la responsabilidad social: una práctica de vida

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  • 7/28/2019 La Responsabilidad Social: una prctica de vida

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    La responsabilidad social:una prctica de vida

    La responsabilidad social es asunto de todos; por eso,

    en las ltimas dcadas, ha adquirido un amplio reco-

    nocimiento, considerada como un compromiso de las

    personas, comunidades y organizaciones -tanto pbli-

    cas como privadas- con el desarrollo de la sociedad.

    Por ello, abordar este tema, que nos ubica frente a la

    responsabilidad social en UNIMINUTO, requiere que

    todos asumamos el reto de formarnos con propsitos

    claros, profesionalmente responsables y ticamentecomprometidos con una sociedad que demanda de

    nosotros una solucin a sus problemas. Para ello se

    requiere de un anlisis personal de nuestras potenciali-

    dades y capacidades como seres humanos que nos lle-

    ve a formularnos estrategias de cambio, desde nuestra

    realidad y la de aquellos con quienes interactuamos.

    En ltimas, este libro pretende que el lector construya

    una propuesta praxeolgica de intervencin y accin

    a partir de su proyecto personal de vida y de su pro-

    fesin, que lo impulse a comprometerse responsable-

    mente en la edifcacin de una nueva sociedad.

    Este texto no slo nos permite aproximarnos a lo quese denomina responsabilidad social, tambin nos pro-

    porciona herramientas para:

    Observar y analizar sucesos comunitarios y promover

    acciones de responsabilidad social.

    Comprender el proyecto social de la Organizacin Mi-

    nuto de Dios.

    Revisar el proyecto personal de vida y convertirlo en un

    proyecto personal socialmente responsable.

    Participar en propuestas comunitarias ya en proceso.

    Despertar la responsabilidad de quienes an no se han

    involucrado contundentemente en el servicio social ocomunitario.

    Proponer acciones de desarrollo institucional con mo-

    delos de responsabilidad social.

    Incorporar las actitudes de responsabilidad social al

    propio proyecto de vida personal y profesional, en un

    proceso praxeolgico.

    Desarrollar comportamientos o competencias social-

    mente responsables en diversas reas de la vida.

    i

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    2/116La responsabi l idad socia l : una prctica de

    JULIAO VARGAS, Carlos Germn

    La responsabilidad social: una prctica de vida / Carlos Germn Juliao Vargas:

    Corporacin Universitaria Minuto de Dios. UNIMINUTO, 2010.116 p.

    CDD: 658.408ISBN: xxxxx1. Organizacin Minuto de Dios 2. Rafael Garca Herreros. Padre - Pensamiento losco 3. Responsabilidad social de los negocios

    4. Educacin aspectos sociales 5. Sociologa I. Juliao Vargas, Carlos Germn

    Este libro es resultado de la lnea de investigacin Pedagoga social: opcin por el desarrollo integral y corresponde alproyecto de investigacin titulado. Pedagoga Social del grupo de investigacin Escuela de Alta Direccin, clasicado en

    Colciencias en categora C.

    La responsabilidad social: una prctica de vida

    ISBN: XXX

    UNIMINUTOCorporacin Universitaria Minuto de DiosUNIMINUTO Virtual y a Distancia

    Calle 81B # 72B -70 Bogot, D.C.Telfono: (57-1) 2525030 2528849

    Lnea nacional gratuita: 01 8000 93 66 [email protected]://virtual.uniminuto.eduImpreso:Talleres editoriales de El Espacio.Calle 64G N 88A88Tel: 4362864

    Bogot, D.C. agosto de 2011Primera edicin

    Reservados todos los derechos a Corporacin Univer-sitaria Minuto de Dios. UNIMINUTO. La reproduccinparcial o total de esta obra, en cualquier medio, incluidoeletrnico, solamente puede realizarse con permiso ex-preso del editor y cuando las copias no son usadas paranes comerciales. Los textos son responsabilidad de los

    autores y no comprometen la opinin de UNIMINUTO.

    Rector GeneralLeonidas Lpez Herrn

    Vicerrector General AcadmicoLuis Hernando Rodrguez Rodrguez

    Secretaria GeneralLynda L. Guarn Gutirrez

    Directora UNIMINUTO Virtual y DistanciaMarelen Castillo Torres

    Director AcadmicoJavier Alfredo Barrera Pardo

    AutorCarlos Juliao Vargas, cjm

    Revisin acadmicaJavier Barrera Pardo

    Correcin de estiloAurora Fandio Caldern

    EditorRoco del Pilar Montoya Chacn

    DiseoFernando Alba GuerreroIvn Gmez

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    Tabla de contenido

    Tabla de contenido

    Lista de guras.............................................................................................................. 5Lista de tablas ........................ ......................... ....................... ....................... ................ 5

    Introduccin ................................................................................................................... 6

    Captulo 1LA PERSONA HUMANA Y SU ACTUAR EN LA SOCIEDAD 9La persona humana........................ ......................... ....................... ....................... ...... 11Elementos constitutivos de la persona humana ...................... ......................... ......... 14

    La corporeidad..................... ....................... ....................... ....................... ........... 14El psiquismo humano: el alma ....................... ....................... ....................... ...... 15La dimensin espiritual ....................... ....................... ....................... .................. 16

    Dimensin tica: la persona como sujeto moral ..................... ......................... ......... 18

    Las relaciones e interacciones humanas: persona y sociedad.................................. 21

    La sociedad ..................... ....................... ....................... ....................... ................ 22La comunidad ..................... ....................... ....................... ....................... ............ 24La accin social ....................... ....................... ....................... ....................... ....... 24

    El anlisis de la realidad social ...................... ......................... ....................... ........... 26Una sntesis conclusiva provisional ...................... ......................... ....................... ....... 29

    Captulo 2RESPONSABILIDAD SOCIAL 32Los conceptos esenciales .................... ......................... ....................... ....................... .. 32

    El concepto de desarrollo ....................... ....................... ....................... .............. 32

    La educacin para el desarrollo...................... ....................... ....................... ..... 34La formacin ciudadana....................... ....................... ....................... ................. 34La responsabilidad social .................... ....................... ....................... .................. 36La responsabilidad social empresarial ...................... ....................... ................... 37El anlisis de casos de responsabilidad social empresarial .......................... 37

    La responsabilidad social universitaria..................... ....................... ................... 38El Minuto de Dios, un modelo de gestin y responsabilidad social........................ 40

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    Tabla de contenido

    Captulo 3FORMULACIN DE PROPUESTASDE RESPONSABILIDAD SOCIAL 48El modelo UNIMINUTO: la pedagoga praxeolgica.................... ......................... ....... 48

    Denicin de la pedagoga praxeolgica...................... ....................... .............. 49

    El proceso praxeolgico .................... ....................... ....................... .................... 51Un ejemplo de aplicacin de la pedagoga praxeolgica:La participacin en la vida pblica y la democracia activa ........................... 55

    Algunas tcnicas para la formulacin de la propuesta ............................................ 57rbol de problemas y rbol de soluciones ........................ ....................... ......... 58Cmo se elabora el rbol de problemas?..................... ....................... ......... 58Cmo se elabora un rbol de objetivos o soluciones? ................................ 59

    La matriz DOFA (Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas)............ 59Metodologa para un trabajo praxeolgico

    sobre la propia prctica de responsabilidad social ..................... ....................... ......... 60El momento del ver: el anlisis crtico...................... ....................... ................. 61La autoobservacin .................... ....................... ....................... ....................... . 61La problematizacin ....................... ....................... ....................... .................... 63La planeacin de la intervencin ...................... ....................... ...................... 63

    El momento del juzgar : la interpretacin ..................... ....................... ............. 65El momento del actuar: la reelaboracin operativa de la prctica ................ 65El momento de la devolucin creativa: evaluacin y prospectiva ................... 66

    Para seguir pensando ...................... ......................... ....................... ...................... 67Glosario ..................... ......................... ....................... ....................... ............................ 69Bibliografa .................... ......................... ....................... ....................... ........................ 72Anexos ....................... ......................... ....................... ....................... ............................ 73

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    Lista de guras

    Lista de guras

    Figura 1. Esquema del modelo educativo praxeolgico de UNIMINUTO .................. 10Figura 2. Modelo construccin de comunidades. .................... ......................... .......... 44

    Figura 3. La cuestin de la educacin ....................... ......................... ...................... 50Figura 4. Esquema de las posibilidades praxelgicas................................................56Figura 5. rbol del problema...................... ......................... ....................... ................ 58Figura 6. rbol de objetivos o soluciones ...................... ......................... .................. 59Figura 7. Matriz DOFA ..................... ......................... ....................... ....................... ..... 60Figura 8. Ejemplo matriz DOFA ...................... ......................... ....................... ............ 60Figura 9. Procedimiento praxeolgico ..................... ......................... ....................... ... 61Figura 10. Matriz para analizar la prctica ....................... ......................... .............. 62

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    Introduccin

    En esta vida hay que hacer acciones inmortales,

    construir la nueva ciudad de los hombres.

    No puede suceder que estemos en la luna, mientrasque en la tierra hay miseria y mucho dolor.

    Raael Garca-Herreros , cjm

    La Organizacin Minuto de Dios, undada por el padre Raael Garca-He-rreros, sacerdote eudista, surge con una visin antropolgica de respetoy valoracin de todas las personas, pues considera que tienen una dig-

    nidad y unos derechos que deben ser respetados a toda costa. Considera elmundo como el lugar dado por Dios para que todos vivan como correspondea su dignidad, colaboren con los dems en la construccin de una sociedad

    justa y puedan realizarse en todos los niveles de su existencia. Por eso, naceproundamente anclada a una concepcin precisa de la responsabilidad so-cial. En UNIMINUTO compartimos un pensamiento humano y social concretoque nos inspira a buscar que todas las personas y comunidades, particular-mente las menos avorecidas, logren un desarrollo integral que mejore sucalidad de vida y les permita pasar de condiciones de vida menos humanasa condiciones de vida ms humanas. Por eso, mediante nuestra pedagogapraxeolgica, impulsamos el ejercicio de la prctica (social y proesional)como validacin de esta teora, buscando ser y ormar ciudadanos socialmen-te responsables.

    El tema de la responsabilidad social, si bien ha tomado uerza en las ltimasdcadas, no es nuevo. Desde pocas muy antiguas, las sociedades han rea-lizado acciones que dan cuenta de su compromiso y responsabilidad social;eventos como la minga o el convite, la labor colectiva o hasta las asociacio-nes de deensa militar entre pueblos son ejemplos de procesos culturales queevidencian el altruismo, la solidaridad y la responsabilidad social. No obstante,muchos otros hechos que tambin se consideran respuestas sociales, como lapalabra empeada al hacer un negocio o un acuerdo o la observancia de unapromesa, se han ido perdiendo. Por otra parte, la creciente urbanizacin y laconcentracin de personas en grandes ciudades tienden a acabar con las redessolidarias de vecinos o con el calor humano tpico del ambiente rural. Inor-

    tunadamente, en muchos casos, eso que llamamos progreso y civilizacin hahecho perder la uerza del encuentro y la energa que permita desplegar loslazos comunitarios.

    Y, sin embargo, la comunicacin, la integracin y la conanza en la gente si-guen siendo los pilares que sustentan a las organizaciones modernas. Y es queen todo proceso de responsabilidad social, un punto clave es la construccindel llamado capital social, lo que tiene que ver con la capacidad de crear con-anza, de asociarse, de trabajar en equipo con nes de cambio y superacin,

    Introduccin

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    Introduccin

    que vaya ms all de lo local, pensando en el pas en su conjunto e, incluso, enla humanidad.

    As, el concepto de responsabilidad implica la capacidad para responder, sien-

    do receptivo hacia los dems y responsable consigo mismo. Hay que tener encuenta que la palabra responsabilidad proviene del latn responsum, que es unaorma de ser considerado sujeto de una deuda u obligacin; por eso, su sentidoms general es el de asumir las consecuencias de nuestros actos. La responsa-bilidad es entonces un valor que est en la conciencia de la persona, que le per-mite refexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos.Y siempre tiene que ver con el hecho de que todos tenemos que ver, de quenuestras acciones tienen eectos en los dems y en el ambiente.

    La responsabilidad puede pensarse como una reaccin ante la individualiza-cin y la ragmentacin de las sociedades, destinada a orecer nuevas bases

    ticas para la vida en comn. Pero no debera reducirse, sobre todo en trminoseducativos, a la idea de conormidad o adhesin.

    La idea de responsabilidad implica un contnuum (conjunto, espacio o secuen-cia en el que los elementos adyacentes no tienen dierencias notables, por loque es nicamente divisible de modo arbitrario), cuyo horizonte macro estconstituido por el gobierno, y su nivel micro, por los individuos; y entre ambosextremos hay una multitud de agentes. Tambin supone la separacin entre elnivel local y el global. Por ejemplo, no se puede promover la responsabilidadlocal a costa de la responsabilidad global, y viceversa.

    Ahora bien, la responsabilidad en un entorno democrtico se relaciona con laprctica de la democracia y la ciudadana. Esta prctica va ms all del ejerciciodel voto e implica participar en el proceso democrtico a todos los niveles, in-cluyendo el debate, la lucha contra los prejuicios y las desigualdades y el aporteal desarrollo de la sociedad. Igualmente, supone la capacidad para reconocerlas cualidades y dierencias de los dems y la voluntad y las aptitudes necesa-rias para tratarlos como personas con derechos. Adems, ayuda a comprenderque las acciones contribuyen a crear las condiciones necesarias para que laspersonas y comunidades puedan desarrollar todo su potencial humano y so-cial. Es en este contexto democrtico donde se entiende el concepto de res-ponsabilidad social.

    Se puede entonces llamar responsabilidad social al compromiso u obligacinque los miembros de una sociedad -ya sea en tanto individuos o como miem-bros de algn grupo- tienen entre s y con la sociedad en su conjunto. El con-cepto implica una valoracin -positiva o negativa, tica o legal- del impacto queuna decisin tiene en la sociedad. Esta responsabilidad puede ser negativa, ex-presando que hay necesidad de abstenerse de actuar (actitud de abstencin), oser positiva, signicando que hay una obligacin de actuar (actitud proactiva).

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    Actualmente, la responsabilidad social se considera un concepto normativono obligatorio (es decir, sin la uerza de la ley), como aquellos plasmados enacuerdos internacionales (por ejemplo, la Declaracin universal sobre bioticay derechos humanos adoptada por la Unesco). Esto ha dado origen no slo

    a diversas tentativas sectoriales de instaurar mecanismos de responsabilidadsocial -la ms notable es la reerente a responsabilidad social corporativa (RSC)o responsabilidad social empresarial (RSE), que puede denirse como la con-tribucin activa y voluntaria al mejoramiento social, econmico y ambientalpor parte de las empresas, por lo general con la meta de mejorar su situacincompetitiva y valorativa y su valor aadido- sino a propuestas novedosas sobrelas implicaciones corporativas o institucionales del concepto.

    Por ltimo, si bien hace mucho que el mundo empresarial ha acogido y desa-rrollado la idea, la refexin acerca de la responsabilidad social apenas empiezaa darse en el mbito universitario. Y la cuestin hay que plantearla en estos

    trminos: as como la empresa tuvo que superar el enoque lantrpico de la in-versin social (como gasto extra) para concebirse a s misma bajo el nuevo pa-radigma de la responsabilidad social, la universidad debe superar el enoque dela proyeccin social y extensin universitaria como apndices de su uncinprimordial de ormacin estudiantil (docencia) y produccin de conocimientos(investigacin), para poder asumir la verdadera exigencia de una responsabili-dad social universitaria.

    Creemos que todo debe partir de una refexin crtica de la institucin univer-sitaria sobre s misma en su entorno social, de un anlisis de su responsabilidady sobre todo de su parte de culpabilidad en los problemas de la sociedad, de-

    jando de pensarse como un lugar aislado de paz y racionalidad en medio de latormenta en que se debate la humanidad. Esperamos que el proceso que estetexto puede generar contribuya a esta responsabilidad de todos y para todos.

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    La persona humana y su actuar en la sociedadCAPT

    La persona humana y suactuar en la sociedad

    Hablar de responsabilidad social, entonces,implica reerirse primeramente a la per-sona humana que es quien realiza esas

    acciones, y es, ante todo, un sujeto de deseos,un ser praxeolgico que acta como individuoracional(que refexiona y analiza),consciente des mismo(capaz de identicar sus dimensiones ypotencialidades), libre y autnomo(capaz de op-tar y responsabilizarse de sus decisiones), en unconjunto de relaciones e interacciones sociales

    (lo que supone dimensiones como tica, histo-ria y poltica), y que siempre est en camino, enproceso de trascender (por eso es educable): lapersona es un proyecto inacabado, como lo sonsus deseos. Por eso existir, ser persona, es antetodo educarse o como lo dice Savater (1997): laprincipal asignatura que se ensean los hombresunos a otros es en qu consiste ser hombre (p.33). Dicho claramente: el ensear a otros y apren-

    der de otros es ms importante para la constitu-cin de nuestra humanidad que cualquiera delos conocimientos concretos que se transmiten ose perpetan, porque del intercambio intersub-jetivo con los otros aprendemos signicados, ydel intercambio intrasubjetivo aprendemos a va-lorar y a darle sentido tico a la vida y a responsa-bilizarnos de nuestras acciones y decisiones.

    Todo esto es lo que intenta abarcar el proyecto

    educativo praxeolgico de UNIMINUTO (vaseFigura 1), que se propone ormar los jvenes so-adores de Colombia, capaces de darle un rum-bo totalmente nuevo al pas, para lograr dirigir laRepblica por los nuevos caminos que ella anhe-la y necesita (Raael Garca-Herreros).

    En la base de este proyecto educativo encon-tramos una pedagoga de inspiracin humanis-

    Siempre me ha parecido que a un ser humano slo lo puede salvar otro ser humano.

    H. Konsalik

    Una propuesta educativa, como la de la Corporacin Universitaria Minuto de Dios

    UNIMINUTO-, que enfatiza el desarrollo humano y social, la gestacin siempre utpicade un hombre nuevo y de una sociedad diferente tiene, necesariamente, que partir de

    unos conceptos de persona y de sociedad claramente asumidos y diferenciados. UNI-

    MINUTO quiere formar profesionales que sean al mismo tiempo innovadores sociales,

    y por ello creemos que la aparicin de una nueva sociedad slo es posible cuando se

    substituye la relacin sujeto-objeto por relaciones intersubjetivas, que, se supone, son

    vividas en la historia y en una cultura determinada.

    i

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    10/1160La responsabi l idad socia l : una prctica de

    ta, undada en la enomenologa(1). Este enoquedene la unicidad de cada persona, precisandociertas condiciones relativas a la realizacin des mismo como persona (Rogers, 1979) y, sobretodo, a la actualizacin, desde su experiencia

    prctica, del potencial humano de cada uno(Maslow, 1998) que se expresa en sus deseos;de ah el calicativo de praxeolgica. La premi-sa central es que en condiciones de aprendizajeptimas, aquellas que genera, entre otras, la re-fexin sobre la accin prctica, los seres huma-nos tendern a realizarse plenamente y acepta-rn responsabilizarse de su propio desarrollo. Esel componente base de nuestro modelo educa-tivo que hemos llamado desarrollo humano oproceso de realizacin personal.

    1 En UNIMINUTO concebimos la ormacin integral de personasy comunidades como el proyecto esencial de la pedagoga,en el marco de una epistemologa derivada de la enomenolo-ga de Husserl y Schtz que articula el conocimiento cientco(teora) con el mundo de la vida cotidiana (prctica y experien-cia). La enomenologa es la disciplina que estudia la relacinque existe entre los hechos (enmenos) y el mbito en quese hace presente esta realidad (psiquismo, la conciencia). Laenomenologa seala que lo que vemos no es la realidad en smisma, sino los enmenos que son, simplemente, las cosas taly como se muestran, tal y como se nos orecen a la conciencia.

    A esta visin autonomizante, es decir, no con-troladora, la pedagoga praxeolgica integra ele-mentos de responsabilidad social, como la con-cientizacin (Freire, 1997) y el compromiso quedespierta a la persona y la invita a querer parti-

    cipar de un proyecto de sociedad undado sobrela paz, la justicia y la solidaridad, contribuyendoproesionalmente a la construccin de comuni-dades autogestionarias, incluso si ello implicadejar atrs algunos de sus deseos personales.Corresponde al proceso de responsabilidad so-cial que, en el modelo educativo de UNIMINU-TO, tiene un carcter de investigacin aplicada ycomprometida con la comunidad.

    En n, para avorecer la implementacin de

    esta pedagoga praxeolgica, se propone que sedesarrolle un proceso dialctico entre la teora yla praxis, es decir, un enoque que relacione ac-ciones y ambientes educativos que pueden ser,en apariencia contradictorios, alrededor del de-sarrollo de las competencias proesionales en elproceso cognitivo que supone el quehacer edu-cativo, que slo tiene sentido cuando se logranaprendizajes signicativos y pertinentes. Este en-

    Competencias profesionales

    FORMACIN

    INTEGRAL

    DEL ESTUDIANTE

    Desarrollo

    humano

    Responsabilidad

    social

    Procesoinvestigativo

    Proc

    esoco

    gnitiv

    o

    Procesode

    realizacin

    personal

    Figura 1. Esquema del modelo educativo praxeolgico de UNIMINUTO. (Juliao, 2004).

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    oque dialctico integra la dimensin liberadoray autonomizante de la pedagoga humanista yla pedagoga crtica a la dimensin socializantems tradicional de la educacin.

    La persona humana

    La palabra persona (del lat.persna, mscara deactor, personaje teatral, del gr. ) es unconcepto polismico, es decir, sus signicadosson mltiples. El Diccionario de la Real Academiatrae, entre otras, las siguientes acepciones: indivi-duo de la especie humana; hombre o mujer dis-tinguidos en la vida pblica; personaje que tomaparte en la accin de una obra literaria. En gram-

    tica, la persona designa los dierentes implicadosen el acto comunicativo: quien habla es la primerapersona, quien oye es la segunda persona, otrosinvolucrados constituyen la tercera persona; staspueden existir en singular o en plural. Para cier-tos lsoos, la persona es un ser racional dotadode conciencia y libertad; otros sencillamente em-plean el trmino para reerirse al ser humano engeneral. Para el derecho, persona jurdica es aque-lla a quien se le reconoce la capacidad de ser suje-to de deberes y obligaciones.

    La responsabilidad puede pensarse como unareaccin ante la individualizacin y la ragmenta-cin de nuestras sociedades, destinada a orecernuevas bases ticas para la vida en comn. Pero,no debera reducirse, sobre todo en trminoseducativos, a la idea de conormidad o adhesin.

    La refexin (el pensar por s mismo) y la accin(las prcticas cotidianas) nos ayudan a reducir labrecha que normalmente existe entre el modo

    como vivimos y lo que en realidad desearamosque uera nuestra vida. Se trata de un proceso

    praxeolgico(2) (refexin y accin inseparables)que, en tanto se va consolidando (mediante la

    2 Consideramos que la praxis es una manera de actuar, mientrasque la praxeologa es (o quiere ser) una disciplina sobre las die-rentes maneras de actuar: una teora, un discurso refexivo y crti-co, (logos) sobre la prctica, sobre la accin sensata, de la cual sebusca el mejoramiento en trminos de transormacin, pertinen-cia, coherencia y eciencia.

    experiencia), permitir logros mayores; por esoes importante ver, poco a poco, en cada pasode la vida, qu cambios podemos realizar, y dar-les la orma que corresponde. Lo que llamamos

    el sentido de la vida est en la base del modocomo vivimos: es su undamento, pero no se vesi no nos preguntamos refexivamente por l;son los cimientos que sostienen y dan orma ala existencia, pero como cimientos no son visi-bles sin cierta excavacin. Es importante saberque cuando nos preguntamos por el sentido denuestra propia vida no buscamos una respuestaunvoca: lo que intentamos es entender el esp-ritu de nuestra poca y sealar lo que queremosque nos ocurra en ese contexto. Sin embargo,

    para aclarar lo que deseamos primero hay quecomprender ciertos condicionamientos cultura-les que subyacen bajo nuestros modos cotidia-nos de pensar, sentir, amar y vivir.

    Cotidianamente expresamos el sentido de unaexperiencia sealando su utilidad (para qume sirve?). Esta es la principal herencia de nues-tra historia amiliar y social: nuestros padres yabuelos orientaron el sentido de sus vidas en lautilidad de sus actos y en el poder que lograban

    sobre las cosas y las personas. As, aprendimosque somos personas si somos tiles y poderosos,no importa la calidad de nuestra vida ni la reali-zacin de nuestros sueos y deseos, sino cuntoproducimos y cunto tenemos. Esta es una cos-movisin utilitarista-productivista, que proponeun modo de ser y de estar en la vida, que anprevalece en nosotros, pero que se gest desdeun estado de cosas muy dierente al actual: el es-tado de necesidad y carencia en que se encon-traba la humanidad a nales de la Edad Media,

    lo que gener la lgica del progreso y orj unmodo de vivir que transorm lo existente hastaentonces. Hoy podemos cambiar el modo de sery vivir centrado en este paradigma, porque ya nocorresponde totalmente con nuestro mundo.

    No olvidemos que nuestra lgica espontnea(el sentido comn que gua nuestras decisio-nes) todava se basa en esta cosmovisin pro-

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    12/1162La responsabi l idad socia l : una prctica de

    ductivista. Pero hoy los sentimientos y deseosde muchos de nosotros ya no se alinean conese modo de sentir y querer, aunque todavaactuemos desde l. Este desase ocasiona una

    sensacin de prdida de sentido: sta es la causaundamental de la crisis de valores, costumbrese instituciones en que nos hallamos. El sentidoproductivo est enraizado y da orma a nuestrasacciones cotidianas. Si de verdad queremos cam-biar, tendremos que resignicar el sentido queorienta nuestro modo de ser y de actuar comopersonas autnticas y responsables.

    Somos parte del mundo y nuestros modos devivir cambian con l. Desde hace cinco dcadas

    el mundo ha venido cambiando radicalmente;quienes vivimos hoy debemos sintonizarnos conel nuevo estado de cosas. Pero, por dnde iniciaresto? Lo que daba sentido, y que heredamos delos siglos anteriores, era el deber, y eso sealabasiempre al resultado utilitario de lo vivido y noal disrute de cada experiencia vivida; hoy, elenlace con la uente de sentido est en el deseo;la pregunta ya no es cmo se debe vivir, sinocmo quiero vivir.

    Asumir que somos seres que desean y aprobareso que palpita en nuestros deseos nos permitirconectar con nuevos horizontes de sentido.Generar en nosotros actitudes y propuestasms amistosas con los otros y con el mundo, msinteresadas en la alegra y en el goce de vivir,dando lugar a un nuevo modo de convivencia enel que nos relacionaremos con los dems desdela alianza, la inclusin y el amor, y no desde lacompetencia, el uso (o abuso) y la exclusin.

    Necesitamos aprender a hallar sentido en laalegra de vivir cada experiencia como si ueranica y eterna; as aparecern en nosotros nuevasormas de sentir y valorar la vida cotidiana y eltiempo presente; surgir una pasin que darmayor valor al aqu y al ahora y que no vivir tanpendiente del resultado, ms interesada en laalianza que en el dominio sobre las personas ylas cosas. Se trata de un modo de ser y de actuar

    que implica limitar la uerza del enoque utilitarioproductivista concebido a partir de la carencia y dela miseria, y nos permita acceder a los potencialesde bienestar que orece la actual situacin.

    Para orientarnos en esta bsqueda, debemosprestar atencin a nuestros deseos: Qu de-seamos vivir y cmo? Obvio, la pura esponta-neidad no bastar para reorientar las prcticas:debemos pensar nuevos caminos, desempolvarla imaginacin y la intuicin para disear estra-tegias y acciones novedosas y responsables connosotros mismos, con los dems y con el medioambiente. Debemos aprender a no sobrevalorarlo establecido como verdadero por la educacin

    que hemos recibido. Eso implica repensar el sen-tido a partir del cual percibimos ciertos modosde vivir como buenos (y los repetimos aunqueno nos hagan elices) y otros como malos (sinexaminar si realmente son dainos para nuestravida o para la de los dems).

    Necesitamos tomar contacto con lo que desea-mos vivir, que casi siempre est atrapado por losprejuicios del mundo arcaico. Conviene que nosautoricemos a pensar y a validar proyectos y con-

    ductas que hasta ahora no nos hemos atrevido aimaginar y a desear, o que descartamos por in-correctas o imposibles apenas aforan a nuestramente. Y si ueran mejores opciones, practica-bles y posibles? Y son precisamente esas las quenos permitirn ser autnticas personas?

    Es importante invitar a quienes nos rodean (en-torno amiliar, laboral y social) a compartir estabsqueda de sentido y a encontrar juntos nue-vas ormas de relacionarnos. Debemos aprender

    a vincularnos con ellos en tanto aliados que sepotencian mutuamente, y no como jueces quedictaminan la buena conducta establecida. De-bemos recuperar los lazos sencillos pero ecacesde la convivencia, de la solidaridad, de la respon-sabilidad mutua y del trabajo comunitario.

    Al activar en nosotros la capacidad de conec-tarnos con nuestros deseos, estaremos poten-

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    ciando el cambio. Obviamente, al comienzo sloestaremos reconociendo el aroma del deseo, loms genrico de l, el rumbo que vamos a seguir.Luego habr que encarnar el espritu que late en

    nuestros deseos. Para ello vamos a necesitar im-genes ms concretas, y tendremos que plantearla pregunta en cada mbito de la vida: interro-garnos sobre cmo queremos vivir el amor, eltrabajo, las amistades, la relacin con nuestra a-milia, el vnculo con el dinero, la solidaridad, etc.Y luego s: habr que inventar y disear estrate-gias, proyectos, acciones y actitudes que vayanhaciendo realidad lo nuevo, siempre teniendo encuenta nuestras posibilidades. El reto es grandey nos va a pedir tiempo y atencin, imaginacin

    y aprendizaje. Pero el sentimiento de realizaciny bienestar que encontraremos a cada paso nosayudar a esmerarnos cada vez ms y nos daruerzas para encontrar un nuevo sentido paranuestras vidas y actuar desde l. As, estaremosconstruyndonos como autnticas personas ca-paces de decisiones socialmente responsables:

    Como sujeto de deseos pleno de potenciali-dades y/o posibilidades.

    Como ser praxeolgico que acta permanen-temente, que construye y reconstruye.

    Como individuo racional que refexiona yanaliza crticamente lo que percibe y vive.

    Consciente de s mismo, es decir, capaz deidenticar sus dimensiones y potencialidades.

    Libre y autnomo al ser capaz de optar y res-ponsabilizarse de sus decisiones.

    Actuando en un conjunto de relaciones e in-teracciones sociales, lo que implica otras di-mensiones constitutivas de su ser como lotico, lo histrico y lo poltico.

    Y que siempre est en camino, en proceso detrascender (por eso es educable): la personaes un proyecto inacabado.

    La persona humana se va construyendo a lo lar-go de toda su vida. Todas esas dimensiones queintegran su ser se encuentran en permanentecambio, pues admiten pereccionamiento y re-

    claman trabajo; es por eso que la caractersticaundamental de lo social es la educabilidad, quetiene su origen en la plasticidad de la persona.La persona humana es una complejidad muybien articulada que cuando est en equilibriohace evidente su grandeza y su dignidad(3); cuer-po, alma, espritu, mente, corazn, todo junto ysensatamente orientado pone al ser humano enla cima del mundo, ya que no encontramos ennuestro planeta un ser tan elaborado y con tan-tas potencialidades en actualizacin como l.

    Cada da, cada experiencia, aporta algo nuevoal ser y al quehacer de la persona humana. Lasexperiencias vividas signicativamente e incor-poradas a la estructura personal van ortalecien-do y conormando (dando orma) a la personamisma, marcando sus dierencias y consolidandosu individualidad. La misma experiencia siempreser asumida de modo dierente. As, por ejem-plo, la muerte de un ser querido ser ms dolo-rosa para quien ue ms cercano a l gracias a ex-

    periencias anteriores compartidas; sin embargo,la muerte de esa misma persona no aecta porigual a sus otros seres cercanos, pues cada unose constituy de modo dierente en el trato conl. As sucede con todas nuestras experiencias:todo va siendo guardado y surge en el momentoadecuado, evidenciando nuestra particularidad.Nuevas prcticas pueden alterar la comprensinde experiencias anteriores cambiando su sentidoy signicando de otro modo el hecho ya vivido.

    Las actitudes personales son predisposicionescon las que nos preparamos para asumir nuevasexperiencias; ellas son ruto no slo de experien-cias vividas sino de una construccin personalque conscientemente se ha venido raguando. Enel proyecto personal de vida cada uno esboza la

    3 El caso contrario, es el desequilibro personal el que da origena mltiples disunciones y/o patologas: sicosis, esquizorenia,complejos, obias, entre otras.

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    14/1164La responsabi l idad socia l : una prctica de

    clase de persona que es y la que desea llegar a ser,desde los principios, los valores, las creencias y lasmetas que concretan su personalidad o modo par-ticular de ser y de actuar. As, por ejemplo, cuando

    al elaborar su proyecto de vida una persona se dacuenta de cierta amargura que se refeja en triste-za, y comprueba que esa tristeza es su marca entodo lo que hace, ella puede plantearse un cambio,una tendencia positiva a la elicidad y a la alegra,para mirar con optimismo lo que viene. Es as quedecimos que cada persona decide la manera comoquiere vivir y la huella que quiere dejar como testi-monio de su paso por la historia.

    Un ejemplo puede aclarar lo anterior. Dos per-

    sonas ven cmo un billete de $50.000 cae delbolso de una seora, y sus reacciones son die-rentes: la primera se acerca para cubrir con su pieel billete mientras piensa ojal la seora se vayarpido para coger el billete. Sin querer me ganunos pesos; qu suerte. El valor dinero rige suvida originando esta conducta. La segunda, sinpensar mucho, coge el billete para devolvrseloa la seora; ha dado prelacin al valor de la ho-nestidad, a no apropiarse de lo que no es suyoy a devolver a cada quien lo que le pertenece.

    Ante una misma circunstancia surgen respuestasdiversas; esto muestra que no son las circuns-tancias las que conguran a la persona sino quees ella quien, desde su modo particular de ser,enrenta las circunstancias; es el sujeto-protago-nista de la historia y no un extra o material deutilera en el teatro de la vida.

    Ahora bien, si esta diversidad de componentesque conorman la persona humana muestra sucomplejidad, las dialcticas que surgen entre ellos

    la hace an ms sugestiva y atrayente. La personahumana es una lucha permanente entre opues-tos y contrastes: es corporalidad pero tambin esespiritualidad; permanentemente sus sentidosestn conrontados a sus valores y creencias. Esindividual, lo que indica su natural soledad, y sinembargo, es un ser sociable capaz de interactuary vivir en comunidad. Es nito, su existencia espasajera o emera y, no obstante, siempre busca

    trascender, dejar una huella que supere su espa-cialidad y su temporalidad. La persona oscila en-tre el jbilo y la angustia, entre la ilusin y la de-solacin, entre la armona y la beligerancia, entre

    el amor y el odio, entre la vida y la muerte. Cadapersona es todo un universo de pensamientos,emociones, relaciones, sensaciones, sentimientos,percepciones, ideas, sueos, deseos, creaciones,que la hacen nica e irrepetible.

    Ahora bien, si el modo de ser propio de cadapersona es su potestad individual y slo ella pue-de autodeterminarse, esto no quiere decir que suactuar carezca de principio alguno. Si retomamosel concepto de libertad podemos aclarar esto; la

    libertad es la acultad de la persona que le per-mite decidir actuar o no segn su inteligencia ovoluntad. Para que una accin sea libre, quien larealiza debe ser consciente de su actuar, debe sa-ber lo que hace y cmo lo hace; es decir, no debeestar coaccionado por ninguna circunstancia.Puede ocurrir que uno no logre dimensionar ple-namente las consecuencias de su actuar, pero esono nos exime de responsabilidad (pues antes deactuar hay que prever las consecuencias). As, sees libre cuando se decide, y decidir implica asumir

    las consecuencias de esa decisin; a esto lo llama-mos responsabilidad. Dicho de otro modo, es librequien decide y responde asumiendo coherente-mente las consecuencia de su decisin.

    Elementos constitutivosde la persona humana

    No sera posible agotar la proundidad y com-plejidad de los elementos constitutivos de lapersona humana que hemos esbozado en el

    numeral anterior; aqu nos limitamos a describiralgunos de los ms representativos para nues-tros propsitos: la responsabilidad social comoprctica vital.

    La corporeidad

    Obviamente, la expresin ms sencilla de la pre-sencia del ser humano en el mundo la da su cor-

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    poreidad. Previo a sus pensamientos, sentimientos,ideales o sueos, lo primero que identica a unapersona es su cuerpo. Podemos decir que no slotenemos un cuerpo sino que somos un cuerpo,

    ya que nuestra carga gentica nos hace nicos ydiversos entre semejantes, individuos al interior deuna especie comn. La conguracin gentica de-termina las caractersticas corporales del individuo;si una sola cambia ya se trata de otra persona total-mente dierente, porque la menor variacin de sucorporeidad dara como resultado un modo distin-to de relacionarse consigo mismo y con el entorno.

    El semblante puede expresar una variedad desentimientos y emociones surgidas del ondo de

    la persona: lgrimas de alegra o de dolor, sonri-sa, el ceo runcido, el color de las mejillas, todoes indicativo de lo que ocurre en nuestro inte-rior. Tambin, la postura corporal comunica algode nuestra interioridad: caminar con las manosentre los bolsillos puede ser signo de timidez ocansancio, levantar los hombros seala altivez osuciencia, mantener brazos o piernas cruzadosindica hermetismo y encerramiento. Un pesta-eo al responder puede signicar inseguridad.El cuerpo siempre est diciendo lo que somos,

    sentimos o deseamos, no podemos evitarlo. Esuna de nuestras ormas de comunicarnos, unode nuestros lenguajes.

    El cuerpo humano es un organismo biolgicomuy complejo y perectamente estructurado:sistema nervioso, estructura sea, masa mus-cular, visin, olato, odo; todo tiene su lugar enese mecanismo asombroso que es el cuerpo hu-mano. Tambin, las caractersticas sexuales sonimportantes en la conguracin de la persona:

    establece no slo rasgos sicos y psicolgicos,sino tambin un modo concreto de ser y deactuar, pues el gnero tiene implicaciones pro-undas en la personalidad. La diversidad sexualhace que, aunque iguales en dignidad y condi-cin, seamos dierentes en comportamientos,capacidades sicas, estructuras psicolgicas,que lejos de apartarnos deben permitirnos ma-yor complementariedad.

    Las dierencias sicas han sido causa de mu-chos confictos sociales a lo largo de la historiay la geograa; poblaciones enteras han sidoasoladas por quienes se crean raza pura o de

    mejor condicin. Hombres que se consideransuperiores a las mujeres, blancos que despreciana negros o amarillos, colonizadores que rente atribus nativas con sus particularidades los tomanpor animales sin alma. Se olvida o se desconoce,por intolerancia, el valor de la diversidad, siendoincapaces de captar la riqueza presente en todoser humano. Pero igualmente grave es el atentarcontra uno mismo cuando no se respeta el pro-pio cuerpo.

    El psiquismo humano: el alma

    Sin embargo, a pesar de su importancia, nopodemos reducir la persona a la mera corpora-lidad como si nicamente uera materia evolu-cionada; existe en ella una realidad inmaterialque todas las culturas han identicado y expli-cado con trminos ciles de comprender. Loslsoos griegos crearon el sustantivo psyqu,tomado del verbo psicho (soplar), para reerirseal soplode vida que acompaa a una persona

    hasta su muerte. El concepto pas al latn comonima, de donde surge nuestro espaol alma,muy usado por la antropologa moderna. No esextrao que los antiguos hayan usado la ima-gen del aire para describir esa realidad bsica einmaterial de la persona, pues del aire sabemosque est ah aunque no lo veamos y su presen-cia es vital para los seres vivos.

    Nuestra cultura occidental deposit en el almatodos los atributos no materiales de la persona:

    conciencia, razn, ideas, smbolos, voluntad, liber-tad, valores, sentimientos, emociones, deseos. Ellacontiene todo lo que conorma la interioridad ointimidad de la persona, todo lo que la hace ni-ca e irrepetible. Incluso para algunos pensadoresoccidentales, el alma lleg a ser tan undamentalque no requera del cuerpo para existir; incluso,creyeron que el cuerpo entorpeca el obrar delalma y era necesario liberarse de l.

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    16/1166La responsabi l idad socia l : una prctica de

    Este enoque, originado en Platn(4), ha im-pregnado el pensamiento de muchos lsooshumanistas modernos que, como Descartes,buscaban un punto irrebatible en el que apo-

    yar sus teoras racionalistas y lo hallaron en elser humano: pienso, luego existo. A partir deesto, el mundo moderno privilegia el dominode la razn y coloca al ser humano en el centrodel universo haciendo que todo gire a su alre-dedor; sin embargo, esto no sirvi para captarrealmente la esencia de la persona, pues ni lapsicologa ni la sociologa ni las antropologasmodernas o los avances cientcos o tecnolgi-cos han podido dominar los impulsos del almahumana impidiendo que la humanidad se des-

    truya a s misma. La ira, la envidia, el an de po-der o de gobernar, entre otros, son impulsos delalma que jalonan enrgicamente las decisionesde la persona llevndola a su destruccin.

    Un autor contemporneo, Castoriadis(5) (1999),seala que el elemento ms radical y denitoriode la psique humana, anterior y condicin detoda lgica, es la capacidad de representacin(capacidad simblica). Esta esencia representati-va de lo psquico se descubre en el lenguaje (y

    con l en todo el mundo humano) como algosiempre abierto a signicaciones: la psique hu-mana es un residuo de representaciones, siem-pre objeto de posibles reinterpretaciones, de

    4 Esa doctrina dualista de Platn plantea la existencia de dosmundos: el mundo inteligible de las ideas, eterno, inmuta-ble y necesario, y el mundo sensible de la materia, temporal,mudable y corruptible (alma encerrada en un cuerpo). Platndesvaloriza el mundo de la materia; de su doctrina procede la

    imagen del cuerpo como crcel del alma. Descartes acenta eldualismo entre el espritu (res cogitans) y la materia (res exten-sa). Las consecuencias de esta visin sern negativas: despre-cio del cuerpo, sobrevaloracin de la teora rente a la prctica,racionalizacin de los procesos educativos, entre otras.

    5 La losoa de Castoriadis se inserta en una refexin sobre laproblemtica del sentido, y se puede considerar como un es-uerzo por desarrollar un proyecto de autonoma que supere laslimitaciones de las propuestas de Kant. Su obra combina aportesdel psicoanlisis (sobre estructura del sujeto), con una antropo-loga losca que propone la imaginacin como acultad pro-ductora de sentido, ms radical que la propia racionalidad.

    una nueva escritura, de una nueva creacin(6). Larepresentacin, por otra parte, va siempre vincu-lada, de modo indisociable, a otros dos vectoresde la vida psquica que aqu hemos resaltado: el

    aecto y la intencin o deseo, de modo que, se-gn el mismo autor, nada existe uera del sujeto,que se experimenta a s mismo como uente deplacer o como capaz de dar cumplimiento a eseplacer (p. 240).

    Todo lo anterior nos permite sealar que hayque entender psique (alma) y soma (cuerpo)desde esa complejidad que las torna divisibles eindivisibles al tiempo. Son inseparables: pues elalma depende del cuerpo (las lesiones sicas o

    el consumo de drogas provocan cambios anmi-cos indiscutibles), y el cuerpo depende del alma(como en los movimientos voluntarios o en lasllamadas enermedades psicosomticas). Peroal tiempo son separables: porque el cuerpo nodepende del alma (existen mecanismos siolgi-cos de mi cuerpo ajenos a mi voluntad) y el almano depende del cuerpo, como en los casos dela resistencia al dolor o a la tortura, pero sobretodo porque desde el nacimiento la psique giraen torno a s misma. Es esa arbitrariedad la que

    permite, con Castoriadis (1994), postular algoexclusivamente humano: la imaginacin y, conella, el imaginario histrico-social. Porque el serhumano es psique, pero al mismo tiempo y demodo indisociable es un ser histrico-social.

    La dimensin espiritual

    Cuando hablamos de espritu pensamos en cosascomo vitalidad, entusiasmo o uerza interior con lasque emprendemos una labor determinada. La pa-

    labra entusiasmo se dene como la exaltacin y o-gosidad del nimo, excitado por algo que lo admireo cautive; esta exaltacin del nimo puede y debe

    6 Ms an, esto supone que lo real es siempre indeterminado,y que no hay ni puede haber un undamento ltimo de ningnconocimiento, pues toda demostracin supone, en ltimas,algo indemostrable. Esto no signica, en la losoa de Casto-riadis, ni irracionalismo ni relativismo: que no haya signica-cin nal no implica que no podamos desentraar el sentidode nuestras creaciones.

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    concebirse como la uerza vital interior que muevea la persona a actuar de tal o cual modo.

    Estas ideas son ms propias de las culturas

    orientales que comprenden a la persona enunin con la divinidad, capaz de encontrarse ydialogar con Dios, capaz de encarnar a Dios. Msque razonar sobre las creencias espirituales oreligiosas, se trata de constatar que en todas lasculturas, en todos los lugares y tiempos se ar-man las tradiciones religiosas que acompaan alos humanos. Y es que al interior del ser humanoexiste un sentido de trascendencia, de superar loterreno o material. Un ejemplo que todava sor-prende a los estudiosos de la conducta humana

    es el modo como las sociedades primitivas se-pultan a sus muertos, colocando junto al cadverlos tiles necesarios (alimentos, vestido, armas,vasijas) para el viaje que inicia hacia la eternidad.Es que la cspide de la naturaleza humana no esel psiquismo sino el espritu.

    La persona humana posee la admirable capa-cidad de conocer (mediante los sentidos, la ima-ginacin, la inteligencia) y de valorar y amar

    lo bueno que haya a su alrededor. La primeraaproximacin a la verdad nos la dan los senti-dos y los sentimientos, pero el conocimiento n-tegro de la realidad slo se alcanza en el cono-cimiento intelectual unido al entusiasmo queviene de la dimensin espiritual. La persona esun ser abierto a la realidad, creada para viviren la verdad, de la verdad y para la verdad. Laverdad es patrimonio humano, pero que debeconquistar durante toda su vida. Buscar la ver-dad exige ser y actuar libres de prejuicios: evitar

    el etiquetar apresuradamente a las personas ylos acontecimientos; evitar el juzgar de modotrivial la realidad. Hay que evitar el juicio deni-tivo: dejar siempre abierta la puerta para acep-tar otros aspectos que todava no conocemos yestar dispuestos a matizar y a corregir los juiciosque ya hemos hecho sobre la realidad. Por esohemos de perder el miedo a pensar, a cuestio-nar, a refexionar crticamente.

    De todo lo que hemos dicho hasta ahora po-demos proponer algunas sugerencias prcticas,undamentales para la construccin o revisindel proyecto personal de vida:

    Hay que atreverse a pensar por cuenta propia:plantearse sin temor las grandes cuestionesde la existencia. Un modo de lograrlo es escri-bir lo que se piensa; esto ayuda a refexionar.

    Es til comunicar lo que pensamos sobrelos grandes temas de la vida y contrastarlocon otras personas, venciendo el pudor quea veces nos impide hablar de ciertos temas.Hay que aprender a dialogar, a escuchar y a

    presentar nuestros puntos de vista de mododesapasionado: aceptar lo que nos aportanlos dems y orecerles nuestro propio aporte.

    Conviene abricar un plan de lectura y dispo-ner siempre de un tiempo para leer o estu-diar. Antes de iniciar una lectura, es buenoasesorarse sobre la bibliograa ms adecua-da a nuestros deseos e intereses de tipo lite-rario, histrico, losco, teolgico.

    Es provechoso transcribir en chas las ideasy sugerencias ms atrayentes de lo que lee-mos. Poco a poco podremos disponer de unacervo ordenado por temas que ser enri-quecedor repasarlo de vez en cuando.

    En toda persona hay un anhelo irresistible deverdad, un deseo de saber, de comprender msproundamente el sentido de la vida, de la ni-tud humana y del modo de trascenderla. Nece-sitamos responder a los grandes interrogantes

    de la vida: de dnde vengo?, adnde voy?,quin soy?, qu debo hacer en la vida?, cmovoy a superarme? Los grandes interrogantes nosconducen a la bsqueda del sentido de la vida,a la razn de ser del mundo y del ser humano.Tarde o temprano nos preguntamos por la cau-sa ltima de todo, en denitiva, terminamospreguntndonos por Dios. Y, por eso, la escala devalores, los principios ticos y morales, nuestras

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    18/1168La responsabi l idad socia l : una prctica de

    creencias y el sentido de la propia existencia sonla base y el motor del actuar humano, lo que abreun abismo evolutivo entre la humanidad y otrasespecies que habitan sobre la az la tierra.

    Nos parece que Pascal (1981) sintetiza bella-mente lo que es la persona: el hombre no es ningel ni bestia. Nuestra desgracia es que quienquiere hacer de ngel se comporta como unabestia. Es peligroso hacer ver excesivamente alhombre cunto se asemeja a los animales, sinmostrarle tambin su grandeza. Aun ms peli-groso mostrarle su grandeza, sin hacerle ver subajeza. Y peor todava dejarle ignorar una cosa yotra. Pero tiene grandes ventajas el que conozca

    ambas (Pensamiento N 358).

    Dimensin tica: la personacomo sujeto moral

    Cuando intentamos denir un trmino que tie-ne una larga historia nos abocamos a una tareadicil, pues el paso del tiempo lo ha enriqueci-do con diversos matices. Por ahora comencemosdistinguiendo dos conceptos que etimolgica-mente signican lo mismo pero que en el len-

    guaje comn los usamos indistintamente:

    a. Moral: el saber que acompaa la vida de laspersonas hacindolas prudentes y justas;podemos hablar de moral vivida.

    b. tica: la refexin sobre la moral o la losoamoral; en este caso se trata de moral pensa-da, que tiene tres unciones: aclarar qu esla moral, undamentarla y aplicar a los dis-tintos mbitos de la vida social los resulta-

    dos de las dos anteriores (en este caso es lallamada tica aplicada).

    La tica es, entonces, un tipo de saber prcti-co, es decir, uno de esos saberes que pretendeorientar la accin humana de un modo racional(as, se dierencia de otro tipo de saber mera-mente terico- preocupado por conocer lo queson las cosas). Al decir que es un tipo de saber

    prctico asumimos que existen otros, como losque dirigen la accin para obtener un producto(como el caso de la tcnica o el arte); en el casode la tica, estamos hablando, pues, de un saber

    que pretende, no tanto lograr un objeto, sinoensearnos a actuar bien, racionalmente, en elconjunto de toda la vida. Ahora bien, este ense-arnos a actuar racionalmente, que sera la tareade la tica, es algo complejo, pues signica, almenos, dos cosas dierentes:

    a. Aprender a tomar decisiones prudentes(lo que se conoce como orjar el carcter).Quiere decir saber deliberar bien antes detomar una decisin para realizar la eleccin

    ms adecuada y actuar segn lo que se haelegido. Pero como no se trata slo de ele-gir en un caso concreto y puntual, sino paratoda la vida, por eso la tica nos impulsa aorjarnos un buen carcter (un ethos) parahacer buenas elecciones. As, el carcter se-ra el modo de ser del que nos vamos apro-piando a lo largo de la vida al hacer suce-sivas elecciones en un determinado sentido(otra cosa es el temperamento, con el quenacemos y que no se puede cambiar). Pode-

    mos, pues, decir que la tica es un tipo desaber praxeolgico, preocupado por averi-guar cul debe ser el n de nuestro actuar,para que podamos decidir qu hbitos he-mos de asumir, cmo ordenar las metas in-termedias, cules son los valores por los quehemos de orientarnos, qu modo de ser oqu carcter hemos de incorporar, con ob-jeto de obrar con prudencia, es decir, tomardecisiones acertadas. Y es claro que todoesto implica libertad (poder elegir ese cami-

    no u otro) y responsabilidad (responder porla eleccin hecha).

    b. Aprender a tomar decisiones moralmen-te justas (en el ondo sera el respeto de losderechos humanos desde una moral crtica).Una persona y una organizacin, no slo tie-nen que actuar con prudencia, tambin lodeben hacer con justicia. La pregunta ahora

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    es cundo se toman decisiones racional-mente justas? Y para responderla no bastacon respetar la ley vigente (ni siquiera res-petar la conciencia moral lograda), sino que

    es preciso averiguar qu valores y derechoshan de ser racionalmente respetados; es de-cir, es necesario encontrar un criterio racio-nal. Por eso hablamos de una moral crtica,cuyo mbito es ms amplio que el del dere-cho positivo. La tica, en tanto moral crtica,nos proporciona criterios para decidir, enconciencia(7) , cules son esos valores y dere-chos que hay que respetar.

    Ahora bien, la persona humana es un animal de

    costumbres, despliega rutinas en su quehacercotidiano que le acilitan la ejecucin de accio-nes repetitivas. Sera una prdida de tiempo yesuerzo dedicarse a pensar un modo siempredistinto para hacer las mismas cosas. Las costum-bres ms enraizadas adquieren uerza de ley detal manera que siempre deben hacerse as, puesde lo contrario alteraran el buen desarrollo delas dems actividades cotidianas. Esto es vlidotanto para los individuos como para la sociedad.Cuando los miembros de un grupo instauran ru-

    tinas, para benecio de todos, se comprometena ejecutarlas undando costumbres que sernasumidas por todos los integrantes; el ejemploms cercano est en la amilia, pues cuando setiene la costumbre de comer juntos a las siete dela noche se espera que todos estn a la hora yen el lugar indicado, de modo que la ausencia deuno altera la rutina de los otros.

    Las conductas humanas son aceptables o in-aceptables segn concuerden o no con las cos-

    tumbres del grupo social donde se est. Por

    7 Cuando hablamos de conciencia nos estamos reriendo a unauncin propia de la persona humana. La experiencia nos ense-a que ciertas personas observan una determinada conductamoral y que otras se conducen de modo inmoral. En conse-cuencia, la conciencia moral no es algo aadido a la persona,sino que es la persona misma el sujeto de la conducta moral. Laconciencia moral es una realidad dinmica que capacita al serhumano para que capte y viva los valores morales. Su desarro-llo y pereccin dependen del desarrollo y de la pereccin dela personalidad de cada ser humano.

    eso, un musulmn considera normal el contraermatrimonio con una nia de diez aos de edad,mientras que en occidente ello sera un actosocialmente censurable. Sabiendo que una per-

    sona necesita de dos litros de agua diarios parasobrevivir y que la descarga de un sanitario tiradiecisis litros de agua por la caera, habra quepensar que ocho seres humanos se quedan sin elpreciado lquido por cada descarga. Pero, cmono descargar la cisterna si es una costumbres sa-ludable y necesaria? Es que las costumbres exis-ten y se han conservado a travs del tiempo parasalvaguardar los valores y principios que una co-munidad considera esenciales.

    Antes de avanzar, es importante aclarar quelas personas son buenas en s mismas, aunquerealicen acciones censurables o intrnsecamen-te malas. Su existencia, como la de todo lo queexiste, goza de una bondad originaria que es elundamento de su vivir. Con el paso del tiempo,la persona se va construyendo entre aciertos yerrores; es indudable que no todo resulta comose desea, pero el aprender de los errores posibi-lita recibir el nuevo da con la ilusin de hacer lascosas mejor. Quien dijo una mentira no es y no

    tiene por qu ser considerado un mentiroso. Unaaccin especca y aislada nunca dene el ser deuna persona. Si uera as, se destruira toda posi-bilidad de cambio o conversin y se eliminara lanatural esperanza humana de superar sus limita-ciones y de recobrar la dignidad comprometidaen las acciones equivocadas.

    Precisamente, la intolerancia y la no aceptacindel racaso originan rupturas proundas en la per-sona y en la sociedad, generando visiones atalis-

    tas de la existencia. Esta corriente ha venido reco-rriendo las calles, las salas de cine, los pasillos decolegios y hospitales. Nios y jvenes sumergidosen esta cultura de la muerte, donde la vida ya novale nada y no merece ser vivida, atentan contra smismos acrecentando el nmero de suicidios y/oasesinatos. Crear espacios de tolerancia y respetoes el nico camino hacia la convivencia pacca delas personas y de las sociedades.

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    20/1160La responsabi l idad socia l : una prctica de

    Volviendo sobre la toma de decisiones, es per-tinente sealar los elementos necesarios parauna autntica decisin. Decidir es nalizar unacontienda, es tomar partido en una controversia,

    es la conclusin de un conficto. La etimologade la palabra es separar cortando, un procesoque implica varios momentos: primero separar,dejar de lado, cortar, identicar las variantes deun problema o considerar las alternativas desolucin; es tener claro el panorama. En segun-do lugar, calcular los benecios y las desventa-jas de cada alternativa, lo que permite elegir lasmejores opciones y descartar las desavorables.En tercer lugar, tomar juicio sobre algo dudosoo contestable, es resolver el conficto de modo

    denitivo con los argumentos necesarios y su-cientes. Decidir, entonces, es un proceso queintegra la capacidad racional de la persona y suacultad de discernimiento(8) y valoracin tica(9),que compromete su voluntad y libertad, inclu-so sus emociones y sentimientos. Decidir es unejercicio propio de seres racionales dotados deconciencia, voluntad y libertad.

    De lo anterior podemos inerir que slo la per-sona humana, capaz por naturaleza de tomar

    decisiones usando sus acultades mentales, ps-quicas y espirituales, puede ser considerada su-jeto moral, pues slo ella cuenta con el gradode conciencia, libertad y juicio requerido paraobrar conorme a los valores y principios asu-midos. Adems, slo ella cuenta con el aporteorecido por las costumbres y tradiciones de sucomunidad, que despus de numerosas expe-riencias vividas ha descubierto, jerarquizado y

    8 En su denicin ms simple, el discernimiento no es sino la ca-pacidad de decidir entre la verdad y el error, entre el bien y el

    mal. Lo contrario sera la irrefexin, irresponsabilidad, insensa-tez e imprudencia. Todas las percepciones errneas se basan endiscernimientos errneos, y debido a ellos cometemos accionessicas, verbales y mentales perjudiciales. Actuamos de modoequivocado porque estamos bajo la infuencia de las perturba-ciones mentales, que a su vez estn basadas en discernimientoserrneos.

    9 La palabra valor viene del latn valere (uerza, salud, estar sano,ser uerte). Cuando decimos que algo tiene valor armamosque es bueno, digno de aprecio y estimacin. Aunque soncomplejos y de varias clases, todos los valores coinciden enque su n ltimo es mejorar la calidad de nuestra vida.

    diundido valores que considera de importanciaundamental para la supervivencia humana enarmona con el entorno. La valoracin moral (dis-cernimiento) se hace entonces sobre la bondad,

    pertinencia, conormidad o no del actuar huma-no. La persona libre que de modo consciente yvoluntario realiza una determinada accin, asu-me las consecuencias que ella implica; a esto lollamamos responsabilidad.

    Para ser responsable de su actuar, el sujetomoral debe obrar libre, consciente y voluntaria-mente. Un nio no posee los sucientes conoci-mientos ni la madurez ni los criterios para obraren conciencia; por ello, sus padres se responsa-

    bilizan de sus acciones. El desarrollo humano serealiza por etapas y cada una de ellas respondea realidades y necesidades concretas del indi-viduo; a medida que crece, va asumiendo unmayor grado de conciencia y por ende mayorresponsabilidad sobre sus acciones. Podra suce-der que una persona vea truncado su desarrollosico o psicolgico y llegue a la edad adulta sincontar con las capacidades requeridas para to-mar decisiones; en ese caso, no se puede emitirningn juicio moral sobre su accin.

    No es posible dejar de lado los deseos de lapersona como sujeto moral, pues sta siemprebusca el bien en su actuar. Con recuencia escu-chamos decir: Qu tiene de malo tomar un tra-go con los amigos?. Y es cierto, no tiene nada demalo; al contrario, es bueno compartir con ellosy consagrarles tiempo. Es bueno trabajar y con-seguir lo necesario para sostener la amilia? Cla-ro que s, por eso las personas asumen sacricioscon tal de brindar a los suyos lo mejor. Hay que

    aceptar que toda accin humana, por espantosaque parezca, se apoya en el bien que el sujeto lo-gra percibir. Es que las personas nos vemos abo-cadas a componer una escala de valores dondepodamos priorizar lo que nos parece ms rele-vante y dejar en segundo lugar lo menos signi-cativo. Esta tarea no es sencilla, pues existe unareal distancia entre el bien objetivo (presente enlas cosas) y la interpretacin subjetiva de quien

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    percibe dicho bien. Adems, en la vida prcticase puede conundir qu sea lo ms importante,pues generalmente entra en conficto con lo me-jor o lo necesario. La escala de valores ser la que

    determine sus pensamientos y su conducta. Lacarencia de un sistema de valores bien denido,sentido y aceptado instalar a la persona en unaindenicin y vaco existencial que la dejar amerced de criterios y pautas ajenas.

    En sntesis, ser libre no se limita a la capacidadde decidir, elegir u obrar conorme al capricho dela voluntad, es mucho ms que esto. Se es librecuando se opta por aquello que genera para lapersona la connotacin ms atrayente As, si el

    ir a tomar unos tragos con los amigos lo condu-ce a gastar el dinero destinado al sustento de laamilia, hay que tener cuidado, no sea que unbien de menor valor (disrutar de unos tragos)termine apartndolo de un bien de mayor valor(el cuidado y bienestar de los suyos). Y si el traba-jar mucho, incluso los nes de semana, buscan-do mejores condiciones de vida para la amilia,le impide ver crecer y compartir con los hijos,habra que revisar en la propia escala de valoresqu va primero, si el trabajo o los hijos por quie-

    nes trabaja. A diario tomamos decisiones a partirde una escala de valores tcita en las tradicionesculturales con las que nos han educado; esta es-cala ha sido interiorizada, est inscrita en nuestrointerior y puede ser modicada por nuevas per-cepciones de sentido o valor, aquellas que nosaportan las nuevas experiencias que resignicanlas costumbres y tradiciones y reacomodan la es-tructura moral del hombre y de la sociedad.

    Nos queda un aspecto importante por sea-

    lar y es el papel de la educacin en todo lo an-terior. Una serie de preguntas que plantea Fer-nando Savater (1997) muestra la complejidad deesta cuestin:

    Debe la educacin preparar aptos competi-dores en el mercado laboral o ormar hombrescompletos? Ha de potenciar la autonoma decada individuo, a menudo crtica y disidente, o

    la cohesin social? Debe desarrollar la origina-lidad innovadora o mantener la identidad tradi-cional del grupo? Atender a la ecacia prcticao apostar por el riesgo creador? Reproducir

    el orden existente o instruir a los rebeldes quepueden derrocarlo? Mantendr una escrupu-losa neutralidad ante la pluralidad de opcionesideolgicas, religiosas, sexuales y otras dierentesormas de vida (drogas, televisin, polimorsmoesttico) o se decantar por razonar lo preeribley proponer modelos de excelencia? Pueden si-multanearse todos estos objetivos o algunos deellos resultan incompatibles? (p.13).

    No se trata de resolver estas preguntas, pero s

    de dejar planteada la complejidad y la respon-sabilidad social de esta cuestin. Lo que quizresulta ms grave, como deca Fromm (1957), esla alta de conanza en nosotros mismos pararetomar las riendas de nuestro propio destino(individual y colectivo) y construir as un proyec-to de nacin basado en una serie de valores un-damentados en el dilogo, en la tolerancia, en elrespeto mutuo y el anlisis refexivo de nuestraexperiencia histrica, de tal modo que sea rele-vante para cada persona y para cada grupo tni-

    co y social que conorman nuestra nacin.

    Las relaciones e interaccioneshumanas: persona y sociedad

    Hemos sealado que la persona es un ser com-plejo provisto de cuerpo, alma y espritu y quearticula todas esas dimensiones para poder es-tablecer vnculos con los otros, ya que antes queun ser racional individual es un ser social queinteracta con los dems, que con los otros se

    comunica, adquiere aprendizajes y comparte vi-vencias, y que estos lo obligan a asociarse parapoder vivir, reproducirse e inmortalizarse, ya quesolo no logra deenderse plenamente de los con-dicionamientos naturales.

    La relacin dual, de orden antropolgico y so-cial, es cuantitativa y cualitativamente dierentede la relacin plural. Es una relacin cara a cara

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    22/1162La responsabi l idad socia l : una prctica de

    en la que el otro no aparece en orma mediati-zada, en uncin de sus caractersticas tpicas,como es el caso de la mera relacin entre con-temporneos, sino que surge inmediatamen-

    te, sin intermediarios. Es la relacin que Schutz(2001) llama entre congneres. Aqu el otro esalguien, es un t. Y entre t y yo no hay esque-mas, no hay medios. La homogeneidad aqu noexiste: no me limito a vivir con el t, sino a travssuyo, y mis acciones no estn simplemente rela-cionadas con las suyas, sino que estn entrelaza-das. Esta es la plena intersubjetividad del mundocotidiano: comienzo a vislumbrar que el otro nose limita a jugar un rol, sino que va ms all, es unalguien insustituible, con quien comparto ya no

    slo un espacio geogrco y un tiempo cronol-gico, sino un entorno compartido (espacio vital)y un tiempo kairolgico(10).

    El ejemplo ms claro de la interaccin dual es laamistad. Y la amistad se siente, pero no se puedepensar (si s por qu amo, dejo necesariamentede amar). Ahora bien, como la relacin dual noadmite espectadores, no es posible una relacinentre ms de dos en la que tarde o temprano al-guno de ellos no sea visto como intruso.

    En la interaccin dual, la individualidad nodesaparece. En las relaciones plurales, que son lasms habituales en la prctica social, el grupo noes una simple adicin de los individuos, sino quegenera una unidad superior en la que la intimi-dad se destruye (lo privado-moral deja paso a lopblico-cvico). De ah que slo se puede edicarun encuentro moral tomando como undamentola relacin antropolgica dual y, por tanto, la re-lacin plenamente humana slo puede ser dual.

    As, la vida es realmente un modo de ser con los

    10 Normalmente se dierencia entre tres tipos de tiempos: eltiempo cronolgico, el biolgico y el kairolgico (aunqueexisten otras muchas divisiones). Mientras que el tiempo cro-nolgico es al que nos reerimos con mayor recuencia y estrelacionado con los movimientos csmicos, y el tiempo biol-gico representa el transcurso de toda vida desde su nacimientohasta su muerte; el tiempo kairolgico es la propia percepcindel transcurso de dicho tiempo, personalizada, interiorizada; esel tiempo particular vivido desde mltiples perspectivas, todasellas vlidas.

    otros, en el que el otro se me presenta como ab-soluto: ya no es slo un cara a cara, ahora se tratade un rostro desnudo (sin la mscara del rol) quetrasciende toda contextualizacin, pero se me re-

    vela, se me da como presencia. Existencialmenteyo soy yo y t eres t; sin embargo, ticamente,el otro me obliga. Y as me hago su cmplice, mehago responsable de l (este es el verdadero amorsin intereses, gratuito).

    Por otra parte, estos vnculos, que se denominanrelaciones o interacciones, los realizan las perso-nas, y al constituirlas generan lo que llamamossociedad(11) o conjunto de personas que se unenpara compartir objetivos comunes. Pero tambin

    tenemos que hablar del grupo y de la comunidad.

    La sociedad

    Para comprender plenamente la naturalezahumana no basta examinar sus dimensiones -sicas (corporalidad) o psicolgicas (alma y esp-ritu); tambin hay que abordar sus expresionessociales, histricas y culturales. Los seres hu-manos evolucionaron como seres sociales por-que precisaron entrar en contacto con los otros

    para estar bien sica, emocional, econmicay amiliarmente.

    Etimolgicamente, sociedad proviene del latnsocius, que signica seguir o acompaar. Socioes entonces el prximo o asociado en algo co-mn, sobre todo quien est al lado en el vecinda-rio, en el trabajo o en la batalla. Socio se contra-pone a hostis, el extranjero o alejado, quien porestar ms all de la puerta (ostium) es conside-rado opuesto o incluso peligroso. Sociedad sera

    entonces la agregacin o el conjunto de socios,colegas o colaboradores. A partir de estas con-sideraciones etimolgicas, de por s muy dicien-

    11 Sociedad es un concepto complejo, susceptible de reerirse adiversas realidades y capaz de recibir enoques opuestos. Supolisemia ha generado gran variedad de deniciones que de-penden del punto de vista asumido o de los elementos queincluyan. En general, se designa como sociedad todo tipo deasociacin o grupo ormado por seres vivientes, a los que unenciertas semejanzas en su constitucin o en sus actividades.

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    tes, podemos denir sociedad como la uninintencional, estable y estructurada de seres hu-manos que buscan activa y conscientementela consecucin de un bien comn. A eso habra

    que agregar que para lograr esos nes comuneslas personas que las integran se preocupan poradoptar unas conductas de acuerdo con el rol ola posicin que asumen en dicha sociedad. Deesta denicin podemos desprender ciertas no-tas caractersticas:

    a. Una persona no basta para ormar una socie-dad. Se requiere un cierto nmero de perso-nas que se agrupen. Sin embargo, la unidadresultante no borra las dierencias ni produce

    un todo compacto (esto es lo que pretendenlos totalitarismos que eliminan las dierenciasindividuales). Al contrario, dicha unin agru-pa la pluralidad de personas de modo quepreserven su individualidad. Las dierenciasindividuales no se suprimen en la sociedad,sino que se armonizan para que contribuyanal bien del conjunto. Incluso se podra decirque los rasgos particulares se precisan y seacentan en la interaccin comunitaria.

    b. La sociedad es ruto de una accin intencio-nal y consciente, resultado de unos nes obienes que se proponen a la voluntad y lamueven. No es slo producto de lazos si-cos, biolgicos o instintivos. Tampoco es elresultado exclusivo del empuje exterior delas inraestructuras o de otros actores coer-citivos. Al contrario, es una unin que emer-ge del interior de la conciencia, productodel conocimiento y de la libre decisin. Se-gn se modiquen estos motivos o el juicio

    sobre ellos, el grupo mismo ir cambiando.Este carcter intencional implica que la so-ciedad es algo exclusivamente humano,aunque por analoga la usemos como cate-gora descriptiva de otros seres vivos.

    c. Aunque brota de la naturaleza humana, lasociedad no surge espontneamente; esalgo construido. Su n no se logra autom-

    ticamente, sino mediante el quehacer in-tencional de las personas asociadas. Estosignica dos cosas: primero, que cada unocon su decisin y adhesin crea y recrea

    continuamente la sociedad, y segundo,que, integrado en ella, ayuda sin cesar a labsqueda colectiva del n comn articu-lando su aporte dinmico al del conjuntode asociados. Este carcter activo se refejaen la accin social como la caractersticabsica de los sistemas sociales.

    d. La unin social no es eterna, pues toda so-ciedad tiene un comienzo y desaparecer.Pero s ha de ser permanente, por lo menos

    en la intencin. Todo desaparecera si la so-ciedad se pactara bajo la provisionalidadde un trmino temporal. Por eso, las reu-niones coyunturales (una maniestacin,un congreso o una excursin) no son pro-piamente una sociedad.

    e. La sociedad ha de disponerse como una es-tructura o sistema con elementos diversos,sean individuos singulares o complejas ins-tituciones. Dentro de la estructura o sistema

    global pueden surgir tensiones y confictos,que se soportan porque los benecios ema-nados de la pertenencia social son valiosos.Una sociedad no implica que todos sus ele-mentos sean ptimos. Siempre pueden me-jorarse. Las crticas y las tensiones inclusopueden ser actores dinmicos de mejoraque produzcan un cambio social, que noaecta al carcter bsico de la sociedad, sinoa su calidad, uncionamiento y organizacin.

    . Todo lo que se hace en una sociedad es paralograr un n. Tal n interesa y benecia alconjunto de los miembros. Por ello se llamabien comn. Ha de ser universal, es decir,ms amplio y de calidad superior que el in-ters particular de individuos o grupos par-ciales. Y a la vez debe ser singular para quebenecie a todos y a cada uno de los partci-pes. La unidad del n, la obligacin orzosa

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    24/1164La responsabi l idad socia l : una prctica de

    de alcanzarlo y la pluralidad de miembros oactores que convergen en l revelan la ne-cesidad de una coordinacin eectiva querena los esuerzos plurales. De ah el surgi-

    miento de la autoridad y del control social(12)

    como elementos necesarios de la sociedad.

    En este sentido, al interior de la sociedad seasumen normasque regulan el comportamientode las personas, y se convierten en parmetrosconcretos rente a lo que se espera de ellasen pensamiento y acciones. Estas normaspueden ser: a) Valores, como sentimientos oprincipios que rigen las relaciones y orientan elcomportamiento; b) tradiciones y costumbres,

    en tanto bienes culturales que se transmitende generacin en generacin y representanlos modos cotidianos y habituales en que secomportan las personas; c) leyes, concebidascomo preceptos jurdicos establecidos por laautoridad y que determinan o limitan el librealbedro de las personas y se traducen en lasnormas que denen la conducta social; d) reglasde convivencia, es decir,acuerdos o arreglos quecrean las personas para la vida en comunidady se vuelven necesarias para las relaciones con

    los dems.

    La comunidad

    Este trmino con recuencia lo usamos comoidntico a sociedad, pero su signiicado es msrestringido. La sociedad es unidad activa ha-cia una inalidad, dejando en segundo planoaquello que liga sus componentes. La comu-nidad, en cambio, insiste en lo que de comnune a sus miembros. Este concepto designa

    entonces a un grupo social con proundos yestrechos vnculos entre sus integrantes. Co-rresponde as a grupos con identidades pro-undas, nacidas de lazos como lengua, cultura,sangre, credos, costumbres, ideas... Su realidades ms bien natural que artiicial.

    12 Es una maniestacin de la socializacin que tiene que ver conlos medios y con las estrategias que se utilizan para que una per-sona o un grupo se comporte de la manera esperada por todos.

    Ferdinand Tnnies (1947) us como clave de suconcepcin social la dierencia entre comunidady sociedad(13). La comunidad es algo vital, rutode la voluntad orgnica, como la amilia; en cam-

    bio, la sociedad es de naturaleza contractual yracional, ruto de la voluntad refexiva que buscaun objetivo (por ejemplo, una empresa). La histo-ria ha caminado desde la comunidad hacia la so-ciedad. As, en la modernidad, la sociedad absor-be a la comunidad, y la organizacin racional ycontractual de la vida se impone cada vez ms ala espontaneidad directa y aectiva de las ormascomunitarias. Pero tal contraposicin en realidades incompleta, pues olvida que en ambas inter-viene la razn, que la comunidad tambin busca

    nes racionales y que la sociedad no excluye loaectivo ni lo espontneo.

    Entonces, una comunidad es un conjunto depersonas que comparten elementos comunestales como el lenguaje, sus costumbres, susormas de interactuar, los valores, las normasy reglas de comportamiento, su cosmovisin,un territorio y otros aspectos comunes que enltimas le generan una identidad y la hacennica. Por ejemplo, Colombia est dividida en

    regiones y cada una de ellas comparte elemen-tos particulares que la hacen nica, es as quelos costeos comparten un lenguaje, una gas-tronoma y una cultura propios que los hacendierentes a quienes se encuentran ubicados enla regin cundiboyacense.

    La accin social

    Weber (1977) dene la accin socialcomo aque-lla relacin en la que el sujeto orienta su conduc-

    13 Tonnies es amoso por su distincin entre comunidad y socie-dad, que da dierentes tipos de relaciones sociales, segn el ta-mao de la poblacin y su grado de complejidad en la divisinsocial del trabajo. El pueblo o el campo est caracterizado porrelaciones sociales de tipo personal y aectivo; instituciones re-presentativas de este tipo de relacin son la amilia y la iglesia.En contraste con las relaciones impersonales e instrumentalespropias de una ciudad o de una gran urbe; en este caso, la -brica es la institucin social representativa. La conclusin es quecuando la divisin del trabajo es ms compleja, las relacionesentre las personas se vuelven ms competitivas e individualistas.

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    La persona humana y su actuar en la sociedad

    ta signicativamente en uncin de la interpreta-cin de la conducta de los otros. l dice:

    Se comprende por accin aquella conducta

    humana que su propio agente o agentesentienden como subjetivamente signicativa,

    y en la medida en que lo es. Tal conducta

    puede ser interna o externa y puede consistir

    en que el agente haga algo, se abstenga de

    hacerlo o permita que se lo hagan. Por accin

    social se entiende aquella conducta en la que

    el signicado que a ella atribuye el agente o

    agentes entraa una relacin con respecto a

    la conducta de otra u otras personas y en las

    que tal relacin determina el modo en que

    procede dicha relacin (p. 283).

    Es decir, que no basta que una accin est rela-cionada con el otro para que sea social; es nece-sario que adems de la conciencia de existenciadel otro se establezca una relacin signicativa.En otras palabras, una accin es social desde elmomento en el que las personas que intervie-nen en la interaccin orientan recprocamentesus acciones, de ah que la intersubjetividad seaun elemento bsico de la accin social. As, sola-

    mente el loco o el genio podran vivir slos en unmundo dotado absolutamente de sentido, puesen la vida cotidiana el sentido surge en la interac-cin con los dems.

    De lo anterior se desprende que la conciencia(o la posibilidad de autoconciencia) es un ele-mento bsico de la accin social. Eso no signi-ca obviamente que slo nos vemos implicadosen una accin social cuando tenemos concien-cia de ella, pero podemos y debemos descubrir

    esa conciencia latente. Pero adems toda accinsocial implica una reciprocidad (no se trata ni desolidaridad ni de raternidad ni siquiera de ho-mogeneidad), precisamente por el carcter inter-subjetivo de la misma. Es decir que la denicinde accin social de Weber no niega la posibilidaddel conficto, sino todo lo contrario: el confictoes un modo de encuentro social (y pedaggico)de primera magnitud.

    Ahora bien, Weber distingue cuatro modos deacciones sociales que son muy importantes quetengamos en cuenta para establecer ms ade-lante las consecuencias rente a la responsabili-

    dad social:

    a. Accin racional con arreglo a nalidades:aquella accin no sometida a los valores niaectiva ni con arreglo a la tradicin. Es la ac-cin instrumental o teleolgica.

    b. Accin racional con arreglo a valores: slotiene presente el ideal; en ella encaja cual-quier tipo de valor (tico, esttico, religio-so...) mientras no tenga relacin alguna con

    el resultado. Es la accin deontolgica. Aqucabe la accin pedaggica.

    c. Accin aectiva: es la accin emotiva quese distingue de la racional con arreglo a va-lores por su particularidad. Es igualmentedeontolgica, no instrumental, pero singu-lar o individual.

    d. Accin tradicional: es la accin orientadaen uncin de la costumbre o del hbito; es

    ruto de la herencia cultural trasmitida degeneracin en generacin.

    Por otra parte, Habermas (1987) distingue otrosmodos de la accin social:

    a. La accin teleolgico-estratgica, propia delas ticas utilitaristas: dado un objetivo, elsujeto elige unos medios que aplicndolosde orma adecuada le permiten alcanzar susnes. Es la accin centrada en los medios; el

    valor dominante es la ecacia, y las decisio-nes se toman en uncin de sta.

    b. La accin regulada por normas, a dierenciade la anterior, no se reere al sujeto solitario,sino al grupo social. Los valores son com-partidos por los miembros de la comunidad.Todos los que intervienen en esta accinesperan un determinado comportamiento

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    26/1166La responsabi l idad socia l : una prctica de

    de los otros. Lo que importa no es el xitopara alcanzar los ines, sino las reglas delorden social.

    c. La accin dramtica es tal vez la ms clari-cadora para la comprensin de muchas delas interacciones sociales en la vida cotidia-na. Se reere a la relacin que los participan-tes establecen ante un pblico rente al quejuegan un rol. En la mayora de las accionesque ocurren en la cotidianidad la perso-na que interviene no es sino ciudadano y,como tal, mscara. Por eso, para vivir nosbasta con saber las caractersticas tpicas delotro que, en este caso, no es una persona

    sino un personaje representando un papel.As, el mundo entero es un escenario.

    d. La accin comunicativa que implica una vo-luntad de consenso, un deseo de entendi-miento. Corresponde a las acciones morales(que no siempre son sociales).

    Entonces, la accin social est conormada porla accin de cada individuo, pero basada en elsentido subjetivo e intencional. La accin es la

    actividad humana undamental por la que apa-recemos en un espacio comn o pblico comoseres nicos e irrepetibles. Arendt (1993) entien-de esta aparicin como autorrevelacin, que noslo es revelacin de uno mismo a uno mismo,sino tambin, y sobre todo, una revelacin deuno mismo ante los dems.

    Toda accin social, siendo acciones de indivi-duos, tiene en cuenta el sentido que los otros dana su propia accin. O sea que hay una transorma-

    cin de la interaccin humana en una relacin so-cial. Hay relacin cuando existe ya la probabilidadu oportunidad de que una accin social tenga lu-gar otra vez, en ese caso se supera la simple inte-raccin. La relacin existe en cuanto hay probabi-lidad de que se d una nueva interaccin, undadaen una expectativa recproca. En otras palabras,lo social est basado en la probabilidad de queexista la relacin, es decir, lo social no es algo que

    tenga existencia por s mismo, est relacionadocon las expectativas y deseos de las personas. Larelacin est undada en la probabilidad de la in-teraccin. Lo que hay que preguntarse siempre

    rente a las acciones con sentido de los individuoses: qu est en juego en dicha relacin? Es de-cir, ubicar toda accin dentro de un contexto designicacin. Es lo que los socilogos han llamadocomprensin, que implica ubicar una situacin enun contexto ms amplio que le da sentido y, portanto, es la base de su explicacin. Encontrar unaexplicacin de lo social implica encontrar un ele-mento detonador (catalizador) de la experiencia,cargado de sentido.

    En otras palabras, los seres humanos concretosson movidos en sus acciones por las tradiciones,las pasiones y/o los clculos en cada una desus decisiones socio-histricas (su praxis). Cadaindividuo orienta su accin respecto de otros deun modo ms o menos claro. A estas accionesnos acercamos, segn Weber (1977), mediantetipos ideales que nos permiten captar, explicar ycomprender de una orma ms o menos ecientedichas acciones cargadas de sentido.

    El anlisis de la realidad social

    Leguizamn y Juliao (2002) dicen: las relacio-nes que se generan entre las personas y las co-lectividades, se evidencian en un proceso de ar-ticulacin social que da