la superlucha

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Andrés Granada Analista Simbólico http://andresgranada.wordpress.com Soy un estudioso de la obra de los Toffler (Alvin y Heidi). Considero que su producción intelectual es un excelente aperitivo para quien esté interesado en adentrarse en el estudio de la Sociedad de la Información. Teóricamente, hoy es posible encontrar reflexiones más precisas, pero iniciar con los Toffler, además de recomendable es indispensable. Pues bien, para poner en práctica uno de sus conceptos más relevantes: el de “prosumidor”, 1 aquí estoy compartiendo contigo este primer capitulo del libro que según ellos constituye “un manual esencial, la clave, por así decirlo, de toda su obra”. Dicho manual lleva por titulo “La creación de una nueva civilización” y el capitulo que te voy a compartir es “La Superlucha” el cual ya había aparecido en su libro “La Tercera Ola”. Espero que lo leas completo, es muy bueno. Próximamente te traigo el siguiente capitulo de esta obra: “Choque de Civilizaciones” Empecemos pues, nuestro estudio de la obra de Alvin y Heidi Toffler. LA SUPERLUCHA Una nueva civilización está emergiendo en nuestras vidas, pero hombres ciegos tratan por doquier de sofocarla. Esta nueva civilización trae consigo nuevos tipos de familia; 1 Yo lo interpreto como producir, consumir y distribuir información y conocimiento.

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Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.comSoy un estudioso de la obra de los Toffler (Alvin y Heidi). Considero que produccin intelectual es un excelente aperitivo para quien est interesado adentrarse en el estudio de la Sociedad de la Informacin. Tericamente, hoy posible encontrar reflexiones ms precisas, pero iniciar con los Toffler, adems recomendable es indispensable. su en es de

Pues bien, para poner en prctica uno de sus conceptos ms relevantes: el de prosumidor,1 aqu estoy compartiendo contigo este primer capitulo del libro que segn ellos constituye un manual esencial, la clave, por as decirlo, de toda su obra. Dicho manual lleva por titulo La creacin de una nueva civilizacin y el capitulo que te voy a compartir es La Superlucha el cual ya haba aparecido en su libro La Tercera Ola. Espero que lo leas completo, es muy bueno. Prximamente te traigo el siguiente capitulo de esta obra: Choque de Civilizaciones Empecemos pues, nuestro estudio de la obra de Alvin y Heidi Toffler.

LA SUPERLUCHA Una nueva civilizacin est emergiendo en nuestras vidas, pero hombres ciegos tratan por doquier de sofocarla. Esta nueva civilizacin trae consigo nuevos tipos de familia; formas distintas de trabajar, amar y vivir; una nueva economa; nuevos conflictos polticos, y, ms all de todo esto, una conciencia asimismo diferente. La humanidad se enfrenta con un gran salto hacia adelante. Tiene ante s la conmocin social y la reestructuracin creativa ms hondas de todos los tiempos. Sin advertirlo claramente, nos afanamos en construir una nueva civilizacin desde sus cimientos.2 Esta es la significacin de la tercera ola. La especie humana ha experimentado hasta ahora dos grandes olas de cambio, cada una de las cuales sepult culturas1 Yo lo interpreto como producir, consumir y distribuir informacin y conocimiento. 2 Hoy, estoy empezando a comprehender el impacto en instituciones como la educacin en todos sus niveles, vislumbro nuevos formatos de empresas y el advenimiento de empresas sociales que competirn ferozmente con aquellas que tienen como fin nico la maximizacin de beneficios.

Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.como civilizaciones anteriores y las sustituy por estilos de vida hasta entonces inconcebibles. La primera ola de cambio la revolucin agrcola- invirti miles de aos en su desarrollo. La segunda ola el auge de la civilizacin industrialnecesit slo trescientos aos. La historia avanza ahora todava a mayor velocidad, y es probable que la tercera ola progrese y se complete en unas pocas dcadas. Nosotros, los que compartimos el planeta en estos explosivos tiempos, sentiremos por tanto todo el impacto de la tercera ola en el curso de nuestra vida. La tercera ola trae consigo un estilo de vida autnticamente nuevo, basado sobre fuentes diversificadas y renovables de energa,3 mtodos de produccin que dejan anticuada a la mayora de las cadenas fabriles de montaje, nuevas familias no nucleares, una nueva institucin que cabra denominar el hogar electrnico y las escuelas y empresas del futuro radicalmente modificadas. La civilizacin naciente nos impone un nuevo cdigo de conducta y nos empuja ms all de la produccin en serie, la sincronizacin y la centralizacin, ms all de la concentracin de energa, dinero y poder.4 Es una civilizacin con su propia perspectiva mundial caracterstica, sus propias maneras de abordar el tiempo, el espacio, la lgica y la causalidad. LA PREMISA REVOLUCIONARIA Dos imgenes del futuro, aparentemente contradictorias, predominan ahora en la imaginacin popular. La mayora de las personas en la medida en que lleguen a molestarse en pensar en el futuro- dan por supuesto que el mundo que conocen durar indefinidamente. Les resulta difcil imaginar para s mismas un modo de vida verdaderamente distinto y, ms an, una civilizacin por completo nueva. Por supuesto, advierten que las cosas estn cambiando, pero dan por sentado que los cambios actuales no les afectarn y que nada har vacilar el familiar entramado econmico ni la estructura poltica que conocen. Esperan, confiados, que el futuro sea una continuacin del presente.5 Recientes acontecimientos han hecho tambalearse esta confiada imagen del futuro. Una visin ms sombra ha adquirido creciente popularidad. Gran nmero de personas, alimentadas por una dieta continua de malas noticias, pelculas de catstrofes y perspectivas de pesadilla elaboradas por grupos de analistas prestigiosos, parecen haber llegado a la conclusin de que la sociedad actual no3 Sobre las nuevas fuentes de energa , recomiendo revisar el libro de Jacque Fresco Diseando el Futuro ah muestra en detalle fuentes como la energa elica, mareomotrix, solar, geotrmica. 4 Esto ser posible gracias al influjo de la Etica Hacker, la cual a diferencia de la tica protestante no tiene como principal valor el dinero, sino la pasin. 5 Personalmente siento que en Colombia no hemos tomado en serio esta realidad. Muchas piensan que la Sociedad de la Informacin es slo una cuestin de computadores e internet.

Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.compuede proyectarse en el futuro porque no existe futuro. Para ellas, Harmagedn est slo a unos minutos de distancia. La Tierra se precipita hacia el estremecimiento de su ltimo cataclismo. Nuestra argumentacin se basa en lo que denominamos la premisa revolucionaria. Esta plantea que, siendo incluso probable que las dcadas inmediatamente venideras rebosen de agitacin, turbulencia y quiz hasta de violencia generalizada, no nos destruiremos por completo. Parte de la idea de que los cambios bruscos que ahora experimentamos no son caticos ni aleatorios, sino que, de hecho, forman una pauta definida y claramente discernible. Da por sentado, adems, que esos cambios son acumulativos, que sumados representan una transformacin gigantesca de nuestro modo de vivir, trabajar, actuar y pensar, y que es posible un futuro cuerdo y deseable. En resumen, lo que sigue comienza con la premisa de que lo que ahora sucede es ni ms ni menos que una revolucin global, un salto de enorme magnitud. En otras palabras: partimos del supuesto de que somos la generacin final de una vieja civilizacin y la primera generacin de otra nueva, y de que gran parte de nuestra confusin, angustia y desorientacin personales tiene su origen directo en el conflicto que dentro de nosotros y en el seno de nuestras instituciones polticas existe entre la civilizacin moribunda de la segunda ola y la civilizacin naciente de la tercera ola, que pugna, tonante, por ocupar su puesto.6 Analizados desde esta perspectiva, muchos acontecimientos, aparentemente desprovistos de sentido, resultan de pronto inteligibles. Las lneas generales del cambio empiezan a emerger con claridad. La accin por la supervivencia vuelve a ser posible y probable. En resumen, la premisa revolucionaria libera nuestra inteligencia y nuestra voluntad. LA LINEA DE AVANCE Cabra denominar anlisis de ondas de choque a un enfoque nuevo y eficaz que considera la historia como una sucesin de encrespadas olas de cambio y se pregunta adnde nos lleva la lnea de avance de cada una. Centra la atencin no tanto en las continuidades de la historia (por importantes que stas sean) como en las discontinuidades, innovaciones y puntos de ruptura. Identifica las pautas fundamentales de cambio a medida que surgen, para que podamos ejercer una influencia sobre su evolucin. Comienza con la sencilla idea de que el nacimiento de la agricultura constituy el primer punto de inflexin en el desarrollo social humano y de que la revolucin industrial represent la segunda gran innovacin. Concibe a ambas no como un acontecimiento instantneo y diferenciado sino como una ola de cambio que se desplaza a una determinada velocidad.6 Mi conviccin es que se debe ayudar a morir la sociedad industrial y contribuir con el nacimiento de la Sociedad de la Informacin. Ahora bien, se debe tener muy claro las diferencias entre una y otra y desenmascarar a quienes pretendan pasar como adalides de la nueva ola, cuando lo que les motiva es conservar sus inters del pasado.

Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.comAntes de la primera ola de cambio, la mayora de los hombres vivan en grupos pequeos, a menudo migratorios, y se alimentaban de frutos silvestres, la caza, la pesca o la ganadera. En algn momento, hace unos diez milenios, se inici la revolucin agrcola, que progres lentamente por el planeta, difundiendo poblados, asentamientos, tierras cultivadas y un nuevo estilo de vida. A finales del siglo XVII, an no se haba agotado esta primera ola de cambio cuando estall en Europa la revolucin industrial, que desencaden la segunda ola de cambio planetario. Este nuevo proceso se extendi a travs de naciones y continentes con una rapidez mucho mayor. As pues, dos procesos de cambio separados y distintos recorran simultneamente la Tierra, a velocidades diferentes. En la actualidad, la primera ola de cambio prcticamente ha cesado. Slo a unas pocas y diminutas poblaciones tribales, en Amrica del Sur o en Papa Nueva Guinea, por ejemplo, no ha llegado todava la agricultura. Pero bsicamente ya se ha disipado la fuerza de esta gran primera ola. Entretanto, la segunda ola, tras haber revolucionado en muy pocos siglos la vida en Europa, Amrica del Norte y algunas otras regiones del globo, contina extendindose a medida que muchos pases, hasta ahora fundamentalmente agrcolas, se apresuran a construir altos hornos, fbricas de automviles y de tejidos, ferrocarriles e industrias alimentarias. An se percibe el impulso de la industrializacin. Esta segunda ola no ha perdido por completo su fuerza. Pero mientras contina este proceso, ya ha comenzado otro, an ms importante. Cuando en las dcadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial culmin la marea de la industrializacin, empez a extenderse por la Tierra, transformando todo cuanto tocaba, una tercera ola escasamente comprendida. Por esta razn, muchos pases perciben ahora el impacto simultneo de dos e incluso tres olas de cambio completamente distintas, de velocidades diversas y con diferentes grados de fuerza tras de s. A nuestros fines consideraremos que la poca de la primera ola comenz hacia el 8000 a.C. y que domin en solitario la Tierra hasta los aos 1650-1750 de nuestra era. A partir de este momento, la primera ola fue perdiendo mpetu a medida que lo cobraba la segunda. La civilizacin industrial, producto de esta segunda ola, se impuso entonces en el planeta hasta alcanzar su culminacin. Este ltimo punto de inflexin sobrevino en Estados Unidos durante la dcada iniciada hacia 1955, cuando el nmero de empleados administrativos y trabajadores de servicios super por primera vez al de obreros manuales. Fue sa la misma dcada que present la introduccin generalizada del ordenador, los vuelos de reactores comerciales, la pldora para el control de la natalidad y muchas otras innovaciones de gran impacto. Fue

Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.comprecisamente durante esa dcada cuando la tercera ola empez a cobrar fuerza en Estados Unidos. Desde entonces ha alcanzado con escasa diferencia en el tiempo- a la mayora de las naciones industrializadas. En la actualidad todos los pases de alta tecnologa experimentan los efectos de la colisin entre la tercera ola y las anticuadas economas e instituciones remanentes de la segunda. Comprender esto es la clave para entender gran parte de los conflictos polticos y sociales que vemos en derredor. OLAS DEL FUTURO Siempre que una ola de cambio predomina en una determinada sociedad es relativamente fcil columbrar la pauta del desarrollo futuro. Escritores, artistas y periodistas, entre otros, descubren la ola del futuro. As, en la Europa del siglo XIX, muchos pensadores, empresarios, polticos y gente corriente tenan ya una imagen clara y bsicamente correcta del futuro. Perciban que la historia caminaba hacia el triunfo final de la industrializacin sobre la agricultura premecanizada y previeron, con notable exactitud, muchos de los cambios que traera consigo la segunda ola: tecnologas ms eficaces, ciudades mayores, transporte ms rpido, instruccin de las masas, etc.7 Esta claridad de visin produjo efectos polticos directos. Partidos y movimientos polticos pudieron trazar sus planes con respecto al futuro. Los intereses agrcolas preindustriales organizaron una accin de retaguardia contra la invasin de la industrializacin, contra las grandes empresas, contra los cabecillas sindicales, contras las ciudades pecaminosas. Trabajadores y empresarios se hicieron con el control de los resortes principales de la naciente sociedad industrializada. Las minoras tnicas y raciales, definiendo sus derechos en trminos de un papel acrecido en el mundo industrializado, exigieron acceso al empleo, puestos en las instituciones, viviendas urbanas, mejores salarios, educacin pblica general, etc. Esta visin industrial del futuro produjo tambin efectos psicolgicos importantes. La imagen compartida de un futuro industrial tenda a definir opciones, a dar a los individuos un sentido, no simplemente de quines o qu eran, sino de lo que resultaba probable que llegasen a ser. Proporcionaba cierto grado de estabilidad y una sensacin de identidad incluso en medio de profundos cambios sociales. Por el contrario, la imagen del futuro se fractura cuando una sociedad se ve asaltada por dos o ms gigantescas olas de cambio y ninguna de ellas predomina claramente. Se torna en extremo difcil precisar la significacin de los cambios y7 Hoy se repite la historia, a esta generacin le corresponde jugar ese papel de visionarios. Aunque no todos se suben al bus, es ms fcil mantenerse dormidos. Pero estoy convencido de que quienes se atrevan a adoptar el nuevo paradigma sern generosamente recompensados.

Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.comconflictos que surgen. La colisin de olas crea un ocano embravecido, rebosante de corrientes contrarias, vorgines y remolinos que ocultan mareas histricas ms profundas e importantes. Esta colisin hace aicos los vocabularios polticos tradicionales y torna muy difcil distinguir a progresistas de reaccionarios, amigos de enemigos. Saltan en pedazos todas las antiguas polarizaciones y coaliciones.8 La aparente incoherencia de la vida poltica se refleja en la desintegracin de la personalidad. Proliferan por doquier psicoterapeutas y gurs; las gentes vagan desorientadas en medio de terapias en competencia. Se sumen en cultos y aquelarres o, alternativamente, se refugian en un aislamiento patolgico, convencidas de que la realidad es absurda, demente o insensata. Es posible, en efecto, que la vida sea absurda en un sentido amplio, csmico, pero eso no significa que no haya pauta alguna en los acontecimientos actuales. De hecho, existe un orden oculto, que resulta claramente detectable en cuanto aprendemos a distinguir los cambios de la tercera ola de los asociados con la menguante segunda ola. Las corrientes entrecruzadas creadas por estas olas de cambio se reflejan en nuestro trabajo, nuestra vida familiar, nuestras actitudes sexuales y nuestra moral personal. Se revelan en nuestros estilos de vida y en nuestro comportamiento electoral. Pues, lo sepamos o no, en nuestra vida personal y en nuestros actos polticos la mayora de los que vivimos en los pases ricos somos esencialmente personas de la segunda ola comprometidas en el mantenimiento de un orden moribundo, personas de la tercera ola empeadas en la construccin de un maana totalmente diferente o una combinacin confusa y autoneutralizada de los dos rdenes anteriores. El conflicto entre los grupos de la segunda y la tercera olas constituye, de hecho, la tensin poltica crucial en nuestra sociedad actual. Como veremos, la cuestin poltica fundamental no es quin domina en los ltimos das de la sociedad industrializada, sino quin configura la nueva civilizacin que surge rpidamente para reemplazarla. A un lado estn los partidarios del pasado industrial; al otro, cada vez ms millones de personas que comprenden que los problemas ms urgentes del mundo no pueden resolverse ya dentro de la estructura del orden industrial. Este conflicto es la superlucha por el maana.9

8 Izquierda, derecha, liberal, conservador, todas categoras ya obsoletas9 Yo represento esta superlucha con la confrontacin entre la tica protestante descrita por Max Weber y la tica Hacker de Pekka Himanen. Son valores totalmente opuestos. Entender los dos, nos permite comprehender esta superlucha. Entre estas lecturas del mundo, se encuentra la construccin de la sociedad de la informacin.

Andrs Granada Analista Simblico http://andresgranada.wordpress.comTal confrontacin entre los intereses creados por la segunda ola y las gentes de la tercera ola recorre ya como una corriente elctrica la vida poltica de todas las naciones. Incluso en los pases no industrializados del mundo, la llegada de la tercera ola ha dado otra configuracin a las antiguas lneas de combate. La vieja guerra de los intereses agrcolas, a menudo feudales, contra las elites industrializadoras, capitalistas o socialistas, adquiere una nueva dimensin a la luz de la inmediata obsolescencia de la industrializacin. Ahora que surge la civilizacin de la tercera ola, cabe preguntarse si la industrializacin rpida implica la liberacin del neocolonialismo y de la pobreza o si, en realidad, garantiza el yugo de ambos. Slo con este amplio teln de fondo podemos empezar a extraer algn sentido de los titulares, a clasificar las prioridades, a estructurar estrategias adecuadas para el control del cambio que se opera en nuestras vidas. Una vez que comprendamos que se libra ya una lucha encarnizada entre quienes tratan de preservar la industrializacin y los que intentan reemplazarla, nos hallaremos en posesin de un nuevo instrumento para cambiar el mundo. Sin embargo, para utilizar este instrumento debemos poder distinguir con claridad los cambios que prolongan la vieja civilizacin de aquellos que facilitan la llegada de la nueva. En resumen, debemos comprender tanto lo viejo como lo nuevo, el sistema industrial de la segunda ola donde tantos hemos nacido y la civilizacin de la tercera ola, en la que viviremos nosotros y nuestros hijos.