la vegetación de méxico y su historia f. medrano

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    México se considera como uno de lospaíses con mayor diversidad debiota en todo el mundo, por ejemplo lasaproximadamente 30 000 plantas faneró-gamas de México representan entre 10 y12% del total mundial.

    Oaxaca con sus 9 000 especies estima-das, o Chiapas con 8 250, resultan ser más

    diversos que países como Costa Rica queposee 8 000 especies, Panamá, con 7 345,Cuba con 6 350 o República Dominicana

    con 5 600 especies. Esta diversidad tam-bién se manifiesta en las comunidades ve-getales; prácticamente los principales ti-pos de vegetación del mundo se encuen-tran representados en el país, e incluso elpastizal gipsófilo del Altiplano y norte deMéxico se considera endémico.

    En cuanto a algunos grupos de anima-les, se estima que México ocupa el pri-mer lugar de todo el mundo en númerode especies de reptiles y quizás de mamí-feros, por mencionar algunos ejemplos.

    La diversidad en organismos y comu-nidades de una región dada es la resultan-te de la acción de diferentes factores que

    han promovido la evolución y la diversi-ficación de los organismos, y su perma-nencia en el tiempo y espacio; entre estosfactores podemos mencionar los aisla-mientos, hibridaciones, hibridación intro-gresiva, poliploidía, selección natural,migraciones, interacciones con los demásorganismos incluyendo al hombre, o bien,factores físicos como el sustrato geológi-co, la topografía, el suelo, el clima, etc.

    En algunos casos la relación entre ladistribución de las comunidades y/o de lasespecies y los rasgos del ambiente, comoel sustrato geológico, el suelo, el clima,son evidentes, pero en otros, la presenciao el tipo de distribución que presentan al-gunas comunidades vegetales o ciertasespecies son a menudo un tanto difíciles

    de explicar, si no es por medio de la in-fluencia de algún factor ecológico no re-velante hoy día, pero sí lo suficientemen-

    te importante en otro tiempo como parahaber dejado impresa su huella en los pa-trones de distribución de los organismoso de las comunidades, es decir, factoresde tipo histórico que en conjunto contri-buyen a explicar la riqueza y diversidadde la biota de un lugar.

    DERIVA CONTINENTAL

    La teoría de la tectónica de placas propo-ne que la corteza terrestre está constitui-da por varias placas grandes, que cons-tantemente se mueven unas con respectoa las otras. Algunas de estas placas con-

    tienen los continentes tal como los cono-cemos, otras contienen las cuencas oceá-nicas, en otros casos los límites entre lasplacas pueden quedar dentro de las cuen-cas oceánicas o, finalmente, bisectar al-gunas partes de los continentes. De acuer-do con esta teoría, durante el Paleozoico,hace unos 250 millones de años, existíaun solo supercontienente conocido comoPangea, constituido por dos mitades ad-

    yacentes: Laurasia, en el Hemisferio norte(formada por lo que hoy es América delNorte, incluyendo México, Groenlandia,Europa y Asia) y Gondwana en el Hemis-ferio sur (formada por lo que hoy consti-tuye América del Sur, África, Antártida,India y Australia).

    Al término de la era Paleozoica y al

    iniciarse la Mesozoica, hace unos 200 mi-llones de años, este antiquísimo supercon-tinente comenzó a fraccionarse y los frag-

    mentos resultantes, cada uno de ellostransportado en una placa tectónica, co-menzaron a derivar y apartarse entre sí.Al aislar las biotas, esta separación co-menzó a diferenciarlas. Antes de esta frag-mentación la biota era casi cosmopolita,sobre todo la flora.

    La ruptura posiblemente comenzó enla tierra de Gondwana al separarse Amé-rica del Sur de África y derivar hacia eloeste, dando origen al Atlántico meridio-nal; casi simultáneamente, otra porción deGondwana, la que posteriormente iba aconvertirse en la Península Indostánica seseparó y se deslizó hacia el norte a lo lar-

    go de la costa oriental de África, hastachocar con Asia y plegar la cordillera delHimalaya. Antártida y Australia, que per-manecieron unidas durante el Mesozoi-co, se separaron de sus posiciones origi-nales, próximas al sur de África; la An-tártida se desplazó hacia el sur hasta suposición actual, Australia lo hizo hacia elnoroeste. Por un corto período Laurasiapermaneció como una unidad, después se

    LA VEGETACIÓN DE MÉXICO

    Y SU HISTORIA 

    F r a n c i s c o G o n z á l e z M e d r a n o

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    abrió un brazo de mar, “El Mar de Tethys”,que fue el antepasado de una parte del Me-diterráneo; América del Norte se separóde la frontera Mauritánica de África y pos-

    teriormente de Europa, con lo que se abrióel Atlántico Septentrional.

    La distribución discontinua de algunosgrupos de plantas y animales, entre con-tinente y continente, plantea una serie deinterrogantes.

    Por ejemplo, la distribución de géne-ros de plantas (y aun especies) entre elSureste de Asia, el Sureste de EUA y lasmontañas de México, como por ejemplolos géneros: Myrica, Nyssa, Magnolia,

    Osmanthus, Cercis, Ostrya, Carpinus, Liquidamar, Clethra, Mitrastemon, etc.,podría explicarse por migración median-te puentes que antiguamente permitíanla comunicación entre Asia y América,por ejemplo a través de un puente inter-mitente en Behring bajo condiciones cli-máticas favorables. Pero otro tipo dedisyunciones difícilmente podría expli-carse pensando en puentes. El género Po-

    docarpus que incluye el chusnito, estáactualmente distribuido en los bosquesmesófilos de México, Sudamérica y Nue-va Zelanda, Australia y África del Sur,

    ¿cómo podría explicarse esta disyunciónsino pensando en un tiempo en el cuallos continentes estaban lo suficientemen-te cercanos como para permitir estas co-nexiones?

    Se han encontrado restos de Podocar- pus del Cretácico Inferior y Superior dela Patagonia en Argentina (ca. 70 M.a.) yen la Antártida. Otro ejemplo es el géne-ro  Araucaria (Araucariaceae), hoy cir-cunscrito al Hemisferio sur, en Nueva Ze-

    landa, Australia y Sudamérica (Argenti-na y Brasil). Se conocen restos fósiles muybien conservados de Araucaria de la Pa-tagonia y de la Antártida, tanto del Jurá-sico (ca. 170 M.a.) como Cretácico Infe-rior (ca. 130 M.a.)

    Finalmente, del género Casuarina, hoyrestringido a Australia, Malasia, NuevaCaledonia e Islas Fidji, se conoce un fósildel Eoceno (ca. 50 M.a.) de Argentina.

    De lo anterior puede inferirse que algu-nos grupos hoy disyuntos pudieron haberemigrado desde Australia y/o Nueva Ze-landa a través de la Antártida hasta Suda-

    mérica, por ejemplo Araucaria, y aun másal norte hasta México como Podocarpus.Se sabe que la Antártida y Australia per-manecieron unidas durante el Mesozoi-co, lo cual favoreció estos intercambiosflorísticos y su posterior relación con lasfloras fósiles patagónicas.

    EMERSIONES E INMERSIONES MARINAS

    Ambos litorales, pero sobre todo el Atlán-

    tico, han estado sujetos a emersiones einmersiones marinas, lo que ha traídocomo consecuencia que la línea de costase haya retirado varias veces de la actual,lo cual ha modificado el patrón climáticoregional y la superficie de las planiciescosteras. Durante las emersiones se pro-dujo un incremento del efecto de conti-nentalidad haciendo los climas de tierraadentro más extremosos; se formaron al-

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    buferas y marismas en donde se deposi-taron aguas salobres que al evaporarasepropiciaron la concentración de evapori-tas, creando hábitats propicios para unabiota propia de ambientes salobres, comola de los manglares, pastizales halófilos yen general la vegetación costera.

    CAMBIOS CLIMÁTICOS

    A lo largo de los tiempos geológicos se hanpresentado una serie de cam-bios climáticos, lo que ha traí-do como consecuencia dife-rencias en la distribución y enel desarrollo de los seres vivos,o la desaparición de algunosgrupos. Dorf muestra una se-rie de mapas en donde de una

    manera general se plasman loscambios del clima y su in-fluencia sobre las zonas de vegetación deMéxico y el resto de Norteamérica duran-te el Terciario y el Cuaternario y los com-para con el clima y las zonas de vegeta-ción actuales.

    Aunque regional y/o localmente estasgeneralizaciones puedan variar por causade la topografía, son representativas de los

    cambios climáticos que se presentaron alo largo del Terciario, lo cual nos permiteentender parte de la distribución de la ve-getación de México.

    A fines del Eoceno y principios del Oli-goceno (ca. 35 M.a.) según Dorf, la líneaque delimitaba las fajas de vegetación tro-pical y subtropical en Norteamérica, lle-

    gaba al sur y sureste de Estados Unidos ycasi desde la región de Ciudad Juárez,Chihuahua, seguía una línea cercana y casi

    paralela a la actual frontera entre EstadosUnidos y México, más o menos a 32° L.N.Actualmente la faja de la vegetación tropi-cal en la vertiente Atlántica se localiza máso menos a 24° y por el lado del OcéanoPacífico, a unos 26° L.N. (ver mapas). Loanterior coincide en gran medida con la in-formación paleobotánica disponible. Sharp

    estudió la flora Wilcox del Eoceno (ca. 50M.a.) en la cuenca media actual del ríoMississippi y reconoce géneros de plantashoy comunes en el trópico de México,como Canna  (platanillo), Cedrela (cedrorojo), Combretum  (peine de mico), Cha-maedorea  (palma camedor), Chrysophy-llum (caimito), Ficus (amate o higuerón),

     Inga (chalahuite), Manihot  (yuca), etc., locual apoya la idea de que en áreas de bajaaltitud y latitud en México debió haberse

    presentado una vegetacióntropical cálida y húmeda.

    A fines del Eoceno (ca. 35M.a.) y principios del Oligo-ceno (ca. 30 M.a.) ocurrió unbrusco descenso de la tempe-ratura, que abarcó grandesextenciones, el cual contras-

    tó con la época cálida y rela-tivamente constante que pri-

    vó durante el Eoceno; este enfriamientoprosiguió en forma gradual hasta el Mio-ceno temprano (ca. 19 M.a.) en que nue-vamente subió un poco. Después, la tem-peratura nuevamente descendió brusca-mente durante el Mioceno (ca. 16 M.a.)Medio (ca. 8 M.a.) y Superior (ca. 8 M.a.).Este descenso se reflejó en que la línea de

     A lo largo de los tiempos geológicos sehan presentado una serie de cambios

    climáticos, lo que ha traído como conse-cuencia la afectación en la distribución yel desarrollo de los seres vivos o la des-

    aparición de algunos grupos.

      Presente Eoceno tardío y Oligoceno temprano Oligoceno tardío y Mioceno temprano

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    la vegetación tropical se “corrió”, hasta máso menos los 23° L. N., con un ligero as-censo durante el Mioceno Medio y Supe-rior, que alcanzó hasta los 26° L. N.

    Otro brusco descenso se presentó du-rante el Plioceno tardío (ca. 2 M.a.) lo queanunció el inicio de las glaciaciones Pleis-tocénicas.

    Estos descensos de la temperatura per-mitieron la llegada, a latitudes de unos 18°L. N., de géneros tan boreales como Pi-cea, cerca de Coatzacoalcos,Veracruz. Estos datos sonconsecuentes con la locali-zación de géneros templadoscomo Myrica (arbolito de lacera), Podocarpus y aún Pi-nus, en bajas altitudes, comoen Putla de Guerrero, Oaxa-

    ca, en donde los bosques depino se presentan a 300 m;otros ejemplos que podemos señalar son:Pinus chiapensis intercalado en la selvaalta perennifolia de Valle Nacional enOaxaca de 200-250 msnm, Liquidambar stryraciflua (liquidámbar o alamillo), alpie de la Sierra Madre Oriental a 350msnm, al noroeste de Ciudad Victoria, ybosques de encinar tropical Quercus

    oleoides a bajas altitudes (150 a 250 m),en varias localidades de la planicie coste-ra del Golfo desde el sureste de Tamauli-pas, hasta Veracruz, Oaxaca y Chiapas.Cabe destacar que algunos autores han su-gerido que la distribución de estos bos-ques de encinar en las áreas tropicalesdeben su presencia, en altitudes y latitu-

    des bajas, al enfriamiento que siguió a lallegada de las glaciaciones.

    Quizás el cambio climático más noto-

    rio fue el que se presentó como conse-cuencia de las glaciaciones pleistocénicas.Existen pruebas de que incluso en áreascercanas al Ecuador, que aparentementeeran más estables, se presentaron cambiosclimáticos y ecológicos. Para áreas ocu-padas hoy por un clima tropical húmedo,existen evidencias de que durante las gla-

    ciaciones se sucedieron ciclos de marca-da sequía que se alternaron con perío-dos húmedos, estos cambios provoca-ron la expansión y contracción de lasáreas ocupadas por bosques tropicaleshúmedos y la aparición o expansión decomunidades vegetales más xéricas enáreas ocupadas por éstos. En México,

    en lugares ocupados actualmente convegetación de bosques tropicales húme-dos, anteriormente hubo sabanas, pro-

    bablemente en áreas másnorteñas y con un climatropical seco y con vegeta-ción de bosque tropical deci-duo (selva baja caducifolia).En los periodos de marcadasequía debió haberse favore-cido el desarrollo de comu-

    nidades más xéricas comomatorrales (matorral subtro-

    pical) con la franca dominancia de ele-mentos de afinidades meridionales quetenían un cierto grado de preadaptacióna ambientes más secos.

    En resumen, los cambios climáticosque culminaron con las glaciaciones mo-dificaron los patrones de distribución dela vegetación y consecuentemente de la

    Un factor que ha tenidogran importancia para el enriquecimiento ydiversificación de la flora y la vegetación

    de México son las migraciones.Éstas se han presentado en tiempos y

    sentidos muy diferentes.

      Mioceno medio y tardío Pleistoceno, glaciares Pleistoceno e interglaciares

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    fauna, tanto en sentido vertical como ho-rizontal. Hubo un “corrimiento” de la ve-getación tropical hacia el sur con la con-siguiente invasión de una flora y vegeta-ción templada a bajas latitudes.

    Otro efecto fue que se presentaron

    cambios en la distribución vertical de lavegetación; para el noreste de México seestima que el límite arbolado de la vege-tación descendió mil o mil trescientos me-tros de su límite acutal. Asimismo el aba-timiento de la temperatura en las parteselevadas de las montañas permitió la mi-gración de elementos boreales de ambien-tes más fríos hacia el sur, actuando estaspartes elevadas como “islas”.

    Las diferencias en la topografía y los

    climas regional y local favorecieron la for-mación de “refugios pleistocénicos”, esdecir áreas en las cuales las bajas tempe-raturas no fueron tan significativas. Parael trópico de México, estos refugios hansido puestos de manifiesto por Toledo yWendt. Así mismo se ha sugerido que enel sureste de Tamaulipas, el área de losCenotes de Aldama también sirvió comoun refugio para una biota más tropical du-

    rante este descenso de la temperatura.La biota tropical de México se vio en-

    riquecida con aportaciones procedentesdel sur durante los periodos cálidos delPaleoceno (ca. 60 M.a.), Eoceno Tempra-no (ca. 50 M.a.) y Medio (ca. 40 M.a.),

    del Oligoceno (ca. 30 M.a.) y del Mioce-no Temprano (ca. 19 M.a.)

    OROGENIA

    México, país montañoso por antonoma-sia, ha tenido en diferentes épocas pro-cesos de orogenia a partir de los cualesse han desarrollado los macizos monta-ños de Baja California, la Sierra MadreOccidental, la Sierra Madre Oriental, la

    Sierra Madre del Sur, la Sierra Madre deChiapas, etc., así como planicies, mese-tas y depresiones, las que junto con losprocesos de vulcanismo que dieron ori-gen al Eje Volcánico Transversal confor-maron finalmente parte del marco geo-gráfico y la variada fisiografía de nues-tro país.

    Así, por ejemplo, durante fines del Cretá-cico (ca. 65 a 55 M.a.) y del Terciario Tem-

    prano, al levantarse la Sierra Madre Orien-tal, el material sedimentario marino previa-mente depositado en gran parte de la porciónoriental de México, fue plegado y dislocadoy se presentó un levantamiento regional conel consiguiente retiro del mar. Ésto tuvo di-

    ferentes consecuencias: en primer lugar afec-tó el clima local, pues la montañas origina-ron una sombra orográfica que provocó unaaridez variable en las zonas que quedaron asotavento, lo que favoreció el desarrollo deuna biota más xerófila, en contraste con lavertiente a barlovento en donde floreció unavegetación tropical en bajas altitudes. Otroefecto fue el desarrollo de una zonación ver-tical de la vegetación, la cual para mediadosdel Terciario (Mioceno, ca. 16 M.a.), en la

    zona de Coatzacoalcos, Veracruz, la secuen-cia de la distribución vertical de las comuni-dades vegetales era muy similar a la que ac-tualmente se presenta en la mayor parte de lavertiente a barlovento de la Sierra MadreOriental. Graham reconoció para la Forma-ción Paraje Solo, del Mioceno de Veracruz,la siguientes paleocomunidades: bosque dePinus y Juniperus, incluyendo los bosquesde pino-encino, bosque caducifolio o bosque

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    mesófilo de montaña; bosque alto perenni-folio (selva alta); bosque alto subperennifo-lio; vegetación pantanosa acuática y manglar.Salvo la presencia de Picea (pinabete) queindicaría un ambiente mucho más frío, todasestas paleocomunidades tienen una compo-sición genérica muy similar a la de las co-munidades presentes en Veracruz y otras par-

    tes de México.Asimismo, el levantamiento de la Sie-

    rra favoreció la migración de unabiota templada desde el norte, lacual de acuerdo con las fluctua-ciones de la temperatura a lo lar-go del Terciario, se incrementó yse contrajo sucesivamente. Laspartes más elevadas de la Sierrafungieron como “islas” que favo-recieron la migración de la flora

    boreal hacia el sur.Al levantarse este macizo mon-tañoso y quedar expuesto al intemperismo,el material erosionado rellenó la planiciecostera y los valles a sotavento. En esta por-ción, por efecto de sombra orográfica, lasaltas temperaturas, las modificaciones deldrenaje y los procesos de evaporación, sepropició la formación de evaporitas, cuyosremanentes son los “bolsones” salinos delcentro norte de la Altiplanicie mexicana,así como los depósitos de yeso, todo lo cual

    contribuyó a diversificar los sustratos parala vegetación.

    A sotavento de esta sierra la zona casicontinua de aridez que se prolongó haciael sur permitió el desarrollo de una floraxerófila, la cual fue diferenciándose re-gionalmente con el tiempo. Con el proce-so de vulcanismo que se presentó desdemediados del Terciario en la parte mediade la República Mexicana y que culminócon la formación del Eje Volcánico Trans-

    versal, esta porción árida a sotavento dela sierra, originalmente continua, quedóseparada, formándose disyunciones tan-to de comunidades como de especies ofavoreciendo la formación de vicarian-tes. Así, Dalea filicifolia, Muhlenbergia purpusii, Flaveria spp. (chicata) y otras,se localizan hoy día en los afloramien-tos de yeso en el límite de Puebla y Oaxa-ca (San Martín Toxpalan) y en Mategua-

    la, San Luis Potosí, en los pastizales gip-sófilos; Setchellanthus caeruleus, pre-sente en Coscomate y San Martín Tox-palan, Oaxaca, y en la sierra de Jimulcoen Coahuila;  Acanthothamnus aphyllus,arbusto frecuentemente cerca de Tecama-chalco, Puebla y entre Mier y Noriega(Nuevo León) y Bustamante (Tamauli-

    pas); Savia neurocarpa , arbusto frecuenteen el área de Cd. del Maíz en San Luis

    Potosí y la parte colindante con Tamauli-pas y en la región de Dominguillo y Cui-catlán, Oaxaca, etc.

    Algunos ejemplos de vicarancias son: Agave stricta (cachu) en Tehuacán–Cui-catlán y  A. striata (espadín, peinecillo)para la zona seca de Hidalgo y parte de lazona árida chihuahuense, Schaefferia cu-neifolia en el noreste de México y S. ste-nophylla en la zona semiárida de Tehua-

    cán Cuicatlán.Este vulcanismo, que aisló dichas zo-

    nas áridas, contribuyó a diversificar loshábitats, sobre todo en las zonas de con-tacto con el material sedimentario ya pre-sente; además, el propio eje volcánicotransversal significó una vía de migraciónpara muchos taxa.

    Consecuentemente, en la región de Te-huacán-Cuicatlán se conformó una regiónflorística con un elevado procentaje de en-

    demismo, además de poseer una riquezay una diversidad florística muy particula-res. El crecimiento de la flora y la vege-tación del desierto sonorense se debe a unincremento progresivo de la aridez, la cualculminó con la orogenia que dio lugar a laSierra Nevada en el suroeste de EUA. Asi-mismo, la aparición de la corriente marinafría de California contribuyó a la forma-ción de esta gran zona árida.

    MIGRACIONES

    Otro factor que también ha tenido unagran importancia para el enriquecimientoy la diversificación de la flora y la vege-tación de México son las migraciones. És-tas se han presentado en tiempos y senti-dos muy diferentes.

    Gentry, considera que una flora de an-giospermas muy rica, similar al del resto

    de los trópicos, evolucionó du-rante la última mitad del Cretá-cico en Sudamérica y posterior-mente dio lugar a muchas másespecies en los trópicos ameri-canos, incluyendo México. Afines del Cretácico existía la po-sibilidad de un intercambio flo-rístico entre Sudamérica y Nor-

    teamérica tropical, a través deuna serie de islas de las Protoan-tillas. Cevallos destaca la presencia du-rante el Cretácico Superior de México dealgunas familias como: Musaceae, Pan-danaceae, Haloragaceae y otras, en con-tinentes de ambos hemisferios sugirien-do una migración un tanto más directa através de puentes que los conectaban.

    En el oriente y sureste de México laorogenia que dio lugar a la formación dela Sierra Madre Oriental proporcionó a la

    vegetación nuevas tierras para colonizardesde fines del Paleoceno.

    Durante el Terciario la tierra firme seextendía sin interrupción desde el sur su-reste de México hasta las zonas templa-das de Norteamérica; el enfriamiento quese presentó a principios del MiocenoMedio favoreció que los elementos flo-rísticos migraran desde el norte mezclán-dose con las comunidades cálido–tem-pladas y tropicales, y su persistencia se

    vio favorecida por la diversidad fisiográ-fica. En general, todo el Terciario se ca-racterizó por una serie de fluctuacionesclimáticas, las cuales en su momento fa-vorecieron la migración de las biotas; así la biota tropical se incrementó progresi-vamente con aportes meridionales duran-te los periodos cálidos del Paleoceno,Eoceno Inferior y Medio, Oligoceno yMioceno Inferior.

    Existen evidencias de que durantelas glaciaciones se sucedieron ciclos

    de marcada sequía con períodos húmedos, que provocaron

    la expansión y contracción de las áreasocupadas por bosquestropicales húmedos.

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    A fines del Terciario, la migración ha-cia México de las biotas templadas sep-tentrionales se incrementó al enfriarse elclima desde el Eoceno Superior, Mioce-no Medio a Superior, enfriamiento queculminó durante el Pleistoceno.

    Un nuevo aporte de especies meridio-nales hacia nuestro país se propició con

    el acercamiento de Sudamérica a Nortea-mérica al establecerse una conexión a tra-vés de Panamá hace unos 2.5 millones deaños.

    Antes de haberse establecido estepuente, algunas especies pudieron habermigrado en ambos sentidos a través deislas más o menos contiguas, que por susescasas elevaciones sólo propiciaron lamigración de comunidades costeras y dealtitudes bajas. Un aspecto que hay que

    destacar es que los bosques tropicaleshúmedos de tierras bajas (región de losTuxtlas en Veracruz), son menos diver-sos que sus equivalentes meridionalescomo lo han sugerido Sarukhán y Toledoquienes muestran queen México la riquezade especies arbóreas delas selvas del trópicohúmedo de las partesbajas decrece notable-mente hacia el norte.

    Gentry encuentra queen un área de 1 000metros cuadrados deselva tropical lluviosade tierras bajas en losTuxtlas, Veracruz, seencuentran menos es-pecies que las que deberían esperarse enuna vegetación similar más al sur. Estacondición empobrecida de las selvas tro-picales húmedas del Sur de México y Cen-

    troamérica, puede tener un origen muchomás reciente y deberse a las fluctuacio-nes climáticas pleistocénicas. La sequíaha sido considerada como el factor de ma-yor importancia para la vegetación de lastierras bajas del trópico, sin embargo, enMéxico que se encuentra en el límite deltrópico, el abatimiento de la temperaturadebió haber obligado a muchos taxa a dis-tribuirse más al sur, a concentrarse en re-

    fugios o haberlos eliminado. Durante elCenozoico, hubo algunas conexiones tem-porales con las Antillas, mas en ningúnmomento existió tierra continua que co-nectara a México con Sudamérica a tra-vés de una masa terrestre antillana. Esevidente que las migraciones se presen-taron de norte a sur y viceversa. Por tan-

    to, el sur de México se localiza en la con-fluencia de dos grandes rutas de migra-ción, las cuales funcionaron durante lamayor parte del Terciario. Así, durante elCenozoico, México tuvo la oportunidadde acceder a zonas de aportación bióticamás extensas y durante lapsos muy gran-des, lo cual enriqueció con elementos tan-to templados como tropicales a las comu-nidades bióticas que se desarrollaron insitu, tanto en la Sierra Madre Oriental, el

    Eje Volcánico Transversal y otros maci-zos montañosos, desde el Cretácico Su-perior y el Terciario Inferior.

    ACTIVIDADES ANTROPOCÉNTRICAS

    Las actividades del hombre han estadoligadas con la biodiversidad de los sitios,desde que el hombre cambió sus hábitosy pasó de cazador–recolector a agricultor

    y posteriormente a ganadero y para algu-nas regiones a forestal, comenzando así un largo proceso de modificación de losecosistemas originales.

    Según registros paleobotánicos, ennuestro país ya se tenían plantas de culti-vo desde hace unos 8 000 años y algunascomo el maíz, frijol, calabaza, chile, ama-ranto y diversas hierbas comestibles (que-lites) estaban domesticadas, y junto con

    especies silvestres como garambullo, tu-nas, nopales, mezquites, zapotes, mague-yes, etc., estaban incorporadas a la dietacotidiana. Al incrementarse la densidad depoblación de nuestro país y diversidicar-se las actividades humanas, la presiónsobre los ecosistemas aumentó paulatina-mente; las actividades agrícolas, tanto de

    temporal como de riego tuvieron una in-fluencia enorme como modificadoras delambiente, sobre todo en las zonas tropi-cales con el sistema de roza-tumba-que-ma-siembra, lo cual afectó severamenteextensas áreas de nuestro país, o bien enotros ambientes en donde extensas super-ficies fueron sometidas a actividades agrí-colas ya sea de riego o de temporal.

    Con la llegada de los europeos a nues-tro país se introdujo otro factor altamente

    modificador: la ganadería; desde muy alprincipio de la época colonial se teníanenormes hatos de ganado en libre pasto-reo que ramoneaban la vegetación silves-tre. En muchos casos el mal manejo del

    ganado produjo el so-brepastoreo y conéste, la modificaciónde los ambientes na-turales y en algunoscasos la desaparicióntotal o regional de al-

    gunas especies. A úl-timas fechas, la gana-derización crecienteen las áreas tropicalesde nuestro país hasido un factor que hatransformado grandes

    extensiones de selva en potreros, con laconsiguiente pérdida de la riqueza y di-versidad bióticas.

    Para las áreas boscosas templadas, la

    explotación forestal inadecuada y en me-nor proporción las actividades agrícolas,contribuyeron a la modificación de estosambientes.

    Todos estos factores trajeron comoconsecuencia, además de la modificaciónde los ambientes naturales, cambios en eluso de suelo, pérdida de la biodiversidad,erosión, etc.; en menor proporción, lamodificación de los hábitats contribuyó a

    Alexander von Humboldt

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    incrementar la diversidad de plantas. Laintroducción a nuestros país de especiesexóticas de plantas trajo consigo la diver-sificación de la agricultura y en algunoscasos el enriquecimiento de la dieta paraalgunos pobladores locales. Las activi-dades agropecuarias, al modificar las co-munidades naturales, abrieron nuevos

    hábitats que favorecieron el estableci-miento de otras plantas, como malezas yarvenses. En algunos casos, se ha sugeri-do que estas áreas pertubadas por las ac-tividades antropógenas propiciaron la rá-pida evolución de algunas plantas, al fa-vorecer procesos de hibridación natural ehibridación introgresiva, como sugierenGómez-Pompa y Anderson.

    Como hemos constatado, la diversidadde la flora y la vegetación de nuestro país

    es considerable; aunque algunas de sus

    Francisco González Medrano

    Instituto de Biologia, Universidad Nacional Autónoma de

    México

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    comunidades, como aquellas del trópicohúmedo de las partes bajas, alcanzan ennuestro país sus límites septentrionales.

    El predominio de los matorrales xeró-filos, de especies meriodionales principal-mente neotropicales, es muy significati-vo. Otro aspecto que llama la atención esla cantidad de endemismo que se presen-

    tan tanto a nivel comunidad vegetal comoa nivel taxonómico (familiar y genérico),lo cual coloca a México como un centroimportante de origen y diferenciación dela flora, especialmente de aquella de laszonas áridas y templadas.

    Asimismo, se han presentado conexio-nes florísticas y migraciones en diferen-tes tiempos y direcciones, algunas tanantiguas como las de fines del Cretácico;otras parecen ser de origen reciente, en

    apariencia favorecidas por la conexión

    entre Norte y Sudamérica. Por ejemploalgunas Bignoniaceae que alcanzan el Surde México y Centroamérica son práctica-mente indistinguibles de aquellas presen-tes en Sudamérica.

    La compleja historia geológica de al-gunas regiones, su aislamiento y evolu-ción durante tiempos considerables bajo

    condiciones de aridez, han favorecido eldesarrollo de porcentajes elevados de en-demismos, algunos a nivel familiar comoCrossosomataceae, Fouquieriaceae, Koe-berlineaceae, etc.; un considerable núme-ro de géneros endémicos así como unagran diversidad en sus formas de vida, hansido mencionados como evidencia de lagran antigüedad de los taxa de las zonasáridas y la persistencia ininterrumpida decondiciones de aridez a través de gran par-

    te del Cenozoico.