La Transmutación de los Metales

EL ORO ALQUÍMICO, EL ARGENTAURUM

J. MARCUS DE VÈZE

Diversos procedimientos de fabricación con cartas y documentos de apoyo

Durante siglos y siglos, la gente vulgar se pregunta si es posible fabricar oro por transmutación; si por ejemplo, se puede cambiar el cobre en plata y plata en oro.

Como resultado, se preguntan igualmente si la Piedra Filosofal ha existido, así como el Oro Potable o Elixir de Vida.

En el presente opúsculo, vamos a estudiar el tema y demostrar que la Piedra Filosofal o Polvo de Proyección, el Oro Potable o Elixir de Vida, en fin, la Transmutación existía, hace ya miles y miles de años.

Los Egipcios, por ejemplo, conocían desde una Antigüedad muy remota, los medios de hacer el oro alquímico, jamás se han perdido los modos de transmutación; han sido utilizados por un gran número de personas.

Añadiremos, como diremos en el resto del presente estudio, que el metal es un animal verdadero, que tiene su propia vida, lo que ayuda a su transformación y, por consiguiente a su transmutación; lo que sólo la Naturaleza puede lograr con la ayuda de numerosos siglos, el hombre lo puede efectuar en mucho menos tiempo: en apenas algunos meses, e incluso hoy con el apoyo de la Electricidad; por la potencia de la Dínamo, el hombre puede realizar en algunas horas transmutaciones.

Añadamos que muchos alquimistas han creído que el límite del progreso de los metales se paraba cuando el metal ha llegado al estado del oro y de la plata pues ellos alcanzan el estado de metal noble y permanecen en él a perpetuidad. Otros autores hermetistas creen por el contrario que la modificación de los metales es continua, que prosigue sin cesar de tal manera que un metal, después de haber llegado al término de su perfección, vuelve a un estado imperfecto, de manera que el proceso de sus transformaciones moleculares prosigue incesantemente a través de los siglos.

Es Emile Rudolph Glauber el primero que expresó este punto de vista que ha sido adoptado por muchos alquimistas.

Paracelso fue aún más lejos, afirmando que bajo la influencia de las estrellas y del sol, no sólo todos los metales viles se cambiaban en oro o plata, sino que podrían transformarse en piedra y los minerales se desarrollarían a la manera

de las plantas por una especie de grano, (los fermentos de Tiffereau); se ve allí, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Paracelso menciona el principio del disolvente Universal, del Alkaest ideal de los menstruos, en fin de la plata, que puede llevar todos los cuerpos al estado líquido; pero no habla de este disolvente por excelencia, más que en un solo pasaje de sus obras y de una manera todavía bastante vaga; es en su Tratado de Viribus membrorum (Fuerza de los Miembros), he aquí el pasaje en cuestión que traducimos: "Hay también el licor Alkaest que actúa de una manera muy efectiva en el hígado. Le sostiene, le fortifica y le preserva de las enfermedades que pueden alcanzarlo. Todos los que se aplican a la medicina debe saber preparar el Alkaest ".

Así que después de Paracelso el gran disolvente, "El alkaest" puede producir transformaciones radicales y por consiguiente transmutar todo.

Esta constatación del gran Alquimista es para nosotros muy preciosa y puede hacer prejuzgar que la transmutación no es una utopía, sino una cosa muy real, todo un hecho objetivo.

Es lo que podrán constatar los lectores que querrán leer bien el presente estudio. - Estamos convencidos, que después de haber recorrido este opúsculo, no podrán dudar de la existencia de la Piedra Filosofal; y esto será la única recompensa que ambicionamos para nuestro trabajo.

J. X. V.