lacasapopular en los pedroches

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LA CASA POPULAR EN LOS PEDROCHES MANUEL MORENO VALERO DEFINICION Nos referimos a la casa generali- zada en esta comarca y habitada por la mayoría de sus habitantes. Podemos denominar así a la casa realizada por una persona sin estu- dios de arquitectura en cuanto a los planos, materiales y dimensiones. Cuando se construyeron eran tiempos en que aun no se conocían los planes de urbanismo. Estos apa- recen con fuerza con los hombres de la Ilustración que también quisie- ron ordenar de manera más científi- ca la misma ciudad para hacerla más agradable y cómoda. Hasta entonces se habían ido construyen- do las viviendas de manera anárqui- ca sin ninguna alineación preconce- bida y ordenada por la autoridad administrativa y de ahí que en las partes más antiguas de los pueblos se pueden observar los recovecos que hacen las calles a veces de manera fortu ita, realidad que desa- parece cuando a partir del siglo XVllhse-impone poco a poco la ali- neación rectilínea de las calles y hay planteamientos nuevos como aper- tura de plazas y jardines o paseos públicos con abundancia de arbole- da (1). El urbanismo surgió con las Ordenanzas Municipales que regu- laban el uso del suelo. Las Orde- nanzas de Pozoblanco de 1899 en su título 11 trata sobre la seguridad , y el capítulo IV lo dedica a las edifica- ciones (2). CARACTERISTICAS HUMANAS Y CLlMATICAS En la construcción el hombre ha tenido siempre en cuenta varios aspectos como el clima del lugar y los materiales que la misma natura- leza aporta. El clima , junto con otros aspectos, tiene una gran importan- cia para la construcción de la mora- da. En concreto el hombre de Los Pedroches en general es poco dado a extroversiones y grandilocuen- cias, y si, dado al recato , a la simpli- cidad , a la austeridad tanto en su consumo como en su vestimenta y esto se manifiesta a la hora de construir su propia vivienda. Unas constantes vitales de las personas de esta comarca son su pragmatismo, sencillez y huida de lo superfluo. Casas-Deza que vivió en Pozoblanco, ejerciendo la medicina, donde según sus memorias no le fue demasiado bien por problemas que tuvo que soportar y habló siem- pre con reticencia acerca del modo de ser de los habitantes de la comarca, dice «son pacíficos y laboriosos, y aunque no carecen de talento son inciviles y toscos, como también interesados , maliciosos y suspicaces, cualidades que deben haber adquirido con el tráfico y negociación (frecuentemente ilegíti- ma, cual es el contrabando) a la que se dedican de continúo» (3). Y en otro lugar niega compartir la opin ión generalizada de que «los habitantes de la sierra son sencillos y francos y los únicos para decirlo de una vez, que se han preservado de la corrup- ción de los siglos» (4). Antonio Porras Márquez, natural de Pozoblanco dice del hombre de esta comarca: «Mira mucho el mañana, teniendo por tanto una sana y bien definida tendencia a la previsión y al ahorro .... Quizá o sin quizá, por este hábito de ahorro, el Valle, en general, es rico; no habrá muchos enormes capitales, pero tampoco hay pobres» (5). Otro más cercano a nosotros, Alfredo Gil Muñiz que ejerció "el" magisterio entre sus habitantes dice: «el pedrocheño es fuerte de voluntad , parco en el hablar, sobrio en el alimento y vestido , y muy eco- nómico» (6). La tempe ratura de Los Pedro- ches es la propia de un clima medi- terráneo continental. Tiene unas precipitac iones moderadas entre 3

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LA CASA POPULAREN LOS PEDROCHESMANUEL MORENO VALERO

DEFINICION

Nos referimos a la casa generali­zada en esta comarca y habitadapor la mayoría de sus habitantes.

Podemos denominar así a la casarealizada por una persona sin estu­dios de arquitectura en cuanto a losplanos, materiales y dimensiones.

Cuando se construyeron erantiempos en que aun no se conocíanlos planes de urbanismo. Estos apa­recen con fuerza con los hombresde la Ilustración que también quisie­ron ordenar de manera más científi­ca la misma ciudad para hacerlamás agradable y cómoda. Hastaentonces se habían ido construyen­do las viviendas de manera anárqui­ca sin ninguna alineación preconce­bida y ordenada por la autoridadadministrativa y de ahí que en laspartes más antiguas de los pueblosse pueden observar los recovecosque hacen las calles a veces demanera fortu ita, realidad que desa­parece cuando a partir del sigloXVllhse-impone poco a poco la ali­neación rectilínea de las calles y hayplanteamientos nuevos como aper­tura de plazas y jardines o paseospúblicos con abundancia de arbole­da (1).

El urbanismo surgió con lasOrdenanzas Municipales que regu­laban el uso del suelo. Las Orde­nanzas de Pozoblanco de 1899 ensu título 11 trata sobre la seguridad , yel capítulo IV lo dedica a las edifica­ciones (2).

CARACTERISTICAS HUMANAS YCLlMATICAS

En la construcción el hombre hatenido siempre en cuenta variosaspectos como el clima del lugar ylos materiales que la misma natura­leza aporta. El clima, junto con otrosaspectos , tiene una gran importan­cia para la construcción de la mora­da. En concreto el hombre de Los

Pedroches en general es poco dadoa extroversiones y grandilocuen­cias, y si, dado al recato , a la simpli­cidad , a la austeridad tanto en suconsumo como en su vestimenta yesto se manifiesta a la hora deconstruir su propia vivienda.

Unas constantes vitales de laspersonas de esta comarca son supragmatismo, sencillez y huida de losuperfluo. Casas-Deza que vivió enPozoblanco, ejerciendo la medicina,donde según sus memorias no lefue demasiado bien por problemasque tuvo que soportar y habló siem­pre con reticencia acerca del modode ser de los hab itantes de lacomarca, dice «son pacíf icos ylaboriosos, y aunque no carecen detalento son inciviles y toscos, comotambién interesados, maliciosos ysuspicaces, cualidades que debenhaber adquirido con el tráf ico ynegociación (frecuentemente ilegíti­ma, cual es el contrabando) a la quese dedican de cont inúo» (3). Y enotro lugar niega compartir la opin ióngeneralizada de que «los habitantesde la sierra son sencillos y francos ylos únicos para decirlo de una vez,que se han preservado de la corrup­ción de los siglos» (4).

Antonio Porras Márquez, naturalde Pozoblanco dice del hombre deesta comarca: «Mira mucho elmañana, teniendo por tanto unasana y bien definida tendencia a laprevisión y al ahorro.... Quizá o sinquizá, por este hábito de ahorro, elValle, en general, es rico; no habrámuchos enormes cap itales, perotampoco hay pobres» (5).

Otro más cercano a nosotros,Alfredo Gil Muñiz que ejerció "el "magisterio entre sus habitantesdice: «el pedrocheño es fuerte devoluntad , parco en el hablar, sobrioen el alimento y vestido , y muy eco­nómico» (6).

La temperatura de Los Pedro­ches es la propia de un clima medi­terráneo continental. Tiene unasprecipitac iones moderadas entre

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500 Y 700 mm. muy desigualmentedistribuidas a lo largo del año.

Las máximas precipitaciones tie­nen lugar en otoño- invierno con unsegundo máximo en primavera yacusada sequía estival.

Las tempe raturas se sitúan entor­no a los 17 grados centígrados,ofreciendo un marcado contrasteentre los meses de invierno y los deverano (7).

MATERIALES DE LA ZONA

A todas luces aparece y es muyabundante la piedra de granito quecomo sabemos está formada portres compuestos que son feldespa­to , cuarzo y mica (8).

En tiempos pasados existieronunas zonas frondosas llenas deencinas llamadas las dehesas, detal manera que los árabes llamarona esta zona el Valle de las Bellotaspero en el siglo XVIII se talaron y searrasaron muchos de ellas paraconquistar tierras de labrantía y depastoreo . Sus troncos retorcidospero indómitos eran transportadospara entibar las minas de azogue deAlmadén y también se usaron parala construcción de las viviendas (9).

Es frecuente ver en los techosque separaban el cuerpo bajo de lacámara o dob lado como se sostie­nen con gruesos y ennegrecidostroncos de encinas que por allí lla­mamos «aquilones» y sobre ellos«tiquillos» de madroño. Así mismo laestructura que sostiene los tejados

son troncos c1aveateados sobre losque se colocan extendidas las jaras.

En esta comarca ha sido tradicio­nal la forja sobre todo hay dos loca­lidades que son Pozoblanco eHinojosa del Duque que han brilladoen su pasado por estos trabajos(1 0), de ahí que es siempre un ele­mento a tener en consideración eluso de forja en la vivienda.

El hombre de la comarca de LosPedroches ha sido generalmenteganadero teniendo la ganaderíamucha importancia por el tiempoque se le dedicaba ya que su eco­nomía depend ía práct icamente deella y en su casa también debíatener cabida al menos parte de eseganado por ejemplo las bestias delabranza o de tiro del carro, el cerdoy las gallinas. De ahí que dentro desu vivienda hubiera lugar para lacuadra , para la zahurda, y para elgallinero (11).

La misma orientac ión de la casatenía en cuenta todos estos elemen­tos y el pasillo que la atravesaba eracamino de tránsito de estos anima­les cuando volvían de su jornadacampes ina y cada uno se dirigía asu establo particular (12).

DESCRIPCION DE LA CASAPOPULAR

El enlucido o revocado exteriorse hacía mediante una mezcla decal y arena que luego se blanquea­ba. En el interior se usaba el yeso.

4Pedroche. Calle San Gregorio, 9.

Exterior o fachada:

Podíamos dividirla en tres tiposde vivienda según la situación eco­nómica y social de los grandes,medianos y pequeños prop ietariosvariando en su cons ecuencia losmetros cuadrados de superficie.Hay fachadas de cinco ventanas detres y de una, si bien estas últimasson las menos y las más abundan­tes las segundas.

La anch ura sue len darla trescañones o galerías que se ext iendenen profundidad . las dos lateralesdan albergue a las alcobas y el cen­tro es el pasillo o vereda que unetodas las dependencias de la casa yla casa con el portal y pat io. La pro­fundidad está div idida en tres cuer­pos separados entre sí por un tap ialo tab ique.

Las medidas de la fachada sue­len ser de 10 ó 12 metros. Algunashan sido construidas con bloquesde granito ta llado de peq ueñasdimensiones y su unión se hacemed iante mortero que luego seblanquea. En Pozoblanco y Añorahemos visto trozos de calle queconservan así sus fachadas aunqueen otros lugares las hemos vistorevocadas con mezcla y encaladas(13).

Como es bien sabido la blancuraes caracte ríst ica de la vivi endaandaluza que tiene la finalidad deornamentar y también de refracta r elcalor, tan acusado en estío. Se con­sigue a base de encalar toda sufachada y testeros prev iame nte

enlucidos con la mezcla de arena ycal llamada mortero (1 4).

Puertas y ventanas:

La entrada está marcada porcuatro gruesas piezas de piedra degranito siendo las dos verticalesjambas y la que hace puente sobrelas jambas dintel y al peldaño en laparte inferior para introducirse en lamansión se llama «batior.. o batien­te.

La apertura o vano suele ser:1,30 m. de alto por 2,60 m. deancho. El grosor de la piedra equi­vale al del grosor del muro de entra­da que suele ser de 70 u 80 cms.

Se pueden ver distintos modelosde dinteles: el clásico y el máscomún que es del mismo grosorque el de las jambas y con ellasforma en su unión dos ángulos rec­tos.

Frecuentemente la cal tapa partede la piedra no dejando ver la sime­tría que forman las piedras sinoocu ltando bajo la cal las escuadrasde arriba como los inicios de abajo.

Los hay de ángu lo conopial y condiversos elementos decorativos rea­lizados en la misma piedra que vandesde pequeñas bo las en relieve adibujos circu lares o estrellas (1 5).

Hay ejemplares de dinteles en losque aparece una sola pieza pero demayor dimensión en su anchura.Unas veces esta piedra monum en­tal está labrada y tiene dibujos consímbolos religiosos. Otras vecessimplemente fechas e incluso norn-

Pozoblanco . Calle Pozo Viejo. -Casa de la Viga -.

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Villanueva del Duque. Calle Rogel ía Femández, 10.

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bres propios. Las hay lisas y tam­bién rematadas en un débil pretil enla parte superior y el inicio de loslados desde arriba. En otras hemosvisto incluso una hornacina dedica­da a una advocación religiosa comopasa en Añora y otras un escudocomo en Hinojosa del Duque,Belalcázar y Dos Torres (16).

Pero existen otros más recientesen casas de cierta relevancia congran fachada y normalmente cuatroventanas, en las que se ve el dintely la parte super ior de las ventanasen forma de arco descansandosobre las jambas .

Este vano está cub ierto por loque verdaderamente es la puertaconstruida con dos grandes tablo­nes de madera generalmente conclavos de cabeza gruesa que laadornan. En la puerta , parte dere­cha, tiene un pequeño ventano quese abre sin necesidad de abrir todala hoja y por donde habitualmentemiraban los moradores desde elinterior (17).

Para la puerta se emplea maderade encina cortada en dos grandestablones. Sobre la madera se ador­naba con hileras de clavos de hierroforjado de cabeza gruesa. A la dere­cha o la izquierda iba el llamadorque podía tener forma de ese o deanillas. La cerradura , muchas vecesartística con llave de hierro forjado.

Normalmente en el interior teníanun cerrojo y aldaba y al exterior unacerradura que se abría con la llave ydesde ese vano se proced ía a tirar

del cerrojo que mantenía cerrada lapuerta.

Existía un orificio común en lapuerta y en su parte más baja queera totalmente redondo y se llama­ba gatera porque por ese edificioentraban y salían los gatos quelibraban a los habitantes de ratas yratones (18).

En tiempos pasados era muy fre­cuente ver la puerta de la casa conun emparrado, o sea que de uno delos lados arrancaba el tronco de unaparra que subía y luego a través dealambre o tela metálica dirigían lossarmientos de la planta para quecubriesen ese espacio e hiciese lasveces de vestíbulo. Allí acostumbra­ban las vecinas a tener sus tertuliasmientras hacian sus múltiples servi­cios al hogar como era remendar laropa, hacer punto .... (19).

La parte baja de la fachada deaproximadamente medio metro dealtura y en toda su longitud menosel vano de la puerta, lo const ituía elzócalo que en las casas más nobleseran de grandes piedras de granito(20).

La acera está formada por pilas­trones o losas grandes de granitode unas medidas aproximadas de80 por 80 cms. de lado y situadasen el sent ido long itudinal de lafachada.

El «regajo» o centro de la calleestaba señalado por unos bloquesde unos 40 cms. de largo por 8 deancho en plano inclinado para quecorrieran por allí las aguas que

Fuente la lancha Plaza Zúñiga, 13.

caían de las canales y hasta queexistieron cañerías y se urbanizaronlos pueblos, también corrían por allítodas las aguas llamadas residua­les. Desde la acera hasta el regajoestaban empedradas las calles ycuando ocasionalmente se produ­cían los paros estacionales era en elrepaso del «empiedro» donde secolocaban a los hombres parados yse aprovechaba para dar un arregloa todas las calles al mismo tiempoque se solucionaba un problemasocial.

Ventanas:

Las ventanassuelen medir 1,20 m.de altura por 0,80 de ancho y vandotadas de rejas carceleras de hie­rro forjado formando bien romboscon unos hierros verticales y otrosque los atravesaban a estos en hori­zontal o simplemente dos hierros enforma de cruz en las casas máshumildes.

Cuando la casa tiene doblado ocámara suele tener otra ventana enel centro por encima del vano de lapuerta u otras dos por encima decada una de las que están en lavivienda que sirven para la ventila­ción e iluminación de aquel espacio.Cuando en lugar de estar habilitadapara cámara lo está para viviendasuele tener un balcón volado en laparte central con reja de hierro forja­do y asentado en piedra de granito.

Cubierta:

Tejados:

Los tejados son de dos aguas alas que divide el caballete cubiertode teja árabe.

Las aguas son recog idas porunos canalones de chapa que estáncolocados a lo largo de los aleros yque se distribuyen desde el canalóndesde donde es arrojada al suelomediante un adorno parecido a unaboca hecha del mismo material ysemejando las górgolas de las cate­drales y a veces sigue canalizadahasta el suelo de la calle.

El tejado se coloca sobre lo quese ha venido llamando «tijeretas» otijeras consiste en un palo de encina(21) de largo y grueso proporciona­do a la dimensión de la fachada. Enese palo luego se van clavando dis­tintas tijeras que cons isten en for­mar como cost illar siendo el espina­zo el palo reseñado y a uno y otrolado claveteados otros más cortos .De lo que podríamos llamar unacost illa a otra, llevan también clave­teado un cañizo hecho de cañastrenzadas de soguina. Sobre esascañas a veces se colocaba unacapa de matas de jara o hiniesta ysobre ellas se situaban las tejas demodo que la ancha y fabricada en eltorno sustentaba a uno y otro lado auna teja clásica árabe.

En algunos tejados puede verseairosa una veleta que gira conformesoplan los vientos.

Por lo general la casa ha sidorecogida, íntima, señorial y acoge-

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dora, tal vez algo oscura, porque laluz y ventilación le llegaban a travésde unas grandes cristaleras abati­bles que tenían en la parte alta delos tabiques de separación, paraque recibieran la luz de las ventanasque daban a la calle o patio.

Esta semioscuridad le daba cier­to toque de belleza serena y elegan­te que propiciaba el recogimiento yel descanso rodeados de toda clasede comod idades.

Alero:

El alero solía ser de medio ladrilloporque la otra mitad formaba laparte de la pared. Se buscaba paraellos principalmente que fueran sóli­dos y duraderos para su sosten i­miento y porque en su construcciónse usaba poca cantidad de cemen­to.

Chimenea:

Una forma tradicional de caldearmaterial y espiritualmente la vivien­da ha sido siempre la chimenea a laque se la ha dado el nombre dehogar porque mantenía el fuego dela casa siempre ardiendo y allí serealizaban las faenas culinarias yentre otras la del coc ido que necesi­taba toda la mañana para estar apunto a la hora de comerlo.

En esta comarca allí se cura lamatanza, la chacina fabricada quese come a lo largo del año.

La losa sobre la que se hace elfuego forma un ángulo recto conotra losa llamada «monja», «morilla»o «piedra de fuego» ennegrecida deaguantar la lumbre y de dondearranca a un lado y a otro una pare­dilla de cuarenta centímetros deancho y ochenta de alto. A esa altu­ra hay un saliente donde se colocanlos vasos y de ahí el nombre devasar y arranca lo que se llama lacampana que va estrechandoseconforme sube hasta salir por enci­ma del tejado.

La cocina está en el segundocuerpo de la casa. La forma de lachimenea, en la parte exterior deltejado, es distinta según los rema­tes. Las hay abiertas totalmente ycon tejadillo y aún quedan dosejemplares en la «Casa de la Viga»en Pozoblanco que finalizan en unabonita construcción de tejadillo acuatro aguas con su caballete divi­sorio.

En las casas de la labranza solíantener otra entrada para las bestias yaperos del campo, bien a un lado dela fachada o en la puerta falsa o tra­sera con unos portones. En esteúltimo caso estaban rematados porun tejadillo de dos aguas con teja.

DISTRIBUCION INTERIOR DE LAVIVIENDA

Las paredes se construían depiedra y barro formando un muro desesenta o sesenta y cinco centíme­tros de espesor en medidas deocho metros de ancho por cincometros de alto. Este espesor ade­más de hacer permanecer el caloren invierno y el fresco en el veranoconsegu ía aguantar el empuje queluego harían las bóvedas que ser­vían de forjado y const ruían conladrillo macizo y yeso por lo quepesaban mucho y lo hacían en sen­tido horizontal, de ahí que las facha­das exteriores tenían gran espesorpara poderlas aguantar.

Las bóvedas se rellenaban conlas escorias del carbón quemadopor la máquina de vapor del tren oen las fraguas y herrerías. El suelode la cámara en muchos casos sedejaba de tierra y si se embaldosa­ba se hacía con losa de barro. Enlas casas de labranza se constru íanademás trojes o trojas para almace­nar el grano por lo que el peso quetenían que soportar era mucho.

La mayor parte de estas vivien­das eran terrizas lo mismo en laplanta baja que en la cámara y senivelaban con tierra aprisionada yuna vez que se-endurecía el piso, seles ponía la solería. Con anterioridadlas mujeres echaban una capa deexcrementos de vaca. Con ellos seformaba una pasta con la que seimpregnaba el suelo y adquiría unagran dureza que sin embargo noexhalaba olor alguno, ni levantabapolvo al barrer. Algunas las hemosconocido pintado todo el pasillo derojo adornado todo con una cíntaalrededo r, sobre todo en la veredadel pasillo que era la que más lucíapero también en el inicio de la paredseñalando la unión en angula rectoque formaba el lienzo de la paredcon el suelo.

Lo más frecuente era el empe­drado en el suelo por el lugar pordonde pasaban las caballerías quedebía ser consistente. En Añora

recogían un tipo de piedra de varioscolores y sus enchinados revestíanun colorido inusual formando dibu­jos geométricos y a veces adornosflorales (22).

En otros pueblos el tipo de piedraque usaban era las piedras pulimen­tadas de los arroyos, guijarros quetambién pod ían cogerse de distintocolor y medida y se construían dibu­jos también muy artísticos.

Para la unión de estas piedras seusaba cemento con lo cual quedabatotalmente solidificado y hecho unapieza.

En el segundo cuerpo a la dere­cha estaba la cocina y el suelo erade grandes losas de piedra de gra­nito. Tenía su chimenea y dentro dela chimenea se colgaban los llares,unas cadenas de hierro para colgargrandes calderas con agua para lamatanza en otras ocasiones, elsoplillo, espec ie de canuto de hierrocon un orificio en la punta pordonde salía el aire, tenazas y todoslos útiles para atizar la candela.

A un lado de la coc ina estabasituada la cante ra. Era un arco ycomo base de l arco un poyetesobre el que se co locaban tres cán­taros , con sus tapaderas de barro ode hojalata y alguno más en la partebaja. Se escog ía un lugar fresco enverano y templado en invierno.

A un lado y otro de la la alcobaenfrente de la coc ina se franqueabadejando atrás los chineros quehabía a un lado y a otro. Con suspuertas enmarcadas en cristal ydetrás del cr istal los visillos .Uniendo un chinero y otro había unaespec ie de media naranja donde seguardaba gran parte de la loza delajuar. En el te rcer cue rpo nosencontramos con la escalera que daascenso a la cámara o doblado yantes una alacena donde se guar­daba la despensa del momento.

Pasado los tres cuerpos llega­mos al portal cubierto donde en unrincón estaba la cocina y en otro elfregadero.

Desde el portal había acceso a lacuadra donde do rmían las best iasdespués de sus faenas agríco las.

Al fondo del portal nos enco ntra­mos con el co rral o patio donde casisiempre estaba el pozo que surtíade agua a la casa y la zahurdadonde se cebaba al cerdo, se guar­daba la matanza del año y sueltaspor el corral las gallinas que poníansus nidos debajo del " tamaral»

Villanueva de Córdoba.

donde estaba apilada la leña. Y a unlado del corral y como continuaciónde lo ed if icado exist ía el pajardonde terminadas las eras se alma­cenaba la paja y se tupía bien paraque almacenase mayor cant idadque luego se utilizaba durante elaño para dar le pienso a las bestiasen los pesebres de la cuadra.

La cámara o doblado está dividi­da en cuatro hermosos trojes o tro­jas con sus paredes divisorias decuarenta cent ímetros y una entradaa ras de suelo. Allí puede verseamontonado el trigo o la cebada yen el montón de cereal manchadopor los tomates, patatas, etc . apar­te de las que cuelgan de sus cas illasde juncia de los palos que sostienenel techo de los que salen clavo s. Lacámara también se convierte enalmacén de trastos viejos.

Pozo y lavade ro

En un rincón del patio o co rralestaba el pozo . Debido a la falta deagua en la comarca cada familiabuscaba su propia solución si nototal al menos en parte. Cada casatenía su prop io pozo pero a vecestambién lo construían en la media-

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nería y servía para dos casas eincluso para más viviendas.

Naturalmente el agua de lospozos de casa no suele ser potableporque en su recorrido pasa porestercoleros que pueden in fectarla.Pero aunque no servía para beber sipod ía utilizarse para otros usoscomo el aseo personal y local, lavar,regar las flores, etc.

El brocal era bien de barro cocidoa estilo árabe o de piedras de grani­to unidas entre si mediante unaspinzas de hierro metidas en unosagujeros que se llenaban con plomoderretido.

De una parte a otra del brocalhabía un arco de hierro y en el cen­tro una garrucha para facilitar el tra­bajo. La soga se introducía por elcanal de la garrucha , en un extremode la cuerda se ataba el caldero decinc y se colocaba en uno de losextremos del asa un pequeño hierropara que facilitara recoger el agua.Del otro extremo de la soga se tira­ba hasta tener a mano el calderolleno de agua.

Junto al pozo estaba la pila delavar. Había varias clases de pilas:unas de alfarería de barro cocido deforma ovalada de una altura de cua­renta centímetros y un metro delarga y en un extremo un agujeropara dejar salir el agua sucia; esteagujero se taponaba con un corcho.

El lavadero era de madera sobrela que se echaba la mujer.

También existían pilas de piedrade una sola pieza y estas ya teníanincorporado el lavador en forma deplano inclinado.

Pajar

Cada municipio tenía de sus bie­nes comunales, una o varias dehe­sas para que tuv iera cada familiapara poder sembrar. Estaban dividi­das en decenarios y la familia quetenía intenciones de sembrar unía elsuyo. El pedazo de terreno lo sem­braba y así obtenía la paja para losanimales, etc.

La paja de las eras tampoco sedesperdiciaba sino que se transpor­taba en carros con unas redes desoga. Con el bieldo se echaba lapaja al carro y los niños y personasmayores las aplastaban o pisabanpara que cupiera mayor cant idad.

Cuando se llegaba a la casa semetía en el pajar y lo mismo se invi­taba a los niños para que saltando

sobre la paja fueran tupiéndola. Elpolvillo se metía en los ojos y en lagarganta y se pasaban malos ratospero el capricho y el afán de juegoera superior a estos inconvenientes.Si el carro no pod ía llegar hasta lapuerta del pajar, entonces mediantesábanas cog idas por sus cuatropuntas se trasladaba la paja desdeel carro al pajar.

NOTAS:

(1) En Pozoblanco se indica en estetiempo la concepción del la actual Plazade la Iglesia a propós ito de las obras dela iglesia parroquial de Santa Catalina sealinean los alrededores. Cfr. MorenoValero Manuel «la Iglesia Parroquial deSanta Catalina».

(2) En su artículo 104 dice: «la apertu­ra de calles nuevas y el ensanche de lasexistentes, se sujetaran al plano queestablezca el Ayuntamiento, Ibi.

(3) Casas Deza: «Corografía de lapro vincia y obispado de Córdoba » tomoI p. 21. Edición CajaSur, 1986.

(4) Idem, anterior I p. 105.

(5) Porras Márquez Antonio: «Prác­ticas de derecho y economía popularobservadas en la villa de Añora». Premiode Ciencias Políticas. Madrid 1916.

(6) Gil Muñiz Alfredo en Boletín de laReal Academia de Córdoba, n.O 12(1 925), pp. 131-167.

(7) Cfr. Valle Buenestado Bartolomé:«Geografía de los Pedroches ».

(8) Famosas son las canteras existen­tes en todos los pueblos: Alcaracejos,Belalcázar, Villanueva de Córdoba,Villanueva del Duque, Pozoblanco, DosTorres, Conquista. Cfr. Gil Muñiz Alfredo.B.RAC. n." p. 135. En todos estos pue­blos puede verse reflejado en los inte­rrogatorios del Catastro de Ensenada.

(9) Cfr. Ocaña Torrejón Juan: «LosMotes», de en Brac.

(10) En unas de las sevillanas quecantan los Amigos del Pueblo, conjuntode Pozoblanco, hace referencia a estarealidad cuando dice:

«En arte y buenos oficiosmi Valle tiene solera:artesanos y labriegosde cuero y de la madera.Gañanes y ganaderoshombres que labran la tierra,hombres que hacen feligranascon el hierro y la piedra» ,

(11) Cfr. Casas-Deza: «Corografía...»

donde dicen que en parte la prosperidadque obtuvo Pozoblanco la debe a laventa de ganado mular y caballar quehizo en tiempos de guerra a los ingleseso franceses.

(12) En tiempos pasados existió elporquero que pagaba el Consejo e iba

recogiendo por las calles los cochinillosque cada familia engordaba para lamatanza y abrían la zahurda y salía elanimal y lo mismo cuando el porquerovolvía por la tarde el animal solo, seintroducía directamente en su zahurda.

(13) En Pozoblanco existe el calle deSan Rafael y en Añora en una de lascalles que desembocan en el Santuariode de las Virgen de la Peña.

(14) Siempre para la feria anual esclásica la estampa de subirse en unaescalera y con una brocha enjalbergar lapuerta. Incluso la costumbre era recor­dada por un bando del Ayuntamientocada año.

(15) Son de estilo gót ico primitivo.Cfr.

(16) No podemos silenciar que enesta comarca ha tenido y tiene fama deser muy religiosa.

(17) Posiblemente esto sea un resa­bio del antepasado árabe y sustituto dela celosia pues quien más se asoma poreste ventanuco es la mujer que está encasa.

(18) Al tener despensa, los oloresatraían este tipo de roedores del que sedefend ían alimentando varios gatos .

(19) Se deja entrever la calma conque vivían aquellas gentes. Aún pueden

verse por estos pueblos estampas detertul ias de personas mayores sentadasen sus sillas de enea a la puerta de lacasa. Esta vieja y ancestral costumbrede cov iviencia debió implantar la som­bra del emparrado a la puerta de lavivienda. Era como traerse lo rural a lapropia vivienda, luego quedó reducido alemparrado del patio.

(20) En los años de la postguerraexistió la costumbre de hacer los zóca­los ficticiamente de granito a base deuna mezcla de cemento y piedra tritura­da y pasándole luego como una espon­ja.

(21) Modernamente y dado que no sepermite arrancar encinas este palo divi­sorio se ha sustituido por el de pino.

(22) Esteban Márquez Triguero diceque estos materiales son las escor ias deantiguas fund iciones de época romanaque se pus ieron en exp lotación enépoca moderna para aprovechar su altocontenido en plomo. Cfr. «MosaicosPopulares del Valle de los Pedroches(Córdoba) >>. En Pedroches ya existíanestos empiedras artísticos en el sigloXVII según documentación aparecida enel archivo parroqu ial.

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