la terapia desde el punto de vista del construccionismo social_ ¿tiene algún sentido la terapia

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APUNTE DE LA UNIVERSIDAD UCASAL

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  • 12/06/12 la terapia desde el punto de vista del construccionismo social: tiene algn sentido la terapia?

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    Fecha publicacin: 16/noviembre/2002

    Jairo A. Rozo CastilloPsiclogo e investigador social

    Estudiante doctoradoUniversidad de Sevilla

    Sevilla, Espaa

    Ver perfil del autor

    La terapia desde el punto de vista del construccionismo social: Tiene algnsentido la terapia?

    Para citar este artculo:________________________

    Rozo Castillo J. A. (2002, 16 de noviembre). La terapia desde el punto de vista del construccionismo social tienealgn sentido la terapia?. Revista PsicologiaCientifica.com , 4(12). Disponible en:http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologia-104-1-la-terapia-desde-el-punto-de-vista-del-construccionismo-soci.html________________________

    Si uno sabe lo que har, est limitado, pero si sabe mejor lo que no har, entonces habr una enorme cantidad decosas que podr hacer

    Goolishian

    No nos relacionamos con la vida "misma" sino con nuestra comprensin de la vidaTom Andersen

    Introduccin

    Dentro del debate propuesto por el curso Lenguaje, Conducta y Cognicin, una de las propuestas tericas quems me llam la atencin fue la propuesta por Kenneth Gergen en su teora del construccionismo social y laposibilidad de observar su aplicacin en muchos campos aplicados, particularmente la psicoterapia. Adems, seperciba en dicha propuesta un "revolcn" no solo en las ciencias sociales sino en otros aspectos del desarrollocultural de la humanidad, "revolcn" que ha recibido el nombre de posmodernismo. Por ello considere vlido unirestas temticas de inters personal y tratar de presentar un abrebocas terico para entender como puede existiruna psicoterapia construccionista o posmodernista.

    El construccionismo social: la opcin ante el modernismo La historia del conocimiento se ha organizado de manera muy particular a travs de la evolucin del tiempo. Loscnones del conocimiento vigente en cada poca tienen un momento de total dominacin y xito, ya que seconsideran los discursos mas acertados sobre la realidad existente. Sin embargo, en algn momento tal discursoempieza a desmoronarse y empiezan a encontrarse fallos importantes que hacen que se generen discursosalternativos muy antagnicos y competitivos con respecto al dominante, hasta que finalmente le reemplazan, una

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    tesis es reemplazada por una anttesis y posteriormente sigue una especie de sntesis novedosa que a su vezvuelve a generar una nueva anttesis y as sucesivamente. Sin lugar a dudas, esta forma de interpretar la evolucindel conocimiento es muy dialctica y tambin puede leerse con algunas diferencias en la propuesta kuhniana(Kuhn, 1981) del desarrollo de la ciencia a travs de paradigmas que luchan y se establecen durante periodosdeterminados.

    A este respecto, la organizacin de la cultura a seguido patrones similares. Por ejemplo, hace algunos siglos elmovimiento vigente y dominante era la ilustracin. La visin del hombre ilustrado (siglos XVII y XVIII) era la de unhombre observador y racional (Descartes, Spinoza, Hobbes y Newton) que desafiaba el derecho divino (Gergen,1992). Pero, posteriormente, fue reemplazada por el romanticismo (siglo XIX), movimiento basado en lossentimientos morales, la solidaridad y el goce interior de la vida, una visin, sin lugar a dudas, ms hedonista ymenos pragmtica que pone el acento en lo que no se ve. Y a su vez este fue seguido por el modernismo, quereuna caractersticas propias de la ilustracin pero desarrolladas de una forma muy distinta. La visin del hombremoderno (propia del siglo XX) concibe que los elementos claves del funcionamiento humano son la razn y laobservacin.

    Se ve en las ciencias, las actividades de gobierno y empresariales. Esta convencida de que las personas sonagentes racionales que tras examinar los hechos toman las decisiones que corresponden. Es unneoilustracionismo pero con la fuerza que le aporta la ciencia y la tecnologa. El avance es un movimiento enpermanente ascenso hacia la meta, a travs del perfeccionamiento, la conquista y los logros materiales. Losargumentos centrales del modernismo son el progreso, la bsqueda de la esencia de las cosas y el hombremquina (funcional y productivo).

    Pero al movimiento modernista del siglo XX, que ha sido expresado en el arte, el folclore, la msica, la ciencia, lapoltica, la moral y dems manifestaciones de la cultura humana, le ha surgido una nueva anttesis, que pretenderemover los cimientos del modernismo y volver a reconstruir (o tal vez deberamos decir desconstruir) sobre susruinas una nueva forma de concebir la realidad. El posmodernismo es una forma alternativa y, por lo tanto, rompecon los esquemas mas arraigados del modernismo en los diferentes campos de la cultura, lo que lleva sin lugar adudas a la generacin en el mundo modernista del miedo, la resistencia al cambio y la duda de que exista otraforma de ver el mundo que no responda al patrn modernista.

    Posmodernismo es el trmino con el cual se trata de agrupar a una variopinta manifestacin de diferentes autoresen diferentes reas que tratan de soltarse de la camisa de fuerza que es, para ellos, el modernismo. Elposmodernista se enmarca en una conciencia generalizada del agotamiento de la razn, tanto por su incapacidadpara abrir nuevas vas de progreso humano como por su debilidad terica para sortear lo que se avecina. Laracionalizacin de la sociedad no conlleva ninguna perspectiva utpica, sino que ms bien conduce a unaprisionamiento progresivo del hombre moderno en un sistema deshumanizado.

    La modernidad crea que exista un vnculo fuerte y necesario entre el desarrollo de la ciencia, la racionalidad y lalibertad humana, pero lo que sobrevino fue el triunfo de la razn instrumental que no conduce a una realizacinconcreta de la libertad universal sino a la creacin de una "jaula de hierro" de racionalidad burocrtica de la quenadie quiere escapar (Pic, 1992).

    La posicin posmoderna es escpitca, duda de la capacidad de la razn, y por sobre todo del lenguaje, pararepresentarnos o para informarnos "cul es la cuestin". Si el lenguaje esta dominado por intereses ideolgicos,si su uso esta regido por convenciones sociales y su contenido por el estilo literario en boga; no puede reflejar larealidad, por lo tanto no hay descripcin objetiva (Gergen, 1992). Tal conclusin es uno de los golpes masdevastadores para la modernidad y sobre todo para su magestad: "la ciencia". En tal caso, no hay motivo objetivoalguno para sostener que una persona tenga pasiones, intencionalidad, razn, rasgos de personalidad ocualquier otro elemento propuesto por las cosmovisiones romntica o modernista. Todos estos conceptos estnligados a circunstancias sociales e histricas, son el producto de fuerzas ideolgicas y polticas, de comunidadesque se atrincheran y de las modas estticas o literarias.

    En este orden de ideas, el centro en torno al cual gira nuestra sociedad modernista que es el yo (yocentrista), caede su pedestal en la sociedad posmoderna, ya que el nuevo nfasis y centro de accin son las "relaciones"(relaciocentrista), que seran el principal producto que permitira la construccin del yo en la interaccin social y noal revs. Un individuo nace dentro de una relacin y a la vez que es definido por ella, la define. Cuando uno muerelo que perece es una pauta de relaciones. Precisamente, el movimiento que en ciencias sociales a tratado de leery expresar las ideas posmodernistas se denomina construccionismo social.

    El construccionismo social (Hoffman, 1996) cree que las ideas, los conceptos y los recuerdos surgen delintercambio social y son mediatizados por el lenguaje. Todo conocimiento -sostienen los construccionistas-evoluciona en el espacio entre las personas, en el mbito del mundo comn y corriente; y es slo a travs de lapermanente conversacin con sus ntimos que el individuo desarrolla un sentimiento de identidad o una vozinterior.

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    Desde Wittgenstein hasta los tericos contemporneos de la literatura, los estudiosos han establecido que ellenguaje de la vida mental cobra significado a partir de su uso social. El significado de "un buen razonamiento", de"malas intenciones" o "memoria precisa", est determinado segn se empleen tales expresiones en lasrelaciones que entablamos. Los individuos, por s mismos, no pueden significar nada: sus actos carecen desentido hasta que se coordinan con los otros (Gergen, 1992).

    El construccionismo, por lo tanto, apoya la idea de que no hay verdades sociales incontrovertibles, sino slorelatos del mundo, relatos que nos contamos a nosotros mismos y que contamos a los otros. Y por ello, lamayora de los psicoterapeutas tienen un relato acerca de cmo los problemas se desarrollan y como seresuelven o disuelven. Esta idea implica que el terapeuta entra en la accin teraputica con una idea preconcebidade la mejor intervencin posible (la teora que sustenta su terapia) para enfrentar los problemas y lo que se buscaen la relacin teraputica de forma implcita es una hiptesis que apoye el esquema ya preconcebido. Es decir, sise es psicodinmico se buscar dentro de la narracin del cliente algn trauma o dficit en el desarrollo, mientrasque si se es conductista la explicacin se centrara en patrones conductuales aprendidos que se debendesaprender y reemplazar por otros ms adaptativos. Si se es sistmico se observar en las narraciones de losmiembros de la fam ilia patrones de interrelacin inadecuados que contribuyen a que el sistema este mal, si se eslogoterapeuta (un tipo de terapia existencial humanista) se buscara un dficit en la posibilidad del paciente deencontrar un sentido a su existencia que le permita abordar la problemtica de forma distinta y as sucesivamente.Esto expresara que cuando el terapeuta se casa con un esquema particular, ste empieza a constreir su formade ver la terapia y termina encuadrando la realidad dentro del esquema.

    Es necesario incorporar la duda, y una forma de hacerlo en la terapia es estableciendo una situacin en la que sefavorezca la presencia de una pluralidad de relatos y en la que los formatos de construccin conjunta superen losdiscursos individualistas y deterministas de un yo aislado y en medio de su realidad. Para entender estopasaremos al siguiente apartado.

    Los principios del construccionismo social aplicados a la psicoterapia

    Cuando observamos de cerca la terapia psicolgica, nos damos cuenta que en los ltimos aos, dentro de ella,se estn gestando manifestaciones contrarias al punto de vista modernista de la terapia. Estas manifestacionesse empiezan a gestar sobre todo en el mbito de la terapia familiar sistmica y son influenciadas por las obrasseminales, llenas de ideas sugestivas, de varios de los terapeutas que componan la llamada Escuela de PaloAlto, personas como Watzlawick, Bateson, Haley entre otros inspiraron a numerosos psicoterapeutas paradesarrollar nuevos estilos de terapia basados en nuevas filosofas "no modernas", que venan articulndose conideas provenientes de autores como Maturana, Varela o Gergen. Este conjunto de propuestas que tratan de atacarlos estandartes de la psicoterapia cientfica moderna y que se agrupan o tratan de agrupar dentro de la etiqueta deconstruccionismo social, representara dentro de las ciencias sociales al posmodernismo.

    Los principios del construccionismo social en la psicoterapia se expresan de diferentes formas, vamos a tratar deagrupar aqu las ms importantes o novedosas desde el punto de vista del autor.

    1. Ante todo, el primer compromiso construccionista propende por una ruptura tajante de la tradicional y asimtricarelacin entre terapeuta y paciente. Es ms el trmino paciente no debera ser utilizado en la nueva relacin (seempieza a masificar la utilizacin del termino cliente -que obviamente esta muy cercana a la visin mercantilistadel modernismo-), ya que su connotacin mdica esta expresando una asimetra, entre el enfermo, el que nosabe, y el sabio, el sano, el terapeuta. Este supuesto supone la desaparicin del poder-control unilateral delterapeuta y propone una dinmica de co-construccin sistmica. Asume la responsabilidad de su poder deconstruccin dentro de la relacional/social. El terapeuta pierde su posicin de experto, su estatus jerrquicodesaparece.

    2. Los trabajos posmodernistas suelen centrarse en ideas vinculadas al texto y la narracin. En este contexto lanarracin es una unidad de significado que brinda un marco para la experiencia vivida. A travs de las narracionesse interpreta la experiencia vivida, como lo expresa Bruner (1986; citado por Epston y cols., 1996): "Creamos lasunidades de experiencia y significado a partir de una continuidad de la vida. Todo relato es una imposicinarb itraria de significado al fluir de la memoria, porque destacamos ciertas causas y desestimamos otras, es decir,todo relato es interpretativo".

    El construccionismo apoya la idea de que moldeamos el mundo en el que vivimos y creamos nuestra propia"realidad", dentro del contexto de una comunidad con otros individuos; comunidad que por medio de susposibilidades y restricciones econmicas, polticas, sociales y culturales fija los lmites de nuestras narraciones ylimita nuestra posibilidad de eleccin a determinados contextos. Volviendo al contexto teraputico, la mayora delos terapeutas tienen un relato de cmo se desarrollan los problemas y cmo se disuelven o resuelven. Lo mismo,sobra decirlo, sucede en los clientes. Bajo esta perspectiva los relatos o narraciones en los que situamos nuestra

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    experiencia determinan el significado que damos a la experiencia misma. Estos relatos son los que determinan laseleccin de los aspectos de la experiencia que ser expresada y la forma de dicha expresin, determinando, a suvez, los efectos y orientaciones en la vida y las relaciones de la persona.

    El nfasis sobre la narracin vincula necesariamente la terapia posmoderna con las teoras de desconstruccin,dentro de la cual uno de sus principales exponentes es Jacques Derrida. La propuesta del anlisisdesconstruccionista nos obliga a mantenernos distanciados y escpitcos respecto de las creencias concernientesa la verdad, el poder, el yo y el lenguaje, creencias que casi siempre se dan por sentadas pero que no sonabsolutas sino completamente relativas. La Desconstruccin aboga por dejar a un lado los juicios absolutos de sees una cosa o se es otra, ms bien, nos propone Derrida buscar siempre otra visin posible mas all, con el fin dedesconstruir nuestro mundo tal y como lo conocemos, buscando siempre lo inesperado que podra reemplazaresta visin. Gergen llama la construccin-desconstruccin, progresin-pregresin. Un anlisis progresivo de lautilizacin de un pesticida habla de sus efectos sobre determinadas plantas como cocana y amapola y suerradicacin de la naturaleza, ya que generan la posibilidad de extraer drogas alucingenas y permite que unamafia organizada llamada narcotrfico construya su imperio de ilegalidad, pero un anlisis pregresivo permite verque la utilizacin de pesticidas tambin altera el desarrollo de otras cosechas y las contamina e incluso envenena,produciendo a su vez alteraciones congnitas en las personas que consumen dicha alimentacin. Si seguimos elanlisis tambin vemos que el daar otras cosechas impide que el campesino pueda sobrevivir vendiendo losproductos que cosecha lo que a la larga genera mas pobreza y la necesidad de emigrar a la ciudad aumentando eldesempleo, etc., y el anlisis puede seguir as, mirando diferentes aspectos poltico-socio-econmicos quepermiten desconstruir el discurso inicialmente lineal de utilizar pesticidas contra la cocana y la amapola.

    El anlisis desconstruccionista es muy importante para el proceso de reflexin en terapia posmoderna queveremos ms detenidamente en la siguiente seccin.

    3. El anlisis del terapeuta a la situacin del cliente nunca se puede considerar objetivo. No hay descripcionesms correctas que otras para la realidad. La investigacin social objetiva no existe, ya que no podemos saber quees la realidad social, no hay una verdad nica, objetiva y absoluta. Por lo tanto, la relacin teraputica co-construyeuna descripcin de la realidad del cliente donde ambos son responsables y activos en el proceso de solucionar elproblema.

    4. Los puntos de vista individuales se transforman y amplan en la interaccin social terapeuta-cliente. De hechose propende por la ruptura con la idea de un individuo que construye un yo diferenciado, autnomo e inmutableque maneja sus actuaciones. Gergen, en su libro El yo saturado (1992), manifiesta que es una falacia que el yosea una entidad autnoma e independiente. La identidad individual es una ilusin modernista, ya que el yo no estadentro de la persona sino que tiene un compuesto temporal construido a partir de la interaccin social, el yo noesta separado del otro porque es slo a travs de la relacin social donde se construye la idea de unapersonalidad. El yo no se concibe como una entidad cosificada e intrapsiquca sino como una entidad narrativaque se aborda dentro de un contexto de significado social. Como dice el filsofo Emanuel Levinas (citado por Lax,1996) "el yo no empieza a existir en un momento puro de autoconciencia autnoma, sino en relacin con el otro,ante quien permanece siempre responsable". En la terapia no se viene a imponer la realidad propuesta por unindividuo (el terapeuta) sino que se viene a co-construir entre terapeuta y cliente una nueva forma de narrar larealidad del cliente.

    5. Los terapeutas no pueden dejar de afrontar la cuestin de la construccin social de sistemas de creencias y quepor lo tanto, no pueden renunciar al estudio de esos procesos en los que ellos tambin estn profundamenteinvolucrados.

    6. Se define socialmente a la psicoterapia como un contexto para la resolucin de problemas, la evolucin y elcambio. Los problemas son acciones que expresan nuestras narraciones humanas, existen en el lenguaje y sonpropios del contexto narrativo del que derivan su significado (Anderson y Goolishian, 1996). El cambio en la terapiapor lo tanto es la creacin dialogal de la nueva narracin.

    7. La patologa en el construccionismo desaparece como tal. El meollo del asunto no es la etiologa de lossntomas sino los procesos sociales e interpersonales y la dinmica que mantiene esos sntomas. El terapeutapodr desencadenar un proceso de cambio si logra interferir la repeticin de la misma experiencia que llev alcliente a la terapia.

    8. Del diagnstico y la cura a la responsabilidad cultural. Gergen (1996) considera que, a medida que el acento sedesplaza a la construccin lingstica de la realidad, las enfermedades y los problemas pierden su privilegioontolgico, ya que no son independientes sino construcciones culturales. No hay problemas ms all del modo enque una cultura los constituye como tales.

    9. Desaparecen los niveles y capas jerrquicas estructurales. No existen capas jerrquicas donde unas son msimportantes que otras y, por lo tanto, detentan en ltima instancia la causa de la situacin considerada "problema"

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    (Hoffman, 1996). Se propone un anlisis de configuracin lateral u horizontal que rompe con las dualidadessntoma superficial vs causa subyacente, contenido manifiesto vs contenido latente, comunicacin abierta vscomunicacin encubierta, etc. La configuracin horizontal permite entender que existen formas de anlisis todasde igual valor y que sern validadas y utilizadas para la intervencin en la media en que el contexto social lo exija.

    10. El lenguaje cambia en el contexto de la terapia posmoderna, su aplicacin y utilizacin ya no son iguales a laque exista en la terapia modernista; ya que manifiesta un cmulo de ideales filosficos que deben hallar suexpresin en la relacin terapeuta/cliente por medio de un nuevo lenguaje. Por ejemplo, la entrevista hecha por elterapeuta consiste en recoger y dar informacin simultneamente con su cliente. Donde preguntas como: Cules su problema? Se reemplazan por cmo ve usted la situacin? El lenguaje es menos directivo y jerrquico,pretende convertir la situacin relacional en democrtica, basada en una configuracin de igualdad de poder yexpresin del mismo. Sobre este punto profundizaremos en la siguiente seccin cuando hablemos de la terapia apartir de la ignorancia.

    Existe una terapia construccionista/posmoderna?

    Despus de lo expuesto, surge la pregunta anterior, pues, aunque se ve un gran bagaje filosfico y epistemolgicopara ver la terapia, la prctica misma de la terapia no se ve nada claro cuando cada autor trata de exponerla otermina vindose que se utilizan herramientas y tcnicas psicolgicas similares a las utilizadas en otros marcosconceptuales. Pareciera que la visin posmoderna tan solo se quedar en el "bla bla bla". Veamos que podemos poner en claro de las diferentes propuestas prcticas. Empecemos por ver la opcin teraputica de Goolishian y Anderson (1996): "La ignorancia como enfoqueteraputico". Estos autores plantean como ncleo de su enfoque la posicin no de experto del psiclogo sino deignorante. El terapeuta parte de una ignorancia deliberada, ignorancia que es entendida como "no saber", ya quecreen que no hay esencias que captar en las narrativas del cliente y, por lo tanto, el terapeuta tampoco puedeofrecer al cliente el secreto infame de su problema para que este pueda reemplazar sus viejas e ilusoriasnarraciones. Como no hay significados previos escondidos, slo en la medida que se narra e interacta en laterapia se forjan esos significados. El interrogatorio, por lo tanto, parte de una genuina curiosidad no determinadapor hiptesis previas. Un elemento importante de la conversacin teraputica es los silencios y el manejo depreguntas a medio hacer, la propuesta es que el terapeuta a veces no hable o formule preguntas vacilantes amedio hacer y abiertas con largos perodos de silencio, con el fin de fomentar la participacin y la invencindialgica del cliente.

    Esta propuesta implica introducirse en la narracin del cliente sin prejuzgar, analizar o dictaminar terica o a prioriel problema del cliente, implica meterse en su relato, preguntar y dialogar para saber su historia, no paradictaminar si es falsa o verdadera.

    Los autores narran como un paciente que haba pasado por numerosos terapeutas y no haba superado suproblema, entra en un nuevo contexto cuando el terapeuta simple y llanamente atiende a su narracin sinprejuzgarla como falsa. El cliente tema tener una enfermedad contagiosa, cosa que medicamente no haba sidoprobado y que todos los terapeutas le negaban, por lo tanto la terapia se centraba en hacer que dejara de creer ensu supuesta enfermedad. El terapeuta que parta de la ignorancia, simplemente consider que su narracin eravlida en si misma y ello permiti generar un proceso altamente emptico que poco a poco fue redundando en unamejora del paciente con respecto, no tanto a su enfermedad sino a su temor de estar gravemente enfermo.

    Para Goolishian y Anderson, los problemas son acciones que expresan nuestras narraciones humanas, existenen el lenguaje y son propios del contexto narrativo del que derivan su significado. El cambio en la terapia es lacreacin dialogal de la nueva narracin. Vivimos en y a travs de las identidades narrativas que desarrollamos enla conversacin, ya que nuestro yo es siempre cambiante.

    Por otro lado, Hoffman (1996) considera que la esencia de la nueva terapia posmoderna se centra en la palabra"reflexivo". Ya que el enfoque trata de replegarse sobre s mismo, ya sea utilizando equipos de reflexin para laterapia, conversaciones reflexivas entre los componentes de la terapia, interrogatorios reflexivos, etc.; que junto conla preponderancia del prefijo "co" describen la conversacin teraputica (co-creacin, co-autora, co-evaluacin), loque indica un proceso de influencia mutua y no de unidireccionalidad o jerarqua.

    Veamos, por ejemplo, la propuesta de los equipos de reflexin. Andersen (1996) y el grupo de Noruega crean ungrupo teraputico que delibera sobre la familia y la familia ve como hace dicha deliberacin, aplicndose luego elpapel inverso. Andersen y sus colaboradores le llaman el equipo de reflexin abierta.

    El grupo de Miln (Selvini y cols., 1980 en Andersen,1996) creo un procedimiento y era un equipo que se reuna

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    con la familia. Un miembro del equipo conversa con la familia mientras los dems miembros los observan atravs de un espejo de una sola direccin. El terapeuta conversa con el equipo y luego trae a la familia las ideas yaportes de intervencin de estos para avanzar en la terapia.

    El grupo de reflexin abierta es una variacin de el grupo de Miln, con una serie de aportes en cuanto a unlenguaje ms democrtico y co-creador que se debe utilizar, por ejemplo: "adems de lo que ustedes entienden,nosotros entendemos...". Y como vemos la diferencia sustancial es la bidireccionalidad del proceso planteadoinicialmente por los italianos. En la propuesta noruega, no slo el equipo tras el espejo ve a la familia con elterapeuta sino que, posteriormente, la familia con el terapeuta ven tras el espejo o en la misma habitacin laconversacin del equipo de reflexin y en una tercera etapa volveran al estado inicial pero para conversar y discutirsobre los aportes del equipo de reflexin.

    Andersen resume as sus normas de accin lingstica para asumir la terapia posmoderna:

    1. Las reflexiones del equipo deben basarse en algo expresado durante la conversacin "cuando escuch... se meocurri..."

    2. Los miembros del equipo al hablar pblicamente deben tratar de no transmitir connotaciones negativas. En vezde decir "no entiendo por que no intentan esto o aquello", se dice: "me pregunto que pasara sin intentarn haceresto o aquello...".

    3. Cuando familia y equipo estn en la misma habitacin y el equipo esta reflexionando se pide a estos miembrosque se miren entre s, es decir, que no miren a los que escuchan (clientes), con el fin de permitir que los oyentesse sientan en libertad de no escuchar.

    Despus, la conversacin se centra en la familia y el entrevistador, y se ofrece la oportunidad de que est discutala charla del equipo. Conversar, ver conversaciones sobre lo conversado y volver a conversar, abre posibilidadesde ver diferentes perspectivas de la misma situacin. La conversacin teraputica en ltima instancia buscanuevas definiciones de uno mismo, nuevas descripciones, nuevos matices y comprensiones que permitanabordar el problema de una forma distinta.

    Como dice Cecchin (1996): "no hay una verdad sobre el prob lema sino hiptesis que compiten en dar unaexplicacin". Las posibilidades teraputicas no pueden predeterminarse en virtud de la validez o la superioridadterica de un modelo. Sin embargo, el construccionista no entabla una relacin teraputica despojado de ideas,experiencia o construcciones privilegiadas. El terapeuta al igual que los clientes acuden a la terapia provistos deciertas versiones de la realidad. El desafo est en la negociacin y la construccin de maneras de ser viables ysostenibles, que convengan a la familia, al terapeuta y a las formas de obrar culturalmente aceptadas.

    Finalmente, esta la propuesta de Epston y cols. (1996), que se denomina "terapia de re-escritura" y como sunombre lo indica es una terapia que esta basada en sendas misivas escritas entre terapeuta y paciente, es decir,que las posibilidades de reflexin despus de la sesin personal donde se conversa, se desarrollan por cartasescritas por el terapeuta y contestadas por su cliente. La terapia centra su trabajo no tanto en la narracin sino enel relato, y considera que este es fundamental en la organizacin de la experiencia de cada persona.

    Para Epston y sus colegas, los relatos en los que situamos nuestra experiencia determinan el significado quedamos a la experiencia. Estos relatos son los que determinan la seleccin de los aspectos de la experiencia quese expresarn; determinan la forma de la expresin que damos a esos aspectos de la experiencia y finalmentedeterminan efectos y orientaciones reales en nuestra vida y en nuestras relaciones.

    Los autores ven la vida como una representacin de textos y la oferta teraputica es disear nuevas formastextuales para interpretar y afrontar la vida. Su terapia de re-escritura sigue las siguientes premisas:

    1. Permitir separar sus vidas y relaciones de los conocimientos/relatos que sean empobrecedores.

    2. Ayudndoles a cuestionar las prcticas del yo y de las relaciones que sean opresoras.

    3. Alentando a las personas a re-escribir sus vidas, segn conocimientos/historias y prcticas del yo y de lasrelaciones alternativas, que tengan mejores desenlaces.

    Un punto importante que resaltan los autores es que el nuevo relato debe expresarse en la cotidianidad parapermitir superar el problema, no basta con cambiar privadamente nuestra propia imagen personal, adems, debe

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    desarrollarse una descripcin convincente para exhibirla ante los dems, el nuevo relato debe hallar expresin enla interaccin con el otro de lo contrario no hay un verdadero cambio.

    Estas seran algunas de las tcnicas teraputicas que distinguen el nuevo movimiento en psicologa clnica. Ahoraveamos un anlisis ms detallado de las mismas y sus posibilidades.

    Crticas, preguntas y posibilidades

    Pero es esto todo? Realmente si es la terapia posmoderna una nueva opcin? O es acaso la antigua terapiacon un nuevo ropaje, supuestamente ms democrtico y activo por parte de los clientes? Podra simplemente seruna rebuscada tcnica llena de "chchara" epistemolgica y nada ms.

    Acaso la utilizacin de cartas, las preguntas vacilantes, la supuesta ignorancia del terapeuta y los equipos dereflexin marcan en s la nueva terapia del posmodernismo?

    En resumen, podramos decir que, ms all de s, el ejercicio teraputico se desarrolla dentro denarracin/conversacin, o en el relato/escritura o por medio de equipos de reflexin, hay algunas generalidadesque siempre se mantienen y que son las que trat de expresar en el tercer apartado, las diez caractersticas de laterapia construccionista o posmoderna, que finalmente no hablan de una tcnica en particular sino de unasformas bsicamente comunicativas para enfrentar la terapia, recapitulando: el lenguaje cambia de uno conexpresin de poder y autoridad a uno altamente democrtico, se dejan de lado las descripciones personales comoverdades absolutas y se invita a discutir diferentes descripciones vlidas para afrontar el problema. El terapeuta nopropone soluciones, slo ofrece alternativas pero invitando siempre a los clientes para que participen activamenteen la generacin de las mismas. Las preguntas del terapeuta no estn ya hechas ni parten de un estricto marcopreconcebido, sino que utilizan vacilaciones y silencios para fomentar la participacin activa.

    En este orden de ideas, es importante aclarar que la terapia posmoderna no es una tcnica en si o una serie detcnicas altamente especializadas reunidas en un contexto teraputico, sino ms bien, es una filosofa quecontextualiza la forma de hacer terapia. Esta definicin le da mayor flexibilidad y libertad al enfoque teraputico.

    Veamos lo que a este respecto nos aportan Efran y Clarfield (1996). Ante todo esta la crtica obvia del argumentoconstruccionista y es que nunca surgira un mtodo construccionista "aprobado", ya que en el espritu mismo delconstrucccionismo est considerar todas las posturas igualmente vlidas, y, si acaso se diera primaca a unasobre otra, estaran traicionando su principio de no realidad-objetiva. Crtica contundente que en aparienciaexplicara las dispares tcnicas ya enseadas en el apartado anterior. A esto Efran y Clarfield contestan que es unerror tal crtica, puesto que en honor a la verdad nunca ningn terapeuta por ms construccionista que sea puededejar de tener ciertas convicciones acerca de los problemas que tiene la gente y que puede hacer la terapia porellos.

    Tal postura no quiere decir que este traicionando su principio de que no hay objetividad o que una postura seams valida que otra, simplemente todas las personas tienen preferencias personales, y tiene derecho tambin aexpresar dichas preferencias y esas elecciones no deben "disfrazarse" de realidades o verdades objetivas, puestoque una "verdad" es un conjunto de opiniones ampliamente compartidas. Con ello, lo que el construccionista nopuede olvidar es que sus puntos de partida no son ms verdaderos que otros; y en tal sentido, tiene derecho aexpresar preferencias por ciertas alternativas teraputicas y no por otras, y expresar clara preferencia acerca de loque considera que esta "bien" o "mal". Sin embargo, sus preferencias no tiene por que ser superiores a las de losdems -y esto nos deja ante una relativizacin, que personalmente me parece desgastante-. Para el movimientoconstruccionista es muy difcil crear una unsona posicin y forma de articular la terapia. Sin embargo, lo que s esrescatable de esta posicin es la responsabilidad que tanto terapeuta como cliente deben asumir por suselecciones o preferencia personales y sus consecuencias.

    Sigamos con las ideas de Efran y Clarfield. Es un error para el psicoterapeuta construccionista/posmodernopretender que la terapia no tiene una suerte de influencia sobre el cliente, es decir, trata de huir de la produccinde efectos en la idea de obviar objetivos que determinen, a priori, su actuar. Esto es un error, ya que, por suambivalencia con respecto a producir efectos, su asesoramiento termina siendo vago, abstracto y desvado.Atrincherarse en una niebla de abstracciones prcticamente impenetrable no sirve para construir la terapia. Hablarde "mltiples conversaciones, "producir situaciones imprevistas" o "elaborar lo inexpresado", puede llenar mas deconfusin que de aclaracin. Adems, se convierten en listas de principios que supuestamente sigue el terapeuta,como si ellas delinearan su accionar, cosa que puede ser muy lejana de la realidad, una cosa es lo que hace elterapeuta y otra lo que dice que estuvo haciendo. Esta confusin en su terminologa y en su accionar hace quemuchos clnicos desestimen aprender un enfoque de este tipo y prefieran otros enfoques altamenteoperacionalizados y muchos ms sencillos en su exposicin, como la terapia cognitivo-conductual, por ejemplo.

    Otro punto a tener en cuenta es que la "terapia como conversacin" es una metfora descripitva de lo que es la

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    terapia, no un mandato o prescripcin. La conversacin no es un instrumento que el terapeuta se vea obligado autilizar, ya que todas las terapias, sean del tipo que sean, son analizadas como procesos conversacionales conalgn nivel de co-construccin. Al construccionista se le puede distinguir por su preferencia por la metforaconversacional, pero otras preferencias teraputicas se pueden utilizar dependiendo del contexto de la situacin, yen algunos momentos es deseable utilizar foros de opinin, equipos de reflexin, diagnsticos del DSM-IV, teneren cuenta las explicaciones genticas del alcoholismo o de la esquizofrenia o hacer predicciones sobre ciertasproblemticas, sin que por ello se deje de ser construccionista.

    El otro elemento es el cuidado que implica no caer en lo contrario que se quiere profesar, generando tantasdificultades como las que se critican. Por ejemplo, al romper con la imagen jerarquizada del terapeuta comoexperto, muchos terapeutas estn cayendo en una postura tan antidirectiva que pueden generar mas problemasque soluciones. Pero lo esencial para Efran y Clarfield, es que esta posicin blanda antidirectiva, defendible comotodas, no puede ser identificada como la esencia del enfoque construccionista. Lo esencial de la terapiaconstruccionista no es la pasividad y la celebracin del cambio imprevisto y azaroso, sino su epistemologaparticipativa; que requiere obviamente de la participacin tanto de terapeuta como paciente asumiendo laresponsabilidad de las elecciones tomadas, puesto que todo construccionista no debe concebir que tieneprohibido tener o expresar preferencias, esperanzas u opiniones, lo que no debe pretender es que sus eleccionesderiven de un acceso privilegiado a una realidad objetiva externa.

    Un terapeuta construccionista no puede obviar que su rol de por s, le determina con un nivel de experto y con unacierta jerarqua, el hecho de que el encuentro teraputico tiene lugar en el terreno del terapeuta y sea pagado,implica de por si el establecimiento de una cierta jerarqua en nuestra sociedad.

    Finalmente, los terapeutas quieren huir de la jerarqua generando una postura totalmente neutra, idea falaz por simisma, ya que no existe la neutralidad, y el hecho de asumir que su cliente quiere un terapeuta neutral sinconsultar esto nunca con el cliente, esta dejando ver a todas luces una posicin jerarquizada, no habitual, distintapero nuevamente jerarquizada. La pretensin de neutralidad ya obvia toda neutralidad. La neutralidad es unaquimera y actuar como si todas las opiniones son iguales y como si los terapeutas no tuvieran preferencias essocavar la base misma del intercambio franco que debe existir con los clientes.

    Y aqu volvemos a la idea expuesta en el tercer prrafo con el que inicie esta seccin. Las tcnicas utilizadas sontangenciales, no se puede prescribir que la terapia construccionista tenga un numero determinado deobservadores, que sea esencial que haya un equipo de reflexin, o que siempre se deba utilizar cartas paradesarrollar el proceso de reflexin o que siempre sea til el interrogatorio circular o reflexivo -donde cada personade la familia por riguroso turno tiene que comentar las reacciones de los otros-. Todo ello slo indicara el tristetriunfo de la tcnica sobre el contenido. La terapia para ser eficaz debe continuamente recrearse dentro delcontexto de interaccin, la tcnica o pregunta que en una ocasin funciona triunfalmente, en otra ocasin -pordesgracia- no sirve para nada (Efran y Clarfield, 1996). El construccionismo, para Efran y Clarfield, no es ni unnuevo tipo de terapia, ni un conjunto de tcnicas caprichosamente reunidas sino un contexto dentro del cualaprehender y moldear el contrato teraputico, elaborando diseos mejores y ms claros para la interaccin cliente-terapeuta.

    Pero sobre todo, y aqu me parece particularmente importante la postura de Efran y Clarfield, la psicoterapia no esun conjunto especfico de procedimientos sino una forma de educacin, que difiere de las empresas tradicionaleseducativas en nuestra cultura, pero esencialmente persigue el mismo fin. Los objetivistas estipularan que laterapia repara el motor emocional, mejora la salud mental o elimina el pensamiento irracional, pero losconstruccionistas en cambio, piensan que estn cumpliendo simplemente tareas educacionales en los trminosestipulados en un contrato entre maestro y alumno, donde el nfasis de la instruccin se pone en la organizacinde la manera de vivir y en las satisfacciones de la vida. El medio natural de la terapia -como en la mayora de lasactividades educativas- es el lenguaje. El contexto es bsicamente filosfico, no mdico, y constructivo en vez demeramente curativo.

    Finalmente, Efran y Clarfield sugieren que la clave para el cambio teraputico esta en un proceso denominadoInteraccin Ortogonal, trmino originario de Maturana y que se ejemplifica de la siguiente manera: si un mecnicoadvierte que el coche que conduce no funciona bien, se detiene, saca la buja, ajusta la abertura con unaherramienta y vuelve a ponerla en el motor. Como consecuencia de ese leve cambio en la estructura de la buja,sta desempea su papel de un modo diferente y todo el sistema funciona mejor.

    La interaccin entre el mecnico y la buja era ortogonal (perpendicular) respecto a lo que habitualmente sucedecon la buja como elemento constitutivo del motor. Una vez modificada, la buja se relaciona de un modo distintocon los otros componentes del sistema y ste funciona mejor. Los terapeutas y otros educadores estn ensituacin de actuar ortogonalmente sobre los sistemas de sus clientes y de modificar las formas de interrelacinde sus sistemas. Como podemos intuir la interaccin ortogonal implica un nivel de jerarquizacin, un objetivo yuna capacidad de influencia del terapeuta, que los construccionistas radicales no estaran dispuestos a aceptar,pero para estos autores, ello no impide que sigan siendo construccionsitas.

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    Como vemos, este modelo es muy sistmico, pues la solucin siempre implica una contradiccin aparente y lanica forma de salir de ella es abarcando un contexto ms amplio para ver el problema desde afuera, con unnuevo marco -ms amplio que permita incorporar antiguos elementos positivos a las nuevas organizaciones de larelacin. Por ejemplo, muchas veces una persona se muda para vivir separada de su familia, pero vuelve a suhogar todos los domingos para la cena familiar como de costumbre.

    En definitiva, a pesar de lo sugerente de las ideas de Efran y Clarfield, muchos construccionsitas considerara queellas no hacen justicia al movimiento en gestacin, y con ello slo queda algo patentemente claro: el movimientoposmodernista ha incursionado ya en las esferas de las ciencias sociales y aplicadas -como la psicoterapia- peroes todava prematuro considerar que se encuentre ya articulado como una postura totalmente coherente y clara. Estan cierta esta afirmacin que Gergen, uno de los tericos ms importantes del construccionismo social llama laatencin a muchos de los terapeutas que se autodenominan construccionistas. El ltimo desafo para la terapiano es tanto sustituir una narracin impracticable por otra til, sino permitir a los clientes participar en el procesocontinuo de creacin y transformacin del significado, y una vez logrado este objetivo tener cuidado para noquedarse, en lo que Gergen llama la reconstruccin narrativa individual.

    La terapia posmoderna debe ir ms all de la reconstruccin narrativa individual, ya que la narracin alcanza suutilidad en el seno del intercambio social. Elemento clave dentro del construccionismo, por lo tanto; lasnarraciones actan para crear, sostener, o modificar mundos de relacin social. Resulta insuficiente que cliente yterapeuta gestionen en una urna virtual de cristal (contexto teraputico) una nueva forma de autocomprensin queparezca realista, esttica e inspirada en el seno de la dada. No es la danza del nuevo significado en el contextoteraputico lo que esta en juego, sino, ms bien, si la nueva forma de significacin es til en el mbito social fuerade esos confines. Es decir, esa narracin slo es eficaz en la medida que se traduzca en acciones nuevas paraenfrentar antiguas relaciones generando un cambio en el sistema y superando la situacin considerada antescomo problema.

    El discurso construccionista/posmoderno es provocativo, nos llama a la reflexin sobre antiguas supuestasverdades en el accionar de la psicoterapia y esto debe ser tenido en cuenta por todos los que en verdad sepreocupan por saber si su accionar profesional es realmente eficaz o solamente responde a necesidadespuntuales y respuestas miopes, vestidas del ropaje del lenguaje intrincado y objetivo que supuestamente ladefienden de toda invalidez.

    Tiene algn sentido la terapia? La terapia debe generar resultados reales en el accionar de las personas y de lossistemas sociales a los cuales pertenecen, de lo contrario no estamos mas que perpetuando los males de loscuales nos quejamos todos los das. El discurso provocativo del construccionismo social es importante tenerlo encuenta, aun no sabemos si ganara la batalla de los paradigmas, aun no sabemos que consecuencias trae paranuestra cultura y para la ciencia, pero sin lugar a dudas, esta ah y vale la pena escuchar unas cuantas "verdades"que no queremos or y rascarnos la comezn que no queremos sentir. Tal vez, todos en el fondo nos ilusionamoscon saber que la realidad no es tan real como lo pensbamos, pero por sobre todo el discurso de la terapiaposmoderna basado en la tica de la participacin, favorece la creacin de una postura crtica que nos permitatomar conciencia de las relaciones de poder que se ocultan dentro de los "supuestos de verdad" de todo discursosocial, incluso la terapia misma.

    Tal vez, la paradjica frase de Whitehead tenga ms sentido que cualquier otra: "todas las verdades sonverdades a medias".

    Referencias

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    www.PsicologiaCientifica.com