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LA ZARZUELA PERIÓDICO DE MUSICA, TEATROS, LITERATURA DRAMÁTICA Y NORLES ARTES. Año I. niiidriti 23 «le J u n i o d e 1S5«. üúni. 21. Samarlo. Actos oficiales.—Preocupaciones. —noti- cias (le algunos grandes compositores.—Esposicion de l)ellas artes. —El Teatro.— Efemérides de ju- nio.—Crónica.—Anuncios. ACTOS OFICIALES. Por real orden fecha 17 del corrienle, ha dis- puesto S. iM., que la esposicion de Relias Artes continúe abierta hasta el 30 del corriente. Poste- riormente ha insertado la Gacela oficial otra real disposición que dice así: Bellas Arles. Excmo. Sr.: La Reina (Q. D. G.), lomando en consideración las razones espuestas por V. E., se lia dignado admitir la renuncia que hacen de toda opción á los premios que pudieran corresponderles, en la actual esposicion genera! de Bellas Arles, los individuos de esa Real Academia, cpie, á la circunstancia de pertenecer al jurado, reúnen la de ser esposítores, dando así una prueba de recti- tud y abnegación que les lionra sobremanera. S. M., interpretando fielmente estas ideas, y cre- yendo anticiparse á los deseos de dichos individuos, se ha servido disponer al propio tiempo que para completar el rasgo de delicadeza con (jue han ma- nifestado su desinterés é imparcialidad como artis- tas y como esposítores, dejen á otros el cargo v cuidado de calificar sus propias obras , presentadas en la esposicion; y por tiltimo, de conformidad con el arl. 3." del Real decreto de 28 de Diciembre de 1853, S. M. ha tenido á bien nombrar los seis jueces que deberán agregarse al jurado elegido por esa Real Academia, en los términos siguientes: á ia sección de pintura, D. José Méndez y D. Eduar- do Velaz de Medrano; á la de arquitectura, D An- tonio de Zabaleta y Don Valentín Martínez de la Piscina, y á la de escultura, el Marqués del Socorro y D. Francisco Rellwer. De Real orden lo digo á V. E. para su conoci- miento y efectos oportunos. Dios guarde á V. E. muchos años. Madrid 20 de Junio de 1856'.=Fran- cisco de Luxán.=Sr. Presidente de la Real Acade- mia de San Fernando. Hallándose incluida en el número de los seis jueces nombrados, la persona que mas parte activa tiene en la redacción de LA ZARZUELA , nos abstene- mos de hacer ninguna clase de comentarios acerca de la elección del jurado. PREOCUPACIONES. Con motivo de haberse dicho estos últimos dias que la empresa del TÜATRO D E L A ZARZUELA , en vista de las dificultades con que tropieza para ha- llar cantantes dignos del coliseo próximo á inau- gurarse, pensaba acudir al estrangero en busca de tenores y tiples, no ha faltado quien ponga ei grito en el cielo, protestando contra semejante me- dida, so prelesto de que seria abdicar el carácter nacional que debe ser distintivo del teatro lírico- español, donde se reprcseiilen óperas ó zarzuelas. ¿Qué dirían los que así se alborotan por una cosa tan sencilla y natural, que sino ha sucedido hasta ahora podrá realizarse algun día? ¿Qué di- ñan, repelimos, si viesen invadido el escenario de la calle de .lovellanos por compositores estran- geros? Y sin embargo, lio por eso dejaría de sub- sistir, ni habría desaparecido, como algunos ima- ginan , el teatro lírico-español. ¿ Quiénes fueron los que pusieron la primera piedra para levantar el tealro de la ópera francesa? Un italiano, Lulli, y mas tarde un alemán, Giuk, que creó el verdade- ro drama líríco-franees. Posteriormente, al lado de los compositores franceses Gossec, Berton, Les- sueur, Méhul, Auber, Halévy, Adam , etc., etc., vemos cantarse óperas francesas compuestas por italianos y alemanes, tales como Pacini, Sacliiní, Paer, Salieri, Cherubíni, Spontini, Rossini, Verdi, Meyerbeer y otros. De la misma manera en el tealro de la Opera cómica se cantan las produc- ciones de los italianos Donizetti y Marliani, del in- glés Ralf y de Gomis el español. Pero hay mas: la existencia de l'opcra-comíque la debe Francia á un estrangero: las primeras óperas originales que se escribieron en París son de Duni. Este compositor italiano, condiscípulo de Per- golése, llegó á París al poco tiempo de haber teni- do que abandonar las orillas del Sena la compa- ñía italiana que díó á conocer á los parisienses la Serva padrona y demás obras predilectas de los compositores italianos de la época. La Opera có- mica, que acababa de crear.se, se mantenía tan solo de traducciones italianas, hasla que Duni escribió © Biblioteca Nacional de España

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LA ZARZUELA PERIÓDICO D E M U S I C A ,

TEATROS, LITERATURA DRAMÁTICA Y NORLES ARTES.

Año I . niiidriti 23 «le J u n i o de 1 S 5 « . ü ú n i . 21.

S a m a r l o . Actos oficiales.—Preocupaciones. —not i ­cias (le algunos grandes compositores.—Esposicion de l)ellas artes. —El Teatro.— Efemérides de ju­nio.—Crónica.—Anuncios.

ACTOS OFICIALES.

Por real orden fecha 17 del corrienle, ha d i s ­puesto S. iM., que la esposicion de Relias Artes continúe abierta hasta el 30 del corriente. Poste­riormente ha insertado la Gacela oficial otra real disposición que dice así:

Bellas Arles.

Excmo. Sr . : La Reina (Q. D. G.), lomando en consideración las razones espuestas por V. E . , se lia dignado admit ir la renuncia que hacen de toda opción á los premios que pudieran corresponderles, en la actual esposicion genera! de Bellas Ar les , los individuos de esa Real Academia , cpie, á la circunstancia de pertenecer al j u r a d o , reúnen la de ser esposítores, dando así una prueba de recti­tud y abnegación que les lionra sobremanera . S. M., interpretando fielmente estas ideas , y c r e ­yendo anticiparse á los deseos de dichos individuos, se ha servido disponer al propio tiempo que para completar el rasgo de delicadeza con (jue han ma­nifestado su desinterés é imparcialidad como art is­tas y como esposítores, dejen á otros el cargo v cuidado de calificar sus propias obras , presentadas en la esposicion; y por t i l t imo, de conformidad con el a r l . 3 . " del Real decreto de 28 de Diciembre de 1853, S. M. ha tenido á bien nombra r los seis jueces que deberán agregarse al ju rado elegido por esa Real Academia, en los términos siguientes: á ia sección de p in tura , D. José Méndez y D. Eduar ­do Velaz de Medrano; á la de arqui tectura , D A n ­tonio de Zabaleta y Don Valentín Martínez de la Piscina, y á la de escultura, el Marqués del Socorro y D. Francisco Rellwer.

De Real orden lo digo á V. E. para su conoci­miento y efectos oportunos. Dios guarde á V. E. muchos años. Madrid 20 de Junio de 1856 ' .=Fran-cisco de L u x á n . = S r . Presidente de la Real Acade­mia de San Fernando .

Hallándose incluida en el número de los seis jueces nombrados, la persona que mas par te activa tiene en la redacción de L A Z A R Z U E L A , nos abs tene­mos de hacer ninguna clase de comentarios acerca de la elección del ju rado .

PREOCUPACIONES.

Con motivo de haberse dicho estos últimos dias

que la empresa del T Ü A T R O D E L A Z A R Z U E L A , en

vista de las dificultades con que tropieza p a r a ha ­

l lar cantantes dignos del coliseo próximo á inau­

gurarse, pensaba acudir al estrangero en busca

de tenores y t ip les , no ha faltado quien ponga ei

grito en el cielo, protestando contra semejante m e ­

dida, so prelesto de que seria abdicar el carácter

nacional que debe ser distintivo del teatro l í r ico-

español, donde se reprcseiilen óperas ó zarzuelas .

¿Qué dirían los que así se alborotan por una

cosa tan sencilla y na tu ra l , que sino ha sucedido

hasta ahora podrá realizarse algun día? ¿Qué d i ­

ñ a n , repelimos, si viesen invadido el escenario

de la calle de .lovellanos por compositores e s t r a n ­

geros? Y sin emba rgo , lio por eso dejaría de sub ­

s is t i r , ni habría desaparecido, como algunos ima­

ginan , el teatro lírico-español. ¿ Quiénes fueron

los que pusieron la pr imera piedra para levantar

el tealro de la ópera francesa? Un italiano, Lulli, y

mas tarde un a lemán, Giuk, que creó el v e r d a d e ­

ro d rama líríco-franees. Poster iormente, al lado

de los compositores franceses Gossec, Ber ton, Les-

s u e u r , Méhul, Auber , Halévy, Adam , etc., e t c . ,

vemos cantarse óperas francesas compuestas por

italianos y alemanes, tales como Pacini , Sacliiní,

Paer, Salieri, Cherubíni, Spontini, Rossini, Verdi ,

Meyerbeer y otros. De la misma manera en el

tealro de la Opera cómica se cantan las p r o d u c ­

ciones de los italianos Donizetti y Marliani, del in­

glés Ralf y de Gomis el español. Pero hay m a s : la

existencia de l'opcra-comíque la debe Francia á

un es t rangero: las p r imeras óperas originales que

se escribieron en Par ís son de Duni.

Este compositor i tal iano, condiscípulo de P e r -

golése, llegó á París al poco tiempo de haber teni­

do que abandonar las orillas del Sena la compa­

ñía italiana que díó á conocer á los parisienses la

Serva padrona y demás obras predilectas de los

compositores italianos de la época. La Opera có­

mica , que acababa de crear.se, se mantenía tan solo

de traducciones italianas, hasla que Duni escribió

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espresamente pa ra aquel teatro le Peinlre amou-

reux de son modele. El g rande éxito que alcanzó

le decidió á establecerse en Par ís , donde continuó

componiendo con aplauso del público. Siguieron á

Duni , Phílídor (el famoso jugador de ajedrez) y

Monsigny, composiiores f ranceses , pero otro autor

es t ran jero , G r e t r y , nacido en Bélgica en 1743 y

educado en R o m a , fue ciuien díó mayor gloria al

teatro de la Opera cómica con las cincuenta y

tantas obras que compuso.

No solamente se cantan actualmente en la

g r a n d e Opera de Par í s obras escritas por compo­

sitores es t rangeros , sino que hasta se t r aducen

aquellas que mas fama gozan en otros idiomas

como son, el Freischutz, de Weber , Mose in Egit-

to , Olello,, Italiana in Algeri, de Rossini, Lucia

di Latnermoor, de Donizetti, otras varias que no

recordamos en este momento , y mas rec ientemen­

te I Lombardi, de Verdi .

Respecto de los can t an t e s , hemos visto y oido

en el mismo teatro á Mario, G a r d o n i , Bet t in i , An­

c o n i , Bara ld i , italianos todos : tampoco se negará

que la Stolz y la Heinfeter son a lemanas . Sí los

tea t ros líricos de Francia han reclamado el auxilio

de compositores y cantantes es t raños , no ha se r ­

vido eso de pre tes to á nadie para l evan ta r la voz

contra semejante determinación.

Y no se diga que la Francia es una escepcion,

y que por carecer de compositores y cantantes tie­

ne que apelar á los es t rangeros . Lo mismo han

hecho las demás naciones, inclusa la Italia tan ce­

losa de su nacionalidad artíst ica. H a n d e l , Graun ,

Ilasse,. l lamado por los italianos il Sassone, N a u -

m a n , Mozart, W i n t e r , Gluk, Meyerbeer, son com­

positores a l emanes , que han escrito óperas i ta l ia ­

nas , no para cantarse en los teatros de Alemania,

sino ex profeso pa ra los de Italia donde la ópera

i taliana, no se negará, es t an nacional como es hoy

dia en nuest ro país la zarzuela, y podrá serlo mas

adelante la ópera .

A imitación de los a lemanes , han trabajado

también para la escena italiana los flamencos,

como Gretry, algunos compositores franceses, y lo

que es mas , Martín, Terradel las ^ Pérez y G a r ­

cía, compositores españo les , m u y rancios ambos

cua t ro , y que debieron vivir sin duda cuando el

a r te músico no se encontraba , segun ahora , en la

infancia, como equivocadamente quieren s u p o ­

ne r algunos. A su v e z , los compositores italianos

y franceses han visto sus óperas t raducidas y

cantadas en a lemán. La Inglaterra se vanagloria

de haber adoptado y grotegído á Haendel, Beto-

vhen , W e b e r y Mendelson, y hasta la Rusia , p a r a

posee r l a s óperas y cantos nacionales escritos por

Berezoosky, Verstovsky, Glinka, Dargomysky, e tc .

tuvo que empezar por l l amar á Sar t í , el cual pa r ­

tió de Italia, invitado por la emperat r iz Catalina

en 1785, y tuvo por sucesores á la mayor pa r t e

de las notabil idades d e la escuela i ta l iana y franco

a lemana .

¿Pero volviendo á los can tan tes , será preciso

recordar los nombres de los innumerables a r t i s tas

de todas naciones que h a n bri l lado en los tea t ros

de Italia?

El día que al teatro de la zarzuela le convenga

cont ra tar ar t is tas es t rangeros ( q u e por mal que

pronuncien el cas te l lano, no ar t iculan la letra con

mas imperfección que lo hacen la mayor p a r l e de

los cantantes españoles) , y se apropie a lgunas

obras es t rauas que merezcan los honores de la

t raducción , lejos de decaer hab rá introducido una

gran mejora en las representaciones. Es muy e s ­

t r año se v i t upe re semejante determinación ( caso

de realizarse) en vista de lo que pasa en ot ras n a ­

ciones. No hace todavía tantos dias que la italiana

Cruvell i causaba la admirac ión de los parisienses

cantando en francés las Vísperas Sicilianas, de

V e r d i , y la misma empresa cuen ta p a r a la p r ó x i ­

ma campaña de invierno con una g rande ópera

del tudesco Meyerbeer , t i tu lada la Africana, que

será ejecutada por dos i t a l ianas , la Modori, y

Borghi Mamo. E . V. BE M.

NOTICIAS D E A L G U N O S G R A N D E S C O M P O S I T O R E S .

ARTÍCULO CUARTO.

Hemos dejado pa ra el ú l t imo art ículo, q u e d e ­dicamos á este asunto , al mas célebre de todos los maestros de Italia,, por lo mismo que su genio creador l levó á cabo la g r a n revolución musical en E u r o p a .

El hombre que , elevado al poder , desl ierra an­tiguos abusos y protege todo cuanto por su u t i l i ­dad y conveniencia merece fijar la atención de las inteligencias s u p e r i o r e s , obtiene casi s i empre , en premio de sus afanes, el encono y los sarcasmos d e los necios. El vizconde Sosthene de la Roche­foucauld, de quien ya hemos hablado, y á cuyo cargo estaba la dirección de Bellas Ar te s , conoció el talento privilegiado de Rossini , y le abrió de p a r en p a r las pue r t a s y la caja de la Opera . Esto fue mas que suficiente p a r a que todos los per iódi ­cos de la época se desatasen en invectivas contra el vizconde, denostándole furiosamente á cual mas y mejor. Por dicha de las sociedades, los tiros de la ignorancia y de la env id ia nunca han consegui­do d a r m u e r t e á los mismos , cont ra quienes se han asestado.

La Rochefoucauld pres tó á la Francia el s e rv i ­cio de que Rossini se lígase con el la por medio de un t ra tado en toda regla. Por cada ópera que el maestro escribiese (y se comprometía á p resen ta r u n a por lo menos al año) , debía pe rc ib i r l a p r ima de diez mil francos y además los derechos de au tor , que eran bas tan te módicos. Pero el vizconde no se contentó con esto, sino que hizo otra cosa rnucho mas impor t an t e pa ra los intereses de Rossini, s u ­puesto que le proporcionó ar t i s tas para la e jecu­ción de sus obras . En efecto, Nourri t (hijo) quedó ' contralado de nuevo, y Levasseur y Mad. Damo­reau abandonaron el Teat ro italiano por el de la

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Opera . La Academia Real de música tuvo pues un tenor , un bajo y una soprano de p r i m e r o rden , de modo, que por los años de 1828 y 1829, últimos de la Restauración, pudo ejecutarse en ella una traducción del Moisés, otra del Sitio de Corinto, la pa r t i t u ra en dos actos El Conde de Ory y la magnífica ópera en te ramen te inédita Guillermo Tell.

Aunque los triunfos de Rossini no hicieron e n ­mudecer á los gozquecillos, que proseguían ladran­do desesperadamente á la luna, preciso es conve­nir en que la gloria de la Opera francesa data ; desde que en ella se admi ra ron sus preciosísimas i creaciones: la gloria de dicho teatro fue necesaria- : m e n t e la precursora de su for tuna. Habia furor | por asistir á las representaciones de las obras de tan célebre maest ro; su n o m b r e se repetía con en­tusiasmo en los cafés, en los salones y hasta en los palacios y boardi l las de Par ís ; pero la Acade-- I mia Real de música se hallaba entonces sujeta á ' la administración de la casa real , y era costumbre j admit ida en t re la gente de gran tono, y aun ent re i la de no tan al tas pretensiones, que no debian ,; pagarse las localidades, con especialidad los pa l - | eos, bastando cjue los pidiese una persona conocí- ; da en la buena sociedad, pa ra que se le facilitasen ! al punto y sin retr ibución a lguna , si los habia disponibles, lo cua l , cuando se t ra taba de una ! ópera de Rossini, e ra punto poco menos que i m - ' posible, porque se apa labraban los ú l t imos r i n ­cones de teatro con nmclia antelación, y á veces ocurr ían serías disputas con motivo de pre fe ren- ! c í a s , que los desairados nunca aguan taban p a - ' c ien temente .

De aquí resultó que los productos de la Opera no bastaban p a r a al iviar los inmensos gastos á que tenia que acudi r , á pesar de que s ienipre e s ­laba llena la sa la . Las pingües e n t r a d a s se debie­ron á Mr. Veron, desde q u e se puso al frente de aquel tea t ro , como director adminis t ra t ivo: mas si hemos de dar al César lo que es del César , de ­bemos decir en conciencia, que su principal m é ­rito consistió en que supo coger el grano que un h o m b r e es t raordinar ío como compositor y un magnate intel igente, que despreciaba las diatr ibas de miserables Zoilos, habian sembrado en el f e ­cundísimo t e r r eno de la Opera .

Desgraciadamente cesaron los cantos del i n ­mor ta l cisne de Pésaro desde la revolución de j u ­lio. Mr. Veron hizo desesperados esfuerzos para comprometer le á que escribiese u n a ópera nueva , pero inút i lmente , pues no obstante la amistosa benevolencia con que el maestro distinguía al d i ­rector , se man tuvo inflexible en la determinación que resuel tamente había adoptado. ¿Fué calculada é hija de la prudencia la conducta de Rossini? ¿Temió acaso que sus últ imas obras le robasen par to de la gloria que le habian conquistado las primeras? Esta suposición es absu rda , pero nadie lasla ahora ha podido aver iguar el verdadero motivo de su re t i rada del tea l ro . Lo que sí se sabe es que l iquidó una pensión de seis mil francos, que todavía disfruta ; en seguida hizo un viaje á España , antes de re t i ra r se á Italia.

Su estancia en Madrid fue la causa de que e s ­cribiese el Stabat Mater, que también se ejecutó en el Teatro italiano de P a r í s . El Excelentísimo señor don Manuel Fernandez Varela , Comisario general de Cruzada , personage distinguidísimo ademas por su buen gusto, por su afición á las a r l es y por e l l u j o con que sabía obsequiar á los hombres de méri to , díó un magnífico banquete en í

honor d e Rossini. No descr ibiremos aquella b r i ­l lante fiesta, de que pocos h a b r á en la corte d e España q u e no tengan noticia: baste decir que se leían c l a ramen te en el comedor d e la Comisaría de Cruzada todos los títulos de las p a r t i t u r a s del g ran maes t ro , y que las le t ras que los represen ta ­b a n se hab ian formado con flores.

Después de los post res , impulsado el dignísimo Fe rnandez Vare la por su pasión musical y por sus sent imientos nobles y elevados de sólida p i e ­d a d , rogó á Rossini que escribiese u n a pieza r e l i ­giosa, como recuerdo de su permanencia en la ca­pi tal de la nación católica: el maesl ro empeñó su pa labra de hacer lo , la cumplió poco después y de­dicó su Stabat Mater al Comisario de Cruzada, de quien conserva s iempre el afectuoso recuerdo á que se hizo acreedor en t re cuantos le t r a t a ron , por su ilustración y por sus v i r tudes .

El Stabat Mater se ejecutó en el suntuoso tem­plo de San Felipe el Real, el día de Jueves San to de 1833, con asistencia de la cor le , de la grandeza y de lodas las personas de la alta sociedad m a d r i -feua. Y como las costumbres españolas no t r a n s í -gen con la conveniencia de q u e canten mujeres en semejantes solemnidades religiosas, hubo precisión de acomodar pa ra voces de hombres lo que Rossini habia escrito p a r a aquel las . El efecto que produjo lan subl ime producción dura todavía en la memo­ria de los inteligentes q u e la escucharon; no q u e ­remos pues que nues t ros elogios lo debili ten.

También, como ya hemos dicho, se cantó dicha , obra con un éxito es t raord inar ío en el Teat ro i ta­l iano de Par í s . La siguiente carta de Rossini á su amigo Valdés, revela el grandís imo empeño y la importancia especial con que cl célebre maes t ro miraba su úl t ima composición.

«Mí quer ido amigo: «lie recibido vues t r a ú l t ima c o m u -

'•nicacion, así como la de esos señores del a y u n t a - i «miento: pero habiendo salido ya Tressini para «Madrid, nada h a podido a r reg la r se . Siento en el «alma que tampoco haya sido posible a segu ra r c l «compromiso de Rubini , por lo mismo q u e estoy «seguro de q u e este a r t i s ta hubiera hecho furor e n »la bella corte de l í spaña .

»El nuevo embajador de Francia se ha e n c a r -«gado de en t r ega r el Stabat Mater al Comisario »de Cruzada: deseo que m e digáis , escr ibiéndome «inmedia tamente , si ha tenido efecto su ejecución »y si ha parecido bueno ó malo. 'No me hagáis e s -«pera r mucho estas nolicias acerca de dicha obra , «que v e r d a d e r a m e n t e me ha costado mucho t r a -«bajo, y m u y pa r t i cu l a rmen te en los a c o m p u u a -«mientos, pues no se avienen con la cos tumbre «que tengo adoptada . Aguardo vues t ra contes ta-«cíon, y ent re tanto haced presente á los señores »de la municipal idad que no les contesto, porque «nada impor tan te tengo que comunicar les , pero «que pueden disponer de mí como les plazca.

«Burdeos 18 de agosto de 1833. « R O S S I N I . »

Desde la publicación del Stabat Mater quedó Rossini perd ido p a r a el ar te y para los placeres musicales del m u n d o , q u e s i empre admi ra rá sus obras .

E n 1853 se re t i ró de Bolonia á Florencia, en compañía de su esposa Olimpia Pelissier, q u e siem­p r e lama á su esposo mi inmortal. Su servicio se compone d e once criados y de t res doncellas. Tiene ca r ruage de m a ñ a n a , ca r ruage de t a rde y otro descubier to , dest inados los t res para uso de la signora, pues el maest ro hace sus visitas á p i é .

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con el paraguas debajo del brazo. Todos los años va á tomar las aguas de Monte-Catiiii, no tanto por é l , segun asegura , como por su pe r ro , y p a ­sa el resto del verano en su Villa del Dante, s i ­tuada en uno de los mas lindos p a n o r a m a s de las cercanías de Florencia. Ademas compró también en 185-3 el magnífico palacio de Pucci, por la s u ­ma de cuatrocientos mil francos, y destinó cin­cuenta mil para a m u e b l a r la habitación de su pobre mujer, como llama á la signora.

Rossini conserva toda su afición, todo su amor á la mús ica , y los pocos que pre tenden adivinar sus peusamienlos t ienen por cosa indudable que , cuando ya no exis ta , se encontrará tal vez alguna cosa de provecho entre sus viejos vestidos: son palabras que a t r ibuyen al maes t ro .

Estractado por J, M. D E A..

mmm DE BELLAS ARTES BS 1856. A R T Í C U L O V .

Dos re t ra tos bien pintados tiene don Leopoldo Sánchez del Vierzo, joven de ve rdadero talento y de esperanzas . Este aventajado discípulo de la Academia de San Fernando está preparando d i ­ferentes trabajos pa ra las p in tu ras que han de adornar el monumento levantado á la memoria de Arguelles.

El señor Tejeo ha espueslo un gran Cristo en la agonía de la m u e r t e . Este lienzo está dest inado, segun nos han dicho, p a r a la capilla de la s a c r a ­menta l de San Isidro Labrador . El dibujo os bas ­tan te cor rec to , pero cosas mejores lia pintado el au tor .

Los dos cuadrí tos de don Ensebio Valdeperas son de agradable efecto. Uno de ellos , el r ue r e ­presenta al rey Felipe IV pintando la cruz de S a n ­tiago ene l re t ra to de Velazquez, está ejecutado con facilidad y t iene buen colorido ; pero le perjudica el recuerdo del mismo a s u n t o , pintado por el inmortal autor del Cuadro de las Lanzas.

El cuadro de la batal la de Lucena , que ha pintado don Francisco de Paula V a n - H a l e n , está colocado á.demasiada a l tu ra para poder apreciarlo en su ve rdadero valor. Únicamente podemos decir que se descubre en este lienzo la fácil práct ica que distingue al autor de otras t an t a s ' ob ra s de l mismo género.

A don Justo María de Velasco per tenecen dos edificios góticos do muy buen efecto. El au to r , r e ­sidente en Palència , sé halla al frente de la e s ­cuela de dibujo d e aquel la población, y merece ser a tendido por las buenas noticias que tenemos de su sistema de enseñanza.

El cuadro de La Poesía tiene buena e n t o n a ­ción y el dibujo es bas tante correc to . El autor es el señor don Alejo Vera , discípulo de la Academia d e San F e r n a n d o .

Don Ramon Vives y A i m e r , discípulo de la Academia de Barcelona , ha espuesto una Caza muerta y paisage. Este l ienzo, de no escasas d i ­mensiones , es digno de ser m i r a d o con aprecio, j)orque revela tendencias por un género de p i n ­tura , que nuestros art istas de hoy día parecen desdeñar , y no carece de importancia cuando se sabe t r a t a r y se han hecho estudios prácticos del n a t u r a l .

La Pun ' s i n í a Co?ice/>CíO?2, del señor Zarza , y su Sacra Familia , están bien pintados. Merecen

elogiarse por las buenas dotes que adornan al autor .

Llegamos á la última le t ra del alfabeto , y h e ­mos agotado los apun tes que teníamos tomados de la esposicíon de p in turas . Como se nos h a b r á e s ­capado el nombre de a lgun autor que merezca ser c i tado, y por otra par te han sido espuestas s u c e ­sivamente algunas obras que no hemos tenido oca­sión de contemplar , dedicaremos mas adelante una revista re t rospec t iva , en la q u e incluiremos todos los autores dignos de mención pa r t i cu la r .

En cuanto á las producciones del bello sexo , solo diremos por h o y , promet iendo volver o t ro día á hablar de lo m i s m o , que las obras mas s o ­bresal ientes son las de la señora doña Josefa Gu­mucio, que en otras esposicíones ha presentado ya cuadros de mas ó menos importancia . Esta vez no ha sído esta señora muy afortunada en la coloca­ción q u e han dadora uno de sus lienzos.

N I C E T O G A N T E .

EL TEATRO.

Uno de los periódicos m a s ameno y mejot h e ­chos de cuantos ven la luz en provincias , es sin duda el Álbum Granadino, que se publica en la poética y ant igua corte de los su l tanes . Lindas l í tografias, artículos in teresantes redactados por plumas au tor izadas , y piezas de música origínales y bien compues tas , forman un conjunto e legante y var iado de entretenida lec tura , con vistosas e s ­t ampas y melodiosas can tu r í a s .

Los renglones cuyo título encabeza este a r t í c u ­lo l levan la firma de una persona muy compe ten ­te para t r a t a r cuestiones que se rozan con el t e a ­tro, segun lo h a d e m o s t r a c o, en diferentes trabajos l i terarios de sazonada crítica.

A u n q u e no nmy conformes c a l a doctrina que sustenta el señor Roda respecto de la inmediata protección que debe el gobierno d ispensar á los t e a t ro s , tenemos g r a n complacencia en t r a s l ada r la pr imera pa r l e de su bien escrita ep ís to la , á las columnas de la Z . V Ü Z U E L A , por el interés q u e ofrece la totalidad de la nar rac ión , su estilo ameno y cu ­riosos detalles que contiene acerca del tealro de Granada , cuya penosa existencia y deter iorado aspecto inter ior tienen pun tos de contacto con mu­chos de los coliseos de España .

Caa-la

Te has empeñado en que te escriba , como si fuese tan fácil el escribir , a u n q u e todos lo hacen; y que te escriba del teatro, cosa que todos h a b l a n , discuten, opinan, juzgan, y que por lo mismo es el mas difícil, porque se cree lo mas fácil. Yo he pensado s iempre y sigo pensando todavía, que t r a ­tar asuntos de teatros es cosa muy de l i cada : se necesita pa ra ello un conocimiento profundo del corazón y de la sociedad: es tar nut r ido y versado en la historia de todos los tiempos y paises : habe r hecho u n estudio teórico y práctico del teatro; po ­seer en fin conocimientos , gusto , ese tacto de l ica­do y fino que da la esperiencia en todas las cosas, unida al estudio. Ve aquí p o r q u e , .amigo mío, s iempre tomo la p luma con desconfianza en este p u n t o ; mira esplícada la causa de mí silencio : y por Dios no te se ocurra otra vez volverme á p r e ­gun ta r de t ea t ro . Y sino , dínie, ¿ p o r q u é desde Fígaro acá ninguito ha t ra tado este asunto mas que m u y super'ííciaimenle? Lee todos los folletines.

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de periódicos y te convencerás de la ve rdad de mi aser to . Es que no es fácil comprender ese t e m ­plo donde v iven juntos los hombres y los dioses: es que es preciso es tar iniciado para conocer las pasiones, el a m o r , la época, los p e r s o n a g e s , las c i rcuns tanc ias , el l u g a r ; es una tela delicada y fuerte á la vez , que no r o m p e r á el h ierro de la ignoranc ia , y sí doblegará á su antojo el soplo impercept ib le del saber .

Por otra p a r t e , hay principios adoptados r e s ­pecto al t ea t ro , que yo no puedo acep ta r . Dijo im poeta l a t i n o : Gañendo et ridendo corrigo mores. Y cá t a t e , amigo mío , que la antigua y la nueva sociedad can ta de c o r o : el teatro es la escuela de las cos tumbres . Y yo que pienso que el teatro es mas que una divers ión, q u e no ha salido ni un in ­dividuo s iquiera ni mejor ni peor del t ea t ro , me veo obligado á r ep rochar una v e r d a d consentida y quizá sancionada. Como si los t iempos de Grecia y l loma fueran es tos ; como si nues t ras costumbres se pareciesen á las de aque l los ; como si hubiese asomo de semejanza en t r e lo que se representa hoy y lo que entonces se representó. Costumbres , d r a ­m a s , personas , cosas, todo era d i fe ren te , hasta el teatro mismo. Querer asimilar un teatro con.otroj que re r que den iguales r e su l t ados , , e s que re r que nosotros tengamos las mismas v i r t u d e s , el mismo he ro í smo , la misma manera de se r . Ya ves que es to es impos ib le , y si lo e s , no es posible aceptar como v e r d a d actual la q u e lo era entonces. Ve aqtií por que no quiero hab la r t e de t e a t r o ; pues si está considerado por el gobierno como út i l , c iv i l i ­zador y conveniente , será cuando las producciones que se presenten sean dignas del objeto: mien t ras yo vea en el teatro improp iedad , inmoral idad, i n ­veros imi l i tud , mal l engua je , esas peripecias de los franceses en que t an mal p a r a d a s quedan las v i r tudes y las buenas cos tumbres ; antes q u e una cosa buena y p rovechosa , creeré el teatro una d i ­versión contraria á su objeto y quizá peligrosa. Cuidado que hablándote así estoy muy lejos de ser enemigo del t e a t r o ; al cont rar io , la creo la mas racional de todas las d ivers iones , y por eso siento no se le dé toda la atención que de suyo merece. Soy el p r imero en deplorar el estado en que está nues t ra escena : unos empresar ios s e suceden á otros, cuando debiera el teatro estar al cuidado del gobierno, que es de donde debe par t i r toda i l u s ­tración , toda moral idad. Y sin quere r a t inar ni señalar el origen del m a l , ello es que el teatro e s ­pañol carece de los requisitos necesarios pa ra He­na r su objeto. ¿Quién tiene la culjw? Nadie: es una especie de fatalidad; no puede ser otra cosa, c u a n ­do no hay uno que no deplore este ma l . Mira por que no quer ía hablar de t e a t r o , no sea me suceda con él, ,lo que con los dulces recuerdos de otros dias , de otros goces y de otros bienes.

Yo creo que p a r a r e g e n e r a r el tea t ro se n e c e ­sita hacer con él lo que decía un poeta nues t ro de las univers idades .

Crea de nuevo las venerandas aulas, nada harás sólido en ellas, si mantienes un pedestal, un.arco, de su antigua gótica rudeza.

Me parece que el t e a t r o , siguiendo el espír i tu del siglo, pide de suyo una variación completa en el espectáculo , en sus m i r a s , en sus tendencias , en su manera de ser . Ya el gobierno ha p r inc ip ia ­do á conocer esta necesidad, cuando ha espedido decretos especiales sobre el t e a t r o : vendrá un día,

yo lo espero , en que la protección sea tan eficaz como es necesar ia . Po rque no hay remedio : ó el tea t ro perece, ó es un objeto par t icular de c u i d a ­do. ¿Bastan acaso p a r a sus necesidades esos m e ­dios indirectos de existencia que se le d a n ? E s suficiente u n a censura moral? ¿ P o r v e n t u r a no hay algo mas q u e moral idad en las necesidades del pueblo? Hay ignoranc ia , faltan costumbres: sobra impudor : el freno indirecto de las r ep re sen ­taciones tea t ra les debe y puede contr ibuir á me jo ­rar lo . Y ¡ ay del pueblo que se acos tumbra á ver la inmoral idad , é l acaba rá por p rac t i ca r l a ! De seguro nada se ha rá respecto al teatro mient ras queden en pié todos los males q u e lo desv i r túan , De intento omito hablar te de todas y cada una de sus necesidades. Por a h o r a , y pues que no está en nues t ra m a n o otra cosa , quis iera yo en el nues t ro ver q u e m a d a s todas las decoraciones indecentes que hay en é l , un a l u m b r a d o que d ie ra luz y q u e esta viniera de ar r iba como la del sol; que se que­m a r a n todas esas lunetas , que s i rven pa ra todo menos pa ra es tar sentados; que hubiera una en t ra ­da dist inta para cada local idad; que por fuera se l e diera un aspecto de teat ro , y no de a lmacén como parece hoy. E n una palabra , pues que G r a ­nada no tiene otra diversión, dense á esta todas las ' mejoras posibles. No se me diga q u e no hay medio : para ello: esta no es razón: el adminis t rador e s t á j obligado á hacer el b ien , sea como fuere ; pero á" hacerlo de cualquier modo , y en este pun to es mas imperiosa que en otros la obligación. Tengan presente nuestros admin i s t radores , q u e las obras públ icas son como el mat r imonio , que se acaban sin saber como, mas que se deben hacer . Es i n ­digno además que cuando en todos los teatros de p r imer orden hay hasta lujo en la escena, el n u e s ­tro esté abandonado. ¿Qué espectáculos queremos ver d ignamente representados con tales decoracio­nes? ¿Hay ilusión posible con Un telón roto y man­chado , con salones de co r t e , que pueden se rv i r muy bien de t aberna , con un a lumbrado interior que no da l uz , con todo ese asqueroso conjunto que vemos en la escena? Y eá lástima cier tamente , p o r ­que el teatro es bonito y agradecido. Nada , nada , concluyanse las b u t a c a s ; venga u n pintor d e l i c a ­do á renovar y hacer decoraciones dignas: el p ú ­blico quiere y desea estas m e j o r a s ; ¿ por q u e nos detendr íamos en ellas , cuando no solo son útiles sino necesarias? Po rque no hay p a r a hacer las . Esla , que seria una razón en un p a r t i c u l a r , no puede serlo en una corporación : hágase el bien y sea como fuese , el modo es indiferente. ¿Sabéis, c uerídos adminis t radores , como Dios hizo el m u n ­do? Pues no dijo mas que : hágase. Si vosotros no sois dioses, sois los padres y p rocuradores del pueblo, y a lguna semejanza veo.

N I C O L Á S D E R O D A .

E F E E Ï l É R m E S D E J U N I O . LU5SES 23.—1ÍIS7. Se presenta por primera vez á

cantar en el teatro de la grande ópera de París, el bajo Alizard, cuyas notas graves y portentosa, voz han sido la.admiracion de los que aprecian mas la cantidad que la calidad, y los perfiles del arte del canto.

MARTES 24.—1661. Primera representación en la corte de Luis XIV de La Escueta de los Maridos, del gran Moliere, considerado como nno de los autores dramáticos mas eminentes de los tiempos modernos. Hijo de un tapicero de li Real Casa, demosró desde sus mas tiernos años inclinación marcada por el teatro.

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Se hizo cómico, recorrió los teatros de Francia repre­sentando ias piezas que escribia, basta que llegó á Fa-rís en 16)4 y organizó una compañía cuyas representa­ciones llamaron tanto la atención pública.

Escusamos enumerar el catálogo de las produccio­nes que han inmortalizado á Moliere.

MIÉRCOLES 25.—1766. Muere en Hamburgo el reputado compositor alemán .Jorge Telemann, cuya fe­cundidad ha causado la admiración de cuantos han te­nido ocasión de contemplar sus obras. Algunas de es ­tas han sido grabadas por el autor.

El número de sus composiciones es tan considera­ble, que el mismo Telemann no pudo indicarlos títulos do todas. Las hay de todas clases y de estilos muy distintos. Muchas pertenecen al género religioso.

JUEVES 26.—1835. Se suicida en las inmediacio­nes de Paris, arrojándose al Sena, el pintor francés barón Gros.

Un cuadro mitológico presentado en la esposicíon de bellas artes de t<S3o , severamente juzgado por al­gunos críticos, motivó el acto de desesperación que condujo al sepulcro al autor de varios lienzos muy es-timahies que adornan hoy dia el real museo del Louvro.

VIERNES 27.—1827. Muerte de Lebrun . duque de Plasència, escritor público, literato y hombre do Justa­do. Ocupó el puesto de torcer cónsul con Napoleón Uonaparte, que al ceñirse la Corona le dio varias co­misiones importantes.

Lebrun es autor de varios trabajos ¡iterarlos y tra­ducciones clásicas de los mejores autores.

SÁBADO 28.-1669-. Luis XIV autoriza en sus es­tados el establecimiento de la ópera francesa, conce­diendo privilegio esclusivo para poder hacerlo al abate Perrin.

DOMINGO 29. Muere en París Alejandro Cboron, autor de algunas obras elementales, de varios trabajos literarios que tienen relación con la historiado la mú­sica , y fundador de una escuela de enseñanza que ha dejado grandes recuerdos en Francia por los escelentes resultados que dio durante el corto tiempo que la diri­gió Choron.

C K Ó J V t C A . lin s e ñ o r i t a d o ñ a T r i n i d a d If iamos e s t á

cantando actualmente en el teatro nacional de Turin. Los periódicos italianos siguen elogiando á esta joven della picola voce. Una canción española, cantada la noche de su beneficio, le proporcionó muchos aplausos.

En el próximo setiembre se estrenará en el teatro d'Angelines de aquella capital una ópera espresamen­te escrita por el compositor Villanis, autor de la Fir-gine di Kent.

E l c é l e b r e m a e s t r o d e c a n t o I S o r d o g n i abandona el Conservatorio de música do París, donde lia profesado la enseñanza durante tantos años. Su re­tirada se funda en motivos de sa!ud y en los achaques propios de su avanzada edad.

isn prneba d e l o m u c h o q n e h a g u s t a d o la Picolomini en Lóndns, baste saber que el empresa­rio Lumley acaba de ajustaría por tres años mas para el teatro déla Reina, dándola cien mil francos por cantar cinco rneses, y un beneficio libre.

Ni la Pasta ni la Malibran llegaron á ganar nunca tanto en los doce meses del año, pero el papel de las primas donnas y tenores se cotiza hoy día muy alto en el mercado teatral.

E l c o m p o s i t o r a l e m á n K n r i q u e Eftorn h a concluido una ópera titulada: ün dia en Rusia. El libreto, traducido del francés, es debido á la pluma del poeta Graftnbaum.

P a r a e l p r ó x i m o s e t i e m b r e s e p r e p a r a n en Szalburgo grandes fiestas musicales, para celebrar el aniversario del natalicio de Mozart. Asistirán las primeras notabilidades del mundo musical, y se cuenta también con la presencia de S, M. el emperador de Austria.

l i U e s c u e l a a l e m a n a s e h a l l a d i g n a m e n t e representada en este momento en la capital de Ingla-

terrra. La Jenny Lind, la Jenny Ney y la famosa Juana Wagner que debe llegar de un momento á otro á las orillas del Támesis, forman un terceto que no tiene nada que envidiar, y hasta supera á las cantatrices ita­lianas de primissimo cartello. Tampoco debemos ol­vidar á la pianista Clara Schumann, que tanto admiran los inteligentes.

l i a A c a d e m i a d e B e l l a s A r t e s d e P a r í s ha escogido para el concurso de la composición musical de este año, la cantata escrita por Madame Julia Ch. de Montreal, que bajo el seudónimo de Faston d'Albo-n¡, ha publicado dos tomos de poesías.

L·a p r i m e r a p a r t e d e l d r a m a d e Faust, de l inmortal Soethe, ha sido puesto en música por ttnrique Litolff, queha dedicado su composición al célebre Listz. Dicen que encierra muchas bellezas.

¡CB ¡ e n t r a s q u e e n E s p a ñ a va d e c a y e n d o cada día el estudio de la guitarra, que en otro tiempo hacia en los salones el mismo papel que representa boy dia el piano, logra mas fortuna aquel instrumento en algunos países estrangeros. No sabemos por cuenta de quien, pero es lo cierto que en la embajada rusa en Bru­selas se ofrecen dos premios, uno de dosciertos rublos y otro de ciento veinte al que presente ias dos guitar­ras mejor construidas: estas deberán ser depositadas en dicha embajada para el mes de octubre.

T o d o s l o s t e a t r o s d e P a r í s p r e p a r a n funciones cuyo producto se destina para socorrer á las familias de los que mas han padecido con las recientes y temibles inundaciones.

Escriben de aquella capital que el español Calzado, empresario del teatro italiano, trata de ceder su prívi-log o á una sociedad que piensa nombrar director nada monos que à Verdí; no falta quien opmc que esta es una tramoya de Calzado para quitarse los muchos com­promisos quo le rodean.

E l t e n o r M a l v ezz i , s e h a l l a e n I ta l ia d e regreso de España. Parece que deseando descansar un poco, no ha querido firmar ninguna de las ventajo­sas contratas que le han ofrecido.

E l m a e s t r o c o m p o s i t o r M i g u e l G i o v a n n i Piber de Trieste, está poniendo en música un libreto de Miguel Bueno, titulado Iginia d'Asti.

i . a T e d e s c o q u e h a c e t i e m p o h u b i é r a m o s deseado ver en Madrid, donde á no dudarlo habría al­canzado el mismo éxito que en París, San Petersburgo y otras capitales de primer orden, ha sido ajustada para cantar en el teatro San Carlos do Nápoles, desde cl próximo octubre hasta la cuaresma, en compañía de la Castellano, la Viola, la Frassini, y Grazími, Naudin, Coletti y Colini. En dicha temporada so cantará una ópera nueva de Mercadante y se pondrá en escena un bailo de Rota.

P a r e c e q u e e l c é l e b r e n o v e l i s t a y d r a ­maturgo francés, Alejandro Dumas, ha casado á una bija suya con un acaudalado banquero de l'aris. Tam­bién dicen que sa hijo, cl aplaud do autor de la Dame aux Camelias y del Demi Monde, piensa se­guir muy pronto el ejemplo de su hermana. Anuncian su matrimonio con una de las mas lindas actrices de las orillas del Sena.

l i a s c a r t a s d e M o n t e v i d e o conf irman el próximo estreno en aquel teatro (ya se habrá efectua­do) , de la nueva ópera del compositor Vera, titulad.» Francesca da Rimini, poesía de Felipe Romani. El spartito y el libreto habian llegado con el último va­por inglés.

ID íg imos e n e l n ú m e r o a n t e r i o r q u e e l poeta Piave es el autor del libreto de la nueva ópera que Verdí prepara para el teatro Fenice de Venècia. Hoy podemos añadir que el argumento está tomado de una comedia de nuestro teatro antiguo. Esta circuns­tancia hará que sea mas interesante la representación do dicha ópera cuando llegue á cantarse en el regio cofiseo de Madrid.

C o n f e c h a 1 5 d e j u n i o n o s e s c r i b e n u e s ­tro corresponsal de París.

«Aquí empieza á notarse en los teatros la falta de concurrencia á causa del calor que está haciendo. Por

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esta razón en el Teatro taperial Italiano hizo poco di­nero Bottesini en el concierto que á beneficio suyo acaba de dar. ua D' Angri y Winter cantaron muy bien: la Frezzolini y el nuevo tenor (Balestra) que el señor Calzado ha contratado para el invierno próximo , no cantaron ni como aficionados siquiera. La Frezzolini y la Grissi acabaron ya para el teatro , y deben quedar relegadas á conciertos de salones. En cuanto al nuevo tenor, solo al señor CahaJo se le ocurriría contratar para el primer teatro lirico de Europa á un can­tante sin nombre artístico, y hacerle debutar en vera­no , en un concierto, de frac y corbata blanca! Verdad es qne nuestro compatriota Calzado nos está poniendo aqui completamente en ridículo, no solo por los des­aciertos que comete (pues es el hombre menos inteli­gente en teatros), sino p(U?que lia tenido y sigue tetnen-do tal número de pleitos, que ya muchos periódicos la han tomado con él sobre esto, y el chistoso F Í G A R O ,

en su número de hoy, le dedica el párrafo siguiente, que intitula: uEl hombre de los pleitos^ «(£' liorn-me aux proces.)» Dice así: El teatro italiano abrió sus puertas el 2 de octubre-, y el 7 (cinco dias despue,s) echó ya Calzado al administrador general, Sr Salvi, reemplazándole con el señor Peral. Salvi armó pleito á Calzado, que tuvo que transijirle de un modo muy favo­rable á los intereses de Salvi. Pues no es esto todo. La Gaceta de los tribunales nos ha entretenido este in­vierno con los pleitos que Calzado ha sostenido con Verdi, con la Ristoví, con la Florentinis, etc., etc. etc. Pues no para aquí. En este momento sostiene dos, el uno con cl aventajado ^'compositor Dclignoro, y el otro con el señor Peral, del cual podemos decir que se ha sabido adqu rir las mayores smpatías del público, de los artistas, y de lafprensa toda; y que va á ser defen­dido en el pleito que se ha visto obligado á entablar contra Calzado , por uno de los mas distinguidos abo­gados de Francia.

La Revue Franco Italiane enumera todos los pleitos do Calzado, y concluye diciendo, con suma gra­cia, que trece pleitos en una estación teatral, son demasiados para un hombre solo.

Yo creo que el gobierno tomará al fin una provi­dencia y retirará el privilegio de las manos de un hom­bre, que con su ininteligencia puede comprometer el porvenir de nuestro tealro italiano.

En el de la Opera francesa han vuelto á ponerse en escena Les Fepres siciliennes, de Verdi, para el debtit de í/lle. Moreau Sainti, la cual, aunque tenia que luchar con los recuerdos de la Cruvelli, ha obte­nido un triunfo magnífico. Nuestra compatriota. Mada­ma JVIontenegro ha llegado ayer á París; viene do Italia donde ha sido vivamente aplaudida en Norma, Semira­mide y Ana Bolena.»

S c g i i n l e e m o s e n nn p e r i ó d í c o f r a n c é s , las ganancias de la trágica italiana, Ristori, durante los tres últimos meses en París, ascienden á la suma de 1 3 0 , 0 0 0 francos. ¡Bonita especulación!

A d e m á s d e l a Crolobert Sitrossi a j u s t a d a para el tealro del Liceo de Barcelona, acaba de con­tratar el empresario Fuentes al tenor Agresli. Ambos artistas cantarán en la capital del Principado, desdo mediados del próximo octubre hasta finos do mayo de 18.57.

L a s p r i n c i p a l e s c a p i t a l e s d e E s p a ñ a s e quedan este verano sin compañía de zarzuela. De las poblaciones de la costa como Cádiz, Santander, Bilbao y San Sebastian, únicamente la tiene esta última: las dos primeras poseen compañía italiana.

E l n ú m e r o t7 d e L A Z A R Z U E L A , c o r r e s p o n ­diente al día 1 6 del mes de ma^o ba escitado la bilis del tenor Font. Para que todo sea estraño y raro en el cantante del teatro del Circo, debemos observar que en lugar de quejarse del periódico la España, de donde tomamos cl párrafo (segun consta en letras de molde) que ha venido á perturbar la pacífica digestión del lenor Font, descarga este toda la furia de un si vemol, algo desafinado por cierto, sobre el mísero ar­

ticulista autor de las críticas tealrales que aparecen en nuesiro periódico.

No queriendo privar al amigo E D G A R D O , revistero juramentado de la España, del derecho que le corres­ponde para contestar antes que nosotros (como pro­movedor de los disgustos del tenor Font) al comunica­do que este señor se ha servido dirigir al periódico Las Novedades, tenemos que contentarnos por hoy con al­gunas observaciones que queremos dejar consignadas.

Antes de acudir á Las Novedades se sirvió favore­cernos ei señor Font con otro comunicado de incon­mensurables proporciones, y estilo bastante grotesco, que no insertamos creyendo hacer un favor al intere­sado, y en razón también de su demasiada estension. que nos hubiera obligado á sacrificar una parte de las columnas de L A Z A R Z U E L A para satisfacer los deseos pueriles é iimiotivadas pretensiones del cantante, con j)erjuicio de los intereses de nuestros suscritores , que tienen el buen gusto de preferir el escrilo mas insignifi­cante del último de nuestros redactores, á verse conde­nados á leer las elucubraciones de la literatura catala­na, que rmnca llegará á ser popular en España por muchos comunicados que lleve á la prensa el susodicho tenor del teatro del Circo.

El señor Font ha obrado con acierto reduciendo las proporciones de su, primitivo escrito, borrando algunas -palabras que suenan siempre mal enlre gente de buena crianza, y suprimiendo gran parte de los elogios que se [prodigaba á sí mismo. Mejor hubiera hecho, sin . embargo, en suprimir la totalidad de su comunicado, absteniéndose de emrar en polémicas periodisücas, con tanta mas razón cuanto quo en la critica teatral, á que so roíiere en su conmnicado, no so dijo abso-lulamente nada contra su dignidad personal.

La lucha es desigual. La inserción de sus comunica­dos lo costará probablemente el dinero, mientras que para nosotros son productivos lodos nuestros escritos. Tenemos á todas horas el periódico á nuestra disposi­ción , y el señor Font, además de castigar la bolsa, tiene que rogar y pedií- por favor que se impriman sus mal trazados renglones. A estas dos razones, que -. son de peso, se agrega la inmensa ventaja que en estas \ contiendas, y atrincherado en la práclica de escribir, ! tiene el periodista para desbaratar cuanto pueda decir, i no solamente el tenor Font, sino todos los cantantes ' de primissimo cartello reunidos. El señor Font no puede ser juez en su propia causa, porque siempre es feo alabarse uno mismo. Debe, por lo fíanto, encomen­dar esa misión á los partidarios de su reciente escuela decanta, que por mala quesea, no dejará de tenor admiradores. ¡Quién no tiene partidarios! Nunca fal­tan parientes, deudos y amigos.

El señor l?ont debió agradecernos el silencio que respecto de su persona habíamos guardado en L A Z A R ­

ZUELA. Viendo el camino de perdición que seguía, pre­ferimos callar á tener que vituperarle, pero en las re­presentaciones de ía Hija de la Providencia subió á tan alto grado el urlo frúncese, que ya no pudimos permanecer silenciosos. Sin embargo, queriendo ser benévolos, acudimos en apoyo de nueslra opinión á un periódico que en repetidas ocasiones se habia mostrado no solo indulgente sino pródigo en elogiar al tenor dil teatro del Circo cuando habia merecido serlo, como por ejemplo en Moreto y algunas otras zarzuelas; pero so conoce que el señor Font rechaza toda clase de ob­servaciones y ambiciona ser ensalzado hasta bis nubes Supuesto que esos son sus deseos, y en prueba de lo inclinados que estamos á complacerle, vamos á adoptar desde hoy un sistema contrario al silencio que hemos guardado hasta aquí. Queremos que tenga empacho de elogios, y tantos e vamos á prodigar, que se le han de indigestar las alabanzas.

Sepa, pues, el lector, que en la noche de su beneficio eslavo inimitable Fml, mostrándose eminente can-lante y actor consumado en el aclo segundo de Ca­talina y en Marina. Su escuela de canto supera á la de todos los artistas italianos de nuestros dias y os-curece las glorias de algunas celebridades que no ha­bian conocido rival basta que Font los ha vencido á todos. No estrañemos, pues, si como se dice, Irata el general Gudonoff de robarlo á la escena lírico-española

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para que figure, en primer término, en las grandes fiestas musicales que se preparan en la corte de Rusia para celebrar la coronación del emperador Alejandro.

Basta por hoy con esta pequeña dosis de elogios. No hay qua prodigarlos todos en un dia.

E l « « n o c i d o co t i ipos i t er y m a e s t r o «le canto del Conservatorio de música, don Baltasar Sal­doni, debe salir dentro do breves dias de esta corte con dirección al principado de Cataluña. Tiene por princi­pal objeto este viaje, escudriñar el archivo déla corona de Aragón con el fin do adquirir nuevos documentos para ¡a uiomoria histórica, que está escribiendo el se­ñor Saldoni acerca del célebre colegio de música de Montserrat, do donde han salido tantas notabilidades. El señor Saldoni, discípulo de aquella afamada escuela, os muy idóneo para llevar á buen fin el trabajo patrió­tico que ha emprendido. Los amantes de las glorias nacionales sabrán agradecérselo , y por nuestra parte tenemos un verdadero placer en felicitar cordialmente al autor de Tpermesira.

El colegie de música de Montserrat es probable­mente el mas antiguo de Europa, pues cuenta, que se se sepa , cuatro siglos de existencia , y su fundación se pierde en la nube de los tiempos. La obra que so ha propuesto escribir el señor Saldoni ofrece no pocas di­ficultades para ser redactada con acierto , porque en la gurcra de la Independencia desapareciéronla rica bi-bUotoca del monasterio y el archivo donde se halla­ba depositado el catálogo quo contenia los nombres de los maestros y discípulos del colegio , que ha produci­do tantas notabilidades eclesiásticas y musicales.

Además de consultar algunas antiguas crónicas del archivo de la corona de Aragón , piensa trasladarse el señor Saldoni al mismo monasterio de Montserrat, don­de pondrá la última mano á la historia de su Escola­nia ó colegio de música.

í¡os e x á m e n e s de l C o n s e r v a t o r i o d e m ú ­sica, que comenzaron áprincipio déla semana, duran todavia en el momento de entrar LA ZARZUELA en pren­sa. Esto nos hace aplazar para el próximo número la relación estensa de lo que han sido dichos exámenes y de los resultados que podrán producir para la en­señanza.

Por hoy solo consignaremos la severidad que ba habido para algunas clases y la estremada benevolencia con que han sido mirados los discípulos do otras. Para la clase de canto ba habido dos primeros premios; la do violonchelo, que es menos que mediana, ha obtenido un segundo, y la de piano, que ha sido una de las mas brillantes en resultados, no ha alcanzado ningún primer premio. y ha tenido que contentarse con dos segundos. No queremos citar boy nombres propios; pero lo hare­mos on el próximo número. Para entonces habrán ter­minado los exámenes y podremos entrar en algunos detallos que completarán la reseña histórica de un acto que inaugura una nueva ora para el Conservatorio de música.

Wil r e p o s t e r o d e la d i g n í s i m a pcrsos ia que so ocupa en organizar en su morada conciertos se­manales de música clásica, nos ha dirigido un atento comunicado reclamando contra lo quo digimos en el númijro anterinr respecto del atraso en que se hallaba i la sección gastronómica , combinada con la parte mu- ' sical. Segun aparece en dicho comunicado, si bien es cierto qne se han convenido y han prestado fianza la mayor parte de los profesores que han de figurar en los concierlos ,̂ falta mucho todavía para que la parte musical esté completamente organizada, no sucediendo \ lo mismo con la sección gastronómica que, gracias á la reconocida actividad del comunicante, puede empezar á funcionar desde luego. Los vinos estrangeros y del reino, las trufas, conservas y otras menudencias culi­narias no faltarán en el dia señalado para la inaugura­ción, que será probablemente el primer lunes del pró­ximo mes de julio. La reunión de ese dia está esclusiva­mente consagrado á la diosa Gastrea, y el jueves inme­diato darán principio los conciertos, alternando sucesi­vamente los lunes y jueves las sesiones gastronómicas y la música di cainera.

Hallándose vacante la plaza de cronista de esas fiestas, llueven soheiludes diarias , lo que no es de es­

trañar si se considera que dicha plaza da derecho á un asiento en el festín semanal.

P a r e c e q u e e l a c t o r Waiero Ita r o t o s u s compromisos con la empresa de uno de los coliseos de Barcelona, y llegará dentro de breves dias á Madrid, donde se propone organizar una compañía para la pró­xima temporada teatral. Dicen si sus miras se dirigen al teatro del Circo, donde en ese caso tendrá que com­binar la zarzuela con el drama y la comedia, pues parece quo el señor Colmenares, dueño del local, im­pone la condición de adoptar la zarzuela con preferen­cia á todos los demás espectáculos.

P a r a c l t e a t r o d e l a Z a r z u e l a , h a c o n ­tratado la empresa á Mariano Fernandez, actor del gé­nero jocoso muy conocido y apreciado en los tealrosde Madrid y en los mas principales de España. Esle actor, que últimamente ha pertenecido al teatro de Granada, c onde ha trabajado al lado do su hermano Eugenio, aplaudido tenor de la compañía, será muy útil en el nuevo coliseo de la cafe de Jovellanos, si los autores y la empresa saben utilizar sus facultades escénicas.

E l benef i c io d e C a l v e t e s t u v o m n y c o n ­currido el miércoles último. La reaparición momentá­nea de la Rizo que tomó parte en dos piezas, y la cir­cunstancia de representarse Tramoya, que hacia bas­tante tiempo no se ejecutaba, atrajo mucha gente al teatro. La Adelaida Latorre, la Rizo, Salas, Sauz y Az­nar en esa entretenida producción de los señores Olo­na (don José) y Barbieri, estuvieron felicísimos en cl desempeño de 'sus rcspeetivos papeles. La Kamirez, Carolina di Franco y Caltañazor agradaron como siem­pre en el Fizconde.

lua e s t r a v a g a n c l a l í r i co -dramát i s 'a , r e ­presentada el sábado en el Circo, áLeneficio del compo­sitor Barbieri; os una verdadera eslravagancia, sin importancia ni Interés ninguno. Escusamos añadir si el público se reiría viendo á Salas y Caltañazor, vesti-tos de mujeres, representar á dos jamonas alegres de cascos. La Carolina Di-Franco y la Fernandez haciendo de pollos, completan el cuadro.

E s t a n o c h e e s e j e c u t a e n e l m i s m o t e a t r o una variada función, en la que cantará la conocida ne­grita María Martinez. En cl resto de la semana tendrán lugar los beneficios del cm'rpo de coros; de la Adelaida Latorre, Salas y Gaztamhide. El de esto último se veri­ficará probablemente el domingo.

E l m i é r c o l e s p o r la n o c h e d a r á un c o n ­cierto en el teatro del Príncipe, el joven y célebre ya violinista español don Jesús Monasterio, en cuyo obse -quio toma parte la señorita Uzal, muy apreciada en los círculos filarmónicos de la corte, y el señor Oliveres, tenor do la Real Capilla.

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