la vegetacion en extremadura
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La vegetación en
Extremadura
Miguel Ángel Hernández López
Extremadura en general mantiene una
serie de características distintas respecto al
resto del país:
- Podemos presumir de tener la cubierta
vegetal mejor conservada de todo el país
debido a prácticas agrícolas poco
agresivas y una menor densidad de
población.
- Nuestra vegetación no es tan rica en
especies como la que existe en otras
comunidades que tienen más diversidad
de suelos o un relieve más variado. En
Extremadura, el número de especies
supera ligeramente las 2.000, lo que
supone aproximadamente la cuarta parte
de lo que tenemos en toda España. De
ellas, cinco se encuentran sólo en
nuestra región, es decir, son
endemismos.
- Hay dos grandes tipos de vegetación en
la Comunidad extremeña: la vegetación
mediterránea y la caducifolia.
- Predominio de la Dehesa como sistema
de explotación.
EL BOSQUE MEDITERRÁNEO
Es el que más superficie ocupa en la Región debido a que Extremadura se encuentra en la
región botánica mediterránea.
Nuestro clima mantiene un periodo de sequía estival muy severo, lo que hace que las plantas
deban adaptarse a ese período de escasez de agua. Ello las dota de una serie de
características que tienen como finalidad conservar el agua de su interior. Son plantas
XERÓFILAS que realizan la fotosíntesis más lentamente a pesar de tener hoja perenne ( las
caducas de otros bosques no extremeños solo están 6 meses en el árbol), ello supone un
crecimiento lento; se necesitan 100 años para que una Encina sea adulta.
Características:
Encinares- En Extremadura aún tenemos unos 60 millones de árboles. La mitad de ellos son encinas. Es la reina de las especies extremeñas.
- Elevada capacidad para adaptarse a ambientes muy variados. Porque podemos encontrar encinas casi en cualquier sitio: alta montaña donde el frío es muy intenso y donde llueve mucho, valles encajados, laderas pedregosas donde apenas hay suelo, llanuras calcinadas por el sol del verano, lejos de cualquier curso de agua…
- Hoy, el encinar típico es un bosque abierto y sin matorral al que llamamos dehesa. Pero en muchos casos la eliminación del bosque ha dado lugar a otras etapas
1. matorral de jaras, retamas, cantuesos, lentiscos…, con menor riqueza y variedad cuanto más degradado esté.
2. Si el matorral también es eliminado, queda simplemente un pastizal como el que vemos en los llanos de Cáceres, en La Serena o en el sur de Badajoz
AlcornocalesEl alcornoque es un árbol parecido a la encina, algo más
grande y con la corteza convertida en corcho. Pero es más
delicado y por eso ocupa menos extensión, pues habita
sólo donde se den las condiciones que necesita: más
humedad e invierno más suave. Es por ello que se
localiza sobre todo en la umbría de las sierras de escasa
altitud (Sierra Morena, Montes de Toledo y piso bajo del
Sistema Central). Lo habitual es encontrarlo, como la
encina, formando dehesas. Y si ha sido cortado, entonces
veremos matorrales de jaras, brezos, madroños, etc
Otras especiesComo ejemplares dispersos o formando bosquetes, pueden encontrarse otras especies de árboles típicos del bosque mediterráneo. En las laderas pedregosas con fuerte insolación, son abundantes los acebuches u olivos silvestres (riberos del Tajo y el Almonte, solanas de las sierras de Badajoz...). En las crestas rocosas de las sierras extremeñas, los enebros aguantan el sol, el frío, la escasez de suelo y de agua. Los piruétanos o perales silvestres se dispersan entre las encinas de nuestras dehesas más cálidas...
MatorralCuando el arbolado desaparece por completo podemos encontrarnos con una serie de comunidades
vegetales que van perdiendo diversidad y valor a medida que la intervención humana es más intensa. Son
las etapas de degradación:
MAQUÍ.
En suelos silíceos preferentemente. A que esto es muy
relativo.
Si lo único que se ha hecho es eliminar las encinas y
alcornoques, el matorral que crecía bajo ellos se extenderá
para formar una masa impenetrable de arbustos de gran
tamaño y de una amplia variedad de especies (madroños,
mirtos, jaras, brezos, labiérnagos, durillo…). Es el llamado
matorral noble, que se vale de los vertebrados para
dispersarse (de ahí la abundancia de bayas que produce),
y que da cobijo a una gran diversidad animal.
GARRIGA. En suelos calcáreos preferentemente.
Aunque esto es muy relativo.
Si se ataca este matorral (por ejemplo con el fuego
o con maquinaria), nace entonces otro mucho más
simple donde una sola especie cubre todo el suelo
(jarales, brezales, aulagares…). Es un matorral más
resistente a la sequía, a la escasez de nutrientes en el
suelo y a los incendios. Utiliza el viento o los insectos
para su dispersión (por eso tiene flores llamativas y
semillas pequeñas que no sirven de alimento). Su
diversidad animal es bastante más escasa.
PASTIZAL
Como es lógico, la destrucción de todo el matorral favorece el
crecimiento de las hierbas. Lo que era un denso bosque se convertirá
entonces en un extenso pastizal de suelo degradado y de una
biodiversidad mucho menor.
En otros casos, se recurre simplemente a eliminar toda vegetación mediterránea autóctona y a sustituirla por
plantaciones de pinos y eucaliptos. Sus efectos ecológicos son muy negativos, pues desaparece casi toda la
fauna que habitaba antes allí, se empobrecen los suelos y los incendios forestales se multiplican.
Por desgracia, estas plantaciones se han extendido por muchas comarcas extremeñas, y no sólo por las
ocupadas por el bosque mediterráneo, sino también por el caducifolio.
LA DEHESAMención aparte merece la dehesa, ese bosque aclarado, sin apenas matorral, que es el ecosistema más
extendido de entre los bosques extremeños. Es una invención del hombre, que ha creado con ella un
ejemplo perfecto de aprovechamiento económico y conservación del medio natural.
Diversidad económica
Una de las claves de la seguridad económica es
la variedad de recursos, y la dehesa nos da
muchos.
- Se destina fundamentalmente al ganado; de
hecho, nació como espacio acotado para el
ganado trashumante, el ganado de labor, etc. Es
más, ese ganado también puede ser muy
variado, pues las distintas especies animales
(vacuno, ovino, porcino, caprino....) suelen
aprovechar recursos diferentes y apenas
compiten entre sí.
- Cultivos, sobre todo cereales que, en su mayor
parte, sirven para alimentar al ganado cuando
apenas hay comida en la dehesa.
- Productos forestales como leña, carbón,
corcho...
- Apreciados productos naturales como las setas,
la caza, la miel, las plantas aromáticas, etc.
- Se está convirtiendo en uno de los principales
destinos del turismo rural, debido a su elevado
valor paisajístico
Diversidad biológica
El medio natural en que crece la dehesa es pobre. Así, el clima es
duro (pocas precipitaciones, sobre todo cuando más falta hacen, en
verano; fuerte evaporación, heladas en invierno...); los suelos tienen
escasos nutrientes y son delgados; la pendiente muchas veces es
excesiva... A pesar de ello, aquí se encuentra una de las
comunidades biológicas de más valor, tanto por la variedad de
especies (sólo superada por el bosque mediterráneo bien
conservado) como por la rareza de algunas de ellas. Así, la dehesa
es hábitat de especies en peligro, como el águila imperial, la
cigüeña negra, la orquídea Serapias perez-chiscanoi, el buitre
negro, etc.
El arbolado tiene un valioso protagonismo: protege el suelo y lo
enriquece, retiene el agua para épocas más secas, proporciona
oxígeno y absorbe dióxido de carbono, da cobijo y alimento a
muchos animales, condensa la humedad atmosférica, bombea agua
y nutrientes desde las capas profundas del suelo hasta la superficie
(con el consiguiente beneficio para otros seres vivos), etc.
Un dehesa bien conservada mantiene una economía estable y
una biodiversidad muy valiosa. Y es el mejor y, tal vez, el único
ejemplo de desarrollo sostenible del que disponemos en
Extremadura.
EL BOSQUE CADUCIFOLIO
EXTREMEÑOAllí donde el agua es más abundante, las plantas pueden permitirse la pérdida de la misma a través de
sus hojas.
- Hojas muy sensibles al frío, por lo que la mejor estrategia para afrontar el invierno es
desprendiéndose de ellas. Por tanto, la vegetación caducifolia suele crecer en áreas donde casi
nunca falta esa agua, es decir, donde llueve más o cerca de los ríos.
- Si no necesita conservar a toda costa el agua, esta vegetación puede disponer de hojas grandes,
blandas (no hay una capa o cutícula que reduzca la transpiración)
- Hojas sin cubiertas por sustancias impermeables, con numerosos estomas, etc.
- Son hojas muy eficaces al realizar la fotosíntesis, lo que permite al árbol crecer más rápidamente que
los del bosque mediterráneo, aunque esas hojas sólo vivan 6 ó 7 meses
- Encontramos dos tipos: bosques de montaña y bosques de Ribera.
Bosques de montañaEn las laderas del Sistema Central y de las
Sierras de Villuercas y Guadalupe e, incluso,
en Tentudía (Sierra Morena), crece un
bosque caducifolio que no puede aguantar
una sequía tan larga. Los robles de este
bosque, a los que se llama también melojos o
rebollos, pierden la hoja en invierno para
soportar los fríos de estas zonas altas. Por
desgracia, muchos de ellos han sido cortados
para plantar pinos, cultivar cerezos o crear
pastos para el ganado. No obstante, aún
quedan buenos robledales en las Villuercas,
en la Sierra de Gata o en las laderas de
Gredos.
En estas zonas de montaña encontramos
también los castañares, bosques que han
sido favorecidos desde antiguo por el hombre
(en general en perjuicio del robledal) para
recolectar su fruto y aprovechar su madera.
Los más extensos están en la Sierra de Gata
y en la Sierra de Gredos.
Por último, quedan bosquetes o ejemplares
dispersos de otros árboles caducifolios como
quejigos (otra especie de roble, ésta menos
necesitada de agua), abedules (típicos
árboles de zonas mucho más frías, y que hoy
quedan en Extremadura como últimos
ejemplares de los que había durante las
glaciaciones), etc
Bosques de RiberaLo más característico de este bosque es su
disposición en bandas paralelas al cauce.
Como está formado por especies distintas,
aquéllas que requieren más humedad crecerán
pegadas al agua e incluso dentro de ella,
mientras que las que van necesitando menos
lo harán cada vez más alejadas del cauce (o
en arroyos estacionales).
- Sauces o mimbreras son los más atrevidos
pues en quedan sumergidos cuando el nivel
del agua sube; son muy útiles para evitar el
arrastre de las orillas durante las crecidas.
- Alisos, también muy cerca del agua en los
ríos de montaña.
- Los chopos o álamos son lo mismo y
sustituyen en los cursos de agua de zonas
más bajas.
- Los fresnos pueden crecer más alejados e
incluso junto a arroyos que permanecen
secos la mayor parte del año. Lo mismo
ocurre con los olmos, que prefieren zonas
más frescas.
- A los pies de estos árboles crecen zarzas,
adelfas, tamujos, enredaderas, etc.
- Buena parte de esos bosques han sido
cortados, sobre todo aquellas especies que
más se alejan del curso de agua, puesto que
son los mejores suelos de cultivo. Los
mejores ejemplos los encontramos en valles
encajados, con fuerte pendiente, donde el
cultivo es imposible. Los ríos de la Sierra de
Villuercas, las Gargantas de la Vera o del
Jerte, los arroyos de montaña, etc., son sus
últimos reductos