la representación de motecuhzoma en la crónica mexicana

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La representacin de Motecuhzoma en la Crnica mexicana (1598) de Hernando Alvarado Tezozomoc

La representacin de Motecuhzoma en la Crnica mexicana (1598) de Hernando Alvarado Tezozomoc

El italiano Lorenzo Boturini Benaduci describe, en su Catlogo del museo histrico indiano (apartado VIII, nmero 11), el manuscrito que en espaol escribi Hernando Alvarado Tezozomoc en los siguientes trminos: "Chronica Mexicana en papel europeo, escrita en lengua castellana por Don Hernando de Alvarado Tetzotzomoc cerca del ao de 1598. y contiene 112. capitulos, desde la Gentilidad, hasta la llegada del Invicto Don Fernando Corts aquellas tierras. Es la primera parte, y falta la segunda" ([1746] 1933, 17). El autor de la Crnica mexicana fue un noble indgena del Mxico colonial que perteneca a los estratos ms altos de la antigua clase gobernante indgena. Hernando Alvarado Tezozomoc fue un descendiente de Motecuhzoma, el mismo huei tlahtoani ("gran rey") que entrega el reino a Quetzalcoatl-Corts en 1519. En su Crnica mexicayotl deja asentada su noblisima herencia:

auh yn axcan ypan xihuitl de 1609 aos. yenonehuatl Don Hernando de Alvarado Teoomoc nixhuiuh yntlacat catca huey tlahtohuani Moteuhcomatzin Xocoyotl. y nomo tlapiellico yno qui mopachilhuico huey altepetl nican Mexico Tenochtitlan. y tlao ychpochtzin ytechoniquiz. yn tlacatl cihuapilli nomantzin ytocatzin Doa Fran.ca de Moteuhcoma. ynamictzin catca yntlacatl Don Diego de Alvarado Huanitzin niccauhtzin. notatzin. yehuatzitzin onechmochihuilique huel nipiltzin yn nican yeninotocatenehua ([1609] 1992, 7).

La nota biogrfica sobre Alvarado Tezozomoc ms completa que tenemos es la que ofrece Mario Mariscal, quien lo considera el "prncipe de los historiadores indgenas de Mxico" ("Prlogo" 1943, IX). A pesar de ello, es muy poco lo que sabemos del historiador. El nacimiento de Alvarado Tezozomoc se sita aproximadamente hacia 1525-1530 (Garibay [1954] 1971, 301). Desempe una posicin como intrprete en la Audiencia Real. Como perteneca a la dinasta de los reyes aztecas, fue llamado en algunas ocasiones para figurar en ceremonias pblicas (Lockhart 1992, 389). Su padre, don Diego de Alvarado Huanitzin, fue gobernador de Mxico-Tenochtitlan (1539-1542), mas no parece que l haya ejercido semejante cargo. Se conoce un retrato de Alvarado Tezozomoc (tomado del Ms. "Tlalamatl Quauhquilpan" que se conserva en el Archivo del Museo Nacional de Mxico). En l se ve al historiador vestido a la usanza espaola, con el sombrero en la mano, con la espada al cinto. Esto revela el deseo de Alvarado Tezozomoc de adoptar la vestimenta, las armas, el blasn, los emblemas de la cultura espaola. Adems, el uso del alfabeto para escribir su Crnica mexicana, texto elaborado hacia finales del siglo XVI. Contamos con una excelente resumen del contenido de la Crnica mexicana que reproduzco a continuacin:

En ciento y diez captulos detalla el Autor el orgen de sus Nacionales; su establecimiento en Tenoxtitlan; sus adversidades, progresos, monarqua, guerras, conquistas y vicisitudes; presenta agradables noticias de sus Reyes, estatuas, valor, costumbres, poltica, utensilios, vestuarios, y otras obras de magnificencia; expone su religin, dolos, sacerdotes, solemnidades, sacrificios de esclavos, honor los militares muertos en la guerra, llegada de Corts, tristeza, abatimiento y ardides de Moctezuma; y generalmente todo lo que puede dar una idea del genio, carcter y costumbres de los Mexicanos (citado en Orozco y Berra 1878, 155).

La Crnica est organizada en 110 captulos; cada uno de ellos contiene un epgrafe que sintetiza su contenido, a la manera de las crnicas espaolas. La divisin de los captulos se da con base en episodios narrativos: la emigracin de los mexicanos, los diferentes reinados, las guerras de expansin del imperio, la construccin del templo de Huitzilopochtli, el nombramiento de los nuevos reyes, as como sus conquistas, su muerte y honras fnebres. Se sigue un orden cronolgico, aunque no se le da importancia a fechas concretas. El contenido de la Crnica puede dividirse en las tres partes fundamentales en que he organizado el siguiente cuadro :

FUNDACION DE MEXICO-TENOCHTITLAN (Captulos 1-14, pginas 223-271) La peregrinacin de los aztecas desde su salida de Aztlan hasta la fundacin de Mxico-Tenochtitlan. Nacimiento mtico de Huitzilopochtli, el dios tutelar de los aztecas. Triunfo sobre Azcapotzalco (1428).

NACIMIENTO Y CONSOLIDACION DEL IMPERIO (Captulos 15-99, pginas 272-651)Los sucesivos gobiernos dinsticos de Mxico-Tenochtitlan, cabeza de la Triple Alianza: Itzcoatl (1426-1440), Motecuhzoma Ilhuicamina (1440-1468), Axayacatl (1468-1481) Tizoc (1481-1486), Ahuizotl (1486-1502) y Motecuhzoma Xocoyotzin (1502-1520). Guerras contra Xochimilco, Chalco, Tlatelolco, Michoacan, Tlaxcala, etctera. Armisticios y pagos de tributo. Declaracin de los guerreros distinguidos en batalla. Honras fnebres a los muertos en combate. Templo en honor de Huitzilopochtli, el dios protector de los aztecas.

FIN DEL IMPERIO (Captulos 100-110, pginas 652-701)Presagios que anteceden a la destruccin de Mxico-Tenochtitlan. Tristeza infinita de Motecuhzoma. El rey intenta huir a Cincalco para no enfrentar el fin de su nacin. Bsqueda de la identidad de los recin llegados. Envo de regalos a Hernn Corts a quien se confunde con Quetzalcoatl. Motecuhzoma encarga sus hijos a uno de sus principales asesores. Presentimiento del fin

En su obra, como se aprecia, Alvarado Tezozomoc seala el proceso de transformacin social sufrido por los aztecas, que de ser un grupo migratorio, humilde, cuando salen del mtico Aztlan, llegan a convertirse en la cabeza de la llamada Triple Alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan) que dominaba el valle central de Mxico y otras partes de lo que se denomina Mesoamrica. La Crnica relata el nacimiento de una nacin con base en la adoracin de Huitzilopochtli, el dios tutelar de los mexicas, que empuja a sus guerreros a conquistar y a dominar. Se asiste al peregrinaje de los aztecas que van en busca de la tierra prometida por Huitzilopochtli: la encuentran y fundan Mxico-Tenochtitlan; enseguida, refiere el cronista los sucesivos gobiernos y conquistas de Iztcoatl, de Motecuhzoma, de Ahuiztotl, entre otros huei tlahtoqueh ("grandes reyes"), bajo el consejo del legendario Tlacaelel. Se refiere el tipo de tributo que ofrecen los vencidos en guerra; es un relato pico en cuanto se asiste a las hazaas de los hroes mexicas; pero tambin adquiere dimensin de elega, de canto de lamentacin, por los cados en batalla o por los cautivos para la piedra del sacrificio. Mxico-Tenochtitlan es, segn Alvarado Tezozomoc, el centro del mundo antiguo, la ciudad sagrada de Anahuac bajo la gida de Huitzilopochtli. Alvarado Tezozomoc, hacia el final de su relato, anticipa una explicacin de la cada frente a Corts: es el relato mtico del Motecuhzoma que piensa que ha llegado el dios Quetzalcoatl a recobrar su reino. No podemos saber si es la manera real como el Motecuhzoma de 1519 o 1520 visualiz la llegada de Corts: es la manera como su nieto, Alvarado Tezozomoc, dcadas ms tarde, representa a Motecuhzoma para darle un lugar en el drama de la conquista. En fin, la Crnica cuenta el nacimiento, consolidacin y simblica consumacin del "imperio mexicano".

La Crnica mexicana de Hernando Alvarado Tezozomoc pertenece a la familia de textos que, segn la opinin generalmente aceptada, se deriva de un hipottico manuscrito escrito en nahuatl acompaado por pinturas hacia 1536-1539, intitulado "Crnica X" por R. H. Barlow, el autor de esta hiptesis (1945). Las similitudes entre la Crnica mexicana de Alvarado Tezozomoc y la Historia de las Indias de Nueva Espaa y Islas de Tierra Firme ([1579-1581] 1951) de fray Diego Durn hicieron suponer a Barlow que la "Crnica X" fue la fuente primaria de estos dos textos ya que contienen informacin que no aparece en los otros escritos que se afilian a este grupo tales como el Cdice Ramrez (1878) el Manuscrito Tovar (1972) y la Historia natural y moral de las Indias de Joseph Acosta ([1590] 1962, Libro VII). De este modo, Barlow pens que estos tres ltimos eran una especie de versiones abreviadas de la fuente primitiva y que en lugar de hablar de cinco fuentes diferentes debera pensarse slo en una. Sin embargo, Stephen A. Colston (1973) ha refinado la tesis de Barlow argumentando que la fuente comn de Alvarado Tezozomoc y de fray Diego Durn, la "Crnica X, no fue un slo documento sino una tradicin "oral". Colston llega a esta conclusin siguiendo el mismo mtodo de Barlow, slo que en lugar de fijarse en las similitudes entre el texto de Alvarado Tezozomoc y el de fray Diego Durn, se concentra en las numerosas variantes: "Had the two chroniclers used the same document or two copies of a parent document, one would not expect the considerable variances in the narration of the Historia and the Crnica Mexicana. . ." (1973, 36). Colston piensa que Durn tuvo acceso a una versin escrita de la "Crnica X" que el religioso nombra frecuentemente como "historia mexicana" la cual dice traducir al pie de la letra. Por su parte, Alvarado Tezozomoc pudo consultar alguna otra versin escrita en nahuatl o transcribir directamente el testimonio oral de un informante. "Yet --escribe Colston--, whether imparted orally or in written form, whether from the mouth or pen of the same individual, the historia mexicana and the major source of Tezozomoc, while not identical, most probably derived ultimately from the same oral historical tradition..." (1973, 37). La propuesta de Colston en el sentido de que Alvarado Tezozomoc, ms que traducir un documento del nahuatl al espaol, fija en caracteres latinos una historia oral se percibe de inmediato al leer la Crnica mexicana. Predomina en la Crnica un carcter "coral" lo que nos aproxima a lo que pudo haber sido un tlamatini ("sabio") en el antiguo Calmecac ("escuela") contando la historia de sus antepasados.

Como un tlamatini cristiano que intenta historiar el pasado con el fin de establecer lazos con el presente, Alvarado Tezozomoc se enfrenta a la tarea de dar una respuesta al tajo de la conquista que confin su clase social a un estado de subordinacin. La Crnica Mexicana de Alvarado Tezozomoc es, antes que una "verdadera" historia del mundo precortesiano, una reconstruccin historiogrfica que pretende explicar, entender o, ms bien, acomodar la conmocin producida por la conquista espaola. Por ello, la parte final de la Crnica es una de las ms completas elaboraciones de los presagios que antecedieron a la llegada de los espaoles. Aunado a esto, Alvarado Tezozomoc ofrecer la representacin tpica de Moteuczoma (acorde con la del libro XII del Cdice Florentino) como un monarca que, por razones sagradas, entrega el reino a Hernn Corts al tomarlo por Quetzalcoatl. El propsito de este trabajo es ofrecer algunos de los elementos que configuran la imagen que Alvarado Tezozomoc hace de Motecuhzoma en su Crnica mexicana. Del trazo surge un Motecuhzoma que, al saber de la llegada de los espaoles, es vencido por la profeca del retorno de Quetzalcoatl antes que por la destreza militar de Hernn Corts. Nancy F. Farris, quien ha estudiado el papel que la profeca ha jugado en Mesoamrica como una manera de construir el pasado en funcin del presente, escribe: "Faced with the legend of a god-king who was to return to reclaim his kingdom, the Mexica ruler, Moctezuma, fulfilled the prophecy by casting Corts in the role of Quetzalcoatl, whom he had no choice but to welcome and for whom he must stand aside" (1987, 583). Comparar la versin de Alvarado Tezozomoc con la del libro XII de Cdice Florentino, texto en que se recoge el testimonio ms completo de la conquista militar desde la perspectiva de la nobleza indgena vencida. Veremos cmo se coincide en lo esencial en estas dos versiones que, por otra parte, se alejan con creces del que podemos considerar el relato indgena ms antiguo tocante a la guerra de conquista, los Anales histricos de la nacin mexicana. De esta manera, podremos considerar que Motecuhzoma es, en realidad, un personaje creado en el Mxico colonial de mediados del siglo XVI y que la profeca del retorno de Quetzalcoatl aunque tiene antecedentes precortesianos es sometida a un proceso de reelaboracin en el que participan tanto indgenas como europeos. Pasemos ya a la Crnica para ver los supuestos vaticinios que antecedieron a la destruccin de la nacin azteca.

Alvarado Tezozomoc refiere que los guardias de la torre y templo de Tezcatlipoca vieron, a media noche, hacia la parte de oriente "un humo que se espesaba, y estaba tan blanco que relumbraba y daba tanta claridad, que parecia medio dia, y que puntualmente ms iba creciendo que venia igual casi con el cielo desde la tierra que parecia que venia andando como un gran gigante blanco" (1878, 653). Se trata del primer agero que anuncia la perdicin de Mxico-Tenochtitlan. Motecuhzoma llama a Nezahualpilli, el hijo de Nezahualcoyotl, conocido por sus dotes adivinatorias para que le declare el significado de semejante visin. Pero ya Alvarado Tezozomoc describe a Motecuhzoma como "espantado y atemorizado" (1878, 654) an sin saber de qu se trataba el misterio que encerraba el gran "gigante blanco", en verdad, un cometa. Llega Nezahualpilli con gran secreto al palacio de Motecuhzoma y ah le comunica, en una emotiva conversacin, que lo que ve en el cielo es una seal premonitoria del fin del imperio. Reproduzcamos parte del discurso de Nezahualpilli: "Pues sabed, seor, que h muchos dias se sabe esto que vais decir que aparece en el cielo. . . si es ya as la voluntad de nuestros dioses que esto se acabe, qu puedo yo decir?. . . Yo de m, seor, hijo mio y mi querido nieto, no lo pienso ver, porque me voy acostar, y esta es la despedida mia" (1878, 654). Y, segn sigue relatando Alvarado Tezozomoc, Motecuhzoma comienza a llorar amargamente y su primer impulso es huir: "Y yo adnde ir, hme de volver pjaro, he de volar esconderme? Habr de aguardar lo que sobre nosotros el cielo quisiese hacer?" (1878, 654).

El segundo gran prodigio precursor del desastre que se avecina tiene que ver con un suceso a todas luces inslito como es el que una piedra hable (escogida por Motecuhzoma para que se labrara en ella su figura) y se niegue a ser transportada. El discurso de la piedra "encantada" revela, adems, tonalidades cristianas como puede apreciarse en la siguiente cita:

No acabais de entender vosotros. Qu me quereis llevar? Que no he de llegar a Mxico; decidle Moctezuma que para que me quiere? que qu aprovecha, que qu tengo que hacer all. . . Que ya no es tiempo de hacer lo que ahora acuerda, que antes lo habia de haber hecho, porque ya ha llegado su trmino de l. . . y el Moctezuma ha de ver por sus ojos lo que ser presto, porque est ya dicho y determinado, porque parece que quiere aventajar Nuestro Seor, que hizo el cielo y la tierra. . . (1878, 664).

Con todo, Motecuhzoma lograr labrar su figura en otra piedra menos fabulosa que la anterior con el propsito de que nunca se borre su memoria. El deseo de esculpir su imagen es acicatado por el inminente hundimiento del reino, mismo que ms que aprestarse a defenderlo con las armas, se deja llevar por el vivo sentimiento puesto que cada semana que iba a visitar su figura a Chapultepec, Motecuhzoma "tomaba tanta tristeza que lloraba" (1878, 669).

La tercera maravilla o indicio que se le da a Motecuhzoma de que el fin del imperio mexicano est cerca tiene que ver con el rapto de un macehualli (campesino) que estaba arando en el cerro de Coatepec. Fue transportado por un guila a una montaa muy alta en donde se encontraba el "mejor palacio que entendimiento humano puede pensar" (1878, 670). Ah el indgena se encontr con un "esclarecido rey" (1878, 670), quien le dice que Motecuhzoma ya no se encuentra en Mxico sino en el palacio: "Veis ah Moctezuma tendido, borracho perdido?. . . toma esta rosa y este perfumador, hirele en un muslo que no lo sentir, que est muy perdido de borracho su corazn y todo su cuerpo" (1878, 670).

Ante los avisos de que su reino pronto terminar, Motecuhzoma decide abandonar Mxico-Tenochtitlan, para lo cual llama a sus sirvientes y les dice:

Hijos, ya he hallado donde habemos de ir, y todos vosotros conmigo que es en Cncalco, y hemos de estar en compaa de el que andaba ya muchos aos h en Tula, que nos trajo aqu, que se llama Huemac, y si all entramos jamas moriremos, sino vivir para simpre, donde hay cuantos gneros de comida hay en el mundo, bebidas y todo gnero de rosas, y todo gnero de rboles frutales. . . (1878, 671).

Para tal efecto, Motecuhzoma enva algunos de sus ministros con diversos presentes al rey Huemac para solicitarle que le sea permitido vivir con l en la cueva de Cincalco. Pero estas embajadas son intiles: el rey Huemac se niega a admitirlo. Su pecado ha sido la soberbia y le exige que haga 80 das de penitencia, que "no coma las preciadas comidas que comia, y todo cuanto seoro y mando tena, poco poco lo vaya dejando: las preciadas rosas, flores y perfumes adobados. . . que se vaya apartando de sus mujeres. . . " (1878, 675). Acabados los ayunos que hizo Motecuhzoma para cumplir con su penitencia, se dirige en compaa de su corte a reunirse con Huemac. Poco antes de llegar a su deseada meta, el discurso de un vasallo lo hace reflexionar y lo obliga a regresar a Mxico-Tenochtitlan acosado por el remordimiento:

no es muy grande la afrenta que vos, seor, quereis tomar y causar todo este imperio? Apartaos del camino que quereis tomar, que todo el mundo tiembla de vos?. . . Qu vano y qu bajo pensamiento quereis tomar. . . ? Qu dirn los grandes seores de vuestro desaparecimiento?. . . No solo para vuestra persona, sino para la descendencia de reyes, es la afrenta y vergenza, de puro temor de lo que por vos ha de venir, y es fuerza que haya de ser, porque est mandado que lo habeis de ver. . . (1878, 679-680).

De regreso en Mxico-Tenochtitlan, Motecuhzoma decide investigar ms sobre lo que el destino tiene reservado para l y su imperio, por lo que pide tanto a hombres y mujeres principales como comunes que declaren sus sueos ya que stos podran contener claves cifradas del destino. As, un viejo so que "todo el templo de Huitzilopochtli, poco poco se iba quemando" (1878, 683); una mujer so que a la casa del huei tlahtoani "la llevaba un gran rio, que piedras y vigas se las llevaba el agua" (1878, 683). Motecuhzoma, atormentado por las imgenes de destruccin que se le presentan, enva a la crcel "a estos bellacos viejos" y ordena que "mueran all de hambre" (1878, 683). Con todo, sigue ordenando que le lleven sueos de presagios. Y Motecuhzoma sigue enviando a la crcel a los soadores que "no habian visto cosa de las que deseaba Moctezuma, ni de las que l les preguntaba daban razn" (1878, 683). Hasta que un da, al fin, viene la respuesta que tanto aguardaba el monarca, la evidencia de la llegada de los europeos a las costas mexicanas:

seor y rey nuestro, es verdad que han venido no s qu gentes, y han llegado las orillas de la gran mar, las cuales andaban pescando con caas y otros con una red que echaban: hasta ya tarde estuvieron pescando, y luego entraron en una canoa pequea y llegaron hasta las dos torres muy grandes y subian adentro, y las gentes serian como quince personas, con unos como sacos colorados, otros de azul, otros de pardo y de verde, y una color mugrienta como nuestro ychtilmatle, tan feo: otros de encarnado, y en las cabezas traian puestos algunos unos paos colorados, y eran bonetes de grana, otros muy grandes y redondos manera de comales pequeos, que deben de ser guarda sol (que son sombreros) y las carnes de ellos muy blancas, ms que nuestras carnes, excepto que todos los ms tienen barba larga y el cabello hasta la oreja les da. . . (1878, 685).

La respuesta del huei tlahtoani fue el silencio total: "Moctezuma estaba cabizbajo, que no habl cosa ninguna" (1878, 685). A continuacin, sin consultar con sus asesores y en el ms estricto secreto, decide llamar a varios artesanos para que confeccionen con todo el lujo imaginable un regalo --un traje con plumera de la ms fina, oro y esmeraldas-- para el dios Quetzalcoatl, quien, en entendimiento del soberano de Mxico-Tenochtitlan, es el recin llegado, como se desprende de la dicho a Tlilancalqui: "y os habeis de partir dar este presente los que son ahora venidos, que entiendo que es el dios que aguardamos Quetzalcoatl, porque los viejos de Tulan tienen por cierto que les dej dicho su dios Quetzalcoatl que habia de volver reinar Tulan y en toda la comarca de este mundo. . . pues este trono, silla y magestad suyo es, de prestado lo tengo" (1878, 687). De este modo Motecuhzoma entrega simblicamente el imperio al nuevo huei tlahtoani Quetzalcoatl-Corts antes, como vemos, de iniciar ninguna batalla, porque "el hombre indgena, haciendo espontnea aplicacin de sus propias creencias, pens en un principio que el anunciado retorno de Quetzalcatl se haba cumplido" (Len Portilla 1974, 35).

Aparece aqu la razn que explica el proceder de Motecuhzoma: el terror sagrado experimentado por el regreso de Quetzalcoatl para reclamar su reino. Recordemos que Quetzalcoatl haba sido expulsado de Tollan por obra de los demonios puesto que se opona a los sacrificios humanos: "Se refiere que, cuando viva Quetzalcoatl, reiteradamente quisieron engaarle los demonios, para que hiciera sacrificios humanos, matando hombres. Pero l nunca quiso ni condescendi, porque amaba mucho a sus vasallos, que eran los toltecas, sino que sus sacrificio era siempre slo de culebras, aves y mariposas que mataba" (Anales de Cuauhtitlan 1945, 8). Los aztecas escogen la guerra sagrada (una doctrina mstica-guerrera en la que los sacrificios humanos son indispensables) como medio para lograr la hegemona poltica del altiplano central de Mxico. Cuando los espaoles hicieron acto de presencia en las costas mexicanas, Motecuhzoma, quien ms que un guerrero, un tlamatini, era un sacerdote (Burland 1973, 83-100), conjetura tres posibles explicaciones sobre la identidad de los recin llegados: 1) un grupo de seres humanos que venan a invadir Anahuac, 2) era el dios Quetzalcoatl que vena a recobrar su reino y 3) era Ometeotl, el dios de la dualidad nahua, que vena a anunciar el fin del quinto sol (Dussel 1994, 114). Al parecer, Motecuhzoma se inclina por la segunda opcin. Por ello, hace los preparativos para recibir al dios Quetzalcoatl. Si el huei tlahtoani hubiera pensado en la primera posibilidad, habra estallado la guerra con Corts desde el primer momento porque se hubiera percatado de que se trataba de una "invasin" de su territorio por extranjeros y no de una "parusa" de los dioses. Motecuhzoma se da cuenta de su error interpretativo hasta que aparece Pnfilo de Narvez en el horizonte y Pedro de Alvarado comete su artera traicin al efectuar la matanza del templo mayor (Dussel 1994, 116). Pero antes de estos incidentes, Motecuhzoma haba relegado la primera posibilidad, la de que Corts y sus hombres eran unos aventureros que queran el poder y la subyugacin de su imperio. En este sentido, escribe Enrique Dussel: "Inverting O'Gorman profound hypothesis that Columbus 'could not discover America,' we can say now that Moctezuma 'could not discover an invasion' before the arrival of Pnfilo Narvez" (1994, 127). Por esta razn, Motecuhzoma no lanza sus guerreros contra el ejrcito de Hernn Corts cuando ste recin se internaba en Anahuac. Prefiere deponer su trono. Para ver el discurso de abdicacin vayamos al libro XII del Cdice Florentino.

EL LIBRO XII DEL CODICE FLORENTINO

El libro XII del Cdice Florentino es uno de los textos nahuas ms valiosos sobre la conquista de Mxico. Indgenas letrados compusieron la parte escrita en nahuatl bajo la supervisin del franciscano Bernardino de Sahagn cuyo grado de participacin tal vez sea siempre tema de controversia. El material que presenta el libro XII del Cdice Florentino habla, aparentemente, de las primeras reacciones de los nahuas frente a los conquistadores, es decir, cuando se enteran de que unos hombres barbados estn desembarcando en sus costas; muestra la angustia que embarg a Motecuhzoma al pensar que es el dios Quetzalcoatl el que viene a reclamar su reino; narra la conquista militar de Mxico por las huestes del ejrcito cortesiano. Es decir, es el testimonio ms completo a nuestra disposicin de la "visin de los vencidos" con respecto a los sucesos de 1519-1521. Ms que una verdadera "historia" de la conquista lo que tenemos es una "reconstruccin" historiogrfica de la toma de Mxico-Tenochtitlan, elaborada hacia la mitad del siglo XVI, bajo la direccin de fray Bernardino de Sahagn. Recordemos el contexto en que se produce este documento de singular importancia.

Fray Bernardino de Sahagn (1500-1590), llegado a Mxico en 1529, inicia sus actividades apostlicas plenamente convencido de que las conversiones en masa de los primeros evangelizadores no haban logrado desterrar del todo la "idolatra" indgena. Determinado a erradicar por completo las antiguas creencias, piensa que el primer paso es conocerlas a fondo; por ello, concibe lo que sera un monumental proyecto de investigacin sobre la cultura nahua. Sahagn forma parte del cuerpo de profesores del Colegio de Tlatelolco, fundado en 1536 para la enseanza de los indgenas nobles. En esta institucin se forman los colegiales que seran efectivos colaboradores para llevar a cabo la empresa. Entre 1550 y 1555 emprende el primer borrador de un trabajo histrico sobre la conquista de Mxico contada desde la perspectiva de Tlatelolco, lugar de donde provienen los informantes annimos de la guerra de conquista. Seala D'Olwer "It was not a history of the conquest of New Spain; it was the Tlaltelolcan version of the conquest of Tenochtitlan" (1987, 29-30). Efectivamente, el texto revela el sentido localista que caracteriza a los documentos producidos en Anahuac por los indgenas. Las razones que da Sahagn para llevar a cabo esta obra tiene que ver, en apariencia, con el proyecto lingstico que siempre tuvo en mente el franciscano:

Aunque muchos an escrito en romance la conquista desta nueua espaa, segun la relacion de los q la conquistaron: quise la yo escreuir en lengua mexicana, no tanto para sacar algunas de las verdades de la relacion de los mismos indios, que se hallaron en la conquista: quanto por poner el lenguaje de las cosas de la guerra, y de las armas que en ella vsan los naturales (1993, 49).

Cul es la representacin de Motecuhzoma en el libro XII del Cdice Florentino? Es el texto medular en que se representa a Motecuhzoma como un huei tlahtoani sorprendido ante la llegada del que considera el dios o el enviado del dios Quetzalcoatl, aplastado por el peso de la profeca de ste que vaticin su regreso en ce acatl (1519), presa de un temor sagrado, que entrega el poder a Quetzalcoatl-Corts. Esta imagen del personaje Motecuhzoma es, sin duda, una reconstruccin que ms que atender a la historicidad del Motecuhzoma de 1520, lo que hace es reflejar la idea que de l se formaron los sectores de la nobleza indgena vencida 50 aos aproximadamente ms tarde. En otras palabras, el Motecuhzoma del libro XII del Codice Florentino es una "creacin" que se aparta de la realidad histrica de Motecuhzoma, misma que tal vez estamos destinados a no conocer porque los textos de que disponemos nos dan su imagen "literaria-simblica", por as decirlo, y son textos que se escriben por lo menos a un cuarto de siglo de distancia. Con todo, la representacin historiogrfica de Motecuhzoma se hace atendiendo al principio de la verosimilitud. Es decir, no es del todo arbitraria puesto que se sustenta en la posible visin de mundo que tena el monarca. Para mi objetivo en este segmento es importante ver cmo la representacin de Motecuhzoma del libro XII del Cdice Florentino es muy semejante a la de Alvarado Tezozomoc en su Crnica mexicana. Vayamos a su cotejo.

El captulo primero del libro XII del Cdice Florentino contiene una minuciosa exposicin de ocho presagios que anteceden al fin del imperio mexica como, por ejemplo, los siguientes: "vna llama de fuego, muy grande y muy resplandeciento. . . el chapitel de vn cu de vitzilobuchtli que se llamaua Tlacatecca, se encendio milagrosamente, y se quemo. . . cayo un rrayo sobre el cu, de xiuhtecutli dios del fuego. . . (1993, 51-53). Recordemos que Alvarado Tezozomoc menciona tres ageros que rese arriba (la aparicin del cometa, la piedra encantada y el rapto del macehualli). Estos augurios tienen la funcin de anunciar la cada del imperio mexicano y su elaboracin, ms que un signo del fatalismo y supersticin de los indgenas que supuestamente vivieron la experiencia, como lo ha querido ver Tzvetan Todorov ([1982] 1987), singulariza el esfuerzo que hacen algunos indgenas de mediados del siglo XVI, el grupo vencido sobre todo, los notables de Mxico-Tenochtitlan y de Tlatelolco, de explicar la derrota aduciendo que los dioses les haban enviado avisos premonitorios de la inminente perdicin. De esta manera, a un fenmeno celeste como lo es un cometa se le atribuy un significado que no tuvo en el momento de su aparicin o algn templo que se incendi quizs por accidente se le enmarc ms tarde como una seal de los dioses.

De la misma manera que Alvarado Tezozomoc seala que Motecuhzoma confundi a Corts con Quetzalcoatl, en el relato del libro XII del Cdice Florentino se lee: "in oquicac, niman iciuhca tlaioa, in iuh quima, in iuh moma, ca iehoatl in topiltzin Quetzalcoatl in oquiaco: ca iuh catca iniollo in an oallaz, in an quiaquiuh, quioalmatiz in ipetl, in icpal: ipampa ca vmitztia, in iquac ia" (1993, 62). Y la reaccin de Motecuhzoma es preparar, como en Alvarado Tezozomoc, los atuendos del dios Quetzalcoatl, aunque en el Cdice Florentino se describe con mayor detalle el singular atavo que se enva a Corts (1993, 62).

Con respecto a la actitud de desesperacin y angustia que observa Motecuhzoma ante la llegada de Corts, tambin hay una notable semejanza entre ambos textos. Sealamos que en la Crnica mexicana Motecuhzoma decide huir a Cincalco vctima del terror sagrado que el regreso del dios Quetzalcoatl deba haberle inspirado; lo mismo sucede en el libro XII del Cdice Florentino: Auh in motecuoma cenca tlatenma, motenma, momauhti, miavi, quitlatenmachilli in altepetl. . . . Auh ie vel vmpa motlanequiliaia, motlanequilli in cincalco: vel iuh machoc, vel iuh tepan motecac. Auh inin amo velit, amo vel motlati, amo vel minax, aoc ievat, aoctletic, aoc ie onneltic. . . (1993, 84-88).

Para terminar con este breve parangn, slo me falta puntualizar la certidumbre (o revelacin), dada en ambos textos, que acosa a Motecuhzoma en el sentido de que la devastacin de su nacin est cercana, aun antes de encontrarse personalmente con Quetzalcoatl-Corts:

. . . quinoalilhui, Quennel mocechtle ca ie ic toncate, ca ie otictomacaque, cuix cacah tepetl tictlecavizque: aun cuix ticholozque ca timexica, cuix nellaontimaliviz in mexicaiutl, motolinia in icnoveve, in icnoilama: auh in piltzintli, in aia quimati, campa neviquilolozque, quenel, queannel nen, quenoonel, campanel, ca ie tictomacaticate in ao tlein, in ao quenami in ticmaviozque (1993, 104).

Hemos contrastado, pues, algunos elementos de la representacin historiogrfica que se hace de Motecuhzoma tanto en la Crnica mexicana de Alvarado Tezozomoc con el libro XII del Cdice Florentino: su imagen, ms que la de de "chivo expiatorio a quien culpar por la cada del imperio, es la de un rey visionario que abdica su trono ante lo inevitable: el regreso de Quetzalcoatl para recobrar el reino del que haba sido despojado. La formalizacin de esa entrega se hace en el primer dilogo --que aunque recreado, inventado o adulterado conserva ciertas convenciones del discurso nahua-- entre Corts y Motecuhzoma. Reproduzcamos el inicio del discurso de Motecuhzoma:

Totecuioe oticmihiovilti, oticmociavilti, otlaltitech tommaxitico, o itech tommopachiviltico in Matzin, in motepetzin mexico, o ipan tommovetzico in mopetlatzin, in mocpaltzin, in o achitzinca nimitzonopielili, in onimitzonnotlapielili, ca oiaque in motechiuhcaoan in tlatoque: in Itzcoatzin, in veve Motecuoma, in Axaiaca, in Tiocic, in Avitzotl, in o cuel achin mitzommotlapielilico, in oquipachoco in atl, in tepetl in Mexico. . . (1993, 116).

En su segunda carta a Carlos V, fechada en 1520, Corts tambin reproduce el pretendido discurso del huei tlahtoni, en el que se contiene la famosa referencia a la profeca del regreso de Quetzalcoatl: ". . . E siempre hemos tenido que de los que dl descendiesen haban de venir a sojuzgar esta tierra y a nosotros, como a sus vasallos" (1946, 78). El discurso que supuestamente dirige Motecuhzoma a Corts, ms que tomarlo como un prueba concluyente de que exista una genuina profeca prehispnica, puede verse como un intento de Corts por legitimar su invasin y congraciarse con Carlos V, a quien le entrega el reino mexicano "voluntariamente" cedido por Motecuhzoma. En este sentido, Jos Rabasa analiza el discurso de Motecuhzoma como parte de un dilogo o conversacin creado por Hernn Corts como una estrategia de conquista (1993, 83-124). Con todo, si bien el regreso de Quetzalcoatl no era una fuerte tradicin indgena precortesiana, en el Mxico colonial se convertir en una fuerte creencia, propiciada, en gran medida, no slo por el mismo Hernn Corts sino tambin por los ncleos ms encumbrados de la nobleza indgena (grupo al que pertenece Alvarado Tezozomoc) que buscan entender el presente colonial en funcin del pasado. Porque en el texto indgena al que vamos a continuacin (el ms antiguo de los que hemos considerado hasta ahora), Unos anales histricos de la nacin mexicana, muy otra ser la representacin de Motecuhzoma: aqu no tenemos presagios, no tenemos a un Motecuhzoma acosado por el terror sagrado ante la posibilidad de que haya regresado el dios Quetzalcoatl a reclamar sus posesiones, no tenemos, en fin, un discurso que sella la translatio imperii.

UNOS ANALES HISTORICOS DE LA NACION MEXICANA

El documento en nahuatl ms antiguo que registra los hechos principales de la guerra de conquista formaba parte de la coleccin que Lorenzo Boturini logr reunir durante su estancia en Mxico en los aos de 1736 a 1743. Lo describe as en su Catlago del museo histrico indiano (apartado VIII, nmero 10):

Unos Annales Historicos de la nacin Mexicna en papel Indiano del tamao casi de marca mayor, y lengua Nhuatl, enquadernados con cordeles de Yxtle, que se texen con hilos sacados de las pencas del Maguey, en 16. fojas utiles. Empieza desde la Gentilidad, y prosigue tocando algo de la Conquista, en cuyo tiempo debi morirse el Autor. Es pieza antigua, y de mucha estimacin ([1746] 1933, 17).

La definicin de "Anales" que le da Boturini est plenamente justificada ya que el texto se configura de conformidad con la estructura del anal prehispnico, el xiuhpohualli, al organizar su materia narrativa por aos. El autor del manuscrito es annimo, pero, sin duda alguna, se trata de un indgena letrado que verti anales y cdices antiguos en caracteres latinos. Muy probablemente se trata de un sobreviviente de la conquista ya que expresamente se presenta como testigo ocular del asalto final a Tlatelolco: "Yn ca momozco yn unc tianquizco matlaquilhuiti necalliztli. Auh yxquichhi yn topa mochiub yn tiquitaque y ticmauizoqz y techocti y tetlaocolti ynic titlaihiouique", es decir, "All en el templo de la plaza pasaron diez das luchando. As nos sucedi a nosotros; esto lo vimos, esto lo presenciamos con asombro, cosa digna de lgrimas, digna de lstima, porque pena tan amarga sufrimos" (Menguin, "Introduccin" 1945, XIX). Incluso, al lado de este pasaje del original, se lee una nota marginal en espaol que dice: "aqui fenece la guerra.- esto escribi el que la vio" (Menguin, "Introduccin" 1945, XIX).

Con relacin a la poca de composicin de este documento, se lee en la copia del antiguo manuscrito original custodiado en la Biblioteca Nacional de Pars bajo el nmero 22bis lo que sigue: "Ynin amatl an iuhui yn icuiliuhtica ye huecauh mochiuh nican Taltilulco ypan xihuitl de 1528 aos", es decir: "Este libro, tal como est escrito, data de tiempos antiguos, aqu en Tlatelolco en el ao de 1528" (Menguin, "Introduccin" 1945, XIX). De acuerdo con esta acotacin, el manuscrito original se redact a siete aos de la guerra de conquista, por lo que estamos en presencia del texto primigenio tocante al conflicto blico de 1519-1521. Esta temprana fecha de composicin del texto ha sido aceptada por Menguin (1945), Garibay ([1953] 1971), Len Portilla ([1959] 1976), Baudot (1990), entre otros estudiosos de la cultura nahua; sin embargo, recientemente, el historiador James Lockhart ha cuestionado seriamente la fecha tradicionalmente aceptada, y propone los aos 40 como ms posibles para su elaboracin (remito a su discusin, "Introduction" 1993, 37-43). Aun cuando aceptemos las objeciones dadas por Lockhart, sigue siendo este manuscrito el de mayor antigedad respecto a la contienda militar de 1519-1521 desde la perspectiva indgena, compuesto ya sea a 7 aos o a 25 aos de distancia aproximadamente de los sucesos que describe.

El contenido del manuscrito de Tlatelolco, los Anales, puede dividirse en varios apartados: hay una lista de los de tlahtoqueh ("reyes") de Tlatelolco y de Tenochtitlan; se incorpora una serie de genealogas de los tlahtoqueh de Azcapotzalco; se cuenta la historia de Tlatelolco: su fundacin (1337) y la prdida de su autonoma frente a Tenochtitlan, es decir, su poca como tributaria de la Triple Alianza (1473-1518); finalmente, los Anales registran los hechos acaecidos durante los aos de 1519 a 1521: la guerra de conquista. Esta parte final es a la que me interesa referirme en este segmento en que discutimos la representacin historiogrfica de Motecuhzoma. En principio, habra que designar a este texto como el grado cero de la visin nahua de la conquista, ya que la influencia europea --sin olvidar, claro est, al alfabeto-- en su formulacin es prcticamente nula. Adems, debe recordarse que este texto fue redactado para la comunidad tlatelolca, a diferencia del libro XII del Cdice Florentino y de la Crnica mexicana que postulan un destinatario no indgena. En lo que sigue, voy a dar el esquema general de la conquista que nos ofrece este documento, para luego pasar a la representacin mnima que se hace de Motecuhzoma; una muy alejada, como se ver, de la de Alvarado Tezozomoc en su Crnica mexicana y de los colaboradores indgenas que, junto con Sahagn, produjeron el libro XII del Cdice Florentino.

El contenido del texto, relacionado con la conquista, se organiza --siguiendo el patrn del anal prehispnico-- por aos. Las entradas que se registran en el texto son la de Ao trece conejo (1518), Ao Uno-Caa (1519), Ao Dos-Pedernal (1520), Ao Tres-Casa (1521) y Ao Cuatro-Conejo (1522). El tiempo del relato se refiere, pues, slo a sucesos acaecidos durante el lapso de cuatro aos. La secuencia de las acciones relatadas seran: para el ao 1518, los espaoles vistos en el mar; para los aos 1519-1521, Corts en Tenochtitlan, la matanza del templo mayor en la fiesta de Toxcatl, el estallido de la guerra, la muerte de Motecuhzoma, la huida de los espaoles, el regreso de los espaoles, la guerra y asedio de Tenochtitlan, el refugio en Tlatelolco, la ciudad vencida, la entrega de Cuauhtemoc y su suplicio; para el ao 1522, slo tenemos la noticia de un aperreamiento de tres sabios indgenas y de un nuevo asentamiento en Tlatelolco. Como se ve, los sucesos que reciben mayor atencin en el texto son los relacionados con la conquista militar en s, con la derrota sufrida frente al ejrcito cortesiano.

La visin de los Anales referente a la conquista es el de realzar la participacin de Tlatelolco en el conflicto militar. Este texto es caracterstico de ese "micropatriotismo" que distingue a los altepeme del valle central de Mxico antes y despus de la conquista (Lockhart 1992, 388). Como es sabido, Tlatelolco fue vencido por Tenochtitlan en el siglo XIII y se convirti en una ciudad tributaria de los mexicas. Segn el investigador Jaime Litvak King, Tlatelolco fue conquistado por Izcoatl (1427-1440), tal como lo indica el Cdice Mendoza, y durante el reinado de Axayacatl (1468-1481) ms que de una nueva conquista, se trata de apagar una rebelin, y su fecha (1473), despus de la muerte de Nezahualcoyotl (1472), "puede haber tenido que ver con el acrecentamiento de la influencia mexicana al pasar la corona tezcocana a Nezahualpilli y los movimientos en todo el Valle que ocurren a consecuencia de ello" (1971, 20). Por ello, despus de la conquista cortesiana, el sentimiento localista de Tlatelolco emerge con fuerza y se nos proporciona un relato de la guerra de conquista muy favorable a su altepetl ("estado tnico"). Un sentimiento de reproche al tenochca permea todo el texto. Por ejemplo, segn el narrador que como ya seal se autorrepresenta como tlatelolca, los tenochcas constantemente se esfuman durante los combates; los capitanes tenochcas, los que se supone deberan ser los lderes en el campo de batalla, se disfrazan para pasar inadvertidos y no pelear. Ante esto, las mujeres de los tenochcas los llenan de oprobio por su cobarda: "caca monoq amo apinava ayc civatl amotla no moxauhtoca av i iivava (n) mochoqlitinemi yn qntlatlauhtia y tlatilolca av i (n) (y) e tlachia yn avaq y tepevaq (y) e valayva yn aoca metzi tenochca" (cito por la transcripcin de Menguin 1939, 148). Asimismo, el narrador describe los constantes pleitos y divisiones entre los de Tenochtitlan durante la guerra. El texto sugiere, pues, que la derrota se debe fundamentalmente al pobre papel de los guerreros de Tenochtitlan que dejaron solos a los de Tlatelolco. As, cuando el asalto final al mercado de Tlatelolco puso fin a la guerra, se dice: "ye yquac yxpoliuh yn tlatilulcatl vey ocelotl vey tiacauh" (Menguin 1939, 152).

Pasemos ya a ver la figura de Motecuhzoma que se nos da en los Anales. En realidad, Motecuhzoma en este texto slo se limita a elevar una protesta a Pedro de Alvarado por la muerte a traicin que inflige a los indgenas durante la fiesta de Toxcatl (1520). Cuando Corts decide ir a enfrentar a las huestes de Pnfilo de Narvez, nombra en su lugar a Pedro de Alvarado, llamado por los indgenas con el apelativo de sol, "tonatiuh". En principio, es el propio Alvarado quien pide a Motecuhzoma se organice la celebracin de esta fiesta. Para esto, ya est el rey azteca en prisin. Adems ya se ha asesinado a un hombre noble de Acolhuacan, Neahualquentzin, y a un dirigente de Nauhtla, Cohualpopocatzin. Alvarado ordena que se decore con todas sus vestimentas rituales a Huitzilopochtli. Enseguida, viene la fiesta. Los mexicas cantan y bailan el primer da; hacan lo mismo el segundo da cuando comenz el ataque. Es entonces cuando Motecuhzoma intenta detener a los espaoles: "totecuiouane ma yxquich tle (yn) a(a)mailia motolonia maehualli cuix ychimal cuix ymaquauh ye tinemi. a mopetlauiltitinemi" (Menguin 1939, 144).

Aparte de esta intervencin del huei tlahtoani de Mxico-Tenochtitlan, no indigna porque echa en cara su traicin a los espaoles, su participacin en el texto transcurre sin mayores perfiles. Se refiere su muerte en forma lacnica: "ome tecpa (tl) xiuitl yca ye yquac mic y motecuhomatzi no yquac mic yn itzquauhzi tlatilulco tlacuchcalcatl" (Menguin 1939, 144). Como se ve, en el texto que podemos considerar como el grado cero de la visin nahua de la conquista de Mxico no aparecen los famosos presagios que anteceden a la destruccin del imperio; no se designa a Corts como Quetzacoatl o su emisario: slo se le llama el "Capitn"; Motecuhzoma no es el rey que intenta huir cuando se entera de la llegada de los europeos ni el rey acosado por las visiones premonitorias de la ruina de su estirpe. Son los Anales, esencialmente, una narrativa de la guerra: Corts figura como el capitn que liderea a los enemigos; el valor de los guerreros es exaltado cuando se trata de Tlatelolco; cuando se pierde la guerra, al final, Corts es reconocido como el nuevo "tlahtoni" y se va en busca de su proteccin.

Susan D. Gillespie ha estudiado la evolucin gradual del mito de Quetzalcoatl durante el siglo XVI en un minucioso trabajo (1989, 173-207 ). Con base en este anlisis se puede decir que Quetzalcoatl es una "creacin" mixta ya que en su proceso de elaboracin participan tanto europeos como indgenas. La contribucin indgena de Quetzalcoatl estriba, fundamentalmente, en concebirlo como la "serpiente emplumada" en cuyo honor se erige un templo en Teotihuacan asociado con la fertilidad y el principio y ordenamiento del tiempo. Adems, es visto como un dios (del viento), como Venus, la estrella de la maana, como un sacerdote de alto rango y como un hroe cultural. Davd Carrasco agrega a este esquema a Quetzalcoatl como el representante de la legitimidad del poder y la autoridad en el valle central de Mxico (1982). La contribucin europea a la saga de Quetzalcoatl tiene que ver con la identificacin de Quetzalcoatl con Corts, en un principio, y ms tarde con un predicador apostlico que haba venido a Anahuac a predicar la palabra de Cristo como se ve claramente en la obra de fray Diego Durn. En breve, Quetzalcoatl en una entidad muy compleja y la profeca de su retorno para explicar la conquista de Mxico sirve no slo a los misioneros sino tambin a los miembros de la nobleza indgena colonial como Alvarado Tezozomoc.

En suma, lo que he querido sugerir en este trabajo es que el Motecuhzoma tradicional que conocemos es una "creacin" que muy probablemente poco tiene que ver con el personaje histrico. Su imagen "simblica-literaria", por as decirlo, se modela aos despus de la conquista, bien podramos pensar que a una generacin de distancia, si tomamos en cuenta que el libro XII del Cdice Florentino se formula, en su primera versin, en los aos 1550-1555. En este texto es donde nos encontramos con el retrato "mtico" de Motecuhzoma ms acabado que explica la derrota frente no a un Hernn Corts representante de la Corona espaola sino a un Quetzalcoatl-Corts que viene a derrocar a Huitzilopochtli y a desterrar sus prcticas sacrificiales. Esta representacin simblica, pues, del monarca es la que recoge y contribuye por su parte a difundir Alvarado Tezozomoc en su Crnica mexicana. En el caso de Alvarado Tezozomoc no estamos en presencia tanto de una insercin de Anahuac en el designio histrico de Occidente como de una exgesis de la subjetividad de Motecuhzoma, cuyo comportamiento es enteramente racional dada la interpretacin que se form el monarca con respecto a la identidad de Hernn Corts. En la interpretacin de Alvarado Tezozomoc y otros sectores de la nobleza indgena --como los que participan junto a Sahagn en el libro XII del Cdice Florentino-- Motecuhzoma cedi su trono no frente a un capitn espaol llamado Hernn Corts sino frente a un poderoso dios del panten mesoamericano llamado Quetzalcoatl. Dicho de otro modo, Alvarado Tezozomoc integra Occidente en el designio histrico de Anahuac. Su discurso historiogrfico consiste, en esencia, en una reconstruccin de su propio pasado focalizado a travs de Mxico-Tenochtitlan para empalmarlo con el presente colonial. Como se ha visto, la reconstruccin que ofrece Alvarado Tezozomoc de su abuelo, el poderoso huei tlahtoani de Mxico-Tenochtitlan, Motecuhzoma, es la de un monarca que, antes de iniciar siquiera una batalla con el ejrcito cortesiano, cede su mando simblicamente y por razones sagradas a Quetzalcoatl-Corts con que se inicia una nueva era o tiempo: el de la cristiandad. De esta suerte, la reconstruccin historiogrfica de este cronista intenta solventar la conmocin que signific la conquista para la nobleza indgena desplazada en el presente colonial.

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NOTAS

Boturini, al parecer, es el ltimo que vio en la primera mitad del siglo XVIII el manuscrito original de la Crnica mexicana que perteneca al escritor novohispano Carlos de Sigenza y Gngora (1645-1700), quien --como es bien sabido-- don la rica compilacin de escritos que haba reunido al Colegio Mximo de San Pedro y San Pablo de los jesuistas. No sabemos cmo lleg a manos de Sigenza y Gngora el texto de Alvarado Tezozomoc elaborado en los ltimos aos del siglo XVI. Gracias a Boturini que hizo un traslado de la Crnica es que hoy en da la podemos leer ya que su rica coleccin pas a la Secretara del Virreinato. Durante la gestin del virrey Revillagigedo se hace una nueva copia manuscrita de los documentos de Boturini --entre otros-- que haban escapado a la humedad y a los ratones; fueron XXXII tomos los que se agruparon bajo el ttulo de "Memorias para la Historia Universal de la Amrica Septentrional" (1792). El volumen XII del conjunto est dedicado a la crnica de Alvarado Tezozomoc. La nica edicin importante de que disponemos es la de 1878 que se publica en Mxico con una larga introduccin por Manuel Orozco y Berra (aunque ya haba aparecido en Londres en 1848 en la serie de Kingsborough, tomo IX), basada en la copia de la coleccin de 1792. De la edicin de 1878 me sirvo para el anlisis que ofrecer en esta ocasin de Alvarado Tezozomoc.

Solamente la primera vez que presente palabras en nahuatl irn subrayadas y con una traduccin entre parntesis.

"Y hoy en el ao de 1609, --traduce Adrin Len-- yo mismo, Don Hernando de Alvarado Tezozomoc, que soy nieto de la persona que fuera el gran rey Moteuczoma el menor, quien gobernara y rigiera la gran poblacin de Mxico Tenochtitlan, y que provine de su apreciada hija, de la persona de la princesa, mi amadsima madre, Doa Francisca de Moteuczoma, cuyo cnyugue fuera la persona de Don Diego de Alvarado Huanitzin, padre mo preciadsimo, noble; son ellos quienes me engendraron y en toda verdad son hijo suyo yo quien aqu me nombro" ([1609] 1992, 7).

Vase la figura 1.

El nmero de las pginas corresponde a la edicin de 1878.

Aqu debemos recordar que ni el concepto europeo de nacin ni de estado o imperio existieron en el Mxico antiguo. Por ello, aunque use la palabra imperio (siguiendo a Alvarado Tezozomoc) no debe pensarse en el concepto occidental. El concepto en nahuatl para designar esta nocin sera el de huei tlahtocayotl, vocablo que se deriva de tlahtoani que, como sabemos, era la persona que tena el mando y autoridad en los altepeme ("estados tnicos"). Escribe Van Zantwijk: "Los aztecas designaban a todo el aparato gubernamental relacionado con el funcionamiento poltico del tlahtoani con el trmino de tlahtocayotl= lo que al tlahtoni se refiere" (1990, 204). Mxico-Tenochtitlan lleg a convertirse en la huei tlahtocayotl ms poderosa de Anahuac. Historiar su proceso de encumbramiento poltico, social y militar, es lo que interesa a Alvarado Tezozomoc.

Nacido en Sevilla, fray Diego Durn (c.1537-c.1588) viene a Texcoco a corta edad (entre 1543-1550), en donde empieza su aprendizaje del nahuatl que llegar a dominar a la perfeccin. En 1556 entra a la orden de los dominicos y va a pasar los siguiente 20 aos de su vida recorriendo el centro de Mxico haciendo trabajo misionero. Aunado a su papel como religioso, Durn aade el de historiador. Su obra intitulada Historia de las Indias de Nueva Espaa y Islas de Tierra Firme se compone de tres libros o tratados. El primero, que es el que presenta una gran semejanza con la Crnica de Alvarado Tezozomoc, es una larga historia que va desde el xodo de los aztecas hasta la guerra de conquista, misma que Durn termin en el ao de 1581. En el segundo libro o tratado, el religioso centra su inters en describir los dioses y los ritos y, en el tercero, en explicar el calendario ritual indgena; estos libros fueron elaborados hacia 1579. Durn hizo acompaar su manuscrito con 118 ilustraciones. Este segundo y tercer libros as como las pinturas no figuran en la Crnica mexicana de Alvarado Tezozomoc. Durn constantemente delega la responsabilidad de lo narrado en un documento que l llama "historia mexicana" ([1579-1581] 1951, I: 398) y que procura no alterar "porque mi intento no a sido [si]no traducir el mexicano en nuestra lengua castellana ([1579] 1951, I: 159). Por su parte, Alvarado Tezozomoc nunca menciona a lo largo de su historia que est traduciendo un texto en nahuatl o que descifra signos pictogrficos.

En este sentido, escribe Manuel Orozco y Berra: "La Crnica de Tezozomoc presenta la leyenda en su pristina sencillez; tiene el sabor de esas relaciones conservadas desde tiempos por los pueblos salvajes, trasmitidas de generacin generacin con ciertos visos de lo prodigioso y lo fantstico; pinta las hazaas y las costumbres de los hroes con cierta elevacin unida la rusticidad que tanto encanta en los personajes de la Iliada; narra las causas que motivaron las guerras y el resultado de estas, dejando traslucir cuanto habia de grosero, de arbitrario, de injusto en la conducta de los monarcas de la triple alianza; los dilogos son naturales, el estilo duro, descuidado, propio de los pueblos quienes pertenecen: en suma, es la tradicin, la tradicin verdadera que los mxica conservaban en sus seminarios y hacian aprender de coro los jvenes educandos" (1878, 160).

En una de las ilustraciones que acompaa a la Historia de las Indias de Nueva Espaa y Islas de Tierra Firme de fray Diego Durn se muestra la imagen del cometa que, por cierto, est inspirada en modelos europeos como lo seala Couch: "The image is entirely European; in native style manuscripts, comets were shown as a Xiuhcatl, a fire serpent" (1987, 291). Vase la figura 2 A y B.

Recordemos que despus de ser recibido Hernn Corts por Motecuhzoma en la capital del imperio azteca, Mxico-Tenochtitlan, en noviembre de 1519, el capitn espaol hace preso al monarca mexica. Tiempo despus Corts recibe noticias de que Pnfilo de Narvez vena con rdenes del gobernador de Cuba, Diego Velzquez, para tomarlo prisionero por su infidencia. El conquistador decide ir personalmente a enfrentarlo para lo cual deja en su lugar a Pedro de Alvarado. Corts, despus de derrotar a Pnfilo de Narvez, recibe una escalofriante noticia de Mxico-Tenochtitlan: la guerra estaba declarada. La razn: el cruel y traicionero ataque ordenado por Pedro de Alvarado que se conoce como la "matanza del templo mayor". Murieron, adems de mujeres y nios, alrededor de 600 capitanes y seores indgenas que estaban celebrando la fiesta de Toxcatl, sin armas, cuando fueron atacados. El siniestro episodio tuvo lugar en mayo de 1520.

La reconstruccin es ms visible en la primera parte del libro XII, los primeros 20 captulos, de la llegada de los europeos a las costas de Mxico hasta la matanza perpretada por Pedro de Alvarado en la ceremonia de Toxcatl en mayo de 1520 (1993, 48-136). Segn James Lockhart, esta primera parte no corresponde al pragmatismo de la segunda (la narrativa de la guerra y asedio a Mxico-Tenochtitlan) ya que incorpora mucha verbosidad y elementos legendarios ("Introduction" 1993, 17). Es en esta primera parte en que se desarrolla el motivo de los presagios, la creencia de Motecuhzoma de que Corts era Quetzalcoatl y el discurso en que el huei tlahtoani de Mxico-Tenochtitlan cede el trono al capitn espaol.

Aunque el primer borrador es de 1550-55, se le dar la forma como lo conocemos en la dcada de los 70. Apoyado por el Provincial fray Rodrigo de Sequera, Sahagn prepara la traduccin del texto nahuatl al espaol de su Historia general de las cosas de Nueva Espaa cuyo libro XII era, precisamente, el de la conquista de Mxico. Al parecer, la traduccin al espaol del libro XII es de finales de 1576 (D'Olwer 1987, 71).

A pesar del comentario de fray Bernardino de Sahagn de que no era su intencin esencialmente "sacar algunas de las verdades" sobre la conquista de Mxico desde la perspectiva de los indgenas, parece ser que, finalmente, el libro XII del Cdice Florentino presenta una fuerte coloracin nativa. Sahagn intent remediar esto en una segunda versin de este libro hecha en 1585 en donde el franciscano interviene ms en la narracin para alabar el papel de Hernn Corts y justificar la conquista espaola. Vase el artculo de S. L. Cline que analiza las dos versiones (1988, 93-106).

Felipe Fernndez-Armesto (1992) argumenta que estos "presagios" tienen como modelo de escritura los trabajos de historiadores tanto de la antigedad grecolatina como de la tradicin judeo-cristiana que los colegiales de Tlatelolco tuvieron a su disposicin. Por ejemplo, el cometa que aparece en Mxico-Tenochtitlan recuerda al que surge, segn Luciano, para anunciar en Roma las guerras del Triumvirato; o la luz en cielo que antecede a la cada de Jerusaln segn refiere Josefo. La versin de los prodigios que se produce en Mxico a mediados del siglo XVI refleja, como escribe Fernndez-Armesto, "the efforts of what me might call the 'crazy mixed-up kids' of early colonial New Spain, anxious to understand the conquest in the discourse of Renaissance humanism; not harbingers of the conquest, but a mishmash of classical and Judaeo-Christian topoi" (1992, 295). Si bien Fernndez-Armesto dedica un artculo al tema, el investigador francs Guy Rozat Dupeyron consagra un libro entero a demostrar la filiacin simblica de estos augurios (entre otros elementos) inscrita en una "escatologa tpicamente medieval occidental. . . que suponemos perfectamente extraa al mundo precolombino" (1993, XII-XIII). As, la cada de Jerusaln se convierte en el modelo de la cada de Mxico-Tenochtitlan con sus signos ominosos.

La traduccin de Sahagn es la siguiente: "como oyo la nueua Motecuoma despacho luego gente para el recibimiento de Quetzalcoatl porque penso que era el el que venia porque cada dia le estaua esperando y como tenia relacion q Quetzalcoatl auia ydo por la mar hazia el oriete y los nauios venia de hazia el oriente por esto pesaro q era el" (1993, 63).

"Oydas las cosas arriba dichas por Motecuoma, concibio en si vn gran sentimiento, que venian grandes males, sobre el y sobre su reyno. . . Motecuoma se inclino a yrse a la cueua de cincalco: y asi se publico por toda la tierra pero no vuo effecto este negocio. . . " (Sahagn 1993, 85-89).

La traduccin de Sahagn: ". . . pues que emos de hazer varones nobles? ya estamos para perdernos, ya tenemos tragada la muerte! no emos de subirnos a alguna sierra ni emos de huyr! Mexicanos somos, ponernos emos a lo que viniere por la honra de nuestra generacin mexicana: pesame de los viejos y de los nios y nias que no tienen posibilidad ni discrecin para valerse donde los escaparan sus padres! Pues que emos de hazer? Nacido somos venga lo que viniere" (1993, 105). Una de las ilustraciones del libro XII del Cdice Florentino que acompaa al texto alfabtico muestra a Motecuhzoma sealando un templo en llamas. Vase la figura 3. Con esta imagen se simboliza la derrota de Mxico-Tenochtitlan. Como seala Joyce Marcus, "Victory was often acknowledged as soon as one side captured the opposing commander, or when the town's main temple has been set on fire" (1992, 364). Recordemos que en el Cdice Mendoza, por ejemplo, se visualizan los templos en llamas de los diferentes altepeme subjugados por los aztecas.

La traduccin de Sahagn es la siguiente: " O seor nuestro seays muy bienvenido aveys llegado a vuestra tierra a vro pueblo y a vuestra casa mexico! Aveys venido a sentaros en vuestro trono y vuestra silla el qual yo en vro nombre he poseydo algunos dias otros seores ya son muertos le tuvieron antes que yo: el vno se llamaua Itzcoatl y el otro. . . Motecuoma el viejo, y el otro Axaiacatl, y el otro Tiocic, el otro Auitzutl. Yo el postrero de todos e venido a tener cargo y regir este vro pueblo de mexico. . . (1993, 117).

Despus de Boturini, parece haber sido el matemtico Len y Gama el siguiente dueo de los Anales, quien logr, como sabemos, en el ao de 1784, recuperar la coleccin de Boturini. En 1830 lleg a Mxico el francs Jos Mario Alexis Aubin y adquiri, entre otras cosas, el original manuscrito y una copia del mismo que lleva a Francia en 1840. La Coleccin de Aubin, comprada por M.E. Eugne Goupil en 1899 y donada por su viuda en 1898, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Pars. Ah se encuentran los Anales bajo el rubro de manuscritos nmero 22 (el original) y 22 bis (una copia del siglo XVII o, segn James Lockhart, de principios del XVIII) ("Introduction" 1993, 38).

La traduccin de Garibay es la siguiente: "No ms estis all parados?. . . No os da vergenza? No habr mujer que en tiempo alguno se pinte la cara para vosotros!. . . Y las mujeres de ellos andaban llorando y pidiendo favor en Tlatelolco. Y cuando ve todo esto los de esta ciudad alzan la voz, pero ya no se ven por ninguna parte los tenochcas (1976, 149).

"Fue cuando quedo vencido el tlatelolca, el gran tigre, el gran guila, el gran guerrero" (Garibay 1976, 153).

"Seores nuestros. . . Basta! Qu es lo que estis haciendo? Pobres gentes del pueblo! . . . Acaso tienen escudos? Acaso tienen macanas? Andan enteramente desarmados! . . . " (Garibay 1976, 143).

"Ao 2-Pedernal. Fue cuando muri Motecuhzoma; tambin en el mismo tiempo muri el Tlacochcalcatl de Tlatelolco, Itzcohuatzin" (Garibay 1976, 144).

Para un anlisis de las distintas manifestaciones de Quetzalcoatl a travs del tiempo, adems del estudio de Gillespie (1989, 173-207), puede consultarse con buen provecho el de Enrique Florescano (1993).