la teorÍa de bourdieu en la explicaciÓn y comprensiÓn del fenÓmeno de la pobreza urbana

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Estudio de pobreza urbana en la Ciudad de Córdoba, utilizando herramientas teórico-metodológicas de Pierre Bourdieu.

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    LA TEORA DE BOURDIEU EN LA EXPLICACIN Y COMPRENSIN DEL FENMENO DE LA

    POBREZA URBANA, CAPTULO DEL LIBRO: PIERRE BOURDIEU: LAS HERRAMIENAS DEL

    SOCILOGO, DE ENRIQUE MARTN CRIADO, LUIS ENRIQUE ALONSO Y JOS LUIS

    MORENO PESTAA (COMPILADORES). EDITORIAL FUNDAMENTOS, MADRID, 2004.

    ALICIA B. GUTIRREZ

    1. Introduccin

    Pierre Bourdieu no ha llevado a cabo estudios especficos en el mbito de la pobreza urbana

    ni ha construido especialmente un cuerpo de conceptos y de hiptesis que estuvieran

    destinados a abordar esa problemtica particular. Claro que, pueden encontrarse referencias

    a distintos aspectos implicados en la misma en varios trabajos. En primer lugar, en La

    Distincin (1988a) cuando el autor analiza en detalle los gustos de las clases populares relacionados con los diversos mbitos de las prcticas, por oposicin a los gustos de las clases dominantes tras condiciones objetivas diferentes y opuestas entre s, que constituyen

    el sustento de aquellas prcticas y representaciones que se muestran definidas tambin por

    oposiciones tales como distinguido-vulgar, y que evidencian la existencia de espacios homlogos: el de la estructura de las relaciones objetivas y el de la estructura de las

    relaciones simblicas. En segundo lugar, en el conjunto de entrevistas que componen la

    conocida y difundida obra colectiva publicada bajo el nombre de La miseria del mundo

    (Bourdieu et. al., 1999), trabajo realizado con la intencin de dar un testimonio -tras la

    palabra de quienes no suelen tener la posibilidad de expresar pblicamente vivencias y

    sentimientos-, de condiciones de vida adversas, a la vez individuales y sociales, particulares

    e histricas. Por ltimo, en las entrevistas, ensayos y participaciones polticas elaboradas

    como denuncias de las consecuencias sociales nefastas de la imposicin y difusin del

    neoliberalismo, que ocuparon un lugar importante en los ltimos aos de su vida (Bourdieu,

    1999a, 1999b, 2000, 2001).

    Es cierto que a partir de algunas referencias a cierto fenmeno social no es posible construir

    un marco conceptual analtico que permita explicar y comprender dicho fenmeno.

    Tambin es cierto que no se puede criticar a un autor por haber excluido de su trabajo el

    anlisis de ciertos aspectos de la realidad, y menos an si entre sus preocupaciones tericas

    y empricas uno puede encontrar una gran diversidad de problemticas tendientes a develar

    los distintos mecanismos de dominacin sociales.

    Puede uno convenir tambin en que la capacidad de anlisis, la validez y el alcance de una

    teora puede ser evaluada por las preguntas que pueden plantearse en relacin con otros

    objetos diferentes a los referentes empricos que la sustentan hasta el momento, por las

    discusiones que genera en relacin con la tradicin analtica del fenmeno especfico que uno quiere abordar, por los caminos que sugiere (en el plano terico y en el plano

    metodolgico); en fin, por las posibilidades que brinda para la construccin de nuevos

    conocimientos.

    No es entonces a partir de las referencias que he mencionado, sino desde ciertos conceptos

    e hiptesis fundamentales que hacen a la dinmica de las relaciones sociales en un sentido

    amplio, como pretendo mostrar la capacidad analtica de la teora de Pierre Bourdieu para

    intentar explicar y comprender ciertos aspectos centrales de la problemtica de la pobreza

    urbana, resultado de las reflexiones tericas y el anlisis emprico implicados en una

    investigacin llevada adelante durante diez aos en un barrio pobre de la ciudad de

    Crdoba, Argentina (Gutirrez, 2001).

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    2. El espacio social y las estrategias de reproduccin social

    Uno de los aspectos centrales de la obra de Bourdieu en relacin con lo que aqu pretendo

    abordar es la consideracin de la sociedad en su conjunto, es decir, ms especficamente, el

    espacio social, como un espacio construido, que define clases en el papel, como clases probables y no como clases reales: una construccin cientfica, una herramienta para el anlisis. Se trata de un espacio pluridimensional de posiciones, donde toda posicin actual

    (de un agente o grupo de agentes) puede ser definida en funcin de un sistema

    pluridimensional de coordenadas, cada una de ellas ligada a la distribucin de una especie

    de capital diferente1. En definitiva, es un espacio que se construye a partir de tres

    dimensiones: volumen del capital, como conjunto global de recursos disponibles y que

    indica las grandes clases de condiciones de existencia; estructura del capital, que define la

    especial conformacin que tiene ese conjunto (fundamentalmente en relacin con la

    predominancia de capital econmico, por un lado, o de capital cultural, por el otro) que

    seala las diferencias entre las fracciones de clase, y la evolucin histrica de ambas

    dimensiones (Bourdieu, 1988a,1990).

    El espacio social es una construccin que, evidentemente, no es igual al espacio

    geogrfico2: define acercamientos y distancias sociales. Ello quiere decir que no se puede

    juntar a cualquiera con cualquiera, que no se pueden ignorar diferencias objetivas fundamentales, pero no implica excluir la posibilidad de organizar a los agentes, en ciertas

    condiciones, momentos y lugares, segn otros principios de divisin, como tnicos o

    nacionales (Bourdieu, 1990). En ese espacio, los agentes y grupos de agentes se definen

    entonces por sus posiciones relativas, segn el volumen y la estructura del capital que

    poseen. Ms concretamente, la posicin de un agente determinado en el espacio social se

    define por la posicin que ocupa en los diferentes campos, es decir, en la distribucin de los

    poderes que actan en cada uno de ellos (capital econmico, cultural, social, simblico, en

    sus distintas especies y subespecies).

    En consecuencia, con un corte sincrnico del campo de la lucha de clases, se obtiene un

    estado de las relaciones de clase, cuya estructura se define por la distribucin diferenciada

    de las distintas especies de capital en ese momento: un momento definido sincrnicamente

    que constituye un punto de partida, pero que an no permite aprehender la dinmica de las

    clases ni los mecanismos por los cuales persisten las diferencias constitutivas del orden

    social.

    Una de las cuestiones ms fundamentales a propsito del mundo social es la cuestin de saber porqu y como ese mundo dura, persevera en el ser, cmo se perpeta el orden

    social, es decir, el conjunto de las relaciones de orden que lo constituyen (...) De hecho, el

    mundo social est dotado de un connatus, como decan los filsofos clsicos, de una

    1 La nocin de capital es central en la perspectiva de Bourdieu: su distribucin desigual determina las

    posiciones y las relaciones entre posiciones en cada uno de los campos, siendo posicin en el campo y habitus

    incorporados, los principios explicativos de las prcticas sociales. Un detalle de cada uno de esos conceptos y

    de las relaciones que mantienen entre s, puede verse en Gutirrez, 2002.

    2 Aunque ambos espacios se relacionan, y, en buena medida, el espacio geogrfico indica diferencias en el

    espacio social, y las posibilidades de apropiacin del espacio geogrfico dependen de las posibilidades

    sociales (Bourdieu, 1999c).

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    tendencia a perseverar en el ser, de un dinamismo interno, inscripto a la vez en las

    estructuras objetivas y en las estructuras subjetivas (Bourdieu, 1994: 3).

    Para abordar las maneras como se reproduce la vida social, y con ello, los diferentes

    mecanismos de dominacin-dependencia y la dinmica de las clases sociales, es central

    considerar el concepto de estrategias de reproduccin social en la perspectiva de Bourdieu.

    El origen del concepto se sita alrededor de los comienzos de la dcada de 1960, a

    propsito de sus anlisis en Kabilia y en el Barn, ligados a la lgica de los intercambios

    matrimoniales y a las prcticas sucesorias: es all cuando Bourdieu inicia su ruptura ms

    profunda con la visin estructuralista y cuando pasa de la regla a las estrategias (1988b), haciendo de esta ltima nocin un concepto clave en su teora de la accin, identificando a

    la misma con la nocin de prctica, rescatando al agente social que la produce y sealando

    sus principios de explicacin y comprensin como resultado simultneo y dialctico de las

    condiciones objetivas de vida externas e incorporadas.

    El concepto de estrategias de reproduccin social es retomado luego como un aspecto central en La Distincin (1988a) y sistematizado en sus diferentes dimensiones en

    Stratgies de rproduction et modes de domination (1994), trabajos de Bourdieu a los que remiten especialmente las consideraciones que aqu se hacen. Fundamental para analizar la

    dinmica de las clases y los mecanismos de perpetuacin del orden social, a partir de lo que

    las familias ponen en marcha para reproducirse socialmente, el concepto muestra

    claramente una dimensin central de su teora: la concepcin relacional de lo social,

    herencia estructuralista que queda demostrada en la manera como se construyen sus

    conceptos claves y en el modo como se articulan (Bourdieu y Wacquant, 1995).

    As, las diferentes estrategias de reproduccin social se explican slo relacionalmente, en

    un doble sentido: en el contexto del sistema que constituyen (en una familia o en un grupo

    de familias pertenecientes a una clase o fraccin de clase) y en el marco ms amplio del

    espacio social global, donde las prcticas que forman parte de ese sistema se relacionan con

    las prcticas que son constitutivas de los otros, articulando de esa manera modos de

    reproduccin sociales diferenciales.

    3. Las estrategias de reproduccin social en la pobreza: rupturas y dimensiones

    La perspectiva de Bourdieu, y especialmente estas lneas fundamentales que he destacado

    hasta aqu, permite plantear preguntas y construir una problemtica de la pobreza que

    implica una serie de dimensiones que suponen rupturas con otros modos de abordaje: el

    anlisis clsico en trminos de pobreza, la perspectiva de la marginalidad, y la de las distintas vertientes que utilizan la nocin de estrategia. Todos ellos han tenido y tienen presencias, ms o menos importantes segn el perodo histrico que se considere, en las

    ciencias sociales latinoamericanas, preocupadas por lo que constituye, sin duda, un

    problema importante en la Regin.

    La controvertida nocin de pobreza ha sido tratada por diversos autores (Bartolom, 1986;

    Herrn, 1972; Jaume, 1989, Paugam, 1998, entre otros, y por citar slo a los crticos). En

    general, las diferentes posturas reconocen que la pobreza se identifica con nociones tales

    como la de privacin, de ausencia, de carencia, y constituye un concepto descriptivo, tras

    el cual, la preocupacin central gira en torno a medir la cantidad de pobres, a travs, fundamentalmente, de dos aproximaciones diferentes: la llamada lnea de pobreza y el mtodo de las necesidades bsicas insatisfechas. De ese modo, se puede tener un estudio cuantitativo del fenmeno, que contabiliza la situacin y ofrece una problematizacin de

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    las definiciones que hay que tener en cuenta para ello. Sin embargo, esta manera de abordar

    no ofrece herramientas analticas tiles si uno pretende no slo describir sino tambin

    explicar y comprender. En consecuencia, desde el planteo que estoy presentando, puede

    decirse que a travs de la nocin de pobreza es posible mostrar las condiciones de existencia de ciertos grupos sociales definidos como pobres, segn una serie de indicadores, pero no se puede avanzar en la bsqueda de elementos explicativos y

    comprensivos que permitan dar cuenta de las causas de la pobreza, de los lazos

    estructurales que ligan a pobres y no-pobres de una determinada sociedad y de la manera

    como los pobres estructuran un conjunto de prcticas que les permiten reproducirse

    socialmente en tales condiciones.

    Una exploracin y definicin de algunos elementos ya explicativos y no meramente

    descriptivos de las dimensiones a las que he hecho referencia se encuentran en la llamada

    perspectiva de la marginalidad (emparentada con la nocin de exclusin en Francia y de

    underclass en Estados Unidos) especialmente presente entre 1950 y comenzada la dcada

    de 1980. En distintas oportunidades (Germani, 1973; Solari, 1976; Kowarick, 1981; Oliven,

    1981; Segal, 1981; Bennholdt-Thomsem, 1981; Bartolom, 1984 y 1986; Jaume, op. cit.)

    se ha reseado histricamente el uso que se le ha dado a este concepto, distinguiendo

    diferentes aproximaciones segn se defina el modo en que se consideran marginales ciertos grupos de una sociedad determinada: la aproximacin ecolgico-urbanstica, la

    aproximacin cultural, la aproximacin econmica y diferentes combinaciones de ellas.

    Problematizando la cuestin, es necesario recordar que, ms all de las aproximaciones

    diferentes, ellas tienen en comn el presupuesto mismo de la marginalidad, es decir, una aproximacin terica en trminos de mrgenes que postula un defecto de integracin de poblaciones que no estn fuera de la sociedad global sino que estn insertas en ella y

    ocupando la posicin ms desfavorable: la ambigedad de la nocin reside en el hecho

    mismo de saber si lo que est en cuestin es el estar al margen (defecto de integracin) o el

    ocupar una cierta posicin en el seno mismo del sistema social.

    Algunos autores (Lomnitz, 1978; Margulis, 1968), reconociendo el contenido equvoco del

    trmino, definen a los grupos que constituyen su objeto de anlisis como marginales, pero explicitando que se trata de individuos que no estn al margen de la sociedad, sino que

    ocupan posiciones desfavorables dentro de ella. El reconocer a la situacin de

    marginalidad como una manera de estar ubicado en el sistema, ms bien que por estar fuera del mismo, induce un paso terico decisivo que seala el abandono de la

    aproximacin dualista en trminos de mrgenes-centralidad o de marginalidad-integracin. Este paso induce tambin a la necesidad de caracterizar ms profundamente el sistema de relaciones en el cual estn insertos aquellos que uno llama los marginales y, por consiguiente, las prcticas que ellos pueden poner en marcha. Desde la perspectiva de

    Bourdieu uno podra preguntarse: en qu consiste el sistema de relaciones? cmo

    conceptualizar esa manera de ocupar una posicin en la sociedad?

    Otra dicotoma recurrente en las aproximaciones de la marginalidad exige tambin ser

    superada: es la que conduce a distinguir-oponer lo micro y lo macro (Coraggio, 1991). Esta dicotoma est ligada a una dificultad terica y metodolgica conocida en la

    antropologa urbana, cuando se trata de decidir cul es la unidad de anlisis en la ciudad:

    el considerar los datos con referencia a un sistema total, el enfoque globalista u holstico se torna de difcil sostenimiento al pasar de la escala de la pequea comunidad campesina o tribal a la gran ciudad. Aparece entonces el problema de cmo se determinan

    los lmites de la muestra urbana (Herrn, 1985:31).

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    En la dcada de 1970 y sobre todo en la de 1980, en el anlisis de los fenmenos de la

    pobreza urbana, la preocupacin se desplaza a la cuestin de conocer cmo, a pesar de las

    fuertes restricciones en diversas dimensiones, los pobres pueden reproducirse socialmente y

    empieza a ponerse nfasis analtico en los mecanismos de reproduccin de las unidades

    familiares. Comienzan a aparecer as distintos conceptos para referirse a esos mecanismos,

    que tienen en comn la nocin de estrategia y la utilizacin de la unidad domstica (o

    unidad familiar) como unidad de anlisis, a partir de la cual existe la preocupacin por

    superar la brecha entre niveles de anlisis micro y macro: se trata de las estrategias de existencia de las estrategias adaptativas, de las estrategias de supervivencia y de las estrategias familiares de vida (Senz y Di Paula, 1981; Argello, 1981; Torrado, 1982; Bartolom, 1984, 1985, etc.).

    Si bien estos conceptos no remiten necesariamente a un marco terico-explicativo nico y

    pueden distinguirse diferencias y matices entre los distintos autores que las utilizan, pueden

    encontrarse ciertos rasgos comunes que permiten problematizar ciertos aspectos.

    En primer lugar, hay algunas cuestiones ligadas a la propia nocin de estrategia. En la

    mayora de los trabajos que se ubican en esta lnea, los autores reservan un margen de

    opcin a los agentes sociales, con lo que, sus estrategias no estn completamente

    determinadas por factores estructurales ni son el mero resultado de una libre eleccin

    individual. Tambin, muchos de ellos explicitan que las estrategias no son elaboradas por

    las unidades familiares de manera necesariamente consciente, deliberada, planificada. En

    relacin con ello, uno podra preguntarse en qu consiste el margen de posibilidades que

    se ofrece a quienes elaboran las estrategias? cul es la racionalidad, entonces, que est

    implicada en las mismas? cules son sus elementos explicativos, adems de las

    condiciones objetivas en las cuales se producen? qu es lo que permite articular el nivel

    de decisin de los agentes con las condiciones estructurales en las que se inserta? Por otra parte, es importante sealar en esta aproximacin del problema, la preocupacin manifestada en el uso de la nocin de estrategia-, no ya por definir una situacin en trminos macrosociales sino que, a partir de ciertas condiciones materiales de existencia, el

    objetivo recae ahora en la intencin de analizar de qu manera los pobres se reproducen

    socialmente en esas condiciones. Junto a esta preocupacin se encuentra la de construir

    categoras que permitan articular la interrelacin entre las conductas individuales y los

    determinantes estructurales. Aparecen as la unidad familiar o la unidad domstica -frente

    al individuo- como instancia privilegiada para el anlisis de las estrategias de reproduccin

    y las redes sociales (simtricas y asimtricas) como concepto articulador entre los pobres y

    los sectores dominantes de la sociedad.

    Ahora bien, subsiste an, en la mayora de los casos, la nocin de marginalidad para definir las condiciones objetivas, aunque ella remite no al dualismo mrgenes-centralidad o marginalidad-integracin sino a la posicin ocupada en la sociedad, posicin que determina los recursos de los que se dispone para la reproduccin social, y que es definida a

    partir de la insercin en el sistema de produccin econmica. A ello hay que agregar que,

    especialmente en el conjunto de las investigaciones realizadas en el marco de PISPAL3,

    aparece clara y explcitamente la definicin de las condiciones objetivas donde se insertan

    las estrategias de los sectores populares, a partir del modelo de desarrollo vigente en cada pas de Amrica Latina.

    3 Programa de Investigaciones Sociales de Poblacin en Amrica Latina.

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    Aun omitiendo la cuestin de la ambigedad de la nocin de marginalidad, desde Bourdieu

    uno podra preguntarse ahora: cmo definir la posicin social de los agentes sin limitarse a

    los aspectos econmicos de la misma y pudiendo abarcar otros aspectos (culturales,

    sociales, simblicos) que tambin definen la manera en que una persona y una familia- se posiciona socialmente, a la vez que constituyen otras fuentes de recursos?

    Por otra parte, si bien la nocin de unidad domstica constituye una categora que avanza hacia la articulacin de las conductas individuales y las condiciones estructurales, cmo

    articular ahora esas condiciones estructurales con la unidad familiar? qu concepto

    permite la operacionalizacin de las condiciones objetivas en relacin con las estrategias

    de reproduccin de las unidades domsticas?

    Adems, si se sostiene que los pobres no estn al margen de la sociedad sino que forman

    parte de ella, ocupando las posiciones dominadas del sistema y, que, por lo tanto, no

    pueden estudiarse sus estrategias de manera aislada sino intentando analizar las relaciones

    que ellas mantienen con los sectores dominantes, es importante un concepto de estrategias

    de reproduccin que sea susceptible de ser extendido a todos los grupos sociales y que no

    se limite a abarcar slo las maneras de vivir de los sectores populares (en este sentido, es importante el aporte de Torrado -op. cit.- con su concepto de estrategias de vida como superador del de estrategias de sobrevivencia), a la vez que proporcione respuestas a las preguntas planteadas.

    En consecuencia, uno puede comenzar diciendo, desde la perspectiva de Pierre Bourdieu,

    que para analizar relacionalmente la manera en que los pobres se reproducen socialmente,

    es necesario definir las estrategias de reproduccin social como:

    ...conjunto de prcticas fenomenalmente muy diferentes, por medio de las cuales los individuos y las familias tienden, de manera consciente o inconsciente, a conservar o a

    aumentar su patrimonio, y correlativamente a mantener o mejorar su posicin en la

    estructura de las relaciones de clase (Bourdieu, 1988a: 122)

    La propia definicin sugiere algunas reflexiones y proporciona pistas para el tratamiento

    analtico:

    1) En primer lugar, plantea la cuestin de la diferenciacin entre estrategias de sobrevivencia y estrategias de cambio. Las primeras, analizables ante todo como estrategias de adaptacin a corto plazo, no excluyen de todos modos la posibilidad de

    eleccin entre varias orientaciones posibles, pero sugieren, a mediano o largo plazo, un

    anlisis en trminos de prcticas destinadas a mantener e incluso a consolidar relaciones de

    dependencia y de dominacin. Las estrategias de cambio, orientadas por perspectivas de reforzamiento del capital individual y / o familiar, o por la reconversin de los mismos,

    sugieren un anlisis en trminos de modificacin duradera de las condiciones de existencia.

    Pero es evidente que uno y otro tipo de estrategias se ofrecen a la observacin de manera

    asociada, incluso entremezclada: es a partir de un anlisis dinmico de las trayectorias y de

    las prcticas como se puede esperar fundar una distincin entre ambas.

    De todo ello se deriva que el anlisis de las estrategias de reproduccin no se reduce al

    estudio de las prcticas que tienden a la mera repeticin de las condiciones objetivas de

    vida (condiciones sociales de produccin de las prcticas). Es decir, el trmino

    reproduccin no queda restringido aqu a producir lo mismo, como si las condiciones estructurales eliminaran todo margen de autonoma y creatividad del agente social, y, con

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    ello, toda posibilidad de modificarlas. Al contrario, al rescatar la dimensin activa e

    inventiva de la prctica, y las capacidades generadoras del habitus, esta perspectiva de

    anlisis recupera al agente social productor de las prcticas y su capacidad de invencin e

    improvisacin ante situaciones nuevas.

    2) El margen de maniobra de cada agente social (individual o colectivo), y, por ello, su

    margen de autonoma y de creatividad depende de condiciones sociales objetivables, pero

    la objetivacin de esas condiciones debe tomar en cuenta a la vez las determinaciones externas y la posicin relativa de los agentes en el espacio social en el que las estrategias pueden estar comprometidas. Ello implica una ruptura con la determinacin externa de las

    situaciones de pobreza que tenda a ser analizada, como se ha visto ms arriba, en trminos

    de pobreza o de marginalidad. En el primer caso, porque la aproximacin privilegia la bsqueda de indicadores de pobreza absoluta o relativa (sea a travs de lo que se denomina

    necesidades bsicas insatisfechas o a travs de la llamada lnea de pobreza), elementos ciertamente importantes para la descripcin de las condiciones de clase pero insuficientes para definir el espacio social y las propiedades especficas y relativas de los agentes. En el

    segundo caso, ms all de los numerosos estudios que proceden de puntos de vista muy

    variados y contrapuestos, se ha dicho que la propia nocin de marginalidad entraa una ambigedad.

    3) La manera de estar ubicado: As, contra las esquematizaciones que engendran las aproximaciones dualistas que oponen, bajo denominaciones variables un centro y una periferia, la aproximacin que se sugiere a partir de estas consideraciones, reside menos en el hecho de saber si uno se encuentra o no al margen del sistema que sobre la manera de estar ubicado en el espacio social. Esta aproximacin puede ser operacionalizada a partir de conceptos tales como campo entendido como sistema de posiciones y de relaciones entre posiciones y de capital entendido como conjunto de bienes especficos que definen las posiciones ocupadas en un campo especfico, es decir, en un sistema de

    relaciones, siendo este conjunto analizable a partir del volumen y de las especies de capital

    (econmico, cultural, social, simblico). De ello resulta que la prioridad est dada a un

    abordaje en trminos de bienes, de lo que se tiene y no nicamente de necesidades, de lo que se carece, invitando a una aproximacin crtica de la nocin misma de necesidades bsicas insatisfechas y que, frente a la aproximacin reduccionista que define la posicin social a partir de la insercin en el sistema de produccin econmica se postula que la posicin relativa en el espacio social es objetivable a partir de una amplia gama de bienes.

    Por lo tanto, si uno retiene el trmino de pobreza, es para significar que la problemtica que se plantea no se inscribe en la forma impuesta por el debate dominado por las visiones

    dualistas de la cuestin, pero a condicin de precisar que, ms all de la cuestin de los

    indicadores de pobreza, se otorga una importancia particular a la significacin que confiere

    a esas condiciones objetivas de vida, la posicin relativa ocupada por cada individuo o

    grupo en el espacio social de referencia.

    4) Tomando la nocin de habitus, condiciones objetivas incorporadas a lo largo de

    trayectorias tanto individuales como colectivas, es importante recordar que ellos confieren

    una significacin diferente a posiciones homlogas y un margen de maniobra diferente a

    dos agentes que ocupan la misma posicin en un campo determinado. Es en este sentido

    que la nocin es importante para caracterizar la diversidad de los espacios estratgicos. Esta

    nocin implica igualmente que las racionalidades de la accin son siempre racionalidades

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    limitadas4, tanto por las condiciones objetivables de las posiciones ocupadas en los

    diferentes campos del espacio estratgico cuanto por los habitus que fundan un sentido

    prctico, un sentido del juego5, de lo que puede ser jugado y de la manera de jugarlo, que el

    agente ha incorporado a lo largo de su historia6.

    Tambin parece claro y es conveniente tomarlo como hiptesis- que es importante considerar el habitus como la otra cara (la cara incorporada) del hecho de que en un

    momento determinado del tiempo, el capital detenido no se puede analizar sin referirlo al

    valor que le da la historia de su acumulacin: es distinto el valor social de un capital

    econmico o cultural si es un tipo de capital de nuevo rico o si procede de una historia larga de acumulacin y / o de reconversin de capital. El sentido prctico incorpora este

    valor aadido por la historia a lo que habilita a conseguir la forma, el volumen y la

    estructura de un capital en un momento determinado, y ello est relacionado, tanto con el

    sentido prctico de la forma adecuada para conseguir lo que se pretende, cuanto con la

    posibilidad de movilizar redes ya instituidas a lo largo de la historia.

    Esta dimensin temporal del valor de los recursos de los pobres es fundamental si se

    pretenden analizar las situaciones de pobreza a partir de lo que los pobres tienen y no slo de lo que carecen.

    5) Todo ello conduce a plantear que las estrategias de reproduccin social dependen

    fundamentalmente:

    a) Del volumen, de la estructura y de la evolucin pasada del capital que hay que

    reproducir (i.e. que hay que proteger y / o desarrollar). Se trata del conjunto de bienes

    (econmicos, culturales, sociales y simblicos) que el grupo de agentes posee y de su

    trayectoria; ello define la posicin que cada familia ocupa en el espacio social. Una

    hiptesis complementaria es que las formas econmicas y culturales de ese capital son las

    ms determinantes y que el capital social y simblico deberan ser tratadas como formas

    adicionales de las dos precedentes (Bourdieu, 1989).

    b) Del estado del sistema de los instrumentos de reproduccin, institucionalizados o no

    (estado de la costumbre y de la ley sucesoria, del mercado de trabajo, del mercado escolar,

    etc.) y de su evolucin. Aqu se tiene en cuenta la distancia geogrfica, es decir, la

    distribucin del grupo en el espacio y su ubicacin con respecto a los centros de

    4 Es decir, el hablar de elecciones, de estrategias, no significa remitir a una racionalidad consciente,

    formulada, explicitada, de los agentes sociales que producen las prcticas. Tampoco implica hacer referencia

    a una racionalidad que se mide en funcin de los resultados obtenidos, es decir, una racionalidad que est en

    relacin con la eficacia de la prctica. Se trata de una racionalidad limitada, pero no a la manera de Simon,

    porque el espritu humano es limitado, sino porque el agente social est socialmente limitado (Bourdieu y Wacquant, op. cit)

    5 El sentido del juego es lo que permite vivir -sentido vivido- como evidente el sentido objetivado en las

    instituciones, es decir, las percepciones y representaciones como resultado de la incorporacin de las

    condiciones objetivas (Bourdieu, 1991).

    6 Esta postura implica una ruptura con aquellas lneas tericas (especialmente el Individualismo metodolgico

    y la Teora de la accin racional) que parten de la libre iniciativa de un actor social cuyas estrategias estaran

    sometidas slo a las coerciones de las estructuras externas, olvidando la dimensin histrica individual y

    colectiva de los agentes (Bourdieu y Wacquant, op. cit.:)

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    produccin y distribucin de los diferentes tipos de bienes, y la distancia social real, que

    alude a las posibilidades sociales concretas de acceso a esos bienes. Esta nocin permite,

    por una parte, articular la unidad domstica con las condiciones objetivas al operacionalizarlas como posibilidades disponibles de reproduccin y, por otra parte, articular a los pobres individual y / o colectivamente- con otros agentes del espacio social: Qu papel cumple el Estado?; cules son las instituciones que acercan socialmente

    -o no- los diferentes tipos de bienes?; qu polticas sociales estn en marcha?; qu otros

    agentes articulan sus propias prcticas de reproduccin con las prcticas de reproduccin

    del grupo?7, y avanzar en la superacin de la dicotoma micro-macro. Aqu,

    evidentemente, es de fundamental importancia la dimensin histrica y el anlisis de las

    diferentes condiciones estructurales que se presentan, a lo largo del tiempo, como margen

    de posibilidades y limitaciones para poner en prctica distinto tipo de estrategias.

    c) Del estado de la relacin de fuerzas entre las clases, es decir, del rendimiento diferencial

    que los distintos instrumentos de reproduccin pueden ofrecer a las inversiones de cada

    clase o fraccin de clase. Aqu tambin est presente la posibilidad de articulacin con la

    sociedad global, al tiempo que se recuerda que las estrategias de reproduccin social

    remiten necesariamente al concepto de clase (tambin Torrado, op. cit.), aunque no a un concepto economicista (adems del econmico, hay otros capitales en juego, que tambin

    definen poderes dentro del espacio social), ni a una visin objetivista de su dinmica (las

    clases mantienen entre s relaciones objetivas y relaciones simblicas -Bourdieu, 1988a,

    1988c, 1990, etc.- y las estrategias tienen, con ello, una dimensin material y otra

    simblica).

    d) De los habitus incorporados por los agentes sociales: de los esquemas de percepcin, de

    apreciacin y de accin, del sistema de disposiciones a percibir, pensar, actuar, ligados a la

    definicin prctica de lo posible y lo imposible, de lo pensable y lo impensable, de lo que

    es para nosotros y lo que no es para nosotros.

    Las estrategias de reproduccin son as concebidas como una resultante del sistema

    constituido por el conjunto de estos factores; toda modificacin de uno de sus elementos

    modifica su configuracin y lleva consigo una posible redefinicin de las estrategias.

    Ocurre lo mismo con toda modificacin del sistema de los instrumentos de reproduccin:

    porque transforma la relacin con el capital (con su volumen, con su estructura) ocasiona la

    transformacin correlativa del espacio de los posibles y plantea la cuestin del modo de

    reconversin de las especies del capital.

    e) Esta cuestin, en cuanto se refiere a la diversificacin de las estrategias de reproduccin,

    introduce una nueva dimensin en el anlisis. Una estructura del capital tiende a imponer

    un modo de reproduccin particular (Bourdieu, 1989). E incluso, si existe una

    diversificacin de las estrategias de reproduccin en funcin de los diversos campos

    accesibles, es importante investigar en cul de ellos la estructura del capital tiende a inducir

    una inversin privilegiada, as como el lugar de esta inversin por relacin a otras

    inversiones que pueden o no operarse en el seno del mismo campo o en otros campos.

    7 En la investigacin llevada adelante desde esta perspectiva, se ha analizado cmo, en distintos momentos

    histricos, el grupo de familias pobres estudiadas articulaban su modo de reproduccin con el modo de

    reproduccin de otros agentes que ocupaban otras posiciones en el espacio social: primero militantes

    montoneros que tenan su propio juego en el campo poltico, luego ONGs que invertan en su propio campo,

    en todo momento agentes del Estado y miembros de partidos polticos con los que establecan alianzas

    especialmente en los momentos preelectorales. Volver sobre esta cuestin ms adelante. (Gutirrez, 2001).

  • 10

    4. Los contextos de anlisis: la familia y las redes sociales; poder y capital social

    En el momento de plantearse quin es el sujeto de las estrategias de reproduccin social, Bourdieu responde:

    ...sin familia no habra estrategias de reproduccin, sin estrategias de reproduccin no habra familia(...) es necesario que la familia exista lo que no va de suyo- para que las estrategias de reproduccin sean posibles; y las estrategias de reproduccin son la

    condicin de la perpetuacin de la familia, esta creacin continuada(Bourdieu, 1994: 11).

    Es claro que el sujeto de las estrategias de reproduccin social es, al menos en primer lugar, la familia, considerada como unidad domstica. Es claro tambin que esta unidad de

    anlisis ya ha sido introducida en las ciencias sociales a la hora de analizar cmo se

    reproducen los pobres, en el conjunto de lneas de trabajo que tienen en comn la nocin de

    estrategia a las que he aludido ms arriba.

    Pero la perspectiva de Bourdieu introduce una nueva herramienta analtica frente a la

    necesidad de la reproduccin y a la diferenciacin interna del grupo domstico: el hecho de

    sostener la hiptesis de que la familia funciona a la vez, como cuerpo y como campo. Funciona como cuerpo, como unidad que para poder reproducirse -esto es, mantener o

    mejorar su posicin, transmitiendo su volumen y estructura del capital- debe actuar como

    una suerte de sujeto colectivo, manteniendo la integracin de esa unidad, al precio de un

    trabajo constante, especialmente simblico (en su doble dimensin: terico y prctico) de

    inculcacin de la creencia en el valor de esa unidad. Pero la familia tiende a funcionar

    como campo, es decir, como espacio de juego, donde hay relaciones de fuerza fsicas,

    econmicas, culturales y simblicas (ligadas al volumen y a la estructura del capital que

    poseen los diferentes miembros que la integran) y donde hay luchas para conservar o

    transformar esas relaciones de fuerza (Bourdieu, 1994 y 1997). Estas cuestiones se

    presentan en el momento de diferenciar, por gnero, edad y posicin en la familia, las

    diferentes tareas asignadas en relacin con la organizacin domstica y las

    responsabilidades del afuera y del adentro del hogar. Ahora bien, en diversos trabajos dedicados especialmente al anlisis de las prcticas que

    ponen en marcha quienes viven en situaciones de pobreza, entre los cuales marca un punto

    fundamental el estudio realizado por Lomnitz (op. cit) en una barriada mexicana, es claro

    tambin que es necesario tomar como otro contexto de anlisis a las redes sociales.

    En efecto, en Cmo sobreviven los marginados, Lomnitz ha mostrado que las estrategias de

    las unidades domsticas ubicadas en situaciones de precariedad se caracterizan por el

    desarrollo de participacin en redes de intercambios recprocos de bienes y de servicios,

    que se presentan como recursos alternativos decisivos frente a la inseguridad econmica y

    la precariedad de los otros recursos. Estas redes se establecen y se sustentan en

    instituciones tradicionales tales como el parentesco, el compadrazgo y la amistad masculina, significando claramente la activacin, fundada en la confianza, la cercana fsica

    y condiciones materiales semejantes, de los recursos sociales.

  • 11

    Asumiendo esta hiptesis ya comprobada empricamente para el caso de la pobreza urbana,

    se puede plantear, desde Bourdieu, la estrecha relacin entre la nocin de red social y la de

    capital social8.

    El capital social es slo uno de los tipos de recursos utilizables por las familias para crear y

    poner en marcha distintos tipos de prcticas, que les permitan hacer frente a sus

    necesidades cotidianas y de reproduccin social. Pero este recurso cobra importancia

    fundamental, en la medida en que se trata de comprender y explicar un conjunto de

    prcticas que son implementadas por un grupo de agentes que poseen un escaso volumen de

    capital econmico y cultural, los principios bsicos que estructuran el espacio social y que

    definen las diferentes posiciones de las unidades domsticas y la de los miembros que la

    componen.

    Bourdieu define el capital social como:

    conjunto de recursos actuales o potenciales que estn ligados a la posesin de una red duradera de relaciones ms o menos institucionalizadas de interconocimiento y de inter-

    reconocimiento; o, en otros trminos, a la pertenencia a un grupo, como conjunto de

    agentes que no estn solamente dotados de propiedades comunes (susceptibles de ser

    percibidas por el observador, por los otros o por ellos mismos) sino que estn tambin

    unidos por lazos permanentes y tiles (Bourdieu, 1980: 2 subrayado del autor-).

    El capital social est ligado a un crculo de relaciones estables que son el producto de

    estrategias de inversin social consciente o inconscientemente orientadas hacia la institucin o reproduccin de relaciones sociales directamente utilizables, a corto o a largo

    plazo (Ibdem). En otras palabras, sera el conjunto de relaciones sociales que un agente puede movilizar en

    un momento determinado, que le pueden proporcionar un mayor rendimiento del resto de

    su patrimonio (los dems capitales, econmico y cultural especialmente). Adems, son

    tambin una fuente de poder, y por ello constituyen un enjeu, algo que est en juego, que se intenta acumular y por lo cual se est dispuesto a luchar.

    El capital social es, por otra parte, como todo capital, un poder que exige inversiones

    permanentes, en tiempo, en esfuerzo, en otros capitales, y que puede aumentar o disminuir,

    mejorando o empeorando las posibilidades de quien lo posea. Se fundamenta pues, en lazos

    permanentes y tiles, que se sostienen en intercambios, a la vez, materiales y simblicos.

    Habiendo asociado la nocin de red social con la de capital social y sosteniendo que para

    analizar las estrategias de reproduccin de quienes viven en la pobreza hay que tomar como

    contextos analticos a las familias y a las redes, uno puede transferir la hiptesis

    mencionada ms arriba. Es decir, en primer lugar, las redes deben ser analizadas como

    cuerpo y como campo: como cuerpo, en la medida en que el mantenimiento unido de la red puede asegurar el desarrollo de cierto tipo de estrategias entre las unidades

    domsticas que participan en ella; como campo, en la medida en que all se ponen en juego

    distintos tipos de capitales sociales, distribuidos desigualmente entre las unidades

    8 La consideracin de distintos aspectos relativos a las nociones de redes sociales y capital social desde otras

    perspectivas analticas y sus diferencias con la propuesta de Bourdieu ha sido tomada en detalle por Baranger

    (2000).

  • 12

    domsticas que participan en esas redes9, y que plantea la cuestin del intercambio desigual

    y de las relaciones de dominacin-dependencia en su seno. En segundo lugar, es importante

    considerar a esas redes como elementos de redes ms amplias, como subsistemas de

    relaciones en el seno de un sistema global. En ese sistema global de relaciones, se

    consideran no slo las posiciones que ocupan las diferentes unidades domsticas objetos de

    estudio, sino tambin las posiciones ocupadas por otros agentes sociales (por ejemplo,

    dirigentes polticos, agentes del Estado, miembros de ONGs, etc.), que ligan a los pobres

    con los dems miembros de la sociedad global.

    5. La construccin de las escenas sociales

    Entre las familias pobres que he estudiado10

    , el capital social como herramienta analtica

    me ha permitido la reconstruccin de redes simtricas y asimtricas de intercambios de

    9 Plantear la hiptesis de una distribucin desigual de capital social (de relaciones) implica una revisin de la

    nocin de reciprocidad: no es lo mismo movilizar asiduamente la red o de manera puntual, no es lo mismo

    tener o no tener relaciones con agentes que ocupan otras posiciones sociales en otras estructuras de

    sostenimiento y de apoyo, de dominar o no las informaciones tiles para acceder a diferentes mecanismos de

    obtencin de recursos... Todos estos elementos constituyen fuentes desiguales de poder que deben ser

    tomadas en consideracin en el momento de analizar la diversidad de las estrategias de reproduccin de las

    unidades domsticas.

    10

    La investigacin involucra el sistema de estrategias de reproduccin social en 34 familias que viven en un

    barrio pobre cordobs, situado en la zona este de la ciudad de Crdoba, con un relativamente buen servicio de

    transporte urbano, gas, electricidad, agua corriente y recoleccin de residuos. Las principales vas de acceso al

    sector son netamente comerciales, con negocios pequeos y de gran envergadura, de todo tipo y rama de

    actividad. Cuenta adems con centros de salud y educativos -gratuitos y privados- muy cercanos. Por sus

    caractersticas histricas y fsicas, el barrio presenta algunas particularidades que lo diferencian de otros

    asentamientos similares de la ciudad, ya que no se conform por sucesivos agregados de nuevas familias, sino

    por un traslado colectivo a un terreno fiscal desocupado, a lo cual, con el transcurso del tiempo, se agregaron

    nuevas familias a un terreno privado lindante.

    Las 34 familias constituyen el 90% de la poblacin de ese barrio. El nmero de miembros por grupo familiar

    oscila entre 2 y 8, concentrndose la gran mayora entre 3 y 6 miembros por familia. 24 de ellas son

    propietarias del terreno y de la vivienda, 4 son slo propietarios de la vivienda habitan en el terreno privado lindante- y 6 no son propietarios ni del terreno ni de la vivienda. Esta situacin se explica por la forma de

    residencia adoptada: 21 familias viven de manera independiente y 13 son corresidentes. Todas las familias

    cuentan con luz en la vivienda aunque estn colgados y sufren, por ello, constantes cortes de electricidad-, slo una de ellas tiene gas de red instalado y telfono, slo 13 tienen bao instalado y 21 grupos familiares

    cuentan con cama para todos sus miembros. La estructura ocupacional revela un amplio predominio de los

    trabajos manuales y de escasa calificacin, tanto para los hombres como para las mujeres. Entre los jefes de

    familia (3 no trabajan y otros 3 son jubilados o pensionados), la ocupacin predominante es la de

    cuentapropista (pequeo negocio o changas) frente a los empleados (taller metalrgico, mercado de abasto,

    taxi, etc.) entre los hombres, mientras las tres mujeres jefas de familia son empleadas domsticas. Entre las

    mujeres no jefas de familia, 10 no trabajan fuera de su casa, 7 forman parte de un taller de costura y tejido, y

    las restantes son empleadas domsticas o cuentapropistas de un pequeo negocio. El tipo de ocupacin de los

    hijos es similar al de sus padres: predominio de ocupaciones manuales y de baja calificacin, siendo an ms

    predominante el cuentapropismo (changas) para los varones y el oficio de empleada domstica para las

    mujeres. Los niveles de ingresos monetarios por grupo familiar son variables (van desde 0 a 800$), pero el

    80% de las familias no obtiene ms de 450$ por mes. El nivel educativo formal predominante entre los

    varones adultos es el primario incompleto (11) y luego primario completo (9); el de las mujeres adultas es

    primario completo (15), luego primario incompleto (14), mientras el de los hijos que han dado por terminada

    su trayectoria escolar es el de primario completo.

  • 13

    diferentes formas de capital -que en trminos de Mauss (1969) pueden llamarse como de

    prestacin total, en el sentido en que constituyen un conjunto complejo de reciprocidad indirecta, donde quien recibe la prestacin no est directamente obligado a quien la ofrece

    sino a cualquier otro miembro del sistema- que fundamentan estrategias tanto individuales

    como colectivas y que presenta varias dimensiones.

    En primer lugar, habiendo acumulado un cierto capital social colectivo, institucionalizado

    con el tiempo bajo la forma legal de una Cooperativa, los grupos familiares constituyeron

    sucesivamente y a lo largo de los treinta aos de la historia del barrio, lo que llamo redes de intercambio de reciprocidad indirecta especializada que permiten aprehender las relaciones que mantienen pobres y no-pobres tras el intercambio de dones y contra-dones

    sustentados en diferentes especies de capital: con un grupo de guerrilleros montoneros en

    primer lugar, luego con miembros de dos ONGs y todo el tiempo con diferentes grupos

    polticos-partidarios en los momentos pre-electorales.

    El mecanismo global que sustenta tales redes se fundamenta, desde el lado de las familias

    estudiadas, en esa especie de capital: los pobres tienen para ofrecer un capital social

    colectivo que es susceptible de transformarse en otras especies de capital (especialmente

    poltico, en el sentido ms amplio del trmino) segn las condiciones histricas y

    estructurales, que sirve para intercambiar con otras especies de capital.

    La importancia de esa especie de capital ha sido analizada en detalle luego de la

    reconstitucin histrica de un proceso que abarca los treinta aos de la existencia del barrio.

    A continuacin, voy a tomar sucintamente la primera parte de dicho proceso, con el objeto

    de que pueda visualizarse el alcance de este concepto, su modo de reconversin y los

    mecanismos que sustenta.

    Originarios de dos villas de emergencia11 de la ciudad de Crdoba que constantemente sufran las inundaciones del ro que atraviesa el centro urbano, y ante una gran inundacin

    producida en diciembre de 1972, los vecinos que se vieron obligados a abandonar sus precarias viviendas- comienzan a desarrollar, junto a otros agentes sociales que ocupan

    otras posiciones en el espacio, una serie de estrategias para conseguir y consolidar la

    apropiacin de un nuevo hbitat.

    En esos tiempos, y en lo que se refiere especficamente a la conquista de la tierra, las

    estrategias de los pobladores se entrelazan con las estrategias desplegadas por un grupo de

    Montoneros que ya vena actuando polticamente en las villas de emergencia de origen, en un perodo como el de 1970-1973, cuando el Movimiento se encuentra en un proceso de

    acumulacin de capital poltico, caracterizado por el fortalecimiento de los vnculos con las

    otras formaciones polticas peronistas, con un objetivo inmediato como grupo guerrillero

    urbano: el retorno del General Pern al poder como medio para llegar al socialismo12

    . Para

    11

    Las villas de emergencia o villas miseria en Argentina son asentamientos precarios que, como la mayor parte de los que se encuentran tambin en otros lugares de Latinoamrica, comenzaron a formarse alrededor

    de 1945 en la periferia de las grandes ciudades. Su origen es fundamentalmente de poblacin rural que se

    encuentra desplazada por la mecanizacin del agro y atrada por un incipiente proceso de industrializacin

    urbana. Sus habitantes no son propietarios de la tierra (fiscal o privada) y viven en condiciones de

    hacinamiento, con fuertes restricciones para atender a sus necesidades mnimas de vivienda, trabajo,

    educacin y salud.

    12

    El grupo Montoneros, que comienza a conformarse a fines de la dcada de 1960 y que aglutina fuerzas polticas que se desplazan progresivamente desde la derecha hacia la izquierda, constituy la agrupacin guerrillera urbana ms importante de Latinoamrica, tanto por la cantidad de militantes que integraron sus

  • 14

    ello, dentro de un marco definido como de guerra integral, los militantes desarrollaban una serie de estrategias en villas y barrios pobres de la ciudad que consistan especialmente

    en la organizacin activa de la gente, en su concientizacin y en obtener una suerte de servicio logstico para las acciones que llevaban a cabo. Los villeros, los pobres, tienen en s mismos, para los Montoneros, el valor de capital poltico colectivo: pobre es el pueblo, fundamento de la legitimidad poltica y de la alianza, alianza posible por la existencia de lderes que la facilitan. Los villeros pobres tienen valor como apoyo poltico potencial, como manifestantes, como militantes, como

    electores potenciales: como ciudadanos en un sistema ideolgico democrtico, que, adems, son ciudadanos pobres a los que se puede ayudar, acompaar, para ligarse a ellos y establecer intercambios, y que simbolizan al Pueblo, como ciudadanos numerosos y como ciudadanos que tienen lderes a travs de los cuales se puede comprometer y fundamentar el intercambio.

    As, entre dos tipos de redes (la red poltica de Montoneros y la red local de los vecinos

    pobres) se conforma una nueva red de intercambios en la cual puede reconstruirse un determinado sistema de dones y contra-dones, llamado de reciprocidad indirecta

    especializada. Por un lado, la red de Montoneros, como instrumento de reproduccin,

    proporciona ayuda,13

    capital econmico bajo la forma de bienes materiales (ropa, comida,

    etc.) Tambin proporciona fundamentalmente dos tipos de servicios llamados

    acompaamiento: acompaamiento fsico en la ocupacin del terreno, fundado en un

    capital poltico clandestino acumulado y en una coyuntura poltica especial (el gobierno

    militar en la provincia de Crdoba de alguna manera permite la realizacin de las acciones),

    y acompaamiento en las gestiones administrativas y tcnicas (marcado de los lotes,

    seleccin de los lugares para construir las viviendas, etc.) que apuntan al proceso de

    obtencin y de ocupacin del terreno, fundado en un primer momento en ciertos lazos con

    el gobierno militar y que luego de las elecciones democrticas cobra la forma de capital

    poltico oficial (por los fuertes lazos que une a Montoneros con el gobierno elegido) y en un

    saber hacer universitario, un capital cultural acumulado por los militantes. La red local de los vecinos ofrece como contra-don servicios polticos, fundados en un

    capital poltico colectivo que los lleva a participar en el proceso electoral institucional

    (manifestaciones, reuniones polticas, votos) y en actos polticos-simblicos fundamentales

    en la poca, capital poltico que encuentra su origen en un capital social colectivo,

    acumulacin de relaciones de parentesco, vecindad y amistad que se haba producido en las

    dos villas miseria de origen de los pobladores. Es importante destacar que, a modo de balance y tras esa red de intercambios de

    reciprocidad indirecta especializada que se sostiene durante aproximadamente cuatro aos,

    los vecinos obtuvieron fundamentalmente dos cosas. En primer lugar, una acumulacin de

    capital econmico bajo la forma de tierra, es decir, de un nuevo espacio fsico en un terreno del cual inician un camino de apropiacin, a partir de una cesin del Gobierno

    Provincial, tras la reconversin del capital social que haban logrado acumular. En segundo

    lugar, un reforzamiento de ese capital social previamente acumulado, resultado de un

    filas, cuanto por el nmero de simpatizantes que convoc y por la cantidad y efectividad de las acciones que

    llev a cabo, hasta su desmembramiento y aniquilacin, especialmente durante la Dictadura Militar de 1976-

    1983.

    13

    Ayuda y acompaamiento son las palabras que utilizan los vecinos del barrio para dar cuenta de lo que reciban del grupo Montoneros.

  • 15

    efecto de estructuracin sobre el espacio -siendo aqu el espacio una relacin social dentro

    de un territorio-, sostenido en dos cuestiones: por un lado, en el reconocimiento de los dos

    lderes naturales (uno de cada una de las villas miseria de origen), como efecto de una diferenciacin de los conscientes, de una diferenciacin de la diferencia, de la identificacin de un capital poltico fundamentado en una forma social, aunque se apele a la

    naturaleza para dar a los polticos-intelectuales la base de su legitimidad. Por otro lado, en

    la unificacin de las dos redes sociales (una de cada una de las villas miseria de origen) que

    implica la creacin de un capital social colectivo, reconvertible en un capital poltico de

    mayor fuerza, que permite dar ms para la deuda acumulada en relacin con los militantes

    montoneros, capital poltico que constituye el fundamento de los servicios polticos. Adems, este capital social colectivo facilita la movilizacin del capital poltico de los

    Montoneros para apoyar las gestiones administrativas de la cesin del terreno.

    El regreso del Movimiento Montoneros a la clandestinidad y el comienzo de las acciones

    represivas contra sus militantes, constituyen las caractersticas ms sobresalientes del

    cambio de las condiciones estructurales que hacen que el capital social acumulado deje de

    reconvertirse en capital poltico o, en otras palabras, que el capital poltico que se haba

    acumulado alcance un alto punto de desvalorizacin, y lleva a los pobladores del nuevo

    asentamiento a privilegiar estrategias de sobrevivencia fsica, a acumular desconfianza en la

    reconversin del capital social en capital poltico colectivo, y con ello, a la descomposicin de la red de intercambios que los haba unido al Movimiento, hasta

    desaparecer por completo con el Golpe de Estado de 1976. En realidad, la red consista en

    una suerte de juego clientelar, donde los vecinos dicen que tomaban a los militantes

    montoneros como polticos en el sentido de poltico-partidario-, es decir, como capital social, como recursos que pueden ser movilizados para obtener otro tipo de bienes, pero

    que, llegado ese momento especial de la dinmica estructural, comienza a perder su valor

    de reconversin en otros tipos de capitales.

    El mismo sistema de intercambio de dones y contra-dones basados en diferentes especies

    de capital (y en el caso de las familias pobres, en su capital social colectivo), puede ser

    visualizado en otras circunstancias estructurales y con otros agentes sociales que ocupan como los montoneros en el ejemplo mencionado- otras posiciones en el espacio social.

    As, la constitucin y el mantenimiento de diferentes redes de intercambio de reciprocidad

    indirecta especializada, permiten la construccin de escenas sociales que articulan

    sucesivamente dos modos de reproduccin diferentes: el de los pobres en la pobreza, el de

    los montoneros en el campo poltico nacional y local, el de las ONGs en su propio espacio

    de juego en disputa por beneficiarios, el de los polticos-partidarios en su lucha por captar clientela. Incluso, con el correr del tiempo, cuando ese capital social colectivo es monopolizado por un nmero reducido de familias (las que ocupan los cargos de la

    Cooperativa del barrio y que administran y gestionan los recursos colectivos), se articulan

    tres modos de reproduccin, el de los no-pobres, el de los monopolistas y el del resto de las

    familias que slo actan como pblico o beneficiarios. Otra dimensin del capital social, el capital social domstico, habilita a reconstruir redes de

    intercambio diferido intergeneracional que unen a familias pobres entre s, de dos

    generaciones diferentes, en un sistema de dones y contra-dones diferidos, que hace a la

    mujer-madre la principal productora y distribuidora de diferentes tipos de bienes y al hijo /

    hija y su familia los principales receptores. Esta otra dimensin del capital social es

    tambin fundamental para comprender el sistema de estrategias de reproduccin social que

    ponen en marcha especialmente las nuevas familias, las que se van conformando, parejas

  • 16

    solas o con nios pequeos, que encuentran en el capital social domstico que poseen, la

    posibilidad de tener una vivienda para alojarse, la disposicin de enseres domsticos y la

    ocasin de recibir comida, ropa, calzado, algo de dinero, que entran al circuito de la red

    como donaciones o transferencias familiares. La madre-propietaria de la casa es la que

    concentra el conjunto de bienes, los acondiciona y luego los re-distribuye entre los hijos

    segn sus posibilidades y necesidades: se trata de un intercambio diferido, en la medida en

    que los hijos no devuelven lo recibido sino en cuanto ocupen la otra posicin generacional,

    en el momento en que se sientan obligados a hacer lo mismo con sus propios hijos, cuando

    comiencen su existencia como nueva familia.

    En consecuencia, esta red de intercambios consiste en dar una mano para que la nueva

    pareja se instale en la casa de la madre durante un tiempo y en ayuda en diferente tipo de

    bienes econmicos que se hace ms visible y ms fuerte cuando se instituye junto a la

    corresidencia, pero que est presente, al menos en parte, an cuando el hijo o la hija residan

    en otra parte. As es la vida y las cosas se van haciendo igual constituyen maneras de referirse a la red que sustenta un conjunto de prcticas repetidas de generacin en

    generacin, a las que orientan condiciones objetivas similares que aparecen como fundantes

    de una naturaleza socialmente constituida.

    Finalmente, la importancia del capital social tambin se manifest en el momento de

    reconstruir la escena social que constituyen las 34 familias estudiadas, en un intento de

    observar la diferenciacin interna del conjunto14

    . El estudio se realiz a partir de un anlisis

    14 La escena social se construy tras la hiptesis de definir las estrategias de reproduccin social a partir del volumen y de la estructura del capital. El volumen del capital hace referencia a la cantidad de recursos o

    poderes que cada unidad domstica posee, considerados de manera global. En esa investigacin, se tomaron

    en cuenta especialmente, para la construccin del espacio, tres especies de capital: econmico, cultural y

    social. La estructura del capital remite a la especial conformacin que ese conjunto de recursos cobra en cada

    unidad de anlisis particular, es decir, la proporcin, que cada una de las tres especies de capital presenta en

    cada caso particular, conformando, de ese modo, cuadros especficos de disponibilidad de recursos susceptibles de ser actualizados o reconvertidos.

    Como variables (cada una con diferentes modalidades) de capital econmico y a fin de tener en cuenta el

    conjunto de posesiones materiales de la unidad domstica y la disponibilidad de recursos econmicos, se

    consider: ingresos monetarios de los jefes de familia; ingresos monetarios de las mujeres no-jefas de familia;

    ingresos monetarios totales de los hijos que residen en la unidad domstica; modo de tenencia de la vivienda;

    calidad de la vivienda; servicios con que cuenta la vivienda; cama para cada miembro de la familia;

    equipamiento domstico; tenencia de algn tipo de vehculo; recibe bono solidario; recibe regularmente

    ingresos no-monetarios; tiene tarjeta de crdito o participa en mecanismos formales de crdito en dinero; y

    ocupacin del jefe de familia.

    Como variables (cada una con sus modalidades) de capital cultural se tuvo en cuenta capital escolar,

    adquisicin de otro tipo de habilidades y / o destrezas y manejo de cierto tipo de informaciones, por su

    importancia en las estrategias escolares y su incidencia ms amplia en el espacio estratgico familiar e

    interfamiliar. Por ello se consider: nivel de escolarizacin formal alcanzado por el hombre; otros

    aprendizajes realizados por el hombre; nivel de escolarizacin formal alcanzado por la mujer; otros

    aprendizajes realizados por la mujer; nivel de escolarizacin formal ms elevado alcanzado por los hijos que

    viven en la unidad domstica; e informacin que se posee para la gestin de trmites.

    Como variables (cada una con sus modalidades) de capital social y a fin de tener en cuenta la posibilidad que

    cada unidad domstica tiene de movilizar relaciones, recursos sociales, se tomaron dos conjuntos de indicadores, uno relativo a las ayudasconcretas que han recibido alguno de los miembros de la unidad domstica y el otro relativo a lo que se podra llamar participacin institucional. Por ello se consider: se cont con ayuda en la obtencin de subsidios; se cont con ayuda en la obtencin de jubilacin y / o pensin;

    se cont con ayuda en la obtencin de trabajo; se cont con ayuda en la obtencin de dinero; se cont con

    ayuda en la obtencin ingresos no monetarios; algn miembro de la familia es socio de la Cooperativa; algn

    miembro de la familia ocup cargo en la Cooperativa; algn miembro de la familia ocup cargo en otra

  • 17

    de correspondencias mltiples nico medio de analizar relacionalmente las posiciones de las distintas unidades domsticas-, donde el capital social en primer lugar, y luego el

    econmico y el cultural, aparecen como los principios fundamentales que definen

    posiciones distintas (fundados en cuadros especficos de disponibilidad de recursos), constituyndose as en elementos de definicin de estrategias laborales, habitacionales,

    educativas, etc., comunes y diferenciales.

    Las tres dimensiones del capital (y sus formas incorporadas como habitus), sumado al

    anlisis histrico de los instrumentos de reproduccin disponibles a lo largo del tiempo y de

    los distintos ciclos vitales por los que atravesaba cada familia, pudo hacerse una

    reconstruccin minuciosa y detallada de diferentes modos de reproduccin social en la

    pobreza y de sus articulaciones con los modos de reproduccin de los no-pobres con los

    que han establecido o establecen lazos.

    En lneas generales, los diferentes cuadros de disponibilidad de recursos que caracterizan a zonas distintas de la escena social construida muestran, por un lado, un modo de

    reproduccin casi exclusivamente basado en el capital social (los monopolistas varones ms

    antiguos y ms ancianos del capital social colectivo a los que he hecho referencia ms

    arriba, lderes de sus villas de origen), con familias que obtienen a travs del establecimiento y mantenimiento de redes de intercambio, los diferentes tipos de bienes

    para vivir, con estrategias muy marcadas de inversin en esa forma de capital. Por otro

    lado, un modo de reproduccin basado en una estructura de capital diversificado

    especialmente en capital social y econmico, con presencia de capital cultural: el de las

    otras familias de monopolistas del capital social colectivo, donde las mujeres cumplen un

    rol esencial en la gestin de las estrategias colectivas, que aseguran su modo de vivir en el

    sostenimiento y acumulacin de esa forma del capital, al cual agregan capital econmico

    especialmente proveniente del trabajo de los hijos residentes en la unidad domstica, y

    donde la presencia del capital cultural muestra una estrategia especial: tres hijas mujeres, de

    tres familias diferentes, acumulan capital escolar (bachillerato de adultos) que les permite

    aumentar sus posibilidades de herencia del capital social colectivo que sus madres han

    monopolizado con el transcurso del tiempo. Finalmente, un modo de reproduccin fundado

    en una estructura de capital diversificado en capital econmico y cultural, con capital social

    slo bajo la forma de capital social domstico, donde no hay participacin alguna en las

    estrategias colectivas llevadas adelante por las dems familias, y donde la apuesta ms

    importante consiste en la acumulacin de capital escolar diferencial de los hijos (nivel

    medio de educacin formal y aprendizajes no-manuales, como mecanografa, ingls y

    computacin). Ahora bien, este ltimo caso es excepcional: es el modo de reproduccin de

    dos familias que, en los diferentes mbitos de las estrategias, muestran siempre maneras

    diferenciales y se encuentran completamente ausentes de los mecanismos formales de

    Organizacin de base o Centro Vecinal o Mutual; algn miembro de la familia particip en la Comisin

    originaria del barrio; algn miembro de la familia ocup cargo en sindicato; algn miembro de la familia

    participa en partido poltico; algn miembro de la familia participa en grupo religioso; y pertenencia al barrio

    desde que se form.

    Adems de estas variables, se incorporaron las que remiten a la composicin familiar y al ciclo vital por el

    que transita la familia. La combinacin de estas ltimas dos variables indican los recursos asociados a la

    cantidad y condiciones fsicas (ligadas especialmente a la edad) de los miembros que integran la unidad

    domstica.

  • 18

    obtencin de subsidios y otros bienes transferidos por el Estado con la intermediacin de

    las ONGs.

    En consecuencia, creo que a la formulacin ms general de la teora de Bourdieu, de que el

    capital econmico y el cultural constituyen los principios fundamentales de estructuracin

    del espacio social global, se podra agregar una segunda hiptesis fundada en la necesidad

    de construir indicadores que permitan evaluar la incidencia del capital social en la propia

    construccin de dicho espacio, como una fuente de poder que se ha mostrado de especial

    importancia a la hora de analizar el fenmeno de la pobreza.

    Retomando entonces experiencias empricas fundadas en otras maneras de construir el

    problema, uno puede plantear, desde Bourdieu, la necesidad de considerar la importancia

    del capital social como principio definitorio de posiciones (y por ello de prcticas y de

    representaciones) en aquellos casos en que la acumulacin del capital econmico y el

    capital cultural es de menor importancia o presenta menor grado de variacin, incluso en

    las sociedades capitalistas. Tambin, que la posesin de ese capital social reconvertible en

    diferentes especies de capital poltico permite la acumulacin inicial de las otras formas de

    capital y por ello, se constituye en la fuente de poder ms importante, especialmente en su

    forma colectiva.

    En definitiva, el concepto de capital en general y el de capital social en particular, aparece

    como una herramienta fundamental que posibilita la construccin de diferentes escenas

    sociales que habilitan a analizar relacionalmente las estrategias de las familias pobres con

    otros agentes sociales y, a la vez, introducir diferencias tras la aparente igualdad de la

    situacin de pobreza. Es pues, un recurso analtico que permite desechar la ambigedad que

    entraa el concepto de marginalidad o de exclusin, analizar las estrategias de reproduccin

    en la pobreza a partir de lo que los pobres tienen y no tanto de lo que carecen y enriquecer el anlisis introduciendo la heterogeneidad de las posibilidades objetivas e

    incorporadas tras la falsa imagen de la homogeneidad.

    6. A modo de cierre

    El problema de la reproduccin de la sociedad y de sus mecanismos de dominacin-

    dependencia en todos los niveles constituye uno de los grandes desafos de la ciencia social

    contempornea. Inmerso en l, en el doble sentido de relacional e histrico, se encuentra el

    problema de la pobreza que afecta a cada vez mayor nmero de personas. Desde la

    perspectiva de Bourdieu, esta situacin nos compromete como investigadores sociales a

    echar mano a todas las posibilidades que nos puedan brindar las armas de la ciencia para

    intentar explicar y comprender los distintos aspectos implicados, sacar a la luz esos

    mecanismos, denunciarlos y hacerlos conocer, bajo pena de ser acusados de no-asistencia a persona en peligro (Bourdieu et al., op. cit.; Bourdieu, 1999d, 2000). El abordaje de lo real se hace siempre desde una teora, teora que en sus principios e

    hiptesis fundamentales debemos tener explicitada con claridad para conducir exitosamente

    nuestras investigaciones y para someterlas al anlisis crtico de nuestras colegas.

    Parafraseando a Bourdieu se puede construir con Bourdieu y contra Bourdieu, se puede intentar abordar problemas que l no tom especialmente como nudo de sus bsquedas y,

    evidentemente, incluso repensar ciertas cuestiones a la luz de nuestras propias experiencias

    tericas y empricas.

    En estas pginas he intentado avanzar hacia ese camino, mostrando las posibilidades de su

    perspectiva analtica de problematizar ciertos aspectos de la cuestin de la pobreza, que

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    pueden constituir un slido punto de partida y una importante gua de anlisis. No se trata,

    en este caso asociado a problemticas latinoamericanas, de importar acrticamente categoras y conceptos producidos en otro lado y con motivo de otros problemas,

    cometiendo un pecado que el mismo Bourdieu ha denunciado (Bourdieu y Wacquant,

    1999), sino de rescatar sus aspectos centrales y su lgica de funcionamiento, asumiendo su

    carcter de construcciones de la realidad e intentando valorar las posibilidades de dar cuenta, de algn modo redefinindolos, de otros aspectos de lo real, y conduciendo la

    construccin de nuevos conocimientos.

    Esa intencin se ubica en la perspectiva de intentar superar el divorcio entre la teora y la

    empiria, entre la reflexin terica y la puesta a prueba de conceptos que fueron construidos

    a partir de anlisis concretos de la realidad y, por ello, pensados como instrumentos

    analticos y no como mero alimento de discusiones tericas evidentemente necesarias, pero no de manera exclusiva y excluyente- tras una actitud que, desde los primeros tiempos,

    Bourdieu conden con el nombre de ensayismo (Bourdieu, Chamboredon y Passeron, 1975).

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