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La romanización de Hispania Departamento de Latín IES Marqués de Santillana Agustín Prieto Espuñes. 1 | Página

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La romanización de Hispania

Departamento de Latín IES Marqués de Santillana

Agustín Prieto Espuñes.

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Agustín Prieto Espuñes.

LA ADMINISTRACIÓN ROMANA

Hispania se consideró provincia romana desde la batalla de Dipa (209 a.C.) y quedó desde entonces bajo el mando de diversos procónsules, pero sin tener una organización política definida.

En 197 a.C., fue dividida en dos provincias gobernadas por pretores: Hispania Citerior e Hispania Ulterior: los primeros pretores fueron respectivamente C. Sempronio Tuditano y M. Helvio.

Tras la nueva situación creada por la conquista de Numancia (133 a. C.) los romanos enviaron a la península -como hacían siempre que organizaban un territorio provincial- una comisión de diez senadores para establecer el sistema provincial definitivo y redactar la ley correspondiente.

Augusto, en 27 a.C, procedió a una nueva estructuración. A Hispania Citerior se le añadió el nombre de Tarraconense, pero conservó sus límites anteriores. Hispania Ulterior fue dividida en dos: Bética y Lusitania, cuyos territorios

variaron, ampliándose o reduciéndose, en los años posteriores. Esta situación se mantuvo hasta que Caracalla, a principios del s. III d.C5 creó una provincia en la zona Galaica y Astur, Hispania Ñaua Citerior Antoniniana, pero su existencia no fue muy larga.

A partir de la reorganización de Augusto, las provincias Citerior y Lusitania tuvieron la condición de provincias imperiales y la Bética fue senatorial, al ser la provincia más pacífica y desmilitarizada. El gobierno de las dos primeras se encomendó, cada una, a un legado nombrado por el emperador. Al frente de la Bética, el senado nombraba anualmente un procónsul y un cuestor encargado de administrar la hacienda pública.

Tras la reforma de Diocleciano (284-384 d.C), Hispania se convirtió en una de las tres diócesis de la prefectura de las Galias y comprendió seis provincias, naturalmente, sin distinción entre senatoriales e imperiales: Lusitania, Bética, Tarraconense, Gallaecia, Cartaginense y Mauritania Tingitana, La provincia Baleárica aparece a partir de Constantino (306-337 d.C).

II - ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DE LOS NÚCLEOS URBANOS

El derecho romano establecía una clara diferencia entre colonias y municipios. Las primeras eran centros de población habitados por ciudadanos romanos; su fundación obedecía a razones de índole militar, que aconsejaban el envío de contingentes de personas o simplemente con el fin de descongestionar centros cargados de población. Los municipios eran las ciudades incorporadas a Roma por la concesión ya del derecho de ciudadanía, ya del derecho latino (ius latii); los municipios se caracterizaban por conservar su autonomía administrativa, pero sus habitantes debían pagar tributos y tenían que prestar el servicio militar.

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Aparte de las colonias y de los municipios, existían las ciudades indígenas, que se subdividían a la vez en ciudades federadas (ciuitates foederatae), que conservaban su independencia y su organización política en virtud de la alianza (foedus) concertada con Roma; en estipendiarías {ciuitates stipendiariae), que estaban sometidas al gobierno de la provincia y pagaban un tributo (stipendium); y en libres (ciuitates liberae), que disfrutaban de autonomía respecto del gobernador de la provincia, pero que estaban sujetas al pago de los impuestos provinciales. No obstante, durante el transcurso de la Romanización, muchas de las ciudades indígenas se fueron asimilando al régimen de los municipios romanos o latinos.

La población ciudadana se agrupaba en las siguientes clases:-ciudadanos (ciues) o colonos (coloni), éstos en las colonias.-domiciliados en la ciudad, pero sin ser ciudadanos: incolae,-huéspedes (hospites) o personas con residencia temporal.

El gobierno se ejercía a través de tres estamentos: el pueblo, los magistrados y el senado local.El pueblo de los municipios, y también el de las colonias, se hallaba repartido en tribus, siendo su

cometido principal la elección de los magistrados.Los magistrados tuvieron un carácter semejante al de los magistrados romanos. Así, a los dos cónsules

romanos correspondían los duunviros, con jurisdicción civil y militar; los ediles se encargaban también de la policía de la ciudad; los cuestores administraban la hacienda pública.

El senado estaba asimismo formado de un modo análogo al senado romano; se componía de cien miembros y tenía el carácter de asamblea legislativa, consultiva y deliberante.

Los cargos religiosos eran desempeñados por tres pontífices y por tres augures. También existieron los flámines que estaban a cargo del culto imperial y sacerdotes encargados del culto a los dioses indígenas.

ROMANIZACIÓN

Se denomina Romanización al proceso mediante el que los pueblos conquistados por Roma adquirieron la civilización de ésta. La transformación de Hispania en un país romanizado fue el resultado de un largo proceso histórico, que no siguió el mismo ritmo en todas las regiones de la península. Los principales factores que

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intervinieron en este proceso de Romanización, aparte de la presencia en la península de los funcionarios romanos, frieron los siguientes:

- la fundación de las colonias.- el ejército.- el comercio.- el uso de la lengua latina.

1- Fundación de colonias.Las colonias fueron centros de población fundados por los romanos y habitados exclusivamente por

ciudadanos romanos. Estaban constituidas políticamente a semejanza de Roma.La fundación de colonias es un hecho desde los primeros años de la conquista. En el 206 a.C. tuvo lugar

la creación de Itálica por Escipión el Africano, como centro de población para los soldados romanos. T. Sempronio Graco frindó Gracchurris en el 179 a.C, entre Logroño, Tudela y Calahorra. La fundación de Carteia data del 171 a.C; en esta colonia se asentaron 4.000 soldados romanos con sus respectivas mujeres e hijos. La fundación de Corduba es de fecha discutida (¿170 a.C?).

El número de colonias romanas fue aumentando a medida que iba avanzando la conquista de Hispania. Así, Valentía, donde se asentaron los veteranos de las tropas que lucharon contra Viriato, fue la primera colonia fundada en la costa levantina (138 a.C); Palma y Pollentia fueron fundadas por C Mételo en el 123 a.C; etc.

Pero quienes dieron un impulso definitivo a la fundación de colonias fueron César y Augusto. César fundó muchas (Hispalis , entre otras) y otorgó el status de colonia a muchas ciudades hispanas. Augusto continuó su labor. El sometimiento de los Cántabros y Astures le permitió llevar su acción colonizadora hasta las regiones del N. y NO. de Híspania, donde fundó algunas colonias como Bracara Augusta. En otras comarcas también estableció colonias, como Emérita Augusta. Caesaraugusta, Barcino, etc.

Asimismo, en el transcurso de la Romanización, muchas ciudades indígenas se fueron convirtiendo en municipios latinos o romanos. En la época de Augusto, según Plinio el Viejo, hubo en Bética nueve colonias, diez municipios romanos y veintisiete municipios latinos; en la provincia Citerior, doce colonias, trece municipios romanos y dieciocho latinos; y en Lusitania, cinco colonias y tres municipios romanos.

Vespasiano dio otro paso en el proceso de Romanización al conceder el derecho de ciudadanía latina {ius latií) a todos los habitantes de la península, facilitando el acceso a la plena ciudadanía romana a quien ocupara un cargo público en su ciudad. Esto fue completado por Caracalla al conceder el derecho de ciudadanía, sin limitación, a todos los habitantes del Imperio (212 d.C).

En resumen, es evidente que eí asentamiento de ciudadanos romanos en las colonias, la concesión de la ciudadanía a las ciudades indígenas y la influencia de los pactos con otras ciudades fueron factores que contribuyeron a afianzar y desarrollar la influencia cultural de Roma.

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2-El ejército.Desde el comienzo de la conquista hubo en Hispania legionarios romanos, cuyo número varió según

las necesidades de las campañas militares. En la República hubo probablemente cuatro legiones.Asimismo los hispanos que eran ciudadanos prestaban su servicio militar en las legiones y los que no

lo eran lo prestaban formando parte de las tropas auxiliares. Se sabe, por ejemplo, que César reclutó su guardia personal en Hispania y que durante la guerra civil entre César y Pompeyo las tropas hispanas participaron en ambos bandos.

No cabe duda, pues, de que el ejército romano, al recorrer el territorio, al acampar en diversos lugares, al casarse muchos de sus componentes con mujeres hispanas, al convivir, en fin, con los hispanos, fue un eficaz agente de Romanización. Por otro lado, es natural que los hispanos que prestaban sus servicios en el ejército romano estuvieran sometidos al impacto de la cultura romana.

3-El comercio.La producción de las provincias hispánicas fue sobre todo agrícola, ganadera, minera y, en menor grado,

industrial.La Bética y la costa lusitana producían abundante trigo y cebada, así como miel, vino, aceite y lino. En

cuanto a la ganadería abundaba el ganado porcino, el ovino y el caballar. Las regiones mineras de Río Tinto, Sierra Morena, Asturias y Galicia proporcionaban oro, plata, hierro, cobre, mercurio, plomo y estaño; asimismo Hispania era rica en canteras y salinas. Estas riquezas naturales promovieron el desarrollo de la industria, sobre todo la fabricación de acero y tejidos de lino.

Las posibilidades comerciales que Hispania ofrecía explican que se convirtiera en la zona preferida de los colonos romanos y también la temprana y profunda Romanización de Turdetania y la costa levantina.

El comercio floreciente exigió que los romanos construyeran vías de comunicación; algunas de ellas, como las del Norte, fueron construidas, en principio, con fines militares, pero el trazado de otras fue impuesto por las necesidades comerciales derivadas del transporte y del tráfico mercantil.

El conocimiento de las vías romanas se debe en primer lugar a las columnas miliarias, pero sobre todo al itinerario Antonino, que informa de la red viaria de Hispania. La más antigua fue la llamada Via Heraclea, debida probablemente a los cartagineses. Era la ruta que penetraba en Hispania por el Pirineo, bordeaba la costa mediterránea hasta llegar a Carthago Noua. Después fue prolongada hasta Granada y reparada y acabada por Augusto hasta Gades. Por esto se le llamó también Vía Augusta. Otra vía importante ftie la Vía de la Plata, que unía Asturica Augusta con Hispalis.

4- El uso de la lengua latina.El uso del latín era más práctico para los hispanos teniendo en cuenta las relaciones comerciales y

culturales que existían. Se extendió, pues, con rapidez y fue pronto de uso corriente en la Bética; en 74 a.C. hubo ya poetas cordobeses que celebraron las hazañas de Mételo. Cicerón (Pro Archia, 26) dice que tenían

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pingue atque peregrinum sonum ("un acento gangoso y extraño").En los últimos tiempos de la República

funcionaban escuelas importantes en diversas ciudades de la península. Sertorio, por ejemplo, estableció en Huesca, hacia el 80 a.C, una escuela de gramática para los jóvenes hispanos.

Muchos pueblos y ciudades de Hispania adoptaron nombres latinos, generalmente el de su fundador: Caesaraugusta. Lucus Augusti, Pompaelo...

Algunos grandes escritores latinos nacieron en Hispania: Séneca el retórico, Séneca el filósofo (Lucio Anneo Séneca) y Lucano, en Corduba; Quintiliano, en Calagurris: Marcial, en Bilbilis.

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