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—La teología de San Ignacio Constitución jerárquica de la Iglesia: obispo, presbíteros, diáconos; un sólo obispo al frente; explica sus funciones; primacía del obispo; los presbíteros ayudan, etc. Primado de Roma: en cartas escribe como igual o superior (da consejos, etc.) aunque escribe con sumisión, explica que está "puesta a la cabeza de la caridad". Se habla por primera vez de la Iglesia "católica" universal, no tanto en el sentido de contraponer Iglesia particular (del obispo) a Iglesia universal (de Cristo), sino en el sentido de la plena realización escatológica a la que la Iglesia debe tender. La Eucaristía es el "lugar del Sacrificio"; se habla de la "carne de nuestro Señor Jesucristo". Es el sacramento de la unidad, porque une a todos los fieles al rededor de Cristo, de su carne y de su sangre. Ataca a docetas y judaizantes. El docetismo corresponde a un sincretismo griego de base dualista. Se aspiraba a una salvación puramente espiritual del alma inmortal. La doctrina de la resurrección de los muertos resultaba un contrasentido. Ignacio enfrenta tal tergiversación de la fe desde la tradición, firmemente encarnacional y sacramental del cristianismo siriaco. Vida espiritual: "imitar a Cristo": "inhabitación de Cristo en el alma por la unión a la jerarquía y participación de los sacramentos (Eucaristía)".

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La teologa de San Ignacio Constitucin jerrquica de la Iglesia: obispo, presbteros, diconos; un slo obispo al frente; explica sus funciones; primaca del obispo; los presbteros ayudan, etc. Primado de Roma: encartas escribe como igual o superior (da consejos, etc.) aunque escribe con sumisin, explica que est "puesta a la cabeza de la caridad". Se habla por primera vez de la Iglesia "catlica" universal, no tanto en el sentido de contraponer Iglesia particular (del obispo) a Iglesia universal (de Cristo), sino en el sentido de la plena realizacin escatolgica a la que la Iglesia debe tender. La Eucarista es el "lugar del Sacrificio"; se habla de la "carne de nuestro Seor Jesucristo". Es el sacramento de la unidad, porque une a todos los fieles al rededor de Cristo, de su carne y de su sangre. Ataca a docetas y judaizantes. El docetismo corresponde a un sincretismo griego de base dualista. Se aspiraba a una salvacin puramente espiritual del alma inmortal. La doctrina de la resurreccin de los muertos resultaba un contrasentido. Ignacio enfrenta tal tergiversacin de la fe desde la tradicin, firmemente encarnacional y sacramental del cristianismo siriaco. Vida espiritual: "imitar a Cristo": "inhabitacin de Cristo en el alma por la unin a la jerarqua y participacin de los sacramentos (Eucarista)".Puntos que resaltan de su teologaEl trasfondo teolgico.Se ha discutido si Ignacio tiene en mira un doble frente adversario o est saliendo al paso a una sola lnea, aunque compleja, de heterodoxia.Corwin cree que Ignacio representaba un "partido del centro" en Antioqua, entre un grupo judeocristiano esenio y un grupo docetista: "espirituales" al margen del culto comunitario.Barnard presenta objeciones a la interpretacin de Corwin. Ignacio arguye contra un "judeocristianismo docetista" rampante en las comunidades de Asia Menor a las que escribe. Nunca afirma la existencia de dos partidos a los que se opone. En Magn acusa a las mismas personas de judasmo y de docetismo. En otras usa los mismos trminos cuando habla de las dos tendencias. En cambio Meinhold estima ms adecuado atender a los matices propios a los disidentes de cada comunidad y en Eph y Magn da un peso especfico a elementos carismticos opuestos a la estructura ministerial. Es probable que Ignacio est enfrentando tambin un error distinto del de judaizantes y/o docetistas. El de los que condicionaban su reconocimiento de los ministerios eclesisticos a la excelencia en dones carismticos. Ignacio pudo encontrarse en Asia con cristianos que se sentan mejor representados por un tipo de ministerio carismtico como el reflejado en Apocalipis.ltimamente Sumney ha argido que los adversarios de Ignacio en Esmirna eran docetistas y en Filadelfia la cuestin quedaba en la interpretacin y autoridad del A.T.El docetismo corresponde a un sincretismo griego de base dualista. Se aspiraba a una salvacin puramente espiritual del alma inmortal. La doctrina de una resurreccin de los muertos resultaba un contrasentido (cf. Hch. 17,32). Un Dios salvador encarnado en la materialidad, con un cuerpo sujeto a pasin, muerte y corrupcin, contradeca esa perspectiva espiritualista. Si se aceptaba el mensaje cristiano de salvacin era depurndolo de los elementos chocantes con esa mentalidad. Ignacio enfrenta tal tergiversacin de la fe desde la tradicin, firmemente encarnacionista y sacramental, del cristianismo siraco. Apela a la confesin de fe tradicional que puntualiza como regla de fe contra la cristologa docetista:Haceos los sordos cuando se os hable prescindiendo de Jesucristo, el del linaje de David, el de Mara, el que verdaderamente naci, comi y bebi, verdaderamente fue perseguido bajo Poncio Pilato, verdaderamente fue crucificado y muri, a la vista de los seres celestes, terrestres e infernales. El que tambin verdaderamente resucit de los muertos, al haberle alzado su Padre. El Padre que tambin, de modo semejante, nos alzar a los que creemos en l, en Cristo Jess, sin el cual no tenemos la verdadera vida[Tral 9,1-2].Comment by Usuario: Es la cita ms central de san Ignacio contra las herejasEl procedimiento de Ignacio, la puntualizacin de una confesin de fe tradicional mediante los trminos precisos para excluir una interpretacin hertica, es el mismo al que recurrirn los concilios de Nicea y Constantinopla, al precisar un credo trinitario como regla de fe contra las herejas del s. IV.Comment by Usuario: Eh que con estas carta se va ha crear lo que es el credo trinitario utilizado en Nicea y Cosntantinopla.

TeologaLa idea central es la existencia de una voluntad salvfica (economa) de Dios, que se ha llevado a cabo en Cristo, nuestro Maestro.La existencia de una obra de Dios con el universo es la idea central de la teologa de Ignacio. Dios quiere librar al mundo y a la humanidad del despotismo del prncipe de este mundo. En el judasmo prepar a la humanidad para la salvacin por medio de los profetas. Lo que stos esperaban tuvo su realizacin en Cristo:Jesucristo es nuestro solo Maestro, cmo podemos nosotros vivir fuera de Aquel a quien los mismos profetas, discpulos suyos que eran ya en espritu, le esperaban como a su Maestro?(Mag. 9.1-2BAC 65,464).La cristologade Ignacio es sobremanera clara, lo mismo en cuanto a la divinidad que en cuanto a la humanidad de Cristo:Un mdico hay, sin embargo, que es carnal a par que espiritual, engendrado y no engendrado ( ), en la carne hecho Dios, hijo de Mara e hijo de Dios ( ), primero pasible y luego impasible. Jesucristo nuestro Seor (Eph. 7,2). El es, con toda verdad del linaje de David segn la carne, hijo de Dios segn la voluntad y poder de Dios, nacido verdaderamente de una virgen, bautizado por Juan, para que fuera por El cumplida toda justicia (Smyrn. 1,1).Cristo es intemporal () e invisible ():Aguarda al que est por encima del tiempo, al Intemporal, al Invisible, que por nosotros se hizo visible; al Impalpable, al Impasible, que por nosotros se hizo pasible: al que por todos los modos sufri por nosotros(Pol. 3,2).Al mismo tiempo Ignacio ataca la forma de hereja llamada docetismo, que negaba a Cristo la naturaleza humana y especialmente el sufrimiento:Ahora bien, si, como dicen algunos, gentes sin Dios, quiero decir sin fe, slo en apariencia sufri - y ellos s que son pura apariencia! -, a qu estoy encadenado? A qu estoy anhelando luchas con las fieras? Luego intilmente voy a morir. Luego falso testimonio doy contra el Seor. Huid, por tanto, esos retoos malos, que llevan fruto mortfero. Cualquiera que de l gusta, muere inmediatamente (Tral. 10-11,1: BAC 65,472). Aprtense tambin de la Eucarista y de la oracin, porque no confiesan que la Eucarista es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeci por nuestros pecados, la misma que, por su bondad, resucitla el Padre. As, pues, los que contradicen al don de Dios, mueren y perecen entre sus disquisiciones. Cunto mejor les fuera celebrar la Eucarista, a fin de que resucitaran! Conviene, por tanto, apartarse de tales gentes, y ni privada ni pblicamente hablar de ellos, sino prestar toda atencin a los profetas, y sealadamente al Evangelio, en el que la pasin se nos hace patente y vemos cumplida la resurreccin(Smyrn. 7: BAC 65,492-493).En suma, la cristologa de Ignacio se apoya en San Pablo, aunque influenciada y enriquecida por la teologa de San Juan.As manifiesta claramente su fe en la doble naturaleza de Cristo: divina y humana, y ataca el docetismo (los docetas no formaron sectas independientes sino hasta a mediados del siglo II) que negaba la naturaleza humana y especialmente el sufrimiento de Cristo.[1]Cuando se trata de refutar la doctrina doceta, Ignacio refuerza la humanidad de Jess. Es el caso de Tral IX y X. Cuando escribe contra la doctrina judaizante refuerza la divinidad de Jesucristo. Realza, por ejemplo, su calidad de Hijo nico del Padre como en (Magn III.1), (Tral. Intr.) y (Rom. Intr.).[Tambin le otorga diversos ttulos cristolgicos que acreditan su divinidad comoPalabra salida del Silencio(Magn VIII.2)[]o aquel que estabajunto al Padre antes de todos los siglos (Magn VI.1).[Un texto, Magn. IX,2[2], establece de manera relativala relacin entre ambas situaciones (negacin de la humanidad de Cristo y controversia judaizante en torno al Sbado) al argumentar la importancia del Domingo, como da del Seor, frente al Sbado y su abolicin: sin usar argumentos bblicos afirma que el Domingo es el da de la Resurreccin del Seor y, por tanto, rechazar el domingo equivaldra a negar la realidad del nacimiento, muerte y resurreccin de Jess.EclesiologaLlama a la Iglesia el lugar del sacrificio: (Eph. 5,2; Tral. 7,2; Phil. 4). Parece que este nombre se debe al concepto de la Eucarista como sacrificio de la Iglesia; efectivamente, en la Didach se llama a la Eucarista . Ignacio llama a stamedicina de inmortalidad, antdoto contra la muerte y alimento para vivir por siempre en Jesucristo(Eph. 20,2). Hace esta advertencia:Poned, pues, todo ahinco en usar de una sola Eucarista; porque una sola es la carne de nuestro Seor Jesucristo y un solo cliz para unirnos con su sangre; un solo altar, as como no hay ms que un solo obispo, juntamente con el colegio de ancianos y con los diconos, consiervos mos (Phil. 4: BAC 65,483). (La cita siguiente es clara y sin equvocos): La Eucarista es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeci por nuestros pecados, la misma que, por su bondad, resucitla el Padre(Smyrn. 7,1: BAC 65,492).Ignacio es el primero en usar la expresin "Iglesia catlica," para significar a los fieles colectivamente:Dondequiera apareciere el obispo, all est la muchedumbre, al modo que dondequiera estuviere Jesucristo, all est la Iglesia universal(Smyr. 8,2: BAC 65,493).Episcopado Monrquico:De las cartas de Ignacio se desprende una imagen clara de la dignidad jerrquica y del prestigio otorgado al obispo en medio de su rebao. San Ignacio nada dice de los profetas, quienes, movidos por el Espritu, iban an de una Iglesia a otra, segn se describe en la Didach. Sobre las comunidades reina un episcopado monrquico. Casi estamos viendo al obispo rodeado de sus presbteros y diconos. El obispo preside como representante de Dios; los presbteros forman el senado apostlico, y los diconos realizan los servicios de Cristo:Yo os exhorto a que pongis empeo por hacerlo todo en la concordia de Dios, presidiendo el obispo, que ocupa el lugar de Dios, y los ancianos, que representan el colegio de los Apstoles, y teniendo los diconos, para m dulcsimos, encomendado el ministerio de Jesucristo(Magn. 6,1: AC 65,462).La idea de que el obispo representa a Cristo confiere a su cargo tal dignidad que ni aun la autoridad de un obispo joven debe ponerse jams en duda:Mas tambin a vosotros os conviene no abusar de la poca edad de vuestro obispo, sino, mirando en l la virtud de Dios Padre, tributarle toda reverencia. As he sabido que vuestros santos ancianos no tratan de burlar su juvenil condicin, que salta a los ojos, sino que, como prudentes en Dios, le son obedientes o, por mejor decir, no a l, sino al Padre de Jesucristo, que es el obispo o inspector de todos(Magn. 3,1: BAC 65,461).Por encima de todo lo dems, el obispo es el maestro responsable de los fieles. Estar en comunin con l equivale a preservarse del error y de la hereja (Tral. 6; Phil. 3). El obispo debe, por lo tanto, exhortar constantemente a su rebao a la paz y unidad, que nicamente pueden obtenerse mediante la solidaridad con la jerarqua:Os conviene, pues, correr a una con el sentir de vuestro obispo, que es justamente lo que ya hacis. En efecto, vuestro colegio de ancianos, digno del nombre que lleva, digno, otro s, de Dios, as est armoniosamente concertado con su obispo como las cuerdas con la lira. Pero tambin los particulares o laicos habis de formar un coro, a fin de que, unsonos por vuestra concordia y tomando en vuestra unidad la nota distintiva de Dios, cantis a una voz al Padre por medio de Jesucristo, y as os escuche y os reconozca, por vuestras buenas obras, como cnticos entonados por su propio Hijo. Cosa, por tanto, provechosa es que os mantengis en unidad irreprochable, a fin de que tambin, en todo momento, os hagis partcipes de Dios(Eph. 4: BAC 65,449-450).Segn San Ignacio, el obispo es tambin el sumo sacerdote y el dispensador de los misterios de Dios. Ni el bautismo, ni el gape, ni la Eucarista se pueden celebrar sin l:Sin contar con el obispo, no es lcito ni bautizar ni celebrar la Eucarista; sino, ms bien, aquello que l aprobare, eso es tambin lo agradable a Dios, a fin de que cuanto hiciereis sea seguro y vlido (Smyrn. 8,2). Que nadie, sin contar con el obispo, haga nada de cuanto atae a la Iglesia. Slo aquella Eucarista ha de tenerse por vlida que se celebre por el obispo o por quien de l tenga autorizacin(Smyrn. 8,1: BAC 65,493).Por eso el matrimonio tiene que celebrarse tambin en su presencia:Respecto a los que se casan, esposos y esposas, conviene que celebren su enlace con conocimiento del obispo, a fin de que el casamiento sea conforme al Seor y no slo por deseo(Pol. 5,2: BAC 65,500).En cuanto a la idea del Primado Romano, cuando se compara la salutacin inicial dirigida a la Iglesia de Roma con la salutacin de las epstolas a las diversas comunidades del Asia Menor, no hay duda de que Ignacio tiene a la Iglesia de Roma en un concepto ms elevado. No cabe exagerar el significado de esta salutacin; es el ms antiguo reconocimiento del primado de Roma que poseemos proveniente de la pluma de un escritor eclesistico no romano:Ignacio, por sobrenombre Portador de Dios:A la Iglesia que alcanz misericordia en la magnificencia del Padre altsimo y de Jesucristo su nico Hijo; la que es amada y est iluminada por voluntad de, Aquel que ha querido todas las cosas que existen, segn la fe y la caridad de Jesucristo, Dios nuestro; Iglesia, adems, que preside en la capital del territorio de los romanos; digna de Dios, digna de todo decoro, digna de toda bienaventuranza, digna de alabanza, digna de alcanzar cuanto desee, digna de toda santidad; y puesta a la cabeza de la caridad, seguidora que es "le la ley de Cristo y adornada con el nombre de Dios: mi saludo en el nombre de Jesucristo, Hijo del Padre.A los (hermanos) que corporal y espiritualmente estn hechos uno con todo mandamiento suyo; a los inseparablemente colmados de gracia de Dios y destilados de todo extrao tinte, yo les deseo en Jesucristo, Dios nuestro, la mayor alegra sin que reproche gocen(BAC 65,474).Entre estos ttulos de encomio prodigados por Ignacio a la Iglesia de Roma hay uno en particular que ha atrado la atencin de los sabios, a saber:puesta a la cabeza de la caridadHay muchas diversas de pareceres en lo que se refiere al significado de esta frase. A. Harnack no ve en ella ms que una simple muestra de gratitud por la extraordinaria caridad de los cristianos de Roma. Segn l, se dice de la Iglesia de Roma que estpuesta a la cabeza de la caridadporque es la ms caritativa y generosa, la que ms ayuda a las dems Iglesias y, por consiguiente, la protectora y patrona de la caridad. No hay que olvidar, sin embargo, que la expresin aparece dos veces en la salutacin sin que, al parecer, cambie de significado. La primera dice as: Que preside tambin en la capital del territorio de los romanosAqu la impresin de una autoridad eclesistica se impone y la interpretacin de Harnack resulta inadmisible. Prueba de ello es que el mismo modismo griego, en el nico lugar distinto de las obras de Ignacio en que aparece (Magn. 6,1,2), se refiere indudablemente al ejercicio de la vigilancia por parte de obispos, presbteros y diconos. Mayor dificultad presenta la interpretacin de . lector de las epstolas se da cuenta en seguida de que la palabra , tal como se usa en ellas, tiene distintos significados. Apoyndose en el hecho de que Ignacio emplea repetidas veces (Fil. 11,2; Smyrn. 12,1; Oral. 13,1, y Rom. 9,3) la palabra , como sinnimo de las respectivas Iglesias.F. X. Funk traduce este pasaje de la carta a los romanos de la siguiente mandera: Que preside sobre el vnculo de caridad.Vnculo de caridad no sera, segn l, sino una manera de decir la Iglesia universal. Pero investigaciones ms recientes hechas por J. Thiele y A. Ehrhard han probado que esta traduccin no es muy correcta, dado el contexto y la direccin del pensamiento de Ignacio. Adems, las antiguas versiones latina, siraca y armenia tampoco favorecen tal traduccin. Llega a convencer bastante la hiptesis de Thiele, que da a esta palabra en este pasaje un sentido ms amplio y ms profundo. Entiende por gape la totalidad de esa vida sobrenatural que Cristo ha encendido en nosotros por su amor. En este caso, Ignacio, por medio de la frase puesta a la cabeza de la caridad,habra asignado a la Iglesia de Roma autoridad para guiar y dirigir en aquello que constituye la esencia del cristianismo y del nuevo orden introducido en el mundo por el amor divino de Jesucristo hacia los hombres.Pero, prescindiendo del problema que plantea una expresin tan difcil, la epstola a los Romanos, en su conjunto, prueba, por encima de toda cavilosidad, que el lugar de honor concedido a la Iglesia de los romanos es reconocido por Ignacio como algo que le es debido y no se funda en la grandeza, de m influencia caritativa, sino en su derecho inherente a la supremaca eclesistica universal. Esto se deduce de la expresin de la salutacin: que preside en la capital del territorio de los romanos;asimismo de la observacin: a otros habis ensoado (3,1); y, en fin, del ruego a desposarse con la Iglesia de Siria, como hara Cristo y como debera hacerlo todo obispo: Acordaos en vuestras oraciones de la Iglesia de Siria, que tiene ahora, en lugar de m, por pastor a Dios. Slo Jesucristo y vuestra caridad harn con ella oficio de obispo (9,1). Tambin es significativo el hecho de que Ignacio, a pesar de que en todas sus epstolas exhorta a la unidad y a la concordia, no lo haga as en la que dirige a los romanos. No se atreve a dar rdenes a la comunidad de Roma, porque su autoridad le viene de los Prncipes de los Apstoles:No os doy mandatos como Pedro y Pablo. Ellos fueron Apstoles; yo no soy ms que un condenado a muerte(Rom. 4,3). Este testimonio convierte tambin a Ignacio en un testigo importante de la estancia de Pedro y Pablo en Roma.EucaristaEs evidente, como hemos visto, que se afirma su condicin de sacrificio, que ella expresa de alguna forma la unidad de la Iglesia y con el Obispo.Matrimonio y VirginidadLa interpretacin que San Ignacio da del matrimonio y de la virginidad muestra el sello de la influencia de San Pablo. El matrimonio simboliza la alianza eterna entre Cristo y su Esposa, la Iglesia:Recomienda a mis hermanas que amen al Seor y se contenten con sus maridos, en la carne y en el espritu. Igualmente, predica a mis hermanos, en nombre de Jesucristo, que amen a sus esposas como el Seor a la Iglesia (Pol. 5,1: BAC 65,499-500).Pero tambin aconseja la virginidad:Si alguno se siente capaz de permanecer en castidad para honrar la carne del Seor, que permanezca sin engreimiento(Pol. 5,2).Misticismo de San IgnacioIgnacio parte de la repetidamente mencionada unidad entre Dios y Cristo para hablar tambin de la unidad entre el cristiano y Cristo. Sobre el tema de la unidad del cristiano con Cristo se desarrolla el misticismo de Ignacio. He aqu la necesidad de mantener la unidad con el Obispo y la asimilacin del Martirio como la mxima expresin de esa unidad con el SeorDe la idea paulina de "unin con Cristo y de la idea jonica de "vida en Cristo, surge el ideal ignaciano: imitacin de Cristo: Imitacin de Cristo: es el camino para unirse a Cristo y vivir su vida. Especialmente hay que imitar la pasin y muerte del Seor: "Permitidme ser imitador de la pasin de mi Dios"(Rom VI,3). El martirio es la perfecta imitacin de Cristo: "No he llegado todava a la perfeccin en Jesucristo. Ahora, en efecto, estoy empezando a ser discpulo suyo"(Eph III,1). "Dejadme contemplar la luz pura. Llegado all, ser de verdad hombre"(Rom VI,2)."Estar cerca de la espada es estar cerca de Dios, y encontrarse en medio de las fieras es encontrarse en medio de Dios. Lo nico que hace falta es que ello sea en nombre de Jesucristo"(Smyrn IV,2). Inhabitacin de Cristo en el alma: "El mora en nosotros" (Eph XV,3). Para "ser en Cristo", para "encontrarse en Cristo" cada cristiano ha de unirse personalmente a Cristo, pero a travs de la vida litrgica, presidida por el representante de Cristo, el obispo. La vida espiritual y mstica de S. Ignacio se inspiran en los smbolos y expresiones del culto y la liturgia.Podemos aadir finalmente algunas consideraciones hechas por Trevijano en su Obra:La doctrina de la unidad.No insiste en la unidad de Dios porque no tiene en perspectiva ni el politesmo pagano ni el dualismo gnstico. No hay ms que un solo Dios, que se ha manifestado por Jesucristo su Hijo. El Dios de los cristianos es invisible, pero no incognoscible; pues se ha hecho visible para nosotros por Jesucristo: S an ms celoso de lo que ya eres. Discierne los tiempos. Est atento al que est por encima del tiempo, al intemporal, al invisible que por nosotros se hizo visible, al impasible que se hizo pasible por nosotros, al que soport de todo por nosotros[Pol 3,2].Por esto insiste en la unidad de Dios y de Cristo. El Hijo, aparecido en forma humana, ha venido del Padre (sin dejarle) y ha vuelto a l en la unidad. Los dos trminos, Dios y Cristo, aparecen repetidas veces en estrecha alianza.La voz del mrtir se eleva en tono apasionado para defender la unidad de Cristo contra el docetismo judaizante, que pona en duda la realidad de los acontecimientos histricos de la vida del Salvador. Ignacio les opone la regla de fe, a partir de frmulas ya estereotipadas por el uso litrgico:Porque nuestro Dios, Jess el Cristo, ha sido llevado por el vientre de Mara, conforme a la dispensacin () de Dios, del linaje de David y del Espritu Santo. Naci y fue bautizado para purificar el agua por la pasin[Eph 18,2].En Smyr 1,1-2 encontramos otra frmula credal, ms desarrollada y marcada por la polmica anti docetista. Ignacio insiste en la verdad de la "carne" de Cristo. Pero Cristo es tambin "espritu": una realidad sobrehumana (naturaleza divina), que le une a su Padre. Hijo de Mara, es tambin Hijo de Dios, Dios mismo. Los sufrimientos de su carne son denominados sufrimientos de Dios. Jess, engendrado como hijo de Mara, es tambin ingnito, impasible, intemporal, invisible, en virtud de su esencia divina. La divinidad de Cristo es considerada en su resurreccin gloriosa. Pero este Cristo preexista. Estaba ya antes de los siglos junto al Padre. Es el pensamiento del Padre, que al encarnarse, sale del silencio de Dios.La unidad de Cristo con el Padre fundamenta la unidad del cristiano con Cristo. Jess, "carne" y "espritu," es la vida del cristiano. Cristo-vida constituye el centro de la vivencia y del pensamiento de Ignacio. El cristiano debe, por la fe y la caridad, unirse al Cristo de carne y espritu, a su humanidad y divinidad, a su muerte y resurreccin: todo el misterio de la encarnacin redentora. Tambin la vida exterior del cristiano, su carne, debe manifestar el espritu de Cristo, que habita en l. Toda la vida del cristiano debe tender a imitar y reproducir esta unidad de carne y espritu realizada en Cristo, esa misteriosa unidad de Cristo con el Padre.Sobre este tema de la unidad del cristiano con Cristo se desarrolla el misticismo de Ignacio. Emerge de ah el ideal de la imitacin de Cristo (Philad 7,2). La imitacin consiste no slo en la observancia de la ley moral y en la vida de acuerdo con las enseanzas de Cristo, sino tambin en conformarse uno mismo particularmente a su pasin y muerte: Permitidme ser un imitador de la pasin de mi Dios. Que si alguno lleva a Dios en s, entienda qu es lo que quiero, y se compadezca de m al saber lo que me angustia[Rom 6,3].Concibe el martirio como la perfecta imitacin de Cristo. La muerte es el medio de encontrar a Cristo, que es el camino que conduce a Dios:Escribo a todas las iglesias y les dejo bien claro que voy de buen grado a morir por Dios, si es que vosotros no lo impeds. Os ruego que no tengis conmigo una benevolencia inoportuna. Dejadme ser pasto de las bestias, por las que podr alcanzar a Dios. Trigo soy de Dios y he de ser molido por los dientes de las bestias para que resulte puro pan de Cristo[Rom 4,1].Con el tema de la imitacin y la unidad, armoniza el de la inhabitacin de Cristo. La divinidad de Cristo habita en los cristianos como en un templo. Ignacio est tan inspirado por esta idea que acua nuevas palabras para expresarla. Los cristianos son portadores de Dios, de Cristo, de un templo (theophoroi, christophoroi, naophoroi). El mismo se denomina Teforo.De aqu se sigue el estar con Cristo. Los cristianos slo realizan esta unidad cuando hacen uno con su obispo mediante la fe, la obediencia y, en particular, mediante la participacin en el culto divino. No reconoce una independencia individualista en la vida espiritual o en la unin mstica con Cristo. Su misticismo brota del culto litrgico. Su terminologa depende de smbolos y frases tomados de la liturgia.Comment by Usuario: Imitar a Cristo lo trae del misticismo que brota de la liturgia y quiere imitar a Cristo hasta el martirio La unidad de los cristianos con Cristo se traduce por la unidad de los cristianos entre s, unidad de la Iglesia. Los orgullosos herejes, que niegan el don de Dios, son tambin los que se separan de la comunidad, del obispo y del altar. La Iglesia, en cambio, es unidad de fe y de vida, comunidad de amor de la que Jesucristo es principio y ley. Esta unidad se expresa en un organismo visible, provisto ya de la organizacin jerrquica necesaria para su funcionamiento. Las cartas de Ignacio son el primer testimonio de la conjuncin y consolidacin de la triple jerarqua: episcopado monrquico, presbiterado y diaconado:Seguid todos al obispo, como Jesucristo al Padre, y al presbiterio como a los apstoles. Respetad a los diconos como mandamiento de Dios. Que no se haga sin el obispo nada de lo que atae a la Iglesia. Considerad slo legtima la eucarista que sea presidida por el obispo o quien l mismo encargue. Donde aparezca el obispo, est all la multitud congregada (). Lo mismo que donde est Cristo Jess, all est la Iglesia catlica. No es lcito ni bautizar ni celebrar el gape prescindiendo del obispo. Lo agradable a Dios es lo que aqul apruebe, a fin de que todo lo que se haga sea seguro y legtimo[Smyr 8, l-2].La multitud () puede subir al grado de solo en unin con el obispo. La calificacin aparece aqu por primera vez en la literatura cristiana. Ha sido interpretada en sentido espacial, como "universal," por la contraposicin que traza el texto entre la iglesia del obispo (la particular) y la Iglesia de Cristo (la universal). Sin embargo hay razones para pensar que se trata de la plena realizacin escatolgica a la que la Iglesia debe tender.Desde la concepcin de la Iglesia como una realidad espiritual con Dios o Cristo como obispo invisible, llega Ignacio a la justificacin del episcopado monrquico, al colocar al obispo como cabeza de la Iglesia visible haciendo las veces de Dios o de Cristo. En la cspide est el obispo, representante de Dios, cuya autoridad deriva de la misin de los apstoles; pero que es sobre todo imagen del Dios invisible ( ). Es un episcopado monrquico quien preside las comunidades. Pero vemos al obispo rodeado de sus presbteros y diconos. El obispo preside como representante de Dios o de Jesucristo, los presbteros forman el senado apostlico, y los diconos se hacen cargo de los servicios de Cristo (Magn 6,1; Tral 2,1-3,2).La unidad de los cristianos entre s y con Cristo encuentra su expresin, al mismo tiempo que su alimento, en la , sacramento de la unidad. Es la conmemoracin litrgica de la Cena del Seor. Esta comida es un sacrificio, que rene a los fieles alrededor del obispo con el presbiterio y los diconos (Philad 4) como alrededor de un solo altar, smbolo visible de la nica Iglesia, agrupada alrededor del nico Cristo, hijo del Padre nico (Magn 7,2). La Eucarista une entre s a los cristianos, porque une a los fieles a la carne y a la sangre del Seor. Es antdoto contra la muerte (Eph 20,2), que comunica al cristiano la vida de Cristo. Ignacio coincide con la tradicin jonica en el estrecho acoplamiento de la cristologa a la eucarista. Se ha nutrido del mismo trasfondo espiritual.Bibliografa: Quasten I, 73-85,Trevijano, 32-40,Molin, 51-54.Viciano, 42-45.Drobner, 67-70DPAC I, 1079-1080Ignacio de Antioqua enhttp://www.conoze.com/doc.php?doc=2991Yhttp://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_de_Antioqu%C3%ADa

[1]Decan que Cristo slo sufri en apariencia (dokesis = apariencia), pues consideraban la carne (maniquesmo) como algo malo (la mayora de los gnstico profesaron el docetismo). Niegan la Eucarista (la carne de Cristo) y la oracin. Textos en que se apoyan los docetas: Lc 4,30 (Jess pas por en medio...) y Lc 24,31 (desaparece en Emas). Textos anti docetas: 1 Jn 4,2 (Cristo vino en carne), 1 Jn 1,1 (quod contractaverum...).[2]estad plenamente persuadidos respecto al nacimiento y la pasin y la resurreccin, que tuvieron lugar en el tiempo en que Poncio Pilato era gobernador; porque estas cosas fueron hechas verdadera y ciertamente por Jesucristo nuestra esperanza