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La Revolución rusade 1917

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Introducción1

La Revolución rusa de octubre de 1917 fue una experiencia única. Fue laúnica ocasión en la Historia en la que los trabajadores, tomaron lagestión del estado en sus propias manos en un intento consciente deconstruir el socialismo. El hecho de que, con el tiempo, fracasaran noreduce en absoluto su capacidad para inspirarnos. Sea cual sea laperspectiva, cualquier comprensión de la experiencia revolucionariatiene que tomar la Revolución de Octubre como su punto de partida. Porsupuesto la Revolución de Octubre no fue en sí misma perfecta. Lasrevoluciones tienen la tendencia de no ajustarse a los estilizadospatrones de los esquemas históricos perjeñados en abstracto. Pero loshechos de Octubre de 1917 fueron más heroicos y prometedores que loque las mentiras y trucos de los historiadores académicos quierenhacernos creer.

Sobre todo no debe olvidarse que la Revolución Rusa fue parte de unaoleada revolucionaria internacional que puso fn a la Primera GuerraMundial. Estallaron revoluciones en los siguentes años en Alemania,Hungría y Austria mientras en todo el mundo -no solo en Europa- losaños 1918-1923 veían una serie movimientos masivos de clase. Solo unpartido anticipó y promovió ese movimiento internacional: el partidoBolchevique ruso. Todos los demás partidos socialdemócratas quepertenecían a la II Internacional -salvo los pequeños partidos serbio ybúlgaro- se apresuraron en apoyar a sus propios gobiernos imperialistaso degeneraron en pacifsmo. A pesar de las posiciones anti-bélicas degrupos de individuos en otros países, solo los bolcheviques rusos comoconjunto levantaron la posición de oponer a la guerra imperialista laguerra de clases. Aunque no hubieran hecho más, los bolcheviquesserían importantes en la historia de la clase obrera solo por éso:levantarse contra la ola de chovinismo en 1914.

1 Este ensayo está basado en «1917» de CWO/TCI publicado originalmente en 2007 en«leftcom.org». En noviembre de 2017 tradujimos el texto original en inglés para supublicación por entregas en «marxismo.school». Añadimos entonces algunos elementosde estilo y mínimas correcciones. Las citas se han contrastado con sus traducciones alespañol cuando existían. Para las de Lenin hemos usado la edición de las ObrasCompletas publicada por la Editorial Progreso de Moscú.

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Pero consiguieron mucho más. En la Revolución de Octubre eran laorganización a la que la mayor parte de los trabajadores conscientesrusos pertenecían.

Fueron ellos los que, de hecho, sustituyeron al gobierno provisionalburgués por el poder de los soviets [consejos obreros]. Y el poder de lossoviets en aquel momento era una democracia muchísimo más vibrantey viva que cualquier cosa que la burguesía haya producido nunca. Losdelegados en los consejos obreros eran revocables instantáneamente ypor tanto mucho más responsables ante aquellos que les habían dado elmandato que ningún representante burgués que se elige por cuatro añosy puede hacer lo que le plazca y salir de rositas. Por supuesto no todoera perfecto en este incipiente sistema proletario.

Para empezar, el «Consejo de Comisarios del Pueblo» no eradirectamente responsable ante los consejos y tendían a funcionar comoun consejo de ministros burgués.

Tras los ataques del imperialismo, que comenzaron en marzo de 1918,incluyendo el apoyo de los llamados «guardias blancos», los tres añossiguientes vieron el declive de los soviets y el desarrollo del gobiernopor el partido. Pero esto no fue el resultado de una política premeditadade unos bolcheviques pretendidamente hambrientos de poder. Fue lalógica de tres años de guerra civil en la que al menos ocho millonesperecieron, incluido lo mejor del proletariado revolucionario de 1917.

De hecho, bolcheviques no plantearon un programa claro en ningúnámbito, por el contrario, desde los primeros momentos, los másadelantados del partido se veían a si mismos como participantes en unarevolución internacional. Constantemente emplazaban a la revoluciónmundial a salvar su propia revolución en una región relativamenteatrasada del capitalismo. En cualquier caso, no tenían una política clarade expropiaciones y socialización. Durante lo que un autor llamó,refriéndose al periodo anterior a marzo de 1918, «el gran periodo heroicode la Revolución de Octubre», eran los propios trabajadores los que

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marcaban el camino tomando sus propias fábricas. Fue durante esteperiodo -noviembre de 1917- que Lenin dijo:

La actividad creativa en la base es el factor básico de lanueva vida pública. Dejemos que los trabajadores tomen elcontrol en sus propias fábricas. Dejémosles abastecer a lasaldeas con manufacturas a cambio de cereales… Elsocialismo no puede ser decretado desde arriba. Su espíriturechaza cualquier aproximación mecánica y burocrática; elsocialismo vivo y creativo es producto de las propias masas.

En esta breve historia no podemos hacer justicia del todo a la vitalidaddel proletariado ruso de 1917. Lo que tratamos de mostrar es que eldescubrimiento histórico que fue su forma de gobierno, los soviets oconsejos obreros, fueron un triunfo duradero para la clase trabajadoraen todo el mundo, y cómo, a pesar de los errores subjetivos inevitables -exagerados en mucho por nuestros enemigos de clase- el partidobolchevique se convirtió en un instrumento genuinamenterevolucionario del proletariado ruso. En el camino derribaremos el mitode que la Revolución de Octubre fue un golpe de estado cuidadosamenteplaneado por una grupito de conspiradores profesiones y demostrar elprofundo carácter de masas de Octubre de 1917.

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Febrero

En julio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y al mismo tiempocomenzó una nueva época en la Historia. Hasta 1914, los trabajadores deEuropa se habían ligado a los partidos socialdemócratas que componíanla Segunda Internacional. Aunque unos pocos de sus miembrosrevolucionarios supieron ver que estaban plagados de oportunismo,ninguno de ellos anticipó la gran traición de agosto de 1914. Cuandollegó a Lenin en Austria la noticia de que los partidos socialdemócratas,comenzando por el partido alemán, habían votado a favor de loscréditos de gerra y dado por tanto apoyo a sus propias clases dirigentesen la guerra imperialista, creyó que la copia del Vorwarts -el periódicodel SPD- que estaba leyendo era una falsifcación hecha por lainteligencia militar alemana. Más cercana a los hechos, RosaLuxemburgo quedó paralizada y se dijo que había contemplado elsuicidio.

El no es sorprendente cuando recordamos que Luxemburgo y Lenin,junto a Martov, habían propuesto con éxito una moción en el congresode 1907 de la II Internacional que exigía que, en caso de guerra, lossocialistas:

Harán todo lo que esté en su poder para utilizar la crisispolítica y económica causada por la guerra para levantar alos pueblos y de este modo adelantar la abolición delgobierno de la clase capitalista.

Esta resolución se reafrmó después un muchas otras ocasiones.Todavía en una fecha tan tardía como julio de 1914, la ejecutiva delPartido Socialdemócrata Alemán insistía en que:

Ni una gota de sangre de un soldado alemán debesacrifcarse por… los intereses del benefcio imperialista

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bolcheviques ya que sus esfuerzos estuvieron a punto de acabar con supropio arresto. Disfrazado de mujer, dejó Rusia para escribir memoriascada vez más mendaces en la «Hardvard Law School» durante lossiguientes cincuenta años.

Mientras tanto Lenin había salido de las sombras de la clandestinidadpara saludar al Congreso de los Soviets con la sencilla declaración deque «ahora debemos proceder a construir el orden socialista». Laverdadera historia de la revolución de la clase trabajadora habíacomenzado…

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Sin esta dirección en términos generales de la vanguardia de clase, laRevolución de octubre habría sido otro un fracaso heroico más en unalista que ya es demasiado larga.

La prueba fnal del liderazgo bolchevique de las masas vino en la formade la lealtad de los delegados al Segundo Congreso Panruso de losSoviets que dio a los bolcheviques 300 delegados y a los eseristas 193 -lamitad de los cuales apoyaban el derrocamiento del gobiernoprovisional- mientras solo había 68 mencheviques de los cuales 14 eran«mencheviques internacionalistas» del grupo de Martov. El restoestaban en su mayoría no afliados a ninguna organización pero, comomostraron pronto las votaciones, seguían mayoritariamente a losbolcheviques.

Los bolcheviques apoyaron una moción de Martov para establecer unacoalición de gobierno de todos los partidos socialistas, que fuesaboteada por los mencheviques y los eseristas, que habían dejado claroque se marchaban del Congreso. Tenían la esperanza de movilizar alproletariado contra los bolcheviques pero de hecho, como elproletariado apoyaba a los bolcheviques, simplemente se fueron, enfamosas palabras de Trotski, al «basurero de la Historia». Unmenchevique-internacionalista, Sujanov, era consciente de ello cuandoescribió:

Al abandonar el Congreso, nosotros mismos le dimos a losbolcheviques el monopolio del Soviet, de las masas y de larevolución.

A pesar de los posteriores intentos de los mencheviquesinternacionalistas de Martov de intentar formar una coalición,incluyendo aquellos partidos que habían rechazado el poder del Soviet,el Congreso apoyaba ahora abrumadoramente la insurrección.Aproximadamente a esa hora el Palacio de Invierno caía en manos de laclase obrera y los miembros del gobierno provisional eran arrestados -los únicos arrestos que hizo la clase trabajadora. Kerenski habíaescapado antes para intentar arrastra a las tropas del frente. Esto seconvirtió en otra demostración de la victoria abrumadora de los

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Esta «tragedia», como la llamó Bujarin, no solo revelaba la naturalezacontrarrevolucionaria de los movimientos socialdemócratas ylaboristas de Europa sino que hizo de la clase obrera rusa la vanguardiade la lucha contra la guerra que solo ganaba impulso lentamente en elresto de Europa.

El Partido bolchevique, nacido formalmente en 1912, era el resultadodirecto del rechazo de la idea de un partido de masas según el modelosocialdemócrata al uso. Las luchas con los mencheviques sobre ladefnición exacta de lo que era un miembro del partido no habían sidoun mero debate semántico, sino habían sido el núcleo defnitorio de unpartido que se orientaba ante todo a la revolución. Mientras los partidosde Europa occidental crecían grandes y gordos, dando por hechoconfortablemente que podrían ser elegidos para ejercer el poder, losbolcheviques tuvieron que operar largo tiempo en la ilegalidad, así quenunca amasaron el patrimonio que la socialdemocracia alemana y sussindicatos amasaron, un patrimonio que les hizo incapaces incluso decontemplar la idea de una vuelta la existencia fuera de la ley. 1914 probócategoricamente que no hay un área de confort posible para losrevolucionarios dentro de la sociedad capitalista y que el futuro nopertenece a los partidos electorales de masas sino a partidos del tipobolchevique.

Pero el bolchevismo hizo una contribución aun más valiosa, no solo ensu oposición a la guerra, sino sobre todo en la forma en que se opuso a laguerra. Mientras había muchos pacifstas en esa época que llamaban auna paz «justa» (como el laborista británico Ramsey Macdonald o lasJuventudes Socialistas españolas), los bolcheviques permanecieronfeles a la resolución de Stuttgart e intentaro transformar la I GuerraMundial de guerra entre naciones a guerra entre clases. La posición deLenin es bien conocida, pero merece la pena enfatizar aquí las basesteóricas de su posición. El derrotismo revolucionario se basaba en laidea de que:

La guerra europea signifca una grandiosa crisis histórica, elcomienzo de una nueva época.

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(Lenin. Chovinismo muerto y socialismo vivo. Tomo 26 delas Obras Completas, página 105.)

Y como declaró en «El imperialismo, fase superior del capitalismo», estaera la época del imperialismo, «de la descomposición del capitalismo»,el «periodo fnal del capitalismo» (OOCC, tomo 27). Y para subrayar queno era una perspectiva pasajera sino la base de una nueva plataformapolítica:

¡En alto la bandera de la guerra civil! El imperialismo haapostado a una carta los destinos de la cultura europea: aesta guerra, si no hay una serie de revoluciones victoriosas,no tardarán en seguir otras guerras; la fábula de la «últimaguerra» es una fcción vana y perniciosa, un «mito» flisteo.La bandera proletaria de la guerra civil, si no hoy, mañana -sino en esta guerra después de ella-, si no en esta guerra , en lapróxima que siga, agrupará alrededor de ella no solo acientos de miles de obreros conscientes, sino a millones desemiproletarios y pequeños burgueses embaucados por elchovinismo, a quienes los horrores de la guerra no solo leshan de intimidar y aturdir sino que les han de instruir,enseñar, despertar, organizar, templar y preparar para laguerra contra la burguesía, tanto de «su propio» país como delos países «ajenos».

La II Internacional ha muerto, vencida por el oportunismo.¡Abajo el oportunismo y viva la III Internacional!

(Lenin. La situación y las tareas de la InternacionalSocialista. 1 de noviembre de 1914. OOCC T26, pp 441 y 42.)

El derrotismo revolucionario no era una mera táctica momentánea sinouna perspectiva a largo plazo fundamentada en la idea fundamental deque el imperialismo, la fase superior del capitalismo en la que elcapitalismo había entrado, era una época completamente nueva de sucurso histórico, la era de la decadencia del capitalismo, la época de la

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Cuando Kerenski envió cadetes a cerrar los puentes sobre el Neva paraseparar así el centro de Petrogrado de los barrios obreros del lado deViborg, como había hecho ya en julio:

…fueron encarados por una multitud de ciudadanos, muchosde ellos armados. Forzados a abandonar sus armas, loscadetes fueron humillantemente escoltados de vuelta a suacademia; en la medida en que se puede comprobar, estaacción tuvo lugar sin ninguna dirección específca delComité Militar Revolucionario. De forma similar, tan prontocomo la lucha por los puentes comenzó, Ilin-Zhenevski,también actuando por su cuenta, vio como los soldados de laguarnición tomaban el control de los puentes más pequeñosde Grenadersky y Samsonevsky

Rabinowitch p.261

En pocas palabras, a pesar de toda la planifcación y de todos losdebates, la revolución no fue la obra de una minoría que lideraba a unamayoría pasiva. Los bolcheviques, como centro militar director noestaban tan bien preparados como las historias estalinistas hanvendido. Su éxito real como liderazgo de la clase trabajadora consistióen imbuir al movimiento de masas de metas claras y asequibles.

El puente Liteini fue defendido por trabajadores actuando de acuerdo asu propia conciencia de la importancia de la situación, mientras que unbolchevique individual (Ilin-Zhenevsky) no esperaba instrucciones del«dentro», sino que podía actuar tomando su propia iniciativa de acuerdocon lo que la situación exigiese. Como hemos mostrado a través de estecurso, la idoneidad de los bolcheviques para la tarea revolucionaria nofue el resultado de la supuesta infalibilidad de su estrategia y tácticasino, en que de hecho fue un partido auténticamente arraigado en laconciencia de lo más avanzado de la clase trabajadora, un partido capazde aprender de sus errores. En este sentido fue el «organizador» delproletariado en la Revolución de octubre.

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dejasen pasar el momento, sabiendo que de ellos depende lasalvación de la revolución, la propuesta de paz, la salvaciónde Petrogrado, la salida del hambre, la entrega de la tierra alos campesinos.

El gobierno vacila. ¡Hay que acabar con él, cueste lo quecueste!

Demorar la acción equivaldría a la muerte.

Lenin. Carta a los miembros del Comité Central, 24 deoctubre de 1917

Vio que las cosas se movían lo sufcientemente rápido como parallevarlas a un desenlace y que Trotski estaba entre los más activos a lahora de asegurar la aceleración del proceso. Trotski además sabía algoque Lenin desconocía: la composición del Sengundo Congreso Panrusode los Soviets estaría abrumadoramente a favor del derrocamiento delgobierno provisional. Lenin temía que todavía pudiera contenersufcientes mencheviques y eseristas como para posponer cualquierdecision sobre el poder soviético hasta que se reuniera la AsambleaConstituyente, «que no puede sernos favorable de ninguna manera».Quería presentarles la toma del poder a los otros «partidos sociaistas»un hecho consumado, así, si los mencheviques rechazaban semostrarían como burgueses frente a la clase trabajadora. Y de hecho, esprácticamente lo que ocurrió.La Revolución de octubre ha sido califcada como la revolución mejorplanifcada de todos los tiempos. Un proletariado militante, forjado en labatalla y con su propio instrumento político, el Partido bolchevique,tomó el poder en la más ordenada de las acciones de masas de laHistoria. Sin embargo, esto no debería oscurecer ciertos hechos que soncaracterísticos de la relación del partido y la clase. El Comité Centralbolchevique nunca, en ningún momento, decidió la fecha de lainsurrección. Fue siemplemente superado por la marcha de losacontecimientos y fue el Comité Militar Revolucionario del Soviet dePetrogrado -de mayoría bolchevique- quien dirigió el ataque fnal.Incluso entonces, el verdadero liderazgo del Partido bolchevique estabaen las calles y no en las salas del Instituto Smolny.

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guerra imperialista. Este aspecto de su pensamiento no puedesubrayarse lo sufciente dado que fue la base para su ruptura con lasocialdemocracia en el periodo 1914-1921 (es decir, el periodo de avancerevolucionario). Es también el aspecto de las ideas de Lenin que esomitido o diluido por los autodenominados leninistas, las escuelastrotskistas, estalinistas y maoistas, que basándose en el retorno de laTercera Internacional a la socialdemocracia en los años veinte, buscanresucitar alguna de las formas de programa mínimo socialdemócrataentre la clase trabajadora. En otras palabras, son los portadores de lasideas contrarrevolucionarias en la clase obrera de hoy.

Los historiadores burgueses aceptarán que, al adoptar el derrotismorevolucionario, Lenin fue, por supuesto, un genio de la táctica, lo quepara ellos signifca un oportunista, negando con naturalidad o nocomprendiendo el método marxista bajo su táctica. Así refuerzan su«teoría del gran hombre tras la Historia». Son numerosas las referenciasa cómo Lenin «aguantó en solitario» en las conferencias socialistascontra la guerra mantenidas en Suiza en 1915 (Kienthal en abril yZimmerwald en septiembre). Nos cuentan que solo ocho delegados enZimmerwald y solo doce en Kienthal apoyaron el derrotismorevolucionario mientras la mayoría apoyaba una declaración pacifstaque perseguía reformar la II Internacional. Lo que por supuesto estaimagen deja fuera es el lhecho de que Lenin no era un profeta en eldesierto sino parte de un vivo movimiento que, aunque activo en máslugares, tuvo sus raíces materiales más frmes en las luchas contra laguerra del proletariado ruso.

La I Guerra Mundial estalló en un momento en el que la lucha de clasesse hacía más y más intensa por toda Europa. Las huelgas de masas de1904-1905 en Rusia, Polonia y Bélgica tuvieron su réplica en todos lospaíses europeos. La oleada de lucha de clases fue de hecho mundial: en1907 la huelga del salitre en Chile es la primera gran huelga de masasamericana. Otro ejemplo interesante entre los países menosdesarrollados fue España y entre los capitalismos más poderosos, GranBretaña, donde desde 1910 hasta el estadillo de la guerra se desarrolló lamayor ola de luchas obreras desde el cartismo.

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No hubo una sola clase dirigente en Europa que no fuera consciente delos benefcios que la guerra imperialista podría traerles en términos depaz social. El dos de agosto de 1914, el Zar dio un ejemplo típicio en su«Manifesto Imperial» cuando pedía que «en estas horas de peligroamenazante, el conficto interno se olvide». Y ciertamente habíaconficto interno de sobra del que preocuparse. En 1910 el número detrabajadores participando en huelgas políticas había caído a 4.000, peroen 1912 en las huelgas de la cuenca aurífera del Lena, en la que cientosde trabajadores murieron tiroteados por la policía, fue la señal para unanueva oleada de luchas, como muestra la siguiente tabla:

Año Número detrabajadores

1912 550.0001913 502.000

1914 1.054.000 (enero a junio)

Incluso durante las tres primeras semanas de julio comenzaron 42huelgas en las que participaron 200.000 trabajadores, pero…

…el estallido de la guerra en agosto 1914 difuminó el ánimoinsurreccional… una ola de apoyo patriótico a la guerracombinada con represión de las autoridades llevó a la virtualdesaparición de huelgas hasta julio de 1915.

Red Petrograd, S.A. Smith, p. 49

En ese mes hubo 29 huelgas -frente a una media de cinco en el añoanterior- y unas 200 más en el último trimestre del año. En otraspalabras, la guerra solo había dado al capitalismo ruso un respiro paratomar aliento y, como Lenin había previsto, la crisis económica creadapor la guerra solo podía llevar a una a una lucha aun más intensadespués.

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estamos inclinando ni a la derecha ni a la izquierda. Nuestralínea táctica se ha desarrollado con las circunstancias.Crecemos más fuertes cada día. Nuestra tarea esdefendernos y ampliar gradualmente nuestra esfera deautoridad para así construir unos cimientos sólidos para elpróximo Congreso de los Soviets.

Citado por Rabinowitch, p. 253

No era como le hubiera gustado a Lenin, por supuesto. Después de sietesemanas haciendo campaña por un levantamiento inmediato contra unenemigo derrotado, no podía contenerse. Por segunda vez en un mesdesobedeció las instrucciones del Comité Central de permanecerescondido y tomó el famoso tranvía al cuartel general bolchevique en elInstituo Smolni. Ya había enviado un llamamiento a los nivelesinferiores del Partido urgiéndoles a actuar ante el Comité Central. Eraun resumen de todo lo que había defendido hasta entonces:

La historia no perdonará ninguna dilación a losrevolucionarios que hoy pueden triunfar (y que triunfaránhoy con toda seguridad) y que mañana correrán el riesgo deperder mucho, tal vez de perderlo todo.

Si hoy nos adueñamos del Poder, no nos adueñamos de élcontra los Soviets, sino para ellos.

La toma del Poder debe ser obra de la insurrección; su metapolítica se verá después de que hayamos tomado el Poder.

Aguardar a la votación incierta del 25 de octubre seríaecharlo todo a perder, sería un puro formalismo; el pueblotiene el derecho y el deber de decidir estas cuestiones nomediante votación, sino por la fuerza; tiene, en momentoscríticos de la revolución, el derecho y el deber de enseñar elcamino a sus representantes, incluso a sus mejoresrepresentantes, sin detenerse a esperar por ellos.

Así lo ha demostrado la historia de todas las revoluciones, ylos revolucionarios cometerían el mayor de los crímenes, si

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se dieron cuenta de esto, ya era demasiado tarde. El Comité MilitarRevolucionario se las había arreglado para conseguir que se eligierancomisarios leales al Soviet en la mayoría de los regimientos. CuandoKerenski se dio cuenta de que tenía demasiado pocas fables en lacapital telegrafó al frente pidiendo tropas, pero le respondieron que lastropas estaban tan «infestadas de bolcheviques» que rechazaríanmoverse si no se les decía el porqué. En breve el gobierno provisionalestaba ya virtualmente paralizado. Cuando Kerenski actuó fnalmente el23 de octubre fue para dar la orden de arresto de todos los bolcheviquesque estaban en libertad bajo fanza desde los días de julio -lo que incluíaa los miembros militares del Partido- y para cerrar la prensabolchevique por sedición. Bero para ejecutar esas medidas tenía queconfar en cadetes de las escuelas de ofciales, un batallón femenino detropas de asalto y un regimiento de fusileros formado por heridos deguerra. La toma por la fuerza de la imprenta «Trud», donde se hacía el«Rabochii Put», un periódico bolchevique destinado a los obreros, fue laseñal para que el Comité Militar Revolucionario reaccionaria. Laimprenta estuvo pronto en manos de los trabajadores de nuevo y lastropas leales al Comité Militar Revolucionario persuadieron a aquellosque pensaban en secundar al llamamiento de Kerenski, de permanecerneutrales. Igual que había pasado ya durante el intento de golpe deKornílov, las tropas que iban hacia la capital fueron convencidas de noayudar a la contrarrevolución.

Militarmente no había obstáculos para una toma del poder por la claseobrera pero seguía abierto el cuándo y el cómo. Este debate, que sehabía propagado por el Partido bolchevique a lo largo del mes deseptiembre, todavía no había sido resuelto a pesar del famoso voto del10 de octubre. Mientras algunos miembros del Comité MilitarRevolucionario querían el inmediato derrocamiento de Kerenski, otrosbolcheviques veían todavía un levantamiento como erróneo oprematuro. Trotski resumió la situación correctamente:

El gobierno es impotente; nosotros no lo tememos porquetenemos la fuerza sufciente… Algunos de nuestroscamaradas, como Kamenev y Riazanov, no están de acuerdocon nuestro juicio de la situación. En cualquier caso no nos

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¿Cómo lidiaron los bolcheviques con esta situación? Se argumenta amenudo que el Partido bolchevique dentro de Rusia no refejó laintransigencia de Lenin sobre la cuestión de la guerra. La prueba que secita habitualmente es la débil actuación de los diputados bolcheviquesen la Duma -el Parlamento- cuando fueron juzgados en febrero de 1915 yel rechazo por Kamenev de las posiciones de Lenin sobre la base de queno habían sido adoptadas formalmente por el Comité Central.

En cualquier caso, tales fallos a la hora de «mostrar la sufcientefrmeza», como Lenin los defnió tibiamente, fueron pocos y no seextendieron a las bases del Partido. A pesar de que muchos de loscomités locales no estaban seguros del signifcado último de la posiciónde Lenin, y a menudo carecían de información, tuvieron a muy pocosque fueran socialpatriotas. Muchos comités locales, de formaindependiente, agitaron contra la guerra antes de oir de los órganoscentrales. El comité de Petrogrado, en fecha tan temprana como julio de1914 -incluso antes del voto de la Duma sobre la guerra- publicó suprimer folleto internacionalista y contra la guerra; lanzaba lasconsignas:

¡Abajo la guerra! ¡Guerra a la guerra! deben difundirse confuerza a lo largo y ancho de Rusia. Los trabajadores debenrecordar que no tienen enemigos al otro lado de la frontera;en todos lados la clase trabajadora está oprimida por losricos y el poder de los propietarios… ¡¡Viva la solidaridadmundial del trabajo!!

Citado en «On the Eve of 1917» por Alejandro Shliapnikov, pp.20-1

Shliapnikov que fue el principal organizador bolchevique en Petrogradodurante la mayor parte de la guerra, se quejaba de que en ese momentomuchos intelectuales desertaban de las luchas de la clase trabajadora, amenudo para tomar trabajos en el esfuerzo de guerra, y que esto hacíamás difícil la elaboración de propaganda. Además, la Ojrana -la policíapolítica zarista- trataba continuamente de decapitar al partidobolchevique. No solo detuvieron a los diputados bolcheviques en laDuma en noviembre de 1914, sino que el comité de Petrogrado fue

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arrestado en julio de 1914 y mayo de 1916. Y por encima de todo estaba ladetención de cientos de los trabajadores más activos y una gran escasezde fondos. En cualquier caso, la organización del partido nunca fueaplastada gracias a la creciente capacidad de los comités locales que nosolo aprendieron a hacerlo sin los intelectuales, sino que en realidafueron la columna vertebral del bolchevismo.

Casi en todos lados las organizaciones obreras seencontraban sin intelectuales pero esto no paralizó suactividad como en el periodo previo de reacción antibélica.Las organizaciones obreras habían elevado a sus propioslíderes puramente proletarios…

op. cit., p. 91.

De ese modo el Partido bolchevique fue capaz de funcionar durante lamayor parte de la guerra sin el Buro Ruso (los representantes del ComitéCentral en el interior de Rusia) sin quedar paralizado. Esto se consiguióporque el Comité de Petrogrado fue capaz de tomar su papel decoordinación y liderazgo. Y cuando fue arrestado la tarea pasó al comitédel distrito de Viborg en Petrogrado. Y fueron estos comités locales losque dieron vida a las posiciones defendidas por Lenin en el escenariointernacional. Como Shliapnikov nos dice una vez más:

…el punto central del trabajo ideológico de las célulasclandestinas de nuestro partido, esparcidas por todos loscentros industriales de Rusia fue la actitud frente a la guerra,la lucha contra el chovinismo y la explotación «patrótica»…Las pruebas del activo trabajo de las organizaciones obrerasen la guerra es el exilio de miles de trabajadoresorganizados, las detenciones y el envío de huelguistas a lasprimeras líneas del frente.

Las memorias de Shliapnikov están llenas de textos de propagandacontra la guerra publicados por los bolchevique en cada ocasiónimaginable, hasta alcanzar una media de un panfeto a la semanadurante la guerra. En cada huelga siempre intentaban lanzar la

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Esta resolución fue aprobada como parte de la lucha crítica fnal por elcontrol de las fuerzas en Petrogrado. El 9 de octubre Trotski había sidocapaz de hacer aprobar una resolución en el Soviet de Petrogrado quellamaba a la paz, el derrocamiento del gobierno Kerenski y, lo mássignifcativo, proponía que la defensa de Petrogrado fuera asumida porel propio Soviet. Como resultado de la aprobación de esta propuesta secreó el famoso «Comité Militar Revolucionario» que había de coordinaren la práctica la toma del poder el 25 de octubre. Al contrario de lo querelatan los últimos mitos estalinistas, el comité no se puesto en marchapremeditadamente para coordinar la toma del poder. Solo se convirtióen eso porque los mencheviques rechazaron tomar parte en él. Enconsecuencia el comité estaba compuesto estaba compuesto solo porbolcheviques y eseristas de izquierda que estaban unidos sobre lanecesidad de transferir el poder a los soviets. Además, la resoluciónpara establecer el Comité Militar Revolucionario fue anterior almomento en que el Comité Central aceptó fnalmente los argumentos deLenin sobre la necesidad de tomar inmediatamente el poder. La pruebafnal de que el Comité Militar Revolucionario no estaba previsto quefuera el organizador de la Revolución de octubre fue que Lenin y lamayoría de los bolcheviques -excepción hecha de Trotski y Volodarski-pensaban en la propia organización de militares de los bolcheviquespara hacer los preparativos. En cualquier caso, la Organización MilitarBolchevique, que había caído en el aventurerismo en julio, había sidotan severamente criticada en el partido que ahora no quería pillarse losdedos de nuevo. Sus preparativos fueron tan prudentes y cautos que alfnal jugaron un papel complementario más que de vanguardia.La principal razón fue, como con tantas cosas en 1917, el deseo de laburguesía imperialista de continuar la guerra. La guerra había traído lacaída del zarismo, traería fnalmente el fn de la burguesía rusa y de susperritos falderos socialdemócratas del menchevismo y el eserismo. Envista del hecho de que Kerenski necesitaba a la guarnición dePetrogrado en el frente y que las tropas no iban a ir, Kerenski estaba dehecho enfrentando un motín desde el momento en que las tropas sepusieron bajo el liderazgo del Comité Militar Revolucionario del Soviet.Cuando Kerenski y su comandante en jefe en Petrogrado, Polkovnikov,

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Como mostramos en el capítulo anterior, los bolcheviques ganaron unenorme apoyo para sus políticas tiempo antes de que el SegundoCongreso Panruso de los Soviets fuera convocado. De hecho, el 80% delos delegados obreros en ese cuerpo apoyaban a los bolcheviques. Sinembargo, esto no signifca que el proletariado estuviera imbuido de unaconciencia comunista ya que esto hubiera sido imposible bajo lascondiciones que prevalecían entonces. Lo que tenían eran demandasconcretas que se iban acumulando conforme se desarrollaba 1917.Querían el fn de la guerra y de las miserias asociadas a ella: losracionamientos de comida y la infación.

Habían visto que la coalición con el gobierno provisional burgués solodaba continuidad a la guerra. Además, los alemanes continuabanavanzando cada vez más cerca de Petrogrado y se creía ampliamenteque Kerenski jaleaba la idea de permitir que cayera en manos enemigaspara que la revolución pudiera ser aplastada. Todo esto quiere decir quelos bolcheviques estaban destinados a ver incrementado su apoyo pueseran el úlnico partido que se oponía a la guerra sin ambigüedades y quehabía hecho desde tiempo atrás un llamamiento a «Todo el poder paralos Soviets». En octubre de 1917 estas cuestiones se ligaron unas a otrascuando los cuarteles votaron uno tras otro no obedecer las órdenes demarchar al frente y escuchar solo a los soviets. Una resolución típicaentre estas fue la de los Guardias del Regimiento Egerski el 12 deoctubre:

Sacar a la guarnición revolucionaria de Petrogrado esnecesario solo para la burguesía privilegiada como un mediode ahogar la revolución… Declaramos a quién quieraescucharnos que, mientras rechazamos dejar Petrogrado, noobstante acataremos la voz de los líderes verdaderos de lostrabajadores y campesinos pobres, es decir, el Soviet dedelegados de trabajadores y campesinos. Le creeremos y leseguiremos porque todo lo demás es pura traición y unamofa de la revolución mundial.

Citado en «The Bolsheviks Come to Power» de Rabinowitch,p. 227

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consigna «¡Abajo la guerra!» incluida entre las demandas económicas,del mismo modo que intentaban aprobar resoluciones contra la guerraen cada fábrica.

Un ejemplo típico de esto fue la resolución de septiembre de 1916«adoptada en asambleas generales en muchas de las mayoresempresas» propuesta por el Comité de Petrogrado del Partidobolchevique.

¡Abajo la guerra!

Nosotros trabajadores de … …., habiendo discutido la cuestióndel agravamiento de la crisis de alimentos, nos damoscuenta de que:

1. La crisis de alimentos observable en todos los países es unaconsecuencia inevitable de la guerra actual que ha adquiridoampliamente el carácter de una guerra de desgaste;

2. la continuidad de la guerra conllevará una profundización de lacrisis de alimentos, hambruna, pobreza y degeneración de lasmasas populares;

3. En Rusia la crisis de alimentos se complica por el dominosostenido de la monarquía zarista que coloca a la economía delpaís entero en un estado de desorganización, rindiéndose alcapricho del capital rapaz y suprimiendo despiadadamentecualquier iniciativa de las masas populares;

4. Todos los medios fragmentarios de lucha contra la crisis dealimentos (cooperativas, aumentos de salarios, cantinas, etc.) solopueden mitigar marginalmente los efectos de la crisis y noeliminar las causas;

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5. El único medio efectivo de lucha contra la crisis es la lucha contralas causas que la producen. Esto es una lucha contra la guerra ylas clases dirigentes que la tramaron; tomando esto en cuenta,llamamos a la clase obrera de Rusia y a todos los demócratas atomar el camino de la lucha revolucionaria contra la monarquíazarista y las clases dirigentes bajo la consigna «¡Abajo la guerra!».

En tanto que único partido con una organización extendida por todaRusia, los bolcheviques estaban ya mejor preparados para los sucesosde febrero que ninguna otra organización obrera, pero estaban sobretodo políticamente armados y activos en el seno de la clase trabajadora.Ambas cosas se iban a demostrar activos inestimables durante laRevolución de febrero y sus consecuencias.

Como hemos visto, el movimiento huelguístico contra los efectoseconómicos de la guerra comenzó a tomar cuerpo en agosto de 1916, unmes que «fue testigo de más huelgas económicas que ningún otrodurante la guerra» (Red Petrograd, p. 51). Llegados a este punto lostrabajadores consiguieron por primera vez subidas salarialessignifcativas conforme «se desarrollaba un profundo ánimo contra laguerra» (op.cit.). Pero, a pesar de la masiva ola de solidaridad, estasluchas eran aplastadas físicamente a fnales de marzo. Esto solo sirviópara asegurar una militancia aun mayor cuando la ola de huelgas serenovó a sí misma durante el otoño. Por el momento la escasez decomida y las subidas de precios de los alimentos habían llevado a lostrabajadores de Petrogrado hasta el límite. Ahora incluso el rumor deque el Partido bolchevique iba a lanzar un folleto bastaba para poner enmarcha una huelga. Desde septiembre de 1916 en adelante, cada huelgatenía un sentido más abiertamente político, llamando al derrocamientodel zarismo y haciendo suya la consigna bolchevique de «¡Abajo laguerra!».

Es en este momento cuando Shliapnikov escribe a Lenin desde Jarkovque:

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Ha llegado ahora la tercera etapa, que puede ser denominadavíspera de la revolución. Las detenciones en masa de loslideres del partido en la libre Italia y, sobre todo, el comienzode las sublevaciones militares en Alemania son síntomasseguros del gran viraje, síntomas de la víspera de larevolución a escala mundial.

Es indudable que en Alemania hubo también antes motinesaislados entre las tropas; pero eran tan insignifcantes, tandesperdigados y tan débiles que se conseguía sofocarlos ysilenciarlos, radicando en ello el factor principal quepermitía cortar el contagio masivo de las accionessediciosas. Por ultimo, en la marina maduro asimismo unmovimiento de este carácter, que ya no pudo ser ni sofocadoni silenciado, pese incluso a todos los rigores del regimenpresidiario militar alemán, concebidos con precisioninusitada y observados con increíble pedanteria.

Las dudas estan descartadas. Nos encontramos en el umbralde la revolución proletaria mundial. Y por cuanto nosotros,los bolcheviques rusos, somos los únicos entre losinternacionalistas proletarios de todos los paises quegozamos de una libertad relativamente inmensa, quecontamos con un partido legal y unas dos docenas deperiódicos, que tenemos a nuestro lado a los Soviets dediputados obreros y soldados de las capitales y la mayoría delas masas populares en un momento revolucionario, puede ydebe aplicársenos las conocidas palabras: «a quien mucho sele ha dado, mucho se le exige».

Lenin. La crisis ha madurado. 29 de septiembre de 1917

Fue el argumento que ganó al partido y el 10 de octubre, el ComitéCentral votó aceptar en principio la idea de organizar la insurrección.No fue simplemente la victoria de un hombre o incluso de un partido,sino para la clase obrera internacional. El problema ahora era cómopodía tener lugar una insurrección.

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dependía del destino de la Revolución mundial. Pero argumentaron queel proletariado en la Rusia atrasada tenía una oportunidad de la que nohabía disfrutado la clase obrera en ningún otro lugar. Los trabajadoresrusos debían tomar el poder y mantenerlo mientras se desarrollaba laRevolución europea.

Este argumento a favor de no retrasar aun más la insurrección fue elque ganó en aquel momento. Lenin había consagrado la posicióninternacionalista en «La crisis ha madurado». Este texto, como muchosotros escritos en este periodo, merece ser leído en su totalidad, aunquenos contentaremos con solo unas líneas que señalan la esenciainternacionalista del bolchevismo -el factor que lo distinguió para laclase trabajadora en la Primera Guerra Mundial.

Es indudable que las postrimeras de septiembre nos hanaportado un grandioso viraje en la historia de la revoluciónrusa y, al parecer, de la revolución mundial.

La revolucion obrera mundial comenzó con las acciones dehombres aislados, que representaban con abnegada valentiatodo lo honesto que había quedado del podrido «socialismo»ofcial, el cual es, en realidad, socialchovinismo. Liebknechten Alemania, Adler en Austria y Maclean en Inglaterra sonlos nombres mas conocidos de estos heroes individuales quehan asumido el difícil papel de precursores de la revoluciónmundial.

La segunda etapa en la preparación histórica de estarevolución fue la vasta efervescencia de las masas, plasmadaen la escisión de los partidos ofciales, en la edición depublicaciones clandestinas y en las manifestacionescallejeras. A medida que se intensifcaba la protesta contrala guerra fue aumentando el numero de victimas de laspersecuciones gubernativas. Las cárceles de los paísescelebres por su legalidad e incluso por su libertad -Alemania,Francia, Italia e Inglaterra- empezaron a llenarse de decenasy centenas de internacionalistas, de enemigos de la guerra,de partidarios de la revolución obrera.

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…algunos camaradas toman la posición de que estamosviviendo una era de revolución social.

op. cit., pp. 189-90

Esta no era la posición de los líderes bolcheviques en Petrogrado,aunque Lenin estaba diciendo a los socialistas suizos algo muy similarpor aquellas fechas.

Pese a que mantuvieron el liderazgo en las huelgas de la fábrica Putilov(la mayor de Europa en la época) que comenzaron el 18 de febrero de1917, advirtieron a las mujeres que intentaban convertir lamanifestación del Día Internacional de la Mujer Obrera del 23 de febreroen una protesta de la máxima amplitud contra la escasez de comida. Lamanifestación y las revueltas reclamando alimentos que laacompañaron fueron la chispa de la Revolución de febrero. No solofueron acompañadas de una huelga general sino que llevó también a losprimeros y decisivos motines generalizados contra el régimen. El 25 defebrero no quedaban tropas fables en las que el gobierno pudierallamar. En este torbellino espontáneo:

Los militantes bolcheviques no estaban inactivos… seguíande cerca los hechos y tomaban parte en ellos. Pero eranincapaces de tomar la dirección del movimiento o colocarlotras un programa claro de acción…

Leninism under Lenin, M. Leibman, p. 117

Por ejemplo, Shliapnikov rechazó dos veces distribuir armas a losobreros que lo pedían (aunque más tarde se justifcaría argumentandoque unas pocas armas eran insignifcantes cuando la tarea real eraganar a los obreros en uniforme) y algunos bolcheviques hablaronincluso de poner fn a este movimiento «prematuro». Fue solo el 25 defebrero, cuando más de 200.000 trabajadores llevaban dos díasmovilizados, que los bolcheviques distribuyeron un panfeto llamando ala huelga general.

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Su precaución no es difícil de entender. Después de años de pacienteconstrucción de la organización estaban comenzando a obtener unprometedor crecimiento y a recobrar mucho del terreno perdido por larepresión que siguió a la Revolución de 1905. Una revuelta parcial fallidapodría haber destruido todas esas conquistas cuando era evidente queun levantamiento general no podía estar demasiado lejos. Básicamente:no esperaban que las tropas se pusieran del lado de las masas tanpronto (aunque desde septiembre de 1915 hubiera células bolcheviquesactivas en el ejército). Como el propio Lenin destacó más tarde:

La historia en general, y la de las revoluciones en particular,es siempre más rica de contenido, más variada de formas yaspectos, más viva y más «astuta» de lo que imaginan losmejores partidos, las vanguardias más conscientes de lasclases más avanzadas…

La cuestión es cómo esos partidos respondieron la situación. A veces seaduce que la pobre representación de los bolcheviques en el soviet dePetrogrado en marzo de 1917 se debió a la falta de preparación cuandoestalló la revolución. Es patente que esto no es cierto. Los bolcheviques,a lo largo de la guerra, habían sido el único partido en ligar la lucha pordemandas económicas a la necesidad de derrocar el gobierno y ponerfn a la guerra. En febrero, a pesar de todas sus dudas, permanecieronenraizados dentro de la lucha de clases. Como asegura Marc Ferro, el 25de febrero

los bolcheviques eran los principales organizadores dehuelgas y manifestaciones.

Marc Ferro. «February 1917», p. 37

También destaca que fueron los primeros en plantear revivifcar elsoviet de 1905 (habían propuesto esto ya en septiembre de 1915 enrespuesta a las elecciones para el comité zarista de industrias deguerra). El hecho de que el soviet llegara a fnalmente a ser creado pormencheviques liderados por Gvozdev, el líder belicista del grupo delcomité de industrias de guerra, evidencia por sí solo que el ánimo real

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No solo los líderes bolcheviques alrededor de Kamenev persistían en loserrores sino que los habían empeorado al suprimir todas las críticas deLenin a su acercamiento a la Conferencia Democrática y la futurainsurrección.A pesar que Lenin escribió miles de palabras para estimularles a laacción, se aseguraron de que los pasajes clave fueran eliminados.Frustrado Lenin envió fnalmente su dimisión al Comité Central pero«reservándome la libertad para hacer campaña en contra desde labase».

Aunque el Comité Central ni siquiera discutió su carta de dimisión,prohibió a Lenin mantener correspondencia privada con indiviudos queestuvieran en otras organizaciones del Partido.. Esto revela de nuevoque Lenin no era una fgura aislada luchando contra un partidomediocre como todas las historias (burguesas, stalinistas, etc.) de laRevolución rusa señalan. Su lucha fue contra un liderazgo del partidoque se se preocupaba más de la supervivencia del Partido que de lavictoria de los trabajadores. Una vez que el resto del Partido se dieracuenta seguiría a Lenin. El mejor ejemplo de esto fue el comité dePetrogrado. Cuando descubrió que la discusión había sido censurada seenfureció con el Comité Central.

De hecho la discusión realmente interesante sobre la necesidad de lainsurrección había tenido lugar en el Comité de Petrogrado. Ahí nohabía ningún Jamenev queriendo un acuerdo con los mencheviques yque no aceptara realmente la orientación internacionacionalista de losbolcheviques. Esta se había desarrollado a partir de las conferencias deZimmerwald y Kienthal a principios de la Primera Guerra Mundial yhabían tomado una nueva forma programática a partir de «ElImperialismo fase superior del capitalismo» de Lenin. La cuestióninternacional era ahora obvia en las preocupaciones de losbolcheviques en Petrogrado. En el debate sobre la necesidad de lainsurrección el oponente más coherente de Lenin fue Volodarski.Señalaba el carácter atrasado de Rusia e insistía en que losbolcheviques debían ganar tiempo porque la Revolución rusa podíatener éxito solo si triunfaba en el marco de una revolución mundial. Losseguidores de Lenin estaban de acuerdo en que la Revolución rusa

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Pero el Comité Central bolchevique parecía ignorar sus cartas. Y lo queera peor, mientras permanecía en la clandestinidad, el Comité Centralbolchevique parecía deslizarse hacia los intentos de Kerenski deapuntalar su gobierno tambaleante. En las postrimerías de la derrota deKornílov el gobierno provisional convocó una pretendida «ConferenciaDemocrática» para intentar concentrar a los partidos representados enel Soviet alrededor del gobierno burgués. Para horror de Lenin el ComitéCentral bolchevique cayó en la treta y participó en esta charada -Leninsolo salvó a Trotski y le felicitó especialmente por haber defendido elboicot de la asamblea de Kerenki. Además, estuvieron de acuerdo enparticipar en el denominado «Preparlamento» (o «Anteparlamento» enlas traducciones rusas) con el que Kerenski tenía la esperanza de poderlegitimar la posición de su gobierno no electo.

Lenin respondió en un texto llamado «Del diario de un Publicista» en elque denunciaba al Comité Central:

Está fuera de toda duda que en «las altas esferas» de nuestroPartido se observan vacilaciones que pueden ser funestas,pues la lucha se desarrolla y, en determinadas condiciones,las vacilaciones son capaces, en cierto momento, de echar aperder la obra. Antes de que sea atarde, hay que emprenderla lucha con todas las fuerzas y defender la línea justa delpartido del proletariado revolucionario.

No todo marcha bien en las altas esferas «parlamentarias» denuestro Partido; hay que prestarles mayor atención, hay queaumentar su fscalización por los obreros; hay quedeterminar con mayor rigor las atribuciones de las minoríasparlamentarias.

El error de nuestro Partido es evidente. Los errores no sonterribles para el partido combatiente de la clase avanzada.Lo terrible sería empecinarse en el error, sentir falsavergüenza de reconocerlo y corregirlo.

Lenin. Diario de un publicista, los errores de nuestro Partido,24 de septiembre de 1917

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de revivir el soviet era recuperar la lucha de los trabajadores para losobjetivos imperialistas de la burguesía rusa.

Esto se evidenciaba en la forma de elección de los representantes: unopor cada 1.000 trabajadores industriales y un delegado por regimiento.Muchas fábricas pequeñas, en las que los mencheviques predominaban,enviaron un delegado con independencia de su tamaño. Muchosregimientos fueron representados por sus ofciales y, como elcomponente militar era dos tercios del soviet, se puede ver que elcomponente revolucionario (que en cualquier caso, todavía seguíaluchando en la calle contra la policía el 28 de febrero, día de laselecciones al soviet) fue tremendamente subrepresentado.

Esto signifcó que los bolcheviques estuvieran subrepresentados en losprimeros días del soviet de Petrogrado. Pero conforme los sovietslocales comenzaron a brotar en los barrios obreros, los bolcheviques amenudo ganaron la mayoría gracias a su papel previo en las luchascontra la guerra. Fue sobre esta base que los bolcheviques fueroncapaces de construir sus apoyos y mas adelante de convertir al sovietde Petrogrado en un cuerpo capaz de emprender una transformaciónrevolucionaria en septiembre de 1917.

Los bolcheviques consiguieron la victoria porque solo ellos rechazarondejarse arrastrar tras el esfuerzo nacional de guerra una vez la repúblicahabía sido proclamada. Transformar la guerra imperialista en unaguerra civil no era una mera consigna táctica sino que se fundamentabaen las raíces mismas del programa político bolchevique. Este programasolo se perfló completamente en abril de 1917 cuando Lenin ganó labatalla interna y el partido se libró de sus últimos vestigiossocialdemócratas.

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La dualidad de poderes

Nadie había pensado antes, ni podía haberlo hecho, en unadualidad de poderes.

El tres de abril de 1917 Lenin volvió a Rusia desde su exilio político enSuiza. El «levantamiento popular», como le llamó el Consejo de Estadozarista, había llevado a la abdicación y arresto de Nicolás y otrosmiembros de la dinastía Romanov. La monarquía semifeudal que habíaoprimido al pueblo ruso durante siglos había sido derrocada. Losterratenientes y capitalistas que habían blandían el poder económicohabían pensado en cortar de raíz la marea revolucionaria con unamonarquía constitucional pero ahora ponían su confanza en que el«Gobierno Provisional» designado por un comité de la Duma, con elobjetivo de:

1. Preparar las Cortes Constituyentes

2. Gobernar el país hasta que las Cortes se reunieran

Pero a pesar de que este comité auto-designado del antiguo régimenhabía tomado sobre sus hombros la responsabilidad de gobernar lanueva «Rusia Liberada», el poder real del que depende cualquiergobierno estaba en otro lado: con los trabajadores y soldados hastiadosde la guerra que habían hecho la Revolución de Febrero, y que estabanrecreando los órganos de democracia popular, los soviets, que habíanforecido en Rusia durante la insurrección revolucionaria de 1905. En elmismo edifcio, el mismo día que la Duma formaba su comité en elPalacio Tauride, un Comité Ejecutivo Provisional del Soviet de dediputados obreros (compuesto sobre todo de mencheviques) anunciabala convocatoria del primer Soviet desde 1905. Esa tarde los delegadosabarrotaron el palacio donde, dijo Sujanov (elegido en el CE del Soviet,después menchevique internacionacionalista)

Fue entonces, en ese lugar, donde se aprobó entreestruendosos aplausos, fundir el ejército revolucionario y el

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León Trotski. Historia de la Revolución rusa

Las clases privilegiadas rusas habían esperado una orgía de saqueos yasesinatos, anarquía política y colapso de la moralidad humana. En vezde eso se enfrentaron a una transición ordenada que debió ser muchomás terrorífca para ellos. Las masas proletarias habían mostrado queno tenían necesidad de gobernantes y que podían encontrar sus propiasformas de gobierno. Por supuesto esto se convirtió después, en manosde los historiadores de nuestra clase enemiga, en una crítica puesretrataron la revolución proletaria solo en los términos de su acto fnal.Pudieron así hacer correr la leyenda de que se trató simplemente de un«putsch», un golpe de estado de un pequeño grupo de fanáticos que lasmasas siguieron sentadas, pasivas, desde fuera. Es sorprendente queesa especie no haya colapsado bajo el peso de su propio absurdo. Apartedel hecho de que el Partido bolchevique tenía 300.000 miembros o delhecho de que tenía el apoyo activo de casi cada soldado en Petrogrado(unos 300.000 hombres), ¿cómo iba a ser posible para los bolcheviquesdiscutir públicamente, en la prensa, la toma del poder durante losquince días que precedieron al gobierno provisional y que lo leyera todoel mundo si fuera así?Establecer la naturaleza proletaria de la Revolución de Octubre no esnuestro objetivo en este curso, lo damos por hecho. Lo que es necesarioes atender a las circunstancias bajo las que la revolución tuvo lugar,examinar no solo cómo el proletariado hizo del Partido bolchevique suinstrumento sino también cómo las tácticas de los bolcheviques fueronpuestas a prueba en la compleja situación de septiembre y octubre de1917.

La suerte del orden burgués en Rusia quedó echada desde el momentoen el que los ejércitos del Kaiser ocuparon Riga en agosto de 1917. Envez de las victorias prometidas, los alemanes tenían el camino abierto aPetrogrado. Lenin, sin embargo, había argumentado a favor de lainsurrección desde el momento en que se dio cuenta de que los otrospartidos autodenominados socialistas -los mencheviques y loseseristas- feles a su teoría de apoyar al sistema burgués, no pretendíanapoyar al poder de los soviets.

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Así es como el historiador «disidente» Roy Medvedev describe laRevolución de octubre. Esta imagen de Lenin yendo a la revolución entranvía también concuerda con a mirada de Trotski sobre aquellosmomentos.

Casi no hubo manifestaciones, combates callejeros,barricadas, todo lo que se entiende normalmente por«insurrección»; la revolución no necesitaba resolver unproblema ya resuelto. La toma del aparato gubernamentalpodía efectuarse a través de un plan, con ayuda dedestacamentos armados poco numerosos, a partir de uncentro único. Los cuarteles, la fortaleza, los depósitos, todoslos establecimientos donde actuaban los obreros y soldadospodían ser tomados desde el interior mismo. Pero ni elpalacio de Invierno, ni el Preparlamento, ni el Estado Mayorde la región, ni los ministerios, ni las escuelas de junkerspodían ser tomados desde el interior. Igualmente en lo que serefere a los teléfonos, los telégrafos, el correo, el Banco delEstado: los empleados de esos establecimientos, aunquepensaban poco en la combinación general de fuerzas, eransin embargo los dueños detrás de esos muros, que ademásestaban muy protegidos. Había que penetrar desde fuerahasta las altas esferas de la burocracia. Aquí la violenciasustituía a la ocupación a través de medios políticos. Perocomo la pérdida reciente por parte del gobierno de sus basesmilitares había hecho casi imposible la resistencia, estosúltimos puestos de mando fueron tomados en general sinchoques.

Pero, con todo, esto no se realizó sin algunos combates: huboque tomar por asalto el palacio de Invierno. Pero el hechomismo de que la resistencia del gobierno se limitara a ladefensa del palacio defne claramente el lugar que el 25 deoctubre ocupa en el desarrollo de la lucha. El palacio deInvierno aparece de este modo como el último reducto de unrégimen políticamente deshecho y defnitivamentedesarmado durante los últimos quince días.

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proletariado de la capital para crear una organización que sellamaría, a partir de ese momento «Consejo de delegados delos trabajadores y los soldados»

En esta misma sesión los delegados eligieron una Comisión Ejecutiva,compuesta fundamentalmente de mencheviques, que fue ampliada aldía siguiente para incluir representates de todos los partidos deizquierda. Era ahí, en el órgano dinámico de democracia popular creadopor los los trabajadores armados y los soldados, donde descansaba elpoder real. No hay evidencia más impresionante de esto que la «Ordennúmero 1 a la guarnición del distrito militar de Petrogrado» que el sovietdio el primero de marzo. Esta orden convocaba elecciones al sovietentre la base del ejército haciendo notar signifcativamente:

3. En todas las acciones políticas, las unidades de tropa estánsubordinadas al Consejo de Delegados de los trabajadores ysoldados y de los comités surgidos de él.

4. Las órdenes de la la Comisión Militar del Parlamentoestatal deben ser obedecidas, excepción hecha de esasinstancias en que contradigan las órdenes del Consejo dedelegados de trabajadores y soldados.

Claramente era el Soviet y no el gobierno provisional del Parlamento,quien controlaba el fundamento del poder armado del estado. Y dehecho, el poder del Soviet se amplió mucho más allá de la emisión dedecretos. Basado en el principio de electibilidad y revocabilidad de losdelegados elegidos de forma directa, era el corazón del procesorevolucionario y tenía la confanza de las masas. En Petesburgo eltransporte, la distribución de alimentos y toda la administraciónmunicipal eran organizados por el Soviet. Los guardias revolucionarioseran enviados a ocupar insituciones como el banco nacional, el tesoropúblico, la casa de la moneda y la imprenta estatal con su boletín ofcial.A mediados de marzo, Guchkov, otrora presidente del Comité de

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industrias bélicas zarista, ahora ministro del ejército y la marina delGobierno provisional, se quejaba a uno de sus generales:

En gobierno provisional no tiene un poder real y sus órdenesson ejecutadas solo y en la medida en que el Soviet detrabajadores y soldados lo permite. El Soviet tiene en susmanos los elementos más importantes del poder real comotropas, ferrocarriles y los servicios telegráfcos y postales. Sepodría decir directamente que el gobierno provisional existesolo mientras lo permite el soviet.

Carmichael. A Short History of the Russian Revolution, p. 69

Pero si el soviet tenía el apoyo de las masas, ¿de dónde provenía laautoridad del gobierno provisional que era reconocido como el gobierno«ofcial» de Rusia? La respuesta está en el Soviet mismo, que, el dos demarzo cedió voluntariamente su propio poder al dar su apoyo algobierno provisional.

Para los mencheviques que disfrutaban del apoyo de la gran mayoría delos delegados del soviet en las primeras fases de la revolución, así eracomo tenía que ser. De acuerdo con su «marxismo» mecánico, larevolución que estaba avanzando podría ser solo una revolucióndemocrático-burguesa clásica, cuyas tareas eran destruir los restos delfeudalismo en Rusia y abrir el camino al desarrollo del capitalismo ruso,el cual, en el curso del tiempo, crearía las condiciones para unarevolución proletaria socialista. Dado que la revolución era capitalista,correspondía a a la clase capitalista ejercer el poder del estado. Para lossupuestamente socialistas mencheviques el gobierno provisional era lafuente natural de autoridad. El único papel posible de los soviets podíaser el de una especie de supervisor de la burguesía para asegurarse deque no renunciaba a sus tareas democráticas.

Aunque el partido bolchevique no quería ver el papel de las masastrabajadoras reducido al de mero espectador o supervisor de larevolución capitalista, la actividad del partido estuvo tambiénconstreñida por la teoría de la revolución democrática. Despues de larevolución de 1905, que había revelado la debilidad y el carácterinvertebrado de la burguesía rusa, Lenin había trazado la táctica de un

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Octubre

El anochecer del 24 de octubre el gobierno provisional teníaa su disposición poco más de 25.000 hombres. Un díadespués, cuando los preparativos estaban ya en marcha paraasaltar el Palacio de Invierto, los bolcheviques habíanreunido unos 20.000 guardias rojos, marineros y soldadosante el último refugio del gobierno provisional. Pero en elpalacio no quedaban más de 3.000 defensores, muchos de loscuales habían abandonado sus posiciones durante la noche.Gracias a la superioridad abrumadora de los bolcheviques nohubo batallas graves en la capital del 24 al 26 de octubre, y elnúmero total de bajas entre ambos lados no superó los 15fallecidos y 60 heridos.

Durante estas horas críticas en las que todos los puntosestratégicos de la ciudad pasaron a control bolchevique -centralitas de telégrafo y telefonía, puentes, estaciones deferrocarril, el Palacio de Invierno, etc.- Petrogrado en suconjunto continuó su vida normal.

La mayoría de los soldados permanecieron en sus cuarteles,las plantes y fábricas siguieron trabajando y en las escuelasno se interrumpieron las clases. No hubo huelgas nimanifestaciones masivas como las que habían acompañadoa la Revolución de febrero. Los cines -que en la época sellamaban «cinematógrafos»- estaban llenos, los teatrosdieron sus funciones y la gente paseó como siempre por laAvenida Nevski. La persona apolítica media probablementeni se dio cuenta de los hechos históricos que estabanocurriendo; incluso las líneas de tranvías, la principal formade transporte de la época- siguieron en servicio connormalidad. Fue en uno de esos tranvías que Lenin,disfrazado y acompañado de su guardaespaldas Eino Rahya,viajó al Insituto Smolny a última hora del día 24.

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solo en Moscú, su representación pasó de 11 a 475 representantes- ensindicatos e incluso en mutualidades de salud. Todo ello, como apuntaFerro:

Daba prueba de un movimiento, a escala gigantesca, quevenía desde las profundidades de la sociedad

op. cit. p.58

Al mismo tiempo la fata de deseo revolucionario por parte demencheviques y eseristas llevó al estallido de sus organizaciones.Mientras la escisión de los eseristas dio lugar a la formación de loseseristas de izquierda, que generalmente actuaron junto a losbolcheviques, los mencheviques se convirtieron en residuales a medidaque muchos de sus delegados abandonaban el partido para inundar lasflas bolcheviques. Sin embargo, esto no signifcaba automáticamenteuna victoria para el proletariado.

El poder de los soviets no iba a cambiar de manos haciendo discursos oaprobando resoluciones. Antes el viejo orden tenía que ser apartado ypara esto el proletariado tenía que encontrar su instrumento. Loencontró en el Partido bolchevique.

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partido socialista en la revolución por venir en Rusia. Leninargumentaba que, lejos de abstenerse de tomar el poder político, elproletariado ruso debía aliarse con el campesinado para establecer una«dictadura democrático-revolucionaria» y completar así la revoluciónburguesa. A su momento, esto se convertiría en el preludio de unarevolución proletaria socialista. Aunque esta era una perspectivainfnitamente más dinámica que la de los mencheviques y que tenía encuenta el hecho de que la lucha de clases entre trabajadores ycapitalistas ya existía en Rusia a pesar del que la población rural fuerapredominante, todavía ponía en la cabeza del orden del día las tareas dela revolución democrática.

Cuando estalló la revolución de febrero, el programa del Partidobolchevique todavía se basaba en la idea de que la primera tarea eracompletar la revolución democrática y en consecuencia, las actividadesde las distintas organizaciones del partido en Petesburgo, sin importarsu fortaleza política, lo refejaron. Así, el manifesto bolchevique lanzadoen febrero por la mesa del Comité Central en Rusia (Shlipnikov, Molotovy Zalutski), aunque continuaban con la política de oposiciónrevolucionaria a la guerra, llamaban al Soviet a convocar unas Cortesconstituyentes para establecer una «república democrática».

El comité del distrito de Viborg, que trabajaba en un enclave obreroclave de Petrogrado en la que había jugado un papel de liderazgodurante las acciones revolucionarias, entrevió un papel mucho mássignifcativo para los soviets. El 5 de marzo propuso al comité dePetrogrado que:

La tarea del momento es la fundación de un gobiernorevolucionario provisional a partir de la unifcación de losConsejos de delegados locales de Trabajadores, Campesinosy Soldados en el conjunto de Rusia.

La propuesta proseguía defendiendo el fortalecimiento de los soviets enpreparación de una…

toma completa del poder central [y reconocimiento limitadodel gobierno provisional] solo hasta la formación de un

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gobierno revolucionario de los Consejos de delegados deTrabajadores, Campesinos y Soldados y solo en la medida enque sus acciones sean coherentes con los intereses delproletariado y de las más amplias masas democráticas.

Pero los líderes del comité de Petrogrado se estaban mucho menosdados a disociar al proletariado del gobierno provisional. Incluso antesde que Kamenev, Muranov y Stalin volvieran del exilio siberiano a laredacción del Pravda, el comité aceptó al gobierno provisional como elagente de la revolución democrática y rechazó adoptar la propuesta delcomité de Viborg. En su lugar aprobó no oponerse al gobiernoprovisional en tanto que:

sus acciones coincidieran con los intereses del proletariadoy de las amplias masas democráticas del pueblo.

Cuando Kamenev fue incluso más lejos en las páginas de Pravda ysocavó toda la política bolchevique sobre la guerra llamando sin pudoral «defensismo nacional», afrmando que un pueblo libre solo puede«responder bala contra bala, escudo contra escudo», hubo un clamorentre la base obrera del Partido. Según Shliapnikov:

La indignación de los miembros del Partido fue enorme ycuando los proletarios descubrieron que Pravda había sidotomado por tres antiguos editores llegados desde Siberiasolicitaron su expulsión del Partido.

Las protestas de comités locales como estas de Viborg (que se publicóen Pravda) hizo que los nuevos editores no publicaran más artículosabiertamente a favor del gobierno provisional y su política de defensanacional. Pero la confusión se mantuvo. Al fnal, la línea del partido enrelación con el gobierno provisional, propuesta por Stalin yaparentemente adoptada por la Conferencia del Partido en marzo parala Primera Conferencia Panrusa de los Soviets de fnales de marzo, eradifícilmente distinguible de la de la mayoría menchevique. LaConferencia del Partido no consiguió aprobar una resolución sobre laguerra, pero en la Conferencia de los soviets los bolcheviques votaron a

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profundamente equivocada, es la que desearíamos examinarcon más detalle.(…)

«El poder a los Soviets» signifca transformar por completo yde manera radical la vieja máquina del Estado, un aparatoburocrático que frena todo lo democrático; signifca suprimirdicho aparato y reemplazarlo por otro nuevo, popular, o sea,auténticamente democrático, el de los Soviets, el de lamayoría organizada y armada del pueblo: obreros, soldados ycampesinos; signifca ofrecer la iniciativa y laindependencia a la mayoría del pueblo no solo en la elecciónde los diputados, sino también en la administración delEstado y en la realización de reformas y transformaciones.

Lenin. Un problema central de la Revolución, 27 deseptiembre de 1917

El pasaje anterior no solo deja de mentirosos a quienes siguen citandoel «Qué hacer» para mostrar que Lenin solo veía a las masas como algo amanipular, sino que al formular claramente lo que signifcaba el podersoviético, pone en evidencia a los autodenominados demócratas:mencheviques y eseristas. No podían abandonar al gobierno provisionalporque, como Kerenski, temían las acciones de las masas. Como todavíano se separaban de Kerenski, éste intentaba bajar la ola de agitaciónlanzando decretos que ordenaban disolver todos los comitésrevolucionarios creados ad hoc, incluido el «Comité para la Luchacontra la Contrarrevolución». El hecho de que los bolcheviques furan elúnico partido que apoyaba coherentemente el poder de los soviets sevolvía ahora en su favor. A principios de septiembre los bolcheviqueshabían ganado el control del Soviet de Petrogrado con 4 de 7 de losasientos de la Presidencia. Trotski se convirtió de nuevo en el líder delSoviet de Petrogrado, posición que ya había tenido en 1905. Seis díasmás tarde Moscú fue para los bolcheviques, y después vinieron Kiev,Kazan, Bakú y muchos otros centros industriales. Y algo muy parecidopasó en el ejército donde en unidades como la guarnición de Moscú, deuna mayoría del 70% a favor de eseristas y mencheviques, se pasó a un90% de votos para los bolcheviques en septiembre. Cabría añadir elrelato del avance bolchevique en ayuntamientos y parlamentos locales -

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Los soviets, que habían cambiado radicalmente de actitud,emergieron de la crisis con su popularidad inmensamenterealzada. La Rusia revolucionaria estaba más saturada quenunca de organizaciones de base y comités revolucionarioscompitiendo entre sí. Los trabajadores se habían hecho másmilitantes y estaban mejor organizados, y númerossignifcativos de ellos se habían hecho con armas. Al mismotiempo, habían reverdecido los comités democráticos en elejército, gracias a su papel dirigente organizando soldadoscontra el movimiento de Kornílov. En la guarnición dePetrogrado el control de muchos comités de regimiento pasóde los elementos más moderados a manos de losbolcheviques.

The Bolsheviks Come to Power, p. 166

Llegados a este punto, Lenin volvió a plantear la posibilidad de quetodavía pudiera haber un desarrollo pacífco de la revolución si losmencheviques y los eseristas permitían a los soviets tomar el poder.

Si los Soviets asumieran todo el poder, podrían asegurar yahoy -y, probablemente esta sea su última oportunidad- eldesarrollo pacífco de la revolución, la elección pacífca delosdeputados por el pueblo, la lucha pacífca de los partidosdentro de los Soviets

Lenin. Las tareas de la Revolución, primera quincena deseptiembre de 1917

Lenin también explicó en detalle por qué el poder soviético seríaesencialmente diferente de los demás gobiernos que habían aparecidoen 1917:

Pero la consigna de «El poder a los Soviets» se entiende muya menudo, si no casi siempre, de una manera completamenteequivocada: en el sentido de «un ministerio formado con llospartidos mayoritarios de los Soviets»; y esta opinión,

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favor de la «Resolución de apoyo al gobierno provisional» quereconocía…

…la necesidad de ganar gradualmente control político einfuencia sobre el gobierno provisional y sus órganoslocales así como de persuadirlos para conducir la másenérgica lucha contra las fuerzas contrarrevolucionarias, darlos pasos más decididos hacia una completademocratización de todas las facetas de la vida rusa, y hacerlos preparativos de una paz universal sin anexiones niindemnizaciones basada en la autodeterminación de lasnaciones.

No es de extrañar que muchas de las secciones del Partido pensaranque la unifcación con los mencheviques era ahora posible. Dada laconfusión dentro del Partido bolchevique, sería erróneo explicar lacesión del poder por los soviets a los capitalistas como algo debidosimplemente a un bajo nivel de conciencia como el refejado por laminoría bolchevique en los soviets. La Revolución de febrero fue laprimera de la época imperialista. Ningún partido tenía, ni podía habertenido, una estrategia completamente trabajada sobre cómo elproletariado debía conducir la lucha como una parte de la revoluciónsocialista mundial. Los trabajadores y soldados tenía que aprender porsí mismos cómo luchar por el poder total para los consejos. El Partidobolchevique representaba tanto la altura como las limitaciones de laconciencia de clases. El hecho de que aquellas secciones de la claseobrera preparadas para luchar por el poder soviético en fecha tantemprana como febrero, fueran también baluartes bolcheviques, datestimonio de esto.

Así, incluso en lugares como Viborg, donde los bolcheviques eranmayoría en el soviet local desde el día uno, los trabajadores altamenteconscientes se encontraron en la posición contradictoria de llamar porun lado a los soviets a prepararse para tomar el poder de formacompleta y al mismo tiempo dar apoyo al gobierno provisional.Mientras se pensara que «el problema fundamental es elestablecimiento de una república democrática», como había dicho elnúmero uno del Pravda, las demandas de poder de los consejos -poder

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para los órganos del incipiente estado obrero sobre las líneas trazadaspor la Comuna de París- y los llamamientos a los trabajadores aconvertir la guerra imperialista en guerra civil -lucha de clasesrevolucionaria- serían inconsistentes. La democracia parlamentaria,basada en el «voto ciudadano» y «el pueblo» -explotados y explotadoresjuntos- cada cierto número de años, es la forma más elevada dedemocracia burguesa. Bero es irreconciliable con el poder de losconsejos que solo puede tener signifcado cuando la clase trabajadoraha derrocado a la maquinaria del estado capitalista. De modo similar,los intereses de «la nación», hasta en la más democrática yparlamentaria de las repúblicas, exigirá la participación de toda lapoblación en sus guerras de «defensa nacional» contra otras potenciascapitalistas.

Para principios de abril el intento del Partido bolchevique de nosepararse de su programa democrático-revolucionario, de reconciliar loirreconciliable, había llevado a la confusión en la cuestión de la guerra yse movía hacia la conciliación con el gobierno provisional. Antes de queel Partido pudiera guiar frmemente de nuevo a la clase trabajadora rusapor el camino del internacionalismo proletario y la independenciapolítica de la clase capitalista, el viejo marco tenía que ser abandonadoy otro nuevo tomar su lugar.Esta era la tarea que Lenin ya había comenzado en sus «Cartas desdelejos», solo uno de las cuales había sido publicada (y con cortessignifcativos) por Pravda. Al llegar a Rusia mejoraba su posición parahacerlo.

Como es bien sabido, aquellos que escucharon su primer discurso en laestación de Finlandia, quedaron atónitos. El contraste entre lo que decíay la dirección del liderazgo que el partido había tomado a lo largo delmes de marzo era realmente asombrosa.

Nos cuenta Sujanov que en respuesta al discurso ofcial de bienvenidade Chkeidze (el presidente menchevique del soviet de Petrogrado) en elque hacía votos porque Lenin evitara el sectarismo y persiguiera elsupuesto objetivo común de «cerrar flas democráticas» para «defenderla revolución», Lenin anunció:

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Por el contrario, el resultado de la táctica bolchevique frente a laKorniloviada fue arrastrar a esas fuerzas hacia la revolución más de alláde lo que hubiesen querido. Durante la sublevación de Kornílov, ladefensa de Petrogrado tuvo lugar bajo la égida de los órganos propios delos trabajadores: los Soviets. Así que no había peligro de que losdefensores de la democracia capitalista se fortaleciera con ella. A decirverdad, la lógica del la sublevación de Kornílov desde el punto de vistade los Soviets llevaba a derrocar al gobierno provisionalinmediatamente para prevenir que llegara más lejos cualquier trama deKerenski y la derecha.

No era un paso que los líderes mencheviques o eseristas pudieran dar.Tras seis meses de apoyo a la coalición con la burguesía no estabanpreparados para abandonarla por desleales que fuesen sus antiguosaliados. Y sin embargo, una fábrica tras otra estaba estaba dándosecuenta de que solo podía confar los Soviets para defender la revolución.Al día siguiente de la derrota de Kornílov, los trabajadores del tallermecánico del la fábrica de tuberías de Petrogrado declaraban que:

Todo el poder debe ser transferido al Soviet de delegados detrabajadores, soldados y campesinos.

Mientras los 8.000 trabajadores de la fabrica Metallist aprobaron unavoto de censura a los socialistas que cooperaban con el gobiernoprovisional. Estas declaraciones eran seguidas en todas las grandesfábricas de Petrogrado y tuvieron pronto eco en las guarniciones,incluso entre aquellos regimientos que habían participado en larepresión de las jornadas de julio. Tres dís después de la derrota deKornílov el Soviet de Petrogrado apoyó una resolución a propuesta deKamenev, que afrmaba que el gobierno debía reemplazarse por otrocompuesto de verdaderos representates de los trabajadores. Era laprimera vez que una propuesta de resolución bolchevique ganaba lamayoría en el Soviet. Lo que resultaba evidente es que el golpe deKornílov había llevado a un enorme salto adelante en la conciencia declase.

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provisional, etc., etc., demostrando que que no son sinofrases. Ahora, hay que decirles, es el momento de obrar:ustedes, señores eseristas, y mencheviques, hace tiepo quehan gastado estas frases. Ahora es el momento de obrar. Laguerra contra Kornílov hay que hacerla de manerarevolucionaria, atrayenndo a las masas, levantándolas,infamándolas (y Kerenski teme a las masas, teme al pueblo).

Lenin. Al Comité Central del POSDR, 30 de agosto 1917

Lenin rápidamente añadió una nota felicitando a los bolcheviques enPetrogrado por haber conducido ya la política que había defendido. Sinembargo, la postura tomada por los bolcheviques necesita ser discutidacon cierto detenimiento si queremos explicar su signifcado real. Latáctica adoptada por los bolcheviques durante la sublevación deKornílov, ha sido a menudo citada como precursora del «frente único»de 1921 o las consignas antifascistas de 1930. Sin embarto, como Lenin -y Marx- a menudo apuntaron, la clave para cualquier comprensión de laacción política es colocarla en su contexto histórico específco. Sihacemos esto la equivalencia se desmorona y nos quedarán por un ladodos expresiones de la derrota de la clase y por otro, una táctica correctarespondiendo a una situación completamente diferente.

En agosto y septiembre las masas de Petrogrado estaban avanzandosolidamente, como la cita anterior de Ferro atestigua. En este contextoera posible para los bolcheviques luchar junto a los mencheviques y loseseristas sin comprometer su independencia política. No haber actuadoasí habría signifcado dar la espalda a una oportunidad de demostrar sucapacidad y resolución en la práctica.

En 1921 y en los 30 la táctica del frente único y la de la alianzaantifascista era completamente diferente porque tenía lugar en unasituación en la que la clase obrera estaba en retirada. El resultado netoestas políticas fue legitimar las fuerzas socialdemócratas comoproletarias y asociar la defensa de los intereses de los trabajadores conla defensa de la democracia capitalista.

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Queridos camaradas, soldados, marineros y obreros, mesiento orgulloso de saludar en vosotros a la victoriosarevolución rusa, de saludaros en tanto destacamento devanguardia del ejército proletario mundial. La guerra derapiña imperialista es el comienzo de la guerra civil en todaEuropa. No está lejos el día en que los pueblos, siguiendo lallamada de nuestro camarada Karl Liebknecht, volverán susarmas contra sus explotadores capitalistas. El alba de larevolución socialista mundial resplandece. En Alemania,todo está en ebullición. Cualquier día a partir de ahora todoel capitalismo Europeo puede caer. La revolución que habéishecho ha marcado el comienzo y ha puesto los cimientos deuna nueva época. ¡Viva la revolución socialista mundial!

Para los mencheviques y los viejos bolcheviques atrapados en losestériles límites de la revolución democrática, el retrato que hacía Leninde la Revolución rusa como el comienzo de la revolución socialistainternacional, parecían «los desvaríos de un loco» o de alguien quehubiera permanecido demasiado tiempo alejado de la realidad políticarusa. Para los miles de trabajadores normales y soldados movilizadospor el Comité de Petrogrado -muchos de ellos del distrito de Viborg- eldiscurso debe haber sido un soplo de aire fresco. Pero las palabras deLenin no eran retórica oportunista. Eran consistentes con lascontribuciones teóricas que él y Bujarin habían hecho al análisis delimperialismo; se alineaban con la política derrotista revolucionaria queLenin había perflado para el Partido y la izquierdad de Zimmerwaldsobre la guerra. De lo que tenía que convencer ahora al partido era deque el marco para determinar la política del Partido no era yasimplemente el de la economía y la sociedad rusas, sino la situación delcapital internacional, cuya guerra imperialista había creado unadevastación sin prececentes y estaba generando una situaciónrevolucionaria internacional. En breve, tendría que probar que larealidad misma había ido más allá del programa democrático-burgués,que:

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Esta fórmula ha caducado ya. La vida la ha trasladado delreino de las fórmulas al reino de la realidad, haciéndola decarne y hueso, concretándola y con ello, transformándola

Lenin. Cartas sobre táctica, abril de 1917

No se trataba de una disputa académica. Para los marxitas «la teoría noes un dogma sino una guía para la acción» y las tesis de «Las tareas delProletariado en nuestra revolución» pretendía mostrar una vía prácticapor la que avanzar al Partido proletario. Partido que estaba en peligro deperder a las secciones más avanzadas de la clase por su apegodogmático a un programa desfasado. Al principio estuvo casitotalmente aislado entre los líderes del partido. El 4 de abril presentósus tesis en dos mítines: uno de delegados bolcheviques a laConferencia del Partido y otro, que incluía delegados bolcheviques ymencheviques a la Conferencia del soviet que acababa de terminar. SoloKollontai, una nueva conversa al bolchevismo, habló para secundarle.Las tesis se publicaron en Pravda como posición personal de Lenin conuna advertencia de los editores que declaraba:

En lo que respecta al esquema general del camarada Lenin,nos parece inaceptable que comience dando por hecho quela revolución democrático-burguesa ha fnalizado, y contarcon ello para la inmediata transformación de la estarevolución en revolución socialista.

Pero este aislamiento no le detuvo. Estaba preparado para dimitir delComité Central y argumentar su caso como un miembro de la base antesque cambiar sus perspectivas. Así que paso el resto de abril repitiendolos argumentos de sus tesis y desarrollando los puntos esenciales parala Conferencia del Partido que iba a realizarse. Podemos resumirlascomo sigue:

• Da igual la existencia de un nuevo gobierno en Rusia, la guerratodavía es una guerra imperialista en la que se lucha por losintereses del capitalismo. Dado que amplias secciones de lasmasas están siendo engañadas por la burguesía para que piensenque la guerra puede darse ahora como una guerra defensiva

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Vamos a combatir y combatimos a Kornílov , como lo hacenlas tropas de Kerenski, pero nosotros no apoyamos aKerenski, sino que desenmascaramos su debilidad, esa es ladiferencia. Es una diferencia bastante sutil, peroarchiesencial y no se la puede olvidar.

¿En qué consiste el cambio de nuestra táctica después de lasublevación de Kornílov?

En que cambiamos la forma de nuestra lucha contraKerenski. Sin debilitar un ápice nuesra hostilidad contra él,sin retirar una sola palabra dicha en su contra, sin renunciaral objetivo de derribar a Kerenski decimos: hay que tomar encuenta el momento; no vamos a derrocar a Kerenski enseguida; ahora encararemos de otra manera la tarea deluchar contra él, a saber: explicando al pueblo (que luchacontra Kornílov) la debilidad y las vacilaciones de Kerenski.También antes se hacía esto. Pero ahora pasa a ser lofundamental; en esto consiste el cambio. (…)

Sería incorrecto pennsar que nos hemos alejado del objetivode la conquista del poder por el proletariado. No. Nos hemosacercado extraordinariamente a él, pero no en forma directa,sino de costado. Y hay que hacer gitación en este mismoinstante, no tanto directamente contra Kerenski comoindirectamente, pero también contra él, esto es: exigiendouna guerra activa, muy activa, auténticamenterevolucionaria contra Kornílov. Solo el desarrollo de estaguerra puede conducirnos a nosotros al poder, pero en lapropaganda hay que hablar poco de eso (recordandofrmemente que mañana mismo los acontecimientos nospueden colocar en el poder y entonces nosotros no lodejaremos escapar). Me parece que debería comunicarse,esto en una carta a los agitadores (no en la prensa), a lascomisiones de agitación y propaganda y, en general, a losmiembros del Partido. Hay que luchar despiadadamentecontra las frases acerca de la defensa del país, del frenteúnico de la democracia revolucionaria, del apoyo al gobierno

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las tomas de tierras por los campesinos encontraron resistencia armadaporque el gobierno provisional y sus aliados del Soviet no deseabanromper con la burguesía y los terratenientes. Estos les demostraron sugratitud buscando un general para arrasar los Soviets. Es por esto quesuicidaron políticamente al optar por la aventura korniloviana. Fue estolo que cogió a Lenin por sorpresa. Una vez que vió lo que había pasado,no dudó en apoyar las acciones de los bolcheviques de Petrogrado.

De hecho este episodio socava en buena medida el relato de loshistoriadores burgueses, estalinistas y trotskistas al estilo de Tony Cliff,según el cual sin Lenin el partido bolchevique era incapaz de actuar. Eneste caso, el aporte de Lenin fue enmarcar la respuesta proletaria en eldilema en el que todo hecho como el golpe de Kornílov coloca alproletariado. En una carta «Al Comité Central del POSDR-b» escribe:

La sublevación de Kornílov representa un viraje de losacontecimientos en extremo inesperado (inesperado por elmomento y por la forma) e increíblemente brusco.

Como todo viraje bursco, exige una revisión y un cambio detáctica. Y como con toda revisión, con ésta hay que serextraordinariamente pruedente para no caer en una falta deprincipios.

A mi juicio incurren en una falta de principios quienes(como Volodarski) descienden hasta las posiciones deldefensismo o (a modo de otros bolcheviques) hasta el bloquecon los eseristas, hasta el apoyo del gobierno provisional.Esto es archiequivocado, es una falta de principios. (…)

Nosotros no debemos apoyar al gobierno de Kerenski nisiquiera ahora. Es una falta de principios. Preguntarán: ¿esposible que no haya que luchar contra Kornílov? ¡Por ciertoque sí! Pero no es lo mismo; hay un límite; y ese límite lotransponen algunos bolcheviques cayendo en una «posiciónconciliadora», dejándose arrastrar por la corriente de losacontecimientos.

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revolucionaria, la tarea es explicar pacientemente «la inseparableconexión existente entre el capital y la guerra imperialista yprobar que sin derrocar al capital es imposible dar fn a la guerra yestablecer una paz autenticamente democrática».

El partido debe exponer las contradicciones entre las palabras delgobierno provisional sobre la «paz sin anexiones» y sus acciones.Esta campaña debería se llevada a cabo también en el frente juntoa llamamientos a la confraternización. Esto último de be animar a«elevar la confraternización desde el nivel de una repulsainstintiva ontra la guerra a una clara comprensión política decomo salir de ella».

• La Revolución rusa está ahora pasando de su primera a susegunda fase. El anterior, careciendo de «insufciente concienciade clase y organización del proletariado», puso el poder en lasmanos de la burguesía.

• La siguiente fase «debe entregar el poder a las manos delproletariado y los grupos más pobres del campo».

• Ningún apoyo para el gobierno provisional. No alimentar ilusionesde que un gobierno de capitalistas puede dejar de ser un gobiernoimperialista.

• Mientras los bolcheviques estén en minoría en los soviets, la tareadel Partido es explicar los errores de otros partidos que oscilanfrente a las masas (mencheviques, socialistas revolucionarios) altiempo que predican la «necesidad de transferir todo el poder delestado a los Soviets de delegados de los trabajadores»

• No a una república parlamentaria.

• El mayor énfasis del programa agrario ha de cambiar hacia lossoviets de delegados de los trabajadores agrarios.

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• Soviets propios para los capesinos pobres. Confscación de toda lapropiedad de los terratenientes y puesta a disposición de losSoviets de trabajadores agrarios «para el servicio público»

• Necesidad de convocar un Congreso del Partido para cambiar elprograma sobre el imperialismo y la guerra; la naturaleza delestado proletario; el caduco programa mínimo; y cambiar elnombre del Partido a Partido Comunista.

• La necesidad de tomar la iniciativa creando una nuevainternacional revolucionaria.

Las tesis, que arrancaban de la realidad de la guerra imperialista y de laexistencia de soviets, dieron estrategia y táctica a un partido queaspiraba a liderar a las masas trabajadoras en una revolución socialista.

Formemos un partido comunista proletario; los mejoresmilitantes del bolchevismo han creado ya los elementos deese partido; unámonos estrechamente en la labor proletariaclasista y veremos cómo vienen a nosotros, en masas, cadavez mayores, los proletarios y los campesinos pobres.

Lenin. La dualidad de poderes, 9 de abril 1917

En el curso de un mes, la actitud en el Partido hacia las tesis cambió dela hostilidad y la mofa hacia su amplia aceptación como bases para lasresoluciones en la Conferencia de abril. Sería demasiado fácil ysimplemente falso explicarlo por el liderazgo carismático de Lenin. Apesar de su importancia en el partido, que nadie cuestiona, susposiciones al volver del exilio habían sido despachadas como carentesde realismo por el Comité Central. Fue la realidad misma la que forzó ala dirección a aceptar en bloque la perspectiva de Lenin.

De hecho las tesis ya refejaban los sentimientos de los miembros de labase del partido en distritos como Viborg y Kronstadt donde no huboproblemas para persuadir a los trabajadores y marinerosrevolucionarios de la necesidad de oponerse al gobierno provisional yestablecer el poder de los consejos. En otras palabras, Lenin estaba

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ofrecer apoyo a Kerenski. Esto era signifcativo dado que signifcaba quelos bolcheviques estaban de facto fuera de la clandestinidad de nuevo, ylo que es más importante, que podrían ocupar tres de los ocho asientosdel nuevo «Comité de Lucha contra la Contrarrevolución» que habíamontado el Soviet. El hecho era que el Soviet necesitaba a losbolcheviques más que a la inversa. El menchevique-internacionalistaSujanov daba testimonio de ésto:

El comité, haciendo preparativos defensivos, tenía quemovilizar a las masas de trabajadores-soldados. Pero lasmasas, en la medida en que estaban organizadas, lo estabanpor los bolcheviques, a los cuales seguían. En ese momentola única organización amplia, soldada por una disciplinaelemental y ligada a los sectores democráticos de clasesinferiores de la capital, era suya. Sin ella el comité eraimpotente.

The Russian Revolution 1917, p. 505.

Lenin, que todavía estaba escondido en Finlandia, fue soprendido porlas circunstancias en mayor medida que los demás líderesbolcheviques. Esto se debía a que reconoció que el fracaso de julio habíadado a la burguesía la oportunidad de hacer retroceder a la revoluciónhacia una dictadura militar. Sin embargo, asumía que la burguesía habíaencontrado su dictador en Kerenski y que, aunque fuera solo unacaricatura de Bonaparte, probablemente sobreviviría algún tiempo. Eraclaro sin embargo afrmando que Kerenski no perviviría

El bonapartismo ruso de 1917 se direferencia del comienzodel bonapartismo francés en 1799 y 1849 en una serie decondiciones, por ejemplo, en que no se ha resuelto ni un soloproblema cardinal de la revolución

Lenin. El comienzo del bonapartismo, 29 de julio de 1917

Al frente de estas tareas estaba tomar posición sobre las cuestiones dela tierra y la guerra. Incluso a pesar de que Chernov, el líder de loseseristas, el supuesto partido campesino, era ministro de Agricultura,

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lo que fuera a pasar, porque analizaban las cosas de otramanera. De este modo fue posible para el comité del barriode Petrogradski organizar la defensa el 23 de agosto, cuatrodías antes de los llamamientos de Kerenski, Chernov, elsoviet y el Partido bolchevique. Bajo el liderazgo delbolchevique Skorojodov, este comité coordinó sus accionescon los otros comitésde la capital, planifcando cómoorganizar coches para mantener las comunicaciones,proteger fábricas, sostener reuniones de puesta al día ahoras determinadas y demás…

La gente estaba mentalmente preparada, y los medios dedefensa se habían puesto a disposición, de modo que cuandolas organizaciones recibieron el llamamiento, cadaciudadano, árbol, casa y piedra estaban preparados paraoponerse al avance de Kornílov, cuyos telegramas noconsiguieron llegar y cuyas locomotoras no tuvieron agua. Elsuelo se movía bajo sus pies.

Marc Ferro, The Bolshevik Revolution - A Social History,1980, p. 56

Este pasaje refeja un nuevo paso adelante en la conciencia yorganización de la clase trabajadora. Ya no estamos ante acciones a lacarrera propuestas por marineros impetuosos, sino accionescuidadosamente consideradas de grandes masas de trabajadores. Laresistencia a Kornílov también deja ver cómo se armó la clasetrabajadora a gran escala por primera vez. Fue en ese momento cuandolos guardias rojos se entretejieron con los soldados de la guarnición dePetrogrado por primera vez y también cuando la tolerancia hacia lasbufonadas de Kerenski, los mencheviques y los eseristas en el Sovietfue reemplazada por la suspicacia.

En segundo lugar muestra una vez más a los bolcheviques cayendodesprevenidos ante un cambio brusco en la situación. Sin embargo,como en ocasiones anteriores, los bolcheviques en Petrogradorespondieron rápida y decisivamente dejando claro en susdeclaraciones en la prensa que estaban oponiéndose a Kornílov sin

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mucho más unido a la clase obrera revolucionaria que muchos de losdemás líderes bolcheviques.

Pero cuanto más duraba el doble poder, más disparatado se hacíapresionar al gobierno provisional y esperar que actuara en interés de lasmasas. Mientras los ministros vacilaban y tartamudeaban cuandotocaba hablar del destino de los latifundios, los campesinos tomaban yalas tierras.

El problema de los alimentos no había sido resuelto; amenazabahambruna y el precio del pan seguía subiendo. Sobre todo, la guerraseguía. La paz parecía tan lejos como siempre. La política del gobiernoprovisional de arrastrar a las masas, a través de los soviets, a compartirla responsabilidad por la guerra bajo la divisa de defender la revolucióntropezó cuando Miliukov -Ministro de Asuntos Exteriores- telegrafóuna nota a los aliados asegurándoles que la declaración de paz sinanexiones no incluía…

…ningún relajamiento por parte de Rusia en la lucha comúnde los aliados. Por el contrario, las aspiraciones de toda lanación de llevar la guerra mundial a una victoria decisivahan crecido con más fuerza.

De inmediato hubo manifestaciones masivas contra Miliukov y laguerra por toda Rusia. El 21 de abril 100.000 trabajadores y soldados semanifestaron por la paz en Petrogrado. El soviet de Petrogrado recibióresoluciones protestando contra la nota de Miliukov de soviets de todaRusia.

Durante esta crisis de abril, tres días antes de la Conferencia del Partido,algunos comités del Partido (Kronstadt, Petesburgo, Helsingfors)interpretaron la consigna «Vivan los soviets» como un llamamiento alderrocamiento inmediato del gobierno provisional. El comité deKronstadt condujo soldados y marineros armados a las manifestacionespor la paz llevando la consigna «Abajo el gobierno provisional». Inclusoantes de que el partido adoptara formalmente las propuestas de Lenin yla consigna «Todo el poder para los soviets» como consigna del

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momento, el partido bolchevique se enfrentó a un problema quereaparecería en los meses siguientes: la sobrevaloración por parte de lassecciones militantes de la madurez política del momento y el peligro decaer en la trampa de un intento insurreccional prematuro. Pero estoseran los problemas de un Partido determinado a crear las mejorescondiciones posibles para asaltar el poder con éxito. En laspostrimerías de la crisis de abril y la conferencia del Partido la cuestiónque se planteaba el Partido bolchevique a si mismo no era si losconsejos debían tomar el poder del estado, sino «cómo» y «cuándo».

La burguesía resolvió su crisis política negando que la nota de Miliukovsignifcara lo que decía y deshaciéndose de su autor. El ComitéEjecutivo del Soviet salió al quite aceptando entrar en un gobierno decoalición. Seis ministros, autodenominados «socialistas», fueronpropuestos por el Comité (eseritas y mencheviques). El cinco de mayoruna moción bolchevique en el Soviet de Petrogrado, oponiéndose a los«ministros socialistas» recibió solo cien votos. A pesar de la crecienteinfuencia del Partido bolchevique, quedaba todavía un largo caminopara determinar la política de los consejos como un todo. A comienzosde mayo, los capitalistas rusos y sus aliados todavía tenían la esperanzade revivir los frentes colapsados y ganar de nuevo apoyo popular parauna nueva ofensiva militar. Eso era lo que esperaban conseguirinvolucrando a los soviets en su gobierno.

Kerenski, que se había declarado a sí mismo portavoz de los Soviets enel anterior gobierno provisional, se convirtió ahora en Ministro deGuerra y Marina en un nuevo intento de embaucar a las masas condiscusiones sobre fortalecer el control de los soviets sobre el gobierno.De este modo las masas no fueron todavía lo sufcientementeconscientes para darse cuenta de que el poder de los soviets eraincompatible con un gobierno de ese tipo, es decir, que es imposibleimponer una política de paz con agentes del imperialismo.

Como Trotski dijo, la sensación era que si un Kerenski en el gobiernoera algo bueno, seis kerenskis serían incluso mejor.

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historiadores burgueses la tarea de analizar el grado de complicidad deKerenski en los primeros movimientos del golpe de Kornílov. Nuestratarea es mirar al cambio de drástico que se produjo en la conciencia delproletariado como consecuencia de las acciones de Kornílov.

Para ilustrar la diferencia citemos con generosidad al único historiadorde Europa Occidental que ha tenido acceso a los archivos rusos.

En crisis anteriores, en abril, junio y julio, las iniciativasespontáneas de los soldados bolcheviques y anarquistashabían dado pie a manifestaciones callejeras. Los elementosdirigentes del Partido bolchevique se habían visto obligados,al fnal, a asumir la responsabilidad de un movimientopuesto en marcha por los jóvenes de la organización militar.Como muestran las películas del momento habíaconsiderablemente menos trabajadores que soldados ymarineros.

Durante la sublevación de Kornílov, cuando la acción eradefensiva, ocurrió lo contrario. Los barrios proletarios fueronlos primeros en movilizarse, reclutando 40.000 hombres yarmando a 25.000 desde las fábricas a través de sus comitéso con armas dejadas por los marineros de Kronstadt durantelas jornadas de julio.

Una diferencia más importante fue que al desaparecer losanarquistas como fuerza motriz, la base militante y losmiembros más altos de la estructura bolchevique seaproximaron. Recordaban los efectos de la falta de disciplinaen julio y eran prudentes sobre la acción que pudiera provaruna reacción hostil; la autoridad del liderazgo del partido,que había sido perspicaz en julio, era ahora mayor. Como elpartido solicitaba, no tuvo lugar ninguna manifestación el 27de agosto. Sin embargo, los militantes de base estaban listospara la acción; respondieron al instante al llamamiento de laorganización contra el golpe de estado porque, a diferenciade Lenin, que estaba preocupado por cuestiones deestrategia global, no iban a «ser tomados desprevenidos» por

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Revolucionarios haciendo a Kerenski primer ministro, pues se pensabaque solo él tenía el apoyo de la mayoría del Soviet y el deseo de destruira los bolcheviques. Sin embargo, cuando poco después se hizo evidenteque que solo estaba preparado para perseguir a los bolcheviques pero nopara revertir el ascendente que habían ganado en los soviets desdefebrero, la vieja clase dominante comenzó inmediatamente a buscaruna verdadera fgura napoleónica. Impulsado por los embajadoresbritánico y francés, que continuamente promovieron la causa delGeneral Kornílov, el partido de la burguesía rusa, los «DemócratasConstitucionales» -conocidos como «kadetes»- ponía ahora todo su pesoal servicio de la instauración de una dictadura militar. Los capitalistasformaron una «Sociedad para la Recuperación Económica de Rusia» conel objetivo de fnanciar los planes de los kadetes y, por si todavía hicierafalta subrayar el cambio de táctica de la burguesía, los kadetes abrieronsus puertas a antiguos miembros de las «Centurias Negras», famosospor sus pogromos antisemitas y antiobreros bajo Nicolas II.Al mismo tiempo, el desastre de la ofensiva de junio forzó al generalBrusilov a dimitir, y Kerenski, bajo presión de la Unión de Ofciales y losembajadores de los aliados, fue forzado a nombrar a Kornílov comocomandante en jefe del ejército. Este había llamado la atención de losbritánicos porque había sido el primero en llamar a un fn de la ofensivapara que se pudieran tomar medidas que devolvieran el pleno controldel ejército a los ofciales. Ya había puesto en marcha esta política en suparte del frente disolviendo unidades que rechazaban luchar,desarmando a más de 7000 soldados, disparando sobre los desertores ydisolviendo por la fuerza los mítines de los soldados. Kerenski llegó a laconclusión de que podía salvar el esfuerzo de guerra y congelar larevolución en el punto al que ya había llegado, así que anuncio que:

Kornílov, cuyos puntos de vista son similares a los delgobierno provisional es el hombre que ha de salvar lasituación.

Una vez que Kornílov fue nombrado, el esquema contrarrevolucionarioechó a andar. Riga fue cedido deliberadamente a los alemanes para quePetrogrado se convirtiera en parte del frente y por tanto estuviera bajogobierno militar. Esto señaló el comienzo de la crisis. Dejaremos a los

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Pero mientras Kerenski en persona informaba a Buchanan, embajadordel imperialismo británico, que «los soviets morirán de muerte natural»,los verdaderos socialistas y revolucionarios, los bolcheviques,respondían a la retórica pequeño-burguesa sobre la democraciarevolucionaria con lo que ahora era una política claramente defnida.Explicaban pacientemente la «necesidad de que todo el poder del estadopase al proletariado y el semiproletariado». El Partido como un todoaceptaba ahora que su tarea era «aumentar el número de soviets,reforzarlos y consolidar la unidad de nuestro partido» en la preparaciónde la victoria sobre los capitalistas. Victoria que no podía conseguirse«en unos pocos días por un simple estallido de ira popular» ni por actosde prematuro aventurerismo, sino que requería organización y, porencima de todo, conciencia de clase. Esto es, la emancipación delproletariado de la infuencia de la la pequeña burguesía.

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Las jornadas de julio

Al ganar la batalla contra los «viejos bolcheviques», Lenin y susseguidores habían «rearmado» con éxito al Partido bolchevique. ElPartido tenía ahora un nuevo programa que correspondía al cambio realproducido por la Revolución de febrero. Hasta qué punto signifcó unpaso adelante para los bolcheviques puede verse en el hecho de que elnúmero de miembros del partido se multiplicó y que el apoyo al Partidoen las organizaciones obreras de Petersbugo alcanzara, según casitodas las estimaciones, el 30% en mayo. Esto era en sí mismo unproblema dado que los bolcheviques eran ahora la única fuerzaorganizada que llamaba a la extensión de la revolución y se oponía acualquier cooperación con los ministros burgueses del gobiernoprovisional. Muchos trabajadores jóvenes que estaban impacientes porentrar en acción, se unieron a las flas del Partido, especialmente a suOrganización de militares y a su club de soldados, el «Club Pravda».Estos nuevos elementos comprendían que los bolcheviques defendieran«todo el poder a los soviets» y «abajo el gobierno provisional». Lo que noentendían del todo es que no fueran consignas inmediatas.

El gobierno debe ser derrocado, pero no todos interpretanesto acertadamente. Mientras el poder del gobiernoprovisional se apoye en el Soviet de diputados obreros, no sepuede «sencillamente» derribarlo. Se lo puede y se le debederribar conquistando la mayoría en los Soviets.

Lenin. Conferencia de la ciudad de Petrogrado del POSD(b)R,15 de abril

Este consejo llegaba tras las manifestaciones espontáneas contra lanota de Miliukov. Muchos bolcheviques, con el comité de Petrogrado ala cabeza y el apoyo de los marineros de Krosntadt, habían deseadoconvertir esas manifestaciones en una insurrección armada.Argumentaban que las masas ya habían hecho suyas las consignascontra el gobierno provisional de Lenin. Muchos bolcheviques, dehecho, se unieron a las manifestaciones. Pocos días después en la

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La sublevación de Kornilov

Como vimos durante las jornadas de julio, los bolcheviques pudieronsobrevivir a la represión porque estaban frmemente enraizados en laclase trabajadora. Sin embargo hay llamar la atención a aquellos quehoy buscan lecciones simplonas: hemos de recordar que esto hubieraservido de poco o nada sin la fuerza acumulada por los trabajadores dePetrogrado en los lugares donde se concentraba, los barrios obreros deViborg y Petrogradki. Fue esta relativa fortaleza la que convirtió a estaszonas de la capital en fortalezas proletarias en las que el estado nopodía entrar tan fácilmente.

A esto hay que añadir la debilidad crónica de la burguesía rusa quehabía fracasado en todos sus intentos de derrocar al zarismo. Despuésde la Revolución de febrero, estaba intentando construir un estado quedependía completamente del capricho de la clase trabajadora paraseguir existiendo. Solo eran capaces de aparentar que mantenían elpoder mientras los trabajadores no se dieran cuenta de que sus propiosintereses de clase, es decir mientras los mencheviques y los eseristaspudieran sostener una mayoría, cada vez más fcticia, en el Soviet dePetrogrado. Para la burguesía rusa la caída del zar solo había signifcadoapartar el mayor obstáculo para ganar la guerra a la burguesía alemana.Así que el proletariado tuvo que encarar privaciones continuas a lo largode 1917 y solo pudo apoyarse en el único partido que se había opuesto ala guerra desde el principio. A principios de agosto, cuando el voto en elparlamento de la ciudad mostró un incremento del 14% para losbolcheviques respecto a mayo, parecía claro que las jornadas de juliosolo habían supuesto un pequeño alto para las esperanzasbolcheviques. Y conforme el proletariado ruso se unía cada vez más trasel Partido bolchevique, las grietas en la burguesía estallabanabiertamente.

La aparente derrota de los bolcheviques en julio renovó la confanza dela burguesía. Se introdujeron severas medidas disciplinarias en elejército, incluida la reinstauración de la pena de muerte, en un intentopor restaurar la disciplina. El Príncipe Lvov cedio a los Socialistas

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Lenin. A propósito de las consignas, mediados de julio de1917

Cavaignac fue el general que había dirigido la carnicería de lostrabajadores parisinos en Junio de 1848. La burguesía rusa pensó quehabían encontrado su propio Cavaignac un mes después en la personadel General Kornilov. Su intento de golpe supondría la tercera granprueba de los bolcheviques en 1917.

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séptima Conferencia Panrusa del Partido, Lenin subrayó el mensaje deque era demasiado pronto para actuar:

Al gobierno le convendría que el primer paso irrefexivohacia la acción lo diéramos nosotros; eso le convendría.(…)Para un partido proletario no hay error más peligroso quebasar su táctica en deseos subjetivos allí donde lo que hacefalta es organización. No podemos decir que la mayoría estácon nosotros; en este caso es necesario desconfar,desconfar y desconfar. Basar sobre los deseos la tácticaproetaria signifca matarla.

Lenin. Informe sobre el momento actual, 24 de abril

Lenin paso entonces a criticar a aquellos bolcheviques que habíanapoyado el que los trabajadores usaran la consigna de «Abajo elgobierno provisional!» contra la insistencia del Comité Central en quesolo la consigna de «¡Viva el Soviet de diputados de Trabajadores ySoldados» estaba justifcada en aquel momento. Lenin lo condenó-«consideramos eso como el mayor de los crímenes, como un crimen dedesorganización»- llegando a la conclusión de que:

El aparato de organización no ha demostrado ser lo bastantefuerte: no todos ponen en práctica nuestras resoluciones.

Lenin. Discurso de resumen de la discusión del informesobre el momento actual, 24 de abril.

Pero éstas eran debilidades propias de un partido proletario querefejaban los desniveles de conciencia en el seno del mismoproletariado.

Conforme avanzaba 1917, el hecho de que los bolcheviques eran la únicafuerza que representaba genuinamente a la clase trabajadora se volviómás claro cada día. El gobierno provisional había nacido comoresultado de la Revolución de febrero, producto del colapso de laeconomía rusa tras 1915. En febrero los salarios realis habían caído a un

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tercio de los de antes de la guerra y, a pesar de las grandes subidas entérminos nominales para algunos trabajadores, la situación no eramejor en julio debido a la infación masiva.

Los precios de los alimentos se duplicaban aproximádamente una vezal mes durante 1917 y el el hecho de que el gobierno provisional fueraaun peor a la hora de resolver los problemas de transporte que elzarismo, signifcó que las raciones de pan se redujeran de una libradiaria a tres cuartos en abril. Lo peor estaba por venir pues el número devagones con comida que llegaban a Petrogrado diariamente pasó de 351en abril de 1916 a 230 un año después. Solo un tercio de la demanda decarbón llegaba a la ciudad y en mayo los trabajos de fábricas comoPutilov tuvieron que parase hasta agosto en unos casos y septiembre enotros. Además de estos cierres temporales, 568 fábricas quebraron,aumentando el desempleo. No es sorprendente si cada vez más obrerostomaban parte en huelgas: se pasó de 35.000 en abril a 1.200.000 enoctubre.

Las huelgas eran una experiencia de politización para losque tomaban parte en ellas; veían con sus propios ojos cómolos empleadores hacían huelga de capitales y organizabanparos patronales, (…) cómo el gobierno se aliaba con lospatronos, doblegando a los comités de fábrica y enviandotropas a sofocar los desórdenes (…) Las huelgas eranimportantes (…) porque hacían atractivas las políticas delPartido bolchevique a los trabajadores que tomaban parte enellas.

S.A. Smith Red Petrograd p.118

Además, el gobierno provisional no podía resolver los otros dosproblemas desesperantes en la Rusia de 1917, el de la distribución de latierra y el de la guerra. Incluso la llegada al gobierno del partido quesupuestamente representaba a los campesinos, el SocialistaRevolucionario, hizo poco por poner en cuestión a los latifundistas en elgobierno provisional. Esto se debía a que los eseritas eranrigurosamente patrióticos e intentaban que los campesinosabandonaran las tomas de tierras hasta «después de la guerra».

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futuro inmediato, no tenía ninguna utilidad revolucionaria alproletariado. Pero no estaba contra el principio del Soviet:

En esta nueva revolución podrán y deberán surgir losSoviets, pero no serán los Soviets actuales, no serán órganosde conciliación con la burguesía, sino órganos de lucharevolucionaria contra ella. Cierto que también entoncespropugnaremos la organización de todo el Estado según eltipo de los Soviets. No se trata de los Soviets en general, sinode la lucha frente a la contrarrevolución actual y frente a latraición de los Soviets actuales.

Lenin. A propósito de las consignas, mediados de julio de1917

Los oponentes de Lenin, como Volodarski dejaron muy claro queaceptaban el análisis de Lelin sobre la naturaleza política del Soviet,pero que no aceptaban que ese fuera a seguir siendo siempre el caso.Estando en Petrogrado -y no en la clandestinidad en Finlandia- podíanver que para fnales de julio el apoyo bolchevique en los Soviets dedistrito estaba creciendo rápidamente. Además, más y másmencheviques desertaban de su partido y su colaboracionismo declases para unirse a los bolcheviques.

En cualquier caso se acordó que se establecería un comité para estudiarla cuestión de las consignas del Partido. Aunque esto signifcó que losbolcheviques pasaron un mes sin llamar a «¡Todo el poder para lossoviets!». El objetivo del debate sobre las consignas fue poner enguardia al Partido entero sobre la inminencia creciente de la cuestiónde la insurrección. En este debate Lenin apuntó que:

… el poder está en manos de una panndilla de militares a loCavaignac (en manos de Kerenski, de ciertos generales,ofciales, etc.), apoyados por la burguesía como clase, con elpartido de los Demócratas Constitucionalistas [kadetes] a lacabeza y con todos los monárquicos, que actúan a través detoda la prensa ultrarreacionaria

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esperanzas en que el Soviet simplemente reemplazaran al gobiernoprovisional mientras los líderes eseritas y mencheviques de los sovietsse mantuvieran comprometidos con la burguesía. Este argumento sehabía demostrado por su apoyo a la represión de Kerenski contra laclase obrera e vez de tomar el poder que los manifestantes de julio lehabían colocado en bandeja. De todo esto Lenin concluía que no teníasentido llamar a «Todo el poder para los Soviets» mientras estuvieraclaro que el Soviet era, de hecho, el mayor obstáculo.

Para todo tipo de liberales, progres, reaccionarios y formalistas el deseode Lenin de abandonar la consigna basta para confrmarles en sucreencia que que los bolcheviques no creían realmente en los sovietscomo forma de democracia proletaria.

Sin embargo, se puede llegar a esta conclusión solo si se ignora elmarco de la argumentación de Lenin y la naturaleza del debate en lassemanas que siguieron. Lenin, antes de nada, dejó claro que hubierapreferido que los Soviets tomaran el poder con independencia de quiéntuviera en ellos la mayoría.

El desarrollo pacífco habría podido realizarse entoncestambién en el sentido de que la lucha de las clases y de loslos partidos dentro de los Soviets, si éstos hubieran sumidooportunamente todo el poder del Estado, habría transcurridodel modo más pacífco y menos doloroso.

Lenin. A propósito de las consignas, mediados de julio de1917

Pero el tema clave que el partido de clase debe considerar en primerlugar es como aplastar los últimos vestigios del estado burgués antes deque las condiciones para la democracia proletaria puedan emerger. Conla dirección de los soviets atrincherada en su apoyo al gobiernoprovisional, y con los bolcheviques con un apoyo mucho más amplio enlas fábricas que en el Soviet -algunos mencheviques admitían ya que elapoyo bolchevique no se veía representando en la composición delSoviet- Lenin llegaba a la conclusión de que el Soviet, al menos en el

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Los campesinos hacían oídos sordos y seguían con su propia reformaagraria espontánea, ocupando tierras y, donde encontraban resistencia,atacando a los terratenientes. Con tan escasa base social el gobiernoprovisional -que nunca había sido elegido sino elegido por aquelloselegidos en las últimas Cortes zaristas) se vio forzado a apoyarse en lossoviets, que en aquel momento estaban dominados por losmencheviques y los eseritas. Bajo su infuencia los soviets habíanejecutado lo que Lenin califcó como «una cesión voluntaria del poderestatal a la burguesía y su gobierno provisional». Su bancarrota políticamostró pronto a los trabajadores rusos que solo había un partido con unprograma que defendía sus intereses contra el patriotismo y el«marxismo» abstracto de los mencheviques y los eseritas.

Esta división llegó su clímax en junio de 1917 en el primer CongresoPanruso de los Soviets, cuando el ministro menchevique Tseretelianunció que:

En el momento presente no hay partido político que puedadecir «dejad el poder en nuestras manos, iros, tomaremosvuestro lugar». No hay un partido así en Rusia.

Lenin respondió sin levantarse siquiera de donde estaba. El resto de laConferenca fue un forcejeo permanente de los bolcheviques paraintentar que los otros partidos votaran por el poder soviético y elderrocamiento del gobierno provisional. Habiendo fracasado a la horade conseguir que los otros partidos votaran a favor de su declaración deguerra al gobierno, los bolcheviques decidieron llevarlo a las masasconvocando una manifestación el 10 de junio. El Ejecutivo de los sovietsla denunció y forzó a que se abandonara, causando que Lenin fueraseveramente criticado por sus vacilaciones en el interior del partido. Encualquier caso, Tsereteli se extralimitó cuando pensó que llamando auna manifestación masiva en apoyo de los soviets la semana siguiente,podría dejar en evidencia la debilidad de los bolcheviques. Resultó quesu juicio del ánimo de los obreros de Petrogrado había sido un tremendoerror. Cuando la manifestación tuvo lugar el 18 de junio, solo unas pocaspancartas expresaban confanza en el gobierno provisional -eimplícitamente en el apoyo que el Soviet le daba- mientras, de acuerdo

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con el menchevique Sujanov, las consignas que trascendieron fueron enun 90% bolcheviques. Este éxito, sin embargo, llevaría al Partidobolchevique a la prueba más dura de 1917: las «jornadas de julio».

Se suele argumentar en las historias burguesas sobre la Revolución deoctubre que las jornadas de julio fueron un golpe bolchevique que saliómal, a diferencia de octubre que, según arguyen, fue un golpe de estadodel mismo tipo pero con éxito. Es uno de los elementos principales delargumentario que defende que lo que había en Rusia en 1917 era unvacío de poder en el que una banda de gangsters pudo introducirse yalzarse con el poder.

Sin embargo, durante los últimos diez años se han publicado nuevaspruebas, incluso por historiadores burgueses (en particular A.Rabinowitch en su «Prelude to Revolution») que demuestran que no erael caso. El origen de las jornadas de julio fue la revuelta espontánea delPrimer Regimiento de Ametralladoras de Petrogrado contra una ordenque les enviaba al frente para participar en la ofensiva de junioorganizada por el gobierno. En vez de intentar prevenir un estallidoprematuro por la acción de un único regimiento, parece que laOrganización de Militares Bolcheviques, contra toda disciplina departido, fue arrastrada por el movimiento. Su periódico, la «SoldatskaiaGazeta» llamó a derrocar el gobierno provisional y ayudaron a llevar lanoticia de la insurrección del regimiento de ametralladoras a losdistritos obreros de Viborg y a la base naval de Kronstadt.

Los representantes bolcheviques, Raskolnikov y Roshal, ya habían sidoaconsejados por una llamada de teléfono de Kamenev de intentarenfriar el movimiento. Sin embargo no tuvieron éxito y solo pudieronretrasar durante unas horas la participación de los marinos en unamanifestación armada. Cuando miles de trabajadores llegaron enmanifestación al cuartel general bolchevique de Petrogrado la noche del3 de julio, tanto la Organización de Militares Bolcheviques como elComité de Petrogrado aceptaron dar apoyo a la manifestación y ponersea su cabeza en la calle.

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obrera en Petrogrado su supresión por un gobierno reaccionario porpermanecer junto a las masas, al fnal consagró su apoyo entre la clasetrabajadora. Por eso la mayoría de los 32.000 bolcheviques dePetrogrado pudieron encontrar refugio en Viborg y otros barrios obrerosdonde las fuerzas del gobierno no se atrevían a entrar. Aunque muchasfábricas fueron registradas en busca de armas, pocas fueronencontradas y Kerenski -que se convirtió en primer ministro el siete dejulio- sabía que se arriegaba a una guerra civil a escala nacional siintentaba ir más allá. Además, los líderes del Soviet tuvieron buencuidado de dar una pausa a la represión ya que su naturalezareaccionaria estaba ayudando al proletariado a ver aun más claramenteque los bolcheviques eran la única fuerza genuinamente proletaria en laRusia del momento.

La debilidad de la represión contra los bolcheviques puede calibrarsepor el hecho de que solo uno de los miembros del Comité Central fueencarcelado -Kamenev- y a pesar de que Lenin y Zinovievpermanecieron ocultos hasta octubre, pudieron tomar parte en losdebates del Partido. En fecha tan temprana como el siete de julio, elComité de Petrogrado pudo lanzar folletos de nuevo y sus miembros nosolo no cayeron sino sino que tomaron protagonismo una vez más tanpronto como la espina dorsal del aparato del Partido se reorganizó. El 26de julio arrancó «en una amplia sala de asambleas en el corazón deldistrito de Viborg» el Sexto Congreso del Partido bolchevique, ycontinuó sus trabajos, sin percances, durante los cinco días que duraronlos debates sobre el nuevo curso del Partido. El Partido ya habíaaprendido la necesidad de una mayor centralización en sus propias flasy la Organización de Militares había sido puesta bajo estrechasupervisión por el partido. El Comité Central tomo para sí susresponsabilidades en el Pravda y sus líderes fueron criticados por suaventurerismo durante las jornadas de julio.

El tema principal en el orden del día del Sexto Congreso fue, encualquier caso, el siguiente paso de la clase trabajadora. Los seguidoresde Lenin habían circulado un texto, «Sobre las consignas», cuyaprincipal idea era que las jornadas de julio habían demostrado que ya noera posible un desarrollo pacífco de la revolución. No podían ponerse

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ejército ruso, el gobierno persuadió a muchas unidades de Petrogrado avolver a los cuarteles. Al mismo tiempo el gobierno provisional no tardóen usar el apoyo del Comité Ejecutivo del Soviet para traer del frentetropas leales al esfuerzo de guerra. Cuando el 5 de julio Pravda anuncióel fn de las manifestaciones, la represión ya había comenzado. Lasofcinas del Pravda fueron tomadas y sus rotativas destruidas. Lenin lasabandonó poco antes de que llegara el destacamento envidado por elgobierno provisional, pero detención, la de Kamenev y la Zinoviev ya sehabían ordenado y cientos de bolcheviques fueron arrestados y muchosde ellos linchados. Reaccionarios de todo tipo salían ahora de susmadrigueras para participar en la caza del bolchevique. La delantera latomaron los líderes mencheviques del gobierno provisional, Tsereteli yDan, que incluso ¡¡ordenaron el cierre de un periódico menchevique(«Novaia Zhizn») dirigido por Gorki!!

Todo eso solo podía dar alas al ataque contra los trabajadores engeneral, así que pronto los mismos mencheviques y eseritas estabanbajo el ataque de los antisemitas de las «Centurias Negras» que habíansido instrumentos del terror anti-obrero durante la época zarista. Estareacción desvergonzada solo sirvió para subrayar a la clase trabajadorala naturaleza proletaria del Partido bolchevique.

De hecho, aunque los bolcheviques pasaron por una crisis temporal deconfanza entre algunos de sus seguidores en las fábricas, que sedistanciaron durante un tiempo del Comité Central, e incluso sepusieron bajo el control del Comité Ejecutivo del Soviet, en apenasquince días lo peor había pasado. Dadas las intenciones asesinas de laburguesía y su creencia en que «los bolcheviques habían sidodestruidos» en esta ocasión, lo destacable es que fueran capaces desobrevivir.

La principal razón fue su apoyo entre las masas, que nunca se rompió apesar los titubeos durante los momentos álgidos de la represión. Losbolcheviques habían hecho causa durante demasiado tiempo de losintereses proletarios, especialmente de la lucha contra la guerra, paraque las masas los abandonaran ahora. El gobierno culpó a de lasjornadas de julio solo a los bolcheviques, pero en los centros de la clase

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Al día siguiente los marineros de Kronstadt llegaron, armados, al cuartelgeneral bolchevique. Ellos y con ellos, miles de trabajadores y soldadosmás, solicitaban que Lenin les hablara. Lenin estaba fuera de la capitalcuando tuvo noticias de la nueva movilización. Solo había vuelto pocoantes. Al principio era reacio a hablar a los manifestantes perofnalmente accedió ha hacerlo, gruñendo a Podvoiski, líder de laOrganización de Militares, «habría que mandarte a la mierda por esto».

Su discurso fue una decepción para las masas ya que solo convocó auna manifestación pacífca, apuntando que obtendrían la victoria «undía por venir». A los trabajadores armados, listos para acabar con elenemigo de clase allí y en ese mismo momento, resultó incomprensible.

Lenin fue criticado por los elementos más impacientes del Partido tantoen aquel momento como después por su «carencia de liderazgo». Sinembargo, para entender su posición debemos ver la realidad de lasituación en 1917. Sin duda, si los bolcheviques hubieran convertido lamanifestación en un ataque directo al gobierno provisional el 4 de julio,le hubiera llevado al colapso. Pero si los bolcheviques hubieranderrocado al gobierno provisional, ¿qué hubiera ocurrido entonces? Nopodían entregar el poder a los soviets dado que estos estaban todavíadominados por la política menchevique y eserita de apoyo a laburguesía. Un marinero de Kronstadt dio rienda suelta a la frustraciónque los trabajadores sentían ante esta política cuando, en mitad de unaintervención del líder eserita Chernov le gritó: «¡¡Estúpido, toma el podercuando te lo sirven en bandeja!!». Y los bolcheviques no podíanmantenerse en el poder por sí mismos dado que no tenían un apoyosufciente, ni siquiera en las ciudades, como para sacar adelante suprograma. Como Lenin había declarado en muchas oportunidades antesy durante la crisis

No se puede pasar por encima del pueblo. Solo los soñadoreso los conspiradores creían que la minoría puede imponer suvoluntad a la mayoría. Así pensaba el revolucionario francésBlanqui y estaba equivocado. Cuando la mayoría del pueblono quiere tomar el poder en sus manos, porque aun no lo

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comprende, la minoría, por revolucionaria e inteligente quesea, no puede imponer sus deseos a la mayoría del pueblo.

De aquí surge precisamente nuestro modo de actuar.

Nosotros, los bolcheviques, debemos explicar a los obreros ycampesinos nuestros puntos de vista, paciente, peroinsistentemente. Cada uno de nosotros debe olvidar comoconcebía antes nuestra labor; sin esperar la llegada delagitador, del propagandista o del camarada que tiene másconocimientos y puede explicarlo todo, cada uno debemultiplicarse, ser agitador, propagandista y organizador denuestro Partido.

Solo así lograremos que el pueblo comprenda nuestradoctrina, pueda analizar sus propias experiencias y tomerealmente el poder en sus manos.

Lenin. Informe en la reunión de la organización dePetrogrado, 8 de mayo de 1917

Esto es lo que muchos en el Partido bolchevique pasaron por alto.Ardiendo en deseos de librarse del enemigo de clase, no vieron que undeseo subjetivo no era condición sufciente para la victoria de la clasetrabajadora.

Sin embargo, aunque Lenin era crítico con los golpitas y blanquistasdentro del Partido, también reconoció el 4 de julio que el partido declase tenía que permanecer con la clase. Esto lo expresó tambiénRaskolnikov en sus memorias de lo que había pasado en Kronstadt. Apesar de los argumentos bolcheviques contra el levantamiento,

…para nuestro Partido haber roto con el movimientoespontáneo de las masas de Kronstadt hubiera sido un golpeirreparable a su autoridad. Por otro lado, un levantamientoarmado nos habría condenado a una derrota segura.Podríamos haber tomado el poder con relativa facilidad perono estábamos en posición de conservarlo.

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Raskolnikov. «Kronstadt and Petrograd», p.150

Como el propio Lenin apuntaba casi dos años después de la crisis:

Cuando las masas luchan, los errores en la lucha soninevitables. Y los comunistas, que ven esos errores se losexplican a las masas y se esfuerzan por que los corrijan, losque defenden la conciencia sobre la espontaneidad, siguencon las masas. Vale más estar con las masas combatientes,que en el curso de la lucha se libran paulatinamente de loserrores, que con los intelectualillos, flisteos y kautskianos,que esperan la «victoria completa» desde su retiro.

Lenin. Los prohombres de la Internacional de Berna, 28 demayo de 1919

Este es seguramente el epitafo que mejor cierra el episodio. Lasjornadas de julio mostraron que incluso contra una burguesía que esdébil, que está fragmentada y quebrada políticamente como la de Rusiaen 1917, la clase trabajadora no puede aspirar a derrocarla sin unir todassus fuerzas mediante un instrumento político que dirija su lucha, elPartido.

Los soviets, aunque son la expresión del movimiento del conjunto de laclase trabajadora no son el intrumento del asalto al poder del estadoburgués dado que, como muestra la experiencia de julio, contienenelementos que apoyan a ése poder. No fue el gobierno provisional el quellamó a las tropas que reprimienron a los trabajadores que tomaronparte en las jornadas de julio, sino el ejecutivo menchevique-eserita delSoviet de Petrogrado. A pesar de haber sido un tremendo revés en elcorto plazo para los bolcheviques, las jornadas de julio tambiénsubrayaron la naturaleza proletaria del bolchevismo frente a lospartidos de la mayoría en el soviet.

Esto fue aun más claro en los días que siguieron a las jornadas de julio.Haciendo circular la calumnia de que Lenin era un espía alemán y quelos bolcheviques estaban pagados por los alemanes para perturbar al

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