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La presente comunicación es una síntesis del estudio museológico sobre el yacimiento de la Rábita Califal de las Dunas de Guardamar del Segura, encargado por la Consellería de Cultura del País Valenciano y realizado por un equipo interdisci- plinar 1 . El objetivo de dicho estudio fue extraer del yaci- miento y su entorno natural un óptimo aprovecha- miento, ajustado a sus posibilidades reales y en con- cordancia con otras experiencias similares desarro- lladas en Europa. Por tanto, se inició el estudio anali- zando la situación material y jurídica en la que se encontraba el área arqueológica y su entorno medio-ambiental, con objeto de definir la figura patrimonial que mejor se adaptase a su realidad y a su potencialidad cultural. Tras individualizar y resaltar la relevancia y la sin- gularidad de los componentes fundamentales del futuro Parque, el estudio señala un eje, una línea programática a seguir en la elaboración de los pro- yectos y actuaciones que se lleven a cabo en su puesta en marcha, mediante la definición de los objetivos y funciones inherentes a un parque arqueológico. El estudio igualmente significó las normas que debían animar la musealización del Parque, subra- yando los valores conceptuales de las diferentes uni- dades de representación que lo caracterizan y distin- guen. De esta forma, se pretendía alcanzar una ade- cuada legibilidad de su realidad, rentabilizando social y culturalmente su creación. I. CONCEPCIÓN GENERAL DEL YACI- MIENTO I.1 SINGULARIDAD DEL YACIMIENTO La actuación arqueológica llevada a cabo en las Dunas de Guardamar junto a la desembocadura del río Segura, como es de sobra conocido, ha sacado a la luz un complejo arquitectónico de época islámica. Las ruinas exhumadas conforman una amplia y variada tipología de edificios -mezquita, oratorios y habitaciones- íntimamente relacionados con el carácter cúltico del conjunto, una rábita del siglo X. Las diversas estructuras se organizan espacialmente en tres líneas de construcciones configurando una planta semejante al casco de una nave cuya proa apunta a levante. Los tres cuerpos edilicios se verte- bran a través de dos calles que vienen a converger en un amplio patio, donde se abre la única puerta conocida de acceso al recinto de la Rábita. Nos hallamos, por consiguiente, ante la materiali- zación de una institución religiosa islámica de carác- ter cenobítico: una rábita, destinada a la defensa y aculturación de un territorio. El período de vida de nuestra Rábita fue exiguo, algo más de cien años, transcurridos desde las postrimerías del siglo IX hasta el ecuador del siglo XI. La peculiaridad de este conjunto se refleja en su relevancia histórica. No en vano, la Rábita Califal de las Dunas de Guardamar es uno de los ejemplos más antiguos de este tipo de institución religiosa conservado en todo el Mediterráneo Occidental y, por el momento, la única descubierta en España. La Rábita de Guardamar: un proyecto de musealización Rafael Azuar Ruíz* Marga Borrego Colomer Rosa Saranova Zozaya 31 *Director del Museo Arqueológico de Alicante

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Page 1: La Rábita de Guardamar: un proyecto de musealización · El soporte infraestructural y el componente social, imprescindibles en el desarrollo del Parque, presentan una situación

La presente comunicación es una síntesis delestudio museológico sobre el yacimiento de laRábita Califal de las Dunas de Guardamar delSegura, encargado por la Consellería de Cultura delPaís Valenciano y realizado por un equipo interdisci-plinar 1.

El objetivo de dicho estudio fue extraer del yaci-miento y su entorno natural un óptimo aprovecha-miento, ajustado a sus posibilidades reales y en con-cordancia con otras experiencias similares desarro-lladas en Europa. Por tanto, se inició el estudio anali-zando la situación material y jurídica en la que seencontraba el área arqueológica y su entornomedio-ambiental, con objeto de definir la figurapatrimonial que mejor se adaptase a su realidad y asu potencialidad cultural.

Tras individualizar y resaltar la relevancia y la sin-gularidad de los componentes fundamentales delfuturo Parque, el estudio señala un eje, una líneaprogramática a seguir en la elaboración de los pro-yectos y actuaciones que se lleven a cabo en supuesta en marcha, mediante la definición de losobjetivos y funciones inherentes a un parquearqueológico.

El estudio igualmente significó las normas quedebían animar la musealización del Parque, subra-yando los valores conceptuales de las diferentes uni-dades de representación que lo caracterizan y distin-guen. De esta forma, se pretendía alcanzar una ade-cuada legibilidad de su realidad, rentabilizando socialy culturalmente su creación.

I. CONCEPCIÓN GENERAL DEL YACI-MIENTO

I.1 SINGULARIDAD DEL YACIMIENTO

La actuación arqueológica llevada a cabo en lasDunas de Guardamar junto a la desembocadura delrío Segura, como es de sobra conocido, ha sacado ala luz un complejo arquitectónico de época islámica.Las ruinas exhumadas conforman una amplia yvariada tipología de edificios -mezquita, oratorios yhabitaciones- íntimamente relacionados con elcarácter cúltico del conjunto, una rábita del siglo X.Las diversas estructuras se organizan espacialmenteen tres líneas de construcciones configurando unaplanta semejante al casco de una nave cuya proaapunta a levante. Los tres cuerpos edilicios se verte-bran a través de dos calles que vienen a convergeren un amplio patio, donde se abre la única puertaconocida de acceso al recinto de la Rábita.

Nos hallamos, por consiguiente, ante la materiali-zación de una institución religiosa islámica de carác-ter cenobítico: una rábita, destinada a la defensa yaculturación de un territorio. El período de vida denuestra Rábita fue exiguo, algo más de cien años,transcurridos desde las postrimerías del siglo IXhasta el ecuador del siglo XI.

La peculiaridad de este conjunto se refleja en surelevancia histórica. No en vano, la Rábita Califal delas Dunas de Guardamar es uno de los ejemplosmás antiguos de este tipo de institución religiosaconservado en todo el Mediterráneo Occidental y,por el momento, la única descubierta en España.

La Rábita de Guardamar: un proyecto demusealizaciónRafael Azuar Ruíz*Marga Borrego ColomerRosa Saranova Zozaya

31*Director del Museo Arqueológico de Alicante

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Además de su indudable valor científico e históri-co la Rábita posee un evidente carácter monumen-tal debido al buen estado de conservación de suarquitectura. A los restos ya excavados, que en oca-siones superan los dos metros de altura, se debeañadir un potencial monumental oculto, pero detec-tado por diversos análisis electrofísicos. Hasta elmomento el yacimiento ha proporcionado una granmezquita de dos naves, construida a partir de una“qibla” de ”musal.la”, sencillamente decorada; másde veinte celdas-oratorio, semejantes en planta ydiversas en cuanto a las soluciones constructivasadoptadas y, por último, seis pequeñas estancias.

No debemos olvidar el gran interés que suscitala inestimable documentación parietal que apareceen varios de los edificios del conjunto. Nos referi-mos en concreto a los diversos testimonios epigráfi-cos, la pintura mural y las varias técnicas constructi-vas con las que se levantan y decoran las diferentesestructuras de la Rábita.

I.2.SITUACIÓN LEGAL DEL YACIMIENTO

Desde la aparición del monumento, dada su sin-gularidad, su importancia histórico-cultural y suexcelente estado de conservación, se hizo necesarioconferirle un tratamiento de intervención dirigido aprotegerlo y difundirlo de manera adecuada.

Afortunadamente, el yacimiento se encuentrasituado en un terreno de propiedad pública, lo cualevita la utilización de figuras como la expropiación,que generalmente dificultan y encarecen, cuando noimposibilitan, el acceso de la sociedad a un bien cul-tural que, de facto, le pertenece. Y, por añadidura, laRábita se halla inmersa en un paraje natural, lasDunas de Guardamar del Segura, que goza de pro-tección y de un tradicional favor popular.

Esta privilegiada situación patrimonial unida a laimportancia científica y a la ideal ubicación delmonumento instaron, previa solicitud de laConsellería de Cultura de la Generalidad Valenciana,a que el Ministerio de Cultura en 1987 incluyera elyacimiento en el “Plan Experimental de ParquesArqueológicos Nacionales”. En dicho proyecto se tien-de a desarrollar una actuación integral sobre aquellaszonas arqueológicas de relevancia científica, quemantienen un buen estado de conservación, son

accesibles a un elevado número de visitantes y, endefinitiva, cuentan con un óptimo rendimiento social.Asímismo, para la elección de los sitiosarqueológicos, que participarían inicialmente dedicho plan, se valoró el paisaje natural en el que sehallan imbricados los restos arqueológicos. 2

El 21 de junio de 1989 la Consellería de Cultura,Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana lodeclarará Bien de Interés Cultural con la categoríade zona arqueológica. Asímismo, el 27 de julio delaño 1990 el Ministerio de Cultura considera el yaci-miento ”La Rábita Califal de las Dunas” y su área deinfluencia Bien de Interés Cultural con dicha categoría.

Con la declaración de “zona arqueológica” que-daban cubiertas, desde un punto de vista legal, lasnecesidades de protección y conservación delmonumento. Sin embargo, dicha figura era insufi-ciente a la hora de abordar un principio básico, elrendimiento cultural a través del uso público. De ahíque fuera imprescindible adoptar una nueva figura, lade ”Parque Arqueológico”, capaz de conjugar lasfunciones de conservación, restauración y dinamiza-ción del monumento y de su entorno.

En 1991 se firmará un convenio a tres bandas -Ministerio de Cultura, Generalidad Valenciana yAyuntamiento de Guardamar del Segura- orientadoa la institucionalización y puesta en marcha del”Parque Arqueológico de la Rábita Califal deGuardamar”.

I.3. CONDICIONES MATERIALES DEL YACI-MIENTO.

Lamentablemente, las ruinas de la zona arqueo-lógica se han visto sometidas desde su excavación auna progresiva degradación debida a la acción antró-pica y, sobre todo, a diversos agentes naturales. Nodebemos olvidar que unos restos enterradosdurante más de mil años bajo la arena, en unas con-diciones ambientales determinadas, sufren con suexhumación una brusca agresión. A la erosión de losagentes naturales -variación térmica, viento, lluvias,etc...- que afectan a todo monumento, en nuestrocaso concreto debemos yuxtaponer la virulencia delos mismos y la delicada morfología de las construc-ciones y del medio en que se levantan.

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Los edificios de la Rábita se asientan directa-mente sobre una antigua duna de arena; carentesde cimentación, se edifican en la mayor parte delconjunto con técnicas constructivas y de acabadode escasa consistencia. La mampostería utilizadaestá levemente trabada con un mortero de barromuy arenoso, que se emplea asímismo en la fabri-cación de los tapiales. Si frágiles son las solucionesconstructivas adoptadas, no lo son menos sus técni-cas de acabado, pues se reducen a un enlucido decal cuya protección requeriría una intervencióninmediata, dado que soporta una documentaciónepigráfica y decorativa de inestimable valor.

Con el fin de paliar la progresiva degradación delos restos arqueológicos exhumados se ha llevado acabo una primera fase de consolidación provisional,en espera de que se adopten las soluciones de pro-tección integral. El soporte infraestructural y elcomponente social, imprescindibles en el desarrollodel Parque, presentan una situación previa másalentadora.

La infraestructura con la que debe contar elParque es compleja y distinta. Por una parte, precisade un equipamiento intrínseco que se desarrollarácon mayor detalle en otros apartados del estudio.Sin embargo, cabe anunciar que la zona protegidaposee ya algunos elementos infraestructurales reci-clables, tales como vías de acceso al Parque, zonade aparcamiento y una ruta que rodea toda el área.

Por otra parte, el Parque tiene garantizada unabuena comunicación con el exterior al hallarse enun centro urbano costero, Guardamar del Segura,enlazado con otros centros importantes a través deuna sólida red viaria: el Parque Arqueológico estásituado, a tres kilómetros de la autovía Alicante-Cartagena, en la carretera nacional que une ambasciudades y que conecta los municipios turísticoscosteros. De otro lado, dista treinta kilómetros dela autopista A-7 y, tan sólo, veinte del Aeropuertode Alicante. Asímismo, la ciudad le proporciona unaserie de servicios que, de hallarse aislado, el propioParque debería asumir.

La Rábita se emplaza en un territorio de ampliopotencial humano. No sólo cuenta con varios cen-tros urbanos que rondan o superan los trescientosmil habitantes -Alicante, Elche, Cartagena y Murcia-y con numerosos municipios cercanos cuya pobla-

ción oscila entre los cincuenta mil y los cien milhabitantes -Elda, Orihuela, Crevillente, etc...-, lo quele asegura una importante afluencia de público,mediante visitas individuales u organizadas; sino que,su ubicación en el eje turístico de centros de pobla-ción estacional -Santa Pola, Torrevieja, La Manga,etc...- de larga tradición, le garantiza un elevado ren-dimiento social y de autofinanciación.

En buena lógica, la comunicación del Parque conlos diversos colectivos humanos deberá ser canali-zada mediante una acción didáctica que garanticesu disfrute y una óptima comprensión de los dife-rentes elementos culturales.

II. EL PROGRAMA -OBJETIVOS Y FUN-CIONES- DEL PARQUE.

El programa científico del Parque Arqueológicose construye a partir de la definición de los objeti-vos que éste persigue y de las funciones que debedesarrollar en la consecución de los mismos. Dichoprograma será el soporte ideológico del Parque y,por ende, su configurador.

El objetivo prioritario del Parque Arqueológicode la Rábita de Guardamar será poner en relaciónel bien arqueológico y su entorno con el colectivosocial, para su adecuado conocimiento y óptimodisfrute. Por lo tanto, a este principio programáticoregulador y configurador del Parque deberán some-terse, lógicamente, el resto de los objetivos y fun-ciones inherentes a su contenido y definición. ElParque se convierte, de esta forma, en un instru-mento de comunicación entre la sociedad y supasado histórico.

Para lograr establecer dicha comunicación elParque debe entenderse como un gran Museocuyas instalaciones son su propio contexto espacial.A diferencia de esta tradicional institución el Parquepresenta y expone los bienes culturales que lo inte-gran -objetos muebles e inmuebles, ecosistema,etc...- en su medio físico original. Junto a la funcióneducativa el Parque Arqueológico, a través de unacorrecta planificación didáctica, potenciará el senti-do lúdico de la visita museal.

Por consiguiente, si nos hallamos ante una nuevafigura museográfica, las funciones y objetivos que

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ésta debe cumplir serán parangonables a las decualquier museo: investigación, conservación y difu-sión. Ahora bien, la especificidad del Parque influiráconsiderablemente en la concepción, valoración ydesarrollo de las mismas.

II.1. INVESTIGACIÓN.

En el museo arqueológico tradicional los objetosse exponen descontextualizados, fuera de suambiente original; llegan hasta las vitrinas a través dediversos medios: donación, compra, excavaciones...,dependiendo siempre de recursos externos. Por elcontrario, el Parque Arqueológico es en sí mismo elobjeto museable y el generador de su propia expo-sición, presentándola inmersa dentro de su contex-to espacial.

Toda experiencia museística se basa en una pro-funda investigación, por ello, para restituir de formaadecuada el ambiente original del principal objetomuseable del Parque, la Rábita Califal -su plasma-ción material, su cotidianidad, su entorno natural ysu relación con el territorio-, es preciso desarrollaruna exhaustiva y correcta labor investigadora decarácter interdisciplinar.

La investigación en este campo concreto nopuede entenderse ni llevarse a efecto sin la adecua-da aplicación de unas técnicas específicas previas:prospección, excavación y documentación arqueo-lógica, cuya finalidad es la recogida sistemática de losdatos. La investigación en el Parque Arqueológicode la Rábita, lógicamente, no se limitará a esta pri-mera fase. Si bien, el acopio y la catalogación de losbienes constitutivos del Parque es imprescindible ypaso obligado para alcanzar un estado más profun-do en el análisis científico del hecho histórico y delmedio ambiente.

Únicamente, tras un riguroso análisis científicode los elementos que definen el Parque y de lasrelaciones existentes entre ellos, se podrá comuni-car la realidad histórica materializada en la Rábita yen su entorno medioambiental. Ahora bien, estacomunicación sería inviable sin una correcta exposi-ción de los mismos y sin una celosa salvaguarda delos restos arqueológicos y del paisaje en el que seimbrican.

Mediante la fiel restitución del bien cultural, lasociedad podrá comprender el significado de cadauno de sus elementos y, por lo tanto, se conseguirásu preservación y transmisión. Sin embargo, la natu-raleza y diversidad de los componentes del Parquerequiere la intervención de un equipo interdiscipli-nar, de científicos y profesionales, que contribuya,con sus conocimientos y experiencia, a la consecu-ción de este objetivo fundamental.

El Parque deberá convertirse, por lo tanto, enun centro de investigación y formación en el que con-fluyan especialistas en las diversas disciplinas que sepueden estudiar en él. En la relación del Parque conla comunidad científica se establecerá un fructíferointercambio: el primero pondrá su realidad materialal alcance del experto análisis del especialista, a lapar que éste lo enriquecerá al hacerlo progresar ensu legibilidad, en su conservación, en su divulgación,etc... Pero, el Parque no sólo debe entendersecomo un centro de investigación, en el que seaúnen los trabajos de reconocidos científicos, sinoque deberá prestarse al estudio y a la formación deestudiantes e investigadores noveles.

La Rábita se nos presenta como el laboratorioidóneo para profundizar en el estudio del ecosiste-ma de dunas litorales: evolución, mutaciones, etc...; yde la cultura islámica: sus períodos paleoislámico ycalifal, sus instituciones religiosas, su arquitectura, sucultura material y un sinfín de temas imposibles deenumerar. Asimismo, deberá ser campo de experi-mentación de diferentes técnicas y métodos deactuación arqueológica y de restauración. Por ejem-plo, la diversidad de técnicas constructivas utilizadasen la Rábita, unido a su óptimo estado, la convier-ten en uno de los yacimientos privilegiados a lahora de ensayar diferentes técnicas rehabilitadorasque, a su vez, propiciarán su adecuada conserva-ción.

II.2. CONSERVACIÓN.

Uno de los fundamentos sobre los que se cons-truye el entramado material e ideológico delParque Arqueológico es la protección de los diver-sos bienes culturales que lo integran. Este funda-mento, caracterizador del Parque, se proyecta nosólo sobre el yacimiento y sus restos materiales,sino también sobre el medio físico y sus compo-

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nentes. Asímismo, la acción tutelar afectará tanto alos bienes exponibles como a los que, por diversascausas ya sean intrínsecas o extrínsecas al propiobien, no merezcan ser musealizables, puesto que latarea de la conservación se ejercerá sobre todo elconjunto del Parque, independientemente de suvalor expositivo. Uno de los objetivos inherentes alconcepto de Parque Arqueológico es, por consi-guiente, la defensa y conservación de su legadopatrimonial.

Sin embargo, dicha finalidad y objetivo parece,en principio, entrar en contradicción con la idea dela accesibilidad del bien cultural. A nadie se le esca-pa que el uso público indiscriminado de un bienpuede deteriorarlo seriamente e incluso destruirlo;aunque, por el contrario, es también obvio que undisfrute y una utilización planificada del mismo con-tribuye a su mantenimiento y evita su desaparición.De esta forma, el Parque Arqueológico deberáconjugar ambos objetivos y finalidades, la conserva-ción y el uso del bien, para que el principio rector delmismo, poner en comunicación el ente social con elbien arqueológico y su entorno natural, sea no sóloalcanzado de forma satisfactoria sino que mantengasu vigencia a través del tiempo.

El Parque Arqueológico tiene que contar conlos medios necesarios, materiales y humanos, parallevar adelante una conservación efectiva de suscomponentes que, dada su distinta naturaleza, pre-cisan de variadas medidas de protección aplicablesa tenor de numerosos factores como el tipo deelemento a tratar, su fragilidad, su estado de conser-vación, el estadio de consolidación en el que seencuentre, etc...

II.2.1. MEDIO NATURAL.

El yacimiento de la Rábita se encuentra inmersodentro de un ecosistema dunar cuyas característicashan sido analizadas ampliamente en una obra deconjunto que establece, entre otras cuestiones, unaserie de medidas protectoras para este tipo de pai-sajes que, lógicamente, afectarían al área delParque.3

Huelga repetir la importancia que el medionatural tiene en la configuración del ParqueArqueológico, por lo tanto, para la conservación

del actual paisaje, dunas y pinadas, el ParqueArqueológico deberá contar con el asesoramientode expertos que analicen, entre otras cuestiones, larepercusión que sobre el medio natural ha tenido ytendrá la actuación arqueológica, formas de paliarlao aminorarla, tipos de protección, etc... Asímismo,el cuidado y repoblación del Parque quedará enmanos de personal competente en la materia.

II.2.2. RESTOS ARQUEOLÓGICOS.

En el yacimiento arqueológico se reservarán convistas al futuro zonas de estricta protección, noexcavables. Esta medida tiene como objeto preser-var parte de los restos arqueológicos para futurasinvestigaciones, ya que el devenir y los avances cien-tíficos pueden proporcionar técnicas de excavacióny análisis hoy desconocidas, pero que podrían solu-cionar con su aplicación enigmas que el estado dela investigación actual no permite ni resolver, ni tansiquiera plantear.

Por otra parte, la protección de los restos exhu-mados se abordará mediante un programa de con-servación que afectará al material inmueble, muebley paleoambiental y que se realizará, dependiendode la naturaleza y estado de conservación del bien,en varias fases sucesivas que denominamos: protec-ción, consolidación y restauración.

III.3. DIFUSIÓN.

Decíamos, al iniciar este apartado sobre losobjetivos a perseguir por un Parque Arqueológicoy, más en concreto, por el de la Rábita Califal de lasDunas de Guardamar, que el principio rector, quedebe animar todas las actuaciones del mismo, es elde comunicar el bien arqueológico y su entornocon el colectivo social. La difusión del ParqueArqueológico en su conjunto es, por consiguiente,el objetivo prioritario al que, de alguna manera,parecen supeditarse el resto de los objetivos y fun-ciones. No obstante, para divulgar la realidad mate-rial del Parque debe existir, naturalmente, un cono-cimiento del mismo, una investigación anterior quepermita su explicación y una conservación adecua-da que facilite su trasmisión. De esta forma, investi-gación, conservación y difusión se presentan rela-cionadas, dependientes e inseparables.

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Toda divulgación pone en interacción una seriecompleja de factores que se concretizan en: elobjeto a difundir, el receptor de la comunicación yel medio o código de trasmisión.

El objeto a divulgar es el conjunto del ParqueArqueológico integrado tanto por su realidad mate-rial -restos arqueológicos, medio natural, paleoam-biente, etc...- como por su realidad investigadora -resultados de los estudios desarrollados en torno asus elementos y componentes-. De ahí que, noshallemos ante un objeto de divulgación complejo ydistinto. El receptor de toda esta información tam-poco es homogéneo, muy al contrario, se presentatan variado y singular como la propia sociedad de laque forma parte. De esta manera, los códigos detrasmisión serán diversos, ajustados a la compleji-dad que supone poner en relación dos realidadestambién diversas, el objeto divulgativo y el receptoral que se dirige su conocimiento.

La divulgación y difusión del ParqueArqueológico la entendemos como: difusión inter-na, aquella que se realiza en el interior del propioParque, y difusión externa, aquella que traspasa loslímites del mismo. En la primera los diferentes com-ponentes del Parque se muestran in situ, en su con-texto; mientras que, en la segunda éstos transgre-den su contextualidad, en un intento de llegar a uncolectivo más amplio.

II.3.1 DIFUSIÓN INTERNA.

La difusión interna se materializará a través de laexposición del propio Parque Arqueológico, dondeel elemento social se comporta como el agenteactivo de la relación. Por consiguiente, la muestrade los diferentes componentes del Parque acogeráal público visitante, colmando, en la medida de loposible, sus diversas expectativas. Para ello, sepotenciará una acción didáctica y dinamizadora dela exposición de los restos arqueológicos y delentorno del Parque, con distintos niveles de conoci-miento, adaptados a las exigencias del público.

El Parque, indiscutiblemente, deberá tener encuenta la variedad de usuarios que a él se acer-quen, ofertando, por ende, actividades de diferentecontenido: área histórico-arqueológica, área denatura, área lúdica, etc... Estas actividades se canali-

zan a través de itinerarios o recorridos temáticos. Enel Parque de la Rábita se proyectarán distintos cir-cuitos, en unos se incidirá en un aspecto concretodel mismo (arqueología, naturaleza, etc...), mientrasque, en otros se tratará su diversidad.

Dentro del proyecto de divulgación se planifica-rán varias instalaciones museográficas temáticas decarácter fijo: exposición del monumento en sí, unmuseo de apoyo histórico-arqueológico, dos aulasde natura y el propio contexto ambiental delParque. Estas instalaciones deben entenderse comouna serie de códigos de divulgación que acerquenel conocimiento del conjunto del Parque al públicoen general. Por tanto, como transmisor de unconocimiento deberán pensarse en continuo cam-bio a tenor del avance en la investigación generadadesde el propio Parque.

Una de las actuaciones que impulsará el ParqueArqueológico de Guardamar a través de su Centrode Investigación será la organización de simposios,encuentros, seminarios, etc..., con el objetivo deexponer sus avances científicos y metodológicos,conocer los trabajos de otros investigadores, esta-bleciendo fructíferos intercambios. Los encuentrostendrán un carácter plural, además de la temáticahistórico-arqueológica, inherente al Parque deGuardamar, se abordarán cuestiones propias de laorganización y gestión de los Parques, tales comosu dinamización, medios de financiación, propuestasde musealización, etc...

II.3.2 DIFUSIÓN EXTERNA.

El complejo cúltico de la Rábita de Guardamartiene desde hace tiempo una proyección nacional einternacional, si bien, bastante restringida al ámbitocientífico. Se ha dado a conocer a través de variasponencias y comunicaciones presentadas enCongresos nacionales e internacionales deArqueología Medieval; mediante la publicación denumerosos artículos y libros, toda vez que, ha sidoexpuesta profusamente en conferencias científicas ydivulgativas impar tidas a un variado público.Asímismo, es el tema de una exposición monográfi-ca diseñada y montada por un equipo del MuseoArqueológico de Alicante, que fue cedida poste-riormente a la Casa de Cultura de Guardamar delSegura, lugar en el que hoy puede visitarse.

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Esta línea de difusión proyectada hacia el exte-rior del Parque se mantendrá y potenciará en elfuturo, ampliando su radio de acción. Las activida-des en este sentido irán dirigidas no sólo al públicoinmerso en la investigación histórica, sino que abar-cará un mayor segmento social. Para la consecuciónde este objetivo se diversificará la oferta con exposi-ciones itinerantes de distinto contenido y nivel cientí-fico: desde una visión global del Parque hastamonografías de temas concretos y puntuales.

Un complemento de apoyo imprescindible parala comprensión y disfrute del Parque son las publi-caciones de los diferentes aspectos que este con-templa. Estas publicaciones se pensarán para cubriruna amplia y variada demanda cultural. Se pondrá adisposición del público desde breves guías explicati-vas, que informen sobre las áreas y servicios delParque y su aprovechamiento, hasta cuadernillosdidácticos para grupos de escolares, pasando porcatálogos más especializados. El Parque se preocu-pará, igualmente, de la publicación y difusión de lasinvestigaciones generadas sobre cualquiera de loselementos y disciplinas que en él se estudian, yaque, la investigación no tiene razón de ser si no sedivulgan sus resultados, si no se comparten y, endefinitiva, si no se interrelacionan con otros.

III. MUSEALIZACIÓN DEL PARQUEARQUEOLÓGICO.

La musealización de un conjunto complejo deelementos, de un Parque Arqueológico, no puedede ninguna forma improvisarse, debe responder ala combinación de un programa científico y de un pro-yecto museográfico.

El programa científico de un ParqueArqueológico, es decir, los objetivos y funcionesque acabamos de definir en el apartado anterior,determinará el contenido y significado del hecho aexponer, será, por lo tanto, su soporte ideológico.Mientras que, el proyecto museográfico entenderáde la organización espacial del ParqueArqueológico. El desarrollo de dicho proyecto, laestructura de la exposición, los itinerarios, etc...estarán en función de las directrices que marque elprograma científico. De esta forma, el proyectomuseográfico se convierte no sólo en fiel reflejo delos objetivos que el Parque persigue, sino que

deviene un instrumento más en la consecución delos mismos.

Abordar la compleja labor de musealización delParque Arqueológico de la Rábita requiere, eviden-temente, la elaboración de un amplio “Proyectomuseográfico”. No obstante, sí conviene señalar losprincipios rectores que deben animar la musealiza-ción del Parque; los elementos materiales a museali-zar; la infraestructura con la que éste debe dotarsey su ordenación espacial.

III.1 PRINCIPIOS RECTORES DE LA MUSEALIZA-CIÓN DEL PARQUE.

El futuro proyecto museográfico deberá trans-mitir el contenido y el significado del hecho acomunicar, respondiendo tanto a las necesidadeseducativas como a las expectativas del público visi-tante. Mediante un mensaje, cuyo soporte será laexposición en sus distintas modalidades, el proyectohará legible el discurso erudito de la investigaciónpara que sea aprehensible a los usuarios del Parque.

III.1.1. VARIEDAD EXPOSITIVA.

La exposición de los distintos componentes delParque Arqueológico deberá adaptarse al conjunto,al lugar, a los destinatarios y a las diversas coyuntu-ras. Así, con la variedad expositiva se pretendecubrir distintas necesidades: una exposición tempo-ral no responde a las mismas necesidades que unapermanente, como tampoco la reconstrucción deun hecho in situ tiene el mismo significado que lapresentación de los objetos en sala.

El Parque Arqueológico promoverá exposicio-nes permanentes, temporales e itinerantes. Entrelas exposiciones permanentes son fundamentalesaquellas en que los objetos- ambiente, muebles oinmuebles- se musealizan in situ y al aire libre. Estetipo de exposición “abierta” afectará al monumen-to en sí y al paraje natural que lo circunda. Otramodalidad de exposición permanente será la quepresente los objetos en sala. Para ello el Parquedeberá dotarse de una infraestructura que permitaexponer sus componentes naturales yarqueológicos, en unas aulas de la naturaleza, en unpequeño museo de temática histórico-arqueológicay en salas de carácter general. Dicha infraestructura

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debe entenderse como instalaciones museográficasde apoyo a las exposiciones “abiertas” y, en ningúncaso, como elementos disuasorios en la visita delParque.

Por otra parte, las exposiciones temporales esta-rán sujetas a distintas coyunturas y necesidadesintrínsecas o extrínsecas al Parque. Por ejemplo, lacelebración de un acontecimiento científico, relacio-nado con las disciplinas de estudio que promueveel Parque, puede motivar el montaje de una expo-sición temporal sobre un tema convergente.Igualmente, la necesidad de difusión de un determi-nado estudio o elemento del Parque puede suscitarel diseño de una exposición de carácter temporal.

Por último, no debemos olvidar la importanciaque las exposiciones itinerantes tienen a la hora detransmitir la imagen y contenidos del Parque fuerade sus límites físicos. Toda exposición itinerante, decarácter monográfico o no, deberá pensarse enrelación al lugar donde debe ser expuesta, al públi-co al que se dirige y al objetivo que pretende alcan-zar.

III.1.2. CONCEPCIÓN EXPOSITIVA.

En el proyecto museográfico las diversas modali-dades de exposición se caracterizarán, ante todo,por su dinamismo y versatilidad. Ambos caracteresincidirán sobre el contenido científico, el medioexpositivo y los componentes de la exposición.

Es decir, el contenido científico variará en funciónde los conocimientos generados por la propiainvestigación. La exposición es el medio con el queel Parque comunica su realidad, por tanto, unaexposición que no se adapte al estado de la investi-gación resultará, a la larga, obsoleta y no servirá a suprincipio fundamental. El proyecto museográfico,mediatizado desde todo punto por el programa uobjetivos inherentes al Parque, deberá cuidar sobretodo la actualización de la exposición del mismo ensus distintas modalidades y versiones, ya que, es laforma en la que éste se materializa.

Por su parte, los medios expositivos deberánconcebirse como módulos que permitan una conti-nua renovación de la exposición, es decir, deberánser capaces de adaptarse a los avances de la investi-gación y a las novedades que se produzcan en

materia expositiva. La movilidad y versatilidad de lospaneles, vitrinas, iluminación y, en definitiva, de todoel soporte expositivo debe estar garantizada, paracon ello poder variar el diseño de las distintasmuestras. Ahora bien, este soporte expositivodebe ser un instrumento discreto que facilite lacomprensión del objeto y, en ningún caso, entor-pezca y distorsione con su presencia la comunica-ción entre éste y el público que lo contempla.

Los diferentes tipos de exhibiciones precisaránde un soporte expositivo ajustado a sus característi-cas, dependiendo fundamentalmente de su lugar deubicación: al aire libre o en sala. De otro lado, estesoporte variará en función del tipo de componenteexpositivo que sustente -objetos muebles, textos,maquetas, planos, etc...-. No obstante, el Parquedeberá tender a la uniformidad en el diseño y enlos materiales del mismo; de forma que, transmita,en todo momento, una imagen equilibrada y distin-tiva.

Por último, será misión del proyecto museográfi-co la elección y tratamiento de los componentesexpositivos que se presentarán en las diversas mues-tras. Lógicamente los componentes fundamentalesen las distintas exposiciones serán los elementosmuebles e inmuebles, exhumados en la excavación,y los elementos naturales que conforman el parajedel Parque. Si bien, no debemos olvidar que tam-bién son componentes expositivos necesarios lostextos explicativos, ilustraciones, los medios audiovi-suales, la señalización, etc...

En la concepción y diseño de las exposicionesse tenderá a conciliar el valor singular del objetocon el valor documental del mismo, buscando elequilibrio entre el objeto, cuya exposición le confie-re una valía sin par, y la multiplicidad de significadoscontenidos en él, en su relación con otros objetos ydocumentos. Ya que, con frecuencia, la brillantezque rodea al objeto en su exposición oscurece suverdadero valor contextual, funcional e histórico.Los objetos exponibles serán considerados comoelementos de diferentes conjuntos; deben, indivi-dualmente o en su relación con los demás, comuni-car su significación, es decir, contarnos una historia.

En la transmisión de esta historia la exposicióndel Parque se enriquecerá con una apoyatura gráfi-ca y textual. Desde que el visitante entra en elParque se le facilitará la elección del itinerario a

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seguir o de la muestra a visitar, a través de unainformación gráfica introductoria, ya sea un panel,una breve guía-plano o un audiovisual, que le indi-que las diversas alternativas que el Parque ofrece.

Mediante planos generales y planos detalladosde los diferentes espacios de exposición, instaladosestratégicamente, el visitante será en todo momen-to consciente del lugar del Parque donde seencuentra y, por ende, del área, edificio o elementoque visualiza. Este primer nivel de informaciónsobre la distribución espacial del Parque se veráreforzado con los títulos de cada una de las unida-des de presentación y con breves textos e ilustra-ciones. Estos ayudarán a comprender el significadode cada elemento como un hecho individual y ensu relación con el resto.

Estos breves textos explicativos y el materialgráfico que les acompañe -planos, axonometrías,reconstrucciones, etc...- deberán realizarse con unacualificación científica, es decir, se basarán en losdiferentes estudios desarrollados en el Parque. Noobstante, serán tratados por especialistas, dinamiza-dores culturales, pedagogos, etc..., que hagan legiblesu contenido, para que el mensaje llegue a la mayo-ría del público visitante.

Esta primera información básica se enriquecerá,para aquellos usuarios que muestren un mayorinterés por alguno de los temas expuestos en elParque, con una segunda serie de textos y apoyatu-ra gráfica, cuya comprensión precisa de una aten-ción suplementaria. Con ello se tratará de cubrir lasexigencias de un público más aleccionado, diversifi-cando la oferta cultural del Parque.

III.2. COMPONENTES MATERIALES A MUSEALI-ZAR.

El Parque Arqueológico de la Rábita ha sidoconcebido desde el principio como una realidadmuseística de gran complejidad, dada la diversidadde elementos que en él confluyen. Los dos grandesespacios museables y caracterizadores del Parqueson el paraje natural -el ecosistema de dunas litora-les- y el yacimiento arqueológico -la Rábita califal-.Ambos poseen múltiples y variados contenidoscuya adecuada presentación requerirá la utilizaciónde medios expositivos diversos y específicos.

III.2.1.PARAJE NATURAL.

Un componente innovador y, a la vez, definidorde esta concepción museográfica, del ParqueArqueológico, es el medio natural donde se inte-gra. Este paraje natural sin el cual no tiene sentidoel Parque deberá, sin embargo, mantener una rela-ción armónica con el conjunto de los componentesdel mismo y, fundamentalmente, con el monumen-to arqueológico.

No es necesario repetir que el paisaje actual delParque deberá estructurarse de manera que seconsiga un entorno atrayente. La conjunción delparaje natural y de los itinerarios proyectados en elinterior del Parque tenderá a ensalzar la singularidady monumentalidad del bien arqueológico. El medionatural presenta un claro contraste cromático res-pecto al monumento arqueológico, se convierte,por lo tanto, en el elemento ideal para la definicióndel espacio, indicando las pausas o descansos en lavisita y marcando itinerarios representativos. Porconsiguiente, será labor fundamental del Parqueconservar y proteger dicho entorno, potenciandosu regeneración e idónea utilización.

No obstante, será igualmente misión del Parqueintentar restituir o recrear, en una zona del mismoque presente las condiciones óptimas para ello, unpaisaje que se acerque lo más fielmente posible alambiente original en el que transcurrió la vida de laRábita, reconstruyendo la imagen perdida.

La musealización del medio natural preveerá eldiseño de unos recorridos de temática medioam-biental en el área delimitada por el Parque y en susinmediaciones. Estos deberán concebirse como cir-cuitos de carácter didáctico que potencien la com-prensión del ecosistema actual y del paleoambiental.

Un elemento de apoyo a esta comprensiónserán las aulas de natura, cuya creación deberá con-templarse en el futuro proyecto museográfico,entendiéndolas, fundamentalmente, como aulasexperimentales y de información complementaria ala visita.

III.2.2. RESTOS ARQUEOLÓGICOS.

Abordar la musealización de unos restos

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arqueológicos in situ requiere un previo y profundoconocimiento de cada uno de los elementos que locomponen, de su importancia y de su significacióndentro del conjunto. Cada elemento, analizado indi-vidualmente, debe ser capaz de resaltar un valorconcreto de ese conjunto, toda vez que, en su inte-racción, explicar el hecho histórico que aquellostransmiten.

El complejo cúltico de la Rábita se resuelve conun variado entramado constructivo, en el que des-tacan algunas de sus edificaciones, no tanto por serobras de singular fábrica sino por el carácter emble-mático que poseen. Nos estamos refiriendo aaquellas construcciones cuya presencia distingue almonumento, sin las cuales no estaríamos ante unarábita islámica. Es, por lo tanto, sobre estos elemen-tos sobre los que el proyecto museográfico deberáincidir, subrayando su simbología. Sólo así se podrátransmitir de manera comprensible el verdaderosignificado de una rábita: lo que es y lo que suponedentro de un territorio concreto y dentro de unadeterminada cultura.

En conclusión, si una rábita islámica es un bas-tión del islám para la aculturación y defensa de unterritorio y se define por su temple religioso-ceno-bítico y por su condición militar, será necesarioresaltar aquellos elementos que referencien ambosvalores.

III.3. INFRAESTRUCTURA Y PROPUESTA DEORDENACIÓN ESPACIAL.

Como ya venimos apuntando en apartadosanteriores los dos grandes espacios de exposiciónal aire libre -el paraje natural, el yacimiento y susrespectivos itinerarios- se verán reforzados conunas instalaciones museísticas de apoyo: dos peque-ñas aulas de natura, la recreación del área sacra de laRábita y salas de exposición complementaria. Estasinstalaciones deberán concebirse como puntos deintroducción y de información complementaria a lavisita. El Parque precisa, asímismo, de un soporteinfraestructural de servicios tales como: un área deacogida, aparcamientos, edificio plurifuncional, etc... Lapropuesta de ordenación espacial de esta complejainfraestructura fue elaborada por el arquitectoMariùs Bevià de la forma que sigue:

1. ÁREA DE ACOGIDA.

Se sitúa en el extremo del área de protecciónjunto a la desembocadura del río Segura, donde seplantea un edificio plurifuncional con las siguientesfunciones: oficina de recepción y orientación, gabi-nete didáctico, tiendas de souvenirs, bar-restaurante,servicios, pequeño dispensario de emergencias,puesto de policía municipal y almacenes. En esteedificio se ubicarían igualmente las salas de exposi-ción complementaria. La complejidad expositiva delParque Arqueológico de Guardamar precisará deunas instalaciones museísticas de carácter generalque permitan introducir al visitante en su realidadmaterial, facilitando una satisfactoria visita, una ade-cuada comprensión y un óptimo disfrute. Lasmuestras de estas salas además de transmitir unconocimiento de la cultura andalusí en general, quecapacite al usuario para entender el lugar y laimportancia que una institución como la Rábitaocupó dentro de esta cultura y de su relación conel territorio que defendía y aculturaba, tratará dedar a conocer toda una serie de hechos significati-vos referentes al Parque: métodos arqueológicos,procesos de restauración, sistemas de restitución yregeneración medio-ambiental, etc...

La zona circundante al área de acogidas se ajar-dinará recreando un ambiente adecuado y diferen-ciado de la pinada.

2. RECONSTRUCCIÓN ÁREA SACRA.

Se sitúa en las proximidades del área de acogidasobre una duna que refleje el paleoambiente de laépoca. Sobre ella se realizará una reconstrucciónideal a escala del área sacra de la Rábita. La impor-tancia que el área sacra posee para la comprensiónde la Rábita y, en general, de las creencias religiosasdel Islam, unido a la dificultad de transmitir todaesta información en el monumento original, sin dis-torsionarlo, aconseja su recreación fuera de los lími-tes del yacimiento. De esta forma, la reconstruccióndel área sacra podrá contener el soporte informati-vo -textos, planimetrías, maquetas, etc...- que se leniega en el yacimiento, funcionando, a su vez, comopequeña instalación museal. Su valor expositivoreside en la introducción del visitante en la comple-ja realidad que, posteriormente, podrá contemplardifuminada en el original. Con esta reconstrucción

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se pretende restituir y mostrar al usuario el volu-men real que debieron tener los edificios, recrearsus técnicas constructivas y decorativas y, por ende,su ambiente primigenio.

3. AULAS DE NATURALEZA.

Se ubicarán en el interior de la pinada con acce-so desde las sendas peatonales y, una de ellas, tam-bién desde el camino asfaltado, propiciando distin-tos itinerarios. Las aulas dedicadas a la naturalezadeberán tener sobre todo un carácter experimen-tal. En ellas se realizarán pruebas de laboratorio,análisis con microscopios, etc..., en definitiva, seránpequeños museos en los que el usuario participeactivamente, pueda manipular y experimentar conlos componentes naturales. Se concebirán tambiéncomo una exposición que explique el ecosistemade dunas litorales y, a través de textos y materialfotográfico antiguo, las mutaciones que éste hasufrido hasta llegar a su estado actual.

4. YACIMIENTO.

Se adecuará la visita del área excavada medianterecorridos controlados internos que posibiliten elconocimiento de la Rábita, al mismo tiempo que laprotegen. Este espacio se complementaría con ele-mentos muebles y torre panorámica para contem-plar el conjunto de las dunas y el entorno físico quelas rodea.

5. ÁREAS DE ESPARCIMIENTO.

Se ubican estas dos áreas donde ya existen, lazona de la Fonteta y la de Merenderos, potencián-dolas de manera que puedan ser usadas comple-mentariamente a la visita.

6. ITINERARIOS.

El área del futuro Parque se organiza en variositinerarios peatonales o rodados, entrelazados entresí, aprovechando en parte las sendas y los doscaminos existentes.

7. EDIFICIO PLURIFUNCIONAL.

Se sitúa en una duna en la zona más cercana alpueblo y con una funcionalidad destinada a la inves-tigación científica, disponiendo de una pequeñazona de aparcamiento. En él se plantean las siguien-tes actividades: dormitorios, comedores, despachosde administración y gestión, aulas y talleres de con-servación, sala multiuso, biblioteca, laboratorios yalmacenes.

Todo lo anteriormente expuesto queda recogi-do en el Plano ”Propuesta de Ordenación delEstudio”.

NOTAS

1 El equipo, coordinado por Rafael Azuar director delproyecto del Parque Arqueológico de la Rábita deGuardamar, estaba formado por las arqueólogas MargaBorrego y Rosa Saranova, que realizaron el estudiomuseológico; por el arquitecto Mariùs Bevià, responsablede la propuesta de ordenación formal y legal del estudio;y por el dinamizador cultural Mario Castro, autor delestudio de dinamización.

2 Junto a la Rábita de Guardamar se incluyeron en este“Plan Experimental” seis yacimientos: el Monasterio visi-godo de Santa María de Melque (Toledo), la CuevaPintada de Galdar (Gran Canaria), la Necrópolis púnicade Puig dels Molins (Ibiza), la Villa romana de Els Munts(Altafulla-Tarragona), la Zona ArqueológicaProtohistórica de Campa Torres (Asturias) y la Villaromana de Carrenque (Toledo). Todos estos sitiosarqueológicos se encuentran actualmente en fase dedefinición.

3 En el interesante trabajo Estudio sobre el medio y la bio-cenosis en los arenales costeros de la Provincia de Alicantede A. ESCARRÉ y otros autores se analiza detenidamen-te el origen y la problemática del paisaje dunar y sus sis-temas ecológicos.

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Córdoba

Rabat

Túnez

El Cairo

Damasco

Meca

Bagdad

Estambul

Rábita de Guardamar

0 1 2 3 4

M.1M.2 M.3 M.4

M.5M.6

Área Sacra

Rábita de Guardamar. Plano de situación

Rábita de Guardamar. Planta del Área Sacra

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Fig. 1. Vista aérea de la superficie del B.I.C. desde mediodía

Fig. 2. Rábita de Guardamar. Vista aérea

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