la verdadera libertad de expresión

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La verdadera libertad de expresión Alfonso López Quintás Estamos viendo estos días la confusión que reina acerca del concepto de libertad de expresión. Tras los atentados de París, escritores españoles y extranjeros han tomado posición acerca de si tal libertad es absoluta o ha de limitarse. Me temo que no están planteando bien este delicado asunto. Para clarificarlo, debemos liberarnos de la seducción que ejercen los “términos talismán” y superar la ambigüedad que encierra el vocablo “libertad”. Por diversas razones, ciertos términos han adquirido a lo largo de la historia un prestigio tal que son considerados como una panacea y apenas hay quien ose matizarlos como es debido. Se suele aceptarlos sin matización alguna. Por eso se habla, sin más, de “la libertad”, “la libertad de elegir”, “la libertad de expresión”… Esto responde a una forma elemental de pensar. Una mirada atenta nos permite descubrir que hay dos tipos libertad, pero sólo suele hablarse de uno, el menos valioso: la “libertad de maniobra”, la capacidad de hacer lo que uno guste, sin traba alguna. Si tengo un piano, puedo venderlo o regalarlo, usarlo o arrumbarlo. Es un utensilio; lo poseo y lo manejo a mi arbitrio. Pero, si me pongo a tocar el piano, debo obedecer a las normas que me dan la partitura y el arte de la interpretación. Parece que con ello debo renunciar a la “libertad de maniobra”, la libertad de hacer con la obra lo que yo quiera. Y es verdad. Pero ningún intérprete auténtico desea hacer con la obra lo que quiera; lo que desea es tocarla bien, tener el gozo de dar vida a una joya del arte. Para ello necesita poseer la destreza debida. Esta destreza le da libertad para interpretar la obra debidamente. ¿Han visto alguna vez la soltura, la elegancia y la seguridad con que Daniel Barenboim toca los conciertos para piano y orquesta de Mozart? Pues ésas son las cualidades de la libertad creativa o libertad interior. Ya tenemos un segundo tipo de libertad, superior al anterior. Esta libertad actúa siempre con respeto, estima y actitud de

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La verdadera libertad de expresinAlfonso Lpez QuintsEstamosviendoestosdas laconfusinquereinaacercadel conceptodelibertad deexpresin. Tras los atentados dePars escritores espa!oles "extran#eros $an tomado posicin acerca de si tal libertad es absoluta o $a delimitarse. %e temo que no estn planteando bien este delicado asunto. Paraclari&carlo debemos liberarnos delaseduccinquee#ercenlos 't(rminostalismn)"superar laambi*+edadqueencierrael vocablo'libertad). Pordiversas razones ciertost(rminos$anadquirido alolar*ode la $istoriaunpresti*io tal que son considerados como una panacea " apenas $a" quien osematizarlos como es debido. ,e suele aceptarlos sin matizacin al*una. Por esose$abla sinms de'lalibertad) 'lalibertaddeele*ir) 'lalibertaddeexpresin)- Esto responde a una forma elemental de pensar..na mirada atenta nos permite descubrir que $a" dos tipos libertad pero slosuele $ablarse de uno el menos valioso/ la 'libertad de maniobra) lacapacidadde$acerloqueuno*uste sintrabaal*una. ,i ten*ounpianopuedo venderlo o re*alarlo usarlo o arrumbarlo. Es un utensilio0 lo poseo " lomane#o a mi arbitrio. Pero si me pon*o a tocar el piano debo obedecer a lasnormas que me dan la partitura " el arte de la interpretacin. Parece que conello debo renunciar a la 'libertad de maniobra) la libertad de $acer con la obralo que "o quiera. 1 es verdad. Pero nin*2n int(rprete aut(ntico desea $acer conla obra lo que quiera0 lo que desea es tocarla bien tener el *ozo de dar vida auna #o"a del arte. Para ello necesita poseer la destreza debida. Esta destreza leda libertadparainterpretar laobradebidamente. 34anvistoal*unavezlasoltura la ele*ancia " la se*uridad con que 5aniel 6arenboimtoca losconciertos para piano " orquesta de %ozart7 Pues (sas son las cualidades dela libertad creativa o libertad interior.1a tenemos un se*undo tipo de libertadsuperior al anterior. Esta libertad act2a siempre con respeto estima " actitudde colaboracin. La libertad inferior 8la de maniobra8 act2a con voluntad deposesin dominio " mane#o interesado.1o so" profesor " dispon*o de la llamada 'libertad de ctedra). ,i entiendo estaforma de libertad como mera 'libertad de maniobra) me equivoco. ,i en vezde explicar los temas propios de mi asi*natura expon*o otros arbitrariamenteme expon*o a suscitar la protesta de los alumnos. Puedo excusarme aludiendoa mi 'libertad de ctedra) pero ellos ar*+irn con razn que esa forma delibertad bienentendida no#usti&cami conductaanrquica. Ten*olibertadciertamente pero es para cumplir con mi deber no para incumplirlo. ,o" librepara exponer sin interferencias de nadie los contenidos de mi pro*rama de laforma que #uz*ue ptima pero no lo so" para alterar la plani&cacin acad(micade mi centro.4emosdescubiertoquelalibertaddemaniobradebeir unidaala libertadcreativa pues ser libres 8con libertad de maniobra8 es un privile*io que se nosconcede para practicar el bien. Ten*o libertad 8" derec$o8 para suspender aun alumno si i*nora los temas bsicos de la asi*natura. Pero no la ten*o parasentirme superior " mofarme de(l. Esto ira contra mi libertad creativalibertad para crear relaciones respetuosas " cordiales.,i so" $umorista $e de saber exactamente lo que ello si*ni&ca. ,ueleconsiderarse humorista a quien con la palabra " el dibu#o fusti*a los fallos delas *entes suscita la risa de los lectores con ciertas caricaturas entretiene con#ue*os in*eniosos de palabras- Pero esto debe ser matizado. 9o basta realizareso para merecer el alto cali&cativo de $umorista. El que fusti*a los fallos deal*uien de forma mordaz de modo que pueda menoscabar su di*nidad " da!arsu reputacin cultiva la stira no el $umorismo. ,i lo $ace con templanza "buen $umor entra en la cate*ora de $umorista. :ritica los defectos de unapersona o un *rupo pero lo $ace con indul*encia esperando que sean capacesde me#ora. E#emplo de ello lo tuvimos en nuestro *enial %in*ote.La Est(tica &los&ca nos ense!a que la comicidad es provocada de ordinariocuando $a" una cada de un nivela otro inferior. ,ieldesniveles peque!oinspirauna sonrisa.,i esnotablesuscitalarisa abierta. ,ies mu" *randeprovoca la carca#ada. :uando la caricatura o el c$iste que causan esta cadaafectan a una persona pueden resultar mu" crueles " slo pueden #usti&carsesi son necesarios para el bien com2n. A causa de una operacin un conocidocrticodecineseexpresabaentelevisindemodoexplosivo marcandolasslabas. 5ebido a ello fue fcil presa de al*2n caricato. Al verse ridiculizado elbuen $ombre se ne* a prose*uir su labor. :omo era su medio de vida varioscompa!eros consi*uieronquevolviera "lo$izo pero(l seveacomolacaricatura de smismo. ,e retirpor ellode&nitivamente " falleci alpocotiempo. ;ue entonces cuando mepreocup( deelaborar una '