconfundirseenmomentostandelicados.

-Ya–comentóFernando-.Lasoberbia.-Esotambién–sonrióAlfredo-.Bueno,elcasoesque,Napoleón,

dejó en España una pequeña sección de su ejército, porque, al fin y alcabo,estabaalmandopormediodesuhermano.

-Sometidoalvino–bromeóFernando.- ¿Yquiénno?–sedivirtióAlfredo conojosgolosos-.Pues eso,

Napoleón dejó a su hermanohacerse cargo de las viñas deEspaña y selanzóenofensivaporEuropaconfiadodepoderencontraraquelloqueleotorgaríaelpodermundialdeporvidaenunescasoplazode tiempo.Yesa vida, creía que sería eterna. Los franceses levantaron los suelos detodaslasiglesiasdelaciudadyllegaronalaconclusióndeque,estepuntodeaquí -Alfredo señalóelpuntomásorientalymeridionaldelmapa-…Alejandría, según todos los indicios, tenía que resultar el lugar elegido

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para esconderlo todo, pues tiene la cruz más grande y, además, estárodeada por un círculo. Y, aquel punto extrapolado al urbanismo deBurgos,Alejandría,debía serelMonasteriodeSanPablo,dondehoyseconstruyeelMuseodeAtapuerca.

Fernandoabrió losojossobrecogido.Ciertascosasde lahistoriadeaquelMonasterioextintocomenzabanavestirsedesentido.

-Precisamentefueallídondelosfrancesescolocaronsucuartel–aseguróFernando.

-Y,enlalucha,noquedaronmásquelosmurosdesoporte…pocomás -prosiguió Alfredo con cierta excitación al comprobar cómo seinvolucraba Fernando-. Para más escarnio, llegaron los ingleses parasalvarnosde losfrancesesyvolvierona levantar laciudad,conocedoresdel fracaso del ejército galo. Además, los ingleses aprovecharon paradestruirlaincipienteindustriatextilextremeñaysalmantinayelmercadotanimportanteenelquesehabíaconvertidoBurgosaniveleuropeo…deahíquelosmonarcassucesivosdestinarantodoelesfuerzoinversora lazonadeCataluña.

- ¿Sí? –curioseó Fernando, ciertamente interesado-. ¿InglaterravinoaExtremaduraaterminarconunaescasaindustriatextil?

- ¿Escasa? Hijo, no sabes la calidad de los tejidos que seelaboraban en la península.Hizomuchodaño a la industria anglicanay,conIsabelII,secolocóallílaprimeralíneadeferrocarril.PararelanzarlaindustriayreanudarnuestromercadoconfacilidadporelMediterráneoyCentroeuropa.El comercio internononospodía sacarde la crisis en laquenoshabíadejadolaguerra…

-Eh...Padre…creoquenosestamosyendodel temademasiado-recondujo Fernando, que ahora sí sentía la necesidad de conocer laconclusión,ynoporlasitudsinoporinterés.

- Disculpa Fernando… -Alfredo retrocedió en sus pensamientospara encontrar el punto en el que debía continuar-. Sí. Exacto. Burgosvolvióaquedardestartaladaylossaqueadoressellevarondetodomenosloqueestabanbuscando.Apartirdeentonces, losbuscadoresdel tesorohan sido las grandes constructoras, que tienen el terreno europeocatalogado metro a metro y proceden, sin duda, de los linajes deconstructores de la Santa Madre Iglesia. Y, aquí, en Burgos, hanconvencidoapolíticosdetodaslasépocaseideologíasparalevantarunayotravezlaszonasdefinidasenesteplano.

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Alfredo hizo un gesto elíptico que circunscribía las calles deBurgosqueibandesde“Lasendadeloselefantes”hastaellugardondeseconstruíaelMuseodelaEvolución,yseinterrogóretóricamente:

-¿Porqué,sino,laCatedralytodaslasiglesiasqueselevantarona partir de entonces se alejaron lo suficiente de toda esta zona? Pararespetar el descanso de las Reliquias. Así han sido los constructores,respetuososyconscientesdelossuelosquepisaban.

-¿YnoesposiblequelasReliquiasyahubieransidoextraídasdeBurgosporesosconstructores?

-Esohepensadoyohastaqueestamuchachamehahechoverque,amitad de siglo, se contrató la elaboración de ocho esculturas sobre elpuentequecruzaríalasaguas-AlfredoseñalólasondasdibujadassobreelmapadeHerodoto-,yquefacilitaríanelaccesohastaAlejandría.-Yseñalóel enclave delMuseo-. Esto indica que los constructores aún creen quequeda algo por descifrar o que, tal vez, habría que excavarmás hondo.Poresodejaron lasclavesdelmapadistribuidaspordichasesculturas.–Alfredomiróa losojosenrojecidose interesadosdeFernandoy siguióhablando-.Abrelafoto“cuatro”conelvisordeimágenesdelordenadoryverás.

FernandohizocasoyseabriólaimagendeDoñaJimena.Alfredo,despuésdesaciarsubocaseca,prosiguióhablando:-Minimizalaventanaymuestraalladodelotroeldibujo“dos”.-

Fernando cumplió las órdenes-.Mira. Aquí se encuentran las ondas delagua-Alfredoseñalóaloqueparecíaserlamangaquecolgabadesdeelbrazo de la mujer-. Y aquí las dos aves. Dale a la siguiente. -Acontinuación se abrió la imagen de Don Jerónimo y Alfredo siguióseñalandosímbolosquecoincidíanconlosqueseibanencontrando-.CruzLatina, cordero en un círculo y, aquí, entre la cabeza y las ropas, ochopequeñascruces,talvez,losochopuntosdelmapa.

-Peroelmapatienenuevepuntos-advirtióFernando.-Bueno...talvezeldesalidanocuente.Fernandoasintió,mientraspensabaqueeseargumentosesostenía

frágilmente,ypasódeimagen.La siguiente fotografía en aparecer fue la de Don Diego

Rodríguez,elhijode“ElCid”.-Aquí hay un gran escudo con una cruz griega y tiene una cruz

latinacolgandodelcuello-continuóindicandoAlfredo.

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Siguieron viendo todas las fotografías y los elementos querecordabanalosqueaparecíanenelmapa:lasespadas,losadornosdeunadelasvainasdeespadaenformadeserpientesendisputa,unescudoconunleónyungrifooundragónextrañoalosladosdeungrantrofeo;elcofreylavainadelaespadaconcuatro“X”consecutivas;elcáliz,lacruzenuncírculoyotracruzlatina;unallave…

- Si abres la foto “cinco”, verás algo que no encaja en modoalguno.Lamuchacha quiso dar sentido a los iconos que se encontrabanjuntos enunamisma figuray, basándose en ellos, buscóqué ciudadesoqué Monasterios podían identificarse. He de reconocer que hizo unexcelentetrabajodespistandoalosnuevosCaballerosdeCristoquesiguendentro de la Iglesia, como nuestro buen amigo el Padre Don Ángel -Fernando se sobresaltó notablemente al escuchar a Alfredo mentar alPadreÁngely,másaún,porhacerloenuntonotanairado-.Lamuchacha,envezdehacerverqueeltrazadoerauncaminodeidadesdeAlejandríahasta Burgos, hizo parecer que era una senda en la cual se fueronocultandolosdiferentesobjetosenlocalizacionesdiferentes.Lachicadionombre a esas ciudades y lo fundamentó encontrando esos iconos en laheráldicadelosmunicipioselegidos.DetalformaqueAndrea…

- ¿Quién es esa muchacha, Andrea? -le interrumpió Fernando,confusoalescucharhablardeelladesdeelprincipiosinmásinformación.

-Lamuchachaquehahechotodoestetrabajo.-¿Dóndeestá?-seinteresó.-MurióatropelladaporuncocheenfrentedelColegioOficialde

ArquitectosdeMadrid.- ¿Y cómo… -intentó decir Fernando que a cada respuesta de

Alfredoibadescomponiendomássugesto.-Vinoahacermeunapreguntaquemehadadolaclavedetodo…

peroesoesloúltimoquenecesitasoír.FernandomirabaasustadoaAlfredo.Habíaunachicamuerta…y

teníaentremanosunainvestigaciónsurrealista…Comenzabaapensarquecuando el anciano le había advertido con las palabras “Sime sucedieraalgo antes de comprobar la veracidadde lo que te voy a contar…”y elhecho de haberlo sacado de la cama a esas horas, tenía que ver con elriesgorealdemorirportodoaquello.

-Elcasoesque,aquellamuchachayasabíalarespuestaatodoesto.Piensoquesóloqueríasoltarunanzueloparaquelaverdadsalieraalaluz

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porsísolayaque,paraella,ibaaserimposiblededicartiempoabuscarellugardentrodeledificioencuestión,ymásaúnderribarelmurodondeseescondentodasesasriquezas.

-¿Dóndees?-preguntóFernandoíntegramenteimplicado.- Primero te voy a explicar lo que significan esos iconos. Esos

símbolosnosepuedencomprenderenlaactualidad,sinoquedependendesu momento histórico. Todo el mundo eclesiástico conocía por aquellaépoca el estado de los territorios y, con pequeños elementos y dibujos,eran capaces de representarlos. Por aquel entonces, enseguida sabían dequéMonasteriosepodía tratar, ignorando incluso laciudaden laqueseencontraba. Es decir… con un detalle que nos pueda resultarinsignificante,enConstantinoplapodíansaberqueundocumentoeradelMonasterio de LasHuelgas sin saber siquiera dónde estaba ubicado eseMonasterio. De talmanera que la lectura real, e insisto, sin saber en laactualidad a qué localizaciones se referían, es la siguiente: el tesoro, enbrazosdelossoldadosdeCristo,navegadeAlejandríaatierrasHelenas.ElMonasterio de féminas, poderoso donde los hubiera enMacedonia yalrededores,ofrece,comosiempre,resguardoaloshombresdelTemple.

- ¿Cómo sabe todo eso con ver un simple icono? -se extrañóFernando.

-Hijo-hablóelanciano-…deberíaserobligacióndetodohombreo, al menos, de todo hombre de Dios, conocer los iconos de nuestrahistoria.

Fernando se turbó azorado, no sabía que Alfredo le estabahaciendofraudepueshabíatraducidoeltexto,previamente,delmanuscritoqueseguardabaenlasaladelaprimeraplantadeSanGilAbad,aescasoscienmetrosdedondeseencontrabanenaquelmomento.

-Unaveconlasalasdesplegadasessímbolodepoder,yelhechodequesepongandos,significaqueeraunpoderfemeninoy,siconesadefinición debía ser suficiente para localizarlo… tenía que ser el másimportantedetodoelterritorioquelorodeaba.

- El número dos significa confrontación y no lo femenino. Elnúmerounoelindividuo,eldoselenfrentamientoyeltreselequilibrio-aseveróeljoven.

-Sí,escierto,perotambién:elunoeselhombre,elpadreoDios;el dos es lamujer, lamadre o laVirgenMaría y el tres es el hijo o laSantísimaTrinidad -explicó el decano contradiciendo con un testimonio

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igualdeciertoqueelanterior.- Tenía entendido que el tres era lo celestial, además de la

SantísimaTrinidad,yelcuatroloterreno-adujoFernandosaliéndosedeltema.

- Si te parece bien, continúo interpretando elmapa y, después, siquieres,charlamosdel simbolismode lasmatemáticas -Fernandoasintiócon una sonrisa boba y Alfredo retomó su relato-. Del Monasteriofemenino, aunque -reflexionó el padreAlfredo-… perfectamente podríaser una región dirigida por unamujer…en fin.Desde allí, continuar alsiguienteMonasteriodondepoderreunirhombresyformarejércitoparaatacar un lugar cristiano profanado por infieles donde el conflicto esconstante. El siguiente lugar, será unMonasterio destinado a recoger ahermanosprocedentesdetodaslasórdenes-Alfredosecallóuninstante-.Había pocos Monasterios en los que convivieran monjes de diferentesórdenes…asíqueseríafácildelocalizar.

-Pero,entodoslosMonasteriosserecogíaacualquierperegrinoquelosolicitaray,porsupuesto,acualquierhermanofueracualfuesesuorden-comentóFernando-...y...enelSigloXnohabíaórdenes.

-Ya...yalosé.Perolashabía,almismotiempo.Y,siserefirieraaque se aceptaba la entrada de todo ser humano, estaría hablando decualquierMonasteriodelmundo.Porlotanto,unsímbolodelacomunión,tienequesermásexplícito…yloquequiereindicaresqueloshermanosdediferentes...naturalezas,digamos,vivíanencomunidadgestionandoelMonasterio-Fernandoapretólabocaevidenciandosudesacuerdo-.Desdeallí-continuóAlfredo-,elcaminovuelveaestardespejado.RecogerenunTemplo de los Soldados deCristo…que sí que parece cerca deZagrebcomoindicaAndreaensusdocumentos-matizóelanciano.

- Un momento... un momento, Padre Alfredo -interrumpióFernandoqueacababadenegarcon lacabezaycerrar losojoscomosihubiera pasado por alto algo importante-. Insisto, y discúlpeme porhacerlo,lasÓrdenesMilitaresnosecrearonhastaelsigloXI.

-Cierto,cierto-admitióAlfredoy,comosinohubieseescuchadonada,continuódondesehabíaquedado-.Enesetemplohabíaquerecogeralgúnbien.EnFranciahabíaquedividirloscaminos-volvióahacerunapausa el veterano sacerdote-. Tal vez sí que era Cluny uno de los dospuntos.Uncomplejomonásticocon tantopodercomoClunyesperaríaalos Templarios para acoger las Reliquias. Allí dejarían un tesoro

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encerrado -Alfredo levantó la mirada hacia Fernando-. Una cerradurapuede indicar muchas cosas pero, el hecho de que continúe el caminohasta otro lugar indica que dejaron un señuelo en Cluny. Podía ser asabiendasdelosCluniacensesono,porque,igualquedogmadefe,teníanque aceptar aquel presente y guardarlo bajo el mejor de los cuidados.Mientras tanto -siguió interpretando el anciano-, los otros debíandescender por las montañas de Italia hasta un lugar del Sur de Franciadondelesesperabaotrobien,talvezelCáliz–hizounadramáticapausa-,quedarámuerteoinsuflarálavidaeternasegúnelsignodelcorazóndequienbebadeél,maldadobondad.Reuniónenel findel trayectodondelevantar un lugar de comunión -Alfredo enarcó las cejas-. Las ochocongregaciones, claro los ocho templos primigenios de la ciudad deBurgosenelSigloIX.

- Padre Alfredo, no se ofenda… pero hay demasiadasinconcrecionesensudemostración.Lodelasórdenesmilitaresylodelacantidad de congregaciones… -Intervino Fernando convencido de suposturaporqueasíescomofiguraentodoslosescritos,almenos,enlosescritosoficiales.

- Bueno, Fernando… los dos sabemos que tienes razón. Peroseamosrealistas.¿Cuándoseformaronlastrececongregacionesquehoyforman la Confederación Benedictina? Todas salieron de la ÓrdenBenedictina y todas a partir del Siglo XII: época en las que todas lascongregacionescomenzarona fructificar.Depronto…en la feCristianaseabrierondecenasdecaminos-sehizounsilencioquedejóaFernandopensandomientrasAlfredo lomiraba con la frente arrugada-. ¿No seráquehastaentonces…lasdiferentesseccionesdelaIglesiaseidentificabandemanerainterna,competíanferozmenteporelpoder,aunquemostraranunaimagenúnicahacialosdiferentesreinosparanoaparentardebilidad?Y,después,cuandolasguerrasylasluchasfueronevidentes…talvezeranecesario segregarse para poder lavarse lasmanos ante ciertos eventosimpropios para una institución como ésta. O, quizá, para poder jugar avariasbandassinperderdevistaelpoderpolítico.

AFernandolebailabanlosdatoshistóricosquetandefinidoshabíaestudiadodurantetodasupreparaciónacadémica.Encuantocomenzabaacreer toda la perorata que le estaba soltando Alfredo, algún dato lechirriabayleobligabaaoponersedemanerafrontalpero,lainquietud,laintrigaoeldeseodecreerqueeraciertoquelasReliquiasseencontraban

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en aquella ciudad, tan cerca de él, le invitaba a prestarle los oídos alancianodenuevo.

Se mantuvieron la mirada durante unos escasos pero intensossegundos.Almomento,eljovensacerdotesearrimóaAlfredoymiróconatención a la pantalla del ordenador a la espera de que su veteranocompañerocontinuarao,másbien, liquidara la charlay llegarahasta elfinaldeunavez.

- Estos dos iconos de aquí no figuran en las esculturas ni en lalectura que ha hecho -se percató Fernando incitando a que Alfredocontinuara,puessehabíaquedadocalladomirándolo.

Peroaquél,escudriñabaen losojosdel jovensi talvezsehabríaequivocado al confiar en él todas sus elucubraciones. Cualquiera habríapensadoqueestabalocoyquedesvariabaaldislocarlosdatoshistóricosconocidosparahacerlosencajarenlosacontecimientosqueparecíaestarinventando.

- La Historia, querido hermano, no se escribe sola según se vasucediendo…Pordesgracia,laHistorialaescribeelhombre,lareescribey ladirigesegúnsuconveniencia.Poreso,siempreparecebuenoelqueganalasguerrasy,conlosaños,elotrobandovuelvearetorcerlosdatosasuantojo.Ylopeoresque,concasitodaseguridad,ningunadelasdosinformacionessondeltodociertas…yconsuerte,tampocofalsas…peronosabríamosdiferenciarlounodelootropormásquelointentáramos-Fernandolomiróconfirmezapornoquereradmitiraquellarealidad-.Eneste caso…ha sido la Iglesia quien ha escrito laHistoria hasta hace unsigloescaso.Esciertoque,porejemplo,Cluny,comotal,noexistía,peroya era un lugar de gran relevancia comercial y, por lo tanto, había unagran comunidad religiosa. El mismo Monasterio de Huelgas data delSiglo XII, pero está erigido sobre uno anterior y menor que sedenominaba“huelgas”porserlugarderecreodereyes.Ydime,sitodaslas congregaciones eran delmismo signo…¿Por qué habíamultitud deMonasterios en unamisma zona de actuación? ¿Por qué al aparecer unhombrequeaparentabaestartocadoporlasantidadnoselobeatificabasinmásenvezdeutilizarsunombreparadefiniraunaordenenparticular?Laverdadesque lasdiferentescongregacionessehabían idodefiniendodesde el Siglo III después de nuestro Señor Jesucristo. Todas ellas seforjaronentornoaun“Santo”,quenoeraotracosaqueunopositorquefue quebrando a la iglesia en diversas ramificaciones…y, a raíz de las

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disputasquesurgieronapartirdelSigloVII,unosantesyotrosdespués,Benedictinos, Cistercienses, Franciscanos, Dominicos, Agustinos,Cartujos, Jesuitas y Carmelitas, se fueron concretando y definiendo.Nopudieronsalirdelanadaenmediosiglo.Lacuestiónes…¿Estásdispuestoaolvidarporunmomentoloqueconocesparallegarhastaelfinaldeestahistoria?

Fernando mantuvo el gesto recio y, al cabo de unos segundos,asintió.

-Sí.Tieneustedrazón.Alfredosonrió.-Aunque también podemos omitir todo lo referente a órdenes, a

templariosyaciudadesyhablarde“individuos”,de“algúnmomentodelpasado”y“lugares”.Seguroqueasí lahistoriaencajaríaa laperfeccióncontaraloquecontara.

Los dos se miraron y Fernando volvió a asentir con unmovimiento de cabeza esbozando una serena sonrisa. Alfredo posó susojossobrelosiconosydiorespuestaalaúltimapreguntadeFernando:

-Esosdos iconosquehassidocapazdedescubrirenesa imagengris…enrealidadsondeotrocolormuydiferentea losdemás.Poresonofiguranenningúnsitio.Latorre,parecehablardealgunafortalezadelos Pirineos y el otro rasgo es una incógnita. Sin embargo, si vieras elmapaencolor,comprobaríasquehayotroelementoquenoencaja.

-¿Cuál?-seintrigó.- El triángulo de Alejandría -afirmó Alfredo con un timbre de

emociónenlavoz.-¿Porquénoencaja?-seextrañó.- Fernando, no me defraudes. La muchacha, con mucha menos

informaciónquetú,revisóestemapaenblancoynegroyvinoahacermelapreguntaquemeabriólosojos.

- Bueno, por lo visto usted tampoco había sido capaz de darsecuentadeello-sedefendióalcontraataque.

- Tienes razón… -se ruborizó Alfredo-… sólo que yo no meconsideraba mejor que tú, pero a ti sí que te considero mejor que esachica.

-¿Quépreguntafueesa?-seapresuróapreguntarFernandoantesdeencontrarseenlapeliagudasituacióndequesucomportamientohicieramellaenAlfredo.

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-MepreguntóquesihabíauntriánguloenelsuelodelMonasteriodeSanPablo.

-¿Yesoquepuedeimportar?-preguntóobtuso.- Pues… si hubiera habido un gran triángulo junto a la cruz,

querría decir que el Monasterio de San Pablo sería el equivalente aAlejandría.Y,porlotanto,queeltesoroseencontraría,hoyporhoy,justodebajodelMuseodondesehanempeñadoenvolveraconstruir…

-Talvez-leinterrumpióFernandoconentusiasmo-,talvez…estánconstruyendoparadejarlaposibilidaddeseguirinvestigandobajotierra-dijo,llegandoalamismaconclusiónalaqueyahabíanllegadoAlfredo,ManuelyAndrea-.Pero…¿NohabíamosquedadoenqueeseMonasteriosíequivalíaaAlejandría?-seextrañó.

- Sí -confirmó-. Pero sólo para usarlo como un nuevo punto departida.

-Nocomprendo-admitióFernandodesorientado.-Que,DonDiegoPorcelos,tomólastrazasdelplanoyelaboróel

urbanismo de Burgos encontrando un punto final: el delMonasterio deSan Pablo. Pero no se quedó ahí, sino que tomó eseMonasterio comonuevopuntodepartidaparaelaborarunnuevocanon.

-¿Unnuevocanon?-Sí.Unanuevamedida.Unanuevaubicacióndelospuntos.Verás.

AndreamepreguntósihabíatriánguloenelsuelodeeseMonasterio.Perono lo había.Sin embargo, lo que sí había era ungranmosaico condoscrucesgriegasentrelazadasformandounagranflorgeométrica.Locualdemuestra dos cosas: que Burgos es la cruz donde tenía que llegar eltesoroyqueelMonasterioeslacruzdeAlejandríaenelurbanismodelaciudad. -siguió explicando Alfredo intentando desliar una madeja queparecía comenzar a liarse por el otro lado-. Pero había algomás en elsuelo de San Pablo. En el centro de las cruces entrelazadas, habíarepresentadounCáliz,yaloslados,laimagendeunleónrampanteydeungrifo.Comoenestepuntodeaquí -señalóel lugarqueAndreahabíaidentificadocomoAviñón-.Por lo tanto,hayquevolveraencontrarunanueva ubicación de las cosas y de los puntos teniendo en cuenta que elpunto de Aviñón es San Pablo. Y siendo así… ahora tenemos quedescubrirelrestodelospuntosparasaberaquélugarcorrespondelacruzdeAlejandría.

-NomehagasufrirmásPadreAlfredo-lesolicitóFernandoqueal

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límiteestabadedevorarselasuñas.- Aquí es donde entra en juego el icono de la torre y el otro

triángulo. Tanto la torre, como ese símbolo indescifrable, como esetriángulo…creoquefueronconfeccionadosporDonDiegoPorcelos.Alverestatorre,comotehedicho,siemprehabíapensado,ycomoyotodoel mundo a lo largo de la Historia, que podía ser un lugar defensivosituadoentreEspañayFrancia,perograciasaqueAndreadiorelevanciaaltriángulodichoso,sedespertóenmílachispa.Sabíadeunlugardonde,en la época románica, el suelo de la iglesia tenía ungran triángulo conunacruzgriegaenelinterior.Entonces,coloquéelpuntodeAviñónsobreSanPabloenunafotodeBurgos…quierodecir,dondeestuvoSanPablo,sobrelasobrasdelMuseodelaEvoluciónhoyendía…ehicecoincidireldibujo de la torre con el Castillo de la ciudad y, sorprendentemente, elánguloquetraza“lasendadeloselefantes”correspondeconelrincónqueocupalacolinadondeseelevadichocastillo…elpuntoquecorrespondeaBurgosseposaperfectamentesobreelMonasteriodeLasHuelgasy losdemás puntos se dispersan por lo que fueron las primeras ermitas eiglesiasquehuboenestazona.LosdospuntosdelaPlazaMayorsesitúancomounguante sobre loque fueraelMonasteriodeSanFranciscoyelotro sobre lo que fuera el de SanPablo. Lo que dibuja la PlazaMayor,resultaser laBurgosprimitivay loquedemarcaa laPlazadelMercadoMayor lo que fue Gamonal en sus inicios, que era una poblaciónindependiente.AquellosMonasteriosdispersos,queofrecíansalvaguardaalosperegrinosyfielesquedeambulabanporestastierras,loúnicoquepretendíaneradarsentidoalmapa.-Alfredocesódehablar,diounlargotragodeaguayvolvióaseñalara lapantalla-.Abre lasiguiente imagenconelprograma.

Fernandoabrióuna imagendeBurgos tomadadesdemuchomáslejos,descargadadeinternetsinduda.

-Alejandría, coincide con unMonasterio donde losmusulmanesasesinaron a los doscientos monjes que residían allí. Cosa que no erahabitualen losactosde losmusulmanes,quesolíandominar los lugaressometiendoalosprisioneros.

- Claro –intervino Fernando-. Salvo en aquellos sitios dondeencontrabanresistenciahostil.

- Exacto –afirmó el anciano-. En esos sitios lo que hacían eraejecutarasusoponentes.Esonosdalaposibilidaddequeaquellosmonjes

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fueranPobresCaballerosdeCristo.-¿Ustedcree?–dudóeljoven.- Pero muchacho... ¿Dónde se ha visto que un monje sencillo y

humilde alzara armas mortales contra hombre alguno? Pero, además,plantéate lo siguiente: un Caballero de Cristo no mataba por su propiacausa.¿Entonces?

- Entonces –respondió Fernando, inseguro-... debían estardefendiendoalgomuchomásimportantequesusdoscientasvidas.

-Posiblementeungrantesorosacro.¿No?–inquirióAlfredo.-Entonces,esposiblequelosmusulmanesrobaranesetesoro-se

alarmóFernando.-Sihubierasidoasí,lohabríamossabidodesdeaquelmomento.Es

más, en la actualidad nos lo seguirían restregando -afirmó Alfredo-.Podrían haber menoscabado la veracidad e integridad de esta SantaInstitución.

-Bueno...talvez,enesecaso,yanoexistiríamos.- Tal vez. Pero lo importante es que ellos arrasaron con todo

porque querían reconducir a losCristianos iconódulos e ignorantes quenoaceptaban laCiencianiconocían la importanciadelUniversopara lavidacotidiana.-Volvióatomaraire-.Peroseencontraroncondoscientosmonjes que se defendieron con armas. Era algo que siempre me habíaadmirado de aquellos hombres, pero ahora comprendo por qué.Y algoqueledamássentidoesquemuyposiblementefueallídondeterminósusdíasDonDiegoPorcelos.

- ¿Está hablando usted del Monasterio de los “doscientosmártires”?–preguntóFernando,untantolento.

-He preparado esa imagen -señaló a la última que había abiertoFernando-,alaescalanecesariaparaqueencajeconlastrazasdelmapa.

Fernando abrió la imagen y superpuso el trazado del mapa. Sequedópetrificado.Comprobóque,realmente,eltrazolibrabaalcastilloyllegabahastaLasHuelgas,talycomolehabíadichoAlfredo.

- Cabe la posibilidad de que, como habíamos pensado todos, eltrazadosehubierahechodespuésdelaciudady,porlotanto, todofuerapurapatraña.Sinembargo,olvidandoloreferentealmapa…¿Noesmuycurioso que la misma traza que dibuja las primeras calles que secimentaron en esta ciudad, a su vez encaje en estas dimensiones? ¿Queindique el punto donde se encuentra “Las Huelgas”, que suba hasta el

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castillo, lo libre y dibuje los recintos donde se extendió Burgos yGamonal?Paraserunacasualidad…meresultaexcesiva.

-PortodoslosSantos-sealteróFernando-,aquíestáelMonasterioderruido de San Francisco… San Pablo… La Antigua… parecedescentrada laubicacióndeGamonalpero teniendoencuenta loamorfaqueresultalacartografíadelmomento-FernandoparecíaaceptartodoloqueAlfredolehabíaestadorelatando.

-UnacosaesdóndeseubicaronlasprincipalesCongregacionesdeGamonal y otra hacia dónde se extendieron los arrabales y el poblado.Lógicamente, era más práctico crecer hacia la ciudad fortificada queprontoseríaunlugardereferencia.

-Hombre… la de arriba del todo seguramente sea laAntigua deGamonal-aceptóFernando.

-Mejordicho…¡Es!Perodelaoriginariaiglesiasóloquedaunapiedra. Lo demás es del siglo XV, si no recuerdo mal -dijo Alfredoerrandoenunsiglohaciaarriba.

- Y esta de abajo… será la Cartuja -dijo sorprendido al irencontrandotodosloslugaresconocidos.

- Pero laCartuja no pudo ser planificada por Porcelos.Data delSigloXV-seinterrogóAlfredo.

-Peroallíhubounaermitaantes-aseguróFernando.-Nomeconsta…-Amísí-lointerrumpió-.HiceunatesissobreelpadredeIsabel

I…Juntoalaermita,queeradelSigloIX,mandóedificaralosCartujosunPalacio,asíasistíaalcultosintenerquedesplazarse,pueseraunparajeíntimo y tranquilo. En el siglo XV, ardió todo y quedó destruido. Fueentonces cuando Juan II de Castilla mandó edificar La Cartuja que hoyconocemos.

-Puestodoencaja.-dijosatisfechoAlfredo-.Nosfaltaríasaberquéotrastrescapillasseencontrabanenesosotrostrespuntos...Elcaso…esque ese triángulo en el suelo de unMonasterio existió.YAndreame lopreguntósinsaberlo.Aunque,delcomplejomonacaloriginal,sóloquedalatorre.Todolodemásesmuyposteriorasuorigen.

-¿Dónde?¿EnelMonasteriocuyosmonjesfueronasesinadosporlosmusulmanes?-insistióFernando,quenohabíarecibidorespuestaensuprimerintento-.¿EnSanPedrodeCardeña?-preguntódemaneradirecta.

-Sí…SanPedrodeCardeña.

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Fernandomiróelmapa.AlverBurgosporcompletoyquesobreélsedesarrollabantodos

los puntos que circulaban en el Mapa de Herodoto desde la PenínsulaIbéricahastaGrecia,sehabíaolvidadodemirarelmásalejadodetodos,alsurestedelafotografía,quequedabaescondidofueradelapantalladelordenador, elquecorrespondíaconAlejandríaydefinía laubicacióndeunMonasterioconstruidoenlamismafechaquelafundacióndelaciudad.

UnMonasterioqueestabasituadoenmitaddeningúnsitio.Alqueno llevabaningúncaminonotorio en la comunicaciónde aquella época.Lejosdecualquiercalzadaromanadelasdeantaño.

Almomento, Fernando deslizó la fotografía hacia arriba y pudovercómo,elpuntomásmeridional,seposabacontotalclaridadsobreelMonasteriodeSanPedrodeCardeña.

-¿DeverdadustedcreequeeneseMonasterioestá…AlfredomiróaFernandoconunbrillodeemociónensusojosy,

conuntonotriunfanteenlavoz,lerespondió:-Estoyconvencidodeello.- ¿Qué vamos a hacer? -sonrío sin remedio, contagiado de la

turbacióndeAlfredo.- Rescatarlo. Por supuesto -aseguró con quijotesca pose-. Nadie

debesabernadadeestohastaqueestéabuenrecaudo.Esmás.DeberíamospresentarloenelVaticanoantesdehacerlecomentarioalgunoanadie.Haydemasiadosinteresadosenencontrarlodesdehaceoncesiglos.

10. CODICIA

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ElpadreÁngelestabaimpacienteporconocerlosentresijosdelainvestigaciónquehabíallevadoacabolajovenAndrea.

Llegó a la calle Martínez del Campo, donde se encontraba elObispado,yseabrióespacioenunagranmesadeunode losdespachosqueacostumbrabaautilizar.

Habíapasadode largo launade lamadrugaday todoel edificioestaba en silencio.Sólo se oía el susurrode los folios que friccionabanligeramenteentresíyalgúnpasosilenciosodeÁngelmoviéndosedeunladoaotrodelamesa.Lospasillosestabanoscurosyvacíos.

Cuandomás absorto estaba enorganizar el rompecabezas que seencontraba frente a él, unos tacones sosegados se acercaron hasta lapuerta.Ángelhizoademándeamontonarlosdocumentosparaocultarlosdelavista,peroerademasiadotarde.

-MonseñorGregorio -se agitóÁngel perdiendo la entereza queexhibíanormalmente.

-PadreÁngel.¡Quésorpresa!-seacercóparsimoniosoelhombre-.Su Excelencia Monseñor Francisco se ha ausentado pronto, para migusto… yo no puedo dormir hasta bien entrada la noche, viene siendodemasiadohabitualenlosúltimosmeses.Pereheoídomovimiento…

-Sientosilohemolestado-sedisculpó.- No, en modo alguno -dijo con serenidad-. Siento si te he

importunado.Se fue acercando el Obispo, titular de otra Diócesis, y mirando

detenidamentealamesayalasmanosdeÁngel,lepreguntó:-¿Quéestodoesoquetienesahí?-Nada,Monseñor.Nadaquedebaquitaroselsueño-seapresuróa

decirÁngelconunasonrisaceremoniosa.- Si a ti te ha quitado el sueño, seguro que yo también estoy

interesadoenloqueestéplasmadoenesospapelesqueatesoras.Ángelmiróhaciasusmanos,queparecíanquererabrazarlashojas

queseleresbalabanporloslados.-Simplemente…sonelucubracionesfantasiosasdeunaestudiante

deuniversidad -respondióÁngel reposando su actitudydepositando losdibujossobrelamesa.

GregorioseacercóaÁngelrodeandolamesasinquitarlavistadelos documentos. Pareció reconocer algunos rasgos porqueinmediatamentefruncióelceño.

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-ElmapadeDonDiego-dijoenunsusurro.LevantólavistayladirigióhaciaÁngel.-¿Unaestudianteteníatodoestoensusmanos?-indagó.Ángelasintióconungestotímidodecabeza.- ¿De dónde lo ha sacado? -se interesó Gregorio con tono

preocupado.-Delaciudad,Monseñor.-aseguróÁngeldejandoaflorarunápice

desualtivezhabitual.-¿Quéhayenlaciudadquelehayainducidoapensarnadadeesto?Ángel extendió los bocetos de las esculturas del puente de San

Pablo, la listaqueAndreahabíahechodelospersonajesrepresentadosylos iconos que las acompañaban como atributos. A Gregorio se lehicieronpequeñoslosojosviendoaquellofrenteaél.

- Nunca me había fijado en esta circunstancia. Habré visto unadecenadeveceslasestatuas…perojamásrelacionéesasimágenesconelmapadeDiegoPorcelos-asegurabasindejardepasarhojatrashoja.

-Puesaúnhaymás,Monseñor-informóÁngelque,descubiertoenplena madrugada, poco iba a poder ocultar ya-. La muchacha pidióinformaciónaunpárrocoy,metemo,queélsabealgoquenoestáaquí.

GregoriomiróconseveridadaÁngel.-¿Dequiénsetrata?-interrogó.-DelveteranoPadreAlfredo,pertenecientea laparroquiadeSan

GilAbad-respondióalmomentoconvozapagada.- ¿Por qué sospechas que un anciano iba a querer ocultar algo?

¿Hashabladoconéldeesto?-Sí-admitióÁngel-.Lachicamurióenunterribleaccidenteyme

vi obligado a saber de qué habían hablado para poder consolar a sufamilia y comprender qué hacía en Madrid cuando debía estar en laresidenciaGildeSiloéaquellamañana.

-¿Y…?-seexasperóGregorio.- Y, cuando le comenté lo referente al mapa… el viejo le quitó

importancia a toda prisa, se excusó reiteradamente y hablóconcienzudamente de falacia -hizo una breve pausa para cerciorarse deque su mensaje escondido calaba en el pensamiento noctívago deMonseñor Gregorio-… y me intentó convencer de que dejara deinvestigaralgoqueeracasiimposibledeaveriguar.

GregoriosequedópensativotrasescucharlaspalabrasdeÁngel.

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- ¿Y tú crees de verdad queDonAlfredo puede saber algo de laexistenciadelasReliquias?-preguntóconunbrilloresplandecienteensusretinas,turbiasporunaleveveladuragris.

-YocreoqueelPadreAlfredoquiere irenbuscadel tesoroalládondeesté-aseveróÁngel.

-¿Eltesoro?-SonrióGregoriocomosicreyeraqueÁngelestabafueradesuscabales-.¿PiensasqueuncuradeesaedadibaarecorrertodaEuropa en busca de un “tesoro”? ¿Acaso crees que querrá buscarcomprador?

-No-pronunciócontotalseguridadÁngel-.CreoquequierebeberdelCáliz.

-¿BeberdelCáliz?-seburló.-Exacto-insistióÁngel-.Enbuscadelaeternidad.- No seas necio Ángel. De existir el Cáliz -Ángel le lanzó una

miradaacusadoraalescuchartalblasfemia-…deencontrarse,queríadecir-corrigióGregorio-,todoelmundosabequeesunsuicidiobeberdeél.

-Yotengolaconviccióndequeno,Monseñor.Creoquelapremisaescontradictoria-aseguróÁngelconunasonrisatriunfal-.Puedeserquedar un sorbo del Cáliz le conceda la inmortalidad a aquél que tenga elalmaplenaylibredeculpa…peroqueconelmismoagua,benditaenlamismapilayporelmismosiervodeDios…puedamorirelimpuro…elambiciosooelpecador…creoquehayunalargafábulaqueloúnicoquebuscaesquenadiepretendabeber.Esdecir:quenadieseatrevaatirarlaprimerapiedrayque,porlotanto,nadiecobresuinmortalidad.Elpecado,sepagaráeldíadeljuicio.

Los ojos deGregorio rutilaron con la sonrisa deÁngel. Parecíatenersentidoaquelloqueplanteabapero,apesardetodo, lasupersticiónpesaba demasiado en una casa plagada de antiguas leyendas, dogmasincuestionablesytradicionesancestrales.

-Por si acaso,meconformaré con saberque aún existe elSantoGrialentreloshombres-sofrenósusimpulsosGregorio.

- Por el momento, Monseñor, yo mismo, que no estoy libre depecados, tomaré el primer sorbo si me lo permitís y de ese modo meprestáiselhonordehacerlo-solicitócomplaciente.

-Yojamásteinduciríaalamuerte,miqueridoamigo.Perosiasílodeseas…eresdueñode tuspropiosactos -aceptóGregorio, temerosodeDios.

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ÁngelsedispusoarecogertodaslasláminasdesperdigadasporlamesayGregorio,quehabíahechomencióndemarchar,segiróhaciaéldenuevo.

-TalvezmeacerqueporlatardeahablarconelPadreAlfredo.Ángelasintióconformepero,alinstant,efruncióelceñodubitativo

ydijoalfin:- O… tal vez… mejor no. Tenga en cuenta que, si tiene algún

interés personal, se puede cerrar en banda y dormir su información e,incluso, siendounhombrede tan avanzada edad… llevarse esapreciadainformaciónalasepultura.

Gregorio describió un gesto incómodo al escuchar aquellaspalabrasdeÁngel,perolasrecibiócomounbuenconsejo.

- Entonces… ¿Qué ibas a hacer tú? -se atañó por los planes queteníaÁngelantesdesuinesperadaaparición.

-YoqueríaverquépasosdaAlfredoapartirdeahora.-¿Mañanatepareceprecipitado?-inquirióGregoriodemostrando

suimpaciencia.-Talvezmañananisiquierahaya tomadounadecisiónsiconoce

esta información desde hoy. Pero igual sí que tenemos que comenzar aobservarlodeinmediatoparanoperderleelpaso-aceptóÁngel.

-Bien, pues… tenme informado.QueDios te reserve largavida,descansa.

-SuExcelencia…-Sedespidióacompañadodeunareverencia.Gregorio marchó sabiendo que Ángel le haría estar enterado

porque,asuvez,ÁngelsabíaquedesdeesemomentocomenzaríaatenerunasombraocultaporlosrinconesdeBurgos.

11. OBSERVADOS

Eranlassietedelamañanadelmartes.Latemperaturaenlascalles

habíaalcanzadomínimoshistóricosyelaguasehabíacongeladodentrodelascañeríashaciéndolasestallar.

Los becados se encontraban abrigados bajo las mantas en sus

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habitacionesdelalbergueynoesperabandespertarsehasta lasdiezde lamañana, porque habían trasnochado preocupados por la noticia de lamuertedesucompañerayporladesaparicióndeManuel.

Sinembargo,loscochesdelapolicíasecretaocuparonelaccesoalalbergueylaspisadasdelosefectivospolicialesretumbaronportodosloscorredoresdeledificio.Alpoco,comenzaronallamaralashabitacionesde los jóvenes.Loshicieronvestirsea laesperadequese les reclamaraparacontestaraunascuantaspreguntas.

Al interrogar al segundo de los diseñadores, los investigadorestuvieronclaroquenohabíanadaqueimplicaraatodoelgrupoyafinaronmás las preguntas reduciendo sustancialmente el cuestionario. Noobstante,cuandollegaronaSonia,selovolvieronareplantear.Lajoven,sin parpadear siquiera, reveló algo que los oficiales tal vez esperabanhaberhalladoenlasrespuestasdelosdemás:

-DonManuelyesachica,Andrea,compartíanalgomásíntimoquelosligabadealgunamanera-aseguróSonia.

-¿Porquécreeustedeso?-seinteresóeloficial.-Porqueellanoserelacionabaconnosotrosy,sinembargo,élse

encontrabaconellaenelMuseoasolas.Charlabanalejadosdelosdemásen la cafetería… y sus bocetos y anotaciones estaban notablementeavanzadosconrespectoalasdelrestodeloscompañeros.

-¿Todoesto,lopuedecorroboraralgunodelosbecados?- Por supuesto, todos vimos cómo actuaban los dos -aseguró

Sonia.-Muybien.Graciasporsuinformación,puederetirarse.Soniasalióde lahabitaciónyeloficialdemayoredad,Mariano,

solicitó que volvieran a comparecer el resto de chicos. Todos ellosrecibieron las mismas preguntas y todas referidas a cuándo y cómo seencontrabanManuelyAndrea.Entonces,cadaunoporsucuentayconsuspropiaspalabras,aunquetodossindarlelamenorimportancia,acertaronacontarlosmismosdetalles,aquéllosqueyarelataraSonia.

Cuando terminaron con la rueda de preguntas,Mariano reunió atodos los efectivos en la cafetería de la residencia y diseñó un plan deactuación.

- José Antonio, Carlos, quiero que consigáis su número deteléfonomóvil,eldesudespachoyeldesucasayquereviséistodaslasllamadas de la última semana. Uno las recibidas y otro las enviadas.

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Alonso,Rosa,vosotrosaveriguadsi lachica tenía teléfonoysi lo tenía,averiguadlomismo,poneosencontactoconlaComisaríadeMadrid talvez ya hayan procedido de esta manera… quiero investigar todas lascoincidenciasya todoslosnúmerosa losquesehayallamadorepetidasveces. Después, rastread las llamadas que se hayan hecho desde esosnúmerosenlosúltimosdíasylasllamadasqueManuelyAndrealeshayanhechoaellosenlosúltimosseismeses.Talvezyaseconocíanyestabecaha sido una farsa para acercarse con facilidad sin levantar sospechas.Localizadalosdueñosdelosnúmerosquenotenganrelaciónconsuvidacotidiana, es decir, que no aparezcan antes del comienzo de la beca.Andrés y Óscar, id al Ayuntamiento e interrogad a toda la gente de sudespachoyalconcejaldeurbanismo.CarmenyJavi,idaverasuesposa.Yoestarélocalizableenelmóvil.

Losoficialesabandonaronlaresidenciayloscochessedirigieron,cadauno,paraunpuntodelaciudad.

Marianoseencaminóhacialahabitación,dondeloscientíficosdelcuerpo intentaban encontrar pruebas que nadie podía imaginar queexistieran. Un momento después de comprobar que todos estabanatareados,bajólasescalerashacialasalidamientrasextraíadeunbolsillounacajetilladetabacoquellevóalaboca.Uncigarrilloseprendiódeloslabios,ásperosymagulladosporelfríosecodelaciudad.

-Disculpe…-loreclamóAntonio,elbedel.Marianolomiródetenidamente,sacóunmecherodelotrobolsillo

del abrigo, encendióuna llamay la acercóal cigarro.Antonioesperabaqueleprocuraraatencióndeunmodomásevidenteantesdemolestarlodenuevo.

Mariano, cogióel cigarrocondelicadeza,diounacaladapotenteque abrasó las hebras liadas del canutillo de papel en un destelloincandescente,eintentóquitárselodelaboca.Lecostóungranesfuerzoyunpedazodepieldellabioinferior.Alinstante,comenzóasangrary,conelgestoagriado,sedirigióhaciaAntonio.

-Dígame-pronunciósindejarsalirelhumoaspiradomientrasselamíalaherida.

- Pasaron cosasmuy extrañas ayer ¿Eh? -le dijo de pronto, sinpreámbulos-.NuncahabíavistoaDonManuelasí.¿Sabe?

-¿Así,cómo?-indagóelpolicía,queaúnseescocíadelpequeñodesgarrodelabocayretirabaeltrozodepieldelaboquilladelcigarro.

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-Pues…primero…lachicasehabíaidoelviernesdeimproviso¿Eh?Sindecírseloanadie.Después,ayerporlamañana,vinoDonManueldirectamentehacialahabitacióndeellasinsaludarmetansiquiera-explicóconlamiradaextraviada.

-¿Creeustedquehabíaalgúntipoderelaciónentreellos?- No, noooo, no lo creo -dijo con seguridad, a pesar deutilizar

una palabra que denotaba duda-. Ella se encerraba en su cuarto por lasnoches.¿Sabe?YporeldíaseibaarecorrerBurgosmientrasDonManuelibayvenía.No–sereafirmó-.Además,lariñócomoaunaniñaunpardeveces.¿Entiende?Yellaactuócomoactuaríaconcualquierprofesor,conrabia,peronoparecíahaberresentimientopersonal.

- ¿Cómo puede asegurar eso tan tajantemente? -se extrañóMariano mirando con suspicacia a Antonio, que no aparentaba ser unhombredoctoprecisamente.

- Porque, aquí, en la residencia, se ve de todo... ¿Sabe? Y esascosasacabansaltandoalavistadeunhombrecomoyo,despuésdetantosañosviendo...pues...esascosas–admitióturbado,porlamiradainquirentedel policía-.Ymás cuando se trata de una alumna y un hombre casado.Ustedmeentiende¿No?

-Entonces…¿QuéibaabuscaralahabitacióndeAndrea?- Pues, esoes locurioso -comentóenun susurroencorvando la

espalda y arrugando la mirada-. Quería entrar a toda costa a revisarla.¿Eh?Cuandoledijequeellanoestabadesdeelviernes,quisoentrarparaasegurarsedequenosehabíallevadotodassuspertenencias.¿Sabe?Peromenegué,porsupuesto.Y,después,cuandosupoquehabíamuertoyvinoelcurapreguntandoporella...¿Eh?Quisoque lospermitierasubira losdos con la excusa de buscar algo referente al proyecto que estabaelaborando.

-¿Nosabeloquequeríabuscar?-insistióAlfredo.- Algo referente a la investigación que estaba haciendo la chica

¿Sabe?Porque se interesómuchopor loquepudiera tener el cura en lacarpetaquetraíaparaella-informóAntonioconperfectaexactitud.

- ¿Qué cura era ese? -se extrañó-. ¿Y de qué conocía a lamuchacha?

-Porlovisto–vaciló-.Vamos,comentóelcura,quelachicalofuea visitar a su parroquia para preguntarle alguna cosa…y creo que dijoqueeradeLaAntiguadeGamonal.

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-DelaAntigua…-repitióMarianomirandohaciaelexterior.-No,peronoerade laAntigua.No. -Antoniocogiódelbrazoa

Alfredo con cierta inquietud-. Seme olvidaba. ¿Sabe?Manuel fue en subusca¿Eh?Porqueelcuraseleescapó.

-¿Queelcuraseleescapó?-dijoMariano,atónito.- Sí. Llamaron a Don Manuel al teléfono ¿Sabe? Y el cura se

marchó.DonManuelsefueabuscarloaLaAntigua¿Eh?Peroelcuranoeradeallí.

-¿Dedóndeera?-seinteresóAlfredocomenzándoseadesesperar.- No lo sé. Pero, unos minutos después de que DonManuel se

fuera…¿Sabe?Unamediahoraoasí,unhombrelollamóalteléfonodela residencia.Yo le respondíqueDonManuelnoestabaperoélmedijoque sí, que estaba a punto de entrar por la puerta ¿Comprende?… -MarianoentornólosojosintentandohacerseunaideadeloqueAntoniolecontaba-. Y así fue -continuó-. Al momento. ¿Eh? Entró Don Manuel.¿Sabeusted?Alponersealteléfonoledijoalhombrequenosabíadequéparroquiaerayquenoibaaconfiarenél…¿Entiende?Asíque,digoyoquedebiómentircuandodijoqueeradelaAntigua.

- Entonces… ¿Aquél cura llamó a este teléfono ayer por lamañana?-preguntóMariano.

-Sí-aseguróAntonio.-¿Aquéhora?-Aesodelasoncedelamañana,aproximadamente.Marianosacósuteléfonodelbolsilloehizounallamada.- José Antonio… consígueme los números de teléfono que

llamaron a la residencia Gil de Siloé ayer por la mañana, sobre todoaquellos entre las diez y las doce. -Se calló un instante para escuchar aJoséAntonio-.Nosésibuscamosunmóvilounfijo.

-Unmóvil-susurróAntonio.-¿Qué?-Marianoseparóelteléfonodesurostrounmomento.-Quellamódesdeunmóvil-repitióAntonio.- José Antonio, espera un segundo -le indicó al inspector para

girarsedenuevohaciaAntonioypreguntarle:-¿Cómolosabe?- Porque, al momento de colgar, después de que Don Manuel

salierahaciaelAyuntamiento.¿Sabe?Elmismocurabajóesasescalerasdesdelaprimeraplantaysaliódelaresidenciaconelteléfonoenlamano.

Alfredo no daba crédito a lo que le estaba relatando Antonio y

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pegándoseelteléfonoalaoreja,sedirigióasucompañero:- JoséAntonio,buscaunmóvil.Yestate segurodequeesadebe

ser la primera línea de investigación. -Colgó el teléfono almomento y,girándosehaciaAntonio ledijo: -¿Recuerdaalgomásquepuedaserdeutilidad?

-Ahoramismonosemeocurrenada.-Muybien,hasidodegranayuda.–Marianosacóunatarjetadel

bolsillointeriordesuchaqueta-.Perosiobservaalgoextrañoorecuerdaalgunaotracosa,llámemeaestenúmero...¿Eh?Porfavor.

Antonio accedió con el rostro compungido yMariano abandonódefinitivamentelaResidencia.

Cuandoaúnnohabíandadolasnuevedelamañana,Sararegresaba

dedejaralasniñasenlasconvivenciasorganizadasenelcolegioporlasHermanasConcepcionistas,paraquelospadrespudieranconciliarsuvidalaboralconlasvacacionesnavideñas.

Alaccederasucalle,frentealaverjadesucasa,descubrióadospersonasvestidasdetrajequeseencontrabanapostadasenelenrejado.

Aparcócondelicadeza,saliódelcochey,alacercarsealaentrada,las dos personas, hombre y mujer, se le aproximaron mostrándole suscredenciales.

- Buenos días. Somos los inspectores Carmen y Javier –sepronuncióelhombre-.Necesitamoshacerleunaspreguntas.

-¿Esmimarido?-seasustóSara.Losagentessemiraron,silenciosos.-Esparasaberdóndeseencuentrasumarido-respondióella.- No lo sé -sollozó congestionada-. Se marchó el sábado y no

regresó…-Sefueelsábado.¿Dóndefue?-inquirióJavier.-Espera.¿Podemospasardentro,asucasa?Asíhablaremoscon

más…intimidad-solicitóCarmen.Saraafirmóconlacabezamientrassacabalasllavesparaabrirla

puerta.Unavezdentro,prosiguieronelinterrogatorio.-¿Sabeusteddóndefuesumarido?- Se marchó porque discutimos por una tontería… y antes de

comer,cuandoregresédelparqueconlasniñasyanoestaba.-Losojossele empañaron almomento y comenzó a vocalizar con cierta dificultad-.

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Habíamosquedadoenquemerecogeríaayerporelmediodía…lollamémuchasvecesalaoficina,alaresidencia,almóvil…peronodiconélenningúnmomento a pesar de que, tras cada llamada a un sitio o a otro,siempre me indicaban que acababa de estar allí. -Se dejó llevar por unllantoamargoypesaroso.

-¿ConoceustedaAndreaMartínez?-Espetóelinspector.-¿Andrea?-Saraselimpiólaslágrimasconunpañueloysesonó

lanariz-.¿Lachicadelabeca?-¿SabeustedquiénesSoniaArauzo…yAlfredoAntón?-No.¿Quiénesson?-preguntódesorientada.LosinspectoressevolvieronamiraralcerciorarsedequeManuel

no hablaba de ningún otro becado salvo de la propia Andrea. Aunqueaquellotambiénresultabaextraño.

- ¿Qué nos puede decir de Andrea Martínez? -preguntó lainspectora.

-Pues…esunadelasbecadasparaunproyectopropuestopormimarido… Esa chica parece tener algo especial para la arquitectura yManuelveníailusionadoconellaporquesuponíaqueibaaserunéxitosiera capaz de finalizar el proyecto con la brillantez con la que lo habíacomenzado.

- Doña Sara -dijo Carmen-… no pretendo alarmarla, pues enmodo alguno hay indicios de nada de lo que le voy a preguntar… sóloquieroconocersupercepciónalrespecto.

- Dígame -se prestó Sara conservando un tono de voz frágil yafectado.

-¿Desconfiabadesuesposo?-No-respondiótajante-.JamáshedesconfiadodeManuel.-¿Porquédiscutieronelsábado?-Poralgosinimportancia…-volvióalagrimear-.Lehiceverque

unasuntoqueleandabarondandolacabezaeraunalocurasinfundamentoyseofendió…nosupehablarlecontacto.

- Aquelasunto…¿Teníaalgoquevercon labecaoconAndreaMartínez?-preguntóalmomentoCarmen.

Saramiróalosinspectoresconpesadumbreyelceñoplegado.- No.En realidad no tenía que ver con ella pero sí que fue ella

quien le metió en la cabeza una historia absurda sobre un tesoro o unmapadeuntesoroonoséqué.

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-¿Sintiócelos?-indagóJavier.-¡No!Jamásmehadadorazonesparadudardeél.- Dígame. ¿Sabe dónde se encuentra sumarido, Sara? -volvió a

preguntarJavierpero,aquellavez,conuntonopausado,comosiquisierasersuconfidente.

-¿Quéinsinúa?¿Acasocreequeyohematadoamimarido?-sealarmóSararompiendoallorardesconsoladamente.

-Yonohepretendidodecireso-seescabullóelhombre.- ¿Dónde estaba usted el viernes por la mañana? -preguntó

Carmen.-¿Elviernes?Estaba…pues…dependedeaquéhora…oconmi

madreenrehabilitacióno…paseandoporElParralollevandoamishijasaclase.

-¿SeguroquenoestuvoenMadridaesodelasdiezdelamañana?-No.Alasochodejéamishijasenelcolegioyalasdiezymedia

llevéamimadrearehabilitación-repitióSara.-¿Tienetestigosquecertifiquenquealasdiezymediaestuvocon

sumadre?-Porsupuestoquesí,todoelpersonaldelcentroderehabilitación.

¿Mequierendecirquésucede?-preguntóalterada.-Verá.Nopodemos localizarasumaridoy necesitamoshablar

conélparasaberquérelaciónpuedetenerconAndreaMartínez.-Lepedimosquesemantengacercadelteléfonoyque,porfavor,

noabandonelaciudad-lesolicitóCarmen-.Ysitienealgunanoticiadesumaridoorecuerdaalgoquepudieraserimportante,llameaestenúmero.

Carmen le entregóuna tarjetayambos inspectores salieronde lacasadejandoaSaraconelalmadeshecha.

EnelAyuntamiento,lasdospersonasdestinadasaaveriguaralguna

cosaquepudierailuminarelcaminoalaverdad,sesepararonenbuscadegentequehubieravistoaManuelalolargodeldíaparasaberaquéhoraexactamentedesapareciódelafazdelaTierra.

AndréssedirigióalencuentrodelconcejaldeurbanismoyÓscarrecorriótodoslosdespachosdeledificio.

- Muy buenos días. Soy el inspector Andrés. ¿Tendría unosminutosparahablarsobreManuelVelasco?

El concejal, que se esperaba algo así desde la mañana anterior

Page 168: Lapidem Fundi (Spanish Edition) · suficiente como para que el sopor le hubiera alcanzado un par de horas ... aztecas, sólo pudo hallar decepción cuando, lo primero que se le

cuando había descubierto a Manuel en mentira, se irguió un momentosobrelasillaparamirarfrontalmentealinspector.Alinstante,poniéndosedepie,saludócordialmenteaAndrésyloinvitóasentarsefrenteaél.

-Porsupuesto.Estoyasudisposición.-¿ConocíaaManuelVelascodesdehacemuchotiempo?-Desdeniños.Íbamosjuntosalcolegio…despuésleperdílapista

y hace tres años regresó a Burgos, cuando entró a formar parte de laplantillafuncionarialdelAyuntamiento.

-¿Hablabanregularmente?- Todos losdías.Aunque lamayoríade lasvecesporcuestiones

oficiales.-¿Quédíalovioporúltimavez?-¿Lehapasadoalgo?-seextrañóelconcejalconaquellapregunta

delinspector.- En realidadnosabemosmuybiendóndehapodido ir,poreso

necesitamosseguirtodoslospasosquehadadoenlosúltimosdías.El concejal miró a su mesa de trabajo sobre la que aún se

encontraba el trozo de papel con el listado de los libros que se habíanrecogidodelahabitacióndeAndreaysesentóensusofácomosihubieseestado corriendo durante una hora. Respiró profundamente y lanzó susojossobrelosdeAndrés.

-Laverdad…esqueloviayerymedejómuypreocupado.-¿Porqué?-seintrigóAndrés.- Primero, porque apareció vestido de manera muy extraña.

Siemprevestíatrajeconcorbatayayer,bajolacamisasepodíaadivinaruna camiseta roja de cuello de pico y, bajo ella, una camiseta de cuellocerradodecolorverde.

El concejal se acercó a la puerta para apagar el aire calientemientraseloficialloseguíaconlamiradaylepreguntó:

-¿Ysegundo?- Segundo… tras la muerte de la muchacha -levantó las cejas

lanzándoleunamiradatransparenteaAndrésparaconfirmarquesabíadequién estaba hablando, y aquél, relajado, asintió cerrando los ojoslentamente-.Trassumuerte-continuó-…aparecióaquí.Seríanlasdiezdelamañana.Mepidióqueintercedieraconustedesparaqueledevolvieranlos librosqueél lehabíadejado…¿No leconstaeso?Porque lapolicíahabíaestadoenlahabitacióndelachicarecogiendotodassuspertenencias

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-explicó-.Lolamentablefuequeningunodeloslibroserandeél…sóloque estaba detrás de uno de aquellos ejemplares del que no sabía elnombre. -El concejal levantó la hoja con los títulos y leyó en alto-. “ElMonasterioenImágenes”

-¿Disponemosdeeselibro?-Loignoro-afirmó-.Séqueayerloteníanustedestodopreparado

encomisaríaparahacérselollegaralafamiliadelamuchacha…peronolespuedodecirmás.

-¿SabeustedporquéDonManuelbuscabaeselibroenconcreto?-preguntóAndréssindejardehaceranotacionesenunalibreta.

-No,enrealidad…loúnicoqueparecíentenderfuequelachicahabía encontrado algo en aquel libro en lo que había basado todo suproyecto.Creoquelachicaestabahaciendountrabajoexcepcional.

-¿DequéMonasteriosetrata?-Tampocolosé.MeimaginoquedelMonasteriodeLasHuelgas-

respondió desprovisto de información-. ¡Sobre la historia de Burgos! -dijo el concejal, súbitamente, recordando una frase que pronunciaraManuel-. Me dijo que la chica había encontrado algo en el libro quecambiabalahistoriadeBurgos.

El inspector anotó hasta la última palabra que había dicho elconcejalydioporterminadalaconversación.

-Muybien.Ledejoaquíunatarjetaparaque,siaveriguaalgoorecuerda otra cosa que nos pueda interesar, se pueda poner en contactoconnosotros.

Sedespidiócon lacortesíaacostumbradahaciauncargoelectoyseapresuróareunirseconsucompañeroÓscar.

Óscar,porsuparte,sólohabíaaveriguadoqueManuelhabíaidoytornadovariasvecesalolargodellunesyquelaúltimavezqueseleviopor lospasillos, todos lohabíanvistohablandoconelPadreÁngel.Losdosinspectoressedirigierona lacomisaríaparaponerenconocimientodeMarianotodoloaveriguado.

-Segúncomentantodos…elPadreÁngelllevalosasuntosdelaDiócesisytrataregularmentecontodoslosconcejalesdelAyuntamiento.Asíqueno esdifícil quehubierahabladoen cualquiermomentodel díaconél-explicóÓscar.

-Muybien,sinembargo,meinteresasobremaneralostemasquetrataban -solicitó Mariano-. Hay otro cura involucrado con Manuel y

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Andrea.QuieroqueunodevosotrosvisiteaesetalPadreÁngel…yqueelotro se acerque hasta la parroquia de San Gil Abad y pregunte por elPadre Alfredo. Este último resulta muy intrigante en toda la historia yquieroquelehagáissaberqueestamosenbuscadeManuel,quesabemosque había concertado una cita con él y que conocía a Andrea. No leexpliquéismás.Quieroqueseaélquienhable.

-Además…-intervinoÓscar,quenohabíaterminadodeexplicartodo loquehabíaaveriguado-…el sospechosohasustraídodocumentosdelarchivomunicipal.TodosellosreferentesaobraspúblicasdelaPlazaMayor,delaCasadelCordón,delPuentedeSanPabloytodolorelativoal Monasterio de San Pablo, del Aparcamiento de Caballería y de loscontratosdelMuseoqueseestáconstruyendoallí.

- Eso indica que, seguramente, Manuel estaba aprovechando supuesto para algún interés particular -comentó Mariano-. Marchad conurgencia.Quiero tener cuanto antes las respuestas de esos dos hombressobremimesa.

Andrés,llegóhastaelpequeñoobeliscoquehabíajuntoalaIglesia

deSanGil.Aparcóenelmismolugardondeterminóaccidentadoelcochede

Manuelysedirigióhacialaverjadeaccesoalrecintosiguiendoelmismorecorridoquellevaraelmaltrechohombreveinticuatrohorasatrás.

Al momento sintió un agudo pinchazo en sus fosas nasales. Unacentuadooloraamoniacotrascendíadesdelapiedradeaquellossuelos.Desdelaverja,descendíaunreguerogrisyaseco.Andréssearrodillóyacercó la nariz. Se confirmó su sospecha cuando aspiró sin la menormesura.Sufrenteseinundódeaquelácidoaromaqueparecíaperforarleelcerebro.Lejíayamoniaco,reconoció.

Sereincorporócomounresortey llamóalapuertadela iglesia.Unhombredeavanzadaedadsemostróylosonriósutilmente.

-Buenastardestengausted.¿Quédesea?-VeníaapreguntarporelPadreAlfredo–solicitóexhibiendosus

credenciales.- Está usted hablando con él -respondió abriendo la puerta por

completoyofreciéndoleentrada.-Muchasgracias.Andrésaccedióalacasay,siguiendolasindicacionesdeAlfredo,

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entróenelsalón.-Tomeasientoporfavor-dijogentilmenteAlfredo.-Gracias.-¿Aquéatiendesuvisita,señor?–preguntósolícito.- Verá… -comenzó a hablar sin perder mucho tiempo-, soy el

inspectorAndrés…estoyinvestigandoladesaparicióndeunapersona.-¿Dequién?-sealteróAlfredoconsofocoypreocupación.-¿ConocíaustedaDonManuelVelasco?- Sí.Loconozcodesdeayerpor lamañana.Dehecho,habíamos

quedadoenvernos ayer a lasdosymediade la tardeparahablardeunasunto delMuseo de la Evolución -se apresuró a informar para que nocupiera duda de su franqueza, no fuera a ser que el inspector estuvierabieninformado.

- ¡Ah! -Andrés hizo anotaciones en una libreta y mostrabasatisfacciónporlarespuestatancercanaaloqueélconocía-.¿Ysepuedesaberquéeraesodeloqueibanahablar?

-Puesverá…-Alfredosealejóhacialacocinaparairenbuscadeuna teteraque lo esperabahumeando-.Simedisculpaun instante, voy aporuntéquemeestabapreparando.¿Leapeteceuncaféoalgunacosa?

-No,muchasgracias.Andrésrevisóelsalón, lúgubreycálidoalmismotiempo.Estaba

repleto de imágenes de santos y beatos. Había una cruz adherida a unrosario enorme y, en un rincón, una gran Biblia abierta decoraba unamesitapresididaporunbustodelaVirgen.

-Asíquehadesaparecido…ahoraentiendoquenoviniera.Yameextrañabaconlointeresadoquesehabíamostrado-fuediciendoAlfredodesdelapenumbradelpasillo,entrandoyaenelsalón-Porloquesé…alparecer, Don Manuel había convocado una beca para un proyecto dediseñodelMuseo.-SesentófrenteaAndrésmientrassosteníaunplatoconunamanoylatazaconlaotra-.Unadelasbecadassepresentólasemanapasada en la parroquia preguntándome por cómo eran los suelos delMonasteriodeSanPablo…

-SanPabloeraelMonasterioqueestabadondehoyseconstruyeelMuseo.¿No?-seinteresóAndrés.

-Exactamente-confirmóManuel-.Realmenteellamepreguntósien los suelos del Monasterio había alguna gran cruz griega. Que yorecordaraenaquellosmomentos,nohabíamásqueungrancírculocon

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unaflordibujadadentro.Peroellunesencontréungrabadoquemellamólaatención…

-¿Lotieneamanoparamostrármelo?-leinterrumpióAndrés.- Amano… sí. En la sacristía tengo la carpeta que no llegué a

entregarleaella…porquelapobremurióenunaccidenteenMadrid.-¿Sabeeso?-Sí.Fuialaresidenciajustoenelmomentoenelqueinformaron

aDonManueldelamalanoticia.Espereunmomento,yletraigolahojaquelehabíapreparadoalamuchacha.

Alfredo se levantó y volvió a salir por el pasillo. Aprovechó elpaseoparaliberartensiónyrespirarprofundamente.Caminóconrapidezparaevitarqueelinspectorlosiguiera.Entróenlasacristía,extrajotodoslospapelesdelacarpetaylosguardóentreunoscuantoslibros.Después,cogióaquélalquesehabíareferidoyregresójuntoaAndrés.

- Creo que era un elemento en el que la chica quería basar sudiseño… y, según me comentó Don Manuel, él quería utilizarlo comohomenajeporsumuerte.

Andréscogiólahojayviolaflordiseñadaporlapiedra.-¿Quétienedepeculiar?-Pocacosaenrealidad.Lachicapreguntóporunacruzgriega…

yesaflorestabaformadapordoscrucesgriegasentrelazadas.-Alfredoselas señaló con la punta de un lápiz-. Tal vez es el elemento que ellabuscaba…vayaustedasaberporqué.

¡BLIIIIIIB!SonóelteléfonodeAndrés.EraMariano.-Disculpe,DonAlfredo.-Porfavor–asintiógalante.-Dígame…-reclamóAndréstrasdescolgar.- Andrés -dijo la voz deMariano-, se ha recibido una denuncia

desdeelaeropuertodeBarajas.Uncochehahundidoelmaleterodeotroenelaparcamiento.HaresultadoserelcochedeManuelVelasco.HemosconfirmadoquehatomadounavióncondestinoaBrasil.Terminaconloqueestéshaciendoyregresaparaelaborarelinforme.

-Muybien,inspector…enseguida.AlfredoobservabaaAndrésconatentamirada.- DonAlfredo…creo que ya hemos terminado el cuestionario.

Muchasgraciasporsucortesía.- A mandar, hijo… espero que se encuentre bien. Parecía un

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hombreafectado.-Yotambiénloespero.Buenastardes,padre.-Buenastardes.

Según apuntaban las pruebas desacertadamente, Manuel había

escapadodelpaísylosinterrogatorioscarecíandeexcesivaimportancia.Óscar,en tiempoparaleloalqueAndrésempleóenvisitaraDon

Alfredo, se dirigió al Obispado. Una vez allí, ante él, se presentó unhombre con traje negro y alzacuellos. Era agraciado, alto y esbelto.Mostraba una sonrisa que parecía haber sido tocada por un haz de luzdivina, pues ostentaba serenidad y sosegaba el ánimo de quien lo viera.Sus ojos eran claros y brillantes y la piel se plegaba alrededor en unacogedoryentrañablegesto.

-Buenosdías,mehandichoquepreguntabapormí.- Buenos días. Soy el inspector Óscar y venía a hacerle unas

preguntasenreferenciaaDonManuelVelasco.- ¿Manuel? Por supuesto. -Adoptó un gesto serio y sereno al

tiempo-.Pero…¿Mepuedeinformardelanaturalezadeesaspreguntas?- Verá.DonManuel está siendo investigadopor varias causas y,

además,hadesaparecidoconinformacióndegranimportancia.AlPadreÁngelseleparóelcorazónporuninstante.¿Quépodría

saber la policía sobre aquellos documentos que estaban en su poder enaquelprecisomomento?

- Pues usted dirá. -Se entregó plenamente a la curiosidadinspectorarelajandoeltonodesuvoz.

- En primer lugar… me gustaría saber de qué trataban en susconversaciones.

- Discúlpeme pero… no entiendo ¿A qué conversaciones serefiere?-preguntóextrañado.

- Bueno… nos han comentado que hablaban regularmente en elAyuntamientoyqueustedvisitabasudespachosemanalmente.

- Pues… simplemente hablamos de todo lo relacionado con elurbanismoqueafectaalosterrenosdelaIglesia.

- ¿Sobre el lugar donde se está edificando el Museo de laEvoluciónhablabantambién?

Ángel entornó los ojos inconscientemente, sorprendido por la

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direccióntanconcretaqueparecíantomarlasconsultasdelinspector.-Sí.Dehecho…últimamentenosencontrábamosamenudopara

hablarde…bueno–rectificó-,nodelMuseoensí,sinodelainvestigaciónenlosyacimientosdeAtapuerca.TengaencuentaquelaCajadeAhorrosyMontedePiedad…estáinvirtiendomuchodineroenello.

- Muybien -dijoÓscarmientras anotaba en su libreta signosdetaquigrafía-.¿Cuándofuelaúltimavezquetuvieronconversacionesaeserespecto?

-Pues-dudóÁngel-…creorecordarqueelmartesdelasemanapasada.NosencontramoseneledificioenconstrucciónyhablamossobreunosdocumentosquenecesitaballevaralObispadosobreprevisionesdegastosdelaexcavaciónyesascosas.

Óscar pareció querer sosegar sus ánimos tomando aireprofundamente. Sabía que el día anterior al mediodía el Padre Ángel yManuelseencontraroneneldespachodelsegundo.

-¿ConoceaAndreaMartínez?-Preguntóbruscamente.-No-respondióÁngelsindudaruninstante-.¿Quiénes?-EraunaalumnadelabecaquehabíapromovidoDonManuel.Se

lasolíaverconéllosúltimosdías.-Ahoraquelomenciona…aqueldíaestabaconunajovenque,al

parecer, se había perdido por Burgos y se había descolgado de suscompañeros.

- ¿Le comentó alguna cosa sobre ella o el proyecto que estabaelaborando?

- No… no. Nunca hablábamos de otra cosa que no fueraestrictamenteloquerespectaaIglesia-Ayuntamiento.

-¿DequéhablaronayerustedyDonManuel?-¿Perdón?-seviodesarmadoÁngelalescucharaquellapregunta.-AnteslehepreguntadoquecuándohablóconManuelporúltima

vez sobre los temasque lesocupan…Ustedmeha respondidoquehaceunasemana.-AÁngellepalideciólatezeintentótragarsalivasinqueselenotara-.Ahora,sinembargo,mecomentaquenohablaconéldeotrotemaquenosealoestrictamenteprofesionaly,porlotanto,mepreguntoquéerade loquehablaronayer.Pues…segúnnoshan informado,ustedes,posiblemente,laúltimapersonaenverlo.

-Escierto.Fueunencuentrofugaz.Nisiquierafuiaverloaél…-fruncióelceñoyadoptóuntonomagistralmentecreíble-.Paséjuntoala

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puertadesudespacho justoenelmomentoenelqueélsalíaconmuchaprisa.Hablar…loquesedicehablar…nohablamos.Todosequedóenunsaludo…élmeinformódequeyaestabanpreparadoslosdocumentosquelehabíasolicitadoysemarchó.

-Ya.-Óscarsiguióanotandoconlosmismosrasgosilegibles.-Pero, talveznofuiyoélúltimoenveraManuel.Quizá,aquél

quenosviohablando,losiguióviendodespuésdequenosdespidiéramosélyyo–concluyó,mirandoconfirmezaalinspector.

ÓscarlevantólamiradahacialosojosdeÁngel.-Esposible.¿Ledijohaciadóndesedirigía?-preguntósinhacer

demasiadocasoalcomentariodelPadreÁngel.-No.Simplementesedespidióybajóalaparcamiento.- De acuerdo, pues ya está –finalizó de pronto, guardando su

pluma y la libreta-.Muchas gracias por su tiempo. -Le ofreció lamanoparadespedirse-.De todas formas, si recuerdaalgunacosa, llamea esteteléfono. -Sacó una tarjeta del bolsillo y se la ofreció-. Y, tal vez nosveamoscon lanecesidaddehacerlemáspreguntassobre lasobrasenelMuseodelaEvolución.

-Puesquedoasuenteradisposición.-Sonriófraternalmente.Al despedirse de Ángel, Óscar se acercó hasta el Ayuntamiento.

SubióaldespachodeManuelypreguntóporlaposibilidaddequetuvieranalgunas plazas de aparcamiento reservadas para los trabajadores. Lecomentaronquehabía ungrupode plazas reservadas pero quenohabíauna concreta para nadie. Desde allí, siguió el camino hasta elaparcamientoy,nadamásllegaralazonareservadaparalosfuncionariosycargospúblicos,sintióuninconfundibleoloralejíayamoniaco.Yasehabíadisipadoporeltiempo,peroflotabaenelambientecomosiquisierapermanecerallí,estático.

Sinhallarnada relevante, regresóa lasoficinasy,decamino,unmensajeenelteléfonoleindicóqueMarianolohabíaintentadolocalizar.Unavezquellegójuntoatodossuscompañeros,averiguólarazón.

Unificaron los resultados de los interrogatorios, elaboraron unextenso dossier y archivaron el caso bajo el sello de “En Busca yCaptura”.Sinembargo, enaquellospapelesno figurabandetallesque sehabíanofrecidosinrelevanciaalosojosdelosinspectores.Detallesqueno llegaron a comentar entre ellos por no haberles encontrado relacióncon todo lo demás. Grapadas, todas las hojas de las libretas de los

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oficiales, se sumaron dentro delmismo cajón, casi ilegibles, por hábitomás que por interés o valor documental. Hojas que nadie daría mayorimportancia.

Aquél mismo martes, los becados, a excepción de Sonia,abandonaron la ciudad con pesadumbre y desconcierto. Estabansobrecogidos por las noticias acaecidas y, víctimas de su prolíficaimaginaciónespoleadaporlaescasainformaciónrecibida,semirabanensilenciofigurándoseunahistoriatruculentayescabrosa.

Mientras tanto, Sonia caminaba por la plazamayor, decidida. Sedirigióalayuntamientoy,sinvacilar,preguntóalaprimerapersonaconcaradefuncionario:

- Disculpe... –revisó un papel que portaba en la mano-... ¿La...concejalíadeurbanismo,porfavor?

Elhombre,lamiróconatenciónyledijo:-Sí...mire.¿Veaquellaventanilla?–Soniasiguióconlamiradael

dedodeaquelindividuo-.Allíresponderánatodassusdudas.Elhombre,recogiósubrazotalycomolohabíaextendido,dribló

a la muchacha y se alejó como si nunca le hubiesen hecho preguntaalguna. Sonia, sin darse por aludida, se acercó a la ventanilla deinformaciónydesplególadocumentaciónqueportabaensucarpeta.

-Buenosdías,veníaaponerunaquejaformal.-Buenosdías–respondióunamujersonriente,demiradaexperta-.

Asíqueustedquiereponerunaqueja.- Una queja formal –especificó-. Tengo todo redactado y la

documentaciónpertinente.- Muy bien. Y... esa queja formal... ¿A qué departamento va

destinado?-Aurbanismoporlacancelacióndeunabeca,sinprevioaviso,sin

notificaciónoficialquepropongaunasolución...- Muy bien –intentó intervenir la responsable de atención al

ciudadanosinéxito.- ...con la circunstancia de que el resto de los becados se han

marchadosinhacersupropianotificaciónfirmada.Además...-Perdone–intentódecirlamujer.-...quieroreclamartodoslosderechossobrelabecaporquetengo

eltrabajoavanzadoynomeresignoaaceptar...-Disculpe–elevólavozsuinterlocutora.

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-...quememandenamicasa.-¡Yaestábien!–gritóalfin-.Disculpe,sihaceelfavor.Soniaestiróelrostroconlosojosexpandidoscondesagrado.-Nomegrite–dijo.-Siesque,señora,ustednoescucha–lecomentóconsimpatíayla

misma sonrisa amable del principio-. Le estoy intentando decir que yosólo le puedo facilitar información. Que, sólo le he preguntado a quédepartamento va destinada su queja para poderle decir dónde debedirigirse.

Soniarecogiósuspapelescondisgusto,sinmiraralrostroquelehablaba.

-Muybien.¿Dóndeestáelresponsabledeurbanismo?- Bueno, las quejas no las gestiona esa persona –explicó-. Usted

tienequesubir...-Estavezsímevoyahacercargodelaqueja–sepronunciólavoz

firmedeunhombreaespaldasdeSonia.-¿Usted?–dijoSoniaconascoenelrostro.-Sí,yo–respondióelconcejaldeurbanismo.-Ustedmehaobviadocuandolehepreguntado...-Esque,nomededicoarecogerquejas.Sedenomina“protocolo”.

Peronoslovamosasaltaryvoyaagilizarlasgestiones.Soniamiróasualrededorcontrariada.-Comencemosporsuquejaformal–solicitó-.¿Tienedoscopias?-

Sonia Asintió-. Muy bien... permítame. -Sonia le extendió las hojas,inquieta-. Disculpe, Rosa... ¿Podría sellar una copia para la Señora... –revisólahojaenbuscadelareclamante-...Leguizamón,porfavor?

La mujer, presta, correspondió con la petición del concejaldevolviéndolelacopiaalapropietaria.

-Además–comentóSonia-.TengounasolicitudparahacermeconlaBecafinalporserlaúnicaparticipanteconundesarrollocompletoynoabandonarcomosíhahechoelrestodemiscompetidores.

-Permítamesusolicitud,porfavor–solicitóelconcejal.Loleyóyseloentregóalaresponsabledeatenciónalcliente-.Rosa,porfavor.

-Porsupuesto–respondióaquellaconunasonrisaigualdeampliaperoconunmatizclaramentediferente.

-Y...Sonia,mepermiterevisarsuproyecto.-Conmuchogusto–aceptóSonia entregándole la carpeta-.Están

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losoriginalesylasfotocopias...porsupuesto,mellevolosoriginales.-Porsupuesto...simelopermite,locotejorápidamente.Sonia asintió. Rosa regresó con la copia sellada. El concejal,

revisóelproyectodeSoniafugazmente,peroalgolodetuvo.MiróalosojosdeSoniaysonrió.

-Dibujaustedmuybien–admitióelconcejal.-Gracias–sepavoneóella.- Me encanta dibujar –le comentó el concejal con una sonrisa

afable-.Soyarquitecto...Aunqueyoqueríaserpintor...Pero,lavidatevamarcandouncompásque,aunquenovayaconelritmodeuno... terminaporhacertecaminarasuson.

-Entiendo–susurróSonia.-¿Tieneunlápizporahí,amano?–solicitó,convozserena.- Por supuesto –respondió al tiempo que hurgaba en su bolso

localizandounoalinstante-.Aquítiene.-Simepermitemegustaríadejarlemiimpronta.-Seloagradezco–aceptóSonia,alagada.Elconcejalapoyólosdocumentosenelmostradorehizoactivarse

elmovimiento de sumuñeca.La fricción de lamina de lápiz era ágil eincesante.Ydurópoco.Muypoco.Excesivamentepoco.

Sonia se extrañó y se quiso asomar en el instante en el que elconcejalsegiróhaciaella.

- Ya está –informó-. Verá. Le propongo algo –Sonia levantó lascejas,prestaaescuchar-.Ustedsigueconsuquejaenfirmeyyomequedoconsuproyectooriginalparatestarquéessuyoyquéleharobadoacadaunodesuscompañerosdebeca.

-¿Cómoseatreve?-Oselollevayseolvidadetonterías.Según terminaba de decir la palabra “tonterías” reforzando cada

sílabademanerainsultante,levantóundibujodeunedificioquerecordabaa unos bocetos que el concejal había visto entre las pertenencias deAndrea. Abajo, una mancha de grafito dejaba ver una firma en blancodonderezabaelnombredeladesaparecida.

-Y,para el futuro, recuerdaque lagomanoes fiable enuncienporcien.

Sonia semostró indignada.Miró a los rostros del concejal y deRosaseguidamente,insegura.Rompiósuspapelessellados.

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-Esodicemipadre–comentóRosaentresutilescarcajadas-.Queesfarmacéutico.

El concejal rió, concontención,no se esperaba el comentariodeRosani la interpretacióna suspalabrasy sujetóconevidente firmezaelproyecto. Sonia titubeo y, al fin, sostuvo con fuerza su maleta con unamanoy,conlaotra,seagarróasumochila,sediolavueltay...

-Porcierto,SeñoraLeguizamón...–Soniasegiró,rabiosa-.¿Lehadichoalinspectordóndeestuvoelviernespasado?

-¿Austedquéleimporta?-Llamealacomisaría,Rosa,porfavor.- Sí –respondió Sonia-. Ya me han investigado y también mi

coartada.-Oh.Tieneustedcoartada,pero...¿Esinocente?Sonia arrugó el gesto, asqueada, ni se inmutó, volvió a darle la

espalday,comotodoslosbecados,abandonóBurgosparasiempre.Rosaseacercóalconcejal.-¿Vaadejarquesemarche?–seinteresó.-Sitienealgoqueocultar,elMundonoestangrande.-Llamoalacomisaría¿No?-Sí,por favor.Dilesque tenemosmásdocumentossobreelcaso

deAndrea.-Muybien.

12. ELSECRETOMEJORGUARDADO

Fernando no pudo dormir desde que había terminado la

conversaciónconAlfredoenlanochedellunesalmartes.Ynoporquenolograracerrarlosojos,sinoporquecuandollegóasuceldaeranlassietede la madrugada y a las ocho tenía que acompañar a sumentor en losSantosOficios.

Dejó su crucifijodebajode la almohada, sediounaducha fríay

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marchó.Estaba deseando que llegaran las tres de la tarde.Había quedado

conelPadreAlfredoenlaparroquiadeaquélparadirigirsejuntoshaciaelMonasteriodeSanPedrodeCardeña.

Se adelantó hora y media. Cuando llegó, notó al Padre Alfredoinquietoymeditabundo.

Elanciano,sindecirleunapalabrasobrelavisitadelapolicía,queacababa de marchar, ni sobre lo que aconteciera por la tarde anteriorfrente a la iglesia, se acercó hasta la capilla y, arrodillado, comenzó arezar.

Despuésdeunosminutos,sereincorporó,sesantiguóyleofrecióalgodecomeraljoven,queaceptóconnotableapetito.

AlfredomiróconseriedadaFernando.-¿SabesloquequedadelMonasterioprimigeniodeSanPedrode

Cardeña?-ledijocasienunsuspiro.-Sí,PadreAlfredo.LoúnicooriginalquequedaeselClaustrode

los Mártires y la Torre Cidiana -respondió Fernando, que ya se habíainformadonadamásllegarasuhabitaciónantesdelamisa.

-Entoncesestáclaro¿no?Losconstructoresnoibanalevantar,alavistadetodos,lossuelosqueocultanlasReliquias.Porlotanto…tienenque estar en algún lugar de la torre. Dentro de un muro extrañamenteancho o bajo las losas… o bajo las escaleras -intentó ajustar su tirosabiendoquenotendríanmuchasoportunidadesantesdelevantarrecelosentreloscisterciensesquevivíanentreaquellasparedes.

- Yo apuesto por las escaleras. Seguramente debajo del primertramo-dijoFernando.

No sabían muy bien cómo iban a alcanzar su propósito, pero

aquellonolosretuvo.Alfredoconocíaellugaryveíafácilacercarsehastael muro más antiguo del Monasterio, que, además, era el de la torrepretendida.Estabaaladerechadelaiglesia,dandoalexterior,yaescasosmetros de un camino. Sería fácil deslizarse de noche desde el boscaje,pero, frenteaesemuro,habíaunascasasdesde lasquese lespodíaver.Apenas eran cinco metros desde el último árbol hasta la torre, sinembargo suponía demasiado riesgo y Alfredo no era un espíainternacional,nimuchomenosy,almismotiempo,eraungranamigodelAbad.

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La única posibilidad era entrar por la puerta, visitar a sushermanos, acceder a la iglesia e intentar penetrar en la Torre conautonomía.DetalmodoqueAlfredosepusoencontactoconelAbadDonMarioparaadvertirledesuvisita.

-ReverendísimoSeñorDonMario…-comenzóadecirAlfredo.-Alfredo,viejoamigo-loreconocióelAbadconsuagudooído.Contabancasiconlamismaedad,AlfredosetentaidósyDonMario

apuntoestabadecumplirsesentaiocho.A pesar de la estrecha relación que habían llegado a tener y de

conocerlarectaactitudylapurezadelalmadelAbad,Alfredonoleinvitóa conocer sus intenciones. En realidad, aterrado por lo que pudieraacontecerconelPadreÁngel,queestabaenposesióndelosdocumentosoriginales,Alfredonoqueríacomplicarlelaexistenciaanadiemás.

-Lo llamoparaavisarlodemi intencióndehacerunavisitaasuMonasterio…

-Noesmío,DonAlfredo…esdeDios…yporlotanto,detodosloshombresdebuenavoluntad-comentóceremoniosoydicharacheroaltiempo.

- Pretendo hacer la visita con un recién ordenado sacerdote quecreoquedebeconocer lagranhistoriaqueseguardaentreesaspiedras.Losdoscientosmártires,elpasodelashijasdelCid,ytantascosasquenosabenigualcontadasfueradeaquel lugar…siemprequeustednosdésubendición.

- Venid a la hora que os plazca… seréis bienvenidos y podréisdisponer de cada estancia para recrear vuestro sabio recuerdo de lahistoria.

Cuando las campanas de SanGil tañeron definiendo la hora a la

que habían quedado, salieron a la calle donde el coche deFernando losesperaba.Alfredoseapoyaba ligeramentesobreunbastónqueFernandojamáslehabíavistousarytampocoseatrevióapreguntarleporlacausaquelehabíaobligadoautilizarloenaquelmomento.

Al llegar ante el Monasterio, comprobaron que el Gótico había

dejado alguna sutil impronta en sus edificios. Sin embargo, elNeoclasicismosehabíaapoderadode todo,envolviendoel recintodeunaurademasiadosofisticadaparalatrascendenciadeaquellugar.

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Losdossebajarondelcochecontranquilidadyseacercaronhastalapuertadeentrada.

Eraunaconstrucciónsorprendentementegrande.Unonoeracapazdepercatarsedeaquellohastaqueseponíaacaminarhaciaellayse ibasintiendocadavezmásinsignificante.

ElpropioAbadlossalióarecibirconuntonocordialycariñoso.- Sed bienvenidos hermanos… esta es vuestra casa y podéis

disponerdecuantotenemos.-ReverendísimoSeñ…-intentódecirFernando.Elabadlevantólamanoconafectoparaindicarlequesedejarade

formulismosyprotocolos.-Soisamigos,almenosencalidaddeamigososrecibo…sino…

mehabríaquedadodondeestaba.Se carcajeó afablemente y los dos lo acompañaron en sus risas,

AlfredoabiertamenteyeljovenFernandoconmásrecato.-Alfredo…¿Usasbastón?-sepercatóelAbad.-No,Mario…élmeusaamípara sentirseútil. -Rió-.Loutilizo

parabuscaraguaycosaspreciosas.Rieron juntos Mario y Alfredo mientras a Fernando se le

desencajaban las facciones de la cara al escuchar cómo frivolizabaAlfredoconvirtiendolaverdadenchisteyhaciendounjuegodepalabrastaninsultante.

Los dos hombres, de vida dilatada, recordaron anécdotas delpasado y se contaron alguna más reciente y, después de una hora depalmadasenlaespaldayentusiasmadademostracióndeamistad,Fernandoy Alfredo se encontraron solos en mitad del Claustro de los Mártires.DesdeallísemarchóDonMarioenbuscadesusquehaceresdiarios.

-Dudo que se encuentren los tesoros en este lugar ¿Verdad? -sereiteróAlfredoconmiradacómplice.

-Verdad-asintióFernandoconunasonrisa.Alfredolomiróentornandolosojos.- Pues… vamos a caminar con tranquilidad mientras te cuento

cosasdeesteMonasterio.Comenzaronrecorriendoelatrioconzancadaspausadasycortas.

Después, lo rodearon por el paseo cubierto, cuyo suelo estaba formadopormosaicosdecantoscreandodiferentesmotivosacadapasoy,después,sedirigieronhacialaiglesia.

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Acadapisada,mientrashablabasinparar,Alfredo ibagolpeandosuavementeelsueloparaacostumbraralospresentesatalactocomoalgonatural,yparaacostumbrarsupropiooídoalsonidodelsuelocompactoparadiferenciarlodellugarquebuscaban.Demomento,todoslosgolpespulsabanfirmesycompactos,talycomoesperaban.

Alentrarenlaiglesia,miraronlascámarasmortuorias.-“LapidemFundi”–comentóFernandoenuninstantededuda.EnseguidaAlfredonegóconlacabeza.Yahabíavaloradoaquello

anteriormentey,eldíaanterior,habíamarcadosuobjetivo.Sabíaquealolargodelossiglos,seabríaninfinidaddevecesaquellassepulturasy,porlo tanto, era imposibleque seguardara allí cosa algunaqueno fuera laosamentadealgúnhombrepío.

-EstaiglesiasereedificóalláporelsigloXVI-explicóAlfredo-.Para hacerla, se tuvo que derribar la anterior, de la que sólo queda laTorre Cidiana –dijo con voz potente-, que es robusta y resistente. SuconstruccióndatadelsigloX.

-¿DelsigloX?Pero…-intentódecirFernando.Alfredonegóconlacabezaylomiróintensamente.Noqueríaque

pudiera hacer comentario alguno sobre el hecho de que aquello nocoincidíaentiempoconloqueleshabíallevadohastaallí.

-Esatorre,eseltestigoabsolutodetodoloquehaacontecidoporestastierras–volvióaalzarlavoz,didáctico.

Fernando comprendió la estrategia que pretendía seguir sucompañerodeaventura.

-¿Sepuedevisitar?-dijoalfin.-Porsupuesto-respondióAlfredo,aprovechandoqueseacercaban

aunsacerdote-.Salvoquenosdiganlocontrario…Disculpe…-Claroquepuedenpasaraverla-respondióelmonjesindejarque

Alfredoterminaralapregunta-.Esunaconstruccióndelasquehaypocosejemplos en el mundo. -Sonrió-. No se puede visitar el Monasterio sinsubiraloaltodelatorre-aseveróantesdedespedirseydirigirsehaciaelpresbiterio.

- Pues aquí estamos -comentó con naturalidad Alfredo mientrasgolpeabainsistentementelaslosasasupaso.

-Sí-denotónerviosFernando.Alfredo caminó hacia la escalera. Miró a ambos lados

cerciorándose de todo lo que los rodeaba y, cuando comprobó que no

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habíanadiecerca,tanteóelsuelo.- ¿Laprimerapiedra, no estarábajo las escaleras?–Sepreocupó

Fernando.Alfredoseacercóalmurosobreelquereposabalaescaleray,de

pronto,elsonidodelosgolpesenaquelsuelocambió.Nosesabíaloquehabíabajoaquellaslosaspero,desdeluego,noeralatierracompactaquesoportabaalMonasterio.

Fernandodejósonarsusorpresaenunsuspiroextraño.Alfredolehizo un gesto solicitando que se controlara y siguió hablandomientrastanteabalaspiedrascolocadasensillar.

-LaTorresellamaCidianasimplementeporsurelaciónhistóricacon el Cid. A lo largo de todo su destierro, ha dejado su nombre eninfinidad de estructuras. Y... la primera piedra no tiene por qué ponersedebajo del resto y, la que buscamos, no tuvo por qué ser la primera enponerse.

- Pero... usted dijo que “lapidem fundi” se refiere a lo queantiguamentedenominaron“laprimerapiedra”,peroenclave.

-Y,dentrodelaclave,entranmuchasestrategiasmás.¿Nocrees?Unas pisadas se comenzaron a acercar y Alfredo, que se

encontrabade rodillas coneloído sobreuna losa, sevio imposibilitadopara levantarse con rapidez y, como aquella situación le resultabaembarazosa,apremióaFernando.

-Salahacercualquierpregunta,corre-susurró.Fernandosalióinmediatamenteparaatajaraquienanduvieraporla

iglesia.Alfredo, apoyando su peso en el bastón, se irguió del todo

mientrasobservabalasjuntasdelaspiezasqueformabanlosmurosylossuelos.Entre losay losa seveíandiminutas fisurasque reverberabanunleveecoqueprocedíadealgunaoscurayprofundalejanía.Nohabíaduda,allíteníaqueestar,amenosquefueraunacámaravacíaqueempalizaratansóloaireantiguo.

Como un soplo de brisa helada, Alfredo se percató de queFernando no había llegado a pronunciar una sola palabra al salir de latorrealencuentrodequienquieraquese lesacercaba.Enaquel instante,lospasossevolvieronaescucharentrandocondiligenciaenlatorrealaespalda del anciano, el cual, cerrando los ojos intensamente y tomandoaireprofundamente,dijo:

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-PadreÁngel.Alabrirlosojosygirarelrostrohacialarespiraciónquesentíaa

sulado,seencontrólasonrisaperfectayafectuosadelmismoquehabíamentado.

- Impresionante -dijo Ángel-. Pensaba haber venido a esperartepero…¡cuálhasidomisorpresa!Cuandohellegado,mehaninformadodeque…unbuenamigodelAbadandabaporestoslugares.

-Marionosabenadadeesto-aseguróAlfredoque,depronto,seestremeciódeterrorydearrepentimiento.

¿Quéhacíaun anciano involucrando aun sacerdote joveny a unabadconsolidado,enunatramaturbiayconflictivaquearrastrabamásdemilañosdedisputas,luchas,devastaciónyconspiraciones?Puracodicia.Sesintiómezquinoaldarsecuentadelpeligroenelquehabíametidoalosdos.

Ya, cuando había ido en busca de Andrea, Alfredo pretendíaaveriguarhastadondehabíallegadoellaensusinvestigacionesenvezdeiradarle,talycomoexplicaraprimeroaManuelymástardealinspector,lainformaciónquelehabíasolicitadolamuchacha.

Alfredo, en aquella Torre, en aquel momento y junto al PadreÁngel,cuyasrazonesdesconocía,asumióloquelepudierasucedercomocastigoasupecadoegoísta.

- A mi edad… -se escapó de su boca en un etéreo aliento,lamentándosedesusactos.

-Atuedad,miqueridoAlfredo…mintiendoporpurohambredepoder.

-Nofuehambredepoder,PadreÁngel-sedefendió-,hasidoparaprotegerlostesorosdelagente.

- ¿Noeras túquienprotegía lasalmasdeesagente?Ahoravaaresultarqueesagentenoesdetuconfianza.

- Podríadecirloal revés,Ángel.Quequería libraralmundodelafándepodersidescubrieransuexistencia.

- Para eso, estimado amigo, habría sido mejor no remover laHistoria?-razonóÁngel.

-Sí,peronosabíacuántagentepodíaconocer todoloquehabíaencontradolajoven-explicóAlfredo.

- Yo, sin embargo -dijo Ángelmientras rodeaba a Alfredo conpasoslentos-…creoquehasmentidoportupropioafán…portupropia

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satisfacción…poresaseddedescubrirytocarcontupropiapiellomássagradoquehaexistidosobreestemundo.

Unavozseescuchóalfondodelaiglesia.Estabaexaltadayparecíaelevarsereprendiendoaalguien.AlfredoesquivóelhombrodeÁngelconlavistaymiróporlapuertaaltiempoque,elotro,segirabaexasperado.Ángel,poniendo lamanosobreelpechodeAlfredo, loempujóhaciaelrincóndelfondoysalióaverquésucedía.Alfredoperdióelequilibrioysegolpeólacabezacontraelmuro.

TodosehizoborrosoalmomentoperopudodistinguirlavozdesuamigoelAbad.ÁngelvoceóalgoyentródenuevojuntoaAlfredo.Defondosecomenzóaformarunrevueloenlaiglesiaylasvocessefueronalejando.DetrásdeÁngelseaparecierondoshombresvestidoscontrajeoscuro,reincorporaronaAlfredoylosentaronenunescalón.Después,seagacharonenlazonadondelosbastonazosdeAlfredohabíanrepercutidoconsonidohueco.

-¿Quiénmássabeesto?-preguntóÁngelconsutonomássuaveygentil,inclinadohaciaél.

Alfredo aún oía las cosas como si se filtraran por medio de unradiotransmisor mal sintonizado y miró a Ángel con desconcierto. Lasvocesdelaiglesiasealejabancadavezmásperoparecíanincrementarsuhostilidad,aunqueélnoalcanzabaacomprenderloqueestabasucediendo.

DonMariosehabíaacercadohastaallíalertadoporelséquitoque

acompañaba a la última visita recibida por el Monasterio: Ángel habíaentrado con diez hombres, todos ellos vestidos con traje oscuro, y loshabíapaseadoportodoelrecintosinhaberlosidentificadoalaentrada.

Al llegar junto a ellos para exigir una explicación, Ángel habíarequeridoasushombresqueselollevarandeallíyquecerrarantodoslosaccesosdelaiglesia.DonMarionopudodarcréditoyserevelóconfuria.Sin embargo, su corazón se resintió, pues ya arrastraba problemascardiacos.LosCistercienses,quecomenzabanaacercarsea la iglesiaendefensa del Monasterio, recogieron a su Abad con preocupación, sedieronórdenesunosaotrosyseapresuraronallevarloalaenfermería.

LoshombresqueacompañabanaÁngel,entonces,pudieronsellarlaspuertastalycomolesfueencomendadomientras,dosdeellos,hacíanguardiaenelaccesoSur.Dentrodelaiglesia,yasóloquedabanesosdiezhombres junto con Ángel, Alfredo y Fernando, el cual había sido

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reducido,apenashubosalidodelaTorreCidiana,porunodeloslacayosdenegro.

ÁngelseaproximóaAlfredodenuevo.-Es igual,Alfredo.Enrealidad,yada igualcuántagente losepa.

Comobienhasdichotú,nosabemosacuántaspersonasselopudocontarla muchacha… porque, dudo que Manuel se lo quisiera revelar ademasiadagente.Sisequisoponerencontactocontigoseríaporqueteníasalgoque le interesaba.Supongoque informaciónqueélnoeracapazdeextraer de todo lo que la chica había recopilado -hablabaÁngel con susonrisa más piadosa, que resultaba convincente hasta un puntodesesperanteparaAlfredo-.Québuentrabajohizoesamuchacha-comentóconfrancaadmiración.

- Sin ella jamás habrías podido llegar hasta aquí ¿Verdad? -seburlóAlfredo.

- Sin ella,mi trabajo era extremadamente sencillo -le contradijoserenando el rostro y borrando la sonrisa-. Solamente tenía quecerciorarme de que en cada proyecto, en cada nuevo levantamiento deterrenos,quedarandudasyzonasinaccesiblesquemantuvieranocupadasalas mentes lerdas de los que han estado persiguiendo estas riquezas.Cuando uno tiene tiempo de pensar y perspectiva para hacerlo, acabadescifrando, incluso, los secretos de “La Piedra de Roseta” -continuódiciendo el Padre Ángel mientras el gesto de Alfredo se torcía por laincredulidad-. Desde hace mil ciento cincuenta años, hemos sidosesentaisietelosresponsablesdecuidardelasReliquias.Fíjate,Alfredo,nicuando ocuparon el Monasterio los musulmanes, ni aún entonces,corrierontantopeligro.

- ¿Meestásdiciendoque túconocías todoesto? -preguntóconelgestodesquiciadoyelrostropálido.

-Dehecho…hoyporhoysóloyolosé…ytú…yesejoven.Mishombres,miopesysordos,sonunosengendrosmuyútilesynosuponenriesgos.

-Nopuedocreer–dijoAlfredointerrumpiendoaÁngel-…quelaIglesiaampareestaformadeoperar.Asesinatos,raptos…

- No seas ingenuo, Alfredo. Mi mayor problema es la propiaIglesia. Yo fui instruido para cuidar de estas Reliquias desde niño ymiprincipalpremisaeraqueelVaticanojamássupieradóndesehallaban.

Alfredo miró a los hombres que trabajaban en el suelo. Usaban

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unasextrañasvarillasconlasqueparecíanestarserrandolasjuntasdelaslosas.

-¿Porqué?¿NotendríamássentidoquefueraelVaticanoquienlasconservara y, así, justificar su existencia en este mundo cada vez másdeteriorado,tendenteaunlaicismopervertidoyconsucedáneoshostilesycargadosdefanatismo?

-Si“ElVaticano”poseyeraesasReliquias,elmundotalycomoloconocemos se acabaría. El despotismo dominaría el mundo bajo laspremisasdelPapa…

-¡Esonotieneporquéserasí!-semolestóAlfredo.- Pero ése es el riesgo que se corre -afirmó categóricamente

Ángel.- ¿Acaso algunode esos sesentaisiete guardianes que habéis sido

estabaisexentosdecorrereseriesgo?-preguntóAlfredocontonofirme.- Sí -respondió con pasmosa seguridad-. Fuimos educados para

ello.Lapruebaesque,sino,algunohabríapodidohacerseconelpodermundial.Perosomossiervosdeloshombres,yvelamospor la igualdadentre ellos. Al menos, a priori. Después, si las vanidades ganan a lasvirtudes y la humanidad asume como borrega la autoridad de otros, nonos inmiscuimos…pero no podemos consentir que una persona ostentetodoelpoderuniversalsobreelrestodeloshombres.

-¿Ysifuerahonesto?Talvezacababaconelhambreenelmundo.- Si algún hombre fuera honesto, ninguno aspiraría a puestos de

poder. Ninguno entraría en política ni ofrecería su candidatura a cosaalguna. Serían los demás, igual de honestos, quienes pedirían al máscapacitado que los ayudara a gestionar y, aquél, con la misma virtud,accedería con una constante y fluida comunicación con sus vecinos.Talvez…nohabríagobiernosglobalesy,simplemente,habríacomunidadespequeñasqueserelacionaríanentresímedianteelsentidocomún.Perono,el hombre consigue las cosas por la fuerza, por la mentira y por laconfabulación.

-¿Yesmáshonrosomatar?¿Creesquetieneselderechodemataraquienteplazca?-preguntóAlfredocontodalarabiaquepudo.

-SiterefieresaAndrea…fueunaccidente.Dehecho…elcontactoque tengo dentro del Colegio de Arquitectos… me comunicó la fatalsuertede lachicaal instante.Encuantoa lodeManuel…hedeconfesarquemedolióenelalma.Eraungranhombre…peronopodemospermitir

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que la información saliera de donde estaba. Ahora, sin embargo, ya notenemos constancia de cuántas personas conocen esto -suspiró condesaliento-,yposiblementeningunapersonaselocreaaestasalturasdelaHistoria…peronopodemos comprometer la seguridaddelMundo.Lospapistasestánconelojovigilante.

-¿Mevaisamataramítambién?-retóAlfredo.-No.Tú…vasacaertetrágicamentedesdelaTorre.AAlfredo,alescucharaquellaspalabras,seleanudólagargantay

porunmomentonopudorespirar.- Entonces… Podrás decirme lo que harás con las Reliquias -le

tentó-.Sitúnolasvasautilizarparaobtenerelpoderdelmundo…ynadiemáslaspuedetener,seríamejordestruirlas.

- Eso es lo primero que se intentó. El fuego, la fuerza, un pesodescomunal...

-¡Unvolcán!–gritóAlfredo.-Todoseaplicósobreellas.EnTurquía,enelaño115denuestro

señor…produjountsunamiquearrasóelmediterráneo.Enelaño175,yano con la intención de destruirlas, se volvieron a lanzar al interior delvolcán,aquellavezcomodefensacontralosinteresesdeRoma.

- ¿Quién… ¿Cómo volvieron a reunirse… No, algo no tienesentido.

-Sí,Alfredo…novoyarelatartelahistoria,ahora…estarde.TeharíagraciasaberqueenunapócrifocuentanqueMoisésintentóreduciracenizas las Tablas y el Arca porque creía estar volviéndose locoescuchandovocesporaquíyporallá,peroquenollegaronachamuscarseni lasReliquias–sonrióconpicardía-…ni lazarzaqueprendiópara talfin.Nielmásmínimorasguñolasocasionó.

-Hablasdelazarza…-Esofuehacedemasiadotiempoyasílorelatandesdehacemásde

milañoslascartasquesemeencomendaron,puesnuncahecomprobadoqueahídebajohubieraalgoy,porlotanto,tampocohecomprobadoquesean indestructibles, ni sé si esmito los efectosdevastadoresde intentardeshacersedeellasounasimpleestrategiaparaimpedirquesehaga…alaesperadequeregresenuestroPadreainstalareledénenlaTierra.Sóloséloquesemehacontadoy,porloqueveo,tengomuchasrazonesparacreerlo al detalle. Con respecto a este rincón… sólo tenemos unainformacióndocumentada-dijoseñalandohaciaelsueloqueseobstinaban

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endesenlosarsushombres-.Esainformaciónes:quejamásselevantóunapiedrahastahoy.

Laemociónloembargóynopudoreprimirlaaldejarsonarsuvozacaramelada.

- ¿Indestructibles? -dijo Alfredo a la vez que lanzaba una nuevamiradahaciaellugardondetrabajabanlosdoshombres.

ÁngelyAlfredocallaronsuvozconexpectación,pueslabaldosaoscilaba. Con unos finos artilugios, lograron asir la piedra por debajo.Disponíandeagarraderas en los extremos.Losdoshombres,deslizaronlosartilugioshastalospuntosapropiadoseizaronlalosa.Eratanpesadaque, cuando lograron levantarla unos centímetros, otros dos hombretuvieronqueirensuayuda.

Apoyaron la losa juntoalhuecoabiertoy loshombresdenegro,sin necesidad de indicaciones, siguieron retirando maderas quedescansaban sobreunas vigas profundashasta alcanzar lo que fuera quehubierebajoellas.

A lavista, unos tejidosgrises seofrecieron envolviendo algunosvolúmenes inconcretos y, cuando uno quiso tirar de una de las telas,aquélla se deshizo como una capa de polvo apelmazada. Debajo, unresplandorinexplicablederramóunaluzdeliciosaportodoslosmuros.

-¡Quietos!-ordenóÁngel.Los hombres, con absoluta lealtad, se separaron del hueco con

solemnidady seapostaron juntoa lapuerta.Enabsolutoeranmiopes,ymucho menos sordos, simplemente eran tan leales como canesperfectamente adiestrados, lo habían sido desde niños, como el propioÁngel,perosintantainformación.

Ángelseacercóa lacavidad,apoyóunarodillaen lapiedrayseinclinóhaciaelresplandor.

AlfredoseguíasentadoenelescalónynopodíaverloqueÁngelyaestabaacariciandoconsusmanos.

Alfin,elPadreÁngelse levantóconungestoserioyrespetuosoalzando un vaso demetal, bruñido hasta el límite, que fulguraba con elescasohazdeluzqueentrabaporelventanucodelaTorre.Sinembargo,erabastoensusformas,comosilohubieranamasadoconlasmanos.

- Ya tengo un lugar donde guardarlo otros mil años -le dijo aAlfredoconunasonrisapaternal-.DependodequeelObispoGregorio…cumplaconsucometido.

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-¿ElobispoGregorio?-seextrañóAlfredo-.¿QuétienequeverélenestosinisiquieratienepotestadenestaDiócesis?

-Poresoprecisamente.Cuandocumplaconsucometido,comotedigo,podréutilizar lasuyapara lacausa.EnelcementeriodesucapillamásrecatadadescansaránlasReliquias,peroélnolosabeytúnoselovasadecirporque,si lohaces…simplementemeobligarásaencontrarotrolugardondeguardarlo.Locualmemolestará,porqueellugarelegidoesperfectoynosésihallaréotroigual.

Depronto,unanuevavozcomenzóacaminarpor lanavecentraldelaiglesiadesdeelaccesoSur.EraMonseñorGregorioquepreguntabaporelAbaddelMonasterioysemostrabamolestoantelaposibilidaddequeÁngelhubierapodidoabrirlacriptasinestaréldelante.Lógicamente,había podido acceder a la iglesia porque, los dos hombres que seapostabanjuntoadichoacceso,sabíandesuinminentellegada.

- ¡¿Cómo es posible que no me hayáis esperado?! -bufó sinalcanzarasuperarlapuerta.

ÁngelaguardóensilencioydeslizósumiradahaciaAlfredo.DonGregorioseasomóyvioalveteranopárrocoagazapadoenlasescaleras.

- El anciano lo ha intentado saquear –informó Ángel a DonGregorio chasqueando los dedos para que un hombre le llevara aguabenditaenunabotelladecristal-.Pero…lohemosreducido.

El hombre, le entregó la botella al Padre Ángel. Éste, abrió elrecipiente, dio un largo sorbo de él y, sin más, vertió un buen chorrodentrodelvasoplateado.

- ¿Es…? -comenzó a decir Don Gregorio con los ojosdesorbitadosalverelcuencoextraño-¿Deverdades…?

Ángel caminóhaciaAlfredomientras, con la cabeza, asentía a lapregunta inconclusa de Don Gregorio. Acercó el vaso a los labios delviejopárrocoyesperóaque,aquél,abrieralaboca.

Alfredo apretó los ojos con egoísta miedo y, al fin, levantó susmanos y sostuvo el frío Cáliz. La piel se le erizó. Aquel objeto habíapasadoocultomásdediezsiglosyotrostantoshabíaestadodetemploentemplo desde Jerusalén hasta Alejandría. Y lo más importante, sobre élposó sus labios aquélquemuriópor todos loshombres.Talvez fueronloslabiosdelmesíasquienleproporcionósupoderotalvezsusmanos…otalvezsumateriayaerasantaantesdedarleforma.

Las emociones se amontonaron y Alfredo dejó de sentir miedo,

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miró al recipiente y bebió de él aceptando su condena. Y no la aceptóporqueÁngelselaadministrara,sinoporcreerlamerecidayjusta.

Tragócondificultad,porque sualma luchabacontra sumenteyaque,alfinyalcabo,solamenteeraunhombre.Bajóelvasoyesperósufin con entereza, pero sin abrir los ojos. Ángel le retiró la ansiadaReliquia de lasmanos y esperó paciente.Gregorio, por el contrario, seagitaba…

Alcabodeunosminutos,losojosdeAlfredoseabrieronconunamezcla de alegría y decepción. Estaba exactamente igual que si hubierabebidodeunvasovulgar.Ángel leofrecióelCálizaGregorioconunasonrisa de satisfacción. Tenía razón, el Cáliz no mataba. Entonces,Gregorio,ávidodepoder,seloarrebatóytragóconansiedadelrestodelagua.Cuandoloalejódesuslabiosysecólascomisurascondelicadeza,Monseñorhabló:

- Por supuesto… él no puede seguir con vida -dijo señalando aAlfredo-.Ytúyyoguardaremosestoensecreto.

- Por supuesto que… -pareció admitir Ángel cuando fueinterrumpido.

-¡NoeselverdaderoCáliz!-aseguróAlfredo.Elviejosentíaeljúbilodeseguirvivoyladesilusióndenohaber

fenecidoanteelefectojusticierodelvasosagradoquedeberíahaberleídolospecadosdesualma.

- Por supuesto que es el verdadero -le contradijo Ángel-, y porsupuesto que seguirá en secreto… -le respondió a Don Gregorio,girándose hacia él-. De hecho, permanecerá en el más absoluto de lossecretos…comosiemprehaestado.

Al terminar de decir aquella frase, Don Gregorio palideció, losojosselenublaronycayósinvida.

-¡Lohasenvenenado!-sealarmóAlfredo.- No, ha muerto envenenado por su propia alma, sucia por el

pecado capital… por todos en realidad, porque su gula por el poder seconvertía en lujuria cuando se ruborizaba por la satisfacción…avariciaporalcanzarelcénitdelmundo,soberbiaporcreersermerecedordeello,envidiaporcreerquetútambiénhabíascobradolasvirtudesdeluniversocontusorboylairaquelesiguealaenvidiayquelehallevadoapedirmequetematara.

- Pero… yo… también he pecado -se extrañó, contrariado,

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Alfredo.-Perotúbebisteobligadoynoesperabasdonesacambio.Esmás,

sinomeequivoco,estabasesperandolamuerte-acertóÁngel.-¿Ytú?¿Beberás?-seinteresóAlfredoapesardesaberquenolo

haría,tansóloporconocerlarespuesta.-Yotambiéntengopecadosy,elpecadomayor,escreerserdigno

debeber.Yenelcasodequelofuera,posiblementemoriríadecodicia,ode soberbia, o de lujuria, o de gula, o de cualquier cosa, una vez queprobaraelsabordelpoder.

-Entonces…nadiepuedebeberdeél-dijoconlamentoenlavoz.-Sí.Sólounapersona…peroyanoestáentrenosotros.SehizoelsilencioyAlfredorecapitulótodolosucedido.- Entonces… cuando me visitaste… sabías todo esto y sólo

buscabasaveriguarloquesabíayo…- Y fuiste transparente -aseguró Ángel levantando y agitando

ligeramentelabotellaqueconteníaelaguabendita.-Yconoceslalecturadelmapacondetalle…-Conabsolutodetalle-admitióÁngel.-HayunsímbolosobreGrecia…-comentóAlfredo.- Es una palabra árabe -informó Ángel con una sonrisa-.Mejor

dicho,es“LaPalabra”árabe.Entonces cobró valor y lógica un documento que Alfredo había

menospreciado de aquellos que se encontraban en elmaletín y sobre elqueAndreahabíareparado.AquélquedesmenuzabaeltextocinceladoenlabasedelaesculturadelCid.

- ¡Claro! -exclamó Alfredo-. Grecia es el Cid. Ese texto árabesignificaAlá…lapalabraqueencontróAndrea-miróaÁngel-…pero…¿Quéquieredecir?

-¿Quequéquieredecir?Enrealidad…dicedóndeestáescondidoelmotivorealdelasGuerrasSantas.AfinalesdelSigloXI,robamosalgosagradopara losmusulmanesy leshicimoscreerque loescondimosenJerusalén.Aquellaciudad,alcontrariodeloquetodoelmundopiensa,eraunlugardelquesepodíaprescindiryqueteníatantaimportanciahistóricaque fácilmente se lo creerían los infieles. Entonces, salieron a la luznuestras órdenes secretas. Nuestros… espías, por decirlo de algunamanera…y pasaron a ser conocidos comonuestros Soldados deCristoparaatestarJerusaléndeellosyquelosmusulmanesnosupieranseguirel

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rastroasuReliquia.-¿QuéReliquiaesesa?-seintrigóAlfredo.-UnagranPiedraNegra-respondióÁngelconseguridad.-Esonoesposible,entoncesenLaMeca…-Desdeelaño930,pocosañosdespuésdequeelnietodePorcelos

colocaraelLapidemFundideBurgos...-¿ElnietodeDiegoPorcelos?DiegoPorcelosnotuvonihijos.-No figura en las escrituras oficiales.Perono te voy a aburrir...

sólodecirtequesesuponequeDiegoPorcelosfundóBurgosunañoantesdesumuerteyenese tiemponopodríanihaber levantadoungraneroyqueBurgosnocobra relevancia enningúnescritohasta el año931.Loscondes de la zona se ocupan de fortificar el ríoDuero yBurgos quedarelegada,comoestructuramilitar,alaretaguardia.Sunieto,elverdaderoConstructor, desde 1909, derribó pequeñas capillas para no confundir alos suyos y erigió las nueve capillas convenidas. Veinte años tardó encumplir los planes de la orden a la que pertenezco. Instruido engeometría, arquitectura y conocedor de los secretos de las reliquias,elaboró un trabajo meticuloso que, hasta la incursión de una jovenmexicana en el asunto, había logrado volver locos a los hombres máspoderosos de los últimos once siglos. Cuando hubo terminado la obra,conlasreliquiasbajolatorredelprimigeniomonasterioCisterciensedeSan Pedro de Cardeña, recibió la piedra sagrada que los musulmanesveneraban. Y, como te iba diciendo, los musulmanes, desde entonces,tienenunapiedracualquiera,uncristaldebasaltoseguramente.Tardaronuna década en darse cuenta de que necesitaban darles una piedra a lossuyosyselainventaron.LacolocaronenLaMeca,selesrompióenunadesusfestividadesdelantedetodossusfielesynotuvieronmásremedioquejuntarsusvulgarespedazosenunenvoltorioextravagante.LevantarontodoJerusalénycomprobaronqueallínoestaba.Supieron,conelpasodelossiglos,queteníaqueestarenEuropa.Yenestostiempos,pocoapoco,la comienzan a invadir, en silencio, sin armar mucho más ruido queantaño.ElConstructor, guardó laPiedraNegra enuna capillamenordeGamonal.Lossucesivosconflictosentrereinos,losintereseseconómicosy políticos durante los prolegómenos de la construcción de la Basílicadonde, al final se terminaría levantando una Catedral Gótica a cambio,llevó a que la propia Iglesia expropiara a los suyos de tres de aquellascapillasmenoresdeGamonal,dejandosóloaSantaMaría,“LaAntigua”y

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aloquehoyconocemoscomolaCartuja.Entonces,huboquereubicarlapiedranegraconurgencia.Poresotehedichoquemimayorproblemaeslapropiaiglesia.

- Sin embargo -dudóAlfredo-,Diego Porcelos no pudo escribiresapalabraenelmapa…loquemerelatasescienodoscientosañosmástarde.

-Porsupuestoqueno.FueelduodécimoprotectordelasReliquiasquienenterróasietevarasdedistancialasagradarocanegra.

-¿TambiénsabesquiéneshansidocadaunodelosprotectoresdelasReliquias?

- Sí. Y todas sus vidas fueron olvidadas intencionadamente paraquenoofrecieranfisuraalgunaporlaqueindagar.Dehecho,elúnicoquenofueordenadoenningunacongregación,resultóseruninstrumentodegranpeligroparalaseguridaddelasReliquias.Fueesemismoprotector,elduodécimo.Queporsuhistóricasituación,seentregóalasarmasparaluchar contra los infieles. Pero los poderosos de los reinos de Castillarecelaron al comprobar que, aquel hombre, había confundido a suseruditosensuscálculosacercadelosTesorosSagrados,yterminaronpordesterrarlo para que no pudiera interferir en sus búsquedas. Idearon uncomplot, una batalla enSevilla contra el reino cordobés.De allí, se vioobligadoahacerunavisitadesafortunadaalafortalezadondeAlfonsoVIrecluyóasupropiohermano.Laexcusaperfectaparaacusarlodetraición.

-¿Hablasde“ElCid”?-preguntósorprendidoAlfredo.-PorsupuestoquehablodeDonRodrigo.-EsmuyanterioralaCatedral–arguyó.- Pero no a las primeras intenciones de levantar un gran templo.

Hayqueadmitirquesemovióenunmomentodifícilyquesupoadaptarse.Se hizo amigo de árabes por la seguridad de todo. Se alejó de lasreliquias, se ofreció al reino de Zaragoza para tener controlados a losárabes. Recibía información precisa y desviaba las miradas de loscontrarioshaciapuntosequívocos.¿Porquésinotomaríaelcaminoquetomóen sudestierro?Paradejara su relevo la informaciónnecesariayparallevarlaluchalejosdeBurgos.¿PorquécreesqueenelCantardelMíoCid,poéticamenteinexacto,senombraasushijasconlosnombresde“Elvira”y“Sol”?

- Lo ignoro -admitió Alfredo-. Sé que se llamaban en realidadCristinayMaría,peronoséporquépudieronutilizaresosotrosnombres.

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-Usaronesosnombresparadejarunmensajeencriptado.AlAbadSisebuto lo rodeaban papistas a diario, cuando Don Rodrigo pasó decamino aZaragoza, le dio el relevo llevando a sushijas consigoydijoexactamente:“MiseñorAbad…esatorrefuiyvosseréiselrelevo,Elvira.Soldejoatucuidado”.Esaeslafórmulaquedebemosusarlosprotectoresde las Reliquias. Formamos e informamos a nuestro sucesor y, cuandollega el momento, sólo cambiamos Mi señor Abad por lo quecorresponda.Elvirasignifica“guardiánnoble”y…¿QuéhaymásvaliosoqueelSolparaestaTierra?

-EsdecirqueloquehizoelCidaldejarasushijasfueescenificarunafarsausándolasaellascomoanzuelo-sesonrióAlfredoconlosojosabiertos-.Mi señor Abad… esta torre y yo somos uno y ahora vosmesustituiréis,guardiánnoble.Dejoatucuidadolostesoros-tradujoAlfredoconpasión.

-Exacto,mi viejo amigo -afirmóÁngel-.Después, se unió a losárabesy,alfinaldesusdías,asediólastierrasdeValenciaporqueeranlasmáscercanasalaszonasconflictivas.

-¿NoeramuymayorelAbad?-indagó.-No te dejes engañar por lo quehoy implica serAbad,Alfredo.

EradealtaestirpeycontabacondoceañosmenosqueDonRodrigo.Pocodespués,murióalosojosdelahistoria.Nadaseconocedesuvida,desuedad,nisiquieralafechaexactadesufingidamuerte,sóloelañode1086.Eligió un buen sucesor, evitando que alguien reprodujera el error deldécimo guardián, la de atestar elMonasterio de Soldados de Cristo. Susucesor estaba en Cluny formándose y, desde allí, comenzó a trazar sulaborcomosatélite,sininvolucrarsedemasiadoconCardeña.

Alfredodislocóelrostro.Todoloqueélintuíayhabíaaveriguadoindagandoenloslibrosprecisos,nosóloseconfirmabasinoquesumabanuevosdatostanomássorprendentesquelosqueélbarajaba.

-Entonces…ningunadelasversionessobre“ElCid”…-Ninguna-intervinoÁngelconautoridadyciertoenfado-.Nofue

ningún desertor, ni unmercenario…Los franceses lo sabían. Conocíanbien losacontecimientosdelpasadoyaldespertar suvidaysacarlaa laluz pública, pretendían conseguir que el Protector de las Reliquias deaquelmomento,delprimerterciode1800,dieraunpasoenfalso.

-¿Quiénfueaquél?-seinteresófascinado,Alfredo.- El clérigo más afrancesado, Don Juan Alfredo Llorente. Un

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riojano que supomedrar para llevar a buen puerto su cometido en unaépoca convulsa. Él, del mismo modo que hiciera El Cid, obteníainformación de primeramano para ofrecérsela a su segundo…que eraJerónimo Merino en este caso. El uno calmaba las aguas y el otroguerreaba para tener ocupados a los ejércitos galos. Sólo que aquél,delegóprontoalentregarsealaluchadefinitivamente.

-Y…meestásdiciendoquelaPiedraNegra…estádebajodelCid-dijoAlfredorecuperandoelmásimportantedelosdatosqueacababadeconocer.

- No, Alfredo, me defraudas. Aquella piedra se enterró en unpunto…que se encuentra entre LaCartuja y estemismo lugar -aseguróÁngel-.¿Olvidasqueelplanosevolvióaescalar?-Alfredonocabíaensídeasombro-.Sí-continuódiciendoÁngelqueparecíaleerenlosojosdeAlfredo todo lo que pensaba-. Se la quitamos para que dejaran de tenercomoobjetivolasnuestras.Ydioresultado.

A Alfredo se le salían los ojos de las órbitas imaginando lamagnitud de aquella circunstancia y los problemas que se podían haberevitado a lo largo de los siglos. Todo por distraer la ubicación de lasReliquias.Ysiguióremembrandotodoloquehabíasucedidofrenteaél.ObservóaDonGregorio tendido en el suelo, expirado,y, comoenunapelículaacámararápida, repasóensumente loquehabíavistodesdeelpatiodeSanGil…elcuerpoagonizantedeManuelquesedesplomósinpulso. Recuperó en sus retinas el fulgor de la juventud y la pasión quedesbordabaAndreacuandofueahacerleaquellaspreguntas,yseimaginócomolearrebatabalavidauncocheatodavelocidad.

- ¿Cuando hablabas del cometido que debía cumplir MonseñorGregorio -preguntó sobrecogido y atemorizado-… contabas con darmedebeberdelCálizcomoceboparaqueélbebiera?

Observó cómo Ángel, lejos de atender a sus dudas, se habíainclinadosobreelagujeropracticadoenelsuelo.

-¿Quémáshayahí?-lepreguntó,impacientepordesvelarloqueguardabalaTorreCidianadesdehacíatantotiempo.

ÁngelsegiróhaciaAlfredoconunasonrisahermosacomoladelmismodiablo.

-Estátodo-dijosolemne.Estabaemocionadocomoquienveaunhijodespuésdeunaviday

compruebaquelohizobiencomopadrealverquesehaconvertidoenun

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hombredeprovecho.Alfredoselevantódelaescaleraconlasganasdeunniñoen“Día

de Reyes” y, al hacerlo, su hambre por verlo, su mirada lasciva porcontemplarloosucodiciaporsentirseespecialalavistaralgoquenadiehabía tenidoantesíenmilaños, lohicieroncaersinaliento.Fulminado.Sin preámbulo ni agonía. Como un relámpago que pasa de la vida a lanada. Sin sufrimiento… sin sentimiento. Una víctima más de un planperfectamenteorquestadoporelPadreÁngel,quehabíatendidolatrampaalObispoGregorioaquellamadrugadaenelobispadoparaconvencerlodequebebieradelCálizutilizando al ancianopárroco como señuelo.YtambiénteníaprevistoqueAlfredo,inmunealtragoinquisidorporhabersidoobligadoaello,seenvenenaradespuésconsuspropiasansias,puesyateníaelverdugodentroalaesperadeldesliz.

Ángel, con delicado tacto, sin prestar atención a los dos cuerposqueyacíanjuntoaél,levantódospiezasdepiedra.Esperabaencontrarenellasdiezlíneaslabradasenhebreo.Sinembargo,alextraerlasygirarlasportodossuscostados,seencontróconqueeranlisascomopizarra.Lasfueadejar,ycomounsusurroclaroquesepronunciarajuntoasuoído,unaspalabrasleexpresaronlasituacióndesualma:

“Nomanipularásaloshombres”.Seasustó,puessabíaqueaquellaspalabrasestabandedicadasaély,

almomento,dirigiósumiradahaciaunodesussecuacesparacomprobarsihabíanescuchadoalgo…ylavozresonódenuevo:

“Nodesearáselcuerpodepersonaalgunaporlafuerza”.Sabiéndose casto, supo que era su hombre quien tenía aquella

inclinación por la carne forzada. Observó detenidamente al otro que seencontrabacustodiandolaentradayescuchó:

“Nodesearáslamuertedeseralguno”.Y con las piedras en la mano, pasó reconocimiento a todos sus

hombreshallandosuspecadosmásíntimos.Tansólounadelaspersonasde las que se encontraban allí tenía el alma pura y, mirándolo, parecióescucharunamelodíadelicadadecampanillas.EraFernando,elmismoenelqueAlfredoencontraraesagrandezadealmaconmirarloalosojos.

Otravez,cuandoregresabaala torresinmiraranadie, lavozsepronunció:

“Nodesearáselpoderabsoluto”.Elterrorloasoló.Ángeldepositólastablassobreunalapiedray

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pidióquenosetocaracosaalgunasinvestirguantesdelátexenlasmanos.Después,siguiendosusindicaciones,seenvolvieronconcuidadoentelasy se embalaron cuidadosamente para transportarlas lejos de aquelMonasterio.

Aquella tarde se anunció lamuerte deMonseñorGregorio en la

capilla de la iglesia de San Pedro de Cardeña. Entre ellos, el propioAlfredo. Intentaron comunicar con él, pero fue inútil. A la mañanasiguiente,hallaronsucuerpoancianoacostadoysinvidaensulecho,enlacasaparroquialdeSanGil.

Dos cuerpos longevos que dejaron escapar su alma por causasnaturales,atodasluces.

Andrea, tenía a personas que la lloraban y esperaban sus restos

paradarlesuúltimadespedida.Sumadre,desecha,noqueríaescucharnada,nisiquieraatendíaa

suhijamayor.- Viejita, cuando serenemos el alma… tenemos que viajar a

España.La madre, no respondía. Sencillamente, no podía entender que

hubierasobrevividoaunahija.Nohabíasufridoguerras,comoellaalosdosaños,cuandotuvoqueescapardeCubaenbrazosdesumadre.Habíaalejadoasushijasdelosterritoriosmáshostiles,dondellegaronapasarcasi diez años. Había logrado que vivieran una vida normal, sinsobresaltosyconciertacalidad.

Lavida,alfinalnocejaensuempeñodeligarcaminosenlosquecada cual se desenreda intentando alejarse de aquellos que teme. Porquetodapersonatieneunmiedopropioperopareceque,cuantomásseintentaalejar uno de él, más se agranda el daño que provoca cuandoindefectiblementeloalcanza.

Aquella certeza se le clavó en el pecho y le anudó la gargantaprovocandoqueestallaraengravellanto.

-Parecequelagenteestáseñaladaynoescapa–sequejó.Marisol, lahermanamayordeAndrea, lamiróensilencio.Había

estadoencontactoconlaautoridadesespañolasdurantelostrámitesdelarepatriacióny se estuvo interesandopor laspersonasquehabían tratadoconsuhermana.Entonces,enbuscadeunareaccióndesumadre,ledijo

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sinprevioaviso:-ManuelVelascohadesaparecido-Peronohuboreacciónantela

noticia-.Sehafugado-incidió.Enaquelinstante,lamujer,ahondósullantoysilenciósuvozcon

laintencióndequefueraparasiempre.Ymarcólasendaasuhijamayor,queapagósuímpetualrecibirelcuerpodañadodesupreciosahermana.

Sara no lloraba ya, hacía preguntas por todos los sitios

desconcertando a suspequeñashijas, queno entendían la ausenciade supadreni ladistanciaque comenzabaamarcar sumadre.Y todoello sinunaexplicaciónsatisfactoria.

Sara, por medio de amigos de Manuel, bien posicionados en elayuntamiento,solicitólasimágenesquepudieratenerelaeropuertodesdela llegada de su vehículo a los aparcamientos y la salida del vuelo que,supuestamente,habíatomadosumarido.Nofuerondeterminantes.Y,alospocosdías,recibióelcocheensuestablecimiento.

-¿Hanvistoelcochecon“luminol”?–reclamó.-Señora,contodoslosrespetos…-lerespondióeloficialquele

estaba entregando-. No conozco los procedimientos llevados a cabo.Pero… no buscamos un cadáver ni a un asesino… sólo buscamos a unhombrequesehaidodelpaís.

- Pues deberían buscar el cuerpo demi marido y a su asesino,porquejamásseiríasincontarmenada.

-Salvoquequisieraprotegerlaaustedyasushijas.Vera–ledijocontonofraternal-.Dejequepasenunosmeses.Élleharásaberquesigueahí.Ahora,sushijaslanecesitanmás.

-Nomedelecciones.Ustednoconoceamimarido–gritóSara.- Lo lamento,señora.Nopretendíaofenderla.Consupermiso…

necesitoquemefirmeeldocumentodeconformidad,lehagoentregadelvehículo,delosdocumentosqueteníamosrequisadosyladejoenpaz.

Ángel,escondiólasreliquiasensupropiaceldadurantesemanasy

sintióunvacíoquejamáshabíasentidoensusmásdesesentaañosdevida.-Fernando–comentóasupupilo,quehabíaaceptadoelduropapel

quehabíadesempeñadoÁngeldesdelosveinticuatroaños,relevándoloensu cargo a sumuerte-. Fernando, hijomío.He sido castigado. Pequé alosartocaraquellasriquezas–seconfesóentresollozos.

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-PadreÁngel.Yonosoyquien…- ¡Sentí su poder…! -lo interrumpió, ofuscado-. Y deseé

poseerlas…-lloró-.Yada igual.Handejadode serútiles enmipiel.Mialmaestásucia.

Fernandonosabía loqueÁngelhabíaexperimentadoen laTorreCidianaynocomprendíadequépretendíahacerleparticipesumaestro.

-PadreÁngel.–tremolósuvoz.-Yaesdurosaberquesustentarelorden delMundo implica asumir susmiserias… esmás duro aún saberque no podemos intervenir. No deposite toda la responsabilidad enmismanostanpronto,porfavor–requirió,asustado.

- Estaré a tu lado unos añosmás, Fernando. Pero ya no puedesfiarte de mis actos. Sólo de lo que te pueda mostrar con mis propiasmanos.Perounacosasídeborecalcarteparaquetengaspaz…loquevasahacertú,llevamásdediezmilañosrepitiéndose.Sonunossecretosquepasandeunasmanosaotrastrassumuerte…unaherencialetal.Peronoteofusques,Fernando,noesmásletalquelapropiavida.

Fernandoasintió,afligido.Semanasdespués,ÁngelfuenombradoObispo,ocupandoellugar

deMonseñorGregorio. Cobijó todos aquellos objetos sublimes bajo elsuelosagradodeunmodestocementerioenunpueblecitodelnoroestedelapenínsulayvolvióaactuarconserenaconducta.

Mario, el Abad de San Pedro de Cardeña, no se repuso de su

recaíday, antesdeverano, loalcanzóun infartodrástico, llevándose lasconclusiones que se estaban formando en su cabeza a la espera derecuperarsusfacultades.Nuncallegaron.

ElMundoignora,sufre,disfruta,seengaña,seayudaysecastiga.

La gente mala no descansa. La valiente sigue luchando. Los demás,cedemosynosdejamosllevarporlacorriente.Y,bajounlechodepiedra,denuevo,descansaelsecretomejorguardadodetodoslostiempo.

13.