LA SANTIFICACIÓN: CÓMO VIVE UN JUSTO

Pr. Oscar Mendoza Orbegoso

Distrito Misionero “Lurín”

Asociación Peruana Central

El hijo de Dios es llamado para formar parte del reino mesiánico y eterno de

Cristo.

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios

(Mt 12:28)

diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha

acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio (Mr 1:15)

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,

pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de

aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Ped 2:9)

El hijo de Dios, ya justificado, es llamado para buenas obras, y no para continuar en

el pecado

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En

ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo

viviremos aún en él? (Ro 6:1-2)

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas

obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos

en ellas (Ef 2:10)

Las “buenas obras” se ven al observar los diez mandamientos de Dios.

Si me amáis, guardad mis mandamientos (Jn 14:15)

1er No tendrás dioses ajenos delante de mí. 2do No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo

que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas […]

3er No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano […]

4to Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios

5to Honra a tu padre y a tu madre 6to No matarás.

7mo No cometerás adulterio 8v0 No hurtarás 9no No hablarás contra tu prójimo falso testimonio 10mo No codiciarás (Ex 20:3-17).

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mt 22:37)

Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (Deut 6:5)

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mt 22:39)

No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová (Lev 19:18)

Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así

como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y

permanezco en su amor (Jn 15:10)

¿Luego por la fe invalidamos la ley? En

ninguna manera, sino que confirmamos la ley (Ro 3:31)

De manera que la ley a la verdad es santa, y el

mandamiento santo, justo y bueno (Ro 7:12)

No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha

cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso

testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el

cumplimiento de la ley es el amor (Ro 13:8-10)

Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que

habéis de ser juzgados por la ley de la libertad (Stg 2:10-12)

También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de

reposo (Mr 2:27-28)

Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y

descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento (Lc

23:56)

Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo

discutió con ellos (Hch 17:2)

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a

su propósito son llamados (Ro 8:28)

La persona que nos ayudará a vencer toda tentación, y quien siempre nos

estará educando, es el Espíritu Santo.

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en

el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis

el don del Espíritu Santo (Hch 2:38).

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con

vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el

mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le

conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Jn

14:16-17).