la semiótica en la vida cotidiana
TRANSCRIPT
Karla Fernanda Sánchez Castañeda
La semiótica en la vida cotidiana
El término signo es utilizado frecuentemente en las conversaciones tanto formales como
informales, puede escucharse entre alumnos de secundaria, médicos e incluso entre
científicos; esto debido a que tienen un amplio uso y por tal motivo se ha dedicado una
rama entera a su estudio. Ha habido varios intelectuales interesados en el análisis de los
signos, sin embargo eso podría conducir a la pregunta: ¿Es entonces el estudio de los signos
una ciencia complicada, al alcance de los intelectuales únicamente?
Para dar respuesta al anterior interrogante se tomará información proveniente del
trabajo de Pierre Guiraud: La Semiología y del comic de Paul Cobley: Semiótica para
principiantes; ambos textos básicos para comprender esta ciencia ya mencionada y
principalmente para advertir que los signos están presentes en la vida cotidiana y es
interesante pero particularmente importante el comprenderlos. Del mismo modo se
encontrará información proveniente de otras fuentes dedicadas al tema. Para realizar este
análisis es necesario primero conocer un poco de historia y de ese modo entender la
evolución de la semiótica.
El concepto de signo ya se tenía relativamente claro desde tiempos ancestrales, ya
que los primeros filósofos hacían referencia a ellos y analizaban la interpretación de los
mismos, de este modo surge un gran debate en el que se busca separar los signos naturales
de los seres vivos, tales como los gritos humanos o los alaridos de los animales de los
llamados signos convencionales, los cuales como su nombre indica fueron diseñados
especialmente para la comunicación, entendiendo algunos por ejemplo al signo como un
síntoma médico.
Tiempo después comenzaron a surgir teorías acerca de los signos considerándolos
“palabras mentales” y de ese modo fueron llegando otros estudios sobre interpretación y
significación. Sin embargo, para llegar a las bases en donde se asientan la mayoría de todos
las teorías acerca de estos es necesario remontarse a los años de Ferdinand de Saussure y a
los de Charles Sanders Peirce quienes pueden ser considerados los padres de la semiótica y
principales exponentes de la escuela europea y la anglosajona, respectivamente.
Karla Fernanda Sánchez Castañeda
Ferdinand de Saussure se dedicó particularmente al estudio del signo lingüístico, sus
variaciones, y propone la existencia de dos núcleos del signo, que son significante y
significado. El primero es el aspecto material del signo, y el segundo corresponde al
concepto mental que este genera. Saussure sugiere también la relación entre lengua y habla,
siendo esta un conjunto de actos individuales, mientras que la lengua es convencional.
Por su parte Peirce, se dedicó a estudiar el signo en todo el campo que este actúa, de
modo que no se limitó sólo al lingüístico. Dentro de su teoría propuso tres partes vitales del
signo: el representamen, el interpretante y el objeto. De él proviene el término de
Semiología.
En fin, podemos mencionar que el objeto de los signos son la comunicación ya que
transmiten mensajes a través de una codificación, está es la relación entre el significante y
el significado y generalmente es arbitraria, ya que al inicio no hubo una motivación para
definirlas. Ante esto cabe resaltar que la relación fue arbitraria, sin embargo, la tradición la
ha vuelto convencional.
Tras haber aclarado lo anterior, tenemos material suficiente para explicar por qué la
semiótica está presente en el día a día. Existen diferentes tipos de códigos que son
utilizados en mayor o menor medida por un grupo de personas. Por ejemplo, están los
códigos paralingüísticos, de los que sobresalen tres tipos. El primero son los relevos del
lenguaje, dentro de los cuales se encuentran los alfabetos y los utilizamos a diario ya que
algunos de estos son la escritura, el Morse, el Braille, etc., estos sustituyen el abecedario
por diferentes signos que representan letra por letra. A diferencia de estos, también existen
los sustitutos del lenguaje, son signos que representan ideas como tal, ejemplos de estos son
los ideogramas chinos, las pinturas rupestres, los jeroglíficos, etc., para hablar de algo más
cercano podemos proponer como ejemplificación el acto de levantar los pulgares para
referir que todo está bien. La señal representa una idea por sí sola, sin embargo a diferencia
de las señas emitidas por los sordomudos no está sustituyendo letras, sino dando el mensaje
entero.
Karla Fernanda Sánchez Castañeda
En sí la teoría no es tan importante como el saber interpretar los signos y percatarse
de su presencia y descodificación para eso pondré dos ejemplos tangibles en los que nos
daremos cuenta como nuestra vida se desarrolla en convivencia con el estudio semiótico.
Imaginemos una excursión al bosque. Probablemente vayamos en automóvil, de
modo que ya tenemos signos presentes, tales como el de la gasolina, la velocidad, etc.,
durante el viaje en carretera iremos viendo señales de tránsito que podremos interpretar ya
que el significado es convencional, tales como zona de curvas, topes, cruce de ganado, etc.
Tal vez en el camino vayamos al sanitario, por tanto, el mismo tipo de signos vuelve a
hacerse presente al tener que ubicar el de damas o caballeros; si compramos comida en
algún lugar tendremos que pagar y socializar con el dependiente de la tienda, de modo que
estará presente un código proxémico. Por último si hay un accidente ahí, existe un código
determinado para pedir ayuda, este es más especializado que los relevos del lenguaje
debido a que transmite una idea, tal como los sustitutos del mismo.
El otro ejemplo se refiere a los códigos estéticos, apoyando una teoría propuesta por un
ruso llamado Vladimir Propp en la que se manejan como simbólicas las estructuras de todos
los relatos, es por esto que la situaciones no importan, tampoco los personajes ni las
circunstancias, ya que estos sólo son factores que pueden modificarse con el fin de
satisfacer una estructura, un ejemplo claro está en las telenovelas: siempre está la madre
ausente, la protagonista inocente, el amor prohibido por diferencia de clase social o
circunstancia familiar, el villano interesado en la fortuna familiar y además a esto se le
suma alguna historia alterna para complementar la principal. Este es otra forma de
entender cómo los signos son incluso estructuras y que la interpretación y el efecto que
generen serán siempre los mismos aun cuando las circunstancias cambien.
No es difícil después de analizar estas cuestiones, estar conscientes de la presencia diaria de
la semiótica en nuestra vida y sobre todo de su importancia para comprender el mundo que
nos rodea. La materia en este momento es continuar con el estudio de los signos, pues
tienen infinidad de implicaciones que permitirán acrecentar nuestra noción de la realidad.
1. Guiraud, Pierre. (1971). La Semiología. México: Siglo Veintiuno Editores.
2. Cobley, Paul. (2004). Semiótica Para Principiantes. (Trad. C. Fideleff). Buenos Aires,
Argentina: Era Naciente.