la universidad y el bien común
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La Universidad y el Bien Común
Linda Paz Quezada
Trabajo de Investigación
Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones.
Dirigida por el Dr. Rafael Alvira Domínguez
Fraijanes, Guatemala 2016
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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Universidad del Istmo en colaboración con el
Instituto Empresa-Humanismo de la Universidad de Navarra
Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones
Trabajo Final de Maestría
Título:
La Universidad y el Bien Común
Trabajo Realizado por:
Linda Paz Quezada
Fecha de la defensa:
Fraijanes, Guatemala 17 de febrero de 2016
Terna Examinadora:
Dr. Rafael Alvira Domínguez
Dra. Jary Leticia Méndez Maddaleno
Dr. José Roberto Hernández Flores
Trabajo dirigido por
Prof. Dr. D. Rafael Alvira Domínguez
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Resumen
La universidad ontológicamente es un bien común de la sociedad y por ende debe estar abierta a
todos. Para que florezca el bien común es necesario que los ciudadanos sean virtuosos y la
universidad con un sentido de urgencia y de responsabilidad juega un papel fundamental en la
formación de los futuros dirigentes de las distintas esferas de la sociedad, en la generación de
conocimiento y en la difusión de la cultura. La Universidad tiene un fin telos y una identidad ethos que hace que funcione como una sociedad pero en pequeño. Como toda Institución tiene estrechas
relaciones con la familia, la Empresa, la Sociedad Civil y el Estado. Por eso es necesario que la
universidad dedique esfuerzos en la formación humanística que lleve a los estudiantes a comprender
como marcha el tejido de una sociedad y sus elementos trascendentales, categoriales e
institucionales. San Josemaría fue un gran universitario y promovió universidades que estuvieran al
servicio del bien común. Es fundamental aprender a dialogar en la universidad pues solamente a
través del diálogo se puede construir el bien común.
Palabras clave: Bien Común, Sociedad Civil, ley natural, virtudes sociales, caridad, subsidiaridad, solidaridad,
Trascendentales Sociales, Categorías Sociales, Instituciones Sociales, Familia, Estado, Empresa,
San Josemaría, diálogo.
Abstract
The university is ontologically a common good for the society and therefore should be open to all.
To flourish the common good is necessary to be virtuous and the University, with a sense of urgency
and responsibility plays a fundamental role in the formation of future leaders of the various spheres
of society, knowledge generation and the dissemination of culture. The University has a telos and
ethos that makes it works as a small society itself. As every institution, the University has close
relationships with the family, business, civil society and the State. Therefore, it is necessary that the
University dedicates efforts leading students to understand how a society works and its different
transcendental, categorical and institutional elements. St. Josemaría was a great promoter of
universities to serve the common good. It is essential to learn how to dialogue in University because
only through the dialogue can be followed the common good.
Keywords: Common good, civil society, natural law, social virtues, charity, subsidiarity, solidarity, Social
Categories, Social Institutions, Family, State, Companies, St. Josemaría, dialogue.
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ÍNDICE
Introducción: La Universidad un motivo de esperanza ……………………………..
11
Capítulo 1. Forja de Ciudadanos responsables ……………………………………..
19
Capítulo 2. Qué se entiende por bien común ………………………………………... 29
1. Bien ………………………………………………………………….. 30
2. Común ………………………………………………………………….. 30
3. Bien común ontológico y social ………………………………………. 31
4. El bien común como fin de la sociedad . …………………………….. 32
5. Estructura del bien común …………………………………………… 34
6. El bien común y el bien particular …………………………………… 34
7. Primacía de la dignidad de la persona y bien común ……………….. 37
8. Bien común y ley natural: el código más antiguo …………………… 43
9. Ejercicio de las virtudes sociales para la consecución del bien común 47
a. La caridad la fuerza que mueve el bien común ……………. 51
b. Subsidiaridad y participación ……………………………….. 52
c. Solidaridad y bien común ……………………………………
57
Capítulo 3. El bien común como fin de la Universidad: saber para servir …………. 67
1. La Universidad como bien común: “destino universal” de la Universidad
67
2. La Universidad como Patrimonio de la Humanidad …………………. 69
3. El telos de la universidad: servir ……………………………………... 70
4. El ethos de la Universidad: su identidad ………………………………. 77
5. La Universidad y la Sociedad Civil ……………………………………. 80
a. Las Instituciones sociales y la Universidad…………………… 83
b. Los Trascendentales sociales y la Universidad ……………… 84
c. Las Categorías Sociales y la Universidad ………………….... 86
6. La Universidad y las instituciones …………………………………….. 99
a. La Universidad y el Estado ……………………………………. 99
b. La Universidad y la Empresa ………………………………….. 101
c. La Universidad, la Empresa y el Estado ………………………. 104
d. La Universidad y la Familia ……………………………………. 108
Capítulo 4. Un modelo integrador al servicio del bien común: San Josemaría y la Universidad ……………………………………………………………….
115
1. Distintos tipos de universidades católicas ……………………………. 116
2. Experiencia universitaria de San Josemaría …………………………… 117
3. El valor de la tradición universitaria en San Josemaría ……………… 119
a. Idea Original de las Universidades Cristianas. Universitas Scholarium Bononiensis ……………………………………...
126
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10
Los estudiantes como protagonistas ……………………. … 127
b. París: Humanidades y Teología ……………………………….
Los profesores ……………………………………………….
128
131
c. Oxford y Cambridge. Modelo tutorial ………………………...
Collegues: residencias universitarias
Modelo tutorial: Asesoramiento académico personal
132
d. Alemania: Investigación Aplicada …………………………….
Búsqueda de la Verdad …………………………………….
Diálogo entre ciencia y fe …………………………………..
135
136
137
e. Estados Unidos. Harvard: Escuelas de Negocios ………………
138
4. El carácter central del trabajo ………………………………………... 139
5. Los directivos …………………………………………………………. 142
6. Abierta a todos ………………………………………………………… 143
7. La Universidad al servicio del bien común …………………………..
144
Capítulo 5. Construir el bien común a través del diálogo: Universidad personalizada vrs la masificada ………………..……………………………………
149
Conclusión ………………………………………………………………………….....
155
Bibliografía ……………………………………………………………………………. 159
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Introducción: La Universidad un motivo de esperanza
“De la universidad han de salir no solamente
la tecnología para nuestra propia vida material,
sino también algo evidentemente mucho más importante y decisivo:
los hombres dirigentes del futuro” 1.
Antonio Millán Puelles
No podría trazarse un dibujo de la sociedad sin incluir las instituciones que le dan
vida: las familias, los centros educativos, la Iglesia, las empresas, las ONGs y el conjunto
de instituciones que articulan el Estado.
En los nueve siglos que la Universidad lleva de existencia, las condiciones de vida
han mejorado sustantivamente para la sociedad. No cabe duda que la universidad es un
lugar de esperanza para un mundo que no se cansa de progresar pero que a la vez puede
deshumanizarse en ese progreso, se desgasta si pierde el sentido verdadero de lo que
progreso supone.
Grandes civilizaciones y culturas como la China, India, Mesopotamia, de Asia
Menor, Egipto, Grecia, Roma, Mesoamérica o la Inca lograron penetrar en la riqueza de la
naturaleza y del hombre mismo en relación con ella, lo que ha apoyado la evolución
científica y el progreso de la humanidad. En Occidente, las universidades recogieron este
legado y han protagonizado parte importante del proceso científico. Su irrenunciable
compromiso con la educación y la trasmisión del conocimiento les ha llevado a incorporar
y desarrollar nuevas disciplinas a medida que la realidad social, económica y política lo ha
requerido. La universidad ha demostrado que es capaz de cambiar ella y a la vez ser agente
de cambio, sin perder su razón de ser. Manuel García Morente, compañero de Ortega y
Gasset, en una conferencia pronunciada en Argentina señala que la universidad es una de
las instituciones en las que recaen las más graves responsabilidades en la sociedad. Señala
que: “La universidad es el órgano peculiar que ha construido la vida moderna para preparar
el futuro"2.
1 MILLÁN PUELLES, ANTONIO, Universidad y sociedad, Madrid, Rialp, 1976, p. 35.
2 GARCÍA MORENTE, MANUEL, El Ideal universitario y otros ensayos, Navarra, EUNSA, 2012, p. 13.
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Desde su nacimiento hasta entrado el siglo XXI, y pese a las numerosas crisis de
identidad que sin duda ha vivido en diferentes épocas, la universidad ha conservado una
personalidad institucional en todo el mundo, caracterizada especialmente por su dedicación
a formar los profesionales que conducen una buena parte de las sociedad. En las últimas
décadas del siglo XX, se produce un cambio radical de rumbo con la masificación, la
globalización, la especialización y la irrupción de las nuevas tecnologías en la sociedad y
específicamente en el modelo de aprendizaje. Este giro social ha hecho que la universidad
se vea ante la necesidad de adoptar nuevos modos organizativos, políticos, sociales,
pedagógicos, etc., que sean acordes a la nueva realidad.
El proceso de cambio ha tomado una velocidad significativa. En el pasado se
producían cambios profundos como los sucedidos en el Renacimiento y la Revolución
Industrial, pero el entorno cambiaba con mucha lentitud a diferencia de las rápidas y
significativas transformaciones del momento actual. “Las universidades no deben
conformarse con adaptarse a las exigencias del cambio, sino que han de ser capaces de
anticiparse para influir en su contenido”3. La revolución que vive el siglo XXI tiene al
menos cuatro características: la velocidad ya que en vez de producirse los cambios en
siglos, se provocan en décadas o años; la globalización que influye de manera instantánea
sobre los tejidos sociales, económicos y culturales en todo el orbe; se ha pasado de una
economía del conocimiento a una sociedad de conocimiento intensivo; y la inestabilidad
como algo cotidiano.
Este nuevo entorno hace que la universidad y las empresas aumenten su velocidad
de réplica para responder a lo impredecible. El nuevo escenario valora como primer aspecto
la educación superior de calidad. Los países industrializados lo han entendido e invierten
en sus universidades para garantizar y potenciar su influencia internacional. Los gobiernos
necesitan una industria competitiva que genere nuevas empresas y puestos de trabajo o que
se incremente la renta de los ciudadanos. Sirva de ejemplo el informe de 1985 “Global
Competition: The new Reality” de la Comisión de competitividad industrial en Estados
Unidos que concluyó con la consideración de que las universidades desempeñaran un papel
fundamental en la revitalización de la competitividad del país ya que sin unas instituciones
3 TELLO, MANUEL, "La Universidad en el siglo XXI: Retos e incertidumbres", La Universidad, Una Historia
Ilustrada, Madrid, 2010, p. 330.
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de educación superior fuertes, Estados Unidos no podría capitalizar fortalezas claves en
tecnología y recursos humanos4. En los países de economías avanzadas las universidades
sienten una presión fuerte para que desempeñen un papel más activo en el desarrollo
económico de su entorno local, regional o nacional. Tello identifica que esta presión se
debe a la confianza que se tiene en la capacidad para gestionar la incertidumbre, sus
aptitudes para generar conocimiento avanzado y en su creatividad para orientarlo directa o
indirectamente.5
Nadie duda del papel fundamental de la universidad como institución vertebradora
de las sociedades contemporáneas. Sus aportaciones a lo largo de la historia ayudan a
identificar nuevos horizontes y oportunidades para la universidad que tiene la misión de ser
protagonista del futuro, motor del progreso social, cultural y económico y como referente
del pensamiento crítico de las sociedades. La actividad universitaria no es una propiedad
individual, sino que pertenece, por su esencia, a la comunidad. La universidad participa en
la vida y en el crecimiento de la sociedad, así en su destino exterior como en su
estructuración interna y en su desarrollo espiritual.
Rafael Alvira iniciaba la Lección Inaugural del ciclo 2013 en la Universidad del
Istmo explicando que:
“Si podemos comprender la realidad que nos rodea es porque cada ser de este
mundo está constituido por una idea, una “forma de ser” según la cual podemos entenderlo.
Pero esa idea está encarnada en algo material y sensible, y por ello tiene siempre una
historia. No captamos bien la idea más que a través de su historia, y, a su vez, no podemos
entender una historia fuera de su idea. Así pues, pensar la Universidad supone volver a
considerar su idea y su historia”.6
Por su parte Alejandro Llano coincide con Alvira cuando escribe que:
“La institución universitaria recoge y compendia las grandes paradojas de esta
época de tránsito entre diferentes formas de vivir. En el ámbito académico siempre ha sido
como estas franjas de tierra en cuya profundidad se ocultan fallas geológicas y que, por ello,
4 Cfr. UNIVERSITY, PURDUE, Global competition: The New Reality, Washington, D.C.
http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=pur1.32754078799537;view=1up;seq=1, obtenido el 12 de noviembre de
2015. 5 TELLO, "La Universidad en el siglo XXI: Retos e incertidumbres" p. 304.
6 ALVIRA, RAFAEL, “La Universidad en su idea y en su Historia”, Lección Inaugural, UNIS 2013, Guatemala,
2013.
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se hacen eco de todos los ajustes de fondo que acontecen allí donde no llega nuestra visión
inmediata. La Universidad es un sismógrafo de la Historia”7.
Con motivo del 60 aniversario de la UNESCO se presentó en octubre del 2006 el
documento “Hacia las sociedades del conocimiento”8. Allí se expone cómo la sociedad del
conocimiento conlleva la utilización del potencial tecnológico mediante la combinación de
metodologías tradicionales y actualizadas, como efecto directo de la innovación científica
y con el objetivo del desarrollo humano sostenible. La conferencia mundial sobre
Educación Superior 2009 celebrada en París, destacó la responsabilidad de cada país en este
nivel de educación como forma de “construcción de sociedades del conocimiento
integradoras y diversas, y para fomentar la investigación, la innovación y la creatividad”9.
Desde Bolonia, París, Oxford, Salamanca, hasta la universidad de pleno siglo XXI
se puede afirmar que ellas han sido y están siendo los focos del progreso en las sociedades.
El mundo no sería el mundo que es sin la universidad. Si una sociedad se mide por el grado
de madurez de sus instituciones, por eso mismo se mide por la calidad de sus universidades.
Los países más poderosos han sabido invertir en la educación de sus ciudadanos, desde que
nacen hasta que mueren, porque la capacidad de conocer del hombre no se agota nunca.
La universidad es un lugar de esperanza, allí se genera conocimiento teórico,
práctico, ciencia y tecnología, es un foco de creatividad e innovación, de empresarios,
políticos y gobernantes. Invertir en educación ha sido siempre un imperativo para todos los
países que aspiran a ser mejores. Leonardo Polo apunta siempre al optimismo. “No estamos
en el mejor de los mundos posibles, por el contrario, estamos en un mundo, en donde, por
muchos motivos, las cosas no están bien, pero precisamente por eso, debemos empeñarnos
en arreglarlas, en lograr que las situaciones mejoren”10
, y ése es precisamente el papel de la
universidad.
7 LLANO, ALEJANDRO, Repensar la Universidad, Madrid, Ediciones Internacionales Universitarias, S.A.,
2003, p. 15. 8 Cfr. UNESCO, Hacia las sociedades del conocimiento, 2006.
http://www.unesco.org/bpi/pdf/memobpi60_knowledgesocieties_es.pdf, obtenida el 12 de noviembre de
2015. 9 UNESCO, Conferencia mundial sobre la Educación Superior, París, 2009,
http://www.unesco.org/education/WCHE2009/comunicado_es.pdf. 10
POLO, LEONARDO, "El optimismo ante la vida", 2015,
http://www.iterhominis.com/03_Polo/04_Coloquios/Otimismo.htm, obtenida el 30 de noviembre de 2015.
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Polo define al hombre como el perfeccionador que perfecciona. El ser que aporta
algo nuevo a la realidad con su acción, con su trabajo, logrando al mismo tiempo su mejora
personal11
. En la misma línea José María Barrio expone que “El hombre no nace entero,
sino que se va enterando poco a poco de lo que significa ser hombre”12
. Se trata de una
tarea intelectual y moral. El desarrollo humano necesita un plan, un diseño. Aprender no
consiste en construir un conocimiento, el aprendizaje se refiere más bien, a la realidad de
que la información que recibe de los sentidos se incorpore en la propia estructura personal
y se convierta en formación, que aporta a la persona criterios para juzgar y conducirse en la
vida.
El fin de la universidad es servir a la sociedad y para cumplir su misión sus
actividades legítimas son la docencia y la investigación. Millán Puelles concreta la misión
de servicio a la sociedad de la universidad al decir que “a la universidad le corresponde, en
medida muy importante y como una de sus funciones principales, atender la tarea de
conjugar el progreso en los aspectos materiales de la vida con la defensa de los valores
eternos del espíritu”.
A pesar de la difícil situación económica mundial, mientras el hombre exista, se
abren oportunidades para crecer y avanzar en los cambios que requiere la sociedad y la
universidad tiene una gran responsabilidad para que esto ocurra. En el trabajo que sigue se
busca exponer la trascendencia que tiene la universidad en la consecución del bien común.
En un primer momento de este trabajo se expone el grado de responsabilidad de la
universidad en la formación de los líderes que están dirigiendo las organizaciones de mayor
impacto en la sociedad. Se pasa a analizar el significado del bien común, su estructura y la
importancia del ejercicio de las virtudes para que florezca el bien común. En una tercera
parte se aborda el tema del bien común como fin de la sociedad. Se analiza el telos y el
ethos de la universidad, su fin y su identidad, cómo funciona en tanto qué sociedad y su
relación con las instituciones, para concluir ese apartado en la relación con el Estado, la
Empresa y la Familia. San Josemaría fue un gran universitario y promovió universidades
que estuvieran al servicio del bien común. Se analiza aquí a continuación su idea de
universidad. En una quinta sección se considera la importancia del diálogo en la
11
Cfr. POLO, El optimismo ante la Vida. 12
Cfr. BARRIO MAESTRE, JOSE MARIA, Elementos de antropologia pedagogica, Madrid, Ediciones Rialp,
1998.
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construcción del bien común y se explica la necesidad de una universidad personalizada
versus una masificada en la cual cada estudiante pueda dialogar de manera personalizada
sobre sus inquietudes para formarse un criterio de ciudadano y su papel en la consecución
del bien común.
Quisiera manifestar mi agradecimiento al Prof. Dr. Rafael Alvira, Director del
Máster en Gobierno y Cultura de las Organizaciones que la Universidad del Istmo organiza
con el apoyo del Instituto Empresa Humanismo de la Universidad de Navarra. Sin su
interés por ayudar a una universidad joven, como lo es la Universidad del Istmo, no hubiera
sido posible el establecimiento del convenio para llevar a feliz término a esta generación
guatemalteca del programa de Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones que
nació y creció bajo su dirección. Con infinita paciencia no dejó orientar las diversas
inquietudes de estudio que fueron surgiendo a lo largo del camino y de ofrecer una
generosa colaboración para acceder al material para elaborar el presente trabajo. En esta
línea de ideas, va una especial gratitud a la Junta de Gobierno de la Universidad de Navarra
y el Consejo Directivo de la Universidad del Istmo, especialmente a su Rector, Manuel
Pérez, que han facilitado los recursos y el tiempo para que los participantes pudieran
estudiar y dedicar esfuerzos a la elaboración sus trabajos.
En otro orden de agradecimientos puedo mencionar a San Josemaría que como gran
universitario ha dado las ideas madre para el trabajo que he realizado en esta noble
institución a lo largo de mis años en la universidad; a mi padre, Guillermo, 13
quien
innumerables veces nos enseñó que una generación debía superara a la anterior por lo que
esperaba de sus hijos que llegaran más alto en los estudios, en el trabajo profesional, la
influencia en la sociedad y la formación de sus familias y patrimonio, y a mi mamá, Stella,
que lo secundó de manera que facilitó las oportunidades de estudio y sobre todo celebró las
metas que íbamos alcanzando. Por otro lado, Tomás y Paquita Alvira tienen un buen
espacio en este documento pues a ellos me encomendé cada día antes de empezar a escribir
para que pudiera tener la dirección correcta en el estudio y aplicación de los conocimientos.
No puede faltar un espacio dedicado a mi familia que me ha acompañado en el esfuerzo,
13
Mi padre, Guillermo Paz Hernández, Ingeniero Civil, cuando se retiró a trabajar a una finca personal, era el
ingeniero que más kilómetros de carretera había construido en el país y ocupó cargos públicos importantes,
desde los que sirvió con abnegación al país.
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me ha extrañado en actividades comunes, con la ilusión de ver concluida esta fase de los
estudios.
Debo gratitud al Dr. Víctor Palomino con quien empezamos varios intentos de
programas de maestría y doctorado en la UNIS y a al Doctor Juan Fernando Sellés: de los
dos hemos recibido mucho aliento para superar a los profesores en la Universidad.
Un agradecimiento especial va a los autores que aparecen citados en el texto y cuyo
pensamiento ha ayudado a profundizar en el papel de la Universidad al servicio del bien
común. Reconozco que han sido de gran beneficio para la articulación de este escrito los
conocimientos adquiridos a través de los distintos profesores de la Maestría en Gobierno y
Cultura de las Organizaciones de la Universidad de Navarra: su calidez humana, sus
conocimientos, su disponibilidad y sus oportunos consejos, han hecho posible llevar a
término la empresa, en especial los cursos recibidos con el Dr. Rafael Alvira y el Dr.
Miguel Alfonso Martínez Echevarría, sin dejar de citar a los doctores Alejo Sison, Marta
Torregrosa, Alejandro García Martínez, Álvaro Sánchez Ostiz, Alfredo Cruz Prados y
Agustín González Enciso.
Por último va mi más sincero agradecimiento para Olga de Rivera, quien con una
gran generosidad ha apoyado para la sistematización bibliográfica de la Investigación y a
Evelyn de de León y a Cristina Romero quienes han sido un gran apoyo para la
coordinación de las diversas actividades de la Maestría.
Al ser tan extendido este espacio dedicado a los agradecimientos, seguramente he
dejado sin mencionar a muchas personas a quienes pido mis disculpas y agradezco en
profundidad su generosa contribución.
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Capítulo 1. Forja de ciudadanos responsables
“Es necesario que la Universidad forme a los estudiantes en una mentalidad de
servicio: servicio a la sociedad, promoviendo el bien común con su trabajo profesional y
con su actuación cívica. Los universitarios necesitan ser responsables, tener una sana
inquietud por los problemas de los demás y un espíritu generoso que les lleve a enfrentarse
con estos problemas, y a procurar encontrar la mejor solución. Dar al estudiante todo eso es
tarea de la Universidad”14
.
San Josemaría Escrivá.
Casi cincuenta años después de pronunciadas estas palabras, los hechos han
mostrado lo oportuno que hubiera sido aplicarlas en todo el mundo. Hechos recientes de
corrupción en instituciones que inspiraban toda la confianza, han sacudido a universidades
muy prestigiosas que contaban entre sus graduados a directivos de empresas corruptas.
En diciembre de 2001, Enron, considerada entre las diez empresas más poderosas e
innovadoras de USA, se declara en quiebra. Poco después de que la empresa protagonizara
la mayor bancarrota en la historia de Estados Unidos, uno de sus ejecutivos se suicidó
dándose un disparo en la cabeza. Miles de personas se quedaron sin sus trabajos, y muchos
lo perdieron todo porque habían invertido su fondo de pensiones en acciones de la
compañía e incluso habían invertido sus ahorros personales -por sugerencia de la empresa
misma- que había pronosticado un crecimiento continuo de beneficios.
15. A todo lo cual hay
que añadir el efecto dominó que esta quiebra trajo consigo. Para algunos economistas como
Paul Krugman de la Universidad de Princeton, la fecha marcó un momento tan decisivo
para el mundo de los negocios y para la sociedad estadounidense, como fueron en otro
terreno los atentados del 11 de setiembre16
. El hecho de que una de las empresas más
admiradas hubiera incurrido en una serie de delitos de corrupción, con perjuicios a miles de
trabajadores, accionistas y otros stakeholders, así como sus presuntas conexiones con la
política, abrieron uno de los escándalos más grandes de la historia de EE.UU.
14
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, Madrid, Rialp, 1971,
n. 74. 15
Cfr. BCMUNDO.COM, “Enron: Radiografía de un escándalo”, 2002.
news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid_1803000/1803224.stm, obtenida el 30 de noviembre de 2015. 16
Cfr. BBCMUNDO.COM, Enron:“Radiografía de un escándalo”.
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Cinco años más tarde, en agosto de 2007, se sucede la quiebra de pequeños bancos
de inversión a lo que se suma el descubrimiento de grandes delitos cometidos por bancos
como Lehman Brothers, en el 2008. A partir de allí, la economía internacional no ha
logrado salir de la crisis originada en Estados Unidos y se ha proyectado a un escenario
mundial multipolar y pluriconectado. Es una pandemia generalizada la corrupción bancaria,
la fiscal, la desconfianza en los mercados.
Es preocupante ver cómo la corrupción alcanza cotas más altas en todas las esferas.
En esta crisis del 2008, la respuesta de las autoridades fue no enjuiciar a los bancos ni a sus
ejecutivos, con la excusa de que la estabilidad financiera podría resquebrajarse aún más.
Resulta que el marco de la ley ampara a los bancos de tal manera que son entidades que
parecen estar fuera del alcance general de la justicia. Los bancos aparentemente tenían una
cierta impunidad para delinquir. Los banqueros no suelen ir a prisión ni los bancos pierden
su licencia para operar. Pagan la multa después de alcanzar un acuerdo con la justicia o con
los entes de control financiero. A veces podían continuar con sus fraudes a pequeños
ahorristas, manipulación del mercado de commodities, del oro o de la tasa Libo, la
utilización de información privilegiada, o la oferta a sus clientes ricos de una plataforma
para la evasión, fuga y lavado de capitales17
. Aceprensa en su edición del 30 de octubre de
2012 publicaba que:
“La Harvard Business School se precia de ser el alma mater de los directivos más
brillantes. Pero uno de sus diplomados es el exdirector general de Enron, Jeffrey Skilling,
de la promoción de 1979, principal acusado en el caso por la quiebra fraudulenta de la
compañía” 18
.
Este y los otros escándalos recientes han puesto en guardia a las escuelas de
negocios, que ahora incluyen un cuestionario de ética entre las pruebas que realizan quienes
solicitan plaza en los cursos de los MBA. A los candidatos se les pide que relaten
situaciones en las que han afrontaron algún problema ético en su experiencia profesional.
También se solicitan cartas de recomendación que califiquen la integridad moral de los
17
Cfr. ZAIAT, ALFREDO, “Muy Grandes”, Columna de opinion, Página 12, 2015.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-283555-2015-10-11.html, obtenida el 2 de noviembre de
2015. 18
ACEPRENSA, “Clases de ética en las mejores escuelas de negocios de EE.UU.”, 2004.
https://www.aceprensa.com/articles/clases-de-tica-en-las-mejores-escuelas-de-negocios/,obtenida el 4 de
noviembre de 2015.
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aspirantes. En Harvard se realizaron por primera vez, entrevistas personales a los casi 900
estudiantes que solicitaron cupo en el 201219
.
Cada vez son más las universidades en el mundo que se preocupan por la formación
ética de sus estudiantes, y se incluyen asignaturas de ética por la iniciativa de los mismos
estudiantes asombrados por los escándalos. Uno de los casos más llamativos ha sido el de
la Universidad de Maryland que invitó a todos sus estudiantes a entrevistar en las cárceles a
los ejecutivos condenados por el delito de estafa20
. Así paulatinamente diversas facultades
se han preocupado por la formación humana de sus estudiantes: médicos, ingenieros,
periodistas, arquitectos. Y aunque el curso de Business Ethics va siendo más popular en las
escuelas de negocios, el curso de Politics Ethics apenas existe. La corrupción es un
impuesto escondido que cuesta a las personas un alto porcentaje de sus ingresos. Si las
empresas son corruptas lo trasladan a los precios de los productos y la influencia que
ejercen en la sociedad; si los gobiernos son corruptos no trasladan el servicio que se espera
de ellos. La corrupción trabaja como una espiral creciente de un círculo perverso que
afecta a la sociedad que sin capacidad de reflexión puede sucumbir a la práctica de la
corrupción desde el círculo familiar hasta el estatal y viceversa.
Guatemala acaba de vivir de nuevo en su historia una revuelta contra la corrupción.
Esta vez la historia ha tomado otros derroteros: instituciones internacionales instaladas en el
país para velar contra la corrupción, sacan a luz investigaciones que involucran a altos
funcionarios públicos en delitos de importante calado. Los ciudadanos habían aceptado la
corrupción como una forma de vida cultural, que sigue el modelo que Hannah Arendt
describe magistralmente en su visión de “banalidad del mal”21
, pero esta vez, ante los
informes, la ciudadanía unida por las redes sociales, protestó pacíficamente todos los
sábados hasta que consiguió que la vicepresidenta, primero, y más adelante el presidente
renunciaran a sus cargos públicos dentro del marco legal previsto por la Constitución de la
República. La renuncia ha dado un fuerte impulso al sentido de identidad y de cohesión a la
ciudadanía. El combate a la corrupción no es sólo de instituciones sino que necesita de la
participación activa de la sociedad civil. De enero al 1 de diciembre se han registrado 602
19
Cfr. ACEPRENSA, “Clases de ética en las mejores escuelas de negocios de EE.UU”. 20
IBID. 21
Cfr. ARENDT, HANNAH, Eichmann in Jerusalem: a report on the banality of evil, Middlesex, England,
Penguin Books, 1964.
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capturados por corrupción en los que hay representantes de los tres poderes del Estado, que
incluyen desde el ex presidente, pasando por diputados, jueces, miembros de Ministerio
Público, hasta policías patrulleros. Además hay un buen número más en la lista de
investigados que podría hacer que esa cifra aumentara22
.
A diferencia del mayo rojo de París en el 68, en Guatemala los movimientos han
sido pacíficos. Uno de los grupos significativos del movimiento ciudadano ha estado
conformado por jóvenes de varias universidades del país. Unidos por una misma causa, los
universitarios han dado un giro histórico a la división que los identifica con su alma mater.
Sin embargo, la corrupción entrañada en el gobierno y la necesidad de justicia los convocó.
En un inicio, lo que se buscaba era la renuncia del presidente y vicepresidenta e impulsó
que el Congreso decidiera en un tiempo record quienes serían las nuevas autoridades del
país23
. Miles de guatemaltecos celebraron el martes 1 de septiembre del 2015 en las
calles la decisión histórica del Congreso de levantar la inmunidad al presidente Otto Pérez,
una medida que abrió el camino para que el mandatario fuera investigado por la justicia
bajo cargos de corrupción. Sin importar una lluvia intensa, jubilosos guatemaltecos
abarrotaron la plaza central del centro histórico de la capital ondeando banderas azul y
blanco. Al grito de "sí se pudo” los manifestantes señalaron que el histórico fallo del
Congreso ha sentado un precedente contra la corrupción que se ha incrustado en el
Estado24
.
Y lo que se ha denunciado y está en proceso judicial, es sólo la punta del iceberg: en
las primeras dos semanas de noviembre se ha profundizado el escándalo de proveedores de
salud a los hospitales públicos del país. Con las recientes elecciones y el triunfo del nuevo
partido político, la sociedad civil ya le está anunciando la estrecha vigilancia en la que
22
Cfr. SÁNCHEZ, GLENDA, "Llegan a 602 los capturados por corrupción", Prensa Libre 2015,
http://www.prensalibre.com/guatemala/justicia/llegan-a-602-los-capturados-por-corrupcion. Obtenida el 5 de
noviembre 2015. 23
Cfr. REDACCIÓN WEB, "Guatemala profunda a favor y en contra de OPM", en revista
CONTRAPODER.COM, 27 de agosto de 2015 2015, http://contrapoder.com.gt/2015/08/27/paro27a-
estudiantes-salen-a-las-calles/, obtenida el 5 de noviembre de 2015.
ROJAS, ALEX Y AGENCIAS, "Miles de guatemaltecos piden la renuncia de Otto Pérez Molina", PRENSA
LIBRE.COM, 2015, http://www.prensalibre.com/guatemala/justicia/guatemaltecos-celebran-investigacion-y-
exigen-justicia, obtenida el 5 de noviembre de 2015. 24
Cfr. TELEVISORA DE COSTA RICA, S.A., “Guatemaltecos reciben con júbilo el retiro de la inmunidad al
presidente”, 2015, http://www.teletica.com/noticias/101325-Guatemaltecos-reciben-con-jubilo-el-retiro-de-
la-inmunidad-al-presidente.note.aspx, obtenida el 7 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
23
estarán él y todo el sistema político25
. Innumerables muestras de solidaridad llegaron de
todo el mundo, unidas al júbilo de los guatemaltecos con el deseo vivo de que en sus países
se puedan iniciar movimientos cívicos que ayuden a detener, revertir y penar la corrupción
que vive bajo la impunidad en tantos países del orbe. Jonathan Menkos, Director del
Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) señaló en agosto de 2015 que la
corrupción que sufre la región, principalmente Guatemala, Honduras y Panamá, debilita el
crecimiento económico y afecta a los más desfavorecidos26
. La corrupción ha entrado hasta
los niveles más inimaginables en la sociedad. En noviembre salió a la luz que Honduras
reprobó por tercera vez el indicador de control contra la corrupción, vuelve a quedar
excluida para 2016 de la Cuenta del Desafío Milenio (CDM), mediante la cual Estados
Unidos proporciona ayuda económica para proyectos en desarrollo.27
América Latina y el
mundo entero atraviesa momentos que ejemplifican lo que Rafael Alvira señala que:
“Con frecuencia se usan instituciones públicas para el beneficio principal de
personas o grupos privados (…), eso es la corrupción, cuya esencia radica precisamente en
el uso de lo público para beneficio privado”28
.
Ya Aristóteles había comprendido muy bien el problema: su mensaje económico y
moral es que la crematística cuando se separa de la economía, pierde su horizonte, su
sentido ético: “Otra clase de arte adquisitivo, que precisamente llaman crematística, para la
cual parece que no existe límite alguno de riqueza y propiedad”29
. La crematística, o arte de
la adquisición en general, significa para Aristóteles diversas formas de adquirir bienes,
algunas positivas y otras negativas. Las buenas tienen que ver con la riqueza natural, están
relacionadas con la economía doméstica y de la ciudad. En cambio, la crematística que no
comparte es la que se realiza por comercio, con provecho pecuniario. Aristóteles ve los
25
Cfr. CLUSTER DE SALUD, “Guatemala: se profundiza escándalo de corrupción de proveedores de salud”,
2015. http://clustersalud.americaeconomia.com/guatemala-se-profundiza-escandalo-de-corrupcion-de-
proveedores-de-salud/, obtenida el 12 de noviembre de 2015. 26
SIGLO 21,"Corrupción y lentas reformas fiscales frenan crecimiento de Centroamérica", 2015
http://www.s21.com.gt/pulso/2015/08/08/corrupcion-lentas-reformas-fiscales-frenan-crecimiento-
centroamerica. 27
Cfr. [email protected], "Honduras queda fuera de Cuenta del Milenio",
http://www.s21.com.gt/internacionales/2015/11/10/honduras-queda-fuera-cuenta-milenio. 28
ALVIRA, RAFAEL, "Bien común y justicia social en las diferentes esferas de la sociedad", Revista Empresa
y Humanismo, 16 de junio de 2009, http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/29083/1/REYH%2012-2-
09Alvira.pdf, obtenida el 3 de noviembre de 2015. 29
ARISTÓTELES, Política, 1256b 40-1257a 5.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
24
riesgos de este tipo de crematística, pues todos los que trafican aumentan sin límites su
caudal. La consecuencia es que siendo en un primer momento la ciudad, el ámbito donde el
hombre puede mejorar y alcanzar su fin, si no se gobierna la crematística pueden darse
situaciones de injustica, de diferencias cada vez más amplias entre ricos y pobres, que no
tendrían por qué darse si los que negocian fueran virtuosos y se fijaran un límite.
Miguel Alfonso Martínez Echeverría analiza que hoy en día el éxito está
relacionado con la capacidad de hacer riqueza del tipo crematístico. La economía, que está
al servicio de la necesidad vital, tiene que ayudar como un medio a vivir la vida buena, que
es la vida racional y así alcanzar la felicidad, pero cuando se pierde este sentido ético ya no
actúa con moderación, sino que busca adquirir por adquirir sin límites, como afán de vivir
por vivir y no por vivir bien. Los conceptos a los que llega Aristóteles sobre las actividades
colectivas influyen en filósofos, sociólogos economistas de toda la historia: desde Tomás
de Aquino que profundiza en la línea de Aristóteles, hasta Marx que ataca a la crematística
como base de su propuesta económica. Para Hume, la crematística, la incesante compra y
venta de toda clase de mercancías con vistas a la multiplicación del capital inicial,
constituye no sólo el fundamento objetivo de la identidad de cada individuo, sino el
cemento mismo de la sociedad. Keynes entiende la producción como un fenómeno
esencialmente monetario, social y cooperativo, ligado a las expectativas colectivas vigentes
en el momento: un fenómeno complejo y siempre cambiante. De modo parecido a
Aristóteles, ve la ambigüedad y peligro de la crematística monetaria, de alguna manera por
lo mismo: se da cuenta que es imprescindible para llevar adelante la producción, pero por
otro lado considera que es una continua amenaza a la cohesión y estabilidad social, porque
la pasión por la riqueza puede llevar a la inmoralidad y a la barbarie30
.
Lo cierto es que nadie se queda indiferente ante los aportes del Estagirita. Por otro
lado, Rafael Alvira alerta sobre el afán de riquezas de los poderes económicos:
“Quizá por primera vez en la historia que conocemos, los poderes políticos están
principalmente –única o primariamente es imposible- al servicio de los poderes
económicos” o, más bien crematísticos. Todo se subordina al enriquecimiento de los que se
30
Cfr. MARTÍNEZ ECHEVARRÍA, MIGUEL ALFONSO, "Técnica y Crematística en Aristóteles." Revista Instituto
Empresa y Humanismo, 6 de noviembre de 2015,
http://www.mamechevarria.com/uploads/1/7/6/5/17653977/tcnica_y_crematstica_en_aristteles.pdf,
obtenido el 6 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
25
enriquecen”(….) La obsesión por la riqueza corrompe el derecho, la política y hasta las
convicciones morales: no queda más que un barniz de civilidad (…) el verdadero sentido
del derecho, la política, la ética, es sustituido por mecanismos técnicos presuntamente
neutrales, que dan ese barniz de civilidad a una sociedad que realmente pivota sobre la ley
del rico y poderoso. (…) Si el sistema social, o sea, el conjunto de los subsistemas sociales
funciona aceptablemente bien, entonces hay sociedad civil, civilizada. Y su lógica es la
lógica interna de la relación entre esos subsistemas: la economía es dirigida por el derecho,
éste por la política y ésta por la ética. Esto es sociedad civil, mientras que un sistema en
que la crematística –economía de la mera riqueza –maneje el derecho, la política y la ética,
muestra la peor faz: todos los subsistemas se desvirtúan, se desnaturalizan. Y no hay en el
fondo más lógica que la del “poder puro”. Por último, la vida social civil que el sistema
justo propicia se hace real cuando aparecen las instituciones. La red de instituciones
sociales, en trabajo armónico, da el toque definitivo para la existencia de la sociedad: ésta
vive con perfección gracias a ellas”31
.
Según la Organización para la Transparencia Internacional, en el 2014 los países
más limpios de corrupción eran Dinamarca y Nueva Zelanda, Estados Unidos de América
se encuentra en el puesto 17. Entre los más corruptos se encuentran Afganistán, Corea del
Norte y Somalia32
, Guatemala está en la posición 115, mejorando ya que antes se le
percibía en la 17433
.
Ante la crisis de confianza en las instituciones políticas y privadas, en esferas
locales e internacionales la universidad está llamada a reflexionar sobre la responsabilidad
que recae en ellas como las encargadas de formar a profesionales honrados o a bárbaros con
título que se orientan únicamente en su interés personal. Cabe legítimamente preguntarse
por la responsabilidad de quienes formaron a los gobernantes de instituciones públicas y
privadas: sus padres, sus maestros, sus universidades. La educación es el resultado de
múltiples aspectos que se alimentan entre sí: la formación recibida en la familia, el
ambiente cultural y social, las corrientes filosóficas y pedagógicas que se trasmiten en los
centros educativos, en los medios de comunicación y las leyes que intentan ordenar la vida
civil. El modelo educativo refleja la manera en que entienden al hombre y al mundo los
diferentes actores de un país: gobernantes y gobernados, las familias y los educadores. A lo
largo de la historia, el concepto de desarrollo que se tenga, define los valores y las
31
ALVIRA, RAFAEL, “Lógica y sistemática de la sociedad civil”, en Sociedad civil: la democracia y su
destino, Pamplona, EUNSA, 1999, p. 77-79. 32
Cfr. DATOSMACRO.COM, “Indice de Percepción de la Corrupción”, 2013,
http://www.datosmacro.com/estado/indice-percepcion-corrupcion, obtenida el 6 de noviembre de 2015. 33
Cfr. DATOSMACRO.COM, “Guatemala-Indice de Percepción de la Corrupción”, 2014,
http://www.datosmacro.com/estado/indice-percepcion-corrupcion/guatemala, obtenida el 6 de noviembre de
2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
26
herramientas para que funcione la sociedad. Rafael Alvira en una conferencia dada en
Uruguay lo explicaba así: “Cuando hacemos el juicio de los adolescentes y de la gente
joven, en realidad, estamos haciendo el juicio de la generación que los ha educado”34
.
Rocco de Ambrosio coincide con esa visión:
“Si muchos están afectados por el vicio de la corrupción, la causa hay que buscarla,
sobre todo en su formación en la vida virtuosa de la polis. Uno se hace ciudadano con una
seria formación, de tal modo que, si en una sociedad se detecta un cáncer de corrupción, es
necesario combatirlo precisamente mediante una cura formativa, para que pueda así
renovarse”35
.
La crisis ética lleva a revalorizar la función de formación integral que tienen las
universidades. ¿Se prepararán desde las universidades profesionales jóvenes con grandes
cualidades para hacer negocios enfocados en los números, en los resultados, en la
creatividad, pero sin idea de la repercusión que pueden tener sus acciones en la
construcción del Bien Común de la sociedad?
Las universidades con frecuencia se preocupan por su puesto en los rankings
internacionales con más ansiedad aún que los estudiantes esperan las notas de sus
evaluaciones finales. Aunque existen posturas encontradas sobre el valor de los “rankings”,
cada institución busca el mejor modo para medir la reputación36
. Para el estudio que
interesa aquí, resulta lógico que algunos de los múltiples rankings que hay para medir el
nivel de excelencia de las universidades37
, coinciden con los mejores índices de desarrollo
humano38
y los países en los que hay menos corrupción39
.
34
ALVIRA, RAFAEL, "Jóvenes en la encrucijada", 2011,
http://www.um.edu.uy/docs/texto_conferencia_alvira.pdf, obtenida el 6 de noviembre de 2015. 35
D'AMBROSSIO, ROCCO, Ensayo de ética política, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2005, p. 105. 36
Cfr. MARTÍNEZ ALCALDE, LUCÍA, “Cultivar la reputación, más allá de los rankings”, 2015.
https://www.aceprensa.com/articles/cultivar-la-reputacion-mas-alla-de-los-rankings/, obtenida el 7 de
noviembre de 2015. 37
Cfr. WEBOMETRICS.INFO, “Ranking web de Universidades”, 2015,
http://www.webometrics.info/es/search/Rankings/harvard%20type%3Amundial; obtenida el 7 de noviembre
de 2015;
http://www.shanghairanking.com/es/World-University-Rankings-2015/Denmark.html, obtenida el 7 de
noviembre de 2015;
WEBOMETRICS.INFO, “Ranking web de universidades Nueva Zelanda”, 2015,
http://www.webometrics.info/es/Oceania_es/Nueva%20Zelanda, obtenida el 7 de noviembre de 2015;
WEBOMETRICS.INFO, “Ranking web de Universidades” 2015,
http://www.webometrics.info/es/search/Rankings/universidad%20de%20Navarra%20type%3Amundial,
obtenida el 7 de noviembre de 2015;
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
27
Número de Universidades por país en el mejor Ranking en 201540.
Países Las 300 mejores
universidades
Estados Unidos 123
Europa 119
Asia 48
Oceanía 8
América Latina 5
África 0
El profesor Rafael Alvira ha visto la crisis que se estaba generando con una gran
lucidez, en un artículo titulado “Lógica Sistemática de la Sociedad Civil” afirma que:
“La combinación actual de individualismo, apertura plena de mercado, cambio
social permanente e interés primario por el enriquecimiento –crematístico-, coloca, aunque
se trate de esconder, en graves dificultades a la sociedad civil, hasta el punto de que ella
puede considerarse hoy un mero anhelo de intelectuales menospreciado directamente por
los principales protagonistas de la situación presente en el mundo occidental”41
.
Sirva para subrayar estas ideas un discurso de San Josemaría:
«Salvarán este mundo nuestro –permitid que lo recuerde–, no los que pretenden
narcotizar la vida del espíritu, reduciendo todo a cuestiones económicas o de bienestar
material, sino los que tienen fe en Dios y en el destino eterno del hombre, y saben recibir la
verdad de Cristo como luz orientadora para la acción y la conducta. Porque el Dios de
nuestra fe no es un ser lejano, que contempla indiferente la suerte de los hombres. Es un
Padre que ama ardientemente a sus hijos, un Dios Creador que se desborda en cariño por
WEBOMETRICS.INFO, “Ranking web de Universidades”, obtenida el 7 de noviembre de 2015;
WEBOMETRICS.INFO, Ranking web de Universidades 2015,
http://www.webometrics.info/es/search/Rankings/somalia, obtenida el 7 de noviembre de 2015. 38
Cfr. UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAMME. Human Development Report 2015, 2015.
http://hdr.undp.org/en/data, obtenida el 7 de noviembre de 2015. El estudio mide 491 países y los distribuye
en el 2014 así: Muy alto: 49 países; Alto: 53 países; Medio: 43 países; Bajo: 43 países. 39
Universidad de Harvard está en el ranking número 3, Copenhague está en ranking mundial en la número 35
y la de Auckland en Nueva Zelanda en el 371, La Universidad de Navarra el 752, mientras que la Universidad
de San Carlos de Guatemala ocupa el puesto 2,748 y la de Universidad de Somalia en el 22,468. 40
Elaboración propia a partir de datos de distintos rankings. 41
Alvira, Rafael, Logica y sistemática de la sociedad civil en Sociedad civil”, La democracia y su destino,
Pamplona, EUNSA, 1999.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
28
sus criaturas. Y concede al hombre el gran privilegio de poder amar, trascendiendo así lo
efímero y lo transitorio»42
.
42
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “El compromiso de la verdad, 9-V-1974” en Josemaría Escrivá de
Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, p. 108.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
29
Capítulo 2. ¿Qué se entiende por bien común?
“Buscando el bien de nuestros semejantes,
encontramos el nuestro”43
.
Platón
“La elevación al bien común es despojarse del egoísmo individual y cooperar por el
bien de todos”44
. El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia ubica al Bien Común como
el primero de sus principios. Explica que “de la dignidad, unidad e igualdad de todas las
personas deriva en primer lugar el principio del bien común, al que debe referirse todo
aspecto de la vida social para encontrar plenitud de sentido45
”. La definición que utiliza el
compendio es la del Concilio Vaticano II como se recoge en la Constitución Pastoral
Gaudium et Spes: por bien común se entiende “el conjunto de condiciones de la vida social
que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y
más fácil de la propia perfección”46
.
Aristóteles propone un método para el estudio de un tema importante: “dividir lo
compuesto hasta sus elementos simples (pues estos son las partes mínimas de todo), así
considerando los elementos que forman el todo, se ve mejor en que difieren entre sí las
cosas dichas, y si cabe obtener algún resultado científico”47
. Con este método se intentará
entender para luego ordenar y explicar lo que significa el bien común.
43
PLATÓN, República, I, 349, d. 44
MILLÁN PUELLES, ANTONIO, El valor de la Libertad, Madrid, Rialp, 1995, p. 181 - 243. 45
COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, Roma, Librería
Editrice Vaticana, 2005, n. 164. 46
CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral "Gaudium et spes”, Salamanca, Sígueme, 1966, p. 26. 47 ARISTÓTELES, Política, 1252 a 3.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
30
1. Bien
El bien es, según la metafísica clásica aristotélico-tomista, un transcendental del ser.
Por otro lado hoy día lo más común es entenderlo como valor, objeto de la ética, pero el
relativismo moral en el que se encuentra inmersa nuestra sociedad hace muy difícil
encontrar contenidos de valor aceptables para todos. Carlos Cardona explica que el bien es
algo tan simple que no admite propiamente una definición48
, y por ello acude a la
descripción aristotélica recogida por Santo Tomás de Aquino, según la cual “el bien es lo
que todos apetecen”49
. El mejor bien es el que lo es por esencia, el que es universal, porque
los bienes particulares son bienes sólo en cuanto participan del máximo bien, mientras más
cerca estén del último fin serán más perfectas. Hay un orden en los bienes participados,
tienen una proporción, una analogía en cuanto que todos se ordenan al último fin. A
algunos de esos bienes se les llama honestos porque tienen razón de fin en sí, y a otros
bienes útiles, porque solo se buscan en cuanto se ordenan al fin50
.
2. Común
Rafael Alvira explica que lo común es lo que une: “Existe algo común entre los
seres humanos que trasciende el tiempo, es decir, el nivel puramente histórico (…) Lo que
es común en sentido propio es ontológicamente anterior a los individuos que participan de
él. Si estos “vienen después” entonces lo común es algo que se encuentra, que era ya
formalmente antes. Dicho de otra manera: lo común no es una síntesis. Lo común es un
símbolo real, una unidad previa, en la cual están unidos los individuos” 51
.
Lo común para Cardona puede entenderse de dos maneras: como una comunidad
real, que puede ser de varios, o como comunidad de razón, que solamente puede predicarse
de varios52
. Todos los seres creados participan del ser y así forman un todo del que cada
uno es parte. Los hombres forman una comunidad y con los seres del universo forman una
48
Cfr. CARDONA, CARLOS, La metafísica del bien común, Madrid, Rialp, 1966, p. 34. 49
AQUINO, TOMÁS, Summa Theológica, BAC, Madrid 1988, I, q. 5 a. 1, c. 50
Cfr. CARDONA, La metafísica del bien común p. 25-27. 51
ALVIRA, RAFAEL, "Bien común y sentido común en un mundo multicultural" en Umbra Intelligentia.
Estudios en homenaje al Prof. Juan Cruz Cruz, Pamplona, EUNSA, 2011. 52
Cfr. CARDONA, La metafísica del bien común, p. 28.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
31
comunidad aún más amplia. Lo participado, lo que mancomuna a la humanidad tiene en sí
una actualidad excedente y numéricamente una en sí. Tomás de Aquino afirma que “Dios
no es una parte del universo, sino que está sobre todo el universo, teniendo previamente en
sí, de modo eminentísimo, toda la perfección del universo”53
, por eso Cardona afirma que
Dios “es también de modo eminentísimo, nuestro Bien Común”54
. Alvira abunda en este
tema cuando explica que:
“Lo común es lo que nos antecede a todos y lo que nos une; lo particular es el
modo en que cada uno participa de ellos. Es evidente que hay cosas que son
comunes, que están en la persona y a la vez por encima de ella. El ser humano no
cuenta con la suficiente fuerza para crear lo común porque le viene dado desde
arriba”55
.
3. Bien común ontológico y social
Antonio Millán Puelles define el bien común en su acepción social como “el bien
que puede ser participado por todos y cada uno de los miembros de una comunidad”56
y se
puede decir en dos sentidos: el ontológico y el social. En aspecto ontológico el bien
común es “apto para ser participado por una pluralidad de seres”. Por esto el Bien Común
por excelencia en el sentido ontológico es Dios, de quien participan todos los seres, sean
personas o no según su nivel de perfección: de verdad, belleza y unidad, como reflejo de la
perfección máxima de Dios. Por otro lado, el bien común social es aquel del que todos los
distintos miembros de una sociedad o comunidad de personas son capaces de
beneficiarse57
. Define el bien común social como el que: “Es apto para ser participado por
todos y cada uno de los miembros de una comunidad o sociedad de personas humanas” y
considera que el bien común es común por ser, de suyo, ‘comunicante’ a todas esas
personas, no por hallarse efectivamente ‘comunicado’ a todas ellas”, Por consiguiente: “El
bien común es el que puede tener conjuntamente varios beneficiarios o partícipes (...). El
53
AQUINO,TOMÁS, Summa Theológica, I q. 61 a. 3, ad 2. 54
CARDONA, La metafísica del bien común, p. 34. 55
Cfr. ALVIRA, Rafael,“Bien común y justicia social en las diferentes esferas de la sociedad”. 56
MILLÁN PUELLES, ANTONIO, “Bien Común", Voz Gran Enciclopedia Rialp, ed., Madrid, 1981, p. 225. 57
MILLÁN PUELLES, ANTONIO, Persona humana y justicia social, Madrid, Rialp, 1962, p. 41-57.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
32
bien común no tiene hablando rigurosamente dueño alguno, sino varios beneficiarios o
partícipes”58
.
Confirma este aporte la afirmación de Rafael Alvira cuando dice que:
“Tanto mejor nos conocemos, tanto más caemos en la cuenta de que el camino de
nuestra vida es el de la sociedad. No hay bien verdadero alguno para la persona que no sea
al mismo tiempo bien común, y viceversa. El bien verdadero es una verdad buena, es decir
una realidad comunicable”59
.
4. El bien común como fin de la sociedad
En el sentido social el bien común es el fin de la justicia social, porque el objetivo
de la sociedad lo constituye el bien de todas las personas que la integran. La justicia es la
virtud que ordena la convivencia entre los miembros de la sociedad por eso:
“El fin de la sociedad en cuanto tal no puede ser el bien privado de ninguno de sus
miembros en particular, aunque ese bien sea legítimo y no se oponga, por tanto, a los
derechos de la sociedad misma ni a los que respectivamente pertenezcan a los restantes
miembros integrantes de ésta”60
.
El bien Común es el fin de la sociedad, en cuanto que ésta proporciona a las
personas, con la participación de ellos mismos, la ayuda que requieren para el cumplimento
de sus propios fines. Por consiguiente, es la manera de conseguir para la sociedad y cada
una de las personas que la componen su mayor perfección porque permite que se dé el
conjunto de las condiciones de la vida social que lo permiten. Guido Stein lo explica
afirmando que “La sociedad no es posible sin la aspiración a un bien común de todos
aquellos que la integran, y a la que están llamados a contribuir y proteger”61
.
58
MILLÁN PUELLES, ANTONIO, "Bien Común", GER. 59
ALVIRA, RAFAEL, "Autoconocimiento: poder y responsabilidad" en Revista Istmo, 2006,
http://istmo.mx/2006/01/autoconocimiento_poder_y_responsabilidad/, obtenido el 5 de noviembre de 2015. 60
MILLÁN PUELLES, ANTONIO, "Justicia Social", Gran Enciclopedia Rialp, Madrid, 1981, p. 689. 61
STEIN, GUIDO, "El bien común y la recuperación del sentido común", El País, 2012,
http://blogs.elpais.com/economia-con-valores/2012/10/el-bien-comun-y-la-recuperacion-del-sentido-
comun.html, el obtenido el 5 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
33
Este bien común sólo se puede ensanchar cuando se comparte, porque no es lo
mismo el bien común que la suma de los bienes particulares, aunque sean legítimos, de
cada persona. Por eso resultan insuficientes e inaceptables las posiciones que presentan
algunos filósofos sobre el bien común. Por ejemplo, para Hobbes en su Leviatán el bien
común es únicamente la búsqueda de la paz, y la seguridad es el medio para conseguirlo.
Las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa llevaron a reducir el bien común a la
tutela de los derechos humanos. Por su parte Spinoza y Kant aseguran que el bien común se
consigue con la defensa de la libertad, mientras que Bentham lo define como los bienes
materiales del individuo y Marx reduce el bien común únicamente a aspectos materiales y a
la instauración de nuevas relaciones económicas62
.
El bien común es a la vez el bien de sus miembros, puesto que forman parte de la
sociedad porque el fin de la sociedad no es independiente del fin de sus miembros. No es
un bien parcial, sino que es bien de cada hombre, no puede ser el de unos o la mayoría, sino
que ha de ser de todos. Puede verse como el conjunto de apoyos que la sociedad presta a
sus miembros para la realización de sus fines, como el ordenamiento jurídico dirigido a
velar por los derechos de todos. Implica también la participación de las personas jurídicas
o individuales en los bienes que son resultados de su cooperación. Todos aportan y todos
reciben. Pero el bien común no es la simple suma de los intereses particulares, ni el
bienestar social difundido63
. Antonio Argandoña, explica que:
“El bien común no puede ser definido en términos estadísticos, por la riqueza de un
país o la abundancia de bienes y servicios públicos o privados, puestos a disposición de sus
ciudadanos, o por el nivel de consumo alcanzado. Todo eso (…) puede formar parte de
alguna manera del bien común, pero no lo agota. Tampoco es “algo” que se añade al
bienestar personal, ni mucho menos una carga que se nos impone en virtud de una exigencia
utilitarista y consecuencialista” 64
.
62
Cfr. D'AMBROSSIO, ROCCO, La Política al servicio del bien común, Madrid, 2013, http://www.instituto-
social-leonxiii.org/index.php/cursos-dsi/121-curso-2013/942-la-politica-al-servicio-del-bien-comun, obtenido
el 2 de noviembre de 2015. 63
Cfr. YEPES, RICARDO, Fundamentos de antropología. Un ideal de la excelencia humana, Pamplona,
EUNSA, 1996. 64
ARGANDOÑA, ANTONIO, La teoría de los stakeholders y el bien común, Pamplona, 1998,
http://www.iese.edu/research/pdfs/DI-0355.pdf, obtenido el 4 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
34
5. La estructura del bien común.
Millán Puelles explica que son tres los elementos básicos que estructuran el bien
común: el bienestar material, la paz y los valores culturales. Cuando los ciudadanos
participan de los bienes materiales les es más fácil poder practicar la virtud, ser mejores
personas y compartir estos bienes con otras personas. Los bienes corpóreos y externos son
necesarios para practicar las virtudes individuales y sociales. La paz, definida por San
Agustín como la “tranquilidad en el orden” 65
es el eje de los tres elementos. La paz no
depende de la abundancia de los bienes materiales, pero supone una justa distribución para
que todos puedan gozar de ellos en la medida de lo posible. De otra parte, es función de los
gobernantes ordenar la sociedad para que se pueda garantizar el mantenimiento de la paz
social. Tomás de Aquino explica que lo “propio del orden es ordenar convenientemente
cada cosa a su fin”66
. Las cosas han de estar ordenadas según la naturaleza propia de cada
una. El orden común que constituye una comunidad, es un orden por el que las cosas se
comunican entre sí y por el que son partes del todo. Cuando todas se comunican entre sí se
consigue algo más perfecto que si permanecen aisladas. La paz es indispensable para que se
dé una efectiva participación de todos los ciudadanos en los valores más altos de la vida y
debe brotar de la voluntad espontánea de los miembros de la sociedad. No hay duda de la
superioridad de los bienes culturales y espirituales sobre los materiales que están
subordinados a los primeros. La participación de los bienes materiales no supera la
importancia de la adquisición de los bienes espirituales. La técnica, la economía y la ciencia
son buenas en la medida en que aporten al bienestar espiritual del ser humano.
6. Bien Común y bien particular
Cabe detenerse en la distinción que existe entre el bien común y el bien particular.
Como se ha dicho antes, el bien común es el que por su misma esencia todos pueden y
deben participar. Por el contrario, lo que beneficia a un solo hombre, o a un grupo o
65
SAN AGUSTÍN. De Civitate, 19,15. 66
AQUINO, TOMÁS, Summa Theologica, II-II q. 153, a. 2, c.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
35
conjunto de hombres que no son todos los que integran la sociedad es meramente un bien
particular, aún en el caso de que este bien sea lícito moralmente hablando.
La diferencia es que el bien común no es el que resulta de una consulta al pueblo o
de una minoría o mayoría: el bien común ha de poder beneficiar a todos los ciudadanos,
aunque la mayoría de ellos quisiera excluirse de ese beneficio social. El bien común es
distinto de toda clase de bienes particulares. La índole del bien común es diferente de la del
bien particular. La regla de la primacía del bien común es indispensable para el recto orden
de la convivencia. La subordinación al bien común es ante todo y esencialmente hablando,
la única forma de respetar sin excepción la dignidad de todos y cada uno de los miembros
de la sociedad67
. Siguiendo esta línea el profesor Alvira apunta que “ser persona supera la
mera individualidad. Sin embargo la sociedad es para la persona y no la persona para la
sociedad…. Si no hay bien particular sin bien común, y si el bien común es necesariamente
societario, es difícil ver que es antes y que es después”68
. Más adelante en el mismo escrito
Alvira se vale del pensamiento de Álvaro d’Ors cuando distingue entre cuatro pares de
conceptos relacionados pero distintos entre sí: lo común y lo particular; lo público y lo
privado; lo estatal y lo no gubernamental; y por último lo político y lo social.
El origen de la economía es la propiedad privada. El ser humano tiene la capacidad
de apropiarse de las cosas, la dificultad consiste en apropiarse adecuadamente para que las
cosas no sean las que se apropien de la persona. La libertad de la persona en el campo
económico hay que promoverla y tutelarla por ser un valor fundamental y un derecho
inalienable. “Cada uno tiene el derecho de iniciativa económica, y podrá usar
legítimamente de sus talentos para contribuir a una abundancia provechosa para todos, y
para recoger los justos frutos de sus esfuerzos”69
. En principio toda propiedad es privada.
Sin embargo lo público y lo privado se exigen y complementan. Hay instituciones privadas
que realizan actividades para el bien común, mientras que hay entes públicos que son
utilizados para fines privados. Lo importante es usar bien de lo uno y lo otro y saber que se
exigen mutuamente.
67
Cfr. GARCÍA GARRIDO, JOSÉ LUIS, " Universidad" en Gran Enciclopedia Rialp, 1981, p. 104-109. 68
ALVIRA,RAFAEL, Bien común y justicia social en las diferentes esferas de la sociedad, p. 63. 69
COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, Roma, Librería
Editrice Vaticana, 2005.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
36
Lo público y lo estatal no se identifican. Lo público en principio es lo que está
disponible, mientras lo estatal no siempre lo está. El parque central es público y
ordinariamente está disponible, mientras la casa de gobierno es estatal, pero sólo lo puede
usar el presidente y los que gobiernan. Por otro lado muchas empresas privadas ponen al
servicio del público en general sus bienes de manera privada o pública: ir al cine, visitar un
museo o inscribirse en la universidad privada, es accesible a todo el que pueda pagarlo, y
para todos es libre el asistir a festivales gratis que organiza una empresa.
Solo en la medida que se procura el bien de los demás es posible alcanzar el propio
bien. La literatura infantil ha puesto de manifiesto esta realidad de muchas maneras. Basta
recordar aquí la novela del Mago de Oz 70
llevada a la pantalla grande por Warner Bross
en la que Judy Garland interpreta el papel de Dorothy, y obtuvo el Oscar al mejor musical y
a la canción “Somewere Over the Rainbow” 71
. Una niña huérfana sueña con un mundo
mejor detrás del arco iris, donde los pájaros vuelan, y si ellos pueden volar ¿por qué no yo?,
se pregunta Dorothy. Sumida en un sueño febril, la joven sueña con que su casa es
transportada por un tornado a un lugar maravilloso, en donde todo parece estupendo, menos
una cosa: no es su hogar y ella quiere sobre todas las cosas regresar a su casa. Una buena
hechicera la arma con lo necesario para ir a Oz, el lugar donde podrá realizar su deseo de
volver a casa. En el camino encuentra a tres personajes que también desean algo, sin
siquiera tener la capacidad de ir a buscarlo, pues lo encuentran arduo y lejano: un
espantapájaros sin cerebro, un hombre de hojalata que no es capaz de querer, y un león
cobarde. En el camino se van conociendo, queriendo y ayudando a superar muchos
contratiempos. Después de muchas vicisitudes cada personaje adquiere las virtudes de las
que adolecía cuando acuden con generosidad a la ayuda de los demás. Como premio el
espantapájaros recibe un diploma que es el símbolo de la sabiduría, el hombre de lata un
reloj en forma de corazón como señal que late en su interior el interés por los demás y el
león es premiado con una medalla como señal de valentía puesto que ha dado muestras de
haber superado el temor. La niña no puede alcanzar su sueño sin que antes puedan
alcanzarlo los demás, necesitaba aprender el valor de la solidaridad. En la vida ordinaria
70
LYMAN BAUM, FRANK, El mago de Hoz, México, Grupo Editorial Tomo, S.A. de C.V., 2013. 71
BROS, WARNER, The Wizard of Oz, 1939, (Película, material audiovisual).
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
37
para la realización del bien común es necesario poner en práctica la inteligencia, el corazón
y el coraje: estudios, amor y virtudes al servicio del bien común.
7. Primacía de la dignidad de la persona y el bien común
Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y
personal de todos. La persona es lo único valioso con sentido absoluto: cada hombre tiene
un valor infinito. Juan Pablo II desde su larga experiencia de reflexión y práctica de trato
con las personas, afirma que la riqueza de cada persona es tal que no es posible llegar a una
manera general y simplista de entender al hombre. “Es difícil formular una teoría general
sobre el modo de tratar a las personas... Cada hombre es una persona individual, y por eso
yo no puedo programar a priori un tipo de relación que valga para todos, sino que cada vez,
por así decir, debo volver a descubrirlo desde el principio”72
.
La persona no es simplemente algo muy valioso, cada persona está más allá de todo
valor. Hay una sola realidad en el mundo que puede recibir el calificativo de digno: la
persona humana. Las demás cosas, aunque reales, son dignas en la medida en que se
refieren al supremo valor del hombre. La dignidad de la persona es inviolable en el sentido
de que no puede ser arrebatada desde fuera. La dignidad del hombre no es algo que se
realiza, solamente puede ser respetada como algo que ya existe en la realidad. Hasta el
momento no hay pruebas que hayan podido contradecir que el hombre es el centro del
universo, y en esto coinciden desde Tomas de Aquino hasta Emmanuel Kant; el universo es
antropocéntrico, el hombre tienen una dignidad de la que el universo carece. El universo
está hecho para que el hombre pueda habitarlo, por eso el hombre tiene que cuidarlo,
porque es su hábitat.
El bien común protege la dignidad de la persona humana y es indispensable para el
recto orden de la convivencia: uno y otra se exigen entre sí de manera esencial. La
dignidad de la persona es un bien común. La primacía del bien común supone respetar sin
excepciones la dignidad de cada uno de los miembros de la sociedad civil. Nadie posee la
facultad de utilizar a una persona como instrumento o como medio para alcanzar su propio
fin particular, porque cada persona es un fin es sí mismo. Pio XII explica que “el verdadero
72
JUAN PABLO II, ¡Levantaos! ¡Vamos!, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2004, p. 68.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
38
bien común se determina y resume por la naturaleza del hombre, con su armónico
equilibrio de derechos personales y obligaciones sociales, y en idéntica medida por el fin de
la sociedad, determinado también por esa misma naturaleza humana”73
.
La libertad es una característica radicalmente humana. El código natural inscrito en
el espíritu de cada hombre es la ley de la libertad. El animal está encerrado en sí mismo y se
agota en su instinto; en cambio, el hombre lejos de estar programado, es libre, no está
determinado por la ley de estímulo-respuesta, sino que es capaz de deshacer ese paradigma.
La vida humana es una empresa moral, porque el carácter ético del comportamiento
humano no le viene determinado por los automatismos, sino por el carácter personal de
cada quien, por la libertad que afloja las ataduras del determinismo biológico. La libertad
que radica en la ley natural es constitutiva, el hombre está diseñado para ser libre y ejercita
su libre albedrío gracias a la libertad constitutiva o trascendental74
.
Existe una igualdad esencial entre todos los hombres: “el otro no por ser otro
hombre es menos hombre que yo”. Todos los hombres gozan de la misma dignidad
intrínseca. Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento
personal de todos. Se es persona desde el momento de la concepción hasta la muerte
aunque por circunstancias concretas no se ejercite la racionalidad. Son personas los no
nacidos, los niños antes de alcanzar el uso de razón, los ancianos, los que han perdido el
uso de razón por enfermedad o accidente o cualquier persona que por estar dormido o
inconsciente no ejercite la razón. No se puede ser más persona, todos tienen la misma
dignidad, lo que se puede ser es mejor persona si se crece en cualidad moral a lo largo de la
vida. La raza, sexo, religión, etnia, grado de desarrollo, grado de salud, desarrollo de la
inteligencia son accidentales con relación a la condición de persona75
. El hombre singular
puede perder la propia dignidad al actuar en contra de su dignidad; dicho de otra manera, la
desigualdad en dignidad se basa en la diferente calidad moral de los hombres, es decir que
hay una dignidad de carácter constitutivo y otra de carácter personal76
. Todo hombre es
persona en el mismo grado, realidad que exige que se les trate con igual nobleza a todos. El
73
PÍO XI, Carta encíclica Mit brennender Sorge, sobre la situación de la Iglesia Católica en el Reich Alemán,
Talleres Gráficos, 1940, p. 160. 74
LÓPEZ MORATALLA, NATALIA, Notas técnicas preparadas para la Maestría en Bioética, Guatemala, 2007. 75
Cfr. MELÉ CARNÉ, DOMÈNEC, Cristianos en la sociedad : introducción a la doctrina social de la Iglesia,
Madrid, Rialp, 2000. 76
Cfr. LÓPEZ MORATALLA , 2007.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
39
hombre por su dignidad está dotado de una categoría superior a la del resto de seres
creados, y por eso en la relación entre personas se debe ser consciente de la intrínseca y
constitutiva valía de todos, con plena independencia de sus circunstancias77
.
Cada hombre es singular, único e irrepetible, existe como un “yo”, capaz de
autocomprenderse, autoposeerse y autodeterminarse. La persona humana debe ser
comprendida siempre en su irrepetible, irrenunciable e insuprimible singularidad. La
grandeza de las personas radica en el cultivo de su interioridad. El hombre es capaz de
cultivar su intimidad, de trabajar independiente con creatividad. La singularidad es
constitutiva de la esencia de la persona; a pesar de existir muchas personas, cada hombre es
quien es, diferente de los demás.
El hombre es una unidad sustancial de alma y cuerpo, existe una fusión entre
componente corpóreo y el espíritu. El alma dota al hombre de intelecto y voluntad, lo
capacita en diversas actividades. El intelecto da la capacidad de conocer el mundo que le
rodea, a partir de lo sensible, y captar la esencia de las cosas, es decir tener conceptos o
conocimientos universales, tanto de realidades materiales como de realidades carentes de
materia (bondad, verdad, etc.), y así llegar a conocimientos más elaborados, incluso a
conocer las causas de las cosas, al conocimiento natural de Dios.
La conciencia es la capacidad del hombre para conocer y juzgar si hay razón o
razones para hacer o dejar de hacer algo. Ella le permite reflexionar sobre sí mismo: no solo
conoce, sino que sabe que conoce. La conciencia y la libertad hacen posible el dominio del
ser humano sobre su propia vida. La reflexión es la capacidad de volverse sobre sí mismo,
es un rasgo propio de la persona. Por la reflexión la persona encuentra la existencia de un
mundo interior y puede experimentar el silencio, la soledad, el sufrimiento, la alegría, la
originalidad y creatividad. Se llega a ser consciente de las propias posibilidades y
limitaciones. Apelar a la conciencia es tanto como comprometerse en el desarrollo del
criterio propio y objetivo para enfrentarse a la vida humanamente, con libertad responsable,
con capacidad de crítica, no sólo para descubrir el mal, sino principalmente para descubrir
el bien allá donde se encuentre, porque éste es el único medio de alcanzar la felicidad.
Viene bien recordar el lema que se lee en el frontispicio de la Universidad sueca de Uppsala
77
Cfr. MELENDO, TOMÁS, Las dimensiones de la persona, Madrid, Ediciones Palabra, 2001, p. 23-25.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
40
en Estocolmo “Pensar libremente es algo grande, pero es más importante aún pensar
correctamente”.
El espíritu faculta al hombre para dirigir su libre albedrío, a pesar de las presiones
del entorno. El hombre con su libertad posee capacidad infinita de progreso. La libertad
proporciona dominio sobre los propios actos, el hombre es un ser perfectible, abierto a la
educación, tiene la oportunidad de crecer, de mejorar cada día de su existencia. Tener
voluntad libre significa que el hombre se puede autodeterminar a actuar y dirigirse al bien y
se puede dirigir hacia esa dirección sólo en libertad. En la autodeterminación cada persona
es capaz de trazarse un proyecto vital. El hombre es un ser participado, limitado, su libertad
no puede ser tampoco absoluta. Habrá de aceptar las leyes morales que la justifiquen y la
hagan legítima, y las leyes físicas que condicionan su eficacia exterior. La vida humana es
una empresa moral: el carácter ético del comportamiento no está determinado de manera
automática, sino por el carácter personal.
“Los problemas morales más debatidos y resueltos de manera diversa en la
reflexión moral contemporánea se relacionan, aunque de modos distintos, con un problema
crucial: la libertad del hombre”78
. No resulta fácil hacer una exposición detallada y rigurosa
sobre la libertad. La libertad es una cualidad de la acción propiamente humana, y para
entenderla adecuadamente hay que estudiarla tomando en cuenta la condición relacional del
hombre, que no es un mero despliegue de eficacia individual, sino que es ejercicio en un
mundo en que su actuación se mezcla con las llamadas de la ley natural (Dios) y con las
demás acciones de los hombres. No se puede considerar la libertad desde una perspectiva
individualista, sin tomar en cuenta la relación con los otros hombres, con la sociedad. La
libertad es una característica de la persona. Las personas tienen responsabilidad en relación
con sus acciones: en el ejercicio de la libertad, el hombre realiza actos moralmente buenos,
que edifican su persona y la sociedad, cuando obedece a la verdad, y se guía por normas
éticas. La libertad es la base de la actividad humana, haciendo uso de su libertad el hombre
puede amar, no sólo por impulsos emocionales, sino entrar en comunicación con otras
personas, conocerlas más allá de su apariencia física, reconociendo el bien que brilla en
ellas. La libertad se deteriora cuando sale de sus propios límites. Es precisamente en el seno
78
JUAN PABLO II, Veritatis splendor: sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la
Iglesia: carta enciclica, Madrid, PPC, 1993, n. 31.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
41
de este espacio de autonomía, en el que la persona es capaz de conocer, elegir y decidir por
sí misma y, en consecuencia, libremente. “La verdad sobre el bien y el mal se reconoce en
el modo práctico y concreto en el juicio de la conciencia, que lleva a asumir la
responsabilidad del bien cumplido o del mal cometido”79
.
En su corporeidad el hombre unifica los elementos del mundo material y por su
espiritualidad el hombre supera a la totalidad de las cosas y penetra en la estructura más
profunda de su realidad. En cada acto el hombre conoce, ama y puede expresarse por medio
de palabras u obras. La inteligencia y la voluntad demuestran la existencia de un principio
espiritual que se llama alma. En el alma radica lo que hay de más íntimo en el hombre y de
más valor en él. Por ser espiritual el alma es también inmortal. Por su interioridad el ser
humano es superior al universo material. El cuerpo de la persona por estar unido al alma
reviste de una dignidad especial y existe de manera sexuada. El cuerpo no es un añadido
externo a la persona; la diferencia física naturalmente es una diferencia que penetra toda la
persona y determina dos tipos humanos, varón, mujer y, por lo tanto, en el proceso de la
educación estas diferencias han de ser tomadas en cuenta. La diferencia sexual implícita en
las personas no es una realidad que se limita sólo al plano corporal. El varón y la mujer se
complementan en su correspondiente y específica naturaleza corporal, psíquica y espiritual.
Ambos poseen valiosas cualidades que les son propias. No es una armonía uniforme, sino
una tensión sana entre los respectivos polos la que hace interesante la vida y la enriquece80
.
“Masculino” y “femenino” diferencian a dos individuos de igual dignidad, que, sin
embargo, no poseen una igualdad estática, porque lo específico femenino es diverso de lo
específico masculino. Esta diversidad en la igualdad es enriquecedora e indispensable para
una armoniosa convivencia humana. El hombre y la mujer se complementan mutuamente
desde el punto de vista físico, psíquico y ontológico. No se puede medir a las personas por
el mismo metro y obviar la diferencia biológica entre los hombres y las mujeres. El hombre
y la mujer poseen dones que han de desplegar para hacer aflorar y madurar al ser humano
en toda su amplitud81
.
79
COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, 2004, n. 139. 80
Cfr. BURGGRAF, J., Bases antropológicas de la Medicina: Antropología Cristiana" en Medicina Pastoral,
Pamplona, EUNSA, 2003, p. 42-44. 81
Cfr. RATZINGER, JOSEPH, Dios y el mundo, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2002, p. 75-79.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
42
Es propia de la persona la apertura a lo trascendente, a lo infinito y a todos los seres
creados. La persona es constitutivamente un ser social, relacional, abierto a la
comunicación y la solidaridad. La sociabilidad humana no comporta automáticamente la
comunión de las personas, el don de sí, pues hay en el hombre gérmenes de insociabilidad,
de egoísmo, de individualismo. El concilio Vaticano II lo explica en estos términos:
“La índole social del hombre demuestra que el desarrollo de la persona humana y el
crecimiento de la propia sociedad están mutuamente condicionados. Porque el principio, el
sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana, que por su
misma naturaleza tiene absoluta necesidad de la vida social. (Cfr. Santo Tomás, I Ethic. I).
La vida social no es, pues, algo externo al hombre: gracias a ella, a través del trato con los
demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social
engrandece al hombre en todas sus cualidades, y le capacita para responder a su
vocación”82
.
El hombre transforma el entorno por medio del trabajo y así humaniza el mundo
material. En el trabajo se comprometen la inteligencia y la voluntad del hombre. No se
trabaja por un impulso instintivo, sino de manera intencional. El hombre al trabajar, no sólo
transforma el entorno, sino que se trasforma a sí mismo al tener conciencia de lo que
realiza. El mundo se humaniza mediante el trabajo humano: el único medio conocido para
desarrollar la cultura es el trabajo, fruto de la inteligencia.
Al trabajar el hombre aprende, cultiva sus facultades, se supera y se trasciende, esa
superación entendida rectamente, es más valiosa que las riquezas exteriores que puedan
acumularse. El hombre posee más valor por lo que es que por lo que tiene. El trabajo bien
entendido es el camino por el cual el hombre debe perseguir la plena realización de su
humanidad. En él, por tanto, no debe tomarse en consideración sólo la dimensión
económica, sino que debe valorase la dimensión cultural, espiritual y religiosa, de modo
que el trabajador pueda expresar en su trabajo además de las capacidades físicas e
intelectuales también la propia conciencia, sus convicciones morales y religiosas. Pero no
hay que olvidar que el trabajo es un medio, no un fin: es importante el descanso, la vida en
familia, saber liberarse de una serie de compromisos, a veces excesivamente absorbentes y
que pueden hacer olvidar al hombre los valores que le dan trascendencia a la vida.
82
CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes: sobre la Iglesia en el mundo moderno,
Bogotá, Ediciones Paulinas, 1985 n. 25.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
43
A modo de resumen sirve la triple superioridad y doble trascendencia del hombre
que presenta Juan Pablo II: la triple superioridad de la ética sobre la técnica, de la persona
sobre las cosas, del espíritu sobre la materia, y la doble trascendencia: el mundo es
trascendido por el hombre (versus todo ecologismo exclusivista); el hombre es trascendido
por Dios (versus todo reduccionismo agnóstico)83
.
8. El Bien Común y la ley natural: el código más antiguo
Aristóteles apuntó que el bien común cuando se revela, es común a todos84
;
Sófocles pone en boca de Antígona que “No creía yo que tus decretos tuvieran tanta fuerza
como para saltar por encima de las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su vigencia
no es de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe cuándo fue que aparecieron”85
y
Shakespeare le hace decir a Macbeth que “La naturaleza rige sobre el cosmos o universo;
rige en el mundo de las cosas creadas sobre la tierra y, finalmente, rige en el mundo del
gobierno humano, del hombre en sociedad”86
.
La ley natural es el código más antiguo del mundo, anterior a cualquier ley positiva
porque está inserta en la ontología de la persona; sin embargo, la ley natural es ordenación
de la razón y no puro biologismo, y debe ser entendida desde una antropología
trascendental87
. La ley natural se descubre como constitutiva del hombre, pues no se añade
a su ser. Desde el sentido de su ser, que se puede llamar sentido común, el hombre puede
reconocer en cada época la ley natural como teonomía participada88
: una norma que no se
ha dado a sí mismo sino que viene de su fundamento y a la vez de su libertad.
La acción humana se guía por principios o leyes, y la ley natural es intrínseca. La
ley natural escribe en el hombre la relación con los demás para relacionarse. Los códigos
naturales humanos son luz de la inteligencia que indica cómo son las cosas. Las
83
JUAN PABLO II, "Discurso ante la Pontificia Academia de las Ciencias", 1979. 84
Cfr. ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, Algete, Madrid, Mestas, 2006, 1167b, 3ss. 85
SÓFOCLES. Antígona, Pehuén Editores, 2001. Madrid. P. 12. 86
SHAKESPEARE, WILLIAM, Macbeth, Alianza editorial, 2001. 87
Cfr. POLO, LEONARDO, Antropología trascendental. Tomo I, La persona humana, Pamplona, EUNSA,
2003. 88
Cfr. JUAN PABLO II, Veritatis splendor: sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de
la Iglesia: carta enciclicanº 41.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
44
especificaciones de esa ley se derivan de la finalidad de las inclinaciones naturales del
hombre. Un primer principio es hacer el bien y evitar el mal, amar lo bueno y aborrecer lo
malo. Y de acuerdo con las inclinaciones del ser humano los primeros principios derivados
se clasifican en los tres grupos de tendencias: a la vida (querer conservarla, reconocer que
le es dada), a la procreación (familia, matrimonio) y a la vida en sociedad89
.
El hombre de manera natural, atendiendo a un instinto de conservación, defiende su
vida ante el peligro, ante la muerte, tiene clara la dignidad de su vida y la respeta. Derivado
de esto se tiene una llamada a proteger a los más débiles, a cuidar de los necesitados,
cuidar a un niño, a un anciano, a un enfermo: defender la vida de los demás es un llamado
de la naturaleza. La búsqueda de lo que es bueno por naturaleza, es lo opuesto a lo que es
bueno sólo por convicción. La naturaleza es anterior a todas las tradiciones y convicciones.
Las cosas naturales son más que los productos del hombre; no se fundamentan sobre
prejuicios inconscientes o mitos. El hombre en todas las culturas ha reconocido el deber de
respetar a los padres y proteger a los niños e indefensos, pues son principios inscritos en la
naturaleza misma del ser humano.
Cicerón, en el siglo I antes de Cristo, consideraba la ley natural como ley suprema
que fundamenta el derecho “que es común a todos los tiempos y ha nacido antes de haberse
escrito ninguna ley ni constituido ninguna ciudadanía”90
. Por ello esta ley conocida por los
hombres es la medida para valorar las leyes humanas, y así unas serán justas y otras sólo
serán utilitarias: “De manera que no hay en absoluto justicia si no hay naturaleza y la que se
establece por razón de una utilidad, se anula por otra utilidad”91
. Habitualmente el derecho
se apoya en la naturaleza y sólo por excepción intenta contradecirla, con grave riesgo para
la sociedad y para la libertad de las personas, como ocurre cuando se intenta aislar el
derecho positivo de la ley natural. Si el hombre no guarda voluntariamente la ley natural, su
conducta se hace autodestructora: al no respetar la ley de su vida, se daña y se priva de la
perfección a la que está llamando en orden a su naturaleza. Si al gobernarse a sí mismos,
los hombres no respetan el orden de la ley natural, como es propio de una criatura racional,
sino que se comportan siguiendo sus instintos (pudiendo vencerlos en orden a actuar
89
Cfr. LÓPEZ MORATALLA, NATALIA, “Notas técnicas preparadas para la Maestría en Bioética”, Guatemala
2007. 90
CICERÓN, MARCO TULIO, De legibus, Milano, Signorelli, 1968, n. 19. 91
CICERÓN, MARCO TULIO, De legibus, n.43.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
45
libremente), al modo de los animales (de una manera anclada, esclava, a su naturaleza
inferior) esos hombres irán actuando de manera parecida a los animales, esclavizados a sus
instintos, sin poder liberarse y buscar bienes superiores a los materiales. Cada vez que el
hombre actúa según sus instintos se va animalizando, y por el contrario, cada vez que el
hombre se libera de los instintos y sigue la verdad presentada por la inteligencia, se va
haciendo mejor persona. La educación tiene un papel fundamental en la humanización del
hombre.
Redescubrir hoy la ley natural es una necesidad para conocer la identidad del
hombre y poder mirar al futuro. El reconocimiento y valoración actual de los derechos
humanos tiene un fundamento más sólido que los acuerdos cambiantes entre los poderosos
del mundo, y no puede ser otro que la condición de criatura del ser humano, dotado de una
naturaleza abierta a la trascendencia, paso obligado para reconocer a Dios y recuperar el
lenguaje común que llama a las cosas por su nombre: naturaleza humana, alma, ley natural,
amor humano, matrimonio, virtud, fidelidad, etc. La ley natural inscrita en la naturaleza de
la persona lleva a hombres y mujeres a entregarse con gran energía a causas comunes,
desplegando por solidaridad una serie de acciones para la consecución del bien común. La
solidaridad es un valor que subyace en todas las civilizaciones.
Joseph Ratzinger ha explicado que la racionalidad de la ley natural permite ser
abordada también desde una antropología cristiana sin menoscabo de su universalidad:
“La razón práctica –o moral– es razón en su más alto sentido, porque penetra en el
misterio específico de la realidad con mayor profundidad que la razón experimental. Esto
significa que la fe cristiana no es limitación ni obstáculo para la razón, sino que –por el
contrario– sólo ella está en condiciones de habilitar a la razón para el cometido que le es
propio”92
.
No se debe olvidar que la ley natural es descubierta por el hombre y ofrece una
amplia base de diálogo cara al bien común de la humanidad. El ejercicio de la libertad
exige hacer referencia a una ley moral natural de carácter universal, que precede y aúna a
todos los derechos y deberes93
. Existe una ley natural impresa en cada persona que imprime
los primeros principios del actuar moral. Por ella conoce naturalmente lo que hay que hacer
92
BENEDICTO XVI, Una mirada a Europa: Iglesia y modernidad en la Europa de las revoluciones, Madrid,
Rialp, 1993, p. 58-59. 93
Cfr. BENEDICTO, Una mirada a Europa: Iglesia y modernidad en la Europa de las revoluciones, p.139.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
46
y lo que hay que evitar. La ley natural sale a flote en la vida de todos los hombres, sirvan
como ejemplos Antígona, Cicerón y Shophie Scholl94
. Lewis lo explica a su manera:
“Si no creemos en un comportamiento decente ¿por qué íbamos a estar tan ansiosos
de excusarnos por no habernos comportado decentemente? La verdad es que creemos tanto
en la decencia -tanto sentimos la ley de la naturaleza presionando sobre nosotros– que no
podemos soportar enfrentarnos con el hecho de transgredirla y en consecuencia intentamos
evadir la responsabilidad... Porque es sólo para nuestro mal comportamiento para lo que
intentamos buscar explicaciones. Los seres humanos del mundo entero tienen la curiosa
idea de que deberían comportarse de una cierta manera y no pueden liberarse de ella... de
hecho se comportan de esa manera. Conocen la ley natural y la infringen. Estos dos hechos
son el fundamento de todas las ideas claras acerca de nosotros mismos y del universo en
que vivimos”95
.
Sófocles, en el siglo V antes de Cristo, relata la tragedia de Antígona que se
enfrenta al tirano Creonte porque reconoce el valor trascendente de las leyes de naturaleza
que sostienen el desarrollo histórico. Entre el tirano y la valerosa joven se produce un
diálogo que produce un choque entre la ley natural y la voluntad arbitraria del poder:
“No creía yo que tus decretos tuvieran tanta fuerza como para saltar por encima de las
leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de
siempre, y nadie sabe cuándo fue que aparecieron”.
Con esta actuación de Antígona Sófocles muestra que las normas éticas no son
creación de los hombres ni dependen esencialmente de una época determinada de la
historia, puesto que aparecen como una realidad anterior objetiva fundada en la ordenación
de la naturaleza y de la condición humana, que remiten a los dioses.
La joven alemana Sophie Scholl contribuyó con su sacrificio a la caída del nazismo,
actuando como una nueva Antígona que se opone a las leyes injustas, actuando según la ley
natural96
. En febrero de 1943 Sophie y su hermano Hans fueron detenidos por lanzar hojas
de propaganda antinazi en la universidad. Después de tres días de interrogatorio fueron
juzgados, junto a un amigo suyo, y condenados los tres a muerte en la guillotina. La
94
Cfr. ORTIZ LÓPEZ, JESÚS, Para qué sirve hoy la ley natural, Madrid, Arvo Net, 2006. 95
LEWIS, CLIVE STAPLES, Mero Cristianismo, Madrid, Rialp, 2001, p. 87. 96
Existen doscientas escuelas alemanas que llevan el nombre de los Scholl, y hay políticos como el anterior
alcalde de Nueva York, David Dinkins, que invocan sus nombres y visitan sus tumbas.
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sentencia se ejecutó al día siguiente97
. En el interrogatorio ella pregunta: «¿Por qué me
castigan?» Y ante la respuesta: “¡Es la ley!” ella replica: “La ley se puede cambiar, la
conciencia no”. Mientras el interrogador la tacha de ser poco realista, ella responde: “Lo
que digo tiene que ver con la realidad y la costumbre, con la moral y con Dios”, pero sólo
recibe la tajante respuesta: “Dios no existe”. Y así se observa que, por encima de las
apariencias, queda una vencedora y un vencido, a la vez que se advierte que la violencia
procede de la falta de religión98
.
A los ejemplos de Antígona, Cicerón y Sophie podemos añadir una larga lista de
personas de todas las épocas, razas, religiones y culturas que dejan la vida en servicio de la
verdad y de las otras personas. Contradicen estos ejemplos frontalmente a Maquiavelo que
afirma que los hombres suelen actuar mal y si son buenos es por necesidad. Cuentan más
las personas que las ideologías, y que siempre hay personas destacadas: Martín Luther
King, Florence Nightingale, Mahatma Gandhi, Lech Walesa, Carol Wojtyla, Nelson
Mandela, Madre Teresa de Calcuta, Muhammad Yunus, son unos pocos ejemplos.
La vida humana es una empresa moral porque el carácter ético del comportamiento
humano no le viene dado por la biología, sino por el carácter ético personal de cada quien.
La ley natural es la luz en la inteligencia que muestra cómo son las cosas y por tanto cómo
vivir; no seguirla lleva a caer por bajo de lo animal y a volverse salvaje. Aquí entra en
juego el ejercicio de la libertad. La persona humana no puede ejercer el acto moralmente
bueno de la misma manera que ejerce el acto moralmente malo. Todo lo que es contrario a
la tendencia natural es malo. Nunca se obra el mal con fuerza de voluntad perfecta, siempre
habrá una reserva interna, nunca de todo corazón. Estar totalmente de acuerdo con uno
mismo es algo que sólo se logra cuando se obra el bien.
9. El ejercicio de las virtudes sociales para la consecución del bien común
El hombre por su condición de persona siempre puede perfeccionarse y lo mismo se
puede decir de la sociedad. La sociedad siempre puede ser mejor, nunca alcanzará la
cumbre, sino que podrá aspirar a algo más noble, que facilite la vida en común. El hombre
97
Este suceso real ha sido llevado recientemente a la pantalla cosechando importantes premios incluido el
Oscar como película en lengua no inglesa. 98
MARTÍNEZ, MARCUS, Sophie Scholl, Editorial Casals, Madrid, 2010.
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aprende a ser persona a lo largo de su vida. Es asombroso comprobar que el progreso del
que es capaz el hombre es ilimitado. El progreso de la sociedad supone que la sociedad
tenga la capacidad para satisfacer las necesidades, establecer las condiciones que permitan
mejorar la calidad de vida, y crear las condiciones que permitan que los habitantes mejoren
como personas. Pero esto no es posible si todos los ciudadanos, tanto los gobernantes
como los gobernados no tienen las competencias o virtudes para alcanzar el bien común.
Para la consecución del bien común es necesario que los gobernantes y los
gobernados sean personas éticamente sólidas y profesionalmente capaces para obtener el
respeto de los demás. En los últimos años cada vez se habla más de las competencias
directivas, ciudadanas, profesionales, etc.: Aristóteles hace 25 siglos, las definió como
virtudes, disposiciones o hábitos que hacen que la conducta humana se oriente hacia lo
bueno, son perfecciones o cualidades que dan al hombre la fuerza (virtus) para obrar
moralmente bien y alcanzar su fin. La virtud capacita a alguien para fiarse de sí mismo y así
se justifica también la confianza que otros puedan tener en él. Es la mayor riqueza de una
persona, pues supone haber invertido y tener un ahorro del cual echar mano cuando se
requiera poner en práctica ese conocimiento. Y eso es la cultura. Por eso los ciudadanos y
principalmente el directivo deben ser personas cultivadas.
Heráclito exhortaba a sus interlocutores: “Cuida tus pensamientos, pues se
convierten en palabras, escoge tus palabras , pues se convierten en acciones. Comprende tus
acciones, pues se convierten en hábitos. Estudia tus hábitos, pues se convierten en tu
carácter. Desarrolla tu carácter, pues se convierte en tu destino”99
. Para forjar el destino es
necesario el ejercicio de las virtudes.
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona
realizar actos buenos y a dar lo mejor de sí misma. La persona virtuosa tiende hacia el bien,
lo busca y lo elige a través de acciones concretas y utiliza todos los medios espirituales y
materiales para alcanzarlo. Hablar de las virtudes no es algo abstracto, alejado de la vida,
sino de realidades, de personas concretas, que hunden sus raíces en la vida misma, brotan
de ella y la configuran. La virtud incide en la vida del hombre, en sus acciones y en su
comportamiento. No se debe hablar tanto de la virtud cuanto del hombre que vive y actúa
99
LAERCIO, DIÓGENES, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, Libro IX, Heráclito. en
http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12140528718935940987213/ima0534.htm, obtenido el 15
de Noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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"virtuosamente", existen hombres y mujeres concretos que son prudentes, justos,
templados, sobrios o moderados, etc. Las virtudes son como un conductor en el camino de
la libertad. Ayudan a la persona en lo que es más importante y decisivo para su constitución
y autorrealización. Que las virtudes sean "hábitos" no significa que sean algo rutinario. La
persona auténticamente virtuosa está siempre pendiente de contemplar la verdad y de que
su acción sea verdaderamente buena100
. Una ética solo de virtudes es insuficiente. Guardini
alertaba sobre este tema al explicar que las virtudes pueden deformarse o enfermar101
.
Ramiro Pellitero explica que la verdadera ética es la que abarca tres dimensiones:
“La ética completa es la que tiene en cuenta los bienes, las normas y las virtudes en
reforzamiento mutuo, de tres dimensiones. Si busca los bienes por sí mismos, la persona
puede quedarse en los bienes materiales. Si sólo se atiende a normas, éstas pueden
deshumanizarse. Si se cierran en sí mismas, las virtudes se pueden hacer rígidas, aisladas
respecto al camino de la verdad y del bien…Valores y bienes, normas y virtudes configuran
la propuesta ética para una vida lograda”102
.
Se ha apuntado ya que para que todo gobierno funcione hace falta que brillen las
virtudes tanto en los gobernantes como en los gobernados, de lo contrario se dificulta el
logro de los objetivos de la institución. El virtuoso no obra porque lo dice la ley, por un
deber externo, sino porque se lo dice el sentido común, expresa lo que piensa, los propios
valores, el propio carácter. Se obra de manera pronta, alegre, gustosa. Ejercitar las virtudes
supone tener un futuro garantizado, perfeccionar la naturaleza de la persona, poseer una
forma de obrar que lo hace fiable, que le faculta a obrar acertadamente103
.
Martínez Echeverría explica que “para los humanistas, el paso desde la barbarie a la
cultura, desde la naturaleza a la ciudad, era resultado de la acción de algún hombre
excepcional, un gran legislador. El medio para lograrlo había sido la retórica, la fuerza de la
palabra. Dentro de esa tradición sería Maquiavelo el que señalara que el núcleo de la
construcción de la ciudad, del paso de la barbarie a la civilización, residía en el modo de
100
Cf. MILLÁN PUELLES, ANTONIO, Ética y realismo, Madrid, Rialp, 1996, p. 91. 101
Cf. GUARDINI, ROMANO, La esencia del cristianismo; Una ética para nuestro tiempo, Madrid, Cristiandad,
2007, p. 113-124. 102
PELLITERO, RAMIRO, "Etica y educación de las virtudes," Pamplona, 2015,
http://www.unav.edu/web/facultad-de-teologia/detalle-opinion/2015/02/13/etica-y-educacion-de-las-virtudes/-
/asset_publisher/oV7I/content/15_2_13_teo_ramiro/10174, obtenido el 29 de noviembre de 2015. 103
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, ¿Quién es un buen gobernante? El buen gobierno de las organizaciones, España,
Publicaciones Empresa y Humanidades, UNAV, 2005.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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controlar las pasiones desordenadas de los ciudadanos. Para que la ciudad no decayera en la
barbarie era necesario que el príncipe estuviese dotado de fuerzas excepcionales que le
permitieran manejar y equilibrar las pasiones de sus súbditos. Debía ser lo suficientemente
astuto para crear rivalidades entre ellos, manejar sus luchas por los honores, las riquezas, el
lujo y la fama, para oponer los unos a otros, y asegurar el orden y la prosperidad de la
república. Lo que Maquiavelo llamaba la “virtú” del príncipe era imprescindible para
contrarrestar los efectos imprevisibles de la Fortuna. ¿Se podría asegurar que habría
siempre un príncipe con esas condiciones? ¿Era posible exigir la continua presencia al
frente de la ciudad de una especie de semidios?”104
.
Así para Maquiavelo ser virtuoso implica ser capaz de liberarse de toda dominación
externa y así justifica la preponderancia de la ley, de la gloria y del poder. Leo Strauss,
considerado como uno de los pensadores más importantes de los problemas políticos
contemporáneos, regresa a la postura clásica exponiendo que la virtud está en orden al bien
común y no del gobernante105.
Se requiere esfuerzo personal para adquirir las virtudes personales que son
necesarias para alcanzar el bien común106
. Así como en el amor, lo común y lo propio de
cada uno son inseparables, cuando la voluntad propia se identifica con la común, se vive el
principio y la virtud de la solidaridad, esa voluntad inquebrantable de pensar siempre en los
demás. Es como una moneda con dos caras: por un lado una institución sólo logra sus fines
si cada persona pone lo mejor de sí, por el otro, una persona no puede trascender sin la
institución, sus acciones quedarían aisladas.
Según Aristóteles una persona inteligente es una persona que no se toma tiempo
para decidir: en el plano teórico, ha acumulado conocimientos y virtudes, y puede sacar la
conclusión teórica y práctica rápidamente pues posee hábitos intelectuales y éticos. Esto
significa que la inteligencia posee una base de cultura, un mundo interior rico, no simple
erudición. Toda labor educativa debe tener en cuenta la base humanística que ayuda a vivir
mejor la prudencia, a relacionar el pasado con el futuro de una manera pluridimensional. Si
se tiene una formación humanística se puede resolver de manera más rápida y a la vez de
104
MARTÍNEZ ECHEVARRÍA, MIGUEL ALFONSO, "Del "dios escondido" a la "mano invisible"," Pamplona,
2009, http://www.mamechevarria.com/uploads/1/7/6/5/17653977/doc0309.pdf, obtenido el 12 de diciembre
de 2015. 105
Cfr. STRAUSS, LEO, Qué es Filosofía Política, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1970, p. 55. 106
Cfr. ALVIRA RAFAEL, "Bien común y justicia social en las diferentes esferas de la sociedad", p. 61-80.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
51
forma más acertada; una persona sin cultura no puede ser un buen directivo, le faltará el
sentido común. El saber (conocimiento acumulado que supone esfuerzo) es un poder, es un
principio de actuación. Si se sabe más se puede más.
Las verdaderas competencias de gobierno poseen un contenido moral que imprime
en el directivo un sello de liderazgo personal. Un directivo así es una persona fiable aunque
no infalible. Se esfuerza por ser íntegra, por vivir todas las virtudes: adquirir una supone un
crecimiento en las otras, tanto las dianoéticas, como las éticas. Para Aristóteles el fin último
del hombre es la felicidad que se adquiere con el ejercicio de la virtud. Dado que un rasgo
distintivo de la naturaleza humana es la razón, el hombre para alcanzar la felicidad necesita
desplegar de las virtudes intelectuales o dianoéticas: el arte (la técnica o saber hacer) el
intelecto (conocimiento de los primeros principios), la ciencia (saber demostrar), la
prudencia (saber decidir), y la sabiduría (conocimiento contemplativo). A las virtudes éticas
fundamentales también se las llama cardinales, porque alrededor de ellas giran todas las
demás virtudes éticas: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
Mejorar la sociedad para la consecución del bien común no significa cambiar todo,
sino tener siempre presente el orden institucional y, estando de acuerdo con metas
comunes, buscar alternativas para conseguirlo. En la sociedad importa tener un orden
social, y tratar de obrar haciendo posible un estado de derecho, con flexibilidad, con la
apertura de mente que las circunstancias van requiriendo. Es propio del hombre repensar las
cosas con actitud crítica bien orientada. Vienen bien aquí las palabras de Cicerón: “Si
ignoras lo que ocurrió antes de que tú nacieras, siempre serás un niño”; las de Anatole
France: “La independencia del pensamiento es la más noble aristocracia”; y las de Juan
Pablo II: “Aprender a ver con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y ver con
esperanza el futuro”.
a. La caridad como fuerza que impulsa al bien común.
El bien común se alcanza si se pone por obra el llamado a sentir la responsabilidad
por los demás. Quien busca el bien común lo hace como una manifestación clara del amor y
se puede afirmar que ejerce de manera integral todas las virtudes. De alguna manera se
puede afirmar que el amor y el bien común se identifican. La amistad, fruto del amor, es
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
52
posiblemente la virtud más importante por la que el hombre desarrolla y arraiga su
inclinación natural al amor al prójimo. "Lo que se necesita para conseguir la felicidad no es
una vida cómoda, sino un corazón enamorado"107
.
La caridad debe considerarse como el criterio supremo y universal de toda ética
social: supone y trasciende la justicia y es la mejor vía para alcanzarla. Los valores de la
verdad, la justicia y la libertad, nacen y se desarrollan de la fuente interior de la caridad.
Puede ayudar cerrar este apartado con las palabras de Juan Pablo II en las que desarrolla
esta tesis:
“La experiencia del pasado y de nuestros tiempos demuestra que la justicia por sí sola no es
suficiente y que, más aún, puede conducir a la negación y al aniquilamiento de sí misma, si no se le
permite a esa forma más profunda que el amor plasmar la vida humana en sus diversas
manifestaciones… la necesidad de recurrir a las fuerzas del espíritu más profundas, que condicionan
el orden mismo de la justicia”108
.
b. Subsidiaridad y participación.
La subsidiaridad es la manera de fomentar el progreso sostenible en el que la
dignidad de la persona se promueve, asegurando que cada persona sea responsable de su
propio desarrollo. El bien común es el conjunto de condiciones sociales que permiten a las
personas desarrollarse de manera individual y social de la mejor manera, pero para que este
ambiente se dé, es necesario la práctica de las virtudes de todos los miembros de la
sociedad que han de vivir por un lado el principio de subsidiaridad que busca coordinar el
dinamismo interno de las comunidades locales para que puedan desarrollarse de manera
estable y por otro lado, el de la solidaridad que mueve a las personas a compartir el tesoro
de los bienes espirituales y materiales con que cuenta la humanidad. Benedicto XVI afirmó
que:
"Cuando los responsables del bien común respetan el natural deseo humano de autogobierno
basado en la subsidiariedad, dejan espacio a la responsabilidad y a la iniciativa del individuo, y lo
que es más importante, dejan espacio al amor, que siempre es el camino más excelente"109
.
107
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Surco, Madrid, Rialp, 1986, n. 75. 108
JUAN PABLO II, Carta Encíclica " Dives in Misericordia", Madrid, Propaganda Popular Catòlica,
1980, n. 11. 109
BENEDICTO XVI, "Discurso a los participantes en la XIV sesión plenaria de la Academia Pontificia de
Ciencias Sociales," Roma, 2008, https://w2.vatican.va/content/benedict-
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
53
El principio de subsidiaridad busca que las instancias superiores estimulen a las
inferiores de la manera que no suplanten las áreas de autonomía que pueden ejecutar por sí
mismos estas últimas, y solo mientras éstas no sean capaces de hacerlo110
.
Cuando una institución estatal o privada tiene interés en apoyar el desarrollo de una
localidad, o cuando una localidad busca el apoyo externo de instituciones ha de vivirse el
principio de subsidiaridad. Ambas partes deberán esforzarse por conocerse mutuamente.
Por un lado, el que ayuda deberá realizar un estudio previo que lleve a conocer la
comunidad que se busca apoyar. Por otro lado, el que busca el apoyo deberá tener un
conocimiento informado de las condiciones bajo las cuales revive ese apoyo. La institución
“mayor” requiere de un conocimiento de la historia local, de la economía territorial, de la
vocación de la tierra o de sus habitantes, de los procesos productivos empleados para
investigar y proponer soluciones para que puedan ser más eficientes al tecnificarlos.
Después del conocimiento de campo habrá que planificar y llevar adelante el proyecto de
manera eficaz.
Llama la atención que el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia al enumerar
los principios de vida en sociedad, después de explicar su intrínseca unidad, pues no se
puede dar el uno sin que estén presentes los otros, el orden en que los expone es: El
principio del bien común, el destino universal de los bienes, el de subsidiaridad y
participación por último el de solidaridad. Los enumera el orden en que los estudia, va
desde la dignidad de la persona, luego el de subsidiaridad y en tercer lugar la solidaridad.
La subsidiaridad es una de las directrices más constantes de la Doctrina Social de la
Iglesia, que ha estado presente desde la Rerum Novarum de León XIII, la primera encíclica
social.111
La definición del principio está claramente expuesta en la Quadragesimo anno:
“Así como es ilícito quitar a los particulares lo que con su propia iniciativa y propia
industria puedan realizar para encomendarlo a una comunidad, así también es injusto y al
mismo tiempo de grave perjuicio y perturbación del recto orden social abocar a una sociedad
mayor y más elevada lo que pueden hacer y procurar comunidades menores e inferiores. Toda
acción de la sociedad debe, por su naturaleza, prestar auxilio a los miembros del cuerpo social,
xvi/es/speeches/2008/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20080503_social-sciences.html , obtenido el 2 de
diciembre de 2015. 110
Cfr. MILLÁN PUELLES, Persona humana y justicia socia,l p. 135-154. 111
Cfr. LEÓN XIII. Rerum novarum del 5 de mayo de 1891, Colombia, Ediciones Paulinas, 1992.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
54
nunca absorberlos y destruirlos... Cuanto más vigorosamente reine el orden jerárquico entre las
diversas asociaciones, quedando en pie este principio de la función subsidiaria del Estado,
tanto más firme será la autoridad del Estado”112
.
Se puede observar que el principio de subsidiariedad lleva implícitos tres aspectos.
Por un lado está uno positivo que lleva a fomentar la iniciativa privada para que cada persona
y las entidades sociales desarrollen su propia personalidad, ejerzan libremente su
creatividad y perciban el reconocimiento que merecen. En un segundo plano se encuentra
uno negativo que restringe la injerencia: lo que pueda hacer una sociedad de rango menor no
lo debe monopolizar una sociedad de rango superior. Un tercer aspecto es el de la suplencia: la
estructura social de orden superior debe acudir allí donde no llegue la sociedad de orden
inferior.
Desde la perspectiva de la política internacional se manifestó la importancia del
principio de subsidiariedad, en el Tratado de la Unión Europea de Maastricht en 1992, en el
que se puede leer que: “La comunidad actuará dentro de los límites de las competencias que
le atribuyen el presente tratado y los objetivos que éste le asigna. En los ámbitos que no
sean de su competencia exclusiva, la comunidad intervendrá, conforme al principio de
subsidiariedad, solo en la medida en que los objetivos de la acción pretendida no pueden ser
alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros y, por consiguiente, puedan
lograrse mejor, debido a la dimensión de los efectos de la acción contemplada, a nivel
comunitario” 113
.
El profesor austriaco Walter Stöhr entiende que la subsidiaridad es un concepto
clave para la política de desarrollo regional, la cual se ha movido básicamente en dos
extremos, por un lado la responsabilidad de los gobiernos centrales en los años 60-70s y
por otro como una agenda de ayuda individual local-regional114
. Un extremo se manifestó
en una rigurosa forma central de planificación para regiones que en ese tiempo se les
llamaba del tercer mundo y la otra ordenaba la cooperación comunitaria a iniciativas
locales en las que se impulsó la creación de clústeres o conglomerados para vincular a las
industrias relacionadas y potenciar su competitividad en las economías nacionales y
112
PÍO XI, Quadragésimo anno: sobre la restauración del orden social, n. 79. 113
DALO, RAFAEL, Análisis del Tratado de la Union Europea (Maastricht), La Plata, República Argentina,
Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, 1993, art.3B,Titulo II. 114
Cfr. WALTER, STÖL, "Subsidiariedad: un nuevo concepto clave para la política de desarrollo regional,"
Chile, 1999, http://repositorio.cepal.org/handle/11362/19886, obtenido el 30 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
55
regionales. Este concepto fue desarrollado inicialmente por Michael Porter115
y
profundizado por un buen número de pensadores posteriormente. La tendencia de los
desarrollos regionales y corporativos ha ido creciendo en las últimas décadas. Por ejemplo
el grupo francés CREMI desarrolló el concepto de “medio innovador” como un conjunto de
relaciones territoriales que abarca, de manera coherente, un sistema de producción de
economías diferentes y actores sociales, una cultura específica y un sistema de
representación que genera un proceso de aprendizaje dinámico y colectivo116
.
Stöhr comenta la definición que la Enciclopedia Brockhaus hace del concepto de
subsidiariedad “como un sistema social estructurado desde abajo, comenzando con la
familia y los grupos primarios que son caracterizados por contactos personales entre los
miembros y estructuras transparentes, a través de grupos secundarios locales o funcionales,
hacia el estado de una comunidad política comprensible. Se puede definir como “orden
social, orientado en contra del Estado centralista y totalitario, en donde la comunidad
reconoce el potencial de los subordinados y ejercita sólo las tareas que aquél no puede
cumplir”. Explica que esta definición puede generar dos tipos de interpretación. La
primera es que cada nivel de la sociedad es responsable de hacer lo que pueda hacer mejor,
pero al mismo tiempo el espíritu de solidaridad le lleva a obtener una ayuda de arriba si no
puede resolver el problema tal y como lo expone la Doctrina Social de la Iglesia. Por otro
lado, cabe una interpretación neoliberal que busca que el Estado intervenga lo mínimo
posible en la actividad de un país, afirmando que cada individuo y nivel social debe
responder por sí solo y el Estado llevar a cabo el mínimo de funciones117
.
No debe entonces confundirse el principio de subsidiaridad que promueve la Iglesia
con el pensamiento de la economía liberal, que se basa en el egoísmo natural del ser
humano. La Escuela Austriaca ha tratado de demostrar que el actuar espontáneo de ese
egoísmo sería suficiente para aumentar la riqueza de las naciones, si los gobiernos de cada
Estado no intervienen con medidas que la limitaran. El liberalismo reemplazó la “ética de
los sentimientos” por la “ética utilitaria”, que acepta el egoísmo como válido dentro de este
nuevo marco. Como el hombre muestra una misma actitud en las distintas circunstancias de
115
Cfr. PORTER, MICHAEL, The Competitive Advantage of Nations, New York, Free Press, 1990. 116
Cfr. CAMAGNI, ROBERT, Innovation Networks: spatial perspectives, Londres, Belhaven Press, 1991, p.
130. 117
Cfr. WALTER, Subsidiariedad: un nuevo concepto clave para la política de desarrollo regional, p. 308.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
56
su vida, al aplicar el egoísmo aceptado por la “ética utilitaria”, se encamina en una
dirección poco favorable118
.
Pero, en palabras de Ludwig von Mises, “la sociedad liberal prueba que, ante todo,
el hombre ve en los demás sólo medios para la realización de sus propósitos, mientras que
él a su vez, para los demás, es el medio para la realización de los propósitos de los otros;
que, finalmente, por esta acción recíproca dentro de la cual cada uno es simultáneamente
medio y fin, se llega a la meta más elevada de la vida, el logro de una existencia mejor para
todos. Dado que la sociedad sólo es posible si, mientras viven sus propias vidas, todos
ayudan a vivir a los demás, si todo individuo es, al mismo tiempo, medio y fin; si cada
bienestar individual es simultáneamente la condición necesaria para el bienestar de los
demás, es evidente que el contraste entre yo y tú, medio y fin, queda automáticamente
resuelto”119
. También afirma que “no existe oposición entre el deber moral y los intereses
egoístas. Lo que el individuo da a la sociedad para preservarla como tal lo da, no en
beneficio de fines que le son ajenos, sino porque ello consulta su propio interés”120
. El
elogio por el egoísmo es ampliamente abordado por Ayn Rand, quien afirma que en la
preocupación por el interés personal, todo ataque contra el egoísmo es un ataque contra la
autoestima del hombre121
.
La experiencia ha demostrado que el principio de subsidiaridad desarrolla sistemas
más eficientes en los que a los niveles sociales más bajos se les da la oportunidad para
definir sus propias prioridades y sobre esa base, determinar e implementar sus estrategias
de desarrollo. El Banco mundial desde su informe de 1997 hasta la fecha ha ido
promoviendo el concepto de subsidiaridad en la ayuda que otorga122
. La ayuda estatal,
internacional, de ONGs debe apoyar con un gran espíritu de solidaridad, estar abierta a las
solicitudes de ayuda facilitando la información que existe para apoyar a las comunidades
que lo requieren, promoviendo la innovación y la capacitación. Las comunidades pequeñas
118
Cfr. PAZ QUEZADA, LINDA, “Homo Solidarium”. Emprendedores sociales, Líderes Solidarios,CIHE, UNIS
2007. 119
VON MISES, LUDWIN, Socialismo, México, Ed Hermes, S.A., 1961, p. 351. 120
VON MISES, Socialismo. 121
Cfr. RAND, AYN, La virtud del egoísmo: un nuevo y desafiante concepto del egoísmo, Buenos Aires, Grito
Sagrado Editorial, 2006. 122
Cfr. BANCO MUNDIAL, Informe sobre el desarrollo mundial 2009: Una nueva geografía económica,
Washington, D.C., 2009,
http://siteresources.worldbank.org/INTWDR2009/Resources/WDR_OVERVIEW_ES_Web.pdf, obtenido el 2
de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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deben tener derecho a negociar y decidir sobre condiciones para potenciar sus capacidades
y para intervenir competentemente en promover el desarrollo equitativo y sustancial.
Parte del principio de subsidiaridad es el principio de participación. El Compendio
de la Doctrina social de la Iglesia en el número 189 expone que la participación “se
expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como
individuo o asociado a otros, directamente o por medio de los propios representantes,
contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que
pertenece. La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en
modo responsable y con vistas al bien común”.
Rafael Alvira explica que “el que desea, el que ama, no busca simplemente conocer
al ser querido, es decir, representárselo, sino que quiere identificarse más con él, quiere
participar de su vida, quiere, en suma existir con él”123
. La representación de los ciudadanos
en las esferas políticas es solo un primer paso, pero el más efectivo será el de la
participación pues perfecciona más participar que simplemente ser representado.
Cuando trabajan juntas la subsidiariedad y la solidaridad es más efectiva la
consecución del bien común porque se respeta la dignidad humana y se le permite también
su desarrollo.
c. Solidaridad y bien común.
En la actualidad se ha generalizado el uso del vocablo solidaridad debido al
desarrollo de asociaciones que fomentan la cooperación al desarrollo. Ana Marta González
sostiene que “el surgimiento y extraordinario auge que en los últimos años han conocido
los movimientos de solidaridad en general, y las ONGs dedicadas a la cooperación y
desarrollo en particular, ha venido a recordarnos dos ideas fundamentales, que acaso
habíamos dejado caer en el olvido: en primer lugar, que el Estado no tiene el monopolio de
la benevolencia, y en segundo lugar, que la iniciativa privada no puede identificarse a priori
123
ALVIRA, RAFAEL, "Participación y representación: una encrucijada metafísico-política," en Anuario
Filosófico XXXVI/1, 2003, http://core.ac.uk/download/pdf/25069793.pdf , obtenida el 2 de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
58
con el interés egoísta”124
, ya que más bien se puede decir, en palabras de León Tolstoi, que
“no hay más que un modo de ser felices: vivir para los demás”.
Puede venir bien revisar las raíces etimológicas de la palabra solidaridad que parece
tener su raíz en el latín solidum que se puede traducir por “sólido", "compacto", "entero", y
significa la estabilidad y firmeza que unen a varias partes. En esta raíz etimológica de la
palabra se encuentran dos niveles de significados. Por un lado el de la construcción, algo
construido sólidamente, que da al concepto de solidaridad una lógica orgánica: la unidad de
un todo en el que las partes están sólidamente trabadas. Por otro lado está el concepto
jurídico que implica la exigencia de compartir el destino entre las personas involucradas:
obligaciones contraídas in solidum125
.
El uso más antiguo del vocablo solidaridad es el jurídico, proveniente del código
romano de Justiniano quién optó por transformar los casos clásicos de las obligaciones
cumulativas por solidarias. El emperador buscó esta sustitución basado en un principio de
moralidad ya que él concebía que no debiera permitirse el enriquecimiento ilegítimo. Las
obligaciones “in solidum” regulaban que en el supuesto de que varias personas han causado
juntas un daño, cada una, debe repararlo enteramente. En este supuesto se podía demandar
la reparación integral del daño o perjuicio causado a cualquiera de los culpables. Esto se
basa en el principio de que la culpa de los demás autores no tiene por qué disminuir la
responsabilidad de otros. La fuente de la norma era claramente para castigar una conducta
delictiva.
El concepto de obligaciones solidarias aún tiene vigencia en la legislación actual,
con ciertas diferencias de jurisprudencia según el país. Pero en general jurídicamente se
dice que algo o alguien es solidario si se encuentra dentro de «un conjunto jurídicamente
homogéneo de personas o bienes que integran un todo unitario, en el que resultan iguales
las partes desde el punto de vista de la consideración civil o penal»126
Se entiende que
dentro de una persona jurídica sus socios son solidarios cuando todos son individualmente
124
GONZÁLEZ, ANA MARTA, "Sociedad civil y solidaridad," en V Seminario de Fundaciones y Capítulo 1 El
Voluntariado. Educación para la participación social, ed. A. Bernal Barcelona, 2002, p. 27-51,
http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/16934/1/Sociedad%20civil,%203.pdf, obtenida el 12 de noviembre de
2015. 125
Cfr. GUTIÉRREZ GARCÍA, JOSÉ LUIS, " Solidaridad", en la Gran Enciclopedia Rialp, tomo 21 Madrid:
Ediciones Rialp, S.A., 1991, p. 597. 126
GUTIÉRREZ GARCÍA, JOSÉ LUIS, Introducción a la doctrina social de la Iglesia, Barcelona, Ariel, 2001, p.
57.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
59
responsables por la totalidad de las obligaciones. Para el derecho, la solidaridad implica una
relación de responsabilidad compartida. La prestación de la obligación será exigible, o bien
pagada según sea el caso en una sola exhibición y por un solo sujeto, sin importar que ésta
sea divisible. La obligación solidaria es distinta a la obligación mancomunada, que divide
en fracciones distintas, y cada una de aquellas fracciones forma una obligación
autónoma127.
Caridad Velarde explica que la acepción jurídica del vocablo solidaridad atravesó la
Edad Media y la Moderna en donde pasó a formar parte del catálogo de las virtudes
morales y religiosas y se convirtió en un sinónimo de la caridad cristiana. La Francia
ilustrada le da un giro al sentido cristiano del vocablo para orientarlo hacia una “concepción
de naturaleza universal a la que es posible llegar a través de la razón”128
.
En el siglo XIX con Durkheim el concepto cobra un matiz sociológico. Reconoce en
la división del trabajo el origen del individuo moderno y de la solidaridad y llega a
distinguir dos tipos de solidaridad: la que llama solidaridad mecánica o por semejanzas que
es la de las sociedades antiguas en las que los vínculos sociales descansaban en la familia o
la tradición, y la solidaridad orgánica que surge con la división del trabajo, asociada a las
múltiples funciones ejercidas por un individuo en la sociedad”129
. Durkheim se da cuenta
que la cooperación tiene un matiz moral: “Sólo cabe la creencia….de que en nuestras
sociedades actuales esta moralidad no alcanza todavía todo el desarrollo que les sería desde
ahora necesario”130
.
Es en el siglo XX cuando se generaliza su uso, inicialmente haciendo referencia a la
solidaridad con los del mismo gremio y progresivamente va tomando un tono que la
relaciona con la humanidad en general con un sentido de justicia social, en la que los de
una posición superior han de ayudar a los de otra inferior. Aunque el concepto de
solidaridad cristiana siempre ha estado presente en la doctrina de la Iglesia, el vocablo en sí
aparece con el Concilio Vaticano II, y particularmente con Juan Pablo II. El compendio de
127
MANSILLA PIZÁ, EMILIANO, Las Obligaciones Solidarias, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, 2010.
www.eumed.net/rev/cccss/08/emp.htm, obtenida el 2 de diciembre de 2015. 128
VELARDE, CARIDAD, “Solidaridad”. Voz en Diccionario de San Josémaría Escrivá de Balaguer España,
Editorial Monte Carmelo. Instituto Histórico d San Josemaría, 1998, p. 1176. 129
Cfr. DURKHEIM, EMILE, La división del trabajo social, Madrid, Akal, 1982, p.78. 130
DURKHEIM, EMILE, La división del trabajo social, p. 208.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
60
la Doctrina Social de la Iglesia la recoge como resultado del desarrollo de esta doctrina
hasta el momento de su publicación.
Hoy en día se entiende que la solidaridad es el resultado social de un
entrelazamiento de servicios mutuos que se teje in solidum, con solidez, con densidad, con
fuerza. Sólido es aquello que se sustenta en la coherencia de sí mismo, que se entreteje con
el compromiso, que cuenta con la persona como su sustento. La solidaridad es el ámbito
formado por quienes, dueños de sí, se entregan al servicio de los demás. Así, pues, la
solidaridad asume un enfoque específico, es la ayuda para ver al “otro” -persona, pueblo o
nación- como un “semejante”, con un origen y destino común similar al propio. La
solidaridad, entonces, supone desarrollar la capacidad de ponerse en la situación del otro, y
la adhesión de identificarse, adherirse, pegarse, a la causa de otros.
Paradójicamente, como subrayan diversos autores, la libertad alcanza su plenitud
cuando elige servir. Por el contrario, la pretensión de una libertad absoluta, independizada
de Dios y de los demás, sin nada que la limite, desemboca en un yo postrado ante el dinero,
el poder, el éxito u otros ídolos, más o menos brillantes, pero caducos y sin valor. “La
libertad de un ser humano es la libertad de un ser limitado y, por lo tanto, es limitada a ella
misma. Sólo podemos poseerla como libertad compartida, en la comunión de las libertades:
la libertad sólo puede desarrollarse si vivimos, como debemos, unos con otros y unos para
otros”131
. Toda persona necesita de los otros, no sólo por lo que recibe de ellos, sino porque
está hecho para dar.
La persona libre se mide por su capacidad de compromiso, ser libre no significa
carecer de vínculos; sólo el que tiene ideales es quien se sabe comprometer a profundidad.
Los compromisos adquiridos exigen la renuncia de todo aquello que es incompatible con lo
que uno se ha comprometido. El ejercicio más noble y perfecto de los seres libres, el acto
educativo por excelencia es el don de sí, la entrega desinteresada de sí corre a la par del
sentido de responsabilidad, del control de los instintos y del temple de las capacidades, de
la afirmación del carácter. La entrega de sí requiere magnanimidad, esa fuerza que
dispone a salir de uno mismo, para prepararse a emprender obras valiosas, en beneficio de
todos, sin anidar estrechez, cicatería, ni el cálculo egoísta, ni la trapisonda interesada. El
131
BENEDICTO XVI, Homilía durante la solemne celebración eucarística en la Basílica de San Pedro,
2005, w2.vaticanva/content/benedict-xvi/es/homilies/2005/documents/hf_ben-xvi_hom, obtenida el 2
de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
61
magnánimo dedica sin reservas sus fuerzas a lo que vale la pena, no se conforma con dar
algo, se da del todo. Necesariamente un ciudadano comprometido es optimista, sabe
crecerse ante los obstáculos, da con alegría, con buen humor y va recorriendo con paso
fuerte la senda de la generosidad para mantener el ritmo necesario para lograr sus sueños de
ciudadanía.
“La humanidad comprende cada vez con mayor claridad que se halla ligada por un
destino único que exige asumir la responsabilidad en común, inspirada por un humanismo
integral y solidario. El progreso material no debe materializar al hombre, sino el hombre
humanizar la técnica y toda la realidad terrena”132
.
Al reconocimiento de la dignidad y de su libertad y al concepto de bien común,
están unidos cuatro principios fundamentales referentes al orden social: solidaridad,
subsidiaridad, autoridad y participación133
y varios valores sociales: la verdad, la libertad, la
justicia y el amor134
. Los principios de la solidaridad y la subsidiaridad indican como ha de
realizarse la cooperación de la vida social, mientras la autoridad y participación se refieren
al modo de ejercer la responsabilidad en la vida en sociedad. Los principios y valores
deben ser apreciados en su unidad, conexión, articulación y reciprocidad, tienen carácter
general y fundamental pues se refieren a la sociedad en su conjunto y constituyen la
primera articulación de la verdad de la sociedad. El hombre no puede evadir la cuestión de
la verdad y el sentido de la vida social, pues es algo propio de su misma existencia. Los
principios comportan un significado profundamente moral: son los fundamentos últimos y
ordenadores de la vida social. Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la
persona humana, su práctica es el camino para alcanzar la perfección personal y una
convivencia social más humana.
La solidaridad es por un lado un principio social, ordenador de las instituciones,
según el cual las estructuras del mal que dominan las relaciones entre las personas y los
pueblos, deben ser superadas y transformadas en estructuras de solidaridad, mediante la
creación o la oportuna modificación de leyes, reglas de mercado, ordenamientos.
132
COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, n. 6. 133
Cfr. MELÉ, DOMÈNEC, Cristianos en la sociedad : introducción a la doctrina social de la Iglesia, p. 57. 134
Cfr. COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia. 134
Cfr. COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
62
También es una virtud moral que impulsa la responsabilidad personal: “La
solidaridad no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o
lejanas, sino determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir,
por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de
todos”135
. La solidaridad se eleva a rango de virtud social fundamental y se coloca en la
dimensión de la justicia. El principio de solidaridad implica que los hombres cultiven la
conciencia de la deuda que tienen con la sociedad en la cual están insertos y de acuerdo con
sus capacidades y posibilidades, contribuyan al bien común de la sociedad a través de las
diversas actividades de la vida económica, política y cultural.
“Nunca como hoy ha existido una conciencia tan difundida del vínculo de
interdependencia entre los hombres y entre los pueblos, que se manifiesta a todos los
niveles. La vertiginosa multiplicación de las vías y de los medios de comunicación “en
tiempo real”, como las telecomunicaciones, los extraordinarios progresos de la informática,
el aumento de los intercambios comerciales y de las informaciones son testimonio de que
por primera vez desde el inicio de la historia de la humanidad ahora es posible, al menos
técnicamente, establecer relaciones aun entre personas lejanas o desconocidas. Junto al
fenómeno de la interdependencia y de su constante dilatación, persisten, por otra parte, en
todo el mundo, fortísimas desigualdades entre países desarrollados y países en vías de
desarrollo, alimentadas también por diversas formas de explotación, de opresión y de
corrupción, que influyen negativamente en la vida interna y externa, para así evitar las
nefastas consecuencias de una situación de injusticia de dimensiones planetarias, con
repercusiones negativas incluso en los mismos países actualmente más favorecidos” 136
.
Existen vínculos estrechos entre solidaridad y bien común, destino universal de los
bienes, igualdad entre los hombres y los pueblos y la paz en el mundo. La solidaridad tiene
una dimensión horizontal con los contemporáneos y una vertical o histórica, con las
generaciones que nos han precedido y con las venideras. La solidaridad universal es un
hecho y un beneficio para todos y también es un deber137
.
Pero esos vínculos han de ser pensados y trabajados por los hombres, sin pretender
que la mano invisible a la que se refirió Smith será la que vele por el bien de todos.
Martínez-Echeverría explica que la moral de Smith surge de una supuesta sabiduría de la
naturaleza y no de la sabiduría de Dios: sostiene que como sólo es accesible a Dios la
visión de la perfecta armonía del funcionamiento de las leyes que gobiernan el universo y la
135
JUAN PABLO II, Sollicitudo rei socialis, n. 38. 136
COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, n. 193. 137
Cfr. COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, n. 109.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
63
sociedad, cada individuo, persiguiendo su propio interés de manera intuitiva y sin ningún
tipo de cálculo riguroso, contribuye, sin pretenderlo, al establecimiento de un orden
configurado por una especie de “mano invisible” que llevaría a un bienestar creciente.
“La presentación de la economía como un sistema natural no es algo original de
Smith, pero es indudable que lo llevó a una extensión hasta entonces desconocida. Insistió
en que se trataba de un conjunto de mecanismos que se interrelacionan, y ponen de
manifiesto cómo en la economía todo está relacionado con todo. Un proceso que sale
adelante porque la Naturaleza impulsa a los individuos a seguir sus inclinaciones más
profundas y los lleva hacia el orden, el bienestar y la libertad… Aparece así la nueva
ciencia de la economía política que deja sin sentido la intervención intencional humana o de
la fortuna, y lo pone todo en la “mano invisible” y beneficiosa de la Naturaleza”138
.
La tesis liberal de la mano invisible fue en el fondo una de las piezas importantes
que desataron la agitación de los revolucionarios que preparó el camino a los regímenes
totalitarios del Siglo XX. Después de la crisis económica de los años 30, la teoría de
Keynes ha llevado a fortalecer el Estado de Bienestar que busca crear las bases para el
desarrollo de una economía que contribuya a la justicia social a través del pleno empleo. Si
bien es cierto que en ciertos momentos la intervención del Estado en la vida económica y
social es aconsejable y necesaria, el Estado desconfiando de la iniciativa privada suele
extralimitar sus funciones. Al final, se percibe cómo el problema no es simplemente
económico o político.
Ana Marta González analiza cómo la “reflexión sobre la naturaleza de la sociedad
civil toma un cariz que ya no es puramente sociológico ni político, sino estrictamente
ético”139
, y viene a ser un punto de encuentro entre pensadores liberales, socialistas y
conservadores o comunitaristas. Concluye que los movimientos solidarios son
revolucionarios en dos sentidos. Por un lado porque expresan cómo el sistema vigente que
combina elementos de liberalismo y del Estado de Bienestar, no es suficiente para hacer
frente a las nuevas formas de pobreza y marginación, dentro y fuera de las sociedades de
Occidente; y por otro, porque se alejan de los términos jurídico-políticos de los siglos XIX
138
MARTÍNEZ ECHEVARRÍA, "Del "dios escondido" a la "mano invisible,
http://www.mamechevarria.com/uploads/1/7/6/5/17653977/doc0309.pdf, obtenido el 12 de diciembre de
2015. 139
GONZÁLEZ, ANA MARTA,"Sociedad civil y solidaridad", en V Seminario de Fundaciones y Capítulo 1 El
Voluntariado. Educación para la participación social, ed. A. Bernal Barcelona, 2002, p. 27-51.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
64
y XX para centrarse en un discurso ético que intenta rescatar la naturaleza social del
hombre. Por solidaridad se entiende ahora “una actitud del corazón para la cual no existe
sustituto técnico-político adecuado. Las nuevas formas de marginación no se resuelven
únicamente con decisiones políticas y medidas legislativas”140
.
Ana Marta González entiende que el “auge de los movimientos de solidaridad en
los últimos años constituye uno de los signos más claros y esperanzadores de la renovación
de la sociedad civil. Hemos pasado de ser espectadores pasivos de la pobreza a tomar
conciencia de las posibilidades reales que tenemos de intervenir en el curso de los
acontecimientos sociales”141
. Si existiera una mano invisible en el mercado, ha demostrado
ser insuficiente. Es necesario que el Estado promueva con su mano visible el orden social
justo y que siga funcionando la mano solidaria de la sociedad. Los lugares fundamentales
de la sociedad civil son la familia, las instituciones educativas y las empresas, es allí de
donde deben surgir la cultura del servicio y la solidaridad. La persona libre se mide por su
capacidad de compromiso, ser libre no significa carecer de vínculos; sólo el que tiene
ideales es quien se sabe comprometer a profundidad. Bien ejemplifica este enunciado la
famosa sugerencia de Víctor Frankl, que se llegó a concretar el 15 de abril de 2015, 18 años
después de su fallecimiento:
“Sin embargo, la libertad no es la última palabra. La libertad es una parte de la
historia y la mitad de la verdad. La libertad es la cara negativa de cualquier fenómeno
humano, cuya cara positiva es la responsabilidad. De hecho, la libertad se encuentra en
peligro de degenerar en mera arbitrariedad salvo si se ejerce en términos de responsabilidad.
Por eso yo aconsejo que la estatua de la Libertad en la costa este de los Estados Unidos se
complemente con la estatua de la Responsabilidad en la costa oeste”142
.
La Revolución Francesa vino a poner bajo la lupa la historia política e impuso una
forma de gobierno basada en los principios de “la libertad, la igualdad y la fraternidad”, que
han catapultado el individualismo radical en la sociedad contemporánea. Es necesario
intentar una sociedad en la que merezca la pena vivir. A la tríada revolucionaria “libertad,
igualdad, fraternidad” Álvaro D'Ors propuso una antagónica: “responsabilidad, justicia,
140
GONZÁLEZ, ANA MARTA,"Sociedad civil y solidaridad". 141
IBID. 142
FRANKL, VIKTOR, El hombre en busca de sentido, Barcelona, Herder, 1993, p 165.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
65
paternidad”143
. La responsabilidad le pone un límite apropiado a la libertad, que no puede
ser independiente y absoluta, pues es una facultad que está ordenada para responder. Toda
libertad, tanto la del que gobierna como del gobernado, tiene que tener carácter de
responsabilidad. Toda igualdad tiene carácter de justicia, buscar hacer legítimamente el
bien a cada uno. Toda fraternidad lleva implícita la paternidad: somos hermanos porque
somos hijos. La fraternidad se da entre iguales y para eso es necesario que estén unidos por
algo superior que es la amistad, la confianza. Una voluntad individual es insuficiente para
la unidad. La solidaridad viene a ser la suma de la libertad de cada uno de los que están
decididos a ayudar a los demás, se trata de una libertad potenciada, la de todos unidos que
se dirigen al bien común.
Los compromisos adquiridos exigen la renuncia de aquello que no es compatible
con lo que uno se ha comprometido.
“La humanidad comprende cada vez con mayor claridad que se halla ligada por un
destino único que exige asumir la responsabilidad en común, inspirada por un humanismo
integral y solidario. El progreso material no debe materializar al hombre, sino el hombre
humanizar la técnica y toda la realidad terrena”144
.
143
Cfr. MEDINA CEPERO, JUAN RAMÓN. La Trinomía antirevolucionaria de Alvaro D'Ors, Universitat Ramon
Llull, 2014,
http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/127104/TESIS%20DOCTORAL%20D%C2%B4ORS%20FINAL
%20TOTAL.pdf?sequence=1, obtenido el 2 de diciembre de 2015. 144
COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, n. 6.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
66
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
67
Capítulo 3. El bien común como fin de la Universidad: saber para servir.
“Es un acierto que la Universidad del Istmo haya elegido como lema de su
trabajo el de Saber para servir, porque nos señala ya en qué dirección desea
proyectar sus enseñanzas. Saber para servir es una fórmula breve, pero
caleidoscópica, que muestra muchas perspectivas, luces y aristas: sólo se puede
servir si se sabe, y el que no sabe servir no sabe nada, por mucho que
presuntamente sepa” 145
.
Carlos Llano
1. La universidad como bien común: “destino universal” de la
Universidad
Es de bien nacidos ser agradecidos, reza un popular refrán: nunca la sociedad podrá
agradecer lo suficiente a la Iglesia la fundación de las universidades en la Plena Edad
Media y a tantas, variadas y fructíferas instituciones que a partir de entonces se han
dedicado a la formación de profesionales, a la investigación y la mejora de la sociedad. Si
la universidad ha nacido en el seno de la Iglesia es fácil concluir que la Universidad es un
don, un regalo para la sociedad. La Iglesia tuvo siempre clara la idea de que el bien común
es la primera y última finalidad de la sociedad, de manera que todos los individuos y grupos
intermedios tienen el deber de prestar su colaboración al bien común, que abarca el
conjunto de aquellas condiciones de la vida social con las cuales los hombres, las familias y
las instituciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección146
. Por
otra parte, la persona no puede caer en el error de afirmar que el fin propio del hombre en la
tierra es exclusivamente social o que la sociedad es el fin de sí misma, y que el hombre no
puede esperar otra vida más que la que termina abajo147
.
145
LLANO, CARLOS, "Universidad y Empresa, un modelo de solidaridad", Lección Inaugural Universidad del
Istmo, Guatemala, 1998. 146
Cfr. JUAN XXIII, "Mater et magistra", "Pacem in terris", "Ecclesiam suam", "Populorum progressio". 147
Cfr. PIO XII, "Radiomensaje en el cincuentenario de la encíclica Rerum Novarum 1-VI," 1941.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
68
De otra parte, sin embargo, realidad postmoderna y globalizada ha llevado a la
sociedad civil a oscilar entre el Estado y el mercado. Las instituciones que más influyen en
ella para que se construya el bien común son la familia, las instituciones educativas y la
empresa. A esta realidad se le han dedicado estudios de gran calado. Por ejemplo el
profesor Juan Fernando Sellés dedica una libro a reflexionar sobre los tres agentes de
cambio en la sociedad civil: la familia, la universidad y la empresa148.
Carlos Llano por su
parte en su libro “Sistemas versus Personas” dedica un capítulo a estudiar la situación de la
universidad en la época postmodernista149
.
La Universidad es una institución que ha asumido el compromiso con la sociedad,
Max Weber expuso en su controvertido libro “La ética protestante y el espíritu del
capitalismo” la tesis de que no son sólo las fuerzas materiales y económicas las que
cambian el mundo, sino también las religiosas, y que estas últimas, en el caso de la
sociedad occidental industrial, tuvieron su influjo concreto en dicho sentido.150
Pues bien,
la Universidad es una fuerza que ha cambiado el mundo. La Universidad, sea estatal o
privada, participa de la responsabilidad de compartir los bienes de los que dispone. Cuando
desarrolla sus actividades propias ha de pensar en los beneficiados con ellas, tanto de las
actuales como de las generaciones futuras. Los bienes materiales (muebles e inmuebles),
los intelectuales (conocimientos, tecnologías, propiedad industrial) y los espirituales que se
generan en la universidad han de estar disponibles para que todos se beneficien de ellos. El
saber generado en la Universidad constituye la herencia común de la tradición universitaria
para que pueda gozarse en el presente y se construya sobre ella el futuro.
La universidad no ha de cerrar sus puertas a nadie: todo el que tenga las condiciones
debería poder entrar sin ningún tipo de discriminación. Por ello es conveniente que en las
universidades privadas haya un buen fondo de becas destinadas a aquellos que no cuentan
con la capacidad económica para poder acceder a ella, pero si con la riqueza intelectual y
moral para poder desplegarla.
148
Cfr. SELLÉS, JUAN FERNANDO, Los tres agentes de cambio en la sociedad civil: la familia, la universidad y
la empresa, Madrid, Ediciones internacionales universitarias, S.A., 2013. 149
Cfr. LLANO, CARLOS, Sistemas vrs. Personas. La nueva cultura de la organización, Mc. Graw-Hill, p. 89-
89-111. 150
Cfr. WEBER, MAX, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Barcelona, Península, 1999.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
69
2.La Universidad como Patrimonio de la humanidad
Por Patrimonio Común de la humanidad se entiende todo aquel cúmulo de
patrimonio físico, intelectual y cultural que existe. Seguramente, para conservar ese legado
adquirido por la humanidad a lo largo de los siglos la Unesco ha conferido ese título a
lugares físicos y también a patrimonio inmaterial. Se incluye un importante listado de
sitios específicos del planeta, desde una cueva, hasta una montaña, desde un bosque hasta
un desierto, desde un complejo arquitectónico, hasta una ciudad. “El objetivo del programa
es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional
para la herencia común de la humanidad. Bajo ciertas condiciones, los sitios mencionados
pueden obtener financiación para su conservación del Fondo para la conservación del
Patrimonio de la Humanidad. Al año 2015, el catálogo consta de un total de 1031
Patrimonios de la Humanidad, de los cuales 802 son culturales, 197 naturales y 32 mixtos,
distribuidos en 163 países151
. Por otro lado la Unesco define el patrimonio oral e inmaterial
como "el conjunto de creaciones basadas en la tradición de una comunidad cultural
expresada por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las
expectativas de una comunidad en la medida en que reflejan su identidad cultural y
social”152
. En el amplio listado se encuentra aspectos tan variados como la lengua y la
literatura; la música y la danza, los juegos y los deportes; tradiciones culinarias, los rituales
y mitologías.
Aunque no aparecen en ese listado el “Gaudemus Iigitur”, las vestes académicas
universitarias, el protocolo de investidura de doctores, y otras muchísimas tradiciones que
giran en torno a la vida universitaria, es indudable que la vida de un país, que se entreteje
de la vida de las familias, no es ajena a las graduaciones, a las celebraciones de
aniversarios de las fundaciones de las universidades y otros muchos símbolos que dan
unidad a la vida universitaria y a las sociedades: desde las distinciones académicas, pasando
por la bandera, el escudo, el himno y llegando a la mascota que viene a ser un símbolo de
unidad en los torneos universitarios, por citar unos pocos ejemplos.
151
UNESCO, Convention concerning the protection of the world cultural and natural heritage, 2015,
http://whc.unesco.org/archive/2015/whc15-39com-19-en.pdf, obtenida el 2 de diciembre de 2015. 152
UNESCO, Issues first ever proclamation of masterpieces of the oral and intangible heritage, 2001,
obtenida el 6 de noviembre de 2015
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
70
La propiedad privada no es absoluta y por eso debe ser compartida. No es pequeña
la gran polémica que se ha generado en torno a los derechos de autor y sobre todo el
tiempo de las patentes médicas. En algunos países las personas sufren e incluso
mueren por no tener acceso a medicina y tratamientos que ya han sido inventados en
países desarrollados que no ponen a disposición sus avances científicos o lo hacen con
altos precios y limitantes. Los nuevos conocimientos técnicos y científicos han de
ponerse también al servicio de las necesidades de toda persona humana, para que pueda
aumentarse gradualmente el patrimonio común de la humanidad. La plena actuación del
principio del destino universal de los bienes requiere acciones e iniciativas programadas por
parte de todos los países: “Hay que romper las barreras y los monopolios que dejan a tantos
pueblos al margen del desarrollo, y asegurar a todos —individuos y Naciones— las
condiciones básicas que permitan participar en dicho desarrollo”153
.
La Universidad es un producto de la sociedad y ha de estar en función de ella: se
desvirtuaría si se encerrara en ella misma y no se abriera al servicio de la sociedad. Existe
una cercana comunicación entre enseñanza, investigación y servicio a la sociedad.
Alejandro Llano lo refleja muy bien en una breve frase de su libro “Repensar la Sociedad
cuando dice que: “(…) si no estuviera al servicio de la sociedad y decididamente abierta a
ella, la Universidad perdería su interno sentido”154
. En palabras de San Josemaría Escrivá:
“No hay Universidad propiamente dicha en las escuelas donde, a la transmisión de
los saberes no se una la formación enteriza de las personalidades jóvenes. No hay
universidad si no hay forja de personas, promoción de hombres capaces de asumir su
vocación y cuanto de ella dimana”155
.
3. El telos de la universidad: servir
Para el pensamiento aristotélico todo tiene una finalidad, su pensamiento es siempre
teleológico. La “polis” tiene como fin primordial promover la virtud y la felicidad de sus
153
IGLESIA CATÓLICA. PAPA (1978-2005: JUAN PABLO II) Y JUAN VERDOY, Carta encíclica "Centesimus
Annus", n.35. 154
LLANO, Repensar la Universidad , 2003, p. 17, 61. 155
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, "Discurso en Ceremonia de Investidura del Grado de Doctor Honoris
Causa" (Universiad de Navarra, Pamplona, 28 de noviembre de 1966.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
71
miembros. Pues bien, la universidad también tiene un fin que es un compromiso: servir a la
verdad. Si se olvida de él –como es hoy el caso frecuentemente- ya no es una Universidad:
si se le añaden otros fines armónicamente integrados, la Universidad se enriquece. Puede
formar profesionales, difundir cultura, investigar., Lo más propio del hombre, lo que los
distingue de los demás seres es la actividad racional, pero la universidad y cada persona que
allí convive, no puede limitar sus inquietudes a un horizonte abstractamente académico.
San Josemaría afirma que:
«La Universidad no vive de espaldas a ninguna incertidumbre, a ninguna inquietud,
a ninguna necesidad de los hombres. No es misión suya ofrecer soluciones inmediatas.
Pero, al estudiar con profundidad científica los problemas, remueve también los corazones,
espolea la pasividad, despierta fuerzas que dormitan, y forma ciudadanos dispuestos a
construir una sociedad más justa. Contribuye así con su labor universal a quitar barreras que
dificultan el entendimiento mutuo de los hombres, a aligerar el miedo ante un futuro
incierto, a promover —con el amor a la verdad, a la justicia y a la libertad— la paz
verdadera y la concordia de los espíritus y de las naciones156
».
La sociedad no sería lo mismo sin las universidades; para mejorar necesita de ellas
pues ellas son un bien común para la humanidad. “La sociedad es como una telaraña, y
cualquier vibración de ella se transmite, para bien o para mal, a todo el conjunto. Somos
hilos de esta telaraña, pero también somos tejedores de la misma”157
. La universidad es una
institución que ha sabido hacer vibrar a la sociedad a lo largo de sus nueve siglos de
historia, durante los cuales ha ejercido un “menester social” fundamental: “es el más claro
instrumento de renovación social y perfección de la vida en sociedad desde la perspectiva
de los valores humanos y naturales”158
. Antonio Millán Puelles destaca la importancia de la
Universidad para el bien común:
“Si alguien seriamente se pregunta cómo puede servir al interés general de modo
que éste quede perfilado en un objetivo bien concreto, se le podría responder, sin duda
alguna, que existe una institución donde el interés general se hace patente en una forma
inequívoca y en esencial relación con los valores de la iniciativa privada. Esta institución es
la Universidad. (…) La Universidad es, por lo pronto, el más claro instrumento de
156
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, "La Universidad ante cualquier neesidad de los hombres", San
Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, 1972, p. 98. 157
DÁVILA, ALVARO, "Organización basada en la Responsabilidad Social." Gestión Internacional 2011, p.
23-25, cic.corhuila.edu.co/sitio/index.php/.../revista-gestion-internacional?, obtenida el 15 de diciembre de
2015. 158
MILLÁN PUELLES, Universidad y sociedad, 1976, p. 34.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
72
renovación y perfección de la vida social desde el punto de vista de los valores humanos
naturales. No hay en este sentido, un factor de progreso más eficaz que la Universidad y
cuyas consecuencias sean tan amplias en sus diversas repercusiones e inflexiones para el
hombre de nuestros días”159
.
Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate expone las oportunidades que la
sociedad presenta y que vienen muy bien para la reflexión que ahora se desarrolla:
“Los aspectos de la crisis y sus soluciones, así como la posibilidad de un futuro
nuevo desarrollo, están cada vez más interrelacionados, se implican recíprocamente,
requieren nuevos esfuerzos de comprensión unitaria y una nueva síntesis humanista. Nos
preocupa justamente la complejidad y gravedad de la situación económica actual, pero
hemos de asumir con realismo, confianza y esperanza las nuevas responsabilidades que nos
reclama la situación de un mundo que necesita una profunda renovación cultural y el
redescubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor. La crisis
nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de
compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas. De este
modo, la crisis se convierte en ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo.
Conviene afrontar las dificultades del presente en esta clave, de manera confiada más que
resignada”160
.
Esa renovación cultural ha de partir en gran medida del seno de las universidades,
que han de formar a sus estudiantes, futuros dirigentes de los países y empresas para que el
principio de gratuidad y la lógica del don sean cada vez más extendidas en la sociedad161
.
Entender qué es el hombre, qué es la sociedad y cómo actúa el hombre en sociedad es una
tarea propia de la Universidad. Si bien es cierto que la sociedad está deseosa de médicos
que sepan de cirugía, de ingenieros que construyan buenos puentes, de arquitectos que
encuentren soluciones a las complejas problemáticas urbanísticas, el sólo saber practicar
esa profesión no es la misión de la universidad, en todo caso lo sería de una escuela técnica.
García Garrido lo expone afirmando que “baste añadir que esa formación intelectual que se
considera como objetivo primero de la actividad universitaria es, en efecto, prioritariamente
intelectual, y sólo en segundo plano profesional. Si por el contrario aborda lo profesional en
159
MILLÁN PUELLES, Universidad y sociedad, p. 35. 160
BENEDICTO XVI, Caritas in veritate: carta encíclica, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2009, n.
21. 159
BENEDICTO XVI, Caritas in veritate: n. 36.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
73
primer plano, se desnaturaliza”162
, y Millán Puelles lo concreta diciendo que de “la
universidad salen, no solo la tecnología para la vida material, sino también los futuros
dirigentes de la sociedad”. La universidad tiene un sitio privilegiado en una comunidad
política, puesto que “es un órgano imprescindible de conservación de los valores
permanentes del espíritu”163
.
Como se ha apuntado la institución universitaria nació en el seno de la Iglesia
Católica y desde su génesis ha creado una tradición de irradiación del conocimiento para el
bien común de la humanidad. La universidad de Bolonia y la de París, así como Salamanca
y todas las iniciales, contaban entre sus estudiantes a un buen grupo de becados y las
facultades con las que iniciaron, eran las básicas para resolver los problemas que la
sociedad le presentaba: el fortalecer la fe de todos, curar las enfermedades y desenredar
entuertos que surgían en la sociedad. La Universidad nunca ha estado cerrada en sí misma.
Como la Iglesia está llamada a permanecer en continua comunicación con la sociedad a la
que busca servir a través de los profesionales que prepara y del estudio de soluciones a los
problemas que la sociedad presenta. Como institución tiene un compromiso con la
sociedad, una hipoteca social como enseña la Doctrina Social de la Iglesia cuando se refiere
al principio del destino universal de los bienes. La propiedad de los nuevos bienes, fruto
del conocimiento, de la técnica y del saber, resulta cada vez más decisiva, porque en ella
«mucho más que en los recursos naturales, se funda la riqueza de las Naciones
industrializadas164
”.
Ricardo Gaete explica cómo el concepto de responsabilidad social se ha
desarrollado vinculando a las empresas y a la relación entre la sociedad y los negocios,
como una manera de lograr que las organizaciones empresariales se planteen nuevas
responsabilidades, más allá de las cuestiones estrictamente relacionadas con la
maximización de las utilidades o beneficios para los dueños o accionistas de las mismas165
.
El movimiento de la Responsabilidad Social también ha llegado a la universidad,
162
GARCÍA GARRIDO, JOSÉ LUIS, "Futuro de la Universidad o Universidad del futuro," 2009,
http://institucional.us.es/fuentes/gestor/apartados_revista/pdf/firma/spmnmbbi.pdf, obtenido el 30 de octubre
de 2015. 163
MILLÁN PUELLES, Universidad y sociedad, p. 36. 164
JUAN PABLO II, "Centesimus Annus"Juan Pablo II. Centesimus annus, n. 25. 165
Cfr. GAETE QUEZADA, RICARDO. "Responsabilidad social universitaria." Universidad de Valladolid, 2015,
https://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/923/1/TESIS148-120417.pdf, obtenido el 30 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
74
recordando hasta qué punto cumple su misión, porque la Responsabilidad Social es un
aspecto propio de la Universidad que está orientada a servir a la sociedad desde la ciencia, la
investigación y el conocimiento; de ahí se deduce que la Responsabilidad Social
Universitaria es inherente a la naturaleza y misión de la universidad166
.
La dignidad inalienable de todo ser humano lo hace acreedor a los bienes terrenos
necesarios para su desarrollo, y la natural sociabilidad humana muestra que nadie es ajeno
al bien de los demás. Se ha de promover y respetar el derecho a la propiedad privada y su
hipoteca social, promoviendo el acceso de todas las personas a la propiedad, de modo que
cada persona y familia posea algunos bienes como propios.
El que tiene la oportunidad de poseer bienes ha de ponerlos al servicio de los demás.
Si se tiene esa propiedad, consecuencia lógica de la ley natural, es para favorecer la calidad
de vida de las personas que trabajan en la empresa, para promover la paz, para mejorar las
relaciones personales y familiares. Desde que la Doctrina Social de la Iglesia utilizó el
término “hipoteca social” para explicar a los empresarios y dueños de propiedad privada
que tenían una responsabilidad social por el bien que tenían en propiedad, se despertó una
inquietud entre los liberales e individualistas, mientras que suscitó mejor acogida por parte
del socialismo y marxismo. Este extremo fue más fuerte en América Latina en donde la mal
llamada Teología de la Liberación se adueñó del término y del concepto de opción
preferencial por los pobres para llamar a la guerra de guerrillas que ensangrentó a tantos
países.
La la propiedad privada es derivada de la libertad humana, pero ha de estar
orientada al bien común, pues los bienes “aseguran a cada cual una zona absolutamente
necesaria para la autonomía personal y familiar y deben ser considerados como ampliación
de la libertad humana (...) al estimular el ejercicio de la tarea y de la responsabilidad,
constituyen una de las condiciones de las libertades civiles”167
.
Y así, aunque nunca se ha puesto en duda que la propiedad privada es un elemento
esencial para la elaboración de políticas económicas auténticamente sociales y
166
Cfr. PAÍS, RED UNIVERSIDAD CONSTRUYE, Responsabilidad Social Universitaria en Chile, 2015.
http://www.rsuchile.cl/, obtenida el 10 de noviembre de 2015. RSRChile es una Red Universidad Construye
País es una agrupación de Universidades cuyo objetivo principal es el fortalecer el concepto y la práctica de la
Responsabilidad Social Universitaria. 167
CONCILIO VATICANO II, "Gaudium et spes, n.71.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
75
democráticas que brindan la garantía para un recto orden social168
, han de estar a la
disposición de todos porque la propiedad privada no es absoluta y debe ser compartida169
.
“La actual fase histórica, poniendo a disposición de la sociedad bienes nuevos, del
todo desconocidos hasta tiempos recientes, impone una relectura del principio del destino
universal de los bienes de la tierra, haciéndose necesaria una extensión que comprenda
también los frutos del reciente progreso económico y tecnológico. La propiedad de los
nuevos bienes, fruto del conocimiento, de la técnica y del saber, resulta cada vez más
decisiva, porque en ella «mucho más que en los recursos naturales, se funda la riqueza de
las Naciones industrializadas”170
.
El reto de la Universidad de ahora, sigue siendo el mismo que asumieron los
primeros profesores universitarios en el siglo XIII. Los jóvenes universitarios están
llamados a configurar el futuro de la sociedad. Se trata de una generación nacida y crecida
en un entorno muy diferente al de la mayoría de sus profesores que conlleva un esfuerzo
para entender su cosmovisión. La universidad sigue estando llamada a configurar la
civilización y a orientar los valores, normas, costumbres.
En España la tasa neta de escolarización universitaria entre 18 y 24 años continúa
con su tendencia creciente y se sitúa en el 28,6% (en el curso 2008-09 era del 23,8%). Estos
resultados son la consecuencia del incremento del número de estudiantes universitarios, en
los últimos años, en ese tramo de edad y, a su vez, la reducción de la población entre 18 y
24 años171
.
Por el contrario, las cifras presentadas en el informe de la UNESCO en el que
presenta la Situación Educativa de América Latina y el Caribe para el 2015, muestran que
en América Latina aún queda mucho por avanzar en esta materia, por cuanto sólo uno de
cada 10 jóvenes de 25 a 29 años de edad había completado cinco años de educación
superior en 2010. En este ciclo, nuevamente las diferencias entre los países de la región son
muy marcadas, tanto en el nivel actual (desde Argentina con 23% de jóvenes con terciaria
168
Cfr. COMISIÓN PONTIFICIA JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, p.130. 169
Cfr. LEÓN XIII, Rerum novarum: carta encíclica, p.102. 170
JUAN PABLO II, Centesimus Annus, n. 25. 171
Cfr. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE, datos básicos del sistema universitario español,
2013, http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/dms/mecd/prensa-mecd/actualidad/2014/02/20140213-datos-
univer/datos-cifras-13-14.pdf, obtenida el 7 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
76
completa hasta República Dominicana, con 3%)172
. En México, en lo que respecta al egreso
a nivel licenciatura, los informes de septiembre de 2014 señalan que pese a un aumento del
6 por ciento, menos de tres de cada 10 jóvenes de 25 a 34 años concluirá su formación
universitaria, frente a una media de las naciones miembros de la OCDE de 39 por ciento173
.
En un país como Guatemala, ser universitario es un privilegio del que goza menos del 2%
de la población.
Es notorio el aporte de la Universidad a la civilización. Últimamente ante la brecha
cada vez más grande en la sociedad actual dada la riqueza mal distribuida y ante el deterioro del
planeta muchas empresas han asumido el compromiso o hipoteca que tienen contraída con la
sociedad. Esa corriente ha llegado a las universidades y algunas han desarrollado un plan
estratégico institucional que tiene como un eje importante la responsabilidad social
universitaria, otras han creado departamentos y significativos fondos para este propósito.
No se debe suponer que la Universidad, por su razón de ser, ya es de hecho
responsable socialmente y menos aún pensar que la acción social o la extensión
universitaria, ellas solas, pueden asumirse como las abanderadas de la responsabilidad social
y ambiental de la institución. Y aun menos si se toma en cuenta los términos que se usan
formalmente en la actualidad, donde organizaciones como la ISO –International
Standarization Organization-, ya dispone de la Normas, como la Norma Internacional
26000, donde se establecen directrices para guiar a todo tipo de organizaciones a operar de
manera socialmente responsable (ISO, 2010), que imponen sin embargo cargas poco
orientadas a los fines formativos de la universidad, especialmente si se tiene una visión
cristiana en su ideario.
La responsabilidad social no es solamente una moda, y es importante aprovecharla
como una oportunidad para la innovación académica e institucional, una oportunidad para
fomentar la congruencia entre el pensar y el hacer, que favorezca la adecuación de la oferta y
172
UNESCO, Situación Educativa de América Latina y el Caribe, 2015.
http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/situacion-educativa-mexico-
2013.pdf, obtenida el 30 de noviembre de 2015,
http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/situacion-educativa-mexico-
2013.pdf, obtenida el 7 de septiembre de 2015. 173
Cfr. POY SOLANO, LAURA, "Permanece México en últimos lugares de la OCDE." Sociedad y Justicia, 7 de
septiembre de 2014, http://www.jornada.unam.mx/2014/09/07/sociedad/032n2soc, obtenida el 12 de
noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
77
pertinencia académica hacia la sociedad y desde un enfoque complementario que
contribuya a una visión más integral y actualizada. 174
4. El ethos de la universidad: su identidad
Con la experiencia de directivo y profesor universitario, Alejandro Llano ha
expuesto que:
“Más difícil que inaugurar una institución y lograr que alcance su normal
funcionamiento es conseguir que mantenga su altura y vitalidad a lo largo de muchos años.
Porque parece inevitable la tendencia al cansancio y al decaimiento de casi todos los
empeños humanos. El inicio de los proyectos comunes va acompañado por la ilusión de los
ideales recién estrenados. Y ese mismo impulso inaugural puede empujar a que ganen su
sazón e incluso un estado de plenitud. Pero casi siempre llega un momento histórico en que
todas las posibilidades interesantes se manifiestan como ensayadas y la única perspectiva
posible es la repetición y la rutina, la resistencia ante un implacable desmoronamiento que
veladamente acecha”175
.
El reto es conseguir mantener la fidelidad a los principios fundacionales a lo largo
del tiempo. La tradición proyectada a través del tiempo es signo de que la identidad ha
echado raíces. Hannah Arendt en las reflexiones vertidas en su ensayo “Entre el pasado y
el futuro” explica que en Roma lo que prevalecía para pertenecer al Senado no era la
sabiduría sino la mayor proximidad al origen de la fundación de Roma, para que la
tradición de gobierno original no se perdiera, lo que garantiza la fidelidad al principio
fundacional en esta época señalada por los cambios176
.
Los estudiantes van fraguando una identidad en su “alma mater”, un conjunto de
rasgos propios. Pero el ideario por sí sólo no garantiza la identidad de la universidad. Este
174
Cfr. ESKENASY, ANA MARÍA, Alianzas Estratégicas, responsabilidad social empresarial y su imparcto en
los sectores más pobres de Guatemala, Madrid, Universidad Pontificia de Salamanca, 2010; y CABALLERO
FERNÁNDEZ, G., La importancia de los takeholders de la organización: Un análisis empírico aplicado a la
empleabilidad del alumnado de la universidad española. Investigaciones Europeas de Dirección y Economía
de la Empresa, España, 2007, Vol. 13, N° 2, p. 13 – 32. 175176
Cf. ARENDT, HANNAH, Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios de reflexión política,
Barcelona, 2003, p. 193-215. 175176
Cf. ARENDT, HANNAH, Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios de reflexión política,
Barcelona, 2003, p. 193-215. 176
Cf. ARENDT, HANNAH, Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios de reflexión política, Barcelona,
2003, p. 193-215.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
78
debe ser interiorizado desde los directivos hasta la última persona contratada. Ha de
traducirse a la estructura organizativa y en las políticas y prácticas culturales.
La cultura se caracteriza por “estar haciéndose siempre”, es decir, no es algo que se
consigue y se posee en forma estática, sino que es necesario vivirla para perfeccionarla. Se
puede aplicar la misma idea para el bien común, nunca se puede considerar perfectamente
alcanzado, porque se requiere hacerlo vida cada día para que una vez arraigado en la cultura
se ejercite en los detalles más menudos. Las ideas contenidas en el ideario necesitan ser
cultivadas, solo cabe una actitud permanentemente abierta y perfectible, que ha de estar
haciéndose siempre. La identidad de la universidad con el bien común se conforma todos
los días con la manera de trabajar, de enfocar los problemas, de estar con los demás. Debe
existir un esfuerzo para que se traduzca en convicciones que hagan vida el compromiso de
servicio de la universidad con la verdad.
Hacer vida la cultura institucional no es algo sencillo para la sociedad posmoderna
que no valora lo consistente, que suele quedarse en lo superficial y gozar el momento.
Bauman ha propuesto como figura prototipo de la identidad moderna la del peregrino que
gusta de la reflexión y la coherencia; y como figura de la sociedad postmoderna la del
turista177
.
Charles Taylor considera razonable que las personas se identifiquen por sus
relaciones de grupo: “si la identidad constituye un horizonte moral que me permite situarme
en el registro de lo importante, es de prever que las personas vayan a definirse en parte por
lealtades morales y universales (soy católico, comunista, liberal, y así sucesivamente)”178
.
También piensa que la historia de los grupos ayuda a la cohesión, pero que las identidades
son complejas: “La mayoría de nuestros contemporáneos tienen identidades complejas
constituidas en parte por estas lealtades universales y en parte por formas de pertenencia
histórica. Tanto más normal resulta que estas últimas desempeñen un papel importante en
la identidad que se define en intercambio con los otros significativos, que son a menudo
nuestros congéneres en el grupo en cuestión”179
.
177
Cf. BAUMAN, ZIGMUT, De peregrino a turista, o una breve historia de la identidad, Buenos Aires,
2003, p. 40- 68. 178
TAYLOR, CHARLES, "Conferencia impartiada en el Centro Cultural Internacional de Cerisy " presentado en
Identidad y reconocimiento, La Salle, Francia, 1995, p. 15. 179
TAYLOR, CHARLES, "Conferencia impartiada en el Centro Cultural Internacional de Cerisy ", p. 15.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
79
La identidad se identifica con el “ethos” entendido como el conjunto de rasgos y
modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una
comunidad180
. Los griegos utilizaban dos vocablos muy parecidos: ethos y êthos,; por el
primero entendían costumbre y por el segundo la predisposición para hacer el bien, lo que
se traduce como ética. Los romanos no pudieron diferenciarlos lingüísticamente y los
tradujeron como uno sólo moralis. Por eso en castellano, cuando se trata ahora de
diferenciar la ética de la moral, se fuerza el lenguaje.
Juan Manuel Mora expone que “los portavoces y voceros de la institución son el
conjunto de personas que la integran, quienes imprimen un estilo, y convierten la identidad
en cultura vivida”181
. La identidad de una institución se formula de manera explícita, se
manifiesta en la cultura corporativa, se expresa en su discurso público y se proyecta hacia el
exterior, para reflejarse, finalmente en la imagen percibida182
. El ideario debe meditarse,
acogerse, vivirse en toda la universidad y para esto es necesario comunicarlo de modo
informativo, reflexivo y formativo para promover coherentemente el bien común.
Como la identidad de la universidad tiene carácter público ha de ser transmitido
oportunamente. En todas las dimensiones, internas y externas, la labor de comunicar la
función del bien de la sociedad propia de la universidad ha de plantearse de modo orgánico,
coherente, bien pensando. No puede dejarse a la improvisación183
.
La comunicación interna es la primera fase de la comunicación: profesores,
alumnos, graduados, benefactores, familias, colaboradores de la universidad, proveedores,
tienen derecho a ser informados sobre el ideario y sobre las actividades y proyecciones de
la universidad. Es necesario informar adecuadamente a los stakeholders o grupos de interés
a quienes de alguna manera afectan las decisiones o actividades que realizan que a la vez
repercuten en la gestión de la universidad.
La universidad con su discurso puede mover a actuar con miras al bien común a los
distintos públicos a los que llega su mensaje: las empresas e instituciones en las que los
estudiantes realizan prácticas profesionales o las instituciones donde los estudiantes
180
Cfr. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Dicionario de la lengua española, 2015,
http://dle.rae.es/?w=ethos&o=h, obtenido el 6 de noviembre de 2015. 181
Cfr. MORA, JUAN MANUEL, "Universidades de inspiración cristiana: identidad, cultura, comunicación,"
Romana, Boletín de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, 2012. 182
Cfr. MORA, J.M. , Diez ensayos sobre Comunicación Institucional, Pamplona, EUNSA, 2009. 183
MORA, Diez, ensayos sobre Comunicación Institucional.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
80
desarrollan proyectos solidarios que vienen a colaborar directísimamente en su formación
profesional; empresas y otras instituciones educativas con las que se tienen acuerdos
internacionales; los graduados, a quienes interesa seguir fortaleciendo en los valores
contenidos en el ideario y que probablemente pasen a formar parte del cuerpo docente; a los
amigos y benefactores que ayudan económicamente al sostenimiento de la construcción de
nuevas sedes, dotación de laboratorios, proyectos de investigación, a las becas de
estudiantes y de profesores; a los proveedores, especialmente los que prestan servicios que
implican relación directa con otros miembros de la comunidad académica, como los
empleados de empresas subcontratadas para la limpieza, la seguridad, servicios de
alimentos, personas que llegan a tener relación frecuente e importante influencia con los
miembros de la comunidad.
Por otro lado, se encuentran los públicos externos que son de especial interés, los
potenciales estudiantes y sus familias que tienen un papel determinante en la elección de la
universidad en la que estudiarán sus hijos, los posibles donantes, universidades e
instituciones educativas y culturales, nacionales e internacionales, autoridades públicas, en
especial las municipales con quienes se tiene mayor relación, los medios de comunicación,
creadores de opinión y la sociedad en general.
Las universidades tienen en común muchas cosas: la ciencia, la técnica, el software,
pero hay un diferenciador potente en las universidades con cultura cristiana, que procura
dar “ciencia con conciencia”, añadir a la ciencia, su razón de ser en la búsqueda de la
verdad, pero que solo será verdad si responde a la dignidad de la naturaleza de las cosas,
del hombre y del mundo creado y eso supone el estudio de las humanidades.
5. La Universidad y la sociedad civil
El conjunto de universidades de un país ayudan a configurar el complejo entramado
de la sociedad, esa agrupación natural o pactada de personas que forman una comunidad
que mediante la mutua cooperación, busca alcanzar todos o algunos de los fines de la vida.
La índole naturalmente social del ser humano se refleja en la familia y en la sociedad civil,
en la que se integran la pluralidad de las familias y se satisface la tendencia humana a la
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
81
convivencia. Millán Puelles explica que la perspectiva social del hombre traspasa las
fronteras de la familia. La sociedad civil además de tener un ámbito más extenso, está
dotada de una plenitud social que le es imposible a la familia184
. En la sociedad civil
intervienen un sin número de instituciones estatales y privadas, nacionales y
transnacionales, que dotan a las personas de las condiciones para su bienestar espiritual y
material. Rafael Alvira apunta que “es sabido que hay una amplia discusión científica
acerca del significado exacto del concepto de sociedad civil, de su origen histórico y de su
vigencia actual. No hay duda, se tome la posición que se quiera en la señalada discusión, de
que la noción de sociedad civil ha vuelto a primer plano, y de que se asienta cada vez
más”185
. Se puede añadir que tampoco cabe duda de que, tanto en lo que históricamente es
la modernidad como en nuestra situación actual, la universidad es una institución clave en
la sociedad. Además de preparar a los profesionales, hacer investigación e influir en la
cultura, genera un número nada despreciable de empleos en una ciudad, ya sea
directamente o a través de los servicios que le son provistos de manera que le da un
impulso a la economía. Las universidades estatales suelen tener una dotación importante
del presupuesto general de la Nación. En Guatemala por ejemplo es el cinco por ciento por
decreto constitucional. Cuando una universidad construye un campus, se mejora la
plusvalía de los alrededores, da trabajo a un buen grupo de constructores y empresas que
dotan de los servicios necesarios para la construcción: arquitectos, ingenieros, electricistas,
proveedores de servicios, de seguridad, etc. Por otro lado las relaciones internacionales
generan mayores servicios de transporte, hospedaje, turismo y consumo en general. Muchas
ciudades se han ido configurando alrededor de las universidades y son ellas quienes les han
dotado de identidad y las mayores empleadoras en algunos casos. En un discurso de San
Josemaría en 1960 en la capital de Navarra comentaba que:
“…El mayor enemigo de Dios es la Ignorancia… Por eso quiero que los míos den
la batalla de la doctrina…De este modo, prestamos un servicio a la Iglesia, a la Patria y un
servicio también, muy grande, a esta ciudad. No quepa duda: hoy, Pamplona, es más
conocida en el mundo por su Estudio General que por los “sanfermines”, con ser estos muy
184
Cfr. MILLÁN PUELLES, ANTONIO, " Sociedad Civil", Léxico Filosófico, Madrid, Ediciones Rialp, S.A.,
2002, p. 531. 185
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "La empresa en la sociedad." Empresa y Sociedad Civil 2004,
http://www.iberdrola.es/fundiber/9_10_03_rafael_alvira.htm#Cabeza%20Pagina, obtenido el 21 de diciembre
de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
82
célebres. Son muchos ya los estudiantes de los más variados países que se han formado
aquí, y seguirán viniendo cada vez más; y, al volver a sus tierras, se dejan entre los muros
de piedras … un jirón de su alma, que les sigue llamando dondequiera que estén”186
.
En este mundo que le da tanta importancia a los rankings, existe ahora uno
dedicado a medir cuáles son las ciudades universitarias mejores del mundo, conocido como
Times Higher Education World Education.187
La evaluación no gira sólo en función de
criterios académicos y profesionales, porque el estudiante se forma no sólo con los
profesores y los libros sino también gracias a la cultura y las relaciones que hará propias en
esa universidad. Londres encabeza el listado con 9 universidades muy bien renqueadas que
reúne a 100.000 estudiantes extranjeros (el 25%) de la población universitaria total188
.
Rafael Alvira explica que en toda sociedad se da una articulación de tres elementos
que van relacionándose y que configuran una sociedad: los trascendentales, las categorías y
las instituciones sociales. Cada uno de los elementos se da lógicamente en la universidad
que según su origen, ideario, antigüedad, población, tamaño, país y región va configurando
la cultura propia e impactando en la de la región en la que se sitúa geográficamente. La
Universidad ha de formar a sus estudiantes en cada uno de esos elementos y así los
egresados podrán tomar conciencia de cómo la sociedad está organizada y cómo pueden
influir en su entorno a corto, mediano y largo plazo189
.
Leibniz no tenía razón al declarar que éste es el mejor de los mundos posibles,
porque en un mundo perfecto el hombre no tendría razón de ser. El hombre con su trabajo
es capaz de perfeccionar el mundo, es capaz de superarse y esa esperanzada apertura ayuda
a configurar un mundo mejor. El pasado condiciona, pero la visión de futuro es un motor
poderoso que impulsa al desarrollo, dado que la persona es un ser de proyectos, y no le es
propio estar definitivamente satisfecho con el modo de ser de las realidades culturales y
186
REQUENA, FEDERICO Y JAVIER SESÉ, Apuntes para la historia del Opus Dei Madrid, Editorial Ariel, 2002,
2ª Ed. pp.104-105. 187
Cfr. EDUCATION, TIMES HIGHER, World University Rankings 2013-14, 2015.
https://www.timeshighereducation.com/world-university-rankings/2014/world-ranking#!/page/0/length/25,
obtenida el 21 de diciembre de 2015. 188
Cfr. SL, SCHOOL MARKET, Las mejores ciudades universitarias del mundo, 2015.
http://www.schoolmarket.es/blog/las-mejores-ciudades-universitarias-del-mundo/, obtenida el 21 de
diciembre de 2015. 189
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Educación Política." Educación y ciudadanía en una sociedad democrática, Eds.
Rafael Alvira, Concepción Naval et al, Editorial Encuentro, Madrid, 2006, p. 81-89.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
83
sociales. Juan Pablo II invita “a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el
presente y a abrirnos con confianza al futuro”190
.
a. Las Instituciones Sociales y la Universidad.
Rafael Alvira en un artículo titulado “Fundamentos del Gobierno en la política, la
economía y los medios de comunicación” explica que las instituciones se caracterizan por
ser particularmente estables, permanentes y significativas. Como toda institución social, la
universidad es una cristalización de la vida social. Las instituciones encierran en sí la
inmensa riqueza de lo social. Si uno no nace o crece en instituciones no puede relacionarse,
cultivarse. Cada institución es un cultivo de un aspecto de la vida natural. Para calibrar el
nivel, la temperatura de una sociedad, hay que evaluar el nivel de desarrollo de sus
instituciones. Las instituciones cumplen en la sociedad el mismo papel que cumplen las
virtudes en lo personal. Las instituciones son virtudes sociales: nos dan fortaleza para
hacer bien las cosas. Apunta que “las Instituciones juegan en la sociedad el mismo papel
que en el individuo las virtudes. Ellas potencian la actividad, abren a la sociedad hacia
nuevas posesiones. Dan firmeza, estabilidad y perfección al obrar social, igual que la
virtud da firmeza, estabiliza y perfecciona el obrar individual”191
.
“Las Instituciones -y la Universidad es una institución- son cristalizaciones sociales
y a la vez nudos de la red social. En cuanto cristalizaciones encierran en sí todo lo que es la
sociedad: poseen una historia, una forma de civilidad, una educación, una cultura. Son, en
cierto sentido, la sociedad completa en pequeño, lo que los antiguos solían denominar un
microcosmos. Por otra parte, en cuanto nudos de la red social son piezas imprescindibles
para la articulación de ella. Las instituciones juegan el mismo papel en la sociedad que las
virtudes en la persona individual (…) Y eso es lo que hacen las instituciones en la
sociedad”192
.
190
JUAN PABLO II, Novo Millennio Ineunte, 2001, n.1. 191
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Fundamentos del gobierno en la política, la economía y los medios de
comunicación," España, 2012, n.12, http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/12475/1/PD_12_03.pdf, obtenido
el 5 de noviembre de 2015, 192
ALVIRA, RAFAEL, "La Universidad en su idea y en su historia", Lección Inaugural UNIS 2013.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
84
b. Los Trascendentales Sociales y la Universidad
Por trascendentales sociales Alvira entiende conceptos que reflejan el ser de
cualquier sociedad en el ámbito de la máxima amplitud. Diferencia lo que es trascendente
de lo trascendental: trascendente es una realidad que supera al hombre, algo que está “más
allá”: en su máxima expresión es Dios. Resume en cuatro los grandes conceptos
trascendentales cuya base está en la persona y que se integran en la sociedad. La persona
humana se estructura según cuatro dimensiones: vive en un espacio, en un tiempo, y tiene
más que ningún otro ser de este mundo interioridad y exterioridad. Estas dimensiones se
muestran en la sociedad como civilización, historia, educación y cultura respectivamente.
Cada uno de estos conceptos trascendentales propios de la sociedad se da en la
Universidad. De una manera muy resumida se pueden explicar cada uno de estos conceptos
transcendentales.
Cuadro de los Trascendentales Sociales según Rafael Alvira
Conceptos
trascendentales
Niveles aplicados
a la sociedad
Espacio Civilización
Tiempo Historia
Interiorización Educación
Exterioridad Cultura
El primero de los conceptos trascendentales es el espacio. El ser humano tiene
varios niveles en el espacio y en el tiempo. Los sentidos están espiritualizados por el alma.
Los animales captan el espacio físico, pero el ser humano percibe muchos espacios: el
espacio psicológico, intelectual, político, espiritual, etc. Esta dimensión o nivel
trascendental es en la sociedad lo que llamamos civilización. La civilización implica un
orden: siempre que hay un ser humano, se organiza un cierto orden porque el ser humano
es un ser que ordena, que civiliza. El orden tiene en lo humano múltiples niveles, la
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
85
persona con más profundidad genera un orden que es más coherente con la vida. No cabe
duda que la Universidad es un ente que contribuye a civilizar, a ordenar la sociedad193
.
Un segundo concepto trascendental es el tiempo. Para el ser humano existe tiempo
físico, el del reloj, y también el psicológico. Sólo quien está por encima del tiempo puede
medirlo, y el ser humano puede hacerlo pues está en el tiempo, pero se es más que temporal
y toma conciencia del tiempo194
. El tiempo en la sociedad es la historia. La sociedad y por
lo tanto cada institución en el tiempo va edificando su historia. La historia es la memoria
viva que va creciendo y cuando una sociedad tiene más memoria viva, es más profunda y
más humana. Vivir es convertir en historia positiva lo que pasa, y superar las
contradicciones con optimismo. Saber caminar en la historia y darle salida a los problemas
ayuda a vivir195
.
El tercer trascendental social es la interiorización, que en la persona y la sociedad se
da en forma de educación. Studiositas en latín significa mirar con afecto, ubicar la
inteligencia en un asunto equivale a amar ese saber. La educación consiste en sacar lo
mejor de la persona, enriqueciendo la intimidad, a través de un diálogo verdadero que deja
huella, que cultiva a la persona196
. El reto de la educación es enseñar a desear, es muy fácil
crearse falsas necesidades: por eso la educación es una ciencia y un arte tan difícil197
. Para
que un joven sea capaz de darse cuenta que una necesidad es auténtica necesidad, no basta
la técnica, la ciencia, es necesaria una enseñanza humanística, una enseñanza política que le
lleve a actuar pensando en el bien común.
El último de los trascendentales sociales es la exterioridad de lo específicamente
humano, que es objetiva y visible. Esa exterioridad a nivel social se expresa en la cultura,
que es la exteriorización de la educación: no hay sociedad humana sin cultura, la cual
depende de la calidad de su educación. La cultura es lo que se genera a través del cultivo
193
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "El espacio urbano y la moda." Revista Nuestro Tiempo 2002. 194
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Figuras del tiempo en la vida humana." Empresa y Humanismo 2011, Vol. XIV,
n.1. p. 7-18. 195
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, La experiencia social del tiempo, Pamplona, EUNSA, 2006. 196
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "La educación como arte suscitador" La investigación pedagógica y la formación
de profesores, Madrid, CSIC, 1980, p. 25-36. 197
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Vivir la educación: Tomás Alvira y la Escuela Universitaria de Magisterio
Fomento," in Conferencia pronunciada en el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad
Complutense de Madrid, 2004.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
86
del propio espíritu. La cultura es un conjunto de productos, mano y mente-facturas198
.
Toda verdadera cultura está enraizada, de donde obtiene la savia para crecer. El ser humano
tiene siempre la posibilidad de oscilar entre lo real y lo aparente, y hasta convertir lo
aparente en real. La universidad debe ser un sitio privilegiado para generar la cultura y
trasmitirla a la sociedad199
.
c. Las Categorías Sociales y la Universidad.
Las categorías sociales son elementos que articulan la sociedad: subsistemas,
estratos y constantes sociales que se dan en toda sociedad humana, aunque sea
mínimamente, en los distintos niveles según el desarrollo que alcance. Con las categorías o
predicamentos se busca sistematizar cómo se divide, clasifica y ordena la sociedad. “Por
categorías entiendo conceptos que, de modo implícito o explicito, reflejan elementos que se
dan en toda sociedad, pero que no son tan extensos como el concepto de sociedad, y que a
mi juicio son seis”200
: Hábitat, economía, derecho, política, ética y religión. Explica Alvira
que el orden según el cual se relacionan estas categorías tiene una razón de ser que
responde a una estructura que Aristóteles en su Metafísica ya había formulado: se puede
entender ontológicamente o cronológicamente. El orden ontológico va desde la religión
hacia el hábitat, mientras que el cronológico de manera inversa. De cualquier manera todos
son importantes y tienen una conexión muy cercana, de manera que una sociedad necesita
el armónico desarrollo de todas las categorías. Al igual que los Trascendentales, las
Categorías Sociales se viven en su propia dimensión en la Universidad, y el éxito de la
formación universitaria consistirá en que cada miembro de ésta pueda comprender la
importancia que tiene cada uno de ellos en su vida personal, profesional, familiar y social.
El siguiente cuadro, basado en la sistematización de las categorías que realiza
Rafael Alvira sirve de referencia para la explicación que se hará sobre cada una de ellas.
198
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "The concept of culture" en UNIVERSITY OF MADRID, ICU. International Quaterly,
Madrid, 1974, p. 1-9. 199
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Habitar y cultivar", Ecología y filosofía, Actas del Primer Simposio Internacional
sobre Ecología y Filosofía Mendoza, España, EDIUM, 2011, p 41-47. 200
ALVIRA, "Bien común y justicia social en las diferentes esferas de la sociedad", p. 61-80.
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Cuadro de las categorías sociales según Rafael Alvira
Hábitat Economía Derecho Política Ética Religión
Orden cronológico
Orden ontológico
En mayo de 2015 un grupo de estudiantes201
realizó una investigación en la
Universidad del Istmo y elaboraron un pequeño video para exponer los hallazgos de su
trabajo en el que preguntaban a estudiantes, escogidos al azar en los pasillos, por dos tipos
de conocimientos: por un lado sobre la tecnología y las redes sociales, y por otro lado sobre
las categorías sociales. En las preguntas de tecnología hicieron unas tarjetas en las que
mostraban los logos de las redes sociales de Facebook, Twitter e Instagram; las marcas de
Apple, Windows y Android; las consolas de Play Station, wii, Xbox; y las fotografías de
Mark Zuckerberg, Steve Jobs, Bill Gates. Los jóvenes pudieron contestar de manera
inmediata ante la muestra rápida de las tarjetas. El otro set de preguntas consistió en la
elaboración de una pregunta directa por cada categoría social y que tuviera relación con la
actualidad. Las respuestas para estas seis preguntas por lo general no fueron tan inmediatas
como en el primer grupo de cuestionamientos, y muchas de ellas no tuvieron respuesta.
Los estudiantes de la Facultad de Derecho se defendieron bastante mejor, pero muchos no
pudieron contestar a varias de las preguntas. Éstas fueron:
1. Hábitat: ¿Cuántos árboles se necesitan para hacer una tonelada de papel? La
respuesta en principio era fácil pues en cada servicio sanitario de la Universidad, en el lugar
en el que se dispensa el papel para secarse las manos hay una calcomanía que informa el
número: 17 árboles.
2. Economía: ¿Cuál es el salario mínimo en Guatemala para el año? La respuesta
debía ser Q.2,644.40
3. Derecho: ¿En qué documento se fundamentan las leyes en Guatemala? La
Constitución y otro cuerpo de Códigos.
201
Investigación realizada por Estudiantes de tercer año de Ingeniería en el curso de Fundamentos del Orden
Social en la Universidad del Istmo, mayo 2015, se cuenta con material audiovisual.
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88
4. Política: ¿Sabes la fecha de las próximas elecciones? La respuesta era el 6 de
septiembre.
5. Ética: ¿Sobre qué acusan al secretario de la vicepresidenta Roxana Baldetti? La
respuesta correcta era la de ser el cabecilla de una banda que defraudó al Estado con
acciones corruptas en las aduanas.
6. Religión: ¿Cómo se llama el Estado Islámico que está asesinando cristianos en el
medio oriente? Y la respuesta esperada era Isis.
La conclusión del ejercicio fue obvia, en el balance de los intereses de los jóvenes
universitarios, la inclinación hacia las redes sociales y los innovadores que están
configurando la sociedad hoy en día es muy marcada, mientras que pesa poco el interés por
conocer la sociedad en la que viven. No cabe duda que la formación cívica ha de ocupar un
espacio en la Universidad para que sus estudiantes puedan contar con espacios para
reflexionar sobre estos temas y luego incidir en la configuración de la cultura: una gran
tarea por hacer.
Si se explica de manera cronológica la primera categoría en una sociedad es el
hábitat202
. El hombre habita en un espacio: su hogar. El ser humano es un ser terrícola, vive
en un sitio y se apropia de él, es capaz de espiritualizar el cuerpo y el lugar en el que está el
cuerpo, su espacio ecológico, que viene a convertirse en un segundo cuerpo, no se limita a
estar. Habitar procede del latín habitare: una intensificación de tener. Habitar es tomar
posesión y supone conservar e intentar no destruir la naturaleza y el patrimonio adquirido.
Por otro lado el hábito es una costumbre hecha propia, con profundad. Es algo que
se añade al ser. Todo aprendizaje es un hábito. Hay hábitos intelectuales (ciencia), otros
morales (justicia) y otros artísticos (el vestido). Aprender es retener el tiempo porque el
tiempo que se dedica al aprendizaje se ha convertido en un hábito que ya se tiene adquirido.
Se pierde el tiempo cuando no se añade nada al ser. Vivir humanamente solo se puede si
se es al mismo tiempo un habitante que tiene hábitos, tiene una casa y un modo de
comportamiento. El que tiene hábitos es el que es capaz de cumplir tareas que hacen crecer
la vida personal y social, es capaz de potenciar el tiempo. La persona con hábitos se
convierte en una persona previsible y por consiguiente en la que se puede confiar, es
202
Cfr. ALVIRA, "Habitar y cultivar", Ecología y filosofía, Actas del Primer Simposio Internacional sobre
Ecología y Filosofía.
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89
confiable, condición sin la cual no es posible la sociedad. El ser humano es como el rey
Midas, todo lo que toca lo convierte en espíritu. Primitivamente el hombre vivía en una
selva, que es capaz de convertir en jardín, es decir de espiritualizar la selva. El hábito, la
virtud se adquiere: con inteligencia y esfuerzo, dedicando tiempo a aprender. Se puede
afirmar que la virtud es el pasado acumulado, cuando se saca lo mejor de él y se guarda, se
tiene la virtud como aprendizaje. Pero el hombre mira hacia el pasado, y apunta hacia el
futuro, y las virtudes dan poder sobre el futuro, porque al compartir con personas creíbles
hay seguridad y hay progreso.
Los verbos tener y estar están muy relacionados. Es necesario contar con
propiedades, ese poseer se va añadiendo al ser. Si se es algo y se añade algo a ese ser, ese
añadido viene a ser un tener, que pone en relación a la persona con otros seres. El hábito es
una costumbre hecha con intensidad, todo aprendizaje se constituye en hábito. Para vivir
humanamente se requiere que los habitantes posean hábitos. El habitar es tan importante en
el ser humano que no se puede construir sociedad humana si no hay habitación y hábitos.
La universidad es un sitio en donde se puede obtener la correcta relación con el hábitat para
que se cuide en sus dimensiones: la ecología, la casa, las virtudes, el vestido que dignifica y
la estética que haga habitable ese lugar en que se vive, se trabaja o se recrea203
.
Una segunda categoría social que es interior204
es la economía (mientras el hábitat
puede ser más exterior). La economía es pluriforme, y es necesario contar con criterios de
orden para poder ordenar esa multiplicidad. Los criterios son medidas cualitativas, son una
clave205
. En el siguiente cuadro se ordenan las dimensiones de la economía en sus
diferentes momentos: el inicial o de subsistencia, la potenciada y la terminal:
203
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, Filosofía de la vida cotidiana, Habitar, trabajar, vivir, Madrid, Rialp, 2005. 204 Cfr. ALVIRA, RAFAEL, “Economía y Filosofía”, capítulo del libro Filosofía para un tiempo nuevo" Cátedra
García Morente, Real Sociedad Matritense de Amigos del País, Madrid, 1988. pp.115-130. 205
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "La Economía como ciencia del espíritu" Dar razón de la esperanza. Homenaje a
José Luis Illanes, Pamplona, Servicio de Publicaciones Universidad de Navarra, 2004.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
90
CUADRO DE LAS CATEGORÍAS ECONÓMICAS SEGÚN RAFAEL ALVIRA
Estado de la
Economía Actividad Condición Medio Fin
Economía
básica: Lo imprescindible
para ser economía
Apropiar o poseer:
(condición humana de
tener )
Pasado
Tierra
Trabajo
Conservación de
la vida
(supervivencia) Distribuir Presente Producir Futuro
Potenciada
Ahorrar Pasado Escasez
Dinero
Beneficio. Comerciar Presente
Invertir Futuro Terminal Consumir Presente Optimizar Gastar Bienestar
(Felicidad)
El primer elemento es la apropiación, que nace de una intensificación de la
propiedad, porque el ser humano no es humano si no es capaz de apropiarse. La dificultad
está en apropiarse adecuadamente para que las cosas no sean los que se apropien de la
persona. En principio toda propiedad es privada: Adán lo primero que posee es a Eva y
viceversa, pero no lo instrumentaliza. La propiedad pública es la propiedad privada del que
tiene el poder. La apropiación se refiere al pasado, porque sólo se declara propio lo que ya
está. Hacer propio quiere decir identificarse. El economicismo, el materialismo y el
individualismo convierten en fin lo meramente material, de tal suerte que la economía viene
a ser el conocimiento que ordena las propiedades tangibles e intangibles en orden a la
riqueza.
La economía tiene su base en la familia, que es la primera propiedad que se tiene.
Por eso el primer nivel es el que surge de la apropiación, es en la propia familia. Otro
elemento de la economía es la producción, esa capacidad de hacer nuevas cosas. Una vez
producidas las cosas deben ser distribuidas. La condición de la apropiación es la tierra, y
para la apropiación de la tierra el trabajo. Lo más importante en la economía es el trabajo
bien hecho. Se busca con el trabajo cubrir necesidades humanas, si no se tuvieran
necesidades no se trabajaría. La necesidad es aquello mínimo sin lo cual la vida material
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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no puede mantenerse de forma humana. Sin embargo, el hombre al trascender el tiempo
puede cubrir algo más que esas necesidades206
.
El ser humano convierte todo en espíritu y puede potenciar la propiedad privada.
Con la economía básica puede cubrir unas necesidades, pero es propio del hombre
potenciar, se trata de tener más que sólo cubrir necesidades básicas. El beneficio se da
cuando se poseen medios superiores a los imprescindibles para la supervivencia, lo que
significa que se ha dominado el tiempo, ya no se vive al día, se cuenta con dinero. Las
actividades económicas que logran el beneficio son el ahorro, el comercio y la inversión207
.
El ahorro es el resultado de sintetizar y guardar el tiempo que pasa. Un bien económico se
define como un bien escaso que busca potenciarse y por eso se comercia. Comerciar
permite diversificar la riqueza y darle sentido a la especialización. Sin la especialización no
hay potenciación económica ni dominio del tiempo. La inversión permite dominar el
tiempo orientándose hacia el futuro. El dinero es el medio que permite estas actividades
potenciadoras de la economía. Por eso el dinero se parece a la virtud, porque está por
encima del tiempo, el dinero supone pasado acumulado y sirve para comprar el futuro. Por
eso el dinero es una síntesis de la vida, que facilita tener en la mano el futuro208
. Y por eso
el dinero es tan ansiado, sobre todo, porque así como la virtud no se puede conseguir sin
esfuerzo, el dinero supone esfuerzo, salvo el caso de invertir en bolsa, que consigue tener
un pasado que no ha costado. La escasez, no la necesidad, es la que impulsa a potenciar la
economía. Una crisis financiera es una crisis de deudas y una crisis de deuda se convierte
en una crisis de trabajo futuro, porque supone haberse gastado el trabajo futuro. Una
persona con sentido común se endeuda hasta lo que pueda, a un buen padre o madre le
avergüenza dejarle deudas a los hijos.
Un tercer estado de la economía es el consumo que viene a ser el aspecto terminal
de la economía. Al consumir las cosas se gastan y hace necesario adquirir unas nuevas,
proceso que activa el círculo de producción de un país. El gasto es un aspecto clave en la
206
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, “Economía y Filosofía”, capítulo del libro Filosofía para un tiempo nuevo", Cátedra
García Morente, Real Sociedad Matritense de Amigos del País, Madrid, 1988. 207
Cfr. CENTRO DE INVESTIGACIONES HUMANISMO Y EMPRESA, "El balance humano del comercio" ,
Guatemala, 2005. 208
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Prólogo de Filosofía del dinero de Vittorio Mathew" Filosofía del dinero, Madrid,
Rialp, 1990.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
92
economía, pero ha de hacerse con medida, es todo un reto aprender a gastar, para no acabar
en una actitud de consumo en donde una persona puede llegar a gastar más de lo que puede
y debe. El consumo puede llegar a ser una dependencia que requiere tratamiento
psiquiátrico, porque llega a ser enfermizo. El valor de las cosas se aprende en la casa, de
niño. La universidad debe velar por enseñar a gastar bien a los estudiantes: la universidad
misma debe ajustar su presupuesto para gastar con peso y con medida para poder dar a los
estudiantes la mejor educación. Como el gasto es una clave de la economía, cuando no se
gasta adecuadamente se tiene un gran problema, las consecuencias son negativas, porque no
administrar bien el gasto destruye.
El sentido último de la economía es el bienestar. El bienestar es la base económica
de la felicidad, porque contribuye a la alegría y a la paz. Tener bienestar no es sólo una
posibilidad sino que es una obligación moral: no es posible vivir las virtudes cuando se está
en la miseria, el bienestar es la condición para vivir la virtud. La pobreza es una virtud que
enseña a procurar el bienestar con una medida. Si lo que se busca es el bienestar de la
familia el sentido común indicará cuánto es lo que se debe gastar para no poner en peligro
el bienestar de todos, ni por defecto, ni por exceso209
. El criterio que debe llevar a decidir
el número de horas adecuadas para trabajar lleva a poner a la familia en un sitio central. Un
trabajo que resta tiempo para dedicar lo necesario a la familia, lo que consigue es
deshacerla. Una economía que deshaga a la familia es una economía perversa. La
economía se ha desarrollado en la familia, la familia es la unidad económica fundamental.
Marx basa toda su economía en el individuo y no en la familia, le quita a la familia lo que
le es más propio: sus hijos. Por otro lado la economía basada en el mercado lleva a la
familia a salir de la base de la economía, aunque lo siga siendo de la sociedad. Pero una
economía que no tiene una base en la familia no tiene futuro porque se pierde el sentido del
ahorro, de la inversión y el del gasto.
Una tercera categoría social es el derecho210
que surge en el tiempo debido a que
las actuaciones humanas van fijando pautas de comportamiento social en las que aparecen
los conflictos y se ve necesario establecer normas para resolverlos. El derecho es el centro
209
ALVIRA, RAFAEL, El lugar al que se vuelve. Reflexiones sobre la familia, Pamplona, EUNSA, 2000, p. 87. 210
Cfr. ALVIRA, RAFAEL "Intento de clasificar la pluralidad de subsistemas sociales con especial atención al
Derecho." Revista Persona y Derecho 1995, p. 53-84.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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de todo el orden social, no es que sea el más o menos importante, pero el derecho es
indispensable para dar seguridad a las personas. El nivel de una sociedad se mide por
muchos factores, pero sobre todo en la calidad de su derecho. Una sociedad con un buen
nivel jurídico, garantiza la seguridad que es un radical humano.
Seguridad es un concepto y una realidad de importancia extraordinaria que lleva a
las personas a tomar decisiones de gran trascendencia: si una persona se suicida
seguramente es porque piensa que hay más seguridad con la muerte, o si se está dispuesto
a sufrir el martirio por la fe, que asegura la vida eterna. De la seguridad nacen dos
dimensiones que hacen feliz a la persona humana: la paz y la alegría. Sin seguridad no se
puede ser libre. En el derecho cabe la distinción entre lo legítimo y lo legal. Ius es lo que
es natural y justo para el ser humano. El niño tiene derecho al cariño de sus padres: es un
ius natural. La crisis jurídica empieza cuando se pone en duda lo que es la naturaleza y al
perder el sentido de lo que es natural se pierde la claridad de que es lo que se puede y debe
reclamar. En el mundo moderno se sustituye el concepto de naturaleza por el de
racionalidad. El criterio de derecho ya no es lo justo, sino que pasa a ser lo racional, lo
lógico, que lo establece generalmente el Estado.
La Constitución viene a indicar qué es derecho y qué no lo es, se pasa del ius a la
lex. Cumplir el ius es ser justo mientras cumplir la lex es ser legal. La ley es una norma
mandada por el poder político. El derecho viene a ser un modo de actuación aceptado en
sociedad, aprobado por el Estado que promulga la ley. Algo injusto puede ser legal, como
el caso del aborto o de la eutanasia. Las personas que no han perdido el sentido común en la
sociedad en el fondo no aceptan la lex y siguen pensando en que lo natural, el ius, es lo
correcto, aunque otras, que actúan masificadas, piensan que lo legal está identificado con lo
bueno y lo asimilan en su cultura. Por eso hay que trabajar en una legislación que no
contradiga la ley natural. Las leyes generales plantean problemas de ajuste a la hora de
aplicarlas a una persona concreta, lo que se complica cuando las leyes se multiplican
exponencialmente. El sistema legal que ha surgido del derecho racional estatal ha llevado al
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
94
derecho al desprestigio211
. Las leyes cambian con el cambio de gobierno y no dan
estabilidad a la democracia, a la vez que las leyes positivas corrompen a los jueces que
aprenden a manejar las leyes y a esquivar la justicia. Todo universitario debería tener una
formación jurídica, sin importar la profesión que tenga, porque en la vida tendrá que
enfrentarse con el ius y la lex. Para esto la universidad deberá incluir en su “core
curriculum” la formación jurídica, para mejorar la formación de buenos ciudadanos.
Desde el punto de vista externo, la política es la categoría más alta de la sociedad.
Las personas se reúnen formando una comunidad política, en la que se establece un orden,
en el que a la cabeza hay una autoridad que tiene el máximo poder para dirigir y decidir en
caso de excepción si la ley no tiene contemplada la solución concreta a un problema nuevo
que se presenta. Por eso el que gobierna debe conocer muy bien las leyes de un país. A la
política le corresponde generar la identidad en orden a la seguridad. La identidad sólo se
construye a través de las relaciones con las personas y con Dios pues es allí donde la
persona se va conociendo y llega a saber quién es. El primer lugar para construir la
identidad es la familia, en donde se encuentra la seguridad y por lo tanto la identidad.
Rafael Alvira explica que existen cinco formas de identidad, cada una responde a un
trascendental o categoría:
Formas de identidad según Rafael Alvira 1 Espacio PAIS
2 Tiempo ETNIA 3 Cultura PATRIA
4 Ley ESTADO
5 Ética PUEBLO
El principio de identidad espacial es el país, el lugar en el que se nace y las personas
con las que en él convive. La persona se identifica con su hábitat y con los que son del
mismo país, con los coterráneos o paisanos. La segunda forma es la etnia a la que se
pertenece, seguida por la cultura propia de la patria. Pude darse que una persona de padres
alemanes nazca en un país y en su casa se vivan tradiciones alemanas, y puede decir que es
guatemalteco, pero a la vez alemán. La identidad más sólida la da tener un fin común.
211
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "El significado de la ley." Revista Nuevas Tendencias ,Empresa y Humanismo,
2006, n. 64, p. 20-26; Y "Educación y política" Educación y ciudadanía en una sociedad democrática,
Madrid, AEDOS, 2006.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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Cuando todos aceptan una misma legalidad se conforma el Estado. Lo que más forma a un
pueblo es tener un proyecto sugestivo de vida en común. Los habitantes de ese país tienen
una identidad muy fuerte porque tienen un mismo proyecto que los une. Este es un
principio de identidad que se da desde la célula de la sociedad: un matrimonio se mantiene
sólo si tiene un proyecto común.
En el mundo moderno hay una conexión íntima entre el derecho y la política,
cuando en el mundo clásico el derecho estaba más cercano a la economía.
Cuando se individualiza la convivencia humana, lo que se busca es un lugar que
brinde seguridad en vez de fomentar la identidad que genera confianza. La democracia es
un sitio abstracto en el cual lo único que cuenta es ser libres e iguales: aunque las leyes son
un elemento de unidad, no necesariamente lo son de identidad. La política se convierte en
un lugar donde resulta fundamental el juego del poder. El político es con más frecuencia de
lo deseado lo que representa, busca generar y conservar una imagen aunque no esté
respaldada por las virtudes. Los partidos políticos son grupos creados para alcanzar el poder
político que se consigue por medio de elecciones. Para alcanzar ese poder el conocimiento
fundamental es la retórica para convencer a la gente. Durante siglos la gente tenía su
seguridad en su familia, en su pueblo, en su corporación, necesitaba menos seguridad por
parte del gobierno político. El Estado moderno corre el riesgo de ser totalizante y dejar de
ser subsidiario: la esfera política al crecer le resta seguridad a la familia, a la Iglesia, a las
corporaciones y consecuentemente baja el nivel de la ética y de la religión. Es distinto una
localidad en la que todos se conocen, a una ciudad superpoblada donde baja el
conocimiento y por lo tanto la seguridad y consecuentemente la identidad212
.
En toda organización social hay un nivel político que requiere un gobierno virtuoso.
En el gobierno, en la empresa y en la familia hay necesidad de gobernantes. De igual
manera la universidad debe contar con una estructura clara de gobierno que facilite la
mejora académica, humana y cultural de todas las personas que en ella trabajan y estudian.
El gobierno debe entenderse como servicio, pues su objetivo es facilitar el trabajo de todos
creando el mejor ambiente posible que es el elemento que mejor contribuye a la formación
y a generar una cultura verdaderamente universitaria213
.
212
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "La ética como factor clave en la política." Etica y Política 1996. 213
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Etica política. Un alegato a favor de la política." Revista veintiuno 1990, p. 13-22.
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Las dos últimas categorías, las más altas en el orden ontológico son internas, que a
la vez están llamadas a ser externas. La política necesita de la ética214
para poder decidir.
El corazón de la ética lo constituyen las virtudes que son aprendizajes necesarios para poder
cumplir con los deberes. La ética no es abstracta, es real y por lo tanto tiene eficacia. Si
Sócrates hubiera aceptado la invitación de sus amigos para no ser coherente hubiera
salvado la vida, pero no habría sido consecuente con sus principios. Aristóteles propuso una
ética de la virtud que influye en el comportamiento humano que lo lleva a ser feliz. Sólo se
puede ser feliz a través del ejercicio de la virtud, por eso hay que procurarla. Aristóteles
enseñó que el hombre ha nacido para ser feliz pero tiene que aprender a serlo, ha nacido
siendo hombre, pero se tiene que humanizar, ha nacido sin saber cómo comportarse pero
tiene la capacidad para aprenderlo. En cambio la ética del deber kantiana es un producto
del racionalismo ilustrado que, por medio de la voluntad que obedece a la ley moral, busca
el bien como un imperativo categórico que actúa sobre las personas sin importar sus deseos
o intereses. Se busca cumplir la norma por la norma y no por alcanzar la virtud o en
función de la virtud adquirida.
La ética tiene como punto básico la justicia, las otras virtudes pivotan en función de
la justicia: para ejercerla se necesita vivir la templanza, la fortaleza y la prudencia215
. La
justicia lleva a saber cómo relacionarse adecuadamente con el prójimo. La persona injusta
se va cerrando puertas, va contradiciendo la propia naturaleza porque la naturaleza humana
es social, y se impide a sí mismo desarrollarse como ser humano. Los seres humanos
cometen más injusticias sin darse cuenta, los fallos de omisión son siempre mayores.
Estropear las cosas, maltratar la naturaleza, no atender a la persona es una injusticia.
La libertad bien vivida genera una sensación del deber cumplido, de no estar en
deuda y como consecuencia viene la paz. En la ética el tema de la deuda es central:
Leonardo Polo explica que el hombre llega tarde, porque al nacer las cosas ya estaban allí y
por eso el ser humano debería ser radicalmente agradecido, el que llega tarde se da cuenta
que todo le ha sido dado, que no ha hecho él las cosas y adopta una actitud de humildad y
de responsabilidad ante lo recibido. Por otro lado, Tomás de Aquino, uno de los más
214
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Etica: la medida y la grandeza del ser humano." Homenaje a Jorge V. Arregui
2006, n. 37y ALVIRA, "La ética como factor clave en la política". 215
Cfr. AYUSO MIGUEL, ÁLVARO PESOA et al. "Problemas estructurales para la ética democrática " Razón y
Tradición. Estudios en honor de Juan Antonio Widow, Santiago, Chile, Editorial Globo Editores 2011, p. 21-
30.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
97
grandes tratadistas de ética en la historia, llama piedad a la virtud “imperfecta” en el sentido
de que el don recibido es tan grande que ya no se puede responder según estricta justicia.
La persona atenta que acoge con agradecimiento lo que le ha sido dado tiende a responder a
los dones recibidos. Hay dos interpretaciones fundamentales de la respuesta al don la
interpretación “economicista” y la “clásica”: la economicista lleva a devolver
“matemáticamente” a lo que se ha recibido, mientras que los verdaderos agradecidos
siempre tienen la impresión que se han quedado cortos en la respuesta. El agradecimiento,
por eso, añade siempre algo simbólico. Joseph Pieper explica que el amor es el regalo
esencial, porque ningún regalo es regalo si no va acompañado por el amor verdadero. En la
virtud de justicia lo más intrínseco es el agradecimiento, ser ético significa ser justo y esto
significa ser agradecido216
. Lo contrario al agradecimiento es el rechazo, la queja, la
repulsa ante lo recibido: el que se queja no es feliz. Si el resultado del buen
comportamiento ético es la felicidad, se es feliz cuando se aprende a no quejarse. La única
ética que puede ser capaz de explicar que se puede agradecer todo, es la cristiana. La
palabra “amén” resume la actitud cristiana que lleva a agradecer lo que venga, pase lo que
pase. Hay que procurar que las cosas salgan lo mejor posible, pero si después de esto no
salen bien hay dos posibilidades ante la contrariedad: la queja o la aceptación feliz217
.
Según la tesis clásica de Donoso Cortés218
, cuando el nivel de la virtud es alto, la
represión baja y viceversa cuando no hay virtud, es necesario incrementar la represión. Una
tesis que prevé las consecuencias de la máxima libertad injertada en el pensamiento
individualista actual, pues no son pocos los que piensan que la libertad termina donde
empiezan los derechos de los demás. Este lema no contribuye al bien común porque si a
cada uno solo le importa lo personal, queda fuera la promoción de la solidaridad como un
motor del tejido social. Ramiro de Maeztu afirmaba que la libertad no tiene su valor en sí
misma: hay que apreciarla por las cosas que se consiguen con ella.219
216
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, Los regalos que no se ven. Apuntes de familia, Colombia, Instituto de la Familia,
Universidad de la Sabana, 2009. 217
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Etica de la cotidianeidad." Thémata 1999, n. 40, p. 147-153. 218
Cfr. JUAN DONOSO Y CORTÉS. Ensayo “Catolicismo, el liberalismo y el socialismo, edición digital a partir
de la edición de José Vila Selma, Madrid, Editora Nacional, 1978, http://www.cervantesvirtual.com/obra-
visor-din/ensayo-sobre-el-catolicismo-el-liberalismo-y-el-socialismo--1/html/ obtenido el 15 de enero de
2016. 219
Cfr. TOMÁS ALVIRA, El Ramiro de Maeztu. Pedagogía viva. Ediciones Rialp S.A. 1992. 304 páginas.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
98
La religión es en el orden cronológico la última de las categorías sociales, pero en el
ontológico ocupa el lugar más importante. La ética tiene un límite: no da la fuerza para
aguantar la contrariedad220
. Para ser feliz hay que aprender a aceptar lo arduo. La religión
da sentido a las contrariedades, cosa que la ética no puede hacer. El cristianismo sí puede
dar ese sentido al sufrimiento y la fuerza para poder bendecir la cruz cuando llega. El
martirio es la manifestación mayor de la religión. El mártir es un testigo de la fe. Erasmo
de Rotterdam consideraba que Sócrates era un santo, porque fue capaz de aceptar la muerte
para dar testimonio con su vida de la verdad, pero no hace falta ser mártir para dar
testimonio de la fe. Tanto la ética como la religión son dos categorías interiores que están
llamadas a hacerse externas para así dar gloria al hombre y a Dios. Hay que distinguir la
religión de la religiosidad: la religiosidad es algo cultural, que puede no tener una base
sólida en las personas, en cambio la religión da el poder para creer que todo lo que sucede
es para bien. En la religión hay un diálogo con la divinidad a través de la liturgia, pero es
mucho más que un conjunto de ritos, su función principal es mostrarle al hombre que tiene
un fin superior y que a pesar de sus limitaciones no tiene por qué ser pesimista ni frustrado.
Sin religión los problemas que la vida presenta pueden hundir en la miseria a la persona y
llevarla a buscar estrategias para olvidar lo que le hace sufrir en la droga, el alcohol y otras
dependencias221
.
Toda auténtica identidad tiene algo de religioso porque el lugar en el que se siente
identificada una persona allí tiene su seguridad y su fe222
. Creer lleva a una persona a
ponerse en manos de otra o de Dios, por eso el matrimonio tiene algo de sagrado desde que
existe la humanidad. En este momento histórico la interioridad de la ética y la religión,
han perdido la fuerza que tuvieron en Grecia y luego en la Edad Media. La modernidad las
ha suplantado por la lógica del mercado, del poder y de los medios de comunicación. Hay
una tarea por hacer, de manera que la exterioridad política sea ética. La ética y la religión
son las categorías interiores que tienen como función transformar la sociedad desde dentro.
220
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "El problema de la debilidad del espíritu," en V Simposio Internacional de Teología.
Scripta Theologica, Pamplona, 1983, p 297-308. 221
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Sobre la claridad de la fe," III Simposio Internacional de Teología. Cristo Hijo de
Dios y Redentor del Hombre, Pamplona, 2008, p. 23-217. 222
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Fe y civilización”, Identidad cristiana, Coloquios Universitarios ,Pamplona, 2007,
p. 41-46.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
99
La Universidad de la Sapienza223
de Roma, es la más grande de Europa, y se
encuentra entre las primeras del mundo por el número de estudiantes. Borromini diseñó y
construyó la cúpula de la capilla universitaria en 1632 en forma de una espiral siempre
ascendiente, para transmitir a los estudiantes que llegar a la verdad es un proceso que nunca
hay que darlo por concluido: cada vez se puede llegar más cerca de la verdad del hombre y
de Dios. La Universidad debe tener como ejes transversales la reflexión ética y teológica
para poder trasmitir a cada rama de conocimiento el amor por la verdad y su trasmisión
para hacer común a los demás lo más preciado que tiene el hombre: su amistad y
conocimiento de Dios, de la Verdad, de la Bondad, y de la Belleza.
6. La Universidad y las Instituciones
En este apartado se tratará de desarrollar con algún detenimiento la relación de la
Universidad con otras Instituciones particularmente relevantes de la sociedad: El Estado, la
Empresa y la Familia.
a. La Universidad y el Estado
En su obra “Las nuevas realidades” Drucker pone de relieve la insuficiencia del
Estado como agente de “redención social” y sostiene que sólo la productividad de una
nación puede generar equidad en ella224
. En ese sentido, San Josemaría había apuntado con
anterioridad que:
“La universidad no vive de espaldas a ninguna incertidumbre, a ninguna inquietud,
a ninguna necesidad de los hombres. No es misión suya ofrecer soluciones inmediatas.
Pero, al estudiar con profundidad científica los problemas, remueve también los corazones,
espolea la pasividad, despierta fuerzas que dormitan, y forma ciudadanos dispuestos a
construir una sociedad más justa. Contribuye así con su labor universal a quitar barreras que
dificultan el entendimiento mutuo de los hombres, a alejar el miedo ante un futuro incierto,
a promover —con el amor a la verdad, a la justicia y a la libertad— la paz verdadera y la
concordia de los espíritus y de las naciones"225
.
223
Fundada en Roma el 20 de abril de 1303 por la voluntad del papa Bonifacio VIII. 224
DRUCKER, PETER, Las nuevas realidades, Argentina, Editorial Edhasa, 1991. 225
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, "La Universiad ante cualquier necesidad de los hombres," Pamplona,
1972.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
100
En universidades regionales se hace cada vez más importante la relación entre la
universidad y el Gobierno central, departamental y municipal en proyectos de desarrollo
regional. Se reconoce así, el trabajo de la universidad como institución que, en su
autonomía, se ajusta a los cambios y destina parte de su esfuerzo formativo al
enriquecimiento de la sociedad a través de sus procesos de formación y de sus tareas en
investigación y aplicación de sus resultados.
La Universidad si de verdad quiere servir al bien común ha de evitar los riesgos de
ser una institución, aislada y protegida, dedicada únicamente a la lectura y reflexión, a la
producción de conocimiento y la investigación. La Universidad es una institución abierta,
informada, contextualizada y preocupada por los problemas del país y se siente responsable
y participa en los asuntos públicos, sin hacer política partidaria.
“Si por política se entiende interesarse y trabajar en favor de la paz, de la justicia
social, de la libertad de todos, en este caso, todos en la Universidad, y la Universidad como
corporación, tienen la obligación de sentir esos ideales y de fomentar la preocupación para
resolver los grandes problemas de la vida humana. Si por política se entiende, en cambio,
la solución concreta a un determinado problema, al lado de otras soluciones posibles y
legítimas, en concurrencia con los que sostienen lo contrario, pienso que la Universidad no
es la sede que haya de decidir sobre esto. Seguir otro camino comportaría el riesgo de
desnaturalizar la institución universitaria tal como es, porque si la Universidad se convierte
en el aula donde se debaten y deciden problemas políticos concretos, es fácil que se pierda
la serenidad académica y que los estudiantes se formen en un espíritu de partidismo”226
.
Los profesores se han de esforzar por conocer los problemas de la región y del país
e incorporar ese conocimiento en sus clases, a la vez los estudiantes deben sentirse
comprometidos en participar en la solución de los problemas de su barrio, su municipio, su
departamento. Por eso viene muy bien en la Universidad contar con profesores que
comparten su tiempo en las áreas de su trabajo profesional, así el diálogo de la Universidad
con el mundo real está garantizado.
“Un hombre sabedor de que el mundo –y no sólo el templo- es el lugar de su
encuentro con Cristo, ama ese mundo, procura adquirir una buena preparación intelectual y
profesional, va formando –con plena libertad- sus propios criterios sobre los problemas del
medio en que se desenvuelve; y toma, en consecuencia, sus propias decisiones que, por ser
226
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 76-77.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
101
decisiones de un cristiano, proceden además de una reflexión personal, que intenta
humildemente captar la voluntad de Dios en esos detalles pequeños y grandes de la vida”227
.
La misión del Estado es proteger y ayudar a las Universidades, no dirigirlas ni
instrumentalizarlas, ni favorecer unilateralmente a las que erige.
b. Universidad y Empresa
La Universidad forma a sus estudiantes para que puedan influir positivamente en las
empresas tanto públicas como privadas en las que colaborarán, o para que formen su propia
empresa, pero si no está cercana a ellas puede caer en el defecto de no dotar a los
estudiantes de las herramientas que requiere el mercado. Por esto la alianza entre
Universidad y empresa da a la academia una visión más clara de lo que necesita el mercado
para fortalecer el pensum de estudios y dotar así a sus graduados con las habilidades que
requieren las empresas.
La empresa es la institución social que se ha dado cuenta de las necesidades del
futuro y ha impactado en la cultura. Un ejemplo puede ser la necesidad de comida rápida
que surgió cuando las personas empezaron a laborar en sitios retirados a su hogar. Nace así
toda una cultura nueva ante la demanda de los trabajadores que cuentan con poco tiempo
para comer. Dado que es la empresa la que innova y emprende soluciones para los
problemas que demanda la sociedad “el acercamiento de la Universidad a la empresa se
hace por esta causa impostergable. La institución universitaria debe observar atentamente
los cambios estructurales de la empresa, flexibilizase como las comunidades en donde
anidan las relaciones personales y realizan esa mutación que es en ella más pertinente”228
.
Rafael Alvira apunta que:
“…la empresa es y está considerada como un actor de relevancia central en el
entramado de la sociedad civil…la empresa es no sólo pieza básica, sino elemento que
contribuye a delimitar el modo de ser de otras estructuras e instituciones de esa sociedad…
La idea clave es que la mejora de una empresa y de un país sólo es posible si hay una masa
crítica de dirigentes verdaderamente responsables. En una sociedad con gran riqueza de
dimensiones y de relaciones sólo puede dirigir bien, responsablemente, el que tiene una
227
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 117. 228
LLANO, CARLOS, Sistemas vrs. Personas. La nueva cultura de la organización, p. 61-62.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
102
formación suficiente en lo concerniente a la red de múltiples y profundas implicaciones que
configuran nuestra vida”229
.
La proximidad de la Universidad a la empresa es necesaria también en la misma
tarea de docencia y de investigación. Hoy en día las mayores inversiones en investigación
corren frecuentemente a cargo de empresas, lo que hace también que a veces ellas mismas
se constituyan en verdaderos laboratorios de experimentación. Las Universidades se han
dado cuenta de esta realidad y buscan tener una estrecha relación con ellas para que los
estudiantes puedan realizar prácticas profesionales que los pongan en contacto con la
realidad. Especialmente en las Universidades privadas la relación Universidad-empresa ha
sido catalizador de ambas. Por un lado no son pocas las Universidades que se han
construido gracias a la generosidad de empresas que creen en la educación y que invierten
en investigación y en programas de formación para sus trabajadores solicitando a la
Universidad que se haga cargo de esos procesos formativos. En América Latina esta unión
es la que ha ayudado a algunos países a saltar de ser un país eminentemente agrícola o
proveedor de materias primas a fomentar el desarrollo de la I+D. Esto ha garantizado el
aumento de la competitividad y el proceso de innovación regional.
Cada vez más se considera como una clave indiscutible para alcanzar los niveles
óptimos de desarrollo de un país la transferencia de conocimientos entre las Universidades
y las empresas. Las Universidades privadas han sido por lo general las más sensibles a las
necesidades de las empresas y han ido a la vanguardia convencidas de la importancia de
responder a las futuras tendencias del mercado y de la innovación; como consecuencia se
van estableciendo convenios de colaboración Universidad-empresa para difundir y aplicar
el conocimiento generando patentes. Un campo solidario lo constituye el apoyo a las
Pymes que no tienen los recursos para poder hacer investigaciones y elaborar tecnologías
que las lleven a consolidarse y crecer.
Las Universidades por lo general cuentan con un servicio de bolsa de empleo que
constituye un importante eslabón entre el mundo universitario y el empresarial y facilita así
la incorporación de sus egresados en las empresas, contribuyendo a fortalecer los
programas de pasantías y prácticas empresariales nacionales e internacionales. Mientras
229
ALVIRA, RAFAEL, “Empresarismo y Sociedad Civil”. Jornada sobre la empresa y la sociedad civil: Retos
mutuos de futuro, 2003. obtenida el 21 de diciembre de 2015,
http://www.iberdrola.es/fundiber/9_10_03_rafael_alvira.htm#Cabeza%20Pagina.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
103
sean mejores las relaciones de estas instituciones será más fácil la incorporación de sus
egresados y la tasa de empleo entre los graduados será mayor.
También hay que contar con la aportación de las Escuelas de Negocios, que se van
incorporando a las Universidades, y que con programas de maestría y doctorado buscan
generar un impacto en el mundo de los negocios, formando líderes que puedan entender
cómo funcionan los negocios en el mundo, para poder así tomar las mejores decisiones con
visión global.
Otro ejemplo lo constituyen institutos que se dedican a estudiar los temas de mayor
interés del sector empresarial. Un ejemplo lo es el Instituto Empresa y Humanismo de la
Universidad de Navarra que “con un enfoque interdisciplinar y humanista, se propone
mediante la investigación y la docencia contribuir a solucionar los problemas que plantea la
creciente complejidad de nuestra sociedad, de modo especial –aunque no exclusivo– los
relacionados con el modo de integrar la empresa y la actividad económica en la sociedad
civil”230
. Busca generar un diálogo fructífero con las empresas fomentando actividades y
encuentros entre empresarios, académicos y mediante un amplio abanico de publicaciones
ofrece los resultados de su investigación y de las actividades que organiza. A la vez imparte
programas de maestría y doctorados que forman a un buen grupo de profesores que se
dedicarán a la formación de jóvenes universitarios.
Después de tantas crisis empresariales que se han dado en buena parte por razón de
la falta de formación ética de los empresarios, la empresa se va dando cuenta de la
responsabilidad social que tiene en la conformación de la cultura cívica y solidaria y ha
vuelto su mirada a los criterios éticos en algunos casos estableciendo códigos de ética que
procuran que se hagan vida en cada empresa. Se trata de evitar que la empresa se encuentre
arrastrada hacia una corriente meramente mercantil, "en donde la ley de la oferta y la
demanda tiene tanta fuerza como la segunda ley de Newton”231
.
Van emergiendo ahora valores que pueden cambiar la historia futura. Las
oportunidades de aprendizaje entre la Universidad y la empresa son mutuas. La empresa
aporta a la Universidad capacidad de gestión y a la vez profesores que con su conocimiento
230
INSTITUTO EMPRESA Y HUMANISMO, 2015. http://www.unav.edu/web/instituto-empresa-y-
humanismo/conocenos, obtenida el 15 de diciembre de 2015. 231
LLANO, CARLOS, "Universidad y Empresa, un modelo de solidaridad", UNIS 1998.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
104
pueden dar a los estudiantes aportes significativos. El calor del mundo académico aporta a
la empresa reflexión, humanización y consejo para su crecimiento y consolidación.
Rafael Alvira, por mucho tiempo Director del Instituto Empresa Humanismo de la
Universidad de Navarra, explica la importancia de la formación humanística del empresario
destacando que es fundamental que los dirigentes estén bien organizados y cuenten con las
virtudes necesarias para un buen gobierno, junto a las condiciones para su crecimiento
humano. “La actividad directiva ha de ser esencialmente magnánima y, por ello, han de ser
seleccionados los mejores para desempeñarla. Se trata de la verdadera aristocracia”232
.
Reafirma la validez de la ley del mercado pero no su superioridad, porque si así fuera sería
inhumana, ya que el mercado “desde el punto de vista del comprador, es cambiante,
relativo y parcial”233
. Explica la importancia del humanismo empresarial en estos términos:
“Sólo en la cooperación los empresarios pueden pensar en el hombre en cuanto tal,
en la pura competencia no pueden pensar más que en el dinero en cuanto tal. Y, por otro
lado, la empresa debe estar interesada en que todos los que con ella se relacionan, se
acerquen más a esa totalidad, a una plenitud. Ahí es donde tiene sentido la regulación de
horarios que permitan desarrollar otras actividades. Y el fomento de la cultura, que redunda
en una mayor socialidad, es decir, humanidad. Humanismo empresarial es, pues, para
terminar, el que la élite dirigente de las empresas sepa contar, tener en cuenta, a cada uno,
dándose cuenta de que ese cada uno no es una mera fuerza de trabajo, ni un mero sujeto
inalienable de derechos, sino, pura y simplemente, un hombre, es decir, un hermano”234
.
c. Universidad, Empresa y Estado.
Este trinomio de colaboración ha estado en práctica desde hace muchos años. Al
buscar estos tres términos juntos en Google, en diciembre del 2015, salieron más de 1.7
millones de sitios en menos de dos segundos. A mediados del siglo pasado Etzkowitz y
Leydesdorff propusieron un modelo que llamaron de triple hélice para potenciar un sistema
en que con intercambios dinámicos recíprocos en espiral de innovación, se consiguiera
que la Universidad, la Empresa y el Estado que antes trabajaban independientemente, al
obrar en armonía pudieran dotar a la sociedad de mejores profesionales y generar
232
ALVIRA, RAFAEL, "Qué es el humanismo empresarial," ie Cuadernos Empresa y Humanismo, Pamplona,
1989, n. 17, p. 3, https://filosofiaperu.files.wordpress.com/2007/05/que-es-el-humanismo-empresarial-rafael-
alvira.pdf, obtenido el 15 de diciembre de 2015. 233
ALVIRA, "Qué es el humanismo empresarial," p. 16. 234
IBID p.17.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
105
innovación y eficiencia en las Universidades, las empresas y los Estados 235
. Con esta
relación la Universidad apoya el desarrollo social de la empresa y la comunidad,
potenciando el diálogo de saberes en un sentido horizontal e integrador, que contribuye a
elevar la calidad de vida, incidir en la solución de problemas y promover la cultura.
Un modelo de la Triple Hélice impulsado en Guatemala es el desarrollado por el
Centro de Promoción de la Micro, Pequeña y Mediana empresa PROMIPYME Red
Nacional de Grupos Gestores, del Ministerio de Economía, que ha venido aplicando una
metodología exitosa elaborada en una universidad de Estados Unidos, la de San Antonio en
Texas (UTSA). La metodología es conocida por sus siglas en inglés como SBDC o Small
Business Development Centers-SBDC, centros que se instalan en las sedes de las
universidades, aunque no exclusivamente, con el objetivo principal de contribuir a la
dinamización de las economías locales y al fortalecimiento del tejido productivo, acercando
los servicios de desarrollo empresarial a mujeres y hombres emprendedores y a las
MIPYMES con potencial de crecimiento ofreciendo servicios de capacitación, asesoría
empresarial y asistencia técnica para fomentar el desarrollo económico local y maximizar y
capturar el impacto económico236
. Estos centros que pueden estar físicamente funcionando
en las sedes de las universidades operan contratando a un profesor de dedicación estable
como director del mismo y a varios profesores y estudiantes que realizan las actividades
propias del centro, y remuneran al equipo con fondos provenientes del Estado, con el
compromiso de generar impacto en las regiones cercanas a la Universidad. Así, por
ejemplo, en Guatemala, la Universidad del Istmo se constituye en un SBDC con la misión
de mejorar la dirección y gestión de las micro, pequeñas y medianas empresas en el
departamento de Guatemala, municipio de Fraijanes y otros municipios aledaños, por
medio de asesoría, capacitación y asistencia técnica en desarrollo, promoción y
comercialización de productos y servicios innovadores y sostenibles; priorizando las
235
Cfr. ETZKOWITZ, HENRY Y LOET LEYDESDORFF, "Universities in the Global Economy: A Triple Helix of
University-Industry-Government Relations ", paper presented at the The Triple Helix as a Model for
Innovation Studies 1998, vol. 25, p. 195-203, http://www.leydesdorff.net/th2/spp.htm, obtenido el 14 de
diciembre de 2014. 236
Cfr. PROMIPYME, Red Nacional de Grupos Gestores, Memoria de Labores, 2015.
http://www.gruposgestores.org.gt/2011/wp-content/uploads/2015/10/Memoria-de-labores.compressed.pdf,
obtenida el 15 de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
106
actividades empresariales en manufactura ligera, TIC´s, turismo y agroindustria. Desde el
centro se contacta a profesores y estudiantes que pueden colaborar con las necesidades
presentadas por los empresarios237
.
Es inquietante que en países como Guatemala, un país rico en recurso natural y tan
cercano a uno de los países más desarrollados del planeta, los pobres solo posean el 3% de
la riqueza nacional238
. En el país hay ahora varias iniciativas que han surgido de la
inquietud de los empresarios por impactar en la mejora del país. Una de ellas es
“Mejoremos Guate”, una iniciativa que ha elaborado una estrategia de incidencia en
políticas públicas para el desarrollo integral del país. Se trata de una propuesta ciudadana,
abierta e incluyente, para fomentar el diálogo y lograr un plan de país consensuado con
otros actores y sectores. La iniciativa es impulsada por el sector empresarial unido, integra
proyectos e iniciativas técnicas, marcando rutas que permiten caminar juntos hacia una
nación más próspera, solidaria, segura, incluyente y transparente.239
En los modelos tripartitos, las iniciativas de desarrollo incluyen varios ejes para que
se generen más empleos, mayor inversión y mejores ingresos. La población de Guatemala
es de 16 millones, de los cuales se incorporan anualmente a la Población Económicamente
Activa - PEA - 140,000 jóvenes entre 14 y 20 años, pero solamente 20,000 encuentran
empleo formal. Esa brecha de empleos formales se cubre parcialmente con iniciativas de
emprendimiento, porque el guatemalteco tiene un alto índice de emprendimiento, pero no
tanto de sostener la empresa en el largo plazo. La gran mayoría de jóvenes generan con el
autoempleo en el área rural lo suficiente para subsistir. Se han identificado al menos 25
principales sectores productivos y se han analizado los cuellos de botella que impiden tener
un mayor crecimiento económico para generar puestos de trabajo y poder crecer por encima
del 6% anual.
El progreso de un país se basa en su población educada, en el capital humano. En
Guatemala, únicamente el 7% de los estudiantes que aprueban la primaria ganan las
237
Cfr. BARREDA DE HURTADO, LUCÍA, Y LINDA PAZ, Proyecto de SBDC para la Universidad del Istmo,
2015. 238
Cfr. INE, INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, Encuesta de condiciones de vida 2014 (ENCOVI), 2015.
http://www.gruposgestores.org.gt/2011/wp-content/uploads/2015/10/Memoria-de-labores.compressed.pdf,
obtenida el 15 de diciembre de 2015. 239
Cfr. WWW.MEJOREMOSGUATE.ORG, Portal Mejoremos Guate, 2015. obtenida el 15 de diciembre de 2015,
http://www.mejoremosguate.org/cms/es/quienes-somos.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
107
pruebas estandarizadas de matemática y el 24% de lectura. En el mundo de hoy las
ventajas competitivas se construyen mediante el capital humano calificado, con mejor
formación. Los países más competitivos han sabido formar a su población.
Otro eje es el de la seguridad, porque la falta de seguridad y justicia en un país
inhibe el desarrollo. Es preciso el fortalecimiento institucional de la policía y dotarla de las
tecnologías adecuadas, para que el software y el equipo, pueda ayudar a las autoridades a
responder con prontitud. Por otro lado habrá que apoyar técnicamente al Organismo
Legislativo para el desarrollo, discusión y seguimiento de leyes clave para el desarrollo
integral de la sociedad.
Las iniciativas del tipo de la triple hélice parten de la realidad de que todo desarrollo
sostenible no pueden basarse en iniciativas de un sector aislado de la sociedad, sino que ha
de incluir a varios sectores en un proceso que para tener garantía de éxito ha de ser integral
y congruente de modo que pueda enfrentar el reto de dar seguimiento y mantener la
vigencia de las acciones que se emprendan. Contribuir a la mejora de la competitividad y
capacidad de innovación del país y al fortalecimiento de la institucionalidad público-
privada es un reto al que han de enfrentarse juntos Universidad, Empresa y Estado. Gracias
a ello el país se hará competitivo e innovador con capacidad para generar una cantidad
suficiente de empleos para brindar riqueza y oportunidades a los ciudadanos.
Así, por ejemplo, el Estado ha de liderar el establecimiento y la gestión de una
agenda que plantee las estrategias y programas del Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación adaptado a la vocación de los recursos que se cuentan en el país;
generar incentivos fiscales que motiven a las empresas a participar en proyectos de
innovación con las universidades y ajustar la normativa en materia de la propiedad
intelectual, transferencia de tecnología y uso de las patentes; etc.
Por su lado las empresas, pueden poner generosamente a la disposición de la
Universidad los resultados de sus logros técnicos y de negocios; focalizar esfuerzos
importantes en sectores intensivos de Innovación y Desarrollo y llevar a la Universidad las
mejores prácticas.
La Universidad por su parte deberá organizar su actividad de manera que pueda
generar en su pensum de estudios como un eje transversal la formación en una cultura
solidaria que lleve a la misma Universidad, a sus directivos, profesores y estudiantes a
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
108
participar en proyectos de impacto social y empresarial. En muchos casos será necesario
establecer departamentos o centros dedicados a que el modelo de la triple hélice funcione
en la Universidad, y se podrá gestionar que profesores investigadores dediquen esfuerzos a
generar emprendimiento y orienten la tecnología a satisfacer necesidades sentidas.
Propiciar en el pensum de estudios cursos que puedan orientar hacia el servicio a la
comunidad, conocimiento de la problemática social, desarrollo de casos que recojan la
experiencia de las empresas y los gobiernos para que puedan ser material didáctico
efectivo.
Por otro lado habrá que generar espacios en los que participen los tres sectores para
producir, transmitir y transferir conocimiento que promueva la satisfacción de necesidades
de los distintos actores de la sociedad. Para esto deberá adaptar las normativas internas para
que se faciliten los procesos que permitan la transferencia de tecnología tanto a la empresa
como a la comunidad regional, nacional e internacional. También la Universidad puede
acercarse más a la empresa y al gobierno local para la construcción conjunta de agendas
programáticas de desarrollo local y regional, como también elaborar estudios que permitan
evaluar los modelos de Transferencia Tecnológica, su impacto y los factores que la
determinan, con el fin de darle un carácter más dinámico a su funcionamiento.
d. La Universidad y la Familia
Un rasgo característico que forma parte de los discursos de graduación elaborados
de los estudiantes en el acto de graduación es el espacio que destinan al agradecimiento a
quienes han contribuido a su formación personal y profesional. No con poca frecuencia el
espacio más importante está dedicado a sus familias. En la Universidad del Istmo, por
ejemplo, tenemos muchos ejemplos de ello.
Los actos de graduación son unos momentos que quedan registrados en la historia
familiar, son un triunfo de la familia. Los buenos padres han previsto desde jóvenes el
ahorro para que sus hijos puedan llegar a la Universidad, y después de graduados siguen
invirtiendo en ellos para que continúen estudios de maestría y doctorados. Es una de las
inversiones más importantes y preciosa para ellos.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
109
Cuando un chico o chica se gradúan del colegio, en la familia se sabe que es un
momento de inflexión: el joven debe decidir con toda libertad los estudios qué quiere
realizar y debe empezar a desenvolverse en la vida como un adulto, pues por lo general ya
son, o están cerca de ser mayores de edad. Es un momento de evaluación para la misma
familia que es escuela de libertad. Se trata de una cultura generalmente aceptada por todos:
los trámites en la Universidad los hacen los mismos jóvenes que no van acompañados por
su familia. Cuando un chico o chica son muy acompañados por sus padres surge un motivo
de alarma: hay que dar el espacio a los chicos para que tomen sus propias decisiones, a dar
la cara y presentar sus inquietudes el mismo, es como una segunda cortada de cordón
umbilical o destete. Según la condición económica de los estudiantes hay dos panoramas: o
trabajan y se pagan los estudios, o estos son financiados por la familia. En casi todos los
casos en países como Guatemala los chicos siguen viviendo con sus padres. En los casos
de estudiantes guatemaltecos que viajen a estudiar a otro país o región, el homesick, la
nostalgia, es un elemento con el que cuentan los educadores. Adaptarse en un lugar lejano
por poco tiempo puede ser visto como una aventura, pero a más largo plazo supone un
mayor grado de dificultad: la cercanía, diálogo, la comida, la limpieza de la casa, las
costumbres. Hoy en día este impacto puede ser atenuado en cierto grado por los medios de
comunicación. Hace unos días un anuncio de la radio explicaba cómo ahora las llamadas a
Estados Unidos cuestan lo mismo que las locales en Guatemala, de tal manera que el chico
comentaba alegre que siente a la madre tan cerca como si estuviera en el país. Y es lo
lógico, los padres han acompañado en el crecimiento académico y vital de sus hijos y lo
normal es que lo sigan haciendo. Vienen al caso unas palabras de Carlos Llano: «En las
escuelas pueden aprenderse oficios, mientras que en la familia se aprende, cuando se
aprende, el más alto y fundamental: el ser del hombre»240
.
"Es la crisis de la familia la que provoca la crisis de la juventud y por consiguiente
la que pone en un cierto peligro el futuro de nuestra sociedad”241
. La estabilidad familiar
impacta también mucho en el rendimiento de los estudiantes. Si hay problemas en la
240
LLANO, CARLOS, "El oficio de ser hombre," en http://istmo.mx/1994/09/el_oficio_de_ser_hombre/ ,
obtenida el 15 de noviembre de 2015. 241
ALVIRA, RAFAEL, "La crisis de la familia provoca la crisis de la juventud," en Noticias de la Universidad
de Montevideo (2011), http://www.um.edu.uy/noticias/62384-dr-rafael-alvira-la-crisis-de-la-familia-provoca-
la-crisis-de-la-juventud/, obtenida el 16 de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
110
familia, ordinariamente repercute en las calificaciones, en su estabilidad de ánimo, en la
forma de ver la vida. El asesoramiento académico se hace más necesario cuando los chicos
pasan por rupturas familiares entre sus padres, ya sean temporales o definitivas. La
Universidad no es ajena a las crisis familiares: cada vez es más frecuente que se inscriban
en la Universidad hijos de madres solteras que incluso no conocen a su padre, o que viven
con los abuelos porque los padres se han ido a trabajar a USA y con las remesas pueden
estudiar en la Universidad, u hogares con violencia intrafamiliar, o con padres divorciados
que conviven con nuevas parejas. Aunque la proporción de esos casos es menor que las de
los que tienen un hogar estable, el rendimiento y el ambiente universitario se ve fe afectado
necesariamente. Problemas de concentración, de drogas, de alcoholismo, de ética y de
corrupción son menores en los hogares bien establecidos. En una ocasión un grupo de
estudiantes de la Universidad del Istmo quiso celebrar el día de la madre a sus progenitoras
y preparó un concierto y un vino de honor. Una madre llorosa comentó en su emoción que
en el colegio de sus hijos no habían celebrado el día de la madre desde hace años y eso
denotaba el calor de hogar que se fomentaba en los estudiantes y el aprecio por el valor por
sus padres.
La Universidad debe buscar un buen balance entre tener a los padres cerca y la
ayuda a la autonomía de los alumnos. Hay muchos momentos en los que se puede
propiciar la unidad familiar: festivales familiares; entrega de méritos a los mejores
promedios anuales, a la que suelen venir los padres y abuelos; cada Facultad va
organizando actividades en las que puede invitar a los padres para poder estrechar las
manos y atenderlos cordialmente. No cabe duda que si las Universidades funcionan es
gracias a la generosa y abnegada contribución que las familias hacen para que sus hijos
puedan superarse.
La familia es el camino para construir un buen futuro242
. La Universidad tiene la
responsabilidad de apoyar a la institución más importante de la sociedad -la familia-,
verdadero termómetro de la salud social, y es una obligación de la academia el custodiar
este baluarte. La Universidad del Istmo quiso dejarlo expresamente plasmado en su ideario
que, en Artículo 3 expone “En la investigación, en la enseñanza y en el quehacer diario, la
242
Cfr. ALVIRA, RAFAEL, "Responsabilidad social y humanismo empresarial: Libertad, bien común, familia y
confianza" Gobierno Empresarial, Santiago, Universidad de los Andes, 2011, p. 15-36.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
111
Universidad fomenta el respeto a la dignidad de la persona, la defensa de la vida humana y
la promoción de la familia como institución primaria de la sociedad”243
. El contenido de
este artículo es tan prioritario que se quiso que fuera de los primeros y que además
coincidiera con el Artículo 3 de la constitución de la República, que defiende la vida desde
su concepción244
, aunque era difícil hacerlo con el 47 que se dedica a la familia. Este punto
del ideario sirve de referencia para actuar en muchos campos en el ámbito de la familia.
La Universidad no puede estar ajena a la promoción de la familia. El primero de los
ámbitos es “el quehacer diario” en el que se ha de custodiar y fortalecer a la familia. Esto
se verá plasmado en las políticas familiares con los empleados. No es extraño que haya
sido en el seno universitario de una investigación multidisciplinar donde surgiera el índice
IESE Family Responsible Employer Index (FREI) que analiza el nivel de implantación de
las prácticas de flexibilidad e integración trabajo-familia-vida personal en las empresas y su
impacto en las personas y la organización245
. Hoy en día ese índice recoge estadísticas de
20 países en los que han participado más de 10,000 personas. Los resultados son claros: si
una empresa se preocupa por las familias de sus colaboradores, estos dan mayores
resultados en su trabajo, pero lo más importante es que la empresa está colaborando con
que los padres puedan contar con tiempo adecuado para estar con sus familias que es lo que
dará una gran salud a la sociedad. Se revierte así la tendencia al “workholic” o trabajadores
obsesivos que dejan a la familia en un segundo plano, para poner el énfasis, por el
contrario, en educación, en seguridad y en salud familiar.
Por otro lado la Universidad debe fomentar entre sus profesores y personal la
identificación con este ideario. De esta manera los estudiantes tendrán en cada profesor un
ejemplo de coherencia de vida que les llevará a darse cuenta que es bueno ser exitoso
profesionalmente, pero más importante es ser exitoso familiarmente.
Podría decirse en este sentido que uno de los índices de éxito de la Universidad será
el que sus egresados integren familias normales, familias felices, en las que demuestren que
243
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, Guatemala, 2006, n. 3. 244
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA, 11 de mazo de 1985, “Artículo 3o.- Derecho a la vida.
El estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la
persona” y “Artículo 47. Protección a la familia. El Estado garantiza la protección social, económica y
jurídica de la familia. Promoverá su organización sobre la base legal del matrimonio, la igualdad de derechos
de los cónyuges, la paternidad responsable”. 245
Cfr. IESE BUSINESS SCHOOL, International Center for Work and Family - IFREI, 2015.
http://ifrei.iese.edu/ obtenida el 15 de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
112
son capaces de comprometerse para toda la vida con un ideal. Los estudiantes de Carlos
Llano recuerdan una frase impactante de su profesor: «El casarte con María Luisa implica
que vas a renunciar a las miles de millones de mujeres del mundo. ¿María Luisa vale
tanto?», y es que el matrimonio vale tanto que escoger a la pareja viene a ser un asunto de
vital importancia no sólo para el estudiante, sino para la familia que constituya y por lo
tanto para la sociedad. En la Universidad se ha empezado con una práctica de celebrar los
aniversarios de bodas de los egresados: una Misa y una pequeña celebración familiar
cuando cumplen años redondos de casados.
El ambiente es el vehículo formativo más importante y si el ambiente universitario
favorece a la familia, ello repercutirá en la vida de los estudiantes. Por esto es importante
que la reflexión sobre la realidad de la familia sea un eje transversal en la Universidad. Un
proyecto social con un grupo de estudiantes consistió en visitar un asilo de ancianos. Antes
de acudir se hizo un taller en el que se trabajó la psicología del anciano. Los chicos
prepararon actividades especiales y cada uno se acercó de una manera discreta a uno de los
ancianos para preguntarle qué es lo que más les gustaría. En una siguiente visita los
estudiantes procuraron llevarles lo que anhelaban tener. En una tercera fase, personalizada,
los asesores académicos preguntaron a esos alumnos sobre su relación con sus propios
abuelos: si los visitaban, con qué frecuencia, con qué gusto y con qué interés. Algunos de
ellos manifestaron que visitaban poco a sus abuelos, porque no tenían tema para hablar con
ellos, porque eran cascarrabias o porque simplemente no congeniaban. El proyecto fue
muy positivo, porque los chicos se dieron cuenta de lo mucho que tenían que agradecer a
los abuelos, que aprender de ellos y que muchas veces su mal carácter se debía a la soledad,
a no sentirse queridos y comprendidos. Ha sido una lección importante para esos alumnos
que desde que tuvo lugar esa actividad valoran, visitan y atienden mejor a sus familiares
mayores.
La Familia es un tema de investigación de gran interés desde todos los ámbitos que
se la estudie, y la Universidad puede y debe hacerlo: la arquitectura, diseñando casas que
faciliten el encuentro, el diálogo intrafamiliar; la urbanística que diseña ciudades en las que
hay espacio para las familia; la comunicación: trasmitiendo en programas de cine y
televisión valores familiares; la administración de empresas que genere en las empresas
ambientes amigables con los embarazos, con el cuidado de los ancianos, con los eventos
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
113
familiares de sus trabajadores. En el campo legal hay mucho por aportar, en primer lugar
mediante legislaciones que protejan a la familia.
Entre otros temas pueden ahondarse también cuestiones como las relaciones
familiares, el matrimonio, los conflictos familiares, la mediación y la terapia familiar, la
protección del menor, el derecho de los padres y poder público, la educación y la
afectividad, la educación y la sociedad, las instituciones educativas, los observatorios de
tendencias sociales, el ocio y el tiempo libre y los estilos de vida familiar.
Un movimiento relativamente reciente está constituido por los centros, institutos y
Universidades que se dedican al estudio y difusión del valor de la familia. Pablo VI,246
,
escribió en 1968 una controvertida encíclica Humanae vitae, que subtítulo “Sobre la
regulación de la natalidad” en la que definió la doctrina de la Iglesia sobre el aborto, y la
píldora anticonceptiva tan en boga en esa época. En la encíclica se trató el tema del amor, el
sexo y el matrimonio, el mismo año en que la revolución estudiantil proclamaba la libertad
sexual en el mundo occidental. Además constituyó en 1973 un Comité Pontificio para la
Familia.
Monseñor Livio Melina en el portal del Pontificio Instituto Juan Pablo II para
estudios sobre el Matrimonio y la Familia, Sección Española, relata cómo el 13 de mayo de
1981, día de la Virgen de Fátima y del atentado en la plaza de San Pedro a Juan Pablo II,
fue el día en el que el Papa anunció públicamente la fundación del Instituto que llevaría su
nombre y quería que estuviera dedicado al estudio del matrimonio y la familia247
. Desde
entonces muchas universidades en todo el mundo han dedicado institutos y centros a la
investigación y formación de miles de personas que quieren ser agentes que promuevan la
riqueza de la familia. Muchos de estos centros llevan el nombre de Institutos de Ciencias
para la Familia, convencidos de la necesidad y utilidad de responder de forma científica,
bien fundamentada a la realidad que el matrimonio y la familia viven en el mundo actual,
en la cultura y en la vida de cada persona248
.
246
Cfr. WWW.FAMILIA.VA, “Pablo VI, el Papa de la familia y de la vida será beatificado”, 2014,
www.familia.va, obtenida el 16 de diciembre de 2015. 247
Cfr. PONTIFICIO INSTITUTO JUAN PABLO II PARA ESTUDIOS SOBRE MATRIMONIO Y LA FAMILIA, 2015,
https://www.ucv.es/jpii/ obtenida el 15 de diciembre de 2015. 248
Cfr. FAMILIA, INSTITUTO DE CIENCIAS PARA LA, Ciencias para la familia,
http://www.unav.edu/matrimonioyfamilia/instituto_ciencias.php?c=2&c2=2c, obtenida el 21 de diciembre
de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
114
El último sínodo extraordinario que se celebró en el Vaticano hace pocas semanas
ha vuelto a subrayar que la familia no es el problema, sino la solución249
y va dando las
claves para seguir trabajando en y desde la Universidad los asuntos que son de mayor
envergadura para la construcción de una nueva cultura que favorezca el resurgimiento de la
familia y el matrimonio.
No es posible construir una sociedad sin partir de cada familia, tarea nada pequeña,
para la que es necesario poseer un espíritu magnánimo sin el cual no es posible sostener el
empeño para consolidarla y facilitar que cuando llegue el momento oportuno los hijos
puedan tomar las decisiones sobre su propio futuro y verlos partir para que ellos construyan
con solidez este mismo círculo virtuoso:
“Sin entusiasmo para empezar, tenacidad para seguir, y desprendimiento para ver
cómo lo construido se va, no hay familia posible. Muchos no la forman porque no se
atreven, o no se consideran con fuerzas para ello. Es decir, les falta grandeza de ánimo.
Pues las tres virtudes señaladas no son más que tres variantes de ella, cuya diferente
modulación viene dada por el momento cualitativo en que juegan su papel, y cuya
característica añadida es la dificultad creciente. Hace falta mucho corazón para lanzarse,
más para continuar y más para desprenderse.” 250
La Universidad juega un papel preponderante en el desarrollo de una cultura a favor
del matrimonio, de la familia y de la vida que trae como consecuencia inmediata un aporte
a la seguridad, el desarrollo económico y social de la civilización.
249
Cfr. ACEPRENSA, “Final del Sínodo: la familia no es el problema sino la solución”, 2015.
https://www.aceprensa.com/articles/final-del-sinodo-la-familia-no-es-el-problema-es-la-solucion/, obtenida
el 16 de diciembre de 2015. 250
Cfr. ALVIRA, El lugar al que se vuelve. Reflexiones sobre la familia, p. 91.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
115
Capítulo 4. Un Modelo integrador al servicio del bien común: San Josemaría y la
Universidad
“Para ti, que deseas formarte una mentalidad católica, universal, transcribo algunas
características: — amplitud de horizontes, y una profundización enérgica, en lo permanentemente
vivo de la ortodoxia católica; — afán recto y sano —nunca frivolidad— de renovar las doctrinas
típicas del pensamiento tradicional, en la filosofía y en la interpretación de la historia...;
— una cuidadosa atención a las orientaciones de la ciencia y del pensamiento
contemporáneos; — y una actitud positiva y abierta,
ante la transformación actual de las estructuras sociales y de las formas de vida” 251.
San Josemaría Escrivá
En los últimos siglos grandes pensadores se han dado a la tarea de preguntarse cuál
ha de ser la identidad de una universidad con identidad Cristiana. Romano Guardini, John
Henry Newman, Jacques Maritain, san Josemaría Escrivá, Juan Pablo II, Joseph Ratzinger,
y más recientemente Alasdair Macyntire, Chales Taylor, John Rawls, Robert Spaeman.
Por otro lado, ilumina el pensamiento universitario el gran impulso que san
Josemaría realizó para promover la institución universitaria. Tuvo la intención de escribir
un libro que englobara sus ideas sobre los rasgos esenciales de una universidad pero acabó
su fecunda existencia sin ver a luz ese sueño. Sin embargo, sus hijos, herederos de tan rico
legado, se han dado a la tarea de sistematizar las ideas que san Josemaría expresó por
escrito y verbalmente sobre tan importante tema. Y así universitarios como Leonardo Polo,
Alejandro Llano, Francisco Ponz Piedrafita, Rafael Alvira, Miguel Alfonso Martínez
Echeverría, Juan Fernando Sellés, María Ángeles Vitoria, Jutta Burggraf, Concepción
Naval, Alfredo Rodríguez Sedano, Francisco Altarejos, entre otros, se han dado a la tarea
de profundizar en la misión de una universidad y en la forma que debe adoptar.
Todos esos pensadores han iluminado la tarea de la universidad contemporánea que
se resiste a reducir su tarea a la fábrica de profesionales en serie. Este capítulo quiere
exponer, sin querer ser exhaustivo, las ideas de san Josemaría sobre la universidad,
siguiendo los modelos universitarios expuestos en el primer capítulo del trabajo.
251
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Surco, n. 428.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
116
1. Distintos tipos de Universidades católicas.
Como se ha desarrollado en el primer capítulo de este estudio, la Iglesia construyó
la civilización occidental hoy conocida aportando a la cultura las primeras universidades
nacidas en el siglo XIII, que surgieron de la tradición de los estudios de Teología de las
escuelas catedralicias y monacales establecidas por los obispos y por las grandes órdenes
religiosas. Más adelante surgieron estudios de Medicina y de Derecho Civil y Canónico y
se fue fraguando la forma jurídica de la universidad en la Edad Media: Pontificias y Reales.
Con el correr de los siglos han sido muchas las universidades que han sido promovidas por
cristianos a lo largo del orbe para la difusión de la fe y de la cultura.
El Código de Derecho Canónico (CIC) de 1990, en sus cánones 807 al 814252
reconoce la existencia de la Universidad Eclesiástica y la Católica. Al primer grupo se les
denomina universidades eclesiásticas, que son erigidas o aprobadas por la jerarquía de la
Iglesia, en las que se cursan materias eclesiásticas como la Teología, el Derecho Canónico,
Sagradas Escrituras. En este tipo de universidades la misión fundamental es la formación
de los sacerdotes y los futuros ministros. Las universidades eclesiásticas más antiguas del
mundo son la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) y la
Universidad Pontificia Gregoriana. La lista de estas universidades es vasta, y entre ellas se
incluye por ejemplo la prestigiosa Pontificia Universidad Lateranse.
En una asegunda clasificación se encuentran las denominadas universidades
católicas que forma parte de la estructura de la Iglesia, son erigidas y aprobadas por la
jerarquía de la Iglesia con la aprobación de la autoridad eclesiástica competente al igual que
las eclesiásticas. La diferencia estriba en que en estas universidades se estudian también
otras ciencias que no son eclesiásticas. Una universidad católica asume en sus estatutos o
documento equivalente lo regulado en relación a las universidades católicas. Su
administración descansa en algún instituto religioso u otra persona jurídica. Figuran aquí un
buen número de universidades prestigiosas a cargo de las órdenes religiosas como las de
tradición Ignaciana y Salesiana.
252
Cfr. CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO,
http://www.vatican.va/archive/ESL0020/_INDEX.HTM, obtenida el 10 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
117
Existe un tercer tipo de universidades que no son jurídicamente erigidas como
católicas pero que tienen esa inspiración. Juan José Mora explica que son universidades
cuyo ideario es igualmente católico, pero que están constituidas sin los elementos formales
propios del concepto canónico de universidad católica. De tal manera, que no dependen de
la jerarquía eclesiástica, ni tienen la condición oficial ni la denominación de “católicas”. A
estas universidades se les denomina como universidades de inspiración cristiana253
.
2. Experiencia universitaria de san Josemaría Escrivá.
Las universidades promovidas por san Josemaría, que predicó la santificación en
medio del mundo, pertenecen a este tercer prototipo. San Josemaría “calificaba este tipo de
iniciativas como labores “de promoción humana, cultural y social, realizadas por
ciudadanos, que procuran iluminarlas con las luces del Evangelio y caldearlas con el amor
de Cristo”. En la misma línea, Álvaro del Portillo las caracterizaba como universidades que
se proponen “institucionalmente realizar una aportación cristiana al desarrollo de la
cultura”254
.
San Josemaría tuvo un gran amor a la institución universitaria. Experimentó de
primera mano la experiencia universitaria, las ilusiones, necesidades, carencias y
frustraciones de sus profesores y alumnos y la labor de formación que debía darse en
ella255
: “Yo amo a la Universidad: me honro de haber sido alumno de la Universidad
Española”256
.
De joven soñaba con ser arquitecto. Su vida tomó otros derroteros e ingresó al
Seminario de San Carlos en Zaragoza. Al mismo tiempo se matriculó en la Facultad de
Derecho y obtuvo su Licenciatura Civil en 1927. Más tarde se trasladó a Madrid para
253
MORA, JUAN MANUEL, "Universidades de inspiración cristiana: identidad, cultura, comunicación,"
Boletín Romana. n. 54. Enero-Junio 2012. http://es.romana.org/art/54_8.0_1 obtenido el 10 de noviembre de
2015. 254
MORA, JUAN MANUEL, "Universidades de inspiración cristiana: identidad, cultura, comunicación". 255
Cfr. Argandoña, Antonio. Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad,
www.unav.es/bvcedej/sites/default/files/.../XUNAV_UN005034_3035.pdf, obtenido el 10 de noviembre de
2015 256
ARGANDOÑA, ANTONIO, "Homilía en la Catedral de Pamplona, el 30 de noviembre de 1964" Nuestro
Tiempo, 1965.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
118
cursar el Doctorado en Derecho en la entonces llamada Universidad Central, en 1927,
obteniendo su título unos años más tarde.
En Madrid entró en contacto con estudiantes en su universidad y de otras
universidades. En 1933 impulsó la Academia DYA con el objetivo de impartir formación
humana, doctrinal, espiritual y profesional a universitarios que radicaban en esa ciudad. Al
siguiente año se inició la residencia de estudiantes de la calle Ferraz, que ha sido la semilla
que luego han hecho germinar un gran número de residencias y colegios mayores en todo el
mundo. Su labor docente en los años que vivió en Madrid fue intensiva. Fue profesor de
Derecho Canónico en Zaragoza y de Derecho Romano en Madrid, de Ética y Deontología
en la Escuela Oficial de Periodismo en Madrid.
Al Doctorado Civil se sumó el de Teología por la Universidad Lateranense en Roma
en 1955. Obtuvo un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza. Fue
además Gran Canciller de las Universidades de Navarra y de Piura en Perú. En 1957 fue
consultor de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, y miembro de la
Pontificia Academia de Teología en 1957.
San Josemaría ha realizado valiosas aportaciones a todo el mundo de la educación,
desde la infantil hasta la universitaria. Víctor García Hoz relata que “Monseñor Escrivá de
Balaguer tenía su propio estilo educativo. Tengo para mí que este estilo pone relieve en las
dos actividades que a mi modo de ver eran más queridas por él. La actividad personal, de
amistad, de convivencia, de trato individual diferente para cada hombre y esa otra
catequesis a la que se dedicó especialmente en los últimos años, en la cual se realiza la
maravilla de que siendo multitudinaria no pierde su carácter íntimo”257
.
Sus aportes educativos giran en torno al espíritu que debe inspirar la educación, al
modo entender a las personas, de tratarlas y de coadyuvar con su formación humana,
profesional y cristiana. Aportó ideas relevantes sobre la tarea universitaria y fomentó la
creación de universidades con una visión de apertura al conocimiento, investigación y
desarrollo.
La expansión de la Prelatura del Opus Dei por todo el mundo le llevó a entrar en
contacto con profesores y estudiantes de las más variadas universidades del orbe.
257
GARCÍA HOZ, VÍCTOR, San Josemaría Escrivá y la educación, 2009,
http://udep.edu.pe/capellania/2009/04/san-josemaria-escriva-y-la-educacion-por-victor-garcia-hoz/, obtenido
el 8 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
119
Consecuencia de su actitud de apertura hacia las distintas culturas fueron sus sugerencias
para diseñar una universidad abierta a las necesidades cambiantes del mundo
contemporáneo.
Gracias a su impulso, en 1968 nació el Congreso Universitario UNIV con el
objetivo de permitir que cada año, jóvenes de todo el mundo pudieran vivir una
experiencia de impacto académico, cultural y espiritual en sus jóvenes vidas. Nace en ellos
una gran creatividad como consecuencia del contacto con el patrimonio cultural, espiritual
y artístico que custodia la ciudad de Roma. Cuatro décadas después de su primera edición
se cuentan por miles los estudiantes y profesores universitarios que han podido ampliar sus
propios horizontes, dialogar y confrontar de manera constructiva algunos de los temas de
mayor importancia en el mundo juvenil y de la sociedad actual, en el clima universal del
centro de la Cristiandad. Durante este congreso los estudiantes han tenido la cercanía del
Santo Padre en audiencias especiales concedidas por Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto
XVI y el Papa Francisco.
Su pensamiento universitario realizó una síntesis de las distintas tradiciones
universitarias, a las que añadió el genio propio de su profundo y novedoso espíritu.
Además, impulsó directamente la creación de la Universidad de Navarra, primera de las
numerosas que han surgido bajo su aliento e inspiración. Podría decirse que toma lo mejor
las diversas tradiciones universitarias.
3. El valor de la tradición universitaria en san Josemaría
En este apartado se analiza cómo san Josemaría supo valorar de las distintas
tradiciones universitarias el genuino espíritu académico, de investigación y de servicio de
la universidad. Se seguirá el recorrido histórico del surgimiento de las distintas
universidades a lo largo de los siglos y cómo en la práctica san Josemaría tomó de los
distintos estilos lo mejor para animar las universidades que impulsó. Se ha revisado cómo
la institución universitaria ve la luz en la Edad Media y se constituye como una de las
instituciones más importantes que ha inventado la civilización occidental.
Con motivo de la Beatificación de su Fundador y Gran Canciller, la universidad de
Navarra publicó un volumen en el que se recogen los mensajes que dirigió a la comunidad
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
120
universitaria. Se incluyen en el volumen los cuatro actos de investidura de Doctores
Honoris Causa que presidió. En esas oportunidades se invistieron a trece profesores de
singular relevancia por diversos motivos. Se ha elaborado un cuadro analítico que incluye
los nombres de los profesores, las universidades donde estudiaron y las razones por las que
se les concedió el doctorado honoris causa. Todos ellos tenían méritos académicos
relevantes que los hicieron acreedores a la distinción; algunos ya contaban con Doctorados
Honoris Causa de otras casas de estudio superior. No pocos de entre ellos colaboraron de
manera especial con el desarrollo de la Universidad de Navarra. Con las universidades de
proveniencia se establecieron lazos de gran fruto investigador y de relaciones de tipo
académico.
Son de mucha utilidad estos textos porque dejan ver muy claramente, la alta estima
y consideración que ocupaban en la cabeza y el corazón de San Josemaría las universidades
de donde provenían los profesores que fueron galardonados con tan alta distinción. Esos
discursos han sido tema de reflexión para muchos universitarios, y constituyen un material
precioso a la hora de hacer un análisis de la idea de universidad que tenía San Josemaría
sobre esta institución. En este trabajo se busca tomar como hilo conductor la tradición
universitaria desde su aparición en la Edad Media para ver cómo San Josemaría –en la
mejor línea de la historia universitaria- destaca las características que debería tener una
universidad: promover el bien común, la sincera búsqueda de la verdad, una sana
convivencia entre profesores, estudiantes y directivos, la defensa de la libertad, el servicio a
la sociedad.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
121
Doctorados Honoris Causa que se otorgaron en la Universidad de Navarra en
vida de San Josemaría Escrivá de Balaguer, mientras fue Gran Canciller258
.
Fecha Profesor Títulos Razones
28
nov.
1964259
Prof. Dr. D.
Miguel Sancho
Izquierdo
Doctor en Derecho y en Filosofía y Letras Universidad de
Zaragoza.
Presidió la Inauguración de las actividades del Estudio
General de la Universidad de Navarra en 1952260
.
El Estudio General de Navarra
inicialmente estuvo adscrito a la
Facultad de Derecho de
Zaragoza en 1952261
.
Prof. Dr. D.
Juan Cabrera y
Felipe
Doctor en Física U. de Zaragoza262
.
Profesor de Ciencias Naturales.
Rector de la Universidad de Zaragoza: 1954-1968.
Apoyó el desarrollo inicial de la
Universidad de Navarra con
mucho ahínco y abnegación.
258
Elaboración propia. 259
Cfr. ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “Formacion enteriza de personalidades jovenes” en Josemaría
Escrivá de Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 73-78. 260
El 12 de febrero de 1953 el Ministerio de Educación Nacional comunicó al Estudio General de Navarra el
reconocimiento de la adscripción de su Escuela de Derecho a la Universidad de Zaragoza, después de haberlo
solicitado Ismael Sánchez Bella el 31 de octubre de 1952. 261
Cfr. DE MEER, FERNANDO, (coord.), El comienzo de la Escuela [Facultad] de Derecho de la Universidad de
Navarra (1952-1957). Un apunte histórico, p. 25-26, Studia et Documenta, vol. 8, Rivista dell'Istituto Storico
San Josemaría Escrivá, 2014. 262
La Universidad de Zaragoza fue fundada en Fundada en 1524. En 1960 le confirió el doctorado Honoris
Causa en Filosofía y Letras a Josemaría Escrivá de Balaguer.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
122
Fecha Profesor Títulos Razones
7
octubre
de
1967263
Prof. Dr. D.
Guilherme
Braga da Cruz
Doctor en Derecho y Rector de la Universidad de
Coímbra264
.
Grandes aportes a la ciencia
Jurídica.
Mons. Dr. D.
Willy Onclin
Doctor en Derecho Canónico y Derecho Civil por la
Universidad de Lovaina265
.
Uno de los canonistas que más
había contribuido al Derecho
Canónico.
Prof. Dr. D.
Ralph Merle
Hower
En la Universidad de Kansas266
estudió Economía. Fue
becario del Pembroke College, Becario en Oxford267
. Doctor
en (Historia de las Empresas) por Harvard268
Business
School.
Apoyo invaluable al IESE
Business School.
Prof. Dr. D.
Otto B.
Roegele
Medicina y Filosofía (Historia) en las Universidades de
Múnich269
, Heidelberg270
, Erlangen271
y Estrasburgo272
.
Doctor en Medicina por la Universidad de Múnich y Doctor
en Filosofía por la de Estrasburgo.
Director de revistas científicas
de gran alcance.
Prof. Dr. D.
Jean Roche
Doctor en Medicina, y en Ciencias. Farmacéutico. Profesor
de la en Lyon273
y de Marsella 274
. Desde 1961 era Rector de
la Academia de París (Universidad de París).
Aporte significativo a las
ciencias.
Prof. Dr. D.
Carlos
Jiménez Díaz.
Doctor en Medica Universidad de Madrid275.
Grandes aportes Médicos a la
Sociedad. Profesor y gran apoyo
de Eduardo Ortiz de Landázuri.
263
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “Servidores nobilisimos de la ciencia” en Josemaría Escrivá de
Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 85-94. 264
La Universidad de Coímbra es una de las más antiguas de Europa, inició en 1290 como Estudio General de
Portugal. 265
La Universidad Católica de Lovaina fue fundada en lo que hoy es Bélgica en 1425. Estudió allí el insigne
pensador Erasmo de Róterdam, entre otros grandes humanistas del renacimiento. 266
La universidad de Kansas fue fundada en 1865, por los ciudadanos de Lawrence, Kansas bajo la
legislación del estado de Kansas. 267
La fundación imprecisa de la Universidad de Oxford se ubica en 1167, así como el inicio de las primeras
residencias estudiantiles, que luego se convirtieron en colleges. 268
La Universidad de Harvard fue fundada en 1637 con el nombre de New College o the college at New
Towne. Cambió el nombre a Harvard College en 1639 en recuerdo a su benefactor John Harvard, un joven
clérigo que donó a la institución su biblioteca y la mitad de su patrimonio. 269
Fundada en 1472. La universidad de pública de Múnich ha sido considerada particularmente desde el siglo
XIX como una de las universidades más prestigiosas de Alemania y de Europa; con 34 galardonados al
premio Nobel, se posiciona como la número 17 a nivel mundial en términos de laureados. Allí estudió
Benedicto XVI. 270
La Universidad de Heidelberg, creada en 1386, es la más antigua de las alemanas. 271
La Universidad Pública de de Erlangen-Núremberg fue fundada en 1742. 272
La Universidad de Estrasburgo tiene su origen en el Gymnasium, confesión protestante en 1538. En 1970
se dividió en tres universités especializadas a las que se añaden ocho grandes écoles. Université Louis Pasteur
(ciencias y medicina); Université Marc Bloch (letras y humanidades) Université Robert Schuman (ciencias
empresariales, derecho y políticas) 273
La Universidad Pública de Lyon desde 2007 agrupa las tres universidades públicas de la ciudad, una de
ellas es la Universidad Claude Bernard o Universidad de Lyon I, fundada en 1808, especializada en los
dominios de ciencia y tecnología, salud y ciencias del deporte. También existe la Universidad Católica de
Lyon fue fundada en 1875. 274
La Universidad Aix-Marsella es la universidad pública de Aix-en-Provence y Marsella en el sur de
Francia. Se fundó en 1409 y se disolvió en 1791 como medida de la Revolución Francesa. Sus facultades e
institutos sobrevivieron como instituciones independientes. En 1968 se unieron de nuevo y en 1973 se
convirtieron en tres universidades. . se unieron de nuevo todas las instalaciones en 1968, 275
Universidad de Madrid o Universidad Central fue creada en 1822. Actualmente es la Universidad
Complutense de Madrid.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
123
Fecha Profesor Títulos Razones
7 de
octubre
de
1972276
Prof. Dr. D.
Paul Ourliac.
Se licenció en Letras –sección Historia– y en Derecho.
Universidad de Toulouse277
.
Grandes contribuciones al
Derecho Civil.
Prof. Dr. D.
Juan de
Contreras y
López de
Ayala.
Derecho en Salamanca278
y Filosofía y Letras en Madrid;
Director de la Academia Española de Bellas Artes en
Roma279
.
Grandes contribuciones al
desarrollo de las Artes.
Prof. Dr. D.
Erich Letterer.
Estudió Medicina y Ciencias Naturales en la Universidad de
Friburgo280.
Se doctoró en Medicina por la Universidad de
Würzburg281.
Con su investigación médica
ayudó a dar sólidas bases para el
desarrollo de la Medicina y de
las Ciencias Biológicas.
9 de mayo
de 1974282
Mons. Dr.
Franz
Hengsbach.
Estudió en Paderborn283
y Friburgo. Doctor en Teología por
la Universidad de Münster284
en 1944.
Primer Presidente de Adveniat.
Gracias a su iniciativa, la
Conferencia Episcopal Alemana
creó la Acción Adveniat para
ayudar a la Iglesia en
Latinoamérica.
Dr. D. Jérôme
Lejeune.
Doctor en Medicina y en Ciencias Naturales en 1961 por la
U. de París285.
Director de investigación del Centro
Nacional de Investigaciones Científicas de París. Profesor
de Genética Fundamental en la Universidad de París.
Genetista dedicado a la defensa
de la vida
276
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “La Universidad ante cualquier necesidad de los hombres” en
Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 95-102. 277
La universidad de Toulouse fue fundada en 1229, es la segunda universidad más antigua de París.
Originalmente contaba con 4 facultades: Teología, Derecho Canónico, Derecho Civil y Arte. En 1257 se
agregó la Facultad de Medicina. 278
La Universidad de Salamanca es la universidad en activo más antigua de España, fundada en 1218, y la
cuarta más antigua de Europa después de Bolonia, Oxford, Paris y Cambridge. 279
Fundada en 1873 La Academia Española de Bellas Artes de Roma fue una institución española en Roma,
dedicada al fomento del estudio y estímulo de las bellas artes y donde se formaron grandes pintores y
escultores españoles Ha sufrido múltiples transformaciones a partir de 1984. 280
La Universidad Pública de Friburgo fue fundada en 1457. Es especialmente reconocida en el área de
medicina, biología, ciencias forestales, inteligencia forestal y tecnología en microsistemas. 281
La universidad pública alemana de Wurzburgo, fundada en 1402, es una de las más prestigiosas del país.
Fue la sexta universidad fundada en el ámbito germano (tras Praga, Viena, Heidelberg, Colonia y Erfurt), y la
primera de Baviera. 282
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “El compromiso de la verdad” en Josemaría Escrivá de Balaguer y
la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 103-112. 283
La Universidad de Paderborn es una fundación jesuita de 1614. Fue cerrada en 1819 y refundada en 1972.
Actualmente es una universidad pública de Renania del Noste-Westfalia en Alemania. 284
La alemana Universidad Pública de Münster, fundada en 1780, queda en Müster, Renania del Norte-
Wesfalia, 285
La Universidad de París (1150) fue una de las universidades medievales más antiguas y más importantes,
también conocida como La soborna. En 1793, fue cerrada y sustituida por escuelas superiores especializadas
en Derecho, Medicina, Ingeniería, entre otras. En 1896, se reabrió con cuatro facultades: Derecho, Medicina,
Letras y Ciencias. Tras los sucesos de 1968 las reformas de 1968 y 1971 la universidad se dividió en trece
universidades independientes, algunas de ellas multidisciplinares y otras especializadas en determinados
ámbitos del conocimiento.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
124
San Josemaría estudió en universidades públicas y eclesiásticas y se sintió cómodo
en el ambiente de libertad en el que profesores y estudiantes se respetaban. Hizo suyo ese
espíritu y ello le impulsó a promover actividades universitarias y con universitarios en
múltiples lugares. Se fundaron desde el inicio de la historia del Opus Dei residencias
universitarias y colegios mayores, con cuya actividad se venía a completar la labor
educativa de las universidades.
San Josemaría entendía que la libertad de enseñanza es un aspecto de la libertad
general y que debería existir en todos los niveles y para todas las personas individuales y
jurídicas286
.
“Libertad de enseñanza, por tanto, en todos los niveles y para todas las personas. Es
decir, que toda persona o asociación capacitada, tenga la posibilidad de fundar centro de
enseñanza en igualdad de condiciones y sin trabas innecesarias. La función del Estado
depende de la situación social: es distinta en Alemania o en Inglaterra, en Japón o en
Estados Unidos, por citar países con estructuras educacionales muy diversas. El Estado
tiene evidentes funciones de promoción, de control, de vigilancia. Y eso exige igualdad de
oportunidades entre la iniciativa privada y la del Estado: vigilar no es poner obstáculos, ni
impedir o coartar la libertad (…) Algunas manifestaciones, para la efectiva realización de
esta autonomía, pueden ser: libertad de elección del profesorado y de los administradores;
libertad para establecer los planes de estudio; posibilidad de formar su patrimonio y de
administrarlo. En una palabra, todas las condiciones necesarias para que la Universidad
goce de vida propia. Teniendo esta vida propia, sabrá darla, en bien de la sociedad
entera”287
.
La visión que san Josemaría tiene del espíritu universitario es la misma que la de la primera
universidad medieval que nace de los estudiantes buscando ese noble afán de saber, que
lleva a un estudio constante en busca de la verdad, el respeto a los diferentes modos de
pensar y hacer, resultado del amor a la libertad y en la disposición de poner al servicio de
los otros los logros alcanzados. “No hay –no existe- una contradicción entre el servicio a
Dios y el servicio a los hombres; entre el ejercicio de nuestros deberes y derechos cívicos, y
los religiosos; entre el empeño por construir y mejorar la ciudad temporal, y el
convencimiento de que pasamos por este mundo como camino que nos lleva a la patria
celeste”288
. “No es verdad que haya oposición entre ser buen católico y servir fielmente a la
286
Cfr. PORTILLO, ÁLVARO, FRANCISCO PONZ Y GONZALO HERRANZ. En memoria de Mons. Josemaría
Escrivá de Balaguer. Eunsa, Pamplona, 1976, P.95. 287
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 79. 288
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Amigos de Dios, Madrid, Rialp, 2001, n. 165.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
125
sociedad civil. Como no tienen por qué chocar la Iglesia y el Estado, en el ejercicio
legítimo de su autoridad respectiva, cara a la misión que Dios les ha confiado. Mienten -
¡así: mienten!- los que afirman lo contrario. Son los mismos que, en aras de una falsa
libertad, querrían “amablemente” que los católicos volviéramos a las catacumbas”289
.
La fusión entre fe y libertad, entre cristianismo íntegro y pluralismo fraternal dentro
de una sociedad civil constituyen innegablemente uno de los rasgos más sorprendentes de
su personalidad, y le hacen precursor de una nueva cristiandad dentro del pluralismo de las
sociedades abiertas. A lo largo de toda su vida y su obra es constante y proverbial su
defensa de una recta concepción de la libertad. Baste el siguiente texto como botón de
muestra: “...llevo toda mi vida predicando la libertad personal, con personal
responsabilidad. La he buscado y la busco por toda la tierra, como Diógenes buscaba un
hombre. Y cada día la amo más, la amo sobre todas las cosas terrenas: es un tesoro que no
apreciaremos nunca bastante”290
.
Su tesis es que la defensa de la fe cristiana no puede justificar la creación de un
partido único religioso, que no haría más que alargar la lamentable confusión entre religión
y política, e iría en contra de la misma actitud de Dios con respecto a los hombres, de no
ejercer nunca la menor coerción291
: “No pienso en el cometido de los cristianos en la tierra
como en el brotar de una corriente político-religiosa –sería una locura -, ni siquiera aunque
tenga el buen propósito de infundir el espíritu de Cristo en todas las actividades de los
hombres”292
, porque “nada más lejos de la fe cristiana que el fanatismo, con el que se
presentan los extraños maridajes entre lo profano y lo espiritual sean del signo que sean”293
.
Es pues un rechazo de la mentalidad de partido único, o de cualquier otra forma monolítica
de ejercer el poder, la que preconiza san Josemaría: “¡Qué empeño el de algunos en
masificar!: convierten la unidad en uniformidad amorfa, ahogando la libertad”294
. Son
aquellos: “que tienen mentalidad de partido único, en lo político o en lo espiritual. Los que
289
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Es Cristo que pasa, Madrid, Rialp, 2010, n. 184. 290
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa n. 184. 291
Cfr. CHABOT, JEAN LUC, Libertad y política en los escritos de san Josemaría Escrivá, 2015.
www.es.josemariaescriva.info/articulo/libertad-y-politica-en-los-escritos-de-san-josemaria-escriva, obtenida
el 16 de noviembre 2015. 292
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, n. 183. 293
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, n. 74. 294
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Surco, n. 401.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
126
tienen esta mentalidad y pretenden que todos opinen lo mismo que ellos, encuentran difícil
creer que otros sean capaces de respetar la libertad de los demás”295
.
Y toda esta doctrina sobre la libertad, tiene una aplicación concreta e inequívoca en
lo que respecta a la Universidad: "Si por política se entiende interesarse y trabajar en favor
de la paz, de la justicia social, de la libertad de todos, en ese caso, todos en la Universidad,
y la Universidad como corporación, tienen obligación de sentir esos ideales y de fomentar
la preocupación por resolver los grandes problemas de la vida humana. Si por política se
entiende, en cambio, la solución concreta a un determinado problema, al lado de otras
soluciones posibles y legítimas, en concurrencia con los que sostienen lo contrario, pienso
que la Universidad no es la sede que haya de decidir sobre esto. La Universidad es el lugar
para prepararse a dar soluciones a esos problemas"296
.
Otro aspecto fundamental del espíritu de san Josemaría en lo referente a la libertad
universitaria está en su negativa a que el Opus Dei o cualquiera de sus Obras Corporativas
hagan propia alguna escuela económica, política, educativa, social, etc. En la Universidad
cada profesor es libre de buscar la verdad, sin sentirse atado a una escuela. Caben visiones
distintas en el campo científico y en la esfera social, dentro del respeto a la verdad, a la
dignidad de la persona humana y a la ley natural; para los cristianos, también en el respeto
al magisterio de la Iglesia y al dogma y moral cristianos. Es lógico que cada profesor tenga
ideas sobre las mejores soluciones para un aspecto científico o social de la realidad. En la
universidad caben todos: solo con la pluralidad de visiones, se hará posible el ideal
universitario.
a. Idea original de las Universidades cristianas: Universitas
Scholarium Bononiensis. Los Estudiantes
Así de la universidad medieval tomó la idea general de lo que debe ser una
universidad: universitas magistrorum et scholarium, que aproximadamente significa,
comunidad de profesores y estudiantes. La Universidad de Bolonia inicia sus actividades
por el interés de los estudiantes que se asentaron en locales alquilados, con tal de recibir
295
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 50. 296
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 77.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
127
clases de afamados profesores, hasta que se vio la necesidad de adquirir sedes propias.
Álvaro D’Ors, en un escrito de homenaje a san Josemaría explicaba el paralelismo de la
experiencia de la universidad medieval y del surgimiento de la Universidad de Navarra, que
empezó en locales que no le eran propios y con espíritu extraterritorial, al estilo de las más
antiguas, antes de que surgiera la tendencia territorial del siglo XIV.
“A esta reminiscencia del más genuino carácter extraterritorial de la universidad
parece corresponder también el hecho anecdótico pero significativo de que las Facultades
de la de Navarra iniciaran su existencia al estilo de aquellas primeras medievales; así, la de
Derecho, alojada en un edificio civil cedido por el gobierno regional; la de Medicina, en un
hospital de beneficencia pública; y la de Teología, en un recoleto ángulo del claustro
catedralicio. Se repetía de este modo la historia de los «estudios generales» de la Edad
Media, que tampoco habían empezado su existencia en locales propios, sino como
agrupaciones personales de maestros y alumnos accidentalmente asentados en locales
ajenos, hasta que las mismas exigencias les vinieron a dar sus propias sedes más estables.
Todavía hoy, el gran conjunto de edificios de la Universidad de Navarra en Pamplona se
aloja en esta especie de pequeño edén que es el Campus, pero éste es también un ameno
parque público abierto a todo el mundo”297
.
Los estudiantes como protagonistas.
Aunque no todos, un buen porcentaje de estudiantes acuden a la universidad con la
ilusión de aprender. La sociedad, los padres y ellos mismos esperan mucho de cada uno y
como manifestación del aprecio por su dignidad se les exige. No exigirles significaría no
confiar en la capacidad que tienen de dar lo mejor de sí. El estudio es un trabajo intelectual
y es necesario para contribuir al bien de la sociedad, está en relación con la justicia y la
solidaridad. San Josemaría interpelaba a los jóvenes a estudiar: “Al que pueda ser sabio no
le perdonamos que no lo sea”298
y “El estudio, la formación profesional que sea, es
obligación grave entre nosotros”299
.
Los estudiantes se enfrentan con su propia educación, trabajan en colaboración con
otros, confían en la valoración de sus tareas, toman una actitud activa ante el aprendizaje,
297
D'ORS, ALVARO, Amor a la Universidad, 1985. http://www.todosloslibros.info/index.php/mas-articulos-
testimonios/2-testimonios-sobre-el-opus-dei-y-san-josemaria/107-amor-a-la-universidad, p.332, obtenida el 8
de noviembre de 2015. 298
SAN JOSEMARÍA, Camino, n. 333. 299
SAN JOSEMARÍA, Camino, n. 334.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
128
desarrollan competencias que les lleven a ser profesionales competentes, con personalidad
madura, de buen criterio, lógica en el razonamiento, claridad de mente y en la expresión de
las ideas, con convicciones sólidas, respeto a la persona y sus opiniones, comprensivos,
leales, corteses y ejemplares en su educación cívica300
.
Per aspera ad astra, no es posible llegar a la excelencia sin esfuerzo. Los
resultados académicos tienen proporción directa al nivel de exigencia que los profesores y
estudiantes se apliquen sobre sí mismos. “Estudia. –Estudia con empeño. –Si has de ser sal,
luz, necesitas ciencia, idoneidad. ¿O crees que por vago o comodón vas a recibir ciencia
infusa?301
”.
b. París: Humanidades y Teología, los profesores
La inicial Universidad de París del siglo XIII llegó a albergar varias facultades
como la de Artes, de donde surge la de Filosofía, Teología, Derecho y Medicina. Por la
facultad de Filosofía debían pasar todos los alumnos antes de iniciar sus estudios en alguna
de las otras tres. Sin embargo, es la Facultad de Teología la que llegó a ser de mayor
prestigio en Europa y ello se debió a la gran calidad de profesores como san Buenaventura
que atrajo como alumno a Santo Tomás de Aquino, contratado posteriormente como
profesor en 1256.
Mientras fue Gran Canciller de la Universidad de Navarra san Josemaría otorgó el
Doctorado Honoris Causa a varios profesores franceses como Paul Ourliac de la
Universidad de Toulouse y Director del Instituto de Estudios Jurídicos de dicha ciudad; el
genetista Jéròme Lejuene de la Universidad de París; o el profesor Jean Roche quien fue
Rector de la Universidad de la Sorbona. Con ocasión de la concesión a este último, san
Josemaría en su discurso expresó que:
300
Cfr. UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario , n. 17. 301
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 340.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
129
“La joven Universidad de Navarra quiere honrar también a su hermano mayor, ese
gran Studium Generale que desde hace muchos siglos es en París una antorcha encendida,
que ilumina con su resplandor los dilatados horizontes de nuestra cultura occidental”302
.
San Josemaría vislumbraba la necesidad de que hubiera personas con un prisma
humanista, que permite un diálogo sereno, una defensa y respeto de la dignidad de las
personas, que ayuda a conocer los límites de las cosas y de uno mismo, da apertura a la
realidad y hace capaces de superar la dispersión exterior que esta sociedad acarrea.
Comprendía que era necesario para que la sociedad florezca apropiadamente el cultivo de
las humanidades: Historia, Filosofía, Literatura, Arte, Lenguas Clásicas, etc.
Las humanidades en el modelo universitario de san Josemaría tienen como objetivo
principal la integración de los conocimientos científicos específicos de cada área en el
marco de una visión cristiana del mundo, de la vida humana y del medio social. Las
humanidades vienen a ser como el faro que ilumina los caminos que toda persona ha de
recorrer. Ellas facilitan que se transite con paso firme, con las ideas claras del sentido de las
acciones y llevan al hombre a una vida lograda, evitan la incomunicación y el aislamiento
y facilitan alcanzar metas educativas de gran incidencia en la sociedad como son: la
comprensión crítica de la sociedad actual; la revitalización de los grandes tesoros
culturales de la humanidad; el planteamiento profundo de las cuestiones fundamentales que
afectan a la vida de las mujeres y de los hombres; y el incremento de la creatividad y la
capacidad de innovación. Sirva de ejemplo de ese espíritu el punto 7 del Ideario de la
Universidad del Istmo:
“Elaborar una síntesis de la cultura que armonice la especialización de los saberes
con la unidad orgánica de la verdad, iluminada por la fe cristiana, es un objetivo de la
Universidad del Istmo. Se busca dinamizar con la luz de la fe la investigación, las
enseñanzas y la vida universitaria, de manera que tienda a un alto nivel académico y a una
armoniosa conformidad con la doctrina y la moral de la Iglesia Católica. En los planes de
estudio se incluyen disciplinas humanísticas que permiten desarrollar el trabajo profesional
en conformidad con los derechos humanos y los principios éticos”303
.
302
ESCRIVÁ DE BALAGUER, “El compromiso de la verdad, 9-V-1974” en Josemaría Escrivá de Balaguer y la
Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 103-112. 303
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n. 7.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
130
El estudio profesional de la Teología no queda fuera del modelo universitario de san
Josemaría. En una entrevista realizada en el año 1967 había expresado que:
“La religión es la mayor rebelión del hombre que no quiere vivir como una bestia,
que no se conforma -que no se aquieta- si no trata y conoce al Creador: el estudio de la
religión es una necesidad fundamental. Un hombre que carezca de formación religiosa no
está completamente formado… La religión debe estar presente en la Universidad; y ha de
enseñarse a un nivel superior, científico, de buena teología. Una Universidad de la que la
religión está ausente, es una Universidad incompleta: porque ignora una dimensión
fundamental de la persona humana, que no excluye –sino que exige– las demás
dimensiones” 304
.
La centralidad de la religión en la vida humana pide la presencia de la Teología en
la Universidad como asignatura, pero siempre respetando la libertad de las conciencias. La
materia de Teología no se impone, San Josemaría subraya que la Universidad debe tener
un ambiente de libertad y responsabilidad personal, en el que cada uno pueda saberse en
casa propia, en el que todos se sientan invitados a manifestarse y actuar con confianza, en el
que haya convivencia, en el que puedan expresarse con serenidad opiniones y pareceres.
Las instituciones universitarias deben caracterizarse por impartir una educación en la
libertad personal y en la responsabilidad también personal. Con libertad y responsabilidad
se trabaja a gusto, se rinde y todos se encuentran en su casa, en su hábitat, en un lugar
amable en el que se puede dar lo mejor de sí.
Los estudiantes no cristianos que prefieran no estudiar teología tendrán otras
materias optativas institucionales para elegir. La práctica ha demostrado, con todo, que
incluso se matriculan algunos no católicos arrastrados por una curiosidad intelectual y en
ocasiones esa experiencia transforma su visión de la realidad.
En cualquier caso, San Josemaría considera natural que los católicos la quieran
estudiar:
“El afán por adquirir esta ciencia teológica –la buena y firme ‘doctrina cristiana’–
está movido, en primer término, por el deseo de conocer y amar a Dios. A la vez, es
304
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA Conversaciones, n. 73. Un comentario a este número de
Conversaciones puede verse en: ILLANES, JOSÉ LUIS, "Teología y Ciencia en una visión cristiana de la
Universidad" Scripta Theológica 14, 1982, p. 873-888.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
131
también consecuencia de la preocupación general del alma fiel por alcanzar la más profunda
significación de este mundo, que es hechura del Creador”305
Los profesores.
Se ha apuntado que san Josemaría fue un gran admirador de la tradición educativa
de la universidad francesa. La original universidad de París fue famosa por su Facultad de
Teología. Allí enseñaron grandes profesores como san Alberto y Santo Tomás de Aquino.
Leonardo Polo afirmaba que “El prestigio de una Universidad es inseparable de la calidad
de sus profesores y la calidad de sus profesores es el modo de funcionar la universidad”306.
El cometido del profesor universitario es uno de los más complejos, su labor universitaria le
exige identificación con el ideario, responsabilidad, autoridad y ejemplaridad. El
universitario por excelencia es el profesor: dedica con ilusión y empeño sus mejores
esfuerzos a la llamada a desarrollar el espíritu humano, ama su vocación y la eleva. Dos
aspectos caracterizan a los buenos profesores: que consigue que sus alumnos queden
satisfechos con la docencia y que se sienten animados a continuar aprendiendo porque lo
aprendido es verdaderamente valioso y sustantivo307
.
Los buenos profesores dan tanta importancia a su tarea docente como a su
investigación, se toman en serio cada clase que imparten. Planean y programan el trabajo
del curso con metas semestrales, mensuales, semanales y diarias. Van al aula con el
objetivo en la mente. Esto lleva consigo una labor constante de estudio y puesta al día, tanto
en contenidos como en metodología y tecnología que facilita el aprendizaje. Los mejores
profesores más que hacer escuela, crean equipos. Los equipos nacen siempre de un profesor
que tiene la necesidad de contagiar la ilusión por la docencia e investigación a otros colegas
y a sus estudiantes. No se atribuyen personalmente los hallazgos, sino que saben que son
logros compartidos y así surgen comunidades en torno a ellos, a su alrededor vibra un
grupo de estudiantes y profesores que van adquiriendo criterio y se van entusiasmando a
profundizar y llegar más lejos de lo que el profesor plantea. El buen profesor siempre busca
305
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Es Cristo que pasa, n.10. 306
POLO, LEONARDO, "El Profesor Universitario", Conferencia a profesores de la Universidad de Piura, Lima,
Perú, 1994. 307
Cfr. BAIN, KEN, Lo que hacen los mejores profesores universitarios, Universidad de Valencia, 2006.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
132
sucesores entre sus alumnos más aventajados, los propone como posibles doctorados y se
alegra con que lo superen con creces.
c. Oxford y Cambridge. Educación Integral. Modelo tutorial.
Colleges, residencias universitarias.
El modelo de universidad Inglesa tuvo un especial atractivo para san Josemaría, que
transcurrió los veranos entre 1958 y 1960 en Inglaterra308
. Visitó varias veces la
Universidad de Oxford, incluso albergó la idea de establecer en Oxford un college
universitario309
. Dedicó mucho trabajo a un gran proyecto para Oxford, estaba disponible
un terreno y parecía posible establecer allí un College para estudiantes extranjeros310
. No es
raro que su forma de concebir la educación universitaria coincida tanto con la de John
Henry Newman311
.
Tomó del modelo de la Universidad del Reino Unido, por lo menos dos ideas. Por
un lado, confirmó la necesidad de los colegios mayores o residencias universitarias como
un complemento importante para la formación de los universitarios. Por otro lado, tuvo un
especial interés en el modelo tutorial de la universidad Británica porque daba al estudiante
una verdadera formación personalizada, que le puede ayudar entre otras cosas a conseguir
la unidad de vida entre ciencia y fe. Así en las Universidades que tienen su inspiración, los
estudiantes cuentan con un asesor académico personalizado que le ayudará a no limitarse a
su preparación profesional, sino a completarla armónicamente con la formación de otros
aspectos de la persona: humano, cultural, deportivo, ético, social, espiritual.
Además el tutor puede –según el espíritu de san Josemaría- fomentar el espíritu de
servicio y solidaridad hacia las personas pobres y necesitadas. La ayuda del asesor
académico a lo largo de los estudios contribuye a la formación plena de hombres y mujeres
que amen la verdad y orienten su conducta individual y social de acuerdo con convicciones
308
Cfr. Illanes, José Luis, "Studia et Documenta", en Rivista dell'Instituto Storico San Josemaría Escrivá
2014, vol. 8 309
Cfr. PERO-SANZ, JOSÉ MIGUEL, Estudio sobre Camino, en
http://www.escrivaobras.org/book/estudioscamino-punto-3.htm, 2014. obtenida el 8 de noviembre de 2015. 310
Cfr. ILLANES, JOSÉ LUIS, "Diccionario Histórico de San Josemaría Escrivá de Balaguer", Instituto
Histórico San Josemaría Escrivá de Balaguer España: Editorial Monte Carmelo, 2013, p. 586. 311
Cfr. ARROYO, MARIO, Newman y Escrivá, 2010. http://www.opusdei.org/es-es/article/newman-y-escriva/,
obtenida el 8 de noviembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
133
personales profundas y con actitudes de servicio. “No hay Universidad propiamente en las
Escuelas donde, a la transmisión de los saberes, no se una la formación enteriza de las
personalidades jóvenes”312
.
En el año 2014, en la segunda visita que Monseñor Javier Echevarría, Prelado del
Opus Dei y Presidente Honorario de la Universidad del Istmo hizo a Guatemala, él
explicaba cómo san Josemaría aprovechaba todas las experiencias que funcionaban con
éxito en la sociedad, y lógicamente con esa mentalidad universal de querer aprovechar
todo lo bueno que se hacía en el mundo, pensó en las universidades anglosajonas en donde
tiene mucha importancia el tutorado. Por eso el asesoramiento tiene gran relevancia en las
iniciativas apostólicas de enseñanza que promueven los fieles del Opus Dei con otras
personas313
. San Josemaría afirmaba que:
“¡No pueden tratarse las almas en masa! No es lícito ofender la dignidad humana y
la dignidad de hijo de Dios, no acudiendo personalmente a cada uno (…) porque cada alma
es un tesoro maravilloso: cada hombre es único, insustituible. Cada uno vale toda la sangre
de Cristo”314
.
Los profesores en una universidad deben atender en su trabajo tres aspectos
fundamentales: la investigación, la docencia y la atención a los alumnos mediante el
asesoramiento personal. La atención individualizada al alumno como protagonista principal
de su propia formación –nadie puede ser educado en lugar de otro- condiciona la estructura
y las dimensiones de la Universidad del Istmo, que admite sólo el número de alumnos que
es posible atender personalmente315
. La atención tutorial personal se ha ido concretando de
manera distinta en cada universidad con el espíritu de san Josemaría pero siempre con el
mismo objetivo: permitir el conocimiento y acompañamiento de cada alumna y alumno que
312 ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “Formación enteriza de personalidades jóvenes, 28-XII-1964” en
Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, p. 313
ECHEVARRÍA, JAVIER, “Tertulia con estudiantes y profesores en la Universiad del Istmo”, Guatemala,
2014. El documento audiovisual se encuentra en la Biblioteca de la Universidad del Istmo. 314
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios, n. 27.
315
Cfr. UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Instrucción sobre el asesoramiento académico personal, n. 2, Guatemala
2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
134
facilite orientar el esfuerzo personal en la adquisición de hábitos, actitudes y disposiciones
así como enseñar a afrontar las dificultades, tanto académicas como personales316
.
En la Universidad del Istmo, por ejemplo, se ha diseñado un curso que los
estudiantes se asignan todos los semestres que dura su carrera. El FORHUM tiene como
base pedagógica la educación personalizada e integral y contribuye por tanto a la
excelencia académica, al enriquecimiento cultural y personal de los futuros profesionales.
Ayuda a los estudiantes a diseñar y realizar un proyecto personal de vida, a través de
actividades orientadas a aprender a pensar, querer y obrar, integrando conocimientos y
actitudes humanas aplicados a la propia carrera universitaria. Las actividades propias del
FORHUM se planifican y evalúan en las entrevistas de asesoramiento personal, que
facilitan la orientación personal. El FORHUM cuenta con varios medios para alcanzar los
objetivos:
a) Lecturas de literatura clásica y de interés cultural actual: a través de las que se
contribuye a la formación de la capacidad crítica, se fomenta el hábito de la lectura, se
desarrollan destrezas de pensamiento, se enrique el acervo cultural, se mejora del
vocabulario y la redacción.
b) Conferencias, cursos y talleres forman el criterio sobre temas de actualidad,
desarrollan el hábito de escuchar, aprender a tomar notas, la redacción de informes y la
expresión oral adecuada. Semanalmente se organiza una serie de conferencias, talleres y
foros virtuales, aulas, talleres de lectura, clubes culturales, etc.
c) Iniciativas de solidaridad y emprendimiento: A través de actividades, proyectos y
programas los estudiantes ponen en práctica el espíritu solidario y emprendedor que
concreta la responsabilidad ciudadana, el compañerismo, la lealtad y la generosidad.
Facilitan la aplicación de los conocimientos profesionales para la resolución de las
necesidades que presenta la sociedad, especialmente en beneficio de las personas más
necesitadas. Con estas iniciativas los estudiantes, a la vez que contribuyen al desarrollo del
país, adquieren competencias importantes que facilitan la investigación social para luego
316
Cfr. PAZ, LINDA, et al., Guía del asesoramiento académico personal en la Universidad del Istmo,
Guatemala, Universidad del Istmo, 2006, p.1.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
135
diseñar y formular modelos de solidaridad. Se propicia la capacidad de organización y la
toma de decisiones.
d. Alemania: Investigación aplicada.
El diseño universitario alemán también tuvo el reconocimiento y admiración de san
Josemaría. Subrayó la importancia de una investigación seria y del fomento de la creación
de centros de investigación aplicada y de investigación interdisciplinaria y la idea de poner
a practicar a los estudiantes en laboratorios.
En 1967 le confirió el Doctorado Honoris Causa en su calidad de Gran Canciller de
la Universidad de Navarra a Otto B. Roegele, Director del Instituto de Ciencias de la
Información de la Universidad de Múnich. En esa oportunidad resaltó la importancia de:
“Ser fermento de la sociedad en que vive: por eso debe investigar la verdad
en todos los campos, desde la Teología, ciencia de la fe, llamada a considerar
verdades siempre actuales, hasta las demás ciencias del espíritu y de la naturaleza.
Al evocar esta clara armonía del arbor scientiae (...) volvamos nuestra mirada de
nuevo al horizonte de la Universitas scientiarum, siempre dilatado más y más, para
responder a las nuevas necesidades y exigencias de la realidad social”317
.
También otorgó el Doctorado Honoris Causa al profesor Erich Letterer de la
Universidad de Tubinga en 1972 y al Obispo Franz Hensgsbach, Doctor en Teología por la
Universidad de Münster.
Búsqueda de la Verdad.
“En la Universidad se busca la verdad y se impulsa al universitario a buscarla y
amarla como un ideal que comprometa su vida. En esta búsqueda, la Universidad se
propone rescatar, acrecentar y transmitir los conocimientos verdaderos comunes a todos,
con mentalidad científica, abierta, creativa y responsable, que asegura la libertad de la
317
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “Servidores nobilísimos de la ciencia 7-IX-1967”, en Josemaría
Escrivá de Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 87.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
136
persona”318
. María Ángeles Victoria expone que san Josemaría contribuyó a mantener
despierta la sensibilidad la Universitas Studiorum que exige la búsqueda y la transmisión de
la verdad.
“Si todos los hombres, por ser inteligentes, desean naturalmente conocer la verdad
y, una vez encontrada, adherirse a ella y comunicarla, todo esto ha de resultar mucho más
vital en quienes se dedican al quehacer universitario. El estudio y en la investigación
apasionada de la verdad, con autoexigencia y profundo sentido de la responsabilidad, debe
ser en esta institución académica un compromiso común y permanente de profesores y
alumnos”319
.
San Josemaría explicaba en una ocasión que “La universidad sabe que la necesaria
objetividad científica rechaza justamente toda neutralidad ideológica, toda ambigüedad,
todo conformismo, toda cobardía: el amor a la verdad compromete la vida y el trabajo
entero del científico, y sostiene su temple de honradez ante posibles situaciones
incómodas, porque a esa rectitud comprometida no corresponde siempre una imagen
favorable en la opinión pública”320
, siete años antes había explicado la misma idea: «La
Universidad (…) debe investigar la verdad en todos los campos, desde la Teología, ciencia
de la fe, llamada a considerar verdades siempre actuales, hasta las demás ciencias del
espíritu y de la naturaleza"321
.
Diálogo entre Ciencia y Fe
San Josemaría no consideraba la Teología como una mera disciplina académica más
del pensum de estudios. Es algo muy característico suyo el entenderla como una dimensión
de la vida cristiana, que da luz y sentido a todo322
. Por eso, como promotor de centros de
investigación y de enseñanza superior, alentó el trabajo interdisciplinar animado de un
318
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n. 8. 319
VITORIA, MARÍA ANGELES, "Educación y espiritualidad. Algunas enseñanzas de San Josemaría sobre la Educación”, Coloquio sobre educación y educadores cristianos, Rennes, Francia, 2011, http://www.almudi.org/articulos/774-educacion-y-espiritualidad-algunas-ensenanzas-de-san-josemaria-sobre-la-educacion, obtenido el 16 de noviembre de 2015. 320
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “El compromiso de la verdad, 9-V-1974”, en Josemaría Escrivá de
Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 106. 321
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “El compromiso de la verdad, 9-V-1974” en Josemaría Escrivá de
Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 107. 322
Cfr. OCARIS, FERNANDO, "San Josemaría y la Teología" Scripta Theologica 26, 1994, p. 977-991.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
137
profundo sentido cristiano, y estimuló el intercambio académico entre los profesores de
distintas áreas, incluida la Teología323
María Ángeles Victoria explica cómo en San
Josemaría el intercambio interdisciplinar busca una síntesis y unidad, pero sin confusión,
dentro del más exquisito respeto de las fronteras epistemológicas de cada saber. “El
cristiano cuando trabaja, como es su obligación, no debe soslayar ni burlar las exigencias
propias de lo natural”324
.
San Josemaría amaba el mundo apasionadamente por ser hechura del Creador.
Admiraba la ciencia que entendía como un intento de deletrear el pensamiento divino en el
orden natural. En un discurso pronunciado durante un Acto académico resaltó que el
estudio de las ciencias humanas y el de la Teología tienen vocación de compenetración
entre sí:
“Soy sacerdote de Jesucristo y contemplo con alegría los avances grandiosos de la
sabiduría humana. El Señor otorgó al hombre, como prueba de su amor de predilección, el
privilegio de ese chispazo de la inteligencia divina que es el entendimiento. Y es una
maravilla comprobar cómo Dios ayuda a la inteligencia humana en esas investigaciones
que necesariamente tienen que llevar a Dios, porque contribuyen –si son verdaderamente
científicas– a acercarnos al Creador”325
.
En el contexto universitario actual, las enseñanzas de san Josemaría son muy
significativas dada la tendencia de cultivar las ciencias independientemente unas de otras,
sin diálogo entre ellas. El resultado es la fragmentación que transforma la Universidad —
como dice gráficamente Mac Intyre— en una Multiversidad326
. Es decir, en la negación de
lo que ha aspirado a ser la universidad desde su origen.
323
PONZ PIEDRAFITA, FRANCISCO, Principios fundacionales de la Universidad de Navarra, p. 85. 324
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, n. 184. 325
UNIVERSIDAD DE LA SABANA, “La Universidad ante cualquier necesidad de los hombres”. Discurso
pronunciado durante un Acto Académico con ocasión de la investidura de Doctores Honoris Causa, San
Josemaría y la Universidad, p. 98. 326
Cfr. MACINTYRE, ALASDAIR, God, philosophy, universities: a selective history of the Catholic
philosophical tradition, Lanham, Md., Sheed and Ward Book/Rowman & Littlefield Publishers, 2009.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
138
e. Estados Unidos: La Universidad de Harvard: Escuelas de
Negocios.
El destacado desarrollo de la universidad de Estados Unidos no pasó inadvertido
para san Josemaría. Admiró los avances científicos universitarios que han contribuido a
avances significativos para el progreso de la humanidad. En un acto de investidura en el
que se le confirió el doctorado Honoris Causa en Filosofía y Letras al profesor Ralph M.
Hower de la Universidad de Harvard, apuntaba que:
“Consciente de esta responsabilidad ineludible, la Universidad se abre ahora en
todos los países a nuevos campos, hasta hace poco inéditos, incorpora a su acervo
tradicional ciencias y enseñanzas profesionales de muy reciente origen y les imprime la
coherencia y la dignidad intelectual, que son el signo perdurable del quehacer universitario.
La Universidad de Navarra se ha esforzado siempre en dar respuesta positiva a tal
imperativo de nuestro tiempo, y se honra hoy al acoger en su Claustro de Doctores a dos
insignes maestros en estas modernas y actualísimas disciplinas, los Profesores Hower y
Roegele. El Profesor Ralph M. Hower es un destacado especialista en las Ciencias de la
Empresa. Autor de libros y trabajos que le han valido renombre en todo el mundo, en sus
estudios aflora siempre el interés por las relaciones humanas en el trabajo, en definitiva la
preocupación por el hombre, factor primordial de las actividades económicas y sociales.
Con el Profesor Hower y la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de
Harvard, la Universidad de Navarra tiene, además, una deuda de gratitud, por la valiosa
colaboración que han prestado a los programas de nuestro Instituto de Estudios Superiores
de la Empresa. Al honrar al Profesor Hower, rendimos también un homenaje a la gran
Universidad de Harvard, de cuyo Claustro nuestro nuevo Doctor es miembro eminente y
prestigioso”327
.
Bajo el impulso de San Josemaría surgieron varias Escuelas de Negocios y es lógico
porque el núcleo central del mensaje espiritual de san Josemaría es la santificación del
trabajo ordinario. Desde esas escuelas han salido preparados con visión práctica
empresarial, con un profundo sentido de la dignidad del trabajo y con una formación en
ética aplicada a los negocios miles de directivos empresariales.
327
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “Servidores nobilísimos de la ciencia 7-IX-1967” en Josemaría
Escrivá de Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 91.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
139
7. El carácter central del trabajo
Un rasgo esencial que configura el ambiente y la cultura de la Universidad pensada
por san Josemaría es la visión con que se valora la dignidad del trabajo. Se sostiene que el
trabajo bien hecho contribuye a la búsqueda de la perfección de toda la persona, es una
oportunidad de servicio y un medio para contribuir al desarrollo de la sociedad. “Por ello
fomenta el amor al trabajo, con todos sus valores humanos y sobrenaturales. Se cultiva un
ambiente de seriedad académica que posibilita el estudio y los hábitos de trabajo
universitario interdisciplinar y en equipo”328
. El trabajo en una universidad con el ideal de
san Josemaría tiene varias características: se trabaja con responsabilidad, con visión de
servicio a la verdad, con optimismo y visión sobrenatural.
“Como lema para vuestro trabajo, os puedo indicar éste: para servir, servir. Porque,
en primer lugar, para realizar las cosas, hay que saber terminarlas. No creo en la rectitud de
intención de quien no se esfuerza en lograr la competencia necesaria, con el fin de cumplir
debidamente las tareas que tiene encomendadas. No basta querer hacer el bien, sino que hay
que saber hacerlo. Y, si realmente queremos, ese deseo se traducirá en el empeño por
poner los medios adecuados para dejar las cosas acabadas, con humana perfección”329
.
San Josemaría expone en estas breves líneas las dimensiones objetivas y subjetivas
del trabajo. Una característica indispensable para que el hombre se realice como persona, es
que el producto o servicio esté hecho con perfección humana. La dimensión subjetiva es la
que le da la nobleza, la dignidad al trabajo, perfecciona al actuar y es infinitamente más
valiosa que la cosa que realiza, el hombre toca con su espíritu la materia y produce cosas
distintas, porque tiene capacidad de conocer la esencia de las cosas. El trabajo humano
puede ser fuente de una verdadera humanización, al igual que ocasión de una degradación.
Es evidente que las nuevas técnicas aplicadas al trabajo no pueden resolver por sí
solas los problemas humanos que surgen. Las motivaciones de los empleados, a todos los
niveles, no se limitan a la ganancia y al poder, sino que consideran también otras pautas
como son la participación en el trabajo creativo, la mayor importancia otorgada al “ser”
sobre el tener, a la atención de la familia de los trabajadores, a la búsqueda de otros
328
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n. 14. 329
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, n. 501.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
140
beneficios personales y no solo los puramente materiales. En toda persona cabe distinguir
tres diferentes fuentes de motivación que empujan a actuar: motivaciones extrínsecas,
intrínsecas y trascendentes330
. La motivación extrínseca lleva a la persona a realizar una
actividad con vistas a las recompensas (o castigos) que obtendrá de la acción. Una persona
puede estar motivada en conseguir un trabajo únicamente por el sueldo que le ofrecen, los
incentivos, el status que le ofrece la posición dentro de la empresa. En el caso del estudiante
puede ser la promesa de sus padres por una recompensa (viaje, carro nuevo, cambio de
tecnología). Lo que se busca no es el trabajo en sí, sino la retribución que se espera
alcanzar a cambio del esfuerzo realizado. También se ejecutan las acciones por motivos
intrínsecos, la motivación es interna, encuentra satisfacción al hacer esa actividad, un
artista se deleita ante la obra que realiza, un estudiante busca estudiar por satisfacer su
curiosidad intelectual o por obtener la mejor nota para ser admirado por sus compañeros,
profesores y familiares.
Un tercer escalón en el ascenso de las motivaciones lo constituyen los motivos
trascendentes, se trabaja con la ilusión de servir a otros en sus necesidades, incluso las que
el mismo beneficiado desconoce. Se entiende aquí el concepto de excelencia universitaria
plasmada en el lema de la institución “saber para servir”331
. No se estudia principalmente
por motivos extrínsecos (conseguir el mejor trabajo con el criterio que es mejor si tiene el
mejor sueldo posible y da un mejor status), ni solo intrínsecos (por que se tiene una gran
curiosidad intelectual, porque le gusta trabajar en equipo y que los demás valoren sus
aportes), sino sobre todo con visión trascendente: mientras más se sabe de algo, en mejores
condiciones de servir se está.
“El ideal es, sobre todo, la realidad del trabajo bien hecho, la preparación científica
adecuada durante los años universitarios. Con esta base, hay miles de lugares en el mundo
que necesitan brazos, que esperan una tarea personal, dura y sacrificada. La Universidad no
debe formar hombres que luego consuman egoístamente los beneficios alcanzados con sus
estudios, debe prepararles para una tarea de generosa ayuda al prójimo, de fraternidad
cristiana”332
.
330
Cfr. PÉREZ LÓPEZ, JUAN ANTONIO, Teoría de la acción humana en las organizaciones: la acción
personal, Madrid, Rialp 1991. 331
UNIVERSIDAD DEL ISTMO”, Ideario, n. 11. 332
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n.75.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
141
Pero estas motivaciones se pueden quedar en un plano humano. El estilo del trabajo
de san Josemaría lleva a subir un escalón más: “Hemos de ser optimistas, pero con un
optimismo que nace de la fe en el poder de Dios. El optimismo cristiano no es un
optimismo dulzón, ni tampoco una confianza humana en que todo saldrá bien. Es un
optimismo que hunde sus raíces en la conciencia de la libertad y en la seguridad del poder
de la gracia; un optimismo que lleva a exigirnos a nosotros mismos, a esforzarnos por
corresponder en cada instante a las llamadas de Dios”333
. Animó siempre a aspirar sueños
grandes de fe: “Con la gracia de Dios, tú has de acometer y realizar lo imposible..., porque
lo posible lo hace cualquiera”334
.
El trabajo ciertamente supone esfuerzo, dificultad, fatiga, puesto que la acción de
trabajar reclama empeño y provoca cansancio. La laboriosidad es una actitud del espíritu
que lleva a asumir y desarrollar con diligencia el propio trabajo y a enfrentarse con
responsabilidad y constancia con cuanto reclaman las tareas que a cada uno corresponden:
el estudiante estudia, el profesor imparte bien sus clases, el directivo ejerce su función de
servicio.
“Cuando tu voluntad flaquee ante el trabajo habitual, recuerda una vez más aquella
consideración: "el estudio, el trabajo, es parte esencial de mi camino. El descrédito
profesional —consecuencia de la pereza— anularía o haría imposible mi labor de cristiano.
Necesito —así lo quiere Dios— el ascendiente del prestigio profesional, para atraer y
ayudar a los demás". —No lo dudes: si abandonas tu tarea, ¡te apartas —y apartas a otros—
de los planes divinos!”335
.
Se oponen al trabajo bien hecho, entre otros, estos defectos que debilitan la
personalidad: la pereza, el activismo, el desorden, el desánimo336
. La pereza da entrada a la
dejadez, abandono, menosprecio, relajación de la exigencia personal. El activismo es la
búsqueda ansiosa del trabajo, a la entrega a una actividad desmesurada y febril, que
deforma la personalidad, impide atender a los demás, hace difícil desarrollar las cualidades
personales y puede llevar a la pérdida del sentido de la vida. La virtud de la laboriosidad a
diferencia del activismo, connota un contexto auténticamente espiritual y humano, “la
333
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, Forja, Madrid, Rialp, 2007, n. 659. 334
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Forja, n. 216. 335
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Surco, n. 781. 336
Cfr. ILLANES, JOSÉ LUIS, Laboriosidad, 2009. http://www.collationes.org/de-vita-christiana/quibusdam-
spiritum-operis-dei/item/203-laboriosidad-orden-jos%C3%A9-luis-illanes, obtenida el 21 de
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
142
laboriosidad o es un servicio o es mera esclavitud”337
. El trabajo humano está llamado a
producir frutos y a perfeccionar el sujeto que lo realiza, el hombre no es esclavo, sino señor
del trabajo. El activismo es una actitud que lleva a la persona a dejarse arrastrar por los
acontecimientos, sin llegar a dominarlos, trae consigo precipitación, desorden, ineficacia.
El orden, aunque tenga claras consecuencias materiales, tiene su raíz en el espíritu, es fruto
de una reflexión que considera el fin y de allí valora los medios apropiados para
conseguirlo.
8. Los directivos.
El ideario de la universidad del Istmo, recoge las ideas centrales del gobierno
colegial que, según el espíritu y las indicaciones precisas de san Josemaría, se debe vivir en
la universidad y dedica el cuarto capítulo a explicar el trabajo de gobierno en la
universidad. “El gobierno de la Universidad del Istmo tiene como finalidad principal la
mejora académica, humana y cultural de todas las personas que en ella trabajan y estudian.
Se entiende el gobierno como servicio, facilitando el trabajo de todos”338
.
La principal tarea de un equipo directivo es formar a todas las personas que de ellos
dependan; para ello debe esforzarse en conocer el espíritu que anima a la universidad, y
debe destinar tiempo para transmitir ese espíritu y para atender y escuchar los problemas y
dificultades que se les planteen, dando siempre consejos positivos y serenos, junto con las
orientaciones concretas que en cada momento juzguen pertinentes, sin olvidar que en los
casos verdaderamente importantes, es mejor no adoptar soluciones que no se han estudiado
previamente con las personas que les compete decidir, ni dejarse llevar en ningún caso por
la precipitación, favoritismos, ni ocultar información a los miembros de su Consejo, o a los
órganos de decisión superiores. Una autoridad académica que no viva la unidad con su
propio Consejo, o con el órgano superior inmediato, carece de la capacidad para formar a
los que de él dependen.
diciembre de 2015. 337
TORELLÓ, JUAN BAUTISTA, "La laboriositá, en Dalle mura di Gerico" Note i psicología spirituale, Milán,
1998. 338
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n. 18.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
143
“El ejercicio del gobierno en la Universidad del Istmo es siempre colegial. Las
decisiones son tomadas por los distintos miembros que integran cada órgano de gobierno y
todos se esfuerzan por hacer suyo lo decidido. Así se asegura la responsabilidad y la
libertad en el gobierno”339
. “Nadie puede pretender en cuestiones temporales imponer
dogmas, que no existen. Ante un problema concreto, sea cual sea, la solución es: estudiarlo
bien, y después, actuar en conciencia, con libertad personal y con responsabilidad también
personal”340
.
Las personas que gobiernan se constituyen en instrumentos de unidad y facilitan que
todos puedan vivirla hasta en los menores detalles. “Gobernar supone promover la
identificación con el proyecto fundacional (estatutos, ideario, reglamentos, etc.), confiar en
las personas, concertar voluntades, impulsar el trabajo conjunto y exigir el cumplimiento
del deber”341
.
9. Abierta a todos.
Según el pensamiento y el deseo expreso de san Josemaría, la Universidad debe
hacer un esfuerzo importante para que nadie deje de estudiar en ella por razones
económicas, teniendo las habilidades académicas. La selección para el ingreso a una
universidad debe orientarse a garantizar que los aspirantes reúnan las condiciones de
capacidad intelectual y que garanticen el ambiente de trabajo sereno e intenso que debe
reinar en la universidad. Octavio Arismendi Posada apuntaba en una conferencia sobre el
pensamiento universitario de san Josemaría que “la selección que se realiza en la
universidad no es contraria a la justicia y a la igualdad porque éstas no consisten en
conceder a cada uno lo mismo sino en dar a cada uno lo que le corresponde. La igualdad de
ingreso no es el ingreso de todos, sino igualdad de oportunidades para iguales talentos o
méritos”342
.
339
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n. 20. 340
BERNAL, SALVADOR, Conversaciones con Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, n. 77. 341
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n. 19. 342
ARISMENDI POSADA, OCTAVIO, "El ideal de universidad en el pensamiento del Beato Josemaría Escrivá de
Balaguer," Lección Inaugural en la Universidad del Istmo, 2002.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
144
La financiación de los estudiantes sin recursos propios se realiza por medio de becas
o créditos económicos estatales, de fundaciones y empresas privadas o por la misma
universidad para apoyar a los estudiantes a financiar estudios de pregrado y de postgrado en
el interior y en el exterior, que se amortizan después de concluidos. En países como
Guatemala, en donde las diferencias educativas son tan marcadas, las becas y asistencias
económicas se orientan a quienes tienen un alto nivel de desempeño académico y humano y
demuestren carencia de recursos económicos suficientes. Por ello parece ser mejor otorgar
distinciones académicas honoríficas a los mejores estudiantes y otorgar becas sólo a
personas que además de lo anterior demuestren carencia de recursos. Lo contrario lleva a
subsidiar a personas que no lo necesitan343
.
10. La Universidad y el servicio del bien común
San Josemaría concebía la universidad como una institución que por su naturaleza
promueve el bien común:
"Es necesario que la universidad forme a los estudiantes en una mentalidad de
servicio; servicio a la sociedad, promoviendo el bien común con su trabajo profesional y
con su actuación cívica. Los universitarios necesitan ser responsables, tener una sana
inquietud por los problemas de los demás y un espíritu generoso que les lleve a enfrentarse
con estos problemas y procurar encontrar la mejor solución. Dar al estudiante todo eso es
tarea de la universidad"344
.
El punto central, por su posición y el más largo del ideario de la UNIS hace
referencia a la solidaridad, emparentada profundamente con la de bien común:
“Un principio esencial que inspira las actividades de la Universidad es elaborar -y
sobre todo vivir y difundir- la cultura de la solidaridad, expresada en un estilo de vida que
manifiesta la primacía de la persona sobre las cosas y promueve el efectivo interés de cada
uno por el bien de los demás. La cultura de la solidaridad entiende el saber como servicio,
por eso el lema de la Universidad del Istmo es "saber para servir". La solidaridad se mide
por obras de servicio. La Universidad diseña el plan de estudios de tal suerte que los
estudiantes puedan desarrollar una eficaz acción social, principalmente dirigida a los
343
Cfr. ARISMENDI POSADA, "El ideal de universidad en el pensamiento del Beato Josemaría Escrivá de
Balaguer. 344
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 74.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
145
sectores menos favorecidos. El estudiante se prepara así para un futuro ejercicio profesional
auténticamente solidario”345
.
Aunque el principio de solidaridad está inscrito en la naturaleza del hombre, la
tendencia al egoísmo puede sofocarlo si no se desarrolla la virtud correspondiente, por esto
es importante que la educación cívica y solidaria esté presente en los distintos ámbitos de
acción del hombre para que el orden social sea el apropiado a la dignidad de cada persona.
"La Universidad no debe formar hombres que luego consuman egoístamente los beneficios
alcanzados en sus estudios, debe prepararlos para una tarea de generosa ayuda al prójimo,
de la fraternidad cristiana"346
.
El diseño de la educación no estaría completo si no incluyera el aspecto de la
solidaridad, una solidaridad que llegue a ser cultura, que sea plenamente acogida y
totalmente pensada347
, que tenga como meta “globalizar la solidaridad”, frase acuñada por
Juan Pablo II frente a los retos que presenta el mundo globalizado de cara a las necesidades
de los más desfavorecidos.
Un ejercicio correcto de la solidaridad tiene un complemento adecuado en la
formación cívica, cuyo concepto desarrolla Alejandro Llano:
“Lo primero que habría que decir de la formación ciudadana es que no consiste en
una información teórica que hubiera que impartir en unas clases determinadas del currículo
escolar. Se trata de aprender el oficio de la ciudadanía. Porque, efectivamente, la ciudadanía
es una especie de saber artesanal, hecho de capacidades de diálogo, de mutua comprensión,
de interés por los asuntos públicos y de prudencia a la hora de tomar decisiones. Se trata de
un conocimiento práctico que sólo se puede adquirir en comunidades vitales cercanas a las
personas mismas, como son la familia, el colegio, la parroquia o la Universidad. El aprendiz
de ciudadano se integrará realmente en tales comunidades si descubre que en ellas hay unas
prácticas que apuntan a lo bueno y lo mejor, si vislumbra que son grupos armónicos y
abiertos que valoran a las personas por sí mismas y que tienen finalidades de mejora ética y
social”348
.
345
UNIVERSIDAD DEL ISTMO, Ideario, n.11. 346
ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 74.
347
JUAN PABLO II, "Mensaje a los participantes del XVIII Encuentro Internacional de Oración por la Paz",
Castelgandolfo, 3 de octubre de 2004. 348
LLANO, ALEJANDRO, "Claves para educar a la generación del yo." Nuestro Tiempo 2001,
http://www.unav.es/educacion/colegios/articulos/Estudios5.pdf.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
146
En la universidad se debe apuntar a educar profesionales dispuestos generosamente
a complicarse la vida, a influir en el ambiente, a reaccionar con energía para no dejarse
llevar por la corriente, personas con disposiciones estables: no sometidas al vaivén del
sentimentalismo o de los entusiasmos pasajeros, con la voluntad, los modos de pensar y de
sentir, orientados al servicio de los demás. Los profesores son llamados a desarrollar
capacidades, sin miedo a exigir, a pedir más de lo que pueden dar, no tiene sentido
empequeñecer los horizontes de los jóvenes, hay que dejarles que sean audaces, no solo
limitarse a contagiar entusiasmo, los ideales deben asentarse en la cabeza y de allí mover el
corazón.
Para conseguir la educación cívica es preciso contar con ambiente fértil, acogedor,
bueno, una síntesis de bienes, virtudes y normas que se entrelazan para configurar un estilo
de vida, una cultura, un modo panorámico de percibir el entorno social y el mundo físico.
No se trata de estructurar un conjunto de reglas de comportamiento ni un plan de desarrollo
pedagógico más o menos sofisticado, se trata de vida, no de técnicas, de un estilo que se
consigue cuando se vive intensamente de acuerdo con convicciones que superan con mucho
las convenciones propias de sociedades sumidas en la tibieza, en la que lo más importante
es guardar las apariencias349
.
Pero sobre todo para que el humanismo cívico brote apropiadamente, es preciso el
cultivo de las humanidades, es decir, de la historia, la filosofía, la literatura, el arte, las
lenguas clásicas, un cultivo en cuya necesidad insistió repetidamente y desde el principio
muchos años san Josemaría. Algunos políticos y educadores se han dado cuenta del
tremendo error que se está cometiendo al marginar las disciplinas más formativas de los
programas de estudio, tanto en la enseñanza primaria y secundaria como en la
universidad350
. El olvido de las humanidades conduce a la incomunicación, la
incomunicación lleva al aislamiento, y el aislamiento –como advirtió Hannah Arendt– es
pretotalitario. Las humanidades facilitan que se logren cuatro metas educativas de la mayor
trascendencia: la comprensión crítica de la sociedad actual; la revitalización de los grandes
tesoros culturales de la humanidad; el planteamiento profundo de las cuestiones
349
Cfr. LLANO, "Claves para educar a la generación del yo". 350
Cfr. IBID.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
147
fundamentales que afectan a la vida de las mujeres y de los hombres; el incremento de la
creatividad y la capacidad de innovación351
.
351
Cfr. LLANO, ALEJANDRO, Humanismo cívico, Barcelona, Ariel, 1999, p. 15; LLANO, ALEJANDRO, El futuro
de la libertad, Pamplona, EUNSA, 1985, p. 95; Cfr. LLANO, ALEJANDRO, El diablo es conservador
Pamplona, EUNSA, 2001, p. 94.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
148
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
149
Capítulo 5. Construir el bien común a través del diálogo: Universidad personalizada vrs
la masificada.
“Dialogar es un arte universitario, y es el más difícil que hay.
Es el arte humano por excelencia y toda verdadera Universidad buscaba
enseñarlo y ejercitarlo (…) Saber dialogar con contenido y de la manera
apropiada trae consigo el estar aprendiendo continuamente,
porque cada palabra bien dicha es una invitación a que el otro responda” 352
.
Rafael Alvira
La Universidad tiene ya una larga vida y experiencia para adaptare a los cambios
históricos, nuevas situaciones y como siempre, ahora se enfrenta a varios desafíos por
superar si quiere seguir siendo una Institución que marca los derroteros de la civilización.
Uno de esos desafíos es el de la educación integral. Cada persona tiene un valor al que no
se le puede poner precio por ser singular e irrepetible. La Universidad, a pesar de la
capacidad que tenga de albergar estudiantes y profesores, no debería crecer si no tiene la
capacidad de la relación personalizada en donde se puede propiciar el desarrollo personal
del estudiante. La Universidad no puede reducir su actividad a organizar el trabajo de los
profesores y estudiantes, no se trata de un servicio de instrucción. La Universidad es un
espacio en el que se promueve y custodia el valor de las relaciones humanas, que unen a
profesores, estudiantes, administrativos, padres, antiguos estudiantes, con lazos de afinidad
de valores y compartiendo, bien preparados y con espíritu de servicio.
Aristóteles en su Política observa cómo la naturaleza ha otorgado al hombre las
características necesarias o los rasgos específicos precisos para vivir en sociedad. El hecho
de que la persona posea la palabra le permite vivir en sociedad porque le da la oportunidad
de comunicarse con los otros hombres, de tratar de temas fundamentales como lo que es
justo o lo injusto, lo que es bueno o pernicioso, lo que es bello y agradable, valores
fundamentales para la cohesión y buen funcionamiento de la sociedad. Así pues el hecho de
352
ALVIRA, "La Universidad en su idea y en su historia", p. 3.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
150
que la naturaleza haya dotado a la persona de la palabra demuestra que la naturaleza ha
destinado a toda persona a vivir en sociedad353
.
Carlos Llano explica cómo la Universidad es un lugar privilegiado para el diálogo,
pero para eso es necesario que la educación sea personalizada, pues sólo en ese ambiente se
puede formar el carácter. “La universidad, no es el sistema (mecanicismo) el que
desencadena el proceso formativo, sino más bien el ethos distintivo de lugar y de allí la
importancia de la asesoría individualizada y la lucha contra un ambiente impersonal”354
.
Centrados en la educación personalizada, es menester subrayar que lo más
íntimamente personal es el auténtico diálogo, el cual sólo se puede hacer con la doble
condición de amar el saber y tener amistad con las personas junto con las cuales se busca la
verdad. Esa doble condición se puede expresar mediante una palabra clásica: estudio. La
Universidad se caracteriza por el espíritu de estudio. La “docencia y la investigación” tan
mencionadas ahora por los legisladores universitarios sólo son verdaderas si proceden del
espíritu de estudio que implica el verdadero diálogo y no como fruto de presiones
certificadoras.
El método socrático es el descubrimiento más fundamental para el saber, y su olvido
actual se paga en una educación de personas que a veces saben muchas cosas, pero que no
saben, son superficiales y masificadas.
La gran tradición socrática adquiere una forma particular durante la Edad Media.
Los tres principios del razonamiento escolástico: el rigor en el vocabulario, el fiel
cumplimiento de las leyes de la dialéctica y la adecuada utilización de los textos anteriores
tenían siempre por base la realidad del diálogo. Los libros durante la época clásica
escolástica, antes de la aparición de la imprenta, eran bienes escasos y para tener acceso a
los escritos se reunía un grupo de estudiantes en torno al profesor, que leía y comentaba el
escrito. La dialéctica suponía un entrenamiento arduo que proporcionaba al alumno hábitos
científicos de gran valor. A partir del sistema tradicional de la lectio, se desarrollaron tres
tipos de ejercicio: la questio (formulación del problema, o sea el “poner en cuestión” el
texto), la disputatio (discusión abierta, anunciada de antemano, sobre una questio, seguida
el día siguiente de la síntesis de lo dicho, a cargo del maestro) y la disputa quodlibet
353
Cfr. ARISTÓTELES, Política. Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1998. Libro I.1,2. 354
LLANO, CARLOS, Sistemas vrs. Personas. La nueva cultura de la organización, p. 91.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
151
(discusión convocada dos veces al año por los maestros para tratar sobre cualquier tema
libre –de ahí su apelativo de quilibet ad voluntatem cujuslibet-)355
.
La historia universitaria posterior a la invención de la imprenta, ya en la edad
“moderna” muestra una progresiva inclinación al uso individualizado de libros y el alumno
poco a poco deja de estudiar “con los libros” al comentarlos con sus maestros, para estudiar
“en los libros”. Este cambio, que se fue generalizando en muchas Universidades, fue
rompiendo el auténtico espíritu de esta institución.
Se libraron de ello hasta cierto punto las Universidades mejores del mundo
anglosajón, en las que el sistema “tutorial” siguió favoreciendo el diálogo, y las
Universidades alemanas a partir sobre todo de la “Humboldt” berlinesa, por su sistema de
seminarios científicos.
Pero el “golpe de gracia” para la Universidad se dio con la masificación que siguió a
la “revolución del 68”. El intento –además muy apresurado- de “democratizar” la
Universidad, estuvo a punto de destruirla, y aún se está lejos de haber vencido la crisis. Más
bien los signos son contrarios a ello.
La Universidad ha sido siempre a lo largo de la historia una institución volcada a la
mejora de la sociedad, y en la que estudiaban alumnos de todas las clases sociales –el
sistema de becas, por ejemplo, es muy antiguo- pero siempre “aristocrática”, en el sentido
de que se buscaba la elevación cultural de todos. El espíritu democrático de nivelación por
lo bajo es irrespirable para la Universidad, la mata. Y una Universidad –como la que ahora
se propone- interesada sobre todo por la formación profesional, no supera lo que Ortega y
Gasset llamaba con razón “la barbarie del especialismo”. Puede ser compatible la
especialización científica y técnica con una gran pobreza cultural y espiritual, que no sólo
afecta a la persona correspondiente, sino que dificulta y empobrece en gran medida la vida
social. Esa Universidad democrática es la que avizoran los planes actuales
internacionalmente diseñados.
El diálogo, sin embargo, es una actividad de primer orden en la Universidad:
“En toda Universidad verdadera lo absolutamente central es el diálogo. No las
meras conversaciones y menos aún el silencio del desconocimiento mutuo entre los
355
Cfr. GILSON, ETIENNE, El espíritu de la filosofía medieval, Madrid, Rialp, 1980, p. 48-56.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
152
profesores, hoy tan habitual. No es infrecuente que la gente hable sin decir nada con un
cierto contenido y en la forma adecuada. Maltratan, de ese modo, la característica más
propia del ser humano, que es el decir. Para comunicar hay primero que aprender a decir.
La auténtica Universidad forma personas capaces de un verdadero diálogo con las personas
y con la Naturaleza”356
.
Existen dos formas de dialogar, una es con las personas y otra con la naturaleza.
Galileo con sus experimentos hace preguntas a una naturaleza que le responde, así la
ciencia natural creció cuando estableció un diálogo con la naturaleza de la misma manera
que la persona crece cuando aprende a dialogar. Pero el diálogo a veces no es tan fácil
porque para dialogar se requiere tener contenido y saber practicarlo.
“Generalmente la persona de pocas palabras o es sabio o tiene pocas luces. Si es
sabio habla poco porque mide sus palabras y las dice sólo de la forma adecuada y en su
momento; si es de pocas luces no habla porque no tiene nada que decir. Aunque existe una
tercera posibilidad nada infrecuente hoy: hablar mucho y no decir nada. Saber dialogar con
contenido y de la manera apropiada trae consigo el estar aprendiendo continuamente,
porque cada palabra bien dicha es una invitación a que el otro responda. Solo hay preguntas
buenas cuando el que las plantea las lleva dentro, las vive; y a la vida se le responde con
vida, la cual implica siempre crecimiento. Todo verdadero diálogo trae consigo un
crecimiento continuo del saber. Y está hecho entre personas que no solo tienen un profundo
respeto entre ellas sino que tienen una cierta amistad. Cuando no hay amistad no se puede
llevar a cabo porque entonces lo que busca cada uno es tener razón: no encontrar la verdad,
sino tener más razón que el otro…No hay Universidad si no se consigue crear ese ambiente
de diálogo, pues entre todos los factores educativos, el principal es el ambiente. En un mal
ambiente no se puede aprender”357
.
La educación universitaria ha de estar centrada en la persona, en cada persona.
Nadie puede ser tratado como un carnet, como un alumno más. Sólo en las relaciones
personales entre profesores y estudiantes se aprende a dialogar, a no obrar irreflexivamente,
a sumar y a hacer posible que se construya una nueva cultura a la altura de la dignidad de la
persona. San Josemaría apuntó en este sentido que “la necesaria objetividad científica
rechaza justamente toda neutralidad ideológica, toda ambigüedad, todo conformismo, toda
cobardía: el amor a la verdad compromete la vida y el trabajo entero del científico”358
. La
crisis moral por la que transita la sociedad hace urgente que a través del diálogo
356
ALVIRA, "La Universidad en su idea y en su historia", p, 3. 357
ALVIRA, "La Universidad en su idea y en su historia", p. 5. 358
ESCRIVÁ DE BALAGUER, JOSEMARÍA, “El compromiso de la verdad, 9-V-1974” en Josemaría Escrivá de
Balaguer y la Universidad, EUNSA, Pamplona, 1993, pp. 103-112.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
153
interdisciplinar se contribuya a resolver los problemas actuales con una visión humanista y
cristiana orientada al bien común. Los trabajos interdisciplinares facilitan las relaciones
profesionales con investigadores de la propia Universidad, otras del mismo país o
internacionales y es aquí donde “sobre la base firme de un profundo saber científico, hemos
de mostrar que no hay oposición alguna entre la fe y la razón”359
.
Para cumplir con el objetivo de la Universidad es esencial el diálogo y para eso es
necesario introducir algunos cambios en la vida universitaria, pues los retos que se
presentan ante este panorama han de ser asumidos por los directivos y por profesores: estar
abiertos al diálogo interdisciplinar sobre todo tipo de cuestiones, con personas de otras
especialidades, de la misma fe o de otras creencias o sin fe. Aurora Bernal apunta que:
“Para llevar a cabo esa tarea, la institución universitaria debe garantizar un espacio
liberado de la presión económica y política que procede de agentes externos e internos:
externos, el mercado y el poder político —Estado, partidos políticos—; internos, sujetos
con intereses económicos y de poder en la gestión de la vida universitaria. A la vez, la
Universidad, no puede centrar su actividad libre, independiente de la vida social, ha de ser
una libertad que equilibre autonomía y responsabilidad social”360
.
Como subrayaba san Josemaría, se opone a la Universidad cualquier tipo de
totalitarismo despótico. Los profesores deben ejercitarse cotidianamente en el diálogo y con
el ejemplo y sus enseñanzas facilitar a los estudiantes que puedan crearse espacios en donde
se profundice en las razones que dan esperanza a la construcción del bien común.
Particular relación con este tema del diálogo tiene la irrupción de las llamadas
“nuevas tecnologías en la educación”. Un informe del 2012 de Ernst & Young refleja cómo
la tecnología digital está influyendo en la educación. Existen cada vez más cursos masivos
y abiertos en línea denominados MOOC -Massive Open Online Course- o COMA en
español -Curso Online Masivo Abierto- de los cuales una buena parte son gratuitos. Por
otro lado se expande más el aprendizaje mixto conocido como blended learning, que
incluye metodologías presenciales y virtuales, adaptadas a las necesidades de los
estudiantes. La llamada “educación a distancia” es una alternativa a la educación
359
ECHEVARRÍA, JAVIER, "Carta de San Josemaría del 9-I-1951, n. 12 citada en Carta de Familia," 2004. 360
BERNAL, AURORA, La Universidad como comunidad de diálogo, 2015,
dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4016097.pdf, obtenido el 5 de diciembre de 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
154
tradicional que lleva a facilitar la educación autodidacta y permiten evaluar y
retroalimentar a distancia a los estudiantes en tiempo real361
. El conocimiento nunca se ha
limitado al aula y menos ahora con este nuevo escenario. Lo paradójico es que el impacto
del avance tecnológico propicia el trabajo colaborativo y a la vez se va adaptando a la
singularidad de cada estudiante, lo que facilita, si se usa bien, aplicar los principios de la
educación personalizada propuesta por Víctor García Hoz362
. El uso de las tecnologías
digitales, puede apoyar el diálogo utilizando dispositivos móviles, apoyándose en
herramientas como los foros de discusión, los webinars, la utilización de aplicaciones o
app, etc. Lo que interesa es permitir que los estudiantes seleccionen con libertad sus
propias técnicas de estudio y que la institución sea lo suficientemente flexible al dejar a los
profesores incluir contendidos que interesan a los estudiantes y utilizar la tecnología que
manejan con tanta naturalidad.
Las nuevas tecnologías son un arma de doble filo. Bien utilizadas pueden ampliar y
potenciar el verdadero diálogo. La dificultad está en que con facilidad empujan al
aislamiento. La gravedad de ello salta a la vista: el diálogo auténtico es el lugar por
excelencia del bien común y muy especialmente de la contribución de la Universidad al
bien común.
361
Cfr. ERNST & YOUNG, University of the future:A thousand year old industry on the cusp of profund
change,http://www.ey.com/Publication/vwLUAssets/University_of_the_future/$FILE/University_of_the_futu
re_2012.pdf, obtenida el 23 de diciembre de 2015. 362
GARCÍA HOZ, VÍCTOR, Educación personalizada, España, Rialp, 1988.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
155
Conclusión
La educación “universitaria” en su sentido genuino no es una tarea de pocos años,
estilo “flash”, si lo que se quiere formar es ciudadanos responsables. Viene al caso la frase
de Antonio Machado “despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que
el hacerlas”. Se requiere de un ritmo, de un tiempo determinado. Tomás Alvira diría que en
la música hay un ritmo, una combinación de allegro, andante, moderato363
, que consigue
dar con una obra maestra. Un músico no puede componer una obra repitiendo varios
adagios, allegros, omitiendo moderados, pues sería una pieza monótona. El arte de la
educación como el de la música, consiste en elegir y armonizar los tiempos. Una cosa fácil
que se hace despacio no tiene mérito, pero una difícil que se hace despacio llega a la
perfección. Ayudar a los estudiantes en su camino para llegar a ser personas de criterio
requiere su tiempo y ordinariamente se tratará de un lento.
Aunque la universidad requiere de un tiempo para formar a cada estudiante y para la
investigación, no puede dejar, sin embargo, de alimentar un sentido de urgencia para poder
ofrecer a la sociedad una cultura a la medida de la dignidad de la persona, en aras a la
construcción del bien común.
Nacemos siendo humanos, pero necesitamos humanizarnos. El hombre es ser de
realidades, necesita situarse. Todo lo que le rodea le modifica de alguna manera, darse
cuenta de esto le enriquece, le ayuda a vivir de un modo más humano. Por otro lado el
hombre es también un ser de irrealidades, no sólo se relaciona con el presente sino con el
futuro que se le presenta. Cuando el hombre se propone hacer algo, que todavía no es real,
se predispone a conseguirlo, a hacerlo posible.
El hombre necesita siempre proyectarse. Ser inacabado le hace posible el
aprendizaje: siempre podrá captar conocimientos nuevos. Por otro lado no sólo está dotado
de la facultad de proponerse un fin, sino también de ser, en cierto modo, su propio fin364
,
está llamado a realizarse a sí mismo, aspira a desarrollar los propios talentos y a madurar en
la totalidad de su personalidad. Puede llegar a hacer algo realmente grande de su propia
363
Cfr. ALVIRA, TOMÁS, Calidad de la Educación: Calidad del profesor, Guatemala, APDE, 1994; y
ALVIRA, RAFAEL, "Dimensiones Estéticas de la Empresa," Instituto Empresa y Humanismo 1988, n. 67. 364
Cfr. JUAN PABLO II, La majestuosa dignidad de la persona, 1980, p. 96.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
156
existencia, de sí mismo, cabe esperar de él lo inaudito, lo inesperado. El hombre es un ser
biográfico capaz de vida hacia fuera y de vida interior, puesto que es capaz de reflexionar y
crecer con la experiencia, necesita humanizarse y la educación contribuye a su
humanización. El fin de la educación es el mejoramiento de la persona. Si no se sabe hacia
dónde ha de llevar la vida, con facilidad se deja que lo hagan los demás, se deja seducir por
modas.
El hombre ha de encontrarse a sí mismo, y para ello necesita la ayuda de otros.
Observar a los demás puede ayudarle a descubrir cómo se es, y cómo se quiere ser. En este
descubrimiento propio, juega un papel preponderante la educación, que tiene un enfoque
esencialmente moral, puesto que su fin es el mejoramiento de la persona, es decir, que el
educando sea una buena persona. Al educador sólo le cabe ayudar, no suplantar a los
educandos.
Leonardo Polo afirmaba que “del hombre es mejor decir que será que es, pues
mientras vive no ha llegado a ser el ser que está llamado a ser”365
. La esperanza es una
manera de explicar la realidad del hombre, el hombre es un ser de esperanza. Juan
Fernando Sellés lanza una tesis provocativa “si al hombre, mientras vive, siempre le
acompaña la esperanza, la identidad no puede describir al ser humano, sencillamente
porque la esperanza es el anhelo personal de lograr la felicidad personal que todavía no se
ha alcanzado”366
. Así explica cómo en “un mundo perfecto el hombre no tendría razón de
ser”367
; el mundo puede perfeccionarse a través del trabajo que añade el hombre, “tanto el
mundo como el hombre son abiertos, perfeccionables, aunque el hombre es
irrestrictamente más que el mundo”. El hombre es un ser de esperanza porque es un ser
abierto hacia la mejora continua. “Crecer se dice respecto del futuro. En cambio, la defensa
de lo dado mira al pasado. Pero es claro que en el hombre pesa más el futuro que el pasado.
En efecto, el hombre es un ser de proyectos porque él mismo es un proyecto como
365
POLO, LEONARDO, Antropología trascendental. Tomo I, La persona humana, p. 141. 366
SELLÉS, JUAN FERNANDO, "Esperanza personal, versus identidad humana." Thémata Revista de Filosofía
2007, mata/39/art29.pdf" http://institucional.us.es/revistas/themata/39/art29.pdf, obtenida el 13 de diciembre
de 2015, p. 229.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
157
hombre368
. Cuando alguien duerme en el pasado suele ser pesimista, mientras que el
optimista es el que está siempre abierto al futuro”.
Esa explicación cabe aplicarla a la Universidad. La Universidad ha de estar siempre
abierta al futuro, y aunque vea con gratitud el pasado del que aprende, ha de vivir con
pasión el presente, y abrirse con esperanza al futuro. Es cierto que la Universidad tiene una
identidad, pero esa identidad es una identidad claramente abierta a los desafíos que la
búsqueda de la verdad le presenta y que el servicio a la sociedad le interpela. La
Universidad es como la familia, un lugar de crecimiento, un lugar de proyectos, un lugar
de futuro, un lugar para la esperanza.
La Universidad es un don y una tarea. Romano Guardini explica que son muchos los
que esperan los dones que puede dar la Universidad, pero el valor real del don procede del
modo en que se entregue y anima a entregar siempre de buena gana y por amor ya “que el
amor no solo conserva sino que trasfigura”369
. Cada día se reciben muchos más servicios de
manera gratuita que los que requieren de retribución, pero la mentalidad mercantilista de
nuestro tiempo hace que sea difícil identificarlos y por lo tanto agradecerlos. Martin Schlag,
por su parte explica que se presenta una gran dificultad al definir qué es la gratuidad.
“Sin la gratuidad no hay un encuentro humano verdadero con el prójimo. Sin la
gratuidad no hay confianza, elemento indispensable para la estabilidad del mercado y de la
sociedad. El concepto de “gratuidad” no se ha de entender como “cosas proporcionadas
gratis”, sino como una peculiaridad o una dimensión de nuestro modo de actuar. Gratuidad
no significa “distribución con un precio cero”, sino “impagabilidad”, dar “algo que no tiene
precio”. Es lo que Kant quería expresar con el concepto de “dignidad del hombre”: el
hombre tiene dignidad, pero no tiene precio”370
.
La red de relaciones que organiza una sociedad está basada en la reciprocidad.
Algunos aplican en su vida la ley del talión, una reciprocidad negativa que hace surgir
conflictos, guerras, venganzas, odios. Para que una sociedad prospere es necesaria la
reciprocidad positiva que es la regla de oro que construye y hace posible el desarrollo y la
colaboración, concretada en contratos, comercio, la amistad y el amor.
368
SELLÉS, JUAN FERNANDO, "Esperanza personal, versus identidad humana". 369
IBID, p. 231. 369
Cfr. GUARDINI, ROMANO, Cartas sobre la formación de si mismo, Madrid, Biblioteca Palabra 2003, p. 38. 370
SCHLAG, MARTÍN, “La Encíclica Caritas in veritate, entre tradición cristiana y mundo moderno”, Romana,
2009, n. 49, p. 388.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
158
Como un intento en abundar en este concepto Rafael Alvira escribe un artículo que
denomina “Los regalos que no se ven”371
. Las ideas allí contenidas pueden aplicarse
perfectamente a las actividades de las que la Universidad es protagonista. Por ejemplo, la
Universidad es un lugar natural para el diálogo. Cuando se habla con una persona se le
regala interés, tiempo, cariño y un mensaje concreto. El que escucha atento acepta ese
regalo y agradece así el regalo que recibe. Lo contrario al dar es la indiferencia.
Los universitarios han recibido unos dones personales que ha de incrementar
mediante la adquisición de virtudes: esos dones y esas virtudes han de usarse con
responsabilidad y han de “regalarse” a la sociedad. ¿Cómo? Al poner a rendir al máximo
esos bienes con los que se cuenta, pensando en el bien de cada una de las personas que
consumirán los productos o se beneficiarán de los servicios que brinda. Los dones con los
que cuenta cada uno han de beneficiar a la felicidad de las personas y contribuir a crear una
nueva cultura que no esté sólo centrada en los rendimientos económicos. Se ha de pensar
en el futuro del planeta, y no sólo en las utilidades de las personas individuales y de las
empresas. Hay que respetar el bien del planeta, la “Casa Común” como ha señalado
Francisco en su última encíclica372
. No hay duda que todos adquirimos una hipoteca social,
que ahora cobra un nombre más matizado, el de responsabilidad social. La Universidad no
puede permanecer con la conciencia tranquila, cerrar los ojos ante la realidad y tiene el
deber de ayudar a elevar el nivel de vida de la sociedad.
La Universidad está llamada también a procurar que sus miembros consigan realizar
un buen balance diario entre empresa y familia, entre el estudio y el descanso, entre lo
material y lo espiritual.
En resumen: es inconcebible que una verdadera Universidad no tenga una teoría y
una práctica adecuadas en orden al bien común.
371
ALVIRA, RAFAEL, Los regalos que no se ven. Apuntes de familia, Colombia, Instituto de la Familia,
Universidad de la Sabana, 2009. 372
FRANCISCO I, Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, Madrid, 2015.
LA UNIVERSIDAD Y EL BIEN COMÚN
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