CESEDEN

LA SOCIEDAD CAOTICA: CONSECUENCIA DE LAREVOLUCION MORFOLOGICO_SOCIA1(*)

Por PhiIp M.HAUSER

(Revista Española de la Opini6n Pública, núm 14,octubre—diciembre 1968)

Febrero, 1969 BOLETIN DE INFORMACION NUM. 33 — VI

(*)rtPrparado como discurso Presidencial, 63 Reuni6n

Anual de la Asociaci6n Americana de ociologaBoston 28 de agosto de 1968”.

Son varias las formas en que la sociedad, en su conjunto, ha sido considerada a’ fravs de la historia. Entre otras formas se cuentan aquellas que la ven como “unagran sociedad”, como “una sociedad adquirida” y como “una sociedad en crecimiento”.La sociedad contempornea, ya sea desde los puntos de vista global, nacional o local,se caracteriza por ser “una sociedad ca6tica”-’y se la comprender mejor si se la consi—

ti . 1.dera como una sociedad anacronica .

Se dice que la sociedad contemporcnea es catStica a causa de su evidente corifusionismo y desorden —elementos esenciales del caos—. En el plano internacional, porcitar algún ejempb, hay que tener en cuenta la situaci6n en el Vietnam, Checoslova —

quia, Oriente Medio y Nigeria. En el 6mbRo nacional, los Estados Unidos, Francia,Reino Unido y casi todos los países de América Latina y Africa. Desde una perspectivalocal y dentro de los Estados Unidos, hay que tener en cuenta Nueva York, Chicago,Los Angeles, Detroit, Cleveland, Memphis, Miami, y mcs de otras cien ciudades, quese han visto conmocionadas por la violencia.

La sociedad contemporcnea podía ser mejor atendida si se la considera comouna sociedad anacr6nica. Es cierto que la sociedad siempre ha sido, al menos duranteel período de historia transcurrido, una sociedad anacnSnica. En cualquier momento ya través de milenios de historia, la soc1ed’ad contuvo estratos culturales que, al igualque ios geol6gicos, reflejaron el paso y los’sedimentos del tiempo. En gran medida, laconfusicSn y el desorden, es decir, el caos, pueden ser vistos como resultantes de diso —

nancia y desacuerdo entre varios estratos culturales, cada uno de los cuales tiende a -

persistir sobre el conjunto de condiciones físicas y sociales que lo generaron.

En cierto modo, el caos de lo sociedad contempornea s6lo difiere en intensidad del de las sociedades de ¿pocds anteriores,. Pero existe una serie de factores, exclusivos del caos contempor6neo, que le hacen an m6s diferente.

En primer lugar, la sociedad contempor6nea contiene, por ser la ms reciente, mayor nómero de estratos culturales y, por lo tanto, mayor potencial de confusi6ny desorden. En segundo lugar, la sociedad contempor6nea posee, a causa de la revoluci6n morfol6gico—social, estratos culturales mucho ms variados que los de cualquiersociedad anterior y, por consiguiente, una disonancia mucho mayor. En tercer lugar,la sociedad contempornea a diferencia de cualquier sociedad anterior contienen suspropios medios de destruccin, un arma fundamental, la fuerza explosiva de la fisi6n —

nuclear. En cuarto lugar, la sociedad c’ontempor6nea dispone, por fortuna y a diferericia de cualquiera de las sociedades anteriores, de unos conocimientos —contenidos enlas nacientes ciencias sociales, incluida la Sociología— que hacen ms esperanzador elfuturo en el sentido de que con ellos se podía disipar la confusitSn y restaurar e orden

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antes de llegar a un suicidio colectivo y a la aniquilaci6n de la sociedad. Sin embargo, el hecho de ver si la sociedad aún Hene la intenci6n y !a organizaci6n necesariaspara utilizar el conocimiento disponible con esta finalidad e algo que hay que sometera discusi6n.

En atenciSn a todas esfris consderaciones, el tema rns adecuado es el de la.— • •— . . •. II • . .reunion anual de la Asocuacion Americana de Sociologia: Diferencio entre Sociologia

• ti • .. • —y Pohhca Social • Porque la Socuologia, al igual que las demas ciencias sociales, proporciona conocimiento (si bien limitado) y facH ita la comprensún de la sociedad tanto contempor6nea como hist6rica; de este modo, hace que se conciban ciertas esperanzas en el sentido de que se va a actuar de manera racional para solucionar el caos quenos aflige.

Mi tesis central es que la sociedad contemporcea, esta cacStica y anacrúnicasociedad, est6 padeciendo tensiones y presiones sin precedente a causa de la revoluci6nmorfol6gico-soc;al. Por lo tanto, la clave para poder entender a la sociedad contemrcnea se halla en la comprensin de la revoluclin morfohgico—social. Hay, ademús, —

una tesis corolario, la de que la cornprensiún de la revo!uci6n morfokgico—sodal marca las pautas que la maquinaria social tiene que seguir para reducir o eliminar el caosque amenaza a la viabilidad de la sociedad contemor5nea.

Especial atenci6n presto al hecho de que la “revo!ucin morfotcSgico—sockilno es una rúbrica común a todas las disciplinas sociol6gicas —ni tampoco a ningún otrotipo de disciplina—. Se trata de un neologismo, aunque de ascendiente legítimo y honorable, por el cual tengo que pedir disculpas. Son dos las razones que voy a dar paraintroducir en la literatura esta ret6rica tan detestable. En primer lugar, estoy convencido de que tiene un poder explicativo muy útil que todavía no se ha explotado en consideraciones macrosociales y en investigaciones empíricas o en actividades de mecánicasocial. En segundo lugar, lo adecuado es que la disciplina sociol6gica posea una revo—luclin propia. Después de todo, aquellos que se dedican al estudio del campo disponende una “revoluci6n agrícola”, los economistas de las revoluciones “comercial” e “industral”, y los ingenieros de la “revoluci6n tecnolúgica” y los dem6grafos de la “revolu —

ciiSn vital”. Cada una de esta revoluciones es, por supuesto, invenciún de estudiosos —

que van en busca de un título abreviado y significativo para aplicarlo a un libro que incluya una serie de hechos muy relevantes y complejos. Los sociSlogos, aunque hasta lafecha no lo hayan admitido, disponen de una “revoluciSn morfolúgico—social” y es posible que actúen de este modo con objeto de admitirla y bautizarla de una manera formal.

Larevolucinmorfol6gico—social

¿En qué consiste esta revoluclún morfolúgico—social y cuales son sus antecedentes?.

Para poder responder a la segunda de estas preguntas, permítaseme repetir primero el car&ter fegítimo y honorable de su origen. Durkheirn, utilizando la literatura

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de los primeros tiempos, nos hacía penetrar por partida doble en las implicaciones delmodo m& abstracto de ver la sociedad, es decir, a.tivvs del tamaño y de la densidadde la poblaci6n. Durkheim utilizaba el término “morfología-social” en su estudio dela estructura del orden social. Wirth, en su clásico artículo titulado “Urbanismo comoModo de Vida”, el referírse a Aristcteles, Durkheim, Tonnies, Summer, Willcox, Park,Burgess y otros, abordaba de manera explícita el problema del impacto de tamaño, densidad y heterogeneidad de la poblaci6n sobre el comportamiento humano y sobre el orden social.

La revoluci6n morfol6gico-social se refiere a los cambios en el tamaño, densidad y heterogeneidad de la poblacin y al impacto de estos carr,ios sobre el hombrey la sociedad. Que yo sepa, el término se public6 primero en el discurso presidencialque dirigía la Asociaci6n Americana de Estadística en 1963. Fue utilizado juntoa laexplicaci6ri que yo di acerca del “modelo de tamaño—densidad”, Este modelo proporcionabo una demostraci6n muy simple del efecto multiplicador de laya incrementada densidad de poblacion de un area fi1a sobre el potencial de inferaccion humana y, por consiguiente, muy bien podría ser considerado como índice de ias dos facetas de la revolu—ci6n morfolcSgico—soc ial: tamaño y densidad.

Lo esencial del modelo tamaño—densidad, volviendo a m primer discurso, seresume de la siguiente manera: Tengamos en cuenta las implicaciones de la variaci6ri —

del tamaño y densidad de poblacin y centremos nuestra atenci6n sobre un 6rea fija. Demodo convencional, consideremos también un círculo con un radio de 10 millas. Este círculo tendría un cSrea total aproximada de 314 millas cuadradas. El tamaño de la pobla—ci6n total comprendida dentre de este círculo, segin los diferentes estados de la densidad, se pone de manifiesto a confinuaci6n:

Densidad de pobla Número de personasci6n adoptada (per Área con densidad aproximada a comprendidas dentrosonas por milla cua la adoptada del círculo de l0m

drada) has de radio

1 U.S. en 1500314

50 Mundo en 196015.700

8.000 Promedio en una ciudad central dentro delárea metropolitana de los Estados Unidos .. 2.512.000

17.000 Chicago5.338.000

25.000 Nueva York7.850.000

75.000 Manhattan23.550.000

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Las densidades de poblaci6n expuestas no son imaginarias. Se puede considerar que la densidad de poblackSn de los Estados Unidos era, aproxmadamente y conanterioridad a la ¡nmigraci& europea, igual a 1. En la actualidad la poblaci6n indiaequivale sobre poco m& o menos a un tercio de esta densidad; pero 1 es una cifra convencional que hemos adoptado para trabajar con ella. La cifra de 50 se corresponde —

con la densidad de los Estados Unidos en 1960 y con la densidad aproximada de la po—blaciSn mundial. La cifra de 8.000, en nmeros redondos, no anda muy leios de la densidad que en 1960 había en la ciudad central de tipo medio de las &reas metropolitanasde los Estados Unidos. La cifra de 17,000 es aproximadamente la densidad de Chicago;la de 25.000, la de Nueva York, y la de 75,000, la de la Isla de tVianhattan.

En la Amrica indígena una persona que se movía dentro del círculo de las10 millas sIo podía establecer 313 contactos diferentes con otros seres humanos. En —

contraposici6n, la densidad de los Estados Unidos en su conjunto haría que fuesen posibles hoy 15.699 contactos dentro del mismo 6rea. La densidad de la ciudad central detipo medio de los Estados Unidos permitiría ms de dos millones y medio de contactos,la densidad de Chicago m6s de 5,3 millones, la de la ciudad de Nueva York ms de siete millones y la de Manhattan ms de 23,5 millones, dentro del mismo rea. El númeropotencial de contactos considerados como una medida de interacci6n humana potencialproporciona, de una manera muy simple para estar seguros, las bases para comprenderla diferéncia que supone vivir en la ciudad.

Esta explicac6n no s6lo es simplista, sino también demasiado breve, por cuanlo no tiene en cuenta los efectos de los contactos en forma de díadas, tríadas y de otrosgrupos de diferentes tamaños, que, sin duda alguna, darían lugar a elevados 6rdenes exponenciales sobre la interaccin humana potencial. El modelo del tamaño—densidad tcirnpoco incluye el impacto de la heterogeneidad, sobre la cual influyen el tamaño y la densidad de poblaci6n y los movimientos migratorios humanos.

Componentes

La revoluci6n morfol6gico—social es consecuencia de tres fenmenos, reforzados por un cuarto y en ¡nferacci6n con el mismo. Los tres primeros pueden describirse,utilizando una terminología un poco exagerada, como tiestallido de poblaci6nlt, 9con —

centraci6n de poblaci6n” y “diversificaci6n de pobIaci6nt. El cuarto e interrelacionado fenmeno es ci de la aceleracin en el tiempo del cambio tecnol6gico y social. —

El “estallido de poblaci6n” se refiere al notable incremento de la lasa de —

crecimknto de la poblacicn mundial, sobre todo durante los tres siglos de era moderna.En trrninos generales las tasas de crecimiento do la pobiaci6n mundial han experimentodo un aumento que va de cerca del 2 por 100 por cada mil años durante el período paleoiíti al 2 por 100 anual en la actualidad (se ha multiplicado por 1.000).

A partir de mediados del siglo XVII la poblacin mundial ha crecido en unaproporci6n de m6s de seis; ha pasado de cerca de mil millones y medio a 3.400 millones

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que es la cifra que corresponde al presente. Haciendo un breve resumen llegamos a laconclusi6n de que casi han sido precisos de dos a dos millones y medio de años paro —

que el hombre o alguien por el estilo llegase a generar una poblaci6n mundial de milmillones de personas —cifra que no se alcanz6 hasta 1825, sobre poco ms o merios—.S6lo se necesitaron otros ciento cinco años para alcanzar una poblaci6n de dos mii millones, alrededor de 1930, y s6lo treinta m6s para conseguir una poblaci6n total de tresmil millones, alrededor de 1960.

El estallido de poblocin an se halla en marcha, y de hecho ha alcanzadomayor magnitud a partir de fines de la segunda Guerra Mundial al extenderse a los dostercios de la humanidad, a aquellas zonas del mundo en vías de desarrollo —Asia, Africa y Am&f ca Latina-. A pesar de los cada vez ms denodados esfuerzos para regulaflastasas de crecimiento de poblaci6n, y en contra de lo que algunos planificadores familiares creían, lOS hechos ponen de manifiesto la constante aceleraci6n de la taso de crecimiento de la poblaci6n mundial. En efecto, prescindiendo de que pueda ocurriruno catstrofe, hay cierta probabilidad de que entre ahora y fines de siglo se produzca unadisrninuci6n significativa en el crecimiento de la poblaci6n mundial. Teniendo en cuanta las actuales tendencias de fertilidad y mortalidad, alrededor del año 2.000 habrc5 —

una poblaci6n mundial que alcanzare los 7,5 billones (1); y tambn las previsiones,preferidas y relativamente optimistas, de las Naciones Unidas arrojan un total mundialde 6, 1 billones alrededor de fines de siglo. Entonces, a pesar de los esfuerzos para reducir la fertiUdad, la perspectiva real es que siga disminuyendo la mortalidad y quecontinúen creciendo incesantemente las tasas de nacimientos; se producirS así un credmiento explosivo de la poblaci&i mundial durante las dos generaciones pr6ximas comomini mo.

La “concentraci6n de poblaci6ntl se refiere a que cada vez hay mayor nmero de personas que viven en una pequeña porci6n de la superficie terrestre —fen6menode urbanizaci6n y metropolizaci6n—. Una vez mSs, y en líneas generales, diremos quese trata de un fenmeno relativamente reciente. El asentamiento del hombre con carccter permanente no se consigui6 hasta el período neolítico. Este asentamiento permanente tuvo que esperar la llegada de los grandes inventos, tecnol6gicos y organizativo—sociales, de la revoluci& neolítica —aprovechamiento con carcter doméstico de plantas yanimales, proliferaci6n de oficios y formas de comportamiento colectivo y de organiza—cian social—. Hasta pasado el año 3500 antes de Jesucristo no hicieron su aparici6n —

aquel los grupos con poblacin lo suficientemente amplio comç para ser denominados unidades, yno fue hasta llegar a la civilizaci6n grecorromana que la humanidad alcanzel desarrollo tecnol6gico y organizativo social que permitiese la existencia de ciudadesde 100.000 ms habitantes. Con la conmoci6n sufrida por el Imperio Romano las encierto modo amplias aglomeraciones urbanas de la esfera de influencia romana dsminu—yeron de tamaño y se transformaron en pequeñas ciudades que prestaban servicios a laszonas rurales ms atrasadas. De este modo se llegaron a crear economías de subsisten —

cia casi autonoma.

(1 ).Billones americanos

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Cuando Europa dej6 atr6s las etapas de incultura y las sucesivas ‘1revolucio—nes” —agrícola, comercial, industrial, científica y tecnol6gka— el hombre alcanz6 determinados niveles do desarrollo t6cnico y organizativo—social que permitieron aglomeraciones cada vez mayores y actividades econ6micas. Por consiguiente, la prolferci —

ci6n de ciudades con un mill6n o m6s de habitantes lleg6 a ser posible en el siglo XIX,y la aparici6n de 6reas metropolitanas y de mega l6polis (resultado de unir varias 6reas metropolitanas) durante la segunda mitad del siglo XX. En 1800 s6lo un 2,4 por 100de la poblacliSn mundial residía en poblaciones de 20.0006 m6s habitantes y s6lo el 1,7por 100 en poblaciones de 100.0006 m6s. En 1960 el 27,1 por 100 vvía en poblaciones de 20.000 o mas y el 19,9 por 100 en poblaciones de 100.000 o mas.

Es probable que siga ici tendencia a aumentar de las concentraciones de po—blaci6n urbana y metropolitana. El motivo de esta tendepcia tenemos que buscarlo enlas ventajas que presentan los grandes grupos de poblaci6n y en las actividades econ6rnicas. Según seal6 Adam Smith, cuanto m6s grande sea la agiomeraci6n, mayor ser ladivisi6n del trabajo; y esto permite aumentar ci grado de especializaci6n, aplicar latecnología con mayor facilidad, hacer uso de energía no humano, de economías de escala, de economías externas y reducir a mínimo las fricciones a causa del espacio y dela comunicacion. En resumen, es posible que conf inue el fenorneno de la concentracionde poblaci6n, puesto que las masas de poblaci6n y las actividades econ6micas constituyen las m6s eficaces unidades de producci6n y consumo pu,ca imaginadas. Aparte delas fuerzas que suelen contribuir al establecimiento de grandes aglomeraciones, existenotras no menos importantes; estas concentraciones de poblaci6n crean una atm6sfera social de estímulo y atracci6n. Las previsiones en cuanto a la poblaci6n urbana mundialindican que hacia fines del presente siglo es posible que un 42 por 100 de la pobiaci6nmundial resido en poblaciones de 100.0006 m6s habitantes, cifra que contrasta con lasdel 20 por 100 de 1960, 5,5 por 100 de 1900 y 1,7 por 100 de 1800.

— II • . •— IIEl fenomeno de la diversificacuon de poblacion se refiere a la crecienteheterogeneidad de las poblaciones que no s6lo comparten una misma superficie geogr6—fico, sino tambi6n id6ntico período de vida —actividad econ6rnica, social y política—,y esta misma superficie geografuca , y este mismo periodo de vida , al acelerarse losprocesos técnol6gicos y organizaflvo socicil, se han extendido al mundo entero duranteel siglo XX. La heterogeneidqd de poblaci6n comprende poblaciones que conviven juntas, pero que son distintas por razones de cuituta, lengua, religi6n, escala de valores,comportamiento, naci6n y raza. Es evidente que estas características no se excluyenentre sí, sino que son causa de problemas relacionados con la comunicaci6n, con con —

flictos de inter6s y con fricciones a causa de la integraci6n. La diversificaci6n de po—blaci6n significa no s6lo presencia física de una concentraci6n humana heterognea, sirio también interacci6n social entre los diversos componentes. No s6Io comprende densidad física, sino tambi6n “densidad moral” al estilo de Durkhem —contacto social eteracci6n social—.

Por itimo, la aceleraci6n en el tiempo dol cambio tecnol6gico y social re —

quiere escasa elaboraci6n. Baste con decir que, por regla general, el cambio tecnol6gi

co ha precedido ci carrihio sockil y k. ha necesitada, y que la diferencii entre tasas de cambio tecnológico y social y tasas diferenciales de cambio social han dado lugar a grandes tensiones culturales y a discordancias.

No es necesario decir que los cuatro fenómenos aquí expuestos se hallan muyrekcionados entre síy que son importantes elementos de la revolución morfológico—social, El estallido de pablación ha alimentado la concentración de población. Ambashan nutrido la diversificación de población. Y la aceleración en el tiempo del cambiotecnológico y social ha sido a la vez antecedentes y consecuencias do los otros tres fenómenos. Cada uno a su modo y los cuatro en conlunto han hecho que se precipitasengraves problemas; crónicos y agudos; físicos, económicos, sociales y políticos; nadonates e internacionales.

La revolución morFológico—social incorpora la revolución vital y se encuentra estrechamente relacionada con otras revoluciones: agrícola, comercial, cenfica,tócnica e industrial. Es a la vez antecedente’ y consecuencia de otras revoluciones,yen cuanto tal se la debería de entender mejor cuando se la considera en relación con —

ellas; ademós, debería servir para explicarlas.

Larevoluciónmorfológico-socialenlosEstadosUnidos

Los Estados Undos constituyen el ejemplo mós dramótico del mundo en cuanfo a los cuatro fenómenos descritos. Estos fenómenos estén alcanzando proporcionesolarmontes, han sido causa de graves crisis y forman una especie de trama necesaria paracomprender y tratar lcs problemas de la Amórica urbana. En la próctica todos los problemas urbanos que cada vez mós y con mayor urgencia requieren la atención nacional,incluso si son físicos, personales, ¿tnicos y raciales, económicos o gubernamentales,pueden ser vistos como fricciones de la revolución morfológico-social que todavía estóen marcha, fricciones en la transición de orden agrícola a urbano y metropolitano.

Explosiónde!apoblación

En 1790, año en que se hizo el primer censo decenal de los Estados Unidos,este país tenía una población de menos de cuatro millones de habitantes. En 1960 lapoblación de la nación alcanzaba una cifra de mós de 180 millones; en 1967 se alcanzaron los 200 millones. De vez en cuando el Bureau of the Census de los Estados Unidos ha hecho previsiones en cuanto a la población de los Estádos Unidos; para ello hatenido en cuenta diversas hipótesis relacionadas con la marcha que seguirón fertilidady mortalidad. Estas previsiones que se hicieron en 1967 indican que, a pesar de que lataso bruta de nacimientos tiende a disminuir, los Estados Unidos seguirón experimentando un gran aumento de población absoluta en las dócadas que siguen a continuación.Estas previsiones señalan que en 1990, sólo dentro de veintidós años, la población de losEstados Unidos puede alcanzar de 256 a 300 millones de habitantes. Segin una de estasprevisiones, que se basan en la hipótesis de un rópido descenso de la taso de natalidad,

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en 1970 habría una poblaci6n de 206 millones de habitantes; en 1980, 232 millones,yen 1990, 267 millones. La misma previsi6n arroja una poblaci6n de 308 millonei parael año 2000 y de 374 para el 2015.

Concentraci6ndelapoblaci6n

En 1790 el 95 por 100 de Ici poblaci6n de los Estados Unidos vivía en zonasrurales, en granjas o en lugares de menos de 2.500 habitantes. El 5 por 100 de la poblaci6n que vivía en ciudades estaba concentrado en 24 de dichos nGcleos, de los cuales s6lo dos (Nueva York y Filadelfia) tenían una poblaci6n de 25.0006 ms habitantes. En 1850 la poblaci6n de los núcleos urbanos era de un 15 por 100 y, por tanto, escasa. Sin embargo, en 1900 casi las dos quintas partes de la poblaci6n vivía en ciudades. Pero hasta 1920 los Estados Unidos no consiguiéron ser una naci6n urbana en el —

sentido de que m6s de la mitad de la poblaci6n (51 por 100) vivía en ciudades. No deber6 sorprendernos demasiado que sean muchos y graves los problemas que afectan a laciudades y poblaciones urbanas, puesto que hasta 1970, fecha en que tendr6 lugar el —

pr6ximo censo de poblacin, los Estados Unidos no habrn alcanzado todavía medio siglo como naci6n urbana (período que es m6s corto que el t&mino medio de vida).

La rapidez con que se est6 produciendo el fen6meno de la concentraci6n depoblaci6n se pone de manifiesto al hacer un. an6lisis de los hechc.s ocurridos a partir —

de principios de siglo. Durdnfe los primeros sesenta años del presente siglo el crecimiento de la poblaci6n urbana alcanzaba el 12 por 100 del crecimiento total de la poblacinnacional. En la dcada comprendida entre 1950 y 1960 el incremento de poblaci6n urbana era de ms del 100 por 100 del crecimiento nacional total; es decir, qué la pobla

.- . . . ‘. . . .‘ . .cion rural total, incluida ¡ci que vivia en granzas y la que no vivia en ellas, disminuiapor vez primera.

El crecimiento de poblaci6n en 6reas metropolitanas es igualmente dramdticoEl aumento de pob!aci6n de las Standard Metropolitan Statisticcil Arcas (SMSA’S) equivalía al 79 por 100 del crecimiento nacional total entre 1900 y 1960, mientras queeldelas 24 SMSA de mayor tamaño, con un mill6n o m6s de habitantes, alcanz6 el 43 por 100durante los primeros sesenta años de este siglo.

La concentraci6n de poblac6n es un fencSmeno que todavía se halla en marcha en esta naci6n. Los recientes c6lculos que ya he hecho de acuerdo con un colegaindican que, de continuar la actual tendencia, entre 1960 y 1985 la poblaci6n metropolitana experimentar6 un aumento de casi un 58 por 100, mientras quela no metropolitana aumentar6 como mínimo un 12 por 1QO. Por tanto, mientras en 0slo un 60%ie la kci&i.ieestcnaci6nreski(aen6recsíetropolitanas, en 1985 alcanzar el 71%.

Diversificaci6ndelapoblaci6n

LosEstados Uñidos constituyeron uno de los ejemplos de diversificaci6n, estaludo y concentraci6n de poblaci6n m6s dram6ticos de toda la historia. Aunque los pri—

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mitivos pobladores europeos procediesen preferentemente del Reino Unido, fue duranteel siglo XVII cuando comenzaron a entrar negros africanos en los Estados Unidos. A esta corriente migratoria siguieron, durante el siglo XIX y principios del XX, diversas ole.odas de poblac6n procedente de diferentes naciones europeas.

El censo de poblac6n que primero tuvo en cuenta a los “blancos nacidos enel extranjero” fue el de 1850. En esta época éstos representaban el 9,7 por 100 del total de pobkcin. Aunque las sucesivas oleadas de inmigrantes fueren importantes, losblancos nacidos en el extranjero nunca excedieron deI 14,5 por 100 del total, cifra quese alcanz6 en 1890 y de nuevo en 1910. En todo caso la proporc6n total disminuy6 apartir de 1910. Por culpa de las restricciones i mpuestas a la inmigraci6n de extranjerosse llegara a tener una proporcin decreciente de poblacn nacional durante las dcadas que constan a continuaci6n.

En 1850 los blancos nativos alcanzaron la cifra del 74,6 por 100 de la poblaci6n nacional y los “no blancos”, sobre todo los negros, el 15,7 por 100. En 1900 laproporcin había cambiado ligeramente: un 75,5 por 100 eran blancos nativos y un 12,1por 100 no blancos. Sin embargo, en una fecha tan reciente como la de 1900, poom’s de la mitad de la poblac6n americana era blanca nativa de padres nativos. Es decir, casi una quinta parte de la poblackn correspondía a la “segunda generación” blanca o a blancos nativos nacidos de extranjeros y padres mixtos.

En 1%0 los blancos nativos constituían el 83 por 100, los blancos extranjerosel 5,2 por 100 y los negros el 10,6 por 100 deI total. Los blancos nativos de padres nativos alcanzaban el 70 por 100 del total, y el restante 13 por 100 de blancos nativos pertenecía a la segunda generacn. Por consiguiente, en 1960 “el stock de blancos extranjeros”, los nacidos en el extranjero mcs los de la segunda genercci6n, era todavía —

de ms del 18 por 100 de la poblaci&i total.

Aunque el stock de blancos extranjeros llegare a ser una parte decreciente dela poblacin, es poco probable que en las décadas que constan ms adelante aumente laproporci6n de no blancos en los Estados Unidos, sobre todo la de negros. En 1960 había20,7 millones de no blancos en los Estados Unidos, es decir, un 11,4 por 100 del total.El Bureau of Census de los Estados Unidos estim6 que en 1990 se iba a duplicar la cifrade no blancos, alcanzando los 41,5 millones. Por tanto, en 1990 los no blancos puedenarrojar una cifra que represente e! 14,5 por 100 de la poblaci6n americana.

A causa de la “Revuelta Negra”, la ms grave manifestación del caos que impera actualmente en los Estados Unidos, es necesario que hagamos un examen m6s detenido de las tendencias de la poblaci6n negra. En l7,segón-registr6 el primer censo delos Estados Unidos, había menos de 800.000 negros en la nacin, pero representaban alrededor de un 20 por 100 de la poblaci& total. Por estas fechas aquIlos ya llevaban —

ciento setenta y cinco años viviendo en las colonias, sobre todo como propiedad o comoesclavos que pertenecían a sus amos blancos.

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Hasta 1810 los ñegros americanós representaban casi una qUinta parte de. lapóblócióntotal. A partir de entonces y hasta 1930 fuerón en consfante decrecimientocon respecto al total, puesto que cesó el tr6ficó de esclavos y siguió la inmigración —

blanca. En 1930 la proporción denegros había disminuido de tal manera que ni siquiere llegaban a la clócma parte del total. Sin embargo, a partir de 1940 la tasa de crecimiento del negro ha sido mayor qúe la de la población blanca, y en 1967 había alcanzado una pioorcióñ del 11,7 por 100.

En 1790 el 91 por 100 de la totalidad negra vivía en el Sur. La primeÑ y —

gran oleada mgratora de negros procedió del Sur y tuvo lugar durante la primera Gue—n’a Mundial; fueron diversas las causas qúe la impulsaron: falta de mano de obra a cause de la guerra, necesidad de sacar i1 negro del fgngo, de diversificar de la agriculture y de impulsar la retardada revolución industrial del Sur. Esta migración negra procedente del Sur se vio aún mós increméntada durante y despuós de la segunde Guerra Mundial. Como consecuencia, entre 1910 y 1960 éasi se cuadruplicó la proporción de negrosresidentes en el Norfe y en el Oeste, experimentando un aumento que iba del 11 al 40por 100.

La corriente migratoria negra de Sur a Norte y Oeste no sólo tuvo como cansecuenda una redistribución regional, sino tambión, y de manera definitiva, una redistri—

bución urbano—rural. En 1910, antes de que coménzase la emigración negra desde elSur, el 73 por 100 vivía en zonas rurales. En 1960, al cabo de cincuenta años, el negro pasó del 73 por 100 rural al 73 por 100 urbano, alcanzando un grado de urbanizaciónsuperior al de la población blanca.

El elevado grado de concentración urbana del negro americano se pone tam —

bión de manifiesto a causa de su tendencia a vivir en óreas metropolitanas. En 1910 sólo un 29 por 100 de los negros vivían en el Standard Metropolitan Statistical Areas. En1960 esta concentración habían aumentado hasta llegar al 65 por 100. En 1960 el 51 por100 de la población negra total vivía en ciudades del centro de las SMSA . Ademós, las24 SMSA con 1 mflLónomós de habitantes contenía un 38 por 100, y sus ciudades centralesel 31 por 100 de la población negra americana total.

Una vez mós voy a referirme a mis recientes clcuIos, haciendo una estimaciónde la población no blanca de las óreas metropolitanas (SMSAS), según su residencia enuna ciudad y núcleo centrales. Aqullos ponen de manifiesto que las actuales tendenciasmuy bien pudieron hacer que la nación cayese muy bajo en su marcha hacia una “sociedadsegregada” de facto. En 1985 la concentración de no blancos en las ciudades del centro(según se definió en 1960) aumentaró desde un 50 por 100 en 1960 hasta el 58 por 100,mientras que la concentración de población blanca disminuiriicagi un tercio en las ciudades del centro: desde un 30 por 100 en 1960 hasta el 21 por 100 en 1985. Por consiguiente, en 1985 el 75 por 100 de la población no blanca residiría, dentro de las óreas metropolitanas, en ciudades centrales y sólo el 25 por 100 en zonas suburbanas. Por el contrario, en 1985 el 70 por 100 de los blancos vivirían en las zonas suburbanas y sólo el 30por100 en las ciudades del centro. De este modo la proporción de no blancos en relación —

con la población total de las SMSA aumentaría desde el 15, 1 en 1985.. Pero la proporción de población no blanca en las ciudades del centro aumentaría alrededor de un 73por

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100, yendo desde ci l7,8 por 100 en 1960a130,7 por 100 en 1985. /

Entonces las pasadas variaciones de la poblaci6n negra, al igual que las quese produzcan en el futuro, han tenido como consecuencia un aumento de su grado de participaci6n en relaciSn con los blancos de las mismas reas geogrf kas y una ¡ntensifica —

chSn de la presi6n para que se establezcan contactos e ¡nteracci6n social, para que secomparto un mismo espacio vital. Las agudas tensiones que siempre han caracterizado alas relaciones entre blancos y negros en los Estados Unidos han llegado hoy a una especiede acuerdo como Consecuencia de la revoluci6n morfológico—social. Porque adem& delestallido y concentraci6n de poblaci6n génerales a todo el pa(, sé ha producido entre —

los afroamericanos un estallido y concentracicSn de pobtaci6n todavía mucho mayores.Loque se pretendía al estudiar estos fen6mcnos era, sobre todo, destacar los problemas de —

las relaciones intergrupales. El gran aumento de poblaci6n afroamericana en las creasurbanas y metropolitanas en un período de tiempo relativamente corto, y las diferencias debase yde estilo de vida entre negros y blancos a causa de la desfavorable posici6n de losnegros durante años, se han combinado originando tensiones que muy bien pudieran constituir durante algún tiempo el problema nacional rs grave de los Estados Unidos.

Consecuenciasdelarevol uci6nmorfol6gico—soc ial

Los efectos combinados de estallido, concentracn y diversifcacin de po—blaci6n han dado lugar en el terreno social a lo que en el dominio de la genética se de—nomina mutacliSn. La revoluci6n morfokSgico—social ha alterado la naturaleza humana yel orden social profundamente. Desde un punto de vista amplio, larevoluci6n morfolSgico—socicil ha modificado el conglomerado humano en cuanto a construcci6n fíica y encuanto a mecanismo econmico; ha transformado el comportamiento humano y la organi—zaci6n social al incluir ia naturaleza del gobierno; ha dado lugar y ha hecho m& gravesun gran nmero de problemas (físicos, personales, sociales, institucionales y gubernativos)

Elemplos sobre problemas físicos son los que nos proporcionan los problemas re

lacionados con la provisiSn y calidad de viviendas, circulaci6n de personas y mercancías,alcantarillado, recogida de basuras y saneamiento en general, contaminaci6n atmosféricay del agua, medios de recreo, trozado urbano y aprovechamiento de recursos naturales.

Los ejemplos de problemas personales, sociales y organizativos vienen dadospor la incidencia de la delincuencia y del crimen, alcoholismo, afición a las drogas, trastornos mentales. Se pone de manifiesto en la corriente revolucionaria de la juventud queen sus polos ms extremos incluye al “hippie”, quien resuelve sus problemas mediante elretraimiento, y el “activista”, quien resuelve sus problemas golpeando su cabeza contralas puertas del Pentgono o de organizaciones políflcas (en la Universidad de California,en Berkeley y en otras universidades). Se revela también en el desempleo, pobreza, racismo y fanatismo, conflictos intergrupales, desorganizackn familiar, morbilidad y mortalidad diferenciales, conflictos de gesti6n laboral , debates entre conservadores y liberales, mala administracin de la justicia criminal, corrupci6n, falta de equidade indolencia gubernamental y fragmentacin y paralizaci6n del Gobierno lo—

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cal, Se hace ai3n ms evidente porque siempre se est6 recurriendo a la fuerza f(sca paro solucionar los conflictos de intereses. Por muy laudables que sean los fines, cuandotrabajadores y administradores, estudiantes, los que abogan por la paz, los grupos minoritarios o en su forma mcs extrema las naciones en guerra, hacen uso de la fuerza, ¿sta se convierte en un mecanismo incompatible con la constante viabilidad de la sociedad contempor6neo. De hecho, cuando surge el desorden, si la sociedad quiere seguir teniendo viabilidad notiene mas remcdo que hacer uso de la aplastante fuerzacolectiva para restaurar el orden. Desde luego, antes de restaurar el orden se tendrque investigar y eliminar las causas del desorden; de lo contrario las ténsiones puedenir en aumento y originar an mayor desorden. Lo importante es que la sociedad conternpor6nea, a causa de su gran interindependenca, es muy vulnerable y susceptible de —

destrucclin —hecho coda dra m6s explotado por personas y grupos disidentes.

Desde el punto de vista sociol6gico todos estos problemas pueden ser considera —

dos como consecuencias de la revoluci6n morfol6gico—social. Esta revoluci6n fue causo de la aparici6n del grupo secundario diferenciado del grupo primario, de que se distinguiese entre relaciones interpersonales basadas en la utilidad y basadas en la emoci6ny en el sentimiento, entre familia conyugal o nuclear y familia en sentido amplio; en —

tre contl social formal e informal; entre comportamiento racional y tradicional; entreinstituciones establecidas y proliferadas; entre organizackn burocr&ica y de pequeñaescala e informal. Especialmente significativos han sido los cambios que se refieren alos elementos y sistemas de educaci& del niño —la transformacicSn de aquella especie —

.biol6g ¡ca que no se vale por 5r misma, es decir, del niñq,.;ç.n u. ser humano, e rni.rn—bro de la sociedad—. En reumen, la revolucu6n morfol6gico—social tronsform6 la “pequeña comundad”, t(pica de sociedades anteriores, en una “sociedad de masas”.

Mi tesis .es que la confusión y el desorden trpicos de lo vida contempornéapueden ser mejor entendidos y combatidos si se los considera como fricciones que se próducen en la transici& (fen6meno aón en marcha) de pequeña comunidad a sociédad demasas; y que en gran medida el caos de la sociedad contempor6nea es resultado de disonancia y conflicto entre los estratos culturales que forman parte de nuestra herenciasocial. Los problemas o fricciones son con frecuencia visibles manifestaciones de lo quemi antiguo profesor y colega William Felding Ogburn denomin6 “retraso cultural”.

Perrnítaseme exponer unos cuantos elemplos concretos de retraso cultural dela sociedad contempor6nea —ejemplos que son de especial impacto y significaci6n—.Conello pretendo explicar, desde el punto de vista sociol6gico, la aplicaci6n del sistemaanalitico, proporcionado por la revolucin morFol6gico—social, a problemas sociales específicos.

Gobierno

Centrando nuestra atenci6n sobre los Estados Unidos, examinemos el ejemplodel retraso cultural en nuestro sistema de gobierno. No es necesario decir que la con—fusin y el desorden imperante en el Gobierno tienen un efecto multiplicador sobre otrosdominios del cao5.

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Consideremos algunos de los factores q.!e intervienen en el colérico debate enfrd’conservcdores y liberales”. Dentro del contexto político vigente la polémica se cenfra sobre el papel desempeñado por el Gobierno en el orden econ6mico y social, Esto—se pone de manifiesto a través de ios ¿ictitudes relacionadas con el “gran Gobierno” y,en general, en la anacrcnicá ideología política’. Trés ejemplós de”etraso cultural”encuanto a ideología servircn para explicar la paralizacin qué se ha producido en los esfuerzos para solucionar los grandes problemas que nos rodean.•

Uno de los ejemplos es el de la corriente heredada, que afirma que “el mejor Gobierno e el que gobierna menos”. La docfrmna tuvo un gran sentido cuando en1790 sehizonuestrocenso 12. En esta época el 95 por 100 del pueblo americano vivíaengranlas o en ciudades de menos de2.500 habitantes. ¿Qué es toque tenía que hacerel Gobierno, si se compara con la situackSn de 1960, en que ‘el 70 por 100 del puebloamericano vivía en nGcleos urbanos y alrededor del 63 por 100 res idía en 6reas metropolitanas? ¿Podrían ustedes imaginarse unos Estados Unidos que en la actualidad carecesen de un sistema de Seguridad Social, de un servicio de Sanidad Pibl’ica, de una —

Junta de Reserva Federal, de una Cmara de Comercio Interestatal y de una Administrocion de Aeronautica Civil El slogan lo meor es que el Gobierno gobierne poco esun buen ejemplo de supervivencia cultural que se ha prolongado m6s al!c de su tiempo.

El siguiente ejemplo lo constituye aquella corriente según la cual cada hombre al perseguir su propio interés, “como si estuviese guiado por una mano ínvisible”,suscifa el inters de toda la sociedad. Esta idea tenía sentido en los Estados Unidos de1790. Cada persona, al perseguir su propio interés y al mantener a su familia en unagranja o pequeña ciudad, estaba sin duda actuando en interés de la sociedad. ¿Peropodrían ustedes concebir unos Estados Unidos hoy sin una AdministraciSn que vigile lapureza de los alimentos y de las medicinas, sin una comsin que controle la Bolsa y elcambio de divisas, sin una comiskn que se ocupe del comercio federal y sin una comi—siSn que se encargue de las comunicaciones federales? La reciente infervencin federal en el seguro automovilístico muy oportunamente nos recuerda que lo que el fabricante de aufomcvf les de Detroit encuentra m6s interesante no resulta ser lo mcs conveniente para el pueblo americano. A medida que transcurren los años se va haciendo mayor y m6s profundo el vacío que separa el comportamiento econ6mico real de aquellasformas extremas de la política econ6mica clcsica y neocksicci, porque la revoluci6n morfol6gico—social çontinta su Curso inexorable. —

Consideremos tambin aquellas corrientes que dicen que los impuestos son loque los Gobiernos quitan al pueblo y que los gastos del Gobierno tienen que se reducidos al mínimo. The Ways and Means Committee, de la XC Ccmara de Representantes,y una mayoría en ambas c6maras proporciooan. un excelente ejemplo de retraso cultural y sus efectos sobre la forma de comportarse ante el recargo que supone el impuestosobre la renta. Lo ms importante que el Congreso hubiera debido hocr es enterarsede’!cu6les son las necesidades esenciales de los Estados Unidos para que esta naciSn pueda se’guir siendo una sociedad viable”. Ya continuaci6n debería haber hecho todo loposible para financiar los programas m& necesarios. En una sociedad de masas los im —

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puestos no son lo que el Gobierno quita al pueblo, sino lo que el pueblo paga por losservicios necesarios a toda colectividad que vive en una sociedad interindependiente;entre otras cosas, esta sociedad crea necesidades que no pueden ser satisfechas en un —

mercado libre. El Congreso, poniendo ‘un ejemplo de retraso cultural, s6lo aprueba —

aquellos programas que son esenciales, aunque totalmente inadecuados, para proporcionar los servicios necesarios a muchos millones de americanos. Quiz lo m& destacabledel carcter insensato y anacrnico de la XC Cámara de Representantes sea su actitud,un poco al estilo de María Antonieta, para con los residentes afroamericanos de los suburbios urbanos. Decía respecto a ellos: Dejmoslos que tengan ratas”. (En el momento de escrbir esto todavía no había sido suficiente el programa para controlar las ratas).

Aparte de estos ejemplos de atavismos ideol5gicos, consideremos lo ircSnicode la situacn política nacional, en la que a causa de las disposiciones del Senado conrespecto a los miembros y presidentes del comité del Congreso y del sistema de partidotnico en el Sur de la postguerra (esta regin de los Estados Unidos apenas desarrolladay que todavía se encuentra en las primeras etapas de la revoluci6n morfolcSgico—soc ial),se conserva algo que se parece a un vicio y que consiste en recurrir al proceso legislativa nacional, solucin a la que el filibustero presta su apoyo porque permite que una mnoría ejerza la tiranía.

En el Gobierno federal, así como en las esferas estatal y local, existen otrosmuchos indicios de retraso cultural. La rapidez con que esta naci6n se ha urbanizado hasido causa de graves disensiones en la Cmara de Representantes en el Congreso, en lasasambleas estatales y en los consejos municipales. Por ejemplo, en una fecha tan reciente como la de 1960 había 39 estados con mayoría de pobIaciSn urbana, pero ni un soloestado de la Unin en el que la poblaci& urbana controlase al legislativo estatal. Estacircunstancia hizo que se precipitase el intrvencionsmo federal. La insensibilidad delos legislativos, preocupados por la mala distribucin de.l campo, a los problemas urbanos —problemas típicos de la sociedad de masas— indujo al Gobierno federal a entrar enestos dominios: construccicSn de viviendas, conservaci6n de ciudades, carreteras y vrasfarreas, derechos civiles, transportes colectivos y educackn Para los aficionados alos slogan pasados de moda, del estilo de los que ya hemos visto antes, estos programasson como una violaci6n de los “derechos de los estados”. Pero resulta irtSnico que los —

mas apasionados defensores de ios derechos estatales sean quienes hayan prestado menosatencicSn a las necesidades de la sociedad de masas del siglo XX y los que han conseguido la mayor centralizacin de las funciones del Gobierno.

Un iltimo ejemplo de retraso cultural en cuanto al sistema de Gobierno americano viene dado por el caos exis1ente en el Gobierno local. La estructura del Gobier

•1•no local en los Estados Unidos es la misma estructura que el Gobierno local ingles ternaen el siglo XVIII. Los padres de la Constitucin no anticiparon, ni tampoco se espera —

que lo hicieran, la aparickSn de las grandes aglomeraciones de poblaci6n (grandes porsutamaño, densidad y heterogeneidad), que traspasaban los límites no s6lo del municipio yla ciudad, sino tambi& del condado y de Tos estados. Por consiguiente, nuestros gruposmetropolitanos de poblacin y de actividades econmicas se caracterizan por la fragmen

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taci6n gubernamental que paralizo los esfuerzos locales para solucionar los problemas delas zonas metropolitanas ms extensas, tales como los relativos a la contamincckSn atmosfrfca y del agua, congesti6n del trafico, crimen, trabajo, vivienda y educaci6n.

Espécial átenci&i merecen, por su repercus6n en la eduéaci&i del nUío, losefectos de la fragmentaci6n del Gobierno sobre la educaci6n pblíca primaria y secundoria. Se puede decir que hoy dra la educackn de las escuelas ptblicas esta convir—tiendo a la nachSn en una sociedad de castas estratificada en razn a la raza y c. status econ6mco. Un ‘ejemplo de lo que acabo dé decir lo constituyé el neologismo, porel cual pido perdn, “preconcepckn LPQ.” —el 1. Q. del niño antes dé ser concebdoEl niño con un elevado grado de preconcepci6n 1 Q., lo suficientemente elevado como para seleccionar a padres de piel blanca que viven en zonas suburbanas se ha garantizado a sí mismo en este avezado acto (a posibilidad de ser.educado en escuelas pbli—cas. Esta posibilidad es de dos a diez veces mayor que la del niño con bajo grado depreconcepci6n 1 .Q., lo suficientemente estúpido como para seleccionar padres con pielnegra o procedentes de las suburbios del interior de la ciudad. El niño con un coeficíente preconcepci6n intermedio, lo suficientemente inteligente como para seleccionar padres de piel ‘blanca, pero demasiado necio como para escoger padres que viven en zonassuburbanas alcanzan una educaci6n intermedio. Esto equivale a decir que el niño de—las zonas suburbanas logra una educaci5n primaria, el niño blanco que vive en la periferia recibe una educacin secundaria y el niño del interior de la ciudad, negro o blanco, obtiene una educaci6n de tercer o cuarto grado.

Por consiguiente, en esta nacbSn la educaciSn yo no cumple una funcin bist6rica, al no contribuir a la unidad nacional y al mantenimiento de una sociedad abierta.

Antes bien, el tipo de educaci6n de que disponemos ahora en nuestros suburbios y ghettos hace que la actual y catica situaci6n vuelva a darse en el futuro y tenga un car6cter perpetuo. Hoy día nuestras 6reas metropolitanas estcSn formadas por negros nacidos, criados y educados en la ciudad, pero que no han adquirido la necesariaformacn, una formacn que sea cotizable, y la formacin ciudadana, que es requis—to indispensable para poder tener responsabilidades, obligaciones y derecho a la ciudadama americana.

Aparte de otros elementos que contribuyen a tan desastrosa situaci6n, es evidente que una de las causas principales se hallan en el hecho de que la estructura delGobierno local no hc logrado adaptarse a la revolucicSn morfol6gico—social.

Racismo

Sin dudo alguna el problema interno mcs gravé que afecta hoy a los EstadosUnidos es el de la revuelta de los negros. S61o son necesarias trés consideraciones para entender el “porqué” de esta situacin, En primer lugar, el afroamericano vive en

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el continente desde hace tres siglos y medio. involuntariamente estuvo sometido a esclavitud durante dos siglos y medio; vivi5 ±irante medio siglo en los suburbios del Sur,engañado con incumplidas promesas de una procIamacin de emancipaci6n, y pas6 medio siglo m& en los ghettos de los suburbios do la América metropolitana del Norte ydel Sur.

En segundo lugar, a partir de la segunda Guerra Mundial el mundo entero seha visto dominado por lo que felizmente se ha dado en llamar “revoluci6n de las nuevas expectativas”. Esta es una generacin en la que, por primera vez en la historia dela humanidad, no quedan pueblos sobre la faz de la tierra que estn dispuestos a ocupar un puesto secundario en cuanto a nivel de vida y que no reclamen libertad e independencia si todavra no la hubieran conseguido. Los afroamericanos no han pasado poralto esta revoluckn de las nuevas expectativas. En un sentido fundamental la revueltanegra es una simple manifestaci6n americana de tipo local relacionada con esta revoluchSn de las nuevas expectativas que abarca al mundo entero.

Hay en tercer lugar una consideracin rr breve e inmediata. Con la actualadminstraci6n y con el xto de los congresos previos a la Legislaci6n de los derechos —

civiles surgieron nuevas oportunidades y expectativas para la comunidad negra. Resulfa irnico que la revuelta negra y los disturbios raciales se produzcan “como consecuencia” de los progresos realizados en vez de “a pesar de” ellos. Se hizo creer a los negrosque por fin estaban consiguiendo una iguc Idad total.

¿Pero qu fue lo que en realidad sucedi6? Los lrderes federales arriesgaronpoco en cuanto a un posible liderazgo como el de gobernador en el frente estatal,o como el de alcalde en el local, o incluso en el sector privado. No ocurri5 nada importante que variase el modo de vivir en los suburbios infectados de rafas y las tasas de desempico (de dos a tres veces superiores a los de los blancos). Poco se hizo para cambiarelcarícter segregador de las comunidades en que vivra el negro; lo mismo ocurriS con lasoportuñidcdes educativas del niño negro, las cuales siguieron siendo deficientes. Al aumentar el vacro entre expectativa y realidad, la frustraci6n, la alienaci6n y la amargura que han llevado a la violencia también crecieron.

Por debajo de estos tres factores que acabarnos de descubrir se encuentrcj latente la hostilidad y la violencia de los afroamericanos, que es la causa principal de laactual crisis, palabra utilizada con gran acierto por la Kemer Commission, sobre todo

el “racismo blanco”.

Aunque fambi& los emigrantes llegados a los Estados Unidos hayan sido recibidos, en general, con actitudes de recelo y con pr&ticas discriminatorias, ha sido elnegro, a partir de su involuntaria importaci6n como esclavo., la verdadera vrctima deuna teor(a y prctica racista mucho ms generalizadas, persistentesy virulentas.

La doctrina racista puede ser definida como una forma negativa y extrema deetnocentrismo —producto de una comunidad reducida y aislada, de una comunidad conun tamaño, densidad y homogeneidad cultural relativamente pequeños—. La persistencia

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de actitudes y comportamientos racistas constituye otro ejemplo de retraso cultural —supervivencia c!e fen6meno de una pequeña comunidad dentro de la sociedad de masas—.Los prejuicios respecto a otros seres humanos, ya sea en la forma positiva de etnocentrismo o en su contrapartida negativa de hostilidad hacia otros sobre bases categricas, esun atavizmo cultural —un conjunto de cctifudes anacr6nicas que es incompatible con elrequisito d asociacin cooperativa— de la sociedad de masas. Dentro del contexto delas amplias, donsas y heterogneas aglomeraciones de pob1acn, el racismo tiene quecausar trastornos y conflictos. No deberí, pues, sorprendernos que ci’ racismo de los —

blancos ost& ahora engendrando o exacerbando ci racismo de los negros y, por consiguknte, intensificando la hostilidad y el conflicto. Ademas, la palisis que sufre el Goberno de los Estados Unidos, segón se describi6 antes, hace que la crisis se agi.id icé y quehaya pocas esperanzas de que a cortá plazo se solucione ia tonsin y el’conflicto. Esposible que la naci6n norteamericana ccntine en este estado durante’ un período indefinido de lucha de guerrillas a escala nacional e incluso internacional.

Otrosejemplosderetrasocultural

En la sociedad americana existen otros muchos ejemplos dé retraso cisltural —

que van desde lo trivial a lo significativo. En la categoría de lo trivial se halla ese —

cordn destinado a mantener cerrados los cuellos y a protegernos contra las inclemen —

cias del tiempo antes de la llegada de la primavera. Este cord6n ha ido evolucionandohasta converfirse en corbata —aleo relativamente inofensivo, un vestigio esttico queha adqurdo una nueva funci6ri, la decorativa—. Pero hay otros vestigios que no son taninocuos. Por ejemplo, el derecho constitucional a portar armas —admitarnos que esto fuenecesario en !c Am&ica del siglo XVIII, pero en el tttimo tercio del siglo XX constituye un anacronismo peligroso. Tenemos tambi n otros ejemplos: el derecho inalienabledel trabajador a la huelga y del empresario a suspender ci trabajo y a despedir al trabojador, a veces por medio de una encuesta judicial pública. En la sociedad de masas delsiglo XX el derecho del trabajador a la huelga y del empresario al despido pueden describirse corno c.erechos del trabajador y del empresario que revierten a las leyes de la selva—al solucionar sus conflictos de infers utilizando la fuerza bruta—. Lo mismo puede decirse del !lamc-Jo derecho de los estudiantes a imponer sus puntos de vista por medio dela Fuerza —o de cualquier otra persona o grupo que en una sociedad de masas prescirida de la vía judicial o dernocrticc para solucionar sus conflictos e nteis.

La administraci6n de la justicia criminal se halla tambin repleto de atavis —

mos culturales porque muchos de los c6digos y procedimientos en vigor datan de antes dela revoIucin morfolgico—social y constituyen una amenaza para la sociedad de masas.

Por Cltimo, y en modo alguno hemos logrado agotar el universo de retrasos culturales, deberíamos mencionar la organizacin religiosa, museo viviente de atavismos —

culturales que hay que añadir a la confusicSn y al desórden de la vida conterior6nea.Loscristianos han aprendido que los domingos por la mañana tienen que honrar y reverenciaral sacerdote, a su madre y a sus compañeros; han aprendido a oervar ci ritual y las —

prcficas do sus iglesias, y lo hacen desde hace dos mil años; sin embargo, no han escu

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chado el mensaje. Porque el mensaje de la tradici6n ¡udeo..cristiana se halla en el concepto de paternidad de Dios, lo cual significa hermandad entre los hombres. Cosas parecidas pueden decirse de los seguidores de otras religiones: ¡udfos, musulmanes, hind6es,budistas, etc.

Prescindiendo de su contexto sobrenatural, muy interesante es en verdad el concepto de hermandad entre los hombres, concepto que constituye un excelente ejemplo deantiguo principio atico de gran aplicaci6n tanto a la sociedad contempQrcnea como a lasanteriores a eiip. Aünque me he referido a aquellas supervivencias culturales que originan confusi& y desorden, ello no quiere decir que todo lo que es prodücto del pasado —

sea incompatible con el presente. De hecho, se púede decir que él dumento de la intédependencia y vulnerabilidad de la sociedad dé masas hace qué este principIo tenga diora ms valor que en apocas anteriores. Es •.6sté un ejérnplo de principio de vida masivaque., peso a sú longevidad, an no ha sido adoptádé —principk cúyá adópci6n de hecho,asr como de palabra, puede constituir un requisito necesario para que siga existiendo lahumanidad.

Antes de abandonar el tema religioso, como demgrafo que soy, no puedo de¡ar de llamar la atenchSn sobro la disonancia cultural que representa la reciente encrciica Humanae Vitae, del papa Pablo VI, al prescindir de los descubrimientos de la demo—grafro emprca. Este ejemplo de retraso cultural sé corresponde muy de cerca con cique nos proporcion6 la Iglesia cat6lico—romana durante el pontificado del papa Pablo V(hace tres siglos), quien, de igual modo, hizo caso omiso de los descubrimientos de laastronomra empírica, dando lugar a un incidente con Galileo.

Entre las consecuencias m& graves del fracaso de la sociedad americana con—tempornea al adaptarse a la revoluci6n morfol6gico—social se hallan evidentemente lasdeficiencias del proceso de sociaiizaci6n. Bronfenbrenner aclara este problema en suestudio comparativo sobre la educaci6n en los Estados Unidos y en la UniSn Soviética.En la URSS tanto se han ¡nctlcado en el niño el sentido de pertenercia y compromisopara con la sociedad (de la que es una parte infinitesimal) que tiende a carecer de iniciativa e imaginacn. Por el contrario, en los Estados Unidos el niño sSlo tiene la sensaci6n de sor miembro responsable de un orden social y, aunque tenga gran iniciativa e¡maginaci6n, se ¡nteresar sobre todo por el modo de conseguirla y se desentender de tedos los domcs. Tenemos,pues, que hallar el punto medio entre estos dos extremos paraproducir seres humanos en consonancia con las exigencias de la sociedad de masas, sereshumanos con iniciativa, imaginaci6n y responsabilidad social equilibradas.

El mbito internacional tambin ha dado muestras similares de retraso cultural.Es evidente que sern gravísimas las consecuencias de no hallar soluci6n ci los conflictosnacionales de ¡nters por otros medios que no sean los de la fuerza fiica. Vietnam, Oriente Medio y Nigeria no son sino un ejemplo muy oportuno de este hecho. La rovolucnmorfohSgco—social ha dado lugar a un mundo muy interdependiente, vulnerable y en retroceso al aumentar la probabilidad y al intensificar la naturaleza de los conflictos de inters. Pero los métodos tradicionales para solucionar tensiones y hostilidades’ internado—nales, sobre todo la guerra, aplicados a una sociedad que se halla en posesi6n de la bom

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‘‘‘ha at61ca Uan consigo la amenaade un;gmn desastrincluida la extini6n de lahumanidad—& Sin embargo, los m&odo diplom6ticos contempor6neos y la t&tica militar contempornea responde ms al pasado que al presente.

Podemos asegurar quese han hecho progresos en cuanto al desarrollo de un sistema que solucione pacfl?icamente las dispu1s internacionales. Buen ejemplo de ello loconstituyen la Liga de Naciones, el Tribunal Internacional de Justicia, las Naciones —

Unidas y Organismos especializados. .,Pero todavra no se ha visto cumplido el deseo dealgunas de nuestas ms anacr6nicas organizgciones (Hi1as de la Revoluci6n Americanay la John Birch Society). Según elías las Naciones UñidaS iban a car en etmisrho olvido cue la Liga de Naciones, De no poderse dar soluciSn a laplaga de deletreas supervivencias cult’uales que aflige a la sociedad contempor6nea, quiz sea el holocausto núclear la mejor manera de destruir el procedimiento y los efectos de la revolucinmorFolSgico-socal.

Por óltimo, en el ambiente internacional hay que hacer mend6n, por lo menos, de las diferencias entre naciones que tienen y las que no tienen (pobres y ricas) ,

entre naciones socialistas y comunistas y entre las diversas facciones dentro de estos bloques. Las grandes diferencias do nivel de vida entre las distintas naciones del mundo ylas grandes diferencias ideol6gicas internacionales, que en parte son producto del ¡mpacto diferencial de la revoluci6n morfol6gico-social, constituyen la ms seria amenaza para la pazy son portadoras de desastre’ potencial. Salo nos queda por ver si la sociedad contemporánea puede hacer acopio de poder para utilizar el conocimiento disponiblede manera que supere los atavismos ideol6gicos, estructurales y de procedimiento, y hagafrente a estos problemas. En este año, proclamado oficialmente por las Naciones Unidascomo año de los derechos humanos, resulta triste comentar que el Congreso de esta naci6nha reducido el capí’tulo de ayuda al extranjero, ya de por sí bajo. Pero todavía es mstriste decir que mientras las naciones en vías de desarrollo, tras una desastrosa “clcadade desarrollo”, todavía se matan por encontrar capital y otros recursos con que alcanzarsus metas de descollo econ6mico, el mundo dedica ms de 100 billones de d6lares anuales a gastos militares.

ElpapeldelasCienciasSociales,incluidalaSociología

En la sociedad contempornea la forma de enfocar los problemas, tanto internacionales como nacionales, se bifurca de manera caracteritica, reflejando profundasdiferencias ¡deol6gicas. El enfoque puede ser “conservador” o “liberal”. Mi tesis consiste, utilizando otra vez la estructura de la revoluckSn morfoliSgico—social, en qué losconservadores y los liberales reflejan la ideología de las condiciones morfol6gico-sociales en que fueron educados o a que estuvieron sometidos. Por ejemplo, no es casualidadque Barry Goldwater proceda do un estado que en unas fechas tan recienfes como la de1940 fení una ensidcd de poblaci6n que era casi igual a la que Estados Unidos téníanen 1790 —4,4 habitantes por milla cuadrada, y s6lo 6,6 en 1950, y el 11,5 en 1960-.Tampoco es una mera coincidencia que el senador Jacob Javits, como contróposici6n, proceda de un estado con densidades de poblaci6n de 281,2 habitantes en 1940, 309,3 en1950 y350,1 en 1960.

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No es necesario decir que en una sociedad como la de los Estados Unidos,

que cuenta con el Estado de Alabama y el Estado de Nueva York, haya un orden extre— . . ..

mo en las condiciones morfologuco—soctales. Ademas, el urbanismo como modo de vida” ni se limita a las fronteras de una ciudad, ni todo en ¿1 es malo. Es decir, que esposible que los residentes rurales de una compleja sociedad de masas, a causa de sus propos sistemas de vida, adopten modelos urbanos de pensamiento y acci6n y viceversa.

El conservador es la persona educada en un medio, que aunque contemporc—neo en cuanto a &poca se corresponde con los siglos XVIII y XIX americanos. Por el —

contrario, liberal es aquella persona que ha sido educada en un medio que m6s bien

es resultado de la revolucin morfolgicosocial.

El conservador es, por encima de todo, representante del pasado en el pre

senfe; el liberal representa con mayor claridad el presente.

Esto no quiere necesariamente decir que el liberal tenga la clave para solucionar los problemas contemportneos. El liberal que crea poseer las respuestas adecuadas porque no son las tradicionales o porque son diferentes a las de los conservadores est sometido a la misma ceguera bcsica que el conservador. El problema fundamental esque la respuesta “acertada” no se va a encontrar ni en lo “viejo”1 ni en lo “nuevo” por“nuevo”. Lo ms probable es que asta se halle en el ancIisis específico de una situacicnproblemfica específica, a la que la aplicaciSn del conocimiento y sabiduría encuentreposibles soluciones totalmente independientes de si son “viejos” o “nuevos”, “conserva—dores” “liberales”, o. de. cualquier otra clase que resultec1elavarkcSn de estas posturas.

La revolucicn morfol6gicosocial ha ocasionado problemas sin precedente paro los que el hombré est6 hallando respuestas Sin precedente. Dentro del proceso delcambio social se ha podido ver cmo llegaban a cristalizar, dcofomizarse y estereotiparse en posturas “conservadoras” y “liberales”, así como en diversas variantes de los mis —

mas, los diferentes modos de hallar respuesta. Tanto el sistema conservador como el liberal son “per se” tan incongruentes con el orden contemporáneo y metropolitano comoel caballero y la calesa o cualquier artefacto pasado de moda. Los problemas sin precedente que surgen a causa de las fricciones del cambio social no pueden solucionarse conenfoques que se basan en reacciones conservadoras o liberales. Si los problemas socia—les contempor6neos no deben enfocarse n desde el punto de vista conservador, n desdeel liberal, ¿c6mo debería hacerse?. Deberían enfocorse desde el punto de vista “tcn!co social”. Esta postura, al ser diferente de la conservadora o liberal, representa un nueyo y completo enfoque de los problemas contemporáneos. Es un enfoque que ha nacido

de la revoluci6n morfol6gicosocial para hacer frente a los problemas por e11a originados.

No es posible hacer aquí un examen completo del origen del enfoque tcnico—social.

Brevemente se puede decir que es el reciente resultado de una serie de estu —

dios que distinguen entre mundo post—t’ewtoniono y pre—Newtoniano. El ms recientede todos estos estudios ha llevado a la aplicacin del mtodo científico o los fenómenos

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sociales, asr como a los f(sicós y biol6gicos, y a la aparici6n de actividades tcnico—sociales paralelas a la actividades tcnicas que se basan en las cenc las físicas y biol6gicas. Es decir, como hasta la fecha el técnico—social s6lo esta representado por unaspocas profesiones (por ejemplo, administrador pbUco, gestor muñicipal, asistente social, educadores, crimin6logos, planificadores, profesionales de los negocios), esta haciendo su aparicion para aplicar el conocimiento de la ciencia social a la solucion delos problemas sociales, del mismo modo que el tcn loo en electr6nica aplica e! con9ci—miento de la física a lós probkmas Glecttnicos, o el técnico en biología, el flidicó /

aplica el conocimiento de las ciencias biol6gicas a los problemas relacionados con lasenfermedades.

S61o adoptando ci método de la técnica social podremos superar el mtodo conservador—liberal. Esta es la única manera de evitar la ceguera de conservadores y liberales —convencidos unos de que en el pasado se hallan las respuestas al presente; losotrosde que no se hallan allí; a veces se cree también que las buenas intenciones yel celo,incluida la enrgtca oposiclin al pasado, proporcionaran las respuestas.

Bas6ndonos en dos generalizaciones, cuya validez se halla respaldada por laciencia social, podemos decir que los mtodos conservador y liberal son ciegos. La prmera genero lizaci6n es que si una persona cree haber hallado la verdad y se aferra aella, esta persona acabar6 por equivocarse. Porque el mundo no es est&co, sino quecambia. La segunda general izaci6n es que ni la desilusi6n con respecto al pasado, niuna cierta dosis de buenas intenciones, ni el celo por sí mismos proporcionar6n una respuesta adecuada.

El enfoque tcnico—social es el mtodo que goza de mayor independencia conrespecto a posturas o actividades estereotipadas.

No es ni m6s conservador, ni m6s liberal, ni ms republicano, ni m& demo—crttico, que el del tcnico electrcnico o el de cualquier otro especialista que se enfrerte con un problema que requiera una soluci6n efectiva y eficaz. Es un método del sigloXX en consonancia con 1a vida metropolitana del siglo XX y adaptado a la soluci&i delos problemas del siglo XX

El enfoque tcnico-social depende del conocimiento; procede de la cienciasocial y de la sabiduría, y estc basado en la experiencia. Forma parte de las cienciassociales, en general, y de la sociología en particular. Es decir, que es objeto de investigackSn científka recogida de datos, interpretaci6ny an6lisis.

La finalidad prcctico de los datos sociales es e! recuento social. En princi —

pTo el recuento fue un conjunto de principios y practicas para recoger, comparar e informar sobre las actividades de una organizacliSn de acuerdo con los objetivos de la misma. En el lenguaje contempor&ieo, recuento es un sistema de control de la iriformaciondestinado a ser Gtil a los administradores de una organizaci6n o de un programa.

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Los procedimientos de recuento empezaron a utilizarse en los negocios privados y s6lo en fecha relativamente reciente se han aplicado a la evaluaci6n y confrol detoda una economía. En los Estados Unidos el Employment ACT de 194, que crec el Presdent#s Council of Economic Advisors y que exige un informe económico anual a la na—ci6n, representa el ms importante invento institucional con que hacer frente a los problemas economicos de la economia americana del siglo XX.

Un indicio esperanzador de que la revoluci6n morfol6gico—social esta creando mecanismos que solucionen los problemas sociales que ella misma ha precipitado sehalla en el proyecto de ley presentado ahora al Congreso. Se pide en este proyecto locreaci6n de un Council of Social Advisors y la elaboraci6n de un informe social anual ala nacicn. AdemSs, el Department of Health, Education cind Welfare, a travs de suAdvisory Panel on Social lndicators y, de acuerdo con las directrices del Presidente de losEstados Unidos, se ha comprometido a preparar un modelo de informe social.

El período sin precedentes de alto nivel de actividad econ6mica (que no hasido interrumpido ni por la depresi6n ni por el retroceso) experimentado por esta naci6nen los ltmos años se halla relacionado, con toda seguridad, con la existencia y actividad del Council of Economic Advisors. Hace po hemos sufrido una costosa inflaci6ny en este momento nos encontramos ante lo amenaza de un posible retroceso; el Congreso, verdadero depcsito de retraso cultural, no ha tenido en cuenta las recomendacionesde la Administraci6n en cuanto a los descubrimientos del Council of Economic Advisors.

Yo creo que si en 1947 esta nación hubiese tenido un Council of Social Advisors, ademas del Council of Economic Advisors, y si las recomendaciones de este Coun—cii hubiesen sido oídas por la AdministraciSn y el Congreso, la “crisis urbana” que dolorosamente nos afecta no hubiera adquirido las actuales proporciones.

A Las ciencias sociales, incluida la sociología, corresponde crear el conocimiento necesario para poder aplicar la política social y la acci6n social a la soiuciSndenuestros problemas. La funcicSn primaria del científico social es investigar, crear conocimiento. El científico social no debe ser un técnico social. Con toda seguridad, muchos de nuestros científicos sociales han sido requeridos, en una primera etapa del des —

arrollo de las ciencias sociales, para que definiesen ambas funciones. Pero ninguna dudapuede haber en cuanto al hecho de que se trata de dos funciones distintas y que, a la largo, lo mejor sería definirlas como actividades separadas y especializadas.

De una manera m6s específica, lo funci6n del científico social, incluida ladel soci6logo, consiste en desarrollar y establecer ¡os “indicadores socia les1’ que permitan un recuento social eficaz. Ha skio mucho, por fortuna, lo que la revoluckSn morfoi6gko—social ha creado en materia de estadística social y en otros tipos de conocimientosque, aunque grandksos, son todavía deficientes y se hallan en las primeras etapas de —

evoluci6n.

El recuento social s6lo ser6 posible una vez se logre el acuerdo en cuanto alas metas sociales, El an6lisis de las metas sociales no es una funci6n científica. Tam

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poco es una funci6n técnica. Se trata de una función que puede ser llevada a cabo porla sociedad en su conjunto a travs de sus líderes polfflcos o de otro tipo. Se presumeque una sociedad es democrtica cuando refleja los deseos de la mayoría.

Aunque sea la mayor(a la que fije las metas de una sociedad, el cientificosocial y el fócnico social ocupan una posición estratógica que les permite participarenla creación de las metas. Estos tendrón que trabajar en estrecha colaboráción con loslíderes poUicos o de otro tipo para ayudar a dar una visión lo mós amplia posible de laspreferencias del conocimiento en cuanto a exigencias y consecuencias de las metas especificas. He propuesto en otra parte un conjunto de metas sociales a tener en cuenta,publkadcis en un reciente informe de la Joint Economic Committee of the Congress.

Consideracionesfinales

El hombre es el único animal de la tierra que crea una cultura significativa.No sólo se adapto al ambiente, sino que crea el ambiente a que se tiene que adaptar.El hombre ha creado un mundo en el que la humanidad constituye en sí misma el ambiente decisivo, una humanidad caracterizada por grandes cifras, elevadas densidades y granheterogeneidad. El hombre todavía estó aprendiendo a vivir en este mundo que ól ha -

creado. El resultado de los principales componentes de la revolución morfológico—social(estallido, concentración y diversificación de población, adomós de un rópido cambiotecnológico y social) ha sido la sociedad contemporónea, una sociedad caótica, anaC!ónico. Es una sociedad que se caracteriza por estratos culturales opuestos, por la confusión y el desorden. Es tambión una sociedad que, por primera vez en la historia de lahumanidad, posee la capacidad de destruirse a sí misma (en su totalidad así como naciónpor nación).

Ademós de la aceleración en la taso de cambio tecnológico y social, y en parte como respuesta a ello, la sociedad ha adquirido una mayor capacidad de cambio social. Con los modernos medios de comunicación se ha hecho pasible la interacción social del mundo casi instantóneamente, y los medios de comunicación de masas, reforzados por la comunicación a travós de satólites y por la nueva maquinaria educacional, —

crean nuevas oportunidades para modificar y adoptar actitudes y comportamientos consecuentes con las realidades del mundo contemporóneo. Pero aunque haya aumentado lacapacidad de cambio social, todavía tienen que crearse mecanismos efectivos y adecuados para controlar el cambio social, para acomodarse y adaptcirse al cambiante medio social . La planiFicación como mecanismo de decisión racional se halla en su infancia.Por este motivo todavía tiene que intentar un acercamiento entre planificación administrativa, económica y social y planificación fiica. Sin embargo, se estón haciendo progresos en este sentido. Por ejemplo, en los Estados Unidos la palabra planfkación merece respeto siempre y cuando se refiera a la “ciudad”, pero cuando acompaña a los tórminos “metropolitanos”, “regional” u “nacional”, algunos sectores todavía la encuen —

tran peligrosa. Pero dentro de un contexto mós amplio la planificación seró ¡ndudable—mente un primer paso para acabar con la confusión y restaurar el orden.

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A la vista de las perspectivas que nos ofrece el calendario no debe ser demasiado sorprendente el hecho de que vivamos en un mundo caótico. Sólo han transcurrido

II II • —doce generaciones desde que comenzo la era moderna , siete desde que se fundo la noción, seis desde que la ciudad adquirió los medios necesarios para que proliferasen ciudades con un millón o mós de habitantes y dos desde que se produjeron las mós importantesoleadas de movimiento migratorios internos (afroamericanos). Menos de dos generacioneshan transcurrido desdé que los Estados Unidos se transformaron en nación urbaña, menosde una desde el descubrimiento del poder explosivo del ótomo y poco ms de una décadadesde que la corte Suprema declarase, “de jute”, fuera de la ley la segregac6n en lasescuelas de Amótica; “de facto” an no se ha dado una decisión judicial tajante.

Ademós, sólo dos generaciones han transcurrido desde Durkheim y Weber y,centrando mi aencicSn sobre mis propios maestros y colegas, menos de una desde Burgess,Ogbum.,Redfield y Wirfh. Las ciencias sociales, en general, y la sociología, en particurar, son todav(a ciencIas en formación. Las ciencias físicas sólo consiguieron respetoy aceptación entre 1750 y 1850. Así fue como se preparó el terreno, a trovas de la t&nica, para Ici transformación del mundo ffco y material. Las ciencias biomódicas alcanzaron una posición parecida entre 1850 y 1950. De este modo, a travós de la tócnica —

biomódica, se sentaron las bases de la sanidad y se consiguió un notable incremento de lalongevidad. Es de esperar que entre 1950 y 2050 las ciencias sociales, incluida la sociología, consigan un nivel de respetabilidad y aceptac6n que prepare el terreno para quela tócnica social logre eliminar el caos que caracteriza a la sociedad contemporónea. Lointeresante es ver si la humanidad puede llegar a trastomarse con la idea del suicidio colectivo antes de que la decisión racional logre superar la confusión y el desorden de nuestra tambaleante y transitoria sociedad.

Conviene recalcar que una moderna Armnageddon no es la única alternativa dela humanidad para continuar con el caos nacional o internacional. Porque la revoluciónmorfológico—social ha creado tambión un mundo material, un medio social y un hombrenancipado y reflexivo con capacidad para disipar la confusión y restaurar el orden. Lcirevolución morfológico—social ha iniciado y alimentado a las ciencias sociales, incluidala sociología; ha precisado que se hiciese acopio de conocimiento social en sus diversasformas, incluidas las estadísticas sociales; ha hecho que se desarrollasen una serie deprofesiones tócnicas, incluida la de la planificación, que an estón proliferando, y haabierto nuevas perspectivas al recuento social.

Puesto que he insisf ido sobre la necesidad de que se restaure el orden, deboaclarar que el desorden no puede y no debe ser totalmente eliminado. Porque el desorden implioa que existe necesidad de cambiar, cambio que a veces es tan deseable comonecesario. El orden no tiene en sí mismo una gran importancia. Hitler, por elemplo, logró un alto grado de orden en el Tercer Reich, y Stalin en su versión de una sociedad comunista. Entonces lo que tendremos que hacer es dar la bienvenida al desorden (en elsentido de Durkheim, de que sirve para definir los límites del orden y en cuanto síntomade que es necesario el cambio) y controlarlo mientras se efectúe el cambio. De este modo no se veró amenazada la viabilidcci de lo sociedad.

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En este momento “la ley y el orden” se han convertido en los Estados Unidosen un “slogcin” político de variados matices. Pero el desorden que aflige a la sociedadamericana por culpa de la revuelta negra y la de otros grupos minoritarios, comprendidoel de los pobres, señala lo inadecuado del siogan. El siogan scSlo es cierto en parte, ysegún una vez hizo constar Oliver Wendell Homes, “la verdad a medias es lo mismo quemedio ladrillo —puede lanzarse mucho ms lejos”—. El siogan completo, para poderatender a las necesdcdes de nuestra sociedad, debería ser “ley, justicia y orden”. Porquehasta que nuestras minorías no logren que so les haga justicia nosotros no tendremos orden —a no ser que prefiramos una sociedad represiva.

He podido darme cuenta de que me he estado moviendo peligrosamente en ellímite entre ciencia social y técnica social. Podría ser acusado de corromper la cienciade la sociología con el estigma de la política social y con postulados de acci6n social —

implícitos e incluso explícitos.

Soy sensible a tales críticas y estoy dispuesto a recibirlas porque estoy firmemente convencido de que es necesario mantener una separaciSn profunda entre cienciay técnica.

Pero repito que el tema de esta reuni6n anual se titula “Diferencias entre so—cuologia y politica social . Y supone un gran esfuerzo atenuar este vacio que las separa y que yo he elegido como tema de mi conferencia.

Es posible que me haya equivocado, pero en vez de prescribir he intentado establecer un diagn6stico, ¡lustrar en vez de exhortar, señalar la soparaci& entre sociología y política social, en vez de tratar de persuadir a los científicos miembros de esta Asociaci6n para que, como científicos que son rellenen este vacío que los separa.

En marzo de 946, durante las reuniones anuales de esta Asociaci6n, despuésde la conmocTSn que produjo la primera bomba atSmica y del primer contacto establecído a través del radar con la luna, publiqu un artículo titulado “,Estcn las ciencias socicles a punto?”. Esta era la pregunta que por aquel entonces se lanz6 con la única ideade crear una National Science Foundation que pudiera encargarse del fomento de las ciencias sociales y naturales.

En este momento yo hice la siguiente declaraci6n: “Mucho es lo que científicos sociales, fil6sofos de la ciencia y otros han dicho o escrito acerca de los diferentespapeles desempeñados por las ciencias naturales y sociales en los problemas humanos.Cualesquiera que fuesen las razones, dos hechos importantes podrían impresionarnos alllegcir.a este punto. En primer lugar, que las ciencias sociales han proporcionado un conocimiento y comprensi6n con respecto a nuestra vida social, políca y econ6mica mayor que el que la sociedad ha aportado hasta la fecha; en segundo lugar, que las ciencias sociales no han producido suficiente.. .“

Mcis adelante decía:

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“La sociedad no ha podido utilizar el conocimiento adquirido; es éste un te

ma objeto de ¡nvestigaci6n científico—soc ial. Por fortuna este fracaso no ha sidot’-.y al menos hay raz6n para esperar una mayor utilizaci6n de los trabajos del cLentflicosocial. Es éste un problema en gran parte político y de organizacicSn —si se quiere detcnfca social—. La tinsformaci6n de la ciencia social en prc’cas de aprendizajes sociales no es un problema que afecte al cienflfico social en cuanto tal. Es, sin embargo, un problema que muy bien puede atraer su aterci6n como ciudadano, siempre y cuando no interfiera en su investigaci6n; sobre todo, como sucede con algunos físicos nucleares que, por regla general, siempre suelen hacer mencliSn de uno de los m& importantesejemplos de horror y conciencia de masas de la historia.

Cuando en este artículo abordo las cuestiones políticas como si fuesen hechossociales no es mi ¡ntenci6n, como tampoco lo fue hace veintid6s años, tratar de persuadir a los soci6logos o a otros cientilicos sociales para que penetren en el terreno de laformacicSn política y de la cccicSn social como cienfflicos. Lo que pretendo es subrayarlo que ustedes ya sab que la sociotogía ha acumulado ms conocimientos que el queesta siendo utilizado por la sociedad, y que cada vez se necesita ns conocimiento y unconocimiento ms salido (del tipo del descrito en m artículo de 1946).

Para terminar permítaseme decir que s perfectamente que mi argumento no estodo lo consistente que debiera serlo y que le falta término medio. Lo que he presentado es mcs bien el bosqueo de un libro que un artículo. Concluyo con una variaci6nsobre mi tema principal. La sociedad ca6tica, entendida como sociedad anacr6nica, puede transformarse en una sociedad contempor6nea. El primer paso en este sentido consiste en comprender la naturaleza y las consecuencias de la revoluci6n morFoligico—social(lo cual ser resultado de la ¡nvestigac6n).

Se necesita m& conocimiento del que ahora poseemos. Pero incluso ahora tenemos el suficiente conocimiento como para declarar que se pondr6 remedio a nuestra ca6flca sociedad rellenando el vacío entre ciencias sociales, incluida la sociología, y ac—cion polituca sociales.