la proactividad
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DICIEMBRE 2015
INTEGRANTES:
• GUZMÁM GORDILLO BRENDA• YUÉN VENTURA CESIA• NAZARIO ALVA TONY• ACOSTA ARISTA JOSÉ MIGUEL• GASTELO VERA JOAO• FLORIAN MENDOZA DREIDE
CÁTEDRA:• CORDERO MEDINA MARIA DE LOS ÁNGELES
“AÑO DE LA DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA Y DEL FORTALECIMIENTO DE LA EDUCACIÓN”
CURSO:• TALLER DE COMPETENCIA Y DESARROLLO PERSONAL
TEMA:• LA PROACTIVIDAD
NVO. CHIMBOTE - PERÚ
FACULTAD DE ARQUITECTURA
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUITECTURA
INFORME ACADÉMICO
ÍNDICE
CAPITULO I: LA PROACTIVIDAD
1.1. EL CONTEXTO DE LA PROACTIVIDAD1.1.1. DEFINICIÓN DE PERSONA PROACTIVA1.1.2. CARACTERISTICAS DE PERSONAS PROACTIVAS
1.2. EL CONOCIMIENTO PROACTIVO1.3. EL PLANEAMIENTO PROACTIVO
CAPITULO II: ¿CÓMO SER PROACTIVO?
2.1. INICIANDO LA PROACTIVIDAD2.2. PENSAMIENTO PROACTIVO2.3. LENGUAJE PROACTIVO2.4. CONDUCTA PROACTIVA2.5. DESARROLLO DE LA PROACTIVIDAD2.6. CÓMO GESTIONAR PROACTIVAMENTE TUS OBJETIVOS2.7. CUATRO HÁBITOS PARA MEJORAR TU PROACTIVIDAD
CAPITULO III: PROACTIVIDAD LABORAL
3.1. ¿PARA QUÉ SER PROACTIVO EN EL TRABAJO?3.2. EL COMPORTAMIENTO PROACTIVO EN EL ENTORNO LABORAL3.3. PROMOVER EL COMPORTAMIENTO PROACTIVO EN LOS EQUIPOS
DE TRABAJO3.4. BENEFICIOS DE TRABAJAR CON UNA PERSONA PROACTIVA3.5. CONCLUSIONES
INTRODUCCIÓN
El término proactividad procede del griego y del latín. Está compuesto por dos palabras («pro», preposición griega: pro-, que significa “a favor de”, y «actividad», que significa “eficiencia de obrar”, “diligencia, eficacia”, término latino: activitas, activitatis. Fue un concepto creado por el psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Frankl (1905-1997), quien fue prisionero del régimen nazi y sobrevivió a tres campos de concentración.
Hoy en día las empresas y organizaciones en todo el mundo trabajan incansablemente por mantener y aumentar su participación de mercado; sin embargo, los niveles actuales de competitividad hacen que el éxito empresarial sostenible sea cada vez una meta más difícil de alcanzar. Hoy sabemos que las competencias técnicas y específicas de cada profesión, son muy importantes más no suficientes para el buen desempeño profesional, se necesitan profesionales predispuestos a hacer los trabajos, personas competentes que no necesiten órdenes para actuar y que sobre todo tengan iniciativa.
Lograr la combinación ganadora de eficacia y eficiencia en la actualidad es algo más complejo, sobre todo, porque los clientes y consumidores exigen de las empresas mayor atención a sus demandas y mejor satisfacción a sus necesidades.
Hoy podemos afirmar que los procesos que han acontecido y tenido un impacto en la historia de la humanidad, sean éstos de cualquier tipo: filosófico, religioso, político, económico, social, tecnológico, empresarial, o ambiental, han sido generados o conducidos por personas proactivas.
A través del informe que presentamos a continuación, podrán conocer lo que significa ser proactivo, identificando diversas acciones, propuestas y motivaciones, primero en ti mismo y luego en tus colaboradores, con el firme propósito de conseguir las metas y objetivos laborales y profesionales, que te propongas.
CAPITULO I: LA PROACTIVIDAD
1.1. EL CONTEXTO DE LA PROACTIVIDAD
Los estudios de liderazgo de la segunda mitad del siglo XX abordan lo que BASS llamó liderazgo transaccional (que no tiene nada que ver con el análisis transaccional). El líder actúa como reacción ante las dificultades. Este liderazgo sirvió en contextos más estables, en los que se busca el buen funcionamiento del sistema. Cuando no hay problemas no actúa. Hoy día, la globalización, la competitividad, la introducción de nuevas tecnologías de la información, hacen que si nos conformamos con reaccionar ante las dificultades podemos no sobrevivir. Es una exigencia en los contextos actuales anticiparse, renovar, prever, imaginar, inventar.
Estos contextos exigen comportamientos proactivos. Ya no se trata de responder a preguntas sino de hacerse preguntas. No se trata de dar respuestas conocidas, sino de generar inquietudes para las que no tenemos respuestas previstas.
Hacerse preguntas en cualquier situación. No sólo cuando hay problemas. También pueden existir oportunidades o riesgos.
El arte está en saber preguntar y preguntarse. Por ejemplo, el médico hace preguntas para sacar un diagnóstico; nosotros, sin ser médicos, también podemos hacer preguntas, solo que no podemos hacer un diagnóstico con las respuestas.
No podemos hacer psicoterapia con el pretexto de obtener rendimiento; debemos influir en la conducta ajena por mecanismos persuasivos y motivacionales diferentes a la psicoterapia.
Disponemos de herramientas para mejorar la conducta laboral: sistemas de retribución e incentivos, políticas de promoción, traslados, etc., evaluación del desempeño laboral, formación, coaching, etc.
Hoy día se considera que la proactividad es una competencia evaluable y modificable. Si pensáramos que la proactividad es una característica de la manera de ser de la persona no podríamos entrenarla. Si la consideramos una conducta evaluable podemos desarrollarla. Si es una cualidad la persona la tiene o no la tiene. Al considerarla una competencia conductual acepta evaluación, entrenamiento y desarrollo.
El detectar personas proactivas es una tarea de los procesos de selección y de incorporación de personas a la Organización, pero también es un aspecto a desarrollar en los procesos de formación.
La proactividad no es una característica de la persona sino de su conducta como manifestación de su pensamiento, su manera de reaccionar emocionalmente y del lenguaje que utiliza.
Es importante distinguir la proactividad de otras conductas con las que puede confundirse, por ejemplo, agitarse o preocuparse. La persona agitada se mueve mucho pero no va a ninguna parte. Realmente la agitación es una conducta pasiva, no ayuda a desplazarse hacia un objetivo previsto sino que provoca movimientos internos (ansiedad) o externos (andar a prisa) en cualquier dirección.
La preocupación es una manera de no ocuparse, cuando una persona manifiesta pre-ocupación, habría que indicarle que le quite el “pre” para que tenga tiempo de ocuparse.
1.1.1. DEFINICIÓN DE PERSONA PROACTIVA
La proactividad es aquél hábito adquirido por una persona en el que tomar la
iniciativa, no esperar a que las cosas sucedan sino hacer que pasen, tomar sus
propias decisiones sin supeditarse a condicionantes externos, crear, fomentar y
buscar oportunidades y vencer miedos para generar cambios son máximas
indiscutibles. Eso sí, no hay que olvidar que dicha persona no obtendrá la
característica o el talento de la “proactividad” si sus acciones y decisiones no
están orientadas a la obtención de resultados.
Una persona proactiva hace que las cosas cambien decidiendo qué, cómo y
cuándo hacerlo para que dicho cambio se produzca. Focaliza sus esfuerzos en
proponer soluciones creativas a los problemas que se presentan sin temor a la
incertidumbre o a la adversidad.
1.1.2. CARACTERÍSTICAS DE PERSONAS PROACTIVAS
Las personas proactivas tienen unos rasgos comunes fáciles de identificar. Antes
de pasar a la enumeración de dichos rasgos, me gustaría mencionar que la
proactividad, a pesar de que en algunos es una dote innata, se puede fomentar y
entrenar.
Así pues, las personas proactivas:
1. Toman sus propias decisiones y pasan a la acción.
2. Aceptan retos y desafíos.
3. No se asustan ante el cambio o la incertidumbre.
4. Les gusta asumir riesgos.
5. Les motiva buscar o crear nuevos escenarios.
6. Se anticipan a las situaciones, son previsores y capaces de proponer
alternativas o soluciones ante cualquier problema o situación.
7. Se fijan objetivos positivos y realistas, sin dejar de lado el componente
desafiante del reto.
8. Se toman los errores como ocasiones de aprendizaje. Buscan soluciones y
no se sumergen en lamentaciones.
9. Están buscando continuamente nuevas oportunidades.
10.Superan obstáculos que se interponen en la consecución de sus objetivos.
Son persistentes.
11.Expresan sus opiniones de manera asertiva.
12.Desafían lo convencional y prevén futuros escenarios.
1.2. EL CONOCIMIENTO PROACTIVO
El conocimiento proactivo es un proceso continuo, sistemático, contrastable y público de aprendizaje y mejora, que consiste en la adopción autoconsciente del método crítico para influir en el futuro, mediante la generación y potenciación de las oportunidades de cambio sinergia y exponenciales que con menores costes e impactos negativos permitan aproximarse en mayor medida a los objetos deseados. Se aplica a sistemas abiertos, complejos y dinámicos.
El conocimiento proactivo se centra en buscar sinergias multiplicativas para tratar de impulsar al máximo las acciones favorables de los diversos agentes y personas, y de reducir al mínimo las reacciones negativas. Asimismo, hace hincapié en desarrollos exponenciales que incrementen al máximo los valores y beneficios, de forma que se pueda contar con una mayor capacidad de redistribución y negociación.
El renunciar al conocimiento proactivo significa aceptar el sometimiento a los que consiguen controlar en mayor medida los acontecimientos presentes. Existen agentes que en numerosas ocasiones son capaces de influir en las situaciones y comportamientos, siendo de destacar las multinacionales más innovadoras, como las del campo de la alta tecnología. Algunas de ellas son de muy reciente creación, pero han sido capaces de generar mercados sustancialmente nuevos e inmensos a partir de la suma de iniciativas individuales.
Uno de los objetivos del conocimiento proactivo debe ser lograr un mayor control democrático de la evolución de la sociedad y del territorio, para lo que hay que analizar cómo logran determinar el futuro quienes hasta ahora tienen un mayor éxito en lograrlo.
1.3. EL PLANEAMIENTO PROACTIVO
El planeamiento proactivo podría definirse como un proceso de racionalidad crítica que intenta “crear” y contrastar el futuro mediante un esfuerzo continuo de provocar factores de cambio emergentes capaces de establecer sinergias que vayan a favor de los objetivos que se plantean. En relación a la ordenación del territorio y al desarrollo económico esto se logra fundamentalmente provocando oportunidades con un gran efecto multiplicador y evitando problemas por el establecimiento de compensaciones que incrementes globalmente el valor final.
Se intenta controlar el futuro para aproximarse al máximo a los objetivos planteados, realizando propuestas creativas capaces de lograr consensos, que habrá que contrastar y perfeccionar a través de su aplicación práctica.
Adelantarse a los acontecimientos, modificarlos y orientarlos hacia los objetivos a largo y corto plazo de las unidades territoriales es una de las respuestas que parecen más adecuadas para enfrentarse a los continuos y sorprendentes cambios de tendencias a la sociedad actual.
CAPITULO II: ¿CÓMO SER PROACTIVO?
2.1. INICIANDO LA PROACTIVIDAD
Para pasar de una conducta improductiva (pasividad) a la conducta productiva (proactividad), tenemos que iniciar procesos de aprendizaje.
Tratamos de incidir en una realidad orientándonos hacia el futuro, influyendo con un método que posibilite pasar de la conducta pasiva y reactiva a la conducta proactiva.
Nos planteemos cómo intervenir en el proceso de aprendizaje de una nueva conducta posibilitando o influyendo en los diferentes aspectos conductuales para que las personas trabajen más a gusto y con mayor eficacia en su rendimiento.
Los mecanismos facilitadores del aprendizaje consisten en dar protección, permiso y potencia al aprendiz. Por ejemplo, si quieres que un niño aprenda a montar en bicicleta, al principio cuando el niño tiene muy poca habilidad se le protege para que no se dañe y poco a poco se le va soltando y permitiendo su ensayo conductual hasta que va adquiriendo la responsabilidad de su conducta y se va volviendo autónomo e independiente de nuestra protección. Y esto se le transmite con límites claros y normas adecuadas.
La protección es una conducta de ayuda que se basa en dictar las normas y controlar el funcionamiento.
Hay que permitir que se ensaye la conducta como forma de adquirir el aprendizaje. Eso significa que se admite el error como forma de aprender. No podemos hacerlo bien a la primera. Es imposible aprender sin cometer errores.
Con la potencia se refuerzan los aprendizajes adquiridos y la autoestima que corresponde al desarrollo de la habilidad.
En el aprendizaje, inevitablemente, hay que correr algunos riesgos. Es imposible aprender a montar en bicicleta sin arañarse, pero una cosa es arañarse y otra es matarse a la hora de aprender; para eso están las figuras protectoras y permisivas que permiten que te arañes y te impiden que te mates.
2.2. PENSAMIENTO PROACTIVO
El pensamiento proactivo nos hace conscientes porque capta matices de la realidad que nos ayudan a elegir la opción correcta y realizar la conducta adecuada.
El pensamiento proactivo nos hace más sensibles para captar indicadores o estímulos de la realidad, potencia la búsqueda de significados y las alternativas y opciones de respuesta y el compromiso personal para actuar e intervenir en la realidad para cambiarla.
El pensamiento proactivo nos ayuda a comprometernos en las elecciones que realizamos creando opciones y nuevas posibilidades en las que uno puede intervenir para modificar algún aspecto de la realidad. No estamos determinados aunque sí condicionados por presiones del entorno
El pensamiento proactivo nos abre posibilidades de actuación. Nos hace posibilistas. Abandonamos el “todo” o “nada” para explorar opciones en que podemos hacer “algo”.
2.3. LENGUAJE PROACTIVO
El pensamiento estratégico se manifiesta a través del lenguaje proactivo: busca posibilidades, procura reenfoques, explora alternativas, asume las propias preferencias, limitaciones y puntos de vista y compromete en la construcción de la realidad.
El lenguaje proactivo es un lenguaje facilitador de las actuaciones y responsabilidades y compromisos personales. Se orienta a modificar, en parte, una realidad que posibilite el futuro deseado. Es un lenguaje más de “para qué” que de “por qué”; se orienta más al futuro que al pasado. Es un lenguaje de compromiso personal.
2.4. LA CONDUCTA PROACTIVA
La conducta proactiva capta posibilidades, interactúa con otros, se dirige a metas alcanzables, asume la propia responsabilidad y se compromete en la acción.
La proactividad es una conducta estratégica que capta la propia posición y la de otros, prevé consecuencias de cada movimiento, genera alternativas, elige alguna de las opciones y se compromete con ella.
Ese pensamiento estratégico se canaliza por la energía motivacional que hace que la persona se interese en su ocupación y viva su compromiso con alegría y afecto, adecuando su conducta al rol que desempeña, con coherencia y actitud negociadora respecto a otras posiciones.
La conducta proactiva permite ensayar conductas, experimentar situaciones novedosas y orientarse a la innovación y al futuro.
2.5. DESARROLLO DE LA PROACTIVIDAD
El desarrollo de la proactividad ayuda a afrontar problemas, anticipar consecuencias negativas y riesgos, vislumbrar posibilidades y orientarse a la innovación y al futuro.
Las personas adaptan su conducta para influir en otros y en la situación asumiendo lo no modificable y buscando el éxito y las posibilidades reales de intervención, aceptando los condicionamientos que la realidad impone.
El proactivo se interesa por transformar la realidad movido por sus valores, consciente de su capacidad de influencia y actuando ante las oportunidades que se le presentan. Desde esta actuación va adquiriendo la experiencia necesaria para aceptar los condicionamientos sin sentirse determinado por ellos y ocupándose de los aspectos en los que realmente puede dejar sentir su influencia.
La persona proactiva no sólo soluciona problemas sino que explora posibilidades.
El proactivo desarrolla un optimismo consciente y realista que le facilita disfrutar con lo que hace, buscar el éxito, prever las
dificultades, valorar las oportunidades, aprender de los errores y proteger su autoestima.
Así detectamos a las personas proactivas.
2.6. CÓMO GESTIONAR PROACTIVAMENTE TUS OBJETIVOS
A continuación te dejo con una serie de consejos que pueden orientarte a conseguir
tus objetivos con una actitud proactiva:
• Capta la esencia de los problemas: intenta tener una mejor visión de conjunto
para comprender los objetivos grandes y las pequeñas metas por las que has
de pasar para conseguir lo que necesitas.
• Piensa detenidamente en tu objetivo: para alcanzar tus metas no tan sólo
debes pararte a pensar en cuál es tu objetivo, sino preguntarte también ¿qué
se pide de mí? y ¿qué debo hacer ahora para lograrlo?
• Expresa el objetivo en positivo: El cerebro humano tiene una comprensión
binaria de la realidad y el lenguaje se interpreta habitualmente en opción
positiva contra opción negativa. Si usamos palabras y expresiones en negativo,
nuestro inconsciente percibirá sólo la parte del mensaje que se considera válida
descartando la marcada por la negación. Por ejemplo, si usamos la expresión
“No quiero perder dinero” nuestra mente interpretará como válido el sintagma
“perder dinero” y descartará el inicio “no quiero” dejándonos con un mensaje de
peligro y temor que nos paralice. Si expresamos la frase en positivo “Quiero
ganar dinero” nuestro inconsciente percibirá el mensaje de que hay una meta
realizable.
• Formula el objetivo de manera específica: el objetivo debe expresar claramente
el resultado final. Es decir, si tu meta es “ser más extrovertido” mejor definirlo
como “quiero poder interactuar más con la gente, conocida o no, de manera
que pueda dejar a un lado mi timidez y me encuentre a gusto con dichas
personas”.
• Sintetiza muy bien toda la información relacionada con el objetivo: una forma de
entrenar este aspecto es, por ejemplo, haciendo de toda la información que te
llegue los típicos resúmenes con las 5W (qué, quién, cuándo, dónde y cómo)
del periodismo (parece una chorrada pero cuando se repite en el tiempo,
modela la conducta).
• Divide los objetivos generales en objetivos más específicos. Deberás ir
consiguiendo los “pequeños objetivos” para lograr con éxito tu objetivo
principal.
• Visualiza los objetivos: imagínate a ti mismo realizando exitosamente lo que te
propones hacer. Cuanto más realista y detallada sea la imagen que te hagas en
la mente, más fuerza tendrá la visualización a la hora de tener claro el objetivo
y mantenerlo bien enfocado hasta que se logre.
• Los recursos disponibles: una vez tengas claro el objetivo y sepas qué y cómo
debes proceder, haz una lista con todos los recursos que necesitas (tanto de
los que dispones, como de los que careces).
• Toma una actitud proactiva: ya hemos hablado de ello en otros posts. Te animo
a que los leas pulsando los siguientes links “La proactividad en el entorno
laboral” “4 hábitos para mejorar tu proactividad”
• Establece un plan de acción para alcanzar tu objetivo. Establece tiempo,
acciones y estrategias que te ayuden a la consecución de tu objetivo.
• Marca indicadores que te muestren el logro del objetivo. Define referencias que
te revelen si has conseguido tu objetivo.
Estos son algunos de los aspectos que debes tener en cuenta para marcarte un
objetivo y conseguirlo de una manera proactiva. No olvides tener en cuenta cómo
afectarán tus decisiones al resto ya que, normalmente, para lograr tu objetivo
requerirás de la implicación de los demás y del entorno. Recuerda que, antes de
tomar una decisión, debes tener en cuenta sus consecuencias.
2.7. CUATRO HÁBITOS PARA MEJORAR TU PROACTIVIDAD
La proactividad no es sólo una característica personal, sino que como la mayoría de
habilidades se puede entrenar y fomentar en las personas.
Mucha gente no es proactiva (o no lo es más) porque siente diferentes trabas que le
impiden tomar iniciativas. Lo más típico es el temor al cambio pero también están el
miedo al rechazo, la falta de autoestima o incluso el respeto por el orden establecido.
Pero se pueden tener hábitos que, aunque en un inicio cuesten de implantar, pasado
un tiempo mejoran la proactividad en el trabajo de una persona.
Algunos de los hábitos pueden ser:
• Aprender algo nuevo cada día y perfeccionar este conocimiento, no porque
sea necesario para el desempeño de una actividad profesional, sino porque nos
llama la atención y nos gusta. Aprender cosas nuevas predispone al cerebro
para cambiar las estructuras mentales y ser más perceptivos.
• Enumerar los objetivos de cada día en el trabajo y asegurarse de que se
cumplan. Tener las metas en mente nos induce a superar los obstáculos que
encontremos y a encontrar soluciones creativas.
• Participar activamente en una red de networking de nuestro sector. El
networking nos ayuda a conocer operativas nuevas y equipa a nuestra mente
de nuevos paradigmas.
• Meditar cada día. No sólo vamos a conseguir con unos minutos de meditación
bajar nuestro nivel de stress, sino que vamos a ayudar a nuestro cerebro a
estar mejor enfocado en los retos que se le presenten y va a aportar ideas
creativas más fácilmente, permitiéndonos aportar más y mejores soluciones en
nuestro puesto de trabajo.
CAPITULO III: PROACTIVIDAD LABORAL
3.1. ¿PARA QUÉ SER PROACTIVO EN EL TRABAJO?
La persona proactiva es bien vista por jefes, superiores, colegas y también por los
reclutadores y head-hunters, pues describe a una persona animosa, que se
esfuerza por la consecución de sus objetivos, ya sea diarios, semanales o
anuales, es decir: inmediatos y a largo plazo.
Pero también la proactividad se aplica a diferentes ámbitos. No sólo es el motor que te
pone en movimiento y que te da el impulso necesario para lograr archivar esa pila de
documentos o analizar ese montón de documentos. La proactividad también es el
motor que te impulsa a crear buenas relaciones laborales y personales en la
oficina, con colegas, subalternas y superiores. Se trata de una actitud positiva,
orientada hacia la acción en todos sus sentidos.
De este modo, podemos ver de manera sumamente clara y específica que la
proactividad es por demás importante para el óptimo desarrollo y desempeño
profesional y laboral. Será lo que nos ponga en la mira de reclutadores, y lo que nos
distinga de colegas y pares, ante eventuales promociones y ascensos.
3.2. EL COMPORTAMIENTO PROACTIVO EN EL ENTORNO LABORAL
Tomando como referencia los resultados obtenidos en entrevistas realizadas a emprendedores y presidentes de distintas compañías americanas, europeas y asiáticas, Bateman y Crant consideran que las personas proactivas poseen las siguientes características:
1. Buscan continuamente nuevas oportunidades.2. Se marcan objetivos efectivos orientados al cambio.3. Anticipan y previenen problemas.4. Hacen cosas diferentes, o actúan de forma diferente.5. Emprenden la acción y se aventuran a pesar de la incertidumbre.6. Perseveran y persisten en sus esfuerzos.7. Consiguen resultados tangibles, puesto que están orientadas a resultados.
El comportamiento proactivo es un factor determinante para competir y sobrevivir en un entorno tan cambiante y competitivo como el actual. Las empresas buscan personas flexibles que se adapten a lo inesperado y que sepan gestionar la incertidumbre.
Los emprendedores y pequeños empresarios tienen más posibilidades de gestionar con éxito sus negocios si son proactivos. Las personas que no están satisfechas con su trabajo o con su entorno laboral actual tienen la responsabilidad de generar nuevas acciones para cambiar su situación y conseguir los resultados que desean.
Somos responsables de gestionar nuestras propias carreras; no podemos quedarnos sentados esperando que alguien venga a rescatarnos o a ofrecernos el gran trabajo de nuestras vidas. No es operativo quedarse anclado en la queja antisistema si lo que deseamos es cambiar nuestra situación actual. Ante la pérdida de empleo hay personas que caen en la depresión, en cambio, otras aprovechan esta coyuntura para montar un negocio propio y triunfar.
No nos engañemos atribuyendo la responsabilidad de nuestros problemas únicamente a los agentes externos o a la presión del medio. Tenemos la responsabilidad de escoger nuestras propias respuestas ante lo que nos ocurre y de dirigir la acción de una manera inteligente.
Para tener éxito en el actual mercado laboral, es preciso convertirse en un agente activo de cambio, tener iniciativa y saber hacer frente a la incertidumbre.
La persona proactiva no espera a que los demás tomen decisiones por ella; actúa con determinación anticipándose a los problemas, baja a terrenos operativos y crea constantemente nuevas oportunidades.
El comportamiento proactivo está orientado a resultados. Ser proactivo no consiste únicamente en proponer ideas o hacer reestructuraciones cognitivas para percibir la realidad de otra manera.
Pensar el cambio está muy bien, pero no es suficiente; hay que ser capaz de transformar las ideas en acciones para obtener resultados.
La investigación científica sobre el comportamiento proactivo es apenas reciente. En el estudio de Grant y colaboradores (2009) se propusieron medir el impacto de ciertas conductas proactivas que han despertado gran interés en los últimos años. El objetivo era validar si las conductas proactivas de los empleados tienen un impacto significativo en la evaluación de desempeño realizado por sus supervisores.
La premisa de la que parten es de la teoría de la atribución, asumiendo que la evaluación de desempeño que los supervisores realizan a sus empleados se basa en la percepción de sus valores y afectos.
Siendo los valores observados a través de declaraciones verbales y patrones de conducta en una serie de situaciones y los afectos observados tanto a través de las expresiones verbales como del lenguaje corporal que acompaña a las conductas.
Las conductas elegidas fueron las siguientes:
1) Asertividad, entendida como las acciones del empleado por externar y defender su opinión, inclusive desafiando el estatus quo en temas importantes en reuniones de trabajo.
2) Persuasión, entendida como la habilidad del empleado para despertar el interés, focalizar la atención y convencer a los supervisores sobre ciertos temas o situaciones de trabajo.
3) Iniciativa, entendida como la habilidad del empleado para proponer alternativas y mejoras a las estructuras, procesos y prácticas de trabajo.
4) Colaboración, entendida como la disposición del empleado para planear con anticipación, ofrecer asistencia y buscar oportunidades para ayudar a otros y no simplemente responder a peticiones.
Las conclusiones del estudio señalan que los empleados con valores pro sociales, esto es, que presentan conductas que buscan apoyar a otros –compañeros, supervisores, al equipo y/o la organización- son evaluados por sus supervisores como empleados proactivos, y, por ende, con un desempeño superior. Encontraron también que los pocos afectos manifiestos negativos se asocian con la conducta proactiva y se relacionan con una evaluación de desempeño superior.
3.3. PROMOVER EL COMPORTAMIENTO PROACTIVO EN LOS EQUIPOS DE TRABAJO
La frase "háblelo con mi jefe", ya no aplica en nuestro contexto cultural, es importante cambiar hacia una actitud más proactiva.
Sin duda, el comportamiento proactivo trae múltiples beneficios a quien lo ejerce, haciéndole llevar una vida más satisfactoria, con más emoción y menos
angustia. Por esta razón, resultaría lógico pensar que todas las organizaciones desean contar con profesionales proactivos en sus equipos.Pero las cosas no son tan simples. La proactividad exige un poco de osadía, ir más allá de lo convencional; por lo que debe venir en primer lugar desde los superiores.
Son los superiores quienes deben incentivar a su equipo -ojalá que con el ejemplo- a adoptar esta actitud, venciendo las aprehensiones que pudiera provocarles el dar más autonomía y responsabilidad a los empleados, para permitirles tomar algunos riesgos al desplegar su iniciativa en la solución de problemas.
Las empresas con una filosofía de actividad proactiva saben transformar las divergencias en energía creadora, aprovechando el valor de las diferencias para progresar. De esta manera pueden anticiparse a los cambios del futuro y conseguir ser competitivos en el mercado.
Para promover la proactividad en los colaboradores, es preciso involucrarlos en un proceso de expectativas de futuro. Fijar metas claras y accesibles, eliminando los falsos prejuicios y temores, visualizando positivamente la consecución paulatina de dichas metas, actuando de forma asertiva en las relaciones con los otros, trabajando con rigor y constancia, y desarrollando la imaginación para anticiparse a los cambios. Generar proactividad en la empresa y en las personas no es algo sencillo, sin embargo, es un reto que toda empresa con proyección a futuro debe plantearse.
Conviene resaltar que el comportamiento proactivo tiene un componente racional estratégico: darse cuenta, crear alternativas, elegir opciones. Pero tiene además un componente emocional, que permite a las personas tener mayor confianza, autocontrol y motivación para conseguir lo que se proponen. Por lo tanto, es importante tener presente dichos componentes, donde el componente emocional se convierte en elemento clave a la hora de poner en práctica la proactividad en los equipos de trabajo.
Existen algunas condiciones que se pueden generar para promover la proactividad dentro de los equipos de trabajo, entre ellas:
Involucrar a los profesionales en las metas de la empresa. Incentivarlos a imponerse desafíos. Ser receptivos a las diferencias, viéndolas como oportunidades para
encontrar diversas soluciones y puntos de vista. Abrir espacios a la creatividad y a la comunicación asertiva. Incentivar la toma de decisiones, alejando el miedo de cometer errores. Enfrentando los problemas con optimismo, sin fatalismos.
Es necesario aclarar que el comportamiento laboral, no es solamente lo que hacemos, sino también lo que decimos, siendo ambas manifestaciones externas de lo que pensamos y sentimos. Por lo tanto, la comunicación y el lenguaje proactivos son elementos clave para conseguir equipos de trabajo proactivos.
El contar con equipos de trabajo proactivos genera una ventaja estratégica para la empresa, sobre todo, al momento de enfrentarse al competitivo mercado laboral, haciéndola más flexible a la empresa frente a las crisis, más dinámica frente a las exigencias de cambios, más innovadora para responder a las nuevas necesidades del mercado y más grata en su clima laboral.
Un ejecutivo de Ventas de una empresa distribuidora de metal y polímero, explicaba que Manufactura está buscando ampliar su volumen de ventas; para ello decidió acercarse a los clientes para entender mejor sus necesidades y hacerles propuestas de nuevos materiales.
3.4. BENEFICIOS DE TRABAJAR CON UNA PERSONA PROACTIVA
Existen estudios y trabajos acerca de la productividad que demuestran que un
comportamiento proactivo del empleado influye positivamente tanto en el rendimiento
individual como en los resultados de la empresa.
Contar con personas proactivas en nuestra organización puede constituir una ventaja
estratégica para enfrentarse a la competitividad creciente dentro del mercado. La
compañía se vuelve más flexible, más dinámica, con más predisposición al cambio…
Además, aumenta la eficiencia y la eficacia en la consecución de los objetivos
empresariales, contribuyendo al aumento y la mejora de los resultados del negocio.
Contar con personas proactivas y fomentar la proactividad dentro de tu compañía
también influye en el clima organizacional y promueve el buen trabajo en equipo.
Estos son tan sólo algunos de los beneficios de la proactividad en el entorno laboral.
Dentro de la complejidad y la amplitud del tema, en este post he querido recoger los
aspectos más importantes de la proactividad en el entorno laboral.
3.5. CONCLUSIONES
Como elementos del guión de vida, el análisis transaccional estudia las conductas pasivas, basadas en pensamientos que descalifican la existencia o significados de estímulos importantes de la realidad, emociones “rebuscadas” que dificultan la expresión genuina de nuestras reacciones de supervivencia, desarrollo y relación y un lenguaje de “descuento” que define la realidad como no modificable.
Para salir del guión y cambiar nuestro destino debemos cambiar las conductas pasivas por conductas proactivas. “La persona proactiva construye su realidad” (Piaget, 1971).
Podemos desarrollar los aspectos cognitivos, lingüísticos, emocionales y de actuación de la conducta proactiva, de manera que ayuden a la persona a emitir conductas más adecuadas a su salud psicológica y a su desenvolvimiento social.
La conducta proactiva desarrolla el pensamiento estratégico que moviliza la energía motivacional que conduce a una conducta inteligente soportada en un sistema de valores internalizado.
Desarrollar una conducta proactiva ayuda a afrontar problemas, prever consecuencias y orientarse a la innovación, de manera que cada persona puede mejorar su perfil de competencias personales y profesionales.