la vida de mi padre

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Foto: La Magdalena

1933

CHRISTIAN GMEZACEBO QUINTANAAlgunas ancdotas de infancia y juventud.

Mortera 7 de noviembre de 2000

Nac el 2 de enero de 1913, fui bautizado en la iglesia de Santa Luca, siendo mi padrino mi hermano mayor Paco, y mi madrina una amiga de mi madre llamada Lola Velasco, casada con un seor de la familia Corcho que creo recordar se llamaba Leonardo. Me pusieron de nombre Christian, porque un hermano de mi madre llamado Juan Jos, casado con Milagros Bolado, estaban esperando tambin ser padres y deca que si era nio le llamara as, pero como fue nia y naci antes que yo, la llam Consuelo, y cuando nac yo, convenci a mi madre para que ese nombre me lo pusiera a m. Cuando tena 2 o 3 meses tomaron una muchacha llamada Mara lvarez, para niera ma, natural de Mazcuerras y que debido al color de su piel se la llam toda la vida con el carioso apelativo de Mara la Negra. No s cunto tiempo

estuvo de niera, pero s que cuando me dej a m pas a la cocina, y all estuvo hasta que despus de muerta mi madre (1946) se fue a casa de una seora, que no recuerdo quin era, y all estuvo dos o tres aos. Como cocinera, no se le podan pedir platos delicados, pero los guisotes, entendiendo como tales, las lentejas, alubias, bacalao y el cocido de garbanzos con un buen trozo de carne, repollo y con un buen hueso de caada, que le tombamos por turno porque no daba para todos, y a todos nos gustaba.

Mara la Negra Era analfabeta, pero tena una memoria fuera de serie, cuando bajaba al centro, que era muy pocas veces, pues el pan, la leche, el pescado, la fruta y las verduras las llevaban a las casas, pero siempre haba alguna cosa que traer, y cuando volva a casa, nuestra madre le tomaba la cuenta de lo que haba gastado, y ella se lo deca sin olvidarse de nada, para lo cual tena un truco, que era el siguiente: llevaba los dedos de la mano derecha recogidos, excepto el dedo ndice que le llevaba estirado y apuntando

al suelo, y cuando le preguntaban por qu lo haca, ella responda que para acordarse de los encargos de la seora. Cuando volva a casa, siempre en la plataforma del tranva, y cuando algn conductor se le ocurra levantar la tapa de la cesta, le daba un manotazo dicindole, deja eso que es un requisito para los nios de casa; esto hace muchos aos cuando an vivan Coto y Calico tena su razn de ser, pero despus del movimiento, los nios ramos ngel y yo, y como todos los conductores nos conocan la decan que vaya par de nios que pasaban los dos de los 30. A Concha Espina no la poda ver, ni quera or hablar de ella cuando se enter que quera cambiar el nombre de su pueblo, Mazcuerras, por el de Luzmela. Unos aos despus de morir mi madre, se fue a casa de una seora que no recuerdo como se llamaba, y a los 2 o 3 aos se vino con nosotros a Miranda, y all la tuvimos hasta que debido a una cada por la escalera que de la cocina bajaba al stano, se rompi la cadera y a su avanzada edad, pues ya pasaba de los 80 aos, consigui Isabel que la admitieran en la residencia de las Adoratrices donde, al principio, no fue bien recibida por la Sras all acogidas, pero a los pocos das ya haban cambiado de opinin por lo que las entretena con las historietas que las contaba, a su manera, de lo que oa en casa a mis hermanos mayores de los bailes del tenis y de palacio. Cuando muri, fue enterrada en Ciriego en el mausoleo familiar, pues cuando muri nuestra madre nos dijo que no la abandonsemos nunca, que llevaba muchos aos en casa y que debamos

considerarla

como

de

la

familia.

La casa de Miranda

Para hacerlo hubo que vaciar unos de los nichos (creo recordar que fue precisamente el de ella) y, all reposan sus restos junto a los de mis padres, hermanos y primos, ya que el mausoleo es tambin de los Pombo Quintana. Cuando yo era nio no existan eso que llaman Jardines de Infancia o algo as, donde las madres, unas porque trabajan fuera de casa, y otras para irse al bingo o a la playa, segn la poca del ao, mandan a sus hijos, a nosotros nos enseaban las primeras letras y a leer y escribir en casa, unas veces por los hermanos mayores, y otros por una profesora. Slo recuerdo el nombre de una de ellas, Josefina Alonso, natural de Zamora de un pueblo que se llamaba Casaseca de las Llanas. A los dos o tres aos se fue de casa

para casarse con un guardia civil de los que vivan en Palacio, a la izquierda segn se va al zoo de Hormaechea. El primer hijo que tuvieron muri de unos meses a consecuencia de una infeccin producida por la aplicacin de unos polvos de talco de P. del Molino. Debido a que no fue el nico nio que muri por esos polvos, se organiz un gran revuelo en la ciudad y tuvieron que indemnizarles econmicamente; tuvieron otro hijo que trabajaba en la Caja de Ahorros de Reinosa donde lleg a ocupar un alto cargo. Con el que tuvo peor suerte fue con el marido, que fue fusilado por los nacionales, debido a su comportamiento durante el movimiento.

El 27 de mayo de 1921 festividad de .. hice la primera comunin, para lo cual fui preparado por el capelln de San Roque, D. Pascasio Diez Elena, que viva, en compaa de una sobrina y un to ( el to Quico) con ms aos que Matusaln, en un piso de un hotel, que no recuerdo si era el Roma o el Pars. Este to Quico, en verano, a las 6 o 6 de la maana (hay que tener en cuenta que en aquellos aos no se adelantaban los relojes) se iba con un traje de bao

en la mano, y a las 8 u 8 volva con l mojado, como si se hubiera baado , pero los mal pensados decan que si a lo que iba era a palear a las criadas de los hoteles, y casas del Sardinero que bajaban a baarse a esas horas tempranas de la maana. Por la tarde, inmediatamente despus de comer, especialmente en invierno, nos llevaban bien abrigados , de paseo por el Sardinero hasta el faro de Cabo mayor, y a la vuelta a casa, alguna otra clase y el resto a jugar a alguno de los juegos que tenamos los nios de entonces, como la oca, la quina (madre del actual bingo). Estos paseos nos los imponan las profesoras francesas que se traan casi nicamente para las chicas, pues por aquellos aos eran muy pocas las que iban a los colegios y haba que darles un ligero barniz de cultura a base de historia, geografa, msica (piano) y algn idioma, como ingls o francs principalmente. Recuerdo especialmente a una francesa, menudita que se llamaba Clementine Nicolas pero que nosotros la llambamos la Chichuca. Creo que si me acuerdo ms de ella que de las otras, es debido a que al poco tiempo de volverse a Para a casa de sus padres, a los dos o tres meses, escribieron stos diciendo que haba muerto atropellada por un coche. A los diez aos empec a ir al colegio para examinarme de ingreso. Este colegio que se llamaba Colegio-Academia del Carmen estaba en la calle del Sol junto al convento de los Carmelitas; el director era un militar de cuchara, ya retirado que se llamaba D. Ubaldo Vega. Otros profesores eran: D. Felipe Prez (cura del Sanatorio Madrazo), D. Ildefonso Cavestany, padre de varios hijos, entre los que estaba uno llamado Jess, pero que todo el mundo conoca por el carioso apelativo de Titn. Otro, bajito y cojo que tena una moto era D. Jos Tocino, profesor de dibujo que me parece que era abuelo de Isabel. Tambin empezaron a ir mis hermanos Alfredo y ngel, que hasta entonces haban estudiado en el colegio de los Escolapios de Villacarriedo, como los otros hermanos mayores, Paco, Antonio (Cmbara) y Vicente. Paco, que creo recordar que era mi

padrino, muri el ao 1916, cuando yo tena slo 3 aos de una pulmona, en Valladolid recin ingresado en la Academia de Caballera. En este colegio estuve hasta el 4 ao de Bachillerato y el 5 y 6 los hice en el instituto de Santa Clara. Entre los profesores o catedrticos, como se llamen, haba uno llamado D. Enrique Milln, un poco tocado de la cabeza, que por su culpa nos formaron consejo de disciplina. Resulta que un da en clase, creo recordar que era de historia de la civilizacin, al explicarnos el significado de las letras S.P.Q.R. (Senatus, Populusque, Romanus), un compaero llamado Eudaldo Mirapeis del Cerro (pero que todos llambamos Lalo) y que no saba hablar bajo, les dijo a los compaeros que tena cerca de l, pero que omos casi todos en la clase, eso es mentira, eso quiere decir: San Pedro quiere rosquillas. La carcajada fue general y el bueno de D. Enrique se remont y a consecuencia del folln que se arm, pues nos formaron el consejo de disciplina citado. Recuerdo otra ancdota protagonizada por un catedrtico de Historia Natural y fisiologa e Higiene (D. Orestes Cendrero Curiel). Un da estando en clase, a una de las 6 u 8 chicas que entonces haba en cada curso de bachillerato, al buscar algo en el bolso, se le cayeron unas cuantas monedas al suelo y al or el ruido que hicieron, levantando la mirada por encima de las gafas, se la qued mirando y moviendo la cabeza exclam : pero qu rica est esa seorita. En aquellos aos de nuestra niez y juventud, nuestra vida se desarrollaba nicamente entre la playa, el prado y el palacio (la finca, se entiende) debido a que ramos amigos de los hijos de D. Jos el administrador ( llamado el Rey de invierno) 5 chicas (Tomasa, Isabel, Juanita, Magdalena y Margarita ) y un chico, lvaro. Tomasa se cas con Santiago Olave, que me parece que era mandams del Colegio Mdico, y a un hijo de estos puede que le conozca

Javier, ya que es abogado. Isabel fue internada en una casa de salud de Palencia pues estaba un poco trastornada, y all acab sus das. Juanita, que era una belleza, se cas con Pedro Bustamante y no tuvieron hijos, y en sus ltimos das vivan en la calle de Lope de Vega n 10. Un da yendo de paseo por el Sardinero con Beln. Los encontramos sentados en banco de Piquo, contemplando el mar, y naturalmente me par a saludarles y cuando nos despedimos me preguntaste que quin era esa seora vieja y tan fea. De tal forma se haba estropeado ( creo que estaba enferma) que a m mismo me cost reconocerla. (1) Cuando se termin la guerra, durante una larga temporada estuvo mi hermano ngel recibiendo cartas de amor de una chica que no deca quin era, pero que al cabo del tiempo averigu, no s cmo, que era Magdalena.(1) Muri

hace unos aos, y a su viudo Pedro, que se fue a vivir a la residencia de Cazoa le veamos todos los domingos y das de fiesta en el Sardinero, pues aunque en la residencia tienen misas, l prefiere venir a orla a S. Roque.

La hermana menor, Margarita, creo que tambin se transtorn y termin sus das en Palencia, y en cuanto a lvaro, estudi en la escuela de comercio y se hizo Profesor Mercantil. Estuvo trabajando unos aos en una empresa en frica ( Guinea Espaola) y a su vuelta a Santander viva con su madre en Caballerizas, pero dando tambin muestras de transtorno mental, pues como me deca su cuado, Santiago, no quera que le ayudaran a buscar trabajo y viva con lo que haba ahorrado en frica, hasta que un buen da desapareci y se estuvo mucho tiempo sin saber de l hasta que un da recibieron, sus familiares, que haba aparecido muerto en una cueva de una playa de Huelva, donde viva de la recogida de papel, cartn etc en la ciudad.

Por aquellos aos comenzaron nuestras primeras construcciones navales, que consistan en 2 listones de 3 o 4 metros de largo unidos por otros listones de 70 u 80 cms, y entre cada 2 de estos listones ponamos, atadas con cuerdas para que flotara, latas de aceite que llevaban a casa de la tienda de Jess Daz. El aceite de estas latas (que seran de unos 5 litros) se echaban en una zafra, (cifra para Mara) para lo cual se les haca un agujero en la tapa, agujero que luego tapbamos con un poco de cera o lacre. A estas primitivas embarcaciones sigui una chalupa de unos 2 o 3 metros de eslora, construida con tablas que cogamos en el edificio que tena el Ayuntamiento donde ahora est la piscina del tenis. Para el fondo de esa chalupa, usbamos unas tablas de 2 o 3 cms de grueso, y unos 20 cms de ancho, que formaban las estanteras de los dormitorios de los escolteros que ocupaban el piso de encima de las cuadras. Las pintbamos con pichi (alquitrn) que comprbamos en la fbrica de gas que haba donde hoy est la cuesta del gas, y donde, por 2 pesetas, nos llenaban el recipiente que llevramos, lo mismo si era un bote de pimientos que si era una de esas latas de aceite de 5 l. En el ao 1924, el da 30 de agosto, cuando yo tena 11 aos y 8 meses, empezaron los concursos infantiles de natacin con pruebas de 50 y 200 metros, en las que qued el 3 detrs de mis hermanos Alfredo y ngel.

Estos dos tomaban parte en las pruebas de mayores, 100, 400 y 1000 m. libres ( entonces no se nadaban aqu los 1.500 m). Al ao siguiente les hicieron elegir entre infantiles o mayores y ellos eligieron estos ltimos. Yo me qued en infantiles donde fui campen en 50 y 200 m dos aos, hasta que sali Csar Agosti que no tena rival en distancias cortas. Este, aunque su familia era de aqu (vivan en unos chalets que estaban donde est ahora la n 111 de Reina

Victoria y 60 de Prez Galds; estos chalets eran: Villa Elena, Petit Chalet y otro ms que no tena nombre o que yo por lo menos no me acuerdo de l, pero s recuerdo que estaba en la parte donde hoy est el patio de coches de nuestra casa), pasaba los inviernos en Madrid, y all nadaba en el Canoe, y durante varios aos fue componente fijo del equipo nacional por relevos de 4x50 y de 4x100 .

Christian en primera fila con las manos atrs y su hermano ngel, a su lado, con gorro.

Durante los dos o tres aos que nadamos en infantiles, l ganaba siempre en los 50 libres, y yo en los 200, pero con la diferencia que l en 50 m me sacaba una diferencia de 3 o 4 segundos, mientras yo slo le sacaba a l 1 o 2 s. en los 200m.

Vista de la baha desde la casa de la Magdalena

Vista de la Magdalena sin construir el palacio

Christian, Coto y ngel en la terraza de la isla de La Torre De la chalupa y del artilugio de listones con latas de aceite, pasamos a las piraguas de lona que hacamos en la planta baja de la casona y en el edificio que el Ayuntamiento tena donde hoy est la piscina del tenis, que era donde cogamos las maderas para hacer la chalupa. Para poder arrancarlos y que no nos oyeran desde el cuartel de la Guardia Civil que haba ( y que todava est , aunque sin guardias) a la entrada de la pennsula de la Magdalena, entrbamos una noche cuando ya se haban ido los de la

escolta y soltbamos unas cuantas contraventanas, y esperbamos que saliera el sur y entonces las golpeara y con el ruido que hacan podamos arrancarlas sin temor a que nos oyeran, y una vez arrancadas, las tirbamos por una ventana y luego las cogamos y por la playa las llevbamos a casa, cuando haba cado la noche.

El grupo de amigos tirndose con marea alta desde la campa del palacio

En todas estas operaciones tomaba parte tambin, porque formaba parte importante del equipo constructor de piraguas, un amigo nuestro que haca las veces de ingeniero naval, pero a lo bestia. Este amigo era Pancho Isa, a quien vosotros habis conocido, que tena un bote de vela latina, que compr por un precio que en aquellos tiempos era carsimo (60 duros, es decir 300 pts). Tambin formaba parte de nuestra flota de recreo un chinchorro de los que usan las parejas de pesca para macizar, que le llev uno que su padre tena una pareja de pesca (D. Adolfo Obregn). En este chinchorro bamos al puntal 6 u ocho con un par de remos nada ms, pero armando unos escndalos que los balandros de regata que andaban por la baha y en los que iba toda la familia real, desde el rey y la reina hasta el ltimo de los infantes, en barcos distintos, nos llamaban la barca de Caronte.

Uno de aquellos veleros navegando en la baha 1928 Por aquellos aos apareci en uno de los peridicos locales (El Cantbrico, La Atalaya) la historia de Pascasio Lavn. Era este hombre un capataz de las obras del espign de Somo que un sbado vino por la maana a Santander a buscar el dinero para pagar los jornales a los obreros, y por la tarde alquil un bote en Puerto Chico para que le pasara hasta el Puntal, pero el caso es que aunque este botero asegurara que l le desembarc all, el caso es que el bueno de Pascasio nunca lleg a Somo, ni jams se supo de l. Cuando sali esta historia en el peridico, uno de los que formaban parte de nuestro grupo de piragistas era un ruso llamado Pablo Sabelsky, que le sacaron de Rusia cuando

slo tena 2 aos (1917), le sac una ta suya ( a su padre que era militar de la Guardia del Zar, y a toda su familia los mataron cuando la revolucin) esta ta se cas con un seor de aqu y vivieron muchos aos en un chalet de la Avenida de los Infantes. Este tena su piragua, como todos nosotros, sala todas las tardes a remar y al atardecer, desembarcaba en el puntal para darse unas carreras por las quebrantas, y cuando se haca de noche, se vena a la Magdalena. Pero resulta que un da, no recuerdo quin del grupo, tuvo la puetera ocurrencia de comentar (pura invencin suya) que las voces y lamentos que oan los pescadores que salan antes del alba, a retirar los tresmallos y palangres que haban largado la tarde-noche anterior, eran lanzados por el espritu del pobre Pascasio que sala a buscar a su presunto asesino, y desde que hizo este comentario el bueno de Pablo tuvo buen cuidado de que no le cogiera nunca la noche en el Puntal. Por aquellos tiempos (aos 20) haba en el lugar que hoy ocupan los chals de la familia Yllera un edificio destinado a cuadras para los caballos de la Escolta Real, que en su extremo oeste tena 2 habitaciones ocupadas por un matrimonio, Gregorio Fdez l, que en su juventud haba sido pescador, y la Sra mara ella, que tenan una pequea taberna, llamada El Polo Norte, donde se reunan, con relativa frecuencia, un grupo entre los que recuerdo entre otros a D. Jos Beraza y de la Gndara, padre de Pin (el que puso el primer restaurante-balneario de la Magdalena), D. Pedro-Manuel Isa, padre de Pancho y Manolo, que formaban parte del club , La Magdalena, que tenamos all, y al cual creo que me he referido antes, tambin iba un Piris, que creo recordar que era hermano de Alfredo, el padre de los Piris que vosotros conocis y que era ciego casi total. A este matrimonio que llambamos Los Poleros, les ayudaba en sus labores una chica joven y rubia, llamada Elisa, a la que pona los puntos un concejal republicano, que creo recordar se apellidaba Mndez del Campo, con una voz ronca (algunos decan que hablaba en clave de Fa) y que deca

que poco podra l si no lograba que la finca de los Quintana (la nuestra), que haban robado al pueblo, volviera al pueblo para hacer all un parque pblico para disfrute del mismo, por ese pueblo soberano. El to Gorio, o Goriuco, como le llambamos cariosamente todos los que frecuentbamos su establecimiento, se sentaba por la maana en una mesa que tena en la calle, a la salida del Polo, con el peridico, una botella de tinto y un vaso, y all estaba hasta la hora de comer, de vez en cuando se levantaba y daba unos pasos a la sombra de unos corpulentos lamos que an quedaban de los que rodeaban la bolera que en un principio haba all. Algunos das se pasaba de la cuenta y tomaba algn vaso de ms y se pona un poco alegre y le daba por cantar, y recuerdo una que deca as, refirindose al juego de pelota al que era muy aficionado ( por aquella poca haba un frontn , en la calle de S. Luis) Porque es mi ilusin ver a un jugador lanzar la pelota con fuerza y valor, y verle sacar desde el cuadro diez, restar la pelota de un fuerte revs. Por la tarde, si tena con quin organizar una partida, jugaba al mus, tute o julepe, y haba que orle los comentarios. Al 5 de espadas, por ejemplo, le llamaba calza bichos; si te sentabas en una mesa, le faltaba tiempo para coger un vaso de agua para echarla sobre la mesa y mojarte el culo. Todos los meses iba una o dos tardes al centro, a una reunin que tenan ( me parece que era a la fbrica de gaseosas) y haba que verle cmo iba, hecho un pincel, con su traje de sastre, corbata, y sus botas, de botones, muy elegantes, pero que segn l tenan el inconveniente de que para meterlas (y para decirlo empleaba una frase muy marinera) tenas que andar durante un buen rato trinca que trinca bolines. Este club nuestro La Magdalena estaba hecho con embalajes de coches que comprbamos a los representantes que los traan del extranjero. Estaba montado sobre unos tablones, de forma que entre el suelo

del club, y la tierra, haba un espacio, en el que un da descubrimos, por el ruido que hacan, que algunas de las gallinas de la Polera se metan all para poner, y naturalmente, nos falt tiempo para levantar el tillado y descubrir el ponedero, coger los huevos, y llevrselos a la propia Polera, para que nos hiciera una tortilla, operacin que repetamos de vez en cuando hasta que haba huevos suficientes para otra tortilla. Estos Poleros, compraban por una peseta o 1,50 los pulpos a los raquerillos de S. Martn que iban por all a pescar, y haba que ver al Sr. Goriuco golpearlos contra la misma mesa en la que se sentaba a leer el peridico, y una vez bien golpeados, les pelaba y les clavaba en una contraventana para que se curasen al aire y al sol , y una vez curado, cortaba las rabas y nos las vendan a nosotros, asadas a la plancha y cortadas en rodajas, que no las comamos, pero las masticbamos hasta sacarles todo el jugo posible, pues estaban riqusimas ( por lo menos nos lo pareca a nosotros). Una de nuestras diversiones favoritas era la pesca. Unas veces era las esquilas y cmbaros entre las rocas, y otras los peces a caa (julias, porredanas, cabras etc) en las pozas que quedaban en bajamar, y que ahora ya no existen porque las rocas que las formaban las volaron para hacer el muro de bikini. Para encarnar usbamos como cebo gusanos que cogamos en el pedregal que haba en la playuca de la isla de la Torre, o de la Corona, como tambin se llamaba (aunque algunos la llamaban, y creo que todava la llaman, isla de los Ratones), escarbando con un hazadillo, y al hacerlo matbamos dos pjaros de un tiro, pues adems de los gusanos, salan tambin chirlas, que naturalmente , tambin llevbamos a casa para que Mara nos hiciera, con arroz, una deliciosa sopa de idem. Otras veces bamos a pescar a Mouro a una pequea ensenada que tiene al oeste de la islas, o bien a la parte este, entre esta isla y la Corvera, que es un pequeo islote , pues en

ambos sitios se pescaba unos panchos (como aligotes) que llevbamos a casa para que Mara nos los friera y nos los bajara ( o subamos nosotros a buscarlos) al casetn para merendar. Algunos das, aprovechando las mareas vivas, que nos ayudaban, tanto al subir como al bajar, bamos de excursin al ro Miera (ra de ) Cubas. Uno de estos das, estando en el ro nos sorprendi una surada ( recuerdo que fue en vacaciones de Navidad) y tuvimos que dejarlas escondidas entre la maleza de del ro para bajar a Somo para volver en la lancha. A los dos o tres das, cuando pas la surada y subimos en bote a buscarlas nos encontramos con la desagradable sorpresa que nos haban robado una de ellas, pero pasados unos das, averiguamos que los que se la haban llevado eran conocidos nuestros de El Astillero, y naturalmente nos fue muy fcil recuperarla

. Christian de pie a la derecha

En aquellos tiempos, slo exista all la casona donde vivamos, pues el balneario que haba hecho mi abuelo fue pasto de las llamas en el ao 1917. Este balneario estaba donde hoy est el restaurante la Magdalena. Antes, en los aos veinte, tenamos all una pista para saltos que hicieron Kmbara y sus amigos entre los que se encontraba R. Galn, que era subcampen de Espaa de salto de prtiga. Despus del incendio del 15 de febrero de 1941, se puso all un individuo, que creo recordar se llamaba Julin Cuesta, que se dedicaba a fabricar mortero (mezcla de arena y cal viva) que entonces se consuma en grandes cantidades, debido a las obras de reconstruccin de la ciudad. Este hombre, no se sabe por qu, se transtorn y tuvieron que internarle. Despus de la guerra se puso un chiringuito (Polidura se apellidaba el dueo) que haca unas tortillas y unas ruedas de bonito a la plancha y encebollado, que haba que ver como se pona de animado por las tardes, pues nosotros, los que jugbamos al tenis, bajbamos a darnos un bao y nadar a lo largo de la playa, al pasar por delante de l, le dbamos una voz dicindole (Poli, prepranos, lo que fuera) y cuando salamos del agua nos dbamos una mini-ducha en un grifo que haba en la playa, y subamos al chiringuito a tomarnos lo que habamos encargado. Algunos das no ramos nosotros solos los que nos reunamos all, pues haba socios del tenis que no tenan mesa para tomar algo arriba ( en aquellos aos la terraza del tenis se quedaba pequea, aunque el nmero de socios fuera la dcima parte que los de ahora, en que an en pleno verano est medio vaca), se bajaban tambin a tomarse sus tortillas o ruedas de bonito, pues esto no era muy bien visto en el tenis. Una prueba de lo que era el tenis en aquella poca, es que en la terraza haba un botones, perfectamente uniformado, que llevaba en la cintura una especie de cartuchera de charol, como la visera-gorro, que tambin luca, y en la mano llevaba una gran pinza con la que recoga los papeles y todo lo que encontraba en el suelo lo meta en la cartuchera que

llevaba en la cintura. A este chaval se le conoca con el carioso apodo de El Piloto.

Christian y ngel, tras jugar con Couder y otro

En aquellos aos la bolera estaba donde hoy est el saln, pero no al mismo nivel, sino que estaba en una elevacin del terreno, como de 70 u 80 cm de alta, que cuando la quitaron, los mismos socios, (los jvenes, se entiende), ayudaban a los trabajadores a retirar la tierra. En la esquina norte de esta elevacin del terreno haba una tejavana donde se guardaban los bolos y las redes de la pista de tenis. Como entonces no exista saln, pues solo haba un pequeo edificio donde hoy est el bar, y que constaba de una habitacin, por donde se entraba y que haca las veces de secretara, y a la derecha estaba el vestuario de las damas, y a la izquierda el de los caballeros (ambos con una sola ducha), los bailes en las fiestas, que no deban ser ms de 1 o 2, se celebraban en la pista de tenis n 3, que entonces eran de cemento, y la msica estaba a cargo de la banda de los exploradores, que tambin traan una gran

tienda de campaa para los miembros de la familia real. Donde hoy est la bolera, se pona la churrera de Catalina Rivero, que tena fama en la ciudad por la calidad de sus churros, y el recinto del tenis se adornaba con docenas de farolillos venecianos. Por aquellos aos lleg a Santander desde un puerto del norte, no recuerdo de qu nacin, si Noruega, Suecia , o cul, a bordo de una embarcacin de remo, un matrimonio que se quedaron en la Magdalena, donde hoy est la piscina y los chalets de la familia Yllera (creo recordar que el tripulante de la yola se llamaba Ventegod , o algo parecido), digo que se quedaron all porque la seora se volva a casa y vena a sustituirla un muchacho joven. Cuando lleg ste, salieron un domingo por la maana, con bastante mar, por cierto, tanto es as, que al llegar a la altura de San Pedro del Mar un golpe de mar los hizo naufragar. El viejo se ahog, pero el joven tuvo mejor suerte, y otro golpe de mar lo dej sobre una roca, sano y salvo. Al da siguiente el pueblo de Santander deca: salieron de Santander con direccin a Kalkuta y al llegar frente a San Pedro el joven dijo al viejo: me engaaste hijo). He estado unos das en huelga de brazos cados, es decir, que no he escrito nada, y en este tiempo he credo recordar que el que muri no fue el viejo sino el joven. El viejo se qued aqu, en Santander, esperando a que le mandaran otro barco y otro acompaante, y cuando llegaron continu el viaje, pues el motivo del mismo era una apuesta que haba hecho con un amigo en su pas de ir en un barco a remo hasta Kalkuta, pero al llegar al Mediterrneo tuvo que desistir de continuar el viaje porque le robaron el barco. Por aquellos aos iba por all un personaje que nos intrigaba quien pudiera ser, pues solamente algunos das, a ltima hora de la tarde atracaba en la playa, frente al Polo Norte, para tomarse unos vinos y continuar viaje hacia el puerto.

Digo que atracaba porque iba en una embarcacin que consista en un armazn hecho con unos listones ( como los que hacamos nosotros con latas de aceite, de las que ya me parece que he citado antes) con la diferencia de que este individuo en vez de latas de aceite, pona dos pellejos de vino inflados, de ah que se le conociera con el apelativo de el pellejero, pero con esta singular embarcacin l se arriesgaba a ir hasta la isla de Mouro donde haca unas pescas estupendas de panchos y porredanas. Generalmente aprovechaba las mareas, bajando para salir, y subiendo para entrar. Otro asunto que nos tuvo intrigados durante bastante tiempo era el que llambamos barco fantasma. Era ste un costero de proa de violn, pequeo, pero precioso, que le veamos entrar, y al cabo de una o dos horas volva a salir. As estuvo durante dos o tres veranos, hasta que nos enteramos de por qu haca esto. Ocurra que si sala de Pasajes, para ir con un cargamento hasta un puerto de Galicia, necesitaba 2 oficiales, as que vena hasta Santander, entraba, echaban un bote al agua, y el Capitn o el oficial iban a la comandancia de Marina, le daban entrada y a continuacin salida, y as continuaba viaje hasta el puerto gallego destino del cargamento. Haba por aquella poca otro personaje que nos llamaba la atencin. Se trataba de un viejo pescador conocido por Tom Mavisca que se pasaba la mayor parte del verano en una barqua pintada de pichi o alquitrn, es decir, de negro, sin nombre ni nmero de folio. Este viejo apenas si bajaba de su barqua, y si lo haca era para sentarse con el Polero en compaa de una botella de rioja, y charlar durante un par de horas de otros tiempos mejores. Para pasar las noches, armaba una especie de tienda de campaa con la verga, los remos y la vela, y tumbado en el suelo sobre los paneles, dorma hasta que por la maana, sobre las 10 o 10 , venan, una vez un nieto, y otras una nieta, como de 10 u 11 aos, a traerle una cestuca con la

comida, llevarse la pesca que l haba hecho con el tresmallo que l haba colocado al atardecer y recogido de madrugada. Recuerdo, que en ms de una ocasin tuvimos que ir uno de nosotros a despertarlo, pues al no coincidir las mareas, haba quedado, por la maana, muy alejado de la orilla y no les oa cuando le llamaban. Por aquellos aos fue cuando cog un peludn, que pes 14 o 15 kg. Resulta que estbamos sentados en la terraza del club que tenamos junto al Polo Norte, donde hoy estn los chales de Yllera, y uno de los del grupo, que me parece recordar que fue Mann Cabanzn ( de los del Hotel Hoyuela del Sardinero) que estaba all con nosotros, ya que estbamos en las vacaciones de navidad, el que vi en las rocas que haba donde hoy termina el muro de Bikini (y que las volaron para hacer el muro) y que estaban al descubierto por estar en la marea baja, un chorro de agua que suba 3 o 4 metros. Fuimos all saltando de roca en roca, y cuando estbamos cerca de l, le ped que fuera al club ,y me trajera un remo de bote. Cuando me lo trajo, le cog por la pala y metindole el guin por la bolsa, le desprend de la roca y lo saqu a tierra. Este peludn le llevamos a una tasca que haba bajando la cuesta de Gndara, en una calle que creo que era la de Bonifaz y que se llamaba el Pan Duro, donde se reunan los dirigentes del club de Caza y Pesca, pues todava no se haba construido el edificio de la Isla de la Torre o de la Corona (mal llamada por algunos de los Ratones). All nos hicieron unas fotos, que salieron en la prensa, pero nosotros no supimos que pas del pez. Las malas lenguas decan que se lo cenaron los seores de la directiva del citado club. Si esto fuera cierto, se debieron poner como pepes, pues 14 kg. de peludn entre 6 u 8 comensales toca a bastante por cabeza, ( o tripa). La pesca de este peludn debi ser en las navidades de 1931, pues en la fotografa que nos hicieron ( a Magana que era uno de los del grupo que formaban el club Magdalena, y a mi) yo estaba de luto

riguroso por mi padre que haba muerto a primeros del mes de octubre de ese mismo ao.

Con el peludn 1931

Por aquellos aos, 1930 o 1931 fue cuando empec a jugar al jokey en el Racing, que con la Unin Montaesa eran los nicos equipos que haba en Santander, pues el de la Congregacin de Los Luises y otro en Torrelavega, tardaron unos aos en formarse. No tenamos nada ms que un juego de porteras que tenamos que llevar los domingos que jugbamos, de un campo a otro. Si un domingo jugbamos en los Arenales y el siguiente nos tocaba en los Campos del Sardinero o de la Unin Montaesa en el Paseo

del Alta (hoy General Dvila) el viernes nos avisaban a los que nos tocaba el turno marcar el campo y armar las porteras, para que las llevramos al campo y lo tuviramos todo preparado para la hora del partido (igual que los de ahora).

Christian a la izquierda, de rodillas 1940. Equipo del Racing

Por aquellos aos fue tambin cuando se hizo el club, (edificio quiero decir) de Caza y Pesca, que hasta entonces, como ya dije anteriormente, se reunan los directivos en el Pan Duro, en la calle Bonifaz, y tambin el embarcadero en la playa de la Magdalena aprovechando los restos que an quedaban del muro que llegaba casi hasta la altura de la isla, y que se hizo para el embarque (y desembarque) de los socios y no socios, del club. Este servicio se haca por medio de un bote de remos que tuvo varios barqueros, uno de los ltimos fue un chaval apodad el Esquila, hijo de Pablillo y la Dolores (no la de la clebre jota) que primero, como sus 3 o 4 hermanos, haba sido recogepelotas en el tenis, y que tuvo un trgico fin. Resulta que un da, unos

pescadores aficionados que haban salido la tarde anterior a echar el palangre, como era su costumbre, a lo largo de las quebrantas se cobijaron para pasar la noche debajo de la terraza del club de la isla, y de madrugada cuando uno de ellos se despert, al ponerse en pie tropez, con la cabeza con algo que colgaba de la terraza, y resulta que eran los pies del Esquila que se haba suicidado. A los que le conocamos y tratbamos a diario no nos extra pues ms de una vez le habamos odo decir que el da menos pensado se mataba. Esto lo deca cuando tena una o dos copas de ms (que era bastante frecuente) ya que siempre que pescaba una lubina y la venda , destinaba lo que sacaba para bebrselo en una bebida que creo recordar se llamaba Castilla, o algo parecido, y que era un verdadero explosivo. A propsito de esta muerte se habl bastante entre aquellos que frecuentaban el club pues no faltaban los que sospechaban que no se haba suicidado l, sino que le haban colgado alguno de los que se dedicaban al contrabando de tabaco y prendas de cristal (como medias y otras prendas femeninas) y como el Esquila dorma all, teman que alguna noche les hubiera visto u odo, y pudiera irse de la lengua. Aos antes a estos sucesos que he relatado anteriormente, tuvo lugar un hecho que nos tena muy intrigados. Resulta, que en la roca de San Marcos haba una cueva y en ella se puso a vivir un individuo que deca llamarse Ricardo de la Altas Torres y que se haca el loco. Todas las maanas, a primera hora, se daba unas carreras hasta el otro extremo de la playa ( hoy Bikini), all se paraba y lanzaba un discurso, y volva otra vez corriendo hasta S. Marcos, echaba otro discurso, y as estuvo bastante tiempo hasta que un buen da desapareci. Despus nos enteramos que le haba detenido la Guardia Civil, pues estaba reclamado por un juzgado de no recuerdo dnde por algn delito cometido.

Por aquellos aos veinte, tuvo lugar una engarra entre mi hermano ngel y Enrique Gallardo que la hemos recordado muchas veces ya de mayores. Resulta que en la taberna Polo Norte, de la que ya he hablado anteriormente, vendan una bebida hecha con zumo de manzana llamada Pomona, muy rica por cierto, y que vala 25 o 30 cntimos. Estbamos una tarde jugando al ftbol o al polo, como solamos hacer todos los das, y tenamos cada uno nuestra botella y fue ngel y cogi la de Csar Agosti, que la tena a medio beber, y aprovechando un descuido de ste, se la bebi, y como esta bebida era del color del pis, fue y se me en ella y la puso en su sitio. Resulta que uno de los del grupo, Guillermo Parra tena una bicicleta marca B.S.A. nueva, que era probablemente la mejor marca de aquella poca, y como era lgico, nos la dejaba a todos para ir a dar una vuelta hasta el Sardinero. Mientras ngel haca la faena que acabo de contar lleg E. Gallardo que vena de dar una vuelta. Dej la bici y la cogi ngel y se fue a darla l. Al cabo de un rato de estar all fue enrique, cogi un botelln y pregunt de quin era, y al decirle que de Csar, no lo dud un momento y le dio un buen trago. Al ver la risa que nos dio a todos, pregunt quin haba sido el autor de la faena y al decirle que haba sido ngel, que daba la casualidad que en ese momento volva, ste se levant con la botella en la mano y se la tir con toda su fuerza, pero no le hizo ningn dao, pero a pesar de todo, fue ngel, se tir de la bici y se fue a derechas a l. All empez la engarra y dndose pias y rodando, bajaron hasta la playa, en medio de una tormenta de verano que se haba desatado, y que los hizo abandonar la lucha. Por aquellos aos andaba por la zona de Puertochico, Tetun y calles adyacentes, un portugus conocido popularmente con el carioso apelativo de Picardas. Este personaje era un invitado fijo en todas las bodas que se celebraban en el barrio, y en las que los pescadores le hacan cogerse unas castaas de 1 divisin. Algunas veces iban a continuar la fiesta al Polo Norte, con panderetas para

cantar y bailar, y al pobre Picardas le llevaban para animar la fiesta con sus atinadas intervenciones. Recuerdo que en una de esas bodas le llevaban adornados con flores, y una hortensia de gran tamao en la bragueta. Un da estaba en el espign de Puertochico gritando una ballena, una ballena y cuando se form a su entorno un grupo que miraba y se preguntaba dnde estaba la ballena, fue l y sealando dos botellas que flotaban a 25 o 30 metros les dijo: una va llena y la otra vaca. La que iba llena, lo era de humo que haba metido l mismo.

Por aquellos aos tuvo lugar un suceso que recordar mientras viva. Resulta que haca varios das que estaba fondeado, frente a la roca de San Marcos, un costero llamado Octubre, y un grupo de 3 o 4 estbamos bandonos en una de las rampas del campo de polo, aprovechando la pleamar, pues seran las 5 o 6 horas de la tarde, es decir, la hora de la pleamar, cuando omos un ruido tremendo que nos impresion. Resulta que el Octubre haba levado anclas y sala, pero al cruzar en busca de la canal fue abordado, o mejor dicho, embestido, por otro costero que entraba y la clav la proa hasta el puente de mando, pues el Octubre era de madera, de tal forma que qued empotrado en l y le llev hasta que dio fondo cerca de la playa, y all dio marcha atrs, y all le dej. A la maana siguiente como coincida con la bajamar, parte de la obra muerta del barco quedaba al descubierto y all nos fuimos a examinarlo, Luis Ortiz Hazas, ap. Luisn, F. Bustelo, Pablo Quintanilla ( un soltern de cuarenta y tantos aos, que viva en la plaza del Cuadro con unas primas) y yo. Tan entretenidos estbamos buceando y fisgndolo todo, que no advertimos que se acercaba la motora de la Comandancia. A ellos que estaban en el Octubre los hizo saltar a la motora para ir a ayudar a los marineros que iban en la motora a traer el cadver del patrn del barco que haba aparecido en el Puntal, cerca de

la isla de Santa Marina, y a mi que en ese momento estaba en el bote, me mand a la playa a buscar la ropa, pero al orlo Luisn , me di un grito y me dijo:Cura, como traigas la ropa te parto la cara. Como es natural hice ms caso a Luis que al rayuno de la Comandancia. Cuando llegamos al lugar donde estaba el muerto, comprendimos que haba hecho bien el rayuno en llevar ayuda para cargar con l, pues era un gigante que no caba en la camilla. Cuando llevbamos un rato caminando vimos venir a un to que al llegar al grupo nuestro y ver en l a Pablo Quintanilla le dijo que tena que ir al juzgado pues le estaban esperando para un juicio, pues este P. Quintanilla era fiscal en el juzgado. Al orlo el rayuno, se deshaca pidiendo disculpas y diciendo que por qu no le haba dicho quin era, y nos dej marchar a todos. Por aquellos aos tuvo lugar el embarrancamiento del Sendeja en las Quebrantas. Era este barco un costero pequeo, que debi embarrancar con la pleamar, y digo esto porque qued muy arriba, aunque se debi tambin a que deba venir en lastre. Se comprometi a sacarle de all un seor que tena negocios de carbn llamado Indalecio Santos (Indatos), y para hacerlo utiliz a las mujeres que trabajaban para l en sus negocios, sacando la arena que rodeaba al barco y llenando con ella sacos vacos de carbn, y haciendo con ellos un dique para defender al barco de las mareas. De esta operacin se habl mucho en la ciudad, y hasta se sacaron algunas canciones de las que slo recuerdo dos versos de una de ellas que deca as que dirn de las carboneras, que dirn de las del carbn. Un da que habamos ido al Puntal a ver cmo iban los trabajos para sacar el barco, cogi Kmbara (mi hermano Mayor) una gaviota herida que no poda volar, la llev a casa y aprovechando el agua que caa por el prado de una fuga que haba en Reina Victoria, hizo un pozo en forma de rosquilla y all la tenamos. Para alimentarla, cogamos en la playa pulgas de mar, que entonces las haba a patadas y con algo de pescado fue saliendo adelante. Como no poda

volar, la bajbamos a la playa con nosotros, hasta que un da, con gran sorpresa para todos aprovechando que haca una suave brisa del sur, se levant y planeando se larg y nos dej plantados sin poder hacer nada para detenerla. No recuerdo cuanto tiempo estuvo en la piscina que la hizo Kmbara, pero debi de ser algo as como un mes y medio o dos meses, y la pusimos el nombre del barco, es decir Sendeja Recuerdo ahora una ancdota que tuvo lugar en un viaje que hicimos a Bilbao a jugar un partido de jokey contra un equipo vasco que no recuerdo cul era. bamos en dos coches, uno de Emilio Aldama (a. Rasputn), y el otro de Gerardo Pombo (que aos ms tarde muri ahogado en una regata, creo recordar que fue en Monte Carlo, tripulando su barco llamado Vindio). Nos acercbamos al lmite de la provincia, y surgi la discusin sobre el pueblo que bamos a pasar, unos decamos un nombre y otros, otro, y al entrar en el pueblo fue l y nos dijo, os habis equivocado todos ya que no es ninguno de los que decais vosotros, pues este pueblo es Fielato. La carcajada en el coche fue general.

A la izquierda , sentado, Christian, y detrs de l su hermano Vicente; a la dcha, de rodillas, Coto o Calico, uno de los dos hermanos pequeos.

Otra ancdota relacionada con los viajes a Bilbao a jugar al jokey fue la que tuvo lugar un da que jugamos en San Mams, contra el equipo del Atletic, un da con un fro del demonio. El barro del campo estaba helado, duro como si fueran adoquines, pues cuando estbamos en las duchas que eran abiertas y daban a un pasillo alargado, con 5 o 6 a cada lado. Estas duchas no se limitaban a una cebolleta en el techo, sino que salan unos chorros por los lados de la ducha de tal forma que te daba el agua por todo el cuerpo al mismo tiempo. Pues cuando estbamos 8 o 10 duchndonos con agua caliente para quitar bien el barro que traamos pegado del campo, no recuerdo si fue Manolo Suarez Incln, Ramn Galn o quin, el caso es que cogi una manguera que haba en el suelo para limpiar las duchas, que lgicamente era de agua fra, y con ella fue recorriendo todo el pasillo enchufndonos a los que estbamos bajo el agua caliente. Ya os podis imaginar la reaccin de los embromados. Pepe el Seguro. Contaba Fernando Rey, el marido de mi prima Cuca Hoppe, que cuando l era nio y le llevaban con los compaeros del colegio de excursin a un pueblo de cerca de Orense, de donde era l, y haba en ese pueblo una de esas tiendas que haba en los pueblos de aquella poca en las que se venda de todo, y en la que haba un anuncio que deca Pepe el Seguro, se reciben avisos. Pasaron los aos, y ya mayor, se enter de que el tal Pepe el Seguro se dedicaba a hacer amas de cra, y cobraba por su trabajo 2 pesetas y la merienda. De todo lo expuesto, yo saco la consecuencia de que este trabajo lo haca en horas extra. Ayer o por la berrona (transistor) un programa en el que alguien, no recuerdo quin era, hablaba del papel o influencia de las mujeres en la vida espaola, tomando como referencia a Dolores Ibarruri (La Pasionaria) y a Pilar primo de Rivera y esta conversacin me trajo a la memoria las elecciones del 12 de abril de 1931, que dieron el triunfo

al Frente Popular, y a la proclamacin de la Repblica el martes da 14. El recuerdo era ms bien referente al partido de ftbol que ese domingo 12 se celebraba en los Campos de Sport del Sardinero, entre el Racing y el Arenas de Guecho, y que termin como el Rosario de la Aurora. El Gobernador civil le haba aconsejado al presidente del Racing la conveniencia de aplazar el partido, ya que debido a las elecciones que se celebraban ese da, no dispona de fuerzas suficientes para garantizar el orden pues los nimos estaban exaltados y se tema que pudiera haber desrdenes, como realmente sucedi. Ya en el segundo tiempo del partido, que estaba siendo duro y con constantes protestas del pblico originadas, ms que por la actuacin del rbitro, por el mal resultado del partido, ya que el Racing iba perdiendo por 2 a 0, el pblico se tir al campo y hubo varios heridos. Aquel da vi yo dar las dos mejores castaas de mi vida. Jugaba en el Arenas un tal Yermo, un verdadero atleta, que al ver venir a los espectadores de la general sali corriendo, pero al ver que tambin los de preferencia venan hacia l, se volvi, y a los dos que venan delante los larg dos pias, a uno con la zurda y al otro con la derecha, que cayeron al suelo como dos peleles. Tambin resultaron lesionados algunos miembros de la directiva del Racing, que naturalmente intentaron defender al rbitro y jugadores. Creo recordar que tambin result con contusiones, aunque no era de la directiva, el fotgrafo Jandrn Quintana, hermano de Samot (Toms). A los dos das de estos sucesos ( 14 de abril 1931) se proclam la Repblica. Hace unos das estando con Beln en un supermercado, me parece que era el Super de Soto de la Marina u otro pueblo de esta zona, al ver unas avellanas me vino a la memoria el recuerdo de algo que nos sorprendi cuando ramos nios. Resulta que estbamos en Miramar (era verano) y estaba aqu la abuela Magdalena, la madre de mi padre, y entre sus nietos estaba Mara Luisa hija de to Felipe que estaba

casada con Juan de la Cierva, el inventor del autogiro, que acababa de llegar de un viaje por Amrica del Norte, y haba trado, creo que del Canad , unas avellanas que en apariencia eran como todas, pero que si las dejabas encima de la mesa cuando menos lo esperabas se movan y daban una o dos vueltas, y si las cogas, con cuidado con las yemas de los dedos notabas unos ligeros golpecitos. La explicacin era que cuando las avellanas eran jvenes y se estaban formando se introducan en ellas unos gusanos que crecan en su interior alimentndose de ellas y cuando hacan algn movimiento brusco, se producan esas vueltas que tanto nos extraaban. Ayer por la tarde tuvimos una visita y en el curso de la conversacin sali a relucir un individuo que hace aos era eso que ahora llaman gay, pero que entonces se llamaba de otra manera, y eso me trajo a la memoria una ancdota de la que era protagonista un sargento del Regimiento de Infantera de Valencia n 23, de guarnicin aqu en Santander, llamado Domingo Somoza que era tuerto del ojo izquierdo, y que era encargado de entrenar al equipo de tiro del Regimiento, y con el que gan en ms de una ocasin el campeonato de Espaa. Contaba este sargento, que cuando la guerra de frica haba en uno de los frentes unos cbilas que segn decan, cuando cogan algn prisionero espaol no le mataban sino que lo que hacan era violarlos, y deca este sargento ( que entonces sera un soldado, o a lo sumo un simple cabo) que el miedo que tenan en aquel frente, no era que los cogieran y los violaran, sino que les gustara. Otro de los veranos en Miramar cuando viva la abuela Magdalena eran las excursiones que hacamos de merienda al faro de Cabo Mayor, capitaneados por to Eugenio (Conde de San Diego)), que aunque su familia veraneaba en Cabezn de la Sal, venan a pasar unos das a Miramar. Este to nuestro era la persona de mejor humor que he conocido en mi vida. A la vuelta venamos tocando todos los timbres

de las casas y chalets que haba por el camino. Tambin aprovechbamos para coger moras que haba a montones en los zarzales que abundaban en aquella zona que entonces estaba en estado salvaje, y que alguna de las tas haca con ellas un dulce delicioso. Otra ancdota relacionada con to Eugenio tuvo lugar varios aos despus, cuando ya ramos unos mozalbetes. Resulta que en una de las visitas que haca a nuestra madre en verano cuando estaba en cabezn, se le ocurri bajar a la playa a estar un rato con nosotros, y coincidi que en aquella poca tenamos una motora que era de Pompeyo, el calafate de San Martn, uno de cuyos hijos, llamado Lorenzo, era amigo nuestro y nos la dejaba para que la usramos nosotros, a golpe de remo, pues no tena motor. Cuando l baj, bamos a marchar para el puntal y l, ni corto ni perezoso, se embarc vestido como es lgico, de seor, mientras que nosotros bamos, como es natural, en tapa rabos de la poca, pues todava faltaban muchos aos para que aparecieran los meybas, y dems modelos que han ido apareciendo despus. Resulta que cuando estbamos cruzando la canal, fue mi prima Cuca Hoppe, que deba pesar cerca de 100 Kg, se equivoc y en vez de pisar en el panel, pis en el fondo de la motora, y aunque no lleg a hacer un rumbo, s hizo una pequea avera por la que entraba el agua. Una vez en el puntal, lo arreglamos como pudimos tapndole con un albornoz, iniciamos el viaje de vuelta. El to, sentado en el tambucho de proa , con los pies en la primera bancada, dando gritos y llamndonos canallas, asesinos y todo lo que se le ocurra dicindonos que le habamos querido ahogar, todo esto, naturalmente, en broma, pues haba que conocerle a l y el carcter bromista y alegre que tena. Hoy, 14-9.01, vuelvo a coger el boli para seguir contando, despus de 2 o 3 meses de brazos cados, recuerdos de mi vida pasada. Resulta que mis hijos me piden que les diga algo sobre mis abuelos, es decir, sus bisabuelos cosa

bastante difcil, ya que de los cuatro, slo llegu a conocer a mi abuela paterna D Magdalena Torre, de la que me parece que he contado algo. Del abuelo slo s que se llamaba Felipe, pues ni siquiera por fotografa s cmo era. De los abuelos maternos s que se llamaban Felipe y Casilda, que l tena ingenios en Cuba, adonde sola ir un par de veces al ao. En alguno de estos viajes al volver a Espaa, en vez de hacerlo directamente, se pasaba por Pars; en uno de estos viajes se pas por la casa de pianos Pleyel y all compr dos, uno de cola para su mujer, y otro vertical para su cuada Clara ( de la cual ya he hablado en otra ocasin de ella y de su amiga Lola Crespo). Este abuelo era amigo del rey D. Amadeo de Saboya, que fue el que le dio el ttulo de marqus. En cuanto a la abuela recuerdo haber odo a mi madre que cuando eran jvenes y estaban pasando alguna temporada en la casona que tenan en Santoa, al pie del Monte Buciero, durante el da ella (la abuela) esconda en alguna habitacin del piso alto, un pauelo , una gafas, o cualquier otra cosa por el estilo, y cuando ya haba cado la noche y estaban en algn lugar del piso bajo, mandaba a una de ellas, primero, y a la otra despus, nunca a las dos al mismo tiempo, que subieran, con una vela, pues en aquellos tiempos(finales del siglo XIX) no haba luz elctrica a buscar alguna de las cosas que haba escondido. Esto lo haca para acostumbrarlas a vencer el miedo. All por los aos 20 el tendido elctrico para las caballerizas y dems edificios que haba en aquella zona de la finca del palacio iba por unos postes a lo largo de la playa, muy cerca del muro del campo de polo. Estos postes tenan unos aislantes para sujetar los hilos elctricos, que unos eran de vidrio (generalmente de color verde) y otros de casco blanco, y una de nuestras diversiones favoritas era, con las piedras que haba en abundancia por la playa ir tirando a ver quin rompa ms aislantes, hasta que un da, nos descubri un guardia civil de los del cuartel

de palacio, y en vez de seguirnos corriendo, pues nosotros habamos puesto pies en polvorosa por la playa, se fue tranquilamente a esperarnos en casa. Una de las razones por las que no nos sigui corriendo, era porque l, que recuerdo muy bien cmo era, y cmo se apellidaba (Muoz), era grandn y adems, pies planos, y all nos cogi y nos llev a presencia del administrador, D. Francisco Jos lvarez, pero como ste nos conoca porque ramos amigos de sus hijos (5 chicas: Tomasa, Isabel, Juana, Magdalena y Margarita, y 1 hijo, lvaro, a los que me parece que ya me he referido anteriormente) se limit a sermonearnos y prometerle que no volveramos a hacerlo. El regreso hasta la puerta del palacio no fue tan suave, pues como ya he dicho antes, a este guardia, como era grandn y pies planos, no le haba hecho ninguna gracia las caminatas que le hicimos dar, as que como no debi hacerle mucha gracia lo bien que nos haba tratado D. Jos, no par de reirnos y amenazarnos, poco menos que con fusilarnos si volva a cogernos otra vez haciendo lo mismo. Despus de meditarlo mucho, hoy me he decidido a contar una ancdota que nos refiri Mara (la Negra) que ocurri en su pueblo cuando era una nia. Resulta que haba llegado al pueblo, cosa muy corriente en aquellos aos, un afilador, gallego, por supuesto, y natural de Lugo, y al llegar la noche le dio hospedaje en el pajar, como es lgico, una vecina, solterona que viva sola con su macuca. Resulta que al da siguiente unos vecinos del pueblo que iban a sus trabajos, al pasar por delante de su casa la vieron que sala de la cuadra, con las manos a la cabeza dando gritos. Naturalmente, se pararon y se dirigieron a ella a ver que la pasaba, y fue ella y les dijo lo que la haba pasado. Haba subido al pajar a llevar al afilador que haba dado cobijo la noche anterior, un tazn de leche caliente, recin ordeada, y un trozo de borona recin hecha, y cuando lleg arriba, donde estaba echado, y yo, que no saba lo que los hombres tenan, y vi aquel hombre, con aquel miembro en la mano, grit, cristiana, quteme ust de ah, que pongo el

grito en el cielo, y ech a correr escalera abajo, pa verme matado en ellas. (sic) Ahora voy a contar una ancdota de Quica. Era sta una muchacha que tena ta Pepita (la madre de Cuca y abuela de los hermanos Rey). Resulta que estaban una tarde (como casi todas) reunidas en el saln madre e hija, mi hermana Mitos, las Pombucas (Carmina y Mariuca) y alguna ms que no recuerdo ahora, cuando se present all la buena de Quica, a ver si queran ya la merienda. Pero el caso es que iba con la cabeza ladeada y quejndose del cuello, y al preguntarle que le pasaba, contest con la mayor naturalidad que haba estado un rato asomada a la puerta hablando con la doncella de enfrente ( la de Lolita) y al terminar cerr la puerta de golpe sin tener en cuenta que an tena la cabeza fuera, y claro, el portazo se lo llev el cuello. Por aquellos aos vivan en un trozo de la planta baja que hoy es de Pablo Rey, un matrimonio que l se llamaba ngel Garay y ella no recuerdo su nombre, pero s los de sus 2 hijos, un chico llamado tambin ngel, y ella Angelines. El padre que estaba en el paro se encarg unas tarjetas que decan ngel Garay, carpintero y ebanista fino, se reciben avisos, telf.. n y tuvo la cara de dar el n del nico que entonces haba en toda la casona, que estaba en casa de los Pombo. A este hombre le dieron una ducha de escarmiento las chicas de servicio de la familia. Resulta que cuando una de ellas tena novio, se vean en el portal y l, para fisgarlos (vulgo palearlas) haba hecho un agujero en la puerta sur del portal, que generalmente en invierno estaba cerrada, y fue descubierto, y una tarde cuando l estaba en plena faena de paleo, desde una de las ventanas, de uno de los pisos bajos, le echaron un cubo de agua, fra naturalmente, que se le quitaron sus aficiones al paleo. Este hombre, haba sido muy aficionado a la caza, deporte que ahora no poda practicar por falta de medios econmicos, pero conservaba la escopeta y el perro, un

setter llamado Berei, y cuando el amo, en los paseos que daba en torno a la casa se le encontraba tumbado tomando el sol, se le quedaba mirando un rato, y despus de daba un carioso puntapi y exclamaba pobre Berei, lstima de perro, que descalzado ests. Esta frase la estuvo repitiendo durante muchos aos despus , mi querido hermano poltico Pim Brcena. De aquella poca son unos versos que deca de vez en cuando Pancho Isa, que me vinieron a la memoria el da de Santa Teresa (15 de octubre) que llam a Tere Percebe, para felicitarle, y en el curso de la conversacin, que como es natural corri casi exclusivamente a cargo de ella, refirindose, no recuerdo a quin, dijo que era una mula, una bestia, que es lo que decan esos versos, que eran as: Tuve yo una mula llamada Pirula, con los pelos tiesoscuando la azuzaba, mi mula volaba cual vuelan las aves, me cost 100 pesos, sabes, al gaucho Domingo pegle un respingo y rompile una pata, yo le puse guata- ms crueles y foscas vinieron las moscas a darle molestias, qu mula, qu bestia. Y ya que hemos dado un salto atrs, voy a dar otro ms largo an. Se trata de una faena que le hicieron a Mitos, entre ngel y Alfredo ( la pareja americana como les llamaba el to Carlitos), faena que como es lgico suponer fue idea del c del bizco. Por aquellos aos montbamos en el cuarto de clase un nacimiento estupendo, pues en el bosque de palacio encontrbamos musgo, pias y todo lo que nos vena bien para el mismo. Vena entonces a dar clase de piano a las chicas, una profesora que se llamaba Milagros Lavn (sta tena un hermano que no recuerdo su nombre, que jugaba en el equipo del Racing, y que se le conoca entre la aficin con el carioso apelativo de el zorro de Pedrueca), pues a lo que iba, Mitos le haba dicho a la profesora lo del Nacimiento y quera ensearlo, y un da, que dijo que despus de clase ira a verlo, mientras daba las clases, entre los dos pusieron el Nacimiento patas

arriba: en la cuna del pesebre, quitaron al nio Jess y pusieron un cerdito, al Nio le llevaron a baarse al ro, y para no ser menos que los mozos de Sili, subieron una burra al campanario de la iglesia, y los mozos y mozas bailando a lo alto y a lo bajo. Total que cuando acabaron la clase y fueron con la profesora a ver el Nacimiento y se encontraron aquello, el disgusto y la llorina que cogi Mitos fue de los de rdago a la mayor, y lo que les organizaron a ellos mis padres no fue menor. Y con toda la razn del mundo. Don Turulato. Quin era este personaje que tanto nos intrigaba y diverta durante algunos veranos?. All por los aos veinte, se publicaba en Blanco y Negro, que era mucho mejor que el actual, una historieta cmica titulada De cmo pasan el rato, Currinche y D. Turulato. Resulta que haba un seor, seguramente veraneante, que todos los das le veamos paseando por la playa, muy bien vestido, con su bastn y su canariera, y no recuerdo quin fue el que nos hizo ver el parecido de este seor con el D. Turulato de B. y N, y naturalmente a partir de aquel da fue el blanco de nuestras bromas, de tal forma que desapareci de la Magdalena, pero un da, como acostumbrbamos a hacer cuando tocaba la bajamar por la maana, nos bamos a baar al Sardinero, bajando por el terrapln que haba en lo que hoy es la playa del Camello, y en la primera playa haba quedado al retirarse el agua una laguna alargada, de unos 6 o 7 metros de ancha, y cul no sera nuestra sorpresa, cuando vimos en la orilla opuesta a la que nosotros nos encontrbamos, al bueno de nuestro personaje, pasendose tranquilamente contemplando a los baistas. Verle y empezar a llamarle a gritos : Turulato, Turulato fue cuestin de segundos y vernos y ornos l, y empezar a llamarnos al tiempo que nos amenazaba con la cachaba, los de la Magdalena cafres, salvajes, y preguntar a la gente, que naturalmente se haba ido reuniendo all, que dnde estaban los guardias que siempre haba en las

playas, al orle nosotros preguntar por los guardias, salimos por pies, y no volvimos a saber nunca ms de l. Ahora recuerdo que el que vio el parecido de este seor con el D. Turulato de B. y N. fue Josechu. Era ste el hijo de un matrimonio que veraneaba en la planta baja de la casona, y ella, D Rita era hermana de D. Concha que estaba casada con D.Adolfo Aguirre (militar de carrera) y padres de Rita, casada despus con Paco Nrdiz, y tos, por consiguiente (como dira F. G. de Nando, vuestro amigo, y el padre de D. Antonio, que creo recordar era catedrtico en Madrid (no recuerdo de qu materia) como tampoco si se apellidaba Calleja y era conde de Peralta, o si se apellidaba Peralta y era conde de Calleja. Esta Rita (la casada con Paco Nrdiz), tena un hermano, Adolfo, que se cas con una chica llamada Marita, y una hija de stos se cas con un Yllera, hijo, no s si de Manolo o Alfonso. Por aquellos aos fue cuando se construy en la isla de la Torre o de la Corona, como tambin se llama, el club de Caza y Pesca, que entonces tena como domicilio social una tasca que haba en la calle de Pea Herbosa, que se llamaba el Pan Duro. Aqu es donde fue a parar el peludn que pesqu, (mejor dicho que cog) pues lo hice con un remo en las rocas donde hoy termina el muro de bikini, y que pes, no recuerdo si fueron 14 o 16 kg y que seguramente dieron cuenta de l los miembros de la directiva (Beraza, Isa, Piris, etc, etc). El ao 1926 se cas mi hermana Magdalena, no recuerdo si fue en el mes de agosto o septiembre, pero de lo que s me acuerdo es de que el da que naci su primer hijo, Nando, el mes de septiembre de 1927 embarranc en San Pedro del Mar, un barco que me parece se llamaba Villalonga. Por la tarde, despus de comer fuimos dando un paseo por la costa a ver el barco y al volver entramos en casa de Magdalena, que viva en una casa (que todava existe) en el Alto de Miranda, llamada Dos Hermanas. De lo que s me

acuerdo es del final de una carta que escribi a mi madre, dndole la enhorabuena por el nacimiento de su primer nieto, el to Eugenio (conde de San Diego) que como todas las suyas rezumaba buen humor. El final de dicha carta deca as: Ya se oye por el pasillo, una dulce vocecita, que viene pidiendo a gritos, lmpiame el culo abuelita.

EL ABUELO FELIPE (QUINTANA) Se empea Beln que d un salto atrs y que cuente algo del abuelo materno, cosa bastante difcil pues no le conoc ya que cuando yo nac haca no s cuantos aos que l haba muerto. Su segundo apellido era Garca de ( creo de Arcos o algo parecido). Su mujer, es decir, la abuela, se apellidaba Trueba, pero el nombre no s si era Tomasa o Casilda. Me parece, pero no estoy seguro que los dos eran merachos, lo que s s es que cuando tenan 4 o 5 hijos, todos varones y la abuela estaba en estado interesante, l ofreci a la Virgen que si le naca una nia, l recogera otra. Llegado el da del alumbramiento resulta que no vena una sola, sino dos, mi madre y ta Casilda (la madre de los Pombo). Y aqu empezaron sus dudas, pues mientras unos le decan que s tena una nia, l recogera otra, como haba tenido dos, pues tendra que recoger dos. Otros por el contrario decan que si haba ofrecido recoger una para tener dos, pues ya las tena. El caso es que l cumpli lo prometido y recogi una nia. Hoy (21-01-04) vuelvo a coger el bolgrafo, pues llevo ms de un ao sin escribir nada y lo hago estrenando un bolgrafo estupendo que me ha regalado mi nuera Ana, con motivo de mi 91 cumpleaos. Terminaba la anterior etapa diciendo que como el abuelo tena dos nias le decan al abuelo que no tena que recoger a ninguna, pero segn me ha dicho Tere Percebe, creo que recogi dos.

DE TODO UN POCO (PROHIBIDO HOJAS)

ARRANCAR

As pona mi madre en las cubiertas de las libretas que usaba para anotar todas las cosas que oa o lea, y que le llamaban la atencin. Llevaba ms de un ao sin escribir nada, pero ahora resulta que beln lleva unos cuantos das insistiendo en que tengo que volver a coger el bolgrafo para seguir escribiendo de lo que sea, cosas recientes o de hace aos, pero escribir algo, por ejemplo de la guerra. Cuando me movilizaron en el ao 1936, sub al cuartel y cuando estaba haciendo cola recibir la ropa, se me acerc un amigo que tambin haba ido como yo a alistarse, me dijo que por qu no me apuntaba para reconocimiento mdico por defecto en la vista, y as lo hice. Como el mdico del cuartel era un mdico de medicina general me dio un volante para que el lunes (esto era un sbado al medioda) fuera a reconocimiento a Valdecilla. As lo hice, pero del cuartel me baj a la consulta de Julio Torriente, oculista y adems muy buena persona y amigo, para que me aconsejara sobre lo que tena que hacer y ver en el reconocimiento. Lo primero fue estarme el domingo, todo el tiempo que pudiera tumbado boca arriba leyendo un libro de letra pequea, y el lunes en el viaje en tranva hasta Valdecilla, que fuese frotndome los ojos. As los hice, y al entrar a reconocimiento, me mand sentar frente a uno de esos cuadros con letras que tienen los oculistas, me mir a los ojos y me mand leer las letras del cuadro. Fue, se sent y le o decir al tiempo que escriba algo as como superior a 4. Yo entonces le pregunt si deba usar gafas (al tiempo que deca esto me llevaba la mano al culo para comprobar que no se me haban olvidado en casa, y las tena en el bolsillo trasero del pantaln). Al salir de la consulta me encontr en la sala de espera a mi hermano Alfredo, con Gerardo Nrdiz y Manoln Abarca, que

iban los tres con las gafas de uno de ellos, creo recordar que eran de Abarca. Entraba uno con ellas puestas, las coga el mdico, las miraba por delante y por detrs y deca lo mismo superior a 4. Al salir ste se las daba al siguiente, y as los tres. La cosa, aunque parezca extraa, no lo era tanto teniendo en cuenta que por lo visto no era oftalmlogo el mdico, sino de medicina general, y adems, ms bien de derechas. A m me calificaron para servicios auxiliares de retaguardia y a ellos no recuerdo, slo s que Alfredo y Vicente estaban en casa, y cuando venan los milicianos a hacer algn registro se metan en un armario ropero cuya balda bajera levantaba 25 o 30 centmetros del suelo, y se metan y una vez dentro se volva a poner la ropa y all estaban hasta que se marchaban los milicianos. A m me mandaron al Batalln n 108 o 106, no recuerdo bien cul era su nmero, que estaba organizndose en Puente Viesgo. Como yo era el de servicios auxiliares, no poda hacer servicio de armas, y por eso me libraba de hacer la instruccin. Uno de los trabajos fijos que tena que hacer, era ir a la cocina a pelar patatas, aunque el rancho que nos daban era casi siempre a base de arroz, que no se guisaba con aceite, sino con sebo, as que con el fro que haca (era por el mes de noviembre o diciembre) se cubra de una capa que no haba quien lo comiera, y que despus, para lavar el plato, te veas negro, pues tenas que hacerlo tambin con agua fra. Yo aprovechaba cuando estaba pelando patatas, para atarme a la pernera del mono, a la altura de los tobillos, y cuando vea que los dems estaban distrados, coga una o dos patatas y me las meta por la bragueta que tena abierta para hacerlo, y cuando terminbamos de pelar me levantaba, con mucho cuidado para que no se notara que no poda andar con soltura. Al volver a la habitacin donde estbamos 8 o 10 compaeros, me desataba el mono, y caan las patatas, que llevbamos a casa de una vecina all cerca para que nos hiciera una buena tortilla, para poder comer algo que nos hiciera olvidar la porquera del rancho que nos daban.

Un da, que por cierto estaba lloviznando, y que como he dicho antes, no poda correr para que no se me cayeran las patatas, haba por all un grupo de milicianos, no s si de mi batalln o de otro, el caso es que uno de ellos hizo un comentario sobre mi parsimonia, pero diciendo que lo comprenda por mi falta de vista, pero le contest, un hijo de enrique barqun, creo que fue el de este mismo nombre, que en la pista de tenis bien vea la bola y corra a darle. All en Puente Viesgo estuvimos 15 o 20 das, y una vez formado el batalln nos mandaron a Mataporquera, donde haca un fro que te podas morir. Nos tenamos que lavar en unos bebederos de ganado, que lo peor que tenan, no era el agua fra, sino que el agua que lgicamente caa al suelo, pues se helaba y se formaba una capa de hielo que te costaba guardar el equilibrio para no darte un batacazo. De Puente Viesgo (?) nos llevaron a San Martn de Elines, en Valderredible (donde hay una hermosa colegiata romnica, creo que del siglo XII). All fue donde un teniente de milicias, que se apellidaba S. Emeterio, asesin a un sargento del ejrcito apellidado Bravo, que los quintos del regimiento de Infantera de Valencia n 23 de guarnicin en Santander, donde yo hice el servicio militar, conocimos por el carioso apelativo de puja, puja porque tena una cara que pareca que estaba pujando para Desde aquel pueblo se pasaron no s cuantos del batalln a Burgos. Pues subiendo el monte que separa las provincias de Santander y Burgos, al otro lado est una zona de terreno de nadie llamada de la Lora, y all suban los milicianos por la noche a coger patatas que los nacionales haban sembrado y no haban recogido, y algunos milicianos de los que suban aprovechaban para estudiar el terreno y despus darse el bote a la zona nacional. De all nos llevaron al frente, creo recordar que se llamaba Erdunte (por la zona de Ramales). De la estancia all slo recuerdo bien dos cosas, una era que un compaero que cuando haca bueno nos sentbamos en la hierba con las mantas para hacer

limpieza, de pulgas y chinches, l, en vez de matarlas con las uas, como hacamos todos los dems, l las soltaba en el suelo porque deca que le daba pena matarlos. La otra fue una tormenta que descarg una noche, y como estbamos en la ladera del monte, bajaba el agua de tal forma que no podamos estar tumbados en el suelo y tuvimos que levantarnos y sentarnos sobre unas piedras, con los pies en otras y dejar que el agua corriera hasta que se pas la tormenta, que dur bastante. Por aquellas fechas empez la ofensiva nacional por el frente de Burgos y nos trajeron a la zona de Sta. M de Cayn. Estando all vino un da a bombardearnos la aviacin nacional y unos cuantos fuimos a refugiarnos en unas zanjas que haban abierto en el jardn del Ayuntamiento, de algo ms de m de anchas y de 70 cm a 1 m de profundas. Las bombas que tiraban eran muy pequeas, y casi no causaban daos materiales, pero nos asustaban, porque si te caan muy cerca podan hacerte mucho dao, incluso matarte. En la zanja estbamos tumbados con las cabezas juntas. A m me toc de vecino un hombre ya mayor que se abrazaba a mi cabeza como si yo fuera a protegerle de las bombas. Al lado del Ayuntamiento haba un chal con un jardn muy bonito, que pasados los aos, cuando yo estaba casado, me enter, un da que fuimos a comer all, que era de Felices, la hermana de Isabel, mi mujer.

1952 Con mi madre en una boda

No recuerdo cmo fue, el caso es que fui a dar con una casa que creo que era de la familia Camino, en el pueblo de Esles, y all me escondieron en el pajar, con la cabeza en el boquern que hace de ventana, tapada la cabeza con la cazadora y cubierto de paja. Desde all vea bajar por la ladera del monte a los milicianos que venan huyendo de los italianos. Cuando terminaron de pasar, y llegaron los italianos vinieron a sacarme de all y me consideraron como prisionero de guerra, lo que no era verdad, pues me haba pasado yo voluntariamente, y me mandaron a un campo de concentracin de Pamplona, que me parece que era un colegio. No recuerdo el tiempo que estuve all, desde luego que no fue mucho, pues nada ms llegar all ped permiso para llamar a casa y desde casa llamaron a Luis GmezAcebo (no el casado con la hermana del Rey, D Pilar), sino el casado con Carmen Miralles, que hablaron con quienes

tenan influencias para reclamarme, y as lo hicieron y a los pocos das me mandaron a Burgos. Aqu me destinaron al Servicio de Municionamiento del Ejrcito del Norte y me mandaron a Zaragoza donde almacenbamos (en el edificio donde estaba la Academia General de Infantera), a unos 10 o 12 km de la capital, y desde all lo llevbamos a los distintos frentes. Algunos consideraban este destino como un enchufe, pero nada ms lejos de la realidad, y la prueba de ello es que a nosotros cada mes de servicio nos contaba por dos de infantera. Hoy voy a escribir sobre la Orejones. Resulta que hace unos das sac Beln un envase de plstico que tanto se usan ahora para los alimentos de toda clase que dice Orejones de albaricoque. Al verlo yo me ech a reir y dije algo que les extrao y me dijeron que contara quin era esa tal Orejones y les cont que cuando ramos nios iba a casa una cigarrera a hacerle los pitillos a nuestro padre, y la tal cigarrera tena unas orejas como un elefante asitico y por eso algunos de mis hermanos mayores le pusieron ese carioso apelativo. Ahora me voy a referir a otro personaje posterior a la anterior, pero tambin dej recuerdo de su paso por La Magdalena. Este personaje se llamaba ngel Garay que con su mujer que no recuerdo cmo se llamaba y sus hijos, una chica llamada Angelines, y un hijo llamado ngel, vivan en la portera. El padre deca que era carpintero, y tena unas tarjetas que decan ngel Garay, carpintero y ebanista fino La Magdalena n 1 telfono n (no recuerdo el n, lo que s recuerdo es que ese n era el de la familia que por aquellas fechas estaba en casa de Lolita (la madre de los Pobo, Jos Mari, Milagritos, Marta, etc etc) y l lo puso en las tarjetas sin contar con el permiso de la familia. Tena un perro de raza setter que se llamaba Berry pero que llevaba aos sin cazar y cuando pasaba junto a l, que estaba por all tumbado tomando el sol, se quedaba parado mirndole y le deca pobre Berry, lstima de perro, qu

descalzado ests. Haba en la casa, no recuerdo de quin, una muchacha que tena novio, y cuando iba a verla se metan en el portal en un rincn de la derecha (entrando) donde no se les vea al entrar y salir y all se ponanPues bien, este to, como era carpintero y ebanista fino tena abundante material para el ejercicio de su profesin (aunque en el tiempo que vivieron all nunca dio golpe) y claro entre este material no le faltaban brocas y barrenas con las que hacer un agujero en la puerta que daba al sur, y desde all palearlos a sus anchas, hasta que fue descubierto por las otras muchachas que le esperaron en el comedor de casa de mi prima Cuca Hoppe, que quedaba encima, aunque un poco a la derecha, con unos baldes de agua, y una noche, cuando estaba el hombre fisgando como la pareja haca lo que poda pensando que nadie les vea, le echaron encima los baldes de agua y le dieron una ducha que se le quitaron las ganas de volver a palear. Su hija Angelines, que no era por cierto muy agraciada, cuando por casualidad, ligaba con algn mozo en el baile y ste la acompaaba a casa, se despedan en el portal y ella suba por las escaleras como si viviera en algn piso de la casa, y desde alguna de las ventanas que haba en ellas, observaba hasta que le vea irse, y entonces bajaba a su piso, que era la portera. Ayer viendo la televisin salieron varias escenas sobre el hambre que pasan en algunos pases de la India, centro de frica y en algunos de Amrica del Sur, y esto me trajo a la memoria un concurso que se celebr, no recuerdo si fue aqu en Santander o dnde, entre caricatos y dibujantes para ver quin haca un dibujo que expresara mejor el hambre que se haba pasado en Rusia al final de la guerra del 14, y que cost millones de muertos. Casi todos los dibujos versaban sobre el mismo tema, mujeres famlicas dando el pecho, o lo que fuera porque ms que pecho parecan un calcetn viejo y seco colgando all. Otros eran unos perros en esqueleto, intentando encontrar algo que comer en montones de basura callejeros, en los que como

es natural, si los seres humanos pasaban hambre hasta el punto de morir, difcilmente podan dejar nada que tirar a la basura. Pues bien, el nico que no toc el tema de nios y perros, fue el que gan el premio, y lo que dibuj este concursante fue sencillamente un culo con telas de araa. Yo me pregunto cunto tiempo llevara el esfnter de ese desgraciado sin dar paso a ningn resto de alimentos. En el Paseo de Prez Galds frente al convento (y colegio de las Esclavas) haba un chal que perteneca a una familia que se apellidaba Maza, pero que no conocamos, pues el verano pasado ( 2003) estando en el Sardinero hablando con unos amigos de Valladolid (Marisa Vela, su marido y otros que no recuerdo quines eran) me presentaron a una chica que le llamaban Pitita, y yo en broma le pregunt no sers Pitita Ridruejo? Y me dijo, no, yo soy Mazariegos Maza, a lo cual yo le repliqu, hija de Perico Mazariegos y una Maza de los del chal de Prez Galds, y entonces yo le cont que a los Mazariegos los conocamos porque cuando ramos chicos veraneaban en uno de los chals de los que hay a la izquierda, bajando, y naturalmente venan a baarse y a jugar aqu, a la Magdalena con nosotros. Uno de ellos, Clemente ha estado viniendo, varios aos despus, a jugar los campeonatos de tenis ya que estaba casado con una hermana de la mujer de Federico Couder y se alojaban en el Sardinero, me parece que era en el hotel Castilla, que est en La Caa. A Pedro slo le volv a ver un par de veces, en verano y en el Tenis y me dijo una de las veces que estaba disgustado porque una de sus aficiones era la cra del canario que haba tenido un ao muy malo, pues haba tenido muy pocas cras. Hoy voy a escribir sobre algo que ocurra por los aos aquellos a los que me refera en el prrafo anterior, es decir, en el primer cuarto del siglo XX, cuando la finca sonde hoy est el convento de las Esclavas era de la familia de mi madre. All viva una familia de vaqueros

(naturalmente pasiegos) que l creo recordar que se llamaba Ramn Fernndez y ella Alfonsa (para los hermanos Mazariegos , el -nica palabra que no entiendo y no puedo transcribir- Alfonsa). Pues bien, nuestra madre les daba a este matrimonio, para criarle en aparcera, un cerduco, y cuando se haca grande y llegaba el da de matarle, algn ao, no todos, subamos a ver el mataco, que lo hacan, para que no se oyera sus gritos, pues estaba prohibido hacerlo clandestinamente ponindole la comida sobre el tronco de un rbol, preparado al efecto para que tuviera que poner en l la cabeza, y entonces, le daban en ella con una maza para matarles, o atontarle lo suficiente para que no gritara, y despus le sangraban rpidamente y le troceaban y repartan. A casa mandaban unas planchas de tocino, morcillas, chorizos y un jamn que se curaba en casa, con sal y metido en una caja de madera preparada al efecto, y con una piedra grande encima, durante unos meses, no recuerdo cuntos, si tres o cuatro. Se han terminado las Navidades de este ao (2004) y me pide (ms bien me ordena ) Beln que escriba algo sobre las de mi infancia y lo nico que puedo decir es que las celebrbamos en casa, en familia, pues yo no recuerdo que furamos a la Misa del Gallo, que de celebrarse sera en San Roque. nicamente a partir del ao 1929 o 1930, cuando se establecieron en Prez Galds las Esclavas bamos a esa Misa, y a la salida entrbamos en casa de to Carlos (la Horadada) donde nos reunamos los sobrinos que vivamos por estos barrios. No recuerdo en qu fecha ni por qu motivo, ya casado y viviendo en Miranda bajbamos a Santa Luca al Rosario de la Aurora, y despus bamos con el matrimonio Huidobro, el nombre de l no recuerdo si era Ricardo o Carlos, y ella era Mora Colongues, que vivan en el paseo de la concepcin, y despus del rosario bamos a desayunarnos, un chocolate con churros a un establecimiento que creo recordar que se

llamaba Aliva y cuyas dueas eran las hermanas Cabrero (que vivan en el Paseo de Pereda), y Toms Quevedo.

En el prado de la casa de la Magdalena con su hijo mayor en brazos.

EL SENDEJA El otro da hojeando un libro que me regalaron el da de mi cumpleaos (2 de enero) que trata de los naufragios de barcos en la costa de Cantabria, desde los tiempos de la navegacin a vela hasta nuestros das, vi una foto de un barco con el nombre que pone arriba y que se perdi a la entrada de Castro Urdiales, pero no es ste el Sendeja al que yo me refiero, pues el de la foto se perdi en el ao 1901 y el que yo digo embarranc en el puntal en 1928 y

fue puesto a flote por un industrial de esta ciudad Indatos (Indalecio Santos) que tena negocios de carbones. Tena un barco almacn fondeado en la baha y donde se surtan muchos esqueros y pequeos barcos costeros que se dedicaban al cabotaje. Pues bien, este seor se comprometi a sacar el barco del arenal, y lo consigui. Para ello llev all un equipo de carboneras de los almacenes que este seor tena en los muelles, y all con sacos vacos de carbn, pero llenos de arena, hizo una muralla alrededor del barco excepto por la parte que daba al mar y despus retir la arena que rodeaba al barco de forma que al subir la marea flotara, y entonces con uno o dos remolcadores lograron sacarle del arenal. Durante el tiempo que duraron los trabajos de salvamento nosotros bamos all continuamente, y un da Kmbara, nuestro hermano mayor, cogi una gaviota que estaba herida de ala, y no poda volar y la llev a casa donde haba hecho en el prado, a un lado del camino que bajaba a la casa, un hoyo en forma de rosquilla para recoger all el agua que bajaba de una fuga de deba de haber en la tubera que suministraba de agua al tenis y a palacio. All estuvo varios meses pues le dbamos de comer con pulgas de mar que entonces abundaban en todas las playas, y trozos de pescado de lo que se llevaba a casa para comer nosotros, esto adems de lo que ella coma cuando la bajbamos con nosotros a la playa confiados en que como no poda volar, no se nos escapaba, hasta que un da que soplaba una ligera ventolina del sur, dio una carrerita, despus un salto, planeando en direccin sur, le perdimos de vista, y hasta hoy.

EL PELLEJERO

El otro da, estando en el Rhin con Merche Rodrguez de la Fuente (viuda de E. Loriente) y Chus Cospedal (el Buzo) hablando de nuestros aos mozos, en la Magdalena, el Puntal, Somo, Pedrea, Santa Marina, etc, etc saqu yo a relucir al personaje citado del El Pellejero. Este era un individuo que no sabamos quin era, ni como se llamaba ni nada referente a su persona. Le conocamos porque le veamos pasar en un artilugio fabricado con cuatro listones a los que haba fijado tres o cuatro pellejos de vino, para que flotara, y con l se iba hasta la isla de Mouro, y all, unas veces en la ensenada, y otras, si el estado de la mar lo permita se paraba a la parte este de la isla, y all, entre sta y la roca llamada de la Corvera, haca unas pescas estupendas de panchos y aligotes, que nosotros veamos, los das, muy pocos, que al volver haca un alto en el camino, unas veces porque estaba bajando la marea y aprovechaba pa (sic) descansar un rato, tomarse un par de chiquitos de vino con el Polero, y si poda venderle algo de pescado a la Sr Mara, la mujer del Polero

Con Mercedes Rodrguez de la Fuente en las Ras Bajas

Con mi madre y Enrique Loriente , en la misma excursin a las Ras Bajas

Y aqu acaban las memorias de mi padre, Christin GmezAcebo Quintana, ms conocido como el Cura, que escribi a instancias mas, como muy claro ha puesto l de manifiesto, con la doble finalidad de tenerle entretenido y conservar una parte de su memoria.

Lo he transcrito todo textualmente, procurando no quitar ni poner nada, ni comas ni acentos, salvo en algunas de las ltimas pginas una falta de ortografa impropia de l y que pienso se deba ya al cansancio de la edad, pues contaba con 91 o 92 aos; despus se me neg a seguir escribiendo, porque, aunque su caligrafa ya la quisieran para s muchos estudiantes, debido a la falta de visin en un ojo, pensaba que su letra era absolutamente ilegible, de lo que doy fe, estaba equivocado.

Beln Gmez-Acebo

Celebr ando los 90 aos

Celebrando los 92 con la familia y amigos. 2005

HASTA AQU.