la voz de la experiencia: los mayores en las universidades

16
El Valor de la experiencia. Impacto sobre una ciudadanía mayor activa en los cambios socioculturales y en el escenario económico y del siglo XXI. Andrés Pedreño Muñoz Instituto de Economía Internacional Universidad de Alicante Buenos días, agradezco la inmerecida y generosa presentación de la Vicerrectora Josefina Bueno y espero no defraudarles con mi exposición tras lo que ha dicho. Premitánme también que exprese mi agradecimiento a la invitación de los organizadores a participar en este IV Congreso Iberoamericano de Universidades para mayores. Es realemente interesante poder reflexionar con vosotros sobre temas como el “valor de la experiencia”, o compartir ideas con la vista puesta en objetivos que me parecen muy relevantes para nuestra sociedad y por extensión para nuestras universidades. Permitidme que me refiera brevemente a la Universidad Permanente de la UA, un proyecto que impulsamos hace años con el mayor entusiasmo y convicción en sus inicios donde fue decisivo el trabajo del Vicerrectorado de Relaciones Institucionales a cargo de la Prof. Ana Laguna y de los directores Emilio Soler y Concha bru. Durante años este proyecto ha sido muy enriquecedor para la propia Universidad de Alicante. Ha permitido la concurrencia de profesores y alumnos entusiastas, diría vocacionales, que han ido mucho más allá de sus obligaciones, superando expectativas y suscitando satisfaciones y elogios generalizados. No sou un especialista en estos temas, pero al sentirme muy unido a este proyecto y es para mi un honor, un privilegio haber sido invitado y poder compartir unas modestas reflexiones.

Upload: andres-pedreno

Post on 03-Jul-2015

511 views

Category:

Education


2 download

DESCRIPTION

Conferencia inaugural en el IV Congreso Iberoamericano de Universidades para mayores

TRANSCRIPT

El Valor de la experiencia. Impacto sobre una ciudadanía mayor activa en los cambios socioculturales y en el escenario económico y del siglo XXI. Andrés Pedreño MuñozInstituto de Economía InternacionalUniversidad de Alicante Buenos días, agradezco la inmerecida y generosa presentación de la Vicerrectora Josefina Bueno y espero no defraudarles con mi exposición tras lo que ha dicho. Premitánme también que exprese mi agradecimiento a la invitación de los organizadores a participar en este IV Congreso Iberoamericano de Universidades para mayores. Es realemente interesante poder reflexionar con vosotros sobre temas como el “valor de la experiencia”, o compartir ideas con la vista puesta en objetivos que me parecen muy relevantes para nuestra sociedad y por extensión para nuestras universidades. Permitidme que me refiera brevemente a la Universidad Permanente de la UA, un proyecto que impulsamos hace años con el mayor entusiasmo y convicción en sus inicios donde fue decisivo el trabajo del Vicerrectorado de Relaciones Institucionales a cargo de la Prof. Ana Laguna y de los directores Emilio Soler y Concha bru. Durante años este proyecto ha sido muy enriquecedor para la propia Universidad de Alicante. Ha permitido la concurrencia de profesores y alumnos entusiastas, diría vocacionales, que han ido mucho más allá de sus obligaciones, superando expectativas y suscitando satisfaciones y elogios generalizados. No sou un especialista en estos temas, pero al sentirme muy unido a este proyecto y es para mi un honor, un privilegio haber sido invitado y poder compartir unas modestas reflexiones.

El Balance de los PUM Hoy concurrimos aquí con un balance realmente positivo. Los Programas Universitarios Para Mayores (PUPMs) han conseguido avances sociales de una extraordinaria relevancia:

● Han contribuido a que veamos la etapa post-laboral como un periodo en el que se puede seguir aprendiendo y dando frutos a la sociedad y no como un mero proceso de envejecimiento y marginación.

● Han fomentado un bienestar social emocional físico y psíquico entre las personas mayores que han participado en los programas

● Han impulsado la integración social, fomentando la eliminación de brechas sociales, la exclusión, la dependencia, etc.

● Y han favorecido la cohesión social, el entendimiento inter-generacional y la participación activa de los mayores en las actividades de la sociedad civil.

Han sido retos muy relevantes y es de justicia hacer un balance muy satisfactorio sobre la labor desarrollada por vuestros centros en los últimos años. Introducción: el escenario económico del siglo XXI El título de mi intervención me obliga a mencionar, aunque sea brevemente, los cambios socioculturales y el escenario económico del siglo XXI, lo que trataré de sintetizar en cinco puntos, todos ellos muy familiares para vosostros: 1. La proyección de nuestras estructuras demográficas para los próximos años dan como resultado un enorme peso, especialmente en Europa y muy particularmente en España, de las personas mayores, cuya masa crítica pasa a ser determinante cuantitativamente en la población total. No voy a aburrir con cifras conocidas por todos. Basta recordar que en la UE en 2015 un 20% de la población total tendrá más de 65 años. O

que en 2050 el 21% de los habitantes del planeta tendrá más de 60 años. 2. Estas estructuras demográficas evidencian también problemas en la sostenibilidad de un modelo de financiación del estado de bienestar. Retrasos en las edades de las jubilaciones, cambios en las percepciones de servicios, pensiones, etc. 3. Previsiones sobre una mayor longevidad, mejoras y avances generales en la salud de la población adulta. 4. Cambios muy importantes en el mercado laboral. Formación continua; ritmo más intensivo de las innovaciones y cambios estructurales en los sistemas económicos. 5. Aspiraciones, compromisos políticos, que tienen como objetivo incrementar la calidad de vida de las personas mayores y definir nuevos roles en la sociedad del futuro. Son temas muy conocidos por todos. La actual coyuntura económica es temporal Únicamente señalaré que en esta profunda crisis quizás muchos piensen que el punto más apremiante son las restricciones financieras que nos acucian en muchos países. Como economista y aun siendo consciente de la veracidad de los cálculos contables que se difunden frecuentemente, no soy nada pesimista sobre el futuro. En los últimos cien años hemos atravesado fuertes crisis económicas que en modo alguno han afectado a una tendencia general a largo plazo en la que el progreso técnico, los avances tecnológicos, han sido los

determinantes para incrementar sustancialmente el crecimiento económico y la calidad de vida de la población mundial. Los economistas estimamos el papel del progreso técnico en el crecimiento económico sobre variables del pasado. Seríamos incapaces de formular un tipo previsiones como la conocida Ley de Moore, aplicada a los circuitos integrados y que ha servido para predecir el comportamiento de la industria de la computación en los últimos veinte años. Confío más en algunas ramas de la prospectiva que identifican fundamentos científicos sólidos para pensar en un escenario a largo plazo en el que las restricciones económicas no sean tan dramáticas como se nos presentan en la actualidad... No pasará mucho tiempo para que nuevas olas tecnológicas incrementen sustancialmente las capacidades productivas de nuestros sistemas con nuevos avances de gran impacto en el crecimiento económico de todos los países. Debemos hacer planes ambiciosos para coyunturas muy distintas a la actual, llena de incertidumbres pasajeras y limitaciones temporales. Tal es así que me atrevo a proponeros... Una nueva agenda en la universidades para abordar la nueva sociedad de los mayores Con problemas financieros o sin ellos, los anteriores puntos quizás nos llevan a la necesidad de pensar en un cambio de paradigma sobre el papel de los mayores en nuestra sociedad. Un cambio de roles, actitudes, en los que la universidad debería estar llamada a desempeñar un papel esencial. Adelantaré, que unas universidades comprometidas socialmente, deben acometer “un I+D” sobre los mayores en la Universidad, que nos ayude a encontrar nuevas fórmulas, nuevas propuestas que concilien los muy

importantes cambios sociológicos y demográficos previsibles en nuestros países y den cobertura a una serie de objetivos que deben considerarse irrenunciables para los mayores. Como por ejemplo:

● Los citados frecuentemente por vosostros: Mayor calidad de vida de los mayores, su desarrollo personal, autonomía, adaptación a los cambios socio-culturales, acceso a satisfacer su curiosidad científica e intelectual, etc. tras la etapa laboral activa. Además me gustaría poner énfasis en la necesidad de:

● Fomentar una mayor participación de la voz de la experiencia en la sociedad actual.

● Redefinir el concepto de actividad y pro actividad entre la población de mayor edad.

● Propiciar una mayor interacción y comunicación entre los diferentes estratos sociales de distinta edad

● Impulsar el aprovechamiento del valor de al experiencia en la sociedad del conocimiento

● Revalorizar e incrementar el papel de la universidades en los objetivos anteriores

En este entorno, las Universidades insisto en que deben ser mucho más ambiciosas. Los Programas Universitarios para Personas Mayores, las “universidades permanentes”, los centros que con diferentes denominaciones se ocupan de estos temas, deberían estar llamados a convertirse en centros estratégicos de primer orden dentro de nuestras universidades. Me gustaría concretar algunas de las nuevas metas o roles que pienso deben acometer vuestros centros:

● Una ambiciosa plataforma de comunicación entre la Universidad y las personas mayores. Fomentando todo tipo de vínculos, identificando necesidades reales y potenciales de los colectivos mayores, propiciando la construcción de bases de datos; agilizando las demandas sociales de estos colectivos en las estructuras

universitarias; elevando la participación de estos centros al mayor rango posible (estatus de decanato, vicerrectorado, etc.).

● Servir de puerta de entrada de los mayores a la Universidad, con

un tipo de formación abierta y flexible como la existente, pero con la vista puesta en metas también más ambiciosas como la formación permanente, el acceso de titulaciones de rango superior, los programas especializados hechos a medida, nuevas infraestructuras, nuevos roles de los mayores, nueva relación universidad-mayores, acreditaciones oficiales y de reconocimiento institucional -y de prestigio añadiría- para las actividades y programas que realizan los mayores en las universidades, etc. Muchas de estas cosas conozco que son reivindicaciones frecuentes vuestras.

● Reinventar la Universidad. Para lo que insisto en un desarrollo

de un I+D+I universitario destinado a mayores. Nuestras ofertas se ha dirigido durante siglos a los jóvenes. Debemos reinventar la universidad en la era de la información y del conocimiento, donde los mayores determinan la estructura de nuestra sociedad y donde hay que aspirar a la reinserción social pasando por el éxito de la relación intergeneracional. Desde esta perspectiva es muy interesante la cooperación interuniversitaria que se realiza a la través de organizaciones ya existentes como AEPUM y la coordinación e intercambio de información de los centros existentes.

● La implantación real del concepto de educación permanente.

Concebir un proceso educativo que se pretende que las personas lo lleven a cabo a lo largo de su vida, impuesto por las propias exigencia de cambios rápidos en la sociedad. Exige, como he dicho, transformaciones profundas en nuestras universidades: cambios de entidad en nuestras estructuras académicas y una mayor permeabilidad universitaria a lo que sucede en la sociedad en general, en las empresas y en el mundo laboral muy especialmente. La reciente Ley de la Ciencia ha dado un paso tímido -e insuficiente desde mi perspectiva- para hacer posible la

movilidad del profesorado al sector privado. Los Programas de las Universidades Permanentes pueden ser también una plataforma muy interesante -por ser abiertas y flexibles- para identificar necesidades sociales y empresariales especialmente en los referente a la formación de adultos profesional ya sea inicial, ocupacional, de perfeccionamiento, etc.

Por las razones expuestas, las universidades del futuro necesitan utilizar estratégica e inteligentemente vuestros centros para redefinir nuevos roles sociales y cambios fundamentales para nuestras universidades. Algunas ideas o propuestas a modo de ejemplo Entiendan algunas ideas que voy a comentar, un tanto improvisadamente, a modo de provocación. Se trata, en una conferencia de este tipo y ante expertos en la materia, de una invitación a iniciarnos en la innovación y en el I+D de mayores. No me hubiera sentido cómodo teorizando sobre “El valor de la experiencia” y no sugeriendo absolutamente nada sobre cómo plasmar ese valor en la practica. Estoy seguro que hay muy buenas practicas y propuestas surgidas de la extensa experiencia de las Universidades y sus programas diseñados para mayores en los últimos años. Ese sin duda debe ser el punto de partida para avances y desarrollo que conduzcan al éxito... Volviendo a las propuestas que mencionaba, haré alusión a tres ideas:

● El cambio de formato en las aulas de la experiencia. “Aulas presenciales 2.0”

● El papel activo de los mayores en el emprendedurismo joven

universitario, que es vital para el nuevo modelo económico que exige la situación un país como España.

● Los que denomino los anti-ghetos: la introducción de los mayores en las titulaciones o grados oficiales. Crear una cultura social entre los jóvenes donde participan los mayores.

En un mundo como el que vivimos estoy seguro que estas ideas ya se le han ocurrido a alguien o incluso se han llevado a la práctica. Aunque no he encontrado muchas referencias en Internet, las que he visto me han parecido fuente de una inspiración que puede ser muy fructífera. Es la ventaja de una sociedad en red que permite compartir experiencias, éxitos y fracasos que nos ayuden a progresar. Voy a referirme brevemente a esta tres vías que considero importantes por diversas razones. El cambio de formato en las aulas de la experiencia. “Aulas presenciales 2.0” No estoy proponiendo que nuestros mayores se constituyan en el más destacado y más vanguardista segmento del nuevo Internet que vivimos. No, aunque, confieso que me encantaría la posibilidad de contemplarlo. El verano pasado fui invitado por la UIMP en Santander a participar en un jurado que evaluaba propuestas para diseñar un aula futurista 2.0 tras un concurso de ideas del Rectorado. Un año antes, en un seminario sobre la Universidad 2.0 se habló y debatió este tema en la propia UIMP (ver Aula 2.0). A continuación tenéis el formato de un aula 2.0 según la “versión MIT” como ilustración gráfica de lo que comentaré a continuación:

Dejando al margen los aspectos técnológicos, lo que realmente nos desveló el diseño de este tipo de aula, fue tanto la crisis de un modelo tradicional de enseñanza (puesta a prueba con las TIC y la sociedad de la información y el conocimiento) y muy especialmente la necesidad de una plataforma rupturista con el pasado y que se abriera a la participación activa como método fundamental de aprendizaje. Creo que esta idea trasladada a nuestros mayores puede realmente ser revolucionaria. Sería ideal para propiciar la interacción entre conocimiento y experiencia. Para cambiar nuestra mentalidad de clase magistral a mayores por formatos muy participativos en los que una parte fundamental del protagonismo lo tiene la experiencia, sus dudas, sus preguntas como inicio de una enseñanza que además se construye colectivamente, sin dogmas previos... La clase convencional convertida progresivamente en un taller. Los académicos no debemos caer en el error de limitarnos a dar clases magistrales con nuestros mayores y en temáticas propuestas o impuestas por nosotros mismos. Corremos el riesgo, además, de ser ninguneados.

Los mayores quieren aprender, pero quieren divertirse, tienen derecho a ser protagonistas. No les impongamos métodos pedagógicos diseñados para jóvenes que los propios jóvenes están poniendo en crisis de forma acelarada con el concurso de Internet y las Nuevas Tecnologías. En inglés lo que se conoce como “Learning for pleasure at your Leisure” ha dado lugar a una organización de mayores: la U3A (The University of the Third Age), con más de 250.000 miembros, es una asociación británica, autogestionada e independiente, para personas que no trabajan a tiempo completo. La U3A ofrece oportunidades educacionales creativas y de ocio en un entorno amigable. En el Reino Unido hay 780 asociaciones, se expande ya por todo el mundo, por ejemplo Australia, e incluso en Calpe (España) hay una asociación U3A con página web propia. Es toda una alternativa a la oferta de las universidades británicas. Su lema es que las personas mayores quieren controlar su propio aprendizaje, desean aprender según su propios métodos, sin exámenes, sin planes de estudios rígidos y sin normas docentes rígidas. Es curioso ver algunos de los temas más demandados con éxito: Envejecer positivamente, Florecer a la tercera edad, Imágenes digitales, Historia de la Jardinería, Escribir cuentos cortos, Escribir para publicar, Venecia y sus artistas, Los pintores de España, China, una introducción, Rusia, una introducción, etc.. Ofrecen cursos digitales. Cuentan con organizaciones científicas y académicas, pero no con universidades. Son cursos de pago. Y tienes que ser miembro para seguirlos. También las universidades tenemos la obligación de ser competitivas en este segmento de mercado. Afortunadamente las Universidades permamentes en España han partido de ideas bastante abiertas y flexibles. Esto a mi juicio es lo que explica su éxito. La experiencia internacional también nos dice que él éxito está en identificar las preferencias de la demanda. En la Universidad de San Diego, en sus programas de invierno o verano, no hay cursos sino talleres

prácticos que van desde cómo sobrevivir en un mundo informatizado hasta cómo hacer ejecicios Tai Chi. En esta línea observo también muchos de nuestros programas en España. Veo que estamos obligados a profundizar y perseverar por esta vía. El papel activo de los mayores en el vital emprendedurismo joven universitario La sociedad del conocimiento exige cambios muy importantes en el perfil del empresario del siglo XXI. Hace unas décadas la escuela de empresarios era la vida y trabajo, muy ajena a las universidades -sospechosas de romper vocaciones empresariales-, bastaban personas con adversión al riesgo, agresividad comercial, pericia y entusiasmo por su trabajo. Hoy, la cosas han cambiado radicalmente, los perfiles de emprendedores de mayor éxito mundial salen de ámbito universitario. Son Steve Job, Larry Page, Sergy Brin, etc. Sus empresas están ligadas al conocimiento. Sectores de futuro como las TIC, biotecnología, salud-medicina, nanotecnología, exigen un perfil de empresario especialmente capacitado para explotar el conocimiento como principal input de la empresa. Esta es la alternativa para generar empleo en un país moderno y avanzado. La salida es exportar bienes de alta o media tecnología, o con fuertes procesos de innovación, frente a bienes intensivos en mano de obra barata de sectores maduros cuyas ventajas salariales en los BRIC o los países en vías de desarrollo hacen muy difícil la competencia en los mercados internacionales de países como España. En nuestro país hoy tenemos jóvenes informáticos bien formados, químicos, físicos, ingenieros, biólogos, economistas, todos ellos insisto bien preparados en sus diferentes esferas de conocimiento. Pero quizás muy pocos diestros en el manejo y gestión de una empresa.

Por el otro lado tenemos un buen número de excelentes profesionales jubilados, incluso personas con muchos años de experiencia empresarial en muchas parcelas de enorme interés: financiación, comercio exterior, administración, impuestos, laboral, cuestiones legales, etc. donde nuestros emprendedores se “pierden” e incluso literalmente “se ahogan”. Para unir ambos mundos y ponerlos a funcionar sólo falta un poco de imaginación, quizás algunos incentivos, ayudas. etc. Pero la simbiosis de estos dos mundos -jóvenes emprendedores y jubilados- puede ser realmente revolucionaria. Me consta que la UA ha iniciado experiencias de este tipo y también se ha recogido en documentos de trabajo de los PUPMs (Programas Universitarios para Mayores). Probablemente al principio no son fáciles sino cuentan con apoyos legales, claros reconocimientos institucionales, e incluso incentivos. Nuestro emprededurismo universitario es todavía insuficiente, débil, vulnerable y con escasos referentes de éxito. Sin embargo, todo cambio de modelo en un país como España, y de esperanza a largo plazo para ir absorbiendo nuestro desempleo, debe basarse en buena medida en empresas de base tecnológica, en empresas de conocimiento y en jóvenes universitarios que piensen cada vez más en el lema kennedyano: Qué puedo hacer por mi país, en vez de qué puede hacer mi país por mi”. A este tipo de jóvenes, como he dicho le vendría bien que las universidades establecieran plataformas ágiles de comunicación entre las voces de al experiencia (los mayores y jubilados) y los emprendedores. La Universidad de Long Island (Nueva York) ofrece un MBA en la que participan ejecutivos jubilados con una experiencia profesional valiosa y reconocida. Su papel es aconsejar a los estudiantes internacionales y medir su progreso durante el curso académico (este programa se llama Professional Mentoring). La Universidad de Boston ofrece a todos sus alumnos la posibilidad de tener un tutor-mentor de una bolsa de profesionales jubilados. Las

personas jubiladas ofrecen sus áreas de especialidad en un base de datos que puede ser consultada por los alumnos. Los alumnos se ponen de acuerdo con los tutores si encuentran una oferta de su interés. El compromiso de un profesional jubilado suele ser de cuatro horas por mes y alumno. Una oportunidad de compartir intereses y experiencias entre distintas generaciones. Me vienen otras muchas ideas que podrían haber tenido cabida en la reciente Ley de la Ciencia, ocupada en demasía en el estatus de los investigadores y cosas parecidas. Por ejemplo, fórmulas de Business Angels con fuertes incentivos fiscales, regulación de coparticipaciones con fuertes incentivos fiscales, preferencia en ayudas, etc. En estos programas los mayores son potenciales benefactores si previamente hemos trabajado en ello. Esta idea, así como la siguiente, quedaría enmarcada en la propuesta de los PUPMs (Programas Universitarios para mayores) que recomienda a las universidades a que fomenten una integración más efectiva de los mayores dentro del mundo universitario a través del apoyo de profesionales con amplia experiencia. En dicha línea, hago mías ideas vuestras tales como asesoramiento en trabajos de fin de carrera mediante consultas programadas, asesoramiento en entrevistas de trabajo , el apoyo a la hora de integrarse con éxito en un puesto de trabajo u otras tareas similares. Son todas ellas ideas del máximo interés que deberían ser recogidas e instrumentadas de forma entusiasta y efectiva por nuestras universidades. Los anti-ghettos: la introducción de los mayores en las titulaciones o grados oficiales. Crear una cultura social entre los jóvenes donde participan activamente los mayores.

Mi última propuesta está destinada a poner énfasis en la no creación de compartimentos estancos entre jóvenes y mayores. No debemos caer en el error de diseñar un ghetto dorado para mayores en nuestras universidades. Con esto me sumo a las inquietudes de los PUMs de la universidades españolas, reclamando una mayor convivencia intergeneracional, ya identificada como necesaria y positiva, en torno a las experiencia de los programas para mayores existentes en la actualidad. En mi opinión en las universidades deberíamos proyectar una imagen ante al sociedad de que estamos dando pasos para avanzar mucho más en una mayor integración de los mayores en la sociedad. De revalorizar y conciliar la experiencia con el ímpetu y fuerza de los jóvenes universitarios. De aquí que mi propuesta sea muy sencilla. Introducir a los mayores en las aulas convencionales de nuestros jóvenes, Introducirlos -mediante un análisis previo de actitudes y aptitudes- en nuestras aulas de siempre, a través de la preparación previa que ya se da con éxito en los Programa para Mayores existentes actualmente en todas las universidades españolas. En una conferencia de este tipo no puedo detallar sobre la forma de abordar en la practica este tema. Pero no se me antoja muy costoso si hay, vuelvo a insistir, imaginación y voluntad para hacerlo. Hay bases de partida como las ofertas anglosajonas Liberal Arts (Artes Liberales) que podrían ser adaptadas con incentivos y sin exigencias de exámenes y pruebas para los mayores que quisieran seguirlas. Déjenme que les cuente mi experiencia en mi asignatura optativa de Economia de la Globalización. Desde hace seis años vengo impartiendo la asignatura en un formato bastante innovador introduciendo una buena dosis de Nuevas Tecnologías. Mis alumnos discuten con herramientas TIC las clases

convencionales, deben hacer un blog propio, organizan grupos de trabajo, exposiciones, etc. En dos de esos seis años he tenido la suerte de que entre los alumnos estuvieran matriculados mayores. Concretamente un empresario de la construcción y una profesional de la banca. Tengo que señalar con rotundidad que mis clases se han enriquecido notablemente con la presencia en clase de estas personas más senior: la participación, las preguntas, las iniciativas, etc. El ejemplo en el aula de estos profesionales con experiencia mejoraron mis clases muy considerablemente. Muchos de los alumnos jóvenes vieron un modelo a seguir, ganaron más confianza a la hora de participar; y lo que es más interesante, se establecieron asociaciones muy interesantes entre alumnos jóvenes más proclives o hábiles en el manejo de internet y los senior con experiencia y madurez profesional, capaces de valorar determinados conocimientos, o de construir opiniones más fundamentadas. Es tan interesante este tipo de experiencia que debo confesar que si el curso que viene no tengo gente mayor en mi clase me producirá bastante frustración porque estoy seguro que redundará negativamente en los resultados de mis clases. Se trata, siguiendo vuestros documentos, de promover el muy interesante diálogo inter-generacional y la cohesión social y promover “complicidades” entre la experiencia y la capacidad de innovar de los jóvenes. A modo de conclusión Sinceramente creo que tenemos que ser muy innovadores. Los Programas Universitarios para Mayores han constituido un excelente, importante e inteligente paso por parte de las Universidades. En mi opinión debemos ser, como he dicho, aun más ambiciosos. No

sólo porque, de forma egoista, nos interesa estratégicamente para ampliar nuestra influencia social Por número de votos los mayores van a ser decisivos para constituir las mayorías del poder político durante los próximos años en muchos países. También y sobretodo porque las universidades de nuestro tiempo deben estar comprometidas con estos retos sociales. El valor de la experiencia, incrementado por la longevidad y las exigencias de la sociedad del conocimiento nos llevan a la necesidad de articular nuevas vías de comunicación y de interacción generacional... Necesitamos ideas innovadoras, un I+D que nos ayude a reinventar la universidad de la formación permanente, sin distinciones de edad. Estoy convencido que este encuentro será muy fructífero a la hora de abordar estos apasionantes retos. Muchas gracias Andrés Pedreño Muñoz