la voz 2005 09 08 - yusufali-a
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Con su Permis
A sí, a bote pronto, ni idea, pero lo que se dice ni idea, de los que signi
fica la palabreja del título. El uso del guión, y la pos
terior "A", permiten al lector imaginar la posibilidad de que exista, o pueda existir, al menos el Yusufali-B, o la Yu-sufali-B, que en eso del género uno a veces se despista.
También queda la duda, razonable, de que se trate de algún complejo vitamínico, en los que son habituales las letritas de marras.
Sin embargo, por lo que leo, de eso nada. El Yusufali-A es un virus. ¿Una nueva variante de la gripe asiática? ¿Una mutación del virus del pollo? No.
Por lo que se conoce, el Yusufali-A es un nuevo virus informático que, aparte de lo extraño de su nombre, presenta un comportamiento peculiar o, al menos, nunca antes detectado.
El Yusufali-A es una especie de sucursal del ojo vigilante, del Gran Hermano, que se aloja en tu ordenador y vigila tu comportamiento.
Si eres de esos que utiliza la red para dar satisfacción a tus deseos más lúbricos, si te dedicas a rastrear páginas de contenido sexual o pornográfico, Yusufali-A entra en acción.
Lo primero que hace Yu-
CARLOS ESPINO
sufali-A si has cometido la osadía de acceder a una página que contenga la palabra "sex", es minimizar la ventana, impidiendo que la veas, protegiéndote, en contra de tus propios deseos.
A continuación, Yusufali-A te mostrará un mensaje, escrito en inglés y en árabe que dice textualmente: "Debes saber que no hay más Dios que Alá, pide perdón por tu falta".
A partir de ahí, deberás cerrar tu sesión de usuario, obligatoriamente, para poder continuar trabajando (que es lo que tenías que haber estado haciendo, en lugar de dedicarte a visualizar contenido
pornográfico, dicho sea de paso)
Como se ve, Yusufali-A tiene una triple acción: te impide que veas cosas que no te convienen, te recuerda que pidas perdón a Dios (Alá en este caso) y te impone la penitencia de volver a reini-ciar tu sesión. Vamos, de lo más completo en las nuevas tecnologías aplicadas a cuestiones de fe y de moral.
De momento este virus, el Yusufali-A, sólo se activa con el uso de palabras como "sex", "teen", "penis" o "ex-hibitionism", pudiendo navegar sin problema si se utilizan sus contrapartes en español, con lo que sólo la población angloparlante es susceptible de control moral por el mismo.
De todas formas, no me quedo tranquilo. Esta intrusión del fanatismo religioso en la red, limitada de momento al inglés, y con mensajes que incluyen a Alá, puede en cualquier momento presentarse en visión hispana.
Y eso es lo que me preocupa. Como esto sirva de idea a alguna de las mentes calenturientas, indignadas por el incremento de las posiciones laicistas, nos vamos a encontrar con mensajes de la Conferencia Episcopal a poco que pretendamos echar una cana al aire, aunque sea virtual.
El Alpaa?gatazp Algunos empiezan por aquí...
EL CASO DE EL BOSQUECILLO
Un simpático comunicante nos dejaba un mensaje en nuestra edición digital, haciendo un ejercicio que realmente nos gusta, el de participar en esta sección con el sentido del humor con el que nosotros nos tomamos la mayoría de los alpargatazos, que lejos de lo que otros creen o hacen ver que creen, no tienen mayores pretensiones que las de dar noticias en clave con pistas a veces bastante claras y a veces no tanto, o analizar cuestiones que nos llaman la atención y que casi siempre tienen su trasfondo. Este señor/a creía haber dado con las claves del caso de El Bosquecillo, en Haría. Para los más desmemoriados, les refrescaremos las ideas explicando que se trata de una más que probable estafa cometida por un conocido político a un conocido ex deportista, estafa que tiene que ver con la venta de unos terrenos que resulta que pertenecen al Cabildo, Pues bien, debemos decirle a nuestro estimado comunicante que, como otros que lo han hecho a través del teléfono, anda bastante cerca de la verdad quejj| verdadea. Sólo le tenemos que corregir en una cosa: el ex deportista no es nuestro admirado Palenque, ese genio del boxeo que durante tantos años presidió la Federación Española. Aunque más o menos es de su misma generación, se trata de otro ilustre deportista. Dejamos abierto el capítulo de la especulación para que nuestros estimados lectores prueben suerte. La solución al enigma la daremos más adelante.
DONA LOLY, LA PRENSA Y EL MALHUMOR M
Teníamos claro que doña Loly Luzardo, la todopoderosa presidenta de la gestora del Partido Popular (PP) en Lanza-rote, es una persona de buen talante, de un sentido del humor magnífico. Lo que no sabíamos es que también se gasta un genio de aquí te espero cuando le tocan las narices. La última que le ha pasado tiene que ver con la tonelada y media de periódicos que tenía sobre la mesa de su despacho en el Ayuntamiento de Arrecife, despacho que al parecer limpiaron los encargados de limpiar con la mala suerte para ellos y para el concejal responsable de la operación de que esa tonelada y media de periódicos que doña Loly tenía encima de su mesa eran casi más queridos que su pequeño perrito. A la también consejera del Cabildo no le hace ni pizca de gracia que le toquen sus cosas, y mucho menos que le tiren unos periódicos que o no había leído o quería releer. ¿Habrá en ellos alguna clave secreta que sólo ella conoce, guardaria en los periódicos algo importante cuyo paradero ahora es algo más que desconocido? No lo sabemos. Lo que sí que sabemos es que al final armó la de Dios es Cristo. Nos cuentan que al que pilló por banda fue al pobre de Manuel Pérez Gopar, al que por cierto le suelen caer casi todas las tortas sin merecerlas, y poco más y lo degüella. Esperemos que no se les vuelva a ocurrir limpiar el despacho de doña Loly, y si lo hacen, que ni se les ocurra tirarle los periódicos.
• EL DEPREDADOR DEPREDADO
Nos cuentan también desde círculos próximos al em-presariado local de la Isla un acontecimiento que nos llena de profunda satisfacción: la depredación del depredador. ¿Que de quién hablamos? Nos estamos refiriendo a alguien que comenzó en la vida pública como un tímido ratoncito asustado, que pasó rápidamente a' ser una Gran Rata y que luego, por esto de las metamorfosis kafkianas, terminó llegando a tiburón, estando en la parte alta de la pirámide alimenticia tragando todo lo que pillaba por banda, que no era poco. El escualo del que les hablamos, muy acostumbrado a merodear por el Caribe en busca de víctimas, se hizo muy amigo de un verdadero pirata, el Pirata Patapalo, ese que precisamente no tiene cara de malo ni como pulpo crudo. Juntos formaron una sociedad secreta, engañaron a media humanidad y terminaron creyéndose los reyes del mundo. Tanto es así que decidieron volar por su cuentan sin contar con nadie. Ahora parece que al tiburón le han cortado las aletas, y es probable que dentro de poco le veamos dando bandazos en el fondo del mar. Ya se sabe que cuando un tiburón de estas características se para, termina muriendo.
(c) Del documento, los autores. Digitalizacin realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria.