la revolucion de octubre sin mitos

5/28/2018 La Revolucion de Octubre Sin Mitos

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ACTASDEL COMITE CENTRAL

DEL PARTIDO OBRERO

SOCIAL DEMOCRATA

RUSO

OCTUBRE 1917-

FEBRERO 1918


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LA REVOLUCION DE OCTUBREsin mitos


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los libros de TESIS 11

Francisco Linares, Accin psicolgica,praxis polticay menemismo

Antonio Gramsci, Escritos Periodsticos

"L'Ordine Nuovo"(1919-1920)Seleccin de trabajos

"La Revolucin de Octubre sin mitos",Actas del Comit Central delPartido Obrero Social Demcrata Ruso (bolchevique) - Octubre1917-Febrero 1918


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LA REVOLUCION DE OCTUBREsin mitos

Actas del Comit Central

del Partido Obrero SocialDemcrata Ruso (bolchevique)Octubre de 1917 a Febrero de 1918

Buenos Aires

1991


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Diseo Grfico: Oscar Daz

Tesis 11 Grupo EditorHecho el depsito que marca laley 11723Impreso en ArgentinaBuenos Aires 1991I.S.B.N. 950-99802-2-6


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PRESENTACION

Las Actas del Comit Central del Partido Obrero Social DemcrataRuso reunidas en el presente volumen corresponden al perodo queva desde Octubre de 1917 hasta Febrero de 1918. En rigor, el Comi-t Central del POSDR comenz a funcionar el 4 de Agosto de 1917,es decir poco despus que el VI Congreso, reunido entre los das 26de Julio y 3 de Agosto de 1917, procediera a elegir a los nuevos miem-

bros de dicho rgano de direccin en sustitucin de los que habansido elegidos en la VII Conferencia de Abril (24-29/4/1917).

Como puede verse en nuestro libro hemos tomado solo las Actasque contienen las deliberaciones en los momentos previos al triun-

fo de la insurreccin armada y, ms tarde, las que tuvieron lugar entorno a la firma de la Paz de Brest-Litovsk. Son sin duda los docu-mentos ms importantes relacionados con la actividad del ComitCentral duran te todo,el perodo de su actuacin (comienzos de Agos-to de 1917 has ta principios de Marzo de 1918). Se ha prescindido delas Actas anteriores que estn en lo fundamental dedicadas a pro-

blemas organizativos y que solo registran en trminos lacnicos lasresoluciones que s adoptan en ellas, los grandes temas del proce-so revolucionario aparecan sin la consideracin debida, dndose en

cambio un lugar destacado a cuestiones accesorias.Nuestra seleccin comienza con la Reunin del Comit Central

del 10 (23) de Octubre de 1917. A pocos das del triunfo de la revo-lucin dicha sesin alcanza una trascendencia histrica. Por prime-ra vez desde que ha sido electo este cuerpo orgnico se encuentra

presente Lenin. El Acta consigna entre otros la presencia de Zino-viev, Kmenev, Trotski, Stalin, Sverdlov, Dzerzhinski, Kollantay.En el curso de la reunin, Lenin hace un llamado a combatir ciertaindiferencia hacia la insurreccin y a prestar atencin a la prepara-

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cin tcnica de la misma. Considera que "polticamente, la situacines completamente propicia para la toma del poder". Salvo Kmenevy Zinoviev, todos los presentes aprueban la decisin de preparar lainsurreccin. Como anexos a la referida Acta se acompaan las de-claraciones escritas de Kmenev y Zinoviev oponindose a la reso-

lucin.A partir de esta Acta, ella misma y las que la suceden encierranun gran valor documental, imprescindible para comprender un pro-ceso histrico de enorme significacin en la vida de la humanidad.Entre las fechas de la primera y la lt ima Acta que recoge nuestrotexto transcurren slo cuatro meses, muy poco tiempo y sin embar-go, en ese breve lapso se precipitan vertiginosamente acontecimien-tos de colosal importancia para Rusia Sovitica, y no tan slo paraella, para el mundo entero. Por sus pginas desfilan ante nosotros

la victoria de la insurreccin de Octubre, la disolucin de la Asam-blea Constituyente, las sucesivas crisis en la dirigencia sovitica,los intentos encaminados a escamotear el poder a los bolcheviques,la dura y dramtica polmica en tomo a la firma de la paz anexio-nista impuesta por las potencias imperialistas.

Con las Actas de las reuniones que tuvieron lugar el 23 y el 24 deFebrero de 1918 se cierra la serie de documentos que registran la ac-tuacin del Comit Central elegido en el VI Congreso. Ellas recogenlas secuencias finales de la prolongada y tensa discusin sobre la fir-ma de la paz de Brest-Litovsk que prcticamente dividi en dos almximo rgano de direccin. Fue en medio de ese clima que Leninplante su renuncia si no se aceptaba la firma de la paz. Cualquierotro camino: "La guerra revolucionaria" o la ambigua posicin de "nocombatir pero tampoco firmar la paz" era para Lenin "la condena amuerte del poder sovitico".

Las Actas adquieren entonces el mrito de ser un testimonio in-soslayable de las agudas luchas polticas que se libraron en el esta-

do mayor de la primera revolucin socialista triunfante. El conoci-miento de las opciones decisivas que se deriman y el rigor de las lu-chas polticas que sostenan entre ellos los dirigentes de la revolu-cin, nos dan un mejor punto de observacin para comprender las vi-sicitudes que envolvieron, ms tarde, el devenir de la historia de laUnin Sovitica.

Ser vano el esfuerzo de quien busque en las Actas los elemen-tos que permitan destruir las figuras de Stalin o Trotski. Ni uno niotro han sido, como se ha pretendido, los dirigentes casi nicos, al

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lado de Lenin, de la Revolucin de Octubre. Pero a su vez las Actashacen justicia al ubicarlos como grandes protagonistas del procesorevolucionario. Las notas van dibujando, sin proponrselo, con el co-rrer de las pginas, los mritos y los defectos -y an-los estados denimo del grupo de los mximos dirigentes bolcheviques.

Los apuntes tienen junto a los valores mencionados, insuficien-cias nada desdeables. La recopilacin es incompleta, no todas lassesiones han sido r e c o g i d a sen las Actas; algunas sencillamente sehan perdido en medio de la agitacin de esos meses que conmovie-ron al mundo, donde a confeccin y el archivo de los documentos erauna tarea muy difcil. A Elena Stsova -a la sazn candidata al Co-mit Central y Secretaria del mismo- le corresponde el merecimien-to de haber escrito de puo y letra en simples hojas de papel arran-

cadas de un cuaderno los debates que sostenan sus compaeros.Stsova no contaba, obviamente, con el auxilio de un taqugrafo o deun grabador. No pocas veces el texto se vuelve indescifrable o que-da trunco. El lector se encuentra adems, con referencias ligeras ahechos o problemas supuestamente conocidos. Es posible que algu-na nota provoque la duda u obligue a consultar algn texto histri-co. Apartir de la Reunin del 10 (23) de Octubre de 1917 otros miem-

bros del Comit Central elaboran notas por separado de los debates.En nuestra recopilacin se toman ambas fuentes de informacin, es-

ta ltima y la que proviene de las notas de Stsova.Muchos aos despus de su elaboracin las "Actas" han sido uti-lizadas como arma poltica. Las utiliz Stalin para su lucha contraTrotski y, ms tarde, las "Actas" fueron resucitadas luego del XXCongreso del PCUS para combatir el culto a la personalidad de Sta-lin. En ambos casos las "Actas" sirvieron para disolver ciertos equ-vocos y desmistificar personajes que sobrevaloraban su papel en larevolucin.

Hoy, en los tiempos de la Perestroika, de profunda renovacin dela teora y la prctica del socialismo, las "Actas" adquieren una ac-tualidad particular. Ciertos temas del debate de aquellos das de Oc-tubre reaparecen -de otra forma en la polmica actual. Segura-mente habr ms de una interpretacin sobre esta documentacin.No faltaran los que busquen en estos apuntes argumentos que for-talezcan sus posiciones en el debate. En todo caso las "Actas" sonuna obra que moviliza el pensamiento con cabeza propia. Tal vez porello, la difusin de las mismas encontr tantas dificultades y miles

de revolucionarios vivieron tantos aos sin conocerlas.

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NOTAS PRELIMINARES

Las Actas han sido agrupadas en dos partes. La primera com-

prende el perodo que se inicia el 10 (23) de Octubre de 1917 yconcluye el 11 (24) de Diciembre del mismo ao. La segundaparte se inicia el 9 (22) de Enero de 1918 y termina el 24 de Fe-brero de 1918.

Las Actas se nutren de dos fuentes de informacin: una, con losapuntes de la Secretaria del Comit Central Elena Stsova; yla otra, son las notas tomadas por uno u otro miembro del Co-mit Central. El Acta de la Reunin del 29/XI (12/XII) de 1917

presenta como nico caso las versiones de las dos fuentes de do-cumentos, ya que contienen diferencias apreciables.

En cuanto a las fechas se ver que has ta el 1 (14) de febrero de1918 se indican siempre dos fechas. Las que van sin parnte-sis corresponden al viejo calendario ruso, y las que no los tie-nen, a nuestro calendario.

En la Segunda Edicin Rusa las Actas eran numeradas. Noso-tros hemos preferido identificarlas por la fecha en que fuerontomadas.

TESIS 11Grupo Editor


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EL COMITE CENTRAL Y SU LUCHAPOR LA VICTORIA

DE LA INSURRECCIONARMADA DE OCTUBREY LA CONSOLIDACION

DEL PODER SOVIETICO


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ACTA DE LA

REUNION DEL COMITE CENTRALDEL 10 (23) DE OCTUBRE DE 1917

[El acta de la reunin del 10 (23) de octubre de 1917 del ComitCentral consiste en notas originales tomadas por un secretario, escri-tas por ambas caras con creyn simple sobre tres hojas arrancadasde un cuaderno de formato grande. El acta comporta una correccinde redaccin de mano de I. M. Sverdlov. Un segundo ejemplar del ac-ta se encuentra en el cuaderno de actas del Secretariado del Comi-

t Central del POSDR (b).El texto del acta se publica segn las notas tomadas a mano, co-

tejadas con el que se encuentra en el cuaderno del Secretariado delComit Central.

Al acta se adjuntan los documentos siguientes: 1) Copia mecano-,grafiada de la resolucin del Comit Central sobre el levantamien-to armado, que lleva el cuo del Comit Central del POSDR (texto dela resolucin original escrita por V. I. Lenin). La resolucin se repro-duce en el texto del acta; 2) La declaracin de Zinoviev y de Kmenev

"A propsito de la situacin actual", del 11 de octubre de 1917 (veranexo). El texto est mecanografiado, las firmas han sido impuestasa mano].

Presentes: Lenin, Zinoviev, Kmenev, Trotski, Stalin, Sverd-lov, Uritski, Dzerzhinski, Kollontay, Bubnov, Sokolnikov, Lo-mov (Oppokov).

Presidente: Sverdlov.

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Orden del da:

1. El frente rumano.2. Los lituanos.3. Minsk y el frente del Norte.

4. La situacin actual.5. Congreso regional.6. Retirada de las tropas.

1. El frente rumanoLa informacin la da el camarada Sverdlov. En el frente ruma-

no acaba de tener lugar una conferencia socialdemcrata de todoslos matices. Se elabora una lista mixta. Han ido al Comit Central(unificados). Han sido aprobados. Piden saber la opinin de nuestroComit Central con respecto a estepunto: 4 bolcheviques entre20candidatos.1

Se decidi: teniendo en cuento la decisin del Congreso, la cons-titucin de bloques, cualesquiera que stos sean, resulta inadmisi-ble.2

2. Los lituanosIrforma: el camarada Sverdlov

Los lituanos han celebrado una conferencia en Mosc que ha de-mostrado que, muy a menudo, lo$"defn sistas*hacen declaracionesen que se proclaman del Partido. Para remediarestestado de co-sas, se ha decidido elegir un centro provisional que se situar, contoda la Conferencia, bjo el estandarte bolchevique.Hayque reco-nocer ese centro.

El camarada Lomov (Oppokoy). Piensa que hay que reconocerlo.Pero no hay que perder de vista que han participado organizacionesdefensistas en la Conferencia.

Se reconoce el bur provisional.9

3. Minsk y el frente del NorteInforma Sv (erdlov).Han venido representantes de ciertos ejrcitos del frente Norte

y han afirmado que se prepara un asunto turbio en ese Arente con laretirada de las tropas hacia el interior.

Desde Minsk se nos hace saber que se est preparando un nue-

vo motn korniloviano. Dado el carcter de la guarnicin, Minsk se

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halla rodeado de tropas cosacas. Se estn efectuando conversacio-nes de carcter sospechoso entre los estados mayores y el CuartelGeneral. Hay agitadores que hacen propaganda contra los bolchevi-ques entre los osetos*"y diferentes cuerpos de tropa. En el frente,empero, elestadode nimo est a favor de los bolcheviques: los se-guirn contra Kerenski, No se posee ningn documento. Podra ob-tenrselos a condicin de apoderarse del Estado Mayor, lo que resul-ta, tcnicamente, por completo imposible en Minsk; la guarnicin lo-cal puede al mismo tiempo desarmar a todo el cinturn de tropas.Toda la arti llera se halla acorralada en los pantanos de Pinsk. Des-de Minsk, pueden enviar un cuerpo de tropa a Petrogrado.

4. Hace uso de la palabra sobre la situacin actual

el camarada Lenin**Hace constar que desde comienzos de setiembre se observa una

cierta indiferencia hacia el problema d la insurreccin. Y esto esinadmisible si planteamos seriamente la consigna de todo el poderpara los Soviets. Por eso, hace ya tiempo qu debamos prestar aten-cin a la parte tcnica del problema. Ahora parece que se ha dejado

pasar mucho tiempo.No obstante, el problema es candente y el momento decisivo es-

t cerca.La situacin internacional es tal que la iniciativa debe ser nues-

tra.Lo que se trama con el retroceso del frente hasta Narva y la en-

trega de Petrogrado4nos obliga an ms a tomar medidas decisivas.La situacin poltica tambin influye imperativamente en este

sentido. Si el 3 y 5 de julio hubiramos querido realizar actos deci-sivos, hubiramos fracasado por no tener mayora***. Desde aquelentonces, hemos venido progresando a pasos agigantados.

El ausentismo y la indiferencia de las masas pueden ser explica-dos por el hecho de que las masas se han cansado de palabras y re-soluciones.

La mayora est ahora con nosotros. Polticamente, la situacines completamente propicia para la toma del poder.

* Pueblo de la regin del Cucaso.** En el texto original escrito a mano, el nombre de Lenin est cuidadosamente tacha-

do.*** Manifestaciones espontneas de obrerosysoldados en Petrogrado que fueron feroz-

mente reprimidas entre el 3 y el 5 de julio ele 1917.

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El movimiento agrario tambin se proyecta en la misma direc-cin, porque est claro que se necesitaran fuerzas gigantescas pa-ra sofocar este movimiento. La consigna de la toma de toda la tierraae ha convertido en consigna general de los campesinos. En conse-cuencia, la situacin poltica est preparada. Hay que hablar de laparte tcnica. Eso es todo. Sin embargo, nosotros, siguiendo a los de-fensistas, nos inclinamos a considerar la reparacin sistemtica dela insurreccin como una especie de pecado poltico.

Esperar hasta la Asamblea Constituyente, que evidentementeno estar con nosotros, es absurdo, porque significa complicar nues-tro problema.

Hay que aprovechar el congreso regional y la proposicin deMinsk para iniciar las acciones decisivas.

El camarada Lomov (Oppokov) hace uso de la palabra para dara conocer la posicin del Bur regional y del Comit de Mosc8, ascomo la situacin general en Mosc.

El camarada Uritski constata que somos dbiles* no slo desde elpuntode vista tcnico, sino tambin en todos los sectores de nues-tra labor.Hemostomado numerosas decisiones. Pero no se ha em-prendido ninguna accindecisiva.El Soviet de Petogradoestde-sorganizado, no hay sino muy pocos mtines,etc.

En qu fuerzas nos apoyamos?

LQSobreros de Petrogrado poseen 40.000 fusiles, pero eso no re-suelve, la cuestin: es infinitamente poco.La guarnicin, despus de las jornadas de julio, no os deja mu-

chas esperanzas. Sin embargo, en todo caso, si nos orientamos ha-cia la insurreccin, entonces de verdad hay que hacer algo en estesentidp. Hay quedecidirtea acciones determinadas.

El camarada Sverdlov nos informa d todo lo que l puede saberacerca de la situacin en toda Rusia.

Se toma la siguiente decisin:

"El Cofnit Central reconoce que tanto la situacin Internacionalde la revolucin rusa (sublevacin de la flota alemana6, manifesta-cin extrema del progreso de la revolucin socialista mundial en to-da Europa y amenazas de una paz* imperialista, con el fin de sofo-car la revolucin en Rusia), como la situacin militar (la indudable

* En el tomo VI de loa Obras de J.V.Stalin, pg. 315 (Ed. Fundamentos, Buenos Ai-rea, 196$}, este ltimo agreg al presente texto la observacin siguiente: debera le-

erse seguramente: "de paz separada'. J. St.

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decisin de la burguesa rusa y de Kerenski y Ca. de entregar Pe-trogrado a los alemanes), la conquista de la mayora en los Soviets

por el partido proletario, el levantamiento campesino y el giro de laconfianza popular hacia nuestro Partido (las elecciones en Mosc)7

y, finalmente, la evidente preparacin de una nueva aventura deKornilov (alejamiento de las tropas de Petrogrado, concentracin decosacos cerca de Petrogrado, cerco de Minsk por los cosacos, etc.), co-loca a la orden del da la insurreccin armada.

El Comit Central hace constar que la insurreccin armada esinevitable y propone a todas las organizaciones del Partido guiarse

por ello y desde este punto de vista discutir y resolver todos los pro-blemas de orden prctico (el congreso de los Soviets de la regin Nor-te, el alejamiento de las tropas de Petrogrado, las intervenciones de

los habitantes de Mosc y de Minsk, etc.).Diez miembros se pronuncian a favor de la decisin, 2 en contra8.El camarada Dzerzhinski propone crear, para garantizar la di-

reccin poltica en los das venideros, un Bur Poltico constituidopor miembros del Comit Central.

Luego de un intercambio de opiniones, se acepta la proposicin.El Bur Poltico es creado y comprende a 7 camaradas (comit de re-daccin + dos personas + Bubnov)*.

Se plantea despus la cuestin de la creacin del Bur Poltico del

Comit Central. Se decidi formar el Bur con los 7 camaradas si-guientes: Len (in), Zin (oviev), Kam (enev), Tr (ostki), Sta (lin), Sok(olnikov), Bub (nov).

Anexo

DECLARACION DE KAMENEV Y DE ZINOVIEV

DEL 11 (24) DE OCTUBRE DE 1917

Queridos camarads!En la ltima reunin del Comit Central quedamos en minora

y votamos los dos contra las tesis que se adoptaron. Dada la impor-tancia del problema, hemos estimado necesario exponer separada-

* En el texto original manuscrito, el pasaje: El camarada Dzerzhinski propone... (co-mit de redaccin + dos personas + Bubnov) est escrito al dorso de la hoja y ha si-

do posteriormente tachado.

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mente, en un resumen adjunto a la presente declaracin, el conte-nido de huestras intervenciones a esa reunin, y os pedimos que ad-

juntis nuestra presente declaracin a las actas de la reunin. Es-timamos que es nuestro deber informar al Comit de Petrogrado, alComit de Moscal Comit regional de Mosc y al Comit regionalfinlands de nuestra presente declaracin; La forma que hemos es-cogido para redactar nuestra declaracin os parecer, evidentemen-te, ciara sin explicacin alguna.

G. ZinovievY. Kmenev

A los Comits del POSDR de Petrogrado, deMosc, de la regin de Mosc, de la regin fin-landesa, a la fraccin bolchevique del Comit

Ejecutivo Central, al Comit Ejecutivo de Pe-trogrado de los Soviets de diputados obreros ysoldados, a la fraccin bolchevique del Congre-so de los Soviets de la regin del Norte.

propsito de la situacin actual.En relacin con la situacin poltica general, la salida de los bol-

cheviques del preparlamento plantea a nuestro Partido la siguien-te pregunta: ydespus?

En los crculos obreros se forma y se ampla una-corriente que vela nica solucin posible en la proclamacin inmediata del levanta-miento armado. Concurren hoy de tal modo todas las circunstan-cias, que si se habla de insurreccin armada hay que proclamarla yadirectamente para los das prximos. En una u otra forma, estacuestin es ya objeto de discusiones en toda la prensa, en las reunio-nes obreras, y preocupa a amplios crculos de militantes del Parti-do. Por nuestra parte, estimamos que esnuestro deber y que nos co-rresponde declarar nuestra opinin al respecto con total sinceridad.

Estamos ntimamente persuadidos de que proclamar ahora la in-surreccin armada significara poner enjuego la suerte no slo denuestroPart ido, sino tambin de la revolucin rusa e internacional.

No es posible duda alguna: hay circunstancias histricas en queuna clase oprimida debe reconocer que ms vale salirle al paso a laderrota que capitular sin lucha. Se encuentra la clase obrera rusa,actualmente, ante semejante situacin? No, mil veces no!

Gracias al considerable incremento de la influencia de nuestro

Partido en tas ciudades y sobre todo en el ejrcito, acaba de crear-

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se hoy una situacin tal que el sabotaje de la Asamblea Constituyen-te se convierte en asunto cada vez ms difcil para la burguesa. Conel ejrcito, y con los obreros, tenemos en jaque a la burguesa: la bur-guesa se halla en tal situacin que si se le ocurriera en estos mo-mentos sabotear la Asamblea Constituyente empujara de nuevo alas masas pequeoburguesas hacia nosotros y el disparo se produ-cira solo.

Son excelentes las posibilidades de nuestro Partido en las elec-ciones para la Asamblea Constituyente. Estimamos que los rumoresdifundidos por nuestros adversarios polticos, segn los cuales la in-fluencia del bolchevismo empieza a disminuir, etc., estn absoluta-mente desprovistos de fundamento; semejantes afirmaciones no sonms que un procedimiento de un juego poltico calculado de mane-

ra que provoque la accin de los bolcheviques en condiciones que re-sulten favorables para nuestros enemigos. La influencia del bolche-vismo crece. Capas enteras de la poblacin trabajadora no hacen si-no empezar a seguir al bolchevismo. A condicin de emplear una tc-tica justa, podramos obtener un tercio de los asientos, o an ms,en la Asamblea Constituyente. La posicin de los partidos pequeo-

burgueses en la Asamblea Constituyente no podra ser exactamen-te lo que actualmente es. Ante todo, su consigna "Por la tierra, porla libertad, espera que la Asamblea Constituyente" se ver supera-

da. Adems, el aumento de la miseria y del hambre, el desarrollo delmovimiento campesino, los empujarn siempre hacia adelante y losobligarn a buscar la alianza con el partido proletario contra los te-rratenientes y contra los capitalistas representados por el partidokadete.

La Asamblea Constituyente, en s misma, evidentemente no po-dra cambiar la relacin real de las fuerzas sociales. Pero pondr aldescubierto esa relacin, por el momento camuflada. Los Soviets,que han llegado a formar parte de la vida corriente, no podran ser

aniquilados. Ya en la actualidad, en muchas localidades, los Sovietsejercen prcticamente el poder.

La Asamblea Constituyente, por su parte, no podra apoyarse ensu labor revolucionaria, sino nada ms que en los Soviets y slo enellos. La Asamblea Constituyente, ms los Soviets: he ah el tipomixto de institucin gubernamental haca el cual nos encaminamos.Sobre semejante base poltica, nuestro Partido lograr enormes po-sibilidades para una victoria efectiva.

Nunca hemos dicho que la clase obrera rusa, enteramente sola,

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por sus propias fuerzas, fuera capaz de hacer culminar victoriosa-mente la actual revolucin. Nunca hemos olvidado, y no debemos ol-vidar aun en este momento, que entre nosotros y la burguesa exis-te un enorme tercer campo, el de la pequea burguesa. Ese campose uni a nosotros en las jornadas de Kornilov y nos garantiz la vic-toria. Se unir a nosotros ms de una vez todava. Es inadmisible de-

jarse hipnotizar por lo dado en la actualidad. Sin duda, en el momen-to actual, ese campo se encuentra mucho ms cerca de la burguesaque de nosotros. Ms la actual situacin no es eterna ni inmutable.Y bastara con una imprudencia, con una seccin desconsideradaque hiciera depender todo el destino de la revolucin de un levanta-miento inmediato, para que el partido proletario empujara a la pe-quea burguesa en brazos de Miliukov y pormucho tiempo.

Dicen: 1) Tenemos ya con nosotros la mayora del pueblo de Ru-sia y 2) tenemos con nosotros a la mayora del proletariado interna-cional. Ah! -n i una ni otra de esas afirmaciones es cierta y eso es loesencial!

En Rusia, tenemos la mayor parte de los obreros y una parte con-siderable de los soldados. Pero todo el resto es un signo de interro-gacin. Todos estamos convencidos, por ejemplo, de que si logramosllegar a la Asamblea Constituyente los campesinos, en su mayorparte, votarn a favor de los SR. No es eso ms que una coinciden-

cia? La masa de los soldados nos apoya, de ningn modo por la con-signa de la guerra, sino ciertamente por la de la paz. He ah una cir-cunstancia extremadamente importante, y si no la tuviramos encuenta correramos el riesgo de construir todos nuestros clculos so-bre la arena. Si ahora, habiendo tomado el poder por nuestra ente-ra cuenta, nos encontrsemos (debido a la situacin mundial gene-ral) en la necesidad de llevar a cabo una guerra revolucionaria, lamasa de los soldados se alejara de nosotros. Evidentemente, lo me-

jor de la juventud, de los soldados, permanecer junto a nosotros, pe-

ro la masa nos abandonar. La actitud criminal del gobierno impe-rialista reside justamente en el hecho de que, habiendo defendidolos intereses de la burguesa rusa y los de la Entente, ha minado ra-dicalmente las fuerzas econmicas del pas, las ha desorganizado ycon ello contina privando cada vez ms al pueblo revolucionario detoda posibilidad de defenderse contra los apetitos del imperialismomundial y de oponerle una guerra revolucionaria. Tras de cuaren-ta meses de guerra imperialista en un pas arruinado por un rgi-

men de merodeadores en medio de un desorden creado por la tir-

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na y prolongado por el reino de la burguesa, los soldados agotadosson cada vez menos capaces de llevar a cabo una guerra revolucio-naria victoriosa contra la unin de todo el capitalismo internacio-nal.

Los mismos delegados que vienen del frente, que hacen una pro-

paganda tal contra la guerra, les ruegan justamente a nuestros ora-dores que no hablen de guerra revolucionaria, puesto que eso alejadenosotros alos soldados. He ah un sntoma de suma importancia.

Es evidente que un gobierno proletario tomara medidas inme-diatas para arrojar sobre la burguesa las cargas econmicas de laguerra, -no le dejara ms que "migas de pan" a la burguesa y "lequitara hasta los zapatos". Esto debe incitar el entusiasmo de lasmasas. Pero esto no garantiza todava la victoria sobre el imperia-

lismo alemn en una guerra revolucionaria. La Rusia actual, que,a pesar de la clase obrera, se ha dejado extenuar por la guerra im-perial ista, seguira no obstante siendo un pas relativamente atra-sado desde el punto de vista tcnico, con un sistema de vas frreasdemolido, sin mercancas, sin el equipo tcnico militar necesario,etc. Si el partido obrero tomase el poder, resulta evidente que conello golpeara a Guillermo. A ste le sera ms difcil guerrear con-tra una Rusia revolucionaria que, por su parte, propusiera una pazinmediata democrtica. As es. Ms, sera ese golpe lo bastante

fuerte en las actuales circunstancias, despus de Riga, etc., comopar? alejar de Rusia las manos del imperialismo alemn? Si se em-prenden las conversaciones por separado entre los imperial istasalemn e ingls -y eso es casi seguro-, no las prolongaran ms unavez que hayamos obtenido la victoria y no lograra Guillermo llegarhasta Petrogrado? Dnde estn, entonces, los datos que podranconvencernos de que el Partido proletario por s solo -y contra la re-sistencia de los demcratas pequeoburgueses-, deba echarse ^ho-ra sobre sus espaldas,ynada ms que sobre sus espaldas, la respon-

sabilidad de semejante situacin y de sus consecuencias inevita-bles?

Y aqu llegamos a la segunda afirmacin que pretende que la ma-yora del proletariado internacional est ya con nosotros. Desgra-ciadamente, no hay tal cosa. El amotinamiento de la flota alemanatiene una enorme importancia sintomtica. Existen en Italia signosprecursores de un movimiento serio. Pero de ah a un apoyo, por po-co activo que fuera, a la revolucin proletaria rusa, y que consisti-ra en declararle la guerra al mundo burgus entero, estamos toda-

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va muy lejos. Es sumamente peligroso subestimar las fuerzas enjuego. Contamos, sin duda, con grandes posibilidades y se esperamucho de nosotros. Pero si ahora, habindole apostado todo a unacarta, hubiramos de experimentar una derrota, asestaramos asi-mismo un cruel golpe a la revolucin proletaria internacional que

avanza muy lentamente, pero'que, aun as, avanza sin duda algu-na. Sin embargo slo el despertar d la revolucin en Europa podraobligamos a tomar el poder sin vacilacin de ningn tipo. Esa es,adems, la nica garanta de victoria de la revolucin proletaria enRusia. so vendr, pero todava no existe.

Cules sun, entonces, nuestras perspectivas para el futuro pr-ximo? Nuestra respuesta es la siguiente.

Resulta evidente que el camino que vamos a emprender no de-pende de nosotros solos. El adversario puede forzarnos a entablar

una lucha decisiva antes de las elecciones para la Asamblea Cons-tituyente. Intentos de un nuevo golpe de Estado a lo Kornilov no nosdejarn, evidentemente, otra alternativa. Seremos unnimes, na-turalmente, en cuanto a la solucin que se impondra entonces: lanica posible. Pero en ese caso una parte importante del campo pe-queoburgus nos apoyar otra vez, seguramente. La huida del Go-bierno a Mosc empujar hacia nosotros a las masas pequeobur-guesas. Entonces habr las condiciones para nuestra victoria en-tonces ya no ser nuestra derrota, sino la de nuestros adversarios.

Pero, puesto que se nos ofrece la eleccin, podemos y debemoscontentarnos ahora con una posicin de defensa. El Gobierno provi-sional es a menudo incapaz de realizar sus designios contrarrevolu-cionarios. Est dislocado. Las fuerzas de los soldados y de los obre-ros son suficientes para impedir que Kerenski y Ca. realicen talesactos. El movimiento campesino no acaba sino de comenzar. Dado elestado de nimo actual del ejrcito, los kadetes no sern apaces desofocar todo el movimiento campesino^ El Gobierno provisional es

demasiado dbil para falsificar las elecciones para la AsambleaConstituyente. La simpata por nuestro Partido va a acrecentarse.El bloque kadete-menchevques-SR se dislocar. En la AsambleaConstituyente, seremos tan fuertes como partido de la oposicinque, en un rgimen de sufragio universal, nuestros adversarios severn obligados a ayudarnos a cada paso, puesto que, con los SR deizquierda, los campesinos sin partido, etc., constituiremos un blo-que dirigente que, en lneas generales, deber aplicar nuestro pro-grama. Tal es nuestra opinin.

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Ante la historia, ante el proletariado internacional, ante la Re-volucin Rusa y la clase obrera de Rusia, no tenemos derecho a ju-garnos ahora todo el porvenir a la carta de la insurreccin armada.Sera errneo pensar que actualmente una accin semejante no con-ducira, en caso de una derrota, a consecuencias que podran estar

emparentadas con las de los sucesos de los das 3-5 de julio. Hoy-, elriesgo es mayor. Hoy se trat a de la lucha final, y una derrota en es-ta lucha sera la derrota de la revolucin.

Tal es la situacin general. Pero, as y todo, quienquiera que seproponga hacer algo ms que hablar de la insurreccin debe asimis-mo sopesar de manera sensata las posibilidades de xito que tendrauna insurreccin armada. Y nuestro deber es decir aqu que, mo-mentneamente, sera ms que peligroso subestimar las fuerzas deladversario y subestimar aquellas con que contamos. Las fuerzas del

adversario son mayores de lo que parecen. Es Petrogrado la que ha-ce inclinarse la balanza y en Petrogrado los enemigos del Partido

proletario han acumulado fuerzas importantes; cinco mil junkersmagnficamente armados, organizados, que desean batirse (en vis-ta, de su extraccin social) y que saben hacerlo; adems el EstadoMayor, luego las tropas de choque, ms los cosacos, ms una parteimportante de la guarnicin, ms una artillera muy poderosa em-plazada en abanico alrededor de Petrogrado. Despus nuestros ad-

versarios, ayudados por el Comit Ejecutivo Central, probarn ca-si seguramente a llamar tropas del frente. El Partido proletario, enel momento actual, debera batirse segn una relacin de fuerzas

por completo diferente de la que exista durante las jornadas delputsch de Kornilov. Entonces, luchbamos junto a los socialrevolu-cionarios, a los mencheviques y, en parte , junto a los partidarios deKerenski. Hoy, el partido del proletariado habra de luchar contralos Cien Negros, adems de los kadetes, de Kerenski y del Gobier-no provisional, adems del Comit Ejecutivo Central (SRy menche-

viques).Las fuerzas del partido proletario son, sin duda, muy importan-tes, pero la cuestin decisiva es la siguiente: es, realmente, tal el es-tado de nimo de los'obreros y soldados de la capital como para queno vean su nica tabla de salvacin sino en combates callejeros, co-mo para que se lancen a las calles? No. Ese estado de nimo no exis-te. Los propios partidarios de la insurreccin declaran que el esta-do de nimo de las masas trabajadoras y de las masas de soldadosno llega ni con mucho a ser el de antes del 3 de julio. Un estado de

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nimo combativo, un deseo impetuoso de salira la calle, entre lasgrandes masas pobres de la capital, podra garantizarnos que unmovimiento espontneo por su parte arras trar consigo a esas gran-des organizaciones (sindicatos de los ferroviarios, de correos y tel-grafos, etc.) donde es dbil nuestra influencia. Pero dado que seme-

jante estado de nimo no existe, ni siquiera en las fbricas ni en loscuarteles, sera engaarnos a nosotros mismos fundar cualquier g-nero de proyectos sobre esa base.

Dicen: sin embargo, no puede negarse que los ferroviarios y losempleados de correos y telgrafos padecen de hambre, que la mise-ria los asfixia, que estn descontentos con el Gobierno provisional.Todo eso es cierto, por supuesto. Pero esto no nos garantiza por esoque ellos apoyen una insurreccin contra el Gobierno, en oposicina los SR y a los mencheviques. Los empleados y obreros de los ferro-carriles padecan ya miseria en 1906, la padecen asimismo en Ale-mania y tambin en Francia. Y, sin embargo, esto no nos aseguraque la insurreccin vaya a ser secundada. Si todos los que sufren mi-seria estuviesen siempre dispuestos a apoyar la sublevacin arma-da de los socialistas, hac mucho tiempo que habramos instauradoel socialismo.

Esto subraya nuestra tarea ms urgente. El Congreso de los So-viets ha sido convocado para el 20 de octubre. Debe tener lugar pa-

se lo que pase. Debe reforzar, organizndola, la influencia crecien-te del partido del proletariado. Debe convertirse en el centro delagrupamiento en torno a los Soviets de todas las organizaciones pro-letarias y semiproletarias, como esos mismos sindicatos de los ferro-viarios, de los empleados de correos y de banco, etc. Entre esas or-ganizaciones y los Soviets no se ha establecido an un vnculo orga-nizativo estable. Y este hecho no se puede juzgar de otro modo sinocomo sntoma de una debilidad organizativa del partido del proleta-riado. De todas maneras, tal vnculo es, en todo caso, real en la vi-

da del lema "Todo el poder para los Soviets". En cualquier momen-to, esta consigna significa, evidentemente, la resistencia ms enr-gica contra el menor atentado por parte del poder contra los dere-chos de los Soviets y de las organizaciones creadas por stos.

En esas condiciones, sera una mentira histrica muy grave la deplantear la cuestin de la toma del poder por el partido proletario talcomo se est planteando: de inmediato o jams!

No! El Partido del proletariado se ampliar, su programa resul-ta r claro para masas cada vez ms numerosas. Tendr la posibili-

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dad en forma an ms extensa, de seguir desenmascarando sin pie-dad la poltica de los mencheviques y de los socialrevolucionarios,que han bloqueado el camino hacia una conquista efectiva del poder

por la mayora del pueblo. Y sus xitos no podra interrumpirlos msque de una sola manera: precisamente en caso de que, en las actua-

les condiciones, tomara la iniciativa de una insurreccin y, con ello,expusiera al proletariado a los golpes de toda la contrarrevolucinunificada, sostenida por los demcratas pequeoburgueses.

Es para poner en guardia contra esa poltica desastrosa para loque elevamos nuestra protesta.

G. ZinovievY. Kmenev

ACTA DE LAREUNION DEL 16 (29) DE OCTUBRE DE 1917

[El acta de la reunin del 16 (29) de octubre de 1917 del ComitCentral (un. arch. 34) constituye notas manuscritas originales, es-critas por ambas caras con creyn qumico y con creyn ordinario en

cuatro hojas de formato grande a dos columnas. La segunda nota delacta se halla en el Cuaderno de Actas del Secretariado del ComitCentral del POSDR (b).

El texto del acta se ha tomado conforme a las notas manuscritas,cotejadas con el texto del acta del Cuaderno del Secretariado del Co-mit Central.

Al acta se adjuntan los documentos siguientes:1. Decisin del Comit Central sobre la organizacin de un Cen-

tro militar revolucionario. Este documento es un manuscrito escri-

to con creyn en una pequea hoja por F. E. Dzerzhinski.2. Texto mecanografiado de una resolucin de V. I. Lenin, escri-

to con la antigua ortografa.3. Resolucin de Zinoviev, escrita con tinta sobre un trozo de pa-

pel, igualmente en el acta.4. Intervenciones originales: de Kmenev, sobre su salida del Co-

mit Central, de Kmenev y de Zinoviev, que exigan la convocatoriadel pleno del Comit Central; y la intervencin de Noguin, de Miliu-

tin, de Rykov (ver anexos).]

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Presentes: los miembros del Comit Central, de la ComisinEjecutiva del Comit de Petrogrado, de la Organizacin Mili-tar, del Soviet de Petrogrado, de los sindicatos, de los comitsde fbrica y de taller, del Comit regional de Petrogrado y de los

ferroviarios.Presidente: el camarada Sv (erdlov).

El camarada Sv (erdlov) propone el orden del da siguiente:

1. Informe sobre la ltima reunin del Comit Central.2. Breves informes de los representantes.3. La situacin actual.

1) Informe sobre la ltima reunin del Comit Central

Lenin da lectura a la resolucin aceptada por el CC en la sesinanterior. Comunica que la resolucin fue aprobada con dos votos encontra. Si los camaradas que se han opuesto, desean hacer uso de lapalabra, se puede reabrir el debate. Da los fundamentos de la reso-lucin.

Si los partidos de los mencheviques y los socialistas revoluciona-rios hubieran roto con la conciliacin, se les podra proponer un pac-to. Esta propuesta fue hecha, pero estaba claro que dichos partidos

rechazaran este pacto. Adems, por ese entonces se vea ya con cla-ridad que las masas estaban con nosotros. Esto sucedi an antesdel movimiento de Kornilov. Para demostrarlo, da las estadsticasde las elecciones en Petrogrado y Mosc. El movimiento de Korni-lov empuj ms decididamente an a las masas hacia nosotros. Co-rrelacin de las fuerzas en la Conferencia Democrtica. La situacines clara: o bien la dictadura de Kornilov, o bien la dictadura del pro-letariado y de las capas ms pobres del campesinado. No es posibleguiarse por el estado de nimo de las masas, porque es tornadizo yno se presta a control; debemos guiarnos por el anlisis objetivo y laapreciacin de la revolucin. Las masas dieron su confianza a los

bolcheviques y exigen de ellos no palabras sino hechos, una polti-ca decidida, tanto en la lucha contra la guerra como en la lucha con-tra la desorganizacin. Si nos basamos en el anlisis poltico de larevolucin, se ver claramente que hasta las acciones anrquicas loconfirman ahora. Ms adelante el orador analiza la situacin en Eu-ropa y demuestra que all la revolucin es todava ms difcil que

entre nosotros; si en un pas como Alemania, el asunto lleg hasta24


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una sublevacin en la flota, esto demuestra que tambin all las co-sas han ido muy lejos. La situacin internacional proporciona unaserie de datos objetivos que nos permiten deducir que, intervinien-do ahora, tendremos de nuestra parte a toda la Europa proletaria;demuestra que la burguesa quiere entregar a Petrogrado. Slo

aduendonos de Petrogrado salvaremos la ciudad. De ello surgeclaramente que est a la orden del da aquella insurreccin arma-da de que habla la resolucin del CC.

En lo que se refiere a las deducciones prcticas que emanan de'l a resolucin, es ms cmodo hacerlas despus de escuchar los infor-mes de los representantes de los centros.

Del anlisis poltico de la lucha de clases, tanto en Rusia como en. Europa, surge la necesidad de una poltica ms bien decisiva, msactiva, que puede consistir solamente en una insurreccin armada.

[2) Informe de los representantes]

El camarada Sverdlov, del Comit Central, rinde su informe anombre del Secretariado del Comit Central sobre la situacin enlas diferentes localidades.

La extensin del Partido ha alcanzado proporciones gigantescas;puede estimarse que en la actualidad cuenta por lo menos con400.000 miembros (brinda pruebas).

Del mismo modo, se ha ampliado nuestra influencia, sbre todo enlos Soviets (pruebas), as como en el ejrcito y en la flota. A continua-cin, comunica hechos concernientes a la movilizacin de fuerzascontrarrevolucionarias (regin del Dnetz, Minsk, frente Norte).

El camarada Boki, del Comit de Petrogrado. Da su informe porbarrios.

La isla Vasilevski -no hay espritu combativo; una preparacinmilitar se est llevando a cabo.

Lo mismo pasa con el barrio de Vyborg, pero all se preparan pa-ra la insurreccin; se ha constituido un Soviet militar; en caso de ac-cin, las masas la apoyarn. Estima que la iniciativa debe venir dearriba.

ler. distrito Es difcil apreciar el estado de nimogeneral. Hay una guardia roja.

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2do. distrito

Barrio de Mosc El estado de nimo revela temeridad.Se lanzarn a la calle al llamado del So-viet, pero no al del Partido.

El estado de nimo es mejor.

Barrio del Narva No hay voluntad de accin, pero el Par-tido nada ha perdido de su autoridad.En (la fbrica) Putilov, los anarquistasse hacen ms fuertes.

Barrio del Neva Se observa aqu un brusco cambio deopinin a favor nuestro. Todos seguirnal Soviet.

Barrio de Ojten Las cosas andan mal.Barrio de Petersburgo Espera.

Barrio Rozhdestvienski Lo mismo, dudas: si pasaran a la accinaumentara la influencia de los anar-quistas.

El camarada Krilenko, del Bur militar, informa que en el Burevalan la situacin de manera enteramente diversa.Segn observaciones personales, las tropas estn de todo cora-

zn con nosotros, pero las informaciones provenientes de nuestroscamaradas que trabajan en los diferentes distritos son contradicto-rias; dicen que, para que entrenenaccin, hara falta algo que lospicara en lo ms vivo; sera, precisamente, la retirada de las tropas.El Bur supone que la moral disminuye. Muchos de sus miembrossuponen que, desde el punto de vista prctico, no hace falta acentuar

ms el problema, pero la minora opina que podramos tomar la ini-ciativa.

El camarada Step(anov) de la Organizacin del distrito. En Ses-trorentsk, en Kolpin*, los obreros se arman, tienen un espritu com-

bativo, se preparan para la sublevacin. En Kolpin, se desarrolla unespritu anrquico.

* En el manuscrito original, al dorso, y en Narva est tachado.

Barrio Porojov (ski La situacin ha mejorado a favor nues-

Schlsselburgtro.La opinin est con nosotros.

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En Narva, la moral es muy baja debido a los despidos. Ya han si-do despedidas 1.000 personas.

En cuanto a las guarniciones, reina all una moral opresiva, pe-ro la influencia bolchevique es poderosa (dos regimientos de ame-tralladoras). En N(ovi) Petergov, la actividad en el seno del regi-

miento ha disminuido fuertemente, el regimiento est desorganiza-do. Krasnoye Sielo -e l 176 (regimiento) es totalmente bolchevique,el 172 (regimiento) lo es casi por completo, pero, adems, tienen ca-

ballera. Luga -20.000 soldados de guarnicin, el Soviet es defensis-ta. El estado de nimo es bolchevique, se preparan nuevas eleccio-nes.

En Gdov el regimiento es bolchevique.Para completar lo que se ha dicho, el camarada Boki agrega que,

segn las informaciones que posee, la situacin en Krasnoye Sielo

no es tan buena.En Kronstadt, la moral ha disminuido, y desde el punto de vis-

ta de la combatividad la guarnicin de Kronstadt no vale nada.El camarada Volodarski del Soviet de Petrogrado. La impresin

general es la de que nadie est dispuesto a lanzarse a las calles, pe-ro que todos respondern a un llamamiento lanzado por el Soviet.

El camarada Ravich lo confirma y agrega que varias personas lehan afirmado que respondern igualmente a un llamamiento del

Partido.El camarada Schmidt, de los sindicatos. El nmero total de tra-bajadores organizados es de ms de 600.000. La influencia de nues-tro Partido predomina en los sindicatos, pero en los sindicatos de ca-rcter ms artesanal nuestra influencia es dbil (sobre todo entre

* los empleados de oficina, los tipgrafos); no obstante, comienza a au-mentar asimismo en estos ltimos sindicatos en relacin con el des-contento general creado por la tasa de las tarifas. En cuanto a la mo-ral, no hay que esperar manifestaciones activas, y esto se debe so-

bre todo al miedo a los despidos. En cierta medida, esta ltima cir-cunstancia desempea un papel de freno. Dadas ciertas circunstan-cias econmicas, podemos esperar, en un futuro prximo, un paro co-losal; de ello se desprende una moral de expectativa. Todo el mun-do reconoce que, fuera de la lucha por el poder, no hay otra salida po-sible. Exigen "Todo el poder para los Soviets".

El camarada Shliapnikov agrega que en el sindicato de los meta-lrgicos la influencia de los bolcheviques es predominante, pero quela idea del levantamiento bolchevique no es popular; los rumores al

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respecto incluso han suscitado el pnico. La moral de los obreros me-talrgicos es en su mayora probolchevique en todo el pas; en todaspartes toman decisiones de espritu bolchevique, pero no tienen con-ciencia de que podran organizar ellos mismos la produccin. El sin-dicato tiene por tarea inmediata.la lucha por el aumento de salarios.

A propsito de esta lucha, el problema del control se ver plantea-do tambin.

El camarada Skrypnik, de los comits de empresa. Constata quedondequiera puede notarse una preferencia por los resultados prc-ticos; no bastan las decisiones. Se siente quecos dirigentes no expre-san enteramente el estado de nimo de las masas; los primeros sonms conservadores; la influencia de los anarcosindicalistas va enaumento, sobre todo en las regiones de Narva y de Mosc.

El camarada Sverdlov agrega que a propsito de la decisin delComit Centra] se ha emprendido en Mosc el estudio de las posi-bilidades de un levantamiento eventual.

El camarada Moskvin*, de losferroviarios.Los ferroviarios pa-decen hambre, estn irritados: la organizacin es dbil, sobre todoentre los empleados del telgrafo.

El camarada Schmidt agrega que la huelga ha suscitado un cam-bio entre los ferroviarios. En el centro ferroviario de Mosc, en par-ticular, puede constatarse un espritu de descontento contra el co-

mit*. En general, los centros ferroviarios de Petrogrado y de Mos-c se acercan ms bien a los bolcheviques.El camarada Boki.Respecto a los empleados de correos y telgra-

fos.No hay organizacin particular. Los telgrafos estn, en su ma-yor parte, en manos de los kadetes. Los factores hacen saber que enel momento decisivo lograrn apoderarse de las orcinas de correos.

El camarada Schmidt. El sindicato de empleados de correos esms radical que el de los ferroviarios. Los pequeos empleados sonesencialmente bolcheviques, pero los altos empleados no lo son; hay

que luchar contra estos ltimos mientras tengan en sus manos elsindicato.

3. La situacin actual

El camarada Miliutin piensa que, tomando como punto de apo-yo los informes escuchados, habra que elaborar una decisinms

* El nombre de Moskvin se toma del Cuaderno de actas del Secretariado del CC.

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concreta. Estima que la consigna "Todo el poder para los Soviets"acaba de madurar, sobre todo en provincias, donde hay sitios en quelos Soviets detentan efectivamente el poder. En efecto, no es ya co-sa de propaganda: en lo adelante, son hechos y no palabras lo que ne-cesitamos. No son la moral ni los boletines, sino nicamente las

fuerzas organizadas las que resolvern la cuestin. O damos el pri-mer paso o lo darn nuestros enemigos. La decisin no tiene en cuen-ta suficientemente las posibilidades de esta segunda alternativa, esdecir, no contempla la posibilidad noya de una insurreccin, que su-

pondra una iniciativa por parte nuestra, sino de un conflicto que se-ra resultado de circunstancias objetivas. Personalmente, el cama-rada Miliutin estima que no estamos preparados para dar el primergolpe. No podramos derrocar el poder ni arrestar a quienes lo deten-tan en los das venideros.

As se abre otra perspectiva que es el conflicto armado; el cama-rada Miliutin explica que ese conflicto se ampla y que se acerca suhora. Y debemos estar listos cuando estalle. Sin embargo, esta pers-pectiva no es la de la insurreccin. Estima que la decisin deberaser reelaborada en este sentido.

El camarada Schottmann, dice que en la Conferencia y en el Co-mit de Petrogrado, as como en el Bur militar, la moral era pesi-mista. Demuestra que no estamos en condiciones de entrar en ac-

cin, pero que debemos prepararnos para ello.Lenin. Polemiza con Miliutin y Schottmann y demuestra que nose tra ta de las fuerzas armadas, no se trat a de la lucha contra el ejr-cito, sino de la lucha de una parte del ejrcito contra la otra. No venada de pesimismo en lo que aqu se ha dicho. Demuestra que lasfuerzas que estn de parte de la burguesa no son grandes. Los he-chos demuestran que somos superiores al enemigo. Por qu no hade tomar la iniciativa el CC? Esto no se deduce de los datos. Para re-chazar la resolucin del CC hay que demostrar que no existe desor-

den econmico, que la situacin internacional no lleva a complica-ciones. Si los dirigentes gremiales exigen todo el poder, comprenden

perfectamente qu es lo que quieren. Las condiciones objetivas de-muestran que el campesinado debe ser conducido; seguir al prole-tariado.

Se teme que nosotros no sepamos retener el poder, pero precisa-mente ahora tenemos probabilidades especiales de retener el poder.

Expresa el deseo de que los debates sean llevados al terreno delanlisis, de la resolucin, por tema.

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El camarada Krylenko. Destaca que el Bur no ha sido unnimems que en un solo punto: los nimos estn suficientemente calde-ados. Si ahora tomramos una decisin que obligara a anular sta,cometeramos un error monstruoso. Nuestra tarea consiste en sos-tener la insurreccin con las armas en caso de que la misma estalle

en algn sitio. Pero la moral que se nos acaba de describir aqu esel resultado de nuestras faltas.En cuanto a saber quin y cmo debe comenzar el movimiento, no

est de acuerdo con V. I. (Lenin). Considera que resulta superfluoahondar desmesuradamente en los detalles tcnicos del levanta-miento y, por otra parte, estima inoportuno fijarle una fecha exac-ta. Sin embargo, el problema de la retiraba de tropas marca justa-mente el momento crucial que servir de base al combate. La con-ferencia de Cherem(isov)10demostrar que la retirada de tropas esnecesaria; no podremos negar este enunciado, sin embargo deber-amos responder que, aun cuando ello sea necesario, no se har,

puesto que las tropas no tienen confianza en sus generales: as seinicia ya el ataque contra nosotros y podremos aprovecharlo. No de-

bemos hacer disminuir la propaganda; es intil , adems, preocu- .parse por identificar quin debera comenzar, puesto que ya hay co-mienzo.

El camarada Rajia. Demuestra que las masas se preparan con-

ci en temen te para el levantamiento. Si el proletariado de Petrogra-do estuviese armado, ya se habra echado a las calles a pesar de to-das las decisiones que pudiera tomar el Comit Central. Ningunatraza de pesimismo. No hay que esperar la ofensiva d la contrarre-volucin , pues sa ya existe. Las masas esperan consignas y armas.Las masas se precipitarn a la calle, pues lo que las espera es elhambre. Aparentemente, nuestra consigna est ya atrasada: hayquienes empiezan a preguntarse si de verdad vamos a hacer aque-llo para lo cual llamamos. Nuestra tarea no es decidir, sino por el

contrario, afirmar nuestra decisin.El camarada Grigori (Zinoviev). Aparentemente, no se siente ladecisin como una orden; si no, no sera posible discutirla.

En lo concerniente al fondo de la decisin, no est convencido deque el xito de la insurreccin est garantizado. Primeramente, elaparato de los ferrocarrilesy de correos y telgrafos no est en nues-tr as manos. La influencia del Comit es todava bastante im-

portante.La suerte se decidir desde el primer da y en Petrogrado, pues,

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en caso contrario, ser el desastre. No hay que contar con los refuer-zos de Finlandia y de Kronstadt. En Petrogrado, empero, ya no so-mos tan fuertes como antes. Adems, nuestros enemigos poseen unaparato de Estado Mayor gigantesco. Todo el ruido que hemos me-tido en estos ltimos tiempos es un error, aun desde el punto de vis-

ta de la decisin del Comit Central. Pues, por qu hemos de per-mitirles el lujo de prepararse? El ambiente en las fbricas es dife-rente ahora del que haba en el mes de junio. Est claro que en laho-ra actual el ambiente no es el que haba sido en junio.

Dicen que nos encontramos en una situacin sin salida; creo quela situacin todava no es tan grave, creo que nuestra actitud respec-to de la Asamblea Constituyente es errnea. Evidentemente, no hayque considerarla el Supremo Salvador, pero la Asamblea Constitu-yente tendr lugar en un ambiente en extremo revolucionario. Has-ta entonces, nos haremos ms fuertes. No queda excluida la posibi-lidad de que constituyamos all una mayora junto con los SR. Es im-

posible que los campesinos tomen una posicin vacilante en cuantoa la cuestin de las tierras. He votado por abandonar el preparla-mento, pero no creo que esa masa la hayamos perdido para siempre.Habla de las relaciones internacionales y demuestra que debemosdar muestras de la mayor prudencia igualmente en inters del pro-letariado internacional: nuestra influencia no cesa de crecer. La

rendicin de Petrogrado no tendr lugar antes de la Asamblea Cons-tituyente. No tenemos derecho a correr riesgos, a jugrnoslo todo auna sola carta.

Propongo: cuando se rena el Congreso el 20, deberamos propo-nerle que no se disuelva hasta tanto no se rena la Asamblea Cons-tituyente. Debemos adoptar una tctica de defensa y de expectati-va, a la que servira de base la inercia total del Gobierno provisio-nal. Nohay que caer en una situacin de aislamiento total. La Asam-

blea Constituyente tampoco nos salvar de la guerra civil, pero

constituye una etapa muy importante. Hay que revisar la decisindel Comit Central si ello es posible. Debemos confesarnos redonda-mente que, en los cinco das venideros, no lograremos organizar unainsurreccin.

El camarada Kmenev. Hace ya una semana que tomamos estaresolucin que nos muestra claramente cmo no debe ser organiza-da la insurreccin; esta semana no se ha hecho nada y el nico re-sultado es el de haber estropeado las disposiciones que habran de-

bido tomarse. Los resultados de la semana demuestran que no exis-

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te, en laactualidad, ninguno de los elementos necesarios para unainsurreccin. No puede decirse que la resolucin no se propusierams que inspirar esa idea, puesto que exiga pasar de la palabras ala accin. Sin embargo, nada se ha hecho. No poseemos un aparatoinsurreccional; nuestros enemigos disponen de uno mucho ms

fuerte, que no ha dejado de desarrollarse, sin duda, en el curso de es-ta semana. Demuestra que notemos hecho nada en el transcurso deesa misma semana, ni en el dominio de la tcnica militar ni en el delabastecimiento. Esta resolucin no ha hecho ms que permitirle alGobierno organizarse. Toda la masa:que, en la actualidad, n estcon nosotros se ha puesto de su parte. Los hemos fortalecido en de-trimento nuestro. La situacin esms peligrosa que en el mes de ju-lio. Desde el punto de vista social, la crisis ha alcanzado su madu-rez; no obstante, no existe ningn elemento decisivo que nos obligue

a comenzar la accin antes del 20, Ahora o nunca: as no se planteael asunto. Ms que en.eso creo en la Revolucin Rusa. Tenemos an-te nosotros luchas sociales y con preparar la Asamblea Constituyen-te no nos estamos deslizando, en modo alguno por la va del parla-mentarismo. No somos lo bastante fuertes como para lanzarnos a lainsurreccin con el convencimiento de vencer, pero somos lo bastan-te fuertes como para impedirlas manifestaciones extremas de la re-accin. En este caso, se enfVentan dos tcticas: la del putsch y la dela fe en las fuerzas motrices de la Revolucin Rusa.

El camarada Fenigstein. Estima que la insurreccin armada escosa de unos das y no de semanas. Es una posicin^ poltica con laque est de acuerdo; sin embargo, no est de acuerdo con pasar deinmediato a las bayonetas. Luego demuestra que, desde el punto devista tcnico, no hemos preparado la insurreccin. Ni siquiera tene-mos un centro. Marchamos, semiconscientes, hacia la derrota. Haymomentos en que, de todos modos, es preciso seguir marchando. Pe-ro si semejante momento no se presenta, hay que intentar comple-

tar las cosas desde un punto de vista prctico.El camarada Stalin. El da de la insurreccin debe ser bien esco-gido. Esa es la nica interpretacin justa de la resolucin.

Puede sostenerse que hay que esperar a ser atacados, pero hayque comprender qu cosa es un ataque: es la elevacin de los preciosdel pan, es el envo de cosacos a la cuenca del Dnetz, etc., todo esoes, ya, n ataque, y, hasta cundo deberemos esperar si el ataquearmado tarda en llegar?Si se siguieran las proposiciones de Kme-nev y de Zinoviev, eso no significara ni ms ni menos que darle a la

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contrarrevolucin la posibilidad de organizarse; retrocederamossin cesar y perderamos definitivamente la revolucin. Por qu nobamos a proporcionarnos la posibilidad de escoger el da y las con-diciones, a fin de impedirle organizarse a la contrarrevolucin? Pa-sa al anlisis de las relaciones internacionales y demuestra que ha-

bra que tener ms fe. En este caso nos hallamos en presencia de doslneas: una de ellas tiende a la victoria de la revolucin y se apoyaen Europa, la otra no cree en la revolucin y no se destina ms quea desempear el papel de la oposicin. El Soviet de Petrogrado es-cogi ya la insurreccin cuando se neg a sancionar la retirada de lastropas. La flota ya se ha sublevado, puestp que se volvi contra Ke-renski.

El camarada Kalinin. La resolucin no llama a entrar en accinmaana, no hace sino desplazar la cuestin del dominio poltico al

dominio de la estrategia, llama a una accin definida. No hay que te-nerle miedo al putsch, y hay que tenerlo siempre en mente; no hayque deslizarse por la va de la lucha parlamentaria, eso sera come-ter un error. Tampoco hay que esperar a que se nos ataque, dado quela iniciativa misma del ataque da posibilidades de obtener la victo-ri.

El cattarada Sverdlov. Analiza la resolucin. Por una parte, erauna orden; pero es verdad que la cuestin, de poltica que era, ha pa-sado a ser tcnica. Habla de la preparacin contrarrevolucionaria.Polemiza con Kmenev, quien estima que la debilidad de la resolu-cin reside en que la misma ha quedado prcticamente como letramuerta. De ello se deduce que hay que efectuar el traba^ con ma-yor energa. No estamos obligados a estimar que la mayora estcontra nosotros; por el momento no est con nosotros, pero nadams. En cuanto a Petrogrado, ah somos fuertes; los junkers no sonterribles, sobre todo si tomamos nosotros la iniciativa. En cuanto ala guarnicin, no comparte l el pesimismo que se ha manifestado

hasta el momento. La relacin de fuerzas nos. favorece. No hay queanular la resolucin, ms una enmienda debe estipular que la pre-paracin tcnica debe efectuarse con mayor energa.

El camarada Skrypnik. Si no disponemos de fuerzas ahora, tam-poco dispondremos luego de ellas; si no logramos tomar el poder aho-ra, ms tarde la situacin nohar sino empeorarse. Dicen que resul-ta ventajoso no ocupar ms que posiciones de defensa es posible! Pe-ro despus ni siquiera tendremos fuerzas suficientes para defender-hos.

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Los argumentos aqu escuchados no contemplan.sino el aplaza-miento. No tenemos ninguna garanta de victoria. Aqu repiten losargumentos que los mencheviques y los SRexpusieron cuando se lespropuso tomar el poder. Hablamos demasiado ahora, en un momen-to en que hay que actuar. Somos responsables ante las masas; ellas

estiman que si no les damos nada cometemos un crimen. La prepa-racin de la insurreccin y un llamamiento a las masas son necesa-rios.

El camarada Volodarski. Si la resolucin es imperativa, ya se hadesobedecido. Si el problema de la insurreccin se plantea como co-sa inmediata, debemos reconocer con franqueza que no contamoscon nada para hacerla. Yo he hecho intervenciones todos los das ypuedo aseguraros que las masas han acogido nuestro llamamientocon perplejidad: esta semana acaba de traer un cambio.

Si no exista una corriente en el seno del Comit Central que ten-diera a degradar la lucha de clases, a llevarla a una lucha parlamen-taria, estaramos en la actualidad preparados para la insurreccin,pero no en este momento. El lado positivo de la resolucin es el qunos ha obligado a ir a las masas llevndoles una nueva consigna. Laresolucin debe ser entendida como una orientacin hacia la insu-rreccin y no debemos cejar en nuestra preparacin tcnica.

Una proposicin concreta: continuar la preparacin tcnica y

plantear este problema ante el Congreso, sin considerar, sin embar-go, que haya llegado el momento.i El camarada Dzerzhinski, Cree que Volod(arski) se equivoca alafirmar que nuestro Partido ha errado alseguirlo que l mismo lla-ma "una tctica parlamentaria". Por el contrario, es el cambio de si-tuacin el que nos ha conducido a rectificar nuestra decisin. Hacedos meses todava subsistan ciertas ilusiones y por eso no se podaplantear la cuestin de la insurreccin. Exigir que la insurreccin

sea preparada minuciosamente desde un punto de vista tcnico -heah lo que yo denominara putschismo. Cuando haya insurreccin,all estarn asimismo las fuerzas tcnieas. Lo mismo ocurrir con elabastecimiento.

El camarada Ravich. La anulacin de la re solucin significara laanulacin de todas nuestras consignas y de toda nuestra poltica. Enefecto, las masas ya han hecho suyo el convencimiento de que la in-surreccin es inevitable. Si las masas son demasiado revoluciona-rias, la insurreccin comenzar desde abajo, pero podra venir de

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arriba un llamamiento y nadie nos discute que en ese caso las ma-sas nos apoyarn. No hay que rehusar.

El camarada Sokolnikov. La argumentacin de Kmenev carecede persuasin. Nos acusa de haber proclamado nuestra insurreccina voz en cuello. Entonces es un putsch lo que hubiramos debido ha-

cer. Nuestra part icularidad y nuestra fuerza residen justamente ennuestra manera abierta de preparar la insurreccin. Recuerda lossucesos de febrero, cuando tampoco se haba preparado nada y la re-volucin sin embargo triunf. No podramos contar con una relacinde fuerzas ms favorable.

En cuanto a la resolucin, era por completo intil interpretarlacomo una orden de insurreccin. Si resulta que los acontecimientosnos dejan una tregua, atraparemos la ocasin. Puede ser que el Con-greso tenga lugar antes de lo previsto. Si el Congreso aprueba la con-

signa "Todo el poder para los Soviets", tendremos entonces que de-cidir si vamos o no a hacer un llamamiento a las masas.

El camarada Skalov. Demuestra que para que los soviets puedantomar el poder sera preciso que se estableciera una relacin de fuer-zas apropiada. El poder de los Soviets resolver el problema delabastecimiento. Nos estamos tornando defensistas; si no tomamosel poder, podra ocurrir que el ejrcito y la flota nos abandonaran.Habla de la ruptura de los tratados, etc. Cree que no se puede orga-nizar la insurreccin antes de la convocatoria (del Congreso) de losSoviets, sino que hay que tomar el poder en el Congreso.

El camarada Miliutin. La resolucin ha sido escrita con un ni-mo diferente del que acaban de evocar; la comentan como si se tra-tase de un encaminarse hacia la insurreccin. Eso ya se haba dichoen el mes de setiembre. Nunca se habla ms que del aspecto polti-co y no del aspecto tcnico del problema. En lo concerniente a la di-reccin de nuest ra poltica, nadie la discute. Los que hablan de la in-surreccin se la imaginan de manera muy primitiva. Hay que tomar

el poder primeroy derrocar el antiguo rgimen, pero es absurdo que-rer obrar con arreglo a cliss. El hecho de que los das 3-5 (de julio)no haya habido insurreccin obr en favor nuestro; si no estalla eneste momento, eso tampoco significar nuestra ruina. Esta revolu-cin no debe servir ms que para uso interno.

El camarada Ioffe. Demuestra que la resolucin no debe ser en-tendida como una orden de pasar a la accin: es la negacin de la an-tigua tctica, consistente en impedir la insurreccin: es reconocerque la insurreccin es posible y que es obligatoria en la primera oca-

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sin favorable. Es en esta acepcin como resulta justa la resolucin.Pero, por otra parte, es falso que el problema sea ahora puramentetcnico; todava hoy, el momnto d la insurreccin debe estudiar-se desde el punto de vista poltio. El sentido de la resolucin es elde aprovechar la primera ocasin favorable para la toma del poder,

es por eso que debemos aceptarla.El camarada Schmidt. Ahra, ya est ms clar el problema y yano hay por qu objetar la preparacin de la revolucin.

El camarada Diadia (Latsis). Es deplorable que la resolucin notenga an consecuencias. Estoy convencido de que la resolucin se-r aprobada. He hecho uso de la palabra para aportar una modifi-cacin al jucio sobre la moral de las masas. Lo que mejor expresa lamorl general es ese entusiasmo con que tas masas toman las ar-mas. Nuestra estrategia no es menos extraa. En cuanto a los jun-

kers, ya he dicho que se les puede borrar de la lista.El camarada L(enin). Si todas las resoluciones fracasaran de es-

te modo, no se podra desear nada mejor. Ahora Zinoviev dice que espreciso renunciar a la consigna "el poder para los Soviets" y presio-nar al Gobierno. Si decimos que la insurreccin est madura ya nohay para qu hablar de conspiraciones. Si polticamente la insurrec-cin esinevitable, hay que considerar la insurreccin como un arte.Y por lo tanto, polticamente, ya madura.

Precisamente, porque tenemos pan para un solo da, no podemosesperar a la Asamblea Constituyente. Propone confirmar la resolu-cin, prepararse decididamente para la orgnizaciiii y dejar que elComit Central y el Soviet decidan cundo.

El camarada Zinoviev. Ciertas persona han comparado sta re-volucin con la del mes de febrero. Esta comparacin es errnea, da-do que en el mes de febrero el antiguo rgimen no dispona de apo-yo alguno; hoy, por el contrario, llevaramos a Cabo la guerra contratodo el mundo burgus. No hemos lanzado la consigna de "todo el po-

der para los Soviets" de manera abstracta. Si, adems, el Congresopresiona a la Asamblea Constituyente, esto no puede calificarse depoltica menchevique. Si la insurreccin no se plantea sino comoperspectiva, no hay por qu protestar, pero fei es una consigna paramaana o pasado, entonces es una aventura. No debemos dar co-mienzo a la insurreccin antes de que nuestros camaradas se re-nan y antes de que hayamos efectuado un consejo.

El camarada Stepanov. La resolucin tiene una importancia his-trica; la he considerado un barmetro que predice la tempestad.

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Luego polemiza con Kmenev sobre la falta de abastecimientos.Adems de la conferencia de Cheremisov, la disminucin de las

raciones de los soldados podra igualmente indicar el momento opor-tuno para la insurreccin.

La situacin objetiva evoluciona de minuto a minuto, y esta re-

solucin ha desempeado un papel decisivo. Nos ha aclarado mu-chas cosas. Pasa a demostrar que las masas saben ver la diferenciaentre el Comit Ejecutivo Central y el Soviet de Petrogrado; propo-

, ne dejar intacta esta resolucin como barmetro de la situacin.El camarada Kmenev demuestra que la interpretacin actual

de la resolucin es un paso atrs, dado que antes decamos que la in-surreccin deba tener lugar antes del 20 y ahora hablamos de en-caminarnos hacia la insurreccin. Ahora bien, fijar la fecha de la in-

surreccin es aventurerismo. Debemos explicar a las masas que nohacemos un llamamiento a la insurreccin durante estos tres da,pero que estimamos que la insurreccin es inevitable.

Propone pasar a votar la resolucin y publicar en el Organo Cen-tral que no haremos un llamamiento a la insurreccin antes del Con-greso.

El camarada Skrypnik. Propone hacer un llamamiento a las ma-sas para que preparen la insurreccin.

Lenin. Objeta a Zinoviev que no se puede contraponer esta revo-

lucin a la revolucin de febrero. Sobre lo esencial, propone la si-guiente resolucin:"La reunin saluda y apoya en su totalidad la resolucin del CC

e invita a todas las organizaciones y a todos los obreros y soldadosa preparar en todos sus aspectos y de la manera ms esforzada la in-surreccin, y a apoyar el centro creado a este efecto por el ComitCentral; expresa, adems, la plena seguridad de que el Comit Cen-tral y el Soviet indicarn oportunamente el momento propicio* y losmtodos ms convenientes para la ofensiva".

Zinoviev. Responde a Lenin a propsito de la revolucin de febre-ro. Los dos meses que acaban de pasar no sern motivo de vergenzapara nuestro Partido". En concreto, propone la siguiente resolucin:

No cejar en los trabajos de reconocimiento y de preparacin, de-cidir que a part ir de este momento, y hasta la consulta de la fraccinbolchevique en el Congreso de los Soviets, toda manifestacin esinadmisible. .

* Indi car n oport unamenb el momento propicio-se aade encima de: "no dejarn

pasar la oportunidad de fijar el momento justo", que habla sido tachado.

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La resolucin propuesta por el camarada Lenin es sometida a vo-tacin. Votaron: 20 a favor, 2 en contra, tres abstenciones.

La proposicin del camarada Miliutin de reemplazar una expre-sin de la resolucin "conflicto armado" es rechazada.

La enmienda propuesta por el camarada Skrypnik, consistenteen rechazar la expresin "expresa su certidumbre" es rechazada.

Enmienda propuesta por el camarada Fenigstein: reemplazar"ataque" por "inicio de la lucha". Rechazada.

Enmienda propuesta por el camarada Volodarski:Aadir a la resolucin del camarada Zinoviev en forma de en-

mienda a la resolucin votada.Rechazada.

Enmienda del camarada Fenigstein:"A1C entro, integrado por la comisin ejecutiva y el Bur Militar".

Rechazada.

La resolucin en su totalidad:A favor -19; en contra -2; abstenciones -4.La resolucin del camarada Zinoviev:A favor -6; en contra -15; abstenciones -3.El Comit Central se retira para deliberar y adoptar la siguien-

te resolucin:

"El Comit Central organiza el Centro Militar Revolucionario,integrado por los camaradas: Sverdlov, Stalin, Bubnov, Uritski yDzerzhinski. Este Centro forma parte del Comit RevolucionarioSovitico"*.

Anexos

Exigimos con insistencia la inmediata convocatoria por telgra-fo del Pleno del Comit Central.

G. ZINOVIEVKAMENEV

16 de octubre de 1917

* El Comit Central se retira... Revolucionario Sovitico"-en el Cuaderno de ac-tas del Secretariado del CC- forma parte del texto. En el manuscrito original, es-

ta decisin aparece adjunta al texto del acta.

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Al Comit Central del POSDR

Al no tener posibilidad de desbaratar el punto de vis ta expresa-do en las ltimas decisiones del Comit Central, el cual determinael carcter de todas sus labores, y estimando adems que esa posi-cin lleva al Partido y al proletariado a la derrota, ruego al Comit

Central que no me considere ya uno de sus miembros.YU. KAMENEV

16 de octubre de 1917

Al Comit Central del POSDR

Queridos camaradas!Os pedimos que transmitis nuestra declaracin11 al Organo

Central para su publicacinV. NOGUIN

V. MILIUTINA. RYKOV

ACTA DE LAREUNION DEL COMITE CENTRALDEL 20 DE OCTUBRE (2 DE NOVIEMBRE) DE 1917

[El acta de la reunin del 20 de octubre (2 de noviembre) de 1917el Comit Central consta de notas manuscritas originales escritas

por una sola cara en dos hojas arrancadas de un cuaderno de forma-to grande. El acta comporta una modificacin de redaccin, anota-da con tinta por I. M. Sverdlov. Un segundo texto del acta se encuen-

tra en el cuaderno de actas del Secretariado del Comit Central delPOSDR (b).

El texto del acta ha sido tomado de las notas manuscritas, cote-jadas con el acta del cuaderno del Secretariado del Comit Central.]

Presentes: Trotski, Stalin, Sokolnikov, Dzerzhinski, Uritski,loffe, Sverdlov, Miliutin, luego la camarada Kollontay.

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Orden del da:1. Declaracin del camarada Lenin.2. Declaracin del Bur Militar.3. DeclaracindeTrotski.4. Comisin de seguridad.

5. Declaracin a propsito del artculo del camarada Lenin.1. Declaracin del camarada LeninEl camarada Sverdlov da lectura a la carta41del camarada Lenin,

dirigida al Comit Central13.El camarada Dzerzhinski, propone exigir a Kmenev que se abs-

tenga de toda actividad poltica, dado que, de todos modos, Zinovievya se ha retirado y no toma parte en la actividad del Partido.

El camarada Stalin estima que es el Pleno el que debera decidir

en lo concerniente a la proposicin del camarada Lenin y proponeque por el momento, no se tome decisin alguna.El camarada Miliutin se adhiere al punto de vista del camarada

Stalin, pero demuestra que en el fondo no ha pasado nada en par-ticular.

El camarada Uritski hace su informe sobre la moral en el inte-rior: demuestra que en Mosc la mayora de los delegados se hanpronunciado en contra del levantamiento armado; en lo concernien-te al problema de K(amenev) y de Z(inoviev), pide igualmente que

se someta al Pleno.El cmarada Sverdlov demuestra que una enorme diferencia se-

para la actitud de Kmenev de la de Ilich; estima que nada puedejustificar la actitud del primero; sin embargo, el Comit Central notiene derecho a separarlo del Partido; estima que el problema debehallar solucin sobre el terreno, la autoridad de la presente reuninno deja lugar a dudas y esta ltima debe responder al mismo tiem-po ala declaracin de Lenin y a la de Kmenev acerca de su salidadel Comit Central. La dimisin de Kmenev debe ser aceptada.

El camarada Trotski explica que, en lo concerniente a la declara-cin que l hizo ante el Soviet13, fue el camarada Kmenev quien looblig a ello; estima que la situacin actual es absolutamente inso-portable y que las dos cartas publicadas en el Organo Central (de Zi-novievy de Lunacharski, as como la nota del comit de redaccin)4""

* Vase: anexa N' 2 de esta acta.** Vase: anexo N* 3 de esta acta.

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aparecidas...*, estima que la dimisin de Kmenev debe ser acepta-da.

El camarada Ioffe propone que se declare que Zinoviev y Kme-nev ya no forman parte del Comit Central y que se tome una reso-lucin segn la cual ningn miembro del Partido pueda ponerse encontra de las decisiones de ste; si no, el Partido se convertir en un

pandemonio.El camarada Stalin cree que K(amenev) y Z(inoviev) se somete-

rn a las decisiones del Partido; explica que toda nuestra situacines sumamente contradictoria; estima que la separacin del Part idono es una receta y que hay que conservar intacta la unidad delPartido; propone obligar a esos dos camaradas a' someterse mante-nindolos en el Comit Central.

El camarada Sokolnikov declara que no ha tomado parte en la de-claracin del comit de redaccin concerniente a las cartas de Zino-viev, etc.; estima que esa declaracin ha sido un error.

El camarada Trotski pide que se tome nota en el acta de su de-claracin donde explica las circunstancias de su intervencin en elSoviet, a saber: decir que l se vio obligado a hacer uso de la pala-

bra a raz de la intervencin de Kmenev, quien expres su prop-sito de hacer pblica su declaracin.

Se decide: adoptar de inmediato un acuerdo a propsito de

K(amenev) y de Z(inoviev).Aceptar la dimisin de Kmenev. A favor -5; en contra -3.Dejar la decisin al Pleno: rechazado.Se exige a K(amenev) y a Z(inoviev) que se abstengan de toda de-

claracin dirigida contra las decisiones del Comit Central y contrala lnea de trabajo que ste indique. A favor -6.

La proposicin del camarada Miliutin, segn la cual ningnmiembro del Comit Central tiene derecho a ponerse en contra delas decisiones de ste, se aprueba por unanimidad.

El camarada Stalin declara que abandona el comit de redaccin.Se decide: dado que la declaracin del camarada Stalin en el n-

mero de hoy aparece bajo el nombre del comit de redaccin y que lamisma debe ser discutida en el seno del comit de redaccin, se de-cide pasar a las cuestiones siguientes, sin discutir la declaracin delcamarada Stalin y sin aceptar su dimisin.

2. Declaracin del Bur Militar14

* Dos palabras difcilmente legibles, posiblemente: aparecidas hoy.

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Leda por el camarada Sverdlov.El camarada lofe propone que se tome una resolucin y se recha-

ce la proposicin del Bur Militar, dado que todos los que quierentrabajar pueden ingresar en el Centro Revolucionario adscrito alSoviet.

El camarada Trotski propone una enmienda: todas nuestras or-ganizaciones pueden entrar en el Centro Revolucionario y discutirall, en el seno de nuestra fraccin, todas las cuestiones que les in-teresan.

(Aprobada con la enmienda).*

4. Sobre el Congreso-de los SovietsDiferirlo hasta la prxima reunin (maana).

5. Sobre la Comisin de Seguridad (adscrita a la Duma Munici-pal)El camarada Uritski hace su informe sobre el estado de las labo-

res de esta comisin (el proyecto de organizar una guardia volunta-ria). Pregunta si se puede permanecer en esta comisin.

El camarada Trotski propone que se informe ala comisin que esnecesario que la misma se mantenga en contacto permanente con elComit Militar Revolucionario adscrito al Soviet. Si la misma reh-sa, debemos abandonarla.

El camarada Sverdlov propone que no se abandone la comisiny que se apoye el proyecto de un servicio general obligatorio en la mi-licia. La proposicin es aprobada.

6. La camarada Kollontay rinde su informe sobre la situacin enFinlandia; puede ser que los socialdemcratas abandonen la Die-ta*1*; esto hara mucho ms crtica la situacin; los socialdemcra-tas fineses piensan que el momento de hacer la escisin con Rusiano ha llegado an, dado que en nuestro pas est teniendo lugar lalucha por el poder.

Se decide diferir asimismo esta cuestin hasta maana.Anexo 1

CARTA A LOS MIEMBROS DEL PARTIDO BOLCHEVIQUECamaradas: An no he podido recibir los peridicos de Petrogra-

do del mircoles 18 de octubre. Cuando me comunicaron por telfo-no el texto completo de la declaracin de Kmenev y Zinoviev, pu-* El punto 3, Declaracin de Trotsky, no aparece en la edicin francesa.** En el manuscrito original, puede leerse:La eventualidad de que los SD abando-

nen la Dieta.

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blicado enNovaya Zhizn*, peridico ajeno al Partido, me resist acreerlo. Pero se ha demostrado que no hay lugar a dudas, y no ten-go ms remedio que aprovechar la ocasin que se me ofrece para ha-cer llegar esta carta a los camaradas del partido el jueves por la no-che o el viernes por la maana, pues guardar silencio ante un actotan inaudito de esquirolaje sera un crimen.

Cuanto ms grave es el problema prctico y .ms responsables y"prominentes" los hombres que cometen esquirolaje, ms peligrosoes ste, ms resueltamente hay que expulsar a los esquiroles, msimperdonable sera cualquier vacilacin, aunque inspirada por losantiguos "mritos" de los esquiroles.

Increble! Los militantes saben que el Partido viene discutien-do el problema de la insurreccin desde el mes de setiembre. Nadieha odo hablar de ninguna carta ni de ningn volante escrito por al-

guna de las personas en cuestin. Y hoy, casi en vsperas del Con-greso de los Soviets, dos destacados bolcheviques se alzan contra lamayora y, evidentemente, contra el CC. Pero no lo dicen abierta-mente, con lo cual el dao inferido a la causa es todava mayor, pueshablar con insinuaciones es todava ms peligroso.

Del texto de la declaracin de Kmenev y Zinoviev se deduce cla-rsimamente que stos se alzan contra el CC, pues de otro modo sudeclaracin carecera de sentido. Pero no dicen contra qu resolu-cin luchan.

Por qu?Est claro: porque el CC no ha publicado esa resolucin.Pero qu es esto?En vsperas del da crtico, 20 de octubre, dos "destacados bolche-

viques", ante un problema candente, vital, atacan una resolucinnopublicada de la direccin central del Partido, y lo hacen en un r-gano de prensa que esajenoal Partido; ms an, precisamente enun perdico que ante la cuestin de que se trata marchadel brazode la burguesa contra el Partido obrero!

Pero si esto es mil veces ms vil ymillones de veces ms funes-toque,porejemplo, todas aquellas manifestaciones de Plejanov enla prensa ajena al Partido, durante los aos de 1906 y 1907, mani-festaciones que el Partido ha condenado con tanta dureza! Pues, alfin y al cabo, entonces slo se trataba de elecciones, yhoy se tr atade la insurreccin por la conquista del poder!

Vase anexo 4 de este acta.

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Dado al asunto de que se trata ydespusde la resolucin adop-tada por los organismos centrales, cabe conducta ms traidora, es-quirolaje mayor que atacar ante los Rodzianko.y los Kerenski, en unperidico ajeno al Partido, esta resolucinno publicada?

Sera para m un acto vergonzoso si, por causa de las estrechas

relaciones que en otro tiempo me unieron a estos ex camaradas, yovacilase en condenarlos. Declaro abiertamente que he dejado deconsiderarlos a los dos como camaradas y que luchar con todas misfuerzas, tanto en el CC como en el congreso, por conseguir su expul-sin del Partido.

Pues un partido obrero, al cual1la vida lo coloca cada vez con msfrecuencia ante el trance de la insurreccin, no podr cumplir esa di-fcil tarea si las resoluciones secretas de su direccin central soncombatidas, despus de aprobadas, en la prensa ajena al Partido y

si las vacilaciones y la confusin son llevadas a las filas de los com-batientes.

Los seores Zinoviev y Kmenev pueden irse a fundar un parti-do propio con la decena de individuos que han perdido la cabeza o conlos candidatos a la Asamblea Constituyente. Los obreros no irn aese partido, pues su primera,consigna ha de ser:

"A los miembros del CC, que en una sesin del CC hayan sido de-rrotados en el problema de la lucha decisiva, les est permitido re-

currir a la prensa ajena al Partido para atacar sus resoluciones se-cretas".

. Que formen, si quieren, ese partido! Nuestro Partido obrero bol-chevique slo saldr ganando con ello.

Cuando se publiquen todos los documentos, resaltar todvacon ms claridad el esquirolaje cometido por Zinoviev y Kmenev.Por el momento, que los obreros se planteen esta pregunta:

"Supongamos que la direccin de los sindicatos de toda Rusia,despus de todo un mes de deliberaciones, hubiese resuelto, por unamayora de ms de un 80% la necesidad de preparar una huelga, pe-ro sin publicar, por el momento, ni la fecha ni otras circunstancias.Supongamos que dos miembros, alegando falsamente que tienenuna "opinin personal", se ponen a escribir no slo a los grupos lo-cales, pidiendo la revisin de la resolucindespusde votada, sinoque admitiesen, adems, la publicacin de sus cartas en la prensaajenaal Partido, a pesar de que dicha resolucin no ha sido hecha,

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pblica an, y que se dedicasen a denigrar la huelga ante los ojos delos capitalistas.

Vacilaran los obreros en expulsar de sus filas a tales esquiro-les?

Por lo que se refiere al problema de la insurreccin, ahora, cuan-do est tan cerca el 20 de octubre, no puedo juzgar, desde lejos, has-ta qu punto habr comprometido a la causa este acto de esquirola-

je en la prensa ajena al Partido. El daoprcticocausado es muygrande, sin duda. Y para repararlo, lo primero es restaurar la uni-dad del frente bolchevique, expulsando a los esquiroles.

La debilidad de los argumentos ideolgicos que se aducen contrala insurreccin se nos revela con tanto mayor claridad cuanto msa la luz del da los sacamos. Hace unos das enviaRabochi PutlBun

artculo acerca de esto, y si la redaccin del peridico no cree posi-ble publicarlo, seguramente los miembros del Partido lo podrn le-er en el manuscrito.

Estos argumentos "ideolgicos" -con perdn sea dicho- puedenreducirse a dos. Primero: "esperar" a la Asamblea Constituyente.Esperemos; tal vez logremos ir tirando hasta ese momento. A estose reduce todo el argumento. Quiz podamos ir tirando, a pesar delhambre, a pesar de la desorganizacin, a pesar de que ya se ha ago-

tado la paciencia de los soldados, a pesar de los manejos de Rodzian-ko para entregar Petrogrado a los alemanes, a pesar de los lockouts."Quiz" y "tal vez"; a esto se reduce toda la fuerza del argumento.

Segundo: un pesimismo histrico. Lo de la burguesa y lo de Ke-renski es todo magnfico; lo nuestro todo malo. Los capitalistas lotienen todo preparado de un modo maravilloso; los obreros lo tienentodo mal preparado. Los "pesimistas", en lo que concierne al aspec-to militar d

la revolucion de octubre sin mitos

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