la vida en la iglesia primitiva y el libro de hechos

Upload: pauloarieu

Post on 30-May-2018

225 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    1/80

    LA VIDA EN LA PRIMITIVA IGLESIA

    SEGN

    EL LIBRO DE LOS HECHOS

    1

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    2/80

    EDITA:Stichting In de Rechte Straat

    Fundacon En la Calle RectaPrins Hendrikweg 46721 AD BennekomHollandFax: +31 318 431395E-mail: [email protected]: www.enlacallerecta.com

    ISBN 90-803906-6-6- 2002 -

    Ilustracin de la cubierta: de Banier - Utrecht

    2

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    3/80

    LA VIDA EN LA PRIMITIVA IGLESIA

    SEGN

    EL LIBRO DE LOS HECHOS

    AUTOR:Fco. Rodrguez P.

    3

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    4/80

    NDICE:

    Un nuevo tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6Cambiemos de opinin y volvmonos a Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    Un corazn y un alma en Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13La Palabra es vida, no letra muerta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17El hombre idneo: Lleno de fe y Espritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20El plan de Dios con Felipe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23Yo soy Jess a quien t persigues . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27Lo que Dios limpi, no lo llames t comn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30La Iglesia permaneca en oracin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33El Espritu es el Organizador y Promotor de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36Nosotros tambin somos hombres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39El testimonio de Dios, no la opinin del hombre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42Escucha al Espritu y sigue Su iniciativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45Escudriar las Escrituras base del dilogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48Cristo poder de Dios y sabidura de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51El fanatismo de la idolatra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54La Iglesia es propiedad de Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57El pecado nos divide, slo Cristo nos une . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60El Evangelio no es segn hombre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64Escuchar al Seor en cada momento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67Testigo viviente de la obra de Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

    Profetas del ecumenismo vivo en el Espritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

    4

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    5/80

    INTRODUCCIN DEL ESCRITOR

    Queremos ofrecer a nuestros lectores esta reflexin sobre la vida de la Iglesia que sedescribe en el libro de los Hechos de los Apstoles. Lo que ms nos mueve a hacer

    este breve comentario fue, y es, la sencillez y la fuerza con la que se manifiesta en lasiglesias de ese tiempo la vida de Cristo y la presencia del Espritu.A travs de los distintos captulos vamos respondiendo a una serie de preguntas quemuchos nos han formulado sobre las distintas iglesias de nuestro tiempo. Si leemoscon calma el libro de los Hechos, nos daremos cuenta que nuestras iglesias han pro-gresado mucho en su organizacin y formacin cultural, pero no se ve con tanta cla-ridad la frescura de la vida de Cristo y la presencia del Espritu. Esto ha causadomuchas divisiones y contradicciones, hasta el punto de seguir caminos muy distintosllevando el mismo nombre de cristianos. Cmo es posible que teniendo la mismainformacin y el mismo camino, que es Cristo, estn nuestros caminos separados?Lo que pretendemos con la presentacin de la vida en la Primitiva Iglesia, es que,unos y otros, reconozcamos que hemos de recuperar esa vida en Cristo y ese poderdel Espritu en cada una de nuestras iglesias. Porque cuanto ms nos separemos de esaIglesia nacida de la Palabra y formada por la Palabra, ms nos separaremos unos delos otros, y tambin de Cristo y Su Palabra.Muchos ponen como excusa que los tiempos cambian y hay que adaptarse a las nue-vas circunstancias. Sin embargo el hombre, como hombre, ante Dios slo tiene unaposibilidad: aceptar a Cristo como su Fiador. Y eso significa que ha muerto a s mismocon todos sus cambios y circunstancias, para ser ese hombre nuevo en un mundo

    viejo.Cuando nos dejamos informar por la vida de las iglesias del primer siglo, descubri-mos un ambiente de sencillez y vivencia en amor con la complicidad del Espritu.Estas iglesias slo nos manifiestan la vida de Cristo ntida y trasparente, sin otra leyque la del amor que el Espritu alumbra en sus corazones. Se sienten y se saben libresen espritu, dispuestos a testimoniar de la vida de Cristo en el mundo, sin ser delmundo.

    Francisco Rodrguez P.

    5

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    6/80

    UN NUEVO TIEMPO Y UN HOMBRE NUEVO

    HECHOS 2

    El captulo dos del libro de los Hechos de los Apstoles nos narra en primer lugar queel da de Pentecosts, los que esperaban la promesa del Padre, como el Seor Jessles haba dicho, fueron todos llenos del Espritu Santo (v. 4). Aqu comenzaba unnuevo tiempo, el del hombre del Espritu, que adora al Padre en Espritu y en Verdad.Este acontecimiento ha quedado para muchos en el bal de la historia, sin ms reali-dad que una simple conmemoracin religiosa. Otros hacen nfasis en las manifesta-ciones externas que se perciben en el individuo que recibe el Espritu como garantade su fe.Los Apstoles, ante el asombro de los hombres piadosos y el escepticismo de los sabi-hondos, confirman que lo sucedido es una confirmacin evidente de lo anunciado porlos profetas del Seor y Su Hijo Jesucristo. Nada tiene que ver con su estado perso-nal, es el Don de lo Alto que los transforma totalmente en hombres espirituales. Es talel cambio que se ve en ellos, que los hombres naturales piensan que estn llenos demosto (v. 13). Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espritu deDios, porque para l son locura, y no las puede entender.. (1 Corintios 2:14). De ahque la explicacin ms lgica que se les ocurre, al ver el cambio realizado por elEspritu en aquellos hombres que hablaban las maravillas de Dios (v. 11), piensenen los efectos del mosto como la causa de su extrao comportamiento.Pero los apstoles no se paran ante estas apreciaciones, sino que confirman que lo

    sucedido no est al margen de las Escrituras del pueblo de Israel, all est escrito:Derramar de mi Espritu sobre toda carne (v. 17).Jess haba dicho: Cuando venga el Consolador, a quien Yo os enviar del Padre, elEspritu de verdad, el cual procede del Padre, l dar testimonio acerca de M(Juan 15:26).Aqu vemos, claramente, que lo dicho por Pedro con los otros apstoles a los que oansus palabras, es un testimonio sobre la vida y obra de Jess Nazareno. ConfirmandoSu muerte y resurreccin segn el consejo y anticipado conocimiento de Dios (v.23). Y la resurreccin de Cristo tampoco es un hecho desconocido para las Escriturasdel pueblo de Israel, pues est escrito: No dejars mi alma en el Hades, ni permiti-

    rs que tu Santo vea corrupcin (v. 27).El mismo Espritu Santo por boca de todos los que fueron llenos de este Don, dice:A este Jess resucit Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos (v. 32).El Espritu Santo que ahora da testimonio en el creyente, es una garanta de la resu-rreccin de Cristo, y de que Dios le ha hecho Seor y Cristo (v. 36). Y este es unhecho que el Espritu lo hace presente y actual en el que es de la fe de Jesucristo.

    Varones hermanos, qu haremos? (v. 37).Los apstoles, a la pregunta de estas personas, no les mostraron otro Camino para elperdn de sus pecados que a Jesucristo, ni otra accin santificadora que la del Espritu

    Santo. Hubiera sido una ocasin nica para ejercer el sacramento de la penitencia, siellos hubiesen entendido las palabras del Seor, como las entiende, a partir del con-

    6

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    7/80

    cilio de Trento, la iglesia romanocatlica. Pero, no, ellos slo recomendaron a susoyentes que se arrepintiesen y lavasen sus pecados en la sangre de Cristo; y no lesimpusieron penitencia alguna, sino que los dejaron bajo la sola accin del EsprituSanto, con estas palabras: Arrepentos, y bautcese cada uno de vosotros en el nom-

    bre de Jesucristo para perdn de los pecados; y recibiris el don del Espritu Santo(v. 38).Ese arrepentimiento para sus oyentes no era otra cosa que cambiar radicalmente de sumanera de pensar sobre la persona de Jess, que hasta ese momento lo haban consi-derado como un personaje al margen de las Escrituras, cuando l era la PiedraAngular de las Escrituras, y Seor y Cristo.Ese era su gran pecado y la causa de sus pecados: haban amado ms las tinieblas quela Luz y despreciado a Aquel que es el Cordero de Dios que quita el pecado delmundo. Una muestra fehaciente del cambio en su manera de pensar es bautizarse enel nombre de Aquel que antes haban menospreciado, y as alcanzar el perdn de todossus pecados, porque de ste dan testimonio todos los profetas, que todos los queen l creyeren, recibirn perdn de pecados por Su Nombre(Hechos 10:43).Nunca debemos vincular el perdn de nuestros pecados a una actitud nuestra o a unrito religioso de iglesia. Slo Jess puede y quiere, si le aceptamos como nuestro per-sonal Salvador, quitar de en medio de nuestro corazn todos nuestros pecados, hacer-nos un nuevo hombre, el hombre espiritual.Todos los que el Seor llamare tendrn parte en este perdn, por la propia sangre deCristo, y en la promesa del Espritu Santo. Estas son las dos claves fundamentales detodo el plan de salvacin de Dios para el hombre nuevo, que adore a Dios en Espritu

    y Verdad.Algunas conclusiones

    a. En este captulo vemos que el Espritu viene del cielo sin que los all senta-dos tengan nada que ver con su llegada, sin embargo se nos dice que todosfueron llenos del Espritu Santo, y segn el Espritu les daba que hablasen;los que ese da moraban en Jerusaln les oan hablar en sus propias lenguaslas maravillas del Seor.El Espritu es dado por el Seor a los que son de la fe de Jesucristo. Nadie

    se puede arrogar poder alguno sobre el Espritu y mucho menos querer repar-tirlo entre sus fieles ms predilectos. No hay excepciones: todos fueron lle-nos del Espritu Santo.Otra cosa muy diferente es que este mismo Espritu reparta distintos dones.Por eso Pablo dice: Hay diversidad de dones, pero el Espritu es el Mismo(1 Corintios 12:4). Nadie se puede creer superior al otro por el don quetenga, eso sera hacer de menos al Espritu Santo, pues el Espritu es elMismo en todos. Por eso sois templos de Dios y el Espritu de Dios mora envosotros (1 Corintios 3:6).

    b. El Espritu hace que alabemos con nuestra lengua al Seor y proclamemosda y noche las maravillas de Su gracia, Su perdn y Su infinito Amor en Su

    7

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    8/80

    Hijo Jesucristo para que vivamos por l. Nunca es para que los otros cre-yentes se maravillen de nosotros. Esto sera dar testimonio del hombre y con-trario a las mismas Escrituras.El Espritu vino y est para dar testimonio de Jesucristo mostrndonos quin

    es Jess para el Padre: Seor y Cristo, Prncipe y Salvador; y qu es paranosotros segn la voluntad del Padre: Justificacin, santificacin y reden-cin.Pedro y los apstoles con los que estaban con ellos no dan explicacin algu-na sobre el Espritu, sino que el Espritu mismo da testimonio en ellos deCristo, conforme a las Escrituras. Por eso no es bblico parlotear sobre elEspritu, olvidando que el Espritu est para dar testimonio de Cristo no deS mismo. Su testimonio es hacer real en nosotros la obra redentora de Cristopara que vivamos por l.

    c. Aqu tenemos un ejemplo que confirma lo dicho. Los que fueron llenos delEspritu Santo hablan: de las seales y obras que Jess hizo entre el pueblo;de Su muerte como expiacin por todos nuestros pecados; de Su resurreccinconforme a las Escrituras; y de Su exaltacin a la diestra de Dios, confirmadacon la llegada del Espritu Santo. Y todo esto para que creamos en Jesscomo nuestro personal Salvador y seamos salvos, transformados por laaccin santificadora del Espritu Santo en nuevas criaturas, mensajeros delamor, de la paz y de la libertad con la que Cristo nos hizo libres. Nuncapermitamos que arranquen de nuestros corazones este testimonio del Espritu

    del Cristo viviente en nosotros; y nos lo cambien por normas eclesiales, litur-gias o formas de culto religioso que nada tienen que ver con la vida delEspritu. Jess mismo nos dice: El Espritu es el que da vida; la carne paranada aprovecha (Juan 6:63).Y si la misma carne no aprovecha para nada, qu de provecho podr sacarel hombre que se postra ante una imagen de madera, escayola o de otro mate-rial? Y cmo van a conocer el testimonio del Espritu de Vida todos aque-llos que inducen a sus fieles a consumar este ejercicio de muerte?Por eso hagamos como los primeros cristianos: Perseveremos en la doc-trina de los apstoles: que es el testimonio del Espritu en ellos; en la

    comunin unos con otros: pues el Espritu es el mismo en todos y no cabeotro ecumenismo; en el partimiento del pan: que es Cristo el pan de vida;y en las oraciones: cantando las maravillas del Seor y pidiendo que l seael todo en todos. Amn.

    8

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    9/80

    CAMBIEMOS DE OPININ Y VOLVMONOS A CRISTO

    HECHOS 3

    No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el Nombre de Jesucristode Nazaret, levntate y anda (v. 6).

    El Seor puede convertir un hecho normal de la vida de dos de sus discpulos, comoes el subir al templo a orar, en un hecho para glorificar a Su Hijo Jesucristo resucita-do; y presentarlo como Salvador por medio de la fe. Esta presentacin no viene pre-cedida de grandes inversiones de oro y plata, antes al contrario Pedro y Juan comoportadores de esa fe reconocen que no tienen ni oro ni plata, que era lo que les pedaaquel hombre cojo de nacimiento, que desde haca ms de cuarenta aos mendigabaa la puerta del templo. Este hombre invlido se haba acostumbrado a ver el templode Dios como su lugar de mendicidad en vez de casa de oracin. Hasta que lleganestos dos discpulos de Jess y por la fe en el Nombre de Jess le arrancan de la puer-ta de la mendicidad y puede entrar en el templo de Dios: andando, saltando y alaban-do a Dios (v. 8).Pedro estaba tan convencido de que no tena: oro y plata, como de lo que tena: la feen el Nombre de Jess. l no pudo dar al mendigo lo que le peda, porque no lo tena,pero le da algo infinitamente ms grande, que era la manifestacin del poder de Cristoresucitado, que cambiar radicalmente la vida de ese hombre. ste hasta ese momen-to slo haba vivido para la limosna de los hombres, pero ahora conoce el poder de

    Dios por la fe en Jesucristo, y eso le hace saltar de gozo y alabar a Dios. Sus ojos handejado de mirar a las manos limosneras de los hombres, y ha vuelto sus ojos al Resu-citado, Autor de la vida y de su sanidad. Slo el Autor de la vida nos har vivir conplenitud de gozo y alegra en alabanza a nuestro Dios. Los hombres slo nos puedenofrecer una msera limosna, que nos mantendr postrados en la tristeza y amargura denuestra propia incapacidad. Pongamos los ojos en el Autor y consumador de la fe,Jess; y seamos capaces de decir a todo hombre que se ve postrado en s mismo: Loque tengo te doy; en el Nombre de Jess de Nazaret, levntate y anda. Pero para darhay que tener fe en Jess, no quieras dar lo que no tienes, porque sino slo sers unlimosnero religioso.

    Por eso podemos comprender el asombro y espanto (v. 10) de todos aquellos que,por costumbre de ir al templo de Dios, conocan a aquel hombre cojo que peda limos-na. Estos no tenan ms que la costumbre de ir al templo y se crean justificados consus limosnas, pero carecan de toda fe en el Nombre de Jess. Por eso Pedro tiene quepreguntarles:

    Por qu ponis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubi-semos hecho andar a ste? (v. 12).No haba mucha diferencia entre el hombre cojo y mendigo, y estos hombres religio-sos que deambulaban por el templo. Aquel pona los ojos en Pedro y Juan para pedir

    una limosna; stos para buscar en ellos el poder y la piedad que les tena atnitos.Ambos mendigaban del hombre, no ponan los ojos en el Autor de la fe. Pedro les

    9

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    10/80

    tiene que reprender diciendo que ni su poder ni su piedad tienen nada que ver con lasanidad de aquel hombre.

    El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ha glorificado a Su Hijo Jess (v.

    13).Qu lejos estaban estos hombres del conocimiento de su Dios. Desconocan por com-pleto al Dios de quien se decan pueblo, hasta tal punto que buscaban en unos hom-bres como Pedro y Juan el poder y la piedad que slo vienen de Dios. Ellos queranglorificar a unos hombres, por la obra que Dios haba realizado en un hombre cojopara glorificar a Su Hijo. Los discpulos fieles a la fe de su Maestro no permiten taladulteracin de la obra de Dios. Para estas gentes que visitaban el templo les eraimposible comprender la obra de Dios. Ellos en su propia religiosidad haban entre-gado y negado (v. 13) a Jess. Cmo ahora podran entender que Dios mismo glo-rificaba a Jess?

    Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo... y matasteis al Autor de la vida, aquien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos (v.14-15).Pedro como fiel discpulo no permite que pongan los ojos en su persona, ni en supoder ni en su piedad, slo quiere que sus conciudadanos pongan los ojos en el Santoy Justo, el Autor de la vida, a ste han de glorificar y honrar. Pero cmo van a poderhonrar a Jess como Justo y Santo, si todos ellos haban preferido a un homicida anteel tribunal de Pilato? Estas palabras: Jess el Santo y el Justo, en los labios de Pedro

    han tenido que sonar como un trueno estrepitoso en los odos de aquellos oyentes,pero el estallido que ha tenido que estremecer sus propios corazones fue al or: vos-otros matasteis al Autor de la vida. Pedro no deja espacio alguno para la confusin.Jess es el Autor de la vida y de la sanidad de aquel hombre. As el Padre da testi-monio del Hijo Resucitado, de lo cual somos testigos, dice Pedro. El Santo, el Justo,el Autor de la vida, son trminos que el Espritu utiliza por boca de Pedro, para pre-sentar a Jess como el personaje central en este hecho y de la vida de la iglesia.

    Y por la fe en Su Nombre...; la fe que es por l ha dado a ste esta completasanidad... (v. 16).

    Pedro reitera una vez ms, ni mi poder ni mi piedad, sino la fe que es por Jess hasanado a ste hombre. Pedro le descubre a sus oyentes la clave que daba respuesta asu asombro y espanto, esta no es otra que la fe en Jess.Era la misma apelacin que Jess haca siempre a sus oyentes: El que cree en M...Ahora se confirmaba la verdad de Su Palabra y la realidad de Su resurreccin. Losmismos oyentes lo podan ver y contemplar en aquel hombre que ellos conocan yhaban visto tantas veces a la puerta del templo. Su sanidad confirmaba lo que anteshaba sido anunciado por boca de todos los profetas (v. 18), y que ellos haban nega-do que se cumpliese en Cristo.

    Arrepentos y convertos, para que sean borrados vuestros pecados (v. 19).Arrepentirse (cambiar de opinin) de qu?: De que negasteis al Santo y al Justo,

    10

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    11/80

    y en su lugar pedisteis que se os diera un homicida en el juicio ante Pilato, y por lasmanos de gentiles matasteis al Autor de la vida, pero Dios le resucit de entre losmuertos. Esto no tena que ser desconocido para vosotros, pues por boca de sus pro-fetas el Seor haba anunciado a Su Cristo: Mas l herido fue por nuestras rebelio-

    nes, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre l, y por su llagafuimos nosotros curados... Mas el Seor carg en l, el pecado de todos nosotros(Isaas 53:5-6). Arrepintete (cambia de opinin), pues tus pecados han sido causan-tes de la muerte de Cristo. Si no te sientes pecador, pregunta a ver por qu est Cristoen la cruz del Glgota. Esa es la firma de tu propia culpabilidad y al mismo tiempodel perdn total de Dios para ti.Convertirse (volverse) a Quin?: Al Santo y al Justo, al Autor de la vida y de la fe.A Aquel que fue herido por tus rebeliones para con Dios, y fue molido por tus peca-dos para ser pan de vida para ti, y Dios carg sobre l todos tus pecados no tenin-dote en cuenta NADA a ti; por l ests en paz con Dios y tienes entrada por un mismoEspritu al Padre (Efesios 2:18). Tal vez nuestro propio lenguaje religioso nos hayaocultado el verdadero significado de estas dos palabras en su sentido original: arre-pentirse y convertirse.El griego utiliza el verbo metanoo que en su sentido ms estricto significa: cam-biar de opinin, y epistrfo que significa: volverse.El arrepentirse y convertirse es un cambiar de opinin y volverse a Cristo. Nunca contu propia opinin y volvindote a ti mismo o a la propia religin sern borrados tuspropios pecados. La Palabra de Dios nos muestra Su opinin sobre nuestra propia sal-vacin y hacia Quien debemos volver nuestra mente y corazn. Tenemos que cambiar

    nuestra opinin por la Palabra de Dios y volvernos a Cristo, nico Camino para ir alPadre, negndonos a nosotros mismos con todas nuestras connotaciones religiosas.

    Para que vengan de la presencia del Seor tiempos de refrigerio (descanso), yl enve a Jesucristo... a quien es necesario que el cielo reciba hasta los tiemposde la restauracin de todas las cosas (v. 19b-21).Lo nico que nos puede cerrar la puerta para entrar a ese reposo es la propia incredu-lidad. Como dice la Palabra de Dios: Y a quien jur que no entraran en su reposo,sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incre-dulidad...Pero los que hemos credo entramos en Su reposo (Hebreos 3:18-19; 4:3).

    Por medio de la fe en Su Nombre somos descargados de nuestros pecados y entramosen Su reposo, para que el Espritu Santo haga realidad en nosotros sus frutos: amor,gozo, paz, paciencia etc. (Glatas 5:22).Pues la misma Palabra de Dios nos confirma que: El que ha entrado en su reposo,tambin ha reposado de sus obras, como Dios de la suyas (Hebreos 4:10).Slo el que vive en incredulidad estar falto de reposo, porque piensa llegar a alcan-zar ese reposo por sus propias obras. Pero nadie entrar por sus propias obras en elreposo que se nos anuncia, sino por la fe en Su Nombre. Jess mismo dice: Esta esla obra de Dios, que creis en el que l ha enviado (Juan 6:29).Aqu nos encontramos con toda una historia de hombres que han querido y quieren

    entrar, en el reposo que Dios da, por sus propias obras, contradiciendo todos losprofetas desde Samuel en adelante (v. 24), sin excluir a Moiss que dice: Toda alma

    11

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    12/80

    que no oiga a aquel profeta (Jess), ser desarraigada del pueblo (v. 23).No sigas tu propia opinin ni la de esos hombres, cambia de opinin (arrepintete) yacepta la opinin de Dios que te presenta en Su Palabra, que el hombre es justificadopor la fe en Jesucristo. No te vuelvas a los hombres o a sus doctrinas, vulvete (con-

    vierte) a Jess, porque a ste ha sealado Dios el Padre como nuestro perfectoSalvador.

    Reflexin de un catlico:

    Cmo es posible que los papas escudrien en el poder y en la piedad de los hom-bres o mujeres que desean canonizar (declarar santos), cuando el mismsimo Pedro,segn ellos el primer papa, ha rechazado esos atributos ante sus conciudadanos, sea-lando como Santo, Justo y Autor de la vida a Jess; y Dios ha glorificado a Su Hijo,no a Pedro o a Juan.

    Por qu los papas, despus de siglos, glorifican a Pedro, a Juan o a cuantos se lesantoja, ponindolos sobre los altares?

    Una somera lectura de la Palabra de Dios hecha por tierra todo este contubernio desantos y santas de Roma. Es como si Roma no tuviese suficiente con el Santo, elJusto y Autor de la vida para su propia salvacin y la de todos sus fieles. Lo que suce-de es que cuando se canoniza un santo se glorifica la propia institucin eclesistica

    romana y al mismo papa que se arroga la potestad de declarar santos a algunos. Qupasa, es que el papa de hoy tiene ms conocimiento de la verdad, que Pedro o losotros apstoles, que mandaban poner los ojos en Jess, el Autor de la fe, y no en hom-bre alguno? No estn todos estos canonizadores de santos, poniendo los ojos en elhombre, como hacan aquellos contemporneos de Pedro, pensando que era su podery piedad, los que haban sanado a aquel cojo de nacimiento?

    Pero por qu lo hacan? Porque haban negado al Santo y al Justo. Por lo cual Romaha de cambiar de opinin y volverse a Jess.

    12

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    13/80

    UN CORAZN Y UN ALMA EN CRISTO

    HECHOS 4

    No hay otro NOMBRE bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos sersalvos (v. 12).

    La clave de todo este captulo es el NOMBRE de Jess. Esta es la gran incgnita quebuscaban despejar los sacerdotes y los ancianos de Israel. Para ello interrogan a doshombres sencillos y sin letras, llamados Pedro y Juan, discpulos de Jess de Nazaret.Estos enseaban al pueblo y anunciaban en Jess la resurreccin de entre los muer-tos (v. 2). Segn la tradicin del pueblo, custodiada por los sacerdotes, los nicos queestaban capacitados y formados para la enseanza del pueblo, eran los escribas. Portanto estos dos discpulos, Pedro y Juan, no tenan ni la autoridad ni la preparacinque exigan los sacerdotes para ser maestros en Israel. Por eso preguntan:

    Con qu potestad o en que nombre, habis hecho vosotros esto? (v. 7).Ms que una pregunta es una acusacin, por salirse de la estructura religiosa que laclase dominante sacerdotal haba impuesto, con la que bloqueaban toda iniciativa queno estuviese controlada por ellos; hasta tal punto que se hacan incapaces de percibirel mensaje de su Dios, a quien decan representar.Su gran formacin sobre la historia de su pueblo y la ley les impeda ver que unos hom-bres sencillos pudiesen ensear al pueblo, al que ellos tenan esclavizado a sus propias

    leyes y tradiciones de hombres; y menos an que anunciasen en Jess la resurreccinde entre los muertos. Esta era una cuestin que entre los mismos maestros de Israel cau-saba profundas divisiones. Pero los discpulos de Jess no se apoyaban, ni en supreparacin, ni en su poder, sino en la fe en el Nombre que es sobre todo nombre, Jess.Por eso en ellos se cumplen las promesas de Jess, cuando dice: No os preocupispor cmo o qu hablaris... porque no sois vosotros los que hablis, sino el Espritude vuestro Padre que habla en vosotros (Mateo 10:19-20).

    Entonces Pedro, lleno del Espritu Santo, les dijo:...Sea notorio a todos vosotros,y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien

    vosotros crucificasteis y a quien Dios resucit de los muertos.... (v. 8, 10).Aqu Pedro con toda sencillez y claridad, sin preocuparse de cmo o de qu hablar,deja que el Espritu mismo manifieste de quien es el poder y la autoridad, que tienesorprendidos a los gobernantes de Israel. Para stos era incomprensible que el nom-bre de Jess de Nazaret tuviese algo que ver, porque ellos mismos le haban crucifi-cado. No poda ser que su gran sabidura y el gran celo que tenan por las tradicionesde sus padres, les situaran en el lado opuesto de su Dios. Pero ahora el Espritu porboca de un hombre sin letras les dice que Dios resucit de los muertos a Jess. Cmoes posible que los edificadores del pueblo de Dios estuviesen tan ciegos para desecharla piedra angular, la piedra ms preciosa y fundamental en el plan de salvacin del

    Dios de Israel? Pero la claridad con la que habla el Espritu deja fuera de toda duda,lo equivocado que estaban los edificadores (sacerdotes, escribas y ancianos) de Israel.

    13

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    14/80

    Tienen que venir unos hombres del vulgo y sin letras (v. 13) llenos del Espritu, paradecirles: Jess es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha veni-do a ser cabeza de ngulo (v. 11). Hoy, una vez ms, la historia se repite, y haymuchos que estn reprobando a Jess como la piedra angular de nuestra propia sal-

    vacin. Apoyados como los sacerdotes del antiguo pacto en su propia sabidura y tra-diciones, tratan de edificar sobre otras piedras para la salvacin de las gentes. Por esoes apremiante escuchar el grito del Espritu en Su Palabra:

    En ningn otro hay salvacin; porque no hay otro NOMBRE bajo el cielo, dadoa los hombres, en que podamos ser salvos (v. 12).Por qu, entonces, se les ensea a las gentes que hay otros nombres, negando as lacontundente afirmacin del Espritu y haciendo de menos al nico NOMBRE denuestra salvacin?Pero no nos engaemos, Dios, el Padre, nos ha dado salvacin en el NOMBRE DEJESS, y en ningn otro. Esta salvacin es suficiente y total para todo pecador quequiera reconocer a Jess como su nico y perfecto Salvador, dado por Dios. Ahorabien, todos aquellos que nos ofrecen salvacin en otros nombres, no pueden ensearconforme a la Palabra de Dios, sino segn sus propias tradiciones o filosofas huma-nas. stos han preferido seguir el camino de la sabidura humana y sus tradiciones queel de la fe en las promesas de Dios, hechas realidad en Su Hijo Jess.Es de urgente necesidad en la vida de todo el que se llame cristiano y en la vida detoda iglesia, y para todo el que quiera ser salvo, aceptar sin titubeos, como la iglesiaapostlica, que: SOLO CRISTO SALVA. Dios no dio ningn otro nombre para sal-

    var al hombre, ni en el cielo ni bajo el cielo, sino Su unignito Hijo Jesucristo. Losque nos dan otros nombres para llegar a ser salvos, como santos y vrgenes, estn con-tradiciendo al Espritu de Dios. Por eso es necesario que respondamos a todo aquelque nos quiera apartar del nico Nombre en que podemos ser salvos, con las mismaspalabras de Pedro y Juan:

    Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios (v. 19).Los sacerdotes y los escribas no se dieron por enterados del gran mensaje que Diospona de nuevo ante sus ojos. Aunque no podan negar la realidad de los hechos (v.16), sin embargo coaccionan a los discpulos, para que no hablen a hombre alguno

    en este nombre (v. 17). Hasta tal punto puede llegar la ceguera del hombre religiosoque, pensando hablar en nombre de Dios, impida a los hombres acercarse a la nicafuente de salvacin y de vida eterna que Dios mismo ha dado a los hombres. La res-puesta del creyente que ha gustado del Espritu de vida, ha de ser contundente y defi-nitiva: No hay magisterio, ni estructura eclesistica, ni autoridad que pueda pedir, leobedezca antes que a Dios. Algunos para no hacer violencia a las Escrituras tratan deidentificar lo que ellos dicen con lo que dicen las Escrituras. Es tal su arrogancia quenadie puede opinar de las Escrituras si no es conforme a su magisterio eclesistico. SiPedro y Juan hubiesen hecho caso a este consejo de los antiguos sacerdotes, se hubie-se ocultado al mundo el nico NOMBRE en el que los hombres tenemos salvacin.

    Por eso sigue siendo vlida la pregunta de Pedro y Juan: Juzgad si es justo delantede Dios obedecer a vosotros antes que a Dios.

    14

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    15/80

    No podemos dejar de decir lo que hemos visto y odo (v. 20).Pienso que este es el gran argumento, ante los que nos quieren imponer la ley delsilencio religioso. Lo que hemos visto que Dios ha hecho en nuestra propia vida pormedio de la fe en Jesucristo, perdonando todos nuestros pecados y dndonos vida

    eterna y confirmando en nuestras vidas que Jess es el nico NOMBRE por el cualnos es dada salvacin. Muchos se sienten escandalizados por ese cambio total que lagracia de Dios ha obrado en nosotros. No aciertan a explicar ese milagro de la graciade Dios por la fe en Jesucristo. Recurren a la descalificacin personal, cambiando laspalabras que los sacerdotes y los escribas de Israel usaban con Pedro y Juan de hom-bres del vulgo y sin letras, por las ms inquisitoriales: herticos y sectarios. Claroest, al ser condiscpulos suyos no nos pueden tratar como sin letras y del vulgo,porque eso sera descalificarse tambin a s mismo. Usan la medida de la obedienciaa sus propios dogmas para etiquetar a los dems, pero olvidan que no es justo obede-cer a los hombres antes que a Dios, ni silenciar la obra de Dios para alabar la obrareligiosa del hombre.

    Ahora, Seor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denue-do hablen Tu Palabra (v. 29).La actitud de la iglesia primitiva al ser informada de la agresividad de los dirigentesreligiosos de su pueblo, no es una actitud agresiva o de reproche, antes bien se unenen oracin de fe, sabedores de que el Dios que hizo el cielo y la tierra, haba deter-minado antes todo lo que le sucedi a Su Santo Hijo Jess, y nada les sucedera a ellosque no estuviese permitido por su Dios. La gran preocupacin de estos creyentes es

    proclamar la Palabra de Dios. Por eso oran para que las circunstancias adversas no losintimiden y se cohiban a la hora de manifestar el mensaje de salvacin en el NOM-BRE de JESS. Tambin vemos que la respuesta a esa oracin sincera, que siemprebusca la gloria de Dios en Su Hijo Jesucristo, no se hace esperar, y todos fueron lle-nos del Espritu Santo, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios (v. 31). Nos llamala atencin que llenos del Espritu Santo hablaban con denuedo la Palabra deDios, no sus propias palabras.

    Y la multitud de los que haban credo era de un corazn y un alma (v. 32).Sus corazones estaban unidos por el mismo AMOR y sus almas ungidas con el mismo

    Espritu. As sus vidas eran un testimonio viviente de la resurreccin del Seor Jessy de la reconciliacin del hombre con Dios por medio de Su Hijo Jesucristo. Esta erala gran incgnita que los dirigentes de Israel no acertaron a despejar. Hoy tambin haymuchos que quieren sustituir la unidad del AMOR, que brota del Glgota, por lasumisin a unos dogmas; y la uncin del Espritu por la obediencia a un mismomagisterio eclesistico. Esto, a lo mximo, slo puede producir una unidad externareligiosa, pero nunca sern un corazn y un alma, ni tampoco sern testimonio dela resurreccin y de la reconciliacin.La salvacin en Cristo es una realidad que uno ve en s mismo por medio de la fe, yescucha del Espritu que las promesas de la Palabra de Dios tambin son suyas. Y as,

    como Pedro y Juan, no podr dejar de decir lo que ha visto y odo.

    15

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    16/80

    CONCLUSIONES:

    a. El nico nombre en el que el hombre puede salvarse, es en el NOMBRE deJesucristo.

    b. En ningn otro nombre hay salvacin para el hombre (ya sea nombre de santoo de virgen, de hombre o de mujer).

    c. El Espritu en el creyente siempre da testimonio de Jesucristo, nunca de Smismo.

    d. Los primeros cristianos eran testimonios vivientes por el Espritu de la resu-rreccin de Cristo, y de la gracia que era sobre todos ellos (v. 33).

    e. La oracin de fe es la esencia misma de la vida del creyente con el Padre enel cotidiano caminar en Cristo.

    f. El AMOR y el Espritu hacen que los creyentes en Jesucristo sean un corazny un alma.

    Preguntas con la Palabra de Dios:

    1. Por qu hay muchos que se llaman edificadores del cristianismo y rechazan

    a Jesucristo como la piedra principal, escogida y preciosa, y se ponen ellosen su lugar?

    2. Por qu hay iglesias que cambian: En ningn otro nombre hay salvacin(v. 12); por otra frase: fuera de nuestra iglesia no hay salvacin?

    3. Por qu hay iglesias que recomiendan otros nombres de hombres y muje-res, y sobre todo el de la Virgen Mara, para poder ser salvos? No es stouna negacin frontal del NOMBRE de JESS, como el nico nombre dadopor Dios para que podamos ser salvos (v. 12)?

    16

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    17/80

    LA PALABRA ES VIDA NO LETRA MUERTA

    HECHOS 5

    Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras deesta vida (v.20).

    Los sacerdotes y los dirigentes de Israel que se sentan poseedores de tener la exclu-siva para ensear y predicar al pueblo los caminos del Seor, no pueden admitir queunos intrusos del vulgo y sin letras le hagan la competencia anunciando a Israel lasalvacin en el Nombre de Jess. Como dueos de la situacin y del pensamiento uti-lizan todos los medios a su alcance para acallar las voces que Dios levanta para con-firmar su Voluntad de salvacin para todo hombre. No dudan en meter en la crcel alos portadores de ese mensaje salvador y liberador de Jess. Pero para las palabrasde esta vida (la Palabra de Vida), no hay muro ni cierre que la pueda encadenar. ElSeor tiene todos los medios en Sus manos para apartar todo obstculo que pretendaencadenar la Palabra de vida. Incluso no hay corazn que, por muy encadenado queest por todas las cosas o personas de este mundo, no pueda ser liberado de sus cade-nas por esta Palabra de vida; ni hay mente que por muy entenebrecida que est en lasms densas tinieblas, no pueda ser iluminada por la Luz de esta Palabra de Vida. Estossacerdotes de Israel, se dira que intentaban ponerle puertas al viento, y quiz esta seala imagen ms adecuada para expresar su actitud, pues en los discpulos de Jesssoplaba el viento divino del Espritu de Dios, que nadie puede detener ni encarcelar,

    y mucho menos dominar. La apacibilidad del viento se nos hace a veces impercepti-ble, pero no por eso deja de ser vital para nuestra propia existencia, pues su ausenciaes muerte. As es tambin la accin del Espritu en el hombre de fe, aunque resulte aveces imperceptible, no obstante es esencial para que esta Palabra sea vida y no letramuerta como en muchos de los sacerdotes del pueblo de Israel. Cuando una personareligiosa, conocedora de las Escrituras, pretende por todos los medios que le da supoder o autoridad: perseguir, encarcelar e incluso matar a los que no piensan comoella, para esta persona la Palabra es letra muerta. No vive en el clima apacible delEspritu que tiene como fruto principal el Amor, en este clima las plantas de la perse-cucin y de la muerte no crecen; e incluso las plantas de mentira con apariencia de

    piedad son arrancadas de cuajo como nos lo muestran los once primeros versculos deeste captulo en las personas de Ananas y Safira. El veredicto de esta decisin estfundado en que: mentisteis al Espritu (v. 3).

    Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (v. 29).La recomendacin ms encarecida que les haban hecho los sacerdotes a los apsto-les era que no enseasen en el NOMBRE de Jess (v. 28). Pero Dios les haba dicho:Id, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Y como leemos en Juan 1:4:En l (en el Nombre de Jess) estaba la vida, y la vida era la Luz de los hombres.As de enceguecidos podemos estar los hombres cuando no obedecemos a Dios antes

    que a los hombres. Estos por lo general se nos presentan como representantes de Dios,y nos lo quieren hacer creer con toda clase de argumentaciones bblicas e histricas

    17

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    18/80

    segn su propia manera de pensar. Pero Dios ha enviado a Su Hijo Jess, no para quele represente uno o unos cuantos, sino para que vivamos por l (1 Juan 4:9).Porque slo en l est la vida, y slo l es la Luz de los hombres. La representacines una forma teatral, mmica de una vida imaginada, pero los que creen en Cristo

    viven Su vida y andan en Su Luz. No necesitan un representante de Aquel que est enellos, eso sera una negacin de Cristo mismo.Esto en cierta manera era lo que los sacerdotes queran que hiciesen los apstoles deJess. Pero ellos con toda firmeza responden:

    A ste, Dios ha exaltado con su diestra por Prncipe y Salvador, para dar aIsrael arrepentimiento y perdn de pecados (v. 31).Los apstoles no hablaban desde su filosofa o sapiencia personal, sino como testigosvivientes, portadores del arrepentimiento y del perdn de pecados dado por Dios enCristo Jess. Ellos eran los primeros beneficiarios de este don inmenso de Dios. Ytambin el Espritu confirmaba en ellos la certeza total del perdn de Dios. Ademsse nos advierte que Dios da el Espritu a los que le obedecen (v. 32); aunque sea pre-ciso desobedecer a los que se dicen representantes de Dios, como eran los sacerdotesde Israel, ya que ellos eran los desobedientes al plan de salvacin de Dios. No entra-ba en sus tradiciones ni en sus dogmas que Dios diese al hombre arrepentimiento yperdn de pecados por medio de Su Hijo Jess, a quien ellos haban colgado de unmadero (v. 30). Hoy tambin hay muchos que siguen esa misma doctrina y rechazanque Dios haya dado perdn al hombre de todos sus pecados por medio de la sola feen Jess como nico Salvador. Los hombres siempre pretenden que obedezcamos sus

    tradiciones y doctrinas, sobre todo si se creen poseedores de la verdad, y mximecuando se sienten representantes del mismo Dios. Pero olvidan que Dios Mismo exal-t con su diestra a Jess como Prncipe y Salvador. Y a ste es al nico que nos pideDios que oigamos: ste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a l od(Mateo 17:5). Los hombres religiosos nos presentan una doctrina con planes y mediospara salvarnos. Pero Dios nos da a una Persona, a Su Hijo unignito como Salvador.La salvacin no se gana con planes o mtodos, sino que nos es dada personalmentepor Cristo cuando le aceptamos. Ms a todos los que le recibieron, a los que creenen Su Nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12).

    Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos pordignos de padecer afrenta por causa del NOMBRE (v. 41)Los apstoles despus de haber sido comparados con los personajes ms perversos dela vida polticoreligiosa de aquellos tiempos, como Teudas y Judas galileo, les azotany les prohben hablar en el Nombre de Jess. Lo que no tiene duda es la falta total dejusticia en los hombres del sanedrn, porque no practican la justicia sino la intimida-cin autoritaria para preservar su forma de vida religiosa, aunque esta contradiga loprofetizado para su tiempo. Otra actitud que sorprende en estos sacerdotes es la arro-gancia de atreverse a prohibir que los apstoles hablen en el Nombre de Jess. Estaactitud slo la pueden tener aquellos que se ponen en lugar de Dios y desconocen

    totalmente quien es Jess, el Hijo de Dios. No en vano nos habl Jess de tal actituden la parbola de la via y los labradores malvados, cuando dicen: ste es el here-

    18

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    19/80

    dero; venid, matmosle, y apodermonos de su heredad (Mateo 21:38). No se sien-ten obreros de la via del Seor, sino propietarios usurpadores que a despecho noreconocen el Nombre que es sobre todo nombre. Pues ellos mismos se hicieron losdueos y seores de la salvacin: enseando los nombres que hay que invocar, los

    medios que se han de utilizar y la autoridad religiosa a la que se ha de escuchar. Nospoda parecer que todo esto producira en los apstoles una gran frustracin y decep-cin, pero no, antes al contrario, se sienten gozosos de haber sido tenidos por dignosde padecer afrenta por causa del NOMBRE (v. 41). Esta actitud positiva de los aps-toles ha de ser siempre un aliciente para los hombres de fe que aceptan su salvacinpersonal slo en el NOMBRE de Jess. Las tribulaciones, persecuciones y despreciospor anunciar y vivir la salvacin en el NOMBRE de Jess, nunca ha de ser un moti-vo de tristeza o de angustia, sino un motivo de gozo por tenernos el Seor por dig-nos de padecer afrenta por causa del Nombre que es sobre todo nombre. Y esto noes una desgracia sino un gran honor del que participan aquellos que se sienten lava-dos y reconciliados en la sangre del Prncipe y Salvador, Jess.

    19

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    20/80

    EL HOMBRE IDNEO LLENO DE FE Y ESPRITU

    HECHOS 6-7

    Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio,llenos del Espritu Santo y de sabidura, a quienes encarguemos de este trabajo(v. 3).

    Este captulo nos presenta uno de los problemas de la naciente iglesia de Jerusaln. Elhecho se origina con las crticas hechas por los hermanos que tenan el griego comosu lengua comn, en contra de la actitud descuidada que observaban con sus viudaslos que hablaban hebreo. Cuando se habla aqu de griegos y hebreos, se est hablan-do de cristianos judos. Esta disensin, no nacida del idioma sino de la manera de pro-ceder con las necesidades de las creyentes viudas, hace que los apstoles tengan queintervenir para buscar una solucin con el conjunto de los discpulos. Estaba claro quelos apstoles reconocan para s, como primer deber, el predicar la Palabra de Dios,por eso intentan que los dems discpulos colaboren en el buen orden de la iglesia yno se den esos descuidos que dejaban en mal lugar a las viudas desprotegidas. Paraese trabajo han de buscar entre los discpulos mismos a siete hermanos de buen testi-monio, y llenos del Espritu y de sabidura. Los miembros de la iglesia estaban capa-citados para discernir quienes, en verdad, estaban llenos del Espritu Santo. No erauna prerrogativa de unos pocos, que ni siquiera los apstoles reclamaron nunca paras, como hoy algunos nos quieren hacer creer. El que busca y elige a esos hermanos,

    es el conjunto de la comunidad eclesial local, no una jerarqua privilegiada. La cuali-dad esencial que prima en esa eleccin es el estar lleno del Espritu Santo y de sabi-dura. Con el tiempo muchos han invertido los trminos y han puesto como primeracualidad y condicin la preparacin intelectual, que errneamente confunden con lasabidura a la que aqu se alude. Pero en este captulo la sabidura no provena de unapreparacin doctrinal sino que es la misma sabidura que da el Espritu. Aqu el autorde la sabidura es el Espritu, no el hombre que se hace sabio.En la eleccin de uno de ellos, Esteban, se hace referencia a l, como un varn llenode fe y del Espritu Santo. Este era el hombre idneo para servir en el trabajo queestaba reclamando la comunidad de creyentes. Ese estar lleno de fe y del Espritu

    Santo, es lo que hace a un miembro de esa comunidad apto para su ministerio. Si enla eleccin de alguien en la iglesia no se hace en base a la medida de la fe y de la ple-nitud del Espritu, esa iglesia entrar en la senda de la letra muerta de la Escritura, quesin duda le conducir a la fantica religiosidad. Aqu podemos encontrar la raz demuchos males que aquejan a nuestras iglesias. Hemos dejado de buscar a hombres defe y llenos del Espritu Santo, y nos hemos quedado con los ttulos acadmicos queellos nos presentan para un servicio determinado. No estara mal que volvisemos abuscar a hombres de fe y llenos del Espritu, que tampoco tienen que estar reidos conuna buena preparacin acadmica. Pero a la hora de elegir siempre tiene que primarel hombre de fe y lleno del Espritu Santo. Porque el Espritu siempre le dar palabras

    y tal sabidura que nadie podr resistir, pero el hombre acadmico por s mismo nuncapodr percibir las cosas que son del Espritu ni las podr entender.

    20

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    21/80

    Pero no podan resistir la sabidura y al Espritu con que hablaba (v. 10).El Espritu nos confirma que la eleccin hecha por los hermanos sobre Esteban eraacertada, ya que en l se revelaba la sabidura del Espritu, ante la cual nada puedenhacer los hombres de la sinagoga. Pero el hombre natural religioso se refugia en la

    mentira y el engao para contrarrestar su derrota ante la sabidura del Espritu. Ponenpalabras de mentira en la boca de hombres impos para acusar a los que hablan bajoel poder del Espritu. Mas la sabidura del Espritu no se debilita con las falsas argu-cias de los mentirosos, y l prende en sus mismas redes a los que le contradicen. Estees el caso que nos muestra el captulo siete. Todas las acusaciones que los adversariosde Esteban llevan ante el tribunal del sumo sacerdote, el testimonio de su propia his-toria se vuelve en su propia contra.La acusacin se concretaba en que le haban odo decir a Esteban palabras blasfemascontra Moiss y contra Dios, y que ese Jess de Nazaret destruir este templo.El juez pregunta (el sumo sacerdote):

    Es esto as? (v. 1).Eso era lo que aquellos hombres sobornados dijeron haber odo, pero que en nadacoincida con la versin histrica que da Esteban. Su hablar del Dios de la gloria y delos hombres que recibieron sus promesas, no tiene la ms mnima sombra de contra-diccin ni falta al respeto ms profundo.Comienza con el llamamiento de Abraham y las promesas a su descendencia. Lonico que Dios haba pedido a Abraham era, que fuese portador de la seal de supacto, la circuncisin. No haba ni templo ni ley, pero Dios se revela a Moiss, cua-

    trocientos aos ms tarde, como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios deJacob.La misma historia de Israel nos muestra que el pueblo rechaz a Moiss cuando seidentific con su pueblo oprimido, y luego en el desierto prescindieron de l parahacerse sus dolos: porque este Moiss, que nos sac de la tierra de Egipto, no sabe-mos que le haya acontecido. Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio aldolo (v. 40, 41).Ese templo por el que tanto abogaban los judos no tuvo realizacin hasta que el reyDavid pidi proveer tabernculo para el Dios de Jacob (v. 46). Y no fue l sino suhijo Salomn el que edific el templo. Pero sin olvidar que el Altsimo no habita en

    templos hechos de mano (v. 48), como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tie-rra el estrado de mis pies. Qu casa me edificaris?, dice el Seor (v. 49).

    Duros de cerviz, e incircuncisos de corazn y de odos! Vosotros resists siem-pre al Espritu Santo; como vuestros padres, as tambin vosotros (v. 51).Esteban, a la pregunta del sumo sacerdote: Es esto as?, responde: vosotros resis-ts siempre al Espritu Santo. Y esto lo confirma con la propia historia de su pue-blo. Reciben la circuncisin como seal del pacto, pero su corazn permanece incir-cunciso, sin conocimiento de su Dios. Reciben la ley, pero no la cumplen, pues hacena su propia voluntad sus normas y tradiciones que invalidan el precepto de Dios. Esa

    resistencia tiene su manifestacin violenta en la persecucin de los profetas y en lamuerte de los que anunciaron al pueblo la venida del JUSTO. Pero el punto ms lgi-

    21

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    22/80

    do de su resistencia al Espritu Santo tiene lugar con la entrega y la muerte de Jess.Esto es as, por ser duros de cerviz, e incircuncisos de corazn y de odos.El pueblo con sus sacerdotes y dirigentes se haba quedado con el puro formulismode la ley y las tradiciones religiosas, pero sin conocimiento de su Dios. Esto les haca

    un pueblo atado a su propia religin por la circuncisin pero su corazn estaba vacode las promesas del pacto de Dios.Todo esto nos tiene que llevar a reconsiderar nuestra actitud de fe y vida en el coti-diano caminar, no sea que nos encontremos como muchos del pueblo de Israel resis-tiendo al Espritu, enfundados en nuestra propia religiosidad y tradicin, sin recono-cer al enviado de Dios y Salvador del hombre, al Santo y al Justo, Jess, el Hijo deDios. Y no se trata simplemente de un reconocimiento histrico y biblicista, sino deun conocimiento personal al aceptarlo por medio de la fe como tu nico y perfectoSalvador. Y slo el Espritu por medio de la Palabra te muestra quin es Cristo para tiy a la vez te ensea a conocerlo.Pero no debemos tampoco olvidar que no podemos reducir a simples expresiones loque el Espritu nos hace ver, sentir y vivir. El mismo Esteban nos muestra que suvivencia por la fe y el Espritu es mucho ms rica y plena en el conocimiento delSeor que todas las expresiones formuladas en estos dos captulos. Esa vivencia yvisin resulta hasta cierto punto escandalosa para todos aquellos que slo viven delconocimiento de la letra, hecha religin, pero que nada saben de la vivencia y cono-cimiento en el Espritu. Aqu se nos muestra tambin la distancia enorme que existeentre los que viven en el Espritu y los que viven conforme a la carne. La Palabra nosdice que Esteban lleno del Espritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria

    de Dios, y a Jess que estaba a la diestra de Dios (v. 55). Esto era algo incompren-sible, absurdo y hasta blasfemo para todos aquellos que resistan al Espritu y se glo-riaban en su propia carne (entindase religin). Cul es su actitud ante lo que elEspritu le muestra a Esteban? Al no ver con sus ojos nada de lo que Esteban dice,tampoco quieren escuchar con sus odos incircuncisos, y as nos narra la Escritura suactitud: Ellos, dando grandes voces, se taparon los odos, y arremetieron a una con-tra l (v. 57). Sera bueno que nosotros mismos nos examinsemos para ver cul esnuestra actitud cuando alguien nos anuncia la Palabra de Dios; tapamos nuestrosodos y arremetemos con enojo contra l?, entonces, lo ms probable es que tengamosunos odos circuncidados para la propia religin pero incircuncisos para el Espritu.

    Nunca nos cansaremos de repetir que un hombre lleno del Espritu y de sabidura,jams tomar parte en la muerte, persecucin o discriminacin de sus semejantes, auna riesgo de su propia vida, antes bien orar siempre por los que le maldicen y persi-guen. As tambin Esteban entrega su vida bajo las piedras de los fanticos religiosos,orando por ellos: Seor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto,durmi (v. 60).

    22

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    23/80

    EL PLAN DE DIOS CON FELIPE

    HECHOS 8

    Los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el Evangelio(v. 4).

    La muerte de Esteban fue un detonante de persecucin para la iglesia de Jerusaln.Una de las ciudades que se benefici de esta persecucin fue Samaria con la predica-cin de Felipe. La Escritura nos dice: Felipe descendiendo a la ciudad de Samaria,les predicaba a Cristo(v. 5). A veces queremos comprender la obra de Dios con nuestra mente, conforme anuestros propios planes, y esos casi nunca coinciden con los pensamientos de Dios.La iglesia de Jerusaln haba elegido a siete diconos para el servicio de la propiaiglesia local, pero Esteban ya estaba muerto y los otros fueron esparcidos para otramisin evangelstica. Uno de estos era Felipe, que ms tarde vemos establecido consu familia en Cesarea, Pablo en uno de sus viajes se hosped en su casa, tena cuatrohijas que profetizaban (Hechos 21:8).Felipe predicaba a Cristo, y la gente le escuchaba oyendo y viendo las seales quehaca(v. 6). Las seales vistas por ellos era que los espritus inmundos salan de muchosdando voces y muchos paralticos y cojos eran sanados (v. 7). Los samaritanosacostumbrados al engao de las seales de magia que les brindaba Simn el mago, se

    llenan de gozo al ver algo que jams su mago haba hecho.Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el Evangelio del reino de Dios yel nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres (v. 12).Esta actitud de estos hombres y mujeres bajando a las aguas del bautismo, nos mues-tra que se arrepentan de sus pecados y aceptaban el perdn de ellos en la sangre deCristo. Dejaban el engao de la magia de Simn y aceptaban la luz del Evangelio deCristo.Nos sorprende que el mismo Simn, el mago, por el asombro que le producan lasseales que haca Felipe, tambin se hiciese bautizar. l no buscaba a Cristo, slo que-

    ra poseer el poder para hacer esas seales, por eso no duda en ofrecerle dinero aPedro y a Juan cuando vio que aquellos hombres y mujeres que haban aceptado aCristo en su vida, reciban el Espritu Santo (v. 15) en la oracin e imposicin demanos de los apstoles.Aqu nos muestra el Seor que el Espritu Santo no se encuadra en determinadas nor-mas que los hombres puedan establecer, ni a determinadas personas ni mucho menosa dineros. En el caso que comentamos el Espritu viene a morar a los creyentes des-pus de ser bautizados, y en la casa de Cornelio antes de ser bautizados. Pedro dice:cuando comenc a hablar, cay el Espritu Santo sobre ellos tambin, como sobrenosotros al principio (Hechos 11:15). No estara de ms, que en vez de discutir el

    tiempo y la forma de recibir al Espritu Santo, aceptramos la promesa de Cristo enplena certidumbre de fe, en oracin sincera y sencilla, de que : Yo rogar al Padre, y

    23

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    24/80

    os dar otro Consolador, para que est con vosotros para siempre, El Espritu deVerdad... (Juan 14:16).Sepamos que el Seor es Espritu; y donde est el Espritu del Seor, all hay liber-tad (2 Corintios 3:17). Y esta libertad no la puede coartar ni delimitar ninguna igle-

    sia o grupo religioso con sus normas o formas de hacer.

    No tienes t parte ni suerte en este asunto, porque tu corazn no es recto delan-te de Dios (v. 21).Simn el mago fue el primero que quiso manipular el poder del Espritu a su antojo.Dicho de otra manera quera coartar la libertad del Espritu, y que se sometiese a unacreatura con un corazn no recto. Slo con un corazn as se puede intentar tal mani-pulacin.El apstol Pedro es contundente en su respuesta: Tu dinero perezca contigo (v. 20).Qu pena que los llamados sucesores de Pedro, los papas, hayan olvidado estas sabiaspalabras del primer papa segn los catlicos, pues muchos de ellos, la historia loconfirma, han sido ms sucesores del mago Simn que del pescador de Galilea SimnPedro. El nombre de Simn el mago dio nombre a la simona que fue tan usada en laiglesia de todos los tiempos papales, porque se compraba por dinero cargos eclesis-ticos y otras prebendas o privilegios, incluso hasta el mismo papado.

    Arrepintete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizs te sea perdona-do el pensamiento de tu corazn; porque en hiel de amargura y prisin de mal-dad veo que ests (v. 22-23).

    Pedro a pesar de que Simn se bautiz ve que est en prisin de maldad, lo cual nosconfirma que este hombre no haba aceptado a Cristo, porque de lo contrario no esta-ra en prisin de maldad, ya que si el Hijo (Cristo Jess) os liberare, seris verdadera-mente libres (Juan 8:36).Esta tambin era una buena ocasin para que Pedro ejerciera el poder que le atribu-yen de perdonar los pecados, segn la doctrina de la iglesia catlica. Pedro no le dice,confisate conmigo, sino arrepintete y ruega a Dios, si quizs te sea perdonado elpecado de tu corazn. Cmo es posible que si Pedro interpretara las palabras deJess: Todo lo que atares en la tierra ser atado en los cielos; y todo lo que desata-res en la tierra ser desatado en los cielos (Mateo 18:19), en el sentido que dice la

    doctrina catlica romana, que los sucesores de Pedro tienen el poder de perdonar lospecados, dijera a Simn: Ruega a Dios, si quizs te sea perdonado.... Esto nosdemuestra que Pedro no se arrogaba el poder de perdonar los pecados, sino de anun-ciar el perdn de los pecados en el Nombre de Cristo.

    Levntate y ve hacia el sur.... entonces l se levant y fue.... (v. 26-27).Felipe haba visto la gran aceptacin que el Evangelio tuvo en Samaria. Aqu una vezms el Seor rompe nuestros esquemas humanos, e incluso los que poda tener Felipe,al marcarle un rumbo contrario al que el mismo Felipe llevaba. Esto no es obstculopara que el discpulo obedezca prontamente y cambia el rumbo, ni pide explicaciones

    al tener que dejar la obra que haba comenzado en Samaria. Felipe emprende el viajehacia el sur por el camino de Jerusaln a Gaza. l no saba lo que le esperaba en ese

    24

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    25/80

    camino, slo obedeca al Seor. Probablemente ninguno de nosotros con nuestra meto-dologa hubiese dejado una gran ciudad para acudir a llevar el mensaje del Evangelioa un etope, eunuco, funcionario de la reina Candace. Y el mismo Felipe se hubiesevisto en aprieto conforme a la ley de Israel, porque le estaba prohibido a tales hombres

    entrar en la congregacin de Yav (Deuteronomio 23:1). Pero el Seor, nuestro Dios,quera confirmar en este hombre lo profetizado por Isaas: Porque as dijo el Seor: alos eunucos que guarden mis das de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mipacto, yo les dar lugar en mi casa y dentro de mis muros... (Isaas 56:4-5).Esta esperanza en la Palabra proftica pudo ser la que llev a este hombre eunuco aJerusaln. Regresaba a su tierra leyendo al profeta Isaas, cuando alguien se le acercay le pregunta:

    Entiendes lo que lees? (v. 30).Lo que no cabe duda es que este hombre etope se interesaba por la Palabra de Dios,ya que era poseedor de uno de los manuscritos del profeta Isaas. All lea algo que lehace preguntar: De quin dice el profeta esto; de s mismo, o de algn otro? (v.34). El captulo 53 de Isaas nos presenta al siervo de Yave, el Mesas, en su obraredentora por nuestros propios pecados. De aqu parte Felipe sentado en el carro deletope para anunciarle el Evangelio de Jess. Nada ms se nos dice aqu de lo queFelipe le expuso, pero s vemos que este hombre entendi lo que antes era oculto paral. Felipe le mostr en que Nombre tena perdn de pecados del que hablaba el pro-feta Isaas. Y este hombre respondi positivamente al anuncio del Evangelio de Jess.Le reconoci como su Salvador y en Su Nombre acept el perdn de sus pecados.

    Qu impide que yo sea bautizado? (v. 36).Esta nueva pregunta nos demuestra que este hombre haba entendido muy bien lo queantes le era oculto. La luz de Cristo haba iluminado sus tinieblas y resplandeca nti-da en su corazn. Hasta tal punto que sin titubear afirma: Creo que Jess es el Hijode Dios. Cuando el apstol Pedro ante la presencia de Jess hizo esta misma afirma-cin, Jess le dijo: Bienaventurado eres, porque no te lo revel carne ni sangre, sinomi Padre que est en los cielos (Mateo 16:17).El mismo Pedro se hace otra pregunta en la casa de Cornelio cuando estos haban reci-bido el Espritu Santo: Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bauti-

    zados estos que han recibido el Espritu Santo tambin como nosotros?Para Felipe estaba muy claro que si Dios le haba revelado quin era Cristo bajo la luzdel Espritu, tambin poda bautizarse en el Nombre del Hijo de Dios, en quien tene-mos redencin por su sangre, el perdn de pecados (Colosenses 1:14).A partir del momento que el eunuco desciende al agua, el Espritu aparta de su lado aFelipe para continuar l solo su camino, pero lleno del gozo de la salvacin de Cristo.Felipe de nuevo toma el camino de regreso hacia Cesarea, anunciando el Evangelioen todas las ciudades (v. 40) por las que pasaba.Jess le dice a Pedro que no es la sangre ni la carne la que revela a Cristo, sino Diosel Padre. Aqu podemos comprobar una vez ms que la obra es de Dios. Por eso cuan-

    do Felipe cumple lo que Dios quiere, le retira del lado del etope para que ste siga enla gozosa comunin con Dios, y no en la compaa del hombre.

    25

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    26/80

    Esto es algo que tambin nos sorprende a los hombres, porque quermoslo o no siem-pre sale a flote nuestra propia carne y sangre, como si tuviera algo que ver con la reve-lacin que Dios hace de Su Hijo, Jess. A veces nos sentimos tan imprescindibles paralos que han aceptado a Jess como su nico Salvador, que le podemos inducir a con-

    fundir esa gozosa comunin con Dios por medio de la fe en Cristo con nuestra propiacompaa.Hoy este captulo nos muestra que el hombre creyente es una manifestacin de la obraredentora de Dios en Su Hijo Jesucristo, por gracia mediante la fe. Nunca manipule-mos ni estorbemos con nuestro protagonismo esa obra maravillosa del amor del Padreen su Hijo.

    26

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    27/80

    YO SOY JESS A QUIEN T PERSIGUES

    HECHOS 9

    Saulo, Saulo, por qu me persigues? Quin eres Seor? Yo soy Jess, aquien t persigues (v. 4-5).

    Las palabras profticas, que no mucho tiempo antes, el Seor Jess haba dicho a susdiscpulos: Os expulsarn de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquieraque os mate, pensar que rinde servicio a Dios (Juan 16:2), tienen un pronto cum-plimiento con la conducta amenazadora de Saulo de Tarso contra los discpulos delSeor. Saulo se crea en la obligacin de anular todo camino que no fuese de acuerdocon el celo religioso de los fariseos. Saulo vea a los discpulos de Jess, que predi-caban la justificacin del hombre por medio de la fe en Jesucristo, como unos enemi-gos de la justicia que es por la ley. En ese celo religioso se dirige a su autoridad reli-giosa, el sumo sacerdote, para pedir autorizacin y perseguir a hombres y mujeres deese Camino, all donde se encontrasen. Con ese ardor religioso se encamina aDamasco para luchar por las costumbres y la ley de sus padres. A Saulo con el sellopersonal de su mxima autoridad religiosa no se le poda pasar por la mente que elcamino que l segua estaba en abierta contradiccin con los planes ms ntimos de lavoluntad del Dios de su pueblo y de su salvacin. Slo Aquel que haba dicho: Si elHijo os liberare, seris verdaderamente libres (Juan 8:36), poda hacer esa obra deliberacin en Saulo. As a plena luz del sol, Saulo se ve sorprendido por la Luz ver-

    dadera que alumbra a todo hombre, esa Luz impacta dentro de sus propias tinieblasy le deja postrado en la ms desvalida impotencia, hasta tal punto que ni se vale pors mismo para seguir ningn camino. Alguien desconocido para l le formula unainesperada pregunta llamndole por su propio nombre en hebreo: Saul, Saul, porqu me persigues?. Su boca que hasta ese momento respiraba amenazas y muerte,slo puede balbucear: Quin eres, Seor?. Y ante l se abre el gran misterio quecambiar y marcar toda su vida: Yo soy Jess, a quin t persigues. Este encuen-tro personal con Jess, Quien se identifica totalmente con los que creen en l, harque tambin ms tarde el mismo Saulo tenga que confesar: Ya no vivo yo, ms viveCristo en m (Glatas 2:20).

    Levntate, y ve a la Calle que se llama Recta, y busca en casa de Judas a unollamado Saulo de Tarso; porque he aqu, l ora (v. 11).Saulo haba preguntado a su perseguido: Seor, qu quieres que yo haga?. La res-puesta que obtiene es la de continuar su camino hacia la ciudad y all se te dir loque debes hacer. Saulo espera con intensidad ese momento: sin poder ver, en ayunoy orando. Esta actitud positiva de Saulo es de imitar en muchos momentos en los queel creyente puede no ver nada, pero que s puede orar. Esta actitud orante expresa unavoluntad llena de confianza y esperanza.No debemos olvidar que el Seor nos habla como l quiere, cuando quiere y donde

    quiere. l le poda haber dicho a Saulo todo personalmente, pero eso se lo encomien-da a su discpulo Ananas, quien se siente preocupado por los males que ese Saulo

    27

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    28/80

    haba causado a los santos de Jess en Jerusaln (v. 13). En este dilogo del disc-pulo Ananas con el Seor Jess nos muestra ese ntimo conocimiento mutuo por elque Ananas le expone a su Maestro sus dudas y temores. A lo cual responde Jessrevelndole los planes que tiene con Saulo para disipar todo temor o duda en su dis-

    cpulo. Esto le conforta para no hacer caso a sus pensamientos sino al mandato delSeor, que le haba dicho: ve a la Calle que se llama Recta...El Seor es el que traza los puentes en nuestras relaciones para concluir sus planes.Saulo haba visto en visin a uno llamado Ananas que le impona las manos para querecobrase la vista. As cuando Ananas llega a su presencia se sabe informado queviene de parte del Seor Jess. Esto nos muestra que no debemos basar nuestras rela-ciones desde los extremos que somos nosotros, sino desde y en el Centro que siem-pre es Jess Mismo.

    Ve, porque instrumento escogido me es ste, para llevar mi Nombre en presen-cia de los gentiles (v. 15).Para Ananas, Saulo era un instrumento aniquilador de los que confiaban en elNombre de Jess. Pero el Seor le hace un instrumento para llevar ese mismo Nombrea otras gentes. A veces hacemos demasiado hincapi en el instrumento y no en Aquelque maneja ese instrumento. En esas Manos estamos todos, dejemos que l haga laobra en nosotros y con nosotros. Saulo en las manos del Seor fue un instrumento conel cual el Seor dio a conocer Su obra salvadora a muchos otros. Pero el primero enquien se vio esa obra para la cual el Seor le llam, fue en Saulo mismo, que le haceexclamar: Cristo Jess vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo

    soy el primero... habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor e injuriador... (1Timoteo 1:13-15).El llamamiento del Seor con cada persona es muy peculiar. Sera un error funestodar ms importancia a tu actitud ante ese llamamiento que a la obra que el SeorMismo hace en ti. Y a veces tristemente hay creyentes que todo lo hacen depender desu aportacin a la obra, olvidando que el Seor es el que produce en nosotros tantoel querer como el hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13). Me hago cargo quealgunos discuten esta actitud, pero sin embargo jams pondrn en duda que el pincelen las manos del pintor slo es un instrumento con el cual ste plasma en el cuadro loque tiene en su propia mente.

    Otros ponen como baluarte de esa eleccin las virtudes personales. As cuando elSeor dice que Saulo es un instrumento escogido, hacen resaltar la peculiaridad deSaulo, olvidando que la obra en este caso, como en todos los casos, es del Seor. les el que elige a Saulo como un da eligi a Pedro o a los otros. Por eso el Seor Jessnos dice: No me elegisteis vosotros a M, sino que Yo os eleg a vosotros (Juan15:16).Aprendamos a ser agradecidos al Seor y a escucharle, para que en todo momentopodamos decir como Ananas: Heme aqu, Seor (v. 10). No sea que algn da contodo tu celo religioso tengas que preguntar como el perseguidor e injuriador Saulo:Quin eres, Seor?. Pero si ese fuese tu caso, quiera el Seor que le puedas pre-

    guntar tambin: Seor, qu quieres que yo haga? (v. 6). Y la respuesta es muy sen-cilla: CREE EN MI.

    28

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    29/80

    En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que ste era el Hijo deDios (v. 20).Si en un momento Saulo fue capaz de entrar en las sinagogas para arrestar a los queinvocaban el Nombre de Jess, ahora l mismo va a las sinagogas para testificar que

    este Jess es el Hijo de Dios, el Cristo. No le sonroja lo ms mnimo que le puedantachar de incongruente sus compaeros, ni que los creyentes le tengan cierto recelo.l se esfuerza por manifestar la obra que el mismo Jess haba hecho en l, pues Saulono haba recibido la gran salvacin por ningn hombre, ni haba aprendido eso de nin-gn hombre, sino por revelacin de Jesucristo (Glatas 1:11-12). Por eso no leimporta la opinin de los unos ni de los otros, slo es fiel al llamamiento de la graciade Dios, que como l dice: quiso revelar a Su Hijo en m, para que le predicase entrelos gentiles (Glatas 1:16).Es muy importante que nos demos cuenta que Dios no revela a Su Hijo en conceptoso frmulas religiosas, sino en personas que son hechas conforme a la imagen de SuHijo (Romanos 8:29). Por eso es imposible que, en aquellos que se dicen creyentes,haya un divorcio entre el Evangelio que predican y su propia vida de fe. Porque larevelacin es UNO que es Palabra y Vida, Cristo Jess.

    Eneas, Jesucristo te sana; levntate (v. 34)La Palabra de Dios nos quiere demostrar que su poder es el mismo para convertir aSaulo perseguidor de sus santos como para levantar a un hombre paraltico de sucama, como era Eneas. Tan paraltico estaba Saulo para andar por el Camino que esCristo, como lo estaba el paraltico Eneas en su cama para andar por los caminos de

    este mundo. Ambos aportaron lo mismo para ser sanados, su total incapacidad. Peroel Seor hizo en ellos su obra por pura gracia. A Saulo le levant de las tinieblas reli-giosas a la Luz de la Vida, y a Eneas le levant de la inmovilidad de su cama a la liber-tad de movimiento. El Seor es el Mismo.

    29

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    30/80

    LO QUE DIOS LIMPI NO LO LLAMES T COMN

    HECHOS 10

    De ste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en l creyeren,recibirn perdn de pecados por su NOMBRE (v. 43).

    Una de las cosas que ms llama la atencin en estos pasajes bblicos es que Dios siem-pre toma la iniciativa, tanto en aquellos que le buscan como en aquellos que ya leconocen. Un ejemplo claro de esto lo tenemos en el gentil Cornelio y el apstol Pedro.Cornelio haba llegado a Judea como centurin de la compaa llamada italiana. Estehombre no haba encontrado en los dioses del imperio de Roma lo que anhelaba sualma. Pero lejos de la fastuosa Roma, en una tierra extraa, se encuentra con un pue-blo que adora y sirve a Dios viviente sin representacin alguna en estatuas o imge-nes. Este hombre acepta como Dios de toda su casa al Dios de Israel. Y su conductaest en concordancia con la ley de Moiss, siendo temeroso de Dios se preocupaba delos otros con sus limosnas, pero sobre todo oraba a Dios siempre (v. 2).Como era costumbre en Israel, a la hora novena (tres de la tarde), se ofreca en el tem-plo la ofrenda de flor de harina como memorial (Levtico 2:2,9,16). A esa hora tam-bin Cornelio oraba en su casa al Dios de Abraham y su oracin fue oda. As se locomunica un ngel del Seor. Su oracin estaba relacionada con la bsqueda de susalvacin personal. Por eso el ngel le indica el nombre y el lugar donde puede encon-trar a uno de los discpulos del Mesas de Israel, para que le anuncie la verdad del

    Evangelio de Jesucristo.Cornelio cree lo que el ngel le indica y enva dos de sus criados con un soldado desu confianza en busca de Simn, Pedro, que se encontraba en Jope. Esta localidadjunto al mar distaba unos cincuenta kilmetros de Cesarea, donde viva Cornelio.

    Lo que Dios limpi, no lo llames t comn (v. 15).Pedro se encontraba en Jope hospedado en la casa de un creyente llamado Simn elcurtidor, su casa estaba junto al mar. Permaneca en Jope desde que los hermanos lehaban llamado por la enfermedad de Tabita.Este da Pedro se retir a orar hacia la hora sexta (sobre las doce de la maana), y el

    Seor lo quiso preparar para el encuentro que pronto iba a tener con aquellos gentilesenviados por Cornelio. Para ello el Seor le hace sentir hambre y en esa situacin lemuestra un gran lienzo (v. 11) con toda clase de animales puros e inmundos segn laley. Una voz le invita a que mate y coma. Pedro se niega a quebrantar las tradicionesde sus padres y responde: Seor, no; porque ninguna cosa comn o inmunda hecomido jams (v. 14). Por tres veces escucha la misma invitacin con una contun-dente respuesta: Lo que Dios limpi, no lo llames t comn.

    Le dijo el Espritu: He aqu, tres hombres te buscan. Levntate, pues, y des-ciende, y no dudes en ir con ellos, porque Yo los he enviado (v. 19).

    Pedro buscaba una interpretacin clara a todo lo que haba visto en aquella visin, sinpoder encontrar una respuesta. El Espritu no satisface su curiosidad con una explica-

    30

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    31/80

    cin contundente, eso se lo va a demostrar con los hechos. A la puerta de la casa deSimn el curtidor acaban de llegar los hombres de Cornelio. El Espritu ordena aPedro que vaya con ellos. No le dice que los ha enviado Cornelio sino que l Mismolos ha enviado. Era natural para Pedro que dudase de tal proposicin por su condicin

    de judo, pero a eso se adelanta el Espritu dicindole: no dudes en ir con ellos.Pedro una vez escuchado lo que le dice el Espritu no se interroga ms sobre aquellavisin. Va donde estaban aquellos hombres y se presenta como el hombre a quienellos buscan. Los hospeda en casa y al da siguiente parten hacia Cesarea. Cuando seencuentran con Cornelio, ste dice: Hace cuatro das que a esta hora yo estaba enayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa....(v. 30). Haban pasado cua-tro das y a la hora novena llegaron a casa de Cornelio que les esperaba con susparientes y amigos ms ntimos.

    A m me ha mostrado Dios que a ningn hombre llame comn o inmundo (v. 28).

    El Espritu le haba mostrado a Pedro el significado de aquella visin con el aconte-cer de los hechos. Y Pedro aprendi a discernir la voluntad de Dios en contra de supropia opinin y de su tradicin, porque se dej guiar por el Espritu. El Espritu nosda soluciones concretas para hechos concretos, nunca nuestra propia opinin o nues-tra propia sabidura nos guiarn a esa solucin. Es un error mortal sustituir al Espritupor nuestra propia opinin o nuestra tradicin. El Mismo Espritu es el que nos pre-para y capacita paso a paso para vivir por medio de Jesucristo. Cuando sustituimosesa convivencia formativa del Espritu por nuestra propia autosuficiencia religiosa(amasada por la propia opinin y tradicin) caemos en la fra especulacin formado-

    ra de hombres y mujeres segn un patrn religioso o seudoreligioso, pero que nadatiene que ver con la convivencia y accin formadora del Espritu que se daba en laiglesia apostlica y se dar en toda iglesia que est edificada sobre el fundamento delos apstoles y profetas, siendo la principal piedra del ngulo Jesucristo mismo(Efesios 3:20).Si Pedro se hubiese apoyado en su autosuficiencia religiosa segn su opinin y tradi-cin jams hubiese ido a casa de un hombre como Cornelio porque era algo inmundopara un judo. Pero l deja de lado su opinin religiosa y acepta la opinin de Dios.Esto lo hace saber a los presentes con estas palabras: Vosotros sabis cun abomina-ble es para un varn judo juntarse o acercarse a un extranjero; pero a m me ha mos-

    trado Dios que a ningn hombre llame comn o inmundo (v. 28).

    Dios envi mensaje a los hijos de Israel, anunciando el Evangelio de la paz pormedio de Jesucristo; ste es Seor de todos (v. 36).El Seor Jess es Seor de todos, sean gentiles o judos. Porque el Mismo Jess es elautor de esa paz, pues de ambos pueblos hizo uno... para crear en S Mismo de losdos un solo y nuevo hombre... y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en unsolo cuerpo (Efesios 2:14s). Por eso ya no se puede llamar inmundo a nadie que hayasido reconciliado con Dios por la sangre de Cristo, ni extranjero ni advenedizo, sinoconciudadano de los santos, y miembro de la familia de Dios (Efesios 2:19).

    Pedro narra ante el gentil Cornelio que este hecho se divulg por todo Judea. Y l contodos los otros apstoles y discpulos son testigos de todos los hechos de salvacin

    31

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    32/80

    que Dios ha querido confirmar en Su Hijo Jesucristo, aceptando Su muerte en la cruzpor nuestros pecados y resucitndole de entre los muertos. Pedro hace hincapi en laresurreccin del Seor Jess, afirmando ante Cornelio y sus amigos: comimos ybebimos con l despus que resucit de los muertos (v. 41). Y si Jess Mismo por

    su muerte y resurreccin nos ha dado perdn de pecados y herencia entre los santifi-cados, tambin Dios le ha puesto por Juez de vivos y muertos (v. 42).

    Mientras an hablaba Pedro estas palabras, el Espritu Santo cay sobre todoslos que oan el discurso (v. 44).El apstol Pablo preguntaba a los creyentes glatas: Aquel, pues, que os suministrael Espritu, y hace maravillas entre vosotros, lo hace por las obras de la ley, o por elor con fe? (Glatas 3:5).Or con fe es lo que haca Cornelio con los de su casa, y fueron llenos del EsprituSanto. Esto fue motivo de asombro para aquellos seis hermanos de la circuncisin quehaban venido con Pedro desde Jope. La razn de su asombro es que Cornelio y lossuyos eran gentiles y por tanto desconocedores de la ley y de las promesas. Este fueuno de los grandes obstculos que sufrieron los cristianos de la primitiva iglesia. Amuchos de la circuncisin les pareca inaceptable que slo por el or con fe se reci-biese la promesa del Espritu. Pensaban que era necesario ser fiel cumplidor de la leyy estar en el pacto. El Mismo Espritu se encarga de demostrarles que l no se some-te a normas y conceptos de hombres, ni viene para glorificar al hombre, sino para glo-rificar a Jesucristo en aquellos que le aceptan como su nico y personal Salvador. Yl no mora en aquellas personas que ya lo saben todo, sino en los que son de la fe

    de Jesucristo para guiarlos a toda la verdad (Juan 16:13).Pedro mismo reconoce: estos han recibido el Espritu Santo tambin como nosotros(v. 47). Por lo tanto son hijos del mismo pacto y partcipes de las mismas promesasen Cristo.

    32

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    33/80

    LA IGLESIA PERMANECA EN ORACIN

    HECHOS 12

    Ahora entiendo verdaderamente que el Seor ha enviado su ngel, y me halibrado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judos espe-raba (v. 11).

    Pedro despus de haber tenido que responder de su conducta en casa del gentilCornelio, ante los cristianos de la circuncisin en Jerusaln, que no entendan que unjudo entrase en casa de un incircunciso y comiese con l (11:3), ahora se ve envuel-to en las oscuras maniobras del rey Herodes para alcanzar fama y gloria ante su pue-blo.La iglesia de Jerusaln tiene que pasar una dura prueba con los malos tratos que el reyhace a algunos de sus miembros, entre ellos destaca la muerte de Jacobo. La Escrituranos dice del rey: Y mat a espada a Jacobo, hermano de Juan (v. 2).Jacobo cuando pidi con su hermano Juan sentarse en la gloria del Seor uno a suderecha y otro a su izquierda, y el Seor Jess les respondi: No sabis lo que peds(Marcos 10:37,38), nunca pensara que su tiempo en la carne iba a ser tan breve des-pus de la partida del Seor. As el Seor nos muestra qu lejos pueden estar nuestraspeticiones ante l, de lo que l Mismo tiene preparado para nosotros. El beber de suvaso y ser bautizado en la muerte del Seor, como le dijo a Jacobo y a Juan: Del vasoque Yo bebo, beberis, y del bautismo con que Yo soy bautizado, seris bautizados,

    es algo que el Seor nos permite por gracia, durante el tiempo y en el tiempo que ltiene a bien concedernos en este cuerpo, hasta que l nos llame a su presencia o vengal a buscarnos. Para Jacobo el tiempo que el Seor le dio para beber de su copa fuemuy breve. Se vali de la espada de Herodes para que bebiese ese ltimo sorbo de lacopa del Seor. Cuando vio el rey que esta muerte haba agradado a los judos pren-di tambin a Pedro durante los das de los panes sin levadura, para consumar sumuerte despus de la pascua.

    As que Pedro estaba custodiado en la crcel; pero la iglesia haca sin cesar ora-cin a Dios por l (v. 5).

    Pedro se encontraba encadenado entre dos soldados y con guardas delante de la puer-ta. El plan de Herodes estaba a punto de consumarse al da siguiente, pero algo ines-perado sucede durante la noche, cuando Pedro dorma puestas sus cadenas y entre susguardianes. Es de admirar que a Pedro la crcel no le quitaba el sueo, ni sus cade-nas, ni la compaa de los dos soldados. Mientras Pedro dorma, la iglesia velaba,rogando a Dios por su liberacin. Sera un golpe muy fuerte que el Seor permitieseprivarles de dos de sus apstoles en un corto perodo de tiempo. El Seor enva sungel al lugar de la prisin para soltar las cadenas de Pedro y ponerle en libertad. Paranada sirve la guardia de Herodes, si el Seor quiere liberar. Como dice el Salmo127:2: Si el Seor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Pedro, como si de

    un sueo se tratara, no da crdito a lo que ve. Pues est libre en la calle, vestido y cal-zado y fuera de la puerta de hierro que cerraba la prisin. Sus cadenas haban queda-

    33

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    34/80

    do dentro como sus mismos guardianes. Vuelto en s, reconoce que el Seor le librde la mano de Herodes y de su plan funesto.A uno le sorprende tanto la tranquilidad con que Pedro duerme en la crcel como lacerteza y la sencillez con la que acepta la intervencin de Dios para librarle de una

    muerte segura. Pero si cada uno de los que hemos llegado a la fe, tambin se vuelveen s, como Pedro, tendr que reconocer que el Seor tambin ha soltado las cadenascon que satans le tena atado y ha burlado la guardia que satans tena sobre cada unode nosotros. Nos ha sacado de las mazmorras de una muerte eterna y nos ha traslada-do al reino de Su Amado Hijo (Colosenses 1:13). Aleluya!Cul ha de ser nuestra actitud? La misma que tena la iglesia de Jerusaln: La igle-sia haca sin cesar oracin por l.

    (Pedro) lleg a casa de Mara, la madre de Juan, el que tena por sobrenombreMarcos, donde muchos estaban reunidos orando (v. 12).Los creyentes permanecen en oracin noche y da, a pesar de la muerte de Jacobo.Saben que el Seor es poderoso para librarle de la espada del enemigo, siempre quesea conforme a Su voluntad. Por eso ellos se consuelan en la oracin comn; y que elSeor decida lo que en Su infinita sabidura y amor tiene preparado para cada uno delos Suyos.El Seor con la muerte de Jacobo y con la liberacin de Pedro ensea a los Suyos amantenerse en comunin orante con l, tanto cuando no entiendes y te entristeceshasta lo ms ntimo porque tus peticiones no se cumplieron (en la muerte de Jacobo),como cuando te gozas y te alegras porque ves hechas realidad tus peticiones (en la

    liberacin de Pedro).Aunque nos parezca duro, el Seor est tanto en lo uno como en lo otro. Y l permi-te la muerte de Jacobo porque es Su voluntad y libera a Pedro de una muerte seguraporque tambin es Su voluntad.El apstol Pablo con frecuencia tiene que exclamar: Oh profundidad de las riquezasde la sabidura y de la ciencia de Dios! Cun insondables son sus juicios, e inescru-tables sus caminos! ...Porque de l, y por l, y para l, son todas las cosas. A l seala gloria por los siglos (Romanos 11:33,36).

    Voz de dios, y no de hombre! Al momento un ngel del Seor le hiri, por cuan-

    to no dio la gloria a Dios; y expir comido de gusanos (v. 23).Los planes de Herodes para matar a Pedro fracasaron, y descarga su ira sobre los guar-das ordenando matarlos (v. 19). El rey se traslad a Cesarea para presentarse ante elpueblo con gran ostentacin, ms propia de un rey gentil que de un rey de Israel.Desde su trono areng al pueblo, que en Cesarea era en su mayora gentil. La acla-macin del pueblo fue para el rey como si fuera un dios. Este hecho le hizo acreedorde la ira inmediata del Dios de Israel, por cuanto permiti que sus sbditos le glorifi-casen a el mismo, y no dio gloria a Dios. En cierta manera se entiende la actitud deHerodes tan influenciado por la Roma imperial, donde el Emperador era tenido porun dios. Herodes tambin era rey con el permiso de Roma y le pareca lcito que el

    pueblo le aclamase tambin como un dios. Pero el Dios de Israel no permiti esa con-fusin ante su pueblo e hiri al rey, que expir comido de gusanos.

    34

  • 8/9/2019 La Vida en La Iglesia Primitiva y El Libro de Hechos

    35/80

    Estos tres acontecimientos que nos narra este captulo nos conducen a una sosegadaconfianza en el Seor, ya que l tiene el control de todas las situaciones, en las cua-les nos podemos ver inmersos porque el Seor lo permite. Pero hemos de saber que

    nada sucede sin su consentimiento. Y sabemos que todas las sendas del Seor sonmisericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios (Salmos25:10).A primera vista nos puede parecer que el Seor tiene ms preferencia por Pedro quepor Jacobo al permitir que uno permanezca en el cuerpo y el otro sea llamado ante supresencia; y que el Mismo Seor oye las oraciones, que los creyentes interponen porPedro, mas no tienen esa respuesta a favor de Jacobo. Pero nada estara ms lejos dela realidad que esta ingenua interpretacin. El apstol Pablo nos explica esta mismasituacin con esta reflexin: Para m el vivir es Cristo, y el morir es ganancia...teniendo deseo de partir y estar con Cristo lo cual es muchsimo mejor... (Filipenses1:21,23). Si pudisemos hablar de preferencias para el Seor - el cual no hace acep-cin de personas - tendramos que decir que Jacobo obtuvo la mejor parte, porqueestar con Cristo es muchsimo mejor.Con respecto a la oracin de los creyentes en favor de estos dos apstoles siempretiene su cumplimiento, porque no oran para que se haga lo que ellos piden, sino paraque sus hijos acepten la voluntad del Padre, y estos puedan decir: el hacer Tu volun-tad me ha agradado. Y su voluntad se puede ver igualmente confirmada cuando unode